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Enrique Naya y Juan Carrero, 'Costus'.

En Octubre de 1974 Juan Carrero (nacido el 3 de Febrero de 1955) llega a la escuela de Artes y Oficios de Cádiz y se incorpora a tercer curso. Tiene 19 años. Allí estudiaba Enrique Naya (nacido el 12 de Septiembre de 1953), que por lo tanto contaba con 21 años recién cumplidos en ese momento. La situación política de esa época se resumía en esta frase: Franco en el poder. Los antecedentes familiares: Ambos hijos de militares de alta graduación. ¿Que pasó entre ellos cuando se conocieron? ¿Que chispas saltaron?

Durante esas Navidades Juan me invitó una tarde a tomar un café con ellos. Conocí a Enrique, que vino en el vaporcito desde Cádiz. Nada personal se dijo, y sin embargo “supe” que el amor estaba allí, entre ellos. Recuerdo que llevamos a Enrique en coche de vuelta a Cádiz: Yo conducía. Al regreso me sinceré con Juan. Le pregunté, me contó y le conté. Y recuerdo con claridad ese instante porque en ese momento me hice cómplice, colega y amigo de mi hermano. Porque por fin supe de sus sentimientos y el supo de los míos. Lo que experimenté –experimentamos- durante ese viaje de regreso fue una liberación, fue una explosión de sinceridad que cambió para siempre nuestra relación. En ese instante, gracias a Enrique, acababa de “conocer” a mi hermano. Esto marcó para siempre la relación que tenía con Juan --y por supuesto con Enrique, al que le estaré eternamente agradecido-- y la convirtió en algo muy especial y bonito comenzando una amistad profunda que duraría hasta el final de sus días. 

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“Vapor de El Puerto” Juan Carrero (Costus). Acrílico. 73×100 cms.

Con el paso de los años se repitió este ritual muchísimas veces: en Vacaciones, cuando Juan venía a El Puerto de Santa María a casa de nuestros padres y Enrique a Cádiz a casa de su madre, casi siempre se venía desde Cádiz en el vaporcito. Entonces solíamos comprar un pollo asado y nos íbamos a una tasca que se llamaba “La Burra”, que era del siglo XIX y tenía unos originales “reservados” y donde nos lo zampábamos, acompañado de unos picos y una botella de buen vino fino de El Puerto.

SU IMAGEN.
Al curso siguiente, en el verano de 1975, deciden irse a Madrid a finalizar sus estudios. Son 2 años que les quedan por delante para acabar la especialidad. Buscan casa y empiezan a estudiar y trabajar al mismo tiempo. Esto fue muy duro, ya que tuvieron que hacer el esfuerzo de cumplir una jornada laboral, una jornada de clases, y encima sacar tiempo para pintar. Pero lo hicieron. Y su estilo como pintores empezó a evolucionar.

horror_hipermercadoTambién su imagen cambió. En el verano de 1976 se marchan de vacaciones a Ibiza. Se están dejando el pelo largo, Juan adelgaza muchos kilos, y empiezan a vestirse “como artistas”. Ese año pasé el verano en Suecia trabajando. Allí, en una tienda de segunda mano, compré un abrigo de visón por un precio irrisorio. Cuando llegué a España, en Septiembre, se lo hice llegar a Juan de regalo. El lo convirtió en un chaquetón para hombre, y durante el invierno madrileño se lo ponía a menudo para ir a la oficina. Entre el pelo cada vez mas largo y el chaquetón de pieles, en la oficina le dijeron que eligiese: o la imagen o el trabajo. (En la imagen, el cartel de Costus para el disco de Alaska 'Horror en el Hipermercado').

Eran otros tiempos: un chico no podía llevar el pelo largo, ni por supuesto teñirse: Los fachas correteaban a palos a todo el que fuera vestido con atuendos un poco llamativos. Así de intolerantes, incultos y salvajes éramos en esa España de 1976 -1977.
Pero Juan eligió: su imagen ante todo. Dejó la oficina, encontró trabajo en la tienda de ropa de unas amigas (“Fortunata y Jacinta”), y siguió estudiando, pintando y trabajando, al mismo tiempo que desarrollaban una imagen diferente.

pepilucibom_puertosantamariaEL ESTUDIO.
A partir del verano de 1977 se mudan a un piso enorme, en la calle de la Palma, nº 14. Le hacen obras, lo reforman y montan su estudio: Se lanzan al estrellato. Enrique y Juan comparten piso con Fanny McNamara, que era amigo de Pedro Almodóvar y de Tino Casal, y reciben en su casa todas las tardes.
Allí tenían su cuartel general Alaska, (que fue íntima amiga de COSTUS desde que se conocieron hasta el final) Tino Casal, Miguel Ángel Arenas “Capi”, Manolo Cáceres, Carlos Berlanga, Tessa de los Zombis y otros muchos amigos. En 1978 Enrique expone en la sala del Colegio de Arquitectos de Madrid, y Juan en la Casa de la Cultura de El Puerto de Santa María. En 1979 aparece “Horror en el hipermercado”, de Alaska, con un póster de Costus. En 1980 se rueda “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del móntón”, que en parte se hace en casa COSTUS.

EL CHOCHONISMO ILUSTRADO.
Por esa época Alaska, después de un viaje a Londres, decide dejarse “cresta”, al estilo de los indios “Chochoni”, y esto daría origen a varias canciones, a que ellos mismos se autodenominaran “chochonis” y sus actividades “Chochonismo”. Tanto es así, que la gran exposición que hicieron en la Galería Vijande en octubre de 1981 se llamó “El Chochonismo Ilustrado”.
Pero volviendo a la imagen... a estas alturas el cambio y la libertad ya era algo imparable: cada vez llevan ropas mas extrañas, pelos de colores, melenas, crestas... y para completar la anécdota que conté antes, el chaquetón de visón acabó como regalo en las manos de Alaska, con motivo de su primer disco.

Así fue como la evolución personal de ese grupo que conocimos por “La movida” acabó teniendo una influencia trascendental en la moda en todo el país y en ese “cambio de mentalidad” que nos trajo mayores cotas de libertad a todos nosotros.

03-03-07 (costus)SU ARTE.

El estilo de cada uno de los COSTUS era bien distinto.
Al conocerse cada uno pintaba sus cuadros de forma individual: Juan comenzó pintando cuadros Naif, que ya denotaban su afición a los colores puros e intensos. Enrique tenía un estilo hiperrealista con raíces en el arte Pop y su fuerte era el dibujo, donde siempre destacó.
En un momento determinado, sobre 1979-1980 deciden pintar en colaboración: empezaron una serie de cuadros dedicados a las famosas muñecas de gitanas de Marín. Eran cuadros enormes y muy kitch. A esta serie la llamaron “La marina te llama”. En esos cuadros Enrique pintó las caras y brazos, así como algunos fondos, y Juan se dedica a pintar los trajes de las muñecas y algún otro fondo.
El resultado fue espectacular: esas muñecas gigantes son deslumbrantes, irónicas, Kitch y a la vez algo muy nuestro, lo que las hace poseer una extraña ternura. Como se puede leer en el texto de Enrique “Lo peor de todo”, el origen de estos cuadros está en aquella visita que realizó de pequeño con su padre a Chiclana, después de unas inundaciones, y que estaba todo el pueblo lleno de muñecas de Marín destrozadas, ya que la fábrica donde se hacían quedó arrasada.

COSTUS: NOMBRE ARTÍSTICO.
Por esa misma época adoptaron su nombre artístico “COSTUS”, reformando el mote que les daban sus amigos, que decían de ellos: trabajáis sin parar, en vuestra casa, por encargo, igual que si fuerais “costureras”. Ellos vieron el enorme potencial que tenía ese mote y en vez de resistirse lo adoptaron y lo transformaron en “COSTUS”.
En esa gran exposición que hicieron con Fernando Vijande, todos los que participaron “se consideraban” COSTUS (Alaska, Fabio de Miguel –Fanny McNamara”-- , Miguel Ordóñez, Tessa, Carlos Berlanga) pese a que el grueso de la obra era de Juan y Enrique.
Luego, con el tiempo, se conoció como “COSTUS” tan solo a Juan y Enrique, tanto si pintaban la obra conjuntamente, como si era obra individual de cada uno de ellos. En este último caso solían firmar Juan Costus, o Enrique Costus.

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EL VALLE DE LOS CAIDOS.
Esta serie era la interpretación en pintura de todas las esculturas que decoran el Valle de Los Caídos. No tuvo intencionalidad política (véase el texto sobre el Valle de los Caídos de Enrique Costus), pero indudablemente resultó chocante para la mentalidad de esa época. Los modelos para cada tema (Evangelistas, Vírgenes, Virtudes, etc.) fueron sus amigos de la “Movida”. Así Bibi Andersen fue la Virgen del Carmen, Alaska una Virgen dolorosa, Juan fue el Evangelista San Juan y modelo de varios Cristos, etc.

vallecaidos_costusEsto, que no sorprende a un historiador del arte, (acostumbrado a saber que la modelo de la virgen de Murillo era siempre su hija, o que Velázquez y Ribera buscaron modelos para sus Santos, Vírgenes y Cristos muy a menudo en asilos, Hospitales e incluso cárceles) resultó chocante para el público en general. Sin embargo esta serie, en la que Enrique pintó a los personajes y Juan los Fondos, posee una fuerza extraordinaria. Es un monumento a “la Movida”, pero también un homenaje al Barroco español. (En la imagen,  Enrique Naya y Juan Carrero, de visita en el Valle de los Caídos en 1980).

En esta serie – en la que Enrique pintó los personajes y Juan los fondos - Costus incluyeron una extraordinaria Inmaculada (se expuso en ARCO de 1985 ), que es un homenaje de Enrique a su adorado Murillo y a la Inmaculada que estaba en Cádiz, en el colegio donde estudió, y que tantas veces contemplaba extasiado. Lo cierto es que todo el conjunto sobrecoge por el tamaño de los cuadros y por la magnífica conjunción que se produce entre los dos estilos de ambos pintores, que crean algo nuevo, genial y de una rotundidad y belleza que no pierde con los años, sino que más bien gana con el paso de los mismos.

427956565_cad1eb2d9e_oSERIE ANDALUZA.
Se puede decir que si “el Valle” fue pintura religiosa, ahora pintaron una serie profana. Dedicada a Andalucía al principio, fue evolucionando hasta incluir todo en ámbito del Mediterráneo, llegando a Egipto. En esta serie cambian sus papeles y Juan trabajó los personajes --con su habitual estilo expresionista y lleno de color-- mientras que Enrique hizo unos fondos hiperrealistas, sumamente minuciosos y de una perfección insuperable. El conjunto, de nuevo, resulta extraordinario. La serie quedó inacabada, pero hay bastantes cuadros --de gran formato-- como para apreciar la belleza y el nivel artístico que Costus habían alcanzado.

Viviendo en El Puerto de Santa María y después de intensas gestiones se consiguió que la serie “El Valle de los Caídos” se expusiera en Madrid. La inauguración fue el 3 de Junio de 1987 en la Casa de Vacas. Tras seis años de trabajo vieron recompensado su esfuerzo gracias a la Comunidad de Madrid, que además les edita un excelente catálogo. Esta sería su última exposición importante. Luego vendrían las exposiciones postúmas, tras su muerte en 1989. «Clausura», (1992) en El Museo del Mar en Cádiz y en Madrid en Casa de América. En 1997 «Costus: Pintura y escultura en colecciones andaluzas», de la que fue comisario quien suscribe, organizada y celebrada entre Jerez y El Puerto.

castillosanmarcos_costus_puertosantamariaEl 22 de Agosto de 2002, se efectuó por parte de la familia Carrero la donación de 7 cuadros de Juan COSTUS de su etapa Naïf al Museo municipal del Puerto de Santa María y se e inauguró la “Plaza Pintores Costus”, igualmente en El Puerto. (En la imagen de la izquierda, el Castillo de San Marcos, acrílico que se muestra en el Museo Municipal).

OBRAS DE COSTUS EXPUESTAS.
Hay obra de COSTUS en los siguientes museos e instituciones:
Museo de Bellas Artes de ÁLAVA (“ARTIUM”) en Vitoria
Museo de Cádiz. Museo del Puerto de Santa Maria
Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, de Sevilla
Ayuntamiento de Cádiz
Colección del I.C.O.- Madrid.
Colecciones privadas en España, Venezuela y México

COSTUS 1986SU RELACIÓN.
Otra de las cosas en las que la influencia de COSTUS en la sociedad española fue importante es el tema de la homosexualidad. Ellos llevaron su relación de una forma discreta, pero pública y notoria. Todo el mundo sabía que eran pareja y la gente lo aceptó con naturalidad. En eso también “hicieron camino al andar”, ya que sin ser “reivindicativos” ni luchadores en ese aspecto su misma actitud de naturalidad y visibilidad fue un factor positivo para que la gente se acostumbrara. Por ello también hay que agradecerles su aportación en ese aspecto al avance de la mentalidad en este país. (En la imagen en blanco y negro, los Costus, en 1986).

A principios del año 1988 Juan había alquilado una casa en Sitges. Pensaban mudarse allí para estar cerca de Barcelona, donde serían las Olimpiadas de 1992. En ese momento Juan viajó a Sitges, alquiló la casa y luego se embarcó con Tino Casal en un largo viaje de promoción de su último disco. Mientras tanto Enrique pasó un invierno muy malo, resfriándose continuamente, pues tenía las defensas muy bajas. En esas fechas Enrique estaba terminando el retrato que les había encargado la familia Bosé. Además pintó varios carteles por encargo de la Fundación Municipal de Cultura de Cádiz, entre ellos el de la “21 Muestra Cinematográfica del Atlántico”.

1166258205_fEnrique fue empeorando y en algún momento llegó a confesarme que temía padecer de un cáncer. En Mayo Juan regresa y Enrique se somete a pruebas y análisis muy completos en el Hospital de Mora, en Cádiz, enterándonos entonces de que padece el sida. Cuando Enrique se recuperó salió del Hospital y decidieron trasladarse a su casa de Sitges.
Pero al llegar, y como las noticias vuelan, se encontraron con que el propietario les había cambiado la cerradura y no podían entrar. Todo esto a pesar de que habían pagado la fianza, así como las mensualidades correspondientes. Se da la circunstancia, además, de que cuando Juan alquiló la casa, no se sabía nada de la enfermedad. Ante semejante injusticia y aconsejados por su abogada, Remedios Pascual, deciden poner una demanda, que sería la primera que se presentaba en España por discriminación a causa de esta enfermedad. (En la imagen Lola Flores y Yul Brinner, acrílico parcial de la decoración de un bar de la movida madrileña).

1169821890_fGanaron el pleito y acudieron con una orden judicial y un cerrajero a forzar la puerta y tomar posesión de la casa. En este proceso recibieron el apoyo incondicional de Jordi Petit, reconocido activista el los temas GLBT, que movilizó a la opinión pública en Cataluña a favor de Costus.

En Sitges continuaron pintando la serie Andaluza. Juan realizó además telas pintadas por encargo de Manuel Piña, que se había hecho íntimo de Costus. Pero Enrique empeora, y después de pasar por numerosos altibajos falleció en el Hospital de Badalona el día 3 de Mayo de 1989.

Entonces fui a Sitges a pasar una semana con Juan, para darle en la medida de lo posible mi apoyo y consuelo. Recuerdo su imagen en el andén de la estación cuando me marché. Sería la última vez que lo vería con vida: Justo un mes después del fallecimiento de Enrique, la noche del 3 al 4 de Junio, Juan se suicidó. Habían pasado juntos 14 años, pintando sin descanso, rompiendo esquemas y viviendo intensamente una de las etapas de mayor creatividad del mundo artístico español: Los primeros años de la democracia, que trajeron aires nuevos y frescos a nuestro panorama cultural. En definitiva, forjando el mito de COSTUS. Hoy sigo trabajando para que la vida y la obra de Costus sean conocidas por todos, ya que me parece que fue una historia de amor y de creatividad maravillosa.

ricardocarrerogalofre_puertosantamariaTanto se ha escrito; tanto “se sabe” sobre ellos...así que solo me quedaba aportar mi visión personal. La visión de un hermano y amigo al mismo tiempo. La visión que me puede dar el haber compartido con ellos tantos momentos: alegres, de trabajo, tristes, de dolor, de “marcha”, de carnaval, de playa, de luz. // El autor ha sido presidente de la Asociación Jereles Gay en 2004. (Texto: Ricardo Carrero Galofré).

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generalmodesto_2_puertosantamariaJuan Modesto Guilloto León, Modesto (El Puerto de Santa María, 24 de septiembre de 1906 - Praga, 19 de abril de 1969). Militante comunista y militar de la República durante la Guerra Civil Española que alcanzó la graduación de General. El Presidente de la República Juan Negrín le confirió dicho grado militar, único caso entre los oficiales de milicias. Combatió en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial. Familiares suyos continúan viviendo en El Puerto, quienes recuerdan que Modesto calificaba a El Puerto como “una de las pequeñas ciudades marineras más bellas de la tierra”.

El año de su nacimiento, 1906, eran detenidos en Cádiz, por carecer de la completa documentación, 21 jornaleros andaluces que se disponían a emigrar a América. La situación de miseria se agravaba día a día en España. Con el fin primordial de paliar la crisis obrera, comenzaba el derribo de las murallas de Cádiz. En San Sebastián se celebraba la ceremonia de conversión al Catolicismo de la princesa Victoria Eugenia de Battenberg. El Vesubio entraba en erupción y devastaba Nápoles. En San Francisco (EEUU) un terremoto e incendio destruía parte de la Ciudad. Picasso pintaría “Las señoritas de Avignon” y en Estados Unidos se celebraba la primera emisión radiofónica. Era también el año del nacimiento del que sería magnate griego Aristóteles Onassis.

modestoguilloto_puertosantamariaNació en la calle de las Cruces.  De pequeño le gustaba jugar en el Caño del Molino y en Valdelagrana. Hijo de obreros, desarrolló parte de su juventud en el trabajadero de bodegas Osborne, en la Aserradora de Pastor y en la Farmacia de Viqueira. Fue cabo del cuerpo de Regulares en el Marruecos español, empleo del que después sería degradado. Organizó el Sindicato de Oficios Varios y el Socorro Rojo. Se afilió al PCE en 1930. En 1933 organizó las milicias comunistas (las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas, MAOC), tras recibir formación militar en la Unión Soviética. Al estallar la guerra civil, Modesto fue uno de los creadores y primeros comandantes del famoso 5º Regimiento, del que llegó a ser jefe en octubre de 1936. Participó en el asalto al Cuartel de la Montaña en Madrid y dirigió un batallón en la provincia de Toledo, intentando contener el avance franquista hacia Madrid. Se distinguió en las operaciones de la Sierra de Guadarrama y en el Tajo durante la batalla de Madrid. En 1937, el general Miaja, jefe de la Junta de Defensa de Madrid, le encarga el mando de la 4ª División. Tras las batallas de Guadalajara, Jarama y Brunete se le asignó el mando del V Cuerpo de Ejército.

