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Inmaculada Moreno Hernández nació en 1960. Hija de Manuel Moreno Romero y Rosa Hernández, y nieta de aquel famoso pastelero de Confitería ‘La Campana’ y más tarde de 'La Perlita' en la Calle Larga frente a La Perdiz, José Luis Hernández Carvajal. Su padre y su hermano Alejandro han sido concejales del Partido Popular. Estudió en el colegio de Las Carmelitas. Es Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla realizando los estudios de doctorado en la Universidad de Valladolid. Como traductora de poesía ha dado a conocer la obra de la alemana Mascha Kaléko en un trabajo aparecido en Clarín, julio-agosto 2002. Siempre ha residido en El Puerto, la ciudad en la que nació.

El año de su nacimiento, 1960 el número de habitantes de hecho de El Puerto era de 35.505 habitantes y 35.610 de derecho, siendo el número de hogares censados de 7.517. Era alcalde Luis Portillo Ruiz.

En el desaparecido programa de Onda Jerez TV 'Encuentro con los Libros'. Bodega Los Apóstoles de Gonzalez Byass. Programa número 67 con Prudencio López Campuzano, Carlos Jurado Caballero, Inmaculada Moreno y Francisco Javier Pérez de Eulate Vargas. 19 octubre 2010.

En su obra destacan las siguientes publicaciones: ‘Son los ríos’ (1998). ‘Los hombros vulnerables’ (2005). ‘Poemas para sobrinos’ (2006) ‘Como lava oscura’ (2006). Entre otros premios tiene el Ciudad de San Fernando.

De izquierda a derecha, Inmaculada Moreno, Ana Sofía Pérez Bustamante, S.A.R. el Príncipe de Asturias, Ángel Mendoza y Josefa Parra, en un acto en Jerez.

Para Inmaculada Moreno la poesía «…es un intento desesperado de romper la soledad a la que estamos condenados los mortales […] Al fin y al cabo una lee para no sentirse sola, para completar ese diálogo eterno que empezó el día en que leyó unos versos y sintió que la aludían […] Una siente que el consuelo no está en el engaño dulce de un poema, sino en su verdad, en ese conato de dolor compartido que supone la escritura o lectura de un poema». (En Poesía Última, Fundación Rafael Alberti. Actas 2003. p. 145).

El jurado del XV Premio Internacional 'Antonio Machado', con el alcalde de Baeza, Leocadio Marín.

XV PREMIO INTERNACIONAL ‘ANTONIO MACHADO’.
La escritora de El Puerto de Santa María, Inmaculada Moreno Hernández recibió el pasado lunes el XV Premio Internacional de Poesía 'Antonio Machado en Baeza' gracias al Poemario 'Donde la Hoguera Verde'. El jurado había destacado de esta obra --que ha sido seleccionada de entre los 260 ejemplares presentados-- su "buen tono con ligeros toques de misterio y elegía, con sobriedad y buen hacer, carente de artificio baldío, sutil, minucioso y fino, y como dice uno de sus versos con levedad de cuadro de costumbre". Se había presentado al concurso bajo el lema de ‘portuaria’.

El Paraninfo del Instituto de Secundaria Santísima Trinidad de Baeza, donde Antonio Machado impartió clases de francés, acogía el acto de entrega y la presentación del libro de Inmaculada, ganador de este certamen que organiza el Ayuntamiento baezano y que patrocina la Diputación de Jaén. El premio, creado para conmemorar la figura del poeta Antonio Machado, que fue profesor de francés entre 1912 y 1919 en el Instituto Santísima Trinidad de Baeza, está dotado con 6.000 euros, un trofeo en bronce y la publicación del libro por la editorial Hiperión.

Cercado por la noche y el silencio
un hombre
--o una mujer--
escribe un poema:
son los días de todos,
son palabras de todos
y es de todos
el íntimo dolor que lo ocasiona.

De Son los ríos (1998)

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EL SOLDADO DEL MIEDO EN EL MANICOMIO DEL ARTE.
Buen porte, gallardía, andares toreros, pinturería, valor sereno, y pasión desmedida por el toro. No caben dudas de que todas estas cualidades eran parte de la personalidad de Paco Cossío, un chaval espigado y apuesto, cuyas aspiraciones le hacían soñar con llegar a ser un gran torero.

Cuándo Paco cogía, a modo de muleta, cualquier trapo de la cocina de su madre, armaba el revuelo entre los chiquillos y todo aquel que se parara a mirarle. En esa época daba gloria ver a los chiquillos jugar al toro, «--Este chaval apunta maneras!» decían algunas voces. El chiquillo lo tuvo claro, ¡iba a ser Torero!

CUBA Y MÉJICO.
Francisco Cossío González, de origen cubano, nace el 22 de abril de 1928, en San Antonio de los Baños, municipio al suroeste de La Habana. Por circunstancias de la vida, su familia se traslada a México, cuándo el chiquillo recién cumplía su primer año de vida. En México se forma como hombre, pero lejos de olvidarse de la ‘locura del Toro’ comenzó a pensar y sentir en torero, no en vano llevaba el veneno del Toro, en sus adentros. Alentado por un banderillero lusitano, Paco Surco, ese mar de la ilusión, de la esperanza y ojalá de los éxitos, con un pequeño maco-hatillo-, lleno de optimismo, y con la firme convicción de abrirse camino, en este difícil mundo del toro.

 

Una instantánea del municipio cubano de San Antonio de Baños, donde nació nuestro protagonista en Cuba en 1928. /Foto: Robin Thom

1928.
En 1928, el año de su nacimiento, era alcalde de El Puerto, Alfonso Sancho y Mateos. Ese año era refundada la Hermandad del Nazareno, que empezó su desfile procesional a las 3 de la madrugada la noche del jueves al viernes. Pedro Muñoz Seca estrenaba ocho obras de teatro, entre ellas ‘El Teniente de Alcalde de Zalamea’. El 10 de febrero de dicho año se fundaba el Racing Football Club de El Puerto, celebrándose los primeros encuentros en la Plaza del Polvorista. El maestro Antonio de la Torre González era aquel año Secretario de la Sección Juvenil de la Cruz Roja de Medina Sidonia. El 2 de abril de ese año es nombrado Hijo Adoptivo el benefactor local Elías Ahuja y Andria. Antonio Cruzón Moreno, patrón del Vapor ‘Cádiz’ se cayó al agua desde el cantil del del muelle a primeros de junio.

PORTUGAL, SU PUERTA DE EUROPA.
La puerta a Europa de nuestro protagonista fue a través de Portugal. Allí se sorprende al comprobar la forma de banderillear de los toreros lusos. Al no picarse a los toros, estos envestían con más brío y, la suerte, resultaba muy espectacular. Como quiera que su meta era torear en España, abandona Portugal, para recorrer primero, nuestro campo charro: Salamanca. Las numerosas ganaderías allí existentes fueron vitales para su entrenamiento como novillero para, más tarde, pasar por Cáceres, Madrid. etc. La llegada a nuestra tierra se debió a su contratación como novillero por la empresa de la Plaza de Toros de San Fernando.

LLEGADA A EL PUERTO.
Respaldado por su compatriota Joselito Huertas decide instalarse primero en Jerez, y más tarde en El Puerto de Santa María. Sería en nuestra Ciudad cuando, en el año 1951, echaría definitivamente raíces. Durante su estancia en Jerez, Paco conoce a una guapa jerezana, con la que años más tarde se casaría y tendrían la alegría de traer al mundo dos hijos estupendos. Actuó como jefe de cuadrillas en pocas ocasiones, siendo una de ellas: el 12 de Junio de 1955, en Orense, realizando el paseíllo con Antonio Lizarazo y Ángel Teresa. /Recorte de ABC del 6 de septiembre de 1955, en el que señala la actuación del novillero Francisco Cossío en El Barco de Ávila (Ávila).

 ORO Y PLATA.
Tengo entendido, que por aquel entonces, España y México probablemente podrían haber firmado un acuerdo, por el que los novilleros sin caballos mexicanos, no podían torear en nuestro país. De la misma manera los españoles tampoco podían torear en nuestro país hermano. En el año 1956, sopesando las muchas dificultades para poder torear, decide cambiar el oro de los vestidos de torear, por la plata, aunque yo más bien diría, que esa ha sido una plata, que ha brillado tanto como el oro. /En la imagen de la izquierda cartel de la II Gran Fiesta benéfico-taurina a beneficio de la cabalgata de reyes, donde actuaba Francisco Cossio, anunciado como 'el Mejicajo de Oro'. 

BANDERILLERO.
Prácticamente, ha toreado con casi todos los maestros locales y de la zona, tanto a caballos, como sin ellos. Banderillero muy apreciado por todos los profesionales, especialmente por los locales, por su carisma y formas, pues en muchas ocasiones, fue esa voz de aliento entre barreras. «--Niño, tu por qué no coges los palos?» Y el niño ya lo creo que le hizo caso, y esa fue una de las suertes, en las que el niño brillo con luz propia. Gracias Paco por tus sabios consejos.

EL MEXICANO DE ORO.
A destacar la gran generosidad del Mexicano de Oro --así anunciado en los carteles-- siempre dispuesto a ayudar a los chavales, llevándolos en su propio vehículo a las tientas, y hasta los pueblos y ciudades, en donde se anunciaban. A Paco poco le importaba, volver a casa sin siquiera el sueldo, pues sabía de la precariedad de esos chavales. «--¿Por no tener un ‘ponedor’ estos torerillos se iban a quedar sin torear?. ¡Nada de eso!». Por él no iba a quedar echarles una mano. Todos y cada uno de ellos, han tenido en Paco ese ejemplo de pundonor, entrega, y esa voz de la experiencia, enseñándoles, el temple, las distancias, y como salir airoso de la cara del toro.

De izquierda a derecha, Paco Cossío en un festival junto a Miguel Ariza y Antonio Gutiérrez Navarro 'Paco Puerto'. Este último, de la Barriada de los Milagros, es además 'un cantaor de cuerpo entero'.

FESTIVAL DE BANDERILLEROS.
Sería muy largo nombrar a todos los toreros con los que el mejicano ha hecho el paseíllo pero a él le gusta destacar cuando fue con José Luís Galloso, o, con Fernando Heredia Romero, así como con : Cañitas, Cruz Vélez, Curro Luque, Celso Ortega, Marcos Cruz etc. Más de una vez ha toreado en festivales benéficos, en los que los matadores hacían las veces, de subalterno, y como consecuencia los banderilleros, eran los encargados de volver a coger la espada y la muleta. Ni que decir tiene que este tipo de espectáculos, siempre se han dado por una causa altruistas, bien para cubrir las necesidades de unos niños, colaborar con la cabalgata de los Reyes Magos, o para todo aquello, que los toreros hayan sido requeridos.

Igualmente largo sería explicar por qué se ha perdido esta tradición en El Puerto, ya que según creo esta idea inició en nuestra Ciudad y algunas poblaciones cercanas la han continuado como algo tradicional. Recuerdo como a Paquirri, le entusiasmó lo idea pero,  desgraciadamente, no pudo torear en El Puerto, en ese primer festival de los banderilleros. Seguro que hubiera disfrutado como un chiquillo y estoy segura de su colaboración con los organizadores. /En la imagen de la izquierda, Paco Cossío recibiendo en 2003 la distinción que le hacía la Tertulia Taurina 'La Garrocha' por su enterga a la Fiesta durante más de 40 años.

Como tantos otros toreros, desafortunadamente, nuestro mexicano, no ha podido vivir solo del toro, pues nada le hubiera hecho más feliz. A su llegada a El Puerto hizo lo que pudo, desde cargar sacos de cemento a realizar trabajos de escayola principalmente. Y aunque el paso del tiempo es inexorable y desde hace mucho peina canas, Paco siempre será ‘el eterno joven’. Hasta hace poco, daba su vuelta diaria, por nuestra Plaza Real, deseoso de enterarse de algún tentadero, para siquiera poder dar un pase. «--Niño, ¡un torero no puede estar mucho tiempo, sin estar en la cara del toro!». Certeras palabras, indiscutiblemente, de un torero. Y si el  toreo es un arte y por tanto el mexicano es un artista, tal vez la suerte no haya sido su compañera de viaje; puede que el público y los aficionados no le hayan reconocido, sus muchos méritos, aunque si lo han visto moverse, vivir, y sentir como lo que es ¡un gran torero! Sobre todo, Paco ha sabido ganarse el cariño y el reconocimiento y respeto de todos los profesionales. (Texto: María Jesús Vela Durán).

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La nueva presentación de las Tejas de El Puerto.

