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La fotografía está tomada por el fotógrafo Cuellar --que no se llamaba Cuellar-- que se instalaba según se entraba en el Parque por la plaza de las Galeras, en la primera palmera a la derecha ¡Cuantas fotografías se han hecho en esa esquina del Parque! Ver nótula núm. 399 de Cuellar en GdP.

Delante del Bar Santa María, en el Parque Calderón: Juan, Luis y Alvaro Osborne, Agustín Peralta, Fernando Merchante, José Mª Martinez Ruiz, José Mª Martinez Govantes, Miguel Rascón, Fernando Osborne, Agustín Merello y Juan Carlos Terry, en 1960, un espacio paseado por portuenses y turistas desde su inauguración en 1896 por Severiano Ruiz Calderón, el alcalde conservador del que toma su nombre el espacio de esparcimiento.

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Pepi Gónima es una gaditana residente en Madrid que ha investigado su apellido, de origen heleno, aunque portuense y gaditano desde que, hace algo más de dos siglos, como ha documentado, se estableciera en nuestra zona.

La familia Gónima es de origen griego, dos de cuyos miembros se establecieron en España. En Málaga Rafael Gónima Llanos que emigró a las Indias, siendo el origen de las familias Gónima que habitan en aquel continente. El otro se estableció en Moyá (Barcelona) en cuyo Archivo Histórico existe documentación sobre esta familia que comienza en 1400. Un miembro de esa familia José Gónima Puig tejedor de lana, tras casarse en Moyá con Marianna Passarell, emigró a Barcelona. Tuvo numerosos hijos de los que uno, Erasmo Gónima Passarell, montó una fábrica textil, llegando a ser uno de los más importante industriales de la Barcelona del siglo XVIII. /En la imagen de la izquierda, Erasmo de Gónima.

GÓNIMA EN EL PUERTO.
Su hermano Antonio Gónima Passarell, tuvo diferencias con él, abandonando Cataluña y marchando a Cádiz donde se casa en 1776 con Gertrudis Albandéa San Martín y estableciéndose en el Puerto de Santa María como tablajero. Una de sus hijas casó con Vicente García Granados propietario de la antigua plaza de toros de El Puerto de Santa María, anterior a la actual.

CORRIDA EN HONOR DE BONAPARTE.
El 18 de febrero de 1810 organizó, por orden del Gobernador Marqués de Tamanal, una corrida de toros en agasajo al monarca José I, ‘Pepe Botella’. Sin embargo, la población, en rebeldía con el invasor francés, no a sitió al festejo a pesar de ser el acceso al mismo gratuito. José Cándido, hijo del Cándido fallecido en la Plaza portuense 39 años antes actuó en la corrida, que le costó al organizador 20.173 reales de vellón que nunca cobraría de las autoridades por falta de fondos, aunque le permitieron para resarcirse que diera otra corrida para compensar los gastos de la primera. /En la imagen de la izquierda, José Bonaparte.

'El rey José I en la Bahía de Cádiz', cuadro de Augusto Ferrer Dalmau Nieto. La vista de Cádiz está tomada desde la playa portuense de Santa Catalina.

DOMINGO GÓNIMA, ACTOR PORTUENSE.
Otro de los hijos de Antonio nacido en 1791, Domingo Gónima Albandéa,  contrajo matrimonio en El Puerto en 1839 con Josefa Gallo Bono de ascendencia genovesa, teniendo un hijo Domingo Gónima Gallo que nació en 1852 y murió en Cádiz en 1936. De oficio actor dramático, en 1904 se hallaba en la compañía de Eustaquio Salado actuando en Albacete con una obra de Joaquín Dicenta. En Cádiz le nacieron dos hijos, José y Manuel Gónima Contreras.

Teatro del Circo. Albacete.

El primero murió en 1901 a consecuencia de la caída de un andamio en la Plaza de las Flores. El segundo, nacido en 1875 y fallecido en 1852, fue funcionario y se casó en 1907 con Gertrudis Robles Francía, gaditana con ascendientes de Huelva, Jaen, Malta y Génova. De su matrimonio nacieron cuatro hijos, uno de los cuales Joaquín Gónima Robles se casó con Luisa Reyes Benítez, natural de Alcalá de los Gazules, teniendo dos hijos, Manuel que falleció párvulo y la autora de esta nota Josefa Gónima Reyes. (Texto: Pepi Gónima).

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Cecilio Zunzunegui Lablanca nació en El Puerto de Santa María el 23 de mayo de 1957. Ha sido, como Defensa y Centrocampista, jugador profesional de fútbol del Racing, Barcelona, Almería, Hércules, Zaragoza, Sabadell, Huelva y Cartagena.

Mis comienzos fueron como los de casi todos los chavales de mi época nuestra distracción en esos tiempos era practicar el fútbol, en la plaza o espacios abiertos (espacios que hoy día carecen los jóvenes), no teníamos otras distracciones como bicicletas, play station, motos, solo fútbol. Nos reuníamos la pandilla del barrio y todo el día jugando al fútbol.


Zunzunegui, tercero por la izquierda fila superior, en los juveniles del SAFA.

SAFA.
Tanto es así que comencé a destacar de alguna forma y empecé algo en serio en los Alevines del SAFA en la temporada 1973-74. Luego los Infantiles, con mi primer entrenador Bernardo --de grato recuerdo al igual que Joaquín Adán en los Juveniles -- (conseguimos el ascenso imbatidos sin perder ningún partido) para pasar en la temporada 1976-77 al Racing Club Portuense en Tercera división con 18 años.

DEL RACING AL BARCELONA.
Para un chaval como yo en aquella época, era como andar por la nubes de la gloria.  Ver cumplido uno de sus sueños, jugar en el primer equipo de su ciudad. Supondría también ingresos  importante también para el Racing Club Portuense cuando, en la temporada siguiente soy traspasado al C.F. Barcelona jugando en el Barcelona Atlético, con Laureano Ruiz como entrenador todo un maestro en la enseñanza del fútbol.

...continúa leyendo "1.282. CECILIO ZUNZUNEGUI LABLANCA. ‘Zunzu’, jugador de fútbol."

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El portuense José Manuel Verde Martínez, arquitecto de profesión, mostraba en los cuadros que exponía el verano de 2006 en el centro cultural Alfonso X ‘El Sabio’  su peculiar visión de los parajes naturales de la costa de esta Ciudad. El arquitecto, hijo de Manuel Verde Rodríguez y nieto de José Verde Castiñeira, un gallego quien, procedente de su tierra natal acabaría montando una tienda de Ultramarinos en la confluencia de las calles Ganado y Cantarería. Tras el fallecimiento del padre de nuestro protagonista y la jubilación de su tío José, dicho establecimiento acabaría cerrando sus puertas a principios del año 2009.

José Manuel Verde, a la izquierda de la imagen, durante una excursión del Instituto Pedro Muñoz Seca a la población serrana de El Bosque.

INDIVIDUAL 06
Cada óleo de Individual 06 --el nombre de la exposición venía dada porque era la primera vez que exhibía en solitario en El Puerto-- mostraba un estilo propio, a veces expresionista, otras naturalista, abstracto o hiperrealista. Sin embargo, Verde  aseguraba no poder describir su estilo en particular, pues, como él mismo comentaba "cada cuadro es una aventura, que no sé cómo ni cuándo voy a terminarlo".

...continúa leyendo "2.169. JOSÉ MANUEL VERDE. Arquitecto y pintor."

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Hoy 18 de enero hace 234 años que el portuense Juan Ignacio de la Rocha fue consagrado Obispo de Michoacán en la bella catedral de la Arquidiócesis de Morelia, en una solemne ceremonia a la que asistieron personas de todos los estamentos sociales y gran número de autoridades clericales y civiles, entre ellas el virrey Bucarelli.  Estaba próximo a cumplir los 63 años y, de hecho, hacía año y medio –desde mediado agosto de 1776- que había sido asignado para este cargo por el rey, que era el que nombraba a los obispos, entre una amplia lista de nada menos que 73 candidatos. Aceptó la mitra el 27 de diciembre de ese mismo año,  jurando fidelidad a las normas de la corona y recibió las reales cédulas de su nombramiento. Sin embargo, las bulas pontificias que debían ratificarlo, pasaban los meses y no llegaban. Debieron extraviarse por el camino de Roma a la Valladolid mejicana, capital de la diócesis, tomando posesión sin ser consagrado, dadas las circunstancias, en abril de 1777. Finalmente, como si de un regalo de Reyes se tratase, las bulas llegaron a su destino el día de la Epifanía de 1778, celebrándose en la fecha antes citada su consagración, ocupando con todos los requisitos y trámites cubiertos la silla episcopal de una de las más grandes y prósperas ciudades de Nueva España. (Según el censo de Revillagigedo, superaba por poco las 17.000 almas).

LOS BIZARRONES.
Como era tradición y costumbre, algunos nuevos prelados solían hacer un regalo, generalmente suntuoso, a la iglesia en la que habían desempeñado sus labores anteriormente. Así, nuestro paisano, Juan Antonio Vizarrón, arcediano y canónigo de la catedral hispalense antes de ser nombrado arzobispo de Méjico, donó  media docena de gigantescos blandones,  de 1,85 m. de altura y  que tienen cada uno, nada de un baño de plata, sino 200 libras de la mejor plata mexicana, candelabros que son conocidos popularmente como “los bizarrones”. Desconozco si hoy en día pueden admirarse en la catedral de Sevilla, en el lugar en el que estaban instalado no hace muchos años, el presbiterio bajo de la Capilla Mayor,  probablemente desde que los donara en 1752 el arzobispo y virrey.  Su paje, discípulo y protegido, Juan Ignacio De la Rocha cuyo cargo anterior al nombramiento de obispo había sido el de Comisario de Cruzada del Arzobispado mejicano, siguiendo el ejemplo de su mentor, regaló a la catedral de México un incensario con la naveta de oro y dejó a la parroquia del Sagrario, que forma parte de la misma, un legado de cuatro mil pesos.

CEREMONIA.
Como no había obispos consagrados en 25 leguas a la redonda, asistieron con mitra, realizando la labor de obispos oficiantes dos doctores que ejercían de Chantre y Maestresala en dicha iglesia. Los antiguos ritos previstos se fueron sucediendo: Eucaristía, invocación al Espíritu Santo, lectura de la Bula Papal, homilía, enumeración de sus compromisos con la feligresía, letanía de los Santos… y a continuación, sus cansados huesos se extendieron sobre la alfombra que cubría el mármol del pavimento, repitiendo la sumisa postura, boca abajo, “besando el polvo” tal como lo hiciera el día en que fue consagrado sacerdote. En esta postura, que en cierto modo le aislaba de todo lo que le rodeaba no pudo por menos que evocar a su mentor y paisano, el arzobispo Juan Antonio Vizarrón, del que fue  capellán caudatorio. (Esta denominación, debido a su desuso, no aparece ya en los modernos diccionarios de la lengua. Se denominaba así –y también porta-cola- al eclesiástico doméstico del obispo o arzobispo destinado a llevarle alzada la cauda o cola de la capa consistorial).

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Alejandro Cruz Hernández es un jugador profesional de fútbol nacido en El Puerto el 30 de octubre de 1986, habiendo firmado contrato para esta temporada con el Real Jaén Club de Fútbol, como lateral izquierdo, un jugador con experiencia pese a su edad.

1986.
El año de su nacimiento fueron alcaldes de El Puerto Rafael Gómez Ojeda (IU) al que relevó tras una moción de censura planteado por PSOE y AP el socialista Juan Manuel Torres Ramírez, el 14 de octubre de 1986.

El escultor Fernando Jesús y el poeta José Luis Tejada, ingresan en el Cuerpo de Académicos de Bellas Artes. Se celebraba la exposición colectiva itinerante de los artistas locales Rafael y Juan Bayo, José Zamorano, Paco Arniz, Carmen Orellana, Pepita Lena y Faelo Poullet. Se inauguraba la macrodiscoteca de verano, Joy Sherry, en un palacete estilo ‘Petite Trianón’ en la carretera de Sanlúcar, propiedad de Pedro Trapote, de la madrileña Joy Eslava. Se funda la Academia de Idiomas Trinity School. El periodista Juan Manuel Pedreño Cueto pregonaba el Carnaval.

...continúa leyendo "1.254. ALEX CRUZ. Jugador del Real Jaén."

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A la misteriosa desaparición de buena parte de su legado se une ahora la batalla legal por la residencia romana del poeta, que el viernes hubiera cumplido 109 años. Solía decir que escribía para dejar una estela. También ha dejado un oscuro laberinto. Lo contaba ayer, en su edición sabatina, el escritor Benjamín Prados, en el periódico de El País.

Trece de julio de 1990. Roma y El Puerto de Santa María. Mientras en la capital de Italia un camión atraviesa la ciudad lleno de cuadros, dibujos y serigrafías de Picasso, Miró o Tàpies y de cartas y libros firmados por Neruda o Pasolini, en el hermoso municipio de la bahía de Cádiz un coche nupcial empieza a rodar lentamente hacia los juzgados. El primero ha salido del número 88 de la Via Garibaldi, en el barrio del Trastevere, un antiguo convento de color naranja convertido en casa de vecinos, y el segundo de una casa llamada Ora Marítima, construida muy cerca del océano, en la urbanización Las Viñas. Las dos viviendas tienen en común al poeta Rafael Alberti y se diferencian en que una la compartió con quien fue su mujer durante casi 60 años, la escritora María Teresa León, y en la otra va a instalarse con la que está a punto de ser su nueva esposa, una profesora 44 años más joven que él, llamada María Asunción Mateo. Aunque, en realidad, hay otra diferencia importante: la casa junto al río Tíber donde pasó los últimos 14 años de su exilio, era suya y de León; pero la que está en su localidad natal pertenece al Ayuntamiento, que se la ha cedido para que pueda cerrar allí, tranquilamente, el formidable círculo de su vida.

