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Este artículo de opinión ha sido publicado originalmente en la sección de Opinión en el periódico 'El Mercantil Valenciano', en su versión en internet: www.levante.emv.com,  firmado por Joaquín Rábago.

Permítanme que les hable hoy de El Puerto. Me refiero por supuesto a El Puerto de Santa María, la ciudad de “los cien palacios”. Una ciudad con un espectacular castillo mandado edificar por el rey sabio sobre el solar de una antigua mezquita en pleno centro, propiedad hoy de una bodega, y numerosas casas de cargadores a Indias con sus pintorescas torres vigía. Lugar estrechamente vinculado también a las gestas colombinas y donde el piloto de la Santa María, Juan de la Cosa, realizó en 1500 el primer mapamundi que incluye los territorios hasta ese momento descubiertos de América.

La entrada de la Fundación Alberti, de incierto futuro.

Una ciudad cantada por Rafael Alberti, el de “La Arboleda Perdida”, y asociada a otro gran poeta andaluz y universal, Juan Ramón Jiménez, que estudió también aquí con los jesuitas. Y antes que a ellos , a la escritora romántica Cecilia Böhl de Faber, que firmó como Fernán Caballero, y cuyo padre, Juan Nicolás, fue, además de notable hispanista, cónsul honorario de la Liga Hanseática. O al autor de “Cuentos de la Alhambra”, el estadounidense Washington Irving, a quien hay dedicada una placa en la casa donde se alojó.

Las piedras se caen de la Iglesia Mayor Prioral.

¿No tiene esa ciudad – gastronomía aparte- todos los activos para ser un auténtico imán del turismo nacional e internacional? Pues ¡desengáñense!. El Puerto es hoy una imagen de desidia colectiva. Algunos de los palacios de los cargadores a Indias se encuentran en estado de abandono cuando no amenazan ruina. Las piedras se caen de su espectacular iglesia prioral.

El centro, en parte peatonalizado, parece a ciertas horas del día una ciudad fantasma, situación agravada por la apertura de grandes centros comerciales en las cercanías. En los lugares más emblemáticos de la ciudad sólo hay abierto algún bar de aspecto un tanto cutre. Y la plaza frente al castillo o el paseo del río Guadalete, a la altura de los muelles donde atracan los barcos de pesca, están totalmente desaprovechados para el turismo.

La Placilla, otrora el centro vital de El Puerto. /Foto: Fito Carreto.

Cuando uno pregunta a los vecinos y comerciantes, la queja es unánime. El centro de la ciudad está muriendo. Cierran los comercios y no abren nuevas tiendas capaces de atraer a una clientela joven. Las casas palacio, muchas de ellas compradas, según cuentan, en los años previos a la burbuja inmobiliaria a las viejas familias propietarias con exclusivos fines de especulación, resultan inasequibles para los jóvenes, que se ven obligados a irse a vivir a barriadas lejos del centro, lo cual contribuye a la decadencia de este último.

Pintadas en el Convento de las Comendadoras del Espíritu Santo.

Restaurar una casa antigua o pintar simplemente una fachada desconchada exige, según se quejan los comerciantes y miembros de algunas cofradías, un oneroso papeleo burocrático y sumas de dinero que muy pocos quieren afrontar. Y es notorio que unas pintadas atraen siempre otras nuevas y el deterioro no hace sino agravarse.

Muelle de los catamaranes en El Puerto.

El Puerto está unido a Cádiz por un excelente servicio de catamaranes y la travesía de la bellísima bahía es una experiencia siempre placentera. Pero hay un problema: el último catamarán sale de Cádiz con dirección a El Puerto a las diez de la noche y el último tren, diez minutos más tarde, por lo que si uno asiste a un espectáculo en el teatro Falla o a cualquier otro acto por la tarde, tendrá que ir en coche o regresar en taxi. ¿No tendría sentido que hubiera un último servicio por barco a las once o doce de la noche aunque el precio del billete fuese , por ejemplo, el triple de la tarifa normal? Sería en cualquier caso más barato que la gasolina empleada en el viaje particular y el necesario aparcamiento en Cádiz y lo agradecería además el castigado medio ambiente.

Pintadas en la Plaza del Castillo, delante del emblemático edificio y de la Oficina de Turismo.

¿Cómo es posible, se pregunta uno, tanta falta de imaginación, por decirlo suavemente, en las autoridades y tanta falta de orgullo y, por el contrario, desidia y resignación colectivas entre los vecinos de una ciudad que, con tal de que se lo propusiera realmente, podría ser puntera en turismo? ¿No es un ejemplo muy elocuente de lo que falla en nuestro país? (Texto: Joaquín Rábago).

