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Algo raro se respira en el ambiente del Instituto Santo Domingo en estos primeros días del mes de septiembre. Entre los exámenes de recuperación y las visitas de los nuevos alumnos y alumnas para ir haciendo cuerpo a nuevas costumbres, el curso próximo a comenzar se antoja algo diferente porque don Emilio Flor, director y enseñante durante años y años por aquellas celdas del antiguo Convento de Dominicos reconvertidas en aulas, deja su labor docente oficial para gozar de un merecido descanso activo.

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Y digo descanso activo porque los que conocemos a este profesor ya jubilado sabemos que no va a parar quieto ni un instante de su vida por venir ni aunque lo aten. Emilio es un buen amigo al que admiro y aprecio desde que tuve la suerte de conocerle trajinando en quehaceres que los dos amamos sobre manera.  "La gota de agua horada la roca cayendo no dos veces, sino siempre", es la frase que con mayor claridad simboliza la perseverancia con la que el profesor Emilio Flor ha pretendido siempre conquistar las voluntades de sus alumnos: con la palabra y con la escena, singularidades estas de las que es un maestro consumado.

Nació el 26 de septiembre de 1952. Su infancia la vivió y la revive cada día entre el número 14 de la calle Los Moros, Las 7 esquinas y la Plaza del Polvorista. En su memoria selectiva aún perduran los aromas a vinaza de vino y a la esencia de olor a mar que destilaban las artes de pesca en la ribera del río y en los cuartos de redes.  Los chinos pelúos de nuestras calles le enseñaron a sortear las carencias de una época con la inestimable ayuda de sus padres y la solidaridad desprendida por su numerosa familia incrustada en las casas vecinales de mediados del siglo pasado.

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En el XXIII Pregón del Fino Quinta y la Feria. Año 2004.

Su cátedra de latín nunca estará vacía. Ahora tendrá más tiempo para ejercer como académico de la de Santa Cecilia de nuestra ciudad. Personalidad reconocida en el mundo grecolatino de nuestro país con innumerables premios y distinciones, e impulsor del teatro clásico entre el alumnado portuense, es por encima de todo un humanista convencido, enamorado de su gente y de su tierra, enamorado de El Puerto de Santa María. /Texto: Manolo Morillo.

GRUPO BALBO.

Teatro Balbo, es un grupo de teatro independiente, configurado como grupo de formación en Artes Escénicas y donde sus componentes aprenden Interpretación, Voz y Dicción, Expresión Corporal, Canto e Historia del teatro y Cultura Grecolatina. Están especializados en el teatro de la Antigua Grecia y Roma.

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Emilio, junto al Grupo Balbo, es recibido en el Salón de Plenos por al alcalde y la concejala de Educación, Enrique Moresco y María Antonia Martínez, respectivamente.

Balbo es el nombre elegido como recuerdo de la ilustre familia que tuvo tanta importancia en las reformas romanizadoras de la antigua ciudad de Gades, siendo el último eslabón de una cadena de grupos de teatro creados por Emilio Flor, profesor y catedrático de latín, como instrumento pedagógico para la enseñanza de dicha asignatura.

En el curso 1974-75 Emilio Flor crea el grupo, que a lo largo de los primeros años, y debido a las características del propio grupo, utilizaría varios nombres, Histrión, Baco y Antinoe y desde entonces nunca han dejado de realizar un montaje relacionado con el mundo grecolatino.

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Miembros de Balbo, con sus responsables actuales al frente, Jesús Pecho y Paco Crespo.

El nombre de Balbo lo emplearon por vez primera el 17 de Mayo de 1991 en una representación en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida con el espectáculo "Phersu, paseo por la literatura grecolatina" de Emilio Flor; espectáculo creado expresamente para la conmemoración del Día Internacional de los Museos. Se convirtieron, de esta forma, en el primer grupo o compañía que actúaba en dicho museo.

El motor generador de sus montajes son la ilusión, el empeño, el tesón y especialmente el estudio y análisis del texto, la creación de los personajes, el ritmo, la precisión corporal, empleando la disciplina actoral como mecanismo indispensable para llevarlo a cabo, siendo su principal objetivo  divulgar la cultura grecolatina para que los espectadores conozcan y aprendan a distinguir en nuestra propia sociedad los orígenes de nuestra cultura.

balbo_logonaranja_puertosantamariaY que sus alumnos-actores aprendan a hacer teatro. Creen en el lenguaje dramático como un valor importante en el proceso educativo. Retoman el propósito del ilustre gaditano Balbo el Menor y continúan con su mismo objetivo, difundir el teatro pero esta vez con piedras de espectáculo y pasión. Y transmiten su eterno deseo: el teatro como educación, risa, desenfado y fiesta. Y siempre buscando evocar palabras de reencuentro con el pasado que hagan esponjar piedras y rocas antiguas con el aire de la brisa gaditana.

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taudianoprietopalacios_puertosantamariaTaudiano Prieto Palacios, el Hermano Manuel, el director que fue del Colegio La Salle, nacido en Campolara (Burgos) el 11 de agosto de 1936, en los inicios de la Guerra Civil, fallecía el pasado jueves 27 de junio de 2013 en Granada, a los 76 años de edad y 59 de vida consagrada como Hermano de las Escuelas Cristianas de San Juan Bautista de La Salle.

1936

En el convulso año del nacimiento de nuestro protagonista, El Puerto conoció varios alcaldes. Ramón García Llano accedió a la alcaldía de forma accidental el 3 de enero, sustiuyendo a José Luis Macías Caro.  En las elecciones municipales celebradas a mediados de febrero resultó elegido Francisco Veneroni Arcos, al frente de la coalición electoral de izquierdas denominada Frente Popular. Al mes siguiente tomó posesión de la alcaldía, el 18 de marzo, José Blandino Mitjes y al mes siguiente el 24 de abril, Manuel Fernández Moro, que es desalojado de la alcaldía tras la sublevación militar del 18 de julio, desapareciendo, sin que hayan sido hallados sus restos mortales. El día de la rebelión ejerció en funciones de alcalde el teniente Fernando Ristori; luego el 27 de julio, el capitán Ramón Iribarren Jiménez ocupa el sillón de primer edil y será el 23 de diciembre cuando, subiendo el escalafón en la graduación militar se hará cargo de la vara de alcalde el coronel Ángel Guinea de León Garavito. Nacía también, el portuense Francisco del Castillo Tellería.

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El equipo de profesores en La Salle. Fila superior de portero Hno. Taudiano Prieto Palacios, Eusebio Espinar, Sánchez Romate, Hno. Jose María Martín,  Martín Delgado,  Juan Bautista Moragues. Agachados, José Luis Corbacho Gallart, el Hermano Segismundo, Vicente Juan Selma, el Hermano Gonzalo y Hno. Jose Navarro. Imbatibles.

Estuvo destinado en El Puerto en varias ocasiones, una de ellas como Director del Colegio, al igual que en Chiclana y Almería y permanecía en Granada jubilado, donde le cogió el tránsito a la otra vida. Descanse en Paz

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De izquierda a derecha, Camacho Perdiguero, el desaparecido Pepe Ojeda. Sentados los maestros ya jubilados, Carlos Casado, José Luis Corbacho Gallart y Joaquín Corredera Andrés. Partiendo la tarta el Hermano Manuel (Taudiano Prieto Palacios). A la derecha el maestro también jubilosamente jubilado, Martín Delgado. Antiguos alumnos del Colegio La Salle, en su cena anual, celebrada el 6 de junio de 2009 en el Bar Santa María, en el Parque, varios de los cuales formaban parte de la Comisión que estaba preparando el cincuenta aniversario del Colegio, celebrado en 2010.(Foto JMSC).

 

Carmen Serén Delgado nace en Hilden (Alemania) cerca de Dusseldorf en el año 1973. Sus padres, él de Lugo y ella de Medina Sidonia emigraron a Alemania. Carmen estudió Ciencias y Comunicación, Marketing y Sicología y regresa al país paterno en el año 2000, con 27 años, a Jerez.  Allí trabajará en la organización de eventos y en la enseñanza, en la Escuela de Turismo jerezana

Llega a El Puerto en el año en el que los expertos económicos afirman que empieza la crisis económica, el año en el que Fernando Gago cede el testigo en la alcaldía a Enrique Moresco que resulta elegido primer edil de la Ciudad. Ese 2007 entrará a formar parte del equipo humano de Golf El Puerto, como Directora Comercial. Al año siguiente imparte clases en el grado de Turismo en el Centro Universitario EUSA, adscrito a la Universidad de Sevilla, regresando a Golf El Puerto al año siguiente, en el nuevo equipo que dirige actualmente David Vidal.

Carmen, en la pasada edición de la Feria ITB de Berlín, representando a Golf El Puerto.

Para Carmen El Puerto representa la España auténtica, si se compara con otros destinos turísticos. Así lo percibe y así 'lo vende' en sus promociones. El Puerto ha crecido, pero no perdido el encanto de una ciudad manejable. Lo percibe como una ciudad moderna sin haber perdido su carácter típico.