Hoy, 21 años más tarde y a los 12 de haber fallecido Alberti, el chalet Ora Marítima sigue en manos de su viuda; la mayoría de las obras de arte y manuscritos que salieron de Roma para ser conservados y expuestos en una fundación que iba a abrirse en Cádiz se trasladó en medio de un enorme escándalo a El Puerto de Santa María y al final fue disuelta, por falta de fondos, en 2010, han desaparecido; y el piso de Via Garibaldi, donde continúa viviendo su novia de los años setenta, la bióloga catalana Beatriz Amposta, con la que inició una relación cuando María Teresa ya estaba enferma de alzheimer, arrastra una deuda de más de 60.000 euros que los administradores de la finca se disponen a cobrar exigiendo que los herederos se hagan cargo de ella o que la propiedad sea embargada y se subaste. /En la imagen, la primera mujer del poeta, María Teresa León.

LITIGIOS
Dos despachos de abogados de Madrid están a punto de emprender una batalla legal en la que se verán implicados la hija del poeta, Aitana Alberti León; los descendientes de sus dos hermanos por parte de madre, Gonzalo y Enrique de Sebastián; su viuda y su antigua compañera sentimental e inquilina del inmueble, Beatriz Amposta, a la que el autor de Roma, peligro para caminantes escribió un libro titulado Amor en vilo que, hasta el día de hoy, continúa inédito. Rafael Alberti solía repetir que él escribía para dejar una estela; pero como se ve, lo que ha dejado es un oscuro laberinto.

Fachada del número 88 de Via Garibaldi, en Roma, donde vivió el poeta. /Foto: J.M.M.

VIA GARIBALDI
La casa de Via Garibaldi era, efectivamente, el hogar donde Rafael Alberti y María Teresa León habían pasado gran parte de su destierro en Italia, un país al que llegaron después de vivir 24 años en Buenos Aires, tras el golpe de Estado de 1936; y era también una especie de santuario por lo civil al que peregrinaban escritores y políticos antifranquistas ansiosos de conocer a aquella pareja mítica que simbolizaba tantas cosas: la Generación del 27, la República, la Guerra Civil, el éxodo de los derrotados, el Partido Comunista… Por añadidura, no era raro que quienes franqueaban aquella puerta se encontrasen en el interior con Pasolini, Fellini, Vittorio Gassman o cualquiera de los españoles que se dejaban caer por esa ciudad a la que, según sostenía el mismo Alberti, sus compatriotas solo iban por dos motivos: a ver al Papa o a verlo a él.

En Italia, los Alberti habían vivido en Milán y en otra casa en Roma, pero cuando el poeta recibió el Premio Lenin de la Paz, en 1965, utilizaron el dinero del galardón para comprar el piso de Via Garibaldi, que todos los que conocieron definen como un auténtico museo: "Las habitaciones estaban repletas de cuadros de Picasso, Miró, Guinovart, Quatrucci…", contaba en 1976 el pintor y crítico Francisco Arniz Sanz en el libro Aproximación a Rafael Alberti y María Teresa León. Y no solo eso, porque también había muchísimas obras propias, como recuerda la sobrina del escritor, Teresa Sánchez Alberti, que fue la encargada, junto con el director del Patronato de Cultura de la Diputación de Cádiz, el vicepresidente de la Fundación Rafael Alberti y la abogada Cristina Almeida, de ir a retirar los materiales de la casa del Trastevere para que fueran llevados a Cádiz: "Había infinidad de cosas, por ejemplo, muchísimas litografías de mi tío, a veces tiradas enteras, que en algunos casos, al parecer, se vendieron más tarde a la propia Fundación al triple de lo que valían; y cosas inéditas por todas partes, apuntes, esbozos, cuadernos escritos de puño y letra por él y por María Teresa…".

Alberti con parte de las cajas de su legado, en la casa de la calle Santo Domingo. /Foto: Fito Carreto.

EL LEGADO: CAJAS DE PROBLEMAS.
Tras quince días de trabajo, el legado quedó embalado en 386 cajas de cartón. Y cuando el tesoro llegó a la capital andaluza y empezó a hacerse su inventario en un almacén de la calle del Rosario, se pudo comprobar que, sobre todo, esas cajas estaban llenas de problemas.

El lunes 16 de julio, tres días después de su boda con María Asunción, ese legado, que fue tasado por los especialistas en unos dos mil millones de pesetas, fue presentado por el autor de Marinero en tierra y su nueva mujer a la prensa. Fue la última vez que se les vio sonreír, porque a partir de ese instante todo fueron conflictos, malas noticias y sorpresas desagradables.

María Asunción Mateo y su marido, Rafael Alberti, en 1994, cinco años antes de la muerte del poeta. /Foto: Pablo Juliá.

LA SEGUNDA BODA.
Nada más casarse, Alberti se alejó de muchas de las personas a las que quería. Sus memorias, La arboleda perdida, fueron censuradas, como puede comprobarse comparando las primeras ediciones de su segundo tomo y las últimas, y desaparecieron de sus páginas sus amigos más cercanos y en ocasiones hasta su hija Aitana y su sobrina Teresa, que era quien lo había cuidado desde su retorno a España, quien se ocupaba de casi todos sus asuntos domésticos y en cuya casa vivió mientras se recuperaba del accidente de coche que tuvo en 1987. "La boda la organizaron mientras yo estaba en Italia ocupándome de su patrimonio", asegura Teresa. "Yo me enteré de que se había casado por los periódicos. Nada más regresar a mi casa, lo telefoneé y me dijo: 'No quiero que vengas'. Y al día siguiente, llamaron a mi puerta y cuando abrí era un notario que venía a exigirme que le devolviese los poderes que me había dado mi tío para que me ocupase de sus asuntos".

Interior de la que ha sido Fundación Alberti en El Puerto.

LA FUNDACIÓN, A EL PUERTO.
Alberti y su esposa, María Asunción Mateo, que no ha querido participar en este reportaje, empezaron a presentar una queja tras otra en la Diputación de Cádiz, un día porque las tareas de clasificación iban despacio; otro porque el almacén de la calle del Rosario no reunía las condiciones necesarias; o porque se habían mezclado obras de arte con objetos personales que no tenían por qué estar incluidos en la donación. El resultado fue que los políticos que gobernaban la institución accedieron a disolver la Fundación Rafael Alberti y poner en manos de la pareja todo aquello que había llegado a Cádiz por deseo del autor de Cal y canto y pagado con dinero público. El matrimonio anunció entonces que se abriría una nueva Fundación en El Puerto de Santa María, en una casa en la que el escritor vivió de niño, y que en ella, como aún puede leerse en su página web oficial, estarían "depositados no solo los recuerdos de la infancia del universal poeta, sino también la donación que junto a su primera esposa, María Teresa León, hizo en 1978 a su ciudad natal".

Eso nunca fue cierto, porque la gran mayoría de las obras que fueron sacadas de Via Garibaldi nunca han vuelto a salir a la luz y, desde luego, jamás han sido vistas en las salas de ese centro al que el escritor José Manuel Caballero Bonald, falseando una vocal, solía referirse como "la fundición." /En la imagen de la izquierda, Caballero Bonald.

OCHO TESTAMENTOS.
A partir de entonces, Alberti no volvió a publicar más libros de poemas. Sí redactó, en cambio, varios testamentos: firmó uno el 9 de mayo de 1991; otro, 24 horas después; uno más al año siguiente, el 10 de octubre; otros dos el 11 de junio de 1993 y el 25 de mayo de 1995; y finalmente, tres más, el 27 de febrero, el 3 de abril y el 10 de diciembre de 1996. En el definitivo no le dejaba prácticamente nada a su hija Aitana, mientras que a su viuda le otorgaba "todo el contenido de las casas donde han residido" y "el ejercicio de los derechos de explotación de toda su obra, tanto literaria como pictórica, en toda la amplitud prevista por la Ley de Propiedad Intelectual"; y a los dos hijos de esta, los derechos de autor de sus libros más señalados, para él Marinero en tierra, Ora marítima, Baladas y canciones del Paraná y Los ocho nombres de Picasso y para ella La arboleda perdida, Sobre los ángeles, A la pintura y Retornos de lo vivo lejano. De la casa de Via Garibaldi no se decía nada, pero ese silencio tiene una explicación: Alberti no quería dejar desamparada a Beatriz Amposta, y aunque primero le ofreció, como recuerda Teresa Sánchez, vender ese inmueble y comprarle un apartamento, más tarde le mandó un documento en el que la autorizaba a vivir en la casa del Trastevere y la nombraba propietaria del libro que había escrito para ella, Amor en vilo. Todo ello parece combinar mal con las acusaciones a Amposta de tener ocupada su casa, no permitirle entrar en ella y haberle robado un cuadro de Motherwell y una cerámica de Picasso, que están publicadas en un dudoso tercer tomo de La arboleda perdida del que su editor, Mario Muchnik, afirma tener mil pruebas que demuestran, como mínimo, que Alberti no fue su único autor.

BEATRIZ AMPOSTA.
"Rafael y yo mantuvimos una amistad muy intensa tras romper nuestra relación sentimental, que acabó en 1981, tras regresar de un viaje a Nueva York en el que, por cierto, escribió un poema en el que vaticina el derrumbe de las Torres Gemelas", dice Beatriz Amposta; "él me telefoneaba prácticamente todos los días, hasta que hubo una última conversación en la que me dijo: 'No puedo llamarte más, me lo han prohibido'. Cuando se contó que había venido a Roma y que yo no le había dejado entrar en su casa, ¡resulta que estábamos juntos en el Hotel d'Inghilterra! Si yo dejé mi casa en piazza Santa María y me vine a vivir a Via Garibaldi fue porque él me lo pidió, me dijo que le estaban expoliando y me suplicó que me encargara de cuidar sus cosas. Así lo hice, hasta que él mandó a su sobrina Tere a buscarlas. Después, su viuda me llamó para amenazarme, para decirme que me iban a desahuciar y que me preparase, porque la apoyaban Felipe González y el Rey… He estado quince años luchando en los tribunales, que me han dado la razón uno tras otro, porque yo estoy aquí legalmente y tengo mis derechos. Y en cuanto a los famosos 60.000 euros, en Roma como en todas partes las derramas las tienen que pagar los propietarios, no los inquilinos. Si Rafael me hubiera pedido que me marchara, yo le habría dicho: dame tres meses para buscar otro lugar. Pero él no hizo nada de eso, sino todo lo contrario. Y finalmente, en cuanto a la comunidad de vecinos de esta casa, resumo quiénes son recordando que cuando yo le propuse al Ayuntamiento de Roma que se pusiera en la fachada una placa que recordase que aquí había vivido Rafael Alberti, se opusieron".

Aitana Alberti, la hija del poeta.

AITANA ALBERTI.
Aitana Alberti, que vive desde hace décadas en Cuba, cree que la situación no puede tardar en resolverse: "Han pasado 11 años desde su muerte, y es el momento de que se liquide de una vez por todas la sociedad de bienes gananciales que unía el patrimonio común de mis padres. Y esa casa tendrá que pasar a manos de sus herederos. A mí, en cualquier caso, lo que me gustaría es que en Via Garibaldi se abriera alguna clase de centro de estudios del exilio. Esa casa fue un punto de encuentro de todos los antifranquistas, una especie de isla a salvo de la dictadura terrible que había en España, y por ella pasaron los intelectuales más importantes del siglo XX. Creo que son dos razones de peso para ser conservada".

ESTUDIO LEGAL PÉREZ-ALHAMA.
Las palabras destino y sentido son la misma con las letras en un orden diferente. Ahora, dos bufetes de Madrid, Écija Abogados y el Estudio Legal Pérez-Alhama, tratan de volverlas a convertir en una sola para que la casa de Rafael Alberti y María Teresa León no llegue en ruinas al futuro. No será fácil. El abogado Juan José Pérez Calvo, del Estudio Legal Pérez-Alhama, a quien los administradores de Via Garibaldi han pedido que localice a los herederos del inmueble, del cual en el registro solo constan como propietarios el poeta y su esposa, fallecidos, respectivamente, en 1999 y 1988, y que les reclame la deuda, dice que esta se debe "a que no se ha pagado ninguna de las cuotas mensuales desde 1990, ni tampoco el tanto por ciento que le corresponde a ese piso por las reparaciones y restauraciones que se han llevado a cabo en estos años, muchas de ellas impuestas por el Ayuntamiento de Roma. Y si nadie paga, el embargo se pondrá en marcha".

Patio interior del edificio de Via Garibaldi, 88, en Roma. /Foto: J.M.M.

ÉCIJA ABOGADOS.
Otro despacho de Madrid, Écija Abogados, representa a Aitana Alberti y también trata de solucionar el asunto de la casa del Trastevere: "Nosotros pusimos una demanda en Cádiz, donde murió Alberti, y cuando la jueza que la tramitaba se inhibió de ella porque, según dijo, 'el caso le venía grande', pusimos otra en Majadahonda (Madrid), donde falleció María Teresa León, para solicitar que se haga un inventario de los bienes del matrimonio y que se liquide la sociedad de gananciales. En lo que respecta a Via Garibaldi, 88, al ser un bien tangible, las cuentas están muy claras: a Aitana Alberti le corresponde un 66% de la propiedad; a los descendientes de los otros dos hijos de su madre, que viven una en París y el otro en Burgos, un 12% a cada uno; y a la viuda de Alberti, un 10%. Eso es inamovible. En cuanto a Beatriz Amposta, reside allí porque Alberti la autorizó a ello". ¿Entonces? "Bueno, pues entonces habrá que llegar a un acuerdo económico entre las partes", dice Juan José Pérez Calvo, "y si no se alcanza, emprender un litigio. Y en cualquier caso, alguien va a tener que pagar la deuda, o al final la casa será subastada". El horizonte se está poniendo negro sobre la casa de color naranja, cuyo precio de mercado ronda el millón doscientos mil euros. En 1988, a Alberti le pagaron por sus obras completas poco más de seis mil.