Las Tejas de El Puerto refuerzan aún más su vinculación con la ciudad y su carácter de producto típico de la localidad con la nueva imagen de la firma presentada el viernes en el Aula de Estudios Alfonsíes, en el Castillo de San Marcos, uno de los monumentos a los que hace alusión la nueva marca escogida por la familia Ibañez Herrera: Cien palacios.

De izquierda a derecha, el pintor Humberto Parra, el emprendedor José Manuel Ibáñez y el concejal de Comercio, Raul Capdevila.

El nombre, que junto a toda la nueva imagen de la empresa ha sido creado por la  empresa gaditana ODM, la firma del diseñador gráfico gaditano Pedro Alvarez, el creador también de chocolates ‘Pancracio’, mantiene el mismo aire clásico de la imagen de la empresa portuense y sus característicos envases en latas pero refuerzan su vinculación con la ciudad al reproducir como imagen en los envases dos monumentos emblemáticos de la ciudad, la fuente de las Galeras, situadas junto al muelle donde amarrara el Vaporcito, que también se reproduce en la estampa, y el palacio y la Casa de los Diezmos, un edificio situado en la plaza de la Herrería.

Los dos monumentos han sido recreados para la ocasión por el pintor Humberto Parra, un especialista en pintura taurina y costumbrista que ha realizado dos obras en tonos pastel y ambientadas en el siglo XIX que son las que ilustran tanto las nuevas latas como las etiquetas y bolsas de la nueva marca. /En la imagen de la izquierda, el periodista Antonio García Barbeito.

Asimismo en la parte posterior de las latas y en las bolsas se reproduce una poesía de Antonio García Barbeito en la que juega con el lema de El Puerto de Santa María como ciudad de los cien palacios.

«Pueblo de los Cien Palacios,
cien barcos de piedra dura
al pie de la mar; soñando.

Escudos en las fachadas:
cien mascarones de proa
abriendo tu luz salada.

Piedra que en el aire canta
al admirar la Bahía…
Cien Palacios tu levantas,
Puerto de Santa María».

José Manuel Ibáñez, el gerente de la empresa, señaló en la presentación que la nueva marca permite identificar aún más a las tejas con su ciudad de origen y permite identificarlas más fácilmente. Asimismo esto permitirá a este pequeña empresa familiar acometer nuevos proyectos con la creación en el futuro de nuevos productos.

La familia Ibáñez Herrera, durante la presentación, en la que se obsequió a los asistentes con una lata del producto.

Las nuevas latas ya están disponibles en la tienda de Cien Palacios en la calle Misericordia de El Puerto que también será remodelada para adaptarse a la nueva imagen de la empresa. La firma comercializa en la actualidad cuatro productos: tejas de almendra, tejas de piñones, tejas de coco y tejas de almendra y chocolate.

Las tejas comenzaron a elaborarse en 1995 en la antigua panadería de la familia. Gómez de Requena, muy conocida en El Puerto. Con posterioridad la empresa decidió centrarse únicamente en la producción de este peculiar producto. Ahora, en noviembre de 2011 acaban de presentar su nueva marca comercial, Cien palacios, que hace alusión al sobrenombre de El Puerto de Santa María, conocido como la ciudad de los cien palacios.

La tienda se adaptará a la nueva imagen de marca de 'Cien Palacios'.

En tan sólo 15 años la familia Ibáñez Herrera, que produce este producto, ha logrado que sus tejas se hayan conseguido en un producto típico de la ciudad, todo un logro. Las tejas, unas pequeñas y crujientes galletas, cuyo ingrediente principal son las almendras, fueron creadas por José Manuel Ibáñez en base a una receta encontrada en un libro antiguo de pastelería francesa sobre galletas. Luego fue perfeccionando la fórmula hasta hoy día en que la firma elabora cuatro especialidades: tejas de almendra, de piñones, de almendras y chocolate y de coco. La segunda gran clave de su éxito está en la presentación en vistosas latas con decoraciones de monumentos de El Puerto. (Texto y fotos: Pepe Monforte).

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El Colegio Oficial de Tapatólogos de la Provincia de Cádiz en colaboración con la revista Cosas de Comé  quiere aportar a la sociedad un documento para que todos los aficionados a la ensaladilla, que somos millones, tengan un sitio donde acudir en busca de buenas tapas para no ir al libre albedrío y no encontrarse con sorpresas. Para ello se ha creado el “informe ensaladilla” un dossier (que palabra más fina) que incluye desde la definición de la ensaladilla  hasta sus diferentes clases y las formas en que se puede encontrar, haciendo mención también a los males que la aquejan. A continuación publicamos el documento de trabajo que recoge algunos de los bares donde se sirven magníficas versiones de la ensaladilla en El Puerto, y que no está terminado. ¡Cojan el tenedor! y añadan sus propuestas para la guía.

Bar Apolo.
Calle Palacios esquina con Nevería.
Ensaladilla rusa, considerada el canon ‘clásico en ensaladilla’, heredera de la que se hacía en el desaparecido bar de enfrente ‘La Mina’. Lleva, además de las patatas, mayonesa,  aceitunas y chícharos. Suele ir a-tuneada, es decir con pedacitos de atún en aceite. Sigue el precepto de escuela, de adornarla con unas tiras de pimiento morrón y huevos cocido, además de repellarla con la mayonesa.

Bar La Herrería
Plaza de la Herrería número 2. No cierran entre semana.
Ensaladilla recomendada para la guía por Pepe Monforte, al autor del ‘Informe Ensaladilla’, por lo que nos remitimos a éste para ponderar sus cualidades.

Bar El Nuevo Portuense
Calle Luna número 31. Cierra los domingos
Ensaladilla clásica, con muchos ingredientes, pero muy bien ejecutada. Su autor es el cocinero portuense Diego Conejero Chaparro. Esta ensaladilla “marida” a la perfección con otra tapa estrella de este bar las sardinas empanás. Proponemos hacer pareja con ambas.

Bar El Pescaito
Calle Atalaya número 9 (Por detrás del Hospital Santa María de El Puerto). Cierra los martes, excepto en los meses de julio y agosto que abre todos los días.
Ensaladilla de doble cúpula, muy sencilla en los ingredientes, pero extraordinariamente jugosa. Aquí también proponemos otro “maridaje” y es acompañarlas con los boquerones en adobo del mismo establecimiento que comandan los hermanos Enrique y Antonio Gago.

Bar Er Beti
Calle Misericordia número 7. Cierra los miércoles
Ensaladilla servida al pegotón, clásica y jugosa. Lleva pocos ingredientes: pimientos morrones, huevo duro y un poquito de atún. Utilizan, como muchas buenas ensaladillas, la mayonesa de Hellman’s. Los picos del Horno de Roque perfectos para el panidaje.

Bar Levante
Avenida de la Bajamar número 2. Cierra domingos por la noche y lunes completos.
Ensaladilla típica de los bares de cocina moderna en cuanto a la forma, cilíndrica, y muy original en cuanto a ingredientes ya que lleva pulpo y langostinos. Ambos se ven, además. Creada por el cocinero Carlos Municio. La mayonesa es casera realizada con aceite de girasol y leche. No lleva huevo.

Casa Paco Ceballos
Ribera del Marisco, junto a Romerijo. Cierra los miércoles
Ensaladilla muy original ya que se presenta en una especie de “mousse” integrada por una muy suave mayonesa, las patatas y el huevo cocido, nada más. Fue creada por Paco Ceballos el fundador de Casa Paco Ceballos. La pareja ensaladilla y pavia de merluza es impresionante. Cualquier tapatólogo debe probarla.

La Bodeguilla del Bar Jamón
Misericordia número 5. Abre todos los días
Es una muestra de las ensaladilla clásica, de las que llevan atún. Por su forma entraría en lo que se llama la ensaladilla ‘al pegotón’ que es la que se sirve en el plato (un elegante plato hondo) mediante un hábil toque de cuchara por parte del cocinero. Una de las mejores cosas de esta ensaladilla es la generosidad en mayonesa, cosa que le viene perfectamente porque es suave. El índice de tropezones (proporción entre patatas y otros ingredientes) es perfecto y se pueden ver trocitos de zanahoria, huevo duro, atún en conserva y chicharitos, un ingrediente que cada vez se ve menos en las ensaladillas. Aunque lleva en la carta desde el principio, la ensaladilla actual es obra de Mamen Serrano.

Bar Pijota.
Calle Curva sin número. Abre todos los días excepto los domingos por la noche y los lunes. (En julio y agosto sólo cierra los lunes al mediodía).
Ensaladilla de gambas recomendada para la guía por José Daniel Lorenzo

Bar Pepito.
Calle Crucero Baleares número 7
Ensaladilla recomendada para la guía por Jesús. Se trata de una ensaladilla de tipo minimalista servida en forma cupular. Sólo lleva atún y patatas y el toque fundamental es una mayonesa casera hecha con huevo pasterizado. La ensaladilla la creó la cocinera Antonia Bonmati allá por la década de los 60 del sigloXX cuando abrió el bar y ahora su hijo, David Fernández Bonmati, mantiene la misma fórmula. Se sirve con picos de la panadería Santa María de El Puerto.

El Faro de El Puerto.
Ctra. de Fuenterrabía, Km. 0,5.
Ensaladilla Rusa de gambas con un toque de Vino Fino del Restaurante El Faro de El Puerto. En una próxima nótula en Gente del Puerto revelaremos la Fórmula magistral del Ensaladillismo.

ENSALADILLISMO.
Defininición. Se ocupa de estudiar todo tipo de ensaladillas desde la inmigrante, la rusa, hasta las del país, la de gambas o la de pulpo, uno de los últimos fenómenos de esta ciencia y que está en auge. Defínase como ensaladilla a toda preparación que sobre una base de papas cocías lleve como ingrediente necesario la mayonesa y a partir de ahí, echalé imaginación…que no quiero yo decirle lo que he llegado yo a ver como ingrediente de una ensaladilla.

El colegio establece como rama aparte del ensaladillismo a la papaaliología o estudio de las papas alioli, aunque admite como obra del ensaladillismo a las ensaladillas en que la mayonesa lleva un toque de ajo, siempre que lleven algún ingrediente más que las separe de las papas alioli (patatas, ajo, mayonesa y perejil).

Los ensaladillistas deben atender a la hora de estudiar esta ciencia a varios aspectos. En primer lugar observarán sus ingredientes y distinguirán entre los imprescindibles: patatas y mayonesa;  básicos: zanahoria y huevo, y los “embellecedores” entre los que deberiamos citar a todos los demás ingredientes que se le agregan, incluidos los chícharos (guisantes).  Sobre estos últimos se ha escrito mucho para dilucidar si la verdadera ensaladilla gaditana los lleva o no. De todos modos la corriente “chicharista”, que defiende la inclusión de este ingrediente parece ir en declive en pos de un estilo más “minimalista” de las ensaladillas con menos ingredientes. (Texto y Fotos: Pepe Monforte).

En el último trimestre de 1965 la Hermandad Gastronómica de ‘Le Matoufé’ de la región belga de Marche-en-Famenne se estaban dando un homenaje por España saboreando los platos de nuestra gastronomía y los vinos de las diferentes denominaciones de origen del país.

En El Puerto fueron recibido el 2 de octubre en el salón de sesiones del ayuntamiento de la Ciudad, entonces en la Plaza de Isaac Peral, convertido provisionalmente en un salón recepciones, por los tenientes de alcalde Casado y Melgarejo quienes aparecen a la derecha de la imagen, entre los integrantes de la Hermandad. Allí se pusieron de grana y oro como se puede apreciar en la magnifica mesa con viandas y vinos de El Puerto. /Archivo Municipal. Foto: Rasero.

Lo cierto es que entonces nuestra Ciudad se estaba promocionando en el país integrado en el Benelux, donde reinaba la española Fabiola de Mora y Aragón, reina consorte de Bélgica. El Puerto recibía numerosos turistas de este país en el Cangrejo Rojo (luego Club Meditérráneo), donde se alojaron, gracias al impulso que diversos prescriptores turísticos realizaban entonces de la zona y que luego ya no se pudo recuperar. El director de este establecimiento hotelero, Mr Parmier, presentó al Grand Maitre, Mr. Albert de Haan, y otros integrantes del grupo, dirigiéndoles unas palabras en francés por el primer teniente de alcalde, Juan Melgarejo, siendo respondido por el Grand Maitre, intercambiándose regalos entre ambos. /Logotipo de la Hermandad de Matoufe o Confrerie du Matoufe. (Marche-enFamenne. Bélgica).

El grupo estaba compuesto por treinta integrantes propietarios de hoteles y establecimientos de restauración belgas. La visita causó expectación dado los vistoso de su atuendo: sombrero de copa gris Epson, blusón de fiesta azulón, camisa plisada con chalina o lazo rojo, pantalón gris de rayas y una gran placa insignia dorada al pecho con los ingredientes del plato que daba nombre a la cofradía gastronómica: Le Matoufé, una especie de tortilla a base de tocino de cerdo, harina de trigo, huevos, leche y la cuchara emulsionadora. /Placa de pecho de la Cofradía, con los ingredientes del plato.