Carmen pretende abrir una ventana al mundo con el golf para dar a conocer El Puerto. Una nueva forma de descubrir nuestra Ciudad que sorprende. Golf El Puerto es un argumento mas para conocernos, una nueva manera de atraer turistas y crear riqueza y empleo.

Carmen, con compañeros de la Escuela de Turismo de Jerez y a la alcaldesa jerezana.

"Me gustaría ver el entusiasmo que vi cuando llegué en el año 2000. Un punto de partida, un punto de crecimiento. El Puerto es la gran desconocida del turismo extranjero, [en la actualidad el turismo nacional representa el 80% de los visitantes frente al otro 20% extranjero] un tesoro por descubrir".

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Hola, soy una mujer de 62 años, y me llamo Carmen. Quiero contar mi historia, pero no sé si me acordaré de todo lo importante de mi vida. Nací en 1943, un 23 de junio, en el Puerto de Santa María, en la casa de San José, de la calle Descalzo, el nº6. Soy la tercera de 6 hermanos, 3 hermanas y 3 hermanos. Mis hermanos se llaman Eduardo, Pepa, Carmen, Juan Manuel, Milagros y José María. Pero de esta parte de mi familia no voy a contar mucho, porque esta parte de mi vida transcurrió con relativa normalidad. Recuerdo que en mi niñez no pasé hambre. Mi padre Juan, trabajaba mucho y mi madre Carmen, también. No teníamos grandezas, pero si teníamos para comer, para hacer hasta 4 comidas diarias, desayuno, almuerzo, merienda y cena. Recuerdo el desayuno de pan con aceite o de manteca colorá con asiento, más sano que ahora con tantas cosas que hay. Cuando llegaban las Navidades, mi madre hacía tortitas y pestiños. Teníamos un patio de vecinos y allí se reunían 4 o 5 vecinas para hacer los pestiños, era muy bonito. Y en la Noche Buena cantábamos villancicos, los hombres bebían, charlaban, algunos se vestían de mujer, otros contaban chistes. Los niños lo pasábamos de lo lindo, y cuando llegaba el Fin de Año igual, pero yo sabía que había gente que no tenía ni para comer. Los Reyes no eran igual para nosotros, pero mi madre, ese día siempre procuraba que todos nosotros tuviéramos algo de regalo. Recuerdo que un año me regaló un carrito de madera y una muñeca de cartón preciosa, a mis hermanas igual.

Antes, al igual que ahora, los niños salían a la calle con sus juguetes nuevos, y recuerdo que mi madre nos dijo: "--Anda niñas id a ver a la señora donde trabajo", y allá fuimos mi hermana Pepa y yo, mi otra hermana, Milagrito, era aún muy pequeña. Ese día estaba nublado, pero mi hermana Pepa y yo íbamos muy orgullosas y contentas, y ya llegando a la casa de la señora, empezó a llover. Echamos a correr y no encontramos sitio donde meternos, así que cuando llegamos a la puerta de la casa, la muñeca solo era un trozo de cartón con la pintura corrida. Me harté de llorar, y miraba la cara de mi hermana mayor y más pena me daba. Entonces la señora nos vio a las dos llorando y le dio mucha pena, así que mandó a llamar a mi madre y le dio dinero para que nos comprara otra muñeca.

Mi padre pedía prestado un carro para cargar los tiestos que se llevaba al campo y nosotros nos subíamos arriba de todos los bultos y cuando íbamos llegando, todos los niños de los alrededores gritaban, “--Ya vienen los Gutiérrez”, y se ponían muy contentos porque jugábamos mucho y lo pasábamos muy bien. Recuerdo que mi madre me llevaba al colegio de las Carmelitas. Estuve hasta los 8 años que hice la comunión.

Un día mi madre se puso muy malita y mi tía no podía hacerse cargo de todos nosotros, desde entonces empieza mi calvario. Frente a mi casa vivía una señora que me llamaba para que le hiciera los mandados de la casa, a cambio me daba de comer y como, la verdad, nos hacía falta, allí estaba yo con mi uniforme y todo. Yo limpiaba, planchaba, hacía la compra, y ella me daba de comer, cama donde dormir y 3 pesetas al mes. Cuando mi madre se puso bien, yo me quedé allí un año más. Mis padres; Juan Gutiérrez Franco, Carmen López Román.

Luego estuve en otra casa, pero esta era una panadería y además la mujer tenía niños de mi edad, de 8 o 9 años, y tenía ratos de juegos. Aunque también tenía ratos de tristeza, echaba de menos mi casa, mis hermanos, las salidas de paseo... En esta casa estuve 2 años más. Mi hermana Pepa también tuvo que trabajar desde muy niña. Y mis hermanos Eduardo y Juan Manuel tuvieron que trabajar en el campo cuidando los animales. Ya mi hermana Milagrito y mi hermano José María trabajaron también jóvenes, pero empezaron mas mayores que nosotros y de distinta manera.

A los 11 me desarrollé, bueno me hice mujer. Mi madre me llevó para mi casa, por fin. Mi padre tenía una viña en el campo y todos los veranos nos íbamos al campo. Este verano, para mí fue distinto. Me daba vergüenza jugar como siempre, subiéndome a los pinos o bañándome en braguitas... Así pasó mi vida de niña a mujer.

Ya de mayorcita tenía amigas con las que me iba al cine, a la sesión de tarde, y los domingos nos íbamos al parque.En mi casa, que era una casa de vecinos, había muchas niñas de la misma edad que yo y que mi hermana Pepa. Recuerdo que nos íbamos todas a jugar a la Plaza Peral, allí hacíamos teatro y lo pasábamos muy bien. Mi padre trabajó un tiempo en las bodegas de Osborne, pero no de forma fija, así que mi madre, una semana sí y otra no, iba a limpiar, lavar y planchar en alguna casa porque hacia falta el dinero.

...continúa leyendo "1.696. CARMEN GUTIÉRREZ LÓPEZ. Una luchadora en primera persona."

Felix García de Polavieja y Escribano nació el 29 de junio de 1876 en El Puerto de Santa María, hijo de Justino García de Polavieja y Urruela y de Ana María Escribano y Paúl siendo el menor de tres hermanos, Julio y María del Pilar. Vivían en el número 10 de la calle Larga.

Como muchos portuenses, estudió en el colegio de los Jesuitas, San Luis Gonzaga y mas adelante enfocaría sus estudios en la filosofía, entre otras asignaturas, además de dar clases en un colegio de Madrid, no antes de formar parte de la Compañía de Jesús. Su vocación religiosa lo condujo a estudiar teología,  culminando en su ordenación sacerdotal en 1907.

DEL ICAI-ICADE A COMILLAS.
Este religioso fue cofundador, en 1908, junto con los padres Ángel Ayala y José Agustín Pérez del Pulgar del Instituto Católico de Artes e Industrias ( I.C.A.I.), en el que llegó a ser prefecto, secretario, vicerrector y rector. El Instituto Católico de Artes e Industrias  se fundó en 1908 como Escuela de Mecánica y Electricidad para formar cristiana y técnicamente al personal que trabaja en las fábricas de esta especialidad.

Posteriormente se comenzaron a ofrecer titulaciones superiores para ayudar en la promoción profesional y humana a los estudiantes más dotados. Se otorgó validez a los estudios cursados en ICAI por Decreto de 10 de agosto de 1950 y posterior Ley de 20 de julio de 1957. En 1960 se une a ICADE para formar ICADE-ICAI. En 1978 ICADE-ICAI se integró en la Universidad Pontificia Comillas y la marca ICAI se añadió al nombre de la nueva Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la universidad.

DISTURBIOS ANTICLERICALES.
Como señalamos mas arriba, fue uno de los pilares del I.C.A.I. desempeñando varios cargos a lo largo de los años y es, durante su rectorado, el 11 de mayo de 1931, cuando, aún creyéndose protegido por los republicanos, se vieron sorprendidos por un grupo de anticlreicales durante los disturbios que les asaltó incendiando edificios del instituto e incluso la iglesia, teniendo que escapar, muchos sacerdotes, vestidos de paisano. Desagradable anécdota que, suponemos, no olvidaría al igual que los que la padecieron a su lado.

Tras la expulsión de los jesuitas del territorio español en 1932, organizó el traslado de la compañía de Jesús a Lieja (Bélgica), al año siguiente, donde continuaron las enseñanzas de ingeniería hasta 1937. Fue provincial en Toledo durante la Guerra Civil, pasando a ser viceprovincial poco después.

Finalizada la contienda civil, el I.C.A.I. volvió a sus funciones habituales en España y con ello, el padre Felix ocupando el cargo de vicerrector en el mismo, de 1939 a 1940, año en el que fue nombrado ecónomo de provincia, labor que compartió con sus clases hasta la fecha de su muerte el 1 de abril de 1949. (Texto: J. Manuel Rguez Gay-Palacios - “Juan de Winthuyssen”)

El IES Santo Domingo irradia magisterio y eclecticismo hacia las bellas artes desde casi su inauguración como centro de enseñanza. El teatro concebido como materia didáctica para los alumnos, cobra una vida inusitada en el añejo salón de actos del antiguo Convento de Santo Domingo que la orden religiosa de los Dominicos legó a la ciudad en la primera mitad del siglo XVIII.

