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Tras algunas controversias surgidas en torno a la letra original y su correspondencia con la cantada en aquella grabación que conmemoraba cierto aniversario de la entidad, nos pusimos a trabajar para confirmar definitivamente el contenido de la partitura primitiva y su origen. La inestimable colaboración del Archivo Histórico de El Puerto de Santa María nos ha permitido llegar a las conclusiones que presentamos.

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El Racing Club Portuense, en una instantánea de 1933.

LA  MARCHA CUMPLIÓ 76 AÑOS EL PASADO FEBRERO.
Tenemos que remontarnos a la fecha del 11 de febrero de 1934. Tal día como ese, tenía lugar un destacado acto social en nuestra ciudad, encontrándose dos entidades de la talla del Racing Club Portuense y la Filarmónica Portuense, sociedad musical que surgió en 1932 y que contaba con la dirección de don José Luis Hernández Carvajal.

Durante esa celebración, tal y como recoge la Revista Portuense de aquellas jornadas, el presidente del Racing, don José del Cuvillo y Sancho, "Pepe Cuvillo" como era conocido entre los futbolistas y seguidores, impuso una corbata rojiblanca con la insignia del Club a la bandera de la Filarmónica Portuense al grito de "Rojo de pasión y blanco de fe", en referencia a los colores de la entidad. El director de la sociedad musical porteña, correspondió con la entrega de una banda que rezaba la frase "La Filarmónica Portuense al Racing Club".

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La Filarmónica Portuense, en Jerez, durante una visita a la Bodega Williams & Humbert, en 1935. A la derecha de la imagen, de paisano, el compositor Federico Castilla.

En esa misma celebración se estrenó la obra de Federico Castilla, compositor portuense y autor de numerosas letras que recoge una publicación editada en 1983, titulada: "Carnaval: Un siglo de historias del Puerto", realizada por J.I.Buhigas y Tily Santiago.

El músico portuense puso nombre a la composición, titulándola "La Marcha del Racing":

"Racing Club, Racing Club Portuense",
del deporte es el rey del balón,
que hace a todos luchar, compañeros,
bajo el más noble blasón.
Al cantar su marcha, unidos,
se hace fuerte nuestra voz
y es que el ritmo marcial de sus notas
llega a nuestro corazón.

Marchemos siempre unidos,
juguemos diligentes;
que sea nuestro partido
el que más tantos cuente.
Marquemos, animosos,
con fuerza, nuestro "shut".
Que todos digan, ¡Viva el Racing!
porque ha ganado nuestro club.

76 años después, la letra sigue invadiendo todos los rincones del José del Cuvillo cada dos semanas, como un guiño a una historia que no se debe olvidar.

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Primer concierto de la la Filamornica Portuense en 1.932, en casa de la madrina la Señorita Carmen Haupold:; figuran en primera fila de izquierda a derecha: los señores Hernández Zarco, Chorro, Garcia e Ibañez, en segunda fila; Valimaña, Sanchez, Hernández, la señorita Carmen Haupold, Javierre, Castroverde, Gurrea y Sevillano, en tercera fila, Péculo, Acosta, Castilla, Gonzalez Rascon, Sevillano, Zaragoza, Ramirez, Espinosa, Serrano y Garcia y cuarta fila, M. Gonzalez, (botones) Botubol, Vazquez, Pallares, Poullet, Ponce, Rodil, Pérez, Zarco, Martinez y Doll, al fondo; Díaz, el abanderado. (Pag. 137 del libro 'Carnaval: Un siglo de Historias del Puerto (1.836-1.936)'. De Tily Santiago y José Ignacio Buhigas)

El himno cantadao y con sutítulos, en Youtube.

El pasado tiene un enorme peso en la ideosincrasia del Racing Club Portuense, una entidad deportiva histórica en la comunidad andaluza, que supera la cifra de ochenta años de existencia y representación del deporte más seguido de la ciudad. El patrimonio histórico del Club, realmente valioso, se ve plasmado en miles de anécdotas, vivencias de varias generaciones portuenses, así como en numerosos documentos que andan perdidos entre cuadernos y papeles polvorientos de nuestros vecinos, imágenes únicas... no pueden caer en el olvido y es nuestra intención recuperar todo ese material en el  sitio oficial de la entidad. (Texto: Diego Patrón Aguilera).

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Lápida de la sepultura de D. Daniel, en la Sección 4ª del primer patio a la derecha, frente al N., letra M, número 54.del Cementerio Campal de El Puerto. Tiene una curiosa historia que contamos más abajo.

Cuando llegaba el día de la Virgen del Carmen, Elena Palacios Muñoz-Seca, desembarcaba, con toda su prole en la casa de la calle Nevería, donde todo el año vivía, con al menos tres muchachas de servicio, María Teresa Muñoz Seca, viejecita, soltera, pero que tuvo un novio de toda la vida con quien no se casó. El novio era Don Daniel Martínez García, natural de Ros (Burgos)  de donde vino a afincarse aquí, con su hermano Don Braulio. Terminaron por ser propietarios de infinidad de fincas rústicas y urbanas, que dejaron a varios conventos de Burgos y a unos sobrinos, y fueron poseedores de una magnífica biblioteca, que legaron a mi padre. Don Daniel, además, fue un erudito y un intelectual que se codeaba con los mejores intelectuales españoles y extranjeros del momento.

Don Daniel fue, también, Presidente de la Cámara Nacional de Comercio lo que lo distraía mucho tiempo por Madrid. Don Daniel tenía una tienda de ultramarinos y coloniales en la misma esquina de la calle Ganado con Vicario, que se llamaba "El Cañón", por uno enorme que había en la fachada, a modo de guardacantón. Don Daniel, en el fondo, como no tenía aquí más familia que su hermano Braulio, que le premurió; como era soltero impenitente; como pensaba que lo mejor era no dar la lata después de muerto, tenía previsto todo para el momento de su fallecimiento.

Por lo pronto, otorgó testamento ante Don Castor Montoto, el 28 de mayo de 1945, en el que decía que, desde el 23 de mayo de 1936 tenía una sepultura de su propiedad, en la Sección 4ª del primer patio a la derecha, frente al N., letra M, número 54, donde el otorgante tiene colocada su lápida. Y es que, previsor, Don Daniel Martínez García, como no pensaba que nadie le sobreviviera, se dedicó a sí mismo la sepultura. Y donde en todas las lápidas pone "Tu padres no te olvidan", o "Tu viuda no te olvida",  mandó poner escuetamente  esta dedicatoria: "ÉL". Y así puede verse en el cementerio campal de esta Ciudad.

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Dedicatoria de Pedro Muñoz Seca, de su obra 'La Nicotina' a nuestro protagonista. (Archivo L.S.A.).

María Teresa Muñoz Seca, por su parte, su novia de toda la vida, le sobrevivió. Como Don Daniel, que no lo he dicho, era tuerto y tenía un ojo de cristal, Don Pedro Muñoz Seca, que era el demonio, le escribió a su hermana, cuando se enteró del noviazgo, una postal, que yo alcancé a leer: "María, ¿tu crees que Daniel te mirará con buenos ojos?".

Don Daniel cerró sus ojos -- uno, al menos-- el día  4 de enero de 1947. María Teresa, que, en su lejana juventud le había jurado amor eterno, le guardó luto y ausencia y murió, con cerca de 85 años, en torno a 1964, en la casa de la calle Nevería, donde yo la veía todos los veranos, no bien desembarcaba Elena Palacios con su prole. (Texto: Luis Suárez Ávila).

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El pasado mes de abril nos ha dejado un conocido servidor de las barras y los bares de El Puerto, Manuel García Gómez ‘el Tabique’. Dicho apodo familiar lo  heredó de su padre, también de nombre Manuel, una persona muy conocida, corredor, rey del trueque, gañán y mil oficios mas en un El Puerto en el que había que buscarse la vida.

A nuestro protagonista, a Manolo, le hemos visto recorrer, dirigir y llevar barras y bares de El Puerto. Y donde comenzó con apenas 12 años en la hostelería, el Bar Vicente, con nótula núm. 014 en Gente del Puerto, acabó sus días profesionales, hasta su jubilación.

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El primero por la izquierda es Er Beti, seguido de Vicente Sordo (Hermano de Maximino) y que le da el nombre actual al establecimiento, a su lado está Antonio Valimaña Lavilla; el más pequeño de todos es Manolo García Gómez, Manolín 'el Tabique'  que trabajaba allí desde los 12 años. A la derecha, al otro lado de la barra, se encuentra Manuel Osborne Vázquez y por último, Campuzano, el camarero que está tras la barra a la derecha. (Foto: Colección V.G.L.).

tabique5_puertosantamariaEmpezó como hemos señalado en el Bar Vicente y allí continuó por espacio de bastantes años hasta que decide dedicarse a los servicios externos --lo que hoy se entiende por un cátering--. Luego vendrían el Bar El Faro, en la esquina de la calle Nevería con Palacios (donde hoy se encuentra una óptica, y que con anterioridad a El Faro albergó una tienda de montañés, de nombre ‘Tienda de la Sangre’ y más tarde el despacho de bebidas ‘La Viña’), el Bar Las Columnas, y es reclamado por Maximino Sordo para el remodelado Bar Central (obra del arquitecto Rafael de los Santos), donde sería Jefe de Barra, permaneciendo en dicho establecimiento hasta su cierre. (En la imagen, Tabique, durante el Servicio Militar en el Cuartel de San Fernando).

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Años antes de su remodelación, el Bar Central a finales de la década de 1950... con la lámpara de carburo, el armatoste de la radio, la máquina de café, el molinillo, el teléfono y el cartel anunciador de una corrida de toros, una que lidiaron 'Cardeño', Aparicio y 'Litri'. (Foto: C.M.P.H. Texto del pie de foto: Enrique Pérez Fernández.

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El Resbalón o Resbaladero, en una imagen reciente.

Maximino se lo llevó al Restaurante ‘El Resbalón’ o ‘Resbaladero’, la antigua lonja del pescado, donde sería uno de sus hombres de confianza y donde permanecería hasta el cese del negocio. Pío Baroja recrea una escena de su novela ‘El mundo es ansí’ en dicho establecimiento: «Estuvimos en la tienda del Resbalón. Figúrese usted, una especie de camarote pintado de amarillo, una mesa redonda, grande, en medio, y alrededor sillones de paja con el asiento inclinado, y de cuando en cuando unos gatos, que entraban por debajo de un tabique y se llevaban lo que podían. --¿Y que cenaron ustedes? --Unos platos de pescado frito y un caldillo de perro. --¿Pero como? ¿De perro? --Un guiso que aquí llamamos así.«

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En la imagen, podemos ver, entre otros, a Tabique con Martínez Alfonso, y el periodista Manuel Sosa.

