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luis conradi 2002 puertosntamaria

Luis Conradi y Toro nació en Sevilla el 3 de septiembre de 1924, aunque, por su vinculación con El Puerto de Santa María, donde vivió por espacio de más de 30 años, se sentía portuense desde que lo pisara por primera vez en 1942. Hijo del que fuera decano del Colegio de Abogados de Sevilla, José Domingo Conradi y Soto y de Mercedes Toro Buiza, era el segundo hijo del matrimonio, tras José Domingo, al que siguieron María de las Mercedes, Alfonso, Manuel, Francisco y Fernando. Era descendiente de Juan Bautista Conradi y Gavarrón, nacido en Génova (Italia). /El Padre Conradi, en una imagen de 2002.

...continúa leyendo "959. LUIS CONRADI Y TORO. El jesuita bondadoso."

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Paseo de la Victoria cuando aquel parque neoclásico estaba en todo su esplendor: las cuatro estatuas de terracota representaban a las Cuatro Estaciones.

Con la reciente remodelación, entre los elementos ornamentales clásicos de este Parque, han vuelto a presidir mediado el recinto estas réplicas en mármol de las cuatro estatuas  que antaño estaban a la entrada del mismo, cuyos originales se encuentran a salvo de los vándalos en el Museo Municipal. Es decir, que sobre los pedestales donde otrora estaban las terracotas de Las Cuatro Estaciones Vestidas, hoy están Las Cuatro Estaciones Semidesnudas de mármol, acaso más protegidas en el interior, que en la fachada del Paseo. Empero, sin vigilancia ¿cuanto durarán las estatuas y demás mobiliario urbano que se acaba de incorporar al Paseo? /Foto inferior: Fito Carreto.

Fernando Sánchez García nos envía estas cuatro imágenes --óleos sobre tabla de 32x43 cms.--, que fueron pintados cuando los originales desaparecieron de la fachada del Paseo, imaginamos que ante el temor de que sufrieran actos vandálico y que podemos ver en la foto inferior.

Fernando reflexionaba, imaginaba y pensaba que...

De ellas se dice que decían:
I.  ¡Estoy de El Puerto hasta aquí!
II. Yo voy a juntar para irme.
III. Yo ya he juntado.
IV. Pues yo ya me voy.
¿se fueron para siempre?     ¿volverán?

Fernando Sanchez García.

I.  ¡Estoy de El Puerto hasta aquí!

II. Yo voy a juntar para irme.

III. Yo ya he juntado.

IV. Pues yo ya me voy.

«Tu hermosura nos la mostraba antes de entrar en ti, presidiendo tu entrada cuatro cariátides sin arquitrabe que sostener; solo sosteniendo, la inmensidad del espacio. Estas esculturas representaban las cuatro estaciones del año, que por fortuna, después de haber ornamentado el chalet de algún munícipe colaborador del régimen anterior, se encuentran hoy depositadas en el museo municipal para su restauración». Paco Artola Buzón.

Más información: El Paseo de la Victoria, la Memoria Amputada.

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Juan Gómez Fernández nace el 25 de mayo de 1951, el mismo año que la cantante Ana Belén, el político socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, o la periodista Rosa Montero. El año en el que la CECA, organismo antecesor de la Unión Europea, firma el Tratado del Carbón y del Acero.

Nuestro protagonista tiene una hermana menor. Es hijo del portuense Juan Gómez, conocido como ‘Farfán’ –apellido de una tatarabuela--, agricultor con campos en la zona de ‘El Águila’. Toda la familia paterna estuvo vinculada al campo, cuyos antepasados se remontan al siglo XV, contemporáneos de Cristóbal Colón. Su madre, Rosa Fernández, natural de Las Bornetas, aldea cercana a Tui (Pontevedra.) Emparentada con familias de comerciantes gallegos afincados en El Puerto: Serafín Vieytes, del almacén de al plaza de la Herrería; Joselito Fernández, del bar Jamón en la calle Capillera; Joselito Verde, del almacén de la calle Ganado y el popular Casimiro, del desaparecido almacén y estanco de la Plaza de la Iglesia, donde hoy hay una tienda de antigüedades.

Juan vivió la infancia a caballo entre el campo –Pago Serrano—y la casa de la calle San Juan, 37. Allí vivió los juegos de la niñez con los hijos de los vecinos que habitaban la casa, comprando pipas a ‘perra chica’ en el almacén de Joselito en la calle Capillera, y jugando ‘al boli’ en la misma calle, que no estaba asfaltada y permitía hacer hoyos y jugar en los charcos que se formaban.

ESTUDIOS
El parvulario lo vivió entre el aroma del pan recién hecho, en el piso alto del Horno de la Gloria, en la calle Cruces. Luego vendría el Colegio de San Ignacio con Juan Díaz Álvarez, en la calle San Sebastián, con nótula 138 en GdP.Allí aprendería a leer con su sobrina Milagros. Más adelante vendría el examen de Ingreso en el Instituto Padre Luis Coloma, de Jerez y unos primeros años de bachillerato muy irregulares.

Los alumnos que aparecen en la foto, de izquierda a derecha, en la primera fila: Francisco Ramírez Díaz, Pascual Prado Rodríguez, Eugenio Guareño Maza, José Manuel Reina López, Francisco Bollullo Altamirano, Vicente Márquez González (Quiqui); en la segunda fila Juan Custodio Cárdenas, el promotor inmobiliario, Juan Lara Barea, el hijo del pintor, desconocido, Ramón Izquierdo Díaz, José Oncala Merino; en la tercera fila: José Luis Villalba Díaz, José Salmerón Albaiceta, Juan Fernández Gallardo, Ramón Tur Tur, claramente de procedencia alicantina, Andrés González Salas, Vicente Femenía Ruiz; en la fila del suelo, agachados, Juan Bayo de Miguel, Ambrosio Acal Ortega, Francisco Gómez Galán, Andrés Fernández Valimaña, del Vapor, Joaquín Vera Ruíz (Quini), Manuel Gallardo Camacho y Juan Gómez Fernandez.

Con el traslado al Colegio San Luis Gonzaga descubriría un mundo de la enseñanza totalmente nuevo: de un colegio del siglo XIX a la modernidad. Allí recibiría clases del Padre Aldama, quien marcaría su vida y le hizo decantarse por la Enseñanza y descubrir el gusto por la Historia.

Proclamación de dignidades en el colegio San Luis Gonzaga. 10 de diciembre de 1966.

Al finalizar 6º de bachillerato empezó a estudiar Magisterio en Cádiz, terminando la carrera con muy buenas notas, lo que le permitió ingresar directamente como funcionario, algo recogido en el Plan de Estudios de 1967. Más adelante vendrían los estudios de la Licenciatura de Historia por la Universidad de Cádiz, con una tésis sobre la Enseñanza en El Puerto en el siglo XIX.

Será durante sus años de estudiante en los Jesuitas cuando conoce a la que luego será su mujer: María González Forte --Mari Forte--. Formaban una pandilla de la que saldrían varias parejas y en 1975 se casan, Juan con 24 años y Mari con 22. El matrimonio tiene tres hijos: Nacho, Cristina y Chema.

El colegio Cristóbal Colón, durante su inauguración el 15 de julio de 1969. Tres años mas tarde sería el primer centro donde ejercería como maestro Juan Gómez. /Foto: Archivo Municipal.

EL MUNDO DEL TRABAJO.
Con 21 años empieza a trabajar como maestro en el Colegio Cristóbal Colón, donde permanece por espacio de dos curso, al que seguiría el de Grazalema, durante un curso, en Puerto Real estaría otros dos y luego vendrían José Luis Poullet, Pinar Hondo y La Arboleda, donde actualmente ejerce en secundaria, como profesor de Geografía e Historia. Juan recuerda y destaca la buena conexión que siempre supo tener con los alumnos y los padres de éstos, dando clases, en la actualidad, a los hijos de sus antiguos alumnos, lo que le produce una inmensa alegría al comprobar como han desarrollado su vida. Y es que han sido 38 años dedicados a la docencia. Ha sido, además, profesor asociado de la UCA durante el curso 2008/09.

ASOCIACIONISMO.
Formó parte de Memphis, grupo joven de la Agrupación Cultural Medusa, donde escribía artículos para la revista que editaban a multicopista. En esa época ganó su primer premio en un concurso de cuentos organizado por Medusa. El premio, aún lo recuerda, fue el libro ‘El Puerto en la Literatura Española’ de Manuel Martínez Alfonso, y dedicado por su autor. Años mas tarde se incorporaría a la Academia de Santa Cecilia, de la que sería su presidente entre los años 2002 y 2006, imprimiéndole una intensa actividad en cuanto a actos y publicaciones se refiere.

Ha sido miembro del Patronato de la Fundación Luis Goytisolo, en igual periodo que la anterior. Es miembro de la Sociedad Española de Historia de la Educación (SEDHE), del Ateneo del Vino y, desde siempre, de la Peña ‘La Charanga’ de la que es socio fundador. Pertenece al Grupo de Investigación de la UCA ‘Historia y Género’, adscrito al Plan Andaluz de Investigación.

Independientes Portuenses gobernaría en su primer mandato con el PSOE. En la imagen, durante una tertulia de SER Puerto en el Restaurante 'El Resbaladero', dirigida por Francisco Andrés Gallardo, de espaldas. De izquierda a derecha, Hernán Díaz, Juan Gómez, José Gil y Luis Benvenuty. /Foto: Fito Carreto.

LA POLÍTICA.
En la Navidad de 1990 el padre de Juan fue a casa de nuestro protagonista y le presentó a Hernán Díaz Cortés (quien había sido concejal del equipo de gobierno durante  el pacto PSOE-PP en el mandato 1987-1991, aunque ya no formaba parte del mismo) y hablaron de la creación de un nuevo proyecto político para El Puerto: Independientes Portuenses. Con IP ganarán las elecciones municipales en 1991. Juan Gómez iba el tercero en la lista: no tuvo inconveniente en ceder su puesto al segundo que lo ocupó, Miguel León. Y aunque su interés se decantaba por Medio Ambiente, sería designado  concejal de Cultura y Educación en aquel mandato: «Estaba todo por hacer», recuerda.

Presidiendo una corrida de toros en la Plaza Real. /Foto: Jorge Roa.

Y por hacer hizo hasta de presidente de la Plaza de Toros, alternándose con su entonces compañero de partido, Fernando Gago, cuando la empresa Canorea-Barrilaro era la concesionaria de la explotación del coso taurino portuense. Además gestionaría durante un breve periodo de tiempo, las concejalías de Turismo (1994-1995) y la de Medio Ambiente (1999-2000). Durante esta etapa hará muchas amistades que hoy conserva, sobre todo funcionarios que colaboraron de forma estrecha con Gómez. Fue Diputado Provincial entre 1999 y 2000, año de su primera dimisión como concejal.

Con María Asunción Mateo, durante su etapa como Directora de la Fundación Rafael Alberti. /Foto: Fito Carreto.

LOGROS.
En Cultura se rehabilitaron y crearon nuevas infraestructuras, tales como la rehabilitación del Edificio Principal de ‘San Luis Gonzaga’ para sede de Cultura y Educación; la creación el Centro Cultural ‘Alfonso X el Sabio’ y biblioteca en el mismo espacio, la obtención de la propiedad de la Casa de la Cultura, las negociaciones y compra del solar de la antigua Bodega ‘El Cuartel’ y el acuerdo con la Junta de Andalucía para construir el Teatro Municipal ‘Pedro Muñoz Seca’.

Durante el Simposio 'José Luis Teaja, poeta', acompañando a la viuda de Tejada, Maruja Romero y a la Delegada Provincial de Cultura de entonces, Josefa Caro.

Se crearon diversas fundaciones con participación municipal en el ámbito de la cultura: Rafael Alberti, Pedro Muñoz Seca, José Luis Tejada y Manolo Prieto.

Fue el artífice de la firma del Convenio con la Universidad de Cádiz para los Encuentros en Primavera, del Festival de Teatro de Comedias que ya ha cumplido su XX edición, los Conciertos de Música Antigua, la reorganización de la Banda de Música, las Jornadas Federico Rubio, en la que incluso llegó a participar un Premio Nobel.

En cuanto a Educación se iniciaron los programas contra el absentismo escolar, los Talleres Escolares de los que hoy todavía son un ejemplo a nivel nacional e incluso se abren dos nuevos Institutos Nacionales de Bachilerato.

Con el filósofo y ensayista, José Luis López-Aranguren Jiménez, poco antes de su fallecimiento, en la Fundación Rafael Alberti.

DOS PERIODOS.
Hay que distinguir dos periodos de su acción política, como gobierno y oposición.

· 1991-2000. La etapa de la ilusión, del trabajo, del sacrificio familiar. Pero también la etapa de conocer a personajes muy interesantes: Rafael Alberti, Luis Goytisolo, la familia de Muñoz Seca, José Luis Aranguren y otros. Luego vendría el cansancio por la gestión, la decepción al comprobar que algunos van a la política a medrar y ante la falta de horizontes le llevan a pedir la baja como concejal el 4 de septiembre de 2000, tras poco mas de un año como concejal en el tercer mandato de IP.

Último folleto electoral del primer periodo por el que se presentó Juan Gómez, correspondiente a las elecciones municipales de 1999. 1. Hernán Díaz. 2. Miguel León. 3. Juan Gómez, 4. Elena Galván. 5. Juan Bocanegra. 6. Juan Carlos Rodríguez. 7. Pedro Pablo Lamadrid. 8 María del Carmen Díaz. 9 Silvia Gómez.

Durante la inauguración, en el Castillo de San Marcos, de la Exposición Filatélica 'Juvenia 1999'. /Foto: Fito Carreto.

Valorado incluso por sus contrincantes políticos, sorprendió a propios y extraños aquella dimisión que se produjo tras su paso por la alcaldía, sustituyendo al titular durante sus vacaciones estivales. Una diferencia de pareceres en como había gestionado Gómez la crisis del cierre de la Playa de El Buzo a instancias del gobierno autonómico, y la desautorización del alcalde titular, fueron el detonante para que regresara --ahora sin compartir con la política-- a su ‘opción de vida’, la enseñanza, como profesor de Geografía e Historia en el IES ‘La Arboleda’. Además continuará con sus labores de investigación e incluso se doctorará en Historia cinco años mas tarde, en 2005.

Muchos no entendieron que, el año 2006, se manifestara en la puerta del Ayuntamiento, junto a un grupo de ciudadanos, contra la tala indiscriminada de árboles en nuestro término municipal. /Foto: Fito Carreto.

Durante su última toma de posesión como concejal de IP, el año 2007.

· 2007-2010. «Regreso a la vida pública obligado por las circunstancias del partido», afirmará. Tras los escándalos que se vivían en su partido, «era precisa una renovación y nuevos objetivos». Pero la maquinaria del partido no se lo permitió –hay quien afirma que detrás del mismo sigue su fundador Hernán Díaz— y aunque se postuló primero para candidato a la alcaldía por su formación en los comicios municipales de 2007 y luego en 2009 para presidente de Independientes Portuenses, no lo consiguió.

De izquierda a derecha, Juan Gómez, Hernán Díaz, Silvia Gómez --no son familia-- Fernando Gago, María del Carmen Lara, María Ángeles Bustabad, a la finalización del Congreso de su partido en 2007. /Foto: Fito Carreto.

De izquierda a derecha, Enrique Ramírez, María del Carmen Lara, Paco Pérez, José Peinado, Silvia Gómez y Juan Gómez. En la Feria de Primavera, en 2008. Eran otros tiempos. Ni Ramírez ni Lara militan en IP, ni Pérez es el Presidente, y Juan Gómez  ha abandonado todas sus responsabilidades en el partido. /Foto: Fito Carreto.

Viviría los últimos años en política de cargos como concejal de la oposición, acaso el que fuera el más brillante concejal de Cultura que tuviera el Ayuntamiento de El Puerto desde los tiempos en que lo fundara Alfonso X ‘el Sabio’. Pero «aunque la función de control al gobierno es importante, no es lo que queremos los que pretendemos trabajar por nuestra Ciudad» afirmaba el 27 de octubre de 2010, al dimitir por segunda vez como concejal, tras meditarlo durante el mes que pasa en reposo convaleciente de una enfermedad, lo que le hizo pensar en el futuro.

El 27 de octubre de 2010, explicaba ante los medios su segunda retirada de la política. Previamente a su dimisión, había dejado la portavocía del partido. /Foto: Fito Carreto.

«Hoy por hoy me retiro, al igual que hoy no iría en otras siglas políticas distintas a IP, aunque dentro de unos años, si creo que puedo ayudar a mi Ciudad, lo haré», afirmará en su despedida. El 25 de mayo cumple 60 no participando, en la actualidad , en la vida política activa.

PUBLICACIONES, CONFERENCIAS Y CONGRESOS.
Ha publicado tres libros: ‘Disidencia y escuelas en la Bahía de Cádiz (1835-1936)’. ‘Formar hombres de bien. La Enseñanza en El Puerto de Santa María en el siglo XIX’, y ‘El Colegio de Primera y Segunda Enseñanza de El Puerto de Santa María (1848-1861)’. Igualmente tiene publicado capítulos de libros en cinco volúmenes sobre El Puerto, Federico Rubio y la Educación y otros tantos en revistas de historia. Ha editado la obra colectiva ‘La Escuela y sus escenarios’. /En la imagen de la izquierda, su libro, ‘Disidencia y escuelas en la Bahía de Cádiz (1835-1936)’, editado por la Academia de Bellas Artes 'Santa Cecilia'.

Diversas instantáneas de Juan Gómez Fernández de los últimos 20 años.

Ha participado, impartiendo conferencias y comunicaciones en congresos de Género y sobre el ilustre portuense Federico Rubio y Galí, coordinado el III Coloquio Internacional de SPICAE y participado en proyectos de Innovación Educativa, desarrollando una ingente labor que se encuentra publicada en medios especializados y que puede consultarse por  internet.

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El escritor, dramaturgo y ensayista Manuel Pérez Casaux nació en la calle  Luna, núm. 6, el 29 de enero de 1929, esquina a Jesús de los Milagros, donde en tiempos existió un Freidor de Pescado y hoy es una tienda de ropa en un nuevo edificio. Su padre, Manuel Pérez Martínez, natural de Puerto Real, delineante proyectista, era funcionario civil del ejército y estaba destinado en la Ayudantía Militar de Marina de El Puerto. Su madre, natural de San Fernando, pertenecía a una familia de marinos instalados en San Fernando en el siglo XVIII.

El año de su nacimiento, 1929, explosionaba en el muelle de El Puerto el Vapor ‘Cádiz’ que hacía el recorrido entre nuestra Ciudad y la capital. Ese mismo año se incorporaría al muelle de San Ignacio  la motonave ‘Adriano I’, que había estado efectuando el trayecto entre Sanlúcar y Sevilla, con motivo de la Exposición Iberoamericana. El investigador Antonio Gutiérrez constata que ese año «En El Puerto se palpaba la incertidumbre política y el deterioro de la monarquía; la ausencia del Teniente Coronel del Batallón de Cazadores de África, nº 7 y del Ayudante Militar de Marina al funeral por la reina María Cristina, organizado por el municipio, excusando ambos por escrito su asistencia, era una clara muestra. Asimismo excusó su asistencia el filántropo portuense Elías Ahuja Andria mediante una comunicación de su secretaria, sin firma».