Los protagonistas de estas fotografías formaron parte del Taller de Teatro impartido por el actor y monitor Paco Crespo durante el curso 2000-2001. La obra que se representó fue Los gemelos del autor latino Tito Maccio Plauto, basada en los equívocos de provoca la semejanza de dos hermanos gemelos.

Los dos Menechmos (los gemelos Lucas y Nicolás Morillo), imitada por William Shakespeare en su Comedia de los errores, es un enredo fundado en los malentendidos a que dan lugar dos gemelos que vivieron separados durante mucho tiempo y se vuelven a encontrar en una ciudad.

El elenco de jóvenes actores y actrices estuvo formado por: Adrián Morillo, Rafi Ruiz, Jesús M. Martínez, María Serpa, Patricia López, Maribel Crespo, Valentín Murillo, Regina Carbayo, Libertad Marín, Lorena Vaca, Cristina Fuentes, José Padilla y Lucas y Nicolás Morillo. El estreno fue en el salón Moderno de El Puerto de Santa María en Mayo del año 2001, aunque previamente se realizó preestreno en el salón de actos del propio Instituto.

Juan Manuel Moreno Vega, ‘Juanma Moreno’ es uno de los deportistas portuenses más reconocidos internacionalmente. Nacido en 1987, desde los 7 años ha estado practicando deportes de vela. A los 13 se hizo con el título de campeón del mundo infantil de Windsurf, y desde entonces no ha parado de cosechar éxitos en éste deporte. «Comencé en el deporte de la vela con tan solo 7 años en optimist y más tarde en cadete, con 9 años probé mi primera tabla de windsurf, una aloha, y ahí empezó mi larga carrera en este mundo. Desde entonces hasta la actualidad he viajado a lo largo del mundo, he conocido diferentes culturas y personas, pero lo que más me ha motivado a seguir durante tantos años ha sido la progresión que he tenido y los títulos que he conseguido a lo largo de toda mi carrera».


9 VECES CAMPEÓN DE ESPAÑA.
Ha sido 9 veces campeón de España (juvenil y absoluto), y entre sus mejores resultados internacionales están un tercer puesto en las Olimpiadas juveniles y un quinto puesto en la Copa del Mundo. 1º Copa de España 2011. 9º Copa del Mundo 2010. 8º Absoluto Europeo 2010. 1º Copa de España 2010. 1º Campeonato de España 2009. 5º Copa del Mundo 2005. 2º Juvenil Europeo 2005. 1º Juvenil España 2005. 1º Juvenil España 2004. 1º Juvenil España 2002. 3º Mundial Infantil 2002. 2º Europeo Infantil 2002. 1º Larga distancia España 2002. 1º Mundial Infantil 2000.

Ahora su objetivo son las Olimpiadas de Río 2016, para las que lleva ya tiempo preparándose. Sus méritos profesionales han conseguido que se le incluya en el programa ADO para deportistas de alto rendimiento a nivel olímpico.

Cuando no está subido en su RS:X, es fácil encontrarlo practicando surf o kitesurf por las playas de El Puerto. Como entrenamiento complementario a su rutina, sale casi a diario con su bicicleta de montaña por la sierra de Cádiz. «Mi lugar de residencia no está del todo definido ya que ando viajando prácticamente todo el año, entre Santander y mi casa, El Puerto de Santa María, donde he estado entrenando durante toda mi vida. Está considerado como uno de los mejores campos de regatas del mundo, ya que tiene una diversidad de condiciones que lo hacen un lugar único».
Juanma compagina su carrera deportiva con sus estudios en la Universidad de Cádiz, donde cursa Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.


DEPORTISTAS DE ALTO NIVEL EN LA UCA.
El vicerrector de Alumnos de la Universidad de Cádiz, David Almorza, presentaba a finales del pasado año en el Rectorado a los alumnos seleccionados para formar parte del Programa de Alto Nivel de la UCA correspondiente al curso 2012-13.

En esta ocasión siete han sido los deportistas que han obtenido la ayuda del Programa en diversas disciplinas: cinco de vela, uno de hípica y otro de natación. Concretamente, Santiago Arteaga de Vera y Juan Manuel Moreno Vega, estudiantes de Ciencias de la Actividad Física y Deporte, Jacinto Barroso González y Guillermo Flores Martín, alumnos de Arquitectura Naval e Ingeniería Marítima, y Javier Blanco Gómez, de Ingeniería de Organización Industrial, serán los beneficiarios de esta ayuda en el deporte de vela, Esteban Benítez Valle, estudiante de Matemáticas, en el deporte de hípica y Eloy Sánchez Torres, alumno de Fisioterapia, en el deporte de natación. Desde su creación, el objetivo fundamental de este programa ha sido compatibilizar la práctica deportiva de alto nivel con los estudios universitarios, facilitando la total integración de los deportistas en el sistema educativo universitario. /Menos la última, todas las fotos son de Zai Aragón.

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Verano de 1973, mis padres deciden que irnos a vivir a España es lo que más desean. Así que se organiza el viaje y emprendemos destino a El Puerto de Santa María desde Oberhausen (Alemania), una gran ciudad de la cuenca minera del Ruhr en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia.

Mi padre era oriundo de El Puerto. Nos acababan de escolarizar a mi hermano y a mi en Alemania. Allí las clases empezaban unas semanas antes que aquí. Pero fue por poco tiempo. Cuando llegamos a El Puerto, la intención de mi padre era que mi hermano Dirk fuera al colegio de los Jesuitas y yo al de las monjas de la Calle Cielo. Pero afortunadamente no había plazas. Y digo afortunadamente porque eso supuso aterrizar en el Colegio Nuestra Sra. de la Merced. Sin hablar castellano y comparando mi colegio de Alemania con el de aquí, tengo que decir que me quedé impresionada. Literalmente mi alma se cayó a los pies.

Lo primero que ves del colegio es el portón de entrada que impresionaba. Cuando se abría se veía el gran patio y al fondo unas escaleras que subían a las clases de arriba. En el patio se impartían las clases de párvulos. A la clase se llegaba cruzando la azotea. Las paredes de la clase eran de grandes piedras tipo adoquín, con rendijas entre ellas, donde alguna vez podías encontrar trocitos de gomas de borrar o pequeños lápices. Una pizarra cubría la pared. Una tarima de madera sobre la que se situaba la mesa y la silla de la Srta. Nena, con su baby impecable, sus mejillas sonrojadas y su fuerte caracter.

A mi hermano y a mi nos sentaron lo más alejados posibles para impedir cualquier comunicación. Supongo que la idea era que aprendiéramos español lo antes posible. Había tres filas de bancos-mesa de color rojo. En cada banco-mesa se acomodaban dos alumnos. A mí me tocó sentarme en la primera fila en la punta de delante, justo frente a la Srta. Nena y como compañera tuve a una chica, que creo recordar que se llamaba Paqui. A mi hermano lo ubicaron en la tercera fila y al fondo, o sea, en la otra punta de la clase. /Susana y Dirk Villarreal Wittich

Pese a estos principios aparentemente desoladores, tengo que decir que poco a poco me fui adaptando. Aprendí el idioma, empecé a relacionarme con mis compañeros y a sentirme orgullosa de poder pertenecer a un colegio mixto, cuando la mayoría de niños y niñas que vivían en mi barrio, asistían a colegios segregados. Si no recuerdo mal, en segundo curso se realizaron las reformas en el colegio, adquiriendo las aulas un aspecto moderno más parecido a lo que había visto en Alemania. Las mesas y sillas pasaron a ser individuales. Había grandes ventanas en las clases que le daban mucha claridad, así como las paredes pintadas de blanco y lisas. Fue una mejora espectacular.

Pero también hubo un cambio en la plantilla brutal al poco tiempo. Ya no estaban la Srta. Nena ni la Srta. Rafaela, la que nos vendían golosinas a la hora del recreo así como lápices, gomas de borrar o sacapuntas y cuadernos para "emergencias". Una mañana de 1975 nos encontramos las puertas del colegio cerradas. Una profesora informaba a los padres que Franco había muerto y que el colegio no abriría sus puertas ese día.

Colegio La Merced. Promoción 1992/99.