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Otra imagen de aficionados taurinos, Tabique, Martínez Alfonso, Ullén, y los hermanos Mulero, que regentaban la Peña Taurina 'El Tropezón', en la calle Cruces.

Luego veríamos  a ‘Tabique’ en el Ermitaño, para montar con posterioridad un pequeño bar que regentó en solitario, donde hoy está el Bar 'el Corruquero', en la Avda. Micaela Aramburu, frente al bar de ‘Los Cristalitos’.

Vicente Sordo, que guarda un grato recuerdo de él ya que lo conoció de niño, y del que aprendió tanto en el plano de la vida como en el profesional, lo reclamó allá por el año 2002, permaneciendo en el Bar Vicente hasta su jubilación en el año 2008.

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Durante su úlitma etapa en el Bar Vicente. De izquierda a derecha, Vicente Sordo, Pedro Barba, Tabique, Antonio Ventura, Antonio Selma e Inmaculada González.

Falleció este discreto maestro de la hostelería hace apenas dos meses, víctima de una enfermedad que otrora se prodigó en una ciudad como El Puerto, de vinos y bodegas. Del color del melocotón se presentó una mañana por el Bar Vicente, le acompañaron al médico y al Hospital y, efectivamente, los tristes presagios se cumplieron cuando no le dieron a ‘Tabique’ más de un mes de vida.

Muchas historias de camareros, de la hostelería, de las noches porteñas, de confidencias detrás de un mostrador, de ser discreto ante conversaciones de nivel que se daban en su presencia, se han ido con este hombre  --diferente a la hora de entender su sexualidad-- pero respetado y querido por quienes le conocieron y trataron. (Fotos: Colección Bar Vicente).

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Oporto (Portugal).

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El Puerto de Santa María (Cádiz).

«…Pero por esta analogía tan singular de ambos espíritus que nos descubrió el terremoto, no se me olvida la otra felicísima que tuve el honor de anunciar a V.S. a que también dio la idea el mismo temblor de tierra. Expuse entonces la semejanza de esa Ciudad con esta, por razón de su ANTIGÜEDAD, su NOMBRE, su COMERCIO, sus ARMAS y su PATRONATO DE LA VIRGEN. De manera que, según infería entonces, en todo el mundo se encontraría similitud igual para el PUERTO DE SANTA MARÍA, como la que tiene el PUERTO DE SANTA MARÍA con la NOBILÍSIMA CIUDAD DE OPORTO, a quien por lo mismo anunciaba el más feliz patrocinio, que experimentó esta, y en efecto sucedió así, pues siendo el asilo de los prófugos de otras partes, pudo ostentar el Refugio peccatorum de su Reina.

Pero no tuve presente entonces la dominación, que dieron los astrólogos, sobre entrambas Ciudades al signo de Piscis. Acaso la perfecta situación de ambas ciudades en tierra firme, gozando ambas de la vista del océano, y ambas de un río (el Duero y el Guadalete) que con su orilla derecha las baña, les haría suponer que, así como la tierra, el Cielo, que las dominaba, era uno mismo. Pero si discurrimos que la igual dominación de Piscis fue alusión del futuro Patronato de la Virgen sobre ambas ciudades, jamás los ASTRÓLOGOS habrán andado más ASTRÓNOMOS. Dejaron estampado en cifras y caracteres misteriosos aquella brillante exaltación de VENUS en esta Casa, o signo del Zodíaco, dominador de ambos puertos, a quien no ocupaba planeta alguno visible en la hora del terremoto. Transformose, pues, según vemos, aquella porción de Cielo en AURORA, y la Casa y Signo de Piscis en TRONO Y CASA AUGUSTA ya no de Venus, sino de VIRGO.

terremotos_juanluisroche1756. Portada de la obra Nuevo systhema sobre la causa physica de los terremotos explicado por los phenomenos electricos y adaptado al que padecio España en primero de noviembre del año antecedente de 1755. Su autor Fray Benito Geronimo Feijoo y dedicado a la Academia Portopolitana por D. Juan Luis Roche. Puerto de Santa María. Casa Real de las Cadenas. Tomo 4º de Papeles Curiosos del Doctor Pariente. Fondo Antiguo de la Biblioteca Pública.

Tampoco tuve presente (Venerable Teatro de las Ciencias) que la ciudad de Oporto desde el año 982 de su última reedificación se llamó TIERRA DE SANTA MARÍA, así como esta PUERTO DE SANTA MARÍA. En efecto, parece que los fidelísimos portuenses han tenido muy presente esta noticia, cuando ya vienen las cartas firmadas con el glorioso epíteto de Civitas Virginis. Ojalá que en los muelles de ambas ciudades, entonando el Ave Maria Stella, a que también alude la correspondencia de Piscis con las aguas, se elevase una COLUMNA a tan gran protectora, que por signo de nuestro agradecimiento tuviese por lema aquellos versos del Himno de la Virgen que ocurrieron a cierto docto y erudito sevillano: Vitam datam per Virginem,  /  Gentes redempta plaudite.

Veis aquí, pues, la fuente perenne de donde fluyen y manan vuestras ternezas, oh discretísima nobleza erudita!  Qué mejor signo podéis apetecer que el Signum Foederis que, descubierto en el Cielo, domina hoy esa TIERRA DE SANTA MARÍA? Qué aguas cristalinas y qué leche o miel virginal no os podrá producir una tierra VIRGEN? …»

(De la dedicatoria por Juan Luis Roche a la Academia Portopolitana del Nuevo sistema sobre la causa física de los terremotos de Fray Benito Genónimo  Feijoo. Impreso en El Puerto de Santa María, en la imprenta de la Casa Real de las Cadenas, en 1756)

Nuestro agradecimiento a José Ignacio Buhigas, que nos ha facilitado el extracto del documento.

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Entrevista publicada en Diario de Cádiz, en el año 2000, a Manuel Jarque 'Chicharito'.

--A falta de dos meses para la feria  ya tiene montada su caseta, que regenta este año su hijo Juan Antonio. ¿no está usted ya muy harto de la feria ?
--Por supuesto, los años no perdonan y ya estoy mayor para tanto jaleo.

--Resúmame en dos frases su vida.
--Desde los 14 años y hasta mi jubilación trabajé en el Ayuntamiento. Durante 60 años he estado en el Portuense como masajista.

--Y ahora ¿qué le une al Rácing?
--Pues toda una vida ¿le parece poco? Ahora mismo sigo estando disponible para toda la ayuda que haga falta al club de mis amores.

--Para que el Racing Portuense ganara una copa de la UEFA usted sería capaz de…
--¡¡Todo!!, pero de verdad, todo. Por ahora nos tenemos que imaginarlo en la 'pleiesteichon' de mi nieto.

--Pues pida usted otro deseo que quiera que se convierta en realidad.?-
--Pues que el actual presidente nos dure muchos, muchos años. Me refiero por supuesto al presidente del Racing, José Cuevas.

--¿El ascensor futbolístico este nos llevará a la planta segunda, la segunda b?
--Por supuesto, vamos para arriba. El año que viene estaremos en 2ª B y ya veremos si logramos estar en la 2ª A. Lo que también espero ver con mis ojos es el nuevo estadio, el que merecemos. Por cierto, cerquita de la Feria.

--Supongo que le gustará la ensaladilla con chícharos, con muchos chícharos.
--Sin duda, está riquísima, los chícharos dan un sabor requetebueno. Los chícharos es que están buenos con todo, y se llevan bien con todo.

--Y los 'chicharitos' se llevan bien con todo el mundo
--Con la buena gente al menos, sí.

--¿Cuando sale la primera ración de menudo? Ya mismo.
--La primera olla está a punto de llegar de mi casa y estará para chuparse los dedos. La Feria  ya la hemos inaugurado a nuestra manera.

Ver nótula núm.  292 de  Manuel Jarque 'Chicharito', en Gente del Puerto.

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El Pregón de 1995 fue ofrecido, conjuntamente, por Juan Ignacio Varela Gilabert, Manuel Martínez Alfonso, Serafín Álvarez-Campana Gaztelu, Francisco del Castillo-Merino Tellería, Juan Durio Siloniz, Luis Suárez Ávila, Enrique Pedregal Valenzuela, Jesús Nogués Ropero, Antonio Muñoz Cuenca y Juan Villarreal Panadero.

pergamino_HELOLIBO-puertosantamariaEl Pregón de la Hermandad del Olivo --el pregón oficioso de la Feria de Primavera-- se viene pronunciando, de forma ininterrumpida desde hace 29 años. Al principio se celebraba el domingo anterior a la fiesta, al mediodía, siendo el primer pregonero Juan Ignacio Varela Gilabert, en la primavera de 1981. Desde entonces, y hasta nuestros días, Manuel Martínez Alfonso, Serafín Álvarez-Campana, Paco del Castillo, Venancio González, Francisco Castilla, Juan Villarreal, Juan Durio Silóniz, el recordado Agustín Merello, Luis Suárez,  Enrique Pedregal y Jesús Nogués, Antonio Muñoz Cuenca, Inmaculada Cáliz, Antonio León Manjón, Enrique Víctor de Mora, Modesto Barragán, Pedro Payan, José Luis Zarzana, José Manuel Castilla, Emilio Flor, Francisco Andrés Gallardo, Fernando Durán y Luis Ortega Fernández, Marco Antonio Gómez, Gabriel Álvarez y Mario Prieto Nieto en la última edición, han pregonado durante 28 ediciones la Fiesta del Vino Fino. (A la izquierda, pergamino que se enterró en el suelo de la Caseta de Helo-Libo).

rafa_navas_helo-liboEsta noche, a las 21:30 Rafael Navas Renedo, Director de Diario de Cádiz, (en la imagen de la izquierda) presentará una interesante propuesta de anuncio de la Feria, donde el periodismo, sus vivencias de la Feria, la familia, los amigos y la idiosincrasia portuense deleitarán a cuantos tengan el privilegio de escucharlo en directo. (Más información en el Blog del Pregonero de la Feria).

ENTIERRO DE LA PRIMERA BOTELLA DE FINO.
El 17 de mayo de 1981, --hace 29 años-- en el nuevo emplazamiento de la caseta de Helo-Libo, en el Real de la Feria en Las Banderas, tuvo lugar a la una de la tarde el entierro de una jarra bodeguera, sellada, con media botella de Fino Quinta, un ejemplar de Diario de Cádiz de la fecha y monedas de curso legal, a modo de primera piedra casetera o cápsula del tiempo. Mas adelante, con un cambio de emplazamiento de la Caseta, habría traslado en procesión, del que queda constancia en un documento de video, animado con unas décimas de Paco del Castillo.

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En la fotografía, firmando, Antonio Herrero, detrás el alcalde, Antonio Álvarez Herrera, Juan Fernández, Casimiro Rodríguez y Eugenio Pedregal, entre otros que no reconocemos. (Foto Rafa).