Con el Quinto, Quinto, Quinto
con el Quinto Regimiento
madre yo me voy al frente
para las líneas de fuego.
Anda jaleo, jaleo
saca la ametralladora
y ya empieza el tiroteo
y ya empieza el tiroteo.

Himno del Quinto Regimiento.
Para escuchar el himno cantado pulsar aquí.

En 1938, dirigió las operaciones militares durante la Batalla del Ebro, con el rango de coronel, teniendo bajo su mando al V Cuerpo de Ejército (Enrique Líster) y el XV (Manuel Tagüeña, ambos comunistas como él). Su retirada de la batalla del Ebro es estudiada en las academias militares como algo ejemplar para evitar el mayor número de bajas. Tras la caída de Cataluña pasó a la zona centro, en donde Negrín le nombró general (caso único entre los oficiales de milicias) y Jefe del Ejército del Centro el 2 de marzo de 1939. Al finalizar la guerra huyó a la Unión Soviética, cuyo gobierno reconoció su grado militar.

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Vicente Rojo, Juan Modesto, el presidente del Consejo de Ministros de la II República el Dr. Juan Negrín y Enrique  Líster en un acto de las Brigadas Internacionales, en Barcelona.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue general del Ejército búlgaro comunista que combatió a los nazis junto con las tropas de la URSS.  Fué derrotado por José Díaz en las luchas de facciones internas para hacerse con el control del Partido Comunista de España en el exilio.

alberti_juvenil_puertosantamariaSe retiró a Praga, donde murió en 1969 oponiéndose a la entrada de los tanques soviéticos en la capital, un año antes. El matrimonio residente en El Puerto, formado por Antonio González San Gil y Águeda del Valle, que conocieron a Modesto en Praga, incluso asistieron a su entierro en 1969. En la capital checa escribió sus memorias “Soy del Quinto Regimiento”, que se publicaron en París ese mismo año, una obra que ofrece una exhaustivo análisis sobre la Guerra Civil Española. (W).

Perteneció a la generación de Rafael Alberti, que lo cita en repetidas ocasiones en su libro de memorias La Arboleda Perdida.

Mañana dejo mi casa,
dejo los bueyes y el pueblo.
-¡Salud! ¿A dónde vas, dime?
-Voy al Quinto Regimiento.
Caminar sin agua, a pie,
monte arriba, campo abierto.
Voces de gloria y triunfo,
-¡Soy del Quinto Regimiento!

Rafael Alberti, 1936

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El General Modesto, hablando en la ceremonia del funeral por el General Karol Swierczewski, en la Plaza Zwyciestwa. Varsovia (Polonia), 1 de abril de 1947. (Foto PAP)

Nz. przemawia gen. Juan Modesto Guilloto Leon. Uroczystosci pogrzebowe generala Karola Swierczewskiego na placu Zwycistwa.  Warszawa, 1947-04-01. (wb PAP).

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Pruden López Campuzano y su mujer, Susi, con los hijos del General Modesto, en la Exposición que sobre el General Modesto se inauguró el 24 de septiembre de 2006 en el Centro Municipal Alfonso X el Sabio, con motivo del 1º centenario del nacimiento de nuestro protagonista. Era el alcalde, a la sazón, Fernando Gago.

soydelquintoregimiento_ptostamariaDel Capítulo: “Antesala del 18 de julio”. «Al ser designado Azaña presidente de la República el 10 de mayo de 1936, la jefatura del Gobierno pasó el día 12 a Casares Quiroga, que siguió manteniendo en sus manos la cartera de Guerra.
En este periodo, antesala del 18 de julio, se mascaba el clima de guerra civil. Los cuartos de banderas eran focos de subversión. La UME (Unión Militar Española) dio la directiva a todos sus afiliados de no aceptar los permisos de verano. Las continuas advertencias de los oficiales y jefes leales, en muchos casos postergados y perseguidos por sus "compañeros", eran desoídas por el Gobierno. Igual suerte corrían las denuncias hechas en las Cortes por los diputados de izquierda sobre los preparativos de la sublevación, más señaladamente las que con pruebas irrefutables hacían José Diaz y Dolores Ibarruri en nombre del Partido Comunista. Los pistoleros fascistas seguían sus crímenes. Orientados por la UME, asesinaron en Madrid, el 9 de mayo, al capitán Faraudo; y el 12 de julio, al teniente José Castillo.
El indefensismo en el que se encontraban los militares demócratas por parte del Gobierno, excitó su indignación. La lenidad de aquél les hizo reaccionar con particular brío, desarrollándose en un núcleo importante de ellos la tendencia a actuar por su cuenta.

republica2Al día siguiente del asesinato del teniente Castillo, promovimos una reunión a la que asistieron los dirigentes de las células del partido del Segundo Grupo de Asalto (Ministerio de la Gobernación), del Ministerio de la Guerra, del Ministerio de Marina y del Batallón Presidencial, reunión que se celebró en el domicilio del teniente coronel José Barceló, sito en la calle Vallehermoso (3). A esta reunión asistió, en vísperas de incorporarse a su destino en África, el capitán de aviación Leret, uno de nuestros camaradas militares más lúcidos, asesinado por los militares franquistas el 18 de julio en la base de hidros de Atalayón.
En esta reunión de particular tensión, los camaradas Barceló, ayudante de Casares Quiroga y jefe del batallón del Ministerio de la Guerra; Enciso, jefe del Batallón Presidencial; Burillo, del Grupo de Asalto, y la célula del Ministerio de la Marina expresaron su indignación por los crímenes de los militares fascistas y la necesidad de extremar la vigilancia para salvar a la República en peligro. En aquella reunión se trazó la línea de conducta a seguir con vistas a que no pudieran sorprendernos los acontecimientos en los ministerios y en las unidades.

5_regimientoEn este periodo, en nombre del partido, yo estaba relacionado con el coronel Rodrigo Gil Ruiz, jefe del Parque de Artillería de Madrid, socialista. En vísperas de la sublevación y ante la eventualidad de que los fascistas intentaran apoderarse de las armas del Parque y se produjera un golpe fascista, fijamos ambos la consigna "Modesto" para la entrega de las armas a las MAOC (Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas).» Del Libro “Soy del Quinto Regimiento”. Juan Modesto Guilloto León. Edita: Éditions de la Librairie du Globe. París, 1969. Reedición de Laia. Barcelona, 1978.

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1. Juan Ramón Jiménez; 2. Pedro Muñoz Seca; 3. Fernando Villalón; 4. Dionisio Pérez.  Al lado de Villalón, a la derecha de la Virgen,  Francisco Ciria y Vergara de la Concha. En la fila de abajo, segundo por la derecha,  Juan Ávila González. (Foto Colección LSA).

A Don Francisco Ciria y Vergara de la Concha, Marqués de Ciria y Marqués de Piedrabuena, siempre lo miré como a un personaje enigmático y misterioso. Yo no lo traté, pero lo conocí y observé con curiosidad.
Fue condiscípulo riguroso, en el Colegio de San Luis Gonzaga portuense, de Juan Ramón Jiménez, de Fernando Villalón, de Pedro Muñoz Seca y coincidió, pero en curso inferior, con Dionisio Pérez y con mi abuelo Juan Avila.

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Don Francisco, por arrojo y temeridad, rompió en torero, con el sobrenombre de "El Marquesito", y en jinete y garrochista; por los poderes ocultos, en espiritista y teósofo; por herencia, fue bodeguero, agricultor y lo que se llamaba "propietario"; por inspiración, poeta notable y arqueólogo intuitivo y, por inclinación, enamorado doncel, aun bien maduro, que llegó a ser paradigma local de la vida desatenta. (En la ilustración, etiqueta de Francisco Ciria y Vergara. 'Vargas-Machuca' Manzanilla Olorosa).
La descripción registral de su casa-bodega es de las más hermosas que he visto: Al frente, la calle Pozos Dulces; a la izquierda, según se mira la fachada, la calle de la Plata; a la derecha, los estribos del Puente de San Alejandro y, al fondo, la playa del Río Guadalete. En esa casa conservaba un retrato al óleo, de tamaño natural, de un pariente de su madre, el Padre de la Concha, sacerdote que, según él decía, era el "fundador de la estirpe".

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Torre de Doña Blanca. Yacimiento Arqueológico.

A sus incursiones y excavaciones arqueológicas por la Vega de los Pérez y por el Castillo de Doña Blanca se debe el conocimiento posterior de esos yacimientos y de lo que él llamaba el "cementerio de los gigantes".
Dejó muchas poesías ingeniosas y bien construidas y dos tomos infumables sobre Tartessos. Su biblioteca que vi, después de faltar él, era escogidísima y muy nutrida en obras raras y curiosas.
Lo conocí de observarlo en la tienda de Manolo Gatica, en la esquina de las calles Cielo y Espíritu Santo, donde se reunía con Miguel Caro Beato, con Javier Ruiz de Cortázar y Tosar de Zurutuza, con Juanito Buhigas, con Juan Antonio Campuzano de Hoyos, con Luis Benvenuti Morphy... Y allí arreglaban el mundo. Cuando lo tenían arreglado y Gatica cerraba, se decía que Don Francisco, con algunos otros, se quedaba hasta bien tarde para oír Radio Pirenaica, emisora clandestina que ponía de chupa de dómine al régimen franquista, con lo que se solazaban los reunidos.

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Almacén de Gatica. (Foto: José Ig. Delgado Poullet. Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

Durante un tiempo frecuentó la tienda de Gatica el Párroco de San Joaquín, Don José María Rivas, que se hizo amigo de don Francisco, le rebatía sus teorías esotéricas y le sermoneaba, entre copa y copa. Así, una mañana, siendo yo muy jovencito, llamaron a la puerta de mi casa, salió mi padre y oí a Eduardo Ciria: "Luis, acaba de morir papá y se ha reconciliado con la Iglesia". Igualito, igualito, que el don Guido de Machado. (Texto: Luis Suárez Ávila).

aquilinoduquegimeno_puertosantamariaEl escritor Aquilino Duque Gimeno conoció a Francisco Ciria, y lo utilizó, como personaje literario, con nombres diversos en varias novelas de juventud del propio Aquilino, cuya acción transcurre en El Puerto, con personajes ficticios, caricaturizados, inspirados en personas reales, calles y plazas reales y apellidos locales: «La Operación Marabú» (Editorial Renacimiento). Otras novelas fueron «Los Consulados del Más Allá» y «Los Agujeros Negros». Lamentaba el escritor no haber conocido este texto de Luis Suárez cuando escribió «Mano en Candela». He aquí un fragmento de La Operación Marabú:

"Era Juan Ignacio Benvenuti varón de magras proporciones y aventajada estatura. La leve cargazón de los hombros, la vaga lejanía de la mirada, el perceptible temblor de las manos, lo ingrávido y quebradizo de la apostura lo sustraían un tanto a las terrenas pesadumbres de la existencia, de modo tal que al caminar procedía cual si marchara sobre nubes. Ave zancuda y potestad angélica, los finos y largos remos lo elevaban muy por encima de sus semejantes; caminaba abstraído y eran sus piernas dos delgadísimas columnas de humo, transparentes a la altura de las canillas. Una diadema de cortos rizos coronaba de oro su frente alabastrina, reproduciéndose luego a la altura de las cejas en un áureo trazo sin solución de continuidad. Cobraba al sonreír una expresión a un tiempo augusta y bobalicona, y esta circunstancia, unida a lo rubio de su tez y lo desgarbado de su estatura le confería empaque y vitola de alteza real en el exilio. Solía con la mano izquierda hacer un gesto como de guardarse la cartera o un documento cifrado en el bolsillo interior de la levita, mientras que con la diestra parecía siempre estar dando bajo cuerda una propina o depositando con disimulo un billete galante en la consola de un “boudoir”. Ceceante la prosodia, pastoso  el parlamento, tenían sus frases y conceptos muy poco que ver con la prosa ambiente del ordinario mundo. Gustaba vestir estrecho pantalón a cuadros grises y negros, chaleco rameado con botones de nácar y entallada levita de amplios faldones que en determinados momentos parecían cobrar condición aerostática para arrebatar, tal un par de enormes alas negras, por los aires a su zancudo portador»

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(Continuación). Descubriremos ahora nuevas facetas de Críspulo Martínez: empresario taurino y promotor constructor nada menos que del desaparecido Teatro Principal. Para enterarnos de su participación en esta última actividad, en la que podremos ver nuevamente su talante oportunista, sin que con ello queramos adjetivar peyorativamente su comportamiento, mas bien todo lo contrario, y también su  capacidad organizativa, recurrimos a un texto de José Ignacio Buhigas, actual Archivero Municipal, quien, con su contrastada maestría narrativa, nos ilustra al respecto:

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El Teatro Principal, a principios del siglo XX. (Foto Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

EL TEATRO PRINCIPAL.
En 1842 la Junta de Beneficencia de esta ciudad elaboró un proyecto para construir un teatro por acciones en el local que poseía, calle Luna, esquina a la de San Bartolomé conocido por el nombre de Trabajadero de la Compañía, agregándole el antiguo reñidero de gallos que se halla a su espalda.
El objetivo de este teatro era el de sufragar las necesidades de un asilo piadoso y alentaba la Junta de Beneficencia a los vecinos a que consideraran que no deben mirar con indiferencia que les aventajen  los de las ciudades inmediatas en celo y amor por su país, edificando los de Jerez una costosa plaza de toros que ha arruinado la de esta Ciudad; y los de Sanlúcar un teatro cual nunca tuvieron y señalaba que el teatro será un monumento de gloria que trasladará las generaciones futuras su generosidad y su civismo.
El capital se conseguiría a través de 80 acciones de 2.000 reales y otras 20 más que representaría la Beneficencia. Sin embargo, un año más tarde la única esperanza de que se llevara a efecto el teatro era una proposición de data a censo hecha por don Críspulo Martínez, ya que la Diputación había prohibido invertir cantidad alguna del fondo de Beneficencia en la obra, ni puede distraerse para pago de premios de los accionistas ni algún otro objeto y las circunstancias de que el comercio de extracción de vinos estaba en el mayor abatimiento por un tratado con Gran Bretaña aconsejaban dejarlo para una época más prospera.

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El Teatro Principal, poco antes de su desaparición, pasto de las llamas. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

La esperanza se cumplió: don Críspulo Martínez tomó a censo el solar y en mayo de 1845 estaba a punto de concluirse la construcción del teatro. El 18 de junio de 1845 la Academia Nacional gaditana de las Nobles Artes elaboró un informe del reconocimiento del edificio en el que resaltaba por su importancia y novedad una serie de detalles de la construcción, sobre todo de los palcos, el cielo raso y la cubierta; señalaba que las maderas eran de pino Flandes, que el ornato era bello y elegante y dispuesto con tanta ligereza y buen gusto que nada deja que desear y que su cabida era de 1.200 personas sentadas y 300 de pie, para concluir: en suma, este bello teatro, por su acertada y bien entendida construcción, su decoración y cabida, es digno de figurar en una capital

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Octavilla publicitaria de una función en el Teatro Prinicipal en 1883. (Colección de Tomás Ramírez).

PROBLEMAS CON LOS TOROS.
Los amigos de la fiesta nacional por excelencia, esos aficionados de El Puerto, ciudad de tan gran tradición taurina, sufrieron numerosos contratiempos, incontables penalidades en esta mitad del siglo XIX debido a las dificultades que se fueron sucediendo un año tras otro para gozar y disfrutar de espectáculos taurinos, cuya escasez era notoria, privando cada primavera y verano a un nutrido grupo de fervorosos admiradores del arte de torear de tan popular diversión.  Los empresarios brillaban por su ausencia. Había demasiadas formalidades que cumplimentar, excesivas cargas y  escasa colaboración de las autoridades a las que solo parecía importarle acceder gratuitamente a los espectáculos. Añádanle a lo dicho unas instalaciones deficientes y caras de mantener de un año para otro y el resultado es fácil: ausencia de beneficios y, por tanto, pocos espectáculos.

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“Descanso en la Plaza de Toros”. Obra de José María Uría, año 1870. Palacio de Meres. (Asturias).

Esa inquietud y malestar generalizado entre los aficionados locales animaron a un grupo, digamos pudiente,  a tomar la iniciativa y poner en marcha los mecanismos necesario, utilizando todos los recursos e influencias a su alcance para construir una plaza que sustituyese al arruinado coso existente, inservible para organizar espectáculos en sus instalaciones. Martinez Alfonso lo cita así en su gran obra “Plaza Real”: “Corría el año 1843. A iniciativas del Alcalde, D. Juan José Gay se va a crear una empresa anónima con el fin de construir una nueva Plaza de Toros y restaurar así el antiguo brillo y tradición de la fiesta portuense.”  La sociedad, cuya primera Junta Directiva la compusieron Jose Maria Albareda, Carlos Carrera, Nicolas F. Galarza y Francisco Miranda se autodenominó “Asociación Propietaria de la Plaza de Toros”. Adquirieron las defectuosas instalaciones existentes en 90.000 reales, abonando tan solo 30.000, aplazando el pago del resto a 8 años, hipotecando la nueva plaza en garantía del pago.  Consiguieron que el municipio les cediera la propiedad del terreno que ocupaba la plaza, el corralón de los encierros y la manga –camino o vereda ancha empalizada por el que introducían el ganado que venía conducido en manada desde el campo por los jinetes-  instalaciones que totalizaban casi once mil varas cuadradas de superficie, dándole la propiedad a censo reservativo o data a censo y durante toda una década pudieron dar satisfacción a sus socios y a los aficionados en general en el terreno artístico pero, sin embargo, en el económico “los éxitos no fueron tan sensacionales como en su optimismo y decisión esperaban sus directivos.”

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Toros en El Puerto en 1871. 25 y 26 de julio. Toreros: José Ponce, Rafael Molina Lagartijo y Manuel Fuentes Bocanegra. (Archivo Osborne).

DON CRÍSPULO, EMPRESARIO TAURINO.
En esta nueva coyuntura negativa aparece como salvador nuestro don Críspulo, al que recurren, conocedor de sus habilidades en estos pantanosos terrenos, los miembros de la junta liquidadora de la ya extinguida asociación de propietarios para intentar salvar la temporada de 1854. Inicialmente firma, con fecha 17 de marzo, un contrato de arrendamiento de la plaza. El arrendamiento lo hace realmente a petición de José Luis Gay, y conjuntamente con este, digamos que el autentico aficionado, interesado en que continuase existiendo espectáculos tras el fracaso de la sociedad antes mencionada, bautizándose ambos arrendadores como “Empresa Popular” Pero debieron surgir serios problemas de carácter legal, amenazando los antiguos propietarios del coso, a los que se les debía gran parte del importe aplazado, con impedir la  celebración de cualquier corrida si no liquidaban la deuda, ejecutando la hipoteca existente. Ante esta tesitura,  el Sr. Martínez Segura,  pocos días después del compromiso antes citado, decide comprar la Plaza de Toros y sus instalaciones anexas, haciéndose cargo del pasivo existente, abonando asimismo el diez por ciento de las acciones que se le presentasen y rescata los terrenos, abonando la pequeña cantidad en que se había fijado su precio.

