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Juan Ignacio Varela Gilabert, nació en El Puerto de Santa María el 10 de Agosto de 1924 y falleció en Cádiz el 16 de Enero de 1997. Fue concejal del ayuntamiento de El Puerto en la década de los sesenta del siglo pasado y, a finales de la misma, en junio de 1969, fue nombrado Jefe Local del Movimiento, representando al anterior régimen político en la Ciudad.

1924.
El año de su nacimiento, se cierra el Colegio de los Jesuitas por diversas causas: disminución de jesuitas, disminución de alumnos y sobre todo la necesidad de utilizar el edificio como Noviciado de la nueva Provincia Jesuítica de Andalucía. Muñoz Seca estrena “Los sabios”,  “La raya negra”, “La muerte del dragón”, “La mujer de nieve”, “Los chatos” y “La buena suerte”.  Ese año era alcalde de la Ciudad Sebastián Péndola y Soto, médico de profesión, pero en abril será sustituido por el bodeguero Alfonso Sancho y Mateo. En la Iglesia Mayor Prioral se instalará un arco luminoso en la Puerta del Sol, formado por tiras de madera y bombillas eléctricas. La iniciativa partió del Dr. Francisco Muñoz Seca, para dar mayor realce a las salidas procesionales. La Banda de Música del Maestro Rocafull volvería a ofrecer sus conciertos. Nacen también ese año, en la calle Larga el escultor Fernando Jesús y en Sevilla, el sacerdote jesuita considerado portuense Luis Conradi Toro.

De Juanín Varela o de Juan Ig. como a él le gustaba escribir se refería así en 1962 Manuel Martínez Alfonso: “No podía haber nacido más que en El Puerto. Y en efecto, así ocurrió el hehco un día del año 24. Aquí estudió por libre el bachillerato, con exámenes en Jerez de la Frontera. Su actividad literaria ha sido más para sí mismo que para los demás; un desahogo poético, sin afán ninguno de notoriedad. […] Ha publicado algunas cosas en la revita ‘Cauce’ por los años 44 y 45. Charlas –eso que tan bien sabe hacer—ha dado sobre poesía popular andaluza en RNE en Madrid. Y recitales poéticos de su propia obra en esta misma emisora, en el Aula Manuel Machado, donde fue presentado por Josita Hernán”. /En la imagen, Manuel Martínez Alfonso en 1962.

Publicista, conferenciante, pregonero y poeta fue nombrado académico de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia de El Puerto de Santa María en Mayo de 1985. Académico de número de la de Ciencias, Artes y Letras de San Dionisio, de Jerez de la Frontera, miembro de número del Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz.

En la imagen de la izquierda, el poeta arcense Julio Mariscal de Montes, con quien colaboró en varias ocasiones.

Académico de número de la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz, así como miembro del Instituto de España y de la Asamblea Literaria – fundada por Jorge Juan de Cádiz, en 1777 y nuevamente reestructurada – y del Instituto Español Sanmartiniano – filial de Cádiz. Escribió en alguna que otra ocasión con el poeta arcense Julio Mariscal de Montes, de cuyo libro de poemas, inédito, ‘El mar, la caracola y más siglo XIX’ (1947), extraemos el siguiente poema:

LEVANTE
Hay un viento marinero
Que cuando sopla de tierra
Le pone espuelas al viento.
Levante por estribor,
Y un puerto blanco y lejano
Rondándome el corazón.
¡Ay su galope salado
en mi frente sin confines
llena de sombras y barcos!

Juan Ignacio Varela, a la izquierda de la imagen, atendiendo a una visita en Bodegas Terry de cuyo departamento de publicidad y RRPP llegaría a ser responsable.

VIDA LABORAL.
Trabajó en Bodegas Fernando A. de Terry S.A. donde fue responsable del Departamento de Publicidad y RRPP, a donde llegó de la mano del ex alcalde Miguel Castro Merello procedente de la compañía de seguros L'Assicuratrice Italiana en la que fué Inspector Regional de Ventas.    También  en la Caja de Ahorros de Cádiz, hoy incorporada en Unicaja, en El Puerto; en Ubrique fue delegado de la misma,   jubilándose en el departamento de la Obra Social y Cultura de dicha entidad bancaria.

Ha pronunciado numerosos pregones, charlas y conferencias, así como recitales de su obra poética y cuenta en su haber con varios premios literarios. Pregonero de las Semanas Santas de Cádiz, San Fernando, Alcalá de Guadaira (Sevilla), Rota, El Puerto de Santa María (su tierra natal, tres veces), Barbate (dos veces) y de Cádiz en la Casa de Cádiz en Barcelona.

Juan Ignacio Varela Gilabert pregonando la Semana Santa en El Puerto en el año 1970. Instituto Santo Domingo. (Pregonó en tres ocasiones: 1964, 1970 y 1976).

Mantenedor de los VI Juegos Florales de la Serranía Gaditana (Ubrique, donde trabajó en la antes mencionada Caja de Ahorros), y del 1º de las Peñas Gaditanas (Ubrique); del Carmen y la Sal (San Fernando); Fiestas Típicas de Bornos (dos veces) y Fiestas de Chiclana de la Frontera. Premio a la poesía de tema libre por su poema “Sonetos del Buen Amor” en los Juegos Florales de las Fiestas de la Hispanidad del año 1960.

Escenario del Teatro Principal durante los Juegos Florales de las Fiestas de la Hispanidad en 1962. /Foto: Rasero.

Primer Accesit sobre “Décimas del Río Guadalete”, bajo el lema “Guad” en los Juegos Florales de las Fiestas de la Hispanidad de El Puerto  del año 1962. Pregonero en Rota de San Isidro y el Rosario; Primer pregón del Carmen en Prado del Rey; en El Puerto de Santa María dio los primeros pregones del Carmen, Navidad con Amos, del Vino; el 2º del Carnaval. Pregones del Rocío en su Ciudad natal, Puerto Real y Sanlucar de Barrameda, así como del Rosario, en la Casa de Cádiz en Barcelona.

En la caseta del Olivo, recibiendo una distinción en presencia de Luis Ortega, Enrique Pedregal, Luis Suárez Ávila, Manuel Martínez Alfonso, Venancio González y Paco del Castillo.

Ha pronunciado numerosas conferencias sobre los más variados temas y recitales de su obra poética en distintos municipios andaluces, Madrid y Sevilla.

Durante su etapa municipal --fue concejal y Jefe Local del Movimiento-- acompañando al Gobernador Civil Julio Rico de Sanz que aparece en el centro de la imagen con pañuelo blanco en la chaqueta; a su izquierda el concejal Fernando Arjona y a la izquierda de éste, el Comisario de Policía. Al fondo de la imagen distinguimos al clero local, Anastasio Pérez de Andrés, capellán de la Ciudad, Manuel Salido Gutiérrez, Párroco de la Prioral y Arcipreste, Carlos Román Ruiloba, coadjutor, un poco mas abajo su hermano, el también sacerdote, Manuel Román Ruiloba. En el centro de la imagen, con chaqueta blanca, Juan Ignacio Varela, detrás el alcalde de Cádiz y Jefe Provincial del Movimiento, Jerónimo Almagro Montes de Oca.  A la derecha, en primer término Juan Martín Vélez y detrás Péculo. El comandante de la Policía Municipal, Manuel López, aparece de uniforme blanco. 15 de julio de 1969.

PREMIOS LITERARIOS.
Entre los premios literarios, además de los antes citados, figuran los de Nacional de Poesía “Rodríguez de Valcárcel”; Nacional de Poesía “Jerez” en la Fiesta de la Vendimia del Sherry; Flores Naturales  de Alcalá de Guadaira (Sevilla) y La Palma del  Condado  (Huelva) en las Juntas Literarias celebradas en esas Ciudades. Premios de Poesía “Madrigal” de Puerto Real; “Virgen del Rosario” de Rota; “Alfajoa de Oro” de Cádiz; y “Exaltación del Guadalquivir” de Sanlucar de Barrameda; entre otros premios de charlas, pregones, conferencias, etc.

PUBLICACIONES.
Fue colaborador de varias publicaciones, como en ABC de Sevilla, Diario de Cádiz y Confederación Española de Cajas de Ahorro, así como de emisoras de radio.  Posee el Nacional de Artículos Periodísticos “Jerez”, por una colección de artículos sobre el Vino de Jerez,  publicados en ABC de Sevilla; el de artículos sobre la Coronación de Nuestra Señora de los Milagros, de El Puerto de Santa María; “Medusa”, de cuentos, y primero y segundo, también de cuentos, del Concurso Comarcal de la Sierra Gaditana.

Tiene publicados el discurso de los VI Juegos Florales de la Sierra (Publicaciones de la Caja de Ahorros de Cádiz; “Navidad con Amor” y “Muñoz Seca a través de una amistad familiar” por la Fundación Municipal de Cultura de El Puerto de Santa María y varias de sus poesías en publicaciones del Ministerio de Cultura y otros.

El 14 de julio de 1973, se jugaba un partido de fútbol en el campo de la SAFA, entre funcionarios del Ayuntamiento y de la Diputación de Cádiz. En la fotografía, de izquierda a derecha el funcionario municipal José Luis Bernardo, María del Carmen Gutiérrez Perea que hizo el saque de honor, y el funcionario de Diputación, Francisco Bocanegra.

En la imagen, vemos en la fila superior de izquierda a derecha a Manuel García, Federico Aguirre, Jaime Fernández Criado, dos desconocidos, Vicente Martínez, dos desconocidos y Mari Carmen Gutiérrez Perea. El segundo por la derecha de la fila superior es Juan Valiente Moreno. Agachados, el equipo visitante.

Los dos equipos formados por funcionarios de Diputación Provincial y del Ayuntamiento portuense se enfrentaron en partido de fútbol en el terreno de las Escuelas de la Sagrada Familia. El primer tiempo terminó con empate a un gol, marcados por Ceballos, del organismo provincial, y Felíx de los locales. Después se impusieron los de la capital con dos nuevos goles, obra de Ceballos y Rodríguez. El arbitraje de Blas perjudicó a los de casa. A la terminación del choque se atendió a los participantes, principalmente a los forasteros, con una copa de fino portuense en la Caseta Tierra, Mar y Vino, en el recinto ferial de Crevillet.

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María Soledad Ibáñez Gándara nace siendo la tercera y última de tres hermanos en una casa de vecinos de la calle Santo Domingo, el número 5, de nuestra Ciudad en 1959, falleciendo en Cádiz el día 20 de agosto de 2006, a consecuencia de un cáncer.

En 1959 era alcalde de El Puerto Miguel Castro Merello y, mientras en Buenos Aires Rafal Alberti publicaba las partes I y II de ‘La Arboleda Perdida’, en El Puerto el poeta José Luis Tejada pregonaba la Semana Santa y se refundaba la Hermandad del Rocío. Santiago Montoto sacaba a la luz una edición limitada ‘El Puerto de Santa María en la liberación de Fernando VII’ y se ponía, por parte del cardenal arzobispo de Sevilla, Dr. Bueno Monrreal, la primera piedra del que sería el Colegio de La Salle. Abría en la calle Misericordia el Bar ‘er Beti’.