Estábamos en tercero y nuestro profesor era Don Manuel. Lo recordaré siempre por el profesor que dividió la clase entre voces blancas y voces negras. Yo pertenecí prácticamente todo el curso a las voces negras, el canto nunca fue lo mío. Una vez conseguí pertenecer al coro de las voces blancas y ahí comprendí el fundamento del playback. Hacía como que cantaba en la mayoría de las ocasiones, no quería perder mi nuevo estatus que tanto me había costado conseguir. Pero no me duró mucho. Acabé volviendo al grupo de voces negras. Ja. Pero ahora lo recuerdo con cariño. En 4º de E.G.B. le tocó al profesor Paco Jaén darnos clase, al que todos llamábamos con mucho respeto Don Francisco. Era un profesor grande y con barba y la verdad es que impresionaba mucho. Pero a medida que iba dando clases me percaté de que en el fondo era un buenazo. Me permitió en una ocasión dar clases de alemán a mis compañeros en clase. Pero me temo que no conseguí retransmitir muchos conocimientos. Al final de curso y por razones laborables de mi padre, dejamos el colegio y la ciudad que nos había acogido para marcharnos a Barcelona.

A principios de 1980 regresamos a El Puerto y mis padres nos volvieron a matricular en el mismo colegio. Era mediado del curso de 7º de EGB. Ahora las asignaturas estaban diversificadas de forma que ya no era un mismo profesor quien impartía todas las clases. Teníamos a la Srta. María que nos impartía Ciencias Naturales y Matemáticas, la Srta. Milagros que nos impartía Inglés y Lengua y Don Antonio que nos daba Religión. Ciencias Sociales y Dibujo. Si hubo clases de gimnasia, ya ni lo recuerdo, alguna que otra vez subimos a la azotea para hacer una tablas de ejercicios, pero no recuerdo que fuera con asiduidad. Y quizás esté equivocada, pero puede que dejaran poca huella en mí.

En 8º realizamos actividades y ventas de boletos para poder recaudar dinero con el fin de organizar un viaje fin de curso. Se ve que debimos ser malísimos organizándolo, porque el viaje consistió en una excursión en autocar hasta Algeciras, tomar el ferry en dirección a Ceuta, pasar el día allí, volver al ferry y de vuelta en autocar hasta El Puerto. Como anécdota, comentar que en una parada de Algeciras a El Puerto, en una gasolinera para estirar las piernas, comprar alguna golosina e ir al baño, nos dejaron a mi amiga Manoli y a mí atrás. Vimos con estupor cómo el autocar se alejaba sin nosotras. Menos mal que a alguien le dió por hacer el recuento de alumnos y se percataron de que faltábamos las dos. Así que fuimos recogidas y aquello se convirtió en una anécdota divertida.

Conservo muy buenos recuerdos de aquellos años. Seguro que hubo momentos malos, tristes, incómodos. Pero me quedo con los buenos recuerdos que son los que inclinan la balanza de mis percepciones. (Texto: Susana Villarreal Wittich)

Más información del Colegio de la Merced en GdP

Emilio José Rodríguez Posada es Ingeniero Técnico en Informática de Sistemas, siendo becario en la ‘Oficina de Software Libre y Conocimiento Abierto’ de la UCA (Universidad de Cádiz). Sus cursos de doctorado los realiza en la Escuela Superior de Ingeniería de Cádiz. A pesar de su juventud,  aglutina una considerable  selección de méritos que lo hacen imprescindible en estas páginas de Gente del Puerto. Con seguridad volverá a aparecer de nuevo, con otras novedades y noticias, dada su febril actividad y su capacidad de trabajo.

Es colaborador habitual de Wikipedia (Emijrp es su seudónimo desde abril del año 2005) tanto en español como en inglés, donde ha realizado artículos sobre El Puerto de Santa María e, igualmente, miembro fundador del Capítulo Español de WikiMedia. Acumula mas de 50.000 contribuciones en Wikipedia en español y más de 5.000.000  entre todas las cuentas que maneja (Emijrpbot es la cuenta de usuario con más ediciones de todos los proyectos Wikimedia). Ha ofrecido diversas charlas y talleres para difundir Wikipedia en su entorno mas inmediato.

Emilio es desarrollador de diverso software libre: AVBOT: un robot que automáticamente corrige la Wikipedia en español. StatMediaWiki: un software para analizar el trabajo en grupo de alumnos (software usado en el proyecto primer premio de la  III. Edición de los Premios a la Innovación Docente 2011 UCA). Lidera el proyecto Wiki Team para preservación de wikis libre.


De izquierda a derecha: Joaquín Ayuso de Paúl (fundador de Tuenti.com); Mariano Ventosa Rodríguez (Director de la Escuela de Ingeniería ICAI-Comillas); Emilio José Rodriguez Posada (ganador de la V Edición del Premio Novática); Rafael Fernández Calvo (Presidente del Consejo Editorial de Novática); Llorenç Pagés Casas (Director de Novática). El miércoles 26 de octubre de 2011 recogió en Madrid en el Aula Magna de la Universidad Pontificia Comillas el Premio al mejor artículo publicado en 2010 en la revista Novática por su artículo «AVBOT: Detección y corrección de vandalismos en Wikipedia».

Está en posesión del Premio al mejor estudiante universitario de El Puerto, así como del Premio ‘José Enrique Díaz Arozamena’ al mejor Proyecto Fin de Carrera de la Universidad de Cádiz y del Premio al "Mejor proyecto Comunitario en el III Concurso Universitario de Software Libre". Ha sido ganador de la V Edición del Premio Novática, destinado al mejor artículo publicado en 2010 la revista Novática. Hacemos hincapié en  su importancia, pues en la revista se publican trabajos de tesis y experiencias empresariales, entre otros.

PUBLICACIONES.
Ha sido autor y coautor en congresos y revistas nacionales e internacionales, con los resultados de algunas de sus investigaciones.

...continúa leyendo "1.534. EMILIO JOSÉ RODRÍGUEZ POSADA. Wikipedista. Ingeniero Técnico en Informática."

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Antonio García Flores, director durante muchos años del Colegio La Merced, entre dos alumnas.

Tras el fallecimiento de nuestra querida Directora --Doña Francisca González Sosa-- el Colegio La Divina Pastora, cerró  definitivamente sus puertas. Para las alumnas la noticia fue más que tremenda, pues en este centro, habíamos  aprendido, desde nuestras primeras letras, hasta las más  provechosas normas de urbanidad, amén del compañerismo  y las amistades sinceras. Nuestros padres, de repente, se vieron inmersos en la tarea de buscarnos realojo en otros colegios. Buscaban, a poder ser, cerca de nuestras  viviendas. Nada  fácil por cierto. El primer escollo, fue  como lograr que admitieran a todos los hermanos en el mismo centro. En nuestro caso no iba a ser una excepción así que, por la amistad de mi familia con doña María Jesús, directora del Colegio San Agustín, mis  dos hermanas mayores pasaron a dicho colegio, mientras que yo  pase a La Merced, en la calle Ganado.

MI PRIMER DÍA.
El primer  día, a pesar de la compañía  y los ánimos de mi Tato --Milagros Gálvez--,  era más que notable que temblab como una hoja. Lo primero que me impactó, fue su escalera,  pues era amplia y preciosa. Lo segundo, que era un colegio mixto, y por tanto eso haría que me sintiera insegura, dada mi timidez. Desde el primer día, mi profesor Don Fernando Vela Morillo --nada que ver con mi familia-- con su cordialidad, hizo  que me sintiera cada vez más cómoda. La mayoría de los alumnos,   me acogieron con agrado y pronto  dejé de ser ‘la nueva’, para pasar a ser una más de ellos.

Fachada del colegio en la calle Ganado.

Que no fue fácil, ya se los digo yo que no, acostumbrada como estaba a los hábitos de mi   anterior Colegio y a la reconfortante  compañía de mis amigas,  con las que desgraciadamente, no coincidí en esta nueva andadura. Creí  que no llegaría a adaptarme pero, ciertamente, lo hice, especialmente por una compañera: María. María era una niña dulce y cariñosa  a la par que  responsable que sin apenas elevar la voz, todo cuánto decía, y hacía era coherente y lleno de sensatez. Desde primera hora, nos caímos bien, entre nosotras no había celos ni malos entendidos, si no todo lo contrario.

DON FERNANDO.
El curso fue muy animado, Don Fernando  era un magnifico maestro, estricto cuándo tenia que serlo, pero a la vez, desparramaba alegría, optimismo y simpatía a raudales. En este centro, todo era diferente, empezando por ese gran patio, que albergaba, a la derecha la clase  de los párvulos, a cargo de la señorita Milagros Leveque. Una mujer encantadora, con la que solía hablar a menudo, y a la que recurrí en algún momento en busca de alguna chuchería, pues aunque poca cosa, algo vendía, al igual que su hermana Rafaela. Esta última, junto con Nena  se ocupaban del resto de los menores. Estas clases estaban en la azotea. Me cuentan que, al tener el reloj del Ayuntamiento tan cerca, los alumnos aprendían a descifrarlo asomándose a mirarlo. Nena, ha sido con la que más trato he tenido durante todos estos años. Era pequeñita de  tamaño, pero muy grande, en  simpatía, y calidez.

La autora de esta nótula, María Jesús Vela, en una imagen de su paso por el colegio La Merces.

También en el patio, estaban los servicios, pero lo que realmente me encantaba como ya he dicho, era esa impresionante escalera, acostumbrada a la alta y empinada de la Divina Pastora, esta me parecía muy señorial.

