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Una reunión en el Tabernón de Merello, de izquierda a derecha Rubeque, ‘el Churrete’, el niño Juan Benvenuty Morales, Caracol y Garrucho. /Foto: Colección Antonio Fernández Feria.

Apenas quedan tabernas y bodegones en El Puerto: Obregón y las Siete Esquinas se reconvirtieron de Despacho de Vinos a tabernas. Iniciativas relativamente nuevas como ‘La Media Chica’ en la calle Alquiladores o ‘El Bodegon’ en calle Pagador, vienen a recordarnos que lo que fue El Puerto de otros tiempos donde las Bodegas y el Vino jugaban un papel preponderante, junto a la pesca, en la economía de la Ciudad.

Para Enrique Pérez Fernández, en su libro de ‘Tabernas y Bares con Solera’ publicado en 1999, escribía: «No podemos sino dejar patente nuestra pena y rabia –sabemos que compartidas por muchos portuenses– por la pérdida de este emblemático bodegón. Aquí, como en casi todo este cochino mundo, sigue primando, y va a más, sólo el dinero; no el valor intrínseco de las cosas y de las gentes. Los yanquis hubiesen conservado el bodegón de Merello como oro en paño. Aquí lo tiramos»·.

El Tabernón de Merello, visto por Manuel Martín Morgado. en Gente del Puerto.

 

 

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Situación de los cursos de agua, caminos y aldeas andalusíes del término.

Como decíamos en la presentación de esta serie (ver nótula 2.217), comenzaremos nuestro recorrido por las tierras portuenses –en las que sus paisajes y la Historia serán protagonistas- en el arroyo Salado de Rota, el que nace en el lugar nombrado Pozo Salado y captando aguas dulces de arroyos menores, tras 9 kilómetros zigzagueando por los términos de Sanlúcar, Rota y El Puerto –en tramos marcando sus divisorias municipales-, desemboca en la bahía de Cádiz en terrenos ocupados por la Base Naval. Terrenos de marismas se abren en su curso bajo y alto, en el entorno de la desecada laguna del Gallo.

Hoy el Salado de Rota no es ni sombra de lo que fue. Por último, las intervenciones antrópicas realizadas intensivamente durante la segunda mitad del siglo XX con la parcial invasión de su lecho por las tierras de los campos linderos y su canalización artificial para el regadío (obras que a fines de los 80 realizó el Iryda y en 2008 la Agencia Andaluza del Agua) fueron minando y desfigurando la antigua fisonomía del curso fluvial que en el siglo XIII llamaban río de Casarejos y durante la Edad Moderna arroyo Ratonero y Paparratones.

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El Salado, abriéndose camino en la campiña. /Foto: Juan José López Amador. 1987.

En la década de los 80, cuando repetidamente recorrimos su curso en compañía de nuestros amigos José Antonio Ruiz y José Ignacio Delgado ‘Nani’, presentaba un estado de conservación notablemente mejor que hoy. Y como para conocer un curso fluvial no hay mejor modo que navegarlo, empleamos una barquita que habíamos construido expresamente para recorrer la laguna Salada (ver nótula 788).

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Navegando por el Salado en 1987. / Fotos: Nani y J.J.L.A.

Realmente era delicioso remontar, a percha, como en la laguna, el Salado; especialmente en primavera, cuando sus márgenes estaban repletos de flores. Conocimos entonces un arroyo lleno de vida vegetal en sus riberas –abundante el salado y, más al interior, los carrizos donde anidaban patos y fochas- y sus aguas repletas de lisas, anguilas, robalitos, cangrejos americanos, camarones, almejas, coquinas…

arrollosalado_5_puertosantamariaEn la imagen de la izquierda, vemos como las nasas también poblaban las aguas del Salado. / Foto: J.J.L.A. 1985

Acaso fuimos los últimos que navegaron por el Salado, porque hasta los últimos años 50 –cuando los campesinos aún habitaban los campos– sus vecinos bajaban el arroyo en barcazas cargadas con los productos hortícolas de sus tierras para venderlas en Rota y Cádiz. Un viejo campero del cortijo de Vaina, que contaba con embarcadero propio, nos lo contó. Hoy sólo navegan los submarinos nucleares que fondean junto a la boca del Salado.

LOS AFLUENTES

Que el Ratonero o Paparratones fue una importante vía de comunicación cultural y comercial –desde fines del tercer milenio anterior a nuestra era y hasta época andalusí (siglo XIII)- es una afirmación que las prospecciones y las puntuales excavaciones arqueológicas realizadas en sus inmediaciones han constatado. (De las aldeas que desde la Edad del Cobre poblaron las riberas del Salado y su zona de influencia escribiremos en próximas entregas.)

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Las frondosas riberas del Salado en 1987, antes de su canalización con hormigón. / Foto, J.J.L.A.

arrollo_villarana_1_puertosantamariaEl curso del Salado y sus afluentes vertebran al Este gran parte de las ‘tierras negras’ y albarizas que configuran la campiña portuense, siendo cinco los principales arroyos secundarios que irradian sus aguas por el término, que son, desde la boca del Salado aguas arriba y en su margen izquierdo:

-El arroyo de Villarana recorre el extenso pago y donadío de su nombre hasta alcanzar la laguna Salada, cuyas tierras conformaron –ya en época romana- un núcleo agrícola muy destacado dedicado a la explotación de cereales y durante siglos, la despensa de trigo de El Puerto; las tierras que hacia el año 1319 adquirió doña María Alfonso Coronel –entonces viuda de Guzmán el Bueno y señora jurisdiccional de El Puerto- y luego pasaron a manos de los condes y duques de Medinaceli, sus sucesores en el señorío.  /En la imagen de la izquierda, puente de madera sobre el arroyo Villarana en 1984. / Foto, J.J.L.A.

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Cuando la marea vacía, las piedras sobrepuestas en el Vado de Villarana forman esta cascada. / Foto, J.J.L.A. 1984.

-Le sigue el arroyo de Campillo –al comienzo del siglo XVI lo llamaban arroyo del Serrano-, que brota de las inmediaciones del cruce de las carreteras El Puerto-Sanlúcar y Jerez-Rota. Hoy sólo se alimenta de las aguas de lluvia y de las escorrentías del vecino cerro de Venta Alta, pero antaño nacía en un manantial junto al paraje donde se levantó la alquería andalusí de Fontanina y próximo a donde están los viejos pozos del Duque (de Medinaceli). En la Antigüedad, su cauce, mucho más caudaloso que hoy, propició que junto al arroyo se estableciera un poblado tartésico en los siglos X-IX, del que se excavaron, por vía de urgencia, dos fondos de cabañas en 1984 (Museo Municipal) y 1985 (Diego Ruiz Mata), exhumándose cerámicas que denotan los primeros contactos comerciales tartésicos con navegantes fenicios, antes de que se establecieran en la bahía de Cádiz. 

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El arroyo de Campillo con sus márgenes inundados, en 1986. / Foto, J.J.L.A.

-El arroyo del Gallo aporta sus aguas al Salado desde la laguna y marisma del Gallo, cuyo entorno, en las laderas de los cerros que lo flanquean, se poblará con aldeas desde la Edad del Cobre –ininterrumpidamente- hasta época andalusí.

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El arroyo del Gallo desbordado, en 1996. / Foto, J.J.L.A.

