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Isabel Andrés con la tarta Selva Negra, y la tarta típica del Puerto, dos de los productos que hicieron famosa a la firma y que ahora han recuperado.

La pastelería Selva Negra, una conocida confitería de El Puerto de Santa María ha vuelto a abrir despacho en la ciudad y de la mano de la misma familia que la tenía. El establecimiento está situado en el número 20 de la avenida de La Libertad, en la zona nueva de El Puerto y cuenta con obrador propio tanto de pastelería como de panadería. Además, el local, ofrece  cafetería propia donde se puede desayunar o merendar con pan o disfrutando de las especialidades de bollería y confitería que elaboran.

El nuevo despacho abre de la mano de Isabel Andrés Calvo, que ya era copropietaria junto a su ex marido, Fernando Jiménez cuando se fundó la empresa en 1986 y sus hijos, Fernando Jiménez Andrés que es el maestro pastelero y Jennifer Jiménez Andrés, que se encarga de atender el establecimiento que tienen en Jerez.

La vuelta a la actividad de la familia al ramo de la pastelería, después de que cerraran su establecimiento en El Puerto en el año 2006, situado en la plaza de España, frente a la Iglesia Mayor,  se produjo en 2011 cuando adquirieron el obrador de panadería y pastelería “Delicia Rosa”. Bajo esta enseña cuentan con otros dos establecimientos, uno en la calle Porvera número 31, en Jerez, y otro en el centro comercial El Paseo en El Puerto de Santa María.

La tarta de frutas, una de las especialidades de la pastelería.

En el inicio del verano han añadido este tercer establecimiento pero para él han preferido escoger el antiguo nombre de la empresa “Selva Negra” ya que “con él somos  muy conocidos en la ciudad y queremos mantenerlo” señala Isabel Andrés.
En principio la idea de la pastelería es mantener los dos nombres, el de Delicia Rosa y el de Selva Negra, aunque ya han unificado los productos que tienen, que son los mismos en todos los establecimientos. Isabel señala que han decidido mantener la línea de panadería artesanal que había ya puesto en marcha Delicia Rosa . Así cuentan con panes de estilo gallego que elaboran ellos mismos en el obrador de Arcos, además pan de campo, multicereales u otros tipos de piezas especiales.

A ello han unido los pasteles y tartas que ya tenía en su catálogo Selva Negra. De la elaboración se ocupa Fernando Jiménez Andrés, el hijo de Isabel. El continúa haciendo la famosa tarta “Selva Negra” que le dió nombre a la pastelería. Es una especialidad alemana aunque la familia la conoció cuando estuvieron en Venezuela. Fernando la elabora de la forma clásico utilizando incluso amarenas, unas guindas salvajes que se obtienen en los bosques de Centroeuropa, además de guindas españolas. La tarta lleva más ingredientes como chocolate, nata trufada y un bizcocho también de chocolate.

La mousse de chocolate y el pocito, dos de las especialidades de Selva Negra.

TARTA TÍPICA DEL PUERTO.
Selva Negra también era muy conocida por elaborar la “tarta típica de El Puerto” que han vuelto a fabricar ahora, incluso con la misma caja. Se trata de una tarta de almendras que se adorna con  mermelada de frambuesas. Isabel Andrés señala que puede “recordar en textura a la tarta de Santiago. La hicimos así, con mucha almendra, porque encontramos datos de que en El Puerto de Santa María había mucho cultivo de este producto”. La tarta es idónea para regalar como recuerdo ya que está en perfecto estado durante 3 semanas sin necesitar frío y es fácilmente transportable.

Junto a las tartas, que es una de las especialidades de Fernando Jiménez, los bollos y también dulces típicos de la zona. Así elaboran su propia versión de un dulce muy famoso en Jerez, el pocito, que lleva una base de pasta brisa sobre la que se coloca una especie de crema pastelera rodeada de un fino bizcocho, muy parecido a la lengua de gato. Por encima se espolvorea con canela. Las especialidades que tienen más éxito, además de el pocito, son la mousse de chocolate o la de limón o el surtido de pastelería francesa. (Texto y Fotos: Pepe Monforte).

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menesteo_museomunicipal_puertosantamaria«Supe de ti, primero, magnánimo ateniense,
héroe y divinidad ante los muros
sacrosantos de Troya, frente a la mar de Cádiz,
en las mismas arenas y al pie del mismo río
adonde tú, tal vez patrono y marinero
de las naves de Ulises, llegaste una mañana.»

Menesteo. Fundador y Adivino».
(Rafael Alberti. Ora Marítima)

La Historia del Mundo Antiguo está marcada por celos y venganzas, consecuencias de amores imposibles entre dioses y hombres. Así, para que Menesteo emprendiera la travesía mediterránea que le llevarse a los confines del mundo conocido, sobrepasara la bocana de la bahía de Cádiz y arribara en las benditas costas de nuestro Puerto, junto a río Criso, posteriormente Guadalete, tuvieron que suceder dos historias apasionantes: La de Teseo, rey de Atenas, y la de Paris, príncipe de Troya; ambos enamorados de una mujer marcada por la fatalidad, Helena. /En la imagen de la izquierda, imagen del rey ateniense Menesteo en la Guerra de Troya, procedente de un vaso griego de figuras rojas del 450 a.C. (LIMC VI.1, 1992, s.v. Menestheus. París, Louvre G 341). Identificación y pie de foto del Museo Municipal.

MENESTEO, REY DE ATENAS.
Tras 30 años de reinado, en el 1204 a.C, Teseo, bisnieto de Erecteo II de Atenas, tras el rapto de Helena, pierde el trono que lo usurpa su primo Menesteo, hijo de Péteo. [Greves, Robert: "Los mitos griegos", Ariel, 2007, pág 127). El fin de Teseo, ya lo sabemos, murió a manos de Licomedes. Según unas versiones, fue empujado al precipicio cuando contemplaba la ciudad desde un acantilado; según otras, la caída fue accidental. El reinado de Menesteo fue despótica y demagoga. Pensando que los dióscuros le ayudarían a obtener los favores de Helena de Troya, convenció a los atenienses para que acogieran a los dióscuros como benefactores y libertadores de la ciudad, algo que enfadó a príncipes y duques.


PROLEGÓMENOS DE LA GUERRA DE TROYA.
Nunca pudo imaginar el rey de Troya que el reclamo de Helena atrajera a lo más selecto de la Hélade. Temiendo Tindáreo que su decisión acarreara enemistades entre ellos, determinó aceptar el consejo de Ulises que, a cambio, obtuvo la ayuda de Tindáreo para casarse con Penélope. El consejo consistía en organizar pruebas que ayudasen a Helena en la elección. Antes debían aceptar la decisión de la joven y juraron sobre los restos de un caballo descuartizado que acudirían en auxilio del elegido si alguien la raptaba (algo sabría Ulises de las maquinaciones entre Paris y Afrodita).

La primera prueba consistió en una carrera de barcos de remos entre Menesteo, Sergesto, Cloanto y Gias. Al toque de trompeta, se lanzaron al mar y remaron. Gias iba el primero, pero se topó con un peñasco y no pudo continuar. Enfadado con su timonel, lo arrojó al mar. Cloanto tomó la delantera y se proclamó vencedor. Menesteo llegó después, por delante de Sergesto. En la prueba del tiro con arco, que consistía en acertar a un ave que pendía de un mastil, Menesteo cortó la cuerda, pero fue Acestes quien venció. Tras las pruebas, Helena eligió a Menelao, hermano de Agamenón que, a su vez, se casó con Clitemnestra.

MENESTEO, COMANDANTE ATENIENSE.
Heinrich Schliemann, Ilíada en mano, exploró la costa de los Dardanelos buscando el emplazamiento de la ciudad de Troya. Tras un tiempo analizando diversas colinas, dedujo que sólo podía hallarse en la de Hissarlik. El rico alemán la compró, e inmediatamente comenzó a excavar. No descubrió una Troya, sino nueve, una encima de otra. La duda sobre cuál de ellas había sido la destruida por los griegos surgió entre Troya 6 y 7. La sexta, fue destruida por un terremoto y la séptima por un incendio hacia 1200 a.C., después de diez años de sitio, aunque en el relato homérico el sitio sólo había durado cincuenta y un días. Los combates se produjeron a pie, cuerpo a cuerpo, y utilizando lanzas, picas, arcos y espadas. Uno de los comandantes de la vanguardia fue Menesteo.