En la imagen, el Vapor 'Adriano I', amarrado al muelle San Ignacio y el 'Adriano II' surcando las aguas del Guadalete.

Con apenas diez años, Manuel entró en el Seminario de Cádiz, donde estudió el Bachillerato. «En el Seminario escribía versos, a hurtadillas, que destruía el Padre Bueno». De allí se salió para estudiar Magisterio, simultaneando la enseñanza en la Escuela de Formación Profesional Sindical de Puerto Real y Astilleros de Cádiz, donde trabajó como traductor. «Luego, hice más versos y me los publicaron. Eran aquellas revistas aguerridas de provincias, que siempre han existido: ‘Advinge’, ‘Caleta’, ‘Thalassa’… Entonces se llamaban así».

Manuel Pérez Casaux, con su mujer, entonces novia, la gaditana Manoli Ruiz Marabot, en 1960.

VIAJANDO POR ESPAÑA.
Fue miembro activo del movimiento teatral y literario de la capital gaditana en torno a la segunda época de la revista Platero. Coincidiendo con la disminución del tráfico marítimo en Cádiz se traslada a Barcelona para enseñar como maestro de escuela y una vez en esta ciudad, se diploma en Comercio Exterior. Preparó multitud de oposiciones y trabajó en actividades diversas, entre otras para empresas consignatarias y de seguros marítimos y posteriormente, tras empezar a estudiar Derecho, estudios que no concluye, obtiene su Licenciatura en Filosofía y Letras sección de Lenguas Germánicas por la Universidad de Barcelona. «Estuve en el norte de España: San Sebastián, Santander Gijón, Vigo…, que sé yo. Madrid a veces, también. Luego otra vez el querido Sur: Jaén, Cádiz, los Puertos… me explotaron muchas veces». Gran conocedor del griego y del latín, domina catalán, francés, inglés, alemán y nada de ruso, como erróneamente ha afirmado alguno de sus biógrafos.

Presidencia del Congreso de Teatro celebrado en Córdoba en 1965. De izquierda a derecha, Alfredo Marquerie, Antonio Gala, Zamora, Vigil, N.N. y Manuel Pérez Casaux.

EL TEATRO DE POSGUERRA.
Después de la Guerra Civil (1936 – 1939), los dramaturgos españoles se enfrentaron a una censura implacable que hacía difícil, sino imposible, ofrecer una visión crítica de la realidad. Desde el final del conflicto hasta los últimos años de la década de los 60, el teatro español, en todas sus facetas, sufrió una profunda crisis existencial. La búsqueda de nuevas formas de expresión dramática por parte de los autores españoles, -que se inspiraron en las grandes corrientes innovadoras del momento en el teatro europeo (el teatro del absurdo, Brecht, Artaud)-, dio lugar a una nueva vanguardia teatral, denominada por los estudiosos “Nuevo Teatro Español”.

Representación de 'Hermosas Costumbres'.

Otra imagen de 'Hermosas Costumbres'.

NUEVO TEATRO ESPAÑOL.
El tema central de este nuevo teatro es la crítica del sistema político y social del franquismo, siquiera en la misma medida que el rechazo mostrado hacia el teatro comercial, así que no es extraño que dichos autores fueran sistemáticamente ignorados hasta los años 80, cuando ya la realidad del país se había modificado.

TEATRO INDEPENDIENTE.
Junto a los teatros oficiales se formaron nuevas compañías de teatro que intentaron imponer un teatro alternativo en todos los sentidos. Fruto de este ambiente fue la aparición del Teatro Independiente, tan importante en el contexto teatral de la época. Cuando el término independiente empieza a airearse tímidamente en las carteleras, programas de mano y en medios de comunicación, parece como si empezara a vislumbrarse el principio del fin. Se advertía una cierta tolerancia, como un mirar hacia otro lado. /En la imagen de la izquierda, Pérez Casaux arriba al centro, con el Grupo Quimera Teatro, al completo, en 1969.

ACCIDENTE Y TEATRO.
A principios de la década de los 60 sufre un accidente de tráfico que le produjo una conmoción cerebral, que le llevó a pasar cuarenta días de hospitalización. A partir de entonces, Perez Casaux se entrega a la actividad teatral, cuyos textos lo señalan como vinculado a una protesta ética y autor de una obra de reivindicación social, actitud propia de la segunda generación de posguerra a la que pertenece, lo que dio lugar a ser considerado autor comprometido y molesto al régimen político anterior.

SÁNCHEZ CASAS.
«Conocí a José María Sánchez Casas que empezaba con un grupo maravilloso de Cádiz: ‘Quimera Teatro Popular’. Hicimos muchas cosas juntos». Sánchez Casas era entonces trabajador de los muelles y editor de la revista ‘El Gallo Rojo’. En la Hoja del Lunes del 25 de abril de 1966, se podía leer: «Quimera Teatro-Popular, presentó ayer la obra de Pérez Casaux ‘Sigue pensando, Sam’. Intervinieron Pedro Roca, José María Sánchez Casas, Fernando Meléndez, Donato Patiño y Mari Ángeles Neira».

Sánchez Casas, que más adelante se integraría en el PCr, germen de los GRAPO (Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre), con el nombre de guerra de ‘Vargas’, tuvo una alambicada historia de militancia terrorista, cumpliendo 18 años de cárcel por delitos de sangre, pisando 15 prisiones, con más de 400 días de huelga de hambre entre 1989 y 1991 y que murió, ya en libertad el año 2001, tras ser liberado en 1997, esperando un trasplante de corazón. Sánchez Casas ganó, con un nombre supuesto, el concurso de carteles del Carnaval de Cádiz para el año 2001.

LA CENA DE LOS CAMAREROS.
En este contexto de cambio se encuentraba inmerso nuestro protagonista. Desde el denominado ‘teatro del absurdo’ en el que se enmarca su primera pieza teatral, muy de vanguardia, ‘La cena de los camareros’ (Festival de Gijón, 1963), sus obras han ido evolucionando hacia otras tendencias, relacionadas en algunas épocas con un estilo que él mismo denomina ‘brechtiano’. /En la imagen de la izquierda representación de 'La Cena de los Camareros'.

En 1969 estrena en el III Festival de Teatro de Sitges su obra seleccionada:  ‘Historia de la divertida ciudad de Caribdis’, emitida por TVE en 1976. Con ‘La familia de Carlos Cuarto (1973), premiada y dirigida  también en Sitges por José Luis  Alonso de Santos, nuestro autor pone en el escenario la lucha entre la España culta y la que se aferra no sólo a las tradiciones, sino también a la cómoda ignorancia. Pérez Casaux ha escrito un total de 29 obras entre comedias y dramas, de las que se han estrenado 14.

En la imagen, Manuel Pérez Casaux en la Plaza de Cataluña, de Barcelona, en 1970.

NOVELA CORTA.
Ha publicado una treintena de narraciones breves y cinco novelas cortas distinguidas con varios galardones entre los que se encuentran el ‘Carta Puebla’ por su novela ‘Las raíces al aire’, y el ‘Valdemembra’ por ‘Días de tomillo y orozuz’, en la que el autor traza un retrato de la vida cotidiana en la ciudad de Cádiz durante los días de la contienda civil, pues como subtítulo lleva ‘Historias de Cádiz de la Guerra Civil’, y que fue presentada y analizada en el Ateneo de Cádiz por el también atenísta, Francisco Súnico  Varela el año 2006.

Tras su jubilación, regresa a El Puerto y enseña español para extranjeros, reduciendo su creación teatral y mostrando mayor adhesión a la poesía. Recibirá el Premio Buero Vallejo de Guadalajara, por su obra ‘En Castilla mandamos nosotros’

En la imagen, Manuel Pérez Casaux, flanqueado por los académicos Javier Maldonado Rosso y Luis Suárez Ávila, dirigiéndose al estrado para pronunciar su discurso como Académico de la de Belals Artes de El Puerto. En la presidencia, de izquierda a derecha, Joaquín Solís Muñoz-Seca, Juan Gómez Fernández a la sazón presidente de al entidad y Jesús Nogués Ropero. Octubre de 2003.

En 1991, durante la celebración del Día del Libro, en el Castillo de San Marcos. De izquierda a derecha, Luis Caballero, Ana Alonso a la sazón concejala de Cultura,  el poeta Benito Pérez, Francisco Arniz, presidente de BBAA, Alberto González Troyano, profesor de la UCA, la poetisa Pilar Paz Pasamar y Manuel Pérez Casaux. /Foto: Colección F.M.A.S.

PRESIDENTE DE LA ACADEMIA.
Pué presidente de la Academia de Bellas Artes 'Santa Cecilia', entre agosto de 1989 y junio de 1990. El 15 de octubre de 2003 leyó su discurso de ingreso como Académico en dicha institución que tituló “El cuento literario en cuerpo y alma”. Además, Perez Casaux es Académico de la Real de San Romualdo de Ciencias, Artes y Letras de San Fernando, miembro de la Sociedad General de Autores de España, de la Asociación Colegial de Escritores, del Ateneo de Cádiz del que es ‘Ateneísta de Mérito’ y Vicepresidente de de la Asociación ‘Río Arillo’ de Artes y Letras.

Durante una visita a las ruinas del Teatro Romano de Mérida el año 2006.

TEATRO SELECTO.

En el año 2004 el Ayuntamiento de El Puerto le rindió homenaje por su aportación  ininterrumpida al mundo de la literatura, fundamentalmente al teatro. Y lo hizo de la forma más estimada por un escritor. El mismo Manuel Pérez Casaux seleccionó cinco de sus obras teatrales aún inéditas que se publicaron bajo el título de ‘Teatro selecto’. Con posterioridad, la Editorial Fundamentos, publicaría su drama ‘La Familia de Carlos Cuarto’, en la colección de Teatro Contemporáneo de dicha localidad. /En la imagen de la izquierda, el volúmen publicado por el Ayuntamiento de El Puerto 'Teatro Selecto'.

Acompañado de su mujer, Manoli, en una imagern de 2009.

La actividad literaria del dramaturgo portuense sigue viva a sus 82 años recién cumplidos en la vecina San Fernando, su ciudad de acogida donde vive  y donde continúa en la actualidad, para la que escribió en 1998 ‘Las Cortes de la Isla de León’, con motivo de la conmemoración del 200 aniversario del Teatro de las Cortes.  (Textos: Manolo y José María Morillo).

Dentro de un par de meses se alcanzará el ‘milenium’ de GdP y no parece razonable dejar pasar más tiempo sin incluir a este prolífico autor entre los personajes locales difundidos y referenciados desde su creación en Gente del Puerto en cuyas nótulas tan solo ha sido mencionado al citarse la calle a él dedicada. Hoy se cumplen 109 años de su fallecimiento, con apenas 60 años.

Francisco Javier de Burgos y Larragoiti, al que algunos biógrafos apuntan como Sarragoiti el apellido materno, tuvo como nombre artístico el de Javier de Burgos. Nació en la calle Larga, esquina con Caldevilla, el 22 de marzo de 1842. Coinciden  nombre y primer apellido con el de otros dos escritores de una época similar: Uno, Francisco Javier de Burgos y del Olmo, escritor y político, nacido en Motril y otro, su sobrino Francisco Javier de Burgos Rizzoli, que continuaría escribiendo comedias con este nombre, casi siempre en colaboración con otros autores, especialmente durante el primer tercio del siglo XX. Este personaje fue muy  conocido como ‘sonetista’, siendo autor de cinco mil poemas con esta composición métrica. Falleció en Madrid en 1971, a los 85 años. El Javier de Burgos portuense tenía ascendientes sevillanos, por parte de padre y gaditanos y vascos por la rama materna.

Lo poco que hemos podido averiguar del paso de su familia por esta Ciudad de El Puerto entre 1830 y 1850 es como sigue: Por esas fechas, la viuda de Juan Manuel Larragoiti, vizcaino de Plencia asentado en Cádiz, dedicado al comercio, doña Antonia Sabio, procedente de la capital de la provincia se instaló en nuestra ciudad, en casas de su propiedad de calle Larga, que hacen esquina y vuelta con la calle Caldevilla, acompañada de su hermana Josefa y de sus dos hijas, Regla y Rafaela. Parece que Regla Larragoiti conoció aquí al abogado sevillano Francisco Javier de Burgos Mendicuti, funcionario judicial, se prometieron y casaron en 30 de junio de 1834, instalándose como inquilinos en una casa cercana, la llamada de Torrejón, cuatro casas más arriba, pasando el convento de las Capuchinas.

Casa natal de Javier de Burgos en el actual número 29 de la calle Larga esquina con Caldevilla. /Foto: A.G.R.

NACIMIENTO.
Posteriormente, posiblemente al quedar embarazada la madre de nuestro protagonista, el matrimonio retornó a la casa familiar, donde nació Javier de Burgos en la calle Larga, en la casa número 65 antiguo, esquina con Caldevilla el 22 de marzo de 1842, siendo bautizado el 1 de abril siguiente en la Iglesia Mayor Prioral, por don José Manuel Santullo y apadrinado por Joaquín Urtelegui, vecino de Cádiz y su tía Rafaela Larragoiti Sabio. Al fallecer poco después Antonia Sabio y también su hermana Josefa, que era mayor que ella y obtener un nuevo destino profesional el padre, que moriría en Filipinas pocos años después, la familia volvió a Cádiz, de donde era originaria.

Galería acristalada de la casa natal de Javier de Burgos en nuestra Ciudad. /Foto: A.G.R.

TRASLADO A CÁDIZ.
Siendo niño, la familia se trasladó como hemos señalado a Cádiz y es en la capital donde  se educa y adquiere la personalidad y sentido del humor que trasladará en su madurez a los numerosos sainetes que produjo. Tuvo siempre a gala su origen gaditano, y ejerció como tal. Así se lo reconoció el Casino Gaditano que, en 1975, colocó una lápida en honor del ‘dramaturgo gaditano’ y del compositor Gerónimo Giménez, autores de La boda de Luis Alonso. Y el ayuntamiento de Cadiz, que también rotuló con su nombre una calle que se inicia en la plaza del Palillero y continúa, cuesta arriba, durante unos cien metros.

ÉLITE TEATRAL DE LA ÉPOCA.
Estuvo en la élite de los autores teatrales de su época, colaborando con Barbieri, Chueca, Valverde y Giménez en diversas zarzuelas y sainetes líricos. Fue muy bien considerado entre sus compañeros de profesión, que alababan su ingenio y sentido del humor así como su talante. Su contemporáneo Tomás Luceño, en una entrevista publicada en Blanco y Negro, el 26 de abril de 1931, refiriéndose a él, dice: «A Javier de Burgos jamás le oí hablar mal de nadie. Le parecía bien cuanto hacían sus compañeros». Hasta los títulos de sus sainetes rezumaban el fino humor que sería su seña de identidad para amigos y conocidos. Desde la simpleza de El merendero de la Pepa, a la complicación de Zampillaerostation: o Jalón y Lila y la niña boba; apropósito bufo, cómico-lírico-gimnástico en un acto y en verso.

BAILE Y BODA DE LUIS ALONSO
El 27 de febrero, hace 115 años, se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid un sainete lírico que se tituló ‘El baile de Luis Alonso’. El autor de la música era Geronimo Giménez, sevillano de nacimiento pero criado en Cádiz. Niño prodigio en tan bello arte y precoz director de orquesta, en esos años finales del siglo XIX,  atravesaba su mejor y más inspirado periodo como compositor. Fue tan sonado el éxito que tuvo que realizar una segunda parte que se tituló ‘La Boda de Luis Alonso’, cuyo intermedio, más de un siglo después, forma parte del repertorio actual de numerosas bandas y orquestas de los cinco continentes. Dos años después de su estreno en Madrid, también en el mes de febrero, se representó en el Teatro Principal portuense, en 1898, el año de los desastres de Cuba.

El autor de ambos libretos, en verso, fue nuestro paisano Javier de Burgos. El texto de ‘El baile de Luis Alonso’ era una adaptación de un sainete suyo, estrenado  el 16 de diciembre 1889 en el Teatro Español, de Madrid, y el inicio de una colaboración entre ambos, músico y escritor, que producirían otros éxitos en esta modalidad de sainete lírico como, por ejemplo, ‘Las mujeres’, obra que se representó por primera vez en El Puerto, en el Teatro Principal, en diciembre de 1896, en un homenaje a beneficio de la actriz Margarita Monreal.

PLAZA Y CALLE.
Una calle, por cierto, traspasada, pues inicialmente se rotuló lo que hoy conocemos como Plaza de los Jazmines, donde está el monumento al Corazón de Jesús, con su nombre. La iniciativa partió de la redacción de la Revista Portuense.

Fue una especie de desagravio localista. Después del estreno de la zarzuela ‘Cádiz’, ‘episodio nacional cómico-lírico-dramático’, en el teatro Apolo de Madrid y a consecuencia del éxito popular de uno de los pasodobles que se convirtió poco más o menos que en el himno nacional, los autores de la música, los maestros Chueca y Valverde, recibieron una recompensa oficial, siendo condecorados, ninguneándose al autor de la letra. Se formó una comisión, en la que se integraron numerosos personajes de la sociedad culta de la época y en un acta, fechada el 7 de abril de 1896, entre otros acuerdos, solicitaron al municipio diesen su nombre a una de las calles de la ciudad.

DE VISITA A EL PUERTO.
Después de su consagración como sainetero de éxito estuvo en varias ocasiones en El Puerto. Creemos que la última fue en enero de 1899. Visitó, en aquella ocasión, la casa donde nació, almorzando en Vistalegre con un grupo de amigos y admiradores, después de girar una visita a las instalaciones bodegueras de Manuel Pico, otra al Casino y pasar por la alcaldía a cumplimentar al titular, Francisco Puente y Jiménez.  Falleció en Madrid el 12 de marzo de 1902, apenas cumplido los 60 años.

La Plaza de los Jazmines, antes de la construcción del Monumento al Corazón de Jesús, ver nótula num. 889 en GdP, se llamó 'Plaza Javier de Burgos'. por acuerdo municipal de abril de 1896. Esa Plaza ya se había llamado con anterioridad ''de loz Jazmines', Santísima Trinidad', 'Topete' y 'de la Revolución'. En el callejero de agosto de 1936, permanecía el de Plaza de Javier de Burgos. Desconocemos cuando volvió a recuperar el nombre de 'Jazmines' y la nueva denominación de la calle 'Descalzos'  por Javier de Burgos, nombre que permanece en la actualidad.

CUENTOS, CANTARES Y CHASCARRILLOS.

Según recoge Ana María Navarrete: “Los niños aprendían de memoria los cuentos, cantares y chascarrillos que aparecían en este tipo de libros de textos humorísticos de principios del siglo pasado que hoy podríamos considerar infantiles, pero que entonces todos reconocían”.

En la imagen portada incompleta de ‘Javier de Burgos: Colección de Cuentos, Cantares y Chascarrillos’. Colección Diamante. Antonio López Editor. Librería Española. Barcelona 1910?. Reproducimos el poema ‘Despedida’.

«--José, querido José,
dame el abrazo postrero.»
«--¿Donde vas?»
«--Al extranjero,
á Asia, á América… no sé.
Pierdo mi última ilusión
y cansado de sufrir,
por el mundo quiero huir,
muerto ya mi corazón.
Tu que eres de los loeales
sé que no me olvidarás…»
«--¿Y no nos veremos más?»
«--No.
Préstame mil reales.»