-El arroyo de Campín cruza al norte del término portuense hasta adentrarse en el jerezano. Junto a este curso fluvial nació el poblado del Cobre de Campín, sólo conocido por las prospecciones arqueológicas que realizamos –con José Antonio y Nani- en la década de los 80, pero que si algún día se excava deparará el hallazgo de una importante población, seguramente amurallada.

-Y el arroyo Hondo, que es una bifurcación del de Campín y se adentra en tierras sanluqueñas, cubriendo con los otros cuatro arroyos secundarios y el principal del Salado gran parte del territorio de Isla Cartare.

LA UNIÓN DEL GUADALQUIVIR CON EL SALADO.

Escribir de la historia natural del arroyo Salado y sus afluentes precisa que nos hagamos eco de una antigua tradición que diversos autores recogieron durante la Edad Moderna y la Contemporánea. Desde mediado el siglo XVI, la historiografía repetidamente apunta a que el curso del Salado formó parte –en un tiempo impreciso- de un antiguo cauce del Guadalquivir, identificado por diferentes autores como la boca occidental “perdida” referida a fines del siglo I antes de Cristo por Estrabón: “…después se halla la desembocadura del Betis [Guadalquivir], dividida en dos brazos; la isla comprendida entre ambas bocas abarca un trecho de costa que tiene cien estadios [18’5 km] o más, según algunos.” (Geographia, III, 1, 9)

Esta identificación la contemplaron, entre otros, Florián de Ocampo (1543), Agustín de Horozco (1598), Bernardo Aldrete (1614), Martín de Roa (1617), Rodrigo Caro (1634), Esteban Rallón (1665) y un largo etcétera. Según ellos, un estero nacido del Guadalquivir se adentraba por las sanluqueñas tierras de Maina y conectaba con el Salado (suponemos que por el afluente de arroyo Hondo).

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Una segunda conexión la establecieron otros autores a partir del siglo XVIII desde el brazo de la marisma de las Mesas, donde se sitúa la romana Hasta Regia, de cuya cola nace el arroyo Tabajete (junto al que transcurría la calzada de la Vía Augusta). De esta supuesta unión se hicieron eco, entre otros, Enrique Flórez (1752), Bartolomé Gutiérrez (1787), Miguel Cortés López (1835) o Adolfo de Castro (1858). Al respecto, el citado Flórez decía en su España Sagrada (t. IX, cap. I): “...no necesitaremos recurrir a la costa occidental de San Lucar, para buscar la otra boca pues en esta parte junto a Rota se verifica la distancia que Estrabón señala a la costa marítima de la Isla, diciendo que tenía tres leguas y cuarto, o más según otros, […] y esto viene bien con el sitio de junto a Rota, donde vemos actualmente un Arroyo, llamado Ratonero, que baja desde las peñas de Asta y Trebujena, entre las cuales pudo también correr la boca antigua del Betis, pues aun hoy dista poco el nacimiento del Arroyo de la Isla mayor del río, como vemos en el moderno mapa del Reino de Sevilla, ejecutado por el Ingeniero Jefe Don Francisco LLobet…”.  /En la imagen de la izquierda, detalle del Mapa del Reino de Sevilla (1748) del ingeniero Francisco Llobet. / Real Academia de la Historia.

Aún en el siglo XX se incidía en este segundo enlace. Así, José Chocomeli precisó en 1940 en su En busca de Tartessos: “…el primer brazo oriental derivaba del lago Ligustino [marismas del Guadalquivir] por bajo de Lebrija, siguiendo las marismas del Bujón, de las Mesas y de Tabajete, arroyo de este nombre, vereda de Ferias [que muere junto a la laguna del Gallo], arroyos del Gallo y Salado de Rota, a desembocar donde hoy lo hace este mismo arroyo.” El mismo trazado lo había marcado en agosto de 1935 el portuense Francisco Ciria (‘Canales y desembocadura del Tartessos’, Diario de Cádiz).

Y es probable que así fuera. Mucho han cambiado los paisajes –más de lo que parece- en los dos últimos milenios, por la acción de la naturaleza y sobre todo por la del hombre. Y hay que tener presente que este paisaje es el espacio en el que Estrabón decía que las poblaciones de los márgenes de las hoy marismas bajas del Guadalquivir –nombraba a Asta (Mesas de Asta, Jerez) y Nabrissa (Lebrija)– habían abierto en sus esteros canales artificiales: “La serie de canales que han sido abiertos por doquier ayudan al tráfico y a las relaciones, tanto entre ellos mismos como con los forasteros. Del mismo modo también en la pleamar se utilizan los brazos confluentes [de los esteros] cuando los istmos que los separan se hacen navegables al quedar anegados. Las naos pasan entonces de los ríos a los esteros y viceversa.” Sobre los esteros, el geógrafo griego remarcaba: “Se llaman esteros a las escotaduras litorales que el agua del mar llena en la pleamar, y por las que se puede navegar remontando la corriente como por los ríos hasta el interior de las tierras y las ciudades de sus orillas.” (Geographia, III, 2, 5 y III, 1, 9)

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Marisma de las Mesas de Asta. / Foto, José y Agustín García Lázaro (web entornoajerez).

La conexión del Tabajete con el inmediato arroyo del Gallo –o acaso, apuntamos nosotros, con el de Campín, que se sitúa frente al de Tabajete– quedó cortada en 1877, cuando se construyó la vía férrea entre Jerez–Sanlúcar–Bonanza.

De cualquier forma, dejamos apuntada la vieja tradición (cuando el río suena…) de la antigua unión por vía fluvial de la bahía de Cádiz, a través del Salado de Rota y las campiñas de El Puerto, Sanlúcar y Jerez, con los esteros marismeños del Guadalquivir.

LA ALDEA ANDALUSÍ DE CASAREJOS.

Decíamos que el primer nombre conocido del arroyo Salado de Rota fue el de río de Casarejos, topónimo con el que fue bautizada –en el Libro del Repartimiento (1268) del término portuense- la aldea hispanomusulmana (de nombre árabe desconocido) que existía junto a la orilla izquierda de la desembocadura del Salado en el tiempo que la región gaditano-jerezana fue definitivamente conquistada para el mundo cristiano por Alfonso X.

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Detalle de la desembocadura del Salado, donde estuvo Casarejos . / Foto, Google. 2014.

Fue la de Casarejos una de las ocho alquerías andalusíes (de las trece que se distribuían por el término) que se fundaron, probablemente en los siglos X-XI, en el entorno del Salado y de sus afluentes y la laguna del Gallo, nombradas en el Repartimiento como Villarana, Bayna, Finojera, Fontanina, Grañina, Campix, Poblanina y, contiguo a la boca del Salado, Casarejos.

Aporta el documento medieval una interesante información para conocer algunos aspectos de la alquería andalusí, cuyas casas, solares y tierras fueron repartidas en 1268 a 77 repobladores castellanos.

casarejos_2_puertosantamariaSu término limitaba al sureste con el de Al-Qanatir (El Puerto), al norte con las tierras de las alquerías de Villarana y Bayna  y al oeste, en la otra margen del río, con la roteña de Flayna (probablemente emplazada en el yacimiento arqueológico de Las Mezquitillas). La ubicación de Casarejos junto a la boca del Salado indicaría su control del paso del cauce del río –probablemente con barcas- a la otra orilla y al interior de su curso, donde se emplazaban las otras siete aldeas andalusíes. Menciona el Libro del Repartimiento un camino –la carrera de Rota- que enlazaba Al-Qanatir, Casarejos y, por Flayna, con el ribat de Rota.  /En la imagen de la izquierda, reconstrucción del entorno de la alquería de Casarejos.