Sobre el caudillaje de Menesteo algunos investigadores [Malcolm M. Willcock: "Iliada"; Hardcover, Nelson Thornes Limited) lo dudan, por tratarse de un personaje desconocido. El que debía figurar como caudillo de los atenienses es Demofonte, al que Homero desconoce.  Para Quinto de Esmirna, en cambio, en el sitio de Troya participaron ambos: Demofonte y Menesteo ["Posthoméricas", editorial Gredos, Madrid, 2004). No obstante, Menesteo aparece en diversos pasajes de la obra de Homero: «Después de oír sus palabras, el Atrida, muy complacido, siguió revistando a sus caudillos y encontró al egregio caballero Menesteo, hijo de Peteo, erguido entre los atenienses, duchos en el arte de la guerra, y cerca del prudente Ulises y los aguerridos cefalenios, que no habían oído los gritos del combate ni podían adivinar que hubieran sido rotos los juramentos.» [“Ilíada”, Edaf, 2001; pág. 97)

...continúa leyendo "1.500. MENESTEO. Fundador y adivino."

Carpintería 14 es el nombre de la calle donde se encuentra nuestro Indoor, en el polígono de El Palmar, en El Puerto de Santa María, Cádiz. La historia empezó en el 2010 cuando el ayuntamiento hizo un Skate Park de hormigón en una urbanización de la ciudad, pero no fue una buena obra. Aún así hizo que algunos volviéramos a coger el patín y picarnos hasta descubrir que el hormigón estaba demasiado duro y el parque demasiado mal hecho. En ese momento se nos apareció la oportunidad de introducirnos en una nave que nos prestaban mientras la nave se vendía. Esto sería por febrero de 2011.

El sueño terminó cuando nos dejaron en la calle por septiembre de 2011 con dos minis, un plano y un quarter corner todo metido en casa de un colega... Entonces creamos el Old School Skateboarding Club, a finales del 2011 o principios del 2012, ya que teníamos claro que, o conseguíamos una nave vacía del ayuntamiento, cosa ardua y complicada, o buscábamos naves por los polígonos hasta dar con una que cumpliera con nuestras expectativas: suelo pulido, diáfana (sin columnas), con aseo, con una pequeña oficina y por supuesto, barata.

Así que, lo del 2010 pintado en la pared, es más algo "romántico" de cuando empezamos a reunirnos en el parque y pensar que podríamos hacerlo... y lo hemos hecho, hemos alquilado una nave a nombre del club, que pagamos con nuestras cuotas mensuales, y hemos construido nuestro sueño, un indoor de madera donde poder patinar tranquilos.


Autor: Old School Skateboarding Club

Construyen: Poli Rodríguez (metal), Ángel Luís Pérez (metal), Rober Troncoso, Diego García, Salvi Sánchez, Borja Benjumeda y David "Mosqui" Domínguez.  Patinan: David "Mosqui" Domínguez, Álvaro Brady, Abel Moreno, Alfonso Merello, Poli Rodríguez, Ángel Luís Pérez, Borja Benjumeda y Pablo Marley.  Cámaras: Borja Benjumeda y Dani González. Fotos y edición: Borja Benjumeda.

Ahora que afortunadamente, los clarines del miedo han dejado de sonar, para mi torero favorito, me conmueve el sufrimiento callado, y el llanto de la mujer de un torero. Afortunadamente, mi torero, no ha tenido ningún percance de importancia, alguien podría pensar: «Así habrá sido de malo!». No. No os equivoquéis, mi torero se la jugaba todos los días, que hacía el paseíllo y, aunque el brillo de su vestido no era dorado, su plata ha brillado con destellos de torería, entrega, pundonor. Y maestría. En estos difíciles momentos, para la familia de Juan José Padilla, no solo me conmuevo con el sufrimiento, del torero, si no con el de padre, por la inquietante zozobra, del incierto futuro, que le espera Seguro que con esa casta de hombre y torero valiente, solventa todas las dificultades, y vuelve a sonreír, con la íntima satisfacción, de descartar por fin, esos negros nubarrones, en esos puntuales momentos de decaimiento.

Estoy segura que volverá a ver en las caritas de sus preciosos niños, la alegría al comprobar que su padre vuelve a ser ese hombre, lleno de esperanzas e ilusiones toreras. Ojalá Dios obre el milagro! Un torero a pasar del miedo, los años, o el infortunio, solo es feliz viviendo y sintiendo en torero. No puedo ponerme en la piel de su esposa, pues afortunadamente, no he pasado por esa dolorosa experiencia, pero estoy segura de que es la fuerza, la valentía, la estabilidad y el equilibrio emocional que su marido y sus niños necesitan.

Gregorio Cruz Vélez con Emilio Muñoz.

Las mujeres de los toreros, siempre estamos en la sombra, no somos nosotras sino ellos, los protagonistas, de esa lucha diaria, del toro del asfalto, y del ruedo; pero si somos esa voz de ánimo, y discreta cercanía en los momentos bajos. En esos momentos en los que las cosas no ruedan, como uno quisiera, y se está decidido en tirar la toalla, y olvidar esta bendita locura del toro .¿Qué decir en esos momento? Pues hay que revestirse de gratitud, y generosidad, olvidando tus íntimos deseos, y hacerle ver que solo viviendo en torero lograra ser plenamente feliz. Qué las dificultades son un reto, por vencer, y que nosotras sus mujeres confiamos más que ellos mismo en sus posibilidades. No! No somos heroínas, somos simplemente consecuentes, y conocedoras de que no podemos competir, con el veneno del toro, pero-….. aprendemos a convivir con ello y, a verlo, no como a nuestro enemigo, sino como una parte intrínseca de nuestro” otro yo”. Me viene a la memoria, la “liturgia” de preparar la maleta torera, esa maleta del miedo, de la responsabilidad, de las oraciones y de la lejanía.

Con  el diestro Paco Ojeda camino de la corrida goyesca en Ronda de 1987. /Foto: Arjona.

Los días previos a las corridas de Madrid y Sevilla, eran días “raros” de muchos nervios y preocupaciones. Bien sabía, lo que todos se jugaban en estas plazas. Sevilla es la cuna del arte, y la majestuosidad. Esta es una plaza exigente, pero respetuosa con los toreros. Torear en Sevilla es como un “quejío hondo y doliente” que hace que se pare el tiempo, cuando el torero, se olvida hasta de su cuerpo y es uno en armonía con el burel. Madrid, es la que da categoría y pone ricos a los toreros Personalmente, mucho le debe mi torero a esta plaza. Ha sido con mucho la más generosa, en cuanto a reconocimiento, y respeto. Feita todo preparado? Si, aquí tienes: las camisas, el corbatín, las medias, los tirantes, las zapatillas esta todo? Que trajes te vas a llevar? Durante años, ésta ha sido nuestra rutina los vemos salir con esa pesada maleta, con los capotes de brega y con la ilusión de que el matador forme un” lio muy gordo” y él pueda lucirse.

Distinción de la Real Maestranza de Sevilla, en 1998.

Y ahora qué? Pues ahora queda la angustia, de la carretera, por Dios, que el chofer no se quede dormido, que llame cuando llegue. Por fin llega la hora. No siempre son las cinco de la tarde, pero desde esa hora, estoy arisca, todo me choca, no quiero ver a nadie, prefiero vivir mi miedo a mi manera, sola sin que nada ni nadie me perturbe. Dios mío, que no le pase nada! Perdón señor, a ningún torero, no solo al mío. Ya deben haber hecho el paseíllo, la plaza debe estar a rebosar. Sí, es bonito el colorido, el ambiente, pero nada de eso me importa. Les tocara ahora a ellos? Sí, estoy segura! El sonido de los clarines, resuenan en mi cabeza y me erizan el vello. Nada, no dan nada en la radio, habrá que esperar! Veinte minutos, de angustiosa espera, no suena el teléfono, bien eso está bien! La cosa marcha sin problemas afortunadamente. Los vente minutos se hace eternos, pero…. por fin, el informativo horario, su torero a formado un lío muy gordo y él ha puesto unos pares de banderillas de poder a poder, que ha crujío la plaza. Lo han obligado a desmonterarse, ni se había enterado, de que ha sonado la música, en su honor, por esos soberbios pares. Uffffff gracias Dios mío.  (Texto: María Jesús Vela Durán).

Más información de Gregorio Cruz Vélez en GdP. Nótula 720.

Nicolás Terry Martínez, ‘Coli’, es un apasionado de la náutica que trabaja en ella. Hijo de una familia bodeguera --su padre fue director del laboratorio de Bodegas Carlos y Javier de Terry (501), siempre tuvo claro que había que trabajar y que mejor que en los entresijos de un deporte que es una de las razones de ser de la Bahía de Cádiz.

Coli empezó como Relaciones Públicas del  pub Tharsis en la plaza de la Herrería. Pronto su afición a la vela le llevaría a trabajar en ese mundo y llegó a ser Director de Regatas de Puerto Sherry en sus comienzos. Hace años que trabaja en la comunicación y organización de eventos de vela a través de su empresa Nicolás Terry Regatas, participando activamente en eventos de primer nivel en nuestro país, lo que simultanea con el ejercicio del periodismo deportivo. Persona vehemente, de gran corazón y apasionado en cuanto pone su esfuerzo es un referente de El Puerto de Santa María en la vela internacional. (Texto: J.M.M.).