Hay demasiadas manos tendidas y una sola llave. El poema sobre las Torres Gemelas al que se refería Beatriz Amposta se publicó en el libro Versos sueltos de cada día y dice, entre otras cosas: "Aquí no baja el viento, / se queda aquí en las torres, / en las largas alturas, / que un día caerán, / batidas, arrasadas de su propia ufanía". Ojalá que esos versos sean menos clarividentes que su autor, que este 16 de diciembre hubiera cumplido 109 años, y no adivinen hoy el futuro de su casa de Roma como él adivinó entonces el de los rascacielos de Nueva York.

LA OTRAS JOYAS DEL POETA.
El legado de Rafael Alberti incluía “obras de Picasso, Miró, Antonio Saura o Tàpies” y otros que citaba el inventario que se hizo de los bienes al llegar estos a Cádiz, donde se recogen obras de “Siqueiros, José Caballero, Hernández Mompó, Kokochinsky, Lucio Muñoz o Viola; dibujos de Vázquez Díaz; grabados de Manuel Ángeles Ortiz, Miró, Genovés o Guinovart; cuartillas con poemas, dedicatorias, cartas y telegramas…”, aparte de obras del propio Alberti y cartas y libros firmados por Pablo Neruda, Louis Aragon, Juan Ramón Jiménez, Paul Éluard, José Bergamín o Pier Paolo Pasolini.  (Texto: Benjamín Prados).

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Hace un mes, la editorial El Olivo publicó ‘Marisma con buitres’, la primera novela del porteño Álvaro Rendón Gómez, geómetra, catedrático de dibujo, experto en análisis de recintos sagrados, y autor junto con Juan Eslava Galán del libro ‘La Lápida Templaria Descifrada’ y otros tantos títulos más: ‘Geometría Especulativa’,  ‘Geometría Paso a Paso’, vols. I y II entre otros de la misma materia. (ver nótula núm. 680 en GdP).

‘Marisma con buitres’ trata sobre los peligros de un crecimiento desmedido y el afán de los políticos a vender-ceder solares que son de los ciudadanos para que cualquier inmobiliaria desalmada los llene de cajas de hormigón y cambie las condiciones del hábitat local, privándola de recursos naturales. La curiosa coincidencia del nombre del municipio imaginario: Pueblo de la Sal Marina, con el de El Puerto de Santa María es solo eso, ¿una coincidencia?

SINOPSIS.
Las pretensiones de una multinacional inmobiliaria, en connivencia con algunos cargos públicos del Pueblo de la Sal Marina, en el litoral, atentan contra las ideas revolucionarias de un hombre pacífico y su familia.  En la marisma de Don Nuño están ocurriendo cosas inexplicables. ¿Fenómenos atmosféricos? ¿Magia? ¿Qué tiene que ver con todo ello Margarita, la vagabunda hallada muerta en las puertas de un Ambulatorio? ¿Qué papel juega la hija menor de los García Hidalgo, de apenas doce años? ¿Cuál será la solución a los continuos conflictos entre ecologismo y desarrollo, conservadurismo y progresismo a ultranza…? /En la imagen, Álvaro Rendón Gómez.

PRESENTACIÓN EN EL PUERTO.
Su presentación está prevista en El Puerto el 9 de marzo de 2012. La novela tiene 456 páginas y puede adquirirse en cualquier librería al precio de 18 euros, o bien en la tienda electrónica de Editorial El Olivo. Escrito en un lenguaje sencillo y compresible, en palabras de Juan Eslava Galán, con quien Rendón tiene escrito otro volúmen: «Es una novela estupenda que se lee de un tirón y que da que pensar».

ENSAYO: LA CRIPTA DE SHEMAFORASH.
Además, Álvaro Rendón ha publicado recientemente, también con editorial El Olivo, un ensayo que se reserva a los iniciados en la geometría y el esoterismo: ‘La Cripta de Shemaforash’. Toma como excusa la Cripta del barón de Velasco, soterrada en los cimientos de la Iglesia de San Juan Bautista, en la ciudad de Arjona (Jaén) y desentraña el misterio que ha cautivado a cuantos la visitan a diario. Hasta la fecha han sido muy pocos los que se han acercado a sus páginas –estaba previsto que ocurriera así porque no es un libro de divulgación, turístico o folklórico; sino de lectura lenta y compleja--. Uno de estos lectores ha sido el director de Museo Íbero de Porcuna, Luis Emilio Vallejo que ha colgado en la revista que edita el propio Museo un artículo que consideramos de interés conozcan los ciudadanos de El Puerto.

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Nada mas levantarse el telón del centenario de Muñoz-Seca cuyos actos se anunciaban en El Puerto de Santa María en torno al 20 de febrero de 1979 --hace cerca de 33 años-- dos fechas aparecían en escena como si fuera a ser protagonistas de una de las famosas ‘astracanadas’ del comediógrafo, en las que el despropósito de las situaciones era uno de los componentes principales. /En la imagen, Pedro Muñoz-Seca en el portuense 'Recreo de los Trapos'.

Un doble motivo, político y sentimental, dieron su origen a una cierta confusión en torno a la fecha del nacimiento de Pedro Muñoz-Seca. Porque consultando una amplia bibliografía, desde Consuelo Burel, en el Diccionario de la Literatura Española, de la Revista de Occidente, a Manuel Ríos Ruiz, en su Diccionario de Escritores Gaditanos, citando a Federico Carlos Saínz de Robles; del Espasa al Diccionario de Autores de Bompiani, en la edición española de González Porto; o desde Díez-Echarri y Roca Franquesa a González Ruiz, en su Literatura Española, publicada en 1943, por edictos ‘Pegaso’, dentro de su colección ‘La Cultura del siglo XX’ e incluso José Montero Alonso, en su libro ‘Pedro Muñoz-Seca. Vida, ingenio y asesinato de un comediógrafo español’, editado en 1939, todos coinciden en que Muñoz-Seca nació en 1881.

EL VATICINIO DE LA ‘CIVILA’.
Y es que el propio Muñoz Seca dijo en una ocasión a un amigo: «He nacido en 1881, capicúa. Moriré en 1991, otro capicúa que se las trae. Viviré por tanto ciento diez años, nada menos ¿Que esto es una broma mía? No. Me lo vaticinó mi ama, casada con un cabo de la Guardia Civil. Hay que creer siempre lo que dicen las ‘civilas’».

En 1950 se celebró en El Puerto de Santa María un homenaje al que asistieron algunos de los hijos de Muñoz-Seca y sus familiares portuenses y en el que estuvo presente el entonces ministro de Justicia, Raimundo Fernández-Cuesta.

MONUMENTO BIBLIOTECA.
Quedaba inaugurado el monumento-biblioteca que se encuentra en la Plaza de Isaac Peral y, con motivo de este homenaje, en los talleres de la viuda de Luis Pérez, se editó un libro conmemorativo. En él aparecen dos fechas para el nacimiento de Pedro Muñoz-Seca. En la semblanza biográfica que abre la edición leemos el siguiente párrafo: «Nació Pedro Muñoz-Seca el 20 de febrero de 1881 y bajo el agua bautismal de la Parroquia de Nuestra Señora de los Milagros, Iglesia Mayor Prioral, catedralicia en su construcción, entra a la vida con el marchamo de su origen portuense».

El monumento sirvió para un homenaje de periodistas y escritores  a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado. /Foto: Rasero.

Pero en la contracubierta aparece la firma de Muñoz-Seca y la fecha de su nacimiento: 20 de febrero de 1879, así como la de su muerte: 29 de noviembre de 1936.

PARTIDA DE NACIMIENTO.
Además de no aparecer ningún dato referente a 1881, en el archivo de la Parroquia de Nuestra Señora de los Milagros se encuentra la partida de bautismo de Pedro Muñoz-Seca. Por otro lado, la partida de nacimiento coincide casi textualmente con la de bautismo.:

Acta de nacimiento de Pedro Muñoz-Seca.

«En la ciudad del Puerto de Santa María, a las diez y media de la mañana del día veinte y uno de febrero de mil novecientos setenta y nueve, ante D. Ángel Medinilla, Juez Municipal, y don Rafael Cañas, secretario, compareció D. José Muñoz, natural de Cádiz, término municipal de Idem, provincia de ídem, mayor de edad, casado, procurador, domiciliado en esta ciudad, Zarza treinta y cinco, presentando con objeto de que se inscriba en el Registro Civil, un niño y al efecto, como padre del mismo declaró: Que dicho niño nació en la citada casa en el día de ayer a las diez de la noche. Que es hijo legítimo del declarante y de doña María Seca, mayor de edad, natural del Pto. Sta. María, término municipal de ídem, provincia de Cádiz, su ocupación la de su sexo y domiciliada en el de su marido. Que es nieto de D. Francisco, difunto, natural de Megico, y doña Antonia Cesari, viuda, natural del Pt. Sta. María, término municipal de Idem., provincia de Cádiz y por línea materna de don Pedro, natrual del Pto. Sta. María, mayor d edad, de estado casado, de ejercicio propietario, domiciliado en esta ciudad y doña Milagros Miranda, natural del Pto. Sta. María termino municipal de Idem., provincia de Cádiz, difunta. Y que al expresado niño se le pone el nombre de Pedro».

Aporta ésta el dato del número de la calle Zarza donde nació, el 35, y aparece refrendada la concesión por el Rey de la unión de los apellidos ‘Muñoz-Seca’ otorgada al célebre comediógrafo y sus descendientes en 1926. /A la izquierda, portada del libro conmemorativo editado con motivo de la inauguración del monumento a Muñoz-Seca, en 1950, del que se editaron 1000 ejemplares.

TERMINA CON UNO…
Se imponía, por tanto, buscar alguna justificación a este cambio en la fecha de nacimiento de Pedro Muñoz-Seca. Rosario, una de sus hijas que vivía en Madrid, nos declaraba coincidiendo con una de las sobrinas del comediógrafo, Pilar Muñoz Bela, que lo de quitarse años respondía «a su coquetería y porque quería que el año de su nacimiento fuera capicúa». Con todo, y al preguntarle desde cuando se produce, Rosario consultó con su hermano… «Cuando llegó la República él --como una premonición-- manifestaba que desde entonces diría que nació en 1881, porque empezaba con uno y terminaba con uno…»

En esta época, junto al humor, incluye en su teatro la pasión política, combatiendo las ideas republicanas y obras como ‘La hora del reparto’, ‘La Oca’, y ‘Anacleto se divorcia’ van a significar la firma de su ‘sentencia de muerte’.


Placa del homenaje que recibió el escritor en 1920, en la casa donde vivió en la calle Nevería.

YA EN 1920.
Sin embargo, al parecer, Muñoz-Seca se quitaba años de edad bastante antes. La fecha de 1879 aparece también en la lápida que se encuentra en la fachada de la casa que los Muñoz-Seca tenían en la calle Nevería: «Los pueblos que honran a sus hijos ilustres, se honran a sí propios -El Puerto de Santa María a Pedro Muñoz-Seca-- nació este insigne comediógrafo y poeta en esta ciudad el día 20 de febrero de 1879. 8 de septiembre de 1920».

Mientras, en el Teatro Principal se representaban entonces dos obras suyas: ‘Las traineras’ y ‘Pepe Conde’, aquel día de la Patrona, después de la función principal, toda la comitiva oficial se dirigió a la entonces calle Castelar (nevería como la conocen todos los portuenses y que fue rotulada con el de Pedro-Muñoz Seca). La lápida, que había sido costeada por suscripción popular, fue descubierta por el alcalde, señor Ruíz-Calderón, y por el propio escritor. Muñoz-Seca pronunció un discurso en el que, según la Revista Portuenses, dijo que entendía modestamente su labor compensada por el éxito, no hija del talento, sino debida a la fe que en ella imprime y muy principalmente a la protección de la Santísima Virgen de los Milagros, a quien adora. Y añadió: «Este acto para ustedes es un ‘placeré’, para mí es un orgullo, para mis padres que los presencian, es emoción. Yo procuraré ser siempre un digno hijo de este pueblo». /En la imagen, Muñoz-Seca, de blanco, en el escenario durante el descubrimiento de la placa.

«Este acto ha sido --continúa la Revista Portuense-- de una emoción verdaderamente excepcional. La respetable señora madre del ilustre escritor, tras la verja del piso superior de la casa, lo presencia rebosando su alma intensa alegría que asoma a su faz por la que surcan lágrimas de inapreciable valor»... /En la imagen de la izquierda, el busto del comediógrafo expuesto en el patio de la casa de la calle Nevería donde, durante años, ha estado la exposición permanente sobre la vida y obra de Muño-Seca, hoy en el Edificio San Luis.

«Mamá, ya no voy a poder seguir quitándome los añitos que me quitaba», le dijo Pedro Muñoz-Seca, según el testimonio que del procurador jerezano Pedro Lassaleta --«tan seguro como que se dijo delante mía»-- pudimos conocer a través de Manuel Palacios Muñoz-Seca, canónigo de la S.I. Colegial de Jerez de la Frontera, y de su hermana, sobrinos de Pedro Muñoz-Seca, cuyo centenario se preparaba en El Puerto el 20 de febrero de 1979. (Texto: José Ignacio Buhigas Cabrera).

2

Cuando echamos la mirada a atrás a aquellos años anteriores a 1928 aún nos cuesta mucho imaginar nuestras calles, nuestras casas, nuestras gentes... Rememorar ese pasado supone dibujar en el lienzo de nuestra historia una imagen borrosa de lo que fuimos, una fotografía en sepia de una ciudad mucho más pequeña, mucho más costumbrista, y quizás, sólo quizás mucho más humana.

La Puntilla en los años 20 del siglo pasado.

Eran años de duro trabajo, de verbenas estivales y de carros tirados por mulas. La bonanza de nuestro clima fomentaba los baños terapéuticos en nuestras playas, y atraían hasta nuestra ciudad a los primeros turistas en aquellos trenes botijo utilizados mayoritariamente por las clases populares en los meses del estío andaluz, las cuales para combatir la sed y los rigores del calor complementaban el equipaje con botijos que permitían mantener fresca el agua en los interminables trayectos de la época.

La calle Larga, en la década de los veinte del siglo pasado.