Se desconoce si Casarejos estuvo fortificado -como consta que lo estuvieron otras alquerías del Salado-, pero la repetida mención en el reparto a una pared  (o paredes) que servía para delimitar las entregas de los solares y casas a los repobladores, así podría indicarlo: por ejemplo, al decirse “…los palacios grandes como se sigue con la pared aiuso [abajo] o “…salvo los palacios que se siguen como va la pared ”.

arrollosalado_15_puertosantamariaEn el centro de la población se situaba su mezquita y –como los arriba citados- varios palacios grandes, que han de entenderse no como hoy, sino casas con más porte constructivo que los del común de la población. Y menciona el Libro dos calles, la rúa “que está de parte del río, la que va a Porluengas y “la de los Colmeneros”. Y un pozo comunal junto al camino de Al-Qanatir, y junto al pozo tierras públicas, el ejido. Y una cueva –“las casas que están sobre la cueva”-, que seguramente era un gran silo de la Edad del Cobre como los excavados en las inmediaciones del Salado en los años 50 dentro de la Base y en los 80 en La Viña. /En la imagen de la izquierda, ‘Cueva artificial’ de la Edad del Cobre en el yacimiento portuense de La Viña. / Foto, J.J.L.A. 1987. 

También menciona el texto alfonsí una isla e isleta, cuyo terreno también se repartió a los repobladores y que con seguridad se situaba en medio del río, al modo de un bajo formado por la colmatación de sedimentos marinos y fluviales, como aún se reflejaba en la cartografía del siglo XVIII.

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La isleta de la boca del Salado en un mapa de 1762.

La economía de Casarejos debió de basarse en la actividad pesquera con la explotación de corrales marinos, que aún se perciben en la margen izquierda de la boca del Salado, nombrados en la cartografía del XIX corral del Cueto. A una estructura pétrea que aún se ve en la misma boca del arroyo –tal vez la huella de un espigón o muelle de incierto origen- parece aludirse al comienzo del deslinde alfonsí (1268) de los términos de Rota y Casarejos: “El primer mojón es el Estapudal que llaman de los Camellos y Casarejos, que parte término con Rota. Han por mojones unas piedras que estaban en el mar que había nombre el Albequer.” Y una segunda base de la economía de Casarejos fue la explotación de las arenas litorales –al igual que en tiempos púnicos y romanos- como viñedos (vino, pasas, uvas), siendo 64 aranzadas las que se repartieron en 1268, linderas a las viñas de los arenales de Al-Qanatir. También tenía Casarejos, hacia el término de Bayna, un terreno menor dedicado a la explotación de cereales, y tierras de jaras con higueras y perales.

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Litoral entre El Puerto y Rota. Mapa de Francisco Coello, 1868. La flecha marca el Corral del Cueto.

Tras la ocupación cristiana de la alquería de Casarejos, su repoblación –como ocurrió en las demás a excepción de Al-Qanatir (El Puerto)- no cuajó y la vieja aldea andalusí se abandonó o, quizás, ni siquiera el conjunto de las casas y solares fuesen habitados por sus 77 beneficiarios. Sí perduró en el tiempo la ‘pesquería de Casarejos’ y la explotación de las arenas como viñedos y huertas.

Cuándo el término portuense de Casarejos pasó a integrarse en el roteño es cuestión que no podemos precisar, aunque lo más probable es que ocurriera poco después de 1341, cuando el señorío portuense pasó a manos de Juan de la Cerda I, hijo de Leonor Pérez de Guzmán y nieto, por vía materna, de los arriba citados Guzmán el Bueno y María Alfonso Coronel, también señores, desde 1297, de Rota. / Texto: Juan José López Amador y Enrique Pérez Fernández.

Entre los usos, modos y costumbres en faenas de arranchar los barcos de pesca, --cuando en El Puerto una buena parte de su población activa vivía de las faenas de la mar--, la tripulación de aquellas embarcaciones se tomaba unas cervezas, finos y bocadillos, como podemos apreciar en la siguiente fotografía de la colección de Vicente González Lechuga.

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En la imagen podemos ver a Pepe González Padilla, armador del barco, Antonio García Muñoz, Mora, pescador sordomudo, Agustín Triviño Iglesia, José Antonio Romero Pedrote, de la familia ‘Abuelita’; Anselmo Otero Díaz, Maneiro Antonio Valimaña Lavilla, Antonio García Muñoz 'el Boina' y Francisco Rosa. Mora, pescador sordomudo, que desde su infancia estuvo embarcado en pesqueros de la flota local, años después le dieron de baja por incapacidad permanente absoluta debido a la minusvalía que padecía ya que hacía peligrar su vida en alta mar.

La fotografía está tomada en la antigua Lonja de Pescados uno de los barcos de la familia González Padilla arranchando para salir a la mar. Se encuentra en el cantil del muelle suministrando hielo en la Fábrica de Hielo de la Compañía General de Carbones, S.A., donde estuvieron trabajando Javier Tosar Barrera y Manuel Alejo Mulero con nótula en Gente del Puerto, numero 063 y 1.565, respectivamente. La familia González Padilla fue armadora de los pesqueros 'Chapeglo', 'Elisa Padilla', 'Flopuerto Uno', 'Julia Noval’, 'Camijanes', 'Flopuerto Tres', 'Manuel María González', 'Carmen Mallach', y 'Teresa Ferrer' estos dos en sociedad con Pepe González Narváez, conocido como Pepe ‘El Panadero’ de la panadería ‘La Pajarita’, también conocida como ‘Antiguo Horno de las Cañas’ con nótula en Gente del Puerto, número 1.057.

cristinacologanponte_PUERTOSANTAMARIACristina Cólogan Ponte fue la titular de la Junta Gestora de la Real, Pontificia, Muy Antigua e Ilustre Archicofradía y Esclavitud de Nuestra Señora de Los Milagros. Patrona y Titular de la Muy Noble y Leal Ciudad de El Gran Puerto de Santa María. Fallecía el 2 de febrero de 2009, a la edad de 80 años. Era viuda de Ignacio Osborne Vázquez, con quien tuvo seis hijos: Ignacio, Cristina, Leopoldo, Mauricio, Jorge y Elena. Esto escribía hace cinco años Luis Suárez Ávila:

La semana pasada dejó este mundo terrenal Cristina Cólogan Ponte. Cristina fue el dechado de la elegancia, la finura, la discreción, la mesura, la prudencia y la laboriosidad. No había nada más que verla cuando se hizo cargo de la Junta Gestora de la Archicofradía y Esclavitud de Nuestra Señora de los Milagros con sus blocs de gusanillo, apuntando ávidamente todo para dar el tono y tino que desde el siglo XIII habían ido creándose en torno a la Patrona. Conectó la tradición de una devoción antigua con la modernidad. Supo, con cariño y mucho respeto, recuperar los enseres y documentos que estaban en casas particulares de personas muy mayores que habían tenido cargos en las Juntas anteriores. Las atrajo con empeño caritativo. Todo lo consiguió diligente, pacientemente, como si nada.

virgenmilagros_congreso_puertosantamariaHablé de sus blocs minuciosamente escritos, recordatorios, visitas, resultados, horarios, pequeñas y grandes cosas que son la historia, día a día, de la moderna Archicofradía y Esclavitud. Durante más de ocho años señeros, difíciles. Se trató de la reconstrucción de la Archicofradía. En su mandato tuvo el apoyo de personas que la siguieron y la aconsejaron bien. Sus principios, cuando se consolidó la Esclavitud, fueron potenciar un Congreso “Nuestra Señora de lo Milagros, entre la historia y la leyenda” al que acudieron de ponentes catedráticos y profesores de muchas universidades, con lo quedó patente que no estábamos ante una imagen mariana cualquiera, sino ante la Santa María do Porto de las Cantigas de Alfonso X con una historia cargada de hechos notabilísimos. La propia imagen, sus leyendas, el santuario fortificado, el templo del Pozo Santo, su capilla, su ajuar, la poesía, la música, la imprenta... todo lo relacionado con la Patrona fue estudiado minuciosamente.