El pergamino que daba fe de todo ello y que se encontraba dentro de la jarra iba firmado, en representación de las autoridades locales, por Antonio Álvarez Herrera, alcalde de la Ciudad y el concejal de Cultura, Antonio Muñoz Cuenca. Por Diario de Cádiz, la periodista Tily Santiago, un representante de Bodegas Osborne  y por la Hermandad del Olivo, Eugenio Pedregal, Luis Ortega, Ana María Ortega, María Luisa López, Adolfo Ortega, Jesús Nogués, y otros cuya firma no es legible. En el pergamino se deja constancia, para las generaciones venideras, de la ubicación de la Caseta

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En esta imagen, aparecen Jesús Nogués Ropero, Casimiro Rodríguez leyendo el pergamino, José María Morillo (con barba), Enrique Ortega Simeón portando la jarra bodeguera y Antonio Álvarez. A la izquierda el trípode de obra que marcaba el sitio donde se enterraría la media botella, con un lazo con los colores de la bandera de España. (Foto Rafa).

Nótula elaborada con información facilitada por Francis Dueñas Crespo.

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portada_ritogeografiacanteUna colección de 'incunables' audiovisuales sobre el cante flamenco. Considerado como el mejor programa flamenco de la historia, 'Rito y geografía del cante' es fruto de una exhaustiva exploración del cante flamenco que, cámara en ristre, realizaron equipos de Televisión Española (TVE) entre marzo de 1971 y octubre de 1973. Para ello, fueron visitadas casi una treintena de localidades de Andalucía, Salamanca, Barcelona, Extremadura, Toledo, Murcia y Portugal, en las que fueron entrevistados ciento ochenta y seis cantaores, trece grupos folklóricos, cuarenta y siete guitarristas, trescientos trece palmeros, bailaores y aficionados. Además, se mantuvieron más de doscientos encuentros y reuniones con flamencólogos, músicos, historiadores, antropólogos y aficionados. Y, consecuentemente, esta colección de “incunables” en imágenes recoge inolvidables escenas del cante protagonizados por las mejores figuras que son y fueron en el mundo del flamenco.

En El Puerto y la zona, colaboró Luis Suárez Ávila, que en agosto de 1973 aparece entrevistado en el primer video de los cuatro que presentamos, por José María Velázquez Gaztelu.

LUIS SUÁREZ ÁVILA. Los Romances de El Puerto. 1973 y otros.
La labor desarrollada por el investigador, Luis Suárez Ávila, sobre los romances antiguos y los gitanos de Los Puertos, tiene un valor inmenso, y así lo entendieron los responsables de la serie de televisión española, "Rito y Geografía del Cante" en el año 1973, cuando lo seleccionaron como asesor de los cantes primitivos sin guitarra.
Aquí tenemos algunos de esos cantes primitivos sin guitarra interpretados por las gentes del Puerto de Santa María: El Negro del Puerto, Ramón Medrano, Alonso del Cepillo y Jeroma la del Planchero.

ALONSO EL DEL CEPILLO. Romanceando. 1973.
El gitano de El Puerto de Santa María, Alonso el del Cepillo, relata los romances que aprendió de chico en su tierra. Pertenece a la serie de televisión española, "Rito y Geografía del Cante" y se grabó en 1973.

JEROMA LA DEL PLANCHERO. Y un pregón. 1973.
La gitana de El Puerto de Santa María, Jeroma la del Planchero, no puede tener más gracia y salero gaditano. Les cantó este pregón a los chicos de la serie de televisión española, "Rito y Geografía del Cante".

TÍO ALONSO DEL CEPILLO Y EL NEGRO DE EL PUERTO. Romances. 1973.
En la serie de televisión española, "Rito y Geografía del Cante" se recogieron estos romances de los gitanos del Puerto de Santa María, Alonso el del Cepillo y el Negro del Puerto. (Texto: Porverita).

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De izquierda a derecha, Lola Muñoz, madre de los Nimo (José Luis, Ramón y Lola); Maruja ‘la del Puesto’ (tenía una pequeña tienda de primera necesidad); desconocida; Milagros González Tinoco, 'Güindate' (suegra de Miguel González, de Espumosos Valdelagrana, con nótula 351 de Gente del Puerto); Milagros Gómez Barroso, gran maestra costurera, conocida como ‘La Ceferina’ por su relación con los Ceferinos, del desaparecido Bar El Refugio, que estaba en la calle Ganado, donde hoy Muebles Palomino, y que tiempo atrás fue un café-cantante); Carmela ‘la de Titi el Carpintero’ (vivía en la calle Santa Clara); Angelita Ramírez, otra gran maestra costurera, que tenía el taller en la calle Cielos 64, antiguo, esquina casi con Cervantes, madre del respostero Pepe Mesa, con nótula núm. 242 en Gente del Puerto. Estaba especializada en trajes de cristianar, de comunión y de bodas); desconocida y Consuelo Moreno.

maquina+coserEn aquellos años del primer tercio del siglo XX no existían tiendas de moda, ni grandes cadenas de tendencias. En las casas se cosía en solitario, o en grupos, dirigidos por una maestra. Allí se decidía cual era la moda femenina a seguir en El Puerto de 1928, año en el que está fechada la fotografía, tendencia que se seguía a través de revistas  y periódicos o copiando prendas que llegaban del exterior. La fotografía está tomada en la casa donde estaba el refino de Lolita y Serafina, en la calle Luna.

Las niñas, con 11 o 12 años entraban como aprendizas en los talleres de costura, sin cobrar. En unos casos aprendían corte y confección, en otros se profesionalizaban en el mismo taller o se establecían por su cuenta, en sus casas, algunas alcanzando la categoría de oficialas, o ya como maestras. Eran tiempos en los que las niñas no iban al colegio, en las casas aprendían a cocinar y las tareas domésticas y el hecho de colocarse de aprendiza era todo un privilegio.

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La casa donde se encontraba el Taller de Costura, en el número 57 actual de la calle Luna, donde estuvo durante muchos años la tienda de Tejidos La Concepción, propiedad de José González Vacas, último propietario, que estuvo al pié del cañón hasta casi el final de su vida y con él se cerró el negocio y se reformó la finca con el aspecto que hoy presenta. El local era conocido como el Refino de 'Lolita Serafina', (Dolores García de Quirós) casada con Vicente Acal, primeros dueños de la tienda de tejidos. Este matrimonio al no tener descendencia, le traspasaron o cedieron la tienda de tejidos a José González Vacas, antiguo trabajador de la misma y más conocido como Pepe Vacas, hijo de José González y María Vacas, antigua sastresa, que vivían al principío de la calle Zarza.

Nuestro agradecimiento a Pepe Mesa, por su aportación tanto de la fotografía  principal que ilustra esta nótula, como de los datos de identificación de la misma.

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Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia. 1932. Reparto de pan y comestibles del catecismo parroquial, costeado por el Ayuntamiento y un benefactor del que hemos hablado en la nótula 185, de Gente del Puerto, Elías Ahuja y Andria.

Fila superior, de izquierda a derecha: Carlos Terry del Cuvillo; el secretario de Elías Ahuja, Teniente Durio; Luis Pérez Pastor; ¿Eduardo Ruiz Golluri?; desconocido. Sentado entre las damas, el arcipreste Nuñez Galván.

Las señoras o señoritas son, Margot Arvilla, Julia Arvilla, Emilia Suárez, Carmen Pérez Pastor, Milagros Terry, Encarnación García de Valdeavellano, Josefa Terry, María Paullada, Isabel Velázquez, Maruja Paullada Varela, Magdalena Pérez Pastor y Julia González Nandín.

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calledesansebastian_puertosantamariaHoy 28 de abril se cumplen 485 años  de la formalización oficial del culto a San Sebastián, como copatrono de la Ciudad, junto a San Francisco Javier y a la Virgen de los Milagros. Desconocido para muchos, durante la Edad Media y debido a la epidemia de peste que afectaba a El Puerto, San Sebastián fue considerado como “santo abogado de los contagios”, celebrándose una fiesta religiosa en su honor, sustentada por una cofradía y una ermita, lo que da una idea de la importancia que tuvo para aquel Puerto del siglo XVI. Si bien los orígenes del patronazgo de San Sebastián se remontan a finales del siglo XV, no será hasta el año 1525, cuando se consolida el culto del santo. El culto a San Sebastián es muy antiguo, siendo considerado como el Apolo cristiano, al ser uno de los santos más reproducidos por el arte en general. Un santo, que fue martir muriendo asaeteado por  flechazos y que es considerado por algunos como el patrón de los homosexuales. Celebra su santoral el 20 de enero. (En la imagen, azulejo del siglo XVIII, de la calle San Sebastián esquina con calle Cruces).

Para el periodista José Pablo García Baez, «Según un acuerdo capitular fechado el viernes 28 de abril de 1525, contiene una noticia basada en cuatro puntos, que nos hace pensar que este año fue oficialmente formalizado el culto a San Sebastián. Los cuatro puntos trataban del eje principal del culto y su fiesta eran éstos: la existencia de una Capilla de San Sebastián, la existencia de una cofradía en su honor, la celebración de la fiesta y el voto de la ciudad para la celebración de ésta. La devoción por este mártir era enorme en este siglo XVI. Llegaba a tal extremo, que en el mencionado acuerdo anterior, el mayordomo de la cofradía pedía a la ciudad que para evitar los tumultos que se formaban en la fiesta de San Sebastián, sólo concurrieran a la procesión los cofrades del santo.

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Manuscrito del siglo XVI

Ésta se comenzó a realizar para pedir el cese de la fatídica peste que asolaba a la ciudad en la Edad Media. Don Fernando Valdés, en nombre del Cabildo Municipal, hacía esta singular petición: “que los curas y clérigos hagan procesión  el día de San Sebastián y celebren su fiesta y la de San Roque gratis como se solía hacer pues se hace por la salud y bien público”. Con esta curiosa misiva, la Ciudad se curaba en salud, y nunca mejor dicho, e invocaban de esta forma a San Sebastián y San Roque, abogados en los contagios.

oterocruces_puertosantamariaLa Cofradía de San Sebastián, fundada a principios del siglo XVI, continuaba con la ermita que tiempo antes había comenzado a utilizar para el culto de su titular, pero hasta cierto punto mediatizada por la ciudad que consideraba como suyo todo lo que tenía que ver con el patrono. Ésta ermita, situada en lo que hoy conocemos como la barriada Durango, y en la que todavía se encuentra una cruz de ésta, se encontraba en mal estado y necesitaba un arreglo urgente.  Para el seguimiento de estas obras y para darle mayor solemnidad a la fiesta, se creó la figura de los hermanos mayores y el mayordomo.