En 1988, durante una reunión de antiguos alumnos de San Luis Gonzaga: de izquierda a derecha: Felipe Perez, Jose Mari Velarde, Miguel Leon, Nicolás Terry, Pepin Muñoz; Pepe Mesa.

--Treinta años después, la Copa del Rey de Vela es considerada la mejor regata del mundo. ¿Por qué?  --Aquí viene la élite mundial de la vela porque esta regata tiene una gran difusión mediática y tiene una gran difusión mediática porque viene la élite mundial de la vela.  Además, es el único lugar en el que los regatistas amateurs pueden participar con los profesionales. Figúrese, es como si un aficionado de la Fórmula 1 pudiera correr con los grandes pilotos. --¿Y la regata de Mallorca qué circuito sería?  --Mónaco, sin duda, el más glamuroso y también el más técnico.

--¿Y quién sería  Alonso? --Más que hablar de un Fernando Alonso, que no me atrevería, hablaría de la hornada de jóvenes regatistas que sorprenden por su desparpajo dentro y fuera del barco. Tendría que ver a un chico como José María van der  Ploeg, el benjamín de la flota, qué cabeza tiene dentro del barco y, al tiempo, con qué naturalidad se enfrenta a una entrevista en televisión. --Bueno, su padre fue medalla de oro en Barcelona. Eso es tener mucho camino hecho. --Claro, eso es como haber nacido en un barco.

--¿Qué porcentaje hay de glamour y cuánto de deporte en la regata? --El glamour es una parte muy importante de la regata, es necesario. La implicación de la Familia Real es fundamental. Yo diría que un 70% es deporte y un 30% glamour. --Entre tanto rico, lo mismo hay por aquí algún directivo de las agencias de calificación. --No me hable de esa gente. Como me encuentre a un tipo de Moody's en la regata lo pongo de boya y ahí se queda para los restos.


Nicolás Terry, en el centro, junto a Mara Escassi con el Equipo Oficial de  Comunicación de la Copa del Rey Audi Mapfre.

EL REY.
--Sé poco de vela, pero confieso que en su día pensaba que al Bribón lo dejaban ganar cuando iba el Rey. --Ja, ja, le aseguro que en el mar nadie conoce a nadie y ningún competidor a babor o estribor iba a dejar pasar al barco del Rey. --¿Qué tal regatista era? --Un regatista con talento. El talento se mide por la capacidad de anticiparse a los roles, los cambios de viento. Él la tenía, pero no podía navegar tanto como quería. Llevaba la caña, que es el que marca la pauta, en una época en que todo era muy manual, no como ahora, que los barcos llevan una electrónica a la que sólo le hace falta hablar. --Hablando de la Familia Real, pienso que un gesto tan nimio como que los príncipes se besen en la regata ya supone un incremento del impacto económico. --Sin duda. Y si lo hacen en un lugar en el que se vean los logotipos de Audi y Mapfre, los patrocinadores de la regata, mucho más. No, en serio. Sin la presencia y apoyo de la Familia Real, esta competición no sería lo mismo.

LA CRISIS.
--Con la crisis, ¿no hay problemas de patrocinadores? --Los grandes eventos como éste son rentables y están dentro de las estrategias empresariales. Son las regatas pequeñas las que más sufren los problemas de patrocinio. --¿Hay paro en el mundo de la vela? --Aquí no se libra nadie. En grandes yates y barcos de millonarios han bajado mucho los días de navegación. Muchas tripulaciones han quedado reducidas a retenes de mantenimiento y grandes proyectos de eventos están sin financiación.

Desde que tenían 10/11 años aún se reúnen, casi todos los viernes, a cenar. De izquierda a derecha, de pie Tuty Pastor, Miguel Lizaso, Miguel Silóniz y Juan Carlos Ballesteros. Sentados, Javier Merello, Javier Gómez, Nicolás Terry (Coli), Jorge Gutiérrez y Falele Osborne.  Al fondo, sentado, el cuñado de Falele, Paquito.

--¿Por qué Andalucía no tiene una regata de estas dimensiones? --La tuvimos. La regata de Puerto Sherry, a finales de los 80, llegó a tener un barco más que la Copa del Rey, pero entró en una espiral de lucha de egos por sus organizadores, que miraban más por ellos que por la regata y acabó en lo que es ahora, una regatita.

--En el interior se dice "eres más aburrido que una carrera de balandros". --Quien lo dice será porque lo conoce poco. La modalidad barco contra barco, como la Copa América, es apasionante, y aquí, que son todos contra todos, el colorido y la espectacularidad está fuera de dudas. Tiene el problema de que no se disputa en un estadio y no es fácil seguirlo en directo, pero, como supondrá, eso es inevitable.

--Hábleme de su regatista favorito, de su ídolo. --Peter Blake, sin duda, un neozelandés que lo ganó todo como regatista y que fue un sensacional organizador de eventos. Cuando estaba en lo más alto, lo dejó todo para irse al Amazonas para sensibilizar sobre  la  destrucción de la selva. Allí le mataron. Su barco, el Seamaster, fue asaltado por piratas.

LA VELA: ¿DE PIJOS O DE MASAS?
--Es una bonita historia, pero la gente asocia más la vela a la gente pija. --Yo creo que la vela se ha desprendido de su imagen elitista. Las imágenes de Mario Conde con dos kilos de gomina en el coco sentado en la popa de un barco en esta regata hizo mucho daño, pero eso no es la vela. Ahora no hay pueblo costero que no tenga una escuela de vela y miles de niños aprenden a navegar. --Hombre, de masas no es. --El trabajo que se hace en esas escuelas es increíble. No diré que de masas, pero la vela crece en seguidores. Es cierto que donde no hay mar hay una afición increíble y donde lo hay, no tanta. El mundo al revés.  --No todo el mundo puede permitirse un barco. --Bueno, lo que cuesta mucho dinero es la alta competición, pero eso ocurre en muchos deportes. --Siempre ha sido crítico con la Federación de Vela. ¿Lo sigue siendo? --Es una batalla perdida, son siempre los mismos. Miran por ellos, no por la vela. Habrá elecciones tras las Olimpiadas y ya han nombrado un delfín. Más de lo mismo.

--Es navegante. ¿Su lugar favorito para hacerlo? --La Bahía de Cádiz. --Eso es patriotismo. Dígame otro. --Las rías gallegas tienen una grandiosidad que emociona. Navegar por Finisterre es una sensación única. --¿Pasó el Cabo de Hornos? --No, y mucho que me pesa porque ya no tengo edad. Espero algún día ir a verlo, aunque sea en tierra. (Texto: Pedro Ingelmo).

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Eugenio Espinosa es el autor de esta instantánea tomada en 1965 en el Garage Aduana. Sosteniendo el carro, Miguel Pineda Martí; de arriba abajo y de izquierda a derecha: Fosco Valimaña Cogollo de Tudela, Bartolomé Sánchez Selma, Mariano Barriola Menacho, Ignacio Valimaña, Francisco Marín Gallardo  y Rafael Marín Gallardo. /Foto: Colección V.G.L.


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Esta fotografía se hizo el 23 de Junio en la puerta de el bar "La Perdiz" donde estaba nuestro cuartel general y centro de reuniones durante muchos años, muchísimos. Siempre tenía esa sonrisa en los labios, gracias Antonio.

Hace unos días, concretamente el domingo día 26 de Agosto de este año 2012, nos abandonó un buen, gran y querido de todos los Portuenses, su nombre Antonio Castejón, Antonio ‘el Cartero’, que vivía en una casa que había acondicionado estupendamente en la calle Cielos. Siempre alegre, agradable con todos, jamás le escuché hablar mal de nadie, siempre tenía una sonrisa en la cara, hasta cuando estaba bastante mal. Anécdotas de él muchas para escribir un libro, muchas copas, tertulias, excursiones, comidas, playas, veranos, inviernos, momentos buenos con él siempre.

Antonio donde quieras que estés, desde aquí tus amigos te echaremos de menos, te tendremos siempre entre nosotros, comentando y riéndonos de tus cosas y de esos momentos inolvidables, siempre te querremos como lo hicimos como cuando estabas con nosotros. Que Dios te tenga en su gloria. Descansa en Paz. /Texto y Foto: Vicente Ferrer Martí.

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Juan Pablo Jareño es un portuense nacido en Cádiz, que estudió en San Felipe Neri y que, en la actualidad, vive en Tenerife. A nuestra Ciudad llegó en 1978 siendo uno de los disk-jockeys mas conocidos de la zona. Hermano del actual Decano del Colegio de Abogados de la provincia, José Manuel Jareño, tiene una relación con Eva Saiz Guerrero.