SIGÜENZA (Guadalajara).
Con poco más de un año, en 1960/1, sus padres, Eduardo de El Puerto y Josefa de Jerez, y sus hermanos José Manuel y Eduardo Juan, emigran por causas de trabajo a Sigüenza (Guadalajara). Trabajó en talleres mecánicos --y nunca tuvo coche, aunque si una moto marca Montesa, donde viajaban primero madre e hija de paquete, y luego los dos hijos en el segundo viaje--; también trabajó en las fraguas como herrero, la última de ellas de su propiedad en la calle Durango. Será contratado luego como mecánico de vehículos y maquinaria en la empresa Ferrovial.

Vista de Sigüenza (Guadalajara).

En Sigüenza, que según sus habitantes, ‘es mucho Sigüenza’ -y en honor a su historia es verdad, desde el doncel Enrique ‘el Doliente’, al encuentro entre Javier Pérez con Javier Khrae, pasando por su Obispado-- vivirán hasta los cinco años en la calle Hospital número 1, iniciando su periplo de colegios desde aquellos párvulos de la época en el colegio público, alternativa al Colegio Episcopal de la Sagrada Familia.

VIVERO (Lugo).
Sobre 1965 se trasladan a Vivero --hoy Viveiro--, en la provincia de Lugo, donde vive su infancia hasta en una casita de la estación del ferrocarril Ferrol-Ribadeo en construcción. Estos años los vive en plena naturaleza combinado su infancia, la ría de Vivero, sus bosques y pazos. Asiste al colegio público Landro, río que desemboca y forma la ría.

Vista aérea de Viveiro (Lugo).

En 1967 se trasladan a vivir a Zorroza, un barrio de Bilbao; dos años mas tarde, en 1969 el destino será Eibar (Guipúzcoa), para volver a Guadalajara en 1971 y regresar la familia, definitivamente a El Puerto en 1974.

DE NUEVO EN EL PUERTO.
Una de las personas que mejor la conoció, la portuense Isabel Pérez Sánchez,  licenciada en Historia, escribe para Gente del Puerto: «En la época del Instituto Sole llamaba la atención. Su forma de hablar y de expresarse eran muy correctas y su acento, debido a los muchos lugares en los que había vivido, no le hacía parecer de El Puerto. Su madurez e inteligencia en su manera de comportarse daba la impresión de ser una persona muy segura. Tenía las ideas muy claras sobre lo que quería y las exponía con contundencia y de una forma que a todos nos encandilaba. Su visión crítica, su modo de escribir y la lectura de multitud de libros le hacían estar muy por delante de todos los de su misma edad. Participaba en todas las actividades que se realizaban en el Centro: en el periódico, en el teatro, en los libro-fórum, cantando con su guitarra, etc.

EL INSTITUTO.
En 1975 inició 1º de B.U.P. y fue el comienzo de muchas cosas; el despertar de lo que después llegó a ser en la vida. La juventud lo marca todo y desde ese año hasta el verano de 1980 fue una etapa determinante. Participó en manifestaciones y asistió a mítines, reuniones... pero el proceso de la Transición no bastaba, parecía hueco, parecía que con ese cambio no se iban a conseguir las verdaderas libertades, ni se iba a acabar con las injusticias de todo tipo que iba descubriendo. Hablaba con los compañeros y las compañeras del Instituto, analizaba la situación política, y poco a poco, fue descubriendo los ideales que se ajustaban a su forma de pensar.

ACTIVISTA
Decidió que tenía que ser consecuente con sus ideas y no quedarse agazapada sin luchar. Esa conciencia política estaba muy arraigada en Sole. La lucha siempre plantea contradicciones de seguridad personal, de relaciones de familia, de amigos, de futuro... El miedo hay que esquivarlo: hacer pintadas, buzonar octavillas, reuniones, prensa prohibida... En todo te estás exponiendo por unos ideales quizás lejanos, pero en aquellos años todo se concebía posible; uniendo las fuerzas se podía cambiar el mundo y pequeños aciertos iban agrandando ese ideal por poder llegar a conseguir el deseado fin. Entonces, las palabras solidaridad, lucha de clases, conciencia política, cambio social, revolución... tenían sentido, y muchas personas y colectivos luchaban por hacerlas realidad (valga el dato de que a las primeras elecciones de 1977 se presentaron 82 agrupaciones políticas y en las últimas de 2008 sólo 8 contando las regionales).

LA CLANDESTINIDAD.
Pero la Transición y los cauces legales que se estaban imponiendo no satisfacían a muchas personas, entre ellas, Sole (era pan para hoy y hambre para mañana –de libertades-), y decidió dar un paso adelante para seguir luchando. Pasó a la clandestinidad en el verano de 1980. Su lucha fue muy arriesgada pero quería ser consecuente con lo que pensaba y era necesario hacer. Esa exigencia personal le llevó a dar ese importante paso.

PRIMERA DETENCIÓN.
En octubre, tres meses después, la detuvieron en Madrid y fue salvajemente torturada, aplicándosele la Ley Antiterrorista sólo por asociación ilícita, aunque se le inculpó de haber participado en otras acciones. Ingresó en la cárcel de Yeserías, allí estuvo arropada por otras compañeras y muchas presas políticas cuyo único delito fue haber militado en un partido político ilegal.

MUERE SU PADRE.
Salió de la cárcel a primeros de 1981. Su padre murió. Con él mantenía una relación muy estrecha; era un referente y un apoyo muy importante en su vida, por lo que también fue un duro golpe. Quiso continuar estudiando en Cádiz pero no se lo permitieron porque ya el curso había comenzado; la realidad fue que no le quisieron hacer las gestiones pertinentes.

VUELTA A LOS ESTUDIOS.
Sole se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras de Sevilla para continuar la carrera de Geografía e Historia (ya había realizado el primer curso en Cádiz en 1979-80) y rehizo su vida con sus estudios y su pareja, alejándose totalmente de cualquier organización política. A pesar de que iba preguntando en el juzgado si había algo pendiente por su causa condenatoria, no le dijeron nada y el 27 de enero de 1985 la detuvieron sorpresivamente en medio de la calle sin poder avisar a nadie.

Cárcel de Sevilla.

CÁRCEL EN SEVILLA.
En la cárcel de mujeres de Sevilla lo pasó muy mal; compartía con las presas comunes la galería (entonces todas estaban juntas, no existían celdas) y su soledad fue terrible. Sole buscó en los estudios y en la lectura (siempre decía que los libros eran sus salvadores) la fuerza para seguir adelante.

En El Puerto la noticia fue muy dolorosa. Las calles estaban llenas de pintadas ¡SOLE IBÁÑEZ LIBERTAD! y fue la manera de que se hablara de ella, denunciando la injusticia cometida.

REGRESO A EL PUERTO.
Cuando salió de la cárcel y terminada la licenciatura, volvió a vivir en El Puerto. Estuvo trabajando [para el Ayuntamiento] en uno de los contratos de Andalucía Joven en 1987, desarrollando proyectos de investigación de carácter etnográfico sobre las salinas, las casas de campo, las viñas, las bodegas, etc. Trabajó en la casa de la Cultura de administrativa. Sus dotes de buena redactora le permitieron conseguir un trabajo en Diario de Jerez, siendo muy admirada por sus compañeros. Daba clases particulares; participó en la Revista de Historia de El Puerto, etc.

TELEFÓNICA EN MADRID.
En 1991 se presentó a unas oposiciones de telefónica y las aprobó; con ello debía trasladarse a Madrid. Allí se estabilizó y conoció a Jincho, el hombre que le acompañará el resto de su vida. La muerte de su hermano José Manuel vuelve a romperla. Estaban muy unidos y cada vez que venía de Madrid se quedaba en su casa. Él y su cuñada Milagros le ayudaron mucho.

En 1997 consiguió el traslado a Cádiz y continuó trabajando en el famoso “pirulí” de telefónica, estableciendo definitivamente su domicilio en El Puerto.

REFLEXIONES DE UNA AMISTAD
Desde su regreso de Madrid, nos volvimos a ver, pero sólo de vez en cuando. Va a ser a partir de su operación, a primeros de 2003, cuando ya nuestra relación será continuada y asidua. Habían pasado prácticamente 20 años pero un hilo invisible nos unió a esa juventud pasada que compartimos como grandes amigas. Rescatamos el tiempo, y los periodos buenos que le fue dejando su enfermedad lo fuimos aprovechando hasta agosto de 2006 en que falleció con tan sólo 47 años.
Sole fue una mujer muy luchadora, personalmente y a nivel social. Heredera de una familia con tradición de lucha política, tenía una visión del mundo donde lo que podemos conseguir está en nuestras manos, pero han de ser unas manos unidas y solidarias. Su visión marxista le hizo ver la posibilidad de una lucha de clases para alcanzar un régimen igualitario tanto económico como social y cultural, y actuó en consecuencia. Se tragó sus miedos y sus inseguridades y aportó su grano de arena. Su valentía, su afinado espíritu crítico, su sinceridad (decía siempre lo que pensaba, sin dobleces), le hacían ser una persona íntegra. Hoy, donde los ideales parecen haber sucumbido al desencanto y a la frustración, rescatar en este espacio a esta mujer portuense significa que valoramos las luchas pasadas en cualquiera de los aspectos, y que no debemos olvidar que muchas personas dieron su tiempo, sus palabras, sus vidas… por mirar hacia delante y luchar y confiar a pesar de todo.

OTRA DIMENSIÓN.
Para mí Sole tiene además otra dimensión. Tuve la gran fortuna de conocerla desde la juventud y de compartir sus últimos años en los que aprendí tantas cosas; en los que vi a una persona sabia, madura, muy culta, devoradora de libros y de conocimientos hasta el final, incansable pensadora, muy ordenada, activa, inquieta y trabajadora, alegre (a pesar de las difíciles circunstancias) y con una risa fuerte y peculiar, como una marca anunciadora de su presencia. Templadora de mis agobios y malestares, conversadora hasta el amanecer, acompañante, respetuosa, agradecida... y me sigo preguntando si se puede llegar a ser esa mujer plena que fue, sin pasar por una grave enfermedad, sin tener esa espada de Damocles anunciando otra posible caída. Mi inmensa suerte, no me cansaré de repetirlo, es que esa mujer, Sole, era mi amiga. Sé que ella quería pasar desapercibida, no aparecer ni siquiera en estas líneas, pero para todas las personas que la conocimos, Sole siempre estará presente en nuestras vidas.