Tras traspasar el umbral de la puerta, a la derecha del recibidor, estaba un pasillo  que  nos llevaba directos a la cocina, y las habitaciones privadas de la familia de nuestro director, Antonio García Flores. Desgraciadamente no tuve el placer de conocer a su  primera esposa, pues había fallecido, pero no sé si mucho o poco tiempo antes de mi ingreso en el centro. Quién sí estaba era María, hermana de Don Antonio, ella era la encargada, de  la cocina y de paliar en lo que podía  las necesidades derivadas de esta como algún pequeño accidente  casero sin importancia que requiriera  de  una  simple tirita, o un  sorbo de agua. María era muy agradable, pero sabía ponerse en su sitio, para que no nos desmandáramos en sus dominios.

A la izquierda del recibidor, el despacho de nuestro director, al que rara vez entrábamos. No así a una habitación continua,  que si mi memoria no me falla, daba al pasillo de acceso a las clases. Para entrar a éstas, pasábamos por una amplia galería, a la que años posteriores,  convirtieron en clase. En esta zona, recuerdo especialmente a un  chiquillo muy guapo --hijo de unos conocidos comerciantes  n el arte de freír  como nadie,  el pescado--  frente a lo más castizo de nuestro Puerto ¡El Vaporcito! Debía ser un poco trasto, pues  a menudo estaba castigado. Lo malo era que su hermano pequeño, aguantaba estoicamente, la más que aburrida espera. Las primeras veces que le vi, le pregunte: «--¿Otra vez estas aquí. Criatura que has hecho ahora?  Se bueno hombre por Dios! Hazlo por tu hermano, pobre».

El director del colegio y algunos profesores: Antonio García Flores, María Pulido Vega y Milagros Barba Lloret. Curso 1987/88.

Tras la galería, la clase de Don Fernando, y a continuación la del director. Frente a ésta había una habitación, que más tarde seria la clase de doña Lola Castilla. Lola  era una mujer muy  alegre,  y de colorida sonrisa. Dotada con un buen torrente de voz, parecía que pudiera amedrentar, pero ¡que va! No era el león tan fiero, apenas un gruñido.

GIMNASIA.
Volviendo a mi primera aula, una novedad fue  la noticia de que debíamos hacer gimnasia --yo no la había hecho hasta entonces--. Para ello,  frente al colegio estaba Denia, un establecimiento de ropas,  en el que creo recordar compramos unos puchos azules --pantalón corto bombachos-- con los que estábamos como un “cuadro surrealista”. Muy feas, ¡la verdad sea dicha! O cuánto menos poco agraciadas. Nuestra profesora fue Fina Rosso, Sánchez,  una mujer simpática y dicharachera, con la que nos lo pasábamos genial, tanto que a veces charlábamos más que hacíamos ejercicio. No quiere decir que fuera descuidada, ¡eso no! Solo que la camelábamos, para que nos contara historias y no fuera muy dura.

...continúa leyendo "1.530. COLEGIO NTRA. SEÑORA DE LA MERCED. (I)."

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El Convento de Santo Domingo fue destinado a Instituto Laboral, habiendo recibido con posterioridad diferentes denominaciones. (Ver nótula núm. 56 en GdP). Reproducimos aquí sendas imágenes de la bendición del edificio como tal Instituto Laboral, a mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado. /Fotos: Colección Vicente González Lechuga.

En la imagen vemos al niños Antonio Ortega Rojas hablando con el ministro de Educación Nacional, Joaquín Ruiz-Jiménez Cortés, y los niños Alejandro Muñiz, José Crespo LLorca, Francisco Ferrer Palacios, Manuel Moreno Romero; el Marqués del Arco Hermoso Alejandro Romero Osborne; a la izquierda de la imagen aparece el Conde de Osborne y a la derecha,  Luis Caballero Noguera y el que fuera director del centro, Manuel Martínez Alfonso.

En la imagen, el arcipreste de la Ciudad, Antonio Cía Moreno bendiciendo las instalaciones del Instituto ante el ministro de Educación, Joaquín Ruiz-Jiménez, en presencia del presidente de la Diputación, Juan Luis Martínez del Cerro y el Gobernador Civil, José María Rodríguez de Valcárcel.

Esta foto de 1989 (perdón por el encuadre) fue tomada en el legendario interior de «La Burra», (ver nótula núm. 489 en GdP) una tasca con reservados del siglo XIX que daría cerrojazo definitivo unos meses después.

El segundo por la izquierda es el poeta Ángel Mendoza, acompañando a unas noruegas en los camarotes de 'La Burra'.

Son las últimas semanas de un agosto más caluroso de lo normal en 1989 y estábamos brindando por el feliz viaje de vuelta de un grupo de muchachas de Oslo a las que habíamos servido durante un par de meses como anfitriones, animadores turísticos y poco más , para nuestra desgracia, [escribe Ángel Mendoza, nótula núm. 597 en GdP].

Aunque la imagen recuerde el final de muchas cosas,aunque ese mediodía de vino y risas desatadas pusiera colofón a algo más que a un verano, en verdad está llena de principios, de realidades importantes que empezaban, sin que fuera consciente del todo en ese momento el jovenzuelo, aparentemente despreocupado, que levanta la copa de oloroso.

Cierto que nunca más volveríamos a quedar en «La Burra», porque un día ya no hubo más Burra; cierto también que a la década que abarcó nuestros mejores años le quedaban dos telediarios, y que el verano siguiente ya no tuvimos edad para el derrame caprichoso de tanta juventud, y que no tardaríamos en estar todos seriamente ennoviados y que, además, poco después caería el Muro de Berlín, para desgracia de nuestros ideales subversivos a juego con la etapa vital.

Los 'camarotes' de La Burra. /Foto: Fito Carreto.

Es verdad que fueron los años en los que se nos abrieron las puertas de Europa y que aquel continente extraño y moderno, que provocaba atracción y miedo en dosis esquizofrénicamente similares, aterrizó para nosotros en el aeropuerto jerezano de La Parra a bordo de un British Airways una mañana de julio de 1989.

Porque las noruegas no venían directamente de su país, sino de Inglaterra, donde habían pasado una temporada. La mitad del año, aproximadamente, se la tiraban de aquí para allá, pues trabajaban, a la vez que hacían sus carreras universitarias, durante los meses restantes. Estudiaban porque había en los países nórdicos un generoso sistema de becas y trabajaban porque había trabajo para todos, mientras nosotros esperábamos alguno de los 800.000 empleos que había prometido Felipe González, a la sazón, presidente del Gobierno de España.

El aeropuerto de La Parra, antes de la reforma de 1991 donde se reforzaría su uso civil.

Por si fuera poco, además vivían emancipadas desde los 16, gracias, sobre todo, a lo de poder trabajar y a una mentalidad mucho menos protectora por parte de sus entornos vikingos. Así pues,aquellas chicas venían en realidad de otro planeta, porque aunque teníamos su edad, no habíamos ido más allá de Málaga y Granada, en el viaje de 8 º, no teníamos ni idea de lo que era una tarjeta de embarque, no habíamos dado un palo al agua y aún tardaríamos otros 18 años por lo menos en abandonar nuestros hogares paternos.

Ellas nos ponían los ojos como platos, con su castellano de sueca de película de Alfredo Landa, relatándonos excursiones de ensueño por las islas griegas o describiéndonos los sobrecogedores barrios de la Praga vieja, y nosotros les contábamos las cogorzas tan simpáticas de las últimas barbacoas en La Muralla, o les hacíamos reír con el chiste del inglés, el francés, el chino y el español. Así era la cosa antes de que llegaran las becas Erasmus, los intercambios juveniles con cargo a la Junta y el principio del fin de un miedo paleto, secular y obstinadamente chauvinista que nos había retenido durante décadas más acá de los Pirineos. /En la imagen de la izquierda, un joven Alfredo Landa.

No recuerdo si a alguno le dio por comprobar la fama que tenían de experimentadas y desinhibidas, más que nada por si había que confirmar la nuestra de machos ibéricos feroces y potentes. A lo más que llegamos fue al beso de despedida antes de marcharse cada noche, a pasar calor sobre sus pieles temerariamente enrojecidas por falta de protección. Ellas, a soñar con sus próximos viajes, lejanos e intrépidos. Y nosotros,a soñar con ellas. (Texto: Ángel Mendoza).

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El escritor y periodista sevillano Manuel Halcón Villalón-Daoiz (1900-1989) es autor, entre otras, de las novelas El hombre que espera (1922, Premio Ateneo de Sevilla), Recuerdos de Fernando Villalón (biografía novelada, 1941), Aventuras de Juan Lucas (1944), La gran borrachera (1953), Monólogo de una mujer fría (1960, Premio Nacional de Literatura) y Manuela (1970). Socio fundador de la revista poética Mediodía en 1926, durante la Guerra Civil dirigió el diario FE (órgano de la Falange sevillana) y la revista de divulgación cultural Vértice. Fue subdirector de ABC de Madrid (obtuvo el Premio Mariano de Cavia en 1940) y director de las revistas Semana y Moneda y Crédito. En 1962 ingresó en la Real Academia Española con el discurso "Sobre el prestigio del campo andaluz". Su última obra, Cuentos del buen ánimo, se publicó en 1979.