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Rafael de la Riva Nicolau nació en 1862 y aunque no puedo precisar la fecha de su muerte, es mi objetivo dar a conocer a los lectores de GdP las buenas acciones y el talante liberal que presidió la vida plena de vocación --un sacerdote de la medicina-- de este respetable y olvidado paisano que dirigió de forma ejemplar y admirable  durante varios años, en el tránsito de del siglo XIX al XX,  el  Hospital Municipal.

SUCESORES EN SUDAMÉRICA.
Fueron sus padres, Felipe De la Riva Yela, un indiano guatemalteco descendiente de hijosdalgos cántabros, establecido en nuestra Ciudad mediado el siglo XIX, cuando apenas contaba 27 años, dedicado al negocio de la vinatería. Enviudó joven y contrajo segundas nupcias con Victorina Nicolau Chevasco, la hija mayor de un prestigioso abogado de origen catalán pero asentado desde hacía décadas en nuestra ciudad, donde nacieron todos sus hijos.  Tenía Felipe De la Riva dos hijos de su primer matrimonio, Amelia y Luis De la Riva Ruiz, este último nacido en El Puerto.

La hembra se crió con la familia de Guatemala y el varón se mantuvo con el padre hasta los quince años de edad, cruzando el Atlántico en busca de mejor fortuna, como tantos jóvenes de su edad. Un detalle bastante emotivo de este emigrante portuense medio hermano del personaje que estamos refiriendo, fue el hecho de que, cuando montó un negocio propio en 1886 de vinatería y abarrotería, término este –abarrote- equivalente en Guatemala y Panamá al empleado en nuestra tierra para el suministro de artículos de abasto, provisiones y víveres, le puso por nombre “El Guadalete”. Sus sucesores mantienen en la actualidad un complejo empresarial denominado “De la Riva Hermanos” que engloba empresas editoras, de diseño, distribución, publicidad y artículos de joyería. /En la imagen de la izquierda, caricatura de Luis de la Riva, ya mayor, publicada en la prensa de Guatemala.

CÓLERA MORBO.
Nada mejor para conocer la personalidad de Rafael De la Riva que la opinión de sus contemporáneos. De una semblanza publicada en la Revista Portuense del 12 de marzo de 1897, entresacamos algunos fragmentos: «Rafael De la Riva Nicolau es uno de los más ilustrados facultativos de la generación actual, y lo es más aún por sus arraigadas creencias médicas. No muy sobrado de recursos, hizo la carrera a fuerza de gran energía y constancia. En el año en que estaba a punto de terminar sus estudios, cuando el cólera morbo hacía bastantes estragos en Cádiz y se cebaba tan terrible epidemia en los infelices alienados del Manicomio Provincial, De la Riva solicitó y obtuvo un puesto de honor en tan caritativo establecimiento y, luchando en desventajosísimas condiciones, salvó de las garras de la muerte a muchos de aquellos desgraciados. Su notable conducta en los tres meses de aislamiento y sacrificio voluntario fue recompensada por la Diputación con el título de Licenciado en Medicina, libre de gastos, siendo propuesto para la Cruz de Beneficencia. Cuando estudiaba en Cádiz era siempre el obligado cabeza de motín, el que arengaba a los compañeros, el “leader”, el orador de confianza de la Facultad. Actualmente, que ostenta título tan preciado como el de Director del Hospital de San Juan de Dios, puede considerársele, sin exagerar, como un brillante cirujano. Reúne admirable destreza y enorme sangre fría… antes de operar, estudia y lee mucho… Muchas madres lo bendicen, al obtener la exclusiva para la aplicación en El Puerto del suero antidiftérico Behring…  Debió ser abogado: causas especiales le hicieron variar el rumbo de sus estudios… habría sido de los de buena cepa, pues le viene de casta. Demócrata convencido, sus ideales le han causado graves disgustos en distintas ocasiones. Escritor distinguido, polemista hábil, es temido como adversario en la prensa y en las tribunas».

Plácido Navas Villasclaras, médico que fue de la Plaza de Toros, con bigote, a la izquierda de la imagen. El tercero por la derecha, en primera fila, Enrique Máiquez Adán, también médico y abuelo de Enrique, José María y Consuelo García Máiquez. No conseguimos ubicar en la imagen a Rafael de la Riva.

CIRUJANO EJEMPLAR Y DEMÓCRATA.
Elogian en la semblanza su profesionalidad y brillantez. Sirva como botón de muestra la operación que practicó en el verano de 1894 en el Hospital Municipal, asistido por los médicos forenses Manuel Medinilla y Plácido Navas,  extrayendo un proyectil alojado en el cráneo desde hacía ocho años a un excombatiente.