En la imagen de la izquierda, portada del folleto del Congreso “María Santísima de los Milagros entre la Historia y la Leyenda”.   Organizado por la Comisión de las Bodas de Diamante de la Coronación Canónica de la Virgen. La ilustración muestra la faz de la imagen sin los arropes barrocos que luce habitualmente, dejando en blanco el resto de la talla que, en la actualidad se encuentra protegida, desde la época del Duque de Medinaceli, en una urna de plata. 29 al 31 de octubre de 1991.

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Acto celebrado en la sede local de la Cruz Roja, durante la clausura de un Curso. De izquierda a derecha, Victor López Saiz, comisario de Policía; José Joaquín Muñoz Bela, médico y presidente de la Asamblea Local de dicho organismo humanitario; Juan Melgarejo a la sazón, alcalde de El Puerto; Cayetano Román Andrade, Ayudante de Marina;  Cristina Cologan Ponte  y Matilde Manzanera. /Foto: Archivo Municipal.

En su mandato se celebraron las Bodas de Diamante de la Coronación Canónica de la Patrona, con el estreno del manto de “castillos y leones” y la incomprensión de la Jerarquía eclesiástica ... Y muchísimas cosas más. Cristina ha ido al otro mundo con las manos llenas de buenas obras, porque, además fue buena hija, buena esposa, buena madre, buena abuela, buena bisabuela y ejerció las virtudes de la caridad, de la justicia, de la prudencia, de la templanza de modo inusitado, como algo normal, sin aspavientos. Por eso, como no dudo, y ella esperó, habrá sido acogida bajo el manto de la Patrona, que con ese aval, sobra todo lo demás. /Texto: Luis Suárez Avila.

 

 

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ignaciocolontorrent_puertosantamariaJosé Ignacio Colón Torrent, nació el 28 de octubre de 1961, circunstancialmente en Cádiz de manos del Dr. Francisco Viseras Alcolea, permaneciendo en Cádiz sólo los tres días necesarios para recuperarse su madre y regresar a El Puerto..

Es hijo de la portuense María del Carmen Torrent Reyes Luchi, --fallecida en febrero de 1972-- su abuelo tenía la fábrica de tapones Torrent, en la calle Espíritu Santo, quien murió prematuramente dejando a Luchi cuando ésta contaba con 10 años de edad. Su padre, Sebastián Colon Herrera Chano, natural de Paterna de Rivera, aunque su familia se vino a El Puerto con Chano muy joven al cortijo familiar de Las Manoteras --fallecido en noviembre de 2007--, fue jefe de servicio de las concesionarias de limpieza y recogida de residuos de El Puerto desde 1973 y, anteriormente con su camión, trabajando casi exclusivamente para bodegas Terry.  Quienes le conocieron, le recuerdan como un gran señor y un buen padre. Ignacio es el primero de los cuatro hijos habidos en el matrimonio, junto María Victoria, Javier y Elena.

Los primeros años Ignacio vivió en la plaza de Colon,  quizás hasta los 4 años, posteriormente en la calle Cielos, primero en la casa que después compró la familia Nuchera junto a la peluquería de Francisco Varo Marchán Cuqui, durante otros cuatro años y, en la misma calle esquina con Santa Clara enfrente de la casa del otorrinolaringólogo José García Castro. En los años 90 la familia se traslada a una casa en la urbanización Andalucía la Real.

LA FAMILIA Y LOS AMIGOS.
Está casado con Inmaculada Mesa tejada, con la que tiene tres hijos Ignacio, Jaime y María,  todos nacidos en El Puerto. Su vida siempre ha estado rodeada de familia y amigos, que se puedan contar con los dedos de una mano, como siempre le aconsejó su padre. Le gusta hacer para sus amigos un arroz con ingrediente secreto --como la Coca-Cola-- que aprendió de su padre y que ahora enseña a sus hijos. Disfruta haciendo este arroz para su familia y amigos y sobre todo, las tertulias posteriores.

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"¡A formar!!", filas de alumnos en el patio del Colegio de La Salle.

Estudió en el colegio de La Salle, en la época de la leche en polvo, en formación antes de entrar en clase cantando ‘Prietas las filas’ y el ‘Cara al Sol’, como era costumbre en aquellos años previos a la llegada del hombre a la Luna. Luego el BUP en el Insituto Santo Domingo, terminando el bachillerato en el Muñoz Seca.

ESTUDIOS DE FARMACIA.
Su padre le recomendó que estudiara farmacia, pero previamente tuvo que hacer el Servicio Militar en el Puesto de Socorro de la Cruz Roja, en Valdelagrana y en esa época se matriculó en primero de Química en la Facultad de Puerto Real por compartir primero de Química y Farmacia las mismas asignaturas, cursando los estudios de esta última en Sevilla entre 1982 y 1988. Trabajaba en verano para pagarse los estudios en Sevilla. Época de muchísimas experiencias y de muchas amistades importantes. Entre ellos, sus compadres, Antonio García Bonilla de Jerez  y la sevillana María José Díaz Muñoz , padrinos de sus tres hijos. De esta época se consolidó un grupo de amigos --unos 30-- de distintas provincias de Andalucía, que se vienen reuniendo todos los años, y ya son más de 26, en un fin de semana cercano a la festividad de la Inmaculada, patrona de Farmacia.

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Retablo de la Virgen del Pilar en la barriada del mismo nombre, donde se encuentra enclavada la farmacia de Ignacio Colón. /Foto: Alfredo García Portillo.

LA FARMACIA DEL PILAR.
Ignacio estudió Farmacia para labrarse un futuro profesional. “No fue sencillo conseguir la apertura de una Oficina de Farmacia. Tuve que pelearla en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía hasta conseguirla”. Sin conocimientos previos de Derecho se pasó un mes de julio entero en la antigua Facultad de Derecho de Jerez consultando muchos libros especializados de la editorial Aranzadi hasta encontrar las excepciones que la Ley permitía, para conseguir abrir la farmacia en la barriada del Pilar. La búsqueda de pruebas las realizó en solitario y tan solo necesitó la firma de una abogado sevillano para conseguir que le dieran la razón.

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ESTUDIOS DE DERECHO Y GESTIÓN.
Pero la inquietud por conocer y formarse tenía dos claros objetivos: el desarrollo personal y poner en práctica lo aprendido. Lo que le llevó a cursar una nueva carrera, la de Derecho, en la Faculta de Jerez entre 2002 y 2007.

Después de unos primeros años muy duros de trabajo en la Farmacia, se decidió a estudiar Derecho,  que cursa en la Facultad de Jerez entre los años 2002  y 2007 y no se para aquí sino que --tras su efímero paso por la política local como concejal en 2007 y 2008-- cursará durante dos años la diplomatura en Gestión y Administración Pública entre los años 2008 y 2010 para, a continuación abrir un despacho de abogados.