La ancestral tradición del fuego purificador en el solsticio de verano, firme y arraigada desde tiempos remotos en los pueblos y ciudades de toda la costa mediterránea, primero con la quema de muebles viejos o cartón, y más tarde con una festividad agrícola en la que los labradores aprovechaban el día más largo del año para la recolección de las cosechas, y la noche más corta para la destrucción de todos sus males, nos sirve de nexo de unión con nuestro personaje de hoy.

José María Py y Ramírez de Cartagena, nació en El Puerto de Santa María en el año 1881. Después de haber residido en Valencia durante más de 25 años –enrolado en varias Comisiones Falleras, llegando a plantar dos Fallas en el año 1917-, llegó a Alicante en 1922, donde su padre, Don José María Py y Puyade, ejercía de notario en su despacho de la Plaza de Isabel II. Su casamiento con Doña Mercedes González y Gutiérrez, de origen cubano, fue el motivo por el que sus padres lo desheredaron. Poseía el título de Barón de Rosta por vía materna, título del que jamás hizo ostentación. Tenía por aquél entonces 41 años y seis hijos: Gloria que murió con 17 años, José María, Mercedes, Elvira, Juan y Pilar. /En la imagen, José María Py.

Estableció su domicilio en el Barrio de Carolinas, en la calle Plus Ultra, para trasladarse más tarde a la Avenida de Alfonso el Sabio, trabajando de dependiente y ayudando a su padre en la notaría. Más tarde, haría labores de funcionario en el Ministerio de la Gobernación con destino en la Administración de Correos.

José María fue un portuense inquieto, alegre, alto de estatura, enjuto, con un destacado bigote borgoñés, simpático y acumulador de amigos. Frecuentaba varias tertulias de la capital alicantina, especialmente la que se reunía en “Alicante-Atracción”. Allí dio a conocer por primera vez su idea –acogida con entusiasmo por todos- de que, carente la ciudad de grandes festejos, se podría implantar la fiesta del fuego a la usanza valenciana pero dotándola de características y personalidad propias: celebrándose en el mes de junio, coincidiendo con el solsticio de verano y con la denominación de “Fogueres de San Chuan”. Era intuitivo y voluntarioso, excesivamente trabajador y desinteresado, tanto que llegaron a denominarle “el formidable”. Su artículo “Les Falles de San Chusep en Valencia y les Fogueres de San Chuan en Alacant”, publicado en “La Voz de Alicante” el 28 de marzo de 1928, prende la mecha y entusiasma a los alicantinos, que comienzan a interesarse por el tema.

Las hogueras de San Juan.

Py, acompañado por Don Miguel Llopis Reyner, presidente de “Alicante-Atracción”, visita al alcalde de la ciudad Don Julio Suárez Llanos para explicarle la cuestión y pedir su conformidad. Su objetivo principal no era la atracción de forasteros, sino el que Alicante, todos los alicantinos, llegasen a encontrarse a sí mismos, a salir de lo que alguien había llamado “modorra suicida” y no era más que el residuo  de un siglo romántico en una ciudad adusta y liberal en nupcias con el buen tiempo perenne y el mar.

Comienzan inmediatamente a formarse comisiones en diversos distritos, siendo la de la Plaza de Isabel II la primera que se inscribe en el registro, por lo que es la más veterana y antigua de todas las hogueras alicantinas. El 22 de junio de ese mismo año, el alcalde publica un bando autorizando la fiesta y pidiendo al vecindario, comercio e industria, que se asocie a tan feliz iniciativa. Este bando dio carácter oficial a las Hogueras.

Aquel primer año se plantaron nueve hogueras. La fiesta había comenzado su andadura y poco a poco fue tomando tal auge que en 1930 se hizo necesaria la creación de una comisión gestora que coordinara la labor de las diversas comisiones, a la vez que organizase los actos oficiales a celebrar.

José María Py fue elegido presidente de esta primera comisión gestora, falleciendo dos años más tarde (15 de marzo de 1932) de un infarto en su casa de Alfonso el Sabio, precisamente en vísperas de las Fallas Valencianas. En 1961 se instala una placa en su casa mortuoria, una calle con su nombre y un concurso bibliográfico. Sus restos reposan en el Cementerio de Alicante en el “Jardí del Silenci”.

El pleno del Ayuntamiento de Alicante, en sesión ordinaria celebrada el día 22 de julio de 2011 con el acuerdo unánime de todos los miembros de la corporación municipal, acordó conceder el honor de ‘Hijo predilecto de Alicante’ a título póstumo a este portuense casi desconocido en su propia tierra en un acto celebrado el pasado día 10 de noviembre. (Texto: Manolo Morillo)

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El portuense José Pablo García Baez, reportero de 'Andaluces por el Mundo' en la calle principal de Disneyland Paris, junto a uno de los dos cámaras del programa, Daniel Leal.

El espacio de Canal Sur Televisión “Andaluces por el Mundo” viajaba anoche jueves, 24 de noviembre a París, la capital mundial del turismo. Este programa, que cumple su décima temporada, con cinco años en antena como programa de referencia para la televisión de todos los andaluces y que produce Medina Media, cosas de la vida, suele visitar a muchos portuenses por el mundo. Últimamente han aparecido en casi todos los programas.

Este programa, hoy en día copiado por todas las cadenas, fue uno de los referentes en este tipo de formatos. Otra portuense de adopción, Mar Barrera, tantos años en los micrófonos de Ser Puerto, también fue reportera de este programa al igual que ahora otro porteño, José Pablo García Baez (ver nótula 661 en GdP) es ahora uno de sus conductores, recorriendo el mundo en busca de nuestros paisanos a quienes traeremos también, a estas páginas.

José Pablo García, Estefanía Nuchera y Carlos Cárave, posan con el reportero del programa en el interior del parque de atracciones parisino, delante de un Vapor, en este caso a la usanza del Mississippi, donde cantaron 'Vaporcito de El Puerto'.

Disneyland Paris fue para Estefanía Nuchera Gómez, su primer trabajo en Francia. Llegó por amor, sin saber apenas francés, y ya lleva ocho años en la ciudad. Ella se convirtió en guía de excepción para Canal Sur Televisión en el mayor parque de atracciones de Europa, el Canal de San Martín o el Bosque de Vicenns. Pero además, fue la protagonista sorprendida por el espacio con la inesperada visita de su madre Matilde Gómez y su hermana Graciela en el mismo lugar donde se casó hace un año. También vimos junto a ella a Carlos Cárave, otro porteño que trabaja en Disneyland Paris. Juntos evocaron la luz y el color de El Puerto, los paisajes y el olor a mar de la Bahía de Cádiz y cantaron, para todos los andaluces, el pasodoble de Paco Alba ‘Vaporcito de El Puerto’.

Una foto de grupo con Graciela Nuchera, la hermana de Estefanía, Matilde Gómez, la madre, y la sorprendida, Estefanía Nuchera Gómez en el Bosque de Vicenns (París).

También fueron protagonistas en el programa, Jesús Iglesias Montero, escultor sevillano; Elena Martínez y Alejandra García, almeriense y sevillana respectivamente, dos amigas que llegaron a París para trabajar como traductoras;  Pablo González, un fisioterapeuta de Antequera e Iván Toribio, acróbata sevillano.

En breve les traeremos a GdP a estos portuenses por el mundo.

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Hoy queremos traer algunas pinceladas del buen hacer de un prolífico poeta portuense que llenó con sus versos, plenos de fina gracia y de mordaz crítica, muchas páginas de la Revista Portuense en la última década del siglo XIX.  Se llamaba Manuel del Rio y García, y aunque su poesía es de la considerada "menor", gozaba de una gran aceptación entre sus paisanos contemporáneos. Manuel Martinez Alfonso lo cita en varias ocasiones en su obra "El Puerto de Santa María en la literatura"  y se extiende en elogios de una zarzuelita: "Ojeada al Puerto" de la que él era el letrista´y la música del también compositor local Francisco Javier Caballero. La obrita, estrenada en 1895, se anunciaba como revista local cómico-lírica, resaltando la prensa de la época su fácil versificación, fluidez y sonoridad. "Viene a ser la tal "Ojeada" -indica Martinez Alfonso- como un desfile de cuanto había en El Puerto digno de crítica, observación o aplauso".

Señala la Revista Portuense escenas de verdadera gracia y vis cómica, entre ellas la de la Electra Peral Portuense, personaje que tenía en sus manos un tridente, en cuyas puntas lucían tres lámparas eléctricas de diversos colores. El personaje femenino, en un sentido homenaje al que fuera candidato a diputado por la ciudad, declamaba:

Yo soy la luz eléctrica, señores,
la que más se asemeja a la del día;
la que en esta ciudad de Andalucía,
de la ciencia derrama resplandores.

No hay nadie que me mire y no se asombre
en este siglo lleno de portentos:
soy el no más allá de los inventos,
la última prueba del saber del hombre.

Por más que mis ventajas se disputan
cuantos aman la ciencia y el progreso,
víctimas del obscuro retroceso
pocos pueblos de España me disfrutan.

Cabe al Puerto el honor de que él ha sido
uno de los primeros que ha gozado
las ventajas de llevar este alumbrado;
y este honor se lo tiene merecido.

Pues digno de mejoras y de honores
es todo pueblo noble y patriota;
todo pueblo que lucha hasta ver rota
la red en que le envuelven sus traidores.

Y El Puerto, en lucha atroz por la justicia,
la razón, la verdad y el patriotismo,
triunfó de la coacción y el egoísmo,
de la envidia, la saña y la malicia.

Recompensa, no más, a su hidalguía
aquel por quien luchó le ha dispensado,
y si el éxito hubiese coronado
su justa aspiración, más le daría.

Invento que honra el siglo XIX
¿sabéis por quién lo tiene El Puerto?
¿Quién lo instaló con tan notable acierto?
¿Sabéis mejora tal a quién se debe?

Al sabio que hoy admira el mundo entero;
al español hidalgo, genuino;
al ilustre, al patriota, al gran marino
don Isaac Peral y Caballero.

Un cambio laboral trasladó a nuestro poeta a la capital gaditana al comienzo del siglo XX pero desde allí, intermitentemente y hasta bien avanzada la segunda década de dicho siglo, continúo colaborando con la publicación local mas conocida. De la Revista Portuense del 8 de julio de 1904 son estos versos que él mismo protagoniza cuando venía a ver los toros:

Dicen que El Puerto está muerto.
Lo que estaba era dormido.
Pero ya que está despierto
se ve que es el mismo Puerto
que toda la vida ha sido.
¡El mismo!... con sus parejas,
sus jazmines y sus rosas,
sus cierros bajos, sus rejas,
testigos de amantes quejas,
y sus bodegas famosas.
Tierra de las alegrías,
con hembras que son tesoros
de andaluzas simpatías,
que se ostentan en los días
de las corridas de toros.
Pues la fiesta nacional,
conjunto de sol, luz, vida,
colores, bullicio y sal,
tiene en mi tierra querida
un atractivo especial.
¡Oh, Puerto, en eso descuellas,
y del mar surco las olas
para verte, y ver en ellas
lucir a tus hijas bellas
sus mantillas españolas!
Por eso inundan los trenes
de viajeros tus andenes,
y al muelle vienen y van
llenos, y dando vaivenes.
Por eso, cuando hay corrida
marcha a mi tierra querida
toda la provincia entera.
Por eso eres tu mi anhelo
y por verte me desvela
porque es la gloria tu suelo,
o porque tu cielo se ríe
y porque testigo eres
de mis risas y mis lloros,
y porque brindan placeres
la gracia de tus mujeres
y la fama de tus toros.

(Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

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Es de El Puerto. De El Puerto de Santa María pero se recrió en Sevilla.  En Barcelona estudió danza clásica en el Estudio Fankhanel, escuela bolera y clásico español con Alicia Calado --primera bailarina del Teatre LLiceu de Barcelona-- y Felipe Sánchez. En Sevilla y en Jerez, se especializó en flamenco con Manolo Marín, Merche Esmeralda, Carmen Cortés, Angelita Gómez, Farruco y otros grandes. /Foto: Guillermo Rivas.

ALEMANIA.

Se trasladó a vivir en 1981 a Alemania, en Wuppertal donde conoce a Hans, su marido. Wuppertal es la ciudad de Pina Bausch y su 'Cafe Müller', donde se haya uno de los principales centros para el estudio del clima en la Unión Europea. Es un municipio perteneciente al Bundesland de Renania del Norte-Westfalia, donde estudió Canto con el Maestro Herr Gillessen. Pero no sólo estudió canto sino que impartió clases de flamenco en la Volkshochschule de Wuppertal y en el Tanz-Studio Katia Krüger.

Allí actuará en Jaus der Jugend (Casa de la Juventud),  en el Folklorefest Internacional en la Stadhalle de Wuppertal, en el Junges Theather de Góttingen, y en 1985 al fundarse el grupo ‘Flamenco Vivo’, actuará por toda Alemania. El 24 de Enero 1.986, con motivo del 50 aniversario de la muerte de Federico García Lorca se representa en la Opernhaus (Teatro de la Ópera) de Wuppertal la obra de teatro danza flamenco ‘Alboreá’ dirigida, coreografiada e interpretada por Ángela Cruces y su hermana Charo.

Charo y Ángela Cruces, interpretando 'Alboreá' en el Teatro de la Ópera de Wuppertal (Alemania), en 1986.

El tranvía por debajo de el puente, en Wuppertal (Alemania).

Participa también en ele  Stadhalle y en el Flamenco-Abend e la Musikschule de Bochum. En Dusseldorf  en el Nordrhein-Wesfalen-Fest y participará, en 1987 en la coreografía de la ópera ‘Carmen’ para la Opernhaus. Ese año y el siguiente actuará en Essen, Leverkusen, Bremen, Witten. Unna, Duisburg, Wilhelmshaven y Ludwigshafen. 

REGRESO A ESPAÑA: SAN SEBASTIÁN.