FEDERICO RUBIO.
En 1900, el año en que moría el siglo XIX y nacía el XX, nuestro paisano Federico Rubio Galy, al que no quedaban muchos meses de vida,  gozaba de un merecido reconocimiento de todos los estamentos sociales por sus aportaciones científicas y humanísticas, recibiendo múltiples elogios y homenajes en numerosos lugares de la nación. Menos en su tierra natal, a lo que parece, pues en esa fecha, concretamente el 26 de junio de ese año, un paisano y colega, médico y cirujano también, firmaba en la Revista Portuense un artículo a él dedicado titulado “Honor y Caridad”. El autor,  Rafael de la Riva Nicolau y en él alertaba de la inminente visita a Cádiz del sabio doctor, proponiendo fuesen al andén de la estación, a su paso por esta, para honrarle y saludarle, una comisión municipal a la que se agregasen los médicos y vecinos que lo tuviesen a bien. Igualmente, apuntaba la idea de colocar una lápida conmemorativa en la casa en la que nació y destacaba en el amplio contenido de su colaboración en el periódico local sus virtudes y méritos profesionales: «Todos los que han tenido como yo el honor de tratar a don Federico, saben perfectamente que lo de ejercer y predicar la honradez profesional constituye en él una preocupación constante, casi una obsesión… no deja pasar momento propicio para predicar que seamos siquiera buenos los que apenas podemos ser científicos». /En la imagen de la izquierda, Federico Rubio.

...continúa leyendo "1.418. RAFAEL DE LA RIVA NICOLAU. Cirujano y humanista."

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En Junio de 1981, pocos meses después de que Tejero intentase un nuevo golpe de Estado, y con él acabar de un plumazo con el esfuerzo de un país por levantarse y adaptarse a los nuevos tiempos de democracia, tras una larga etapa tenebrosa de dictadura nace el día 6 del citado mes en El Puerto de Santa María Indalecio Ortiz Peinado. En la primera planta del hospital conocido como Frontela. Es el menor de tres hermanos Marilo y Germán, siendo el mas pequeño: ladiferencia de edad con ellos es de 14 y 11 años respectivamente.

«--Tengo  ganas de vivir en aquel El Puerto de Santa María que era referencia turística a nivel nacional y que no recuerdo por mi corta edad. Ese Puerto de grandes discotecas, grandes eventos, grandes concierto y corridas de toros que  sólo conzoco por lo que mis hermanos mayores, padres, tíos y amistades con cierta edad me cuentan».

A UN AÑO DE NARANJITO.
España se preparaba para, en vuelta de un año escaso, celebrar un acontecimiento deportivo tan importante como es un campeonato mundial de fútbol en el que Naranjito caló en todos los españoles, incluso él le tiene afecto y apenas tenía un año cuando todo esto sucedía.

LOS EMPAPELAOS.
Se crió en los pisos de “Los Empapelaos” junto al colegio Luisa de Marillac y frente a la barrida de “Malacara”. Allí pasó sus primeros 7 años de vida. Entre esta barriada y la Calle San Juan donde, en el número once, vivían sus ya malogrados abuelos:  José Peinado González “El Chico” y María Matiola Selma, desde allí absorbió aquello que el llama “El Puerto Puro”. Escuchar desde el patio de vecinos de su abuela las campanadas de la Iglesia Mayor dando las horas, mientras se come una “tostá” con manteca “colorá” y azúcar, es algo que a los treinta años sigue teniendo presente en su vida e incluso le emociona recordar. Salir a pasear con su abuelo por los alrededores y tardar un rato en andar 20 metros porque todo el mundo se conocía, se saludaba, se paraba a hablar contigo y en definitiva interactuaban dentro de lo que debe ser una vida en sociedad. Hoy no sabemos quien vive puerta con puerta ni nos importa.

ENTRE EL PUERTO Y LA LÍNEA.
Criado en una familia en la que se mezclaba lo portuense y lo linense, su madre María Peinado Matiola nació el 12 de Febrero de 1944 en El Puerto y su padre Francisco Ortiz López el 21 del mismo mes de 1942 en La Línea de la Concepción. Aunque Indalecio ha conocido a su padre como un portuense más debido a los años que lleva aquí afincado, y debido a que también su padre era de aquí. No tuvo la oportunidad de conocer a ninguno de sus abuelos paternos ya que ambos fallecieron incluso antes de que sus padres contrajeran matrimonio. Su padre, a pesar de sentirse portuense de adopción, no ha parado de contarle las cosas innovadoras que traía de La Línea a El Puerto cuando era joven. Esto se debía a su cercanía con Gibraltar y a la influencia del Reino Unido en los pueblos de la comarca del Campo de Gibraltar.