En el Cabildo de 2 de enero de 1611 se nombró como hermanos mayores a Antonio del Rico Abano y a Tomás de Quirós. A pesar de que la ciudad aportaba el dinero para gastar en lo que fuera necesario, además de sufragar el gasto de reedificación, la hermandad quería desligarse y emanciparse del municipio, pero no había ocasión. Ya entrados en el siglo XVII, la cofradía pierde su fuerza en la Ciudad, y poco tiempo después, desaparece. Esta circunstancia, junto a que no existía patrono en la Ciudad, daban derechos plenos a la ciudad sobre el culto y la fiesta del mártir. (En la imagen, la cruz de la Ermita de San Sebatián, que aun se conserva en el lugar donde fue construida ésta, y en los terrenos aledaños donde más tarde habría un Hospital de Mujeres).

Estando la capilla de San Sebastián en obras, y la Iglesia Mayor con dos naves caídas y una tercera amenazando, la fiesta en honor al santo tuvo que celebrarse en el Monasterio de la Victoria, de la que era patrón el Duque de Medinaceli, señor de la Ciudad. Los patios del Monasterio fueron testigos de la procesión solemne, la misa cantada y sermón. Entre tanto, la obra de la capilla iba adelantando y se instalaba la efigie de su titular.

Juan-Francisco-II-Tomas-de-La-Cerda_8oDuque-de-MedinaceliLa devoción en El Puerto era creciente, y se creyó a bien comprar unos terrenos anejos a la ermita para su ampliación. Por siete reales, la Cofradía de las Ánimas vendió sus propiedades. Esta compra se convirtió en los cimientos de una muerte anunciada para el culto religioso en la ermita de San Sebastián. Este amplio terreno despertó el deseo de varios fundadores de monasterios y hospitales, y su ocupación por parte de éstos no tardó en ocurrir.

En este caso el antojadizo fundador era el capitán general de la Mar Océana, y señor de la Ciudad, Don Juan Francisco Tomás de la Cerda. Este señor se convertiría una auténtica amenaza para el culto de San Sebastián y su ermita. Anteriormente había dejado sin bienes a la cofradía de la Santa Misericordia. Y en sus trece por construir un hospital de mujeres, pidió al Ayuntamiento la capilla del patrón. (Retrato de Juan-Francisco II Tomás de La Cerda y Enríquez de Ribera, Marqués de Cogolludo y 8º Duque de Medinaceli (1637-1691); obra realizada por Claudio Coello. El 8º duque llegaría a ser el primer ministro del rey Carlos II, sucediendo a Don Juan-José de Austria y precediendo al conde de Oropesa al frente del Gobierno de una España mortificada.).

En 1696 se fundaba mediante escrituras públicas el hospital de Nuestra Señora del Amparo, gracias a las aportaciones que una importante aristócrata de la Ciudad hizo en favor de la creación de las enfermerías necesarias.

virgenmilagros_miniatura3_puertosantamariaEn el siglo XVIII el culto disminuyó  considerablemente. Varias son las causas que justifican este descenso de la devoción en la Ciudad por el patrono San Sebastián. Por una parte, la devoción popular giró en torno a la Virgen de los Milagros; por otra parte, cada vez más, San Francisco Javier, copatrono de la ciudad, tenía mas adeptos entre la feligresía. Además, la fiesta en su honor, ganaba solemnidad y aceptación; por último, los votos a Nuestras Señora de la Merced por la liberación en 1702 de la invasión angloholandesa, y la Santa Cruz por la desaparición de la peste.

En el siglo XVIII hubo un intento de recuperación de la capilla y el hospital de San Sebastián, para el establecimiento de un nuevo hospital de mujeres. Entonces tres sacerdotes portuenses fueron al Concejo de Castilla en solicitud de permiso para la fundación de un hospital de mujeres, que vería la luz tras ocho años de litigio.

flagelacion_puertosantamariaPoco a poco el patrono San Sebastián ha ido perdiendo peso específico en la historia de la Ciudad, hasta llegar al desconocimiento por parte de gran número de portuenses. Nada se sabe de la imagen primitiva, ni siquiera si pudo haber más de una. Lo cierto es que actualmente la ciudad carece de una imagen de un San Sebastián para el culto, a pesar de ser patrono de la misma.

Bien es cierto que un estudio de restauración llevado a cabo por los restauradores Enrique Ortega y Rosa Cabello hace ahora 14 años, se concluyó que la imagen del Cristo de la Flagelación posee una talla de un San Sebastián. Como explica Enrique Ortega: «las  representaciones de Cristo azotado aparecen atadas a la columna con las manos por delante, para tener la espalda libre para recibir los latigazos. Este Cristo tiene las manos atadas a la columna con las manos por detrás, y además presenta numerosas heridas en la parte delantera de su cuerpo». Por tanto podemos afirmar que el Cristo de la Flagelación representa iconográficamente la imagen de San Sebastián. Lo que no puede afirmar el restaurador es la procedencia de esta talla. (En la imagen de la izquierda el Cristo de la Flagelación, que se venera en la Parroquia de San Joaquín).

Así, no se puede desvelar si este Cristo pudo pertenece algún día a la Cofradía de San Sebastián, si procesionó por las calles de El Puerto como patrono de la Ciudad, o si alguna vez estuvo expuesto en la capilla que ocupaba lo que hoy es el final de la calle San Sebastián. Sólo las investigaciones y el paso del tiempo podrán responder a estos interrogantes».

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fraciscojavierpaullata_puertosantamariaFrancisco Javier Pauyata Estévez, nació en El Puerto el 11 de Septiembre de 1954 hijo de Manuel Paullata Serrano e Isabel Estévez Cáceres. La familia vivía en la calle Aurora, frente a la puerta de entrada de la desaparecida Fábrica de Botellas, conocida por VIPA. Cursó sus estudios en el Colegio de la Sagrada Familia, siendo un gran aficionado al fútbol llegando a jugar en el equipo del San Marcos, cuyo entrenador era Ricardo Palacios Mena, siendo compañero de Enrique Montero. Paullata fue uno de los pilares de aquel inolvidable C.D. San Marcos.

Desde muy pequeño se dedicó al gremio de la hostelería, empezando con su padre en un kiosco que tuvo donde hoy está el Bar La Ponderosa, trasladándose, cuando se empezaron a construir los bloques al lugar donde actualmente se encuentra la Comisaría de Policía, colindando con el antiguo Campo de Fútbol del Racing, el Eduardo Dato.  Allí acudía con frecuencia un hermano del padre de Javier, Salvador Pauyata de profesión jardinero, que con sus ocurrencias alegraba el ambiente y hacia olvidar que el día siguiente era lunes…

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El kiosko situado en los actuales terrenos de la Comisaría de Policía, junto al campo del Rácing, entre las Avdas. Eduardo Dato y de la Legión, como se denominaban en 1970. (Foto: Colección Mata).

Ya en su mayoría de edad se estableció por su cuenta en la Cervecería El Carmen que estaba en los bloques frente al Resbaladero y de allí se trasladó al Camino de los Enamorados donde tuvo en arrendamiento El Otro Tendido, donde estuvo durante 4 años.

Hace 29 años, en 1981 trasladó su negocio al actual Bar Triana, en régimen de arrendamiento por periodos, hasta la fecha. El Bar Triana perteneció la familia conocida popularmente como los Giles. Eusebio Pérez Gil de Reboleño heredó dicho bar, y después de regentarlo bastante tiempo junto a su esposa, lo alquiló a Francisco Javier Pauyata Estevez, después de que el padre del mismo falleciera. Los actuales propietarios del local son María Fernández Calderon, Vda de Eusebio Pérez e Ignacio Pérez Fernández.

De aquellos años, cuenta un antiguo parroquiano del Triana, Francisco Bollullo Estepa: «En los años 65 a 69, tuve la oportunidad de acudir al Bar Triana, sobre todo los domingos, después de acompañar a nuestras novias a casa. Allí nos reuníamos los amigos a tomar alguna copa y hablar. Recuerdo con placer la gracia que tenía Eusebio, que era sevillista cuando se ponía a discutir con algunos de los parroquianos, las virtudes del Sevilla y los defectos del Betis.Las personas que frecuentábamos el Bar Triana éramos: Vicente Peris Tey, Juan Pedro Horrillo Vega, José Velázquez Monís, Manuel Rodríguez Tey y yo mismo. Allí conocimos a Emilio Lubián, funcionario municipal; Alberniz, que trabajaba en un taller de Artes Gráficas y un jubilado setentón que por un defecto en una pierna usaba bastón con mucho garbo. Por cierto que este señor, que en aquella época presumía de republicano y antifranquista, Eusebio le gastaba alguna que otro broma poniendo en evidencia su ideología».

El bar Triana sigue siendo muy popular entre la gente del carnaval ya que, servía como lugar de ensayos de algunas comparsas y chirigotas y en la esquina de las  San Bartolomé y Federico Rubio había un tablao durante dichas fiestas. Actualmente lo usa como local de ensayo la famosa comparsa porteña de Los Majaras que para el Carnaval de 2011 se llamará 'Al volver de los ensayos'. Contará de nuevo con la letra de Antonio Rivas, música de Pepito Martinez y la dirección de Pedro de los Majaras. También repetirá el mismo grupo.

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Ganadores del Campeonato de Dominó del año 1987. De izquierda a derecha, Juan Merino, desconocidos,  José Arjona Acal 'Pepón',  Rafael 'Tapaculo' y  Francisco Soto Ruiz

El bar siempre ha tenido muchas actividades de juegos de mesa tales como mus, dominó, (nótula 317. Trofeo Dominó Peña Triana 1982), ronda (nótula 470 Campeonato de Ronda en el Bar Triana 1994), etc. de los cuales se han celebrado comentados campeonatos. Caso curioso de este establecimiento de hostelería es que casi toda la clientela se conoce por sus apodos, siendo raros lo que se saben los nombres completos. El hijo mayor del arrendatario del Triana, Javier Pauyata Garay ha crecido toda su vida junto a dicho establecimiento.

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Fotografía tomada a principios de los años 60 del siglo pasado en un Fin de Año. De izquierda a derecha: Milagros Castro Utrera, Manolito ‘el Cochino’, Juan Luis Carrillo Lucero y su esposa, María del Carmen Álvarez Serrano, conocida por ‘Puchi’ hija de Rafael Álvarez y cuñada de Ricardo Palacios Mena, de Vulcanizados Ricardo SL, fallecida recientemente.