Estas palabras suyas, encontradas por Jincho en un trozo de papel, son ahora un regalo para todas las personas que se acerquen a conocer a Sole: ‘Alguien que leyó muchísimo, también estudió mucho. Vivió muchas cosas (quizá demasiadas para una sola vida) y en muchas ciudades. Moró en incontables casas... Con los años va perdiendo la memoria, las lecturas, las vivencias, los nombres de las personas... Y un buen día lo recuerda todo de golpe: nombres, casas, libros, cárcel, madre, novios, partido, clases, sueños, clandestinidad, trabajos, amigos, deseos, conocimientos,... y se ahoga de vida en la enfermedad’. », finaliza Isabel Pérez Sánchez, su amiga.

LA CAMPAÑA: SOLE IBAÑEZ, LIBERTAD.
Esto escribe Juan Rincón Ares, sobre la campaña que se organizaó para pedir la libertad de Sole, cuando fue detenida en Sevilla en 1985: «De ‘Sole Ibañez, Libertad’ hubo muchísimas pintadas alrededor del IES Pedro Muñoz Seca y de la Plaza de Abastos.  Justo donde esta la calle San Bartolomé o el que sería el Apartahotel Casa de Los Leones de la tienda de ultramarinos que había enfrente, pusimos una pancarta que fue de vida efímera con el mismo texto. Hubo octavillas pegatinas y hasta un pequeño festival en el parque de la Victoria. Lo que no hubo fue un solo gesto municipal que no fuera el de retirar la pancarta. /Pegatina de la campaña pro libertad de Sole Ibáñez, en 1984.

NOCHE DE PINTADAS.
Aquella noche en la que supimos de la detención de Sole, volvimos a usar los sprays: ¡Sole Ibañez, libertad!. Yo organicé un par de piquetes pero en los días sucesivos salió mucha más gente a pintar lo mismo sin que supiéramos a quién atribuir la firma. A pesar de llevar varios años ausentes de El Puerto, Sole era una persona muy conocida sobre todo en los medios estudiantiles de principios de los 80 tanto del instituto como de la Facultad y tuvimos muchas ocasiones de comprobarlo.

En los días que siguieron a su detención, mucha gente había sido o era amiga suya se puso en contacto conmigo y todo el mundo se ofrecía a ayudar en la manera que pudiera. Algunas daban dinero, otras su teléfono para “lo que hiciera falta…” y otras venían a las reuniones con miedo pero con dignidad.

ASAMBLEA POR LA LIBERTAD DE SOLE IBÁÑEZ.
Formamos la “Asamblea por la libertad de Sole Ibáñez”, una plataforma  que tuvo mucha vida y agitó mucho la tranquila sociedad de la transición y al recién estrenado gobierno socialista local apoyado por AP, que en ningún momento se interesó por su vecina detenida. Tampoco se preocupó de ella la oposición comunista, recién desplazada del ayuntamiento por el pacto PSOE- AP. En su familia, su hermano José y su cuñada Milagros estuvieron muy  implicados. Su tío Paco Ibáñez, a la sazón secretario de de la Unión Local de CCOO, me dejaba hacer --entre yo y él-- los panfletos en la multicopista del sindicato lo que no era poco implicarse en los tiempos tan traidores que corrían. Gracias, Paco.

PARQUE DE LA VICTORIA.
La primera fase de la campaña “Sole Ibáñez, libertad” acabó en un festival que hicimos un sábado por la mañana en un atril de cemento que había en el Parque de la Victoria y fue un éxito de público, aunque siempre hubiéramos deseado más. Nos habíamos empleado a fondo para  que las paredes recordarán a nuestra amiga con pintadas, carteles, pancartas y pegatinas y no dejábamos que pasara una manifestación sin que nuestra reivindicación se hiciera presente, mientras recogíamos fondos para su defensa y una posible fianza futura».

Este soneto del profesor Juan Rincón, la recuerda:

Para Sole.
(Igual se cae de la silla cuando lo lea)

Tú y yo siempre pensábamos – ¡qué herida,
hablar de ti en continuo pasado!-
que una vez este tránsito acabado
ya no habría otro mundo ni otra vida.

Hoy  me sorprendo, la vista perdida,
ora arriba , en  el cielo, ora al costado,
busco donde dejar  este recado
póstumo, esta – supongo– despedida.

Y es que hoy todo mi ser agnóstico,
ateo, racional, se me rebela
porque estás y no estás, y me reboto,

me peleo, por ti, contra el pronóstico
que envía al muerto al hoyo; me consuela
saber que estarás siempre entre nosotros

Agradecemos a Eduardo Ibáñez 'Epi', su hermano, a Isabel Pérez, su amiga, y a su compañero de militancia Juan Rincón, los testimonios y datos facilitados para la confección de esta nótula.

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Antonia Gallardo Rueda ‘La Coquinera’, fue la gran faraona de la familia de 'los Coquineros', que nació el 9 de diciembre de 1874 a las 8 de la noche en la Plaza del Carbón (¿actual Bajada del Castillo junto a la plaza del mismo nombre?, muy cerca del café-cantante del mismo nombre. De muy joven comenzó a bailar con sus dos hermanas Josefa y Milagros, teniendo como profesor de baile a Antonio Neto Domínguez y su hermano Bernardo. ‘/Antonia La Coquinera’, óleo sobre lienzo, 100x81 cms; estilo: Fauvismo. Autor: Kees  van Dongen. Francia. 1906. Desde 1948 en el Museo del Estado de Arte del Nuevo Oeste. Exposición Arte Francés: siglos XIX-XX. (Moscú. Rusia).

JUAN GALLARDO ACUÑA.
Su padre, Juan Gallardo Acuña, ‘el Coquinero’, nació en Rota en 1836, pero vivió desde pequeño en El Puerto de Santa María. Era de profesión herrero, y estuvo casado con una portuense, de nombre Ana Rueda Aguirre, con la cual tuvo 5 hijos, cuatro de los cuales tomaron el apodo del padre: Antonia, Josefa y Milagros, profesionales del cante y baile flamenco, y José, picador de toros, adoptó el nombre taurino ‘del Puerto’. ‘El Coquinero era una persona muy conocida en El Puerto ya que en Carnaval sacaba grupos de comparsas y chirigotas, lo que le daba cierta popularidad. Contaba que su padre fue un formidable cantaor flamenco, al que tuvo gran admiración como cantaor sin olvidar el cariño como hija, que dominaba los cantes de los Puertos, haciéndolos con voz muy flamenca y afillá. /Anuncio publicitario e 'Amontillado Coquinero' de Bodegas Osborne.

LA FAMILIA DE LOS COQUINEROS.
Por el nombre de ‘Coquineros’ se conoce a esta familia portuense del siglo XIX en la que todos sus componentes cantaron y bailaron flamenco, dejando huella hasta nuestros días. La que sin duda tuvo mayor fama fue Antonia, a la que se tiene por la mejor bailaora de todos los tiempos que haya nacido en El Puerto de Santa María. Josefa fue la mayor de las hijas y la primera en ser artista, arrastrando hace el mundo del espectáculo a sus dos hermanas, Antonia y Milagros, tomando el apodo del padre, al que llamaban ‘el Coquinero’, debido a su afición de mariscar coquinas, ese molusco bivalbo propio de la provincia de Cádiz. Comenzaron a bailar de modo profesional actuando en cafés cantantes, como bailaoras de conjunto, con el nombre artístico de ‘Las Coquineras del Puerto’ como ha quedado registrado en algún programa de la época. /En la imagen, Antonia 'la Coquinera0 y 'la Cuenca'.

Según referencia del viejo Arana, del Puerto, quién llegó a conocerla, dijo que Antonia era una mujer muy guapa y simpática, que cuando triunfó en el mundo del espectáculo, se trasladó con toda la familia ‘a Sevilla o Madrid’, donde se establecieron.

EN MADRID.
‘La Coquinera’ consiguió un reconocido prestigo de buena artista, llegando a crear un estilo de baile festero propio que posteriormente se ha continuado en diversos artistas de la zona, y desarrolló su arte en los cafés-cantantes más famosos de Sevilla y Madrid, como evidencian algunos carteles anunciadores de las actuaciones que daban en ello. Artísticamente recorrió el Sur de Francia, Norte de Marruecos, España, y no pudo marcharse de gira con Pastora Imperio a Sudamérica por problemas familiares.

Actuó en Madrid en el café-cantante ‘La Marina’, el más famoso de España, por donde pasaban los mejores artistas de aquella época y lo visitaban lo más florido de la capital, políticos, militares, nobles de la realeza, … En este local conoció al General Primo de Rivera con quien le unió una gran amistad. La fama que llegó a tener parece deducirse de la frecuencia de sus fotografías. En ellas, Antonia aparece en poses muy propias de carteles anunciadores de espectáculos, en los que posiblemente debería ser la primera figura femenina del elenco artístico. /En la imagen, 'la Paloa' y 'la Coquinera'.

La fama de esta artista fue tal que se utilizó su imagen de manera publicitaria para una determinada marca de vino de Jerez. También posó para pintores conocidos, siendo admirada por poetas de su época, y fue noticia en periódicos y revistas, como en la entrevista aparecida en la revista ‘Estampa’ en 1935.

LA PORTEÑA (DE SANTA MARÍA).
Fernando ‘el de Triana0 en su libro ‘Arte y Artistas Flamencos’ (1935), incluye tres fotografías de tipo postal de Antonia y refiriéndose a ella dice: «¿Que diré yo de esta gran bailaora que no haya dicho ya todo el mundo? Fue una preciosa porteña (de Santa María), que como artista a nadie tuvo que envidiar; y como cara bonita, vean la correspondiente fotografía, donde se aprecian estas dos cosas: la cara de miss, y el tipo faraónico de la más graciosa gitana (aunque no lo era). Tuvo dos hermanas más, Pepa y Milagros, que, como bailaoras no pasaron de regulares. ¡Pero que guapas!».

LOS HERMANOS ÁLVAREZ QUINTERO.
La asistencia a una de sus actuaciones en un café-cantante de Sevilla constituye un hecho significativo en la vida social de la época, como relatan los famosos autores teatrales del costumbrismo andaluz Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, en un artículo titulado ‘Sevilla en primavera’, publicado en un número de la revista ‘Blanco y Negro’ de 1902. /A la izquierda, primera fotografía que se conoce de Don Antonio Chacón.