En nuestra Ciudad inauguraría discotecas --detrás de los mandos musicales-- tales como Safos, Eclipse (de Alexis Ruiz, presidente de Discotecas y Salas de Fiestas de Andalucía) y Pantalan K, en Puerto Sherry. Ha trabajado, también, en El Puerto en El Jardín, Pachá, Joy Sherry, El Oasis, Bar La Ribera, April Discoteca, en Rota, también bajo la dirección de Alexis Ruiz y muchas más.

En la imagen de la izquierda, en April Discoteque, en Rota y a la derecha, con Miss España, Rocío Martín y sus damas.

Sus mas de 25 años de disc-jockey profesional comenzó en El Puerto en la Boite-Discoteca El Papagayo, en Fuenterrabía. En la actualidad ejerce como embajador de  nuestra ciudad en Tenerife.

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Corría  el año 1964, cuándo por fin, mis hermanas soltaron ‘lastre’ y me permitieron, disfrutar de los paseos dominicales, en compañía de mis amigas. Yo no podía creerlo, después de cantar en el coro del maestro Dueñas en la misa de nueve, y de desayunar en el Xixon-bar --frente a las Esclavas-- esos picatostes tan buenos,  iba a reunirme con mis amigas, ¡yo sola!. Ni  que decir tiene, que estaba impaciente.

La autora de la nótula, rodeada de sus hermanas, de izquierda a derecha, Kika, Maria Jesús y Conchita Vela Durán.

Ya  con mis amigas-compañeras del Colegio, y vecinas de la Placilla,  el buen tiempo,  nos permitió llegar hasta el final de Parque, y cruzar el Puente San Alejandro, hasta el otro margen del río. Toda una odisea, pues prácticamente todas  nos estrenábamos  en esta andadura en solitario.

LAS CUNITAS DEL PARQUE.
De vuelta al Parque, nos detuvimos en las Cunitas y esperamos pacientemente, poder montarnos. Terminábamos con los brazos ‘molidos’ pero… muy contentas, después del pique de saber quien subía más alto. En ocasiones, algunas de mis amigas daban la vuelta a la cunita pero normalmente nos frenaban, si no estábamos amarradas.

¡Ala, Ahora a la Ola! --Atracción, para nosotras un Cacharrito-- Sí, vámonos para allá. Mis amigas esperaban hasta poder montarse en la Olla --daba constantemente vueltas--   a mi me era imposible-pues me mareaba. Cuándo salían, parecía que se habían montado en el Vapor, pero no sufran… se les pasaba enseguida. Nuestro paseo, continuaba, bien por la calle Luna, bien por Larga hasta la Plaza Peral  y nuevamente al Parque. Comprábamos  un papelón de patatas fritas riquísimas a  los Salguero.  Y derechitas a casa para el almuerzo.

SESIÓN INFANTIL EN EL TEATRO.
A las cuatro de la tarde ya estábamos en la fila del Teatro Principal. Habíamos  sacado la entrada por la mañana, temiendo las colas. Ponían una película de Marisol --nuestro ídolo-- y estábamos como locas. Tuvimos que sufrir el aburrimiento  del NODO  pero no importaba,  cuándo empezó, la película, todos los que estábamos en ‘el gallinero’ empezamos a patear el suelo, supongo,  como aprobación, después del tedio anterior. Parecía que podríamos caer  sin remisión de un momento a otro al patio de butacas, pero afortunadamente no pasó.

En los descansos se oía: "¡hay, caramelos, chicles, chocolatinas!".  La cantinela cesaba cuándo las luces se apagaban y continuaba la función. Sinceramente,  parecíamos una jaula de grillos por mucho que algunos se empeñaran  en silbar, para acallar voces, no había manera. De repente, nuestra heroína –Marisol-- sin varita mágica ni nada, arreglaba todos los entuertos, y el teatro entero irrumpía en un aplauso  unánime y un pateo generalizado. De vuelta a casa, merendábamos y nos reuníamos un ratito a jugar en la Placilla.

LA MODA DE LOS PATINES.
Al ir creciendo, cambiaron de alguna manera nuestros hábitos.  Los domingos por la mañana, los pasábamos patinando, por el Parque. ¡Ay, Dios mío! Que de caídas di, de hecho creo que estaba más en el suelo, que otra cosa. No comprendía por qué me caía tanto, hasta que mi amiga me cambio los patines y descubrí, que los míos no tenían una especie de frenos, que si tenían los suyos. Así que me alivió saber que no era  tan torpe, cual pato mareado.

BUSCANDO NUEVAS FRONTERAS.
Algunos  domingos, el aburrimiento nos llevaba a dar una vuelta completa en autobús. Ya existía la barriada de Crevillet. Lo que nos extrañaba era que, para ir a la barriada, nos tuviéramos que  bajar, si no estoy equivocada, en los alrededores de la Fabrica de botellas.  ¿Que lejos no? Para nosotras era normal el deseo de investigar, hasta donde llegaba el Puerto, ya que apenas salíamos del centro.

Es curioso como todavía recuerdo, a algunas personas con las coincidíamos en esos viajes en autobús. Recuerdo a varias parejitas de jóvenes, dos de ellas -- aunque no tengo amistad con ellos-- sé que siguen juntos, por lo que me alegro. La otra era un chica rubia, de pelo lago, muy guapa, su chico, dejaba pasar su parada para acompañarla, y volvía a pagar para llegar a su destino. No  éramos cotillas --bueno solo un poco-- pero… ¿se imaginan a unas niñas  de nueve o diez años, alucinando, viendo ‘al caballero andante’, acompañando a su dama? Tengan en cuenta, que a esa edad, se tienen ‘nidos de gorriones’  en la cabeza.

PRIMERAS EMOCIONES.
Pues sí, están en lo cierto, a esa edad,  ya nos seguían los chavales, y empezábamos a fijarnos en algunos de ellos. Todo muy inocente ¡eh! Entre nosotras teníamos un código para hablar de ellos sin que se enterara nadie más. En consenso, poníamos motes  a cada uno, y así podíamos  hablar abiertamente, sin que los demás se enteraran. Nunca despectivos. Lo hacíamos por  el parecido a algún artista, o por su comportamiento con nosotras. /María Jesús Vela, autora de la nótula, en el Parque Calderón fotografiada por Cuellar.

SEMANA SANTA.
La Semana Santa, era muy especial, mientras veíamos pasar la procesión, era fácil que te hicieran algún que otro requiebro. Nos fijábamos en los zapatos, para identificar al piropeador, pues la voz  no la reconocíamos,   pero… al final ¿quien se iba a acordar de los zapatos? Las que más nos gustaba eran ‘Los Cerillitos’  y  la que salía de las Capuchinas. Esta última impresionaba un poco. Todos  en completo silencio, llevando una cruz al hombro, y en cada descanso,  se arrodillaban. ¡Que preciosidad! Lástima que como tantas otras cosas se haya perdido. Lo malo de esta fiesta eran esas pelotas blancas, con las que te ‘bombardeaban’, sin compasión. ¡Eran temibles!  Terminabas con ganas de  devolver  todos y cada uno de los pelotazos, pues  algunos te lo daban con saña. Cuándo te volvías, para recriminarles, te sonreían como si hubieran hecho “la gran cosa” y  poco menos hubiera que llevar al chaval a hombros. Para evitar que siguieran dándome, me las ingeniaba para preguntarles: “—Oye, ¿y tu hermana?”. Si me contestaban, les mentía diciéndoles que era amiga suya; si colaba, se acababan los pelotazos. Si no, era así…pies para que os quiero, pues peligraba nuestra retaguardia.

Plaza del Polvorista en la actualidad. Foto: Jorge Roa.

PLAZA DEL POLVORISTA.
Otros domingos, nuestros paseos matinales, nos llevaban a la plaza del Polvorista. Ahí instalaron, una pista de coches de choque, convirtiéndose en lugar de encuentro con otras amigas, con quien nos las prometíamos felices pues íbamos todas monísimas, pero…. fue solo entrar en la pista,  y se abalanzaron  por nosotras,  como si del enemigo se tratara. Al bajar del coche de choque, me  pregunté: “¿donde están las trenzas con las que entré?”. Ni idea.  Las había perdido y ni me había enterado. Lo que si sé es que salí, con un moratón enorme en el costado, que me obligo a visitar a D.Agustín Fernández --nuestro  entrañable médico-- . Este hombre, no daba crédito, al verme y me pidió que no volviera amontar. Esta claro, que le hice caso. A esos brutos, ya ¡ni mirarlos!