EL COLEGIO.
Indalecio, por cierto llamado así en honor a su abuelo y tío mayor paterno, cursó hasta 1º de la olvidada E.G.B. en los Jesuitas Colegio San Luis Gonzaga pero por motivos laborales sus padres decidieron mudarse a la vecina urbanización de Valdelagrana. Hoy es una parte más de El Puerto, pero hace 23 años para él fue como si emigrase a otra ciudad. Dejó compañeros de juego en la calle, colegio y tuvo que empezar una nueva etapa en su vida. Hizo nuevas amistades, nuevos compañeros de pupitre en el Colegio Público de Valdelagrana, del que hoy sus sobrinos son alumnos.

...continúa leyendo "1.415. INDALECIO ORTIZ PEINADO. Emprendedor hostelero y periodista."

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Juan Galarza Cabrera nació en El Puerto de Santa María en 1932, aunque está afincado en Tenerife desde los dos años de edad adonde se fue su padre, exportador de frutas y verduras. Posee una carrera de más de medio siglo dedicada a la mayoría de las artes plásticas. La docencia, el cartel, la caricatura, la escenografía, el pergamino o el dibujo publicitario son sólo algunas de las disciplinas en las que ha trabajado, pero es sin duda como acuarelista donde se encuentra el eje de su trayectoria vital y profesional. Profesor de Dibujo por la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla, perito mercantil y miembro de número de las agrupaciones de acuarelistas de México, Canarias y Cataluña, el artista forma parte también de la Agrupación Vanguardista Hispana de Caricaturistas Personales.

1932.
En 1932, año del nacimiento de nuestro protagonita, recoge el investigador Antonio Gutiérrez que "el gobierno de la II República dictó diferentes normas y decretos tendentes a la normalización laica del Estado, que pasaría de confesional a laico, suprimiendo ayudas, desvinculando la iglesia de la enseñanza y otros espacios civiles que se encontraban bajo la influencia clerical. Ese año se subleva en Sevilla contra la República, el General Sanjurjo. En El Puerto era alcalde Francisco Tomeu Navarro.  El 2 de febrero, las autoridades provinciales y locales, cumpliendo con el decreto de disolución y confiscación, procedían a clausurar el Seminario de los Jesuitas y la Casa de Ejercicios de ‘La Inmaculada’. Esta decisión trajo paro a la ciudad y perdida económica para los comercios que vivían de abastecer y servir a la Orden. Lo mismo ocurrirá en Semana Santa, al suspender las propias  hermandades de penitencia los desfiles procesionales, ante el enrarecido ambiente que se vivía. Los bares y comercios, e industrias auxiliares que vivían de las procesiones, se quejaron de la pérdida de oportunidad de negocio al desaparecer los desfiles".

Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia. 1932. Reparto de pan y comestibles del catecismo parroquial, costeado por el Ayuntamiento y el benefactor Elías Ahuja y Andria (ver nótula núm. 634 en GdP).

El Casino Portuense se mudaba a la calle Larga. ‘El Kiosko del Chico’, en el Parque Calderón,  se anuncia en la Revista Portuense ofreciendo sus afamados chocolates y buñuelos. La Antigua de Cabo era ya un asentado restaurante próximo a la Playa de la Puntilla. Muñoz Seca estrenará en Madrid, ‘El corzo,  ‘Marcelino fue por vino’, ‘¡Te quiero Pepe y ‘La Oca’ mientras Rafael Alberti. Se tardaba 45 minutos en tren omnibus, en el trayecto entre El Puerto y Cádiz. Se produce una transición en la presidencia del Racing Club Portuense: Genaro González dará paso a Bartolomé Sánchez Bela.

Carteles de Juan Galarza: Rally, Fiestas de Invierno, Carnaval, ...

EL CARNAVAL DE STA. CRUZ DE TENERIFE.
Hablar del cartel del Carnaval en Tenerife es hablar de Juan Galarza Cabrera. Pocos como él han sabido convertir, y resumir, en un cartel la esencia de esta fiesta a los largo de varias décadas. Suyos son los más recordados por muchos chicharreros, sobre todo, aquellos que contienen las imágenes que vienen a la cabeza cuando se piensa en Carnaval; sus arlequines, sus dibujos cuidados al detalle, sus canarios… Solo Juan Galarza puede presumir de haber hecho no solo el primer cartel en 1962; sino, además, ser el autor del primer programa, un no cartel en 1961, que dio inicio a las Fiestas de Invierno. Su vinculación con la fiesta va más allá, ya que firmó innumerables programas de las recordadas piñatas del Centro de Iniciativas Turísticas o afiches para marcas comerciales.