En 1988 regresará a España, estableciéndose en San Sebastián en 1995, impartiendo clases de Flamenco en Temis-Circulo de Actividades Culturales de la capital donostiarra. En 1998 estrena la obra ‘Lorca, poeta en soledad’, dirigida, interpretada y coreografiada por Ángela en la Casa de Cultura Lugaritz de San Sebastián. En 2003 coreografía un fragmento de la zarzuela “La Revoltosa” para la Asociación Lírica ‘Sasibill’ donostiarra. En 2004, estrena la obra “Poesía y Flamenco”, dirigida, coreografiada e interpretada por nuestra protagonista, siendo representada también ese año y el siguiente en la Casa de la Cultura de Egía, en San Sebastián, en el Teatro Amaya de Irún, en Lasarte-Oria y en Andoaín. /El Peine de los Vientos, en San Sebastián.

En Gazteszena (San Sebastián)

ESCUELA TALLER.

Su escuela taller escenario está en un sótano en el número 12 de la calle Carlos I, de la capital vasca, Allí está su academia de baile, de clases de flamenco, sevillana, castañuelas, coreografía… En San Sebastián ha rendido homenaje en distintos espectáculos, como bailaora y coreógrafa además de a Lorca, a la txalaparta, la percusión senegalesa y la poesía. Ha colaborado con Localia TV.

Ángela Cruces, durante una actuación en Rabat (Marruecos).

ENCUENTROS.

El pasado viernes estrenaba en San Sebastián el espectáculo flamenco ‘Encuentros’, donde muestra el rumbo del flamenco que se hace en Guipuzcoa. «El flamenco y el jazz, son primos, como dirían en mi tierra». Y hablando de fusión, «En cuanto llegué a San Sebastián pregunté cuál era la forma de percusión vasca y me encontré con la txalaparta. La incorporé a una coreografía, lógico»

Ángela, en un espectáculo de fusión entre el flamenco y la txalaparta.

LA TXALAPARTA.

La txalaparta es un instrumento de percusión tradicional del País Vasco que, generalmente consta de dos soportes (cestos, sillas, banquetas, etc.), sobre estos algún material aislante (hoja de maíz, sacos viejos enrollados, hierba seca, etc.) y sobre esto un tablón que es golpeado con cuatro palos (dos cada Txalapartari). Aunque tradicionalmente cada txalaparta solía tener dos o tres tablas de madera, recientemente es habitual encontrar txalapartas formadas por una docena de tablas.

En el Teatro Amaya (Irún).

EL FLAMENCO EN LA DISTANCIA.

Ángela explica como vive en flamenco tan lejos de su cuna: «Todos lo que lo vivimos --no se trata de decir 'lo practicamos', el flamenco es una manera de vivir-- estamos siempre en contacto. Nos vemos, nos oímos, nos contamos. Bajo mucho al Sur a inyectarme flamenco en vena. Y cuando estás allá, en Triana o en Jerez, en la Bienal o en un café las horas pasan en un vuelo. Porque puede que aquello que te vaya a entusiasmar, maravillar, enloquecer no suceda ni a las nueve ni a las diez ni a las once de la noche sino a las cuatro de la madrugada, a las seis de la mañana».

LA FUSIÓN.

En cuanto a la fusión entre diferentes estilos y técnicas afirma: «Es ley de vida. Al fin y al cabo, el cajón, que hoy parece algo consustancial al flamenco se lo trajo Paco de Lucía, de Perú. Y es la percusión perfecta. Tú puedes fusionar siempre y cuando tengas muy claro dónde están las raíces, la pureza. Porque si no, tu mezcla, tu baile, tu cante, tendrán los pies de barro». /Cartel de su último espectáculo 'Encuentros'.

EL AGUJETAS.

Recuerda el punto de soberbia de ‘El Agujetas’: «Tenía un cante ancestral. Había trabajado en la fragua, origen del martinete (ay el compás del martillo sobre el yunque...) y vivió mucho en Estados Unidos. Un día dijo: 'Yo puedo cantar 'My Way', a mi manera pero Sinatra nunca podrá cantar flamenco. Ni a la suya'». Y prosigue: «Aprenderás la métrica, la técnica pero sin ‘quejío’, sin 'jipío' nunca cantarás flamenco. El flamenco no cuenta historias en sus letras, sentencia: 'La luna tenía cerco, era noche de muerte'. En cómo dices esa frase está el secreto del cante. Esa pureza suya tan dura».

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Jose Pecho es el nombre artístico y por el que es por todos conocido, José Manuel Pecho Martín. Nace el 5 de junio de 1968 en Cádiz, en el hospital de la Misericordia y San Juan de Dios del barrio Santa María, aunque de siempre ha vivido en El Puerto. Es de una familia humilde y trabajadora. Su padre Manuel es patrón de barco  y su madre Soledad, ama de casa, ambos de El Puerto. Jose siempre se ha sentido muy orgulloso de sus padres y de la educación que le dieron. Tiene tres hermanos, Yolanda, Antonio y Silvia, siendo él el mayor.

1968.
Era alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. En junio se celebraba en El Puerto un pleno de la Diputación Provincial que se pronunciaba sobre la expansión universitaria en la provincia, algo de lo que El Puerto no se vería beneficiado y que produjo, por su desacuerdo que, un año después Luis Portillo abandonara la alcaldía al no verse apoyado para tal empresa. José Luis Tejada publica ‘El cadáver del alba’. Se proyecta en el Teatro Principal ‘El Planeta de los Simios’. Se estrena en la Scala de Milán, un ballet basado en el poemario de Rafael Alberti ‘Sobre los ángeles’, que ese año publica ‘Roma, peligro para caminantes’.

Se inauguraba el ambulatorio de la Seguridad Social ‘Virgen del Carmen’. En 1968 los cofrades de la Veracruz incorporaban la imagen de María Santísima de Consolación y Lágrimas, empezando a procesionar ese mismo año. Desde entonces en la procesión de la hermandad de la Veracruz desfilan delante del paso un grupo de mujeres ataviadas con la mantilla española.  Nace el cantante afincado en El Puerto Enrique Bunbury. /En la imagen, José Pecho, con su abuela en el Parque Calderón.

Son muchas las casas en las que ha vivido nuestro protagonista a lo largo de su vida en El Puerto, en Madrid, en La Pineda (Tarragona) y en Tenerife. Su primera infancia la pasa entre una casa palacio, convertida en casa de vecinos, situada en el número 8 de la calle Santa Lucía, junto a la iglesia Mayor Prioral en pleno centro, y la casa de sus abuelos maternos en una barriada ya desaparecida, la barriada ‘18 de Julio’  que estaba situada junto a la plaza de toros al comienzo de la Avenida del Ejército. De ambos lugares conserva recuerdos inolvidables a pesar de la edad que tenía cuando vivió allí. Posteriormente y de forma definitiva se traslada la familia, ya con los tres primeros hermanos, a un piso en la recién construida barriada Juan Melgarejo Osborne, conocida como barriada Sericícola, donde vivirá su infancia y juventud. Años más tarde se irán a vivir a una casa unifamiliar en el barrio de La Palma donde, en la actualidad, siguen viviendo sus padres.

CANARIAS.
Trabajando ya profesionalmente como actor, en unas mini vacaciones que se toma en Tenerife, después de acabar contrato en una producción teatral, se presenta a un casting para un espectáculo y lo eligen para un papel. Por ello se traslada a vivir a las Islas Canarias donde permanecerá durante casi tres años, tiempo que dura el espectáculo, viviendo en distintas casas. En la actualidad vive en su casa de la calle Palacios, en el centro histórico de El Puerto.

José Pecho con su padre y hermanas, su hermano Antonio es el que hace la fotografía.

OREJAS DE BURRO.
Comienza su aventura escolar en la guardería donde lo matricula su madre, de la que no recuerda el nombre pero sí que estaba situada en la calle Bolos. De allí recuerda la vez que la profesora, la que era muy mayor, por no saber responder correctamente una pregunta, le obliga a colocarse unas orejas de burro y a ir por todas las clases diciendo “soy un burro”. Por supuesto los otros niños se reían a carcajada limpia. Y, aunque no fue un buen momento, no lo recuerda con desagrado. Siempre ha dicho que esa fue su primera actuación ante el público. Era otra época.

José Pecho ha colaborado desinteresadamente en dos campañas de captación de socios para el Racing Club Portuense.

SUS INICIOS EN EL TEATRO.
Su relación con el teatro comienza muy temprano. Estando en quinto curso asiste en el colegio donde está a la función de la obra “Los cuatro Robinsones” de Pedro Muñoz Seca, realizada por compañeros del mismo centro. La primera obra de teatro que ve en su vida. Le llama tanto la atención que desde entonces busca la oportunidad de poder participar en algún montaje; algo que consigue al siguiente curso cuando preparan una obra pero que no llegan a representar.

Estando estudiando en el Instituto Pedro Muñoz Seca, la profesora de literatura crea grupos de trabajo y Jose Pecho decide participar en el de teatro. A lo largo del curso van ensayando varias escenas de “La Celestina” y la representan para los compañeros de clase a final de curso. Al curso siguiente entre los compañeros que participaron en la obra anterior deciden preparar fuera del horario de clase la obra “Amor al prójimo” y consiguen representarla en el salón de actos del centro para todos los estudiantes del Instituto.

Animado, junto con los compañeros de montaje, se apunta a la primera edición de Escuela Municipal de Teatro que crea el Ayuntamiento de El Puerto ese año. Aquí estará durante dos cursos representando las obras “Los Gemelos” de Plauto y “Tres sombreros de copa” de Miura. Al final del primer curso de la Escuela Municipal de Teatro, se incorpora al recién creado grupo de teatro municipal que más tarde sería conocido por T.E.J.A. (Teatro Estable Juvenil Andaluz) cuyo responsable sería durante unos años Paco Teja (ver nótula núm. 785 en GdP). Con este grupo representa “La Voz de su Amo” de Pedro Muñoz Seca y “Los Caciques” de Carlos Arniches. Obras con las que actúa por varios municipios de las provincias de Cádiz y Sevilla.

CODIRECTOR DEL TEJA.
Años más tarde, y ya desaparecido el creador del grupo, asume la dirección del mismo junto a su amigo y compañero Joaquín Perles (ver nótula 190 en GdP) y montan la obra “Camino de Plata” de Ana Diosdado. Con posterioridad, cuando ya vive en Madrid y está estudiando en la Escuela de Arte Dramático y ya como director único del grupo, monta el espectáculo “Historias de siempre”, recopilación de textos de varios autores del momento y donde empieza a crear su método de trabajo en la creación y composición de personajes y en el montaje de espectáculos.

INICIOS DEL GRUPO BALBO.
Formando parte del grupo TEJA, como actor, es tal sus ansias por hacer teatro que compagina su presencia en ese grupo con su incorporación al grupo de Emilio Flor, que por aquella época se llamaba ‘Antinoe’, con el que representa la comedia “Los Gemelos” de Plauto y luego la tragedia “Coéforas” de Esquilo. Al finalizar las representaciones de esta obra el grupo pasa a llamarse Balbo por lo que se puede decir que forma parte del mismo desde sus orígenes. /En la imagen de la izquierda, primera función con el Grupo Balbo.

En el periodo en el que representan estas dos obra, se produce una anécdota muy curiosa. En unas actuaciones en Vejer de la Frontera, a pesar de la proximidad de este pueblo con El Puerto, se decide que el grupo pernocte allí para de esa forma facilitar las labores propias del montaje y desmontaje del decorado de las obras. Pues bien, resulta que el lugar elegido por los organizadores de las funciones para dormir, es la cárcel del pueblo. Les dan como excusa que las dependencias están vacías y no hay intención de meter a nadie allí. En aquel momento bromearon con el hecho de que los habían “arrestado” porque no había gustado la función

Con el también actor Germán Arjona.

Su presencia en el grupo Balbo podemos establecerla en dos etapas. Una durante los primeros años de existencia del grupo donde participa como actor y una segunda, cuando regresa a El Puerto, y asume las labores de director y dramaturgo.

En la primera etapa representa las obras “Los Gemelos”, “Mostelaria” y “Miles Gloriosus” las tres de Plauto, “Electra” de Sófocles y “Coéforas” de Esquilo. Con estas obras el grupo va a actuar a innumerables ciudades y centros de enseñanza. Es el grupo de teatro Balbo el único que participa en el 1º Festival de Teatro Grecolatino para estudiantes que se organiza en España.

ESTUDIOS DE ARTE DRAMÁTICO.
Con treinta años y a pesar de saber que con esa edad puede resultar muy difícil su admisión, decide preparar las pruebas de ingreso en la R.E.S.A.D. (Real Escuela Superior de Arte Dramático) de Madrid. En setiembre se traslada a la capital del Reino a realizar dichas pruebas que supera a pesar de contar con más edad que todos los que junto a él las realizan aquel curso. A partir de entonces se va a vivir a Madrid y allí comienza posteriormente su actividad profesional.

¿QUIEN VIVE AQUÍ?
Cuando se traslada a Madrid a estudiar Arte Dramático, Jose Pecho comparte piso con compañeros y su pareja en el barrio de Antón Martín muy cerca de la plaza de Lavapiés.

De esta época siempre le gusta recordar una anécdota. En aquel momento compartía piso con un amigo italiano que estaba en España completando su formación. Un día regresa a casa después de terminar las clases en la Escuela y cuando abre la puerta de la calle comprueba que la casa está llena de gente, música y mucho bullicio. Sin llegar a entrar un hombre le pregunta «--¿Qué quiere?» y contesta «--Vivo aquí»; el otro lo mira de arriba abajo, se da media vuelta y se va. Una vez dentro comprueba que no conoce a nadie y que parece que están celebrando una fiesta. De pronto aparece su amigo italiano y le dice que invitó a unos amigos porque terminó lo que vino a hacer a España y quería celebrarlo con sus compañeros de estudios. Pero todo esto no le sorprendió a Jose porque su casa en Madrid siempre fue un punto de encuentro entre todos los compañeros, amigos y conocidos o desconocidos, lo que siempre le gustó. Sirvió para que amigos de El Puerto durmieran allí el tiempo que estuvieran en Madrid.

