
La Granja San Javier la conocí cuando fue de don Félix Tejada y cuando vivieron en la casa principal José Luis (de soltero), Mari Pepa, Felisa y Antonia Tejada Peluffo, en la parte de la fachada que da a la carretera. Aunque yo era muy pequeño, lo recuerdo. Luego, recuerdo, ya algo mayor, pero con once años, a Lalo Tejada, casada con Juan Bermúdez Jaén, nótula 458 en GdP, y a sus hijos Lalote, Juan Luis, Javier y Mamue, en el lateral, bajo, cuando se fueron a la Granja desde la casa Ribera del Río, creo que 14.

Los Tejada en la Granja San Javier. De izquierda a derecha, Felisa, Mari Pepa y Lalo Tejada, debajo una amiga, Tisca, Lalote y Juan Luis Bermúdez Tejada.
En la otra casa, que había sido oficina de la Explotación Avícola, vivió Mari Pepa Tejada, cuando se casó con Juan Fortes. En aquella época Juan Bermúdez tenía un Fiat Balilla negro, en el que nos subíamos diez u once niños para las excursiones a Valdelagrana o a otros sitios. Juan Forte tenía un coche de marca Lloyd muy raro, porque no he visto otro igual nunca. Más atrás de la casa principal estaba una casa de la huerta y muchos como búnkeres, unas bóvedas donde estaban las gallinas. Esos edificios estaban rodeados de vallas de tela metálica sostenida por postes de hierro. Se contaba que Franco, cuando venía a cazar a casa de don Fernando Terry, una vez que pasó por la carretera y vio esas bóvedas creyó que eran instalaciones militares, pues eran muy parecidas a los pabellones que había en los campamentos y en los cuarteles.

La casa principal de la Granja San Javier.
Frente por frente a la casa principal, tirando hacia las oficinas estaba la alberca que tenía una baranda de hierro y una escalerita. En la alberca nos bañábamos y, una vez, metimos en ella, con muchísimo trabajo, una artesa de madera que tenían los albañiles para hacer mezcla. La utilizábamos como barca. La artesa terminó hundida en el fondo de la alberca.

La niña Reyes, en 1958, delante de la alberca. La familia Ollado Lapeña, procedente del norte, alquiló durante un año la casa a la Familia Tejada.
Recuerdo en la Granja un tonneau, pintado de amarillo y marrón rojizo, que fue de José Luis Tejada, cuando niño. No lo recuerdo enganchado por él, pero me contaban que lo tiraba una jaquita gallega. El tonneau terminó en las cuadras de Terry.

Juan Luis Bermudez Tejada, con su hermana Lalote, con Javier en los brazos, sobre una mula, en la Granja, dispuestos salir para la Feria de Ganados.
Una Feria de Ganados, Juan Luis Bermúdez montó una mulita de la que recuerdo un atacola color blanco con rayas verdes y rojas y los madroños esos colores. Lalote iba a la grupa. El traje corto de Juan Luis y el de flamenca de Lalote se los hicieron en Sevilla. Su abuelo los tuvo escondidos toda la mañana “para que no se los copiaran”, según decía.
 Tuvieron que nominarlos como primer premio de pareja infantil a la grupa, aunque no figuraban en la convocatoria, según me contaba Lalote.  Son recuerdos que no se me borran.  Acaso como José Luis Tejada iba despuntando como poeta, Martínez Montenegro, por agradar, en la tribuna de la Feria de Ganados, proclamando los premios  dijo, en verso: «Tres gallinas y un gallo,/ Don Félix Tejada Mayo». Pero peor parados quedaron otros como cuando Martínez Montenegro decía: “Primer premio al conejo de doña…”, o “Primer premio, don…, un toro”. (En la imagen de la izquierda, Felix Tejada Mayo, en la fachada de la Granja).
Tuvieron que nominarlos como primer premio de pareja infantil a la grupa, aunque no figuraban en la convocatoria, según me contaba Lalote.  Son recuerdos que no se me borran.  Acaso como José Luis Tejada iba despuntando como poeta, Martínez Montenegro, por agradar, en la tribuna de la Feria de Ganados, proclamando los premios  dijo, en verso: «Tres gallinas y un gallo,/ Don Félix Tejada Mayo». Pero peor parados quedaron otros como cuando Martínez Montenegro decía: “Primer premio al conejo de doña…”, o “Primer premio, don…, un toro”. (En la imagen de la izquierda, Felix Tejada Mayo, en la fachada de la Granja).
La Granja comenzaba en lo que hoy es calle de los Toneleros, donde estaba la portada pequeña. La portada principal estaba a la altura de lo que hoy es la rotonda al final de la Victoria. Esta portada, tenía, entre los dos pilares, rematados por bolas de piedra artificial, un arco de hierro calado con el primitivo nombre de las Granja: “Nuestra Señora de los Dolores. 1896”. En cada uno de los pilares, sin embargo estaba el nombre moderno.
 En dos murales de cerámica Mensaque, había un letrero, en cada pilar:”Explotación Avícola/ San Javier”. Ese nombre se lo pusieron porque Javier Bermúdez Tejada estuvo muy  malo de recién nacido y lo encomendaron al patrono de El Puerto, San Francisco Javier. Tan grave estuvo Javier, que el párroco de San Joaquín tuvo que ir a la Granja, al día siguiente de su nacimiento a bautizarlo de urgencia.
En dos murales de cerámica Mensaque, había un letrero, en cada pilar:”Explotación Avícola/ San Javier”. Ese nombre se lo pusieron porque Javier Bermúdez Tejada estuvo muy  malo de recién nacido y lo encomendaron al patrono de El Puerto, San Francisco Javier. Tan grave estuvo Javier, que el párroco de San Joaquín tuvo que ir a la Granja, al día siguiente de su nacimiento a bautizarlo de urgencia.
En los años 50 0 53 se hizo una carretera, en diagonal, que dividió la Granja, para unir la carretera de Jerez, que discurría desde la Plaza de los Jazmines por delante de la Granja. Esa nueva carretera que dividió a la Granja conectaba la de Jerez a la ronda, a la altura de la Huerta de Buhigas, para unirla con la que va al cementerio y con la finalidad de poder cruzar la carretera del Ejido y unirla a la nueva carretera de Rota (asfaltada cuando la Base), que antes se llamaba Camino de Mazzantini o Camino de Fuenterrabía. Lo que hoy es Parque del Vino Fino formaba parte de la Granja. La Granja llegaba por el fondo hasta lo que hoy es Avenida de la Diputación y, por la carretera de Jerez, hasta lo que hoy es el Instituto José Luis Tejada (que ocupa parte de la Granja). Por cierto que José Luis Tejada, en la solapa de su libro “Para andar conmigo”, pone que es avicultor y óptico. El poeta gaditano Guillermo Portillo Sharfaussen rememora, con mucho detalle, esa etapa de José Luis en la Granja.