Hasta llegar a 2008, Galarza había realizado un largo recorrido carnavalero. A aquel programa de 1961, le siguieron ocho carteles oficiales más (1962, 1963, 1964, 1968, 1978, 1980, 1981 y 2008), aunque hay muchos otros no oficiales que siguen presentes en el recuerdo de los carnavaleros. /En la imagen de la izquierda, mostrando la distinción que recibió en el homenaje que le tributaron en 2008 junto a Harry Beuster.

CARICATURISTA
Galarza hizo sus primeros bocetos para matar el aburrimiento de las clases de Comercio. Se sentía atraído por la obra de Paco Martínez. Así fue como Galarza comenzó a dibujar más y más. Mientras tanto, su padre, conoció al conocido caricaturista Harry Beuster y le pidió que le diera una opinión sobre las caricaturas de su hijo.  Al ver sus obras, los maestros de entonces lo alentaron a seguir dibujando. Poco después, la Agrupación Vanguardista Canaria de Caricaturistas Personales (AVCCP),  convocó un concurso de caricaturistas noveles.  Galarza se presentó con una caricatura de un profesor suyo, el matemático Arístides Ferrer, que aparece con la cara convertida en la ventanilla de un banco y su pelo rizado y voluminoso, totalmente poblado de números. Con esta representación, Juan Galarza obtuvo el primer premio

MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
Colaboró desde los años 60 con El Día, Deportes 7 Islas y Jornada Deportiva, entre otras publicaciones. Además, en 1981 concurrió al Salón de Dibujo Deportivo Humorístico de Ancona (Italia), donde se hizo con la Medalla de Plata. Más adelante, en 1989, participó en la primera edición del Certamen Internacional de Humor convocado por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, donde se llevó el tercer premio. Hasta 2005, Juan Galarza continuó dedicado al mundo de la caricatura, con la publicación de sus obras en La Opinión de Tenerife. Anteriormente había realizado trabajos para el semanario Azul y Blanco y para La Gaceta de Canarias. /La organización de la Vuelta Atlética a Tenerife rendirá homenaje a Juan Galarza, el artista que ha elaborado los carteles de la ronda durante la última década. En la imagen, el cartel de 2004.

… Disfrutaban de un tranquilo y agradable viaje del que nadie podría imaginar lo que en pocos días les esperaba...

A las 23.40 de la noche del 14 de abril de 1912, tras cuatro días desde que  partieran  de Southampton, Inglaterra con destino a Nueva York y habiendo hecho escala en Chemburgo, Francia y en Queenstone, Irlanda, uno de los vigías de guardia esa noche, Frederick Flees, divisó, a 500 metros, la presencia imponente de un iceberg con una altura aproximada de unos 30 metros. De nada sirvieron los desesperados intentos de no colisionar con el “gigante de hielo”.

         Instantánea del iceberg que provocó el hundimiento del 'Titanic'.

Hoy se cumplen 100 años  de este trágico y horrible suceso que conmocionó a millones de personas y que aún hoy en día sigue sin dejar indiferente a cualquiera.

A continuación podrán leer una serie de artículos pertenecientes a la “Revista Portuense” y por los que, los ciudadanos de El Puerto de Santa María de aquel año de 1912, fueron informados de tal inquietante naufragio:

...continúa leyendo "1.350. EL NAUFRAGIO DEL TITANIC. Contado por la Revista Portuense"

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El sábado día 30 de marzo, hace escasamente una semana, se cumplió el vigésimo quinto aniversario de la desaparición del pesquero portuense “Calpe Quintans” en las costas de Marruecos, al noroeste de las Islas Canarias. Nueve desaparecidos, un muerto y dos supervivientes es el triste balance del naufragio sufrido por el pesquero, tragedia que aún se recuerda en El Puerto. El alcalde de El Puerto, a la sazón Juan Manuel Torres Ramírez (con nótula num. 827 en GdP), declaraba la jornada del martes 31 de marzo de 1987 ‘Día de Luto’ por la tragedia. En la imagen, naufragio de Pesuta. /Foto Gary Nylander.