ACTUACIONES.
De sus actuaciones encontramos datos en diversos programas de mano o carteles de la época, reseñando entre los mas destacados y por citar algunas, las que siguen:

  • 1892. Presentación en Jerez, a los 18 años, junto a dos de los cantaores más importantes que ha tenido el flamenco en toda su historia: Sebastián Fernández ‘el Chato de Jerez’ y don Antonio Chacón. Este mismo año hay noticias de su presentación en Cádiz y Sevilla con gran éxito.
  • 1893. El año siguiente actúa en el café de la Plaza del Carbón de El Puerto, y en el mes de mayo, actúa durante las Fiestas de Primavera y, acompañada de su hermana Josefa en el café-cantante ‘Suizo’ de Sevilla. En Madrid actua en el Teatro Martín, con Salud Rodríguez.
  • 1897. En Madrid, en el ‘Café de La Patria’, antes ‘Naranjeros’, junto con su hermana Josefa ‘La Coquinera’.
  • 1900. En el café-concierto ‘Novedades’ de Sevilla, el 24 de abril, forma parte del Gran Cuadro de Baile con Juana Valencia, Juan Antúnez, Mariquita Malvido, la cantaora María Valencia ‘La Serrana’, el cantaor Antonio Cordero ‘Diana’ y el profesor de guitarra José Triana ‘el Ecijano’.
  • 1903. En mayo, aparece incluida en el Cuadro Flamenco del Salón Filarmónico de Sevilla, compuesto por Juana y Carlota Ortega, Carmen ‘la Pichira’. Pepa Oro, Dolores ‘la Bizca’, Enriqueta ‘la Macaca’ y Miguel ‘Macaca’; este cuadro estaba dirigido por ‘Habichuela’ y en él participaban los cantaores por malagueñas y tantos: ‘el Niño Elena’ y ‘Niño Escacena’.

Imagen de un típico café cantante de la época.

HOMENAJE BENÉFICO.
El 29 de agosto de 1925, en Madrid, le ofrecen en la Sala Olimpia un homenaje benéfico en el que participaron Dolores Ortega, Carmen Núñez, ‘la Gabrielita’, Carmen Vargas, Enrique Mariscal, Antonio Molina, ‘el Estampío’, ‘Faico’, ‘Ramirote’, ‘Maregui’, ‘Niño de Madrid’, ‘Niño de Triana’, José Perea, Manuel Vallejo, Manuel Escacena, José Cepero, ‘el Cojo de Málaga’, ‘el Mochuelo’, ‘Fosforito’, ‘el Tripa’, ‘el Bizco’, Ramón Montoya, Rita Ortega, su hermana Josefa ‘la Coquinera’ y su prima Amparo Pozo Gallardo ‘la Gaditana’. quien fue la promotora del homenaje.

  • 1925. Este mismo año actúa en el Teatro Romea con Vallejo y Manuel Centeno, como figuras mas importantes.
  • 1926. Vuelve a actuar en Madrid en el Teatro Maravillas.
  • 1928. Última actuación de Antonia, en el verano de dicho años, a los 54 años de edad, acompañada de su gran amigo y admirador de su arte, Manuel Vallejo.

VENTA EN CUATRO VIENTOS (MADRID).
Manolo Heras, cantaor madrileño, me contó a lo largo de algunas conversaciones, que había conocido a Antonia, cuando él daba sus primeros pasos como artista flamenco, durante la Guerra Civil. Me relató que tenía una venta en Cuatro Vientos (Madrid) con su cuñado, Juan Moreno, viudo de su hermana Josefa. En aquellos años, iban a su establecimiento muchos artistas flamencos: Manuel Vallejo, Rita Ortega, ‘Niño Marchena’, ‘Fosforito’, ‘el Mochuelo’, Cepero, Miguel Molina y su prima ‘la Gaditana’; y me comentó: «Ver bailar a ‘la Coquinera’ fue un sueño, metía cantaor y guitarra en su baile y los dirigía como una orquesta, no he visto bailar mejor’. /En la imagen, Miguel de Molina.

BULERÍAS.
En Madrid tenían las Coquineras
una ventita
y le pusieron de nombre
La Coquinita

¡Antonia dame alegría!
¡Josefa dame alegría!
dándote una vueltecita por bulerías

Las Coquineras duende flamenco
del baile festero
de la Baja Andalucía.

Antonia 'la Coquinera' tiene una calle detrás del Cuartel de la Guardia Civil.

Antonia Gallardo Rueda no se casó, tuvo varios amantes de la nobleza española a lo largo de su vida, y en sus últimos años estuvo unida sentimentalmente a un industrial madrileño sin llegar a vivir juntos por la condición de casado de él. Falleció el 21 de enero de 1942, en el Hospital Provincial de Madrid, recibiendo sepultura en el cementerio de la Almudena de la capital. (Texto: Antonio Cristo Ruiz).

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En la imagen, de izquierda a derecha, el gerente del patronato Manuel Rebollo Lainez, el alcalde Antonio Álvarez Herrera, José Antonio Lojo y Juan Muñoz de la Caja de Ahorros de Cádiz, José Ramón del Río presidente de la entidad financiera, desconocido, el secretario del Ayuntamiento, Jaime Fernández Criado y el director general de la Caja, José María Salazar. 18 de febrero de 1980. (Foto: Rafa).

Directivos de la desaparecida Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cádiz, visitaban el 26 de Febrero de 1980 -- hace 31 años--, obras del también extinto Patronato Municipal de la Vivienda ‘Ntra. Sra. de los Milagros’, que en la década de 1970 había construido más de 3.000 viviendas.

El presidente del consejo de administración de la gaditana Caja de Ahorros, José Ramón del Río y García de Sola, acompañado del Director General de la entidad, José María Salazar, fueron recibidos por el alcalde de la Ciudad, Antonio Álvarez Herrera y a su vez presidente del Patronato, acompañado del gerente, Manuel Rebollo Laínez, el asesor jurídico y secretario del Ayuntamiento, Jaime Fernández Criado, consejero de la Caja por esta Ciudad, Juan Muñoz Aparicio, el director de la Oficina Principal, José Antonio Lojo Rodríguez y técnicos de la obra.

Visitaron obras, hicieron un recorrido por las actividades del Patronato y conocieron de primera mano la trayectoria del organismo que, en el periodo 1969-1979 construyó 3.010 viviendas, alcanzando las inversiones un volumen aproximado de dos mil millones de pesetas, realizadas con créditos oficiales y la estrecha colaboración de la Caja de Ahorros de Cádiz que, con 200 millones aproximadamente contribuyó al ejercicio constructor del ente inmobiliario.

Visitaron, también, terrenos propiedad del organismo gestor de viviendas y los que en ese momento se estaba gestionando su adquisición. Al finalizar las visitas, una reunión de trabajo en la que se dio a conocer el programa de viviendas 1980-1990, dando a conocer Antonio Álvarez les gestiones que se estaban realizando ante el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo --a través de la Delegación Provincial--, para construir viviendas en convenio con la administración central, para erradicar las viviendas que entonces carecían de las mínimas condiciones de habitabilidad, previendo entonces la construcción de 100 viviendas de promedio anual, con una amortización a mas largo plazo, a la que pudieran acceder familias con escasos recursos económicos, a la par que el programa normal del Patronato.

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En la anterior nótula dedicada a este portuense de nacimiento, se informaba que vino al mundo la víspera del día de la Patrona, Ntra. Sra. de los Milagros, del año 1940, siendo sus padres Luis Ceballos Fernández de Córdoba y Magdalena Jiménez Sancho, haciéndose asimismo referencia a su parentesco con la familia bodeguera local de Jiménez Varela. En el extenso texto de la nótula se refieren numerosas facetas biográficas de su actividad profesional como ingeniero de montes y de la vocacional como "Mago Fauco". En esta segunda nótula, inspirada en las fotos que ha tenido la gentileza de remitir Rafael Ceballos a GdP, vamos a dar a conocer algunos datos de sus ascendientes maternos de los que, las tres generaciones anteriores: madre, abuelo y bisabuelo, nacieron y vivieron gran parte de su existencia en suelo portuense. Precisamente se publicó esa nótula en el 85 Aniversario de la Boda de sus padres.

Antigua fotografía de los números 7 y 9 de la calle Larga.

La casa en la que nació Fauco --mellizo y sietemesino--, el número 7 moderno de la calle Larga, cuyo interior  contiene un bello patio porticado, fue labrada en el siglo XVIII por un cargador gaditano de origen irlandés llamado Tomas Patricio Rian Harold, casado con Margarita Therry Macnamara, que la utilizó inicialmente como villa de recreo para pasar temporadas, pues estaba rodeada de huertas y naranjales. Algunos de sus descendientes vivieron en ella hasta el primer tercio del siglo XIX, pasando después la propiedad a manos de la familia Vergés López, cuyos herederos la arrendaban. Entre los inquilinos que tenemos detectados, citaremos a la familia Gª Polavieja Escribano, en el último cuarto del XIX y la familia Jiménez Sancho pasada la primera década del XX. Esta última la componian el matrimonio formado por Ernesto Jiménez González, (3º hijo de Ramón Jiménez Varela y Amalia González Urruela) y Rafaela Sancho Mateo y sus seis hijos: Ramón, Joaquín, María Josefa, Magdalena, Mercedes y Ernesto Jiménez Sancho, todos ellos  censados en dicho domicilio en los padrones municipales de 1920. Así pues, la madre de Rafael dio a luz en la casa en la que había vivido de soltera, en la que había pasado parte de su infancia y juventud, rodeada, además de sus tíos y numerosos primos que vivían todos ellos en la misma calle, entre la esquina de Espíritu Santo y la Plaza de los Jazmines.

Casa número 7 de la calle Larga, en la actualidad.

En la fotografía antigua, además de la casa natal de Rafael Ceballos, pueden observarse  la casa anterior, de una sola planta, que correspondería al nº 9. La que antecede y no se muestra en la foto antigua sería el nº 11, actualmente escoltada de andamios, a la que nos referimos en la nótula 756. /En la imagen inferior, lamentable estado en el que se encuentra el número 9 de la calle Larga, el número 11, escoltado de andamios, a continuación lleva cerca de 15 años en esa lamentable situación. Algún día contaremos la historia y quienes están detrás de ese lamentable estado que presenta lo que queda de inmueble.

Ambas mansiones formaban una sola y, en la fecha que estamos refiriendo -1920- era su propietaria y vivía en ella la familia Jiménez Guernica, que la integraban Eugenia Guernica Siloniz, viuda del hermano mayor de Ernesto, Ramón Jiménez González y sus cinco hijos: Amalia, Eduardo, Concepción, Pedro y Eugenia Jiménez Guernica. Y en el nº 9, en cuyo dintel pende una lápida de mármol, la única hembra de los Jiménez González, Amalia, viuda de Iribarren y su hija   Amalia Iribarren Jiménez. Los dos hijos varones, Ramón y Juan estaban en esa fecha en academias militares y la lápida que aludimos se colocaría años después en memoria de uno de ellos, Juan Iribarren, oficial del ejército de África, caído en la guerra con las cabilas marroquíes. Frente a ellos, en el nº 14 y 16 de esa misma calle, José, el hermano que le antecedía, casado con Nicolasa Loma Lavaggi y una extensa prole de diez hijos, los Jiménez Loma.