Goya+11+Suerte+de+VarasTodo lo expuesto le supuso una inversión aproximada de 105.000 reales. Cuatro meses después recuperó la mitad, vendiendo el 50% de la revalorada propiedad –reparado el anfiteatro, libre de cargas y con más de 10.000 varas cuadradas de terreno de plena propiedad- a los hermanos Ramona, Nicolás y Valentín Galarza, quienes explotan empresarialmente la misma como “Galarza Hnos.” y, debiendo marcharles bien los negocios, deciden comprar nuevamente el 50% restante, en esta ocasión pagando la cifra de 70.000 reales, eso sí, en cómodos plazos mediante pagarés a la orden de don Críspulo quien, asimismo, se asegura uno de los mejores palcos para poder presenciar con su familia, gratuitamente, todos los espectáculos mientras existan cantidades pendientes de pago. (Ilustración: 'Suerte de varas'. (1824). The J. Paul Getty Museum – Malibú, Los Ángeles).

Goya+10+Diversión+de+EspañaLOS TOROS A MEDIADOS DEL XIX.

En estas transacciones apenas encontramos dos o tres mil duros de beneficio. Estamos convencidos que la satisfacción de haber complacido a varios buenos amigos que confiaron en él para sacar del bache o del socavón en que se encontraban los espectáculos taurinos suplían y hasta superaba mejores ganancias pecuniarias. Esos buenos aficionados, clásicos y puristas, ajenos a los espectáculos circenses que se estaban prodigando y poniendo de moda en la época: señoritas toreras, peleas con fieras y las llamadas mojigangas, similares al las denominadas “charlotadas” de nuestra época, llenaban el ruedo con su presencia hasta que eran desalojado por los alguaciles a caballo, vociferaban emocionados en la espectacular suerte de varas, gritaban pidiendo banderillas de fuego si el toro no embestía y prorrumpían en frenéticos aplausos cuando caía abatido de una certera estocada. Ellos, los  Galarza, Carrera, Aramburu, Albareda, Gay… supieron elegir al hombre adecuado. (Ilustración: 'Diversión de España' (1824-27). Biblioteca Nacional. Grabado de Goya).

Entramos ya en la parte final de este extenso apartado dedicado a Críspulo Martinez... Y el final no es otro que la muerte. La suya ocurrió el 17 de febrero de 1873.  En los últimos años era su hijo Juan Antonio el que llevaba la batuta y será este el que en su calidad de albacea se ocupe del reparto de bienes y asuma las delicadas decisiones que hubieron de tomarse, en función de la situación financiera de la familia en el momento de la desaparición del patriarca.   (Ver en Comentarios, o pulsando aquí, las disposiciones testamentarias, arreglos y filigranas que hubieron de hacer sus albaceas).

Al final de sus días, superados los 70 años, no sabemos para que proyectos o causas, pero seguramente para adquirir bienes desamortizados que titularía a nombre de otros, se “entrampó” como hemos visto, falleciendo con números rojos… aparentemente. No doy crédito a lo que reflejan los documentos y he trasladado fielmente aquí. Sin duda, el dinero estaría muy bien invertido y las propiedades en manos de sus herederos. Sería su última y pícara jugada, probablemente, pues Don Críspulo es acreedor del dicho “Genio y figura… hasta la sepultura”.

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El Teatro Principal caería, pasto de las llamas, hace 25 años, en marzo de 1984. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

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Los bomberos, actuando ante lo irreversible. (Foto Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

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Los bomberos, actuando desde La Placilla. (Foto: Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

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El Teatro, después del incencio, preparado para el derribo y la especulación. Al final, no se consiguió que aquel espacio quedara para equipamiento público y se recalificó el suelo para viviendas. Los propietarios del suelo obtendrían pingües beneficios y la Ciudad se quedó, durante 24 años sin un espacio escénico. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

Los descendientes de D. Críspulo Martínez  entroncaron con conocidos y prestigiosos apellidos de la sociedad portuense: Julia, con Carrera; Elena, con Barreda y los de Juan Antonio, que casó con María Teresa Colom y Víctor y procrearon ocho hijos, con los Galarza, Álvarez Campana, García Valdeavellano, Govantes y Pico.

(Textos: Antonio Gutiérrez Ruiz.)

Del trabajo inédito:  PERSONAJES PORTUENSES  DEL SIGLO XIX.

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Armando Hutchion Azcuy nació en La Habana (Cuba) en 1957. Su apellido paterno es de procedencia inglesa, de donde era su abuelo y el materno, cubano, pero de tatarabuelo vasco. Por medio cruce de razas y culturas, fusión de apellidos y vuelta a la España materna, esta vez al sur, en el año 1999. Es Graduado en Sonido por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). En la actualidad trabaja en el mundo de la hostelería en la Taberna La Galera Real, en la plaza del mismo nombre. Está casado y tiene dos hijos de su primer matrimonio.

logorhcaniSONIDO, RADIO, IMAGEN...
Tras la graduación en el ICAIC, Armando trabajó durante 16 años como técnico de sonido de radio en Radio Habana Cuba, la emisora internacional de su país de nacimiento. Cuba, reconoce, es su patria, a la que no olvida y a la que acude anualmente a visitar a la familia y a encontrarse con sus raices “a inyectarse cubaneo”. Allí conoció a su mujer, la periodista porteña, profesional de Canal Sur Radio, Ketty Castillo, ya que nuestra paisana era corresponsal de dicha emisora. Desde el año 2000 vive en El Puerto, desde donde ha trabajado tocando diversos palos, algunos relacionados con su profesión: para una productora audiovisual radicada en Sevilla, VIDYSON, a cargo de la infraestructura para congresos: sonido, cámaras, ordenadores, pantallas, etc.; ha trabajado, igualmente, como ayudante de cámara para el equipo de Andalucía Directo, en Cádiz; como ayudante de cámara, también, en el rodaje de la película Meucci.

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LA HOSTELERÍA.
También ha trabajado la hostelería, regentando un bar de tapas en la calle Jesús de los Milagros, La Bodegona, junto a La Colonial, conocido lugar de música caribeña. Precisamente, cuando Armando habla de músicas y bailes cubanos, no se refiere a la salsa, invento fusión entre Norteamérica y los países caribeños «--Allí se baila el casino, los boleros, el tango, el son, el danzón, la rumba y ahora, los más jóvenes, el regatón. Por supuesto, yo bailo como cualquier cubano». En la actualidad nuestro protagonista continúa en la hostelería trabajando en la Taberna La Galera Real, despachando vinos finos de El Puerto. No puede mejor mano de cubano ofrecer una copa de vino porteño.

EL PUERTO DE ACOGIDA.
Y es que, Armando, afirma sentirse especialmente acogido en nuestra Ciudad, donde los caracteres son muy parecidos, aunque el portuense -el gaditano en general- «está más acelerado que el cubano», algo que le recuerda al autor de esta nótula el anuncio del Ron Coco Malibú "Me estás estresando".  Armando afirma que el sentido del humor, el doble y hasta el triple sentido gaditano se da también en su país de orígen. Le llamó especialmente la atención el uso del “Ojú” que, según como sea dicho significa una cosa u otra, como tantos palabros de la Bahía de Cádiz. «--En La Habana tenemos una palabra sinónima de “Quillo”, para llamar a un amigo, a un hombre, no a una mujer: “Acere”, aunque no se de donde proviene». Y es curioso, en La Habana vieja existen calles con el mismo nombre de calles porteñas: Micaela Aramburu, Puerto Escondido, Cielos, Cruces, San Francisco, San Bartolomé, o como la gaditana calle de Apodaca.

icaicINSTITUTO CUBANO DE ARTE E INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA. (ICAIC).

Ha conocido a algunos de los miembros fundadores del ICAIC, los músicos Silvio Rodríguez o Pablo Milanés, entre otros miembros de la denominada Nueva Trova Cubana. Y a Vicente Feliú, a Compay Segundo o la Orquesta Van Van. Del mundillo cinematográfico a Jorge Perugorria “el Pichi”, Vladimir Cruz, Daisy Granados, etc... «El Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) es una institución de Cuba dedicada a la promoción de la industria cinematográfica que fue creada en 1959, a 83 días del comienzo de la Revolución Cubana.

97857d4243b4c3c9a01961ce65751dEl principal evento del ICAIC es el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. A principios de la década de los sesenta, esta institución auspició la creación del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, como un colectivo de trabajo para la creación de música para documentales y películas. Con esto se pretendía relanzar la perspectiva de la música cubana fuera de los criterios del mercado. En pocos años la producción de filmes del ICAIC adquirió prestigio internacional, avalado por centenares de premios en todos los festivales del mundo; y en específico el documental fue saludado como un verdadero aporte al cine mundial. Apareció así lo que ha dado en llamarse, la Escuela Documental Cubana». (W). (En la imagen, Jorge Perugorria, 'el Pichi').

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salvadorcortes_elchigui_puertosantamariaSalvador Cortés Núñez, “el Chigüi”, aunque nacido en la Línea la familia lo trajo pronto para El Puerto al venirse a vivir aquí. Habitó en la calle Javier de Burgos, en el tramo comprendido entre Cielos y la Plaza de Isaac Peral, en la casa existente frente a Jesús Cautivo. Allí se hospedaron las fuerzas del orden y Cándido, un sobrino de Jaime Ostos... Su padre trabajó de camarero en el restaurante “El Resbaladero” y su madre, gitana, vendía telas y sábanas. El sobrenombre de “el Chigüi” afirma, puede venir porque de pequeño era delgado como una cigüeña. De pequeño acompañaba a su madre en sus transacciones comerciales. Estudió en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia. Recuerda que de pequeño lo querían expulsar --la afición por ser instruido le vendría con 60 años-- pero era un buen matemático que salió sin el título de Mecánico Tornero, pero eran tales sus habilidades que le entregaron un certificado que avalaban sus conocimientos y saberes. Recuerda a Leonardo Romero Maure, a Diego Mora, sus profesores, con auténtica veneración.

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De izquierda a derecha: José Suárez Herrera, Salvador Cortés 'el Chigüi', Joaquín Arroyo, Miguel Gatica Peinado, Sebastián Cordero Hurtado y Luis Cota Ruiz, en el taller.

Cuando termina los estudios obtiene, gracias a la recomendación del Colegio, en la fábrica de Santana en Linares (Jaén), por entonces la única industria de fabricación de coches en nuestra tierra andaluza. No pasa mucho tiempo sin que se canse de donde está y se viene para El Puerto. Así, pide la cuenta y se viene a trabajar en el taller de Eduardo Merino, cambiando la moderna tecnología por la vuelta a los orígenes de un taller humilde.

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El Chigüi con barba y gorra, en el centro de la imagen, en Lagos (Nigeria).

ri_logo_aMás tarde se entera que una compañía norteamericana, la Raymond International Inc, está buscando especialistas para trabajar en Lagos (Nigeria) reparando máquinas de extracción de petróleo. En las pruebas de la convocatoria celebrada en Madrid sale el primero ante una fuerte competencia y vía Londres viaja a Tejas (EEUU), donde se forma. Pasaría en el país africano entre 1976 y 1980. Allí, recuerda, concertaban la explotación de un pozo por un año y, a cambio, la multinacional tenía que construir una carretera.

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Vista aérea de la fábrica de botellas Vidrieras Palma (VIPA), en primer término el campo de fútbol Eduardo Dato y al fondo, tras las casistas de la playa que tenían en sus aceras, alternándose, un ancla y un racimo de uvas, el río Guadalete, con los barcos entorno al Club Náutico.

De vuelta a España vino a quedarse y se colocó en VIPA (Vidrieras Palma) pero con tan mala suerte que, a los dos años de llegar, ésta cerro en 1982, a causa de la caída del mercado así que, decidió dedicarse a la venta ambulante, ocupación que mantiene  su mujer, Juana Cortés Jiménez, a la que podemos ver con un puesto en la Placilla.

chigui_6dias_puertosantamariaHa escrito sendos libros sobre sus vivencias, mezcla de ficción, de parábolas, de enseñanzas, de sus pensamientos y reflexiones, de su biografía, donde se pueden extraer interesantes conclusiones. Forman parte de una trilogía inacabada que, afirma Chigüi, pronto verá la luz el libro que cierra el ciclo. El primero, del año 2000, lleva por título “Seis días en el Puerto de María” y el segundo del año 2005 “Tres días en El Puerto de María”. En los dos volúmenes lleva el subtítulo de “Yo el Chigüi, amigo del Peregil”. La edición de ambos ejemplares se la ha pagado él de su propio bolsillo, sin ayuda ni subvención de ninguna clase. Los regala a quien sabe apreciarlos «--Es una manera de devolverle a El Puerto lo que El Puerto ha hecho por mí». (En la imagen, portada de su primer libro, 'Seis días en el Puerto de María', editado en el año 2000). Dedicatoria al autor de la web, su libro:
"Primera parte de la trilogía inacabada. Para Dn. José María Morillo, con cariño.
Una gitana llorando
como no sabía rezar
al Dios de todos los tiempos
le cantaba por soleá.

Yo el Chigüi amigo del Peregil»

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LAS MALLAS DE TERRY
«Cada una de las vecinas ha sacado dos sillas, una para sentarse y otra para ponérsela por delante con el espaldar metido entre las piernas y enganchar con la perilla los hilos de seda color de oro que han de formar la malla.
Lo primero es hacer el gorro, la parte que entra en el gollete de la botella, es la parte más difícil de hacer. Yo todavía no he podido aprenderlo, así que espero a que terminen uno para ayudar haciendo los nudos grandes que son más sencillos. Ellas en la perilla de la silla sujetan seis hilos de seda después de haberlos anudados por las puntas uniéndolos entre si de forma cruzada como si fuera una trenza, de esta forma se va formando el gorro muy compacto. Cuando una de ellas ha terminado el primer gorro, me lo da a mí y yo voy anudando las seis puntas entrelazadas unas con otras para formar los rombos grandes que cubren la botella. Tengo como herramienta, un billete de tren, esto es, un cartón de dos centímetros de ancho por ocho de largo, el ancho del cartón es la medida exacta entre nudo y nudo, de esta manera salen todos los rombos iguales y parejos. Cuando la tengo terminada, se prueba metiéndola en una botella de litro de Terry, se aprieta fuerte por la base y una de las mujeres da el visto bueno. Estas mallas se van uniendo en paquetes de doce para meterlas en una caja de cartón hasta que viene Cressi por ellas». Fragmento del libro “Tres días en El Puerto de María” de Salvador Cortés Núñez, “el Chigüi”. Año 2005. (Mas información de las Mallas de Terry en la nótula 151, “Soledad Peña y las mallas de Terry”).

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En el Bar Vicente. Detrás del mostrador, Vicente Jr. Al otro lado, Luis Suárez Ávila, Salvador Cortés Nuñez y Navarrito de espaldas. (Foto JMM).

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Rafael es la viva imagen de su tío, el poeta Rafael Alberti, del que se declara admirador de su obra y orgulloso de su parentesco. Compañero del banca  en los Salesianos de Utrera del ex presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, en su infancia, añora el Oloroso, Sangre y Trabajadero que elaborara su familia: la Bodega de Cuvillo. Rafael nació el 11 de enero de 1944 en la calle Luna, 40, hijo de Agustín y Dolores, siendo su partero Don Miguel Duro del Moral, donde hoy se encuentra Banesto. Recuerda Rafael que él sembraba “perras gordas” en el jardín de aquella casa a ver si salía algo, «--Y salió un banco...».

rafael_y_agustin_merello_puertosantamariaLuego, entre los años  se fueron a vivir al Campo de las Hermanas Rioja, por la Hijuela del Tío Prieto y, entre 1949 y 1951 la vivienda familiar estuvo en lo que hoy es ¡Oh Puerto!, el Caserón Lasaletta. El 20 de octubre de 1955 muere su madre --María Dolores del Cuvillo y Sancho-- y los seis hermanos: Agustín, Rafael, Dolores, Alvaro, Carlos e Ignacio, fueron repartidos entre las casas de los familiares.

Rafael estudió en Utrera durante ocho años en los Salesianos, donde compartió pupitre con el actual tercer vicepresidente del Gobierno, Manuel Chaves con quien por cierto, ha quedado que un día que tenga que venir por El Puerto con tiempo, beberán una copa de fino en nuestra Ciudad. También estudió un año en los Marianistas, en Jerez. y luego en la Universidad Laboral de Sevilla. (En la fotografía de la izquierda, Rafael de pie y su hermano Agustín, con el cubo, en 1947 en la Playa de La Puntilla).

Hizo el servicio militar en San Fernando, de marinero, en 1969. Ya había llegado el hombre a la Luna, y la hizo con retraso porque tenía prórroga, siendo destinado luego en el Instituto Hidrográfico de la Marina en Cádiz. Trabajó por dos veces en el Hotel Caballo Blanco, antes y después de la mili. Estuvo también en el VIP, uno de los primeros pubs que se abrieron en El Puerto, en la calle Misericordia, frente a las Esclavas; perteneció a Teodoro Lavilla Valimaña y más tarde a Antonio Jaén Bautista. También trabajó en el Camping Guadalete y su última actividad profesional la desarrolló en la Clínica del Dr. Frontela. Pero con 35 años, el 24 de mayo hizo 29 que sufrió un infarto, lo que le llevó a la sala de operaciones y a alcanzar la invalidez profesional permanente. También tuvo un sustillo el año pasado y pasó por la UCI, pero se encuentra en franca recuperación.

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La calle Luna, el Teatro Principal y la casa familiar de los Merello, ambas desaparecidas durante un desfile de tropas de infantería de Marina, el Día de la Hispanidad, en la década de los sesenta del siglo pasado. (Foto Colección Archivo Municipal).

Está casado con Rosario González Pérez (el 3 de abril de 1975) y tiene cinco hijos. Vive en la calle Cantarería, en una Casa Palacio  cuyo patio participa, anualmente en la Fiesta de los Patios. Es aficionado a la cacería, pero recuerda un dicho de su padre, Agustín Merello Álvarez-Campana, igualmente aficionado y con muchos premios en su haber: «--La cacería es una buena afición hasta que te la puedas pagar; una vez que no puedas, olvídate de ella».

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Con su tío Rafael, dedicándole un libro a las puertas de los Jesuitas.

