
La Mota, una empresa de El Puerto fundada ya casi una década por tres jóvenes licenciados en comunicación, es uno de los mejores ejemplos de cómo es posible subsistir en mitad de la vorágine de la crisis a base de buscar huecos en mercados no explorados. De La Mota nace uno de los festivales más prestigiosos y singulares del panorama nacional, muy querido por la industria de la música por estar pensado como encuentro del sector y, al mismo tiempo, abrirse a una ciudad.
El secreto de La Mota está en dos estrategias aparentemente opuestas. Por un lado, no haberse quedado estancados en una idea que tuvo un pequeño éxito inicial, una publicación, que hubiera sido barrida a estas alturas por la debacle del sector publicitario. Por otra, crecer con criterio y sin hundirse en una financiación que los devorara.
Gracias a ello, los tres fundadores pueden vivir de La Mota, pero además crear puntualmente empleos en la provincia y ayudar a seguir adelante a creadores, principalmente grupos emergentes. Mucho les deben a estos tres chicos de El Puerto grupos como Pony Bravo, hoy ya asentados, y su propia ciudad, que tiene el Monkey entre uno de sus grandes reclamos turísticos del año. /Texto: Pedro Ingelmo.
DE LA MOTA AL MONKEY
«Es curioso como lo que en principio nació como una editorial ha parido luego tantas cosas diferentes. La Mota nació como La Mota Ediciones, con la idea inicial de crear un magazine gratuito, tan de moda entonces (hablamos de hace la friolera de nueve años, corría 2004).
Jesús Guisado (ver nótula 898 en GdP) y servidor, Tali Carreto, veníamos de trabajar juntos en otra publicación y decidimos liarnos la manta a la cabeza en una apuesta personal, creando una revista que escapara a la tónica habitual de las de tendencias, pero sin perder de vista la actualidad. Su hermano, César, se unió a la aventura y así nació La Mota Ediciones, y FREEk!, la revista.
Lanzamos un número promocional en marzo, que nos sirvió como carta de presentación al mundo de la cultura -casi un ola kase para darnos a conocer-, y el primer número oficial llegaría dos meses después, en mayo, con otro gaditano en su portada, Pablo Carbonell. Desde entonces, se fueron sumando más de 70 números impresos y, cuando la cacareada crisis arreció, la revista acabó siendo online, que es como se puede disfrutar ahora. Por el camino, se nos unieron tropecientos colaboradores, a los que debemos esta santa cabecera.
La génesis fue sencilla: optamos por montar una cooperativa, La Mota Ediciones SCA, que aún perdura, y los tres socios aportamos capital y material (¡qué recuerdos aquellos primeros Mac, hoy piezas de museo!). No hizo falta mucho capital -aunque algo abultado para tres jovenzuelos como éramos entonces- pero durante los primeros meses, que fueron muchos, todos trabajamos por cuenta ajena en la hostelería para ir manteniendo viva la empresa... ¡Menudas palizas nos dábamos! Bueno, aunque para ser sinceros, también nos las seguimos dando...
Decidimos también apostar por quedarnos aquí, en Cádiz, y luchar en cierta manera con ese eje Madrid - Barcelona (y si me apuran, desde el punto de vista andaluz, Sevilla) que parece mover el mundo cultural. El tiempo, y el esfuerzo, nos ha dado la razón. También un proyecto como el nuestro igual en Madrid o Barcelona, sin un buen colchón económico detrás, hubiera durado dos telediarios...

Tali Carreto y los hermanos Guisado en sus inicios, en la presentación del Freek Festival de hace seis años, en el Vapor Adriano III.
Claro que tampoco nos hicieron falta muchos meses para darnos cuenta que no podríamos subsistir solo con la publicación de un magazine dependiente en su totalidad de la publicidad -qué vamos a contar del mundo editorial-, así que decidimos que la revista, eso sí, nos sirviera para abrirnos camino como agencia de comunicación y diseño. Desde que empezamos como tal hemos trabajado para empresas como La Zanfoña Producciones (productora de éxitos como 7 vírgenes o Grupo 7), Spyro Music o El Corte Inglés, en festivales de cine como el de Málaga o el de Berlín, o con artistas como Pájaro o Bunbury, o gestionando eventos como Los Conciertos de Sevilla Festival de Cine Europeo. Creo que hemos hecho (casi) de todo. ¡Incluso hicimos la campaña de comunicación del primer ataúd ecológico!