TOMA DE DICHOS.
Magdalena Jiménez Sancho celebró su primera comunión en la capilla del colegio de las Carmelitas, junto con otras nueve alumnas, en una estación del año que hoy es inusual: el 22 de noviembre de 1910 y celebró sus esponsales, una costumbre que precedía a la boda, equivalente a la denominada “toma de dichos” el 22 de mayo de 1926. El párroco de la cercana iglesia de San Joaquín, que se llamaba Salvador Martín, se desplazó al domicilio de la novia y le tomó la promesa matrimonial, levantando acta, en la que firmaron como testigos dos amigos de la familia: Emilio Morante y José Portillo. A su vez, el prometido hizo lo mismo en la parroquia de la villa de Coca, provincia de Segovia, en donde residía y trabajaba, ejerciendo de director de la fábrica que en dicha villa tenía  la “ Unión Resinera Española” (LURE).

La pareja nupcial, el 31 de mayo de 1926, hace 85 años. /Foto: González Ragel.

ESPONSALES.
Una vez identificados los progenitores, especialmente Magdalena Jiménez, nieta del creador del emporio bodeguero, pasemos a contarles la ceremonia nupcial, toda una boda de rumbo, con los pelos y señales con los que nos lo cuentan sus contemporáneos, en la crónica de sociedad de la Revista Portuense. Hacía unos meses que se había casado su hermana María Josefa, concretamente en septiembre de 1925, con José Arvilla Hernández, ingeniero industrial, quien llegaría a ser Director General de CAMPSA. Su hermano Joaquín había sido el padrino, ante la falta del padre y ahora también daría el brazo a Magdalena para conducirla al altar de la Patrona, donde se oficiaría la ceremonia a las doce de la mañana del 31 de mayo de 1926.  Para llegar hasta aquí, culminando el noviazgo y el paso previo de petición de mano, Magdalena y Luis tuvieron que conocerse y enamorarse y el primero de estos supuestos tuvo lugar en Madrid, en la casa del ingeniero agrónomo portuense Wistremundo Loma Lavaggi, cuya esposa era María Luisa Fernández de Córdoba. El tío de Magdalena, José Jimenez, estaba casado con una hermana de Wistremundo, Nicolasa Loma y, posiblemente, acompañando a algunas de sus primas Jimenez Loma, que eran nada menos que siete, pasaría una temporada en la capital del reino, coincidiendo con el hermano de la señora de la casa y… Cupido hizo el resto.

Invitados a la ceremonia nupcial. / Foto: González Ragel.

La boda se celebró con la iglesia a rebosar, llena de invitados y curiosos, la novia hizo la entrada en el templo a la hora en punto, cuando en el campanario se inició un sonoro revuelo. Vestía un rico traje “George” bordado en cristal blanco, sujetando el velo a su cabeza una diadema rusa de azahar. Como anticipamos, entró del brazo de su hermano y padrino de bodas, Joaquín Jiménez, sosteniéndole los extremos del manto sus primitos Isabelita y Juan Luis Jiménez Tamplin. El novio daba el brazo a su madre y madrina, la Sra, Viuda de Ceballos, siguiéndoles la madre de la novia, Rafaela Sancho, viuda de Jiménez a quien daba el brazo el conde de Gondomar, mientras interpretaba al órgano la tradicional marcha nupcial de Medhelsón el profesor La Rubiera.

Rafaela Sancho Mateo y tres de sus hijas:  María, Magdalena y Mercedes. La primera abuela y la última madre, espectivamente de Rafael Ceballos Jiménez. La fotografía está tomada en la Plaza de los Jazmines.

Bendijo la unión el arcipreste, doctor Núñez Galván. A la salida de la comitiva se interpretó la “Marcha Festiva” de Jauregui, trasladándose los invitados –que pasaban del centenar- a la casa de la novia donde Pepe Caballero, un prestigioso cocinero jerezano, había preparado el siguiente menú: de entremeses, jamón dulce, anchoas y olivas; consomé royal; huevos a la bohemia, en salsa Riche y los entrantes: filete de pescado a la Orly; suprema de pechuga y turnedós de ternera a la polonesa. Postres: helados, crema a la neva, frutas al kök, bizcocho de bodas y café. Vinos: Fino Javelín, Rioja Cepa Borgoña, Oloroso los 45, Pedro Ximenez Los 10, Moscatel XXX, Champan Continental, Coñac Varela y Crema Cacao Pico (el único superviviente 85 años después).

Anuncio del 'Gran Champagne Continental' de Hijos de Jiménez Varela.

El reportaje fotográfico lo realizaron los fotógrafos jerezanos Javier González y Alberto del Castillo, tras lo cual marcharon el automóvil hacia Algeciras, desde donde proseguirían viaje a diversas poblaciones del norte de África y después a otras capitales españolas y del extranjero, fijando su residencia en Coca (Segovia).

Castillo de Coca (Segovia).

Luis Ceballos Fernández de Córdoba, que había nacido en San Lorenzo de El Escorial en 1896 falleció en Madrid en 1967 y su esposa, la portuense Magdalena Jiménez Sancho, murió a los 89 años de edad en Pozuelo de Alarcón, en 1991. Ella y su marido tenían  tratamiento de Excelentísimos Señores. Está enterrada en la cripta de la catedral de Nuestra Señora de la Almudena.  (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía)

3

La presencia del galeón “Andalucía” en Puerto Sherry, atracado en su muelle, en las mismas aguas que bañan los restos del fuerte de Santa Catalina de El Puerto, cuya rada albergó en siglos precedentes navíos y tripulantes de significado protagonismo en nuestra historia. Además de generar una admiración mayúscula por la belleza y fidelidad de la réplica, produce una cierta nostalgia a los que nos gusta especialmente la historia, en el más amplio sentido de la palabra, incrementada con la presencia de otra excelente réplica, la de la nao o carabela “Santa María”, amarrada en un muelle paralelo al del galeón. Esta pequeña añoranza sentimental experimentada en el luminoso paseo por nuestro puerto deportivo, batido por el viento de Levante el pasado domingo de Feria, me anima e inspira la presente nótula, de la que es protagonista  una dama del siglo XVII, época de la que data el galeón “Andalucía”. /En la imagen, el pintor Diego Velázquez.

En la imagen, el galeón 'Andalucía' y la nao 'Victoria', atracados en el Puerto Deportivo.

El imponente lienzo de Velazquez con el que hemos iniciado el título de nuestra colaboración, que tiene más de nueve metros cuadrado de superficie y 375 años de antigüedad fue encargado por Felipe IV al genial artista sevillano para formar parte de la decoración, junto a otros lienzos encargado a Carducho, Maíno, Jusepe Leonardo y Antonio de Pereda del Salón del Reino del palacio del Buen Retiro, donde fue instalado originalmente.

"La rendición de Breda" o"Cuadro de las lanzas". Óleo sobre lienzo. 307 x 367 cms. Autor: Diego Velázquez. 1634-1635. Museo del Prado. Madrid.

El cuadro conmemora la conquista de la ciudad de Breda, en Flandes, en poder de la Casa de Orange desde 1590, retratando la escena del protocolo de su rendición. El acto inmortalizado en el cuadro tuvo lugar el 5 de junio de 1625, del que hoy se cumple el 386 Aniversario y los dos personajes centrales son: el que entrega las llaves de la ciudad, Justino  de Nissau y el que las recibe para la corona española, el general Ambrosio Spinola Doria, I marqués de los Balbases, Duque de Sesto, Caballero del Toisón y Gobernador de Milán y Flandes.

CONEXIÓN PORTUENSE.
Su biznieto Felipe Spínola Colónna –aquí entra la conexión portuense- casó en la iglesia de Santa María la Real de la Almudena con Isabel María de la Cerda y Aragón el 20 de noviembre de 1682, recién cumplidos 15 años, pues ella había nacido en El Puerto, en el palacio de Medinaceli, en la calle de los Oficiales, hoy Palacios o del Palacio, el 30 de octubre de 1667. El marido, tan solo uno o dos años mayor que ella, pues había nacido en Milán en 1665 o 1666, según indican biógrafos diferentes, poseyó los títulos de IV Marqués de los Balbases, fue Gentilhombre de Cámara de S.M. y Virrey y Capitán General de Sicilia, además de caballero de la Orden de Santiago y Comendador de la misma. Era hijo de Pablo Spínola, marqués de los Balbases, Comendador Mayor de León y del Consejo de Estado de S.M., nieto de Filippo Spínola, II marqués de los Balbases y duque de Sexto que fue el primogénito de Ambrosio Spínola. /En la imagen, Ambrosio Spínola Doria.

Nuestra protagonista, Isabel María de la Cerda y Aragón, era hija del VIII Duque de Medinaceli, VIII Conde del Puerto de Santa María y varios títulos más, Juan Francisco de la Cerda Enriquez de Ribera, del Consejo de Estado de S.M., Sumiller de Corps y Caballerizo Mayor de Carlos II, su Privado y Primer Ministro, Adelantado Mayor de Castilla y Condestable de Aragón,  descendiente por la rama paterna del Infante Fernando de la Cerda y, por tanto de su padre, Alfonso X El Sabio y de Luis IX de Francia, por la esposa de este, Blanca de Francia. Fue su madre, Catalina Folch de Cardona, Duquesa de Segorbe, Cardona, Lerma, Condesa de Ampurias y marquesa de Comares y por esta rama materna, descendiente de San Francisco de Borja, su sexto abuelo. /En la imagen, San Francisco de Borja.

Es bastante probable que el joven matrimonio se instalara en el Milanesado, donde nacerían sus cinco hijos: Juana, que casó con el marqués de Castel-Rodrigo; María Teresa, con el Duque de Mirandola; Jerónima que casó con su primo Nicolás Fernández de Córdoba y de la Cerda, X Duque de Medinaceli y Ana María, con el Duque de Arcos. El único varón, heredero del marquesado, Ambrosio Gaetano, enlazaría con otra pariente: Ana Catalina de la Cueva y de la Cerda, todos ellos con sucesión a excepción de María Teresa.