SU TÍO, RAFAEL ALBERTI.
Rafael conoció a su tío, el poeta universal, a través de su hermano, Agustín Merello del Cuvillo, con nótula 262 en Gente del Puerto, al principio de la década de los ochenta del siglo pasado, en el Patio de San Luis Gonzaga durante los actos del primer homenaje que le ofreció la Ciudad de El Puerto. Rafael no pudo asistir a recibirlo a la estación de ferrocarril cuando el poeta llegó el 24 de mayo de 1977, después de 46 años fuera de El Puerto, pues estaba en Jerez asistiendo al parto de su segundo hijo, Alejandro. De pequeño, cuando estudiaba historia de la literatura en el instituto. cuando veía el nombre impreso de su tío Rafael, «--Yo añadía, a mano, el segundo apellido del poeta --el primero mío-- y escribía Merello a continuación de Alberti».

la-arboleda-perdidaRecuerda nuestro protagonista que aunque hubo cierta aversión por parte de grupos reducidos de personas a que su tío se instalara en El Puerto, fue algo superado con creces para orgullo de El Puerto, solo pasó al principio, aunque alguna vez ha soportado alguna broma sobre su tío, que no ha tolerado: «--Me siento orgulloso de ser sobrino de Rafael Alberti».  El padre de Rafael era primo hermano del poeta, aunque 10 años menor que él, Alberti lo cita en La Arboleda Perdida como un compañero de aventuras simpático y revoltoso del que siempre guardó buen recuerdo, como le confesaría a los hermanos Agustín y Rafael Merello del Cuvillo.
Por cierto que, nuestro Rafael no guarda ningún recuerdo pictórico, ningún dibujo colorista de los que le gustaba hacer al poeta y fue por culpa del sobrino. Todos sus hermanos lo tienen pero él, esperando a reunir a toda la familia, se quedó con ese deseo. Ese y llevarle una botella de Oloroso, Sangre y Trabjadaero -el original- que tengo guardada de la familia. El Rafael sobrino no se perdió ningún cumpleaños del Rafael tío, desde que los celebró en El Puerto. Siempre, cada 16 de diciembre se encontraba con otros miembros de la familia, en ese rito que él quería cumplir hasta que llegara a los 100 años con su blanca melena, edad que no llegó a alcanzar.

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Jardín de la casa de la madre y los abuelos de Rafael Merello, en  Santa Lucía, 35 que daba a las calles San Francisco y Pagador, donde actualmente está Mercadona.  De pie, de izquierda a derecha: Dolores, María Sancho, Carlitos, Rosario del Cuvillo, Juan de Mata Cuvillo, --Juanito Cuvillo-- con nótula 199 en Gente del Puerto. Sentados, de izquierda a derecha: Pepe Cuvillo, Carlos del Cuvillo Sancho, Carmen Cuvillo (Tiaca), María Cuvillo Sancho, Lourdes Cuvillo (Tialu) y Luis.  En el suelo, María Pepa Cuvillo (Tiape).  Agustín Merello del Cuvillo llamaba de esa curiosa forma a sus tres tías maternas: Tiaca, por tía Carmen; Tiape, por Tía Maria Pepa; y Tialu, por Tía Lourdes. (Foto Vanderman. Sociedad Fotográfica. Director: Luis Saus. Madrid)

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Última fotografía publicada de Rafael Merelle -Faly- en la presentación del libro 'Por Montera', de Mariló Montero, en Bodegas Osborne, a finales del pasado mes de mayo de 2009. De izquiera a derecha, Isa Lora, Rafael Merello, Carlos Herrera, Rosa Cervera y José María Morillo. (Foto Fito Carreto).

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Fotografía del paseíllo en el coso del Mesón el Jerezano, domingo 29 de abril de 1973.  De izquierda a derecha: José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua; José Luis Galloso y Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’. Detrás de Neno, Marqués de Pezagua; Luis Sánchez y Sánchez, ganadero portuense y gran colaborador del festival. Un poco más retrasado Pepe Acosta, esposo de Ana Mari Devesa. Antonio Agarrado Lobato. Atrás de Manolito ‘el Cochino’. Francisco Ruiz Muñoz, Paco 'Betordo’ conocido empresario porteño gaditano que tenia en los años 70, en la Casa de la Aduana, próximo al Bar La Lucha un establecimiento de utensilios marineros. Viajero empedernido, dió  varias vueltas por el mundo. Personaje muy querido por la gente de la mar y en el plantel de jugadores y directivos del equipo de futbol del Racing de los años 70. Por último, después de ‘Betordo’, Trujillo. (Foto Carretero).

En aquel Viernes Santo del 20 de abril de 1973, se mezclaron llantos y emociones y un costalero del paso de palio que al llegar al muelle pesquero fue requerido urgentemente para que acudiera al nacimiento de su primogénita. Por aquel entonces se pagaba por parte de las hermandades para salir de costalero y las necesidades y el hecho de dejar a sus compañeros el trabajo hizo que continuara su labor hasta la recogida del Nazareno. Alfonso Terry Muñoz, Hermano Mayor de la Fervorosa, Ilustre y Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Ánimas de San Nicolás de Tolentino, Nuestro Padre Jesús del Nazareno, María Santísima de los Dolores, Orden Tercera de Servitas y Santa Cruz de Jerusalén, quedó impresionado por el comportamiento del costalero y cuando fue informado de las necesidades familiares, entre las que destacaba que no contaba con una vivienda adecuada, sugirió la posibilidad de ayudar a la familia del cargador.

Se puso manos a la obra con las tareas de recaudar fondos y un día después recaló por el Rincón de Neno en Valdelagrana, donde por cierto se encontraba Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’. Alfonso Terry, explicó detalladamente a José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua, (Neno) lo que había sucedido el Viernes Santo, contando con el beneplácito de Manolito ‘el Cochino’ que había presenciado la proeza del costalero.

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Galloso, el Marqués de Pezagua y Manolito ‘el Cochino’.que recibía la ‘alternativa’ Se puede ver a la derecha de la foto a Paco Bernal Peregil, Paco ‘Ragel’, mozo de espada del torero José Luis Galloso. Arriba, entre el público, José González Pereira, Maruja Forte, Ana Mari Devesa Sánchez, Aída Horh. (Foto Carretero).

El Marqués de Pezagua, asombrado sugirió la idea de celebrar un festival taurino a beneficio de la familia. Y dicho y hecho. Sin demora, conectaron aquella misma noche con el torero José Luis Galloso que se ofreció actuar como director de lidia poniendo a disposición de la organización su cuadrilla. Ante la grata presencia del matador Galloso, el Marqués se ofreció a torear y reaparecer de nuevo en un festival. La primera vez lo hizo en la Plaza Real el día 30 de mayo de 1944, y salió a hombros. Manolito ‘el Cochino’, se adjudicó rápidamente un puesto y se incorporó a la terna. Las cuadrillas correspondientes estaban formadas, por pescaderos de El Puerto y Jerez, la del ‘Cochino’ y la del Marqués de Pezagua, cliente asiduos, conocidos como goteras, también de las dos ciudades hermanas.

Ya con el cartel configurado, Alfonso Terry Muñoz, seguidamente se entrevistó  con el ganadero portuense Luis Sánchez y Sánchez, esposo de la rejoneadora jerezana Emi Zambrano, quien además se donar tres novillos se brindó a ir de subalterno del Marqués de Pezagua.

El domingo 29 de abril, nueve días después de la salida del Nazareno y de la más que destacable acción del costalero, José Luis Galloso, que ya había comenzado su temporada taurina, tomó el mando y decidió que se abrieran las puertas del coso taurino del Mesón del Jerezano, situado por aquel entonces en la carretera de Fuenterrabia,  donde más tarde estuvo ubicada la discoteca Pachá-05. Lleno hasta la bandera. El paseíllo se inició a las cinco de la tarde en un día esplendido y resulto bonito y muy profesional.

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Final de los festivales taurinos-benéficos campaña costalero. De izquierda a derecha: Alfonso Terry, Neno y Manolito ‘el Cochino’. A José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua y Neno para los amigos, se le nota cansado después de la lidia y de la otra hazaña, más sonada que la del coslatero: La de una buena acción por una causa justa con final feliz.

El maestro Galloso, se mostró entregado toda la tarde, especialmente con el festival benéfico y muy pendiente de sus compañeros de lidia. Después de una destacable actuación y de matar de manera genial a un novillo bien hecho y bravo le cortó las dos orejas y el rabo.

Manolito ‘el Cochino’, estuvo a gusto con el novillito. Era la primera vez que toreaba y pocos confiaban en que consiguiera acercarse al torito. Sin embargo, dio unos muletazos bastante aceptable y fue muy aplaudido al final de la faena por sus incondicionales.

José Luis Benjumeda  Molleda, Marqués de Pezagua, se fue a porta gayola y pegó dos medias largas de rodillas muy ajustadas que pusieron la piel de gallina.  Toreo al natural con empaque, pero lo mejor fueron varias buenas tandas de muletazos con ambas manos entre aplausos y olés. Dominio, arte, temple, suavidad que hizo que el maestro Galloso lo felicitara efusivamente cuando el novillo desaparecía del coso del Mesón el Jerezano.

Ante el asombro de Manolito ‘el Cochino’, el Marqués de Pezagua daba una vuelta al ruedo con las dos orejas y el rabo del único novillo lidiado y bien ejecutado debido a que Pepe Neno, estuvo al quite y pudo hacerse con los trofeos del matador Galloso.

Hubo espectáculo, eso si, con la actuación posteriormente de Don Mendo y sus Mendas Lerendas (1973) 1º Premio de Cuartetos Original de M. Rosales "Agüillo"  con el Peña y 'el Masa', dos genios gaditanos universales y una berza para mojar pan y chuparse los dedos y todo por mil pesetas de la época.

Salió todo a pedir de boca. Memorable y algunas pesetas que se llevó Alfonso Terry Muñoz, Hermano Mayor del Nazareno, para entrada de la casa del costalero.

EL SEGUNDO FESTIVAL.

Hubo un segundo festival, en Vista Hermosa en la placita del Picadero, pero no tuvo la brillantez del primer espectáculo y tampoco la asistencia de público. Segundas partes nunca fueron buenas, comentaba el Marques de Pezagua y no se equivocó. Se celebró en septiembre de 1973 y Alfonso Terry Muñoz acompañó a Neno y al ‘Cochino’ en el cartel que resulto descafeinado. Se salvó el festival por la celebre ‘Fila cero’.

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Fotografía de un desplante de José Luis Benjumeda Molleda, Marqués de Pezagua,  en el coso del Mesón el Jerezano. De izquierda a derecha: Antonio González Sabio, peón de confianza de Galloso el Marqués de Pezagua, Guillermo Valero y Paco Bernal Peregil, Paco ‘Ragel’, mozo de espada de Galloso. Increíble el quite del bueno de Guillermo Valero. Arriba Se puede ver a un jovencísimo Pepe Neno. Esta fotografía, casi año y medio después, tuvo dedicatoria especial del prestigioso periodista taurino Juan Fuente, que reproduciomos a continución. (Foto Carretero).

¡Que desplante, madre mía!
“Ni mi “hermano” lo diría
que estas cosas pueden verse
en El Puerto!
¡Puerto de Santa María!

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Paseíllo en Vista Hermosa en la placita del Picadero. Neno, Alfonso Terry Muñoz, Hermano mayor de la Hermandad del Nazareno y Manolito ‘el Cochino’. Aquel día acudió la Cruz Roja como se puede observar al fondo parte izquierda de la fotografía

Textos: Antonio Carbonell. (Fotografías: Colecciones de Manuel Gutiérrez Castro y Pepe Neno). Si alguien está interesado en ver el álbum completo del primer festival puede dirigirse al  Rincón de Neno, en Valdelgrana.

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eugeniopedregalvalenzuela_puertosantamariaEugenio Pedregal Valenzuela, conocido emprendedor local, era Perito industrial.  Siendo muy joven, recién terminados sus estudios, tras una etapa en el Banco Hispano Americano, Eugenio se fue a trabajar a Barcelona, ciudad en la que pasó muchos años y conoció a la que sería su mujer, María Antonia Viou Pradas, con quien tuvo dos hijas, Eva y Esther. En la Ciudad Condal trabajo un tiempo en empresas como Campsa, antes de regresar a El Puerto, donde comenzó trabajando en el negocio familiar, Muebles Pedregal, y realizando proyectos para numerosas empresas como perito industrial. Fue uno de los socios fundadores del céntrico Hotel Los Cántaros en el año 1984, todo un referente para el sector turístico porteño que animó a la instalación de otros establecimientos hoteleros en el centro de la ciudad. Persona inquieta y comprometida con El Puerto, formó parte de numerosas asociaciones y colectivos, ocupando cargos destacados en las directivas de la Asociación de Comerciantes del Centro (Acocen), la Asociación de Empresarios de El Puerto (AE) de la que fue su vicepresidente, y la Comunidad de Propietarios de Vistahermosa. Nos dejaba el 23 de octubre del pasado año 2008. (En la imagen, superior Eugenio Pedregal en una fotografía tomada poco antes de su fallecimiento. En la inferior, la fachada del Hotel Los Cántaros, en la Plaza de la Cárcel).

hotelloscantaros_puertosantamariaINTERESES RESIDUALES.
Tuve la suerte de conocer a Eugenio Pedregal hace ya bastantes años gracias a la  convergencia que ambos teníamos en la actividad turística. Tengo que decir que me impresionaron sus opiniones sobre el mundo de la empresa y del trabajo; el empuje que aplicaba a sus actuaciones profesionales. Tenía una frase “mis intereses hoy son residuales” pues ya tenía su vida resuelta, pero no lo parecía, dado el énfasis y las ganas que ponía a cuanto acometía. Pero el segundo rasgo que mas me impresionó y creo que ahí coincidíamos plenamente, era su portuensismo desmesurado, su amor a El Puerto además,  por alguien que vivió largo tiempo fuera de su ciudad. Pocas veces discutíamos, y si lo hicimos alguna vez lo fue en buen tono y al final, llegando a la avenencia, al acuerdo, al buen trato que siempre presidió nuestra relación profesional y de amistad.

eugeniopedregal_joven_puertosantamariaA Eugenio le podía El Puerto. Y le podía más el desinterés de los responsables políticos de la Ciudad cuando, a su juicio, dejaban escapar oportunidades para nuestra población, sea cual fuera el motivo o el color político. Era un luchador para la ciudad que lo vio nacer, y ahí andaba entre asociaciones empresariales, escribiendo cartas, entrevistándose con quien procediera para ayudar a empujar la locomotora de El Puerto. En esas, en esos ‘intereses residuales’ andaba Eugenio. Dejándonos un buen recuerdo, un buen sabor en la boca de las palabras, unos buenos sentimientos en la memoria de nuestros Puerto. (En la fotografía pequeña, Eugenio con poco más de 20 años, cuando trabajaba en el Banco Hispano Americano).

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De izquierda a derecha: Manuel Jesús Merchante, Angelita Pedregal, Paquita Pedregal, Benjamín Lora, Conchita Pedregal, María Antonia Viou, Milagros Cárave. Detrás, de izquierda a derecha: Enrique Pedregal, Eugenio Pedregal y Manolo Bellido, un fin de año en la Sala de Fiestas “Oasis”, donde hoy se encuentra el restaurante “El Faro de El Puerto”. (Foto Colección I.L.P.)

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Sebastián Ganaza Cañas, ‘Ojito’ nace en la calle de la Arena (Arzobispo Bizarrón) en 1930. Desde pequeño estuvo relacionado con la venta de frutas, hortalizas y verduras en un puesto que su padre tenía en la calle Sierpes, en los exteriores de la Plaza de Abastos, actividad que nunca abandonaría ya que cuando falleció su progenitor continuó al frente del puesto ayudando a los suyos. Más tarde, por una serie de circunstancias adversas, Vicente Sordo Díaz que desde 1950 comenzó a dirigir a Los Dos Pepes, al que rebautizó como Bar Vicente,  con nótula propia en Gente del Puerto, ofrece a ‘Ojito’ la posibilidad de colocar su puesto lindante con el Bar, en la misma acera, así como un pequeño trastero para depositar, finalizada la jornada, los bártulos correspondiente, todo ello de forma gratuita. Aquel gesto jamás lo olvidaría Sebastian y quedó siempre agradecido hasta su adiós definitivo en 1990. (En la fotografía, Ojito y Domingo, en la Feria de Crevillet).

Como defensor de la libertad de su tendencia sexual y por ende de todos sus compañeros, no cabe la menor duda que la figura de Sebastian Ganaza Cañas, ‘Ojito’, es la que tiene mayor relevancia desde mediados del siglo pasado para el pueblo llano. Todavía los más viejos del lugar recuerdan su defensa a ultranza por los colores del Racing en el campo de Eduardo Dato. Todo un espectáculo ya que pobre árbitro o juez de línea que se equivocara en contra de su equipo. La zona donde se ubicaba ‘Ojito’ en el campo era las más concurrida debido a que a los aficionados disfrutaba en los lances del juego de las genialidades y ocurrencias. Era temible en días de lluvias por el paraguas que mostraba al trío arbitral. Sus ‘piropos’, a veces, propiciaba malestar en los integrantes de la Benemérita, pero nunca se amilanó. Todo lo contario. Además, ya lo conocían…

aureliosanchezmartin_puertosantamariaAurelio Sánchez Martín, familia de los Balcon, de quién ‘Ojito', con el genio, el arte y la gracia que le caracterizaba decía: ‘La niña de don Camilo’, en clara alusión a Tere, la hija de un Coronel del Ejercito llamado don Camilo que vivía al final de la calle Larga, próximo al Paseo de la Victoria,  muy apuesta y muy formal. Es que Aurelio, el mismo lo reconoce,  para sus amigos, Domingo, ‘Ojito’, Enrique, Paquito Gallardo... era muy ‘formalito’. Por otrto lado, dicen que 'la ocasión la pintan calva'. Cuando así ocurría y no vamos a dar mas pistas, 'Ojito' le decía a su hermana Rosario en su casa de la calle de la Arena: "-Venga, date una vueltecita; tu a la calle que hoy me toca a mi…"

Ojito fue el gran impulsor de reparto del trabajo en los distintos bautizos que se celebraban en años de mucha hambre y mucha necesidad. Solían acudir a la Iglesia Mayor Prioral y a la de San Joaquín para informarse de los bautizos y domicilios respectivos. A tal efecto se repartían la faena y alegraban con su arte y buenas maneras la fiesta de las familias menos pudientes de El Puerto desde los años 50 hasta los 70 del siglo pasado. Cantaban y bailaban y los más introvertidos de palmeros, lo que hiciera falta con tal de pasar un rato agradable.

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De la misma manera, tampoco lo olvidaría Domingo Rosado Ramírez quien cogería el relevo, del puesto de hortalizas y verduras, una vez fallecido ‘Ojito’,  gracias a Vicente y a su hijo, también Vicente (con nótula propia en Gente del Puerto), todo un experto en el difícil arte de “saber estar” detrás de un mostrador.(Domingo, a las puertas del Bar Vicente. Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

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Luis, J. Ramírez, Juan el Zapatero y Domingo en el Recinto de Las Banderas, durante la Feria de Primavera del año 2002

Domingo Rosado Ramírez nace en la calla la Zarza 56, curiosamente también en 1930  y el hecho de que no encajaran bien su homosexualidad hace que cambie de planes y a los 18 años se va a Barcelona y se une a su vecino y compañero de fatiga, Juan Zapata Sucino, conocido por ‘Reverte’. Trabajan de cocinero en ventas y restaurantes y al final como plato fuerte salían a bailar y a cantar.