PASEO DE LA VICTORIA.
Muchos fueron nuestros paseos matutinos y nuestras tardecitas de paseo. Nuestro Puerto en esa época era una delicia, para la vista  y por qué no, para los sentidos. Para la vista, porque todos nuestros Parques, estaban diseñados con el mayor de los encantos y especial cuidados. Si nuestros pasos nos llevaban al Paseo de la Victoria, ya no solo era una delicia para la vista, también para los sentidos. Salían a recibirnos, nuestras Cuatro Gracias --tan coquetas ellas-- nos saludaba el bonito Merendero, y como no, nos ofrecían asiento, esos íntimos  e inolvidables bancos: Tu y yo. Como buenos anfitriones, hasta nos obsequiaban con música. ¿Que mas se podía pedir?  Pues tristemente…que lo hubieran respetado. Ya sé que a estas alturas, estos paseos, resultan ñoños, pero eran otros tiempos.

Detalle de los bancos 'Tu y yo' que aaparecen en el centro de la imagen del Paseo de la Victoria de mas arriba.

Empezaban a construirse las primeras barriadas, pero la vida se centraba, prácticamente en las calles del centro. Bien para surtirnos de alimentos, colegios, tiendas de tejidos, zapaterías, droguerías, barberías, cines etc.

Los días de fiesta, en los que el buen  tiempo invitaba a pasear, estas calles se llenaban  de gentes; unos con el firme propósito de distraer a los niños, otros de pasar un tranquilo día y conocer a otras personas. Carecíamos de consolas,  ordenadores y cosas así, pero no creáis que no nos divertíamos: con una china, un clavo, un trompo, una pelota, una muñeca, una cuerda, un poco de triquitraque,  y mucha imaginación  éramos realmente felices. (Texto: María Jesús Vela Durán).

Ay, tiempos aquellos en los que los prostíbulos sólo incumplían la ley de vagos y maleantes. Ahora, vulneran las de Urbanismo. Ecologistas en Acción acabó de chivarse al Fiscal de que dos ex alcaldes de El Puerto de Santa María, incurrieron en un supuesto delito sobre la ordenación del territorio relacionado con la ampliación de la sala de fiestas -y qué fiestas-- Oh! Palace.

Oh, Puerto, que al menos así se llamaba antiguamente el macroprostíbulo, que es como denominan los Verdes a dicho local de lo que antiguamente se llamaba verde: antes del medioambiente, sólo lo eran el sexo y ciertos chistes. Lo verde, como diría Alfredo Landa, entonces empezaba en Los Pirineos, aunque también viajara en maletines sobrecogedores que no dejaron de circular durante la democracia: antes bien, incrementaron su tránsito en plena lujuria de divisas por solares.

Y no quiero decir con ello que los conservacionistas tengan razón y sea cierto que distrajeron la ley al permitir la ampliación del lupanar sin duda para que los gametos pudieran correr más a sus anchas. Les acusan de prevaricación, que es algo que suena como a enfermedad venérea. Pero digo yo que todo esto serán exageraciones porque El Puerto siempre fue la costa casta y la gente no hacía aquí esas cosas tan feas, cuyas competencias exclusivas parecían residir en el Don Tico de Jerez; al menos, desde que la desaparición de las luces rojas de la gaditanísima calle Plocia vino a demostrar que la decadencia del muelle de Cádiz era de tal calibre que ya ni siquiera había aquí posibilidades de ganarse el pan con el sudor de la entrepierna, como diría Oscar Lobato.

La prostitución no sólo viola la dignidad de la mujer, como entienden las feministas que apuestan por la abolición del oficio que tiene más trienios en el INEM de la historia mundial. También, por lo que parece, viola los planes urbanísticos. ¿Qué tendrá que decir el Vaticano? ¿Prevaricar con un prostíbulo será más grave que con un Polígono Industrial? De demostrarse su culpa, ¿habrán incurrido en un pecado venial, en uno mortal o mediopensionista?

Mientras que la sociedad del bienestar decide si legalizar o suprimir de una vez por todas a Legionaria, Cabiria y La Traviata, lo cierto es que mientras otros se lo llevan caliente, en el mejor de los casos y si no hay de por medio un chulo que las brea a palos o a picos, las prostitutas siguen a dos velas, sin seguridad social ni derecho siquiera a los seis euros diarios que ahora nos dan a los autónomos si se nos corta el cuerpo.

Pepa La Caballo -nostalgia de los viejos tiempos- no tendría probablemente ninguno de estos problemas. En su época, no la obligaban a trotar de hotel en hotel como ahora hacen con las rusas y las marroquíes, ni había problemas con las licencias urbanísticas de las casas de citas o las de lenocinio -que debían de ser lo mismo, sólo que con duchas en vez de palanganas--: en aquel entonces no existían los ecologistas y los alcaldes figuraban, bajo total discreción, entre su selecta clientela. Pepa se limitaba a mirar al cliente sin importarle que fuera Millán Astray o Fernando Quiñones. Y le proponía, a renglón seguido, sus dos tipos de tarifa por un francés: con o sin. Dentadura postiza, naturalmente. (Texto: Juan José Téllez).

Se han cumplido estos días 310 años: la noticia de la declaración de guerra, junto con el rumor del posible arribo de una escuadra enemiga, provocó el temor en las localidades de la bahía gaditana, entre ellas El Puerto de Santa María, algunos de cuyos vecinos comenzaron éxodo hacia otras poblaciones menos expuesta al peligro.

La Bahía de Cádiz en 1700. Grabado.

El saqueo tuvo unas graves consecuencias, pero hay algunos puntos oscuros sobre él. El primero se refiere a lo extraño de que, apareciendo la flota angloholandesa en la Bahía el 24 de agosto, produciéndose el desembarco el 26 y la toma de Rota el 27, los vecinos de El Puerto no hubieron puesto a salvo, con antelación sus pertenencias. Según los testimonios recogidos, se dice que nunca pensaron que se iba a ocupar la localidad, pues el objetivo de los enemigos era la ciudad de Cádiz, tomarían el castillo de Santa Catalina para tener la entrada franca en la Bahía de Cádiz.

Se suele indicar que faltaban carruajes para el transporte de los enseres, el ejército había procedido a su embargo para usarlos en las operaciones militares. Los únicos prevenidos fuero los eclesiásticos de las iglesias parroquiales de Rota y El Puerto, que trasladaron los preciosos ornamentos sagrados desde sus localidades hasta la vecina ciudad de Jerez, y la plata de la iglesia portuense, por lo que pudiera pasar, fue llevada, hasta Arcos de la Frontera. Se supone que gran parte de los caudales, plata y joyas que tenían los particulares se pondrían a salvo junto con sus propietarios, muchos de los cuales se habrían marchado de El Puerto algunos días antes de ser ocupado la localidad.

Un segundo aspecto, según las fuentes consultadas, es que la mayor responsabilidad en la autoría del mismo se debe a las tropas invasoras, pero no totalmente. Se realizó en tres fases sucesivas: la primera por los mismos vecinos que se quedaron, porque suponiéndolo todo perdido, no dejaron casa sin registrar y robar; la segunda por los ingleses, aunque al principio se obtuvieron de hacer daño, lo ejecutaron después que vinieron de El Puerto a embarcarse, y la tercera por nuestros soldados y miqueletes, que acabaron de barrer lo que había quedado.


LOS ACONTECIMIENTOS DE FINALES DEL VERANO DE 1702.
Desde meses antes de iniciarse el conflicto se venía organizando por los ingleses y holandeses una expedición que asentara un duro golpe sobre el tráfico comercial entre la península y las Indias. La declaración de guerra a mediados del mes de mayo de 1702 no hizo sino acelerar los preparativos, por lo que el 12 de julio la flota estaba dispuesta para partir hacia su objetivo, la expedición debería servir para apoderarse de algunas plazas del sur de la península.

Ocupada esta porción meridional de España y con la aceptación de sus naturales del archiduque Carlos como rey, se podría producir, tal como ciertos rumores difundían, una reacción en cadena, con múltiples y sonadas adhesiones, que terminaría adjudicando la  Corona de España al pretendiente de la Casa de Austria. Por otro lado, ingleses y holandeses perseguían objetivos más prácticos y concreto. Así, se pensaba interceptar la flota que se sabía regresaba de las Indias y apoderarse de todo su cargamento.

Con ello se conseguiría no sólo provocar un colapso económico en las finanzas de Felipe V sino, de paso coadyuvar con el botín a sufragar los cuantiosos gastos de la empresa. En el caso de no apoderarse de la flotas de Indias, no se descartaba la posibilidad de conquistar alguna población importante, siendo la ciudad de Cádiz, origen y destino de las flotas de Indias, la señalaba en los planes.

En esta línea, los ingleses no hacían sino reincidir en un objetivo clásico de sus ataques contra la monarquía española. Además de las múltiples veces que escuadras inglesas se acercaron o bloquearon la  Bahía gaditana, son célebres los asaltos de Cádiz que se llevaron a cabo en los años 1587, 1596, 1625, destacando el segundo de ellos, cuando el duque de Essex logró apoderarse de la ciudad y obtener un fabuloso botín.