Francisco Vela Mariscal y José Benítez Díaz 'el Pili', trabajando en la Granja, detrás las estructuras abovedadas típicas de la Granja.
Recuerdo que en la Granja trabajaba José Benítez Díaz, “El Pili”, (hijo de José Benítez y de Fermina Díaz, la de los dientes largos, que eran los guardeses del “Recreo de los Trapos”, conocido también como “Recreo de Nuestra Señora de los Dolores” de Don Francisco Muñoz Seca, luego “El Oasis” y ahora Restaurante “El Faro”) y, a veces, vi por allí—por la Granja San Javier--, a un hermano de Agustín Vela Mariscal, que después trabajó en el Garaje Aduana.

El matrimonio formado por Max Ollado y Amparo Lapeña, en 1958, su hija Reyes y su hijo Maxi,, recién nacido y llegado del Hospital y dos primos, Carlos y Javier, delante de la fachada principal de La Granja. En primer término el enrejado de la alberca.
 En la parte  de la casa que habitaban Felisa y Antonia Tejada Peluffo vi y oí, por primera vez, tocar un piano.  Felisa y Lalo Tejada habían cursado la carrera de piano y hacían alarde de sus cualidades. Tenían muebles, cuadros y objetos antiguos muy interesantes. En la casa de Mari Pepa, en una esquina, sobre un pedestal, estaba la famosa Inmaculada de talla, estofada, con los pendientes de oro y brillantes, del siglo XVII, que tanto nos admiraba a los niños. En  la casa de Lalo recuerdo el reloj de pared en cuya esfera había un paisaje alemán pintado al óleo. En el paisaje, un edificio con una torre y, en la torre, un reloj. Pues bien, la verdadera esfera del reloj con sus manillas era el que estaba en la torre. (En la imagen, Luis Lapeña, Amparo Lapeña y Max ollado, delante de la puerta de acceso al edificio principal de la Granja).
En la parte  de la casa que habitaban Felisa y Antonia Tejada Peluffo vi y oí, por primera vez, tocar un piano.  Felisa y Lalo Tejada habían cursado la carrera de piano y hacían alarde de sus cualidades. Tenían muebles, cuadros y objetos antiguos muy interesantes. En la casa de Mari Pepa, en una esquina, sobre un pedestal, estaba la famosa Inmaculada de talla, estofada, con los pendientes de oro y brillantes, del siglo XVII, que tanto nos admiraba a los niños. En  la casa de Lalo recuerdo el reloj de pared en cuya esfera había un paisaje alemán pintado al óleo. En el paisaje, un edificio con una torre y, en la torre, un reloj. Pues bien, la verdadera esfera del reloj con sus manillas era el que estaba en la torre. (En la imagen, Luis Lapeña, Amparo Lapeña y Max ollado, delante de la puerta de acceso al edificio principal de la Granja).
Al fondo de la Granja, por lo que hoy es Avda. de la Diputación había un depósito de la empresa constructora “Cubiertas y Tejados” donde encerraban los camiones y tenían neumáticos amontonados. Un día, recuerdo, ardió todo aquello incrementándose el fuego con los neumáticos almacenados. Acudieron los bomberos de Jerez, con unos extintores de polvo blanco y, como estaba allí, porque acudió, como alcalde, don Luis Caballero, vestido de negro por el luto de su madre, Doña Carmen Noguera Jiménez (prima hermana de Juan Ramón Jiménez el poeta), los bomberos, sin darse cuenta, pusieron a don Luis todo blanco de espuma. Lo recuerdo como si fuera hoy.
Era interesantísimo, en la Granja, el sistema de regadío mediante acequias, cuando se abría la compuerta de la alberca.

En el porche de la casa, Amparo Lapeña, Carlitos y su madre, Teresa Lapeña en 1958.
Desde la Granja se oían las “alertas” de los Guardias Civiles que ocupaban las garitas del muro del Penal. Recuerdo a los Morchón (Olegario y Antonio, éste disminuido psíquico, que vivían en la casa calle San Sebastián, 3), a Luis Aranda (que cantaba rancheras), hijo del Director del Penal y a otros hijos de funcionarios del Penal que frecuentaban la Granja. Enfrente de la Granja, pegada al Penal había una casita –de la que se conservan todavía algunos muros, entre ellos el que ostenta el grafitti con el retrato de Manolo “El Polvorón”--, donde vivía una joven a la que llamaban “Tísca”, nombre rarísimo que me llamaba la atención, de la que no he vuelto a saber nada. Creo que era hija del Director del Penal y amiga de Felisa y Antonia Tejada.