OTROS CURSOS.
Simultanea los estudios en la Escuela con otros cursos para completar más aun su formación. Entre los que realiza destacan los de “Dirección de actores” impartido por Ramón Simó, director del Teatro Nacional de Cataluña, el de "Producción Musical y el método de interpretación estadounidense" a cargo de Keith Nagy y Karen Gigly de la Universidad de John Carroll en EE.UU., "Creatividad teatral" a cargo de Alfonso Zurro, "El actor sinfónico" impartido por el director italiano Mateo Belli o el de "El verso y su mundo sonoro" impartido por Enrique Silva, maestro de maestros.

Teatro Pavón,  Compañía Teatro Clásico de Madrid.

ACTOR EN MADRID.
Estando en Madrid estudiando en la ya citada Real Escuela de Arte Dramático, comienza a trabajar como actor, primero en pequeñas producciones teatrales como: “El Arcón del Comediante” o “La familia Adams” con la compañía Pequeño Teatro de Madrid o “Totum Revolutum Cabaret” con la compañía Los Tres pies del Gato. Luego comienza a trabajar en algunas de las obras de más repercusión en la capital, como son: “Misericordia” de Pérez Galdos y versión de Alfredo Mañas, dirigida por Manuel Canseco y José Luis Alonso, “La Faroles” de Joaquín Calvo Sotelo dirigida por Ramón Ballesteros, “Amadeus” de Peter Shaffer dirigida por Nacho de Diego, “El Día y La Bruma, Becker” de Manuel Muñoz Hidalgo dirigida por Ramón Ballesteros, “Los Cuernos de Don Friolera” de Valle Inclán con la compañía Teatro Clásico de Madrid, “Los Emigrados” de Slawomir Mrozeck y “El Avaro” de Moliere ambas con dirección de Luis Vijuesca.

En algunas de ellas conoce y trabaja con algunos de los actores y actrices más destacados del teatro español. Mencionaremos entre ellos a Luisa María Payán,  María Fernanda d'Ocón, Paco Hernández, Carmen Segarra o Pepe Regueira. Con estos montajes visita gran parte de la geografía nacional, actuando en los principales teatros de las grandes capitales españolas. Ha estado sobre el escenario de los teatros de Madrid (donde hace en dos ocasiones temporada), Barcelona, Valencia, Bilbao, Coruña, Vigo, Santander, Pontevedra, Lugo, Salamanca, Burgos, Las Palmas de Gran Canarias, Ceuta, Melilla, Toledo, Jaén, Huelva, Jerez de la Frontera, Guadalajara, Logroño, Palencia, Cartagena, Murcia… /En la imagen, María Fernanda d'Ocón.

También estudiando en Madrid, pasa unos meses en Tarragona a donde va para trabajar en el Parque de Atracciones Port Aventura. En su etapa en Tenerife representa “La Tempestad” de W. Shakespeare con la que actúa en las siete islas que forman el archipiélago.

Emilio Flor, José Pecho y Paco Crespo entrevistados por Rafa Tardío en el Salón de Actos del Instituto Santo Domingo.

BALBO PROFESIONAL.
Después de un periodo de ausencia en el grupo, Jose Pecho vuelve al mismo cuando regresa a vivir a El Puerto tras su etapa en Madrid y Tenerife. Así, después de un encuentro con Emilio Flor, decide volver al grupo y poner en práctica la idea de éste de crear una compañía de teatro profesional. La compañía llevaría el mismo nombre que el grupo: “Balbo teatro” y junto a cuatro componentes del mismo  producen la obra “Miles Gloriosus” de Plauto versionado por José Luís Alonso de Santos. La obra la dirigirá Jose Pecho junto a Emilio Flor y con ella actuará en el Festival de Teatro de Comedias de El Puerto en el espacio de la Bodega Mora de Osborne, en el Festival Internacional de Teatro Mimarte de Braga (Portugal) o en el Festival Capvespres de Guissona en Lleida. Tras un periodo de dos años deciden que la empresa no puede seguir adelante y dan de baja a la compañía.

Paco Crespo y José Pecho recogiendo el Primer Premio del VI Concurso Nacional de grupos de Teatro Grecolatino de Segóbriga, organizado por el Ministerio de Educación, este año 2011.

Con posterioridad a esto, ya en 2008, toma de forma definitiva las riendas del grupo Balbo junto con Emilio Flor, Sara Nanpéh y Paco Crespo --equipo que sigue en la actualidad siendo, además, el equipo de dirección del grupo--. Aquí pone en práctica su método de trabajo que ya está completamente definido. En estos últimos años dirige Antígona de Sófocles, Aulularia y Rudens de Plauto de la que es el autor de la versión del texto y con la que el grupo consigue ganar el Primer Premio del Concurso de Teatro Grecolatino de Segóbriga en 2011, el premio ‘Buero’ de Teatro Joven en Andalucía y el de mejor vestuario y mejor escenografía en Madrid. También es autor de la dramaturgia “La Mujer en la Tragedia” montaje que igualmente dirige y donde hace un compendio y comparativa de la obra de García Lorca y la tragedia griega. Este texto está publicado por una editorial en España y otra en Portugal. Actualmente ha terminado la versión del texto de Plauto “Epídico” y de “Ifigenia” de Eurípides, esta última junto a Sara Nanpéh, obras que representará Balbo a partir de 2012.

LANCE PRODUCCIONES
En 2007 decide junto a Sara Nanpéh crear una compañía propia. Tras estudiar los pros y los contras deciden arriesgar y formar una productora a la que dan el nombre de LANCE producciones. Bajo este nombre producen un primer espectáculo llamado “En la pecera” de Jaime Salom. Al año siguiente producen “Off Comedia”, una disparatada comedia a base de esketchs que rozaban el absurdo. Con este participan en el Festival de Teatro de Comedias de El Puerto y en el Circuito de Teatro de Castilla-León. Después de este montaje se hacen cargo de “El Militar Fanfarrón” una versión de José Luís Alonso de Santos de la obra de Plauto y un montaje de pequeño formato para estudiantes que denominaron “Encuentros con el teatro” escrito por Sara Nanpéh y donde hacían un recorrido por el teatro, desde sus orígenes hasta la actualidad.

Paco Crespo, José Pecho y Sara Nanpéh en el espectáculo 'Off Comedia'.

El último espectáculo producido, hasta el momento, por LANCE producciones es “Julio Verne, un libro una aventura” de Sara Nanpéh. Esta obra está inspirada en la vida de Julio Verne y hace un pequeño recorrido por algunas de sus novelas más emblemáticas. En la actualidad sigue con la distribución de los espectáculos que tiene en cartel con LANCE producciones.

José Pecho y Sara Nanpéh en el espectáculo 'La Pecera'.

LA TELEVISIÓN.
Conjuntamente con su participación en los montajes teatrales, se introduce poco a poco en televisión, al comienzo con pequeñas apariciones en capítulos de las series que había en el momento, para ir haciéndose un hueco en el panorama televisivo e intervenir con personajes destacados, en algunas de las series más reconocidas por el gran público. Podemos verlo en las series: “Cuéntame cómo pasó” de TVE, donde conoce a Imanol Arias y coincide con Ana Duato y Alicia Hermida, “Yo soy Bea” de Tele 5, “Desaparecida” de TVE donde trabaja junto a Carlos Hipólito, “Como el perro y el gato” de TVE trabajando con Arturo Fernández, Quique Camoiras y Silvia Tortosa o en “Bendito Polonio” serie de producción española que se difundió en un canal de Miami.

También para televisión apareció en distintos spots publicitarios, entre ellos uno sobre los JJ.OO. de Sidney para TVE otro sobre el mundial de rugby para Canal + y la colaboración desinteresada en dos campañas de captación de socios del Racing Club Portuense.

En el rodaje de 'La decisión de los Lupano', dirigida por Nersas Ferrera y producida por Lou Degirogi y la sociedad Film Canary Islands. 

EL CINE.
En cine desarrolla su faceta como actor, en los últimos años. Comienza interpretando personajes para cortos como en “Tomates La Pastora” de Ricardo Pérez y Miguel Arias o en “Cautivos del mal” corto de Jonay Alonso. Ya en otro metraje participa en las películas “La Corbata Colombiana” de Miguel A. Macarrón y “Mirada perdida” de David Pareja; aquí crea un personaje inquietante y aterrador que le sirve para ser nominado como mejor actor por su interpretación en el Festival Jameson.

LA DECISIÓN DE LOS LUPANO.
Su último trabajo por el momento para el cine es el largometraje “La decisión de los Lupano” dirigida por Nersas Ferrera. Es una producción donde Jose Pecho interpreta a Nicola Pagnuzzi, un hombre tranquilo, sereno e implacable, mano derecha y hombre de confianza del Don de la familia Lupano. Con él Jose Pecho se ha enfrentado a uno de los personajes más interesantes de su carrera profesional. Esta película se estrena en el 2012.

Una escena de 'La decisión de los Lupano'.

AFICIONES Y PROYECTOS.
A nivel personal señalaremos que a Jose Pecho le gusta mucho la lectura. Lee especialmente teatro y novela histórica. Que es un hombre que vive por y para el teatro, cuando tiene tiempo libre lo dedica a ver, escribir o leer teatro y conocer autores nuevos. Le apasionan los móviles y todo su mundo al respecto de su tecnología y características. Pero especialmente, y causa principal de que viva en El Puerto, es que le gusta pasear por las calles de El Puerto. Redescubrió ese placer a su regreso de Madrid y fue lo que le decidió a dejar el bullicio y estrés de la capital y cambiarlo por el ambiente, la luz y la tranquilidad de su ciudad. Con la ventaja de que en Madrid está su representante.

Con un grupo de amigos, algunos también del Teatro, en la cafetería Larga, 70, la pasada Semana Santa.

Por el momento Jose Pecho seguirá viviendo en El Puerto y desde ahí se trasladará para realizar los rodajes correspondientes y las funciones que toquen. Sobre la mesa tiene varios proyectos de teatro, cine y televisión que se irán desarrollando a partir de mediados de 2012 y a lo largo de 2013. Esto sin contar que seguirá escribiendo y dirigiendo para el grupo Balbo.

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Joaquín Ruiz Golluri, nació en 1888 en El Puerto de Santa María, en la primera casa de calle Cielos, donde actualmente se ubica el Hotel Duques de Medinaceli. Es uno de los “gurús” de la radiodifusión española, con una dilatada vida profesional de más de medio siglo. Jefe técnico de la segunda emisora montada en España:“Unión Radio” que se reconvertiría en la Sociedad Española de Radiodifusión (SER) y responsable de la puesta en funcionamientos de las emisoras de Sevilla, Valencia, Barcelona… así podríamos completar varios folios con el brillante currículo profesional de este pionero de la radio, paisano nuestro.  Pero queremos dar a conocer solamente en esta nótula una pequeña parte de su vida,  vivencias llenas de intensidad, emoción y tragedia en el verano de 1914, contadas por su protagonista. (No disponemos de una imagen de mayor resolución de nuestro protagonista, Joaquín Ruiz Golluri. Esperamos de la comprensión de los lectores de GdP, disculpando la baja calidad de la misma).

El 17 de junio de 1925 se constituía en Madrid la Sociedad Anónima 'Unión Radio' cuyo objetivo era dar un impulso decisivo a la radiodifusión española. S. M. el Rey Alfonso XIII inauguraba la estación dirigiéndose ante el micrófono a los radioyentes españoles.

Hace unos días llegaron a mis manos 29 folios mecanografiados con el siguiente encabezamiento: ’Relato de mi vida profesional y de los hechos más salientes durante la misma’ una memoria autobiográfica inédita, confeccionada por don Joaquín a la edad de 82 años, escrita en Barcelona donde vivía, y finalizada la víspera del día de la patrona portuense, la Virgen de los Milagros, el 7 de septiembre de 1967, de la que reproducimos la  parte de la narración  en la que relata los curiosos incidentes en los que se vio envuelto.

Transporte de heridos por la Cruz Roja, en triciclos, durante la I Guerra Mundial.

Joaquín Ruiz Golluri estudió la carrera de ingeniería, especialidad de radio telegrafía en la Universidad Católica de Lovaina,  terminando la carrera en junio de  1914.  A los pocos días –el 28 de julio-  se inició la que conocemos como 'I  Guerra Mundial', sorprendiéndole en Agen. Así lo cuenta: «… pude salir de allí (de Agen) con intención de regresar a España vía Bélgica y Francia, pero en Lieja quedé bloqueado y, al segundo día de guerra, durante un bombardeo, fui alcanzado por un obús del calibre 28, cuya metralla me produjo muchas heridas, entre ellas, la más grande, una en el bajo vientre. El camillero que iba conmigo tuvo peor suerte, ya que uno de los cascos de metralla le entró en el corazón y quedo muerto a mi lado. Yo fui recogido por una ambulancia y trasladado a un puesto de socorro; pero los alemanes habían amenazado con bombardear la ciudad desde el zepelín si no se rendía en un plazo de dos horas. Ello asustó a los médicos y a la mayor parte de las enfermeras, que se marcharon dejándonos abandonados y, gracias a que, en una ambulancia que llegó, me llevaron a la estación de Guillemens y me colocaron en el último tren de heridos que salió para Bruselas, donde me internaron en el hospital civil de Escarlec. En ese hospital, y nada más llegar, me operaron de la herida en el vientre y en la de la mano derecha».

En la imagen, Rodrigo de Saavedra y Vinent, II marqués de Villalobar (1864-1926), enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en la legación de España.en Bruselas cuya actuación durante la Primera Guerra Mundial en aquel país aún recuerda y agradece el pueblo Belga.