UN NOVELISTA EN EL COLEGIO DE LOS POETAS.
Manuel Halcón, hijo del marqués de San Gil, tenía 9 años cuando ingresó en septiembre de 1910 como interno en el afamado colegio de los jesuitas de El Puerto de Santa María. Su hermano mayor, Fernando, había cursado estudios allí de 1905 a 1907, como también lo hiciera -entre 1890 y 1896- el poeta Fernando Villalón, primo suyo. La infancia de Manuel fue un "llanto de ilusiones": era de los pocos alumnos que no recibía los domingos en el internado la visita de su madre, fallecida a los tres meses de nacer el niño. Halcón no llegaría a obtener el grado de bachiller, cuya duración -con arreglo al plan Bugallal- era entonces de seis años. En su expediente académico se refleja que cuando sale del colegio al terminar el curso 1916-17, solo había aprobado -con la nota mínima- 13 de las 23 asignaturas de las que se había matriculado, no presentándose a las restantes. Sobre su etapa escolar diría el propio Halcón en 1961: "Tan indisciplinado y desaplicado era que nada esperaban de mí mis profesores y compañeros. Era, además, un niño enclenque".

Manuel Halcón fue alumno de San Luis Gonzaga entre los años 1910 y 1917

Tres rectores tuvo el colegio de San Luis Gonzaga siendo Manuel Halcón alumno: los padres Rodolfo Velasco, Raimundo Zamarripa y Martín Mendoza. Fue el asturiano P. Velasco (1868-1940; rector de 1909 a 1915) -a quien Halcón consideraba "la representación humana del equilibrio" - el que le dejó mayor huella. Entre los jesuitas que ocuparon los cargos de padre espiritual o de prefecto se encontraban Manuel Abreu, Francisco Lirola, Salustiano Legórburu, Mariano Ayala o Francisco Javier Maruri. Con afecto recordará Halcón años más tarde a otro miembro de la comunidad jesuita, el hermano enfermero Francisco Javier Aizpuru (1876-1952): "Yo siempre le tuve como un ser distinto, a quien los carceleros le dejaban abrir las rejas para sacar a los niños débiles a tomar el aire".

Como le había sucedido al Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez dos décadas antes, la vocación literaria de Manuel Halcón aflora en el colegio. Le produce una emoción "más intensa aún que los versos" la novela de Pedro A. de Alarcón El final de Norma (1855), que el padre Alberto Risco les leía por capítulos en la clase de Literatura. Imparte Latín de 1º y de 2º el peruano padre Gustavo Salaverry, descrito por Halcón en Los Dueñas (1956) -su novela más autobiográfica- como "terror de los alumnos". En el curso 1915-16 tiene como profesor de Física (asignatura de 5º año) al veterano padre Plácido Hurtado, el mismo que con un telescopio descubre las rabonas en las dunas del entonces estudiante de 3º de bachillerato Rafael Alberti, según ha narrado el poeta portuense en La arboleda perdida. /En la imagen de la izquierda, el niño Juan Ramón Jiménez.

El colegio de San Luis tiene en la época de Manuel Halcón una media de 215 alumnos, mayoritariamente internos. En la emotiva crónica de guerra 'El amigo enemigo' (1936) evocará Halcón a algunos de ellos: la campana que tocaba Francisco de Paula Oliva Mack, las "consignas" que llevaba José Mª Rojas Lobo, las declamaciones de Jesús Pabón Suárez de Urbina y las travesuras de Juan A. Estrada Moreno.

Niños haciendo gimnasia en el patio principal del Colegio.

El futuro historiador y académico de la Historia sevillano Jesús Pabón (1902-1976) es coprotagonista del relato 'Los dos macferlanes' (1949), en el que Halcón cuenta cómo Pabón y él mismo, únicos portadores de unos abrigos desfasados, tuvieron que defenderse de las crueles burlas y agresiones de sus compañeros. Así nació una amistad profunda y duradera entre ambos. De la vida en el colegio de El Puerto está sacado también el argumento de 'El pecado insepulto' (1959), narración que tiene como protagonistas a los condiscípulos de Halcón en la clase de Física del P. Hurtado, entre ellos a "tres P señeras" que destacarían más tarde: el mencionado Jesús Pabón y los jerezanos Joaquín Mª Peñuela de la Cobiella (jesuita y profesor de asiriología) y Julián Pemartín Sanjuán (escritor y poeta falangista; director del Instituto Nacional del Libro de 1941 a 1966). Dos alumnos externos que inician el primer año de bachillerato con Halcón son José Luis Poullet Martínez y Antonio de la Torre González, que después se dedicarán profesionalmente al magisterio.

ÚLTIMA VISITA A LOS JESUITAS.
El 31 de mayo de 1921, Manuel Halcón contrajo matrimonio en Sevilla con Rosa Borrero Carrasco. En el viaje de novios, camino de Cádiz, hicieron una visita al colegio de San Luis. Así la recordaría Halcón en 1961 para La Estafeta Literaria: "Pedí permiso para pasearme por la huerta, por aquel sendero bajo las pimientas por donde otras veces paseaban las hermanas de los alumnos. Por mirarlas, más de una vez fui castigado. Y ahora llevaba una mujer cogida por el talle. Me pareció que recogía algo que estaba allí sujeto en el aire y que me estaba esperando. Después no he vuelto más". (Texto: Bernardo Rodríguez Caparrini).

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En los primeros años de la década de los sesenta del siglo pasado, la perspectiva de explorar cosas nuevas, era cuanto menos preocupante. No, no entendía por qué debía madrugar, --con lo a gusto que estaba durmiendo, y encima…-- para ir al colegio. ¿Al colegio para qué? Y… por qué tenia que ir, si yo era muy chica? No entendía nada. Que no, que no… que no quiero!  De nada sirvieron berrinches ni pataletas, mi frustración fue grande,  pero al final me rendí, o lo que es lo mismo, tuve que ir al colegio ‘de cabeza’. Mucho era mi miedo, pero fue cosa de pocos días, de seguida disfruté de todo lo que iba aprendiendo, --que era mucho-- y sobre todo de la buena compañía de mis compañeras, y nuevas amigas. /Juego de la rueda, 1892, pintura de Baltasar González

A la salida del colegio, con las ansias de otro nuevo  inicio, --esta vez tenia la seguridad, de que me iba a encantar-- ni merienda quise, pero ni eso me dejaron. No podía bajar a jugar si no me comía el bocadillo. Pero si yo no tenia ganas? En fin una lata! A algunas de mis compañeras, ya las conocía de verlas alguna vez por la Placilla, pero esta vez era distinto, venían a jugar conmigo, ya éramos niñas grandes, ¿o es que no es ser grande, tener cinco años? Imitando a las mayores, --que no nos dejaban jugar con ellas-- hicimos un corro y a cantar se dijo!

El patio de mi casa
es particular
cuando llueve se moja
como los demás.
Agáchate,  
y vuélvete a agachar.
Las niñas bonitas,
se vuelven a agachar.
Chocolate, molinillo.
Corre, corre,
que te pillo
con la punta
del cepillo.
Agáchate...

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Carolina Villarreal y María Reyes. /Foto: Eduardo Ruiz.

La provincia con la mayor tasa de paro de toda España es Cádiz, con el 35%. Quizá por eso, Carolina Villarreal, de 23 años, se apresura a explicar que cuando buscaba trabajo hace unos meses no se ponía límite geográfico: estaba dispuesta a ir a cualquier parte España. Titulada en Relaciones Laborales y máster en Recursos Humanos, solo le ofrecían becas con sueldos bajos, lo mismo que ya tenía en ese momento: unas prácticas en el departamento de ventas de una empresa por 500 euros al mes. “Con eso no te puedes independizar”, dice. Así, aunque lo que le atraía en principio era la empresa, decidió empezar a prepararse unas oposiciones, “muchísimo más que por el dinero, por la posibilidad de tener un puesto fijo. En la privada te piden mucha experiencia para acceder, pero ¿cómo vas a conseguirla si no te contratan?, ¿siempre con becas?”.

Ahora, Villarreal, natural de El Puerto de Santa María, tiene un plan: se prepara dos exámenes para puestos que no requieren titulación universitaria (Auxilio Judicial y Tramitación procesal) para, desde ahí, intentar ir subiendo escalones en la Administración, pero a través “de la promoción interna”. Si consigue alguno de los puestos, cobrará unos 1.200 euros al mes, algo que sí le permitiría independizarse. Pero a pesar de estar sobrecualificada para los puestos a los que opta, no lo tiene fácil: en Auxilio Judicial se han presentado 18.000 personas para unas 140 plazas (el examen fue el 26 de febrero) y para Tramitación procesal, unos 8.000 aspirantes competirán por 43 puestos. /En la imagen, Carolina Villarreal.