Grafitti con el restrato de Manolo “El Polvorón”
De aquellas fechas data la famosa fuga de dos presos que, a punto de terminar sus condenas, tenían un régimen más flexible. Resultó que el Director del Penal tenía un SEAT 600 y, como los dos presos eran mecánicos, les encargó revisar el coche. Una vez que lo hicieron y lo pusieron a punto, como eran presos “de confianza”, le dijeron al Guardia de puerta que iban a probarlo. Así salieron tan tranquilamente por la puerta del Penal y hasta el día de hoy. Al cabo de una semana encontraron el SEAT 600 abandonado en un campo.

Edificio de viviendas existente en la actualidad, donde se encontraba la Granja San Javier.
Al final de la Victoria, frente al Penal y hasta, por lo menos, la gasolinera que hoy hay, existió una finca llamada “La Sericícola” con grandes líneos de moreras, una portada roja y blanca y una reja en la fachada. Al fondo del camino de moreras había una casa roja, que parecía de la época victoriana inglesa. Allí vivieron los Sancho.
[LA SERICÍCOLA O SERICÍCULA. Referente a la casa de ladrillos rojos que cita Luis Suarez en la finca conocida como “La Sericícula”, a la que acudíamos todos los niños de la década de los cincuenta a coger hojas de morera para alimentar a los gusanos de seda, fue en su día -desde 1912, concretamente- una Estación Agrícola estatal que recogía y publicaba diariamente datos meteorológicos e hidrológicos y realizaba cultivos experimentales. Ocupaba el cargo de director Felix Sancho Peñasco, que vivía en el pabellón que se cita, junto a su esposa francesa, Germaine Faraud. AGR.]
Más adelante, frente a la Granja, por la carretera de Jerez, estaba la Huerta de Enrique Romero Ortiz, Romerito el Gordo. Recuerdo, en El Puerto, otras huertas, con sus albercas y sus norias tiradas por un burrito al que le tapaban los ojos para que no se mareara. Recuerdo la Huerta de Quijano, frontera con la hoy Venta Millán, al otro lado de la vía, con sus dos albercas y la estancia con los terneritos a los que toreábamos. Y, a partir de la calle Valdés, las Huertas de Cuesta, del Granado, de Malacara, de Alcántara, de Ramón Vinagre, la de Susana, hasta llegar a Crevillet, por detrás de las bodegas y de Conservas Sur, donde estaba la Huerta de don Pantaleón Sánchez Robledo, esposo de Anastasia Sánchez-Cossío y Leal del Ojo, el Recreo de Don Rafael Fernández de Haro, el campo de fútbol y la fábrica de vidrio.

Dibujo realizado por Juan Jesús Nimo Ruiz-Herrera.
Me gustaría que Lalote Bermúdez Tejada, con nótula 419 en GdP, asidua lectora de esta página, aumentara con sus recuerdos muchas noticias de la Granja San Javier, donde vivió los años más felices de su vida. (Texto: Luis Suárez Ávila)

 
Francisco Vela Mariscal y José Benítez Díaz 'el Pili', en la Granja San Javier, para ellos, la Granja de Antonio Vela, durante el periodo de su explotación.
LOS VELA Y LA GRANJA.
Todos los que conocieron a mi abuelo Antonio Vela Aragón, dicen que desde ese 29 de mayo de 1944,  ya no era el mismo. La pérdida de su esposa, María Mariscal Muñoz lo sumió en una amargura, que no podía ni quería superar. Al parecer apenas iba por La Huerta (así la nombraba mi padre). Ese día 29 de junio de 1945, decidió recorrer esa tierra que tanto le había dado, pero que a la vez tanto le había arrebatado. Solo Dios sabe cuales fueron sus últimos pensamientos. Puede  que se despidiera de  la sonrisa de su mujer, de las risas de sus hijos al corretear por su querida huerta.
 (En la imagen de la izquierda, Antonio Vela Aragón, padre de Agustín Vela Mariscal, con nótula núm. 326 en GdP). De su pequeño José Luis, ese niño simpático  y travieso al que un mal día le regalaron esos peces de colores, que tanto le gustaban.  Y  por que no, de su Antoñito ese niño que quería ser mayor, y  que  afanosamente cuidaba  su propio huerto, que mostraba orgulloso, esperando la aprobación de su padre.  Ese pequeño huerto en el que mi abuelo  se postraba sin consuelo  y  que convirtió en su  Santuario. Tal vez pensó en  su obra, en ese día en que tomó la decisión de dejar su tierra --Chiclana-- y el  amparo de los suyos, para  construir su propio porvenir  y el de su recién estrenada familia. Supongo que  pensó en  el día  en que el Sr Hervias  y el se dieron ese apretón de manos, que sellaba el acuerdo. Hervias  conocía la integridad de Antonio Vela Aragón al ofrecerle,  que rentara la Huerta.  Mi abuelo asumió sus responsabilidades,  levanto y mantuvo la huerta con trabajo, sudor y lágrimas. La amistad  con el propietario  perduró  a través de los años,  De eso  doy fe. Tuvo que sentir un dolor muy agudo,  que le dejo sin voz para pedir ayuda.  Lo buscaron sin descanso  hasta que su hija Loreto, sintió un gemido. Estaba caído en esa tierra que tanto amó  y que hasta el último día de su vida consagró.  (Texto: María Jesús Vela Durán).
(En la imagen de la izquierda, Antonio Vela Aragón, padre de Agustín Vela Mariscal, con nótula núm. 326 en GdP). De su pequeño José Luis, ese niño simpático  y travieso al que un mal día le regalaron esos peces de colores, que tanto le gustaban.  Y  por que no, de su Antoñito ese niño que quería ser mayor, y  que  afanosamente cuidaba  su propio huerto, que mostraba orgulloso, esperando la aprobación de su padre.  Ese pequeño huerto en el que mi abuelo  se postraba sin consuelo  y  que convirtió en su  Santuario. Tal vez pensó en  su obra, en ese día en que tomó la decisión de dejar su tierra --Chiclana-- y el  amparo de los suyos, para  construir su propio porvenir  y el de su recién estrenada familia. Supongo que  pensó en  el día  en que el Sr Hervias  y el se dieron ese apretón de manos, que sellaba el acuerdo. Hervias  conocía la integridad de Antonio Vela Aragón al ofrecerle,  que rentara la Huerta.  Mi abuelo asumió sus responsabilidades,  levanto y mantuvo la huerta con trabajo, sudor y lágrimas. La amistad  con el propietario  perduró  a través de los años,  De eso  doy fe. Tuvo que sentir un dolor muy agudo,  que le dejo sin voz para pedir ayuda.  Lo buscaron sin descanso  hasta que su hija Loreto, sintió un gemido. Estaba caído en esa tierra que tanto amó  y que hasta el último día de su vida consagró.  (Texto: María Jesús Vela Durán). 