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De izquierda a derecha, Juan 'el zapatero', Luis, 'el de los Huevos' y Domingo, pegándose un desayuno con pasteles. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

Cuando Domingo regresa a El Puerto, después de su aventura por tierras catalanas, comienza a trabajar como cocinero con Maximino Sordo Díaz en el Bar Central, calle Larga esquina con Luna y en el Restaurante el Resbaladero, cuando las ocasiones lo requerían. También, antes de ‘heredar’ el puesto de ‘Ojito’, formó parte de la plantilla de trabajadores en el Bar Vicente, siendo su ultimo trabajo para la hostelería en Acuasherry Park, hoy denominado 'Acualand'.

domingo_26_12_2006_puertosantamariaDomingo Rosado Ramírez, aventurero y buscavidas cantaba cuplés y se acoplaba a cualquier reunión gastando todo cuanta ganaba entre sus amistades. Era una persona generosa. Mimaba mucho a los jugadores del Racing Club Portuense, y tenía predilección por alguno de ellos a los que consideraba su protector, allá por los años sesenta. Falleció a la edad de 75 años, una mañana de diciembre de 2006, en la Plaza del Polvorista cerca de su casa, conocida como la Casa de los Naranjos en la calle Aurora, cuando se dirigía a su trabajo, en la Plaza de Abastos, Bar Vicente, donde tenia instalado su puesto. Durante algunos días, después de su fallecimiento, clientes y amigos depositaron flores en el lugar donde estaba ubicado el puesto de hortalizas y verduras. A la izquierda,  podemos leer el epitafio recordatorio que se pudo contemplar a las puertas del Bar Vicente el 26 de diciembre de 2006. (Foto Colección Carlos Pumar Algaba).

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Luis Pinto Corzo, “Luichi con nótula propia en Gente del  Puerto; Juan el Zapatero, Domingo y Luis ‘el de los Huevos,' en el Carnaval del año 2000.

‘Ojito’ y Domingo, dos grandes amigos de toda la vida. Forman parte de la idiosincrasia local. No se concibe la historia de El Puerto sin estos personajes que tanto sufrieron en épocas pasadas. De igual forma que ‘Enrique ‘el Peluquero' -Enrique Rodicio Fuero-’; Juan 'el Zapatero', con nótula propia, Paco Gallardo, ‘Paquito’; Manuel Millán Álvarez, Manolito del Bar El Faro, en la esquina de Nevería con Palacios; ‘la Zorrita’ que nació y vivió en la Casa de los Frailes, Callejón Espelete; Perico el de ‘La Carlota’; Antoñito el del Penal; Juan Zapata Sucino, Reverte y José García Romero, entre otros.

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Domingo y su amigo Luis, 'el de los Huevos', en la calle Ganado, junto a la Plaza. 2001.

EL AUTOR DEL TEXTO QUIERE CONSIDERAR:
Cuando la nótula sobre Perico el de ‘La Carlota’. El Parguela de la mobylette, se comentaba que la homosexualidad está totalmente demostrada ya desde tiempos de Grecia y Roma. En tiempo de la dictadura franquista un porcentaje alto, de casi un 75º% se casaban y tenían hijos para disimular y morían siendo infelices, aunque de estos sigue habiendo todavía, hombres casados y con hijos que de vez en cuando se escapan para echar una canita al aire. Si bien, estas secuelas del pasado por el que dirán, felizmente tienden a ir despareciendo.
Añadía que los pocos que no disimulaban su homosexualidad en tiempo de la dictadura, eran considerados como enfermos, degenerados e incluso como escoria, por lo que muchos acabaron en la cárcel, como fue el caso de Perico y otros tantos que lo encerraban en la Plaza de la Cárcel, justo al lado de donde hoy se encuentra el Hotel Los Cantaros, ya que después de la persecución y eliminación de la disidencia política por parte del dictador y sus secuaces aplicaron a seres indefensos la Ley de vagos y maleantes.
Después de esta nótula, hoy todavía más, nos debe permitir, por una parte, valorar la gran valentía de los homosexuales de aquella época, obviamente los menos pudientes porque nunca tuvieron que salir del armario ya que era pública y notoria su vida al llevar por bandera su clara tendencia sexual y, por otra parte, que su misma dignidad se puede comparar con las de aquellos que lucharon por la defensas de las libertades durante la época franquista.

(Textos: Antonio Carbonell López).

Agradecemos a Luis del Pino Robles -Luis 'el de los Huevos'-, Aurelio Sánchez Martín, Miguel Muñoz -'Cabo Reyes'- y Vicente Sordo Gómez la colaboración prestada para la elaboración de esta nótula. Salvo que se indique lo contrario, las fotografías pertenecen a la Colección de Luis del Pino Robles.

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No entró con buen pie el cinematógrafo de los Lumière entre los porteños. Pese a las buenas referencias del éxito en Cádiz, la primera función en el Teatro Principal, el 17 de octubre de 1896, acabó en rebelión del público, enfadado por su corta duración. Lejos de estar asombrados, cuando el proyector volvió a repetir los «cuadros», los espectadores comenzaron a abroncar a los organizadores, que al día siguiente abandonaron El Puerto.

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Propaganda de una función en el Teatro Principal, en 1898.  Anverso. (Colección Tomás Ramírez).

Hace ciento doce años dos problemas causaban honda preocupación entre los porteños: la insurrección en Cuba y Filipinas, que registraba ya numerosos muertos entre los alistados de la provincia, y la plaga de filoxera que estaba destruyendo las viñas de la zona, fuente de riqueza fundamental para la ciudad.
El entretenimiento para ahogar tales agobios se limitaba a la tertulia, en casapuertas, tabernas o salones, o algún aislado espectáculo. Al alcance de la burguesía local se encontraba la variada, pero precaria, programación del Teatro Principal: zarzuela, varietés, conciertos, y obras puestas en escena por bienintencionados grupos en provincias, o aficionados.

cinematografoEn octubre de 1896 llegan ecos del éxito de un invento que causa sensación en Cádiz. El cinematógrafo de los hermanos Lumière impresionaba «a quienes acudían al coliseo de la calle de la Novena», como menciona la Revista Portuense en su número del 13 de octubre.
Hasta entonces, nuestros abuelos habían disfrutado de experiencias visuales parecidas, protoinventos cinematográficos. Meses antes habían sido una conmoción de sorpresa los «cuadros ilusionistas» de monsieur H. Kaurt -serían tal vez unas diapositivas móviles o un «cine» rudimentario-, pero sin parangón con el novedoso aparato.
Los empresarios del teatro se las prometían muy felices cuando contrataron al cinematógrafo ambulante. En principio estaba previsto que se estrenara el 15 de octubre, pero el éxito en la capital retrasó la novedad al sábado 17 de octubre de 1896.
En esa fecha, los portuenses iban a descubrir el cine, y la experiencia no iba a ser satisfactoria. La Revista Portuense lo anuncia asegurando que «por medio de él se reproducen sobre un lienzo cuadros animados y vivos que hacen llegar a nosotros las impresiones de escenas de la vida real», explicando en el artículo el proceso físico de la ilusión visual de movimiento.
A las ocho de la tarde da comienzo la función, que acabaría en protestas del público cuando volvieron a repetirse los «cuadros» -tal vez «Llegada del tren» o «salida de los obreros de la fábrica», entre otros-. Los espectadores patearon la función por su corta duración y su escasa variedad. Parece que no existió la sensación de asombro que tuvo medio mundo. Ante el fiasco -tuvo que avisarse la corta duración en los programas-, el cinematógrafo sólo ofreció una función más, al día siguiente. El jueves la programación del Principal se reanudó con la discreta cantante de ópera Vittoria Domeneci, que sí triunfó en El Puerto. El cine tendría su segunda oportunidad en enero de 1897, con las sesiones del «Cinematógrafo Joly».

SALAS DE CINE EN EL PUERTO.

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1896, octubre: primera proyección del cinematógrafo en el Teatro Principal.
1897, enero: segunda vez que se ofrece cine en el Principal, por el «Cinematógrafo Joly».
1906: programa veraniego de cine en la plaza del Carbón, futuro Gran Cinema.
1931, abril: primera proyección de cine sonoro, en la ciudad, del film «Galas de la Paramount».

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Programa de mano de la película 'Sagrario'. Con esta película se estrenó el Cine Orpheo, en Puerto Escondido, propiedad de la Familia Valimaña. (Programa Colección Manuel Valimaña Lechuga).

1935, junio: apertura del Cine Orpheo, en Puerto Escondido. Cerrará en noviembre del 41.
1941, mayo: apertura del Cinema España, en la actual Ribera del Marisco. Cerrará en 1973.

1942, mayo: apertura del cine Macario, en calle Misericordia, con el film «Los cien mil dólares». Remodelado como sala cerrada en mayo de 1978, estrenándose con «Jesucristo Superstar».
1950, junio: primera temporada del Cine Colón, en calle Jesús de los Milagros. Se inicia con «La duquesa de Benamejí». Cierra en 1980.
1954, junio: abre el Cine Moderno, en calle Cruces, con «El bandido generoso».

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Entrada de General al Cine Macario, por la calle Luna. En su lugar hoy ocupa su espacio la Sala de Música 'Mucho Teatro'. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

1956, octubre: parte del Cine Moderno se habilita como la primera sala cinematográfica cubierta de la ciudad, con lo que tendrá sala de invierno/verano. Se remodelará en 1977 como sala única, cerrando como tal en 1984 y siendo clausurado en 1994.
1958, junio: apertura del Cinema Puerto, en Ganado.
1962: se abre el Cine Victoria, por primera vez, en calle Bolos. El local cerrará en 1982 y será derribado en 1987.
1964: el Cinema Puerto es remodelado de cine de verano a sala de invierno cubierta y rebautizado como Central Cinema, al ser comprado por la empresa de Nuchera, abriendo con el film «El premio». La sala se cerrará en 1987 y será demolida en 1990.
1965, junio: apertura del Cine Florida, en calle Luja, con la película «La pantera negra». El solar será convertido en viviendas en 1986.
1974, junio: primera temporada veraniega del Cine Playa, en calle Valdés -actual piscina cubierta-, cerrando en 1981.

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Programa de mano. Con esta película se inauguró el Cine Macario en 1942, de la Familia Valimaña. El título original de esta película es 'Centomila dollari', del año 1940, dirigida por Mario Camereni, e interpretada por Assia Noris y Amadeo Nazzari (Colección de V.G.L.)

1976, mayo: se habilita el Cine Puertomar en Valdelagrana. Su última temporada será en 1982.
1982, junio: se inauguran las dos minisalas de Multicines Avenida, en la avenida de Andalucía, con «La vida de Brian». El local se cerrará en mayo de 1986.
1984, febrero: incendio del Teatro Principal, el coliseo portuense había cerrado a mediados de 1983.
1993, julio: apertura de cinco salas como Multicines El Paseo. Se ampliarán a nueve en julio de 1996. Cierra sus puertas en abril de 2005.

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Publicidad del Cine Macario. 30 de mayo 1955. Nótese el cachondeo del fino de la publicidad, en relación con los nuevos avances en tecnología del cine. Temporada 19555/56. (Colección M.V.L.)

2002, marzo. El día 31 el Cine Macario, en la esquina de Luna con Misericordia, abierto en 1942 como sala de verano y como cine cubierto en 1978 cierra sus puertas. La familia Valimaña se había visto en la obligación de cerrar la sala de cine que contaba en el centro de la localidad, el Cine Macario, emblema y superviviente de su actividad. Era la única sala que no formaba parte de un multicine que pervivía en la provincia. Contaba con 1812 butacas. Tras su estela queda la trayectoria de la familia Valimaña que comenzó en el negocio en 1935 en el Cine Orpheo, en Puerto Escondido, antes de contar el recinto de Luna.
2003, febrero: apertura el día 7 de febrero, de múltiples salas en el Centro Comercial Bahiamar

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Rafael Alberti Merello. Fotografía de Bernardo Pérez.

ALBERTI Y EL CINE.
“Yo nací, respetadme, con el cine”. Alberti fue de aquellos niños que se quedaban impresionados con el cine veraniego en la plaza del Carbón. Aquellas sensaciones se plasman en este poema del libro ‘Cal y canto’.

"... Y el cine al aire libre. Ana Bolena,
no sé por qué, de azul va por la playa.
Si el mar no la descubre, un policía
la disuelve en la flor de su linterna.
Bandoleros de smoking, a mis ojos
sus pistolas apuntan. Detenidos,
por ciudades de cielos instantáneos,
me los llevan sin alma, vista sólo.
New York está en Cádiz o en el Puerto.
Sevilla está en París, Islandia o Persia.
Un chino no es un chino. Un transeúnte
puede ser blanco al par que verde y negro.
En todas partes tú, desde tu rosa,
desde tu centro inmóvil, sin billete,
muda la lengua, riges, rey del todo...
Y es que el mundo es un álbum de postales.
Multiplicando pasas en los vientos,
en la fuga del tren y los tranvías.
No en ti muere el relámpago que piensas,
sino a un millón de lunas de tus labios.
Yo nací -¡respetadme!- con el cine.
Bajo una red de cables y de aviones.
Cuando abolidas fueron las carrozas
de los reyes y al auto subió el Papa.
Vi los telefonemas que llovían,
plumas de ángel azul, desde los cielos."

El lenguaje del cine mudo marcó el lenguaje de la Generación del 27. El montaje del cine mudo era para estos autores poesía en imágenes. Y en esas llegó el sonoro.

(Textos: Francisco A. Gallardo).

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Muy cerca del quinto pino, en Cuatro Pinos, la calle Javier Ruibal saluda al mundo. Entre amigos y familiares, con la voz quebrada por la emoción y la generosidad que le adorna, Javier Ruibal se convirtió en calle, que calle para siempre el olvido, la calle más hermosa, sincera y luminosa de El Puerto de Santa María. Una voz, una copita de fino, cientos de fotos, risas armónicas y melodías de ayer y de hoy. Nadie como Javier Ruibal ha sabido captar al vuelo los sones y sentires de la tierra y los ha situado en el contexto sentimental del resto del planeta. Dicen que las canciones pertenecen a todos, como la calle Javier Ruibal, pero pocos artistas logran atrapar la esencia y transformarla en copla popular exquisita y única. Echamos un ratito de categoría con Javier y los suyos. Ahí va el texto que leyó Ruibal al ritmo de su corazón. Grande Ruibal.  Enrique Alcina.

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"Señor alcalde, amigas y amigos, familia:
Es evidente la emoción que en este momento mi corazón siente como personas y como ciudadano de El Puerto.
No hay mucho que decir y sí mucho que agradecer porque, por los méritos que supuestamente yo hubiera acumulado a lo largo de mi vida, bautizar una calle con mi nombre sobrepasa absolutamente cualquier expectativa de reconocimiento a mi labor profesional y humana.
Esta ciudad que me vio nacer y crecer mientras correteaba por sus calles y sus playas sin ninguna conciencia de su importancia ni su historia, pero con la certeza absoluta de que era y es un rincón de los más bellos del planeta, me educó y me dio la inspiración ara saber escoger un oficio y un modo de vivir, y hoy me otorga el honor más grande que se puede recibir: perdurar en la memoria de mis paisanos.
Tengo la certeza absoluta de que esto es un regalo, uno de los muchos que mi oficio de músico y poeta me ha ido brindando mientras yo no hacía más que dedicar mis horas al placer de la composición y la escritura y a viajar por el mundo cantándoselo a la gente.
Asimismo, tengo la convicción de que hay en esta ciudad personas cuya abnegación y entrega a los más necesitados justificarían sobradamente recibir la distinción que hoy a mí se me hace.
A ellos que trabajan calladamente escribiendo el poema de la solidaridad silenciosa, y acunan con sus esforzadas manos la canción de la buena voluntad y el amor generoso, quisiera dedicar yo también esta calle que mejor debería tener el rótulo de:
Calle de los que ayudan, calle de la buena gente, calle de la tolerancia, o la compasión, calle del amor abierto, calle del respeto, calle de la igualdad o de la justicia, calle de la inmigración, calle del libre albedrío, de la individualidad, calle de la amistad, calle de los don nadie, calle de los cualquiera, calle de los niños, calle de los mayores ... o bien podría llevar un nombre que provocara bienestar a quien la transite, como por ejemplo:
Calle de la gracia, calle del buen humor, calle de la risa tonta, calle del cachondeo, de la carcajada, calle de la emoción o de la ilusión, calle del beso o del morreo, calle del abrazo ...
Se me ocurren un millón de posibilidades antes que la simpleza de mi nombre y mi apellido aunque, eso sí, este honor se le hace también a los míos, a los que me trajeron a la vida, a los que yo traje, a todos los que dedican sus días al arte y a los que me acompañan en este asombroso y bello paseo que es vivir.
Así que gracias de todo corazón por vuestra generosidad, gracias a la buena vida que he llevado siempre en El Puerto y gracias por hacerme sentir abrazado y rodeado por vuestro cariño.
Por cierto, esta es también la calle de Nono y Nieves, que son mis amigos y viven aquí al ladito.
Muchas gracias
". Javier Ruibal.

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bottaro_solo_puertosantamariaEn una anterior nótula en Gente del Puerto sobre el prolífico Juan José Bottaro Pálmer, autor de obras de escultura, arquitectura, forja, pintura, mobiliario, tapices, etc., glosamos su vida e hicimos referencia a su vasta obra. Lamentábamos que de Bottaro, poco dado a posar ante fotógrafos, existiesen pocos documentos gráficos sobre su persona. Gente del Puerto trae hoy dos fotografías realizadas en el antiguo Convento de Santo Domingo (sede de la Academia de Bellas Artes en 1930), en el centro de sus alumnos y discípulos:  "Sus alumnos predilectos llegan a formar el llamado “grupo de El Puerto”: Juan Ávila Gutiérrez, el mejor, y, luego, Luis Suárez Rodríguez, Luis Rousselet, Manolo Rioja, Isabelita Perdigones… Mención aparte merecen sus discípulos Manolo Prieto, cartelista y medallista, Carlos García Gil, caricaturista, y el más pequeño de todos, en edad, Juan Lara Izquierdo, pintor, que se dedicaron profesionalmente –y con notable éxito– al arte".

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En la fotografía, tomada en 1930, Juan José Bottaro Pálmer, en el centro, debajo del busto de Goya, que descansa sobre un capitel corintio. A la derecha del capitel, en la fila quinta desde el suelo, Juan Ávila. En la cuarta fila desde el suelo, el tercero por la derecha es Felipe Lamadrid. En la fila tercera desde el suelo, primero  por la derecha, el escultor José Ovando Merino. En la fila segunda desde el suelo, el segundo por la izquierda, Manuel Lojo Espinosa, a continuación, de negro, el pintor Juan Lara Izquierdo y el quinto por la izquierda, José Antonio Lojo Espinosa; en la misma fila, tercero por la derecha, Francisco Moresco Farfán. En la fila del suelo, cuarto por la izquierda, Manuel García, padre de Manolo García Campos. (Foto Colección LSA).