LA RECETA.
Ingredientes de le matoufé para cuatro personas: 200 g. de tocino saldado, 4 cucharadas soperas de harina, 1/4 de leche + 1/4 de agua, 8 huevos, sal y pimienta. Preparación: Se corta el tocino en pequeños trozos y se ponen a freír en la sarten; mientras tantos, añade la harina en la mezcla de leche y agua y agregar los huevos, sazonando con sal y pimienta. Añadir la mezcla a la sartén cociéndolo todo a fuego medio sin remover hasta que los huevos se cuajen. Servir caliente con trozos de pan artesano.

Recorte del periódico 'La Voz de la Bahía'. 16 de octubre de 1965. El titular de 'folklórico' una peculiaridad mas de la época.


 

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 Tintín, delante del Castillo de San Marcos.

La película de Spielberg lo ha vuelto a poner de moda. ¿O acaso nunca ha dejado de estarlo? I con E es el acróstico de Iñaki Blanco y Emilio Jiménez, autores de las series de paisajes reales tratados como viñetas de tebeos y que incorporan como actores inesperados a personajes de cómics como Tintín y al resto de sus compañeros de aventuras. Los paisajes reales convertidos en lugares de tebeos son lugares emblemáticos de la provincia de Cádiz --entre ellos El Puerto-- y otros sitios de la geografía española, animados con esos sorprendentes personajes. «En nuestro trabajo, el juego entre realidad y ficción es muy importante --asegura Iñaki Blanco--. Es fundamental que el espectador reconozca referencias que le sean comunes y entre en el guiño que sugerimos».

 

Duelo de avionetas sobre la Plaza de Toros, con los hermanos Hernández y Fernández.

A mediados de la década de los noventa del siglo pasado, Iñaki Blanco y Emilio Jiménez, conocidos en los ambientes del diseño gráfico como  IconE, concibieron un original proyecto: recrear dentro del arte pop las aventuras del legendario personaje de tebeo Tintín, en principio, en espacios urbanos de Cádiz, la ciudad natal de los artistas.

 

Una carabela pirata a la altura del muelle del Vapor, en el remodelado espacio de la Ribera del Río.

Su primera serie de acrílicos sobre lienzo constituyó un éxito fulminante. Las obras se vendieron, se editaron sendas series de reproducciones en formato postal --ya no lo hacen-- y varios pósters. «Y curiosamente, no tuvimos imitadores», aseguran. El éxito de sus acrílicos, del que los autores nunca esperaron alcanzaran tal notoriedad no se hizo esperar. Los primeros cuadros se los quitaban de las manos recién salidos de su pinceles y,  pronto, empezaron los encargos,

 

Tintín y su perro 'Milú' contemplan el desaparecido Vapor Adriano III, llegando al muelle de Cádiz delante del buque escuela Juan Sebastián Elcano.

«Creo que el éxito tiene que ver por el choque entre realidad y ficción y, sobre todo, por el propio personaje, da la casualidad de que tanto Emilio como yo éramos grandes seguidores del personaje. Yo me habré leído sus historias unas treinta mil veces...», asegura Blanco. «Llegó un momento en que nos quedamos estancados con el diseño gráfico, queríamos salir de ahí. No nos agradaba la idea de pasarnos la vida haciendo trabajos para las instituciones», recuerda el artista. Junto a su faceta como diseñadores, el Tintín de I con E fue exportándose: primero a Tarifa, luego a El Puerto de Santa María, más tarde a Sevilla, Madrid, Conil, Extremadura y próximamente, Amsterdam…

Iñaki Blanco y Emilio Jiménez delante del acrílico que reproduce a Tintín vestido de escocés en la Plaza del Castillo.

«Aunque al principio los herederos de Georges Remi parecían a gusto con nuestra iniciativa --rememoran--, luego cambiaron de idea. Controlan muy férreamente todo lo relativo al merchandising del personaje y las reproducciones gráficas, que es lo que da dinero. Sólo se permite el uso de los personajes sobre fondo blanco, como en la campaña de Telefónica. Nosotros nos acogemos al artículo 39 de la Propiedad Intelectual, que permite hacer parodia. Pero, realmente, pensamos que no tendría que haber problema, porque trabajamos con elementos de cultura pop, de manera parecida a lo que hace Antonio de Felipe».

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Hoy queremos traer algunas pinceladas del buen hacer de un prolífico poeta portuense que llenó con sus versos, plenos de fina gracia y de mordaz crítica, muchas páginas de la Revista Portuense en la última década del siglo XIX.  Se llamaba Manuel del Rio y García, y aunque su poesía es de la considerada "menor", gozaba de una gran aceptación entre sus paisanos contemporáneos. Manuel Martinez Alfonso lo cita en varias ocasiones en su obra "El Puerto de Santa María en la literatura"  y se extiende en elogios de una zarzuelita: "Ojeada al Puerto" de la que él era el letrista´y la música del también compositor local Francisco Javier Caballero. La obrita, estrenada en 1895, se anunciaba como revista local cómico-lírica, resaltando la prensa de la época su fácil versificación, fluidez y sonoridad. "Viene a ser la tal "Ojeada" -indica Martinez Alfonso- como un desfile de cuanto había en El Puerto digno de crítica, observación o aplauso".

Señala la Revista Portuense escenas de verdadera gracia y vis cómica, entre ellas la de la Electra Peral Portuense, personaje que tenía en sus manos un tridente, en cuyas puntas lucían tres lámparas eléctricas de diversos colores. El personaje femenino, en un sentido homenaje al que fuera candidato a diputado por la ciudad, declamaba:

Yo soy la luz eléctrica, señores,
la que más se asemeja a la del día;
la que en esta ciudad de Andalucía,
de la ciencia derrama resplandores.

No hay nadie que me mire y no se asombre
en este siglo lleno de portentos:
soy el no más allá de los inventos,
la última prueba del saber del hombre.

Por más que mis ventajas se disputan
cuantos aman la ciencia y el progreso,
víctimas del obscuro retroceso
pocos pueblos de España me disfrutan.

Cabe al Puerto el honor de que él ha sido
uno de los primeros que ha gozado
las ventajas de llevar este alumbrado;
y este honor se lo tiene merecido.

Pues digno de mejoras y de honores
es todo pueblo noble y patriota;
todo pueblo que lucha hasta ver rota
la red en que le envuelven sus traidores.

Y El Puerto, en lucha atroz por la justicia,
la razón, la verdad y el patriotismo,
triunfó de la coacción y el egoísmo,
de la envidia, la saña y la malicia.

Recompensa, no más, a su hidalguía
aquel por quien luchó le ha dispensado,
y si el éxito hubiese coronado
su justa aspiración, más le daría.

Invento que honra el siglo XIX
¿sabéis por quién lo tiene El Puerto?
¿Quién lo instaló con tan notable acierto?
¿Sabéis mejora tal a quién se debe?

Al sabio que hoy admira el mundo entero;
al español hidalgo, genuino;
al ilustre, al patriota, al gran marino
don Isaac Peral y Caballero.

Un cambio laboral trasladó a nuestro poeta a la capital gaditana al comienzo del siglo XX pero desde allí, intermitentemente y hasta bien avanzada la segunda década de dicho siglo, continúo colaborando con la publicación local mas conocida. De la Revista Portuense del 8 de julio de 1904 son estos versos que él mismo protagoniza cuando venía a ver los toros:

Dicen que El Puerto está muerto.
Lo que estaba era dormido.
Pero ya que está despierto
se ve que es el mismo Puerto
que toda la vida ha sido.
¡El mismo!... con sus parejas,
sus jazmines y sus rosas,
sus cierros bajos, sus rejas,
testigos de amantes quejas,
y sus bodegas famosas.
Tierra de las alegrías,
con hembras que son tesoros
de andaluzas simpatías,
que se ostentan en los días
de las corridas de toros.
Pues la fiesta nacional,
conjunto de sol, luz, vida,
colores, bullicio y sal,
tiene en mi tierra querida
un atractivo especial.
¡Oh, Puerto, en eso descuellas,
y del mar surco las olas
para verte, y ver en ellas
lucir a tus hijas bellas
sus mantillas españolas!
Por eso inundan los trenes
de viajeros tus andenes,
y al muelle vienen y van
llenos, y dando vaivenes.
Por eso, cuando hay corrida
marcha a mi tierra querida
toda la provincia entera.
Por eso eres tu mi anhelo
y por verte me desvela
porque es la gloria tu suelo,
o porque tu cielo se ríe
y porque testigo eres
de mis risas y mis lloros,
y porque brindan placeres
la gracia de tus mujeres
y la fama de tus toros.

(Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

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José Ramón Salamero Sánchez-Gabriel nace en Madrid el 19 de Noviembre de 1952. La verdad es que debía haber nacido en El Pardo (Madrid), donde su padre, Raúl Salamero Brú, (Castellón de la Plana, 1910), era Capitán de la Guardia Civil, Jefe de la Compañía de Seguridad del anterior Jefe de Estado, pero el parto vino con complicaciones y su madre, María Soledad Sánchez-Gabriel Fernández-Giro, (Toledo, 1919), hubo de ser trasladada de urgencia al Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid, donde tuvo lugar el feliz acontecimiento.

Precisamente, del puesto que desempeñaba su padre viene el primer contacto de su familia con El Puerto, pues, cuando nuestro protagonista accedió a la plaza notarial porteña, su padre, ya retirado, le comentó que visitó El Puerto por primera vez velando por la seguridad de Franco en las visitas vacacionales que hacía a finales de los años cuarenta y primeros de los cincuenta a nuestra ciudad y añadía que nunca le había sabido mejor el fino que cuando tuvo ocasión de probarlo sacado directamente de las botas en una de nuestras bodegas.

El abuelo de José Ramón, Ricardo Salamero Ortiz, de pie, cuarto por la izquierda, en un acto asistiendo a S.M. el Rey Alfonso XIII.

1952

El año de su nacimiento era alcalde de El Puerto Luis Caballero Noguera. Se estrenaba la película ‘La Niña de la Venta’, dirigida por Ramón Torrado y protagonizada por Lola Flores y Manolo Caracol. En julio se celebró en el Tiro de Pichón la tirada de Copa del Campeonato del Puerto de Santa María, con 58 escopetas. La Plaza de Toros es adjudicada hasta dciiembre de 1953 al empresario Manuel Belmonte García, a razón de 50.000 pesetas mensuales. Ese año llegaba a El Puerto, destinado al Instituto Santo Domingo, el profesor de Geografía e Historia Enrique Bartolomé López-Somoza. Mariscos Romerijo iniciaba su andadura empresaria. Rafael Alberti publicaba ‘Buenos Aires en Tinta China’ y ‘Retornos de lo vivo lejano’. El pintor porteño, afincado en Sevilla, Juan Miguel Sánchez pinta el cartel de la Feria de Primavera. Francisco Dueñas Piñero empieza a dirigir la Banda Municipal de Música hasta el año 1982. /En la imagen, Salamero con apenas 8 meses.

José Ramón es el tercero de seis hermanos, de los que cuatro viven en Sevilla y el otro, el mayor, Ricardo, Capitán de Navío de la Armada en la reserva, disfruta de su dulce jubilación también en El Puerto. /En la imagen, Salamero, con 10 años en 1962, en Teruel.

AJETREADA INFANCIA Y ADOLESCENCIA.

La infancia, adolescencia y juventud de José Ramón estuvieron marcadas por la profesión de su padre, pues cada vez que ascendía de grado militar, se producía el correspondiente traslado de ciudad. Así, hasta los dos  años de edad vive en Lugo, hasta los seis en Valencia, hasta los doce en Teruel, hasta los dieciséis en Valladolid y por último hasta los veintiséis años, edad en la que accede a la profesión de Notario, vive en Sevilla, a la que su padre llega con el grado de General (empleo al que también accedió su padre, abuelo de José Ramón, Ricardo Salamero Ortiz) con mando sobre toda la Guardia Civil de Andalucía y Extremadura.

FUGA DE EL LUTE.

Precisamente, bajo el mando del padre de nuestro hombre se produce la fuga de Eleuterio Sánchez ‘el Lute’ de el Penal de El Puerto de Santa María, con el consiguiente disgusto, pues fue él también el que lo había capturado (durante su estancia como Coronel en Valladolid) cuando se evadió tirándose de un tren en Salamanca (hecho al que corresponde la famosa foto en que ‘el Lute’ aparece, entre dos guardias,  con el antebrazo escayolado, por la fractura que sufrió al caer del  tren). No obstante, el General Salamero consideraba al ‘Lute’ (y así lo hacía constar en el retrato psicológico que de él confeccionó) como una persona «muy inteligente» y «valiente», además decía de él que «nunca se enfrentaba a la fuerza pública» para no causar daños personales. /En la imagen de la izquierda, sus padres, Raúl Salamero Brú y Soledad Sánchez-Gabriel Fernández-Giro, en 1948.