CURSI.
Quiero terminar con una anécdota que él solía contar en sus tertulias de Madrid sobre el origen de la palabra ‘cursi’. La he conocido por un artículo de Federico Oliver en ABC de Madrid del 28-7-1946 que califica a Javier de Burgos de ‘sangre gorda’ y número uno entre los guasones de la época. Resumidamente, dice así: «En Cádiz, mediados del ochocientos, vivía un covachuelista llamado Sicur, padre de una pollada de niñas casaderas, pobres y no muy agraciadas, que vivían con las estrecheces de la sufrida clase media... y era de ver como estas ‘pollitas’ se apiñaban, estación tras estación, en un cuchitril de costura para cortar, hilvanar y probar los vestiditos de los días futuros, entre perifollos, cintajos, retales y estampas de ‘La Última Moda’. Las niñas de Sicur, así ataviadas a fuerza de aguja y desvelada fantasía, lanzábanse a las calles persuadidas de que con su ingenio y sentido del gusto habían ganado una victoria sobre la negra adversidad. /Javier de Burgos. Foto Reymundo. Colección: Francisco M. Arniz Sanz).

Sabido es que la gente maleante, gitanos y pícaros de toda laya han usado siempre, para sustraerse del rigor de la justicia, una jerga o germanía solo entendida por ellos. Esta jerigonza, componíase, a mediado del siglo anterior, en las provincias andaluzas, de una mezcla de caló o dialecto gitano con voces nuevas que se le injertaban para recambiar con ellas las demasiados inteligibles. Estas voces nuevas eran simplemente palabras de la lengua española con las sílabas invertidas. Así, pues, se decía en vez de bota ‘tabo’ y por cama ‘maca’, y así sucesivamente.

Artículo sobre las señoritas Sicur --Sicour--, pulicado en la revista gaditana de 'La Estrella'. 1842.

Para los pollastres aviesos que aguardaban en la puerta de la Catedral la salida de misa, ya no eran las ‘señoritas Sicur’, eran las ‘señoritas cursis’ merced a la manía imperante de la inversión de las sílabas. Ellas ignoraban esto, como tampoco sabían que sus vestiditos detonantes, cosidos con tanta emoción del alma, eran desestimados e incomprendidos, porque precisamente la “cursilería”, voz acuñada al nacer con su significado, no es otra cosa, en el fondo, que una emoción no compartida». (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

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El Puerto es una ciudad muy relacionada de forma directa con Cristóbal Colón y con América. Cuenta fray Bartolomé de las Casas que “un marinero tuerto” le dió información a Colón “estando en El Puerto de Santa María” sobre “aquella tierra a la cual no pudieron llegar los terribles vientos”. También lo menciona su hijo Hernando Colón en su Historia del Almirante. Lo cierto es que el navegante pasó dos temporadas, al menos, en El Puerto: una entre los años 1484 y 1486 ó 1490 y 1491 (según diferentes investigadores), en la que preparaba el viaje del descubrimiento, y otra en 1493, organizando el segundo viaje al continente americano.

Esta ruta trata de descubrir y mostrar (en lo posible) El Puerto que vivió Colón: una villa marina y marinera, poblada de gentes de la mar (carpinteros de ribera, calafates, estibadores, marinos, marineros, cartógrafos, comerciantes, armadores, rederos, cordoneros, pescadores,...) y de edificaciones marítimas (muelles, varaderos, almacenes, hospital de San Telmo, Cruz de los Calafates, aduana, ermitas de Guía y de Santa Catalina, ...) en la que el río Guadalete, eje de su asentamiento y actividad, tuvo una destacada función.

La tradición marinera con que contaba El Puerto de Santa María propició la presencia de Colón en la ciudad para la gestión de su proyecto. En el descubrimiento americano esta ciudad participó con la carabela La Niña, armada en astilleros portuenses, y con la nao Santa María, cuyo piloto, Juan de la Cosa, (en la ilustración de la izquierda) acompañó a Colón en los dos primeros viajes y es autor del mapamundi que fuè realizado en El Puerto en el año 1500.

Desde El Puerto partieron otras expediciones que realizaron importantes descubrimientos geográficos: la de Alfonso Ojeda (1499-1500), en la que participaron Juan de La Cosa y Américo Vespucio, y la de Rodrigo de Bastidas (1504), donde iba de nuevo Juan de la Cosa y Vasco Núñez de Balboa.

Primer Mapa Mundi. Juan de la Cosa. Año 1500. El Puerto de Santa María.
Ver más información en nótula núm. 584 de GdP.

Como consecuencia de la conquista y colonización americana El Puerto de Santa María participó del comercio a gran escala con América, lo que movió la economía de la ciudad durante toda la Edad Moderna. América significó desde entonces un nuevo rumbo para la ciudad de El Puerto y toda la bahía de Càdiz. Como resultado de esta relación, El Puerto cuenta con un notable patrimonio cultural, en el que destaca un tipo de edificación característico: las casa-palacios de cargadores a Indias, construidas en los siglos XVII y XVIII. También se realizaron y donaron obras de arte de carácter religioso. La relación con el continente americano se siguó manteniendo posteriormente y continua en la actualidad.

ITINERARIO

1.    San Blas, San Telmo y Espíritu Santo
De izquierda a derecha, observamos los tres edificios. La ermita de San Blas es el más antiguo. A partir de ella fueron levantados el hospital de San Telmo, dedicado a gentes del mar, y el convento del Espíritu Santo. Éste fué iniciado en el siglo XV, ampliado en el siglo XVIII y remodelado en 1851.

2.    Ribera del Guadalete
Desde los restos del estribo del puente del siglo XVIII puede observarse el Guadalete, que en el siglo XV corría sin canalizar. Ésta era zona de varaderos, careneros, embarcaderos y atarazanas.
A nuestra izquierda observamos el Monasterio de la Victoria comenzado en 1504 en las cercanías de la ermita de San Roque, existente en el siglo XV. En la Sierra de San Cristóbal estaba la ermita de Sidueña.
En la otra orilla o “la otra banda del río”, zona de esteros y marismas, continúan como entonces, las importantes salinas de El Puerto.

3.    Soportales de la Ribera
A espaldas del mirador seguimos la línea de soportales, que en El Puerto son más conocidos como “los portales”. Servían de abrigo para la realización de diferentes actividades. En este lugar se encontraba en el siglo XV la “cruz de calafates”, aproximadamente en la embocadura de la calle Caldevilla. Muy cerca de esta cruz estaba la ermita de la Consolación.

4.    Ribera del Río
El nombre de esta calle es muy significativo. También lo es el de la calle Puerto Escondido, que hace referencia a un antiguo embarcadero.
Debido a los muchos meandros que tenía el curso del Guadalete, la zona ribereña pudo estar más retrasada en el siglo XV en algunos tramos.

5.    Continuación de la Fachada al río
Pasamos la plaza de la Herrería, abierta al Guadalete, y seguimos por la C/ Jesús de los Milagros, a cuya derecha, entre ella y la C/ Misericordia, continuaba la fachada fluvial de la ciudad. La fisonomía de toda la ribera cambió a mucho a partir del siglo XVI.
Obsérvese cómo a partir de su cruce con la C/ Palacios, el terreno se eleva suavemente.

6.    Castillo San Marcos
En la segunda mitad del siglo XV pertenecía ya a los Duques de Medinaceli y era sede del cabildo de la villa. Es resultado de la transformación de la mezquita del siglo X en la iglesia-fortaleza cristiana, en la segunda mitad del siglo XIII.
Fue uno de los principales santuarios peninsulares, dada la fama milagrosa de su titular, a la que Alfonso X El Sabio le dedicó veinticuatro de sus Cantigas: un corpus conocido como el cancionero de Santa María do Porto.

7.    Plaza de Juan de la Cosa
La plaza de Juan de la Cosa ocupa lo que fue el antiguo pósito o alhóndiga de la ciudad, cuya fachada, del siglo XVIII, ha quedado desplazada al fondo.
Una reproducción cerámica de la carta naútica y un busto del cartógrafo recuerdan la figura del piloto de la nao Santa María y autor del primer mapamundi, cuya leyenda dice: “Juan de la Cosa la fizo en El Puerto de Santa María anno de 1500”.

8.    Bajada del Castillo.
En nuestro recorrido hemos ido subiendo sobre le nivel de la ribera hasta el pequeño promontorio sobre le que se levantó el santuario-fortaleza, hoy Castillo de San Marcos.
Ahora continuamos por la bajada del Castillo, que en el siglo XV, era zona de embarcadero y diversas actividades relacionadas con el río y el mar.

9.    Plaza de Colón
Constituía también zona ribereña en la época de Cristóbal Colón. El actual azulejo es una reproducción del que fué instalado en 1938, año de la remodelación del lugar.
En lo alto estaba construido en el siglo XV un mesón conocido como Posada del Toro, que pertenecía a la familia de los Valera.

10.    Antigua Aduana Ducal
Edificio de la antigua Aduana Ducal del siglo XV.

Los dos escudos de la fachada corresponden a la familia de la Cerda, duques de Medinaceli. El actual es una ampliación del primitivo edificio del siglo XV.

11.    Calle Palacios
Es una de las principales arterias de la ciudad. Debe su nombre actual a que estaba limitada por la antigua aduana, que probablemente, en algún momento, al igual que el castillo, fue residencia ducal, y el nuevo palacio que levantaron los duques  siglos más tarde frente a la Iglesia Mayor Prioral, que, desde aquí, vemos al fondo.

12.    Iglesia Mayor Prioral
En los últimos años del siglo XV esta iglesia estaba aún en construcción.
Una de las principales capillas que se abrieron en el interior del templo, la primera al lado del Evangelio, dedicada a la virgen del Rosario; fue de la familia Valera, a la que pertenecían los alcaides Diego y Charles de Valera, miembros distinguidos del gobierno, que jugaron un papel directamente relacionado con la empresa de las Indias.

13.    La Placillla
Este lugar sigue siendo la zona de mercado de la ciudad, como ya lo era en el siglo XV. Las antiguas carnicerías estaban donde se encuentra el popular Bar Vicente. Sus sucias aguas, cargadas de desojos, iban a parar al río a través del caño de la villa, que corría bajo la calle Ganado.
Nuestra ruta continúa por la calle Ricardo Alcón o calle del Muro, por donde discurría la antigua muralla de la ciudad.

14.    Carta sobre Colón y mapamundi de Juan de la Cosa
En el Centro Cultural Municipal Alfonso X El Sabio podemos ver reproducciones de dos documentos claves sobre la relación de El Puerto y Cristóbal Colón con el descubrimiento de América: la carta de 19  de marzo de 1543 en la que el Duque de Medinaceli informa a su tío el cardenal Mendoza de su relación con el descubrimiento del nuevo continente, y el mapamundi de Juan de la Cosa.

15.    Muelle de las Galeras
Pasando la plaza de la Herrería atravesamos por lo que hoy es Parque Calderón y llegamos al antiguo muelle de las Galeras, cuyo nombre se debe a que en él se aprestaban las galeras reales que fondeaban en el Guadalete, cuya misión era defender la costa.
Actualmente el muelle se denomina de San Ignacio, y es punto de atraque del Vapor del Puerto.

16.    Ermita de Ntra. Sra. de Guía
Seguimos nuestro paseo junto a los muelles, donde todavía se puede observar la actividad marinera de la ciudad. En las actuales Bodegas Gutiérrez Colosía estuvo situada la Ermita de Guía, a cuya titular se encomendaba los navegantes.
En ella tiene su origen el monasterio de San Francisco de la Observancia, pues fue aquí el primer lugar donde se instalaron los frailes antes de pasar a su emplazamiento actual. La ermita dió nombre a toda la zona conocida como “Barrio de Guía” o “Campo de Guía”.

17.    Playa y Ermita de Santa Catalina
Si seguimos el camino por la orilla del Guadalete, calle Bajamar, llegaremos hasta el Paseo José Luis Tejada y la desembocadura del río, más alejada del centro urbano de lo que estaba en el siglo XV.
Continuando por la línea de playa, actual Paseo de la Puntilla, se llega hasta el Castillo de Santa Catalina (s. XVI), donde se levantaba a finales del s. XV la ermita del mismo nombre. Desde este sitio salieron muy probablemente algunas de las expediciones que partieron de El Puerto.

Otros lugares destacados fuera de ruta son:

18.    Hospital de la Misericordia
19.    Ermita de Santa Brígida y Convento de San Francisco de la Observancia
20.    Casa de los Torrejón


21.    Reproducción de la Carabela La Niña
Realizada por Luis Miguel Coín Cuenca en 1992, que como la primera, armada en los astilleros portuenses, también realizó la misma travesía cinco siglos después. (Textos: Centro Municipal de Patrimonio Histórico. Fotos: Jorge Roa. ).


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José Joaquín Solís Muñoz-Seca nace el 18 de febrero de 1939, en plena Guerra Civil. A partir de los dos años de edad Joaquín se traslada a vivir con su familia a El Puerto, a la casa de su abuelo, Francisco Muñoz Seca, --hermano del comediógrafo-- al número 18 de la calle Vicario, hoy Dr. Muñoz Seca.

Se inicia la II Guerra Mundial con la invasión de Polonia. Manolo Prieto, al autor del toro de Osborne, formará parte  de la "Delegación de Propaganda y Prensa del Ministerio de Turismo", mientras continuaba como dibujante político del Periódico "El Sol".  Se funda en el mes de julio la Hermandad de la Flagelación, dando culto a un Cristo atado a una columna, que bien pudiera ser un San Sebastián. Procedía del desaparecido convento de los Descalzos, donde hoy se encuentra la Plaza de Peral. El Asilo de Huérfanas acogerá ese año a 11o niñas. El Ayuntamiento promueve una Junta Benéfica Municipal, que evolucionaría hasta convertirse en Junta Local para la Protección de Niños Huérfanos. El letrista autor de “Soy minero”, “La bien pagá” o “La Falsa Monea” Ramón Perelló, hijo de minero y de convicciones anarquistas, fue detenido y condenado a muerte, aunque se conmutó su pena y pasó un largo periodo de prisión en la cárcel de El Puerto de Santa María. Nacen, también, los portuenses Manuel Sánchez García, sastre; Manuel Alba Medinilla, abogado y escritor y Vicente Garrán López, marinero.

Los abuelos de Joaquín, el Dr. Muñoz Seca y su mujer, Elisa Bela Marchena y sus diez hijos. Su madre, Elisa Muñoz-Seca Bela es la primera por la izquierda.

En la imagen, los abuelos de Joaquín, flanqueando a sus tíos abuelos: Pedro Muñoz Seca y Asunción Ariza.

A los tres años comenzó sus estudios en el Colegio de las Carmelitas, en la calle Nevería. Asistió a la clase de los párvulos, de la que se ocupaba la Hermana Margarita y de quien nuestro protagonista no guarda gratos recuerdos. Los castigos por las travesuras consistían en ponerles un lazo de cinta rosa en el flequillo y mandarlos a continuación a la puerta de la clase, para mofa y escarnio público, cuando las niñas de la Hermana Dolores Martínez en fila al recreo. Fue sustituida por la Hermana Natividad, a la que todavía recuerda con agrado y con la que, excepcionalmente estuvo hasta los 9 años.

En la imagen, en el centro abajo, Joaquín portando la medalla de Congregante Mariano de San Estanislao,  junto a su madre y hermanos, posando para la foto del carné de Familia Numerosa. (Foto: Pantoja).

En 1945, el 30 de mayo, recibió la Primera Comunión en Las Carmelitas.

Con seis años recién cumplidos, hizo la Primera Comunión; su recuerdo más nítido es lo guapa que iba su compañera de ceremonia, Merci Romero. A los 8 años recibió el sacramento de la Confirmación en la Iglesia Mayor, por el Cardenal Pedro Segura  Saenz, postergado en Sevilla por sus ideas monárquicas. Y quedaron grabadas de su plática el encarecido encargo de ‘Dar al César lo que es del César’. «--Hasta años mas tarde, cuando conocí su antifranquismo, no entendí por donde iban los tiros», recuerda.

Excursión de los Congregantes de San Estanislao a la Base Aérea de la Parra. El Comandante de Aviación portuense, Carlos Sancho los atendió. De pie, de izquierda a derecha, Fernando Gago, Antonio Crespo, desconocido, Francisco Solís y Joaquín Solís; en cuclillas Benito Gago, desconocido y José María Gutiérrez Colosía.

El Ingreso en bachillerato lo preparó en la Academia de José Luis Poullet (nótula 163 en GdP), en la calle Cruces, pasando después al Colegio de San José y San Estanislao, vulgo La Pescadería, donde hizo todo el bachiller. «--No me puedo quejar de la educación que recibí durante el bachillerato, especialmente en Humanidades; estaré siempre agradecido a todos los profesores entre los que destaco a D. David Almorza Salas, D. Enrique Bartolomé López-Somoza y a D. José López  Ruiz por la excelente formación que me proporcionaron».

Equipo de camisola con los colores pontificios. De pie de iizquierda a derecha, Pepe Alba, Pepe Casado, Luis Ortega, Manolo Moreno, Pepe Benjumeda y Paco Rábago. En cuclillas Manolo Rascón, Enrique Pedregal, Gonzalo Zaragoza, uno de los dos hermanos Gómez González --pero su padre era el encargado de la Granja Misericordia de la duquesa de San Fernando sita en la entrada a Vistahermosa donde hoy se encuentra el Hotel Los Jándalos y cuyos productos se vendían en la tienda lindante a la Farmacia Hörh--, y Joaquín.

Como quiera que en El Puerto no se podía hacer el Curso de Preuniversitario, lo cursó en el Instituto Padre Luis Coloma de Jerez junto a su amigo Pepe Alba, únicos alumnos de El Puerto que accedieron a la Universidad en 1955. Ambos dejaron bien alto el prestigio de los alumnos formados en la Academia Poullet, ante el claustro de ilustres catedráticos jerezanos, formado por José Cádiz Salvatierra, Horacio Bell, y Pedro Borrero entre otros.

ESTUDIANTE UNIVERSITARIO. Con 17 años se traslada a Madrid para estudiar Ciencias Químicas, en la entonces Universidad Central, Facultad de Ciencias, Sección de Químicas, que reunía a los mejores catedráticos del país: el sistema de promoción era tal que el summun de aquella carrera universitaria consistía en alcanzar una cátedra en dicho centro.

El claustro de profesores de la Facultad de Ciencias Químicas estaba formado por Luis Bru Vilaseca, Fernando Burriel Lluna, Enrique Gutiérrez Ríos, José García Santesmases, Francisco Navarro Borrás, Manuel Lora Tamayo, Enrique Costa Novella, Octavio Foz, Angel Vian Ortuño, Salustio Alvarado, Julio Palacios, Arturo Duperier y otros reconocidos catedráticos de la época que han pasado a la historia de la ciencia española.

El Ministro de Educación, el jerezano Manuel Lora Tamayo, Catedrático de Química Orgánica, le impone la beca del Colegio por haber alcanzado el Grado de Licenciado en Ciencias. Año 1962.