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Ignacio Colón con su socio en Ius Pharmacoplis, Pepe Rodríguez Crespo.

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Junto a Pepe Rodríguez Crespo --de Medina Sidonia-- fundan el despacho de abogados denominado lus Pharmacoplis SCP. Se recorrió media España visitando multinacionales farmacéuticas hasta que una de ellas apostó por su proyecto. En la actualidad prestan servicio de asesoría jurídica a 8.000 farmacias en España: el 35 % del mercado nacional. Además se han recorrido la otra media España participando en conferencias y jornadas de Derecho Farmacéutico, siendo una empresa innovadora y exclusiva en España que ha sido reconocida tanto a nivel universitario como en el sector farmacéutico

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Con el ex alcalde Enrique Moresco, el 30 de abril de 2008, tras su dimisión como concejal independiente por el PP.

CONCEJAL Y NUEVOS ESTUDIOS.
En el año 2007 le ofrecieron la posibilidad de trabajar por su Ciudad, participando como candidato  independiente en las listas del PP. Su paso por la política fue breve, pero lleno de vivencias extraordinarias. Llegó a ser el titular de la concejalía de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en junio de aquel año. Pero la política que conoció, en sus palabras: “no se ajustaba al concepto de servicio público que tenía. Hice lo que consideré más honesto, dimitir, verbo que no saben conjugar los políticos”. Esto afirmaba el 30 de abril de 2008, al anunciar su dimisión: “"la gestión de lo público es absorbente. Absorbe tiempo que corresponde a las personas que comparten mi vida, mi familia. Absorbe inquietudes que me privan del derecho a la búsqueda de la felicidad. El desequilibrio vital que esto me produce me obliga a renunciar al acta de concejal electo por estrictos motivos personales”.

Una vez presentada su dimisión como concejal, quiso profundizar en  el conocimiento de la gestión de la Administración Pública, cursando dos años de esta diplomatura hasta que consiguieron  el contrato con la multinacional farmacéutica para su despacho de abogados. La música lo acompaña a todas horas, de todos los estilos adaptados al momento vital.

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Por las calles de Chefchaouen (Marruecos). /Foto: James Clear.

EL ESCRITOR Y LA HISTORIA.
Le encanta escribir, una afición tardía pero que intenta ejercer con humildad y sobre todo con formación. Lee todo lo que cae en su mano, fundamentalmente novela histórica y biografías. Un viaje por Marruecos en el año 2012, en un teteríaa de Chefchaouen, durante una conversación con un rifeño de edad muy avanzada, éste le contó una historia que le fascinó y, a su regreso a España, empezó a materializarla en un libro: una novela histórica del periodo almohade andalusí. El pasado curso 2013-14 inició los estudios de Historia, matriculándose en la facultad homónima en Filosofía y Letras en Cádiz, para formarse mejor y por ser una de sus aficiones favoritas.

ignaciocolon_esc_puertosantamariaNUEVO PROYECTO POLÍTICO.
Ahora vuelve a la escalera de la política, de la mano de ¡¡Queremos !! Un nuevo proyecto político para  El Puerto de Santa María. “Hastiado de ver como El Puerto languidece he decidido, junto a otros portuenses, proponernos un reto y proponérselo a todos los portuenses. Un reto ilusionante y posible con el apoyo de aquellos conciudadanos que necesitan sentirse orgullosos de la Ciudad en la que viven y sacarla de la parálisis en la que se encuentra, devolviéndola al lugar que jamás debió perder en el marco de la provincia. No tengo temor al fracaso. Es infinitamente más perjudicial el sentimiento de reproche que pueda hacerme a mí mismo al haber tenido la oportunidad de cambiar las cosas, y no haberlo intentado”. Siente verdadera pasión por aquellas personas que considera genios, que son capaces de los mejor y lo peor, pero cuando dan lo que llevan dentro, son sublimes.

VIAJERO.
Lleva viajando por España y por el mundo desde que tenía 20 años: Europa entera, Canadá, ciudades de EEUU tales como Nueva York, Washington, Boston… Méjico, Cuba, Argentina, norte de África  encontrando en Marruecos un lugar al que, cada vez que puede regresa. Esto le ha permitido no solo conocer la cultura sino la personas que se ha encontrado en todas esta singladuras  de todos aquellos lugares que ha visitado. Es un amante de todo aquellas manifestaciones humanas o naturales que reflejen belleza entendida como sentimiento de emoción.

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En 1973, el martes 28 de mayo, el empresario Gaspar Perea España inauguraba junto a la gasolinera de Valdelagrana el restaurante-cafetería ‘El Potro’, curioso nombre por estar situado frente al Hotel Meliá el Caballo Blanco, especializándose en mariscos, menús a la carta y platos combinado en la barra, al que asistieron las autoridades locales y otros representantes del mundo de la empresa y los negocios.

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El personal del restaurante ‘El Potro’, cualificados profesionales de la hostelería portuenses: de izquierda a Javier Carreto --durante muchos años maitre del restaurante Los Portales, ya jubilado--, José María Perea España, hermano del propietario Gaspar Perea, el aprendiz Pepito, Antonio el cocinero, desconocido al que apodaban ‘el Sangre’ y Antonio Márquez Mateos,  durante 37 años copropietario de la cafetería Milord hasta su reciente jubilación en marzo de 2012. (ver nótula núm. 1.317 en GdP). 

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Acto inaugural, de izquierda a derecha, Gaspar Perea Manso, el alcalde de la Ciudad, Fernando T. de Terry Galarza, Francisco Rosa Jiménez, el párroco de San Joaquín, José María Rivas Rodríguez (ver nótula núm. 1.741 en GdP), María José Moy Burgos y su esposo el empresario Gaspar Perea España, el juez Pedro Nuñez Ispa, desconocida y el médico y durante años presidente del R.C.N de El Puerto, Miguel Duro del Moral.

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En primer término, de izquierda a derecha, Antonio Izquierdo, director del Banco Central, el maitre del Hotel Meliá Caballo Blanco, Manuel Chico Ropero quien en la actualidad vive en Algeciras, y José Luis Benjumeda Molleda ‘Neno’ (ver nótula núm. 115 en GdP) y Miguel Roselló Bertomeu; tras la barra vemos a Carreto y José María Perea.

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Un plano general de las instalaciones del restaurante ‘El Potro’. El establecimiento, mas adelante cambiaría de nombre y dirección e incluso de utilidad, llegando a albergar a 'Muebles Valdelagrana'.

Las fotografías, realizadas por Rafael Pérez González 'Rafa' (ver nótula núm. 1.871 en Gente del Puerto) pertenecen a la Colección de Gaspar Perea España, habiendo sido digitalizadas por Vicente González Lechuga, Jefe de Fotografía de Gente del Puerto.