Josefa Gallego Vega y Juan Ruiz-Herrera Martín-Niño, en la Granja.
LOS RUIZ-HERRERA Y LA GRANJA.
El 7 de mayo de 1.962, Juan Ruiz-Herrera Martín-Niño, hortelano y Josefa Gallego Vega, regente de un puesto de verduras en la Plaza, compran a Antonia y Felisa Tejada Peluffo, en escritura ante el notario Castor Montoto de Sedas  la finca Granja o Recreo Nuestra Señora de los Dolores, en las inmediaciones del Paseo de la Victoria, con huerta, arbolado, caserío, pozo, que antes fue noria, con una portada a la carretera general y otra, al Egido, cercada en parte de vallados, tunas y rosales, y en otra alambrada de espino.
Estos datos se desprenden en las escrituras de aquellas fechas, donde se habla de los linderos, la carretera, camino del Hato de la Carne, Palmar de la Victoria, … Ruiz-Herrera compra desde la carretera que atraviesa la finca matriz hasta el cuartel de la Guardia Civil, no incluyéndose lo que fue la Venta del Molino.

Exterior de las estructuras abovedadas.

Interior de las estructuras, arreglándola para un club juvenil musical 'El Panteón'.
Tanto Juan como sus hermanos los Ruiz-Herrera Martin-Niño, nacidos en la Villa de Rota, llegaron a El Puerto y comenzaron la explotación de la Huerta El Granado, con lo que hoy llamaríamos ‘nuevas tecnologías’. Aplicaban además un enfoque distinto, cultivaban ellos mismos de forma diferente, pagando sueldos superiores al resto, lo que hizo tener los mejores colaboradores --permítasenos utilizar terminología actual--. A ello se unió la apertura de puestos de verduras en la Plaza, con lo que consiguieron llevar lo que producían, directamente a las manos del consumidor, sin intermediarios. Así fue como Juan Ruiz-Herrera y su mujer consiguieron los medios suficientes para adquirir la Granja San Javier, que éste comenzó a explotar, incorporando una explotación de ganado vacuno así como otras actividades complementarias.

 
			
		
		