La armada aliada anglo-holandesa se componía por parte de la británica de 30 navíos, 6 fragatas, 2 corbetas, 5 bombardas con 2578 cañones y 9 brulotes 16440 hombres de tripulación y por parte holandesa, 20 navíos, 3 fragatas, 3 bombardas y 3 brulotes, con 1585 cañones y 10855 tripulantes. Además, se contabilizaban múltiples naves auxiliares. A ello habría que añadir el cuerpo expedicionario que actuaría en tierra. La flota inglesa la mandaba el almirante sir George Rooke y la holandesa el teniente almirante Philip van Almonde.

Frente a esta enorme contingente naval y terrestre las defensas de la Bahía de Cádiz no eran numerosas ni las mejores. Desde el mismo momento que Felipe V accedió al trono de España eran concientes los ministros de la monarquía de que la guerra sería inevitable y, por ello, comenzaron pronto los preparativos para la misma. En fecha tan temprana como junio de 1701, recibió el cabildo de El Puerto una carta del marqués de Leganés, Capitán General de la Mar Océano, costas y ejército de Andalucía, en que ordenaba buscar alojamiento para una compañía de caballería. Del mismo modo, a comienzos del mes de diciembre de 1701, algunas galeras de Francia ya se encontraban, junto con otras españolas, en la Bahía, concretamente fondeadas en el río Guadalete, tenían planes de pasar allí todo el invierno.

En cuanto al estado de las fortificaciones y baluartes se detectan luces y sombras. La ciudad de Cádiz, tras sufrir las consecuencias del estado inglés de 1596, había llevado a cabo durante el siglo XVII diversas obras con el objeto de rodear el perímetro urbano de un sistema de murallas y defensas artilladas. El último tramo de la muralla, el que correspondía al Campo del Sur, junto con una renovación general de las piezas de artillería de la plaza, se había realizado tan sólo dos años antes del ataque de 1702. Del mismo, los fuertes de Matagorda y Puntales, bien pertrechados, impedían el acceso franco de los buques al segundo e interior seno de la  Bahía, lugar donde el posible desembarco de las tropas, por las mejores condiciones del terreno y de la mar, se podría haber realizado más fácilmente permitiendo un ataque directo por tierra sobre Cádiz.

El fuerte de Santa Catalina en la playa del mismo nombre. /Foto: Javier de Lucas.

EL PUERTO, INDEFENSO.
La ciudad gaditana se encontraba convenientemente protegida no ocurría lo mismo con el resto de la Bahía. El desarrollo demográfico originó una expansión urbana fuera de los recintos amurallados. Localidades como El Puerto, Rota o Jerez había perdido, por estas causas, toda su capacidad defensiva.

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Melocos ha debutado en el top ten de iTunes con Pensando en vos, el single con el que se presenta su nuevo trabajo discográfico, que saldrá a la venta en octubre. Segúne su casa discográfica, se trata de "un tema que refleja la evolución positiva y la madurez musical de la banda de El Puerto de Santa María, un medio tiempo enérgico y poderoso destinado a convertirse en un clásico y en una de las canciones de 2012". De momento, el tema ha barrido en redes sociales y en la tienda de la red con más descargas legales de música, iTunes, perteneciente al gigante de la informática Apple.

Además, si tiene buena memoria y has estado atento a www.los40.com (la Cadena 40 Principales de la SER) estos meses de verano, recordará que en dicha cadena de radio han sacado un par de piezas sobre el grupo porteño, un video en la que el grupo habla de sus intimidades  y otro en el que cantaron en exlusiva 'Noviembre' en directo, un nuevo tema de su próximo álbum. Si le ha sabido a poco, que no lo es, e dejamos además con alguno de sus vídeos más potentes hasta la fecha, que no son pocos.

 

Hubo un tiempo en El Puerto que las relaciones humanas se practicaban más fuera de las casas que en las mismas, desde los niños en edad de jugar a los adultos,  había necesidad de estar cerca unos de otros, puede ser que la amistad nos produzca deleite y relacionarnos con los demás nos dá seguridad y  calor humano;  tal vez porque la cultura del momento fuese esa, o porque los medios de comunicación no estaban aún tan difundidos, me refiero concretamente al fenómeno de  la televisión. /A la izquierda el desaparecido Teatro Principal, punto importante de reunión dentro del entorno de calle Luna, en la esquina con San Bartolomé terminaba el paseo por calle Luna. (Foto: Rasero. Colección de Vicente González Lechuga)

Existían lugares más o menos emblemáticos o conocidos, podían ser un casino, una plaza, la calle, la playa, una asociación, un bar, un cine, un teatro,  etc.; estos lugares los podíamos definir como puntos de encuentro. El Punto de encuentro, podía ser algún sitio donde la gente se reunía por cualquier causa, podía ser que hubiera  mucha o  poca gente, dependía de nuestro momento anímico de estar más o menos acompañado;  gente para saludar, platicar, discutir de fútbol, política, ensalzar o criticar al que fuese, hablar de la próxima corrida de toros o el partido de fútbol del Portuense. Había necesidad de verse con los demás, casi nos rozábamos unos con otros en determinados momentos, el punto de encuentro podía ser considerado  un lugar en el que te sentías protegido, un sitio para descansar, vernos rodeado de gentes nos hacía sentirnos seguro, reconfortado, casi feliz; no hay cosa más desagradable que la soledad no deseada.


Antiguo depósito de agua de la Plaza de las Galeras, Punto de Encuentro, lugar que los vecinos del barrio alto denominaban “Allá abajo”. (Fotografía Colección de Vicente González Lechuga)

Me hacía mucha gracia, escuchar en el barrio alto, allá por los años cincuenta del siglo pasado a los muchachotes de más o menos veinte años decir: «--¿Dónde vas?», «--Voy allá abajo». “Allá abajo”, era considerado en el barrio alto en ir desde donde estuvo el Cine Macario hacia el río, más o menos por la plaza de las Galeras, en ese lugar estuvo instalado un depósito de aguas en forma de copa, este depósito tenía en su base una serie de escalones que hacían de él un lugar para el descanso y la contemplación del paisaje de algunos ciudadanos de entonces. Probablemente por los motivos que desconozco, o tal vez por la reordenación del lugar, el Ayuntamiento estimó necesario demoler aquel emblemático Punto de Encuentro. Tal fue el desencanto de muchos portuenses, que la comparsa ‘Los Cuasimodos’ en 1961, dirigidas por el inolvidable Manuel Camacho Francés “El Chusco”, compuso un cuplé lleno de ironía y gracia para denunciar el enfado que produjo en parte de los ciudadanos la demolición del depósito de agua de las Galeras, Punto de Encuentro en aquellos años; espero acertar en la letra, decía así: «Catorce taladradoras/ y setecientas espiochas/ gastaron los albañiles/ en tirar del Parque/ la famosa copa./ Debían de haberla dejado/ en honor a su memoria/ o jugarla en un partido/ entre el Racing y el Vitoria/ lo que más gracia me hizo/ eran dos que había al lado/ que con lágrimas en los ojos/ decían desconsolados/ ¡ Ay mi copa del Parque!/ porque te habrán tirado/ cuando todos los veranos/ le dabas sombra a los parados”.

Calle Larga lugar que paseábamos los portuenses, a la derecha se ve la plaza de Isaac Peral, ahí terminaba el paseo por esta calle.  (Fotografía Colección de Vicente González Lechuga)

Había también un Punto de Encuentro, que era el paseo que los portuenses en aquellas fechas utilizábamos a partir de la festividad de la Virgen de los Milagros, que era el tramo en calle Luna desde San Bartolomé a Larga y calle Larga desde el tramo de Palacios a Plaza de Isaac Peral. Era curioso nuestro comportamiento cuando paseábamos, no había costumbre de pasar de los límites establecidos, es decir que llegabas a aquel entorno buscando a tus amigos o amigas y los encontraba seguro. Era raro ver circulación de vehículos por estas calles en estas horas, si pasaba  decíamos que era alguien de fuera de El Puerto que se había despistado. Este paseo que se utilizaba a partir de la festividad de la Patrona hasta más o menos el Corpus estaba bastante concurrido desde las siete de la tarde hasta las diez y media ó once de la noche, el reloj de Joyería Díaz estaba de guardián permanente para recordarnos la hora de recogida;  había bastantes bares, comercios, pastelerías y sobre todo el aliciente del Teatro Principal. Habría que destacar como lugares de encuentro dentro de este entorno, el Bar Central, Casa Lucas y el Puerto Bar entre otros. Recuerdo el eslogan del Bar Cádiz: “Menudo a la andaluza todos los días en el trece de Nevería“. Había un trozo de la calle Ganado, subiendo desde Larga, que también podía ser considerando paseo, hasta la esquina con Nevería, en ese lugar se encontraba el Restaurante Antigua de Cabo, El Hotel Loreto, la tienda de fotografía de Pantoja que estaba abierta los domingos por la tarde el Bar La Solera, la secretaría del Racing Club Portuense que casi siempre estaba abierta, el Bar Pontevedra y el freidor de pescado de la Familia Villar.