Tuvo el privilegio de vivir y ser colegial del Colegio Mayor Aquinas, «-Allí pasé, seguramente, los siete mejores años de mi vida». La formación cultural y humana complementaria que recibió en el Colegio, unido a la convivencia con personas de todas partes de España, fue definitiva en su preparación profesional. Compañeros colegiales que todavía son sus amigos fueron, entre otros, los escritores Antonio Burgos y Álvaro Pombo, además del televisivo filósofo José Antonio Marina.

DOCTORANDO. Joaquín fue doctorando e hizo los Cursos de Doctorado en el Instituto Rocasolano del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas (CSIC) donde trabajó durante tres años en su tesis 'Coeficientes Joule-Thomson de vapores orgánicos' compaginando esta labor con la de Profesor Ayudante en la Catedra de Química -Fisica. Precipitadamente marchó a Cepsa en Tenerife para hacer un Curso de Ingenieria del Petróleo y, como anécdota, cabe señalar que nunca leería la tesis por lo que, formalmente, no es doctor, aunque le avalan sus conocimientos, como ha demostrado a lo largo de su dilatada trayectoria profesional. Durante aquella estancia en Tenerife fue profesor de Ingeniería Química en la Universidad de La Laguna.

OTRAS TITULACIONES ACADÉMICAS Y PROFESIONALES.
Nuestro protagonista es Petroleum Engineer y  Diplomado en Gestión del Conocimiento por el Stanford Research Institute, (Palo Alto, California. EEUU).  Es Master, con mención especial, en Dirección General de Empresas por la Escuela de Organización Industrial dependiente del Ministerio de Industria. También está Diplomado en Gestión de la Tecnología por el International Management Institute de la Universidad de Ginebra (Suiza), y desde hace un año Diplomado en Estudios Avanzados de Historia (DEA) por la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid.

SERVICIO MILITAR. El Servicio Militar lo realizó entre 1959 y 1963, en la Milicia Naval Universitaria, entre San Fernando (Cádiz) y Marín (Pontevedra). Pocos recuerdos agradables guarda de aquel periodo y el sentimiento de haber perdido tres veranos en una época vital de su vida. Alcanzó el grado de Teniente de Infantería de Marina, el cual ejerció durante los cuatro meses de prácticas como Teniente de la 3ª Compañía del Batallón de Desembarco del Tercio Sur de la Armada. Entre sus ‘azañas bélicas’ destaca un desembarco en la playa de Santa Catalina, a la  altura del Pinar de Mochicle, cuando se estaba planteando la construcción de ‘El Cangrejo Rojo’, mas tarde ‘Club Mediterráneo’. El susto de los ‘aborígenes’ --así se denominaba a los habitantes en el Plan de Maniobras-- que encontraron a su paso fue de impresión. TRAYECTORIA PROFESIONAL. Durante sus 46 años de vida profesional, vinculado  al sector energía-petoquímica, los ha desarrollado en empresas del Grupo CEPSA, en todos los sectores que conforman la industria del petróleo: Refinerías, Petroquímica, Exploración y Producción. Es miembro de la American Chemical Society.

A la derecha, en Chicago, formando parte del equipo que diseñó la Refinería de Gibraltar. Año 1965.

Formó parte en Chicago (EEUU), del equipo de Diseño, construcción y puesta a punto de la Refinería de Gibraltar en 1965. Entre los años 1971-1988 fija su residencia en Madrid, como director de los proyectos petroquímicos de Cepsa. Como resultado de ese trabajo, se crearon las empresas filiales de Interquisa, Poliesa, Derprosa, Induquimica, etc.. Eran los años del desarrollo de un famoso ministro del franquismo, Laureano Lopez Rodó, conocido por sus Planes de Desarrollo Económico y Social.

Con Don Juan de Borbón, al que invitó a conocer el Centro de Investigación del que era responsable Joaquín, en Torrejón de Ardoz (Madrid). La dedicatoria es claramente borbónica.

En 1988 fue nombrado Director Corporativo de Tecnología (Ingeniería, Proyectos e I+D), del Grupo CEPSA. El primer objetivo de la compañía era la modernización de las refinerías para adaptarlas a las exigencias europeas y a la desaparición del monopolio de petróleos en manos de CAMPSA.

NATIONAL PETROLEUM REFINING ASSOCIATION. En el año 1995 Joaquín se convirtió en el primer español de la historia petrolera, seleccionado por la National Petroleum Refining Association (NPRA), para representar a Europa como panelista en sus sesiones para responder a las preguntas del sector Refino de Petróleo a nivel mundial, en San Antonio (Tejas. EEUU). La NPRA, es el lobby más importante del Mundo en materia energética. Durante las sesiones, tuvo ocasión de conocer a la familia del presidente norteamericana George Bush padre y «--Puedo asegurar que Doña Bárbara era el miembro  más inteligente de la familia».

Vista aérea del área de procesamiento del crudo extraído en el Desierto del Sahara argelino.

EL MAYOR YACIMIENTO DE PETRÓLEO DE LOS 90. En 1996 Joaquín fue nombrado Director de Explotación y Producción de CEPSA. El principal objetivo marcado por la empresa fue dirigir el desarrollo y puesta en explotación del mayor yacimiento de petróleo ‘On Shore’, descubierto en el mundo en la década de los noventa del siglo pasado: mas de dos billones de barriles de reservas de un crudo de calidad superior. Allí dirigió un equipo integrado por americanos, italianos, daneses y argelinos. El Yacimiento se ubica en el centro del Desierto del Sahara argelino al que los nómadas denominan Ourhoud, que entró en producción en el año 2002: 300.000 barriles/día y que continúa produciendo hogaño  a ese nivel.

Celebración flamenca en Ourhoud (Desierto del Sahara). Argelia.

Y, para celebrar la entrada en producción del yacimiento, tuvo la bendita osadía de llevar al corazón del desierto argelino al cuadro flamenco del madrileño ‘Corral de la Morería’, con ‘Cuquito de Barbate’ al cante, ‘el Mami’ y ‘el Muñeco’ al toque. Al baile… sin comentarios, nuestro protagonista con Vicky la bailaora. Los nómadas del desierto rugieron de entusiasmo ante un espectáculo que nunca vieron ni, seguramente, volverán a ver.

Christmas Tree del pozo que supuso la confirmación del descubrimiento de Ourhoud. Durante las pruebas de producción superó los 30.000 barriles/día.

MUNDOS EXÓTICOS. Joaquín afirma que su vida es bastante normal. Pero habría que destacar que esa ‘normalidad’ la ha vivido durante 20 años fuera de España, a razón de 8 meses por año, por países del primer mundo y exóticos tales como la China de Mao, Taiwan, Japón, Irak, Iran, El Peten-Chiapas (frontera de Méjico y Guatemala), Refinerías del Volga, Abhu-Dabi, EEUU (Sur y Medio Oeste), Alaska, Desierto de Argelia, Norte del Canadá, etc… y es que como afirma nuestro protagonista, «el pretróleo está en los sitios más raros».

ACADEMIA DE BELLAS ARTES. Joaquín Solís pertenece, desde su creación en 1984, al Cuerpo de Académicos de la más que centenaria Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’. Fue elegido el 22 de mayo de ese año, ingresando como tal el 31 de octubre de 1985, en la mezquita del castillo de San Marcos, con el discurso «Los Esteroides: llave de la vida».

Con el Cuerpo de Académicos de Bellas Artes 'Santa Cecilia'.

APOYO AL TEATRO. Considerado por quienes le conocen como una persona sencilla a pesar de sus muchos méritos ‘buena gente’, desde la empresa CEPSA ha contribuido a patrocinar no solo el Festival de Comedias ‘Pedro Muñoz Seca’, del cuya fundación es copatrono, sino que además ha conseguido importantes subvenciones para la Compañía Teatral de El Puerto ‘Olvido Teatro’, del portuense Enrique Miranda, en concreto para la versión de José Luis Alonso de Santos ‘Anacleto se Divorcia’.

El día de su boda, en la puerta de la Basílica de San Vicente, con su madre. A la derecha, sus primos, unos jovencitos Ignacio y Alfonso Ussía Muñoz-Seca.

Con su esposa Pilar, hijos Joaquín y Sonsoles --falta Pablo--, nuera Isabel y yerno Carlos y siete nietos.

DON JUAN DE BORBÓN Y EL PUERTO. Desde finales de los setenta tuvo la ocasión de conocer y tener una relación de amistad con Don Juan de Borbón «--Al que muchos consideramos Don Juan III, Rey de España, y espero que con el tiempo todos los españoles así lo reconozcan.  Vivía, a la sazón, en casa de los Condes de los Gaitanes, padres de mi primo Alfonso Ussía,  a los que yo considero mis segundos padres. Existe una clara razón por la que haga mención de mi inmensa suerte por haber conocido y tratado al español más relevante de los dos últimos tercios del siglo XX, en Gente del Puerto quien, como hombre poseía la grandeza en todos sus órdenes y en el máximo grado de excelencia.

Joaquín a bordo del yate 'Giralda', con destino a Sevilla, procedente de El Puerto, en el Guadalquivir. Allí Don Juan de Borbón se sentiría indispuesto.

El Puerto debe conocer algo que históricamente le pertenece: D. Juan III durmió en el Puerto su última noche fuera de un hospital --antes de ingresar en la clínica  pamplonense en la cual, desgraciadamente, permanecería hasta su fallecimiento--. El yate Giralda arribó a aguas de El Puerto de Santa María a media tarde del 21 de Agosto de 1992 atracando en Puerto Sherry y siendo cumplimentado por el Almirante de la Flota, Pedro Regalado Aznar. Al día siguiente partimos para Sevilla subiendo el Guadalquivir. Llegados a Sevilla se sintió repentinamente mal y fue urgentemente trasladado a su clínica habitual de Pamplona. La foto recoge un momento de la subida río arriba».

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«El día 23 de febrero de 1984, el jueves pasado hizo 27 años, una nube de humo negro cubría el cielo de la calle Luna y cientos de portuenses fuimos testigos impotentes de la incineración provocada del Teatro Principal. Con él quemaron también el espíritu de su creador Nicolás Setaro, el de tantos actores y actrices que pasaron por sus tablas, el de varias generaciones de porteños que aprendieron entre sus muros de terciopelo a amar el noble arte de Talía, y como no, acallaron igualmente de un fogonazo lleno de desvergüenza inmobiliaria la voz de un pueblo indolente con sus cosas, con su calles, con sus casas. Aunque las comparaciones siempre son odiosas, sabemos de otros lugares con el mismo padecimiento –Liceo de Barcelona-, que no dudaron ni un instante en ponerse manos a la obra el día inmediatamente posterior a tan luctuoso suceso incendiario». Manolo Morillo

Aquella madrugada el Teatro Principal de El Puerto, construido en 1845, había quedado completamente destruido a consecuencia de un incendio cuyo foco, según fuentes de toda solvencia consultadas por Diario de Cádiz, se había localizado en el aljibe del propio teatro. No fue posible, en los primeros momentos, cuantificar las pérdidas por la desaparición del edificio, para el que el Ayuntamiento había iniciado los trámites necesarios para declararlo Monumento Histórico Artístico.

Los bomberos, actuando desde La Placilla. (Foto: Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

Diario de Cádiz, recogía la triste noticia: «Entre las tres y las cuatro de la mañana del 23 de febrero de hace 27 años un penetrante olor a madera quemada y el crujir de las viejas tejas de la techumbre del noble edificio, despertaron a los vecinos del inmueble de al lado que, alarmados ante la columna de humo que se colaba por las ventanas de sus casas avisaron a los bomberos y a la policía municipal. Cuando llegaron los bomberos el incendio afectaba al escenario y al patio de butacas, teniendo dificultades para realizar su trabajo al encontrar rotas las bocas de agua más cercanas, por lo que tuvieron que utilizar otra situada en la calle Nevería. Ante lo incontrolable de la situación, fueron avisados también los bomberos de Cádiz, Jerez, Chiclana y los de la Base Naval de Rota para colaborar en la extinción del fuego. La magnitud de la catástrofe se vio acrecentada al prender rápidamente las vigas de madera que servían como soporte al techo del coliseo portuense, que rendido ante el fragor de las nocturnas y traicioneras llamas, cayó fulminantemente sobre el patio de butacas impidiendo cualquier posibilidad de salvación. (Las tres fotos anteriores pertenecen a la Colección de Carlos Pumar Algaba).

Los bomberos, actuando en el interior, con mangueras y máquinas. (Foto: Pedro Lara. Colección Manolo Morillo).

Ruinas del Teatro Principal, tras ser sofocado el incendio.

Acomodadores del Teatro, entre otros, Robles, Manuel Güelfo y Miguel o Antonio Cíes, que fue jugador del Sevilla F.C. (Foto: Colección VGL).

Sobre las ocho y media de la mañana, el fuego consiguió ser dominado, aunque por razones de seguridad permaneció en el lugar un retén de bomberos. No sólo se había destruido el teatro, sino que se habían visto afectadas viviendas cercanas al mismo, siendo la de mayor trascendencia el derrumbe del dormitorio principal de la familia Astorga Trillo, que tuvieron que huir del humo y las llamas en ropa de cama y con lágrimas en los ojos ante la desgracia que les sorprendió esta fatídica noche de febrero.

Interior del Bar 'La Concha', en la planta baja del Teatro, que daba a la confluencia de las calles Luna y Placilla. (Foto: Colección de V.G.L.).

REACCIONES.

  • Juan Leiva y su madre Rafaela, propietarios del 'Carrillo de Severo' que durante años había abastecido de golosinas y frutos secos a los espectadores que acudían al teatro, fueron llamados con urgencia para que retiraran sus enseres del edificio entre los que se encontraba una bombona de butano, que de haber explotado hubiera añadido mayor desgracia al siniestro.
  • Maximino Sordo llamó sobre las tres de la mañana a Manolo Ramírez, titular y heredero del negocio familiar “Zapatería La Jerezana” ubicado en los aledaños del teatro que daban a “La Placilla”, que forzó la situación ante las fuerzas de seguridad que acordonaban la zona, para que le dejaran pasar hacia su negocio con el fin de poder retirar el género que guardaba y la documentación del mismo.
  • A los propietarios de “Electrodomésticos Milar” les sorprendió el fuego en su casa del Camino de los Enamorados donde dicen, veían las llamas desde la azotea de su casa, teniendo que posponer un viaje que tenían previsto para el día siguiente al tener que ocuparse del arreglo de su establecimiento.
  • Por las inmediaciones del teatro se acercaron también Prudencio Rábago, Genaro, El Tete, Manolo Ojeda, Camilo Liz y Macario Valimaña entre otros,  miembros de la tertulia del “Bar La Concha”, pudiéndose observar sus caras desencajadas ante la desgracia que les estaba tocando vivir.
  • Un numeroso grupo de personas que se encontraban arremolinadas entre la farmacia de Fernández Prada y la tienda de comestibles “La Giralda”, mantenían el comentario generalizado de que el incendio había sido provocado, ya que la versión que corría de un cortocircuito se descartó inmediatamente al saberse que el suministro eléctrico había sido cortado en octubre de 1983.

Programa del Teatro Principal. Función de Despedida. 1883. (Colección Tomás Ramírez).

LA PROPIEDAD.
Los propietarios del Teatro, Juan Sánchez, Ángel Sáenz y Antonio Collado –accionistas de una empresa de Jerez--, permanecieron en el lugar durante varias horas, manifestando a Diario de Cádiz que no tenían ni idea de cómo se había producido el incendio. Uno de los propietarios afirmó que el siniestro se hubiera evitado si el Ayuntamiento hubiera concedido una licencia de obra «--Ya que hubiéramos construido los locales aprovechando la estructura». El pasado mes de octubre, el Ayuntamiento en Pleno acordó iniciar un expediente de declaración del Teatro Principal como monumento histórico artístico, por lo que se paralizaba cualquier tipo de obra en el mismo.

Postal circulada de la fachada del Teatro Principal, firmada por el abuelo de los Moresco Suárez y fechada en 1904.

DATOS HISTÓRICOS.
En 1842 la Junta de Beneficencia de esta ciudad elaboró un proyecto para construir un teatro por acciones en el local que poseía «calle de Luna, esquina a la de San Bartolomé conocido por el nombre de Trabajadero de la Compañía, agregándole el antiguo Reñidero de Gallos que se halla a su espalda».

SS.MM. los Reyes de Oriente, a su paso por El Puerto después de la Cabalgata, en el Descanso y Entronización de los Reyes en el Teatro Principal. Año 1929. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

El objetivo de este teatro era el de sufragar las necesidades de un asilo piadoso. El capital se conseguiría a través de 80 acciones de 2.000 reales y otras 20 más que representaría la Beneficencia, como dueña de la finca, y se estableció una comisión integrada por un miembro del Ayuntamiento, Jacobo Oneale; un vecino, Carlos Carreras y un vocal de la Junta de Beneficencia, Miguel Pajares. Sin embargo un año más tarde la única esperanza de que se llevara a efecto el teatro era una proposición de data a censo hecha por Críspulo Martínez, ya que la Diputación había prohibido «invertir cantidad alguna de fondo de Beneficencia en la obra, ni pueda distraerse para pago de premios de los accionistas ni algún otro objeto» y las circunstancias de que el comercio de extracción de vinos estaba en el mayor abatimiento por un tratado con Gran Bretaña aconsejaban dejarlo para una época más próspera.


Teatro Principal, a la izquierda. Debajo el Bar 'La Concha', enfrente el Bar 'Las Columnas. Año 1930 (foto: Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

La esperanza se cumplió, Críspulo Martínez (ver nótulas núms. 311 y  319 de Gente del Puerto) tomó a censo el solar y en mayo de 1845 estaba a punto de concluirse la construcción del teatro. El 18 de junio de 1845 la Academia Nacional Gaditana de las Nobles Artes elaboró un informe del reconocimiento del edificio en el que resaltaba, «por su importancia y novedad», una serie de detalles de la construcción, sobre todo de los palcos, el cielo raso y la cubierta; señalaba que las madreas eran de pino de Flandes, que el ornato era «bello y elegante y dispuesto con tanta ligereza y buen gusto que nada deja de desear» y que su cabida era de 1.200 personas sentadas y 300 de pie, para concluir: «en suma, este bello teatro, por su acertada y bien entendida construcción, su decoración y cabida, es digno de figurar en una capital».

El Teatro, en la década de los cuarenta del siglo pasado. (Foto: Colección VGL).

"La Venganza de Don Mendo" Comedia en verso de Pedro Muñoz Seca, representada en el Teatro en la década de los cincuenta del siglo pasado. Pepe Morillo, a la derecha, en el papel de Don Pero. Intervinieron Manuel Sánchez 'Zutanito' como Don Mendo y Milagros Lage, como Magdalena; Manolo Gago García, Angelines Ayuso, Lolita Nimo y un largo etcétera hasta completar el amplio reparto de personajes de la obra. En primer término, el piano situado en el foso y, detrás, 0la concha' cubierta con un paño, espacio donde se colocaba' el apuntador', que recordaba la obra a los actores por si había algún despiste. (Foto: Colección JMM).

Rondalla actuando en el Teatro Principal. Niño con pandereta, Gómez Giménez. Primera fila delante, Enrique Esteban Poullet, José Luis Villar Guerrero, Fernando Arjona González, Juan Arjona Acá. Segunda fila, Antonio Pérez Brea, José Sánchez González, Enrique Miranda García, Manuel García Mateos, Diego García Mateos. Tercera Fila, Joaquín Albert, Manuel Sánchez Caballero, Francisco Ramírez Tallón, 'Koki'. 10 de octubre de 1962. (Foto: Colección V.G.L.)