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No solo tuvo alumnos, sino también alumnas. Bottaro Pálmer, en el centro de la fotografía, en el antiguo Convento de Santo Domingo. Arriba del busto, Juan Ávila; en la fila superior, a la derecha de la columna de la izquierda, Juan Py Bononato, padre de los Py Cotro y tío de los Py Rodríguez. A la derecha, en la fila superio, Felipe Lamadrid. (Foto Colección LSA).

la-pintura-en-la-vida-cotidiana-andaluzaTodos los citados fueron más bien discípulos de Don Juan. Además tuvo como discípulo  en escultura a José Ovando Merino, imaginero y tallador nacido en nuestra Ciudad, aunque su vida y obras se desarrollaron en Cádiz, donde falleció el 18 de marzo de 2001, a los 89 años de edad, sumido en un injusto olvido por el mundo cofrade de la provincia. El llamado "Grupo de El Puerto" está ya estudiado en el libro de Luis Quesada, "La pintura enla vida cotidiana andaluza", interesantísimo volumen que recoge costumbres y personajes populares de Andalucía, exquisitamente editado en Sevilla por la Fundación Fondo de Cultura de Sevilla (Focus) en 1992, (458 páginas con ilustraciones en color), cuya imagen de portada reproducimos a la izquierda de este texto.

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En la fotografía, Juan José Bottaro, de espaldas a la izquierda de la fotografía (ya hemos señalado que era poco dado a dejarse fotografiar), en la barcaza que le llevaría a la inauguración del monumento que había realizado sobre la Virgen del Carmen (foto pequeña), y que se encuentra en la margen izquierda del río Guadalete. (Foto Colección VGL).

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manolitoelcochino_puertosantamariaManuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’, sin duda alguna uno de los mejores pescaderos (para muchos el mejor) que ha dado El Puerto.  En el mundo del pescado sus facultades innatas y, sobre todo, su generosidad han hecho posible que como porteño sea muy querido y conocido allende nuestras fronteras. El apodo le viene por su bisabuelo, pescadero también como su abuelo y Gabriel, su padre. Su bisabuelo enfermo de viruela quedó con las secuelas de la misma dejandole  unas marcas características sobre la superficie de la piel.  Los pescaderos se sorprendieron y, claro, el cachondeíto de la tierra: “--Está más feo que un cochino.” Nació en la Calle Pozuelo, frente a la desaparecida Sala Pozuelo y se crió con su madre y sus hermanos, a quienes ayudó todo cuanto pudo, circunstancias adversas, ocurre en las mejores familias, hicieron que la figura de su tío Manolo, hermano de su padre, fuera determinante en el devenir de Manolito ‘el Cochino’. La generosidad de la que siempre ha hecho gala es fruto del trato y el cariño de su tío que fuera quién le abriera las puertas al negocio del pescado. (En la fotografía, Manolito ‘el Cochino’ cuando comenzó en el puesto de pescados en la Plaza de Abastos. Puesto que compraría a su tío Manolo y al padre de Pepe Romerijo a finales de los años 50 del siglo pasado).

EL MUNDO DE LA MAR.
Curiosamente la vida de Manuel, al menos en sus comienzos, tiene bastante similitud con la de los pescadores. Las necesidades familiares obligaban a los menores con edades comprendidas entre los 12 y 14 años a zarpar para faenar en alta mar y emprender una trayectoria que no abandonaban durante su vida. En su caso, su madre María y sus hermanos, Josefa, Inés, Carmen y Gabriel precisaron de su trabajo para subsistir. Sus comienzos no fueron nada fáciles. Sus primeros trabajos vendiendo naranjas y agua en la playa y de aprendiz en las Bodegas de Osborne. Durante el servicio militar comenzó a exportar pescados en el mismo tren que lo llevaba a San Fernando, incluso algunos fines de semanas llegaba hasta Córdoba.

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Fotografía tomada en la Feria de Primavera en Crevillet. De izquierda a derecha: Juan Luis Carrillo Lucero, empresario pintor; Vicente Arníz Arévalo, apodado 'Vivi', empresario electricista; Manolito 'el Cochino'; Antonio Sánchez Cortés, sibarita, con un mazo de tickets en la mano; Adolfo Sibila, director de Empresa Consignataria de Buques y Pepe Romero Zarazaga, Pepe de Romerijo.

EL PUESTO EN LA PLAZA.
Una vez licenciado, inicia su andadura en el Mercado de Abastos, gracias a su tío Manolo que le abre de par en par sus puertas en el puesto de pescados que en sociedad tenía con el padre de Pepe Romero Zarazaga, Pepe Romerijo, con nótula propia en Gente del Puerto, situación que le permite conectar con el público y asistir diariamente al muelle pesquero a la subasta de pescado recién extraído de la mar…

A finales de los años 50, después de la muerte de su tío Manolo, compra el puesto de pescados y emprende una extraordinaria labor relacionada con la comercialización de pescados y mariscos que permite en 1963 abrir en sociedad, con su intimo amigo Pepe Romerijo, un nuevo puesto de pescados en la Placilla, frente a la Frutería de Agustín Vela Mariscal.

Miguel Pineda Martí, armador del pesquero ‘Pascual Baldo’ con nótula propia en Gente del Puerto 99, tenía un Biscuter (era un coche considerado una de las pequeñas joyas de fabricación española en los años 50, nacida en una época en la que la falta de materias primas aumentaba el interés por los vehículos de pequeño tamaño y moderado consumo), e iba con Eugenio Espinosa Palacios, ‘Nono’ del Restaurante Guadalete a comprar pescado a Sanlúcar de Barrameda. En varias ocasiones se encontraron por la carretera a Manolito ‘el Cochino’ que se desplazaba con ciclomotor denominado Velosolex, (bicicleta con un motor delante encima de la rueda, de 25 kilogramos de peso, un depósito de un litro de capacidad, y menos de un caballo de potencia, la Velosolex podía recorrer 100 kilómetros a una velocidad de 27 kilómetros la hora). Manolito ‘el Cochino’ que compraba algún pescado para el puesto pedía el favor a Miguel Pineda para que lo trasladara en el Biscutex, a lo que accedía cada vez que se lo encontraba. ‘El Cochino’ empezaba con el puesto…  ¡Iba y venia con una Velosolex!

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Fotografía tomada a principios de los años 60 del siglo pasado en un Fin de Año. De izquierda a derecha: Milagros Castro Utrera, Manolito ‘el Cochino’, Juan Luis Carrillo Lucero y su esposa, María del Carmen Álvarez Serrano, conocida por ‘Puchi’ hija de Rafael Álvarez y cuñada de Ricardo Palacios Mena, de Vulcanizados Ricardo SL, fallecida recientemente.

SUBASTADOR DE PESCADOS.
La continuidad en el puesto de pescados  de la Plaza de Abastos y la ayuda en el puesto de la Placilla por parte de su hermana Carmelita y posteriormente la de su esposa, Milagros Castro Utrera, consolidaba sus conocimientos comerciales. Si bien, al principio, no todo fue fácil, ni mucho menos ya que su mujer, Milagros Castro Utrera, de profesión costurera, tuvo que continuar trabajando en su actividad y más tarde en el puesto de pescado de la Placilla, una vez que su cuñada, Carmelita, se casara. De la misma manera, el hecho de permanecer en el muelle pesquero observando las descargas del pescado, el trasiego y los entresijos diarios de la cadena comercial de la actividad pesquera, hicieron que se especializara, en un principio, como subastador de los barcos que se conocían como Juanelo, barco de pesca de pequeño calado y eslora y de un solo palo.

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En su hábitat natural: en la Lonja del Pescado en esta Banda o Margen Derecha,  mediados de los sesenta del siglo pasado. De izquierda a derecha: Manolito ‘el Cochino’, José Gutiérrez conocido como Pepe ‘El Chofer’, exportador de pescados; Juan Hernández Navarro, vendedor de pescados; José Fernández Bernal, Pepe ‘Chiquete’, subastador de pescado y Pepe Romerijo. De espalda Tomas Cervera, exportador de pescados.

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Fotografía con el cabo de Celadores-Guardamuelles, en Ribera del Río, 30, encima del Bar Puente; era una especie de patio o descansillo de la entrada del piso de Manolito Arniz, cabo de los Celadores-Guarda muelles y padre del pintor Paco Arniz, quien celebraba el bautizo de su hija Tere. Corría el año 1964.  Entre los invitados, vecinos, amigos y familiares, segundo por la izquierda José García Cruz, el que esta agachado, Ramón Quero Llerandi, padrino del bautizo, Manolo Arniz, con botella y bandeja con copas, a su derecha.  Manolito ‘el Cochino’. Quizás el de la derecha fuera Diego Pantoja del Puerto (el de Muebles Pantoja).

Años antes de que comenzará la expansión de su negocio, gracias a la labor que llevó  a cabo con la flota pesquera onubense conocida en la jerga marinera porteña como huelvana, la simpatía, el saber y la cortesía del ‘Cochino’ hizo posible un trato especial por parte de los Celadores-Guardamuelles de la Junta de Obras de Puerto: Luis Sánchez, José Hidalgo Luque, conocido por ‘el Viejo'; Roque, Lore, Ricardo, Niño José, Vicente Morató, Manolito Arniz, padre del Pintor Paco Arniz. Recuerdo que a mediados de los años 60, construidas las viviendas de la Rotonda de la Puntilla para el personal de la Junta de Obras de Puerto, se ofreció a trasladar con su furgoneta DKV el mobiliario y enseres de las familias de los Celadores-Guarda muelles.

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Finales de de la década de los sesenta del siglo pasado. De izquierda a derecha: Pepe Romeijo, su primera esposa y madre de sus hijos, Lola Sánchez de la familia Balcon de El Puerto; Milagros Castro Utrera, esposa de 'el Cochino’; Manolito ‘el Cochino’, Lola Flores, 'la Faraona', Lete y Pepe Bigote Jiménez, 'embajador oficioso' de El Puerto en Madrid. (Foto Caripén).

manolitoelcochino_011_puertosantamariaLa afinidad y amistad que compartía con Pepe Romero Zarazaga, Pepe Romerijo, con nótula propia en Gente del Puerto 13, sería el aldabonazo para contribuir en la década de los años 70 y 80 a que la sinergia de ambos sectores, el extractivo pesquero y el comercial, fuera, sin ningún género de duda, el de mayor esplendor y, como consecuencia, uno de los pilares básicos de la economía porteña. Cabe recordar a Pepito Roselló, Pepe ‘El Chofer’, padre de Jaime Gutiérrez Perea, concejal que fuera de IP; Juan Crespo Rodríguez, ‘Mosco’, Ángel Alonso Alejo, José Agarrado Macias, Juan Hernández Navarro, Miguel Roselló Bertomeu, José González García, la familia Soriano Gómez, ‘Abuja’, Quini Roselló, José Manuel Moy, Miguel Moy, Joselin y además Luis Fernández Chulian, Fali Alonso Gómez, Manolo Ariza, Miguel Payares, José ‘Plaza, ’Fermín Romero Díaz, ‘Abuelita… y toda la marinería, sin excepción de ningún tipo. Merece capitulo aparte la figura de José Antonio Español Caparrós, Ingeniero Director de la Junta de Obras de Puerto, muy particular y controvertido personaje, con el que se entendió a las mil maravillas. (En la fotografia con Pepe Romero Zarazaga).

VENDEDOR OFICIAL DE LA LONJA
A finales de los años 60 las cosas cambiarían ya que Manolito ‘el Cochino’ se asentó económicamente y hasta se permitió a partir de entonces, en bastantes ocasiones, hasta su jubilación, acudir a trabajar a la Lonja de Pescados y subastar el pescado y marisco con traje y corbata.  Genio y figura.

Más tarde, corría el año 1970, ante la incesante progresión de las ventas efectuadas por la presencia de pesqueros de la flota onubense, que faenaba en el Golfo de Cádiz, fue nombrado vendedor oficial en la Lonja de Pescados, uniéndose a los tradicionales vendedores: José Agarrado Macias, Juan Hernández Navarro y Miguel Roselló Bertomeu que se dedicaban a la venta de las capturas de la flota con base en este puerto, compuesta  por 132 unidadades y 1500 tripulantes que faenaban en los caladeros de Marruecos. De aquellas vendedurias, en la actualidad, después de muchas vicisitudes, la única que se mantiene en un maltratado sector pesquero es la de Manolito ‘el Cochino’.  En los años de esplendor de la pesca, sus grandes bastiones y personal de confianza en la vendeduria: Pepe Barbudo en la administración y su primo Paco Sacaluga, en una de las tareas más ingratas, cobrador de las ventas de los pescados y mariscos.

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Genio y Figura. Fotografía en el Restaurante El Resbaladero, mediados de los años 70: Izquierda a derecha. Manuel Camacho Aguilar de Hierros Osca, Maximino Sordo Díaz, propietario del Restaurante, Manolito ‘el Cochino’, Nicanor Gómez Recalde, de Ultramarinos ‘Los Caballos’ y Antonio Crespo Blanquer, de los alicantinos llegados a esta tierra, calpino, conocido por Toni Pala, excelente patrón de pesca.

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Fotografía en el Restaurante de Ramón Muñoz, mediado de la década de los años 80, carretera nacional IV, antes de llegar al Caballo Blanco, misma acera, en dirección a Cádiz. Rincón de Neno estuvo ubicado en el mismo lugar antes de ser Restaurante. Manolito ‘el Cochino’ marcándose unas sevillanas con su amigo Juan Luis Carrillo Lucero. Izquierda a derecha: Pepe Crespo, empresario vinculado a la carpintería, Juan Crespo Rodríguez, exportador de pescados, Ramón Muñoz, hostelero y Antonio Reyes Haro, empresario del transporte, barcos, pescados y mariscos.

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En Casa Lucio, principio de los años 80 del siglo pasado, en Madrid. De izquierda a derecha: Milagros Castro Utrera, esposa de Manolito ‘el Cochino’. Milagros Camacho, segunda esposa de Pepe Romerijo, Paco Villaescusa, excelente persona natural de Yecla (Murcia), Fabricante de muebles, muy amigo de Pepe Bigote Jiménez; Manolito ‘el Cochino y Pepe Romerijo. De pie Lucio Blázquez.

Los prematuros fallecimientos de las esposas de Pepe Romerijo y Manolito ‘el Cochino’, Lola Sánchez y Milagros Castro Utrera, respectivamente, unieron aún más los lazos de amistad. Ambos, con algunos de sus hijos aún pequeños, tuvieron que afrontar sus destinos. En el caso del ‘Cochino’, su cuñada Julia Castro Utrera, quien tomó las riendas de su casa y ayudó a llevar adelante a los hijos de Manolito ‘el Cochino’: María José, Mili, Maleni, Manolo, Inma y María del Mar. En la actualidad, a sus 78 años, Julia sigue al pie del cañón cuidando a su cuñado. Pepe Romerijo se casó en segunda nupcias con Milagros Camacho

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En el Restaurante El Resbaladero: Año 1983, homenaje de despedida a la funcionaria de la Cofradía de Pescadores Magdalena Nimo Real, Oficial de administrativa y cajera, a quien todos conocíamos por Pili. ‘--Anda dame un beso, Pili, que aquí te traigo un regalito’. Una mujer de armas tomar, eficiente cobradora y un hito en el muelle habida cuenta que era la única mujer que entraba en la Lonja de Pescados. Familia de los Nimo. Su hermano Jesús y su sobrino José Luis, concesionario de coches, amigos de ‘el Cochino’. Con este Nimo se le veía mucho en barrera en la Plaza Real.

Sus visitas diarias, en mañana y tarde, a los distintos ‘confesionarios’ eran sagradas: ‘El Guadalete’, ‘El Brillante’, ‘La Perdiz’, ‘Casa Flores’, ‘Paco Ceballos’, ‘La Guachi’ de Romerijo, ‘Betis’, Cervecería ‘Puerto’, ‘Liba’… acompañado en distintas etapas por ‘Antoñon’, Manolito ‘Justicia’, Pepe ‘el Cachorro’ de Lepe y durante los veranos se unía Pepe Bigote Jiménez, con nótula propia en Gente del Puerto 215, que regresaba de Madrid a tomar las aguas… Todo un espectáculo pues no le dolían prendas a la hora de invitar a una copa a los parroquianos que, durante su ‘vía crucis’, estuviera en la barra de los distintos ‘confesionarios’. Lo de comer era otra cosa, mas menos como dice Pepe Neno, con nótula propia en Gente del Puerto 209. Por cierto, hubo un tiempo que fue gotera del Marqués de Pezagua en su Rincón de Neno en Valdelagrana.

Es un personaje campechano que a pesar de la perdida de memoria tras los ictus sufridos todavía a sus 76 años, sigue fumando sus puros habanos y, lo más importante, conservando la elegancia y espontaneidad que siempre le ha caracterizado.  "--Que me quiten lo bailao..." es lo que, desde el afecto, puedo expresar mejor a lo largo de su dilatada y bien aprovechada vida.

Hoy, la crisis que atraviesa la actividad pesquera, también ha hecho mella en el negocio. Sin embargo, contra viento y marea, sus hijos luchan afanosamente por mantener la vendeduria y buscar nuevas alternativas. Su hijo Manuel Gutiérrez Castro, continúa con la aventura empresarial consolidando y ampliando nuevas líneas de negocio relacionados con la pesca extractiva y el mundo de la mar. (Textos: Antonio Carbonell).

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José Roque Morales Augusto nació El Puerto el año de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, el 11 de febrero de 1929. Hijo de Roque y Luisa y tercero de los hermanos: Luisa, nacida en 1924 y Miguel, nacido en 1926, (el zapatero de la calle Larga). Viven los tres. Estudió con D. Alfonso Cárdenas Felices, en la calle Luna examinándose en Cádiz en el año roque_1949_puertosantamaria1939 los 14 alumnos presentados, aprobando todos ellos, entre los que recuerda a Eduardo Zamorano Lechuga, Antonio Aragón Astorga o a los hermanos Molleda. (En la fotografía de la izquierda, Roque en el año 1949).

EL BANCO HISPANO AMERICANO.
Empezó la carrera de Comercio. Estando inmerso en los estudios, Luis Muñoz (conocido en El Puerto por la coplilla de “la patita de Luis Muñoz”) estuvo en la zapatería de su padre, José Roque Morales Ahumada, y le informó que había oposiciones para 3 plazas en el antiguo Banco Hispano Americano. Era el 7 de junio de 1945. Como el examen era de un día para otro pidió urgentemente el temario, presentándose y aprobando tanto el propio Roque, como Juan Roselló Castell y el hijo de Manuel Álvaro Bonet, su maestro.

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Empleados del Banco Hispano Americano : Primera fila, de izquierda a derecha: Jose Luis Gallardo Poullet , Pérez (Hijo del cabo Pérez), Luis Pérez Sánchez, Andrés Jimenez (uno de los dos mellizos, con chaqueta blanca), Fernando Polanco Sierpes, desconocido, desconocido, desconocido.
Segunda fila, de izquierda a derecha: Francisco Mesa Gutierrez, Eugenio Pedregal, Juan Diaz Gómez, Jose Sánchez Sánchez, Francisco González, Ribera, desconocido, Juan Neva, Cossi, Santiago Castilla, desconocido, Antonio Garcia Brotón, Antonio Ortega García.
Tercera fila, de izquierda a derecha: Jimenéz (el otro mellizo con chaqueta blanca), Alfonso Benitez Retamar, Manuel Torres vallejo (Director del Banco Hispáno), Antonio Garcés, José Luis Delgado Forja, desconocido, desconocido.
Cuarta fila, de izquierda a derecha: José Roque Morales Augusto con chaqueta blanca, Eduardo Zamorano, Lechuga, Ramón Matiola Gutiérrez (delante), José Rodriguéz López, Manuel Álvaro Bonet, Manuel Romero Rivas.
La identificación de la fotografía es de José Roque Morales Augusto el 29 de mayo de 2009. (Foto Mesa. Colección Vicente González Lechuga).