Algunas veces entro en Gente del Puerto, y me gusta curiosear sobre los comentarios que he hecho sobre determinadas personas. Al entrar en la nótula de Don Manuel Gutierrez Morillo, he visto en una fotografía que está Manolo con su esposa Milagros y Juan Luis Carrillo Lucero con la suya.
Pero, después de vista la fotografía en la que aparece Milagros Castro Utrera, bella mujer, mi mente me trae recuerdos de cuando, esta señora tuvo el puesto de pescado en la Placilla.
El puesto era un primor, sólo se abría por la tarde, estaba decorado con unas cestas de mimbre adornadas con verduras y en ellas colocados con gran delicadeza y buen gusto salmonetes, lenguados, acedías de Sanlúcar, pijotas de Quinitra, etc, y Milagros en el centro con su sonrisa aconsejándonos a los que comprábamos, que lástima que Juan Lara no pasase por allí, hubiera pintado un bodegón extraordinario.
Hago este comentario, porque a mi juicio, creo que no sería justo en alzar solo la figura de Don Manuel, porque al tratar a Milagros su forma de vender, su talante de buena persona, su honradez, tratando de vender no lo más caro, sino lo mejor, hago la reflexión que detrás de un buen hombre, había una gran mujer y Milagros lo fue.
Que lástima que de forma prematura y cruel dejara huérfana a su familia.
Por eso Don Manuel, permítame que nuevamente que brinde con Vd. y levante una copa imaginaria por Milagros. (Texto: Francisco Bollullo Estepa).

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Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘el Cochino’; su esposa Milagros Castro Utrera, , María del Carmen Álvarez Serrano, conocida por ‘Puchi’ hija de Rafael Álvarez y cuñada de Ricardo Palacios Mena, de Vulcanizados Ricardo SL y su esposo Juan Luis Carrillo Lucero,  con un grupo de amigos en el mismo sitio y año de la fotografía anterior.

rafaelalberti_xxx_puertosantamariaEl autor del libro De cuando Vargas Llosa noqueó a Gabo y otras 299 anécdotas literarias,  Luis Fernández Zaurín, considera  que "el género del anecdotario es habitual en la literatura anglosajona, pero raro en nuestra literatura" y por esa razón decidió recopilar en un libro anécdotas de autores clásicos y de escritores contemporáneos. El texto incluye las circunstancias que rodearon al poeta  Rafael Alberti Merello (El Puerto 1902- ibídem 1999) cuando su nombre sonó como posible Premio Nobel Literatura.

TREINTA VINOS EN ROMA.
En 1972 pensaron en Rafael Alberti para el Premio Nobel de Literatura. Fernández Zaurín cita al abogado, empresario y militante del PCE Teodulfo Lagunero, amigo de Alberti, que en aquella época vivía en Roma, en el Trastevere -de su casa colgaba un letrero que rezaba: "No se hacen prólogos", aunque luego siempre atendía a sus interminables encargos . El escritor porteño al principio estaba emocionado con la distinción, pero cuando ya estaba todo preparado empezó a cuestionarse "qué se le había perdido en Suecia, que cómo iban a entender los suecos Marinero en tierra y su gracia gaditana".

luisfernadnezzaurinLe concedieron otro premio que se recogía en la propia capital italiana, en la que le regalaban una treintena de botellas de vino y decidió no volar a Estocolmo, lo que terminó de enojar a la Academia Sueca. Ese es el motivo, según Lagunero, y no su militancia comunista como siempre se ha pensado, lo que le dejó sin Nobel de Literatura.

De todas formas, se desconoce cuánto le hubiera durado a Alberti el galardón, al menos en términos económicos. En su libro de memorias La arboleda perdida desvela que cuando le concedieron el Premio Nacional de Poesía, se gastó 4.000 de las 5.000 pesetas que le dieron invitando a helados, durante muchas tardes, a amigos y conocidos.

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Passio Domini Nostri Iesuchristi, secundum Portum Menesthei.

"In illo tempore", cuando los naranjos empezaban a estar en flor, las repartidoras de las modistas, con sus cajas de madera, cubiertas de gutapercha y sus asas de cuero, invadían, como locas, las calles, y, en la Prioral, se distribuían, a diestro y siniestro, las dalmáticas del Nazareno, teníamos por seguro que el siguiente domingo era Domingo de Ramos.

capiroteY no había pregón, ni concursos de saetas, ni conciertos de marchas procesionales, ni presentaciones de carteles, ni de revistas. Pero lo cierto es que se barruntaba la Semana Santa por medio de una serie de acontecimientos mayores, menores, con cuerpo o inmateriales,  pero rigurosa, cíclica y puntualmente repetidos.

En las casas el ritmo lo marcaba el trasiego de roperos, el planchado de las túnicas, la preocupación por estrenar traje el Domingo de Ramos, encargar el pan y la miel para las torrijas y la leche entera para el arroz con leche, ir a la Imprenta de Pérez para que Valentina te tomara la medida del cucurucho de cartón, acudir al "Miserere", al Oficio de Tinieblas, al Vía Crucis de Acción Católica con el Cristo del Amor...

Todo empezaba a oler a muerte y desolación, a penitencia y a arrepentimiento con las conferencias cuaresmales del Padre Rodríguez, S.J. A partir del Viernes de Dolores, en los retablos no se veía una imagen. Todas estaban cubiertas con velos morados y las mesas de altar, desprovistas de sus manteles y sus flores. Las hermandades comenzaban a limpiar los enseres y la Archicofradía del Santísimo Sacramento sacaba, de la bóveda del corral de la Iglesia, los bártulos que sirvieron de túmulo para los funerales de Felipe V, de Fernando VI o de Carlos III, y, en la capilla de Virgen de los Milagros, se aprestaba a montar el monumento del Jueves Santo.

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La Guardia Municipal de gala, en un cortejo procesional. (Foto: Archivo Municipal).

PUESTA A PUNTO.
Se engrasaban las matracas de los campanarios; se trasladaban los pasos a las iglesias, desde bodegas, garajes y naves; se dictaba un bando por la alcaldía sobre ruidos, inmovilización de vehículos y cierre de salas de cine y espectáculos desde el medio día del Jueves Santo hasta el Sábado de Gloria; se aprestaban los ropones de los maceros, de los clarineros y de los alguaciles; se pintaban por centésima vez el tenebrario y el candelero del cirio pascual; se sacaban los fraques y los chaqués en casa de los archicofrades y Bonifacio y Piñero se disponían a limpiar las cazoletas de plata de los hachones, los bancos de caoba y terciopelo, a desenrollar las esteras de rafia, y a preparar el ropón de muñidor y las sotanas de los acólitos...

alvarezgomezCuando llegaba la  Semana Santa, los olores eran mixtos entre el azahar, el incienso, el alcanfor, la cera quemada, la miel, Álvarez Gómez, Maderas de Oriente, Gotas de Oro, Instituto Español y Augusto Haüpold.

No, no es que la gente interpretara que había que darse penitenciales latigazos (de ginebra Rives) durante la Santa Cuaresma, sino que Don Augusto Haüpold, que "practicaba la elegancia social del regalo", enviaba, varias veces al año, a sus amistades unos enormes frascos de colonia que fabricaba de forma artesanal y con productos totalmente naturales, que olía que daba gloria, y que acompañaba con su tarjeta "A.H.A., Salud, Paz y Bien".

Olores, también, los del aguarrás y cera, para los pasos; el del "Caballo de Oro" y el del "Sidol"; el de la cola de conejo puesta al fuego; olores...

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LOS NOMBRES Y LAS HERMANDADES.
Pepa , la del Almendral, rizaba las palmas que traían de Elche y acababa su obra colocándoles moños de seda y campanillas de cartón forradas con papel de plata de las botellas del ponche. En casa de los “Telera” se bullía con lo de los guiones; en casa de Don José María Pastor, en la de Ramón Bayo, en la de Pepe Caamaño, en la de Manolito Iglesias, en la de Eduardo Ruiz, en la de Antonio Diaz Artola... con la Flagelación; en las casas de Juan y Jesús Py, en la de Valerio Marín, en la de Ramón Vaca o en la de José Manuel Terry..., con los Afligidos; en la de Manolo Ortega Infante, en la de Manolo Muñoz Rodríguez, en la de Pepe Merchante, en la de José María Gutiérrez,  en la de Meme Maiquez, en la de Manolo Sánchez y Sánchez, en la de Luis Merello, en la de Antonio Márquez..., con la Misericordia; en la de Francisco Quijano, en la de Luis Suárez, en la Fernando Arjona, en la de Antonio de la Torre, en la de José Ríos Santa Orosia, en la de José Muñoz Carrera, en la de José Bononato, en la de Castilla, en la de Stenterello Rosario Ventura, en la de Diego Utrera, en la de Carlos Zamora, en la de Poniqui, en la de Lorenzo Boragno, en la de Miguele Forte, en la de José Moresco, en la de Diego Muñoz, ... con el Nazareno.

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El Nazareno a su paso por la calle Vicario, delante de la Iglesia, en 1941.

En la de José Caveda, en la Fernando Osborne, en la de Javier Fernández Prada, en la de José Luis Péculo,  en la de "Carito"..., con la Humildad y Paciencia; en la de Manolo Lojo, en la de Pepe Morillo, en la de Lloret, en la Federico Herrera, en la de Lerdo de Tejada, en la de Fernando Terry Galarza..., con la Veracruz; y en todas, todas, las casas de los congregantes marianos, en la de Varela, en la de de Ruffoni, en la de Galarza, en la de José Luis Osborne, en la de todos ranchos de los mayetos y en todas las tiendas de montañes, con la Soledad.

VISTIENDO SANTOS.
Doña Cruz Hernández sacaba la túnica, de terciopelo granate, que le había hecho al Nazareno con las cortinas de su casa-bien-venida-a-menos y se disponía a vestir al Cristo; Doña Rufina Vergara se preparaba para poner de "cristianar" a la Virgen del Desconsuelo; Luisa Aquino, a la Virgen de los Dolores; Mercedes Avila para adobar al San Juan de Pedro Roldán; Margara Hernández, a la Virgen de la Piedad; Esther Cuervo, a la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos; Marta de Gregorio, a la Virgen de la Amargura, y doña Angeles Domecq, a la Soledad.

Penitencia_2PENITENCIA REAL.
El "Tío de las Cadenas", preparaba las suyas, largas, gruesas, para atárselas a los tobillos y arrastarlas, en penitencia, con hábito y la cara cubierta detrás del paso del Nazareno; el "Tuerto del Resbaladero", su cruz para emular al Cristo, detrás de su paso; Milagros Góngora, la única mujer que se vestía de túnica, aderezaba su hábito y su antifaz para ir descalza detrás de todos los pasos de Cristo, por una promesa que hizo si su hija Manuela se curaba de la pierna...

SAETAS, CAPILLAS MUSICALES Y BANDAS.
Laynez, Pellicer, Paco "El Azotea", Gatica, Carrasco, Esperancita López, Juan Arjona, Matiola, Milagritos Forte y “El Demonio” no tomaban nada frío para conservar la garganta en buen estado toda la Semana cantando saetas...