Proclamación de la Reina de las Fiestas y sus damas de honor de la Fiesta de la Hispanidad,  que recayó en Isabel Portillo Cía. Al micrófono, el mantenedor del acto: José Cádiz Salvatierra, de Jerez. Año 1964. (foto: Archivo Municipal).

Entrada bajo mazas, de la Pastora Mayor y su corte de Pastorcillas en la Gala de Navidad con Amor. Podemos ver al Jefe del Negociado de Fiestas, Antonio Romero Castro, al centro. 25 de diciembre de 1973. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

138 separan la creación del Teatro con esta fotografía de 1983, con la celebración del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas. Un año mas tarde, ardería pasto de las llamas.

Los últimos espectáculos que los portuenses hemos podido contemplar en «nuestro teatro» ha sido el concurso de agrupaciones carnavalescas, así como la preselección de participantes que actuaron en el concurso de baile a celebrar durante los días de Feria».

Edificio que ocupa el espacio donde otrora estuvo el Teatro Principal, en la confluencia de las calles Luna y Placilla. Octubre de 2006 (foto: CPA).

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El 12 de octubre de 1966 se conmemoraban varias efemérides en El Puerto: Día de la Hispanidad, Domund, … En la imagen podemos ver a Humberto Jiménez Ruiz, José María Valle del Valle, Francisco Javier Camacho Barba, Francisco García Áspera (hijo de Francisco García Ríos, 'Chicuelo', con nótula en GfdP), Luis García Áspera, con sombrerito, Francisco Gordillo Perea, al que solo se le ve la cabeza a la derecha.

Un grupo de Scouts Católicos instalaron una tienda de campaña en la Plaza de Juan Gavala con objeto de recaudar fondos para las misiones. Era el Domund (Acrónimo creado en 1943 por las Obras Misionales Pontificias, cuyo primer Director Nacional, el monseñor Ángel Sagarminaga lanzó a la calle el eslogan "DoMund" que quiere decir "Domingo Mundial de la Propagacion de la Fe). Recaudaron 1200 pesetas de la época con huchas como la de la imagen de la izquierda, en esta ocasión, con una figura oriental.

El grupo de “Scouts Católicos” de El Puerto fue fundado por en 1965 por el sacerdote Antonio González Montaño, hermano de Ramón. Ambos eran concientes de la oportunidad que esta agrupación daba a las familias no solo de la feligresía del Carmen, sino de toda la ciudad. Tenía su sede en Acción Católicas debido a que la parroquia del Carmen aún no estaba construida. Fue una difícil y compleja travesía por la. Prioral,  OJE en la Calle Valdes, Baños Termales, Siervas de los Pobres y a partir de 1967 en la Plaza del Polvorista donde por fin se pudo compartir reuniones y encuentros con la sede de Acción Católica, hasta su actual ubicación, Avenida de la Constitución, construida en 1970. El que Antonio y Ramón fueran profesores de Religión en el Instituto Laboral fue trampolín para que muchos de sus alumnos formaran parte de los Scouts, así como otros alumnos del distintos colegios de la ciudad. Además de los mencionados en la fotografía también fueron Boy Scouts y formaran parte de tropa y patrullas, entre otros, José Luis Cordero González, Francisco Sánchez Matabuena, José Joaquín y Gabriel Ponce de León Fernández, Gaspar Luis Ramírez Perea, Pedro Femenia Ruiz, Manuel Nimo Gutiérrez, Juan Ferrer Lamadrid, Antonio Dueñas Redondo, Rafael Morro Velazquez, Bernardo Muñoz Leiva, Diego Llopis, José Luis Soriano Valiente, Gaitán, Antonio Carbonell… En 1966 se formó la rama de los Lobatos, agrupación de los pequeños que después pasarían a ser Boy Scouts. Asunty Poullet y mas tarde Pedro Solís estuvieron al frente de ellos, todos bajo la dirección del recordado Antonio González Montaño hasta el año 1968 que fue destinado como párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima en Jerez de la Frontera.

En la imagen superior, infantes de marina de San Fernando, ante la Iglesia Mayor.

Ese año fue Reina de las Fiestas de la Hispanidad, María Victoria Osborne Sanz-Magallón (imagen de la izquierda) y el mantenedor de los Juegos Florales, Francisco Montero Galvache, periodista y escritor. La Flor Natural fue para Rafael Guillén por su poema ‘Símbolo y perfil de Simón Bolíbar’ con Accesit para Julio Alfredo Egea. El premio a la poesía de tema libre, para Francisco Toledano Serrano por su poema ‘Llena de gracias’. El premio al trabajo en prosa sobre ‘La Hispanidad hoy’ quedó desierto.

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José Pantoja Leal nació en Medina Sidonia el 7 de octubre de 1907, falleciendo en El Puerto el 10 de febrero de 2000, con 92 años. De pequeño asistió a la escuela del Catón, las cuatro reglas de aritmética y poco más. La situación económica, el lugar y su poca afición a l colegio no dieron para otros estudios. De mozalbete, aparte de sus correrías propias de chiquillos, siempre estuvo muy cercano a su tío paterno Juan, representante de las máquinas de coser ‘Singer’ en Medina, Paterna y Casas Viejas --hoy Benalup Casas Viejas--, utilizando para sus desplazamientos un charré tirado por un caballo. A José le encantaba acompañarle en los viajes, una aventura para el pequeño, que le ampliaría los horizontes y el mundo de las ventas y las máquinas que hacían la vida más fácil.

LLEGADA A EL PUERTO.
Más adelante, su hermana Ángeles se casó  con el maestro de la Fábrica de Harinas asidonense: Antonio Gómez Martín quienes, transcurridos unos años, se trasladan a El Puerto. Ésta le invitará a pasar unos Carnavales en nuestra Ciudad y aquella visita será primordial para el futuro de nuestro protagonista.

José ve un anuncio colgado en el escaparate de un comercio en la calle Larga: «Se necesita cobrador» y, sin apenas pensarlo, entra en el comercio --una delegación de las máquinas de coser ‘Singer’-- y muestra su interés por el puesto que se demanda. Casualidad tras casualidad, resultó que el inspector jefe de zona se encontraba en el comercio, al que sorprendió llamándole por su nombre «--Vd. es don Celestino Madrera», lo que asombra al interpelado, al que justifica el conocimiento por las visitas que hacía a su tío Juan a Medina. Le aceptan para el puesto, pidiéndole dos fiadores, al tratarse de un empleo en el que se manejan fondos. Su hermano Antonio le consigue a esas dos personas y, al ser muy joven, el contrato se hará a nombre de su padre, de igual nombre. El sueldo semanal sería de 21,75 pesetas mas el 5% de los cobros y el 20% de las ventas al contado.


El matrimonio formado por Ana del Puerto Capilla y José Pantoja Leal.

CONOCE A ANA, SU MUJER.
El paseo dominical y festivo, hasta casi el último tercio del siglo XX, se distribuía en nuestra Ciudad entre la calle Larga, a la altura de la Plaza de Isaac Peral, el cruce con la calle Luna, hasta el desaparecido Teatro Principal --hoy Caja Rural--. En las idas y venidas de los más jóvenes y no tanto, le presentaron a José a la que acabaría siendo su futura mujer: Ana del Puerto Capilla, formalizando con el tiempo sus relaciones hasta que, en 1928, se casan en la Parroquia de San Joaquín, apadrinados por su hermana Ángeles y esposo, el ya citado maestro de harinas.

SÁNLUCAR.
En una primera instancia vive con sus suegros y en casa de su hermana, hasta que el joven matrimonio se instala en Sanlúcar de Barrameda, por espacio de dos años, como representante de las máquinas de coser Singer. Allí José intentará abrir nuevos mercados y se aventura a ir al Coto de Doñana, donde intentará colocar sus productos entre los pocos colonos que allí vivían y el retén de la Guardia Civil.

Cruzó el Guadalquivir en barca, hizo sus ventas en el cuartelillo de la Benemérita y se adentró en aquellos desconocidos parajes, hasta que se perdió, a pesar de haber sido advertido por los miembros del instituto armado de lo fácil que era extraviarse en aquellos parajes tan iguales. Era verano y la noche le sobrevino, afortunadamente, con luna llena. Pero seguía perdido hasta que divisó una luz potente al fondo, pensando que era un faro, que le llevaría a la orilla del río. Era una fogata mantenida por un anciano que, no sin cierta desconfianza en principio, le acabará acogiendo e invitándole a cenar un trozo de pan y unos tomates asados a la brasa, los mejores que recordará siempre haber comido nuestro José. Allí pasó la noche hasta que, con las indicaciones precisas, al amanecer pudo llegar al punto de embarque y regresar de nuevo a Sanlúcar.

José Pantoja Leal, segundo por la izquierda.

REGRESO A EL PUERTO.
A principios de 1930 regresa a El Puerto. Según el investigador Antonio Gutiérrez Ruiz, en aquellas fechas «Eduardo Ruiz Golluri ocupaba la alcaldía. En el breve periodo en el que ocupó el cargo (marzo 1930 - junio 1931), dejó una impronta cultural notable, reivindicando la participación portuense en la gesta del Descubrimiento de América a través de charlas y conferencias, creando y presidiendo el Instituto Colombino, entidad que pretendía aunar a las poblaciones del entorno, vinculadas todas ellas al Descubrimiento, proyecto efímero y sin continuidad debido a la falta de apoyo tanto de los municipios de la comarca como de las autoridades nacionales. Otra de sus iniciativas fue la de constituir una Junta Local de Turismo, con ánimo de promocionar la Ciudad, sus monumentos y rico pasado cultural, recuperando el prestigio de ciudad de veraneo que gozó al comienzo del siglo XX.  Se realizó el dragado del río, abriéndose un nuevo canal en la desembocadura que permitía la entrada de buques mercantes de 1.700 toneladas, se instaló el transbordador de sal y se construyó la fábrica de cemento.».

Construcción del Muelle de San Ignacio (muelle del Vapor), enfrente, la Fábrica de Cemento y el Transbordador de la Sal. (Foto: F. Sánchez).

La familia Pantoja del Puerto al completo en un montaje fotográfico: de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha: José María, Francisca, Diego.  Ana del Puerto Capilla y José Pantoja Leal. Antonio, Miguel Angel y Angel.

Ya en El Puerto, empiezan a nacer sus hijos: José María, Francisca, Diego, Antonio, Miguel Ángel y  Ángel. Continúa con la representación de Singer y además, amplía sus ingresos vendiendo quincallería y accesorios, una especie de mercería: peinecillos, zarcillos, jabón, brochas y hojas de afeitar de diferentes marcas,  precios, y calidades. Como ejemplos hojas de afeitar en paquete de a 100: La Reja (25 ptas.), El Tanque (14 ptas.), La Andaluza (8 ptas.), siendo sus clientes Eugenio Pedregal, Eloy Fernández Moro, Rafael Leveque, Federico Caro, Gumersindo Martín, Rafael Tejada, Miguel Caro, Martín Peris Felices, José Olete. Intervino en la venta de una bicicleta, cuyo precio para la época no era barato: 340 pesetas, obteniendo por ello una comisión de 34 pesetas, que no venían nada mal para una familia que ya era numerosa.

LA FOTOGRAFÍA.
José continúa con las máquinas de coser e idea una nueva empresa: la creación una Academia de Bordados a Máquina. Pero no se queda parado ahí y continúa buscando otras oportunidades de negocio. Piensa que el futuro está en la fotografía. Un paisano suyo de Medina, fotógrafo ambulante de nombre Juan, le alecciona y da consejos profesionales. Tal es el grado de colaboración, que le proporciona sus fórmulas secretas, entonces, del revelado y fijado de negativos: (metol, hidroquinona, sulfito de sosa y bicarbonato de sosa para el revelado y partes de agua con hiposulfito para el fijador). (En la imagen de la izquierda, José Pantoja, con cinco de sus seis hijos, en la puerta de la tienda de la calle Larga).

Y José se arriesga. Considera que ha llegado el momento de emprender un nuevo negocio. Deja de lado la calle y los reportajes y se especializa en la fotografía de Estudio y Galería. Estamos a principios de la Guerra Civil, 1936. Llegan brigadas de soldados, entre ellos los italianos que estuvieron acuartelados en El Puerto, y necesitaban fotografías de carnet para su afiliación --¡cuantas fotografías realizadas por José no se encontrarán en álbumes de familias en Italia!-- . «--Tessera, tessera» (tarjeta de identidad) indicaban los italianos.

SERVICIO MILITAR.
Se librará de prestar el servicio militar de armas. Prestó su tiempo obligatorio como auxiliar militarizado, unas veces en el Arsenal de Matagorda (Puerto Real), otras haciendo guardias en el antiguo Penal de El Puerto, y hasta de vigía en el torreón de Telefónica.

Muchas fotos de novios se realizaban en su estudio, que va mejorando con el tiempo. Ha finalizado la Guerra Civil. El Estudio Pantoja está en auge y su trabajo aumenta especializándose en bodas y comuniones, que seguro existen en la actualidad en las cajas y álbumes de muchas familias portuenses, con la estampilla de Foto-Pantoja en el reverso. (En la imagen, de la izquierda, la tienda de Pantoja que era, además de tienda de fotografías, quincallería y ya Delegación de Créditos Rucas).

CRÉDITOS RUCAS.
En la década de los cincuenta conseguirá hacerse con la propiedad de la finca en la que tiene el Estudio de Fotografía en la calle Larga. Sus hijos le ayudan en los negocios. España comienza a desarrollarse y, pasadas las penurias de la postguerra, José, que tiene una buena intuición para los negocios se adentra en otra aventura empresarial: ser nombrado agente en El Puerto de una firma mercantil que está rompiendo los moldes comerciales para la época: ‘Créditos Rucas’.

Créditos Rucas era una cadena de establecimientos especializados en las ventas al contado --también funcionaba la venta al plazos--, con la que se empezarían a dotar los hogares de El Puerto de los primeros electrodomésticos que en aquella época se lanzaron al mercado: neveras, cocinas de butano --que comenzaron a entrar en el mercado--, máquinas de coser Alfa, bicicletas B.H., camas metálicas con el célebre somier Numancia y otras niqueladas, colchones de muelles, además de baterías de cocina y multitud de pequeños electrodomésticos, siendo prácticamente, líderes en la zona. (En la imagen de la izquierda, publicidad de Créditos Rucas en ABC).

Vehículo de reparto de Muebles Pantoja, donde se muestra la publicidad de Créditos Rucas.

En 1961, publicaba Diario de Cádiz: «Muy pronto la televisión llegará a Cádiz. Actualmente Madrid y Barcelona, con sus respectivas áreas de influencia, pueden ver los programas de televisión. La empresa gaditana Créditos Rucas está especializando a su personal en cursillos que se llevan a cabo en las fábricas de televisores y cuenta ya con personal especializado para Cádiz y su provincia. Los clientes de Créditos Rucas pueden tener la absoluta garantía al adquirir una televisión de que se instalará y dejará funcionando correctamente».

José siempre fue un entusiasta y pionero poseyendo una buena colección de vehículos a motor a lo largo de su vida. En esta imagen con su mujer y un amigo, con una moto con sidecar.

Pretendemos publicar, en su momento, la colección de coches que tuvo nuestro protagonista. En la imagen, el vehículo Bradford  matrícula M-83251, repostando  aparecen junto al coche, Diego Pantoja del Puerto, Antonio Márquez Fernández y José Pantoja Leal.

José ya es propietario, también, de otra finca en la calle Ganado a la que se traslada a vivir con la familia y, a donde se ubicará en la planta baja el Estudio de Fotografía, donde su hijo mayor, José María, continúa con la misma fuerza el negocio familiar iniciado por su padre, precisamente donde hoy el menor de la familia, Ángel, tiene una tienda de Bellas Artes, Modelado y Pintura, frente al Hostal Loreto.

La tienda de Muebles Pantoja, el 19 de enero de 1968. Hoy está ocupada por una entidad bancaria: el Banco Sabadell Atlántico.

MUEBLES PANTOJA.
Otra nueva oportunidad de negocio se presenta y, en los años sesenta el mundo del mueble está haciendo furor. Ruca desaparecerá del mercado con la misma fuerza que empezó y se desliga de la firma. Nuestro protagonista se ha independizado totalmente. Necesita nuevos espacios para ampliar el negocio de los muebles, y con el desalojo de vecinos que se va sucediendo en la finca de su propiedad, se van ampliando espacios expositivos.

Inaugurando la primera tienda de muebles, vemos de izquierda a derecha a los hermanos Carlos y Manuel Román Ruiloba, coadjutores de la Prioral junto a Manuel Salido Gutiérrez, párroco del mismo templo y Arcipreste del Partido, junto a José Pantoja Leal.

"Los sabios atómicos, chirigota carnavalesca de 1960, patrocinada por Muebles Pantoja.

Exceptuando a su hijo Miguel Ángel, con nótula 459 en GdP,  que marcha a Alemania y Francisca que al casarse inicia una nueva etapa con su esposo, el resto de hijos continúan en la empresa familiar ayudando al patriarca. Al conseguir por fin poseer toda la finca de la calle Larga --ya sin inquilinos que dificulten nuevas operaciones de expansión--, se pone a la labor de construir un edificio comercial, de nueva planta y tres alturas con grandes superficies, dedicado al negocio de los muebles y electrodomésticos.

Inauguración de la última y gran tienda de Muebles Pantoja en la calle Larga.

El 31 de enero de 1976 se inaugura la nueva tienda, para responder a las demandas de El Puerto, tienda que, con la aparición de las grandes superficies, y las posibilidades de automontaje que irían cambiando los gustos del mercado, cerraría a principios de 1990. En la actualidad, en sus bajos se encuentra una entidad bancaria y en una de las plantas la Sala de Armas para la práctica de esgrima ‘Adalid’.

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Reproducción de un libreto original censurado, de ‘Los Vocalistas’. Año 1959.

El pasodoble censurado estaba dedicado al alcalde anterior, alabando su gestión, y sin embargo la censura actuó implacable, debido a que el alcalde de aquel tiempo, Luis Caballero, era monárquico. ¿Porqué se censura una letra que habla de la buena acción de un político?

Porque Luis Caballero Noguera, alcalde de El Puerto de Santa María entre 1952 y 1958, era de ideología monárquica y, aunque ostentase el cargo de alcalde, no era bien visto por los censores el halago hacia alguien que no estaba vinculado directamente con el régimen franquista. Ante esta tachadura en su libreto, la agrupación quedó confundida, ya que era una de las letras más aplaudidas en los ensayos.
Con los libretos impresos, tuvieron que pegar a mano un papel en blanco que ocultara la letra en cuestión. No obstante, aquí queda recuperada, en las líneas que siguen, gracias a la memoria de algún componente que todavía la recuerda:

PASODOBLE DE LOS VOCALISTAS
Como los que agradecen
ahora vamos a cantar
como todo portuense que te aprecia
y nunca te olvidará.
Con tu gran entereza
y tu noble corazón
has dado auge y grandeza
a nuestra hermosa población.
Calle del Ganado, Plaza de la Iglesia
y calle de Nevería,
los que del Puerto
mucho tiempo han faltado
no te conocerían.
Parque de Calderón,
en tus jardines deberían
poner un letrero
pues tu belleza y tu finura
te la dio un noble Caballero.
Y nosotros agradecidos
como todo hijo del Puerto
porque Caballero has sido
hasta el último momento.
Satisfecho debes estar
y puedes sentirte ufano
porque te ha bendecido ya
la Virgen de Los Milagros.
Días llegarán,
que el Puerto entero te pagará.