Calle Larga, detrás del coche se vé el restaurante La Fuentecilla (hoy Bankia) paseo de los portuenses en los años cincuenta del siglo pasado. (Fotografía Colección de Vicente González Lechuga)

En  el verano, el paseo se trasladaba al Parque Calderón, este sitio se consideraba el Punto de Encuentro en el verano. El Parque como lo denominábamos era distinto a como está ahora, entonces  el paseo era más amplio y diáfano pero no por que tuviera más superficie sino porque ahora parece más agobiado que antes, prácticamente estaban  los mismos bares y quizás algún quiosco más, menos atracciones de tiovivos, había un lugar para la banda de música que amenizaba las noches  con pasodobles y romanzas de zarzuela, los bancos de mampostería con hierro forjado y las fuente de la ranita y jardines: el paseo del Parque llegaba hasta el comienzo del puente de San Alejandro.


Parque Calderón, Punto de Encuentro en el verano, comprueben ustedes que parece más claro y diáfano. (Fotografía Colección de Vicente González Lechuga)

Poco a poco, los medios de comunicación se hicieron dueños de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, se popularizó le televisión y la gente que sábados y domingos empleaba la calle como un gran salón social, empezó a poco a poco dejar las calles semidesiertas,  se instalaron  cómodamente en sus casas para ver programas y programas dirigidos exclusivamente para  que el ciudadano, viva para consumir y hacernos sedentarios.

¿Qué les parece a ustedes esta esquina para para iniciar un nuevo Punto de Encuentro? Fijénse en esos paisanos como buscan apoyo para descansar sus piernas de la artrosis que le han ocasionado algún kilo de más. (Fotografía de Vicente González Lechuga)

El Punto de Encuentro, actualmente se ha fabricado para que las gentes vayan a él, están ubicados generalmente en los centros comerciales, no nombraré ninguno. El centro comercial está pensado como un gran edificio funcional, que  la tienda principal es un hipermercado y a su alrededor calles que se puede pasear por ellas, con cantidad de tiendas de artículos de consumo, además incluyen lugares de ocio, esparcimiento y diversión, como cines, bares y restaurantes. Estos Puntos de Encuentros son lugares que tienen exclusivamente un fin comercial y económico. Pero los Puntos de Encuentro situados dentro del casco antiguo de nuestra ciudad en otros tiempos, también tenían una actividad comercial lógica; pero además poseían  una connotación sociológica, pues era un espacio de intercambio  de opiniones y pareceres, que además cumplían ampliamente con los mismos requisitos de las antiguas plazas del pueblo, Punto de Encuentro, lugar de manifestación de intereses de los ciudadanos entre sí. /Texto: Francisco Bollullo Estepa.

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El final del siglo XIX y todo el XX, vieron sucederse los ismos, en fascinante laberinto o espesura. Unos cuantos ismos, en plan bombardeo: romanticismo, expresionismo, capitalismo, nihilismo, comunismo, fascismo, expresionismo, surrealismo, modernismo, etc. Según el diccionario de la Lengua Española, todo vocablo terminado con el sufijo -ismo denota una doctrina, sistema o partido.

Actualmente, con el auge de los localismos, hay individuos que sienten un excesivo afecto al lugar en donde se nace y ejercen una auténtica defensa de los valores y de la identidad de su tierra. En nuestra localidad, hay gente a quien le puede El Puerto, y hay otra que lo aborrece cada día más. También la hay que ni fu ni fa, obviamente. Pero si sucede que uno se queda ensimismado contemplando la belleza del paisaje y muere por la ciudad, entonces puede decirse que profesa el portuensismo o amor exacerbado por este rincón de la Bahía. Puede que alguno no llegue a ningún lado con ello, más aún cuando no se hace nada en pro del desarrollo, y puede que otro logre llegar incluso hasta ser alcalde por mayoría; y si ese alguien, en su momento, tiene seguidores, es posible que también tenga detractores; y tanto unos como otros, se mantienen durante la Historia.

Ejemplo: Este verano hemos tenido durante el mes de agosto un evento destacado: la inauguración de la pasarela del Guadalete. Pues bien, esta infraestructura tiene seguidores y detractores y ambos son muy de El Puerto y quieren lo mejor para que la ciudad prospere. Dentro de diez años -por poner una fecha- cuando se construya el puente, seguirá teniendo seguidores y detractores, y así hasta el final de los Tiempos ¿Quiere decir eso que los partidarios de cualquier acción de gobierno son muy portuenses y los críticos no? En absoluto: los dos tienen el mismo derecho de presumir de portuensismo.

Portuenses: De izquierda a derecha, Rafael Bayo, Juan Bayo, José Zamorano, Paco Arniz, María del Carmen Orellana, Pepita Lena y Faelo E. Poullet, durante la inauguración de la I Exposición Colectiva Itinerante de 7 Artistas Portuenses, celebrada en 1986, patrocinada por la entonces Caja de Ahorros de Cádiz, entidad que antes de la fusión, se implicaba en la cultura de El Puerto.

Ser portuense significa cuidar de su tierra, respetar a sus paisanos y tener espíritu crítico a sabiendas de que una vez estaremos acertados y otras equivocados en nuestros gustos y nuestras opiniones. Nada más. Nadie nos obliga (ni nos debe obligar) a que nos guste forzosamente la pasarela ni los conciertos de Siempre Así. Ni las visitas del Rey. /Texto: Daniel Bastida Monge.

Se situará junto a la nueva pasarela peatonal y acogerá 20 casetas de feria donde se ofrecerán tapas realizadas por bares de El Puerto. Habrá también actuaciones flamencas y atracciones para los niños.

El Puerto de Santa María celebra desde hoy miércoles 29 de agosto al domingo 2 de septiembre la primera Feria Gastronómica de la Vendimia, un evento con el que se quiere celebrar de forma conjunta el final de la temporada de verano y, a la vez, dar la bienvenida a la vendimia, una de las actividades fundamentales de las bodegas, uno de los sectores que tradicionalmente han caracterizado a la ciudad.

Para ello se han montado una especie de feria con 20 casetas en las que una veintena de establecimientos hosteleros de la Ciudad y también alguno  de Jerez ofrecerán una tapas a un precio unificado con la bebida de 2,5 euros.

El evento está organizado por el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María y ha sido diseñado por las empresas  Zona 956 y Gestoflor y cuenta con el patrocinio de Diario de Cádiz y la colaboración del Centro Comercial Abierto (CCA)..

El recinto, colocado junto a la nueva pasarela peatonal sobre el río Guadalete, estará ambientado como si fuera una feria de las que se celebran en la provincia. Cada establecimiento hostelero contará con una caseta en las que el público se podrá sentar a tomar las tapas. Permanentemente habrá música ambiente y también hay previstas actuaciones flamencas.

El horario de la feria es de una del mediodía a una de la madrugada y junto a las casetas habrá también atracciones feriales y castillos hinchables para los niños.

La idea es promocionar de esta manera la gastronomía de la ciudad y para ello los establecimientos han cuidado especialmente las tapas que ofrecen. Cada uno de ellos ofrecerán dos especialidades que irán desde clásicos como la carne al toro de La Herrería, las chistorras de la Bodeguilla del Bar Jamón o el ajo caliente de los jóvenes de La Palma a propuestas de diseño como un salmorejo de tomate negro y caballa marinada del Catering del Club  Las Redes o los lomitos de atún de almadraba con salsa de soja que ofrecerá la Bodega Jerezana.

Si quiere conocer todos los establecimientos participantes y las tapas que ofrecen pulse directamente aquí. /Texto: Pepe Monforte.

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La plaza de toros de El Puerto de Santa María se alza en las cercanías de la zona bodeguera. Aire de vinos de Osborne, de Caballero, y de Terry. Su ruedo es uno de los más grandes de España, y a principios del siglo XX se celebraron en su albero algunas corridas simultáneas, la de sol y la de sombra, con el consiguiente lío.