Continúa Joaquín Ruiz Golluri, que en esa fecha tenía 29 años, relatando las peripecias por las que atravesó, en las que la fortuna le fue propicia hasta que, finalmente, y padeciendo numerosos percances, consiguió llegar a su casa: «Al día siguiente los alemanes entraban en Bruselas y se presentaron en el hospital con la pretensión de evacuarnos a Alemania ya que allí todos los heridos eran militares. Yo alegaba mi condición de español, pero como estaba desnudo y sin documentación alguna, no me querían creer y, gracias a que permitieron que por teléfono se avisase al ministro español en Bruselas, marqués de Villalobar, el cual inmediatamente se personó en el hospital, me reconoció (porque era amigo de mi familia) y en su propio coche los alemanes permitieron que me sacara de allí y me llevara a la casa del barón Empain, presidente accionista del banco más fuerte de Bélgica, e incluso de los tranvías de Madrid y Barcelona. (…) A requerimiento de mi padre, el ministro marqués de Villalobar logró del General Jefe de los Ejércitos de ocupación de Bélgica un documento en el que se me facilitaba la salida de Bélgica a través de la frontera con Holanda, por Maestric, para mi regreso a España. El marqués me facilitó dinero y billetes de ferrocarril, desde Maestric a Rotterdam y el pasaje de Rotterdam hasta La Coruña en el gran buque de pasaje ‘Gloria’».

Gran Plaza de Bruselas, con la Casa de las Corporaciones al fondo, hace 100 años.

Sin embargo no fue gratuita la ayuda, pues el ministro español le encomendó a cambio del favor otorgado, dos “peligrosas misiones” según él mismo califica: «la primera, recoger en Lieja información detallada del fusilamiento de una familia española, que tenía un comercio de venta de frutas en la plaza de la universidad, frente a la misma. Los alemanes habían establecido, en la universidad, unas oficinas militares y colocaron en la puerta sus centinelas, los cuales fueron tiroteados por unos pocos desde los edificios de enfrente. A consecuencia de ello, y al no conseguir que los vecinos de enfrente de la plaza entregaran  al culpable, sacaron a todas las docenas de vecinos y los colocaron en línea contra la fachada de la Universidad y, con ametralladoras, los mataron a todos: viejos, mujeres, hombres y niños. La segunda comisión que me encomendó el marqués de Villalobar fue recoger en Lieja a una señora francesa, esposa de un médico militar francés que estaba en Marruecos y, con sus tres hijas, acompañarlos hasta España, haciéndoles pasar por españoles».

Nuevamente la buena suerte de nuestro protagonista, de la que sin duda estaba tocado, hizo su oportuna aparición en el momento adecuado para esquivar las dificultades finales. Así narra Joaquín Ruiz Golluri su salida del territorio ocupado: «Los alemanes nos trasladaron en un tren militar, en un vagón cerrado, desde Bruselas a Lieja, en donde nos dejaron para presentarnos en la Comandancia militar para obtener el medio de ir hacia la frontera holandesa y pasar la misma. Ya en Lieja, y en la misma entrada del Palacio de Justicia donde habían establecido la Comandancia, tuve la enorme y útil sorpresa de ser parado por un oficial alemán montado en bicicleta. Lo reconocí en el acto, pues era, nada menos, que el propietario del piso en el que tuve yo alquiladas dos habitaciones durante mi época de estudios. A mí me apreciaba bastante, así como su esposa, y me explicó que había estado viviendo en Bélgica, en calidad de espía, siguiendo órdenes superiores. Gracias a este oficial fui introducido inmediatamente en el despacho del General Gobernador Militar de la plaza, el cual puso a mi disposición un automóvil, ordenando a mi antiguo patrono que me acompañara hasta la frontera holandesa, lo que realizamos sin dificultad, pasando con facilidad la frontera, gracias al oficial que nos acompañaba». /En la imagen el general alemán Von Emmich entrando en Lieja

Foto realizada en la primera década del pasado siglo en los jardines de la Casa-Quinta de la Familia Ruiz López (actual Hotel Duques de Medinaceli). De pie, en cuarto lugar de izquierda a derecha,  nuestro protagonista, rodeado de su padre y hermanos.

Posteriormente se trasladaron en ferrocarril a Rotterdam, embarcando en un buque de pasaje con destino a Lisboa, con escala en La Coruña, barco que cuando atravesó el Canal de la Mancha fue interceptado por la marina inglesa que, después de comprobar la identidad de pasaje, escoltó con dos destructores al “Gloria” hasta la salida del canal. Desembarcó en La Coruña y desde allí, por ferrocarril hasta El Puerto, donde cicatrizaron sus heridas. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).


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Elena de Winthuyssen y Urruela nació el 18 de febrero de 1852 en El Puerto de Santa María siendo la mediana de tres hermanos: Pastora, su hermana mayor  y Felipe, el pequeño y que murió joven y soltero.

Su padre, Juan de Winthuyssen Martínez de Baños, nació el 18 de agosto de 1819 y fue capitán de fragata; hijo de Pedro de Winthuyssen y Bustillo, natural del Real Arsenal de la Carraca, que fue capitán de Caballería y Caballero de Paja de S. M. el rey Carlos IV y que casó en la parroquia de San Martín de Madrid con Felipa Martínez de Baños. Ambos abuelos paternos de Elena. Su madre, Inés de Urruela y Barreda, nació el 21 de agosto de 1822 en Cádiz y fue la pequeña de una familia numerosa; el padre de ésta José Julián de Urruela y Casares, nacido el 7 de enero de 1780 en la Nueva Guatemala de la Asunción era hijo de Gregorio Ignacio de Urruela y Angulo natural de la villa de Retes, Álava, que  se trasladó a Guatemala en 1774 a bordo de una fragata y se casó allí, en 1779, con María Josefa de Casares y Olaberrieta, hija, ésta, de padres españoles.

Embarcó, Julián, en 1802, con destino España junto a José Frayle y Jorro, con la intención de fundar una casa de comercio en Cádiz que respondería al nombre de URRUELA HIJOS Y JORRO. Es en Cádiz en donde se unió en  matrimonio con la onubense Pastora Barreda Ortiz de Zarate y con la que tuvo seis hijos.

En los años treinta del siglo XIX se trasladaron a El Puerto, donde Julián fijó su residencia en el número 75, por aquel entonces, de la calle Larga, actualmente conocida como ‘Palacio de Winthuyssen’. De fachada barroco tardío con alguna referencia neoclásica y de interior ecléctico, donde se combinan diferentes estilos, neogótico, neoclásico y mudéjar por unos preciosos arcos lobulados localizados en algún que otro salón. Allí mismo viviría Inés de Urruela con su marido Juan de Winthuyssen y tendrían a sus hijos. El 13 de agosto de 1845 falleció Julián y pocos años después su esposa. En 1865 pasaron a vivir los Winthuyssen Urruela a un anexo de la mansión con el número 9. Irían con ellos dos sobrinos de Inés y primos de Elena: Julián y Olimpia García de Polavieja y Urruela. /En la ilustración, óleo de Juan de Winthuyssen.

En febrero de 1880, contando Elena con 27 años de edad, casó con el Maestro Mayor  Titular de Obras del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María: el jerezano  Miguel Palacios y Guillén, nacido en 1841; poseedor éste del título oficial de la Escuela  Superior de Arquitectura de Madrid además de ser perito agrimensor y tasador de tierras. Los recién casados se trasladarían ese mismo año al nº 14 de la calle Diego Niño en donde nacerían sus seis hijos: los hermanos Palacios Winthuyssen, fijando, poco mas tarde y definitivamente, su residencia en el número 6 de la Avda. Rodrigáñez, al final del Paseo de la Victoria, en las inmediaciones del Monasterio de la Victoria.

 

En la foto familiar tomada en el número 6 del Paseo de la Victoria, aparecen reunidos en primer lugar y en un extremo sentado, don Miguel Palacios y Guillén y su nieta Elena Palacios Muñoz-Seca y en el otro extremo doña Elena de Winthuyssen y de Urruela. De izquierda a derecha y de pie: doña María Teresa Muñoz Seca, tras don Miguel, le siguen a ésta su hermana Antonia Muñoz Seca, su marido don Manuel y hermanos de éste, don Antonio y doña Pilar Palacios Winthuyssen; doña Catalina Beigbeder y Gallegos y su marido don Pedro Nolasco Palacios Winthuyssen posando junto a Elena, su madre. A la izquierda de don Miguel, su cuñada Pastora de Winthuyssen y de Urruela siguiéndole un jesuita amigo y vecino de la familia que esta sujetando a dos de los nietos del matrimonio y doña Olimpia García de Polavieja y de Urruela. En el suelo Manuel Palacios Muñoz-Seca junto una prima suya. La foto la tomaron con la gruta, de fondo, que otro hijo de doña Elena y de don Miguel les hizo. 22 de octubre de 1914.

El 27 de noviembre de 1899 perdía Elena a su madre a la edad de 76 años y tres años mas tarde, en 1902, a la edad de 83 años, a su padre, el ya retirado capitán de fragata, que viviría sus últimos años en la casa de la calle Diego Niño.

 

Sepelio aparecido en la Revista Portuense en 1925.

En su nueva residencia al final del Paseo de la Victoria, sobre la que ya escribí con el título de “La huerta de tía Pilar”, (nótula 857 en GdP) pasaría el matrimonio formado por Elena y Miguel el resto de su vida. El 12 de octubre de 1925, a los 74 años de edad, fallece Elena de Winthuyssen y Urruela. (Texto: J. Manuel Rguez Gay-Palacios. 'Juan de Winthuyssen').

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Manolo Figueroa, retratado delante del Mercado de Abastos en 2004.

Manuel Figueroa Rueda, nació en 1918 perteneciente a una familia con una larga raigambre en nuestra Ciudad, por mas de 10 generaciones. Muy conocido en los ambientes taurinos y cofrades, fue un trabajador incansable para sacar adelante a una familia muy prolífica con 12 hijos. Fue herido en la Guerra, que le cogió con 18 años y le dejó metralla en el cuerpo. Tenía los pies curtidos de trabajar en las Salinas, en la Fábrica de Harina, arrumbador en Bodegas Terry… y por afición o por religiosidad popular, arrimaba a su casa unas pesetas como capataz de pasos de Semana Santa cuando las cuadrillas de costaleros se ganaban un jornal llevando la carga de los pasos, entre copa y chicotá, por las calles de El Puerto.

Pero su afición estaba en el planeta de los toros. De todo hizo en la Plaza Real, responsable de la cuadra de caballos, aunque especialmente prestó sus servicios auxiliares ‘con la camisa roja’, como monosabio ayudando y socorriendo a los picadores o varilargueros, llegando a pertenecer a las cuadras de caballos de Belmonte, Romualdo y José Almodóvar y también a la de Antonio Peña. Colaboró con muchas figuras del toreo que pasaron por la Plaza, entre ellas el mítico Manuel Rodríguez ‘Manolete’. Preocupado por ‘sus’ caballos, llegó a pasar noches con ellos para no dejarlos solos o si alguno andaba enfermo. /En la imagen de la izquierda, estudio que hizo Arturo Michelena del monosabio para su pintura 'La Vara Rota'.

En el año 2000, la Tertulia Taurina ‘La Garrocha’ le tributó un mas que justo homenaje por su dilatada labor,  en el mundo del toro, setenta años ligado a la Plaza, donde su sabiduría de años, su intuición, y sus consejos eran bien recibidos de cuantos participaban en la Fiesta. En aquel homenaje el veterinario Antonio Ruiz le dedicó entre otras, estas cariñosas palabras: «Y gracias al final Manolo, de ‘Jardinero’ tordo vinoso, por aguantar a su lado cuando la vida se le escapaba durante cuatro días y cuatro noches de vela, insomnio y vigilia cuando Guardiola traicionero, de astas certeras y afiladas, le echó las tripas afuera. Nunca olvidaré la expresión de tu cara quebrada por el dolor y las lágrimas de los ojos agotados, cuando al final ‘Jardinero’ se te fue para siempre. Y gracias Don Manuel, de cinco generaciones de afición a los toros, porque sin ti la grandeza y emoción de la suerte de picar en esta Real Plaza, ya no será igual». /Junto al cronista taurino Manolo Herrera, de 'En el Albero'. 

 Manolo nos dejó con 84 años, el 18 octubre de 2002. Muchos recordamos su figura con su gorra y su puro. Previamente a su sepelio, la comitiva fúnebre pisó, con el féretro a hombros, el albero de la Real Plaza, en póstumo homenaje.

Manolo Figueroa, flanqueado por dos picadores, Guillermo Rosales y Romualdo Almodóvar el día de su homenaje celebrado en Bodegas Osborne.

Su nieto, Jesús Ramírez Figueroa, portuense en la diáspora y director de una boutique de lujo en Londres, en la zona de Mayfair recuerda que «Mi abuelo era un porteño cabal, de los pies a la cabeza y reconocido en El Puerto por muchas cosas. De herencia no nos dejó ni una gorda, pero la sabiduría taurina, de nuestra Semana Santa, de trabajar a destajo, … era herencia vale mas para mí que todas las gordas y perras chicas que pueda cualquiera juntar. Recuerdo un caballo de las cuadras de Sevilla de nombre ‘Fregená’ con el que perdía el sentío; era un percheron cruzado de al menos 400 kilos con un pecho como un armario empotrado, pero tan dócil como un borrego. De muy chico me llevaba a La Burra (ver nótula núm. 489 en GdP) y entre aroma de puro habano, Ponche Caballero, coñac y vino porteño, yo absorbía la cultura de El Puerto».  El nieto de Figueroa, además de hablar castellano, inglés, griego, francés, portugués e italiano y defenderse en árabe, intenta con todo su afán conservar y defender el habla de El Puerto que practica siempre que puede.

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«El Puerto es el pueblo más bonito de España», asegura este nieto de Felipe Fuentes, un comerciante que era representante de automóviles y que probó suerte por Barcelona allá por los 50, para buscar las oportunidades que por El Puerto no encontraba. Ese Puerto al que tantas veces ha visitado el periodista y presentador, Manel Fuentes, El Puerto que le hace brillar los recuerdos junto a la sonrisa. El nieto de Felipe es la voz matinal de la radio pública catalana, ‘El matí de Catalunya Radio’, encargo que recibió en 2009 y que de ser la tercera opción entre los oyentes catalanes se ha impuesto como liderazgo.