(Texto: Luis Galán).

José Luis Martín Ruiz fue nacido el 3 de enero de 1957, hijo de Pablo Martín, carpintero de profesión y de Isabel Ruiz, en el municipio onubense de Galaroza. Está casado y tiene dos hijos. Sus aficiones principales son el senderismo y la micología. Analista del paisaje, este geógrafo que refleja lo que ve en los territorios, en mapas y planos, se niega a ser comparado con  Juan de la Cosa, el cartógrafo que hiciera en el Puerto el primer Mapa Mundi en el año de 1500, pues, mientras el ilustre santoñés hacía mapas de la tierra desconocida y con la información que tenía mediante la observación a ras del suelo, él los hace de la tierra conocida y mediante el uso de fotografías aéreas.

El año de su nacimiento, 1957, lo fue también de los pintores Ángel Lara Barea y Franco Policastro, del gestor turístico Enrique Fernández de Bobadilla, del naturópata y kinesiólogo Juan Sánchez Requena, del escultor Pablo Tejada, del actor Manolo Morillo, del maestro coctelero Juan Franco del Valle. En Madrid se estrenaba ‘La Venganza de Don Mendo’, versión de Gustavo Pérez Puig, con los hermanos Ozores. El Colegio conocido como Asilo de Huérfanas, en la calle Cielos, instalaba un internado y medio pensionado, bajo los auspicios de la Junta de Protección de Menores. Se construye en la calle San Juan, la caa del Curar, en el espacio que ocupaban unos almacenes en mal estado. El Ateneno de Sevilla se desplazaba a El Puerto para rendir un homenaje a Pedro Muñoz Seca. En las carreteras españolas ya se podían admirar 16 toros de Osborne, diseñados por el artista Manolo Prieto.

Panorámica de Galaroza (Huelva), de donde es natural José Luis.

José Luis vivió en su municipio natal de Galaroza hasta la edad de 11 años en que marchó la capital para estudiar interno el bachillerato. Posteriormente su familia se instaló en el municipio sevillano de Camas y allí estudió el COU y, posteriormente,  en la Universidad de Sevilla, se licenció en la especialidad de Geografía en 1980.

CASA DE VELÁZQUEZ.
A partir de 1.981 comenzó a trabajar como investigador del Equipo multidisciplinar de La Casa De Velazquez, especializándose en estudios del paisaje desde el punto de vista geográfico, publicándose numerosos trabajos en la revista Mèlanges de la Casa de Velazquez, Ceotma, Diputación de Cádiz...etc. Como profesional libre, realizó así mismo diversos trabajos relacionados la afluencia turística a los municipios costeros andaluces y el impacto del crecimiento incontrolado de municipios costeros.

EQUIPO DEL PGOU.
En 1984 entró a formar parte del equipo de trabajo encargado de la Redacción del PGOU de El Puerto de Santa María, dirigida por el arquitecto Jerónimo Andreu (concejal de IU por Cádiz capital, luego Diputado al Congreso y, en la actualidad, candidato número dos de la lista del PSOE por Chiclana)y desde 1989, es funcionario de carrera del Ayuntamiento de El Puerto, ocupando el puesto de Geógrafo. (En la imagen, Jerónimo Adreu).

José Luis puso en marcha en El Puerto un programa pionero en Sistemas de Información Geográfica, que incluso destacó en su revista a nivel mundial, la multinacional IBM. Se sentía especialmente orgulloso de ello, aunque tuviera un triste final, a pesar del reconocimiento que tuvo en su día, pero dejó una buena herencia: la necesidad de poner orden en las Bases de Datos. «--Si  uno disfruta con su trabajo, es fácil que las cosas salgan bien, en cambio si hacemos las  cosas porque de eso vivimos, la mediocridad casi está garantizada», afirma.

Aparcamientos en la Playa de Valdelagrana. 14 de julio de 1977. (Foto: Rafa. Archivo Municipal).

RECUPERANDO PATRIMONIO MUNICIPAL.
Hasta el año 1996 estuvo vinculado al Servicio de Planeamiento, encargándose de los temas relacionados con la cartografía municipal, aunque realizó trabajos específicos relacionados con la investigación y deslinde del patrimonio municipal destacándose los trabajos realizados para esclarecer el proceso de venta de todas las parcelas de Valdelagrana, detectándose diversos casos de ocupaciones irregulares de terrenos que, en su día, tuvieron gran trascendencia mediática (caso del Hotel Puertobahía). Bajo su dirección se logró así mismo esclarecer la situación de terrenos comunales conocidos como Las Carraleso los Ejidos y de la finca Crevillet así como de los límites de la finca municipal de la Sierra de San Cristóbal.

Grabado de Jerez, visto desde la Sierra de San Cristóbal. Braun Hogenber. The Hebrew University of Jerusalem & The Jesiwh National & Unversity Library.

LITIGIO CON JEREZ.
Finalmente tuvo una activa participación en la definitiva resolución del conflicto mantenido durante mas de cinco siglos, relativo al deslinde del término municipal con Jerez de la Frontera en el tramo de la Sierra de San Cristóbal. Frente a lo que se publicó de que era un conflicto que se arrastraba desde antiguo, la realidad es que  el problema quedó resuelto en 1432, con la firma del “Acta de la Concordia” aceptada pacíficamente por ambos municipios permaneciendo así hasta el finales del XIX. En esta fecha realizó la delimitación de los términos municipales y al no ponerse de acuerdo en la línea de separación de ambos términos en esa zona, al pretender Jerez quedarse con las canteras situadas en terrenos que, durante siglos, se habían considerado como pertenecientes a  El Puerto.

GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA.
Desde 1996 dirige el Servicio de Información Geográfica y Estadística del Ayuntamiento, cuyo objetivo es mantener continuamente actualizada la base cartográfica municipal y los trabajos relacionados con el Padrón Municipal de Habitantes. Entre los trabajos mas destacados, figura la publicación de doce ediciones en diverso formato, de los planos-guía de la ciudad, desde 1998 hasta 2008. (En la imagen, portada del Plano Guía Municipal del año 1998, paginado, en soporte papel).

ORTOFOTOS O VISTAS AÉREAS.
Desde el año 2000 se viene realizando la edición de ortofotografías digitales del municipio, que permiten conocer la realidad física municipal en fechas concretas, realizándose además una labor de rescatar vuelos fotogramétricos antiguos sobre nuestro municipio y pasarlos a formato digital para que puedan ser fácilmente consultados por cualquier ciudadano y a su vez sirvan de elemento de estudio y comparación de la evolución y crecimiento de la Ciudad.

En este sentido son de destacar los vuelos de 1956, 1969 y 1977/78, teniendo este último una excepcional importancia histórica por ser una imagen muy cercana a las primeras corporaciones municipales democráticas. Actualmente se está trabajando en digitalizar las imágenes procedentes de un vuelo realizado en 1.992, año de gran importancia ya que coincide con la entrada en vigor del PGOU de la ciudad y puede verse como ha evolucionado la ciudad desde dicho año, así como la eficacia y grado de cumplimiento de lo planeado. (En la imagen, portada de la Ortofoto Municipal del año 2004, en soporte electrónico).

José Luis Martín, en el patio del Palacio de Valdivieso, sede de Urbanismo. (Foto: Fito Carreto).

EL PUERTO DE LOS ÚLTIMOS 30 AÑOS.
José Luis hace un diagnóstico del paisaje portuense y los cambios experimentados: «--Probablemente el paisaje portuense ha cambiado en los últimos 30 años, mas que en los cinco siglos anteriores. La diferencia entre El Puerto de mediados del siglo XX  y el de hoy es espectacular: La superficie urbanizada es al menos diez veces superior a la que había en aquella fecha y sin embargo la población tan solo es de algo mas del doble: el modelo de ocupación territorial es sustancialmente distinto. Además, la superficie ocupada por los procesos de parcelación ilegal es casi la misma que la de la Ciudad desarrollada al amparo de la Ley. El espectacular crecimiento de las parcelaciones ilegales es el auténtico cáncer del territorio y supone una pesada hipoteca para las generaciones venideras».

Vista aérea del vuelo de noviembre de 1969, realizado por Paisajes Españoles para el Ayuntamiento. (Foto: Archivo Municipal).

¿Se puede actuar contra el medio tan impunemente sin creer que la naturaleza nos va a pasar luego factura?, le preguntamos: «--De ninguna manera; la factura se pagará y además será cara, aunque lo mas probable es que la tendrán que pagar otros».

6

Joaquín Calero Cuenca nace el 14 de agosto de 1890 en San Fernando Cádiz, fruto tercero del matrimonio formado por Antonio Calero Piñero y Marcelina Cuenca Romero, ambos naturales de San Fernando. Sus otros hermanos, María Candelaria (1881), José Antonio (1888) y Manuel (1892), vivieron en la casa familiar en la calle San Joaquín, núm. 8. Allí pasó su infancia, salvo los años 1894 y 1896 que vivió en Filipinas, a donde se trasladó su madre y hermanos, al estar destinado allí su padre en el Arsenal de Cavite como Contramaestre de la Armada, residiendo posteriormente en Madrid, donde vivió su juventud.

El año de su nacimiento, 1890, El Puerto contaba con 19.006 habitantes. Dionisio Pérez fundaba la Revista Portuense. El solar que ocupaba antaño el Convento de los Descalzos, y que iba a llamarse plaza de la Libertad, a petición popular se le dio el nombre de plaza de Isaac Peral, marino e ingeniero elegido ese año diputado por El Puerto, tras la renuncia del ingeniero de montes Federico Laviña.

La Plaza de Isaac Peral y la Electra.

En 1911 Calero ingresó en el Cuerpo de Escribientes de la Armada, siendo destinado al Ministerio de Marina en Madrid, aprobando al año siguiente las oposiciones al Cuerpo de Inspección de Aduanas obteniendo su primer destino en La Rábita (Granada).

En 1914 contrajo matrimonio en Albuñol (Granada) con Luisa Rosa Muñoz del March y fruto de aquel matrimonio nacieron 5 hijos: Antonio en 1915, Luisa Rosa en 1918, Joaquín --que llegaría a ser director del Instituto Santo Domingo, Jefe de la Falange y precursor de la radioafición en El Puerto-- en 1920, María Soledad en 1924 y Francisco en 1927. Era abuelo del cantautor Javier Ruibal de Flores Calero.

El muelle del Vapor y la Otra Banda, en la década de los 30 del siglo pasado.

LLEGADA A EL PUERTO.
Otros destinos fueron, en 1915 en la Aduana de Alicante. 1918 en la Aduana de Barcelona hasta que, en 1924 fue destinado a la Aduana de El Puerto de Santa María.
Desde el día de su llegada a El Puerto se integró en la sociedad del momento intentando participar en la medida de sus posibilidades en la promoción y desarrollo de la Ciudad.

Construcción y rellenos de los muelles en la Avenida de la Bajamar.

Intervino Calero de forma directa en la consecución del dragado del río Guadalete --gran preocupación del momento-- y la construcción de los muelles que permitieran las llegadas y establecimiento de líneas regulares de buques para que cargaran los vinos para la exportación directamente desde nuestra ciudad, sin tener que pasar obligatoriamente por el envío previo a Cádiz.

Foto tomada en la puerta de la Aduana del Vergel del Conde., con motivo de la visita del Director General de Aduanas. En ella podemos ver, en el zaguán de la puerta el 2º por la izquierda Caballero Noguera, Luís; el 1º por la izquierda en la calle Terry y Cuvillo, Fernando A. de; el señor del bigote el Director General de Aduanas; el señor de uniforme con gabardina en el brazo su ayudante; el de la gorra blanca con uniforme de aduana Calero Cuenca, Joaquín. El resto son desconocidos.

Según el investigador Antonio Gutiérrez Ruiz. "El alcalde de 1930 y 31, Eduardo Ruiz Golluri, que estuvo un corto pero fértil periodo al frente del Ayuntamiento, formó parte de la Comisión Administrativa del puerto marítimo que dirigia el ingeniero Ignacio Merello, se realizó el dragado del río, abriéndose un nuevo canal en la desembocadura que permitía la entrada de buces mercantes de hasta 1700 toneladas de registro, se instaló el transbordador de sal y se construyó la fábrica de cemento. Se diseñó de común acuerdo con la Hermandad del Carmen y contando con la iniciativa del capitán de puerto Vicente Pérez Baturone y la especial colaborción de Felix Tejada, presidente de la comisión de Fiestas del Ayuntamiento, de Joaquín Calero, administrador de Aduanas y del ingeniero Ignacio Merello, una procesión marítima que se celebraría en la festividad de la Asunción, el 15 de agosto".

En nuestra Ciudad fijó su residencia hasta en tres ubicaciones distintas; la primera en la Plaza de la Herrería esquina con Jesús de los Milagros, la segunda, en la calle Micaela Aramburu frente al extinto Hospital Municipal y  Capilla de los Afligidos, y la tercera, en la calle Vergel del Conde O’Reilly (en la actualidad Ribera del Marisco, donde hoy se encuentra Restaurante Flores), en cuya planta baja  estuvieron ubicadas las oficinas de Aduana.

Sentados, de izquierda a derecha, Eduardo Ruiz Golluri, alcalde, Daniel Martínez García, Francisco Quijano Rosende, Ramón García Llano. De pie, José Carvajal, desconocido, Joaquín Calero Cuenca, Manuel Beardo Oliva y desconocido. Patronato de la Vejez del Marino. 19 enero 1936.

El 25 de Julio de 1930 se crea El Instituto Colombino de El Puerto de Santa María y de él fue nombrado Vocal.  El 14 de Enero de 1931, conjuntamente con la junta directiva en pleno del Instituto Colombino, fue nombrado Académico de Honor por la Real Academia Hispano-Americana de Ciencias Y Arte de Cádiz. Profesionalmente, ese año,  fue ascendido a Jefe Superior de Administración del Cuerpo Pericial de Aduanas

En la foto del nombramiento de hijo adoptivo, podemos ver a Joaquín Calero recibiendo dicha acreditación de manos del  Alcalde de la Ciudad  Eduardo Ruiz Gollury y detrás de él  Ramón García Llanos. El resto nos son desconocidos.

HIJO ADOPTIVO DE EL PUERTO.
El 8 de Abril de 1931 en el Pleno celebrado en el Ayuntamiento se acordó por unanimidad que D. Joaquín Calero Cuenca fuera nombrado Hijo Adoptivo y Predilecto de la ciudad. A pesar de no haber nacido en nuestra ciudad, fue un gran enamorado de El Puerto y de su río. Reproducimos unas  palabras, pronunciadas en el almuerzo homenaje que sus convecinos y amigos le rindieron, reflejadas en la Revista Portuense:

«--Señores: yo soy un enamorado del río Guadalete. Vivo tan cerca de sus orillas que el rumor de sus aguas mansas es como canto que adormece mi espíritu y lo baña en sensaciones de paz; he llegado a enamorarme como un muchacho, hasta el punto, de que siendo idéntico el paisaje, yo lo encuentro distinto siempre, y siempre también, con encantos nuevos, que cual la hembra a quien se ama, aparece a nuestra mirada con aspectos insospechados de amor y de belleza».

Homenaje a  Joaquín Calero Cuenca; se celebró en el chalet de la Real Sociedad de Tiro de Pichón situado en la antigua carretera de Jerez,  y asistieron entre otros: el homenajeado 4º por la izquierda, señalado con una “X”; Alcalde Eduardo Ruiz Gollury (traje claro en la fila de abajo sentado, el 2º por la derecha de la foto); Fernando A. de Terry y Cuvillo; Ayudante de Marina Vicente Pérez Baturone (de uniforme junto a Calero Cuenca); Arcipreste Francisco Nuñez Galvan (el cura); Pastor Moreno, Jose Maria (detrás del señor con sombrero claro y cinta oscura, junto a Villar); Jose Leon de Carranza; Coronel de Infanteria  Varela Iglesias, Enrique (el de la capa que llegaria a ser general); Atanasio Quijano; Jose Jimenez Gonzalez; Ramon Varela Campos; Benjumeda Martínez de Pinillo, José Luís (de los tres de arriba del todo el más alto); Benjumeda Martínez de Pinillo, Antonio (arriba sobre la baranda); Juan Gilabert; Osborne Tosar, Juan; Osborne Tosar, Luís (como los dos eran muy parecido, uno es el 3ª por la izquierda y el otros el 10º por la izquierda delante de la baranda); Felix Tejada Mayo (puede ser el 1º por la izquierda, solía siempre ponerse en una esquina de las fotos); Carlos J. de Terry y del Cuvillo; Villar Burgos, Juan (suegro de José López, detrás de la barabda el 1º por la derecha); Jaime Togores; Jose Togores; Ruiz de Cortazar y Tosar San Gines y Zurutuza, Antonio (junto a Benjumeda Martínez de Pinillo, Antonio con  la mano derecha sobre el pecho); Francisco Ponce; Justino Castroverde (este asistió al acto, pero supongo no estará en la foto, ya que está hecha por él); Tosar García de Valdeavellano, Adolfo (padre de Javier, creo es el 1º por la drecha de pie y gabardina en mano); y algunos más que no ha sido posible indentificar.

Foto tomada en el muelle de los faluchos finales de los 40 del siglo XX. El que está detrás entre el Ayudante de Marina, Francisco Martel Vinegra y Joaquín Calero Cuenca en José Valiente Moreno  y el penúltimo hacia la derecha el entonces Alcalde de El Puerto de Santa María Eduardo Círia Pérez. El militar desconocido y el paisano, el Juez de Primera Instancia e Instrucción del Partido Judicial de El Puerto,  Diego Martínez Valbuena, primo del Padre Juan Martínez, S.J.

CONCEJAL Y ALCALDE.
El 1 de Julio de 1944 es nombrado Gestor-Concejal del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, formando parte en principio  de la Comisión Informativa  Sexta a la que le competían la Policía Urbana, Obras Municipales, Fiestas, Paseos y Jardines, formando parte de la misma con Eduardo Ciria, Antonio Duran y Francisco Bernardo.

El 14 de Enero de 1945, en atención a los meritos contraídos como Primer Teniente de Alcalde, obtuvo la Cruz del Merito Naval de 2ª Clase con distintivo Blanco. (En la imagen, dibujo de Torres Brú, que se conserva en la galería de alcaldes del Palacio Municipal).

Joaquín Calero Cuenca (con sombrero y abrigo), en el muelle comercial inspeccionando un embarque para el extranjero.

Foto tomada, posiblemente, a bordo del Cañonero "Lauria", la foto puede ser de finales de los 30 o principios de los 40 del siglo XX.

El 14 de Julio de 1947 fue nombrado Alcalde de la ciudad de El puerto de Santa María cargo que desempeñó hasta  Abril de 1948, dimitiendo por incompatibilidad profesional con su carrera al frente de la Administración de Aduana, presentando el 15 de abril  la renuncia a la Alcaldía y la Presidencia de la Comisión Gestora del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María

En 1956 un nuevo destino de Aduanas, en Sevilla, duró muy poco tiempo, falleciendo el 11 de agosto de dicho año.