José Ramón, en el centro, en 1964, en Teruel en el Colegio de 'La Salle'.

ESCOLARIZACIÓN.

Pero volvamos al pequeño José Ramón. Comienza a ir al Colegio en Valencia a los Padres Agustinos. (Los padres ‘langostinos’ como diría el inolvidable Luis Sanchez Polack ‘Tip’).  Desde el año 1959 hasta el año 1965  José Ramón vive en Teruel, donde cursa hasta  el tercero del antiguo Bachillerato en el Colegio San José de los Hermanos de La Salle. Pero, debido a la férrea disciplina que en él reina, no recuerda con demasiado cariño su paso por ese Colegio.

El instituto 'José Zorrilla' de Valladolid, donde cursó parte del bachillerato.

En el verano de 1964, con 12 años, irá a vivir a Valladolid y cursa 4º y 5º de Bachillerato en el Instituto Público de Enseñanza Media ‘José Zorrilla’. En esos dos años conoce un sistema educativo en libertad y de confianza en el alumno al que se le deja tomar sus propias decisiones y ser responsable de sí mismo.

CESTA Y PUNTOS Y PREMIO EXTRAORDINARIO.

Sin embargo, en verano de 1966 es auténticamente ‘fichado’ por el Colegio de los Hermanos Maristas de Valladolid: a cambio de que José Ramón  participe en el equipo que presenta el Colegio al programa de Televisión Española ‘Cesta y Puntos’, le ofrece matrícula gratis y ningún pago mensual. Cursa, pues, en dicho Colegio, Sexto y Preuniversitario, obteniendo en el año 1968 el Premio Extraordinario de Bachillerato. /En la imagen de la izquierda durante el programa 'Cesta y Puntos' en 1967.

CON EL SECRETARIO DEL AYUNTAMIENTO.

En verano del año  1969 el padre asciende a General y es enviado a Zaragoza; pero allí sólo permanece unos meses, siendo trasladado a Sevilla, en cuya Facultad de Derecho pone el pié José Ramón en Noviembre de 1969, todavía con dieciséis años. Allí cursa la carrera de Derecho, si bien repite el primer curso por una sola asignatura, pues tiene un problema personal con el catedrático. Y cosas del azar, cursa con él la carrera el hoy Secretario del Ayuntamiento de El Puerto Fernando Jiménez Romero.

Su estancia en la Facultad la recuerda con el cariño y la nostalgia de un tiempo feliz;  sus amigos, debido al traspié del primer curso, son los ‘repetidores’ --que, como él dice, "son siempre más divertidos"-- y, hoy día, sus mejores amigos son, todavía, compañeros de Facultad.

ALFEREZ EN LA IMEC.

En el segundo semestre de 1973, comienza a cumplir el servicio militar en la IMEC, obteniendo el grado de Alférez y realizando las prácticas en el CIR 16 de Camposoto en San Fernando. Durante su primer período de formación en Cerro Muriano (Córdoba ) coincide con el portuense Luis Márquez Carrascosa, al que veintitantos años después verá entrar en su despacho como Gerente de Suvipuerto.  

OPOSICIONES A NOTARÍA.

Termina la carrera de Derecho en el año 1975, y, tras el verano, otro día de Noviembre, comienza la preparación de las oposiciones a Notarías. A los tres años, tres meses y veintiún días, es decir, en Febrero del año 1979 realiza el primer examen de la oposición,  que termina en Junio con éxito,  y el 14 de Noviembre (otra vez Noviembre) de 1979, con 26 años, obtiene el título de Notario accediendo a  la plaza de   La Puebla de Cazalla (Sevilla).

José Ramón, en su toma de posesión como Notario.

TENTACIONES.

No obstante, antes de tomar posesión de ésa su primera Notaría, es llamado a Madrid donde el Subdirector General de los Registros y del Notariado le hace un doble ofrecimiento: Quedarse en Madrid como Letrado adscrito (asesor) a la Dirección General de los Registros y del Notariado o ir a Bruselas como miembro de la Delegación del Gobierno español en la Comisión de Armonización del Derecho Civil Europeo. Sin embargo, José Ramón, rechaza ambas propuestas y prefiere empezar a ejercer ya su profesión.

En la Notaría de Onteniente (Valencia) en 1993.

LA PUEBLA DE CAZALLA.

Así, empieza a ejercer como Notario en La Puebla de Cazalla. En 1980 contrae matrimonio con María Dolores Rodríguez- Varo Valverde también Licenciada en Derecho y compañera de Facultad, y casualmente sobrina del que fue Notario de El Puerto de Santa María en los años ochenta y noventa Rafael Valverde Lergo. En 1981, se traslada a la Notaría de  Marmolejo (Jaén ) donde permanece hasta Agosto de 1983. Antes, en 1982, nace en Sevilla su primer hijo, José Ramón. En 1983 nace, también en Sevilla, su segundo hijo, Fernando, y  también en ese año pasa a desempeñar la Notaría de Ubrique, hasta mediados de 1985.

ONTENIENTE.

En 1985 obtiene la Notaría de Onteniente (Valencia), donde decide acabar durante algún tiempo la vida nómada y quedarse un período duradero. En  1987, nace en Alcira (población cercana a Onteniente) su tercera y última hija, Beatriz. Durante su estancia en Onteniente, que se extendió a diez años (1985-1995), José Ramón Salamero y su familia se integraron plenamente en la localidad, guardando un entrañable recuerdo de esa época de su vida. En el aspecto profesional, es de destacar que José Ramón realiza y firma la primera escritura redactada en idioma valenciano en la Notaria de Onteniente. /En la imagen de la izquierda no es José Ramón vestido de Rey Negro sino que está desfilando en la comparsa 'Kábilas' de la Fiesta de Moros y Cristianos de Onteniente.

LLEGADA A EL PUERTO.

Pero los deseos de volver a Andalucía, donde están la familia y amigos del matrimonio, son muy fuertes y en Marzo de 1995 pide y obtiene la Notaría de El Puerto de Santa María. Desde esa fecha reside en nuestra ciudad ejerciendo su profesión de Notario asociado con el también Notario de la localidad Antonio Manuel Torres Domínguez.

En el ámbito corporativo, José Ramón Salamero es, desde el año 2004, por votación de los colegiados, miembro, por la provincia de Cádiz, de la Junta Directiva del Ilustre Colegio Notarial de Andalucía, cargo para el que fue reelegido el año 2008, y en el ámbito profesional, es Vicepresidente de la Asociación de Notarios Empleadores de Andalucía Occidental.

También, en el ámbito local, es Patrono, junto con el Alcalde de El Puerto y su compañero Antonio  Torres Domínguez, de la Fundación Pérez Bruchetti. Destaca también que se le ofreció formar parte, en representación de los impositores, del Consejo de Administración de la Entidad "Unicaja", pero se vio obligado a declinar el  ofrecimiento por las rigurosas normas de incompatibilidad del Reglamento Notarial.

AQUEL PUERTO DE 1995.

La impresión que le causó El Puerto, que no conocía, cuando por primera vez llegó a nuestra ciudad, un nublado día del mes de Febrero, no fue especialmente favorable. Un centro degradado arquitectónicamente, falta de señalizaciones, ausencia de lógica en los itinerarios para entrar y salir de un  centro laberíntico, (que en poco tiempo le costó dos choques de coche), falta de aparcamientos, atascos en los accesos a la ciudad, falta de limpieza, gorrillas  y pedigüeños por doquier. En fin le pareció que había llegado a una Ciudad con un desarrollo urbano muy inferior a la industriosa, ordenada y limpia Onteniente, donde si se veía a alguien pidiendo en la vía pública, la Policía Municipal se ocupaba de él y lo retiraba inmediatamente para que recibiera la correspondiente ayuda social.

Con la Junta Directiva del Colegio Notarial de Andalucía.

Sin embargo el entorno de El Puerto le pareció maravilloso, espectacular, incluso. Valdelagrana, la playa de La Puntilla, las abundantes zonas verdes, Puerto Sherry y su pueblo marinero, las playas de Vistahermosa y el Manantial, el parque de Los Toruños, las urbanizaciones que rodean el casco urbano, e incluso en el centro, las Casas-Palacios y algunos rincones especialmente bellos no tardaron en cautivarle y, si a eso se añade el carácter abierto y el afinado sentido del humor de los habitantes de esta Ciudad, a los pocos meses ya se consideró un portuense más. ‘Paracaidista’, eso sí. (Luis Suarez dixit. Ver artículo de Luis Suárez Ávila en GdP).

Presentando la revista de la Cofradía del 'Dolor y Sacrificio'.

INTEGRADO.

José Ramón Salamero ha participado siempre  en los eventos locales para los que ha sido requerido; así, hizo, en el año 1999, la presentación de la Revista de la Hermandad de Jesús Cautivo y María Santísima del Dolor y Sacrificio y ha participado todos los años en la lectura de poemas de Alberti que su Fundación organizaba para conmemorar la fecha del nacimiento del poeta, con la peculiaridad, de que, en vez de leer, cantaba, acompañado por su guitarra, canciones con letra de Alberti; aunque, eso sí, para evitar, como él dice «sufrir el lanzamiento de productos vegetales», lo hacía siempre a primera hora, cuando el público estaba exclusivamente compuesto por la viuda del poeta, Asunción Mateo, y por algún que otro grupo de sufridos colegiales.

Con sus amigos de El Puerto, de izquierda a derecha, José Ramón, Pepe Arias, Manuel Alfonso, María Parrondo, Casilda Pérez y María Dolores Rodríguez-Varo.

EL PROGRESO.

Preguntado acerca de cómo encuentra a El Puerto en la actualidad reconoce que en los quince años últimos el progreso en infraestructuras y en hacer más agradable la Ciudad ha sido muy grande: la desaparición de la travesía de la Carretera Nacional a Cádiz, con la ejemplar urbanización de la carretera, la variante del Centro Comercial ‘El Paseo’, los desdobles de Vistahermosa y Valdelagrana, puente incluido, el nudo del Oasis, el derribo de las edificaciones junto a Pozos Dulces, la adecuación del Parque Calderón y de la zona de la Pescadería, el Teatro Muñoz Seca, la realización de los polígonos de la Isleta y Las Salinas, tanto de Poniente como de Levante, la continuación de la variante por encima del Polígono hasta la autopista a Cádiz, el desdoble del antiguo puente sobre la vía, la nueva Avenida de la Diputación, el Parque del Vino Fino, la adecuación del Parque de los Toruños, la semipeatonalización o peatonalización total de numerosas calles del centro de la ciudad y en fin, alguna cosa más, que admite haberse dejado en el tintero, hacen que El Puerto sea una población muy distinta, para mejor, de la que conoció al llegar en año 1995.

Familia Salamero al completo: padres, hermanos, cuñados y sobrinos el día de la Comunión de Beatriz, hija de José Ramón, segunda abajo a la izquierda. Año 1997 en El Puerto.

SOBRE EL FUTURO.

Respecto de cual pueda ser el futuro de El Puerto, piensa que, dada su estratégica situación y dotaciones, El Puerto debería convertirse en la ciudad residencial por antonomasia de toda la Bahía de Cádiz. Es decir, cualquier funcionario, profesional, empresario o ejecutivo de empresa que viniera a trabajar o trabaje en Cádiz, San Fernando, Puerto Real o Jerez, debería vivir o aspirar a vivir, como primera opción en El Puerto. Lo mismo debería ocurrir con las pequeñas y medianas empresas, que no duda comenzarán, cuando empiece la salida de la crisis, a instalarse en el Polígono de Las Salinas.

José Ramón, rodando por el Circuito de Jerez.

AFICIONES.

En cuanto a sus aficiones, figura, en primer lugar, la lectura. Siempre tiene un libro entre manos, aunque como él dice «ahora sólo leo best-sellers, los libros difíciles ya los leí cuando era pequeño», (la realidad es que a los once años ya se había leído toda la biblioteca de su padre). También le gusta navegar por Internet buscando información sobre los temas más insospechados. La música también ocupa su tiempo, ya que forma parte, tocando la guitarra acústica y cantando, de un conjunto autodenominado ‘Grupo Las Redes’ que todavía permanece en el anonimato. Le gustan las motos, aunque como él dice «me gusta la moto, pero no soy motero». Practica el paddle y el golf --esto último ‘horrorosamente’, según reconoce--. Y como última peculiaridad, le gusta el belenismo; incluso ha obtenido premios, uno en Onteniente y otro en El Puerto, otorgado por la comunidad de Vistahermosa.