En 1707 residía en Palermo (Sicilia. Italia). En las fiestas navideñas de ese año enfermó, falleciendo poco tiempo después, en 1708. Tenía 40 años. /En la imagen, grabado de la catedral de Palermo

BAUTIZO EN LA PRIORAL.
En la página oficial de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli solamente se cita el año de su nacimiento, sin completar la fecha ni el lugar del mismo. Para que no quede duda del paisanaje de esta ilustre dama del siglo XVII, reproducimos el texto de su acta bautismal, tal como figura en el folio 219 del Libro nº 37 de Bautismos, conservado en la caja 77 del archivo parroquial de la iglesia Mayor:

«En la ciudad del Puerto de Santa María, el jueves diez de noviembre de mil seiscientos sesenta y siete, Yo, el Doctor Alonso Holguín, Vicario en ella y Cura más antiguo en la iglesia Mayor de esta ciudad, bauticé en la capilla del palacio del Excmo. Señor Duque de Medinaceli, marqués de Cogolludo, conde de esta ciudad y Gran Puerto de Santa María, Señor de las villas de Deza, Enciso y Lobón, de los Consejos de Estado y de Guerra, Capitán General de la Mar Océana, Costas y Ejércitos de Andalucía, a Isabel María, hija del Excmo. Señor Don Juan Francisco Thomás Lorenzo de la Cerda, Duque de Alcalá y Lerma,  marqués de Denia, Adelantado Mayor de Castilla, Conde de Santa Gadea y Buendía y de la Excma. Señora Doña Catalina, Antonia, Gabriela, Josefa, Benita María de Aragón y Sandoval,  Duquesa de Alcalá y Lerma, marquesa de Denia y condesa de Santa Gadea y Buendía, su legítima mujer. Fue su padrino el Señor Don Tomás Antonio de la Cerda, marqués de Laguna, Comendador de la Moraleja en el Orden de Alcántara y Mestre de Campo del Tercio provincial de Sevilla, encárguele el parentesco espiritual y la obligación que tiene en fee de lo cual lo firmé» . (Textos: Antonio Gutierrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

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Pehr Löfling o Pedro Loefling, nació en 31 de enero de 1729 en Valbo Gastrikeland (Suecia), hijo de Erik Löfling y Bárbara Standman. Estudia con un profesor privado hasta que, con 16 años se matricula en la Universidad de Upsala, en un principio para estudiar Teología empero, influido por el profesor Carlos Linneo se apasiona por la Botánica y acaba cursando estudios de Medicina. Tutor del hijo de Linneo y ayudante de sus profesor, presenta tu tesis escrita sobre ‘Yemas y Retoños de los Árboles’ e ingrea en la Real Academia de Ciencias Sueca. /A la izquierda, silueta del científico.

ESPAÑA Y VENEZUELA.
Con 21 años viajará a España recomendado por su mentor, a instancias del rey Fernando VI, donde permanecerá entre 1751 y 1754, realizando una serie de colecciones de zoología, --especialmente ictiología-- y botánica, que enviará a Carlos Linneo a Suecia, entre las que se encontraban especies nuevas. Publicará sus estudios en la Gaceta de Madrid en 1752 y, a título póstumo, su mentor dará a conocer su único artículo científico Iter Hispanicum, eller resa til Spanska Länderna uti Europa och America 1751 til 1756 (1758), pues falleció, prematuramente con 27 años, en la actual Venezuela, a orillas del río Caroní, en la Misión de San Antonio de Caroní (Bolívar, Venezuela), siendo enterrado al pié de un naranjo junto a la iglesia, en la Misión de Santa Eulalia de Merecuri.

Quizás fue este El Puerto que, 30 años antes, conoció Pedro Loefling, visto desde el Matadero Viejo, detrás de la actual estación de Ferrocarril. “Vista del Puerto de Santa María”, óleo sobre lienzo, 70 x 95 cm, 1781-1785 (propiedad del Museo del Prado, en depósito en el Museo Naval de Madrid) [P1151]. Autor: Sánchez, Mariano Ramón (Valencia, 1740-1822).

1753. EL PUERTO.
Pedro Loefling permaneció por espacio de algo mas de tres meses en nuestra Ciudad, en 1753, mientras esperaba partir en la expedición que le llevaría a los límites del Sur de América o del Orinoco (en el viaje  realizó descripciones de peces, moluscos, crustáceos y medusas, y ya en Venezuela realizaría una interesante descripción de flora y fauna) y elaboró durante aquel periodo de tiempo, con la ayuda de los pescadores de El Puerto, el Primer Tratado Español de Descripción de Peces.

La sueca Solveig Nordin recoge en un estudio sobre su compatriota que «En Iter Hispanicum se puede leer sobre los peces que Loefling preparaba para la Reina de Suecia y probablemente algunos todavía están en Estocolmo, Suecia en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (Naturhistoriska Riksmuséet). [algo que la autora no tiene aún contrastado durante la redacción de este texto]

Se reproducen las páginas 93 y 94 del Iter Hispánicum En la segunda página, hace referencia a los 50-60 peces de El Puerto de Santa María que fueron enviados a la Reina de Suecia.

Traducción libre del texto, escrito por Loefling el 18 de diciembre de 1753, del Iter Hispanicum. «El 20 de Octubre, la misma fecha de llegar a Madrid hace 2 años, resultó ser mi primer día de viaje en mi Viaje Americana, y el 2 de noviembre llegué aquí al Puerto de Santa María y el 5 de noviembre a Cádiz, donde me quedé un poco mas de 2 semanas antes de regresar de nuevo junto con mi compañía al Puerto de Santa María, como aquí se presentan más posibilidades de realizar estudios de la Naturaleza, mejor que en Cádiz que está cerrada. Por fin me he dedicado a los peces, y me he entrenado en la Ictiología, además de haber preparado entre 50 y 60 Especies de Peces en “Spiritu Vino” para Su Real Majestad La Reina, los cuales serán mandados con el primer barco a Suecia por el Sr. Cónsul BELLMAN (en Cádiz).» /Portada de Iter Hispanicum, eller resa til Spanska Länderna uti Europa och America 1751 til 1756 (1758)

Loefling partió de la Bahía de Cádiz  la madrugada el 15 de febrero de 1754 en dirección a la que sería la actual Venezuela. Ya no volvería, quedando allí para siempre.

PISCES GADITANA. OBSERVATA GADIBUS ET AD PORTUS Sª MARÍA. 1753. Mens. Nov. et Decemb.
La abreviatura Loefl. se utiliza en los géneros creados ó especies descritas por Pedro Loefling. Algunos de los nombres vernáculos y nombres científicos dados por Löfling a la fauna marina de la Bahía de Cádiz, durante su estancia en El Puerto de Santa María en el Primer Tratado Español de Descripción de Peces:

anchova: Clupea encrasicholus; anguilla: Muraena anguilla; araña: Trachinus draco; armado: Trigla coccyx; azedia: Pleuronectes; borracha: Trigla; borriquete: Perca marina; breja: Sparus; burel: Scomber trachurus; cadella: Galeus Glaucus; cazon: Squalus Galeus; chucho: Raya; dorada: Sparus aurata; faneca: Gadus; galera: Cancer; herrera: Sparus oblongus; lenguado: Pleuronectes; lisa: Mugil; morena: Muraena; perrillo: Gobius niger; pescada: Gadus; pintarroja: Squalus Canicula; rape: Lophius; robalo: Perca labrax; rubio: Trigla cuculus; sabalo: Clupea; safio: Muraena; sardina: Clupea sardina; tapaculo: Pleuronectes; vaca: Raya maxima; xibia: Sepia.

Placa situada en la esquina de la calle Guadalete esquina Avda. de la Bajamar, en agosto de 2010.

PLACA DE RECONOCIMIENTO.
En la calle Guadalete, en una esquina del antiguo Hospital Municipal, con la vista puesta al río, se descubrió el pasado 11 de agosto de 201o una placa en reconocimiento del científico sueco que vivió durante unos meses en nuestra Ciudad y del trabajo realizado. El alcalde de la Ciudad Enrique Moresco, el presidente de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia, Manuel Pico Ruiz Calderón y el presidente de la Asociación de Amigos de la Cultura Científica, Francisco González de Posada uno de los impulsores de la iniciativa, presidieron el acto. La Asociación Ecologista, en palabras de su Coordinador Local, Juan Clavero Salvador, valoraron positivamente esta distinción. También, en el Real Jardín Botánico de Madrid, se encuentra una placa a la memoria del joven sueco desaparecido prematuramente a causa de unas fiebres en la expedición a los Límites del Orinoco.

SOLVEIG NORDIN.
Solveig Nordin Zamano, compatriota sueca de Pedro Loefling (idealizado en el grabado de la izquierda) hizo en mayo del 2008 un recorrido por España, utilizando como guía de su periplo, el Diario de Viaje escrito por nuestro protagonista, en su viaje desde Madrid el 20 de octubre de 1753  hasta llegar a Cadiz el 5 de noviembre, que refleja en algunas entradas y comentarios en su blog: http://rutahistoria.blogspot.com/ (Texto: José María Morillo).

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El ambiente bullicioso de la Placilla. En el centro de la imagen, Isabel Oreni Mayi, esposa que fue de Antonio Álvarez Herrera. Al fondo, la tienda de Nicanor y el Bazar de Loza y Cristal, en la calle Ricardo Alcón, antigua calle Correo o Muro.

Añoro a la que fuiste; a esa, a la bulliciosa; a la que a las claritas del día me despertaba con el eco de los pregoneros. Puñeteros, no me dejaban dormir. Unos te ofrecían las mejores frutas;  otros las mejores lozas, las mejores macetas,  juguetes,  flores, 'tajaítas', churros y hasta bragas, etc... --¡Ya lo habían conseguido! --refunfuñaba-- ¡aquí no hay quien duerma! Pero qué alegría tenía mi Placilla, daba gloria  ver  como se esmeraban los comerciantes preparando su género.

Era un trasiego de mercancías, algunos como Paco 'el Jerezano', la acarreaban desde  la desaparecida Posada de la  Fruta en la calle Ganado. Era todo un espectáculo. Las señoras con sus canastos, las había que rebuscaban por todos los puestos; no eran buenos tiempos y había que apañarse bien con lo que se tenía pues  eran muchas las bocas que alimentar y había que hacer virguerías con los  escasos recursos de que se disponía. Otras, en cambio, eran fieles a sus proveedores, eso  les garantizaba un trato deferente.

El puesto de frutas y verduras de Manuel Raposo Ruso 'Carrizales' y su señora Manuela López, en la esquina de la fachada del Mercado de Abastos, frente al Bar Vicente.

Imangen la misma esquina, vemos que a la derecha, la puerta del Mercado es de rejas de madera.

La clientela, posando para el fotógrafo, ante unas frutas perfectamente alieadas, amén de las que penden de sendos clavos en la pared del Mercado de Abastos.


Otra visión del mismo espacio expositivo y de ventas. Los puestos tenían toldos para proteger las mercancías de las inclemencias del tiempo. Todas estas imágenes son del puesto de 'Carrizales'.

Los puestos de fruta ocupaban gran parte de la Placilla. Tenían una estructura de madera que les permitía exponer con armonía los diferentes artículos. Estaban Agustín Vela y Carmela Durán --mis padres--, Juan Malete y su esposa María, tenían una perrita --Estrella-- que me dejaban pasear y eso me encantaba. Tobálo, Santiago Martín-Arroyo, Manuel Raposo Ruso 'Carrizales' y su señora Manuela López; María y 'el Toto' cuñado de Antonio López 'Veneno' que tenía una Pescadería  junto a la Alpargatería de José Ramírez.

En la imagen, con delantal, Carmen, tenía su puesto de frutas junto al Alpargatero.

Junto a ellos tenía su puesto la señora Carmen --creo que tenía dos hijas: Carmelita, a la otra siento no recordarla--. No era la única Pescadería de la Placilla; estaba el puesto de Manolito 'el Cochino' que por las tardes lo abría su hermana Carmelita y que era muy graciosa, a la que más tarde reemplazó su esposa, Milagros, una gran señora.

Otros muchos comerciantes utilizaban una especie de tenderetes, que les resultaba fácil recoger cuando terminaba la jornada laboral. Así era mi Placilla, un hervidero de gente, cada uno a lo suyo, ganándose el pan como buenamente podían.