De izquierda a derecha: Francisco Guerrero Rosso; Antonio de la Torre González; Manuel García Sánchez; Francisco Basallote Roca; Serafín Álvarez Campana Gaztelu; Manolo (se le ve un poco la cara); Angel Pantoja del Puerto; JosÈ Beltrán; Repetto; Manuel Lojo Espinosa; Juan Sánchez Romate (se le ve un poco la cara). (Foto: Pantoja).

La imagen capta la entrega de la Banda de Honor del Club de los Polémicos de Bellas Artes, a Serafín Álvarez-Campana. El Club de los Polémicos eran un grupo de jóvenes que tenían como lugar de reunión la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia, un cuarto que les dejaban y la única vinculación con la misma fue la colaboración con la organización de la  Cabalgata de Reyes, que organizó esta entidad hasta prácticamente la llegada de los ayuntamientos democráticos.

El Puerto fue uno de los primeros municipios andaluces en contar con cabalgata de Reyes y, al igual que Sevilla que la continúa organizando el Ateneo, en El Puerto, al menos desde 1952, era organizada por esta centenaria institución. El nombre de 'Club de los Polémicos' viene por la polémica que se suscitó entre ellos mismos para autodenominarse, optando por esta opción al no llegar a ningún consenso con ninguno de los nombres propuestos. Estuvieron colaborando unos cuatro o cinco años, en la frontera de la década de los setenta del siglo pasado.

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Imagen del Racing tomada el 2 de febrero de 1930 en la Plaza del Polvorista.

Directiva del Racing Club Portuense. De pie, de izquierda a derecha: Genaro González Noval, desconocido, Luis Ortega García y José Domínguez Neto. Sentados Manuel Alejo Díaz y desconocido. (Foto: Colección Vicente González Lechuga).

Aunque algunas fuentes consultadas indican que la entidad racinguista comenzó su andadura un 11 de febrero de 1928, todo apunta a que fue un día antes cuando se hizo efectiva la formación del Club porteño, que esta semana cumple 83 años de existencia.

Muy pocos aficionados de nuestra región pueden afirmar  haber contribuido de forma tan directa a mantener un Club durante tanto tiempo, sin cambiar su identidad, su filosofía, su denominación. No son muchos, es cierto, pero sí demasiado fieles, y fechas como estas sirven para recordar a todas las personas que nos han apoyado durante décadas.

El campo de fútbol Eduardo Dato.

A los que hoy son abuelos, que alguna vez estuvieron en el "Tiro Pichón" o en los terrenos del antiguo balneario, cerca de la Puntilla, y que acabaron de la mano de sus hijos en el Dato o en el José del Cuvillo. También a los muchos portuenses que a lo largo del tiempo han pasado por alguno de los equipos de nuestra entidad, a los que celebraron las victorias y sufrieron con las derrotas en todos los campos del país, desde los terrenos de albero al césped de Mestalla. A todos aquellos que han invertido y que invierten un tiempo inmensamente valioso para que haya fútbol de categoría nacional en la ciudad.

La Junta Directiva del R.C. Portuense con parte de la Corporación Municipal en 1964.

Que la existencia del Racing sea contemporánea a la de un símbolo porteño, como el Vapor de El Puerto, es muy significativo. Revela la importancia que tiene en la ciudad, más allá de lo deportivo.

El fútbol fue, con el cine, la playa y los espectáculos de la época, una de las primeras diversiones de los portuenses en el siglo XX y ha servido de vínculo social, de motivo para hacer política, de punto de encuentro, como vía para ayudar a los más necesitados y de representación de toda una ciudad en el mundo del deporte.

Plantando cesped y terminando las obras del José del Cuvillo. Julio de 1971.

El Estadio José del Cuvillo, en la inauguración el 20 de agosto de 1972. (Foto: Colección Manuel Prado).

Desde abajo empezaron don Genaro González Noval y don Mariano López Muñoz, fundadores y presidentes de un club que siempre estuvo en crisis, pero que superó una guerra, muchas injusticias e incluso la propia pasividad que viene caracterizando a los porteños en lo que respecta al interés por las cosas de su tierra.

Vista aérea del Estadio José del Cuvillo.

83 años después sigue compitiendo el que empezó llamándose Racing Football Club y pese a las dificultades económicas y otras tantas, siempre ha existido un grupo de ciudadanos y aficionados dispuestos a dar un paso al frente para que no se pierda, los que hoy están y los que esperamos mañana.

Desde el Club, queremos felicitar a todos los racinguistas y a los que han hecho y hacen posible que esta semana sumemos 83. (Texto: Diego Patrón Aguilera)

3

(Continuación). Pero volvamos a la enseñanza. A los niños, una vez dominaban los palotes y silabeaban con fluidez, se les ponía a escribir con tinta. Este superior escaño requería un cabillero de madera y varios plumines de acero, además de un tintero, que, empotrado en el pupitre, permitía mojar la pluma en la tinta cada vez que era necesario. Ni que decir tiene, la cantidad de borrones y manchas que producíamos con la tinta, antes de calcular siquiera someramente la cantidad necesaria. Menos mal que, durante la clase, usábamos un sobretodo, o baby de tela de crudillo que antes de lavarlo había que sumergir en leche, para eliminar la tinta.

En los cuadernos de Raya I, Raya II o Raya III, íbamos haciendo palotes y letras, a imitación de la muestra, y, al acabar la página, le pasábamos un papel secante. El repaso del Catón, libro para ejercitarse en la lectura, las explicaciones de Historia Sagrada de la que recuerdo la de José en Egipto y lo de las vacas gordas y las vacas flacas, o la de Moisés, abandonado en una cestita embreada flotando en las aguas; la urbanidad, con las viñetas del comportamiento del niño bueno y del niño malo...etc. constituían lo principal de la enseñanza.

Las niñas hacían lo mismo, pero asistían, además, a clase de solfeo, piano, dibujo, pintura, labores y cultura general, hasta que se instauró, en este Colegio, el bachillerato que cursaban por libre y se examinaban en el Instituto Padre Luis Coloma de Jerez.

De cuando en cuando, te daban, para que se los dieras a tus padres, estampas y folletitos de "Teresita", una novicia que había muerto en olor de santidad en Carabanchel, y que en mi casa acogían con cariño, porque la tal Teresita --en la imagen de la izquierda-- era hija de un primo segundo de mi bisabuela Magdalena.

Y hablando de Carabanchel, el noviciado del Instituto, allí fueron y por allí desfilaron muchas niñas portuenses creyendo tener vocación de Carmelitas unas, y, otras, con verdadera vocación que han perseverado. Así, Consuelo Máiquez, Anita Prieto, Antonia y Loli Palomino, Mati y Tere Tejada Prieto, Lina Casado, o Marisina Moresco que perseveraron. Y de las que no, Charo Prieto, que llegó a profesar, y las fugaces Lalote Bermúdez Tejada y Conchita Benvenuty Díaz, entre otras muchas.

Notables fueron las fiestas del colegio. Se engalanaban los patios con farolillos y gallardetes; se montaba en la clase de los niños una tómbola; se representaban obras de teatro, sainetes y pasillos de comedia, en los que eran inevitables Enriquetita Osborne y María Muñoz; se hacían barracas, como, por ejemplo, aquella que tenía un boquete por donde asomabas la cara y, en un espejo, colocado enfrente, te veías convertido en monja carmelita. O juegos malabares. O puestos de chucherías. También hubo carreras de cintas en bicicletas. Lo que se recaudaba iba  para la Obra Pontificia de la Santa Infancia.

En las fiestas del día de la Madre Superiora, recuerdo, en el salón de arriba, un grandísimo telescopio de cartón sobre un trípode, por el que miraban Monchi Merello y Antonia Palomino, y cada una decía lo que veía, que no veían nada, sino lo que se habían aprendido en el guión: las estrellas, la inmensidad del firmamento, el Padre Eterno, la Virgen María, los Ángeles...

De izquierda a derecha en la fila superior, Fernando Arjona González, Rafael Gómez Giménez, Manuel Jesús Merchante Gutiérrez, Gaspar Aranda y Antón, Antonio Arredondo del Río, José María Gutiérrez Colosía, Desconocido, Juan Luis Perles Giner, Juan Palomino; Segunda fila: Enrique Rodríguez, Javier Renedo Varela, Juan de Dios Sánchez González, José Luis Moresco Suarez,  Manuel Serrano García, Rafael de los Santos Márquez, Enrique García Máiquez, José Miguel Merchante Gutiérrez; Fila del suelo:  Antonio Ortega Rojas, Desconocido, Fernando León García, Adolfo Ortega García, Antonio Sánchez Pece Gutiérrez. Foto tomada en el Colegio de las Carmelitas, con motivo de una fiesta de disfraces; iban de betuneros. Instantánea del 29 de marzo de 1949, hace 62 años. (Foto Pantoja. Colección e identificación de Vicente González Lechuga).

A los niños, se nos ponía un gorrillo cuartelero de los de borla, con un sable en la mano y, en corros cerrados, girábamos, al son unas canciones que entonaba María Muñoz, cuyo estribillo era:

Los soldados de mi tierra
van tocando el tamboril,
gírate así,
gírate así.

en presencia de las monjas y de los padres que nos aplaudían.

Durante el mes de mayo, en todas las clases, se levantaba un altarcito con una imagen de la Inmaculada y se rezaba el mes de María. Allí aprendí aquello tan hermoso de "Venid y vamos todos,  con flores a María..." y todos los días debíamos traer un ramillete de flores para la Virgen.

Todo el año, en la mesa de cada profesora, había un busto de cerámica representando a un negrito, a un chino o a un indio, con una raja en la cabeza, donde, de vez en cuando, se depositaba una perra gorda o una chica para las Misiones. Así discurría la vida en el Colegio.

Cuando salíamos, a los pequeños, nos venían a recoger las tatas. Las niñas mayores siempre tenían una corte de moscardones zangolotinos, esperando en la acera de enfrente, que las acompañaban a sus casas, a costa de tener que admirar el álbum de labores y tenerse que aprender y alabar aquello de ojetes, vainicas, punto de cruz, punto inglés, punto de incrustación, realce, zurcido invisible, ojal, y otras cosas parecidas para acabar reconociendo, aduladora e interesadamente,  que eran unas verdaderas artistas.

Una fotografía de tiempos más modernos, a principio de la década de los setenta del siglo pasado, en el Parque Calderón. Aparecen las niñas de las Carmelitas: Fátima Ortega Bustos, María José Ruiz Requejo, Fernanda Unzueta Melgarejo, Carmen Torres, Marilín Tardío, Mercedes Rodríguez, Maica Muñoz Rivas y Guillermina Rendón.

Y, la verdad,  es que yo esa etapa de moscardón, esperando a las niñas, la pasé en Sevilla, ya mayorcito, a la puerta del Colegio de las Carmelitas de Bustos Tavera, al que, a veces, entrábamos los de El Puerto con la excusa de ver a la Hermana Cañaveral Valdés que había sido amiga a mi madre, o a la Madre Carmen Jácome que estuvo allí una temporada, antes de pasar definitivamente a Madrid, y durante las fiestas colegiales.

Y una anécdota: cuando yo fui al colegio de los Hermanos Maristas de Bonanza, interno, mi madre le puso como condición al Hermano Director que yo tenía que tener el número 190. No podía ser otro. Y yo no sabia por qué se empecinaba mi madre en ello. Pero, es que cuando me incorporé al curso, en la maleta llevaba yo los cubiertos y el vaso de plata de mi madre que usó en este Colegio de las Carmelitas, cuando estuvo interna y tuvo el mismo número, el 190. Y es que a ella le hacia ilusión que los usara, y con el mismo número y no lo disimuló.

Una fotografía de mayo de 1967. Se ve a la hermana Matilde Pavón, encargada de los niños y a la señorita Mari Pepa. Los niños de Primera Comunión en desfile desde el colegio a la Iglesia Mayor. La fotografía está tomada en la Plaza de la Iglesia.

Recordar, a estas alturas, los tiempos en que estuve en ese colegio, me ha rejuvenecido. Acaso os haya resultado algo premioso, o acaso a alguno indiferente. Pero habéis tenido la caridad de leerme estas historias, que podéis seguir ampliándolas en la "Arboleda" de Rafael Alberti, alumno también de este Colegio de las Carmelitas, que recordaba la canción aquella:

Las Hermanas Carmelitas,
con delantales azules,
se parecen a los cielos,
cuando se quitan las nubes.

(Texto: Luis Suárez Ávila).

20

Este es un colegio más que centenario. Se formó sobre el palacio de un cargador de Indias de origen flamenco, llamado Vos, al que se unieron otras fincas, entre ellas las que formaron el teatro y la salida por la calle Pozuelo, la casa del capellán, el solar donde se edificó la Iglesia, la casa llamada de la Virgen, y, más luego, una casa que hacía esquina con la calle Santo Domingo, de Manuel Ortega Infante y la incorporación final de la casa que fue de mis tíos Javier Terry del Cuvillo y Carmen Muñoz Ávila. (Patio de las Carmelitas con el Monumento al Corazón de Jesús. Año 1935).

La impresionante fachada, la casapuerta, con sus hojas de caoba, claveteadas de bronce, el portón también de caoba tachonado de clavos, sobre el que campea todavía el Sagrado Corazón en un óvalo de cerámica barnizado, los azulejos, el patio porticado, el monumento al Sagrado Corazón, la escalera con barandal de palo santo y su cúpula, la sala de visitas, con el suelo entarimado, el estrado isabelino y la consola neogótica dorada y el retrato al óleo de San Pío X de Rodríguez Losada... todo eso le daba un especial ambiente y empaque a este Colegio de señoritas dirigido por las Reverendas Madres Carmelitas de la Caridad, como rezaba en los impresos.

Y todo ello, sin contar con las aulas, el patio de recreo, ochocenctista, con su palmera, con su verja de hierro fundido verde y su suelo de losas de Tarifa y losetas hidráulicas de cuadraditos, el teatro, la clase de las niñas gratuitas, que entraban por la puerta del garaje, en la calle Nevería, justo al lado de la Iglesia. En el piso alto solamente pude ver el ándito (corredor) del patio y el salón de arriba. A la izquierda según se subía por la escalera principal y al frente, por la escalera del patio del recreo, había unos prohibidores letreros de "clausura" que impedían el paso al lugar donde estuvieron las veinticuatro camarillas de las internas y sus cuartos de baño y entonces la vivienda de la Comunidad.

Fotografía tomada nen 1925. La primera por la izquierda es Carmen Poullet, le sigue Enriqueta Dosal Cumbreras, Maruja Paullada Varela, Mercedes Ávila Gutiérrez, madre del autor del artículo, la siguiente y las dos últimas eran hermanas hijas de un director del Penal, la tercera empezando por la derecha en Virginia Piury Dagnino

Mi madre, mis tías, las amigas de mi madre y de mis tías estuvieron en este colegio internas, aunque vivían en El Puerto y eran de aquí. Estuvieron, bajo el dominio de la implacable Madre Carmen Jácome, a la que recordaron toda su vida con especial cariño. Conservo fotografías de una orquesta que formaron, o de las procesiones de la Inmaculada de las Hijas de María; de la clase de pintura, donde mi tía Aurora y Carmen Pérez Pastor están acabando cada una un cuadro de tema religioso; o de mi madre y Elisa Muñoz Seca pintando cada una un bodegón de flores y frutas...

De esas fechas, que serían los años 1920, parte la incorporación al Colegio de una casita pequeña, pintada de rojo y blanco, con sólo la puerta y un balcón. Resultó que esa vivienda era una casa de mala nota y mi bisabuelo Norberto se alarmó, porque frontera al colegio de sus nietas hubiera un sitio de pecado. Así que la compró y la regaló a la Comunidad. Desde entonces,  paradójicamente, la casita se llamó "La Casa de la Virgen", hoy desaparecida, y su superficie está integrada  en el actual edificio. (En la iamgen de la izquierda, Norberto Gutiérrez, bisabuelo del autor del artículo).

Decía que este colegio es centenario, de 1893. En él se han educado infinidad de jóvenes portuenses de ambos sexos, porque además de niñas, había niños de hasta siete años. Los niños, en cuanto hacían la Primera Comunión, debían abandonar el Colegio, para ir a otros solamente de niños, que, por lo general, eran la Academia de don Luis Poullet, el Colegio de San Estanislao, vulgo ‘La Pescadería’ (de una Asociación de Padres de Familia, bajo la dirección espiritual de la Compañía de Jesús), o el de don Juan Díaz...

Luis Ortega García, el profesor de pintura de la Academia de Bellas Artes, en al Patio de San José, de las Carmelitas, el día de la Primera Comunión, con su hermana Anita.

Por el inmenso cariño que mi madre le tenía a su colegio, pese a haber tenido yo en casa una señorita, llamada Doña Concha Romero, entrada en muchos años, como que fue profesora de primeras letras de Rafael Alberti, quiso que yo estuviera en las Carmelitas. Más que nada porque con cinco años ya se está en condiciones de conocer a otros niños distintos de los de tu familia y empezar a tratar con personas desconocidas para ti.

Colegio Las Carmelitas. Mayo 1958, Todos gentes de El Puerto: los hermanos Bellvis: Javier y Marisol, única niña por aquello de separar las niñas de los niños; Luis Áspera, Paco Zamudio, Jaime Renedo, Mariano Medinilla, Miguel Lizaso, Javier Díaz, Hörh, Velarde, Julián Flores y otros…

Mi entrada en este Colegio no creo que fuera triunfal. Me trajo mi madre, vestido de marinerito, con un abrigo de paño azul y cuello de terciopelo negro, con botones dorados de ancla, que me había hecho Matilde la Sastra. Y lloré, me entró una pataleta enorme; no quería quedarme. Y mi madre, me contaba después, que dudó entre si llevarme otra vez a casa, o dejarme allí. Pero me dejó aquí, en un sitio que yo no conocía, entre gentes que no había visto nunca. Una monja, la Hermana Julia, me acabó de meter para dentro y me colocó en un pequeño pupitre, en una clase lindera con el patio del recreo, la puerta siguiente al "cuartito", que en los colegios jesuitas es "lugares", un aula con puerta de cristales y dos amplias ventanas que daban al ándito del patio del recreo.

El suelo de la clase era un entarimado de madera. Al fondo de la clase había una puerta de cristales, pintados de blanco, que cerraba un pequeño habitáculo, donde, al parecer, decían que era el cuarto de las ratas, y allí se metía a los niños que fueran malos. La clase la presidía, al frente, una pizarra, el encerado que se llamaba, un crucifijo, la mesa de la profesora que resultó ser la encantadora Hermana Natividad, un cartel como de hule con el mapa político de España, Islas Adyacentes y Plazas de Protectorado y Colonias Africanas y otro cartel con un silabario que, además de letras, tenía dibujos de animales y cosas que sugerían las sílabas o las palabras. Los niños no usábamos cuadernos. Escribíamos en pequeñas pizarras individuales, con el marco de madera, en uno de cuyos lados había un agujero por donde entraba la guita que sujetaba un trapito para borrar. Se escribía con un pizarrín, barrita hecha de la propia pizarra u otros más elaborados de manteca, que se decía. (Revista Mi Colegio. Núm. 52. Octubre 1923).