En 2008 se ofrecieron 73.000 plazas de empleo público; este año son unas 10.000, según estima la academia MasterD. “La contratación en el sector privado se ha reducido un 30% durante la crisis, pero en el sector público, en torno a un 85%, y no parece que en los próximos dos años eso vaya a cambiar”, dice el profesor de Economía de la Universidad Carlos III Manuel Bagüés. Carolina Villarreal, la joven aspirante a una plaza de Auxilio Judicial o Tramitación procesal, dice que si no consigue plaza, esa será también su siguiente opción: buscar una oportunidad fuera de España.

María Reyes Romero, amiga de Carolina Villarreal y vecina también de El Puerto de Santa María, se está preparando por su cuenta. Dejó la academia el mes pasado porque necesitaba acelerar el ritmo de estudio y porque se le habían acabado los ahorros: “La última cuota me la tuvieron que pagar mis padres”, cuenta esta aspirante de 25 años a profesora de instituto. Las academias defienden su oferta, e insisten en que las oposiciones son una apuesta a medio y largo plazo, con igualdad de oportunidades en el acceso y en la promoción, y mayores posibilidades de conciliación que en la privada. Aunque actualmente es “una apuesta arriesgada”, sobre todo en aquellas que requieren mucha preparación, señala Bagüés. /En la imagen, María Reyes.

“Estudio las oposiciones docentes por vocación”, dice Reyes. Licenciada en Periodismo y máster en Humanidades, trabajaba hasta hace unos meses como profesora ayudante en la Universidad Francisco de Vitoria en Madrid. Cobraba algo más de 700 euros al mes, un dinero que, aunque se completaba con el estudio gratis en la universidad, apenas le llegaba para vivir. Así que, cuando vio que Andalucía ha convocado más de 3.000 plazas de profesor para este año (solo allí, en País Vasco y Madrid habrá oposiciones docentes en 2012), pensó: “Ahora o nunca”.

Reunión de amigas en El Puerto: Claudia Plaza Jiménez, Sandra García López, Carolina Villarreal, Sara Berciano Cuevas y María Reyes Romero.

Las oposiciones son el extremo contrario a la receta del emprendimiento como salida en estos tiempos difíciles. Y, aunque la actividad emprendedora en España haya aumentado en 2011 con respecto a 2010 —según el informe GEM sobre la actividad emprendedora—, el 5,8% de empresas recién creadas sigue por debajo de la media de países desarrollados (6,9%) e, incluso, de las cifras españolas de principios de la última década (8,16% en 2001).

Hizo la maleta y se volvió a El Puerto de Santa María, a casa de sus padres: psicólogo él, regenta de una mercería, ella: “Se nota la crisis en la tienda, pero van tirando”. A Reyes le daba un poco de susto volver al hogar familiar después de siete años fuera, pero no ha sido para tanto: “Respetan mucho mi condición de opositora”, dice. A sus oposiciones se presentan más de 33.000 personas, así que competirán 10 aspirantes por cada plaza. El porcentaje de funcionarios en España está en el 5,7%, la media europea. (Texto: J.A. Aunión).

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En los primeros días de febrero --el 2 de febrero-- se cumplen ochenta años de la última expulsión de los jesuitas de nuestra ciudad. Naturalmente, no era un hecho aislado, sino la consecuencia de un Decreto de ámbito nacional para nacionalizar los bienes de la Compañía de Jesús, sin indemnización, publicado en la “Gaceta de Madrid” del 29 de enero de 1932, fecha en la que presidía el gobierno de la II República, Manuel Azaña, constituyéndose un Patronato encargado de  administrar los bienes incautados.

CENTROS EN ESPAÑA.
En esa fecha los jesuitas gestionaban en España 8 colegios de segunda enseñanza con casi cinco mil alumnos de pago. Además del San Luis portuense estaban los colegios de Chamartin, en Madrid; los de San José en Valencia, Villafranca de los Barros y Valladolid; Orduña e Indauchu, en Bilbao y El Palo, en Málaga. Y a niveles más superiores, la Escuela de Ingenieros y Operadores Industriales, la Universidad de Deusto, el Seminario Pontificio de Comillas, el instituto químico y laboratorio de Biología de Sarría (Barcelona), la estación meteorológica de Cartuja (Granada), el observatorio astronómico del Ebro, en Tortosa (Tarragona)  y varias escuelas apostólicas y noviciados.

Aula de Gimnasia

Llevaban más de medio siglo instalados de forma ininterrumpida, desde que retornasen en 1877, después de una década alejados de la ciudad tras el triunfo de “La Gloriosa”, en 1868. Podría pensarse que el anticlericalismo de los republicanos propició esta grave decisión. Sin embargo,  el hecho de que en un periodo de cien años sufrieran estas o similares medidas hasta en cinco ocasiones, de manos de autoridades civiles y eclesiásticas, nos debe orientar hacia otros motivos que no es el caso analizar aquí.

CINCO EXPULSIONES.
Esta secuencia que cito la inició en 1767 Carlos III, con la “Pragmática Sanción” que expulsaba de los reinos de España y sus colonias de Ultramar a los miembros de la Compañía. Tuvo su continuidad con la bula papal “Dominus ac Redemptor” promulgada por Clemente XIV en 1773, suprimiendo la orden (restaurada después por Pío VII en 1813). El general Riego en 1820 la suprime nuevamente y Fernando VII, cuando es liberado en 1823 la restablece, volviendo a ser repudiados jesuitas y, en general, todas las ordenes en 1835, después de la conocida matanza de frailes en Madrid y el comienzo de las desamortizaciones de bienes eclesiásticos de mano muerta. Se regulariza la situación con la firma del Concordato en 1852 hasta la revolución que destrona a Isabel II, antes mencionada, que supondrá la quinta incidencia relatada.

...continúa leyendo "1.278. LA ÚLTIMA EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS. Hace 80 años."

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Por la puerta principal del edificio de la imagen -la Casa de los Sancho- se accedía, en la primera planta al Colegio de Infantil de La Divina Pastora. Allí ejercieron Doña Francisca González Sousa y Doña Lola Sancho.

A continuación, en la misma calle Luna se encontraba la Barbería de “Pichilín” y , frente a la Farmacia de Fernández-Prada, ‘El Único’ tienda de Vinos Finos, abierto entre 1920 y 1974.  Luego, a finales del siglo pasado se instalaría en esa misma tienda la Cuchillería Navarro. Un poco más arriba la tienda de moda ‘Lolita y Serafina. En primer término a la izquierda, acceso a ultramarinos 'La Giralda'. /Foto: Colección de Vicente González Lechuga.

Llevaba  algún tiempo, oyendo, lo bien que  lo iba a pasar en el  colegio. Cada  día veía desfilar a mis hermanos, y la verdad, era que  ellos perecían contentos,  así que esa mañana  cuando la cálida voz de mi madre, me decía que me levantara, que había que arreglarse para el cole, el corazón me dio un vuelco. «--Qué no mamá, que no quiero ir», «--Que sí tonta, vas a estar con muchos niños».  Lo mejor de ese día era que por fin iba a estrenar ese bonito uniforme de tonos azules y camisa celeste, que  desde hacía algunos días colgaba en mi armario; y ese vaso tan raro, de anillas plegables de color naranja, sin olvidar los recios zapatos Gorila, que venían con una pelota verde.

Cuando llegué  al colegio,  salió a recibirme, la señorita Lola Sancho, su cara dibujaba una amplia  y agradable sonrisa, mi madre me acompañó hasta  la clase, pero  al primer descuido,  desapareció. Ni Tita, protagonista de ‘Como agua para chocolate’ lloro tanto!. Para calmarme me pusieron con mis hermanas,  así pasé varios días hasta que por fin, empecé a acostumbrarme,   y  cesaron las lágrimas.

...continúa leyendo "1.260. COLEGIO LA DIVINA PASTORA."


De pie, de izquierda a derecha: José Antonio Sánchez Llinares (portero del equipo), Bernardo Rodríguez Caparrini, Eduardo Moreno Zamorano, Francisco de la Moneda Fernández-Sanz, Pedro Schmidt Río-Valle (3 o 4 años mayor que el resto del grupo, Santiago Manuel Santiago Cossi y Jesús Maeso de la Torre. Agachados, de izquierda a derecha: Rafael Martín Perles, Jaime Ruiz-Gollury de Gregorio, Guillermo Valero Forte, Álvaro Sancho Burger, Ramón Romero Nimo.

Equipo de fútbol de la clase de 5º de EGB, sección B, de la que era tutor entonces Jesús Maeso de la Torre (Úbeda, 1949), que aparece en la foto, y actualmente es escritor de novela histórica, conferenciante y articulista. Colegio de San Luis Gonzaga, curso 1972/73. /Foto: Colección Bernardo Rodríguez Caparrini.