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Enrique García-Máiquez y López, nació en Murcia en 1969, de donde era su madre, la desaparecida farmacéutica Carmen López Llopis (ver nótula núm. 1.144 en GdP), aunque él se siente de El Puerto de Santa María, es hijo del microbiólogo y humanista Enrique García Máiquez (ver nótula núm. 821 en GdP), siendo el mayor de cuatro hermanos junto a Nicolás, María y Jaime, también poeta.

egml_ida-vuelta_puertosantamariaProfesor en Secundaria se dio a conocer al ganar el premio Villa de Cox con el poemario Haz de luz (Pre-Textos, 1996). Ese mismo año obtiene también el Mariano Roldán y publica Ardua mediocritas (Ánfora Nova, 1997). Su siguiente libro tardará en ver la luz, pero acrecienta su prestigio crítico: Casa propia (Renacimiento, 2004). Dentro de la editorial Los Papeles del Sitio, en la que ha tomado parte activa, aparece su libro de haikus Alguien distinto (Papeles del Sitio, 2005). Su último poemario hasta la fecha es Con el tiempo (Renacimiento, 2010). Ha codirigido junto a Abel Feu la revista "Nadie Parecía" para la editorial Renacimiento, y es habitual su firma en publicaciones como "Clarín", "Númenor" o "Poesía Digital". Mantiene además desde hace unos años una columna en distintas cabeceras del Grupo Joly, algunas de las cuales, junto a otros artículos de prensa, han sido reunidas en los libros De ida y vuelta (La Isla de Siltolá, 2011) y Un paso atrás (Rialp, 2012). /En la imagen de la izquierda, portada de su libro 'De ida y vuelta'.

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Enrique, arriba a la derecha, en una fotografía familiar en la que vemos también a su hermano Jaime, también poeta, abajo a la izquierda. Todos con algunos años menos...

Del mismo modo, desde 2006 coordina los blogs ‘Tampolink’ y ‘Rayos y Truenos’, cuyas entradas ha recopilado en el volumen Lo que ha llovido. Rayos y truenos (2006-2008) (Númenor, 2009) y El pábilo vacilante. Rayos y truenos (2008-2011) (Renacimiento, 2012). Es destacable también su faceta como prologuista, editor y traductor.

egml_elpabilovacilante_puertosantmaria/En la imagen de la izquierda, su segundo libro recopilatorio de entradas en el blog  Rayos y Truenos, 'El pábilo vacilante' (2008-2011).

En la primera parcela ha escrito los prólogos de los libros de Pablo Moreno Prieto -De alguna manera (Altair, 1999)-, G.K. Chesterton -La superstición del divorcio (Los Papeles del Sitio, 2007) y La cosa y otros artículos de fe (Renacimiento, 2010), en el que se ocupó asimismo de la edición-, Miguel d'Ors -Virutas de taller (Los Papeles del Sitio, 2007)-, Aquilino Duque -Los agujeros negros (Paréntesis, 2009)-, Pedro Sevilla -Todo es para siempre (Renacimiento, 2009)-, W.R. Titterton -G.K. Chesterton, mi amigo (Rialp, 2011)-, ocupándose en estos dos últimos casos también de la edición, José Manuel Mora Fandos -Tan bella, tan cerca (escritos sobre estética y vida cotidiana) (Isla de Siltolá, 2011)-, José Cereijo -Antología personal (Polibea, 2011)-, José Jiménez Lozano -El precio. Antología poética (Renacimiento, 2013), y Karmelo C. Iribarren -Diario de K. (Renacimiento, 2014)-. En este terreno ha editado asimismo las Poesías escogidas de Miguel d'Ors (Númenor, 2001), la Antología poética de Luis Rosales (Rialp, 2005), y Oficio. Antología poética, de José Miguel Ibáñez Langlois (Númenor, 2006).

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Presentación de su poemario 'Con el Tiempo'. Año 2010.

Ha traducido a G.K. Chesterton en Lepanto y otros poemas. Poemas escogidos (Renacimiento, 2003), a Mario Quintana en Os espelhos partidos (Cuadernos de La Chancillería, 2004) y en Puntos suspensivos. Antología (Los Papeles del Sitio, 2007), y, junto a Aurora Rice, el Tomás Moro, de William Shakespeare (Rialp, 2012).

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El ayamontino Abel Feu, el jerezano José Mateos y nuestro protagonista, dos escritores que han incluido sus poemas en sendas antologías, entre otros.

Sus poemas han sido antologados por José Manuel García Gil en 11 inicial. Última poesía en Cádiz (Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, 2002), Joaquim Manuel Magalhaes en Poesia espanhola de agora / Poesía española de ahora (Relógio d'Água, 1997), por Enrique Baltanás en Los 40 principales. Antología general de la poesía andaluza contemporánea (1975-2002) (Renacimiento, 2002), por Abel Feu en Sombra hecha de luz. Antología de poesía andaluza actual (Unam, México, 2006), y por José Mateos en Navidades modernas. Antología del villancico actual (Canto y Cuento, 2013). /Texto: Juan Carlos Palma.

Todo en la niñez, se vive con mucha  intensidad e ilusión, la festividad de  la Virgen de los Milagros no iba a ser una excepción. Los días previos, ya  se respiraba, ambiente de fiesta, pues desde bien temprano, las campanas  de La Iglesia Mayor, nos daban los buenos días, con  repiques armoniosos y acompasados, que daba gusto oírlos.

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Pues bien, ese precioso sonido, unido al de los cantos Gregorianos  hacía que afloraran en mi, sentimientos contrapuestos. Por una parte,  sentía mucha emoción, pero a la vez, me invadía, una tristeza, que ni yo misma, sabía explicar, y  que hacía que saltara de la cama como un resorte.

Ya en el colegio --La Divina Pastora-- nos llevaban a confesarnos y a celebrar los actos religiosos y aunque lo tengo muy presente, me gustaba mucho más ir con mis hermanas.  Siempre  iba de la mano  de la mayor, no me faltaba, ni mi velo negro, como señal de respeto, ni mi misal ni mi rosario rojo.  La  imitaba en todos sus gestos, así, si se arrodillaba, yo también, si unía sus manos, yo lo mismo, solo a la hora de comulgar me quedaba en mi asiento  y me  preguntaba  porque  esa parte de la liturgia, siempre me la perdía.

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Por la puerta principal del edificio de la imagen -la Casa de los Sancho- se accedía, en la primera planta al Colegio de Infantil de La Divina Pastora. Allí ejercieron Doña Francisca González Sousa y Doña Lola Sancho.

Había una cola larguísima  y  era muy agradable, ver  las muchísimas caras conocidas. Algunas  según algún pequeño murmullo, eso sí  en voz queda, solo se les  veía en estas mismas fechas  Y era cierto, porque…  ¿toda esa gente vivía en el Puerto? Me preguntaba… ¿donde?.

prioral_1955_puertosantamariaEn la misa de ocho, no se cabía, y había que irse con tiempo, para conseguir un asiento en uno de los bancos o una silla, de las que la voluntariosa María ‘la de las sillas’—creo-- guardaba  celosamente; y  que con solo ver a la persona  en cuestión, entregaba sin equivocarse. Esta señora  recordaba  perfectamente a quien pertenecía cada una y además si ya había asistido a misa, pues en ese caso tenia la tranquilidad para prestarla. Aquello, aunque podría parecer un caos, no lo era, lo único  era que a todos no podía atender a la vez. Silla que vislumbraba, silla que entregaba.

A la salida de misa, nos esperaba en casa un buen desayuno, aquellos primeros años la cosa no estaba para muchos dispendios, pero en las  sucesivos, nos veíamos y nos las deseábamos, para conseguir mesa en las cafeterías  y no digamos el tiempo que nos llevábamos en los puestos de churros.