En 1987 el penúltimo día de marzo era un lunes. Al norte de Marruecos a bastantes millas de Casablanca, naufragó y se hundió el pesquero “Calpe Quintans” del que sobrevivieron dos, de los doce tripulantes que iban enrolados. No es nada agradable rememorar el naufragio de una embarcación y todavía menos cuando lleva implícito la perdida de 10 vidas humanas. En naufragio del pesquero portuense “Calpe Quintans”, hizo emerger una frontera a partir de la cual la seguridad fue un factor a tener en cuenta. Tras el tiempo transcurrido desde aquel siniestro y a pesar de la cantidad de medios desplegados en materia de seguridad, las tragedias marítimas continúan sucediéndose en nuestra geografía. La perdida irreparable de los 10 tripulantes del Calpe Quintans” no ha servido para evitarlas…


IN MEMORIAM
El ‘Calpe Quintans’ era un motopesquero de madera, de cien toneladas de registro bruto, construido en 1972. Los armadores, Hermanos Morató Martínez, llevaban enrolado en la tripulación a Pedro Morató Blanquer, hijo de Francisco Morató Martinez, siendo el otro socio armador el patrón de Pesca, Miguel Navarro. Este es el rol de la embarcación:

Miguel Navarro Moran, "Fanguito", patrón de Pesca
Pedro Morato Blanquer, técnico de Pesca
José Adán López, "Gordito", segundo Mecánico
Antonio Robles Cairon, engrasador
Manuel Calatayud Ojeda, contramaestre
Eduardo Jiménez Ruiz, cocinero
José Borga Pérez, nevero
José Luis Lara Rodríguez, nevero
Ángel Anaya Pecho, nevero
Ramón Arana Pino, marinero

Supervivientes: El primer mecánico, Manuel Julián Sempere, "Santapolero" y el marinero Ángel Pedro García Serrano, que luego trabajaría como marinero en Puerto Sherry. Curiosamente los tripulantes de mayor y menor edad de la embarcación.

...continúa leyendo "1.344. 25 ANIVERSARIO DEL NAUFRAGIO DEL ‘CALPE QUINTANS’. 9 desaparecidos, 1 muerto y 2 supervivientes."

"Desde el alto otero de las Cruces, El Puerto parece un velero anclado o varado junto al río. Caminemos despacio. El Puerto hay que conocerlo sin prisas, poco a poco. No hay temor de que se nos haga tarde. El tiempo se detiene aquí, entre otras razones, porque no podría hacerlo en otro sitio mejor".
Juan Ig. Varela Gilabert

"Descubrid y deteneros un día, ante la cruz de hierro forjado que se encuentra en la esquina de Santa Fe con Durango, en las proximidades de lo que fue la ermita del Santo Cristo. Ermita que fue originaria sede de la hermandad de la Vera-Cruz hace cinco siglos, y por donde se erigiría ese monasterio de los franciscanos, hoy parroquia jesuita, a principios de la floreciente centuria del XVI, en el esplendor del señorío de los Medinaceli. /Antigua imagen de la cruz de la Ermita de San Sebatián, que aun se conserva en el lugar donde fue construida ésta, y en los terrenos aledaños donde más tarde habría un Hospital de Mujeres

Es la cruz del desaparecido hospital de San Sebastián, rastro semiescondido  y casi olvidado, entre coches aparcados, de un edificio que testimonió la asistencia social de la Iglesia cuando los poderes públicos no se interesaban por los más desfavorecidos…

Imagen actual de la disminuida Cruz de San Sebastián, entre coches y deslucida

Ya que en estos momentos ningún malaje nos oye, confiemos en que no venga nadie a pedir demandas de otros tiempos y a reclamar en que, por el bien de un malentendido laicismo, por desnudar de principios a una sociedad ya de por sí indolente, blandengue y trivial, se retire ese símbolo cristiano de un lugar público, como está sucediendo en otras ciudades y como se pretende imponer en colegios y hospitales regidos por órdenes religiosas. Esa cruz de hierro tan austera, con su estilizado capitel, forma parte de un patrimonio tanto cultural como sentimental y religioso que nos recuerda cada día lo que fuimos y lo que somos". /Del pregón de Semana Santa de Francisco Andrés Gallardo. Año 2010.

Más información de San Sebastián:
Nótula núm. 631 en Gente del Puerto.

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Francisco Javier Merello Gaztelu nació en El Puerto el 23 de noviembre de 1928, único hijo del matrimonio formado por Francisco Javier Merello Docavo y Dolores Gaztelu Tirado. Siendo sus abuelos paternos Eduardo Merello Alberti y Ramona Docavo Alberti. Los fundadores de la saga familiar de este apellido fueron Julio Vicente Merello Cherisola, natural de Génova y Catalina Alberti Ravina, gaditana, que se casan en El Puerto en 1839 y aquí se instalan, dedicándose al negocio vinícola. Han sido estudiados por el investigador Antonio Gutiérrez Ruiz y podemos ver dicha genealogía explicada en la nótula núm. 688. Los Merello, los Aberti y El Puerto, en GdP.