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La banda de cornetas y tambores de Torriguera (en la imagen superior vestidos de romanos) y la de música del Rocafull ensayaban marchas procesionales...

La capilla de música del Nazareno, a las órdenes de Ramón Zarco, entrenaba motetes y salmos... El coro de Acción Católica, bajo la dirección del maestro Dueñas, perfilaba los cantos del "Miserere", de la misa del Domingo de Ramos, de los Oficios del Jueves y del Viernes Santo y los del Sábado de Gloria.

CARGADORES PROFESIONALES.
Los "gallegos" del muelle, los Paquis, los Gatica, Figueroa, Bononato..., trataban de concertar cargar los pasos con los priostes de la hermandades; el cabo Mulero, consultaba los horarios de las salidas para estar puntual, con su escuadra montada de Guardias Rurales, encabezando las procesiones...

antonio_sacristan_11_puertosantamariaLas "Quicas" terminaban de entolar las mantillas antiguas que, restauradas, iban a lucirse en las visitas a los sagrarios... Antoñito, el Sacristán (en la imagen de la izquierda), ordenaba a Varela sacar los ternos ricos: el rojo, de terciopelo bordado, para el Domingo de Ramos; el morado del Cardenal Infante, con planetas y estolón, para el Jueves; el negro de tercipelo, para el Viernes y el blanco bordado, para el Sábado de Gloria.

Procedente de Andújar, el Rerre, con el carro de pértigas, arrimaba a las iglesias cajones de cera y el cirio pascual.

LOS CORTEJOS PROCESIONALES.
Y, así, entre la Pasión, según San Mateo y según San Juan, cantada por tres curas, el "flectamus genua. Levate" y el Gloria y las campanas de la Resurrección, iba discurriendo la Semana Santa portuense, con sus procesiones, litúrgicamente encabezadas por los guiones («--Anda, niño, que eres más largo que el guión de la Veracruz»), la escuadra a caballo de Guardias de Campo, los basureros, con espuertas y latillas, para recoger el estiercol, la Cruz de Guía, los penitentes, el senatus (S.P.Q.R., "San Pedro quiere rosquetes"; que no: "Senatus PopulusQue Romanus"), el estandarte, el paso del Cristo, la gente de penitencia, la banda de cornetas y tambores, más penitentes, las "representaciones" la presidencia, el paso de palio y, cerrando, el preste, de capa, con su bonete, como Dios manda, y la banda de música; y las visitas a los sagrarios, en los monumentos de San Francisco, la Concepción, el Espíritu Santo, San Joaquín, las Esclavas, el Hospital, las Salesas y las Capuchinas y, lógicamente, en la Prioral.

san_pedro_puertosantamariaTODO MUY SIGLO XVIII, TODO MUY SIGLO XIX.
Y es que entre el barroco y el neoclásico pulularon los estilos mayores de nuestra Semana Santa. Entrañables y recordados pasos reducidos, casi en miniatura, los de nuestras cofradías --"la caja de cerillos" le decían al paso de palio de Nuestra Señora de los Dolores y San Juan--; mantos elegantemente  bordados de la Vírgenes del Desconsuelo o de la Soledad; palios ochocentistas sobre nada más que diez varales; centurias romanas de lata y damasco; bocinas del Santo Entierro; guiones de la Veracruz, de la Humildad, de la Misericordia; de la Soledad y los dos del Nazareno; varas de mando con fustes de caoba; sayones, romanos y hasta San Pedro, de cartón piedra (en la imagen de la izquierda); cruces con manguilla; presidencia del "duelo" con las fuerzas vivas y el Ayuntamiento bajo mazas, con los ropones negros, las mazas, enfundadas en crespón, a la funerala, y los clarineros con sordina; "comunidad de venerables granujas", que así llamaba el Dr. don Antonio Cía Moreno, a quienes nos vestíamos con las dalmáticas --moradas las del Cristo y blancas las de la Virgen--en el Nazareno o donde se encartara; pasos arreglados con alhelíes o con humildes amapolas de los trigales, mantenidas con aspirina; gradillas de la cera...

EL PRINCIPIO DEL CAMBIO.
Todo nos parece hoy vergonzante y, sin embargo, está unido a nuestra más entrañable tradición. Esto empezó a cambiar, el día en que a Miguel Castro se le ocurrió traer a la cuadrilla de "El Gorrión" para el paso de la Virgen de la Misericordia y comenzó un mimetismo enfermizo de Sevilla, vía Jerez. Se desencadenó una carrera, que no ha parado, de plata cofradiera, de "bacalaos", de "simpecados", de.... y hemos abandonado nuestros enseres más característicos que se pudren, en el mejor de los casos, en los cuartos de las hermandades. Han aparecido nuevas cofradías, que luchan por parecerse a Sevilla.

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Antigua carrera oficial por la calle Larga,  presidida por el poder civil  y del 'Movimiento', con guerrera blanca: Francisco Rábago de Celis, Antonio de la Torre González y José Antonio Nuchera González..

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La presidencia de los poderes públicos, en la Hermandad del Santo Entierro, que entonces procesionaba los sábados. vemos al alcalde Fernando Terry Galarza, al juez José Luis Suárez Gutiérrez, el capitán de la Guardia Civil, Santiago Maza Redondo y a distintas representaciones militares, delante, en dos filas, los concejales, solo vemos a Manuel Rebollo. Año 1972. (Foto: Archivo Municipal).

Sin embargo, miramos, con nostalgia, las viejas fotografías de nuestras hermandades en la calle; de nuestros monumentos del Jueves Santo; de los Oficios presididos por el Ayuntamiento y arropados por la Archicofradía... Echamos de menos la liturgia de lo nuestro y el valor de nuestros detalles y nuestros signos; de los mil y un vestigios que hemos ido dejando en la cuneta. Y nos preocupa, y nos conmueve. Pero, ahí está la fiebre de los estrenos que nos arrolla y nos llama a ser iguales, igualitos, que Sevilla, pero menos, bastante menos. "Tibi soli peccavimus".
Y, en el pecado, en el pecado, está la penitencia.
¡Verbum populi!, Gloria tibi, Domine. (Texto: Luis Suárez Ávila).

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La imagen de Ntra. Sra. del Dolor y Sacrificio, a su paso por los desaparecidos 'palos' de la Calle Cervantes o Lechería (*). (Foto: Rafa).

Tú y yo sabemos, Virgen, por qué no iba a verte pasar ‘por los palos’, allá por Cervantes arriba, la noche del Martes Santo.
Pero quisiste que fuera una vez y lo hice. Fui con el animo dispuesto a presenciar una cosa más de nuestra Semana Santa, la pericia de unos improvisados costaleros al hacer bajar tu imagen y alzarla después, ante aquel obstáculo providencial, así lo creo, con que se encontraron los ‘nazarenos’ en su primera salida.
Pero no fue esto lo que yo vi; no fue tu imagen formando una Cruz, madero vertical, con los travesaños de la calle. Te ví a Tí misma, Virgen, en la plenitud de tu Sacrificio, con toda la grandeza de tu Dolor.
No fue tu imagen, no fueron ‘tus nazarenos’ los que te bajaron, fuiste Tú misma la que descendiste a lo más empinado de la calle, para acercarte a nosotros, a mí, para que viviésemos contigo el sublime momento de la Redención, para la que tu aportación fue, a mi humilde entender, necesaria.
Sacrificio, Dolor y Resignación se reflejaban en tu divino semblante, y aquellos tres palos de la calle, me recordaron las tres cruces del lugar más santo de la tierra; y al estar entre ellos te vi a los pies de la Cruz; del centro, la Redentora, la que hizo que la cumbre del Gógota sea ‘vista’ desde todos los lugares del mundo.
Yo te vi así; pura realidad; me di perfecta cuenta de tu Dolor y me avergoncé de pensar en el mío; vi con toda claridad tu Sacrificio y comprendí lo poquito que tengo de Cirineo, y a llegar hasta mi tu Resignación, comprendí, más aún, la generosidad del Redentor.
Que yo creí que aquello de la calle Cervantes, era una cosa más y que fue para mí una cosa única.
Yo te vi así, ¡Gracias Virgen!

(Texto: José Lucas Morillo León. Revista Cruzados. Año 1966).

(*). "La calle Cervantes o Lechería, también se denominó 'Calle de los Gitanos'. La colonia de los gitanos se encontraba en 1704, mayoritariamente, en la calle Lechería. También se concentraban un grupo en la calle la Yerba, con los topónimos de Sorteño o Espartera, nombre de la época parra la parte más alta de la calle Ganado". (Juan Leiva Sánchez).

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La procesión infantil, a su salida de la calle San Juan.

Siempre han habido en la Baja Andalucía las procesiones infantiles de la Cruz de Mayo, en las que, sobre un cajón, se colocaba una cruz llena de flores y los niños organizaban un cortejo, con un “recaudador” que iba con una latita pidiendo: “una perrita para la Cruz de Mayo”.

Durante los años 2006, 2007 y 2008, Pepita Lena Terry que había recibido de casa de su abuelo, Carlos Terry, un pequeño pasito del siglo XVIII con un calvario de vestir, quiso que sus nietos vivieran lo que ella y sus hermanos y primos habían vivido en su niñez. Desde la casa en la calle Larga de su abuelo, sacaban ese pasito hasta la Plaza de los Jazmines y volvían a la puerta del jardín de esa casa por la calle Cielos.

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Eddie, y sus amigos Valentín y Manuel, llevando el paso. Detrás la banda de cornetas y tambores, a su paso por la plaza de Juan Gavala.

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Grupo de niñas de mantilla

Así, Pepita Lena y su marido Luis Suárez, restauraron las imágenes de la Virgen, de la Magdalena y de San Juan, se le hicieron nuevas “caídas”, con galones dorados y cierres bordados, al paso. También Pepita Lena hizo las insignias, el guión,  bordó el estandarte. Luis Suárez hizo las astas de las insignias, y “compuso” los ciriales,  Antonio Sánchez Cortés confeccionó los ornamentos para el pequeño cura,  y se convocó a más de cien niños, del barrio y amigos de los colegios de los nietos, para organizar una procesión.

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Cruz de Guía y estandarte. Al fondo las niñas de mantilla.

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Luis de preste, a la izquierda niño con incesario, y al fondo, el aguador con un cantarito de Lebrija.

Fue  la primera el Viernes de Dolores de 2006, a las 6 de la tarde desde la casa San Juan, 17. El orden fue el siguiente: Guión, Cruz de Guía, con dos ciriales,  filas de niños con velas, grupo de niñas de peineta y mantilla, estandarte con dos ciriales, nueva filas de niños con velas,  ciriales, incensarios, navetas, dos aguadores, con pequeños cántaros de Lebrija,  el paso por cuatro niños/ñas y, detrás de él, el preste con alba, cíngulo, estola y capa pluvial.