Ya por la tarde, bien arregladitas  a la calle a ver  nuestra preciosa procesión y aunque mi madre nos leía la cartilla éramos como papagayos. “--Mamá…..me compras, esto o aquello, me montas en los caballitos?”

pacoduenas_8mayo70_puertosantamariaPero fueron los años posteriores, en los que de verdad disfruté de esta fiesta. Ya iba camino de los diez años, y llevaba varios de ellos perteneciendo al coro del Maestro Dueñas (ver nótula núm. 197 en Gente del Puerto). Era un hombre admirable que irradiaba bondad, no quiero decir que no fuera estricto, lo era como no, pero tenía tacto y comprensión  a la hora de bregar con tanta niña chica.. Maribel, nuestra solista, era  un encanto de niña , tenía  desparpajo y  gracia innata, que para sí la quisieran muchos humoristas actuales;  pero no era solo eso, además  poseía una preciosa voz. Cada una teníamos nuestro sitio en los asientos del coro, fue  el propio Dueñas, quien nos lo asignó, y solo se variaba, en caso de que alguna faltara,  por aquello de que no quedaran  huecos vacíos. /En la imagen de la izquierda, Francisco Dueñas en mayo de 1980. /Foto: Rafa.

ramonzarcohernandez_puertosantamariaCuando llegaba este día de fiesta tan  ilusionante para nosotras,  cantábamos varias veces al día, pero no nos resultaba pesado, todo lo contrario, lo disfrutábamos  oyendo  y acompañando a Merche ‘La Macaria’ (ver nótula núm. 047 en GdP) a Felices Rivas, al virtuoso Ramón Zarco y su violín... Hasta  Doña Virginia Hernández su madre  más de una vez  nos deleitó al piano. Y como no acordarme de una de las hijas del maestro y de los hermanos Salvatierra,  que hacían que nos estremeciéramos todos de puro goce al oírlos. Realmente, una delicia a la que pude asistir, contemplar y disfrutar enormemente. /En la imagen de la izquierda, el virtuoso Ramón Zarco. /Foto: Academia BBAA Santa Cecilia.

Ya con mis amigas,  por cierto, todas monísimas completábamos el recorrido  de la procesión,  unas veces  en las  filas  y otras fuera de ellas. Quien lo disfrutaba realmente era mi padre,  muy devoto de La Virgen de los milagros, hasta el final de sus días.

Terminada la procesión, nuestro obligado paseo por la calle Luna, Larga y   Parque Calderón,  a presumir un poquito de lo linda que estábamos  todas las amigas y comprarnos  un papelón de patatas fritas, sentadas tranquilamente, en  unos de los bancos,  de piedra y  hasta en esas bolas enormes, junto a estos, en espera de poder tomarnos alguna refresco de la marca Mirinda, cosa harto difícil, debido a la  gran marea humana que llenaba todas las terrazas.

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La plaza del Polvorista, cuando se remodeló hasta conseguir su actual estado, el 5 de abril de 1970. /Foto: Rafa.

No nos aburríamos,  algunos años  en la Plaza del Polvorista, ponían alguna atracción de feria, algún cacharrito y una pista de coches de choque, y allá que nos íbamos. Nos encantaba la música que ponían estas instalaciones,  de los Brincos, Formula V, Pekenikes  y tantos otros grupos. Como olvidar canciones tales como: Con un sorbito de Champan, Si yo tuviera una escoba,  Ana María se fue

A partir de este día,  ya sabía la respuesta a  la pregunta que había estado haciendo todo el año ¿Cuantos días faltan para mi santo el 12 de septiembre? Efectivamente, solo faltaban cuatro días, para el Dulce Nombre de María, y  así recoger algún  regalo. Lo malo es que aunque ya no me hiciera falta preguntar, continué con la misma ilusión repitiendo: ¡faltan cuatro días!. /Texto: María Jesús Vela Durán.

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La imagen de la Virgen de los Milagros, durante el proceso del revestido por los camaristas. 

En un romance de moros y cristianos de las guerras civiles de Granada se lee:

Sale de Sidonia airado,
de Jerez la vega corre
por donde entra Guadalete
al mar de España, y por donde
Santa María del Puerto
recibe famoso nombre.

¡Famoso nombre el de Santa María de El Puerto! El Rey Alfonso el Sabio, que supo de leyes y de poesía y hasta llegó al secreto del mundo de los astros, le dio carta puebla y fueros y nombre de Ciudad y Gran Puerto. Se había encontrado allí no más de trescientas casas y en el río los barcos de unos pobres pescadores que entretenían sus días de trabajo. Era buena la tierra y el Rey no había oído hablar de otro sitio más conveniente “para hacer noble ciudad y buena al servicio y honor de Dios y de Santa María su Madre y a honor de la Santa Iglesia y a guarda y defendimiento del reino y noble ciudad de Sevilla.”

Mandó poblar el lugar con caballeros castellanos y leoneses, de Bayona, de Portugal, del Rey de Aragón, de Pisa y de Venecia y otros que le seguían en las batallas. Y dijo “Queremos primeramente que sea llamado aquel lugar el Gran Puerto de Santa María.”

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Castillos y Leones en el pavimento. /foto: José Manuel Ramírez.

No Puerto a secas, sino por título de agradecimiento y de conquista, Puerto de la Virgen, Madre de Dios. El Rey, que había recibido grandes mercedes de la Señora, le dedica las mejores y más dulces de las Cantigas, y de este modo, si buena fue la cuna de la ciudad en la feraz y ubérrima vega, blanca de sal y verde de majuelos, mejor fue la canción, los versos del Rey poeta, a cuyo arrullo el Puerto de Santa María durmió sus sueños primeros.

Y como si el Rey Sabio profetizara, el Puerto de Santa María fue grande, presa codiciada de los poderosos, invernadero de navíos reales, suelo de cartógrafos y navegantes, puerta para América, tierra de promisión y de ventura.

Lo ha sido todo y lo es, sin poder renunciar a su apellido, bajo el soberano dominio de Santa María, que se encarna, desde siglos atrás, en la imagen morena de la Virgen de los Milagros, patrona de la Ciudad, que este año volverá a recibir en su trono de plata, con el cerco de las alabardas de los nardos, el reduplicado cariño de los portuenses, que se dan cita bajo el dorado 8 de septiembre para conmemorar la festividad de la Señora, representada en la imagen venerada y con ribetes de orgullo poderla llamar, como todos los días de todas las horas anónimas, con ese título “de los Milagros”, no sólo para recordarnos los por sus manos recibidos, sino para llegar a comprender la singularidad y excepción que la Virgen significa y a la que San Juan Crisóstomo llamó “el gran milagro”. Por eso la llamamos los portuenses “de los Milagros”.

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Remate de armario de propiedad municipal del siglo XIX, con el escudo de la Ciudad en relieve, que se conserva en el Palacio de Araníbar.

Todos los milagros de Dios atesorados en Ella por razón de la maternidad divina a la que estaba predestinada, y así escribe Peatu “como de su fuente y origen fluyeron todas las cosas maravillosas y estupendas que la divina largueza en Ella acumuló”. Por ello bien pudo decir San Bernardino: “Que una mujer concibiera y diera a luz a Dios es y fue un milagro”.

Predestinada para ser Madre de Dios antes de que el tiempo fuera tiempo, ya fue un milagro. Concebida exenta de toda mancha, incluso de la original, recibió un trato de excepción y el milagro se dio en Ella otra vez, por no decir se prolongó, como milagrosamente vino al mundo porque, en la palabra de Damasceno, “era conveniente, sin duda, que a lo que había de ser lo sólo nuevo bajo el sol y origen de los prodigios, se le abriera el camino por prodigios”.