		
	 Hipólito Sancho Mayi Díez de Aux-Sopranis (Sancho de Sopranis) nació en el número 21 de la calle Palma de nuestra ciudad, el 2 de marzo de 1893falleciendo el 17 de agosto de 1964 en su casa del número 26 de la calle Luna. Combinando los apellidos de sus ascendientess utilizó con frecuencia seudónimos y criptónimos, por los que ha sido ampliamente reconocido, siendo el más habitual entre todos ellos el de Sancho de Sopranis, aunque usaría los de Rafael de Ayraldo, Sancho de Melgar, Sopranis, Senex, Pedro Hisam, Cibo de Sopranis, Cibo d'ria... Con unos y otros firmaría casi medio millar de trabajos de investigación entre libros, artículos, colaboraciones en revistas y periódicos, etc.
Hipólito Sancho Mayi Díez de Aux-Sopranis (Sancho de Sopranis) nació en el número 21 de la calle Palma de nuestra ciudad, el 2 de marzo de 1893falleciendo el 17 de agosto de 1964 en su casa del número 26 de la calle Luna. Combinando los apellidos de sus ascendientess utilizó con frecuencia seudónimos y criptónimos, por los que ha sido ampliamente reconocido, siendo el más habitual entre todos ellos el de Sancho de Sopranis, aunque usaría los de Rafael de Ayraldo, Sancho de Melgar, Sopranis, Senex, Pedro Hisam, Cibo de Sopranis, Cibo d'ria... Con unos y otros firmaría casi medio millar de trabajos de investigación entre libros, artículos, colaboraciones en revistas y periódicos, etc. Ésta abarca amplios y variados temas, entre ellos los religiosos –él conocía como nadie la orden dominica y su historia-, las épocas medieval y moderna, la historia comarcal, sobre todo la de las ciudades de Jerez y El Puerto en las que acometió trabajos tan ingentes como la elaboración de una historia de las mismas; y también artísticos, aspectos este ultimo en el que destaca la organización de la muestra del museo de la catedral gaditana y su vinculación a la restauración del Castillo de San Marcos portuense, que él realizó junto a extensos estudios del edificio. También fue quién gestó y desarrolló las visitas a los monumentos jerezanos, tan populares y célebres por su contribución al acercamiento de la ciudad a sus habitantes y a los que otorgó un reconocido merito. (En la imagen de la izquierda, portada del libro de 'El Puerto de Santa María y el Descubrimiento de América, escrito con Rafael Barris y publicado en 1926. En la fotografía, facsímil publicado por la Academia de Bellas Artes 'Ssanta Cecilia' en 1992. Hubo que pedir un ejemplar a la Biblioteca Nacional de Madrid, al no  existir ninguno en las de la zona. Fue un homenaje y la recuperación de  un libro para los lectores de hogaño).
Ésta abarca amplios y variados temas, entre ellos los religiosos –él conocía como nadie la orden dominica y su historia-, las épocas medieval y moderna, la historia comarcal, sobre todo la de las ciudades de Jerez y El Puerto en las que acometió trabajos tan ingentes como la elaboración de una historia de las mismas; y también artísticos, aspectos este ultimo en el que destaca la organización de la muestra del museo de la catedral gaditana y su vinculación a la restauración del Castillo de San Marcos portuense, que él realizó junto a extensos estudios del edificio. También fue quién gestó y desarrolló las visitas a los monumentos jerezanos, tan populares y célebres por su contribución al acercamiento de la ciudad a sus habitantes y a los que otorgó un reconocido merito. (En la imagen de la izquierda, portada del libro de 'El Puerto de Santa María y el Descubrimiento de América, escrito con Rafael Barris y publicado en 1926. En la fotografía, facsímil publicado por la Academia de Bellas Artes 'Ssanta Cecilia' en 1992. Hubo que pedir un ejemplar a la Biblioteca Nacional de Madrid, al no  existir ninguno en las de la zona. Fue un homenaje y la recuperación de  un libro para los lectores de hogaño).
 A lo largo de su trayectoria profesional recibió Hipólito diversos premios, nombramientos y condecoraciones. Entre otros, le fue concedida la Medalla de Oro de la Ciudad de Melilla y obtuvo el nombramiento de miembro de la Orden de Mehdauía en Marruecos, etc… Igualmente fue miembro de Academias como la Real Hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz o la Real de Historia de las Bellas Artes de Sevilla, y tuvo una intensa y activa participación en la fundación y desarrollo del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, tarea esta en la que colaboró estrechamente con su fundador  Tomás García Figueras. Con este investigador jerezano le unían también temas de investigación, como los trabajos realizados en el Archivo de Jerez, su etapa africana y la publicación de sus trabajos en revistas como África o Mauritania, etc… Se relacionó asimismo con otros estudiosos como Rafael Barris, Juan de la Lastra Terry o Fernando Monguió Betcher, colaborando en ocasiones con alguno de ellos. (En la imagen de la izquierda portada del libro 'Alfonso X el Sabio y El Puerto de Santa María', editado en 1984, que recoge artículos dispersos de Sancho y que fue presentado por el invetigador y hoy director del Centro Municipal de Patrimonio Histórico, Javier Maldonado Rosso y la historiadora Mercedes García Pazos. Como afirmó Maldonado, 'A Hipólito Sancho le debemos el que sentase el conocimiento de este periodo de la historia de El Puerto sobre bases científicas).
A lo largo de su trayectoria profesional recibió Hipólito diversos premios, nombramientos y condecoraciones. Entre otros, le fue concedida la Medalla de Oro de la Ciudad de Melilla y obtuvo el nombramiento de miembro de la Orden de Mehdauía en Marruecos, etc… Igualmente fue miembro de Academias como la Real Hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz o la Real de Historia de las Bellas Artes de Sevilla, y tuvo una intensa y activa participación en la fundación y desarrollo del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, tarea esta en la que colaboró estrechamente con su fundador  Tomás García Figueras. Con este investigador jerezano le unían también temas de investigación, como los trabajos realizados en el Archivo de Jerez, su etapa africana y la publicación de sus trabajos en revistas como África o Mauritania, etc… Se relacionó asimismo con otros estudiosos como Rafael Barris, Juan de la Lastra Terry o Fernando Monguió Betcher, colaborando en ocasiones con alguno de ellos. (En la imagen de la izquierda portada del libro 'Alfonso X el Sabio y El Puerto de Santa María', editado en 1984, que recoge artículos dispersos de Sancho y que fue presentado por el invetigador y hoy director del Centro Municipal de Patrimonio Histórico, Javier Maldonado Rosso y la historiadora Mercedes García Pazos. Como afirmó Maldonado, 'A Hipólito Sancho le debemos el que sentase el conocimiento de este periodo de la historia de El Puerto sobre bases científicas).
 Impartió clases entre otros centros, en la Academia Poullet en la calle Cruces,  en el Instituto de Jerez y en el colegio los Marianistas de dicha ciudad; trabajó en el Archivo y Biblioteca Pública Municipal. Fue secretario General del alcalde de El Puerto, Antonio Rives Brest, en 1939. Cronista Oficial de El Puerto, por nombramiento de 13 de febrero de 1939, finalizando su vinculación con la instiución municiapl en enero de 1941. Fue el responsable de la imagen actual que presenta el Castillo de San Marcos y de su restauracion y hemos de señalar, además, que estuvo en los negocios de la vinatería, tan propios de El Puerto, en una aventura empresarial familiar, una de cuyas etiquetas mostramos en la imagen de la izquierda.
Impartió clases entre otros centros, en la Academia Poullet en la calle Cruces,  en el Instituto de Jerez y en el colegio los Marianistas de dicha ciudad; trabajó en el Archivo y Biblioteca Pública Municipal. Fue secretario General del alcalde de El Puerto, Antonio Rives Brest, en 1939. Cronista Oficial de El Puerto, por nombramiento de 13 de febrero de 1939, finalizando su vinculación con la instiución municiapl en enero de 1941. Fue el responsable de la imagen actual que presenta el Castillo de San Marcos y de su restauracion y hemos de señalar, además, que estuvo en los negocios de la vinatería, tan propios de El Puerto, en una aventura empresarial familiar, una de cuyas etiquetas mostramos en la imagen de la izquierda.