En la imagen, un isocarro con publicidad de Fino Quinta, en el que Juan Pérez, el repartidor, está dejando una caja de madera con botellas de cerveza de vidrio no retornable, vacías. Vemos los puestos del exterior del Mercado, plegados. La bicilceta era el vehículo por antonomasia de los pobres.

En esa época las bicicletas eran los vehículos de los pobres. Los hombres  hacían muchos kilómetros  para traer a El Puerto alguna caja de frutas ¿Se imaginan ir hasta Chiclana y, a la vuelta, venir cargados con una o dos cajas de Damascos? Pues eso era casi a diario y, conociendo a mi padre, seguro que traía una más, no por vanidad sino por su gran fortaleza. Había quien se ganaba la vida con aquellos inolvidables Isocarros, muy útiles para reparto.

En el Café Moderno, actual Cafetín, detrás de la barra Juan Pérez, repartidor de cervezas con Isocarro, Ángel Sordo propietario del establecimiento y Luis Jurado. Fuera del mostrador, a la izquierda, Luichi Alcántara Torrent y a la derecha, Enrique Gago, propietario del Bar ‘El Pescaíto’.

Si algo bueno tenía mi Placilla era la solidaridad ante algún contratiempo de uno de  los nuestros, que eso éramos: como una gran familia. No todo era perfecto, como no; había quien tenía más guasa... y los que refunfuñaban. Los había encantadores como  Ángel Sordo del bar Moderno: era como un tío para mi; aguantaba que le cantara y bailara y siempre tenía algún gesto de cariño para todos los niños del barrio. Vicente, su hermano del Bar los Dos Pepes. Remedios la portera del Teatro Principal que nos dejaba ver películas en un proscenio junto al escenario. La señora Pilar Lagunas, de 'los Maños', Fermin 'el Carbonero, 'el Boli' que era recadero, junto a Antoñito 'el del Penal', otro recadero; José y Lele, barberos; Enrique el del 'Refino de los Muertos'. Encarna su hermana, tenía una taberna 'Las 3 B', que si no me equivoco, hacía  la  mejor sangre encebollada de El Puerto; Miguel Salguero 'el Bollero', siempre amable y risueño. Bartolo, Pepín, María y Conchita y  Cuqui de Ultramarinos 'La Giralda'.


El trajín de la Plaza, con puestos, toldos, cajas y vendedores y mozos de todas las edades.

Los había con todo el salero del mundo  como María la del 'Toto'; Pepa, hermana de 'Kiliki' y 'Kunini', éste último casi nos dejaba sordos a todos con ese vozarrón que Dios le ha dado. Y Pepe 'el de los Dos Pepes' se paseaba en un seiscientos con una muñeca  hinchable; era todo un espectáculo por  su personalidad tan peculiar y esa gracia innata de la gente de Cádiz. Como no, los despistados como Leopoldo, que tenía la mejor carne membrillo de tres colores que yo haya probado nunca; los  preguntones como... mejor lo dejamos; los cocinillas como: Tete Ganaza que hacía un ajo caliente buenísimo a ojos de una niña de pocos años.

Juan González Herrera y sus hijos Juan y Ana González Borrás, en  el puesto de  carnicería del Mercado.

La Placilla se me antojaba enorme, era como un gran patio de vecinos, en los que todos estábamos bien avenidos o casi todos. Recuerdo como en ocasiones me llamaban Servando y José 'el Barbero': los dos me pedían que les barriera; uno me daba las mijitas de las galletas, el otro me  montaba en la silla de trabajo y me daba vueltas porque era giratoria. Lo hacían porque les encantaba los niños, no había ninguna maldad, José comenzó  a llamarme Marusela --decía que me parecía a una cantante de ese nombre-- y a día de hoy para él sigo siendo Marusela.

En la calle Sierpes, Dolores Dosal, Manolo Picazo, con pantalón de peto  y Manolo Martín-Arroyo, con sombrero blanco y mandil, delante del puesto de fruta y verduras.

Recuerdo  cómo íbamos a comprar  la leche con nuestras lecheras de aluminio, unas veces a la calle Luna, otras creo a la calle Vicario, a Santa María en casa Carmina. Y  lo mismo pasaba con el aceite: lo comprábamos a Genaro que tenía su almacén entre  Placilla y Luna. Y nada de un litro, un cuarto, o medio litro como mucho: había para más.  Era época de colas para la leche, el aceite, el picón, carbón, parar las sillas de la Iglesia Mayor; todavía recuerdo a la señora Juana, creo, repartiéndolas; ella sabía a quién  pertenecían y rara vez se equivocaba.

Paquito y Pedro Álvarez Herrera, hermano de Antonio Álvarez, primer alcalde constitucional del periodo de los ayuntamientos democráticos.

Y no digamos para en cine, sobre todo si  había algún espectáculo. Y de cambiar los tebeos en el Liberato en la calle Vicario. Por la tarde, los niños éramos los reyes de la Placilla; las niñas jugábamos a la china, al elástico, a la comba, a la pelota, al pañuelo, al  diábolo, al  coger, al esconder, etc. Los niños también jugaban con nosotras, pero  los juegos eran más en grupos. La mayoría de los niños éramos nacidos en la Placilla y alrededores. Muchas de las cancioncillas de la época todavía las recuerdo y, en ocasiones, me han servido para distraer a mis hijos y ahora a mi nieta.

En la desaparecida recientemente tienda de Genaro, vemos a su madre, Ramona Salas.

En mi adolescencia se reunían en la Placilla muchos jóvenes a los que se les llamó  'placilleros'; supongo que se hicieron  conocidos por el gran numero de ellos; yo lo que recuerdo es que, en una ocasión de apuro, eran los días de la fiesta del Mercado,  agradecí que vinieran en mi ayuda. Eran 'el Bestia', Eloy, los hermanos Rojas, los Crespo, los Ojeda, 'el Pesca', 'el Carlangas', Ernesto, etc.

De izquierda a derecha, con el micrófono, Antonio Romero Castro, Jefe de Negociado de Fiestas del Ayuntamiento, Miss Simpatía, Mariana, hija de Luchi Ganaza y nieta de Tete Ganaza; Miss Mercado, Dolores Moreno Figueras --esposa de ‘Lele el Pescaero’--, Manuel García funcionario municipal padre de Manolo García Campos, Carlos ‘Carlangas’ pescadero, asoma la cabeza el concejal Juan Ponce, la siguiente Miss, de la que no conseguimos leer su distinción, es hermana de de Antonio e hija de Angelito, quien tenía la frutería junto a la Carnicería Centro, en la calle Ganado y Calzados Ramírez, y Pedro Osborne Domecq. Fiesta del Mercado, el día de la Inmaculada, 8 de diciembre de 1972. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

Esta era  mi Placilla, la del olor a café  recién tostado, a pan tierno, a suspiros de La  Pastora, a fruta, a bollos, a huesos para el puchero, a pescado fresco, a carne de toro, a aceitunas, a aceite, a manteca colorá, a  flores, ...  En definitiva a vida, a sacrificios, a amistades sinceras y a mucho, mucho respeto. Gracias a todos,  siempre seréis mis buenas  y entrañables  gentes de La Placilla. (Texto: María Jesús Vela Durán). (Fotos: Colección A.F.G.).

Más nótulas de la Placilla en Gente del Puerto:
366. La Placilla en la década de 1950.
684. Motes en la Placilla.

6

En nuestras manos cayó para ser restaurada una pequeña Virgen, una más. No tendría mayor importancia ni significado, si no fuera por su procedencia y su pequeña historia.

Hablamos de “la Virgen de la Placilla”, o de “la Casa de los Leones”, o también la Virgen conocida como “de Escaldas”. Tanto esta pequeña imagen como el lugar donde fue colocada siempre han despertado curiosidad e interés en gran parte de los portuenses, que al pasar por la calle, camino del mercado, es inevitable volver la cara y echarle una mirada a su bella portada, hoy aún más, después de su reciente remozamiento. /En la imagen la Virgen a su llegada al taller de restauración.

Esta pequeña figura es de autor anónimo. Está realizada en terracota y policromada al óleo con adornos en oro. A primera vista despista un poco su vestimenta y sus atributos; sus ropas ricamente decoradas en líneas muy barrocas, con manto de motivos florales dorados en bajorrelieves, tanto  la Srª como el niño.  La Virgen con rostrillo de coronas circulares doradas porta al Niño Jesús en su mano izquierda, y sostiene en su mano derecha un corazón flameante; y,  ambos, sobre una bola mundi atravesada por una gran cruz dorada. Sobre los pies de la Virgen, la luna, flaqueada por siete angelitos. El niño con su mano derecha en actitud bendicente y en su mano izquierda sosteniendo la bola mundi con crucifijo sobre ella.

En la imagen se procede al estucado de la cara.

RESTAURACIÓN.
La figura, por las características del soporte, no presentaba grandes problemas estructurales; tan solo la unión de la bola mundi con la Virgen, que tenía tirantes de barro sin cocer que estaban muy pulverulentos y degradados.

La policromía estaba muy sucia y su color muy torcido, los dorados estaban verdes y oxidados. La bola mundi estaba totalmente repintada de azul intenso. Todos los bordes de la imágen estaban llenos de diferentes brochazos de cal y pinturas, de las que durante mucho tiempo se dieron a la fachada y a la hornacina.

Se realizó una limpieza superficial en profundidad, se consolidó y reforzó la estructura y la unión de la bola con la imagen. La policromía fue regenerada eliminando los repintes y los óxidos metálicos, quedando a la vista la rica decoración y su colorido. Al carecer de peana, se le añadió una amplia de hormigón muy fina, de color de la piedra de la portada y que queda oculta detrás del junquillo que porta el cristal que protege a la Virgen.

EL ENTORNO Y LOCALIZACIÓN.
La figura se encuentra en la hornacina que existe en el dintel de la fachada de la casa de la Placilla (San Bartolomé 6), conocida popularmente como la Casa de los Leones. Es de estilo barroco, con fachada tipo retablo y construida hacia 1.787 como consta un grabado en la misma. /Estado de la casa tras su restauración.

No queda constancia fehaciente documental, o al menos en un rastreo rápido no localizamos quién mando construir esta casa. Tan solo, según nos cuenta el Archivero Municipal J. Ignacio Buhígas, la habitó hasta 1797 la  familia Díaz de Celis, Jacinto, Benito, Juliana. Según Olga Lozano y Mercedes García Pazos en su Guía Histórico-Artística nos cuentan que fue mandada a construir por Pedro Montes. De todas formas no es la base de este artículo. Sí lo es la memoria popular que nos cuenta que la pequeña Virgen “de Escaldas” fue colocada allí por el gremio de “Los Montañeses”.