Desde muy joven, nuestro protagonista encaminó sus pasos por el mundo de la publicidad y las relaciones públicas, estudiando Comercio. Estaba en posesión del titulo de Publicidad. Trabajó para las Bodegas Osborne, fue colaborador de Diario de Cádiz y gestor en El Puerto de la Hoja del Lunes. Su compañía, Survallas Merello Española de Publicidad desarrolló campañas integrales de publicidad exterior en los ámbitos local, regional y nacional.

Enamorado de su ‘Gran Puerto de Santa María’, de su familia, alguna vez se permitía disfrutar de su afición: la cacería. Era una persona de fuertes convicciones religiosas, que practicaba con el ejemplo. Quienes le conocieron afirman que, en cierta ocasión estando de compras en Sevilla y recién adquirido un abrigo en El Corte Inglés, lo regaló a un mendigo que se cruzó por su camino. Y en esto llegó la política, de la que llegó a afirmar que “me costaba dinero”.

Inauguración de la Oficina de Turismo de Valdelagrana y de la Inmobiliaria Costa de la Luz, en el mismo y actual edificio de Turismo en el Paseo Marítimo. De izquierda a derecha, Javier Merello, Fernando T. de Terry alcalde, Jua Luis Perles Giner, Nicomedes Santos Luis, comisario de policía, y Ramón González Montaño, párroco del Carmen y San Marcos. 19 de abril de 1973. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

CONCEJAL EN 1971.
Fue concejal desde el 7 de febrero de 1971 con Fernando Terry Galarza (ver nótula núm. 749 en GdP) como alcalde, elegido como tal concejal (en elecciones indirectas) en representación del tercio de entidades económicas, culturales y profesionales. Fue designado entonces con el alcalde para las competencias de Propaganda, Playas y Turismo y con el cuarto teniente de alcalde (Manuel Rebollo) para las de Transportes Urbanos, Paradas de Taxis y Tráfico. Fue uno de los fundadores de ‘Navidad con Amor’ un programa múltiple y variado de solidaridad y ocio navideño.

De izquierda a derecha, el oficial mayor Federico Aguirre, el secretario Jaime Fernández Criado, y los concejales, Manuel Martínez Alfonso, Eligido Pastor Nimo, Pedro Prado quien fuera director del Banco de Andalucía, Juan Ponce, Javier Merello Gaztelu y Carlos del Poyo Navas. Parte de la Corporación Municipal bajo mazas, durant el Corpus de 1974 al paso de la procesión por la plaza de Isaac Peral.

...continúa leyendo "1.331. FRANCISCO JAVIER MERELLO GAZTELU. Alcalde de El Puerto entre 1977-78."

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Anoche, en el Pago de la Caridad, en el Convento de las Capuchinas, el Jefe de Sociedad y Televisión del Grupo Joly, el porteño Francisco Andrés Gallardo (ver nótula 834 en GdP), quien ya pregonara la Semana Santa el 22 de marzo de 2010 (ver nótula 593 en GdP), se subía de nuevo a un atril cuaresmal para hacer la V Exaltación del Cristo del Amor, precedido por su presentador y maestro, Antonio Velázquez Garay. El acto estuvo organizado por un grupo de fieles del Cristo del Amor que impulsan una devoción que se ha perdido en El Puerto. Durante el acto intervinieron su profesor de guitarra, Antonio Villar Guerrero y se escucharon las saetas de Juan Antonio Rubio Gil y María Gil Jiménez. Lean y disfrútenlo.

Antonio Velázquez y Francisco Andrés Gallardo, anoche, antes de comenzar la exaltación.

PREÁMBULO ENTRE PRISAS Y RECUERDOS
El smartphone avisa de uno de esos cientos de mensajes que anuncian alguna de esas  noticias tan indispensables que serán olvidadas en unos minutos. Al ritmo de ese pulgar ansioso, reflejo de nuestras aceleraciones, que va arrastrándose por el cristal, borrando el ahora mismo para vivir apresuradamente un futuro que se desintegra antes de convertirse siquiera en presente. Redes sociales que no atrapan, que apretujan si acaso un montón de minutos perdidos.

Pisadas apresuradas hacia ninguna parte, llamadas telefónicas a nadie, vídeos descargados de un asunto que no terminó de existir, malos presentimientos de cifras rojas… tan rojas que son muy negras y que nos dejan el corazón encogido y aún peor, el mañana destrozado. Y seguimos corriendo sin saber adónde, seguimos peleándonos sin saber por qué, seguimos aguardando sin saber a quién

¿Así iba a ser el futuro que veíamos por la mirilla de nuestra niñez?

Mejor mirar atrás con los ojos cerrados…

El sopor de la tarde se va desparramando por las calles entre los aromas de una primavera pasada, de las evocaciones de un tiempo sincero. Un atardecer juguetón, interminable, cuando no se cambiaban las horas.