Manel, licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, fue conocido por el gran público por la faceta del entretenimiento, a raíz de sus imitaciones en ‘Crónicas marcianas’, formando parte de la primera tripulación del comandante Javier Sardá. El público lo descubrió como el alter ego del Rey, de Jordi Pujol o de Luis María Anson, entonces director de ABC. Se presentaba como El Hombre sin Personalidad. Precisamente, él, que le sobra personalidad y una voz de cantante de postín heredada de sus antepasados del Sur.  Alumno aventajado, aquel colaborador de Sardá tuvo su programa propio de entrevistas y humor en  TV3 y en Telecinco, La noche con Fuentes y Cía, que comenzó en 2001 y se extendió durante cuatro temporadas en las  nocturnidades del domingo, consiguiendo un premio Ondas. Manel ya contaba con otros dos caballos alados por su trayectoria radiofónica. Uno de ellos por ‘Problemes domèstics’, también en Catalunya Radio. En la televisión, en Telecinco, llegó a comandar un clásico como ‘Caiga quien caiga’. /En la imagen, ‘Los Encantes Viejos’, mercadillo de Barcelona. /Foto: Eugenio Forcano.

Barcelona en la década de los cincuenta del siglo pasado: Comedia, Avenida Palace y Coliseo.

Es barcelonés de segunda generación, pero su simpatía por El Puerto salta a la primera frase cuando se encuentra con un andaluz.  Su abuelo Felipe  --del que guarda un recuerdo muy especial ya que fue la primera muerte dura que recuerda, con tan solo 10 años-- después de los coches se dedicó a la representación de productos textiles, «y siempre se acordaba de su ciudad natal», como evoca con todo su cariño. Enarbola con orgullo el apellido «Fuentes, de los Fuentes venidos desde El Puerto». Manel tiene el día ocupado con sus mañanas radiofónicas, pero como le sobra algún ratillo, también presenta desde hace dos semanas el programa de imitadores-imitados ‘Tu cara me suena’, en las noches de los miércoles de Antena 3, siendo la pasada edición el programa más visto a nivel nacional.

La calle Larga de El Puerto en la década de los cincuenta del siglo pasado.

Su voz de imitaciones también se puede oír en el cine, lo pueden encontrar como Nígel, uno d elos pelícanos de 'Buscando a Nemo'; como el pingüino  Skipper en 'Madagascar' y aparece como camarero en 'Torrente 2'. He aquí la otra biografía del nieto de Felipe Fuentes, de Manel, cuando representaba en el teatro los monólogos de ‘El Club de la Comedia’…

«…Soy hijo de quien dicen ser mis padres, personas respetables cuyas profesiones nada tienen que ver con la actividad remunerada que realiza un servidor. Sigue siendo un misterio cómo he llegado a dedicarme a esto, y sobre todo, que alguien me pague por ello. Desde la infancia arrastro problemas de identidad. Hasta los 7 años no descubrí que no me llamaba 'Estátequieto', hasta los 10 que los Reyes no eran mis padres (...sino los de Felipe, Elena y Cristina) y hasta los 17 que iba a suspender matemáticas. Eran tantos los problemas de identidad, que en el carné la foto salió borrosa. Fui a la Universidad y estudié Periodismo, y claro, la cosa empeoró. Me refugié de mi inseguridad imitando las voces de otros, pero en vez de ayudarme, a mi costa iban medrando hasta convertirse en cantantes de éxito, futbolistas, alcaldes, presidentes ¡y hasta a Rey, ha llegado alguno! Ninguno me lo agradeció nunca y además, el orden protocolario hacía que para expresarme con mi propia voz tuviera que pasar, por lo menos, media hora.??

Manel Fuentes, con el equipo primigenio de Crónicas Marcianas.

Fue entonces cuando decidí cambiar mi vida. Sacar a la luz mi verdadero yo y relacionarme con todo el mundo. No me costó mucho. Debajo de casa hay un bar con espejos por cristales y con un timbre rojo en la entrada, que está lleno de señoritas muy simpáticas y comunicativas. De todos modos, sale caro.??

Manel en La Noche de Fuentes y Cía, con Santi Rodríguez y Ana Rosa Quintana.

Con el tiempo, he aprendido a negociar, y ahora por ejemplo, para contarles a ustedes mi historia en el teatro, he conseguido incluso ¡no tener que pagar! Eso sí, a cambio de limpiar el patio de butacas al final de cada función. En la actualidad subvenciono gimnasios, en donde no aparezco, me peleo con una guitarra eléctrica que no consigo dominar y comparto piso con el Banco Hipotecario, cosa que voy a seguir haciendo durante los próximos veinte años, porque el Banco ha demostrado tener interés muy alto conmigo, y a los amigos hay que cuidarlos, que tampoco hay tantos. De ustedes ¿Qué puedo decir? Que me fascina que tengan el tiempo libre suficiente para perderlo junto a mí. Quiero que me quieran y que me ayuden a dejar atrás mi timidez. Yo, sólo por escucharme ya les quiero a ustedes. ¡Muchas gracias amigos!». (Texto: Francisco Andrés Gallardo).

3

Federico Rubio y Galy había nacido en El Puerto de Santa María el 30 de agosto de 1827, de familia de escasísimos medios económicos más que nada por el talante liberal inquebrantable que sostuvo su padre, precisamente durante el periodo absolutista. Era hijo de un abogado que había sido compañero de Riego y pinta en sus memorias los años niños de su vida empañados por persecuciones políticas y destierros que sufre su padre por mor de su ideología liberal exaltada.

Sus primeros estudios los realiza en ‘amigas’ y escuelas portuenses, alguna, como la de la Aurora, que daba títulos válidos ‘ante el Rey y ante el Papa’. Cuando decide ser médico, tropieza con la estrechez económica que agobia a su familia, y no duda en costearse su carrera dando clases de esgrima --era especialista en florete-- en el colegio gaditano San Felipe Neri.

DE LA DISECCIÓN A SU PRIMER LIBRO.
De estudiante, destacó pronto como disector. [Persona que diseca y realiza las operaciones anatómicas] Todas las horas que podía las dedicaba al anfiteatro, donde pasaba muchas noches a la luz de una vela, descuartizando cadáveres y preparando lecciones de anatomía para sus compañeros. En 1850 termina su carrera. Un año antes había publicado su primer libro: ‘Manual de Clínica Quirúrgica’. Prepara enseguida oposiciones a la cátedra del Hospital Central de Sevilla que no consigue, por causa de su ideología política, a pesar de sus brillantísimos ejercicios. /En la imagen de la izquierda, segundo cuaderno de su primer libro editado en la gaditana Plaza de las Viudad de Cádiz en 1850. Figura su autor como Bachiller en medicina y cirugía, ayudante de disector de la Facultad de Medicina establecida en Cádiz de la Universidad Literaria de Sevilla.

Vista parcial del Hospital de las Cinco Llagas, hoy Parlamento de Andalucía. Los alumnos de la Escuela Libre de Medicina y Cirugía recibían sus lecciones en sus dependencias.

ESCUELA LIBRE DE MEDICINA Y CIRUGÍA.
Ejerce su profesión durante algún tiempo en Sevilla y funda, en 1865, la Sociedad de Medicina y en 1868, al margen de toda oficialidad, la Escuela Libre de Medicina y Cirugía, donde imprimió a sus enseñanzas tal carácter práctico y objetivo que resultaron verdaderamente innovadoras sus maneras pedagógicas.

EMBAJADOR EN LONDRES.
Al poco tiempo, marcha a Inglaterra como Embajador de España. En Londres, asistió a los cursos del célebre Ferguson y allí lució más como médico que como político el ilustre portuense. En el campo de la política, aparte de Embajador, fue Senador, Presidente de la Comisión de Reformas Sociales y Diputado a Cortes. /En la imagen de la izquierda, cartel anunciador del Congreso celebrado en nuestra Ciudad en septiembre de 2002.

A su vuelta a España, Federico Rubio se reveló genial operador, rompiendo antiguas prácticas y viejas y tradicionales teorías. Realizó, por primera vez en España, operaciones tales como la ovariotomía y la extirpación de la matriz. Fue el primero que, en todo el mundo, extirpó un riñón con feliz resultado y espectaculares logros consiguió operando laringes cancerosas.

RAMÓN Y CAJAL.
Ramón y Cajal dijo de Federico Rubio que «se adelantó a todos en disipar el supersticioso temor que inspiraban las cavidades orgánicas, sobro todo el peritoneo, arca santa ante cuyas paredes se detenía miedoso el bisturí». De estos atrevimientos quirúrgicos fueron aventajados seguidores los doctores Salado, en Sevilla; Creus, en Granada; Toro y Díaz Rocafull, en Cádiz y luego, un sin fin de cirujanos.

RENUNCIA AL MARQUESADO DEL PUERTO.
Lo nombraron Académico de la Real de Medicina, Miembro Honorario del Real Colegio de Cirujanos de Londres, fue Director-fundador de la ‘Revista Iberoamericana de Ciencias Médicas’,  la más avanzada publicación de este carácter que contribuyó en su tiempo a crear un verdadero estilo quirúrgico español. Recibió las Grandes Cruces de Alfonso XII y del Cristo de Portugal. La Reina Regente, Cristina, le ofreció el título de Marqués del Puerto de Santa María, que rehusó cortésmente, fiel a sus ideas políticas.

ESCUELA PRÁCTICA DE ENFERMERAS.
Comprendió que la sola vocación religiosa no facultaba para atender debidamente a los enfermos, entonces confiados a manos monacales. Se propuso capacitar a las mujeres, monjas o no, para llevar a cabo tan delicada misión. Para ello fundó la Escuela Práctica de Enfermeras de Santa Isabel de Hungría. Su idea fue mal interpretada por la opinión pública ya que se pensó que lo que don Federico pretendía era eliminar y sustituir a las monjas en esta labor. Nada más opuesto a su sentir, ya que si era católico ferviente, no era peor amigo de los enfermos. /En la imagen, sello conmemorativo del 175 Aniversario de su nacimiento, celebrando su primer día de circulación el 8 de mayo de 2002.

Instituto Rubio. Pabellón de Dispensarios. /Foto: Laurent.

INSTITUTO RUBIO.
Pero su obra cumbre, en la que más empeño puso, fue la creación del Instituto Quirúrgico que llevó su nombre. El Instituto Rubio fue fundado para cumplir, por un lado, fines humanitarios y, por otro, docentes. Se atendían en él gratuitamente a los enfermos y se impartían enseñanzas de cirugía. El 4 de julio la Reina Regente ponía la primera piedra del Instituto Rubio, construcción que costeara don Federico. Tenía en su fundación un presupuesto anual de sostenimiento de 120.000 pesetas de las que sólo 50.000 eran aportadas por el Estado. El resto, se cubría con dotaciones que para camas hacían varios particulares.

En 1897,después de varios años en los sótanos del Hospital de la Princesa,el Instituto Rubio inauguró nueva sede en los altos de la Moncloa.Su estructura de pabellones por especialidades (Urología,Cardiología,Oftalmología y Ginecología) funcionaba como centro docente,asistencial y de investigación.Y la ubicación fue paradigmática,pues situándose junto al asilo de Santa Cristina anunciaba la emergencia del futuro polo sanitario de la Moncloa,luego completado con el Instituto de Higiene Alfonso XIII y el futuro Hospital Clínico,además de las facultades de medicina,farmacia y odontología.

Como dato curioso en la junta administrativa del Instituto formaban parte un enfermo y una enferma, con voz y voto con que el doctor hacía verdad su idea directriz: ‘Hacer de un hospital una familia de enfermos atendidos y cuidados por una familia de sanos’. 

PINTOR Y COLECCIONISTA.
Fue Federico Rubio pintor de exquisito gusto y esmerado coleccionista de pinturas. En lienzos poseía, entre otros, cuatro Murillos de sus dos épocas y un Greco y su colección ocupaba varios salones de su vivienda.  El deporte de la caza fue una de sus aficiones favoritas. Había adiestrado para ello a su perro ‘Gante’, fiel compañero de sus correrías cinegéticas.

Monumento a Federico Rubio en el Parque Oeste, de Madrid, obra de Miguel Blay.

CALLES EN EL PUERTO, SEVILLA Y MADRID.
Murió Federico Rubio el 31 de agosto de 1902, a causa de los estragos que una arterioesclerosis reumática había hecho en su organismo. Fue enterrado en la capilla del Instituto que fundara y su epitafio redactado por Menéndez y Pelayo. Al finalizar la última guerra civil, los restos del Instituto Rubio yacían entre obuses y bombas. Los nietos de don Federico, con paciencia reverencial, lograron rescatar sus huesos que reposaban en las ruinas de la Capilla.

A Federico Rubio se le dedicaron calles en El Puerto [la antigua calle Pozuelo y el ambulatorio de la Seguridad Social de la calle Ganado que aparece en la imagen de la izquierda], en Sevilla [donde también tiene un busto sin rotular en el dintel de una puerta en la calle Madre de Dios], en Madrid donde tiene una avenida y plaza [y un colegio público en la zona de Cuatro Caminos] y donde, en el Parque del Oeste, se le erigió un monumento obra de Miguel Blay. [También tiene calle en Torrelavega (Cantbria) y en otros municipios españoles]. (Texto: Luis Suárez Ávila).

FRAGMENTO DE SUS MEMORIAS.
«Nosotros continuamos hasta la calle de las Neverías, apeándonos ante un portal oscuro de una casa de la acera de la derecha. Esa casa era de mi abuela materna, o por mejor decir, de su tía doña Francisca Gil. Abierto el portón, tirando de un cordelillo que por el zaguán levantaba el picaporte, entramos en un patio enchinado y limpio, si no lo afeara un caño descubierto que, siguiendo el zaguán, corría a morir en otro caño mayor que iba por la calle. El patio, cerrado por sus cuatro frentes, en cada uno ofrecía una puerta: la de entrada, que pasamos; la frontera, al lado opuesto, y en los muros de izquierda y derecha otra puerta, respectivamente, y una ventana de reja a uno y otro lado de ellas. El patio carecía de corredores y arriates: la planta baja solo».

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