LOS MONTAÑESES EN EL PUERTO.
Durante el siglo XVIII, como es sabido, el Puerto contaba con un florecimiento económico importante gracias a las transacciones que se realizaban con América. Por aquí pasaban muchas mercancías y en determinados sectores económicos el dinero corría. /Vista del patio, desde la casapuerta.

A la llamada de esta bonanza hay zonas de España en que las migraciones hacia El Puerto de Santa María fueron más abundantes. Evidentemente las zonas mas cercanas fueron las mas numerosas como las de Cádiz, Jerez, Sevilla, Huelva etc. sin embargo desde zonas tan lejanas como Galicia con 842 hombres y 56 mujeres, o la cornisa Cantábrica con 354 hombres y 56 mujeres, y mas específicamente Santanderinos 152, y 142 Asturianos por ejemplo, según los datos de los registros parroquiales de matrimonios aportados por Juan José Iglesias en Una Ciudad Mercantil en el S. XVIII.

El gremio de los montañeses fue muy importante en nuestra ciudad y en las del entorno de la Bahía, llegando a ser un colectivo muy unido y organizado. Su campo de trabajo se encontraba repartido fundamentalmente en comercios de primera necesidad y en tabernas. Esta exclusividad en la actividad ha llegado hasta nuestros días, aún queda en la ciudad algún comerciante descendiente de los instalados en este siglo en el Puerto. La denominación de “el montañés” es sinónimo de tienda de ultramarinos.  “El montañés de la esquina” es el titulo de un curioso libro de Venancio González, publicado en 1995 por la Universidad de Cádiz que habla de la actividad en estas tiendas en Cádiz. /En la imagen, hornacina en la fachada donde permanece la reproducción del original.

En la ilustración podemos observar cada número y lugar correspondiente a los santanderinos que emigraron al Puerto.

EL PORQUÉ DE LA VIRGEN DE CALDAS.
Viendo el mapa de población,  vemos los lugares de donde proceden los Santanderinos asentados en el puerto y observamos  que gran parte de ellos procedían de las zonas próximas al cauce del río Besaya y de los alrededores de Torrelavega. En el cauce del río y muy cerca de Torrelavega, a siete Km. se encuentra la localidad de Caldas de Besaya. El cauce del río fue utilizado por los romanos como camino de entrada de la meseta castellana hasta el mar Cantábrico. Aún quedan algunos restos de la calzada que construyeron y ya desde esta época hay conocimiento de los manantiales termales de esta localización.

En estos lugares, en la última hoz del Besaya y entre el camino real que lleva a Castilla y el río,  existía muy cerca de éste un manantial de aguas calientes, y entre éstas y el camino, en un estrecho lugar, existía una ermita medieval con algunas dependencias. En esta ermita se adoraba ya a Ntrª Srª de Las Caldas, que según las noticias del propio monasterio es posiblemente desde la segunda mitad del S. XII. En ella los ermitaños cuidaban de los enfermos con el auxilio de las aguas y de la Virgen. /En la imagen Dñª María Ana Velarde, óleo 104 x 74 cm.

Los vecinos, en el intento de fortalecer el culto a la imagen, acudieron a principios del S. XVII al convento de los Dominicos de Regina Coeli de Santillana del Mar. En 1.611 los Dominicos tomaron posesión del convento.

El destino del santuario cambiaría con la llegada fortuita del padre Fray Juan Marfaz quien es nombrado Prior en 1.663 y junto con la ayuda espiritual y económica de Dñª María Ana Velarde trazan y comienzan la construcción de un nuevo Monasterio mas amplio y mas digno.  La imagen fue trasladada a su actual ubicación en Marzo de 1.683. Ninguno de los dos promotores llegaron a verla en el nuevo santuario,  pues Dñª María Ana muere cinco años antes en la hospedería del antiguo santuario, tras quedar viuda y tomar los hábitos Dominicos y el P. Marfaz tres años antes de los traslados. /Retrato del P. del Pozo, óleo 168 x 104.

El Prior sucesor del P. Marfaz fue el Padre Alonso del Pozo, calificador e inquisidor del Santo Oficio, al que conoce en el Colegio de San Gregorio de Valladolid. Este, fue el primer Historiador de Ntrª Sra. de Caldas y biógrafo del P. Marfaz y Dñª María Ana Velarde que publico en 1700, junto con la tercera regla del Padre Santo Domingo que publico en otro tomo. Mas tarde construiría  el Santuario de Montes Claros.

ATRIBUTOS.
En el cuadro que representa al P. Alonso del Pozo que está en la camarín de la Virgen, se nos representa rezando el rosario a la Virgen que ya esta vestida con manto, y con los dos tomos, mencionados anteriormente, escritos por el, de fondo en la ventana al Hoz del Besaya, y los dos monasterios, el nuevo y el viejo. /En la imagen, grabado S. XVIII.

Gracias a la documentación facilitada por el Padre Alberto González Fuente, al que desde aquí damos las gracias por tan inestimable colaboración, conocemos datos interesantes en un articulo suyo publicado en el boletín del Santuario en Diciembre de 1.976 y titulado “Un corazón en la mano de la Virgen de Las Caldas”.

Hasta  el año 1.953 la imagen de la  Virgen estuvo vestida con el mismo aspecto que presenta la de la Placilla, hasta que, con motivo de la restauración de la Virgen por el artista madrileño José Lapayese, se decide eliminar los mantos y dejar la imágen en su estado primitivo con todo el aspecto de una imagen gótica. /En 1953 aún tenia el brazo prolongado.

HISTORIA.
En la Historia la Virgen de Las Caldas y biografía de los fundadores del P. Julián del Pozo (1.700) dice: “a quien con atención la mira, le arrebata el animo y le atrae el corazón, como la piedra imán al hierro, y hace maravillosos efectos en las almas de los que la miran...Tiene en la mano derecha un corazón, como indicio de que es el árbol sagrado que lleva por fruto corazones para ofrecer a su sagrado hijo... Sobre el brazo izquierdo tiene el Niño: es de la misma pieza de la talla, de suerte que no se puede quitar.”, “Y aunque la imagen de Nuestra Señora está sentada, como ahora se viste, parece estar de pie. Vistese al uso de Castilla, tiene su rostriño y corona con arco”. Es evidente que ya en esta fecha y no desde mucho tiempo atrás, la imagen gótica ya esta vestida.

En esta misma historia en páginas mas adelante el P. del Pozo relata que estando Dñª María Ana encomendando a la Virgen su director espiritual el P. Marfaz, escucho de su Ángel de la guarda la siguiente frase: “Ese tu confesor, por quien pides, ha puesto su corazón en buena mano. Y al mismo tiempo le pareció ver a María Santísima que traía en su mano el corazón de su devoto capellán y siervo y daba a su entender que era verdad lo que le había dicho su ángel; y que le tenia en su mano y por su cuenta”. Del mismo modo esta claro que en 1.700 la figura había sido amputada y estirada de la mano derecha y sustituido el atributo frutal de las imágenes románicas y góticas por el corazón que vio Dñª María Ana Velarde. /Estado actual de Ntra. Sra. de las Caldas.)

En el proceso de remozamiento efectuado por Lapayese en 1.953, se coloco la mano al modo de este tipo de imágenes y se coloco la fruta en ella. Al parecer la mano eliminada era de nogal y la figura es de madera de sicomoro, con lo que es probable que no fuera original.

CONCLUSIONES.
Es evidente pensar que los montañeses de que vivían en El Puerto a finales del S. XVIII, solo conocían su imagen venerada de Ntrª Srª de Las Caldas con el aspecto que presenta este grabado. Y sin entrar en si fue colocada en la casa de la Placilla por el gremio de montañeses o únicamente por el fervor del dueño de la casa, la imagen que nos legaron es la que afortunadamente y tras los avatares sufridos por la casa, hoy parece respirar tranquilidad tras convertirse, en un Aparta-Hotel. /Estado actual de la Virgen de la Placilla.

ISLA DE GUAM.

La advocación de la Virgen de Caldas o de Ntra.  de  las Caldas desde antiguo saltó el Atlántico y los Santanderinos la llevaron al nuevo mundo. La isla de Guam es llamada Guaján en español. El 6 de marzo de 1521, la descubrió  Magallanes durante la expedición española de circunnavegación del mundo. Hay referencias en el Archivo de General de Indias de un patache (embarcación de vela de dos palos, mezcla entre bergantín y goleta) llamado Ntra. Sra. de las Caldas, El 25 de agosto de 1734 se realizó un Mapa de la entrada y puerto de San Luis de Apra, (de dicha Isla de Guam que perdió España en la guerra hispano norteamericana), siendo su capitán y cabo Don Juan Antonio Jove y su piloto mayor Don Luis Duplesis, los cuales pilotos sondaron y demarcaron el dicho puerto y lo hallaron capaz de entrar en él cualquier navío o galeón de la carrera y Filipinas.

Se construyó un fuerte de piedra que se fabricó el año 1737 y tenía cabalgadas 6 piezas de cañón para defensa de dicho puerto. Su planta es de 35 varas de largo, su ancho 9 varas, su alto, hasta las troneras de 5 varas y está fabricado sobre cimiento firme de piedra viva.  /Mapa de la isla de Guam.

FILIPINAS, BUENOS AIRES.
También se menciona en la audiencia de Filipinas en 1735/ 1738/ 1740/ 1741/ 1782. Otra referencia americana, La polacra (Buque de dos o tres palos) Nuestra Señora de Caldas  matriculado en Buenos Aires comprada en diciembre de 1810 por el comandante de Marina y diputado ante la Junta Grande Francisco de Gurruchaga, fue convertida en bergantín y puesta al mando de Hipólito Bouchard, quien llevaba como segundo al mando a Ángel Hubac y contramaestre a Luis Rafia. La nave tenía 26 metros de eslora, 5,5 de manga, 3 de puntal, 2,3 de calado y un porte de 180 t.

EN MÉJICO.
Por otro lado, en México se encuentra la Ciudad Jiménez en Chihuahua, cuyo nombre anterior fue el de Santa María de las Caldas. Se cambió el 28 de octubre de 1826, en honor de José Mariano Jiménez, héroe de la independencia fusilado en Chihuahua en 1811. /Óleo de Ntrª Sra. de las Caldas, ciudad Jiménez, Mexico.

Fue poblado por los españoles a partir de 1643, reconquistada por los indios “Tobosos” en varias ocasiones, el 4 de enero de 1753 el capitán Bernardo Antonio Bustamante y Tagle fundó el presidio militar de Santa María de las Caldas del valle de Huejoquilla, población que se logró consolidar y que dio origen a la actual ciudad de Jiménez. De esta época se conserva en la ciudad el cuadro de la virgen de Santa Maria de las Caldas imagen que fue llevada en su fundación y que tenía en ese momento el aspecto como la de El Puerto

Hoy día la imagen que figura en la portada de la Casa de los Leones es una reproducción en resina que se realizó para preservar la original que se conserva en la recepción del hotel. (Texto: Javier M. de Lucas Almeida. Ldo. en Bellas Artes).

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