Ahí, inmortalizadas en azulejos, las palabras de José, el rival de Juan, que aseguran que no sabe lo que es una tarde de toros el que no haya asistido a una corrida en la plaza de El Puerto. Golpes marinos en el ambiente que vienen de Valdelagrana y Fuentebravía, y ahí tan cerca, la desembocadura, la muerte en la mar del Guadalete, que es el Río del Olvido, manso y tranquilo en sus últimos tramos como rompiente y tremendo en su descenso por Arcos de la Frontera. En los pantalanes de «Puerto Sherry» el «Hispania», con su mástil altísimo, navegado en sus buenos años por el Rey Don Alfonso XIII, asiduo visitante del Coto Doñana, que a un tiro de piedra queda. Y en la punta de la tenaza de enfrente de la bahía, Cádiz, la liberal y blanca, que celebra todos los días el segundo centenario de la Constitución de 1812, la Pepa, la que nos recuerda que somos hijos de España todos los españoles nacidos como tales en los dos hemisferios. La Constitución de aquella Cádiz sitiada por las tropas de Bonaparte que rubricaron diputados por Nueva Granada, Puerto Rico, el Río de la Plata, La Habana y Manila. Ahí, en «El Puerto de, Puerto de Santa María», se eleva el Castillo de San Marcos con nostalgias de Alfonso X el Sabio, y se mueve en silencio la mano de Juan de la Cosa trazando su Mapamundi, no lejos del caserón del colegio de los Jesuítas en el que coincidieron Juan Ramón Jiménez, Pedro Muñoz-Seca, Fernando Villalón y Rafael Alberti.

Hace unos sábados, por seguir los consejos de Joselito y celebrar el cumpleaños de La Pepa, El Rey presidió una corrida de toros en la plaza del Puerto de Santa María. Su aparición en el palco fue saludada por el público portuense con una cerrada, larga y atronadora ovación. Dolorosísima reacción popular para los que llevan un buen tiempo entregados a desprestigiar su persona, su figura y cuando representa. Entre otras cosas, El Rey representa la unidad de España, y eso cabrea a muchos.

Don Juan Carlos se ha dejado caer por El Puerto de Santa María y se ha llevado la desmedida de aquella ciudad portentosa. El Puerto no tiene medida. Vive junto al Atlántico, rodeado de viñas y pinares. Y El Rey se ha dejado caer, no sólo para celebrar el aniversario de La Pepa y obedecer al gran José. Lo ha hecho para impulsar con su presencia, en una de las plazas más representativas de España, a la Fiesta Nacional, al arte del toreo, al tesoro de las ganaderías de bravo, a la poesía, la pintura, la literatura, la música, la escultura, es decir, la Cultura con mayúscula que ha embriagado a la genialidad creativa universal. En San Sebastián, cuya vieja plaza del Chofre fue una de las más prestigiosas de España, su alcalde de «Bildu» ha anunciado que los toros –nacieron allí–, no volverán a ser el centro festivo y cultural de la Semana Grande. Por eso, el Rey, en la otra punta de España, presidía en el Puerto una corrida mixta en la que un torero a caballo navarro gritó un españolísimo «¡Viva la Pepa y viva el Rey!», que tanto habrá molestado a los traidores de su tierra que quieren entregarla al colonialismo nacionalista de los vascos oscuros. Que también hay vascos claros, que leche, y a puñados.

En el verano suceden estas cosas. Unos van, otros vienen, unos discuten, otros se abrazan, se lía el batiburrillo y el Rey se baja hasta El Puerto de Santa María para recordarnos, en aquel maravilloso lugar, que seguimos siendo España. (Texto: Alfonso Ussía Muñoz-Seca).

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Ahora que en estos días se ha inaugurado la exposición que conmemora los festejos taurinos celebrados en nuestra ciudad hace dos siglos, a los que asistió el efímero rey José I, al que por cierto en estos últimos años los análisis de los historiadores contemporáneos cada vez son más favorable a la gestión realizada -especialmente comparándola con la del "legítimo", el Borbon Fernando VII- al frente de la dirección del estado, quiero dar a conocer un aspecto `poco difundido, tal vez inédito, del nombramiento que este rey en funciones realizó sobre tres autoridades militares y religiosas de El Puerto de Santa María y 217 más del resto de España en diversas fechas. /A la izquierda, el hermano de Napoleón, el efímero rey José I.

El hermano de Napoleón había creado el 20 de octubre de 1808 en Vitoria, ciudad a la que se había retirado después de la derrota sufrida en Bailén, una condecoración para premiar la colaboración de autoridades militares y religiosas con el nuevo régimen de gobierno, los llamados "afrancesados" que llevaba aparejado el título honorífico de "Caballero de la Orden Real de España". Era una especie de "Legión de Honor" española, consistente en una estrella de rubí de cinco puntas sobre un soporte de plata en forma de rayos. Esta orden, bautizada por el pueblo como "Orden de la Berengena" debido al grabado de su emblema, fue concedida a tres autoridades portuenses, como adelantamos en el párrafo anterior: Al marqués de la Cañada Tirry, mariscal de Campo; al marqués de Casatremáñez, Gobernador de la ciudad y a Don Diego de Vergara, Vicario Eclesiástico de El Puerto.

El Diario de Madrid -el boletín oficial de la época- del 6 de abril de 1810 publicaba un decreto, dado en Granada con fecha 18 de marzo de ese mismo año, en el que "Don José Napoleón por la Gracia de Dios y por la Constitución del Estado, Rey de las Españas y las Indias, oido nuestro gran consejo de la Orden Real de España, hemos decretado y decretamos los siguiente: ARTÍCULO I. Nombramos Caballero de la Orden Real de España a..." y relaciona a una veintena y pico de personas por orden alfabético que se inicia con Pablo Andeiro, canónigo magistral y dignidad de arcipreste de la catedral de Granada y finaliza con Diego Vergara, el presbítero portuense. /En la imagen, escudo real de José I Napoleón.

¿Quienes eran estos personajes, colaboracionistas obligados como luego declararán cuando abandonen los franceses la población?

El marqués de la Cañada Tirry, Jose María Tirry Lacy, del que apuntamos algunos datos biográficos hace pocas fechas en otra colaboración dedicada a su hermano Juan Tirry Lacy, tenía 54 años cuando fué nombrado Caballero, pues había nacido en Cádiz el 11 de noviembre de 1755, bautizándose en su catedral de manos de D. Juan Domingo Lasqueti, canónigo de la misma. A la edad indicada, prácticamente retirado del servicio activo, vivía en la casa palacio de sus antepasados, hoy desaparecida, en la calle Aurora. Dos décadas antes, cuando era coronel de Infantería, fue capitán del Regimiento de Ultonia. Precedió al marqués de Casa Tremáñez como gobernador de la plaza. Creemos falleció en 1823 o 1824.

En la imagen, condecoración de la Real Orden de España.

Pedro Regalado Tineo Ramirez de Jove, III marqués de Casa Tremañez, sucediendo a su padre, Francisco Antonio Tineo Alvarez de Nava, aunque él firmaba como Alvarez de las Asturias,  quien, a su vez, lo heredó del primer titular del marquesado, su hijo Jose María Tineo, que había nacido en Gijón, fue gobernador de Ceuta,  Inspector General de Milicias, Comendador de Mayorga en la Orden de Alcántara y obtuvo el título por gracia de Fernando VI, en 1748. Falleció antes de 1780, sin sucesión. El III marqués de Casa Tremáñez, su hermano, era, en la fecha que estamos refiriendo, gobernador político militar de El Puerto. Se había instalado, lógicamente, en nuestra ciudad con su familia: su esposa doña Bárbara García Montero de Espinosa, que posteriormente, al fallecer su padre, sería Condesa Baynoa  y sus hijos Pedro Regalado y Maria Dolores Tineo Montero de Espinosa (el García se perdió como era practica habitual en las familias de clase alta o con chic). El primero, nacido en Barcelona en 1795, iniciaría una saga portuense de ese apellido, vinculando el título a nuestra ciudad al casarse en 1819 con María Trinidad Martinez del Monte y Azpillaga, (en este caso, el apellido "vulgar" se ennoblece convirtiéndolo en compuesto),  hija del notario D. José Martinez Azpillaga, que tenía su escribanía en calle Luna número 48 antiguo. Tuvo descendencia, y de ella destacamos a su nieto Pedro Tineo Martinez del Monte, capitán de Fragata, que estuvo una temporada residiendo en Cuba, de donde volvió en 1860, casado con la neoyorquina Trinidad Rodriguez Trujillo y con una hija de un añito, instalándose en la casa número 4 de la calle San Juan. Pedro Regalado Tineo (García) Montero de Espinosa falleció con 75 años de edad, en 1871 en su casa de calle Cielo 106, esa casa esquina con Ganado, que aún conserva el esqueleto de su espléndida portada y que sea por muchos años.

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El 20 de enero de 1961 se reunían unos amigos y clientes coincidentes en el desaparecido Tabernón Sánchez, en la confluencia de las calles Ganado y Melero, mientras degustaban los vinos de la Bodega González Rico, cuya solera hoy mantienen en la calle Misericordia la familia Basteiro. /Foto: Colección V.G.L.

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Antonio Mariscal, desconocido, desconocido, Milagros Govantes Pico, Juan Zaldivar Ortega, Jose Luis Lerdo de Telada Labat, Fernando Merello Lopez de Meneses, desconocido, Juan Pablo Lerdo de Tejada Labat, Jose Maria Martinez Ruiz, Jose Maria Martinez Govantes. Foto: Colección Vicente González Lechuga.

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