Grupo 'Las Redes', de izquierda a derecha, José Luis Parra 'Peli', Juan Carlos Wiggs, José Ramón Salamero y Fernando Polanco.

ANECDOTARIO.

José Ramón recuerda alguna anécdota que le haya ocurrido en el ejercicio de su profesión en El Puerto, como aquella vez en que la portuense Merche Valimaña vino a su despacho a una firma y terminaron los dos cantando a dúo 'Something Stupid'. O aquélla otra vez, en que un sobrino llevó a su tía a la Notaria diciendo que iba a hacer testamento y José Ramón dijo que pasara al despacho la señora sola. Una vez en el despacho le preguntó que qué deseaba y la señora le dijo: «--Pues mire, señor doctor, la pastilla que me mandó para la garganta me ha ido estupendamente, pero la de la nariz no me ha mejorado nada». Así que, José Ramón hubo de decirle: «--Señora, acompáñeme que su sobrino la llevará al médico».

José Ramón, con su mujer, María Dolores Rodríguez-Varo.

Otra anécdota tuvo lugar en Onteniente, donde, un día , se presentaron en la Notaría dos señores diciendo que su tio acababa de morir en su casa y que venían a encargar su testamento. Entonces José Ramón les dijo: «--Pero, hombre, a quién se le ocurre, si está muerto, cómo va hacer testamento», Y ellos le respondieron : «--No, si eso lo sabemos, por eso hemos pensado que sea el propio Notario el que coja la mano al muerto y haga su firma».

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Es de El Puerto. De El Puerto de Santa María pero se recrió en Sevilla.  En Barcelona estudió danza clásica en el Estudio Fankhanel, escuela bolera y clásico español con Alicia Calado --primera bailarina del Teatre LLiceu de Barcelona-- y Felipe Sánchez. En Sevilla y en Jerez, se especializó en flamenco con Manolo Marín, Merche Esmeralda, Carmen Cortés, Angelita Gómez, Farruco y otros grandes. /Foto: Guillermo Rivas.

ALEMANIA.

Se trasladó a vivir en 1981 a Alemania, en Wuppertal donde conoce a Hans, su marido. Wuppertal es la ciudad de Pina Bausch y su 'Cafe Müller', donde se haya uno de los principales centros para el estudio del clima en la Unión Europea. Es un municipio perteneciente al Bundesland de Renania del Norte-Westfalia, donde estudió Canto con el Maestro Herr Gillessen. Pero no sólo estudió canto sino que impartió clases de flamenco en la Volkshochschule de Wuppertal y en el Tanz-Studio Katia Krüger.

Allí actuará en Jaus der Jugend (Casa de la Juventud),  en el Folklorefest Internacional en la Stadhalle de Wuppertal, en el Junges Theather de Góttingen, y en 1985 al fundarse el grupo ‘Flamenco Vivo’, actuará por toda Alemania. El 24 de Enero 1.986, con motivo del 50 aniversario de la muerte de Federico García Lorca se representa en la Opernhaus (Teatro de la Ópera) de Wuppertal la obra de teatro danza flamenco ‘Alboreá’ dirigida, coreografiada e interpretada por Ángela Cruces y su hermana Charo.

Charo y Ángela Cruces, interpretando 'Alboreá' en el Teatro de la Ópera de Wuppertal (Alemania), en 1986.

El tranvía por debajo de el puente, en Wuppertal (Alemania).

Participa también en ele  Stadhalle y en el Flamenco-Abend e la Musikschule de Bochum. En Dusseldorf  en el Nordrhein-Wesfalen-Fest y participará, en 1987 en la coreografía de la ópera ‘Carmen’ para la Opernhaus. Ese año y el siguiente actuará en Essen, Leverkusen, Bremen, Witten. Unna, Duisburg, Wilhelmshaven y Ludwigshafen. 

REGRESO A ESPAÑA: SAN SEBASTIÁN.

En 1988 regresará a España, estableciéndose en San Sebastián en 1995, impartiendo clases de Flamenco en Temis-Circulo de Actividades Culturales de la capital donostiarra. En 1998 estrena la obra ‘Lorca, poeta en soledad’, dirigida, interpretada y coreografiada por Ángela en la Casa de Cultura Lugaritz de San Sebastián. En 2003 coreografía un fragmento de la zarzuela “La Revoltosa” para la Asociación Lírica ‘Sasibill’ donostiarra. En 2004, estrena la obra “Poesía y Flamenco”, dirigida, coreografiada e interpretada por nuestra protagonista, siendo representada también ese año y el siguiente en la Casa de la Cultura de Egía, en San Sebastián, en el Teatro Amaya de Irún, en Lasarte-Oria y en Andoaín. /El Peine de los Vientos, en San Sebastián.

En Gazteszena (San Sebastián)

ESCUELA TALLER.

Su escuela taller escenario está en un sótano en el número 12 de la calle Carlos I, de la capital vasca, Allí está su academia de baile, de clases de flamenco, sevillana, castañuelas, coreografía… En San Sebastián ha rendido homenaje en distintos espectáculos, como bailaora y coreógrafa además de a Lorca, a la txalaparta, la percusión senegalesa y la poesía. Ha colaborado con Localia TV.

Ángela Cruces, durante una actuación en Rabat (Marruecos).

ENCUENTROS.

El pasado viernes estrenaba en San Sebastián el espectáculo flamenco ‘Encuentros’, donde muestra el rumbo del flamenco que se hace en Guipuzcoa. «El flamenco y el jazz, son primos, como dirían en mi tierra». Y hablando de fusión, «En cuanto llegué a San Sebastián pregunté cuál era la forma de percusión vasca y me encontré con la txalaparta. La incorporé a una coreografía, lógico»

Ángela, en un espectáculo de fusión entre el flamenco y la txalaparta.

LA TXALAPARTA.

La txalaparta es un instrumento de percusión tradicional del País Vasco que, generalmente consta de dos soportes (cestos, sillas, banquetas, etc.), sobre estos algún material aislante (hoja de maíz, sacos viejos enrollados, hierba seca, etc.) y sobre esto un tablón que es golpeado con cuatro palos (dos cada Txalapartari). Aunque tradicionalmente cada txalaparta solía tener dos o tres tablas de madera, recientemente es habitual encontrar txalapartas formadas por una docena de tablas.

En el Teatro Amaya (Irún).

EL FLAMENCO EN LA DISTANCIA.

Ángela explica como vive en flamenco tan lejos de su cuna: «Todos lo que lo vivimos --no se trata de decir 'lo practicamos', el flamenco es una manera de vivir-- estamos siempre en contacto. Nos vemos, nos oímos, nos contamos. Bajo mucho al Sur a inyectarme flamenco en vena. Y cuando estás allá, en Triana o en Jerez, en la Bienal o en un café las horas pasan en un vuelo. Porque puede que aquello que te vaya a entusiasmar, maravillar, enloquecer no suceda ni a las nueve ni a las diez ni a las once de la noche sino a las cuatro de la madrugada, a las seis de la mañana».

LA FUSIÓN.

En cuanto a la fusión entre diferentes estilos y técnicas afirma: «Es ley de vida. Al fin y al cabo, el cajón, que hoy parece algo consustancial al flamenco se lo trajo Paco de Lucía, de Perú. Y es la percusión perfecta. Tú puedes fusionar siempre y cuando tengas muy claro dónde están las raíces, la pureza. Porque si no, tu mezcla, tu baile, tu cante, tendrán los pies de barro». /Cartel de su último espectáculo 'Encuentros'.

EL AGUJETAS.

Recuerda el punto de soberbia de ‘El Agujetas’: «Tenía un cante ancestral. Había trabajado en la fragua, origen del martinete (ay el compás del martillo sobre el yunque...) y vivió mucho en Estados Unidos. Un día dijo: 'Yo puedo cantar 'My Way', a mi manera pero Sinatra nunca podrá cantar flamenco. Ni a la suya'». Y prosigue: «Aprenderás la métrica, la técnica pero sin ‘quejío’, sin 'jipío' nunca cantarás flamenco. El flamenco no cuenta historias en sus letras, sentencia: 'La luna tenía cerco, era noche de muerte'. En cómo dices esa frase está el secreto del cante. Esa pureza suya tan dura».

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Jose Pecho es el nombre artístico y por el que es por todos conocido, José Manuel Pecho Martín. Nace el 5 de junio de 1968 en Cádiz, en el hospital de la Misericordia y San Juan de Dios del barrio Santa María, aunque de siempre ha vivido en El Puerto. Es de una familia humilde y trabajadora. Su padre Manuel es patrón de barco  y su madre Soledad, ama de casa, ambos de El Puerto. Jose siempre se ha sentido muy orgulloso de sus padres y de la educación que le dieron. Tiene tres hermanos, Yolanda, Antonio y Silvia, siendo él el mayor.

1968.
Era alcalde de la Ciudad, Luis Portillo Ruiz. En junio se celebraba en El Puerto un pleno de la Diputación Provincial que se pronunciaba sobre la expansión universitaria en la provincia, algo de lo que El Puerto no se vería beneficiado y que produjo, por su desacuerdo que, un año después Luis Portillo abandonara la alcaldía al no verse apoyado para tal empresa. José Luis Tejada publica ‘El cadáver del alba’. Se proyecta en el Teatro Principal ‘El Planeta de los Simios’. Se estrena en la Scala de Milán, un ballet basado en el poemario de Rafael Alberti ‘Sobre los ángeles’, que ese año publica ‘Roma, peligro para caminantes’.

Se inauguraba el ambulatorio de la Seguridad Social ‘Virgen del Carmen’. En 1968 los cofrades de la Veracruz incorporaban la imagen de María Santísima de Consolación y Lágrimas, empezando a procesionar ese mismo año. Desde entonces en la procesión de la hermandad de la Veracruz desfilan delante del paso un grupo de mujeres ataviadas con la mantilla española.  Nace el cantante afincado en El Puerto Enrique Bunbury. /En la imagen, José Pecho, con su abuela en el Parque Calderón.

Son muchas las casas en las que ha vivido nuestro protagonista a lo largo de su vida en El Puerto, en Madrid, en La Pineda (Tarragona) y en Tenerife. Su primera infancia la pasa entre una casa palacio, convertida en casa de vecinos, situada en el número 8 de la calle Santa Lucía, junto a la iglesia Mayor Prioral en pleno centro, y la casa de sus abuelos maternos en una barriada ya desaparecida, la barriada ‘18 de Julio’  que estaba situada junto a la plaza de toros al comienzo de la Avenida del Ejército. De ambos lugares conserva recuerdos inolvidables a pesar de la edad que tenía cuando vivió allí. Posteriormente y de forma definitiva se traslada la familia, ya con los tres primeros hermanos, a un piso en la recién construida barriada Juan Melgarejo Osborne, conocida como barriada Sericícola, donde vivirá su infancia y juventud. Años más tarde se irán a vivir a una casa unifamiliar en el barrio de La Palma donde, en la actualidad, siguen viviendo sus padres.

CANARIAS.
Trabajando ya profesionalmente como actor, en unas mini vacaciones que se toma en Tenerife, después de acabar contrato en una producción teatral, se presenta a un casting para un espectáculo y lo eligen para un papel. Por ello se traslada a vivir a las Islas Canarias donde permanecerá durante casi tres años, tiempo que dura el espectáculo, viviendo en distintas casas. En la actualidad vive en su casa de la calle Palacios, en el centro histórico de El Puerto.

José Pecho con su padre y hermanas, su hermano Antonio es el que hace la fotografía.

OREJAS DE BURRO.
Comienza su aventura escolar en la guardería donde lo matricula su madre, de la que no recuerda el nombre pero sí que estaba situada en la calle Bolos. De allí recuerda la vez que la profesora, la que era muy mayor, por no saber responder correctamente una pregunta, le obliga a colocarse unas orejas de burro y a ir por todas las clases diciendo “soy un burro”. Por supuesto los otros niños se reían a carcajada limpia. Y, aunque no fue un buen momento, no lo recuerda con desagrado. Siempre ha dicho que esa fue su primera actuación ante el público. Era otra época.

José Pecho ha colaborado desinteresadamente en dos campañas de captación de socios para el Racing Club Portuense.

SUS INICIOS EN EL TEATRO.
Su relación con el teatro comienza muy temprano. Estando en quinto curso asiste en el colegio donde está a la función de la obra “Los cuatro Robinsones” de Pedro Muñoz Seca, realizada por compañeros del mismo centro. La primera obra de teatro que ve en su vida. Le llama tanto la atención que desde entonces busca la oportunidad de poder participar en algún montaje; algo que consigue al siguiente curso cuando preparan una obra pero que no llegan a representar.