El Cristo del Amor, en Via Crucis, por la calle Santa Clara en la década de los cuarenta del siglo pasado.

Un ligero viento bufa suave los recuerdos y levanta en polvareda las plegarias de tantos ojos que lloraron junto a Él por aquellas calles de chinos, arena y jaramagos, por las esquinas matinales de bares cerrados, olores a gallinero y vaquería y humo de tabaco de contrabando. Un dedo paterno que le señala como ejemplo para que Él nos marque de por vida. Un silencio que se descuelga de la luna, luz blanca y rotunda que viene a alumbrar las llagas que no dejan de cicatrizar por todos nosotros. Un crujido y un golpe al suelo que proclama que es Jueves Santo en El Puerto, que Barrabás ha ganado la batalla, pero que el Redentor alcanzará la victoria y que en la Aurora se levanta la cruz de un Humilde apresado que se prestará a cumplir la misión de su destino. Un destino que es muerte cierta en la noche con los ojos vencidos de la Misericordia, entre rojo y blanco. Muerto. Vencido pero triunfante. Así será. Y camino hacia el presidio, remontando las silentes calles, esa misma devoción, en otra imagen, en otro nombre, pero en una misma fe y pasión, es llevado inerte entre cuatro llamas ardientes. Tres procesiones de  pentiencia y gracia, tres procesiones por las sencillas calles de El Puerto en unas imágenes en blanco y negro y en unos tiempos coloreados con la nostalgia.

Tiempos gozosos de la juventud de nuestros mayores. Jueves Santo de los años 60 en que Humildad, Misericordia y Amor eran una trinidad de la noche porteña de Pasión, mientras la pescadería se adecentaba con galas dignas de la Señora del Carmen para recibir al Nazareno y a la Señora de los Dolores, la niña surgida de la gubia del paisano José Ovando.

Pretérito perfecto, fotos de un pasado, de mi gente… un Cristo sale de las Capuchinas, de la calle Larga, como exaltación penitente

Cristo Negro de mis ansias, Cristo Negro de mis quereres…
Evocación de El Puerto de mis mayores
Y recuerdo de El Puerto de mi presente
Cristo vivo en mis oraciones
Cristo aferrado en su dolor
Salvador que en las Capuchinas aguarda
Y que desde la Cruz nos abraza
Desangrándose de  Amor

...continúa leyendo "1.315. FRANCISCO ANDRÉS GALLARDO. Y su exaltación del Cristo del Amor."

Al realizador rumano Valerio Lazarov, primer director general de Telecinco le sirvieron de inspiración El Puerto y alrededores  para una serie de especiales que preparaba para TVE en el otoño de 1971 y que se rodaron íntegramente en la provincia de Cádiz, hace ya 40 años. El programa se llamaba '360 grados en torno a Marisol'.

Este programa formaba parte de la estrategia de la televisión nacional de ofrecer unos contenidos que hicieran creer a la población que vivían en un país moderno y libre de censuras. El proyecto lo había firmado Adolfo Suárez, cuando era director general de RTVE, y el mediático Luis Ángel Delaviuda (fundador de Antena 3) como director de antena.

Unos años antes Lazarov, literalmente huyendo del régimen de Ceaucescu, había despuntado en la cadena española con el musical ‘El irreal Madrid’. Lazarov, precursor del ritmo del videoclip televisivo y obseso con las posibilidades del zoom, tenía barra libre para sus programas de entretenimiento: además de dar una presunta imagen de modernidad para el interior, sus programas, que eran adquiridos en muchos países de Europa y Suramérica, transmitían una imagen de España como país avanzado.

El desaparecido Varadero de Pastrana y el también desmontado puente de San Alejandro.

Aunque en los títulos de crédito de ‘360 grados en torno a Marisol’ no aparece nada sobre los lugares elegidos (incluso en la Wikipedia se habla de "la provincia de Málaga"), el programa emitido en 1972 en la Primera Cadena fue un escaparate turístico de El Puerto y Cádiz, a mayor gloria para el relanzamiento de la carrera de Marisol. Otro espacio de la serie musical, el dedicado a Carmen Sevilla, también se grabó en buena parte en la provincia.

Marisol y Tip y Coll en el Castillo de San Marcos

El castillo de San Marcos de El Puerto, a lo Polanski-Lazarov  quería emular a Polanski en 'El baile de los vampiros' y creó una versión carpetovetónica en el castillo de San Marcos, en El Puerto, para este programa de Marisol de 1972. La cantante junto a Tip y Coll y sus bailarines danzan por las almenas con vistas a la Bahía.

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