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Federico Rubio y Galy había nacido en El Puerto de Santa María el 30 de agosto de 1827, de familia de escasísimos medios económicos más que nada por el talante liberal inquebrantable que sostuvo su padre, precisamente durante el periodo absolutista. Era hijo de un abogado que había sido compañero de Riego y pinta en sus memorias los años niños de su vida empañados por persecuciones políticas y destierros que sufre su padre por mor de su ideología liberal exaltada.

Sus primeros estudios los realiza en ‘amigas’ y escuelas portuenses, alguna, como la de la Aurora, que daba títulos válidos ‘ante el Rey y ante el Papa’. Cuando decide ser médico, tropieza con la estrechez económica que agobia a su familia, y no duda en costearse su carrera dando clases de esgrima --era especialista en florete-- en el colegio gaditano San Felipe Neri.

DE LA DISECCIÓN A SU PRIMER LIBRO.
De estudiante, destacó pronto como disector. [Persona que diseca y realiza las operaciones anatómicas] Todas las horas que podía las dedicaba al anfiteatro, donde pasaba muchas noches a la luz de una vela, descuartizando cadáveres y preparando lecciones de anatomía para sus compañeros. En 1850 termina su carrera. Un año antes había publicado su primer libro: ‘Manual de Clínica Quirúrgica’. Prepara enseguida oposiciones a la cátedra del Hospital Central de Sevilla que no consigue, por causa de su ideología política, a pesar de sus brillantísimos ejercicios. /En la imagen de la izquierda, segundo cuaderno de su primer libro editado en la gaditana Plaza de las Viudad de Cádiz en 1850. Figura su autor como Bachiller en medicina y cirugía, ayudante de disector de la Facultad de Medicina establecida en Cádiz de la Universidad Literaria de Sevilla.

Vista parcial del Hospital de las Cinco Llagas, hoy Parlamento de Andalucía. Los alumnos de la Escuela Libre de Medicina y Cirugía recibían sus lecciones en sus dependencias.

ESCUELA LIBRE DE MEDICINA Y CIRUGÍA.
Ejerce su profesión durante algún tiempo en Sevilla y funda, en 1865, la Sociedad de Medicina y en 1868, al margen de toda oficialidad, la Escuela Libre de Medicina y Cirugía, donde imprimió a sus enseñanzas tal carácter práctico y objetivo que resultaron verdaderamente innovadoras sus maneras pedagógicas.

EMBAJADOR EN LONDRES.
Al poco tiempo, marcha a Inglaterra como Embajador de España. En Londres, asistió a los cursos del célebre Ferguson y allí lució más como médico que como político el ilustre portuense. En el campo de la política, aparte de Embajador, fue Senador, Presidente de la Comisión de Reformas Sociales y Diputado a Cortes. /En la imagen de la izquierda, cartel anunciador del Congreso celebrado en nuestra Ciudad en septiembre de 2002.

A su vuelta a España, Federico Rubio se reveló genial operador, rompiendo antiguas prácticas y viejas y tradicionales teorías. Realizó, por primera vez en España, operaciones tales como la ovariotomía y la extirpación de la matriz. Fue el primero que, en todo el mundo, extirpó un riñón con feliz resultado y espectaculares logros consiguió operando laringes cancerosas.

RAMÓN Y CAJAL.
Ramón y Cajal dijo de Federico Rubio que «se adelantó a todos en disipar el supersticioso temor que inspiraban las cavidades orgánicas, sobro todo el peritoneo, arca santa ante cuyas paredes se detenía miedoso el bisturí». De estos atrevimientos quirúrgicos fueron aventajados seguidores los doctores Salado, en Sevilla; Creus, en Granada; Toro y Díaz Rocafull, en Cádiz y luego, un sin fin de cirujanos.

RENUNCIA AL MARQUESADO DEL PUERTO.
Lo nombraron Académico de la Real de Medicina, Miembro Honorario del Real Colegio de Cirujanos de Londres, fue Director-fundador de la ‘Revista Iberoamericana de Ciencias Médicas’,  la más avanzada publicación de este carácter que contribuyó en su tiempo a crear un verdadero estilo quirúrgico español. Recibió las Grandes Cruces de Alfonso XII y del Cristo de Portugal. La Reina Regente, Cristina, le ofreció el título de Marqués del Puerto de Santa María, que rehusó cortésmente, fiel a sus ideas políticas.

ESCUELA PRÁCTICA DE ENFERMERAS.
Comprendió que la sola vocación religiosa no facultaba para atender debidamente a los enfermos, entonces confiados a manos monacales. Se propuso capacitar a las mujeres, monjas o no, para llevar a cabo tan delicada misión. Para ello fundó la Escuela Práctica de Enfermeras de Santa Isabel de Hungría. Su idea fue mal interpretada por la opinión pública ya que se pensó que lo que don Federico pretendía era eliminar y sustituir a las monjas en esta labor. Nada más opuesto a su sentir, ya que si era católico ferviente, no era peor amigo de los enfermos. /En la imagen, sello conmemorativo del 175 Aniversario de su nacimiento, celebrando su primer día de circulación el 8 de mayo de 2002.

Instituto Rubio. Pabellón de Dispensarios. /Foto: Laurent.

INSTITUTO RUBIO.
Pero su obra cumbre, en la que más empeño puso, fue la creación del Instituto Quirúrgico que llevó su nombre. El Instituto Rubio fue fundado para cumplir, por un lado, fines humanitarios y, por otro, docentes. Se atendían en él gratuitamente a los enfermos y se impartían enseñanzas de cirugía. El 4 de julio la Reina Regente ponía la primera piedra del Instituto Rubio, construcción que costeara don Federico. Tenía en su fundación un presupuesto anual de sostenimiento de 120.000 pesetas de las que sólo 50.000 eran aportadas por el Estado. El resto, se cubría con dotaciones que para camas hacían varios particulares.

En 1897,después de varios años en los sótanos del Hospital de la Princesa,el Instituto Rubio inauguró nueva sede en los altos de la Moncloa.Su estructura de pabellones por especialidades (Urología,Cardiología,Oftalmología y Ginecología) funcionaba como centro docente,asistencial y de investigación.Y la ubicación fue paradigmática,pues situándose junto al asilo de Santa Cristina anunciaba la emergencia del futuro polo sanitario de la Moncloa,luego completado con el Instituto de Higiene Alfonso XIII y el futuro Hospital Clínico,además de las facultades de medicina,farmacia y odontología.

Como dato curioso en la junta administrativa del Instituto formaban parte un enfermo y una enferma, con voz y voto con que el doctor hacía verdad su idea directriz: ‘Hacer de un hospital una familia de enfermos atendidos y cuidados por una familia de sanos’. 

PINTOR Y COLECCIONISTA.
Fue Federico Rubio pintor de exquisito gusto y esmerado coleccionista de pinturas. En lienzos poseía, entre otros, cuatro Murillos de sus dos épocas y un Greco y su colección ocupaba varios salones de su vivienda.  El deporte de la caza fue una de sus aficiones favoritas. Había adiestrado para ello a su perro ‘Gante’, fiel compañero de sus correrías cinegéticas.

Monumento a Federico Rubio en el Parque Oeste, de Madrid, obra de Miguel Blay.

CALLES EN EL PUERTO, SEVILLA Y MADRID.
Murió Federico Rubio el 31 de agosto de 1902, a causa de los estragos que una arterioesclerosis reumática había hecho en su organismo. Fue enterrado en la capilla del Instituto que fundara y su epitafio redactado por Menéndez y Pelayo. Al finalizar la última guerra civil, los restos del Instituto Rubio yacían entre obuses y bombas. Los nietos de don Federico, con paciencia reverencial, lograron rescatar sus huesos que reposaban en las ruinas de la Capilla.

A Federico Rubio se le dedicaron calles en El Puerto [la antigua calle Pozuelo y el ambulatorio de la Seguridad Social de la calle Ganado que aparece en la imagen de la izquierda], en Sevilla [donde también tiene un busto sin rotular en el dintel de una puerta en la calle Madre de Dios], en Madrid donde tiene una avenida y plaza [y un colegio público en la zona de Cuatro Caminos] y donde, en el Parque del Oeste, se le erigió un monumento obra de Miguel Blay. [También tiene calle en Torrelavega (Cantbria) y en otros municipios españoles]. (Texto: Luis Suárez Ávila).

FRAGMENTO DE SUS MEMORIAS.
«Nosotros continuamos hasta la calle de las Neverías, apeándonos ante un portal oscuro de una casa de la acera de la derecha. Esa casa era de mi abuela materna, o por mejor decir, de su tía doña Francisca Gil. Abierto el portón, tirando de un cordelillo que por el zaguán levantaba el picaporte, entramos en un patio enchinado y limpio, si no lo afeara un caño descubierto que, siguiendo el zaguán, corría a morir en otro caño mayor que iba por la calle. El patio, cerrado por sus cuatro frentes, en cada uno ofrecía una puerta: la de entrada, que pasamos; la frontera, al lado opuesto, y en los muros de izquierda y derecha otra puerta, respectivamente, y una ventana de reja a uno y otro lado de ellas. El patio carecía de corredores y arriates: la planta baja solo».

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