Cerraba la procesión una escueta banda de cornetas y tambores, mandada por el pequeño corneta Juan José Cristo Cumbrera. Había tres cuadrillas de niños/ñas costaleros, ensayados por el paciente Jorge, padre uno de los niños.

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La procesión en las gradas de la Prioral.

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La mas pequeña, Carmen, de peineta y mantilla.

El recorrido: San Juan, Vicario, Plaza de España, entrada en la Prioral para hacer estación de penitencia, palabras del párroco, salida de la Prioral, calla Vicario, Plaza de Juan Gavala, calle Luna, Placilla, Santa María, Plaza de Juan Gavala, calle San Juan y a su “templo”. Al salir y al entrar, la banda tocaba la marcha real y durante la procesión diversas marchas. La procesión congregaba por las calles de su recorrido a numeroso público. Cuando se recogía, a todos los niños participantes, se les daba en el jardín de la casa una suculenta merienda.

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Tomás de preste, con el paso detrás, antes de salir la procesión.

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El Paso, con las imágenes del Crucificado,  la Virgen, de la Magdalena y de San Juan

La causa de su supresión en 2009, fue porque el Ayuntamiento que había prestado toda su colaboración,  exigía tener permiso del Obispado, pedir un permiso municipal con antelación, contratar una póliza de seguro y muchos requisitos más. Lo que fue una iniciativa inocente hubo de terminarse por la burocracia y porque los niños fueron creciendo y ya estaban, algunos,  en edad de salir en las procesiones de “verdad”.  Así que, por lo menos, se creó una cantera de nuevos cofrades.

Todos los años  procesión fue recogida por Telepuerto y tuvo su eco en periódicos como el Diario de Cádiz y otros de la zona.

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larga_desde_chanca_puertosantamaria(Para las hermanas Montse y Laura Fabra).

La nostálgica foto de postguerra del tramo de Larga, entre Chanca y Caldevilla, incluida en la nótula 588, ha originado una docena de comentarios, a los que quiero unir el mío. Sería Rafael Sevilla, uno de los refundadores de la Hermandad del Rocío local, en su etapa como edil, el responsable de devolver a esta gran vía porteña  el mismo o similar aspecto que tuviera en su juventud, época  a  la que, según creo, corresponde la foto cedida por Vicente González, plantando  naranjos en las aceras desde el inicio de la calle hasta la esquina con Luja. También rescató de la incuria y olvido en que se encontraba el Paseo de la Victoria, o al menos lo intentó, adecentándolo y creando una fiesta veraniega: la “Feria del Vino” que rememoraba las tradicionales veladas en aquel mismo lugar y época, antes de que fuese escenario de la feria de primavera mediado el siglo pasado. Con el paso de los años, y viendo lo que estamos viendo, estas gestiones puntuales se agigantan hasta convertirse en heroicas, dado que en las últimas décadas el ayuntamiento, mejor dicho, sus responsables, destruyen sin pudor buena parte de lo que de tradicional y genuino crearon los portuenses que nos precedieron, en función de talante o capricho de concejales y alcaldes.

Pero este no es el motivo de mi comentario,  que ahora expongo. Todos y cada uno de  los trece inmuebles que están edificados a sendos lados del tramo que nos ocupa de calle Larga tienen su propia “historia”, lógicamente.

En esta ocasión me voy a referir a una casa que no figura en el encuadre de la instantánea de la nótula anterior, reproducida en pequeño formato al principio de ésta. Pero que si aparece en la siguiente fotografía.

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Calle Larga esquina con Chanca, a la izquierda la casa del Dr. Juan Fabra, a la derecha la casa de Vicente González Bruzón. (Foto Colección: Mata).

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Calle Larga esquina con Chanca, en la actualidad. A la izquierda, la casa del Dr. Fabra, reconvertida en pisos y sede de una inmobiliaria, a la derecha la casa de González Bruzón, sede del Servicio Provincial de Recaudación. (Foto: GdP).

Hacía esquina con Chanca y, actualmente, tampoco existe.  Ocupa su espacio una construcción de nueva planta,  señalada con el número 54.    A los que pueda interesarle, de forma muy simplificada, les relataré la pequeña gran historia de sus moradores del siglo XIX, época en la que se la identificaba con el número 110 hasta 1860 y con el 56 a partir de esa fecha.

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Patio de la casa de Vicente González Bruzón. (Foto: Colección V.G.L.)

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Sala de estar de la casa de Vicente González Bruzón. (Foto: Colección V.G.L.)

En 1800 la casa era propiedad de Benito del Carpio y la tenía arrendada a una señora llamada María Ahedo. Anteriormente, en el siglo XVIII, su padre, un navegante llamado Francisco de Ahedo había sido inquilino de los anteriores propietarios. Cuando los franceses invadieron la ciudad la casa permaneció cerrada. Después, en el primer tercio de ese siglo la ocupaba María del Carmen Vernacci, aunque su propietaria era  Rosa Gutiérrez. La inquilina estaba casada con Mateo Cuadrado pero el marido vivía en Madrid, bien por deberes laborales o profesionales o porque estaban separados. Para ayudarse económicamente y no estar sola en toda casa subarrendó el piso bajo a la familia Diaz Noó. En total eran seis personas: el matrimonio, tres hijos y un hermano de la esposa, demente. Esta circunstancia provocó que durara poco tiempo la estancia de Francisco Diaz Noó, dependiente de comercio, al que le relevó en el subarriendo un bodeguero y extractor inglés: Francisco Headl. La moral y buenas costumbres de la época desaconsejaban que ambos estuviesen solos, así que para evitar murmuraciones se instaló en la casa su hermano Joaquín, Ayudante de Marina, la esposa de este, Dolores Moreau, quien a pesar de su apellido claramente francés, era de El Puerto de Santa María y sus cuatro hijos de corta edad. Junto con ellos, pero instalados en la planta baja, dos sirvientes.

lsuarezavila_puertosantamariaEn 1875 también compartieron la casa dos vecinos. En el piso principal o alto vivía un viudo de edad madura, natural de Guatemala, llamado Felipe De la Riva y Yela y media docena de sus hijos, con edades comprendidas entre 8 y 16 años. En realidad era viudo por partida doble. De su primera esposa, Ángeles Ruiz, tenía dos hijos que habían quedado en Guatemala con la familia materna.  Los seis hijos que le acompañaban era el fruto del segundo enlace con Victorina Nicolau, hija mayor de un prestigioso abogado local, Francisco Nicolau , que tenía su bufete en calle San Juan, en la misma casa en la que lo tiene actualmente  Luis Suarez Ávila, un asiduo y magnífico colaborador de este blog.  (En la imagen de la izquierda, óleo del patio de la casa de Luis Suárez Ávila, pintado por él mismo, en el actual número 17 de la calle San Juán).

Uno de sus hijos varones, Rafael De la Riva Nicolau, pocos años después se convertiría en un prestigioso doctor, liberal y contestatario, que llegó ostentar la dirección del hospital municipal. Hemos querido citar expresamente esta condición de uno de los moradores de la desaparecida casa esquinera de Larga y Chanca para comprobar la analogía entre este –con un siglo de diferencia-  y Don Juan Fabra, el doctor propietario y vecino de la misma, padre de las comentaristas a las que he querido informar de algunos de los habitantes que les precedieron en su casa natal.

Los inquilinos del bajo en estos mismos años eran dos dependientes montañeses y un empleado a punto de jubilarse, un asturiano de Merodio llamado Ramón Colosía.

grant_arguardiente_puertosantamariaVarios lustros después, en 1890, ocupaba la casa nada menos que el fundador de una de las pocas firmas vinateras supervivientes en el naufragio bodeguero local: Edmundo Grant Falcone. Londinense de nacimiento, había emigrado desde la capital del Reino Unido a esta pequeña pero floreciente ciudad del sur de Andalucía con solo 17 años, con el apoyo y protección de un pariente, (desconozco el grado) llamado Alejandro Grant, instalado en ésta,  dedicado al comercio en pequeña escala que le buscó un empleo en el negocio de exportación de su compatriota Guillermo Oldhan, cuyas bodegas estaban en la actual calle Albareda. En la fecha que hemos citado era un anciano de 76 años y era su hijo Edmundo Grant López el continuador de los negocios familiares.  Anteriormente había vivido con su familia en la misma calle, en la casa número 22, reedificada hace varias décadas por el doctor Fernández Prada, un lugar muy cercano a la empresa donde se inició en las tareas vinícolas. Es bastante probable que falleciera en esa casa, dos años después. (En la imagen de la izquierda, etiqueta de uno d elos productos de la Fábrica de Arguardientes y Licores de Edmundo Grant).

En 1895 la ocupan un comerciante y su familia. Ambos son miembros de conocidas y prestigiosas familias de la sociedad local de fin de siglo. Él,  José Francisco Barreda Pérez,  su esposa, Carlota Miranda Hontoria, nacida en Valencia, hija de un coronel de Caballería y tres de sus cinco hijos: Manuela y Carmen  y un varón: José Barreda Miranda, que estudia en San Fernando, en la Escuela Naval.  Vienen de residir en el número 41, la casa donde está ubicada actualmente una entidad bancaria, casi enfrente de la que nos ocupa.
Esta familia serán los últimos residente del siglo XIX. En 1904 están viviendo en la casa la familia Maraver Jiménez, pero eso es otro siglo. Y no quiero hacer interminable mi comentario. (Texto Antonio Gutiérrez Ruiz)

Antonio Gutiérrez Ruíz, uno de los fundadores de la hace 10 años desaparecida revista Puerto Guía, hoy reconvertida en asociación cultural de promoción del Patrimonio Histórico porteño, se ha especializado en la realización de estudios e historia de las casas portuenses. Pueden contactar con él directamente en el correo electrónico sedtel@hotmail.com

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José Luis Tejada. Año 1959. Teatro Principal.

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Presidencia del Pregón de 1960 en el Teatro Principal: podemos ver, de izquierda a derecha a  Luis Almansa, Jefe Local del Movimiento y cofrade del Cristo del Amor, Neto, el concejal Fernando Arjona Cia, el Arcipreste de la Ciudad, Manuel Salido, el alcalde en funciones Javier Fernández Prada, el párroco de San Joaquín, José María Rivas y el concejal Eligio Pastor Nimo.

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Francisco Montero Galvache. Año 1960. Teatro Principal. (Pregonaría también en 1969)

1949 José Luis de la Rosa Domínguez. Teatro Principal  1958 Miguel García Posada. Teatro Principal 1959 José Luis Tejada Peluffo. Teatro Principal 1960 Francisco Montero Galvache. Teatro Principal 1961 Miguel Martínez del Cerro.  Teatro Principal 1962 Parece ser que no hubo pregón.

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El Pregón fue transmitido por Radio Juventud de Cádiz.