 HISTORIA DEL PUERTO DE SANTA MARÍA. Desde su incorporación a los dominios cristianos en 1259 hasta el año mil ochocientos. Ensayo de una síntesis.
HISTORIA DEL PUERTO DE SANTA MARÍA. Desde su incorporación a los dominios cristianos en 1259 hasta el año mil ochocientos. Ensayo de una síntesis. El libro IV, El Iluminismo, quizás el título menos afortunado tiene su inicio en la incorporación del Puerto a la Corona, coincidente con la estancia en la ciudad de la familia real de Felipe V, cuyos pormenores relata Sancho. No olvida Sancho en las páginas que dedica al siglo XVIII, efectuar un repaso a la vida religiosa de la ciudad. Parcas son en cambio las páginas dedicadas a la vida económica local, con las que remata la obra y que ofrecen un sumario testimonio de la roturación de alrededor de doscientas aranzadas de arenales para viñas, la ruina de las salinas y el desarrollo comercial. La síntesis de Hipólito Sancho se completa con unos nutridos apéndices dedicados a las magistraturas portuenses durante la Edad Moderna, que vienen acompañados de sendos índices onomástico y toponímico. (En la imagen, portada del libro, edición 2007).
El libro IV, El Iluminismo, quizás el título menos afortunado tiene su inicio en la incorporación del Puerto a la Corona, coincidente con la estancia en la ciudad de la familia real de Felipe V, cuyos pormenores relata Sancho. No olvida Sancho en las páginas que dedica al siglo XVIII, efectuar un repaso a la vida religiosa de la ciudad. Parcas son en cambio las páginas dedicadas a la vida económica local, con las que remata la obra y que ofrecen un sumario testimonio de la roturación de alrededor de doscientas aranzadas de arenales para viñas, la ruina de las salinas y el desarrollo comercial. La síntesis de Hipólito Sancho se completa con unos nutridos apéndices dedicados a las magistraturas portuenses durante la Edad Moderna, que vienen acompañados de sendos índices onomástico y toponímico. (En la imagen, portada del libro, edición 2007).
 Su padre, funcionario de Patrimonio Nacional, había sido detenido en su domicilio de San Lorenzo del Escorial por milicianos republicanos, y trasladado a Madrid. A partir de ese momento su madre, que también se traslada a la capital, no tendrá ya más noticias ciertas de su marido. (En la imagen, Antonio Alonso Sotillo, su padre).
Su padre, funcionario de Patrimonio Nacional, había sido detenido en su domicilio de San Lorenzo del Escorial por milicianos republicanos, y trasladado a Madrid. A partir de ese momento su madre, que también se traslada a la capital, no tendrá ya más noticias ciertas de su marido. (En la imagen, Antonio Alonso Sotillo, su padre). PICOLO: INFANCIA EN EL PUERTO.
PICOLO: INFANCIA EN EL PUERTO. Javier (en la imagen de la izquierda, vestido para la Primera Comunión) estudiará en El Puerto, hizo la primera comunión en las Carmelitas y en el Colegio de San José y San Estanislao,  donde tendrá como condiscípulos a Crespo, Rascón, Gonzalo Benjumeda, Borja Osborne Vázquez, … ; luego vendría el Colegio de El Palo (Málaga), donde cursa el bachiller para mas adelante trasladarse a Madrid a hacer lo que siempre quiso hacer, periodismo. “Siempre me gustó escribir”. Así obtiene el título de Periodismo en la Escuela Oficial de Madrid.
Javier (en la imagen de la izquierda, vestido para la Primera Comunión) estudiará en El Puerto, hizo la primera comunión en las Carmelitas y en el Colegio de San José y San Estanislao,  donde tendrá como condiscípulos a Crespo, Rascón, Gonzalo Benjumeda, Borja Osborne Vázquez, … ; luego vendría el Colegio de El Palo (Málaga), donde cursa el bachiller para mas adelante trasladarse a Madrid a hacer lo que siempre quiso hacer, periodismo. “Siempre me gustó escribir”. Así obtiene el título de Periodismo en la Escuela Oficial de Madrid. En septiembre de 1985 es contratado como subdirector por la Revista ¡Hola!, al año de fallecer su fundador, el rondeño Antonio Sánchez Gómez, donde ya lleva 25 años y, desde hace dos en las funciones de Director Adjunto. Recientemente, el 14 de julio pasado, ha fallecido Eduardo Sánchez Junco, hijo del fundador de la revista y, en la actualidad, continuando la saga familiar, el medio es dirigido, con gran éxito por su nieto Eduardo Sánchez Pérez, con la colaboración de sus hermanas Mamen y Mercedes, quienes tienen casa en El Puerto.
En septiembre de 1985 es contratado como subdirector por la Revista ¡Hola!, al año de fallecer su fundador, el rondeño Antonio Sánchez Gómez, donde ya lleva 25 años y, desde hace dos en las funciones de Director Adjunto. Recientemente, el 14 de julio pasado, ha fallecido Eduardo Sánchez Junco, hijo del fundador de la revista y, en la actualidad, continuando la saga familiar, el medio es dirigido, con gran éxito por su nieto Eduardo Sánchez Pérez, con la colaboración de sus hermanas Mamen y Mercedes, quienes tienen casa en El Puerto.