Estando estudiando en el Instituto Pedro Muñoz Seca, la profesora de literatura crea grupos de trabajo y Jose Pecho decide participar en el de teatro. A lo largo del curso van ensayando varias escenas de “La Celestina” y la representan para los compañeros de clase a final de curso. Al curso siguiente entre los compañeros que participaron en la obra anterior deciden preparar fuera del horario de clase la obra “Amor al prójimo” y consiguen representarla en el salón de actos del centro para todos los estudiantes del Instituto.

Animado, junto con los compañeros de montaje, se apunta a la primera edición de Escuela Municipal de Teatro que crea el Ayuntamiento de El Puerto ese año. Aquí estará durante dos cursos representando las obras “Los Gemelos” de Plauto y “Tres sombreros de copa” de Miura. Al final del primer curso de la Escuela Municipal de Teatro, se incorpora al recién creado grupo de teatro municipal que más tarde sería conocido por T.E.J.A. (Teatro Estable Juvenil Andaluz) cuyo responsable sería durante unos años Paco Teja (ver nótula núm. 785 en GdP). Con este grupo representa “La Voz de su Amo” de Pedro Muñoz Seca y “Los Caciques” de Carlos Arniches. Obras con las que actúa por varios municipios de las provincias de Cádiz y Sevilla.

CODIRECTOR DEL TEJA.
Años más tarde, y ya desaparecido el creador del grupo, asume la dirección del mismo junto a su amigo y compañero Joaquín Perles (ver nótula 190 en GdP) y montan la obra “Camino de Plata” de Ana Diosdado. Con posterioridad, cuando ya vive en Madrid y está estudiando en la Escuela de Arte Dramático y ya como director único del grupo, monta el espectáculo “Historias de siempre”, recopilación de textos de varios autores del momento y donde empieza a crear su método de trabajo en la creación y composición de personajes y en el montaje de espectáculos.

INICIOS DEL GRUPO BALBO.
Formando parte del grupo TEJA, como actor, es tal sus ansias por hacer teatro que compagina su presencia en ese grupo con su incorporación al grupo de Emilio Flor, que por aquella época se llamaba ‘Antinoe’, con el que representa la comedia “Los Gemelos” de Plauto y luego la tragedia “Coéforas” de Esquilo. Al finalizar las representaciones de esta obra el grupo pasa a llamarse Balbo por lo que se puede decir que forma parte del mismo desde sus orígenes. /En la imagen de la izquierda, primera función con el Grupo Balbo.

En el periodo en el que representan estas dos obra, se produce una anécdota muy curiosa. En unas actuaciones en Vejer de la Frontera, a pesar de la proximidad de este pueblo con El Puerto, se decide que el grupo pernocte allí para de esa forma facilitar las labores propias del montaje y desmontaje del decorado de las obras. Pues bien, resulta que el lugar elegido por los organizadores de las funciones para dormir, es la cárcel del pueblo. Les dan como excusa que las dependencias están vacías y no hay intención de meter a nadie allí. En aquel momento bromearon con el hecho de que los habían “arrestado” porque no había gustado la función

Con el también actor Germán Arjona.

Su presencia en el grupo Balbo podemos establecerla en dos etapas. Una durante los primeros años de existencia del grupo donde participa como actor y una segunda, cuando regresa a El Puerto, y asume las labores de director y dramaturgo.

En la primera etapa representa las obras “Los Gemelos”, “Mostelaria” y “Miles Gloriosus” las tres de Plauto, “Electra” de Sófocles y “Coéforas” de Esquilo. Con estas obras el grupo va a actuar a innumerables ciudades y centros de enseñanza. Es el grupo de teatro Balbo el único que participa en el 1º Festival de Teatro Grecolatino para estudiantes que se organiza en España.

ESTUDIOS DE ARTE DRAMÁTICO.
Con treinta años y a pesar de saber que con esa edad puede resultar muy difícil su admisión, decide preparar las pruebas de ingreso en la R.E.S.A.D. (Real Escuela Superior de Arte Dramático) de Madrid. En setiembre se traslada a la capital del Reino a realizar dichas pruebas que supera a pesar de contar con más edad que todos los que junto a él las realizan aquel curso. A partir de entonces se va a vivir a Madrid y allí comienza posteriormente su actividad profesional.

¿QUIEN VIVE AQUÍ?
Cuando se traslada a Madrid a estudiar Arte Dramático, Jose Pecho comparte piso con compañeros y su pareja en el barrio de Antón Martín muy cerca de la plaza de Lavapiés.

De esta época siempre le gusta recordar una anécdota. En aquel momento compartía piso con un amigo italiano que estaba en España completando su formación. Un día regresa a casa después de terminar las clases en la Escuela y cuando abre la puerta de la calle comprueba que la casa está llena de gente, música y mucho bullicio. Sin llegar a entrar un hombre le pregunta «--¿Qué quiere?» y contesta «--Vivo aquí»; el otro lo mira de arriba abajo, se da media vuelta y se va. Una vez dentro comprueba que no conoce a nadie y que parece que están celebrando una fiesta. De pronto aparece su amigo italiano y le dice que invitó a unos amigos porque terminó lo que vino a hacer a España y quería celebrarlo con sus compañeros de estudios. Pero todo esto no le sorprendió a Jose porque su casa en Madrid siempre fue un punto de encuentro entre todos los compañeros, amigos y conocidos o desconocidos, lo que siempre le gustó. Sirvió para que amigos de El Puerto durmieran allí el tiempo que estuvieran en Madrid.

OTROS CURSOS.
Simultanea los estudios en la Escuela con otros cursos para completar más aun su formación. Entre los que realiza destacan los de “Dirección de actores” impartido por Ramón Simó, director del Teatro Nacional de Cataluña, el de "Producción Musical y el método de interpretación estadounidense" a cargo de Keith Nagy y Karen Gigly de la Universidad de John Carroll en EE.UU., "Creatividad teatral" a cargo de Alfonso Zurro, "El actor sinfónico" impartido por el director italiano Mateo Belli o el de "El verso y su mundo sonoro" impartido por Enrique Silva, maestro de maestros.

Teatro Pavón,  Compañía Teatro Clásico de Madrid.

ACTOR EN MADRID.
Estando en Madrid estudiando en la ya citada Real Escuela de Arte Dramático, comienza a trabajar como actor, primero en pequeñas producciones teatrales como: “El Arcón del Comediante” o “La familia Adams” con la compañía Pequeño Teatro de Madrid o “Totum Revolutum Cabaret” con la compañía Los Tres pies del Gato. Luego comienza a trabajar en algunas de las obras de más repercusión en la capital, como son: “Misericordia” de Pérez Galdos y versión de Alfredo Mañas, dirigida por Manuel Canseco y José Luis Alonso, “La Faroles” de Joaquín Calvo Sotelo dirigida por Ramón Ballesteros, “Amadeus” de Peter Shaffer dirigida por Nacho de Diego, “El Día y La Bruma, Becker” de Manuel Muñoz Hidalgo dirigida por Ramón Ballesteros, “Los Cuernos de Don Friolera” de Valle Inclán con la compañía Teatro Clásico de Madrid, “Los Emigrados” de Slawomir Mrozeck y “El Avaro” de Moliere ambas con dirección de Luis Vijuesca.

En algunas de ellas conoce y trabaja con algunos de los actores y actrices más destacados del teatro español. Mencionaremos entre ellos a Luisa María Payán,  María Fernanda d'Ocón, Paco Hernández, Carmen Segarra o Pepe Regueira. Con estos montajes visita gran parte de la geografía nacional, actuando en los principales teatros de las grandes capitales españolas. Ha estado sobre el escenario de los teatros de Madrid (donde hace en dos ocasiones temporada), Barcelona, Valencia, Bilbao, Coruña, Vigo, Santander, Pontevedra, Lugo, Salamanca, Burgos, Las Palmas de Gran Canarias, Ceuta, Melilla, Toledo, Jaén, Huelva, Jerez de la Frontera, Guadalajara, Logroño, Palencia, Cartagena, Murcia… /En la imagen, María Fernanda d'Ocón.

También estudiando en Madrid, pasa unos meses en Tarragona a donde va para trabajar en el Parque de Atracciones Port Aventura. En su etapa en Tenerife representa “La Tempestad” de W. Shakespeare con la que actúa en las siete islas que forman el archipiélago.

Emilio Flor, José Pecho y Paco Crespo entrevistados por Rafa Tardío en el Salón de Actos del Instituto Santo Domingo.

BALBO PROFESIONAL.
Después de un periodo de ausencia en el grupo, Jose Pecho vuelve al mismo cuando regresa a vivir a El Puerto tras su etapa en Madrid y Tenerife. Así, después de un encuentro con Emilio Flor, decide volver al grupo y poner en práctica la idea de éste de crear una compañía de teatro profesional. La compañía llevaría el mismo nombre que el grupo: “Balbo teatro” y junto a cuatro componentes del mismo  producen la obra “Miles Gloriosus” de Plauto versionado por José Luís Alonso de Santos. La obra la dirigirá Jose Pecho junto a Emilio Flor y con ella actuará en el Festival de Teatro de Comedias de El Puerto en el espacio de la Bodega Mora de Osborne, en el Festival Internacional de Teatro Mimarte de Braga (Portugal) o en el Festival Capvespres de Guissona en Lleida. Tras un periodo de dos años deciden que la empresa no puede seguir adelante y dan de baja a la compañía.

Paco Crespo y José Pecho recogiendo el Primer Premio del VI Concurso Nacional de grupos de Teatro Grecolatino de Segóbriga, organizado por el Ministerio de Educación, este año 2011.

Con posterioridad a esto, ya en 2008, toma de forma definitiva las riendas del grupo Balbo junto con Emilio Flor, Sara Nanpéh y Paco Crespo --equipo que sigue en la actualidad siendo, además, el equipo de dirección del grupo--. Aquí pone en práctica su método de trabajo que ya está completamente definido. En estos últimos años dirige Antígona de Sófocles, Aulularia y Rudens de Plauto de la que es el autor de la versión del texto y con la que el grupo consigue ganar el Primer Premio del Concurso de Teatro Grecolatino de Segóbriga en 2011, el premio ‘Buero’ de Teatro Joven en Andalucía y el de mejor vestuario y mejor escenografía en Madrid. También es autor de la dramaturgia “La Mujer en la Tragedia” montaje que igualmente dirige y donde hace un compendio y comparativa de la obra de García Lorca y la tragedia griega. Este texto está publicado por una editorial en España y otra en Portugal. Actualmente ha terminado la versión del texto de Plauto “Epídico” y de “Ifigenia” de Eurípides, esta última junto a Sara Nanpéh, obras que representará Balbo a partir de 2012.

LANCE PRODUCCIONES
En 2007 decide junto a Sara Nanpéh crear una compañía propia. Tras estudiar los pros y los contras deciden arriesgar y formar una productora a la que dan el nombre de LANCE producciones. Bajo este nombre producen un primer espectáculo llamado “En la pecera” de Jaime Salom. Al año siguiente producen “Off Comedia”, una disparatada comedia a base de esketchs que rozaban el absurdo. Con este participan en el Festival de Teatro de Comedias de El Puerto y en el Circuito de Teatro de Castilla-León. Después de este montaje se hacen cargo de “El Militar Fanfarrón” una versión de José Luís Alonso de Santos de la obra de Plauto y un montaje de pequeño formato para estudiantes que denominaron “Encuentros con el teatro” escrito por Sara Nanpéh y donde hacían un recorrido por el teatro, desde sus orígenes hasta la actualidad.

Paco Crespo, José Pecho y Sara Nanpéh en el espectáculo 'Off Comedia'.

El último espectáculo producido, hasta el momento, por LANCE producciones es “Julio Verne, un libro una aventura” de Sara Nanpéh. Esta obra está inspirada en la vida de Julio Verne y hace un pequeño recorrido por algunas de sus novelas más emblemáticas. En la actualidad sigue con la distribución de los espectáculos que tiene en cartel con LANCE producciones.

José Pecho y Sara Nanpéh en el espectáculo 'La Pecera'.

LA TELEVISIÓN.
Conjuntamente con su participación en los montajes teatrales, se introduce poco a poco en televisión, al comienzo con pequeñas apariciones en capítulos de las series que había en el momento, para ir haciéndose un hueco en el panorama televisivo e intervenir con personajes destacados, en algunas de las series más reconocidas por el gran público. Podemos verlo en las series: “Cuéntame cómo pasó” de TVE, donde conoce a Imanol Arias y coincide con Ana Duato y Alicia Hermida, “Yo soy Bea” de Tele 5, “Desaparecida” de TVE donde trabaja junto a Carlos Hipólito, “Como el perro y el gato” de TVE trabajando con Arturo Fernández, Quique Camoiras y Silvia Tortosa o en “Bendito Polonio” serie de producción española que se difundió en un canal de Miami.