1963 Luis Gómez de Aranda y Serrano. Teatro Principal 1964 Juan Ignacio Varela Gilabert. Teatro Principal 1965 Manuel García Cevallos. Teatro Principal

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Monseñor José María Cirarda Lachiondo. Año 1966. Teatro Principal.

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Jesús de las Cuevas. Año 1967. Teatro Principal.

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Auditorio Teatro Principal. Año 1967.  En el foso, la Banda del Maestro Dueñas con él en primer término.

1966 Monseñor José María Cirarda Lachiondo. Teatro Principal 1967 Juan de la Lastra y Terry. Teatro Principal 1968 Luis Suárez  Rodríguez. Teatro Principal 1969 Francisco Montero Galvache. Teatro Principal 1970 Juan Ignacio Varela. Teatro Principal 1971 Manuel Martínez Alfonso. Salón de actos del Instituto Santo  Domingo 1972 Rafael Caballero Bonald. Instituto Santo  Domingo 1973 Antonio Murciano González. Instituto Santo  Domingo

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Antonio Murciano González. Año 1973. Instituto Santo Domingo.

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El almirante Eduardo Gener Cuadrado. Año 1974. Instituto Santo Domingo.

1974 Eduardo Gener Cuadrado. Instituto Santo  Domingo 1975 Rvdo.?Fernández A.  Instituto Santo Domingo 1976 Juan Ignacio Varela Gilabert. Instituto Santo  Domingo 1977 Francisco Montero Galvache. Salón de actos de la Casa de la Cultura. 1978 y 1979  No se organizó

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Auditorio del antiguo Convento de Santo Domingo, durante el Pregón de la Semana Santa de 1970.

1980 Luis Suárez  Ávila Instituto. Santo  Domingo 1981 José Luis Larrahondo Hernández. Capilla de la Aurora 1982 Jesús Nogués Ropero. Instituto Santo  Domingo 1983 Francisco del Castillo Tellería. Capilla Hospital San Juan de Dios 1984 José González Moreno ‘Pepillo’. Iglesia Mayor Prioral

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Juan Ignacio Varela Gilabert. Año 1970. Instituto Santo Domingo. (Pregonó en tres ocasiones: 1964, 1970 y 1976).

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Rvdo. Fernández A. Año 1975. Instituto Santo Domingo

1985 Joaquín Rodríguez Royo. Iglesia de las Carmelitas 1986 Rvdo. Eduardo Martín Clemens. Iglesia de las Esclavas 1987 Tomás Díaz Prieto. Iglesia de la Concepción 1988 José Luis de la Rosa Domínguez. Parroquia de San Joaquín 1989 Juan González García. Iglesia de las Esclavas 1990 Agustín Merello del Cuvillo. Auditorio Municipal San Miguel 1991 Juan Villarreal Panadero. Auditorio Municipal San Miguel 1992 Enrique García Máiquez. Iglesia de las Esclavas 1993 Felipe Bononato Sáez. Auditorio Municipal San Miguel 1994 Enrique Víctor de Mora Quirós. Auditorio Municipal San Miguel 1995 Inmaculada Cáliz González. Auditorio Municipal San Miguel 1996 Miguel Ángel Zambruno. Cerdán Cine Macario 1997 José Carlos Fernández Moreno. Auditorio Municipal San Miguel 1998 Álvaro Cosano Alarcón. Auditorio Municipal San Miguel 1999 José Manuel Castilla Osorio. Auditorio Municipal San Miguel 2000 Pablo Luis Tejada Romero. Auditorio Municipal San Miguel 2001 Juan Antonio Liaño Pazos. Auditorio Municipal San Miguel 2002

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Isaac Manuel Velázquez Gómez. Año 2002. Auditorio Municipal San Miguel  vulgo ‘Las Capuchinas’.

2003 Miguel Ángel Novo Pérez. Auditorio Municipal San Miguel 2004 Paqui Durán Redondo. Auditorio Municipal San Miguel 2005 Antonio Velázquez Garay. Auditorio Municipal San Miguel 2006 Fray Martín Alexis González Gaspar. Auditorio Municipal San Miguel 2007 Gabriel Álvarez Leiva. Auditorio Municipal San Miguel 2008, Guillermo Riol Fernández. Auditorio Municipal San Miguel 2009

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José Manuel Romo Madera. Año 2009. Teatro Muñoz Seca.

José Manuel Romo Madera. Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca. 2010 Francisco Andrés Gallardo Alvarado Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca.

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Francisco Andrés Gallardo. Año 2010. Teatro Muñoz Seca. (Foto: Jorge Roa).

En 1992 García Máiquez pronunció el pregón en la tarde del sábado anterior al Domingo de Pasión. Desde 1993 volvió a instaurarse, y de forma ininterrumpida, en la mañana del Domingo de Pasión. (Fotos: Archivo Municipal).

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De izquierda a derecha, Alfonso Ussía, que presentó el libro; Javier Alonso Osborne, su sobrino Bertín Osborne, Carmen Fernández de Blas, directora de la editorial Martínez Roca, y Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid. (Foto: Revista Hola).

En la Asociación de la Prensa de Madrid, Javier Alonso Osborne, director adjunto de «Hola», presentó un libro estrictamente histórico y memorial. ¿No queréis memoria histórica? Pues, ea, hijos míos: ahí la tenéis. El libro de Javier Osborne lo escribió su madre, en la guerra. Es el diario de su madre, María Teresa Osborne Tosar, que Javier guardó durante setenta años y que ahora ha transcrito y publica con un título gracias a Dios políticamente incorrectísimo: «A mi marido lo asesinaron en Paracuellos».

He tenido el honor de poner epílogo a este testimonio histórico, que prologa Alfonso Ussía, lo que me ha permitido conocer en manuscrito la inmensa capacidad narradora de María Teresa Osborne. ¡Qué bien cuenta las cosas esta señora! Es como un diario de Ana Frank con acento andaluz del Puerto.

mteosbornetosar_puertosantamariaQué inmensa capacidad para transmitirnos su dolor. Su soledad. Su angustia. Su amor. Su miedo. En el terrible Madrid de la guerra, cuando le acaban de fusilar a su marido, funcionario del Patrimonio Real en El Escorial, y está embarazada de un niño, que habrá de ser nuestro Javier Osborne cuando nazca en aquel infierno rojo.

Y qué maravilla de ciudad el muy literario Puerto de Santa María, que produce estos prodigios de escritura como el largo testimonio, el arrebatador alegato de María Teresa Osborne. La admirable burguesía comercial del Puerto en el primer tercio del siglo XX, la ciudad de Muñoz Seca y de Alberti, produce también personajes tan delicados y refinados, tan cultos como María Teresa Osborne. La autora de este expresionista relato del dolor, el amor y la muerte no era una escritora. No tenía vocación literaria, ni formación humanística. Era una señorita bien del Puerto. Nada más y nada menos que una señorita bien del Puerto, a la que la capacidad narradora, no sé, quizá le viniera de su antepasada Fernán Caballero, a la sombra de las jacarandas en flor del patio de la bodega de Mister Thomas Osborne, sombra morada del martirio familiar, morada de la franja usurpadora colocada a la bandera de España.

Qué temple tenía aquella señorita bien del Puerto de Santa María que escribía como los ángeles. De este libro me ha impresionado la capacidad de tirar para adelante de esta mujer admirable. En las peores circunstancias. Sola de toda soledad en el ojo del huracán de la mayor tragedia de España que vieron los siglos. En un Madrid hostil, sin familia, con los suyos en zona nacional, con el marido asesinado por los rojos y con un hijo en su vientre. Bendito fruto de tu vientre, María Teresa Osborne, que ha guardado este rito de fidelidad a la memoria de su madre y ha podido, ha sabido y ha querido rescatar los papeles escritos con su letra picuda de entereza de señorita bien del Puerto que siguiendo el destino de un amor se tuvo que convertir, a la fuerza, en mujer fuerte en el Madrid rojo, bombardeado, hambriento, oscuro, sucio, donde nadie conocía a nadie ni quería conocerlo, no fuera que lo delatase. Qué cercano nos hace el terror María Teresa Osborne, cómo consigue que lo sintamos con ella, sola, con un niño en brazos, en una España partida en dos, con la familia inmensamente lejos. Tan lejos como la mar de la bahía.

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En la fotografía, uno de los lugares donde ocurrieron estos episodios de represión de la Guerra Civil Española, erigido en recuerdo y memoria de los asesinados. Al fondo de la imagen, una cruz blanca de grandes dimensiones, en la ladera del ”cerro de San Miguel”, es visible desde la proximidad del aeropuerto de Barajas.

antonioburgosbGracias, Javier Osborne,  por este homenaje a tu madre en forma del libro de su memoria triste, que te honra. Muchas gracias, Javier, porque nunca la masacre de Paracuellos, que es nuestro Auswich en el genocidio que ahora silencian, fue contada con tan hondas, sentidas, certeras, precisas palabras por una joven viuda española a la que le asesinaron el marido. Era una señorita bien del Puerto de Santa María que en la espera y la esperanza de un hijo se creció ante la injusticia del destino, ante la locura colectiva, y nos dejó la reciedumbre en letra picuda e inglesa de este impresionante testimonio de una mujer fuerte en una España martirizada. (Texto: Antonio Burgos).

Javier Osborne ha guardado el diario de su madre durante setenta años y ahora ha decidido publicarlo en forma de relato. Un testimonio real que cuenta cómo María Teresa Osborne Tosar, embarazada de tres meses y sin recursos, huyó de Madrid después de que su marido, Francisco Alonso, fuese arrestado en su casa de El Escorial en noviembre de 1936. María Teresa regresaría a la capital tiempo después para buscarle, pero no volvió a tener noticias de su paradero. Su hijo, por tanto, nunca llegó a conocerle y se enteraría en su casa familiar de El Puerto de Santa María de que fue asesinado durante los primeros meses de la Guerra Civil.

javieralonsoosborne_puertosantamariaEn palabras de Javier Alonso Osborne (en la imagen de la izquierda), su hijo: “Este libro era el ‘reportaje’ que me quedaba por hacer", dijo el autor durante la presentación. En su obra, Javier explica: "No tengo más remedio que responder a las preguntas cada vez más insistentes de mis hijos y mis nietos... De pronto me acordé del diario de mi madre, que tuve olvidado durante setenta años, pero que la "memoria histórica" había desenterrado... por su incesante búsqueda de fosas y trincheras, dormida en la injusticia de los tiempos, para reivindicar a un abuelo muerto, cuando en casi todas las familias españolas hay un padre, un abuelo... cuya foto -ni roja, ni azul- permanece en la cómoda del pasillo, en cualquier cajón, sin que ni los hijos ni los nietos pregunten detalles de aquella guerra que debería ser una lección para aprender a vivir en paz."

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