 ‘A MI MARIDO LO ASESINARON EN PARACUELLOS’.
‘A MI MARIDO LO ASESINARON EN PARACUELLOS’. 
 
 EL CORTEJO O LOS PALOMOS RATEROS.
EL CORTEJO O LOS PALOMOS RATEROS.
 PALOMAS AUTÓCTONAS.
PALOMAS AUTÓCTONAS. 

 En nuestra ciudad existen tres clubes de aficionados a este palomo: Los Bravos,  La Portuense y el Club deportivo Los Bravos que acumulan decenas de aficionados, amen de las personas que practican esta modalidad sin estar incluidos en asociación alguna y que se cuentan por cientos. (Cartel Certamen año 2009).
En nuestra ciudad existen tres clubes de aficionados a este palomo: Los Bravos,  La Portuense y el Club deportivo Los Bravos que acumulan decenas de aficionados, amen de las personas que practican esta modalidad sin estar incluidos en asociación alguna y que se cuentan por cientos. (Cartel Certamen año 2009).
 Cuando los redactores del proyecto arquitectónico de la plaza nos presentaron la idea nos pareció estupendo, y sin dudarlo estuvimos de acuerdo. Nuestra ciudad y el mar es una unión natural salpicada por la intervención  humana, de las que estos grabados forman parte de su Historia, pues ellos mismos son parte del Castillo o Fortaleza de Santa Catalina, conocido por la Gente del Puerto como Las Murallas.
Cuando los redactores del proyecto arquitectónico de la plaza nos presentaron la idea nos pareció estupendo, y sin dudarlo estuvimos de acuerdo. Nuestra ciudad y el mar es una unión natural salpicada por la intervención  humana, de las que estos grabados forman parte de su Historia, pues ellos mismos son parte del Castillo o Fortaleza de Santa Catalina, conocido por la Gente del Puerto como Las Murallas.




 PARTIDA DE JUAN DE LA COSA.
PARTIDA DE JUAN DE LA COSA.





 INSCRIPCIONES.
INSCRIPCIONES. MARCAS Y SIGNOS.
MARCAS Y SIGNOS.
 Los padres de Antonio Camacho Caballero (1901-1991), fueron Miguel Camacho Soldado y Josefa Caballero Muñoz originarios de Iznájar (Córdoba). Quedó huérfano de padre siendo muy niño. Junto  con su hermana Aurora --unos años mayor-- y su madre se vinieron a El Puerto a vivir con el hermano mayor  --Juan-  20 años mayor que él.
Los padres de Antonio Camacho Caballero (1901-1991), fueron Miguel Camacho Soldado y Josefa Caballero Muñoz originarios de Iznájar (Córdoba). Quedó huérfano de padre siendo muy niño. Junto  con su hermana Aurora --unos años mayor-- y su madre se vinieron a El Puerto a vivir con el hermano mayor  --Juan-  20 años mayor que él. COMESTIBLES LA DIANA. EL BAR Y LAS BICICLETAS.
COMESTIBLES LA DIANA. EL BAR Y LAS BICICLETAS.


 SAN SEBATIÁN, 5.
SAN SEBATIÁN, 5.  Con el paso de los años fueron desapareciendo el bar, las bicicletas y los taxis quedando solo el almacén de La Diana que fue traspasado a Isidro Gómez Recalde en el año 1960. En esta fecha el propietario de la finca y almacén era Doña Quintina Caballero, santanderina, posiblemente descendiente de Marcelino Aguaro. En la actualidad el establecimiento es propiedad de José Joaquín Sánchez Sena, quien primero por traspaso de Isidro Gómez Recalde y luego adquiriéndolo, pasó a ser de su propiedad, como ya se ha indicado.
Con el paso de los años fueron desapareciendo el bar, las bicicletas y los taxis quedando solo el almacén de La Diana que fue traspasado a Isidro Gómez Recalde en el año 1960. En esta fecha el propietario de la finca y almacén era Doña Quintina Caballero, santanderina, posiblemente descendiente de Marcelino Aguaro. En la actualidad el establecimiento es propiedad de José Joaquín Sánchez Sena, quien primero por traspaso de Isidro Gómez Recalde y luego adquiriéndolo, pasó a ser de su propiedad, como ya se ha indicado.  El día 26 de Diciembre de 1931 da parte de baja al Ayuntamiento motivando la baja por avería en el motor. Este vehículo fue trasladado más tarde al garaje de la casa núm. 5 de la calle San Sebastián --casa natal de su esposa María Teresa-- donde permaneció inactivo hasta el año 1952 en que fue transformado en la furgoneta conocida como el “coche o forito de La Diana”. (Antonio Camacho y su mujer, en el interior de 'La Diana').
El día 26 de Diciembre de 1931 da parte de baja al Ayuntamiento motivando la baja por avería en el motor. Este vehículo fue trasladado más tarde al garaje de la casa núm. 5 de la calle San Sebastián --casa natal de su esposa María Teresa-- donde permaneció inactivo hasta el año 1952 en que fue transformado en la furgoneta conocida como el “coche o forito de La Diana”. (Antonio Camacho y su mujer, en el interior de 'La Diana'). Este vehículo tiene su historia: Conocido como el ‘Forito de la Diana’, fue inscrito con placa provisional para pruebas num. TO 50035 el 10 de Noviembre de 1925 a nombre de Don Roberto Osborne domiciliado en Sevilla y matriculado posteriormente el 25 octubre 1926. Sus posteriores propietarios fueron: Don Ignacio Osborne Vázquez, Doña Angeles Campos Caro y por último Don Emilio Romero Aranda  --todos de El Puerto-- siendo éste último el titular a partir del 12 de Noviembre de 1946 quien lo transfirió a Doña María Teresa García Rodríguez, convertido en furgoneta y con motor sustituido por el perteneciente al Ford Matrícula SE 2719 que, según hemos dicho más arriba, permanecía encerrado en el garaje de la casa numero 5 de la calle San Sebastián desde el 26 de Diciembre de 1931, dando origen –repetimos- a la furgoneta conocida como el “coche de La Diana”. (En la imagen, Antonio Camacho al volante de uno de sus coches de pedales y a su derecha Juanín Barcala, íntimo de Camacho y quien le acompañó a una Feria a Córdoba con dichos vehículos).
Este vehículo tiene su historia: Conocido como el ‘Forito de la Diana’, fue inscrito con placa provisional para pruebas num. TO 50035 el 10 de Noviembre de 1925 a nombre de Don Roberto Osborne domiciliado en Sevilla y matriculado posteriormente el 25 octubre 1926. Sus posteriores propietarios fueron: Don Ignacio Osborne Vázquez, Doña Angeles Campos Caro y por último Don Emilio Romero Aranda  --todos de El Puerto-- siendo éste último el titular a partir del 12 de Noviembre de 1946 quien lo transfirió a Doña María Teresa García Rodríguez, convertido en furgoneta y con motor sustituido por el perteneciente al Ford Matrícula SE 2719 que, según hemos dicho más arriba, permanecía encerrado en el garaje de la casa numero 5 de la calle San Sebastián desde el 26 de Diciembre de 1931, dando origen –repetimos- a la furgoneta conocida como el “coche de La Diana”. (En la imagen, Antonio Camacho al volante de uno de sus coches de pedales y a su derecha Juanín Barcala, íntimo de Camacho y quien le acompañó a una Feria a Córdoba con dichos vehículos). José María Cruz García, ‘el Chico’, escribió en abril de 1993, además de los recuerdos de su infancia, los tristes memorias del inicio de la Guerra Civil, vividos por un adolescente con apenas 12 años.
José María Cruz García, ‘el Chico’, escribió en abril de 1993, además de los recuerdos de su infancia, los tristes memorias del inicio de la Guerra Civil, vividos por un adolescente con apenas 12 años.
 LA CASA DONDE NACÍ.
LA CASA DONDE NACÍ.