Al fondo de la clase, en una pequeña mesa, estaba sentada la ayudante de la Hermana Natividad, que era una seglar llamada Nati que por ahí la encuentro todavía, y la reconozco por la calle, aunque nunca supe sus apellidos.

Desde la clase de los niños, se veía por las ventanas, a las niñas en el recreo. Generalmente jugaban a saltar la cuerda, con el canto de aquello: «Soltera, casada, viuda y monja», repetido, cada vez más rápido, que fueron los estados por los que pasó  la venerable Madre Vedruna.  Las niñas con sus uniformes de tablas, azules, con cinturones de tela y hebilla plateada, sus cuellos blancos de piqué almidonados y, luego, de plexiglás, sus calcetines blancos y sus zapatos de charol, a veces lucían medallas y bandas por su buen comportamiento y aplicación.  Para la clase de gimnasia usaban, bajo las faldas, los puchos, especie de pantalones bombachos hasta más abajo de las rodillas. Cuando iban a la iglesia, o algún acto especial, se colocaban, además, un velo de tul blanco, que se ceñían a la cabeza con un elástico y lo volteaban para atrás, y unos guantes también blancos.

Así iban, por ejemplo. en la procesión de la Niña María, una imagen de la Virgen Niña, de Olot, que anualmente, se sacaba, en unas anditas portadas por las propias niñas, por las calles cercanas al Colegio. En filas iban las alumnas y los pequeños alumnos, el sacristán con la Cruz, Pepe Caamaño, la Comunidad de Hermanas Carmelitas con la Madre Superiora, Madre María, la Hermana Julia, Hermana Rosa, las Hermanas Dolores Sánchez y Dolores Martínez,  la Hermana Teresa, la Hermana Natividad, la Hermana Enriqueta Feliú, la Hermana Aurelia, la Hermana Encarnación, muy jovencita, y alguna más, todas de hábitos negros con sus tocas, como Dios y las constituciones de este Santo Instituto mandaban, y, de preste, con alba, capa, estola y bonete, el capellán que era don Antonio Herrera Hurtado, que murió en olor de santidad. La banda de música de Rocafull cerraba el cortejo. (En la imagen, vestidas  Primera Comunión de Ana María y Celia Insúa Lavín. Detrás Matita Muñoz y María del Carmen García de Cos. El angelito de enmedio es Marisol Muñoz Bellvís. Foto: Celia Insúa Lavín).

Fachada de la Iglesia de las Carmelitas. (Foto: Fernando Vidal).

La procesión salía de la Iglesia y a ella volvía, pero la Niña María no estaba en la iglesia el resto del año. La iglesia inaugurada en 1893, por el Cardenal Arzobispo de Sevilla, se construyó a expensas de doña Elisa Guezala, viuda de Osborne, condesa de ese título, y en ella tienen cripta y panteón todos los Osborne. En ella está enterrada toda esa familia, empezando por don Juan Nicolás Böhl de Faber y Doña Frasquita de Larrea, padres de Fernán Caballero y abuelos de la primera generación de “Osbornes” portuenses, cuya imagen podemos ver a la izquierda.

El proyecto fue del arquitecto Don Juan de la Vega y el estilo neogótico. En el presbiterio sobre la mesa de altar, se puso un sagrario  y sobre él un tabernáculo gótico, todo dorado y blanco, con pináculos. En el ábside, en tres hornacinas, se colocaron las imágenes del Sagrado Corazón, Santa Teresa y San José, obras del escultor Fons y Pons de Madrid.

Y ya, en las dos naves laterales, en la de la epístola, una gruta con la Virgen de Lourdes y Bernardette, con su manantial y todo y un retablo neogótico con la Virgen del Perpetuo Socorro de bulto, la más rara que he visto, pues todas son pintadas en tablas, como podemos apreciar en la foto de debajo.

En la nave del evangelio, el altar de la Virgen del Carmen, sentada sobre una peana de terribles llamas por las que asomaban de cabeza o de medio cuerpo las Benditas Ánimas del Purgatorio y, a los lados, las imágenes de San Juan de la Cruz y la de la entonces Venerable hoy Santa, Madre Joaquina Vedruna de Más, la fundadora. El siguiente altar era el de la Inmaculada de las Hijas de María, imagen que antiguamente salía en procesión.

El coro alto, sobre un arco, al fondo de la iglesia, sobre el cancel, acogía un buen armonium que era accionado por Luis Muñoz o por alguna Hermana de la Comunidad, y en él cantaba un orfeón formado por diversas antiguas alumnas, entre las que destacaba, en los solos, mi tía Carmen Muñoz Ávila. En algunos actos litúrgicos, a los alumnos nos vestían de monaguillos, con sotanas rojas o celestes y esclavinas ribeteadas de borreguillo. (continuará). (Texto: Luis Suárez Ávila).

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Hoy viernes, a las 20:30 horas el portuense Álvaro Rendón Gómez, con nótula 680 en Gente del Puerto, Licenciado en Bellas Artes, autor de infinidad de libros de texto sobre geometría y coautor junto con Juan Eslava Galán del libro ‘La lápida templaria descifrada’, ofrecerá una conferencia en la Sala de Actos de la Fundación Rafael Alberti sobre ‘Geometría Sagrada en la Puerta del Sol de la Iglesia Mayor Prioral'. El acto, que organiza la Academia de Bellas Artes, será presentado por José María Morillo.

«Desde la más remota antigüedad, las construcciones sagradas, las destinadas a alojar al dios de moda, respondían a una estructura sagrada, se construía según formas sagradas: Círculo, Triángulo Equilátero, Triángulo Rectángulo, Rectángulos XXX. Durante muchos milenios, este conocimiento geométrico se impartió en los templos egipcios, y estaba regido por una casta sacerdotal, reticente a su divulgación.

Sólo algunos iniciados que demostraron su habilidad para mantener el secreto tuvieron acceso a este conocimiento: Pitágoras, Herón de Alejandría, Platón, Apolonio de Perga (famoso por su método para trazar circunferencias tangentes a dos rectas convergentes y a dos circunferencias interiores a las mismas), etc.

»Los egipcios conocían las unidades físicas, como nuestro metro, pero jamás lo aplicaron. Preferían medidas más casuales, como el codo. Comprendieron, como los pitagóricos después, incluido Platón, que las medidas reales son sólo unidades abstractas. A nosotros nos ha costado miles de años llegar a comprender el mundo de las ideas de Platón y, en consecuencia, llegar a esta conclusión: La línea recta real es una falacia en un Universo en continuo movimiento, pues cualquier intento de trazado recto se curvaría. Únicamente son rectos los ejes de rotación de los cuerpos y los diámetros imaginarios de las circunferencias; todo lo demás es curvo; aunque sí podamos concebir abstractamente la existencia de líneas rectas, en el mundo de las ideas.

»Esta imposibilidad nos lleva a creer que realmente es imposible adoptar una base comparativa inmutable que sirva de aplicación para todo, puesto que todo se mueve. Incluso si la medida sea el propio ser humano; en cuyo caso, sería una solución paliativa, no definitiva. De ahí que aplicaran a sus templos medidas casuales, conscientes de que los muros y cubiertas de un edificio son planos que debían ajustarse al ser humano para transformarse en un espacio habitable.

Ajustar las medidas del Templo para ser habitado por la divinidad, debió representar un problema importantísimo. Si Dios está en todas partes, es el dueño del universo, ¿cómo acotar un espacio material, en mi pueblo, junto a la casa del párroco, y pretender que duerma allí el Creador del Mundo? Si esto fuera posible, ¿cómo construir un espacio así, de esas medidas tan increíblemente grandes? Evidentemente, no colocando una piedra sobre otra y ver si la que hace veinte lo derriba todo; sino planificándolo, partiendo de un modelo abstracto simple y descomponiéndolo en unidades más pequeñas. La geometría es el único recurso capaz de abstraer la forma; aunque pocas formas podremos concebir cuando ignoramos casi todo del templo.

»Este conocimiento sagrado pasó al pueblo de Israel a través del Libro del Génesis, escrito por Moisés que, como se recordará, fue educado por los egipcios para convertirse en Sumo Sacerdote. No hay otro pueblo sobre la faz de la Tierra que haya inventado tantos mitos como el hebreo, experto en asimilar las costumbres de las naciones que ha ocupado o bajo los que ha vivido esclavizado. De todos ellos ha sabido extraer, sintetizar y divulgar primitivas creencias, ancestrales ritos y saberes de iniciación con los que ha conformado una religión ecléctica y sincrética con la que, a lo largo de su larga y obligada trashumancia, ha inoculado también a muchas otras.

»Durante mucho tiempo la geometría sagrada se transmitió mediante una disciplina cabalística, denominada GEMATRÍA que, indirectamente, formaba parte de ls enseñanzas esótericas que el maestro de obra iba mostrando al aprendiz. En Gematría al Triángulo Equilátero se le asigna la letra Alef (a); al Cuadrado, Mem (m), y al Pentágono, Shin (c). Alef, Mem y Shin son letras-Madre porque originan las restantes letras. Efectivamente, si tomamos los Polígonos regulares simples como punto de partida y tratamos de generar Polígonos de número de lados múltiplo de los anteriores, tendremos

• Triángulo Equilátero (3 lados) -> Hexágono regular (6 lados = 3 X 2) -> Dodecágono regular (12 lados = 6 X 2 = 3 X 4) -> Polígono de veinticuatro lados (24 lados = 12 X 2 = 6 X 4 = 8 X 3); es decir, todos ellos múltiplos de tres y obtenidos mediante el duplicado del anterior.
• Cuadrado (4 lados) -> Octógono regular (8 lados = 4 X 2), consecuencia de duplicar el número de lados del Cuadrado.
• Pentágono regular (5 lados) -> Decágono regular (10 lados = 5 X 2) -> Polígono regular de veinte lados (20 lados = 10 X 2 = 4 X 5) -> Polígono regular de cuarenta lados (40 lados = 20 X 2 = 10 X 4 = 8 X 5); es decir, todos ellos múltiplos de cinco y obtenidos mediante duplicado del anterior.

»En la arquitectura española hay un itinerario de edificios sagrados con marcados significados esotéricos, labrados por una geometría vital y trascendente, y cuya lectura queda reservada a unos pocos escogidos. Sólo les falta indicar con un cartel, a la entrada, la famosa frase de Platón: «No entre quien no sepa geometría»

»A falta de demostración de su planta la Iglesia Mayor Prioral, en El Puerto de Santa María, contiene elementos de esta geometría sagrada que nos da esperanzas para considerarla como Iglesia iniciática. Baste, para ello, el análisis geométrico de su fachada.» (Texto e ilustraciones: Alvaro Rendón).

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Tolkien huía de la alegoría. Por eso el cristianismo de ‘El Señor de los Anillos’ no hay que buscarlo tanto en sus tramas ni en los personajes, aunque se puede rastrear, sino en el vuelo de la visión y en el temple moral. Gracias a la exhaustiva investigación de José Manuel Ferrández Bru, que adelanta en su blog, www.josemanuelferrandez.com, y que desarrolla en el libro inédito ‘La conexión española de J. R. R. Tolkien’, vemos cómo el catolicismo también se encuentra (y cuánto) en la biografía del autor y en las circunstancias que hicieron posible su escritura. Con un papel esencial protagonizado, además, por un portuense.

UN PORTUENSE EN LA CORTE DEL SEÑOR DE LOS ANILLOS
Se trata de Francis Xavier Morgan y Osborne, nacido en el Puerto de Santa María en 1857, hijo de Francis, galés de nación y anglicano de fe, y de la española María Manuela Osborne. Marchó a estudiar a la Escuela del Oratorio de Birmingham, bajo la supervisión directa, nada menos, que del recientemente beatificado John Henry Newman. En 1880, el joven Morgan viaja a Roma y es recibido en audiencia por León XIII. Tres años después, en 1883 se ordena sacerdote dentro de la comunidad del Oratorio (donde lleva una vida nada ociosa de servicio a la parroquia y a la propia comunidad oratoriana, pues desempeña diversos cargos en ella). Muchos veranos, Father Morgan vuelve al Puerto de Santa María a descansar con sus hermanos, primos y sobrinos, que lo conocen con el nombre de “Tío Curro”.

La familia Morgan Osborne, de izquierda a derecha, María Manuela Osborne, Francis, Isabel y Tomás Morgan Osborne, Francis Morgan padre y Augusto Morgan Osborne. Año aproximado 1865. (Foto: Archivo Osborne).

TÍO CURRO, EL CURA QUE CUIDÓ AL JOVEN TOLKIEN.
Los hechos principales de la biografía de J.R.R. (John Ronald Reuel) Tolkien son mucho más conocidos. Nació en Bloemfontein, Sudáfrica, 3 de enero de 1892, en el seno de una familia inglesa de confesión bautista. Muere pronto el padre y en 1900 la madre, con sus dos hijos, se convierte al catolicismo, enfrentándose a su familia. Quedan en una condición económica muy delicada. Y en ese momento, aparece el padre Morgan, que, ejerciendo de párroco, los apoya moral y económicamente. Muere la madre, agotada y enferma, cuatro años más tarde. Tolkien consideró siempre que había sido una auténtica mártir por su fe. En su testamento, nombró tutor de sus dos hijos a Fr. Morgan. (En la imagen, un joven J.R.R. Tolkien).

SUBVENCIONÓ A TOLKIEN
El sacerdote asumió el encargo con celo. Animó a Ronald a continuar sus estudios en la prestigiosa King Edward’s School y, luego, en Oxford. Fr. Morgan administraba los bienes de sus pupilos, pero viendo que no bastaban, incrementaba discretamente la asignación con el dinero que le correspondía del próspero negocio bodeguero de su familia portuense. Todavía hoy los descendientes de Tolkien reconocen con agradecimiento que pudiese estudiar gracias “al dinero español del vino de jerez”.

‘NAFFARIN’, BASADO EN NUESTRO IDIOMA.
Tampoco descuidó la formación humana. Tolkien deseo aprender el español como homenaje a su tutor, para lo que usaba los libros en nuestra lengua que Morgan guardaba en su abarrotada habitación. Ese conocimiento le sirvió a Tolkien de niño para crear, jugando, el “Naffarin”, basado en nuestro idioma.

Luego, cuando en la adolescencia se enamoró perdidamente de Edith Mary Bratt, el tutor prohibió el contacto hasta la mayoría de edad. Tolkien obedeció. Hasta el mismo día que cumplió 21 años: entonces escribió a Edith, y retomaron su noviazgo. Fueron padres de cuatro hijos y, lejos de guardar rencor a Fr. Morgan, lo recibieron en su familia con cariño. Incluso pensaron que aquella dura prueba convirtió un momentáneo amor juvenil en un maduro amor conyugal. Que el sacerdote veía en Tolkien a un hijo lo demuestra el hecho de que le dejase en herencia un valioso reloj que él había heredado de su padre.

FERNÁN CABALLERO.
El ascendiente del sacerdote español fue más allá de lo crematístico. La influencia de JH Newman, insuperable prosista, le llegó a Tolkien a través de Fr. Morgan. José Manuel Ferrández Bru ha detectado, incluso, una muy probable deuda literaria de una adivinanza de Tolkien en El hobbit con una de Fernán Caballero, seudónimo de Cecilia Böhl de Faber (1796-1877), tía abuela del sacerdote. Eso testimonia una estrecha comunicación intelectual entre tutor y pupilo.

EL JEREZ, LA TINTA Y LOS ELFOS.
Las relaciones del vino de jerez con las letras son estrechas, y aún más con las letras inglesas. Es como si sus escritores hubiesen acatado con gusto el consejo shakespeariano: “Si mil hijos tuviera, el primer principio humano que les enseñaría sería abjurar de toda bebida insípida y dedicarse al vino de jerez”.

John Ruskin llegó a afirmar: “Considero justo y tolerable beber jerez desde que sale el sol hasta que se pone… Nelson el marino y Wellington el militar fueron grandes devotos del jerez…”

Una nueva página de esa vieja relación es la que escriben a la par el padre Francis Xavier Morgan Osborne y JRR Tolkien. El dinero proveniente de las bodegas pagó los sofisticados estudios que permitieron construir el complejo mundo de ‘El Señor de los Anillos’. En las bodegas del marco de jerez se dice que el incomparable aroma que produce la evaporación del vino es la parte de los ángeles. También era, y no lo sabíamos hasta ahora, la parte de los elfos. (Texto: Enrique García-Máiquez).

Francis Xavier y su hermano Augusto, mediados los años 20 del siglo pasado. (Foto: Archivo Osborne).

Casa de Augusto Morgan y Osborne, en la calle Nevería.

EL RELOJ QUE HEREDÓ TOLKIEN.
José Manuel Ferrández Bru, en su obra inédita que se encuentra en periodo de análisis por diversas editoriales, ‘La conexión española de J. R. R. Tolkien’ --a la que hacía referencia al principio de esta nótula de Enrique García-Máiquez-- escribe en el capítulo ‘Los último años’: «A la muerte de su hermano Augusto [Morgan Osborne] se complicó especialmente un asunto relativo a su herencia. Se trataba del la forma de hacer llegar su reloj (un reloj detradición familiar) a su hermano en Inglaterra. En esa época estaba muy restringida la posibilidad de sacarbienes o valores de España, de forma que la única manera de trasladar un objeto de valor como el reseñado, era llevándolo encima como si se tratara de una pertenencia personal. Francis Morgan escribió lo siguiente a su sobrino Antonio en una carta de mayo de 1933: "Es mucha bondad de tu parte tomar tanta molestia en cuanto al reloj y la cadena. Si de alguna manera pudieran ser traídos a Londres, algún amigo mío me los traería aquí. Esto podría hacerse muy fácilmente puesto que muchos amigos míos, y de los Padres, vienen de Londres aquí".


J.R.R. (John Ronald Reuel) Tolkien

Mientras se resolvía el tema del reloj, en las cartas que cruzaba Antonio Osborne con su tío en Birmingham, éste le comunicaba su idea de ir a Inglaterra puesto que ya "tenía casi convencidos a sus padres". Pero finalmente su deseo parece que no se hizo realidad y el enviado de la familia fue otro sobrino, el hijo de Rafael Osborne Guezala: Rafael Osborne MacPherson. Rafaelito, que es como se le conocía por entonces, fue el encargado de hacerle llegar el reloj junto con el crucifijo que había pertenecido a su hermana Isabel.

Firmas de nuestro protagonista español, como Francis Morgan y el familiar 'Tío Curro'. (Ilustración: Archivo José Manuel Ferrández).

A la muerte de Francis Morgan este reloj fue heredado por el mayor de sus protegidos, J.R.R. Tolkien, quien lo conservó en su estudio durante toda su vida y en más de una ocasión fue capaz de repararlo a pesar de la antigüedad de su maquinaria. La familia Tolkien llamaba al reloj ‘el flip-flap’ porque indicaba la hora girando las figuras como si fueran las páginas de un libro mientras emitía un leve ruido zumbante. Tras la muerte de Tolkien, el reloj fue heredado a su vez por su hijo mayor John, quien falleció en 2003, sin que se sepa cual fue el destino del reloj». (En la imagen, Tío Curro, ya de mayor).

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