Allí estuvo durante cuatro años, hasta que es llamado al servicio militar. Estuvo en la Batería “La Ardila” de San Fernando. De vuelta al Banco Hispano Americano estuvo un mes trabajando en la institución bancaria hasta el 29 de septiembre de 1951.

LA DROGUERÍA INGLESA.
La fecha de final de septiembre de 1951 la tiene bien presente Roque. También le dieron 24 horas para aceptar o no el traspaso de la Droguería Inglesa perteneciente a Antonio Pantoja Leal que ya llevaba funcionando 20 años. Roque ha vivido tres o cuatro crisis, como él mismo afirma. La Droguería empezó en el número 17 de la calle Ganado, junto a la Mercería Denia, pero desde el 31 de julio de 1979 permanece abierta al público en la esquina de Nevería con Ganado: casi 30 años hace ya. El oficio de droguero lo aprendió sobre la marcha, no sabía nada pero tuvo olfato para el negocio, para ser un joven emprendedor con apenas 22 años. Renovó casi todo el género. Sus hijas Luisa (Chica) y Ana María, tienen abierta una perfumería en la calle Nevería, y nótula propia en Gente del Puerto.

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Roque, paseando con su novia Ana Vega, a mediados de los cincuenta del siglo pasado, por el Parque Calderón.

LA FAMILIA.
Se casó el 1 de noviembre de 1957 con Ana Vega Ramírez (fallecida hace casi dos años, el 30 de julio de 2007, a la que Roque sigue recordando y notando su falta), con quien tuvo cinco hijos y cuatro partos, pues tuvieron mellizos: María Luisa, la mayor, Ana María, Roque y Cristi -los mellizos- y Milagros quien se iba a llamar Rosario, pero fue revivida la madre, nada mas nacer Milagros, por una complicación en el parto en el que perdió mucha sangre.

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Ana y Roque.

Roque recuerda muchas anécdotas, vividas detrás del mostrador, algunas incontables, pues en el fondo, en su oficio actuaba casi como un boticario para la casa. El cajero de la Caja de Ahorros de Cádiz le saludaba, en la puerta del establecimiento, con la fórmula de un jesuita, un frasco para las canas: “SIJ38”. Luego, seguía su camino.

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La típica foto de familia numerosa. Los padres Roque Morales  Augusto y Ana Vega Ramírez y los niños mellizos, Roque y Cristina, debajo María Luisa y Ana María. Faltaba por llegar Milagros.

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En la Playa de la Puntilla, con su hija María Luisa. Principios 1960.

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En la Velada de la Victoria, con su mujer Ana, en los coches choques.

ESPECIALISTA EN CUALQUIER REMEDIO.
En la Droguería Roque, nuestro protagonista o ahora sus hijos, pueden ayudarle con cualquier remedio o preparado para ese problema doméstico que se le resiste: Líquido para aflojar la lana en jerseys apelmazados; aceite para suelo de barro, jabón casero con fórmula exclusiva de Roque; otro jabón líquido de suelo, fórmula magistral también de Roque; limpia metales, fórmula antigua y exclusiva de nuestro protagonista; jabón de glicerina; cebos matacucarachas y para toda clase de bichos; cerote (cera que usaban los zapateros); jabón de marsella líquido para lavar la ropa; ácido oxálico para limpiar el mármol, el plástico o los cascos de los barcos cuando amarillea; betún de judea; tratamiento de la madera contra los insectos xilófagos (la carcoma); cola para reforzar los lienzos de pintores y artistas, ...

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En la Droguería, con un antiguo empleado y dos de sus hijos.

PREMIO AL ESTABLECIMIENTO TRADICIONAL.
«Este 2008, el Centro Municipal del Patrimonio Histórico de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, concede el diploma de establecimientos tradicionales a Droguería Roque, como reconocimiento al mantenimiento de un establecimiento tradicional durante generaciones.  La de Roque es una de las escasas droguerías que aún permanecen abiertas en la ciudad. Ha cumplido cincuenta y siete años. Traspasó una perfumería que ya contaba con veinte años de antigüedad y cuyo nombre era muy apropiado para la época “La Inglesa”. Muy pronto se amplió el negocio a droguería. El fundador de la tienda es José Roque Morales Augusto, al que todos conocemos como Roque. A él le cabe el mérito de haber mantenido el negocio durante más de medio siglo, pero también el de haber transmitido la ilusión a sus hijos, pues casi todos ellos se dedican a la misma ocupación. El negocio se ha mantenido con la colaboración y el trabajo de toda la familia. Y se ha mantenido en tiempos difíciles, en los que abundan otro tipo de establecimientos menos especializados. Pero el buen trato y el afán por solucionar a los clientes problemas domésticos muy variados, han marcado siempre a este establecimiento. Por tanto, era ya momento de hacerles este pequeño homenaje.» Del discurso del alcalde de la Ciudad, Enrique Moresco, en la entrega del Diploma el Día Local de Patrimonio Histórico, celebrado el 5 de diciembre de 2008.

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La amplia familia de José Roque Morales Augusto, arropándolo, el día que recibió el Diploma del Centro Municipal de Patrimonio Histórico, en un acto celebrado en el Centro Alfonso X  'el Sabio'.

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Rafael Esteban Poullet nace en la Calle Larga, 13-15, el 26 de marzo de 1935. Hijo de José y Carmen, es el primogénito de 12 hermanos. Muy involucrado con el sector de la vitivinicultura, a su pesar, estuvo trabajando con su hermano Enrique y con su padre, en la Fábrica de Productos Enológicos que estuvo abierta desde 1905 hasta que, a finales del siglo XX,  tuvo que cerrar víctima de la enésima reconversión del sector vinícola de la zona. Ahora, a destiempo, se dedica a todo lo que siempre quiso hacer, a las actividades culturales que siempre tuvo en un segundo plano pues, desde la vuelta del servicio militar el negocio familiar de los Poullet.

faelopoullet_griego_puertosantamaria«A la tierra en la que uno nace se le toma aprecio, pero no siempre se acaba amándola como un amante ardiente y perseverante. El azar que nos ha permitido cautivos gozar de la existencia, no siempre acierta en nuestros deseos de plenitud con el horizonte de la mañana. Este es el caso de Rafael Esteban Poullet, nacido en las Puertas de Hércules en 1935. Cultivado en las ciencia del Mediterráneo, su hedonismo vitalista y creativo siempre está en lance con el tempestuoso Océano, lustros de convivencia con el que ha sabido pactar, empero, una armonía no siempre exenta de las sombras de la intolerancia del monoteísmo. La aridez del contexto en el que fue educado, lejos de acomodarle en la común cosmología de valores colectivamente compartidos, le impulsó a superar las barreras culturales enraizadas en el tradicionalismo comunitario, y en su obra está el resultado latente de su concepción  de la vida inspirada en las entrañas del Egeo. ¿Quien no ha visto a Faelo cabalgar en dirección a Atenas a lomos del viento de Levante?». Biografía Íntima. Alfredo Hidalgo Lavié. Dr. En Ciencias Políticas. (En la fotografía, Faelo, caraceterizado de griego clásico, en una estancia de su casa de la calle Larga, en la década de los cincuenta del siglo pasado).

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Faelo, al final del Parque Calderón, en la escalera de acceso al desaparecido Puente de San Alejandro, con apenas siete años.

Estudió en el Colegio de Las Carmelitas hasta que hizo la primera comunión; luego vendrían  la Academia Poullet y los Jesuitas. Empezó Comercio con D. Juan Díaz Gómez --peritaje mercantil-- que abandona tras su incorporación al servicio militar y, definitivamente  a la empresa.

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En el Cuartel de San Fernando de Sevilla, durante el Servicio Militar, el segundo por la derecha de la fila superior.

Los Esteban, o como son conocidos en El Puerto, los Poullet, han destacado siempre en el mundo de las artes o las ciencias. Y Faelo es un humanista que ha tocado muchas disciplinas tanto literarias como plásticas, además de su incursión en el mundo de la cinematografía, la antropología, el diseño, la arqueología. En literatura ha cultivado la poesía, narrativa y teatro. En artes plásticas ha practicado la acuarela, el collage --una de  especialidades-- o la cartelería.

elermitano_puertosantamariaDE LA MEDUSA AL ERMITAÑO.
En 1962 fue socio fundador de la Asociación Cultural Portuense Medusa, junto con José Luis Tejada, Manuel Martínez Alfonso, Rafael Tardío Alonso, el Padre Pascual,... Medusa cierra sus puertas en 1978 y luego, dos años después nace en Jerez, en el Bar La Parra, la que sería la Tertulia “El Ermitaño”, con Carlos Aladro, Julio y Mariano Rivera Cross, Paco Bejarano, ... La Tertulia se traslada a continuación a El Puerto, en verano al Bar El Ermitaño --de donde toma nombre el grupo--.

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Jardin de la Casa de Faelo, en Larga, 13.

Durante varios veranos las reuniones se celebraron en el jardín griego de Faelo, en su casa de la calle Larga, 13; luego sin abandonar dicha calle, se encontrarían en el jardín de la casa de Zacagnini, con algunos intermedios. Y ahora, tras casi 30 años de vida y haber tenido una etapa en el pub Milord, se reúnen en el Hotel Santa María.

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Faelo, en su primera visita a Madrid, en la Ciudad Universitaria.

ENCUENTRO CON LA MUERTE.
En abril y mayo de hace ahora dos años --en 2006-- Faelo vivió una experiencia cercana con la muerte. Una hernia de hiato hizo que los médicos no contaran con  él.  Faelo veía que se moría. Pero lo superó. En la pseudoagonía no le vino nunca el pensamiento religioso. Experimentó una narrativa de la muerte con un libro en blanco: quería vivir. Solo quería vivir.  Además, no alcanzó a ver esa luz al final de un túnel que quienes han tenido una experiencia cercana a la muerte afirman haber visto. Como no podía ser de otra manera, una película, “El Séptimo Sello” de Ingmar Bergman, fue el paralelismo de su econtronazo con la muerte. En la escena final, los protagonistas huían en un bosque de algo que les perseguía y Faelo, en el hospital huía de lo que él era consciente que tenía que escapar.

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De manos del ministro Utrera Molina, recibiendo trofeo por su corto premiado en Sevilla.

EL CINE.
En la década de los sesenta del siglo pasado, rodó un corto en 8 mm: “El cuento de los juguetes abandonados”, que fue premiado en Sevilla con el Festival del Giraldillo. Luego vendría el documental “La Ciudad de los Muertos” rodado en el cementerio de El Puerto.

faelo_finales_1960_puertosantamaria1También el corto “Petit Cherie” y “Serenata para un joven estudiante”, en 1970, siendo su último trabajo “El Circo”, rodado tras la muerte de Franco. Con el cambio de formato, de cine a video, lo deja. No le ilusiona hacer cosas para ser vistas en pequeñas pantallas. Conserva, inédito, el  guión del documental “Suite Rocío. La otra Virgen del Rocío”. (En la fotografía de la izquierda, Faelo, a finales de la década de 1960).

LITERATURA: LA POESÍA.
En Poesía hizo algo durante el servicio militar, que olvida, y luego continuará con la prosa para retornar a los poemas,  después de su primer viaje a Grecia en 1977. Tiene publicados en la antología “Selección de Apócrifos. Poemas Sacros y Profanos” (1985-89). En 2001 se incluye un poemario suyo en “Et in Arcadia ego” en la colección de poesía del Aula de Cultura “José Caldalso, de la Ciudad de San Roque, o “El Lecho Pródigo” presentado el pasado jueves día 23 de abril en la Fundación Alberti. Tiene inédito tres libros de poesía y ha publicado en revistas como Arrecife (1987), Alora (1992), Zurgai (1992) y Por ejemplo (1997).

libro_eldiscipuloamado_puertosantamariaNOVELA PARA EL CINE.
En Narrativa, su novela publicada por la editorial Barataria y actualmente agotada, “Yo, Juan, el discípulo amado”, es la primera entrega de una trilogía sobre los orígenes del cristianismo desde un punto de vista totalmente heterodoxo. Le seguirán “Pablo y Bernabé” y “La pasión de Sergio y Baco”, todas ellas basadas en guiones cinematográficos de Faelo y posteriormente novelados. Precisamente en la pasada edición del Festival de Cine de Málaga se presentó la semana pasada un proyecto de largometraje del director español Emilio Ruiz Barrachina, titulado “El Discípulo”, inspirado en esta su primera novela. La película se hará en verano y tratará de la vida y Pasión de Jesús, desde un punto de vista histórico. En el reparto, están previstos: Joel West, Ruth Gabriel, Marisa Berenson y Carlos Bardem. La producción asciende a 5 millones de euros y los diálogos han sido revisados por el catedrático de la Complutense Antonio Piñero. La película iba a ser dirigida por Eloy de la Iglesia, interesado en el texto en 2005, pero su fallecimiento, un año después, dejó inacabado el proyecto.

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Faelo, a finales de la década de 1950 del siglo pasado.

TEATRO.
Ha terminado recientemente una obra que espera pasar a limpio y cuya acción transcurre en el ambiente de la posguerra civil en El Puerto y sus bodegas; lleva por título “Y saltó el Levante. (La Coartada)”.

suiteelrocio_puertosantamariaCOLLAGE: SUITE ROCÍO
En 1992-1993 se estrena la Suite Rocío, aunque Faelo ya se había especializado en mezclar el presente con el pasado mas o menos clásico a través de la técnica del “collage”. Es Rocío la invención y diseño de una colección de 74 estampas apócrifas de la Virgen del Rocío y 10 carátulas de cabecera según esquemas de los siglos XVIII y XIX en libre interpretación, teniendo como base material iconográfico de los siglos mencionados. «Suntuosos montajes, de imágenes realizadas a base de grabados antiguos. En sus composiciones, Ella, la Virgen, es elevada por el mar en una barca fenicia, con su gran ojo pintado en la proa, se la ve delante de los templos griegos, en Babilonia, entre ciervos y jabalíes, debajo de los pinos del Coto de Doñana, en todas las épocas y todas las civilizaciones. Pregunté cómo se le había ocurrido la idea y él me dijo que sólo era un intento de describir la realidad». Vivi-Ann  Sjörgren. Andalusiens Groava Salt. (Sal gorda de Andalucía. Helsinki. 1996. Final del Capítulo “Coronación de la Virgen”.

Los cuadros están, en su mayoría en el Salón de Plenos de la Hermandad del Rocío, excepto la última parte, dedicada a Grecia, que se encuentra en el Museo Municipal.

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Otras colecciones de Faelo, otras carpetas como “Picasso y el Toro de Osborne”, (en la ilustración superior) “Picasso, el Amor y el Mediterráneo”, “Roberto Alcázar y Pedrín en la Batalle de Keronea” (en la ilustración inferior), “La Doncella y el Toro de Osborne”, producciones de 1996, se vinieron a sumar a su amplia producción de collages. En Internet, estuvo durante un mes expuesto la serie inédita de collage a color “El Mito de la Anunciación”, en la web de Tusitala Comunicación.

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LAS TÉCNICAS.
Grafitos, acuarelas, carboncillos, lapiz color, témpera, pastel y acuarela, carboncillo y grafito, óleo sobre cartón, tintas diversas, tinta china, óleo sobre lienzo, tinta y lápiz color, óleo sobre cartulina, grafito y lápiz color sobre lienzo, óleo sobre madera, carboncillo y sanguina, acrílico sobre tabla, tinta y rotulador, comic en collage, ... son las técnicas que ha utilizado Faelo para expresarse a lo largo de su prolífica vida de artista plástico. Una selección de su obra  fue mostrada en la exposición antológica “Itaca 2000” celebrada entre el 28 de agosto y el 12 de septiembre de 1999, en el Centro Cultural Alfonso X “el Sabio”.

Faelo ha tocado otras expresiones artísticas como el tradicional “Belen” o “Nacimiento”, entre los años 1940 a 1962, el último. Paso desde el nacimiento popular hasta los dioramas grandes, que obtuvo el primer premio provincial. Y ahí lo dejó. Con la Academia de Bellas Artes realizó un belén realizado con figuras de arpillera, saliendo de lo tradicional.

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Exposición Colectiva celebrada en el patio de operaciones de la Caja de Ahorros de Cádiz de la Plaza del Polvorista, en 1986. De izquierda a derecha, Rafael Bayo, Juan Bayo, Pepe Zamorano, Paco Arniz,  Mari Carmen Orellana, Pepita Lena y Faelo. (Foto Colección Francisco Arniz Sanz).

faelo_carnaval2004_puertosantamariaCARTELERÍA, DIPLOMAS
Ha cultivado diversas técnicas para la cartelería y el cartelismo, género que ha cultivado y culminado en El Puerto habiendo realizado las convocatorias del Carnaval 2004 y la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino de este año 2009. El año pasado realizó el cartel del cincuenta aniversario de la refundación de la Hermandad del Rocío Con anterioridad ha diseñado el Cartel del Congreso de Enfermería de Cádiz en 1990. El Congreso Nacional de Odontología Infantil en 1995. Ha realizado también la serie de carteles de la Fundación Goytisolo, desde el año 2003. También lleva realizando los diplomas (todos originales e individualizados) de los Premios de Patrimonio Histórico Local, a razón de dos por año. (En la ilustración, el cartel anunciador del Carnaval de El Puerto del año 2004).

faelo_feria2009_puertosantamariaEXPOSICIONES.
Feria del Vino. Montilla (1961). Casino de Labradores. Medusa. (1964). Caja de Ahorros de Jerez. Jerez (1971). Castillo de San Marcos. (1979). Casa de la Cultura (1980). Diseños. (1981). Casino Bahía Cádiz (1982) Caja de Ahorros de Jerez (1984).  Caja de Ahorros de Cádiz (1986). El Tragaluz. Jerez (1987).  La Caja de Pandora (1988). Club Taurino Celso Ortega (1989). Bodega San Fernando (1992). Auditorio Municipal San Miguel (1992). Bodega San Fernando (1993). Galería Trinidad Gautier. Jerez (1993). Sagitario (1994). Auditorio Municipal San Miguel (1994). Sala Victoria. Sanlúcar (1994). Centro Cultural Alfonso X. (1995). Plastilírica (1996). Sala La Imperdible. Sevilla (1997). Centro Alfonso X (1998). Plastilírica (1998). Centro Cultural Alfonso X (1998). Antológica. Centro Cultural Alfonso X (1999). (En la fotografía de la izquierda, descubriendo junto al alcalde de la Ciudad, Enrique Moresco, el cartel anunciador de la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino 2009).