También para televisión apareció en distintos spots publicitarios, entre ellos uno sobre los JJ.OO. de Sidney para TVE otro sobre el mundial de rugby para Canal + y la colaboración desinteresada en dos campañas de captación de socios del Racing Club Portuense.

En el rodaje de 'La decisión de los Lupano', dirigida por Nersas Ferrera y producida por Lou Degirogi y la sociedad Film Canary Islands. 

EL CINE.
En cine desarrolla su faceta como actor, en los últimos años. Comienza interpretando personajes para cortos como en “Tomates La Pastora” de Ricardo Pérez y Miguel Arias o en “Cautivos del mal” corto de Jonay Alonso. Ya en otro metraje participa en las películas “La Corbata Colombiana” de Miguel A. Macarrón y “Mirada perdida” de David Pareja; aquí crea un personaje inquietante y aterrador que le sirve para ser nominado como mejor actor por su interpretación en el Festival Jameson.

LA DECISIÓN DE LOS LUPANO.
Su último trabajo por el momento para el cine es el largometraje “La decisión de los Lupano” dirigida por Nersas Ferrera. Es una producción donde Jose Pecho interpreta a Nicola Pagnuzzi, un hombre tranquilo, sereno e implacable, mano derecha y hombre de confianza del Don de la familia Lupano. Con él Jose Pecho se ha enfrentado a uno de los personajes más interesantes de su carrera profesional. Esta película se estrena en el 2012.

Una escena de 'La decisión de los Lupano'.

AFICIONES Y PROYECTOS.
A nivel personal señalaremos que a Jose Pecho le gusta mucho la lectura. Lee especialmente teatro y novela histórica. Que es un hombre que vive por y para el teatro, cuando tiene tiempo libre lo dedica a ver, escribir o leer teatro y conocer autores nuevos. Le apasionan los móviles y todo su mundo al respecto de su tecnología y características. Pero especialmente, y causa principal de que viva en El Puerto, es que le gusta pasear por las calles de El Puerto. Redescubrió ese placer a su regreso de Madrid y fue lo que le decidió a dejar el bullicio y estrés de la capital y cambiarlo por el ambiente, la luz y la tranquilidad de su ciudad. Con la ventaja de que en Madrid está su representante.

Con un grupo de amigos, algunos también del Teatro, en la cafetería Larga, 70, la pasada Semana Santa.

Por el momento Jose Pecho seguirá viviendo en El Puerto y desde ahí se trasladará para realizar los rodajes correspondientes y las funciones que toquen. Sobre la mesa tiene varios proyectos de teatro, cine y televisión que se irán desarrollando a partir de mediados de 2012 y a lo largo de 2013. Esto sin contar que seguirá escribiendo y dirigiendo para el grupo Balbo.

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Joaquín Ruiz Golluri, nació en 1888 en El Puerto de Santa María, en la primera casa de calle Cielos, donde actualmente se ubica el Hotel Duques de Medinaceli. Es uno de los “gurús” de la radiodifusión española, con una dilatada vida profesional de más de medio siglo. Jefe técnico de la segunda emisora montada en España:“Unión Radio” que se reconvertiría en la Sociedad Española de Radiodifusión (SER) y responsable de la puesta en funcionamientos de las emisoras de Sevilla, Valencia, Barcelona… así podríamos completar varios folios con el brillante currículo profesional de este pionero de la radio, paisano nuestro.  Pero queremos dar a conocer solamente en esta nótula una pequeña parte de su vida,  vivencias llenas de intensidad, emoción y tragedia en el verano de 1914, contadas por su protagonista. (No disponemos de una imagen de mayor resolución de nuestro protagonista, Joaquín Ruiz Golluri. Esperamos de la comprensión de los lectores de GdP, disculpando la baja calidad de la misma).

El 17 de junio de 1925 se constituía en Madrid la Sociedad Anónima 'Unión Radio' cuyo objetivo era dar un impulso decisivo a la radiodifusión española. S. M. el Rey Alfonso XIII inauguraba la estación dirigiéndose ante el micrófono a los radioyentes españoles.

Hace unos días llegaron a mis manos 29 folios mecanografiados con el siguiente encabezamiento: ’Relato de mi vida profesional y de los hechos más salientes durante la misma’ una memoria autobiográfica inédita, confeccionada por don Joaquín a la edad de 82 años, escrita en Barcelona donde vivía, y finalizada la víspera del día de la patrona portuense, la Virgen de los Milagros, el 7 de septiembre de 1967, de la que reproducimos la  parte de la narración  en la que relata los curiosos incidentes en los que se vio envuelto.

Transporte de heridos por la Cruz Roja, en triciclos, durante la I Guerra Mundial.

Joaquín Ruiz Golluri estudió la carrera de ingeniería, especialidad de radio telegrafía en la Universidad Católica de Lovaina,  terminando la carrera en junio de  1914.  A los pocos días –el 28 de julio-  se inició la que conocemos como 'I  Guerra Mundial', sorprendiéndole en Agen. Así lo cuenta: «… pude salir de allí (de Agen) con intención de regresar a España vía Bélgica y Francia, pero en Lieja quedé bloqueado y, al segundo día de guerra, durante un bombardeo, fui alcanzado por un obús del calibre 28, cuya metralla me produjo muchas heridas, entre ellas, la más grande, una en el bajo vientre. El camillero que iba conmigo tuvo peor suerte, ya que uno de los cascos de metralla le entró en el corazón y quedo muerto a mi lado. Yo fui recogido por una ambulancia y trasladado a un puesto de socorro; pero los alemanes habían amenazado con bombardear la ciudad desde el zepelín si no se rendía en un plazo de dos horas. Ello asustó a los médicos y a la mayor parte de las enfermeras, que se marcharon dejándonos abandonados y, gracias a que, en una ambulancia que llegó, me llevaron a la estación de Guillemens y me colocaron en el último tren de heridos que salió para Bruselas, donde me internaron en el hospital civil de Escarlec. En ese hospital, y nada más llegar, me operaron de la herida en el vientre y en la de la mano derecha».

En la imagen, Rodrigo de Saavedra y Vinent, II marqués de Villalobar (1864-1926), enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en la legación de España.en Bruselas cuya actuación durante la Primera Guerra Mundial en aquel país aún recuerda y agradece el pueblo Belga.

Continúa Joaquín Ruiz Golluri, que en esa fecha tenía 29 años, relatando las peripecias por las que atravesó, en las que la fortuna le fue propicia hasta que, finalmente, y padeciendo numerosos percances, consiguió llegar a su casa: «Al día siguiente los alemanes entraban en Bruselas y se presentaron en el hospital con la pretensión de evacuarnos a Alemania ya que allí todos los heridos eran militares. Yo alegaba mi condición de español, pero como estaba desnudo y sin documentación alguna, no me querían creer y, gracias a que permitieron que por teléfono se avisase al ministro español en Bruselas, marqués de Villalobar, el cual inmediatamente se personó en el hospital, me reconoció (porque era amigo de mi familia) y en su propio coche los alemanes permitieron que me sacara de allí y me llevara a la casa del barón Empain, presidente accionista del banco más fuerte de Bélgica, e incluso de los tranvías de Madrid y Barcelona. (…) A requerimiento de mi padre, el ministro marqués de Villalobar logró del General Jefe de los Ejércitos de ocupación de Bélgica un documento en el que se me facilitaba la salida de Bélgica a través de la frontera con Holanda, por Maestric, para mi regreso a España. El marqués me facilitó dinero y billetes de ferrocarril, desde Maestric a Rotterdam y el pasaje de Rotterdam hasta La Coruña en el gran buque de pasaje ‘Gloria’».

Gran Plaza de Bruselas, con la Casa de las Corporaciones al fondo, hace 100 años.

Sin embargo no fue gratuita la ayuda, pues el ministro español le encomendó a cambio del favor otorgado, dos “peligrosas misiones” según él mismo califica: «la primera, recoger en Lieja información detallada del fusilamiento de una familia española, que tenía un comercio de venta de frutas en la plaza de la universidad, frente a la misma. Los alemanes habían establecido, en la universidad, unas oficinas militares y colocaron en la puerta sus centinelas, los cuales fueron tiroteados por unos pocos desde los edificios de enfrente. A consecuencia de ello, y al no conseguir que los vecinos de enfrente de la plaza entregaran  al culpable, sacaron a todas las docenas de vecinos y los colocaron en línea contra la fachada de la Universidad y, con ametralladoras, los mataron a todos: viejos, mujeres, hombres y niños. La segunda comisión que me encomendó el marqués de Villalobar fue recoger en Lieja a una señora francesa, esposa de un médico militar francés que estaba en Marruecos y, con sus tres hijas, acompañarlos hasta España, haciéndoles pasar por españoles».

Nuevamente la buena suerte de nuestro protagonista, de la que sin duda estaba tocado, hizo su oportuna aparición en el momento adecuado para esquivar las dificultades finales. Así narra Joaquín Ruiz Golluri su salida del territorio ocupado: «Los alemanes nos trasladaron en un tren militar, en un vagón cerrado, desde Bruselas a Lieja, en donde nos dejaron para presentarnos en la Comandancia militar para obtener el medio de ir hacia la frontera holandesa y pasar la misma. Ya en Lieja, y en la misma entrada del Palacio de Justicia donde habían establecido la Comandancia, tuve la enorme y útil sorpresa de ser parado por un oficial alemán montado en bicicleta. Lo reconocí en el acto, pues era, nada menos, que el propietario del piso en el que tuve yo alquiladas dos habitaciones durante mi época de estudios. A mí me apreciaba bastante, así como su esposa, y me explicó que había estado viviendo en Bélgica, en calidad de espía, siguiendo órdenes superiores. Gracias a este oficial fui introducido inmediatamente en el despacho del General Gobernador Militar de la plaza, el cual puso a mi disposición un automóvil, ordenando a mi antiguo patrono que me acompañara hasta la frontera holandesa, lo que realizamos sin dificultad, pasando con facilidad la frontera, gracias al oficial que nos acompañaba». /En la imagen el general alemán Von Emmich entrando en Lieja

Foto realizada en la primera década del pasado siglo en los jardines de la Casa-Quinta de la Familia Ruiz López (actual Hotel Duques de Medinaceli). De pie, en cuarto lugar de izquierda a derecha,  nuestro protagonista, rodeado de su padre y hermanos.

Posteriormente se trasladaron en ferrocarril a Rotterdam, embarcando en un buque de pasaje con destino a Lisboa, con escala en La Coruña, barco que cuando atravesó el Canal de la Mancha fue interceptado por la marina inglesa que, después de comprobar la identidad de pasaje, escoltó con dos destructores al “Gloria” hasta la salida del canal. Desembarcó en La Coruña y desde allí, por ferrocarril hasta El Puerto, donde cicatrizaron sus heridas. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).


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“...hartos estamos de decirnos y escucharnos que ‘en El Puerto no podrá nunca hacerse nada’, que ‘la gente de aquí somos así’. Pues bien no seamos más ‘así’, no seamos ‘gente’, sino personas, señores de nosotros mismos, capaces de asociarnos para alzarnos, apoyados los unos en los otros, en defensa de nuestra mejor parte…” (Del Manifiesto fundacional de la Agrupación Cultural Portuense MEDUSA).

De izquierda a derecha, Rafael Rodicio Lanzarote, desconocido cuya familia tenía un puesto en la Placilla donde vivían, desconocido, Juan Luis Rodríguez, los hermanos Zaccagnini, Ramón Lobo, Manolo Muñoz Bellvís, desconocido y el poeta José Luis Tejada Pleuffo presidente de Medusa, el poeta Jesús María Serrano Romero y el colaborador de Gente del Puerto Antonio Gutiérrez Ruiz. Entrega de Premios del Trofeo Social de Tenis de Mesa de Medusa. Año 1968.

Más información de Medusa en GdP.
181. MEDUSA. Agrupación Cultural Portuense

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Vista de El Puerto. Anton van Wyngaerden. Detalle. /Foto: Fito Carreto.

Durante cuatrocientos años aproximadamente, estuvo oculta en Viena una ilustración de El Puerto de Santa María fechada en 1567, y llevada a cabo por el especialista en vistas urbanas: el belga Anton Van den Wyngaerden, quién con una precisión a caballo entre la topografía y el arte del fotógrafo, recorrió la España de Felipe II con el real encargo de realizar grabados de las principales poblaciones del país para editar un Atlas que nunca vio la luz.