 LA FONDA DE LA ESPADA.
LA FONDA DE LA ESPADA.



 Mi maestro, Don Ángel Madrigal también fue fusilado y casi todos los  maestros nacionales:  la mayoría pertenecían a la República. Como  aquellas fechas eran muy malas, como ya digo, mi tío José el padre de  Jochele ya no podía trabajar estaba enfermo de los pulmones, mi tía ya  no tenía trabajo en la Fábrica de Conservas y mi tío Manolo también se  quedó parado así que no podíamos pagar la casa y nos echaron a la calle.
Mi maestro, Don Ángel Madrigal también fue fusilado y casi todos los  maestros nacionales:  la mayoría pertenecían a la República. Como  aquellas fechas eran muy malas, como ya digo, mi tío José el padre de  Jochele ya no podía trabajar estaba enfermo de los pulmones, mi tía ya  no tenía trabajo en la Fábrica de Conservas y mi tío Manolo también se  quedó parado así que no podíamos pagar la casa y nos echaron a la calle. Subieron a la azotea y vieron un cordel por donde se echó a la casa de junto y allí lo detuvieron. Le dieron una paliza brutal y de inmediato fue fusilado: el único pecado que cometió fue ser del Sindicato. (En la imagen de la izquierda, Manolo 'el Silva').
Subieron a la azotea y vieron un cordel por donde se echó a la casa de junto y allí lo detuvieron. Le dieron una paliza brutal y de inmediato fue fusilado: el único pecado que cometió fue ser del Sindicato. (En la imagen de la izquierda, Manolo 'el Silva').

 Mi pregunta es la siguiente: ¿que sangre tiene un hermano que por tener ideas diferentes quiera matar a su propio hermano? Este hombre se va  a ‘Los Leones de Rota’
Mi pregunta es la siguiente: ¿que sangre tiene un hermano que por tener ideas diferentes quiera matar a su propio hermano? Este hombre se va  a ‘Los Leones de Rota’





 Gracias al Papa Alejandro VI, que impulsó la exportación a Italia, ya que ennobleció con damascos, brocados y tisúes su residencia, mantiendo el gusto de realzar con ornamentos la pomposidad de las ceremonias.
Gracias al Papa Alejandro VI, que impulsó la exportación a Italia, ya que ennobleció con damascos, brocados y tisúes su residencia, mantiendo el gusto de realzar con ornamentos la pomposidad de las ceremonias. Solamente el Obispo se negó a venir a decir la Misa de 8, que la concelebraron muchos sacerdotes portuenses. Sin embargo, vino el Arzobispo Metropolitano a la Función y todos aplaudieron el gesto popular de obsequiar en su aniversario a la Patrona. Un trozo de tela del manto expuesto en una Exposición Internacional de Gremios consiguió, para los Miralles, la Medalla de Oro y, desde entonces, los Miralles se han hecho devotísimos de la Patrona y la han colmado de regalos. Quede escrito. (Texto: Luis Suárez Ávila).
Solamente el Obispo se negó a venir a decir la Misa de 8, que la concelebraron muchos sacerdotes portuenses. Sin embargo, vino el Arzobispo Metropolitano a la Función y todos aplaudieron el gesto popular de obsequiar en su aniversario a la Patrona. Un trozo de tela del manto expuesto en una Exposición Internacional de Gremios consiguió, para los Miralles, la Medalla de Oro y, desde entonces, los Miralles se han hecho devotísimos de la Patrona y la han colmado de regalos. Quede escrito. (Texto: Luis Suárez Ávila).