«El concepto del arte y de lo bello ya no puede ser el mismo que se tenía antes de la Revolución francesa. Ésta y los románticos lo cambiaron para siempre. Y no digamos después de Auschwitz e Hiroshima y ahora de Kosovo. [,,,] Sin renovación, tanto la vida como el arte se estanca y muere. Tanto la vida como el hombre que hace verdadero arte se renueva, prosigue hacia lo eterno para mayor gloria de éste». Mi Concepto de la belleza en el arte pictórico. Exposición Antológica. Faelo Poullet. 1999.

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Faelo, en Jordania, el pasado año 2008.

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“Cuando paso por El Puerto,
lo primero que se ve
al parguela de Perico,
con su nueva mobylette”

(Sevillanas. Anónimo Popular).

mobylette-rural-av89-pPedro Delgado Sánchez, nace en el mismo año de la instauración de la II Republica en la Casa de Roque Aguado, colindando con la Casa-Palacio de Vizarrón o de las Cadenas en la Plaza del Polvorista. Su nombre artístico es el de Perico ‘de la Carlota’ en honor a su madre, por la que sentía un gran amor. Era tal su parecido físico que en los distintos disfraces que utilizaba en Carnaval confundía al personal.  Mucho que ayudó Perico a su madre que se dedicaba al estraperlo para echar un capote a la maltrecha situación económica de años de penurias. Recorrían las calles  para sacarse un dinero. (En la fotografía, Perico con su mobylette, frente al Bar la Ponderosa. Foto Colección AP).

Su cercanía al río Guadalete y el grupo importante de vecinos que albergaba la Casa-Palacio de Cargadores a indias: la de los López Romero, Fernández Galloso, López Tey… que formaban un gran familia hicieron más llevadero su situación de vida ya que la atracción sexual hacia personas del propio sexo le aportó injustamente más de un disgusto. Tiempos difíciles del pasado siglo, la Guerra Civil, la postguerra y prácticamente todo el franquismo con las persecuciones, humillaciones, torturas y abusos a seres indefensos por la poca conciencia en materia sexual de la que no escapó Perico que dio con sus huesos en prisión por otra injusticia.

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Casa Palacio de Roque Aguado, donde nació Perico. (Foto Archivo Municipal. 20.12.1971).

LA INJUSTICIA SOCIAL
Cuentan que iniciado los años 60, en la calle Palacios,  los serenos intervinieron ante una discusión que se armó sobre el amor de un mozo que compartían varias personas afecta a su mismo sexo. De cualquier manera, dicen que los seguimientos de estos agentes públicos eran constantes y que, siempre alertas y a cualquier hora de la madrugada intervenían y hacían redadas. Precisamente a la que me refiero detuvieron a Perico. No tuvo en esa ocasión nada que ver pero las acusaciones fueron dirigidas hacía él…

Lo que ocurrió en aquella casa de la calle Palacios, fue que robaron en la vivienda de un  oficinista del escritorio de una conocida bodega de la Ciudad, y el marrón le cayó a Perico. Resulta que ‘el oficinista’ de referencia, que tenía la misma tendencia sexual que nuestro protagonista, una noche se dio cita con un mozo del que también estaba enamorado Perico. Mientras ‘el oficinista’ actuaba, Perico rondaba su casa pero fue visto por los serenos. Pobre Perico con menos medios económicos que este oficinista de bodegas… Al día siguiente ‘el oficinista’ acudió a la Jefatura de Policía a dar cuenta de un robo en su domicilio. Los serenos informaron que vieron a Perico aquella noche, ya de madrugada, merodeando el entorno, Consiguiente detención y un año de cárcel. Pobre Perico, el mozo disputado en amores fue el ratero, pero ‘el oficinista’ no lo denunció…

Su familia, como no podía ser de otra manera, lo apoyó incondicionalmente que, gracias a la amistad de todo el vecindario, hizo posible que la estancia en la cárcel del Huelva fuera llevadera ya que José Padilla, funcionario de prisiones, emparentado con la familia de Pedro, Milagros y María Palacios, tíos de Francisco Ferrer Palacios, le proporcionó un trato especial por medio de la dirección nombrándolo, habida cuenta de la injusticia cometida, asistente para tareas domésticas.

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Junto al cantil del muelle pesquero de 'esta banda', lindando con la Lonja de Pescados, ayudando a los pescadores, se le puede ver con una buena ‘pieza’ en la mano, parece una breca. (Foto Colección AP).

Trabajó durante una época realizando funciones de carga en la ‘Otra Banda’, margen izquierda del río Guadalete, como empleado portuario y también hubo un tiempo que colaboraba con la gente de la mar en la descarga de los productos pesqueros.

perico_carnaval_puertosantamariaEn su panorama artístico sus actuaciones con los pensionistas del mar y en la Caseta de Chicharito en Real de la Feria, de lo más sobresaliente. Colaborador y muy querido en la Peña ‘La Marea’, donde encontró su segunda casa, su primer presidente Joselito Dandy le ofreció amistad y su comportamiento fue exquisito. Cabe destacar que después de su injusta detención e ingreso en prisión le hizo ser muy reservado y actuaba por libre. Dos excepciones, Sebastian Ganaza Cañas, ‘Ojito’ y su vecino ‘el Pino’. No se fiaba de nadie ni en tiempos de la democracia… Se nos fue a mediados de esta década, pero todavía recordamos su impronta paseando en su Mobylette. Muy enamorado de la playa de la Puntilla y de de las dunas, a donde solía acudir y meditar… La guasa del pueblo en muchas ocasiones buscaba el disparate y Perico, sin pelos en la lengua, decía: «--Soy Perico, 'el de la Carlota. Yo soy maricón, pero tu... Calla, calla mariquita, porque si los pinos hablaran…» (En la fotografía, disfrazado en Carnaval a finales de los años 80 del siglo pasado, maquillado y preparado, muestra un gran parecido con su madre. Foto Colección AP). (Texto: Antonio Carbonell López).

pumar_reyesEn 1864 llegaron a El Puerto los Jesuitas y fundaron el Colegio que lleva su  nombre. En él, como era habitual en los últimos decenios del siglo XIX, tanto en institutos como en colegios religiosos, existió un gabinete de física, química y de historia natural. El que sirve de base al libro escrito por Juan Carlos Pumar Reyes, fue especialmente rico en especies exóticas, pues El Puerto era punto de desembarco de misioneros que traían ejemplares de América. Además de una brevísima historia del museo, el grueso del libro –que está agotado y espera una reedición- está dedicado a estudiar la colección de peces del mismo. Se trata del volumen  titulado  ‘Museo de Ciencias Naturales del Colegio San Luis Gonzaga. Catálogo de Peces’. Biblioteca de Temas Portuenses nº 17. Año 2002. Ofrecemos un artículo resumen realizado por el autor de la publicación para Gente del Puerto.

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Fachada del Colegio de la Compañía de Jesús a finales del siglo XIX.

Las primeras piezas del museo no llegaron a manos de la Comunidad de Jesuitas hasta los años 1865-67, cuando estos se asentaron en el antiguo Hospicio de Misiones de la calle Los Moros, consolidándose entre los años 1875 y 1924. Muchas de sus piezas proceden de familias adineradas cuyos hijos estudiaron en este colegio; otras fueron compradas a principios de este siglo y otras tantas deben su presencia a las antiguas misiones Jesuitas que transcurrieron por América. Paralelamente al devenir de la Comunidad de Jesuitas, la colección de piezas del museo ha sufrido muchos traslados y movimientos que consecuentemente llevaron al deterioro y pérdida de buena parte de sus “reliquias”.

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Alumnos y profesores del Centro, con piezas del Museo de Ciencias de los Jesuitas, posando en el patio del Colegio.

La fundación del actual colegio tiene lugar en 1867. En septiembre de 1868, acababan de llegar desde París grandes cajas y embalajes con algunas máquinas e instrumentos para el Gabinete de Física del Colegio. El museo siempre estuvo ligado a la Sala de Física del Colegio, muy importante debido a la alta innovación y tecnología de sus instrumentos con fines pedagógicos.
Durante la Revolución de 1868, los Jesuitas se vieron forzados a abandonar el Colegio. En este momento, fueron acogidos en casas particulares y en nombre del Estado, se incautaron muchos de los bienes pertenecientes a la comunidad de religiosos de la Compañía de Jesús. No hay nada escrito sobre las piezas de este museo hasta su regreso del exilio en 1875. Existe un inventario de los bienes y pertenencias del Colegio del año 1868 que podemos encontrar en el Archivo Histórico Municipal de El Puerto Sta. María (Actas de la Junta Revolucionaria de 1869 R.B.137).

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Sala del Museo de Ciencias, con mamíferos disecados, incluso de gran formato.

Durante la Guerra Civil, el Colegio fue utilizado como hospital de sangre, ocasión que aprovecharon antiguos alumnos y Jesuitas para trasladar muchas piezas a domicilios particulares. Al finalizar la Guerra Civil Española, se reunieron todas las piezas, volviendo a ocupar su sitio en las antiguas vitrinas, dentro de una gran sala de la segunda planta del edificio y junto a la antigua capilla del noviciado.

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En 1961, las reparaciones del edifico y el traslado del noviciado a Córdoba, propiciaron la sustracción y extravío de algunas piezas singulares de la colección. Diez años después, en 1971 y por readaptación del espacio para el alumnado, se decidió el traslado del museo a cuartos situados en la crujía de la fachada principal. Para ello, se seleccionaron aquellas mejor conservadas desechando muchas otras por su mal estado de conservación, mutilaciones o roturas. Al parecer, se tuvo que prescindir de hasta un 50% del total de las piezas hasta entonces conservadas, incluyendo algunas de gran tamaño e inestimable valor.

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Gabinete de Física del Colegio San Luis Gonzaga.

En 1975, el Padre Luis Conradi S.J. con la ayuda de Fernando Terry Merello, consiguió financiación privada para llevar a cabo una restauración taxidérmica de aves, peces y mamíferos, realizada por el conocido taxidermista sevillano Vicente Gamarra. Desde 1985, esta “Sala de los Bichos”, como denominaban antiguamente y aún citan los maravillados alumnos, se ubica en su sala actual.

En su amplia y diversa colección, se incluyen animales disecados de todo tipo: aves, peces y mamíferos, invertebrados y hasta restos fósiles. Dado que muchas de las piezas son originarias de América, es obvio que muchas proceden de las misiones jesuitas en el nuevo mundo. Éste es el caso de las 214 aves tropicales disecadas que conforman la colección, datadas en el año 1901. Estas aves, que incluye rapaces y aves insectívoras proceden de Centroamérica y han sido determinadas al nivel de especie y catalogadas por el veterinario y antiguo alumno D. José Gutiérrez. Curiosamente, bajo la peana de un pequeño roedor aparece la etiqueta del taxidermista que trabajó el ejemplar en Puebla (México), lo que demuestra tal procedencia de la mayoría de las piezas.

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Laboratorio de Química del Colegio de los Jesuitas.

Los moluscos constituyen una parte muy importante del museo tanto por su número como por la variedad de especies. Esta colección está formada por 1264 gasterópodos marinos, 552 terrestres y 686 bivalvos entre un total de 2502 conchas, fósiles y fueron determinados, clasificados por el Jesuita Luis Conradi según el sistema A.P.H. Oliver (Shell of the World) De todas ellas, 1000 piezas fueron compradas al naturalista francés A. Loffe en el año 1902.
En lo que a mamíferos se refiere, también hay una atractiva colección, precisamente una de las últimas piezas incorporadas fue un leopardo cedido por la familia Terry el día 3 de julio de 1997.

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Esturión del Guadalquivir disecado que se encuentra en los fondos del museo.

Destaca el hecho de que en estos comienzos ya hubiera más de 70 especies de peces “raras” desconociéndose sus nombres (actualmente quedan 49 ejemplares). Un fragmento de esta exposición ha permanecido sin dar a conocer los nombres “propios y comunes” de una parte singular de su colección: los peces, que ha llevado a dedicar tiempo en la determinación y catalogación de estas especies y situarlas en el lugar que se merecen dentro de este histórico museo. Existen 49 ejemplares de las tres grandes clases en las que se agrupan los peces, formando actualmente la colección. Los Ciclóstomos (Mixinos y Lampreas), los Condríctios (Quimeras, Rayas y Tiburones, con esqueleto cartilaginoso) y los Osteíctios (verdaderos peces, con esqueleto óseo).

En lo que se refiere a los peces, al final de este catálogo inventario se cita la sierra de este mismo pez que aún perdura, de la que se comprueba que nunca tuvo el resto del animal en el museo: “Como curiosidades poseen una colección de más de 60 objetos pertenecientes a los indígenas de Fernando Poo... y entre otras cosas una sierra del pez sierra de 0.99 m”. (Texto Juan Carlos Pumar Reyes)

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merengue_puertosantamariaHace unos días en Diario de Cádiz se publicaba la noticia de que se impondría la multa de noventa euros (14.975 pesetas, dicho en cristiano, o 15.000, redondeando), a quienes jugaran a la pelota en la playa e incluso se les incautarían las pelotas. Tamaña medida coercitiva no es nueva, sino bien antigua, aunque, dicha sea la verdad, nunca se ha respetado, ni espero que se respete. No es que yo esté llamando a la desobediencia civil, que a lo mejor lo estoy, pero es que ésto de jugar a la pelota en la playa es beneficioso para la salud del alma y del cuerpo y cantera de gentes que así empezaron, como el mundialista portuense Joaquín. Y, fíjense, adonde ha llegado.

La cosa es que  --se argumenta-- fastidia a los bañistas. Y este hipotético fastidio es bucólico y hasta poético y ha sido inspirador incluso de canciones. Así el cantautor catalán Joan Manuel Serrat, exclama en uno de sus más exquisitos logros: «--Niño, deja de joder con la pelota...», que es todo un tierno "verso-escena". Yo no es que  esté llamando, repito, a la desobediencia civil; es que voy a dar la receta para que  quede totalmente impune la supuesta falta de jugar a la pelota en la playa.

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Merengue, a la derecha, con los hijos de Isabel Merello y Fernando Terry del Cuvillo, en la boda de Milagros Terry, en la Puerta del Sol de la Prioral. El pequeño que aparece a la izquierda es Tomás Terry Merello y el que está a la derecha es Fernando Terry Merello. Década de los cincuenta del siglo pasado. (Foto: Juan Bottaro Palmer. Colección: José Antonio Castro Cortegana).

Si yo le hablo a Vd. de don Jesús Navarrete Cordón, Vd., aunque no sea un "paracaidista", tampoco sabrá de quién estoy hablando. Pero si le digo que me estoy refiriendo a "Merengue", el provecto, ínclito y preclaro guardia de la porra de nuestra ya lejana niñez, junto con Pacuqui, Saborido, Salas, Rafael Camacho, el cabo Penita..., todos bajo el mando del comandante don Tomás Peral, ya barruntará de quién se trata o preguntará Vd. por la persona a la que me estoy refiriendo y le darán detallada y exacta cuenta y razón. Pues bien, "Merengue", el guardia, tenía, además de frenillo, media lengua.

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Niños jugando en la Playa de La Colorá y  a continuación 'El Aculadero', sin construir aún el Paseo Marítimo ni Puerto Sherry.

Cuando nos poníamos a jugar a la pelota, en la orilla de la playa, enseguida aparecía "Merengue", lo dejábamos acercar y, cuando estaba a tiro de piedra, nos tirábamos todos al agua, con la pelota. Desde el agua lo instábamos inmisericordemente a que nos cogiera y el buen "Merengue", uniformado de blanco, con correaje, porra y casco, en la orilla, haciendo como que escribía en una libreta, espetaba, amenazante, en su media lengua: «-- Utede orré, que ontra má orrái, má orre el lapi; e lo onosco a too utede y a zuz [p]adre».
Y, al final, nada, que no se metía "Merengue" en el agua a cogernos; que no nos conocía; que todo era un farol.

granjalamisericordia_puertosantamariaCuando yo era chico, más abajo de “Las Columnas” y más arriba de la Farmacia de Manolo Hörh, en la calle Luna, hubo una lechería, propiedad de Doña Amparo Osborne  Vázquez, Duquesa Viuda de San Fernando de Quiroga, donde se vendían los productos de la Granja de la Misericordia, finca de la Duquesa, en el camino de Fuenterrabía, camino de Mazantini, que se llamaba y, luego carretera de Fuentebravía, a la salida de Vista Hermosa. Dos veces al día, el vaquero, que era vasco, aprovisionaba la tienda de leche y huevos, así que no era raro ver el carro de la Granja, tirado por un caballo, estacionado junto a la acera, en la calle Luna.  A mí me impresionaba la gran cabeza de gallo que estaba pintada en la fachada de la lechería, que se repetía dentro, en la pared del fondo.  Y recuerdo al vaquero trasegando jarras de leche a unos enormes depósitos de donde, en medidas, se sacaba para su venta al por menor. Recuerdo al vaquero bajando del carro  unos enormes canastos, con paja y virutas en que transportaba los huevos.  Recuerdo al caballo, enganchado al carro, parado, quieto, inmóvil, atado  por el ramal de la marteguilla a la argolla que había en el alisar de la acera.

Lo cierto es que el caballo, como todo ser viviente, no era espíritu glorioso y tenía sus necesidades perentorias. Es decir que estercolaba y  orinaba. Todo eso estaba prohibido por un bando de la Alcaldía, pero más que nada, lo que estaba sancionado era dejar los excrementos, sin recoger, en la calle. Para los transgresores desconocidos, los basureros disponían en sus carritos de una espuerta con dos mediopuntos de lata e, inmediatamente, hacían desaparecer lo que las entrañas de los semovientes producían.

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Un borrico de reparto, con su conductor, en una vivienda de la calle Nevería. A mitad de la calle, a la izquierda, el Bar Apolo.

Estoy divagando, pero debo recordar que Don Jesús Navarrete Cordón, o sea el guardia de la porra “Merengue”, tenía media lengua, además de frenillo, era duro de oído y sucintamente versado en  escritura. Ocurrió que el caballo del carro del vaquero de la Duquesa estercoló en plena calle Luna y  “Merengue”, que lo venía observando desde hacía algún tiempo, lo cogió in fraganti.  “Merengue”, de verdad, le tenía ganas al vaquero, porque todos los días, dos veces,  dejaba el “presente” del caballo y se largaba.

Así es que, diligente y altivo, libreta en mano, se dirigió al vaquero para sancionarle: «-- ¡Oia, oia,  oia!  ¿U ombre?», dijo en su media lengua. Y el vaquero le dijo el nombre de corrido, como que se lo conocía de toda la vida: «--Cecilio Procopio Zunzunegui Aguirreberricoechea». «--¿Omo?» , requirió “Merengue”. «–Cecilio Procopio Zunzunegui  Aguirreberricoechea», volvió a responder el vaquero. «–Ma epacio, e no oy ua máguina»,  apostilló “Merengue”.
«--Ce-ci-li-o-pro-co-pi-o-zun-zu-ne-gui-a-gui-rre-be-rri-co-e-che-a», recalcó el vaquero». «--Ueno, e no uelva a ourrí»», resolvió de plano “Merengue”, como quien acababa de conceder un gracioso indulto. Y, metiéndose en el bolsillo de la guerrera la libreta, bien a su pesar, “fuese y no hubo nada». (Texto: Luis Suárez Ávila).

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