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Procesión de la Patrona a su paso por la calle Luna esquina con Nevería. Década de los veinte del siglo pasado.

A borbotones salieron de la fuente divina los milagros para formar el milagro en si que es la Virgen. El de su predestinación, de de su concepción sin mancha, el de su nacimiento y el de su propia maternidad divina sin mengua de su virginidad, es decir, el milagro de que hablara San Bernardino. Milagro, por último, cuando los apóstoles ven su sepulcro vacío y el ejército de los ángeles bate palmas al recibirla asunta en cuerpo y alma a los cielos.

Es decir, qe llamamos a la Virgen “de los Milagros” como la llamamos los portuenses, se le dice todo cuanto es sintética y abreviadamente. Otras advocaciones marianas la mirarán desde cualquier cara del poliedro infinito de sus excelencias: Gracia, Consuelo, Esperanza, Alegría, Virtudes, Remedios, Amparo, Luz... Pero los portuenses hemos encontrado hace siglos, la palabra exacta que todo lo abrca en dos por tres. Es esa en la que, como el destello del faro que momentáneamente abarca el horizonte entero, en tres sílabas. “Milagros”, hemos cubierto el horizonte infinito de los privilegios marianos. /Texto: Luis Suárez Rodríguez. (Publicado en ABC de Sevilla el 7 de septiembre de 1966, con motivo del 50 aniversario de la Coronación Canónica de la imagen).

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primodiazcampos_puertosantamariaPrimo Díaz Campos nació el 26 de diciembre de 1935 en El Puerto de Santa María. Su abuelo con el mismo nombre: Primo Díaz, dueño del restaurante El Resbaladero en 1929, fue asesinado por Francisco García Rico, Paco ‘el Sabonés’ en posesión de Real Patente de Navegación otorgada por Alfonso XIII, de cuyo suceso se hicieron eco la Revista Portuense y Diario de Cádiz, conocido como el ‘Crimén del Sabonés’ (ver nótula núm. 145 en GdP). La historia de otro nieto, el del Sabonés, Francisco García Gil, puede ser consultada también en Gente del Puerto (ver nótula núm. 1.085).

TÁNGER.
Su familia se marchó a Tanger después de la Guerra Civil, como muchos otros españoles. Estudió en los Marianistas y vivía debajo de la calle Fez, en la calle Isaac Peral. Su padre regentó varios establecimientos de hostelería en aquel convulso Tanger --ciudad internacional--, una de las capitales del espionaje durante la II Guerra Mundial, hoy tan de moda por la serie de televisión ‘El Tiempo entre Costuras’, su tía María, que vivía con ellos, se ganaba la vida, precisamente, como costurera.

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Instantánea del Tánger que encontró nuestro protagonista.

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Una imagen de Primo Díaz con su clase del Colegio de los Marianistas en Tánger.

Para Vicente Molina Foix: “Antes, en un periodo de esplendor que no conocí, Tánger era cosmopolita y franca, dulcemente canalla, y en ella el árabe, el francés, el inglés y el español, tanto el peninsular como el jaquetía, se hablaban sin solución de continuidad; hasta el griego, en este caso el amor, atraía a sus costas a hombres divertidos y nerviosos como Tennessee Williams, Paul Bowles o Truman Capote. Ahora Tánger ha perdido aura y franquicia, y en el puerto vagan los niños marroquíes a la busca de los bajos de algún camión que les lleve a Europa. Otro mundo. En lugar del dorado, los colores de la realidad”.

espana_cabecera_tangerNuestro protagonista seguía las noticias de nuestro país a través del periódico ‘España’ publicado en Tánger. Para el escritor Jesús María Serrano aquello suponía una gran paradoja: “Un periódico que se crea para enaltecer al ejército vencedor y al régimen franquista, se convierte en referente para los republicanos andaluces españoles”. En breve publicaremos una reseña sobre el citado periódico y sus seguidores en El Puerto, obra de Serrano.

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Primo Díaz a la derecha, en una visita a El Puerto, en la playa de La Puntilla, junto a Ricardo Granados Campos, recién llegado de la Guerra de Sidi-Ifni, en la que luchó como cabo de morteros (III Compañía, Regimiento de Infantería Cádiz 41).

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Durante el servicio militar obligatorio, fila superior, el segundo por la izquierda.

VETERANO DE LA CAMPAÑA DE IFNI.
La familia de Primo dejó Tanger, hecho que separó a los hermanos, nuestro protagonista se asentaría en Francia. Estuvo en el ejército haciendo el servicio militar obligatorio en el territorio colonial de Ifni, situado en el África Colonial Española y que ostentó el título de ser la 51 provincia de España entre los años 1958 a 1969., como cabo de morteros (III Compañía, Regimiento de Infantería Cádiz 41, durante los años 1957 y 1958.

primodiaz_toreroenronda_puertosantamariaNOVILLERO.
Primo, gran aficionado a los toros llegaría a torear novillos bravos, Su primer festival fue en Tanger. Rafael Ordóñez, hermano del célebre ‘Niño de la Palma’ creó una Escuela Taurina, entrenando en una plazoleta que había cerca de la Estación, junto a la entrada del muelle, por la Avenida España. El propio Rafael Ordóñez les confeccionaba los capotes con telas de lona y carretón. /En la imagen de la izquierda, Primo, con sombrero de ala ancha en la Plaza de Ronda donde toreó con Pepe Medina, de Lucena.

El lugar de reunión, acaso el lugar mas torero de Tánger en aquellos años, donde se veían los torerillos, era la zapatería del Cine Mauritania, donde se deleitaba nuestro protagonista viendo las fotografías y carteles colgados en sus paredes. El oficial peluquero se llamaba Jesús Cañizares, quien había sido banderillero, siendo ‘el Malagueño, el primer espontáneo que se tiró al ruedo oficial de Tánger,  propinando sus buenos muletazos, recuerda Primo Díaz. Además llegaría a torear en Melilla y en la Plaza de Toros de Ronda

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Primo, siempre muy vinculado con la oposición al régimen franquista y con la cultura española, en el Centro Pablo Picasso del municipio francés Knutange Moselle; de izquierda a derecha Primo Díaz, el poeta jerezano Carlos Álvarez, Jose Cuevas y Antonio Alarcón.

En Francia luchó desde la oposición al régimen franquista, por libertad en nuestro país ayudando a organizar a los emigrantes españoles y ayudando  a los refugiados políticos. En su casa estuvieron Manuel Espinar Galán --quien luego sería primer teniente de alcalde comunista de El Puerto tras el advenimiento de los ayuntamientos democráticos en 1979--, junto a su mujer Ana Perea España, el poeta jerezano Carlos Álvarez y muchos más.

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Con su esposa, en la actualidad.

FRANCIA.
En la actualidad, a sus 79 años, Primo vive en Miramas (Provence-Alpes-Cote d’Azur) en Francia, donde es conocido como ‘el Portuense’. Orgulloso de haber nacido en El Puerto de Santa María, lleva su portuensismo por bandera por donde quiera que va y regresa, en algunas ocasiones a nuestra Ciudad, donde hace esporádicas visitas. Participa en foros de antiguos residentes en Tánger y realiza algunas esculturas y pinturas como hobby, habiendo expuesto en 2003 y 2007.

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