Y no podemos olvidar a Monkey Week, la niña de nuestros ojos y cuya quinta edición acabamos de presentar en Madrid. Surgido en parte como evolución natural de FREEK! Fest, nuestro primer evento de proporciones considerables, en cuatro años se ha convertido en un referente en la escena de nuestro país, y en ese punto de encuentro para la industria musical en que queríamos convertirlo desde su primera edición. Y es toda una plataforma para nuevos artistas, ¡casi 400 bandas han pasado ya por él y se han hecho oír de lo lindo!
Ahora andamos, además de con todos estos proyectos habituales, echando a andar a Dinosound, una agencia que hemos creado junto a bandas y artistas amigos, como Ledatres, La Inesperada Sol Dual, The Milkyway Express, Miraflores, Gipsy Aliens o Perro Peligro, donde militan, por cierto, Jesús y César. Se acaban de unir a la familia los mallorquines Son & The Holy Ghosts, que lanzan disco este mayo, y en breve contaremos con el nuevo proyecto de Joaquín Pascual (Surfin' Bichos, Mercromina...). Además desde este agencia gestionamos también la contratación en el Sur de bandas como Hola A Todo El Mundo, por ejemplo. ¡Un nuevo proyecto, una nueva ilusión! Y van…». /Texto: Tali Carreto.



















Hace años que hemos desterrado la manteca colorá, la blanca con zurrapa de lomo, la colorá con tropezones de asaduras o la de zurrapa de morcilla o, incluso, la delicia de las delicias, la verdadera y auténtica exquisitez, el súmmum de la delicatessen: la pringá, así como suena, con su cacho de tocino. Todo lo descrito no se puede comer a diario por la vida sedentaria, a no ser, que se juegue al tenis, se caven zanjas y otras cosas por el estilo.


En esa línea de arte sacro, José realizó un cuadro al óleo con la imagen de San Francisco de Asís, que donó a la Hermandad de los Afligidos a la que pertenece, que se encuentra en la iglesia del mismo nombre, junto a la puerta de acceso al claustro del antiguo Convento San Juan de Dios, luego Hospital Municipal, hoy en desuso, que fue bendecida el 4 de Marzo de 2012 por el Ministro Provincial de la Orden Franciscana Fray Severino Calderón Martínez OFM. /En la imagen de la izquierda, José finalizando la obra de San Francisco de Asís.



Nos complace recordar y divulgar algunas pinceladas biográficas de este portuense en el 140º aniversario de su fallecimiento, ocurrido el 13 de julio de 1873, personaje que ya fue reivindicado como “Portuense Ilustre” por el archivero Juan Cárdenas, hace ahora un siglo, al incluirlo como tal en la relación que publicó en la Revista Portuense del 30 de abril de 1913. /En la imagen, portada de la casa de San Sebastian número 5, casa en la que probablemente naciese Ramón Coloma, en la que vivía la familia en 1816.
Fue Luis Coloma Roldán, el Padre Coloma, el tercero de 14 hermanos, hijos todos del matrimonio formado por Ramón Coloma Garcés y Concepción Roldán. Hoy vamos a incorporar a la galería de personajes portuenses de siglos precedentes que venimos publicando regularmente al progenitor de este insigne literato, el destacado médico homeópata Don Ramón Coloma Garcés. Debió nacer en los primeros años de la Guerra de Independencia en la casa número 38 antiguo y 5 actual de calle San Sebastián, casa conocida como de “Villette” por el blasón en bajorelieve de esta notable familia de origen francés que figura en su portada. En 1816, figura censado con su familia, compuesta por el padre, Pedro Coloma Partearroyo, nacido en la población nombrada Rio, en el Valle de Mena, en Cantabria, comerciante y cosechero, de 43 años de edad; la esposa de este y su madre, María de la Paz Garcés, de 32 años y cuatro hermanos: dos mayores que él, Manuel y José, de 11 y 9 años y dos menores, José Pedro y Eugenio, de 7 y 4 años en esa fecha, en la que se indica que él tiene 8 años. /En la imagen, Luis Coloma Roldán.