Este dibujante recorrió El Puerto del Siglo de Oro. Conoció distintas vistas de la Ciudad y las plasmó en sus obras: El Puerto desde el camino de Sanlucar, desde la otra banda del río Guadalete, desde la Bahía de Cádiz. Se hospedó en pensiones de la época: ¿quizás la de la calle Ganado, por aquel entonces llamada calle de la Zangarriana?.

Wyngaerden recrea El Puerto del último tercio del S. XVI. Recoge en su Vista desde el Sureste detalles de naos en el río Guadalete, algunas como la réplica de La Niña que en breve surcará la Bahía. Esboza “Las Ruynas de puente antyque que solía essre? por porte Real”. Nos deja unas vistas inéditas del Castillo y la Iglesia Mayor, sin sus actuales reformas aquel, o antes de la reconstrucción de ésta. Coloca en lugar preponderante las montañas de sal y la explotación de las salinas porque estas “producían tanta sal que acontece muchas veces cargarse juntas 50 o 60 naos, y varcas de sal para Flandes, Ingalaterra, y otras partes”, según se recoge en crónicas de la época. O vistas de la desaparecida Ermita de Guía en la desembocadura del Guadalete, junto a la Playa de la Puntilla, con un molino de viento al lado.

La vida que se refleja en el grabado --que muy pocos conocían aunque fue editado hace varios años en sendas publicaciones por Richard L. Kagan en su libro Ciudades del Siglo de Oro (1986) y reproducido como cartel promocional por la concejalía de Turismo (2002) y estudiado por el historiador Miguel Angel Caballero (2008)--, es la que hemos imaginado muchas veces oyendo a los especialistas en historia hablar de un El Puerto dinámico, que se empezó a hacer a sí mismo hace 730 años, aunque llevando en su interior lo aprendido con acierto desde la época de los fenicios. La reproducción es de uno de varios bocetos ya que el original pereció en un incendio.

Reproducción completa de uno de los bocetos, el editado por la Concejalía de Turismo. /Foto: Archivo de Oronoz.

Otros autores, con posterioridad, han dibujado El Puerto con la poesía, la literatura, la música, la escultura, la investigación, la gestión política, o la iniciativa empresarial, creando instantáneas de una Ciudad en que siempre ha estado en constante movimiento, que hacía que quienes la habitan y la visitan -no solo en verano- quedaran prendados de su calidad de puerto acogedor. Ahora El Puerto que pintara Wyngaerden reclama otra instantánea, otra fotografía. Esperemos que ésta no quede oculta otros 400 años. (Texto: José María Morillo).

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Yo no sé si Vd. se piensa morir, pero, por lo general, todo el mundo se muere, a menos que Vd. haya concluido que se va a quedar para simiente de rábano o siga a algún Guru que le haya metido en el caletre que se va a reencarnar. A todo el mundo le llega su día, como a todo cerdo le llega su San Martín, que dice el refrán. Dicho de otro modo, o "expressione latina", que diría el Papa: "Hodie mihi, cras tibi", que era el letrero que campeaba en la puerta del cementerio de esta Ciudad y que una tata Antonia que hubo en mi casa traducía libremente: "Por aguantar un peo, aquí me veo".

"Este está para Santa Clara" o "Este está para que se lo lleve Carrurra" son dos frases que indican lo mismo: que se está en las últimas. Porque Santa Clara es el barrio donde está el cementerio de Santa Cruz--que así se llama el de nuestra Ciudad-- y Carrura un sepulturero portuense, que ha quedado en los dichos populares. Pero, además, el barrio de Santa Clara, siempre se ha conocido como "El Otro Mundo". Así, si Vd. recuerda, cuando se llegaba a la aserradora de Pastor, que estaba en la calle Misericordia, y preguntaba por alguien, seguro que se sorprendería, porque le dijeran que ese alguien estaba "en el otro mundo". Y es que "el otro mundo" era el almacén de maderas que tenían en una nave de bodega frontera con la carretera del cementerio "en el quartel de Santa Clara" que dicen los padrones, que es lo mismo que el barrio de "el otro mundo".

Así que si Vd. tiene tragado que se va a morir como todo bicho viviente, no ha pensado quedarse para simiente de rábano, ni cree en la reencarnación, debe saber, también, que, para el caso, está totalmente contraindicado comer carne de grulla. La carne de grulla produce una larga y penosa agonía en quienes la han comido alguna vez en su vida y exhalar el espíritu supone un largo proceso, a menos que sus deudos y familiares caigan en la cuenta y llamen a especialistas, que los ha habido--no sé si ahora los hay-- que, en la escalera de la casa donde se encuentra el moribundo, imite a la perfección el canto de la grulla, con cuya armonía, muere placidamente el agonizante.

Lo de toda la vida, en las familias de orden y de concierto, ha sido llamar al cura. No debe dejarse para el final, porque el moribundo debe ir bien preparado. Eso de ir simplemente "aliñado", esto es, con el "Santólio", aun con ser loable, no es lo más conveniente. El enfermo debe confesar y recibir el viático, recoméndarsele el alma y, finalmente, ser responseado con los convenientes hisopazos y gori-goris.

Ser un Don Guido --el de Antonio Machado-- y tener, al final, "un punto de contrición", cono Don Juan Tenorio, no está mal tampoco. Pero lo de cajón, para poder ponerlo en las esquelas y, en particular para la salvación del alma, es irse al otro barrio "después de haber recibido los Santos Sacramentos y la bendición apostólica de S.S.". Porque, si no, solo se puede poner "auxiliado con los Santos Sacramentos", lo que es lo mismo que bien "aliñado".

Santos óleos.

Por cierto, que caso de ocurrir el fatal desenlace, lo mejor, si es que no disponía de sillería, ni isabelina, ni imperio, ni chipendale, ni victoriana, ni tan siquiera de Benamahoma, es acudir , como toda la vida, a alquilarlas a Pasaje, que las tenía almacenadas en la antigua capilla de Jesús de los Milagros; hacer una buena olla de caldo, tener previsto el aguardiente y, sobre todo, el agua de azahar, por si ocurriera, que casi siempre ocurre, que alguna señora se priva, en pleno duelo, con la aflicción de la pena.

Temible es, en estos casos, la presencia de alicantinas, que se ponen, con la mejor intención y en aras de la salvación del alma del difunto, a entonar padrenuestros por cada clavo del Señor, por las cinco llagas y hasta por los pelos que le arrancaron de la barba, con una vehemencia y tenacidad encomiables, pero también tocantes a la risa. Ya se sabe que los mejores chistes del mundo se cuentan en los velatorios y duelos.

Velatorio. /Foto: Eugene Smith

Pero, atención, mucha atención, muy saludable y de particular interés es echar, de cuando en cuando, una miradita al muerto. Con el parpadeo de la llama de los cirios, con el reflejo del cristal de la tapa del ataúd, y con la sugestión que cada uno tenga, a veces, parece que el difunto ha movido los párpados o la boca. Casos se han dado, que el muerto no era tal. Así, quien tenga edad que lo recuerde, Carmen Vila, la portera de Acción Católica, pudo haber sido enterrada hasta dos veces viva. Sucedió que con la entonación de los latines del cura y del sochantre se reanimó, ante el pasmo general. A la tercera, fue la vencida. Y es que  algunos humanos, por la razón que sea, hacen lo que yo llamo "el ensayo general" para comprobar cómo se portarían, en ese trance, los herederos y parientes.

Lo normal, es que llegado el caso, en la casa doliente, lo primero que ocurría era la entrada de Luis Muñoz, diligente agente funerario, que tomaba cartas en el asunto. Lo segundo, la entrada de Ruperto, para tomar medidas. Lo tercero, el encargo de la caja a Enrique , el de los Muertos (aunque es de notar que si el entierro era en el hospital, de caridad, o en en Asilo de las Hermanitas de los Pobres, el ataúd lo hacía, de pino, teñido de nogalina y con una cruz de cinta morada, Teodomiro Alcántara, que tenía su taller frente por frente al Hospital y, era ,además, un gran ebanista).

Gente prevenida, como Angelito Martínez García, el artesano de los muñequitos de nacimiento, ha habido pocos. Ángel Martínez tenía, hecho de su propia mano --pues era, también, carpintero--, su ataúd, de madera de ciprés, colocado bajo la cama y, con su diseño, un panteón, en el primer patio del cementerio, ejecutado por el célebre marmolista sevillano Rovayo.

Curiosa inscripción en una lápida del cementerio.

Dispuesto todo eso que digo, hora era de ponerse los lutos. El luto riguroso, consistía en todo negro y, en las mujeres, además, las medias y el velo, el corto y el largo, llamado "la pena". Se revolvían armarios, roperos y arcas en busca de ropas de ese color y, caso de no hallarlas, se recurría a los consabidos tintes "Iberia" o a que familiares y amigos la proporcionaran.

Acto seguido, alguien allegado, se dirigiría a los balcones de la casa, si los hubiera, y alzaría los rodapiés, signo inequívoco de que la familia habitante estaba de luto. Otro que tal, se encargaría de poner en la casapuerta, cerrada a media hoja, una mesa con una bandeja, para las tarjetas y pliegos para las firmas de pésame. Fulanita de cual, proporcionaría el hábito de San Francisco para amortajar al difunto, el cordón y el escapulario de la Orden Tercera, la cera para sellarle los ojos y el pañuelo para forzarle a apretar la boca, de tal manera que algún recién fallecido parecía más padecer de un flemón que ser un verdadero muerto.

Los amigos le dedicaron una original esquela a su presidente.

Conviene que alguien, con buena caligrafía, rellene los nombres, apellidos y direcciones en las esquelas, de acuerdo con la lista que entre todos los circunstantes se preparaba, no bien llegaran las esquelas de la imprenta de Pérez, porque, del temprano y buen reparto, dependía la afluencia de gente a la casa y, luego al entierro. Y un entierro, bien poblado, es signo del singular afecto que el difunto y la familia gozan en la ciudad y fuera de ella.

Así que, durante toda una noche y, una mañana, discurría el velatorio, entre entradas y salidas, llamadas telefónicas, telegramas, rezos, ayes de dolor, llantos incontenibles, palabras de pesar, chistes verdes y marrones, más rezos, tazas de caldo, de café y copas de aguardiente, según los casos, pero siempre, ante el cuerpo presente del muerto, beatíficamente quietecito, con el crucifijo y el rosario en las manos entrelazadas, y, por lo que se oye comúnmente, el más bueno de la tierra, porque no hace falta más que morirse para ser bueno.

Monumento funerario de Enrique O'Neale Ybray, entrando en el cementerio, a mano izquierda.

A la hora señalada, a la vez que de la Iglesia sale el clero, con la cruz alzada, el sochantre, para dirigirse a la casa mortuoria, en la propia casa se organiza la cabecera del duelo. En la habitación más capaz, o en el patio, se forman los hombres más allegados, como en media luna y van recibiendo la "cabezada" de todo aquel que, por curiosidad, o por cariño al difunto o a la familia va entrando y saliendo. En la calle se forma un grupo, grande o pequeño --que, escrito quede-- hay entierros que dan pena verlos de poco público, y al poco se ve llegar al clero, con uno dos, tres y hasta ocho caperos revestidos con ornamentos negros, (según fuera de primera, de segunda o de tercera) con la Cruz alzada, los ciriales, el sochantre, el monaguillo con el libro , el acetre y el hisopo, y todos entonando, por lo alto o por lo bajo, latinajos, más o menos familiares para los asiduos a estas manifestaciones, de los que se pegan al oído, lo de"A porta inferi, erue, Domine, anima eius", y "Requiescant in pace, Amén", aparte de alguna otra palabra suelta de cuyo significado no queda constancia, y "Pater noster", al rociar de agua bendita, con el hisopo, el cadáver que, a manos de los más próximos, se acerca a la casapuerta, ante escenas de dolor. Luego, una dos, tres cuatro... posas, es decir paradas, desde la casa al cementerio, según se haya concertado, y en cada posa, un responso: otra vez latines inteligibles con la voz perruna del Padre Lobo, cánticos de Dueñas, agua bendita, y andando.

Traslado a pie de los féretros de las víctimas del accidente de la calle San Juan, ocurrido en febrero de 1963, desde la Iglesia Mayor al Cementerio Campal.

Por lo común, cualquiera que fuera el domicilio de donde partiera el entierro, a hombros --porque aún no se había establecido la moda del coche-- siempre se subía la cuesta de la calle Santa Clara hasta el cementerio. Al entrar, recibido por Carrurra, por Cándido, el Conserje, y por don Tomás o don Anastasio, sacerdotes capellanes de la Ciudad, se procedía a la cristiana sepultura del cadáver.

Tapia derruida del antiguo Cementerio Inglés. (Foto: AGR).

Si el difunto era disidente, moro, suicida o cosa parecida, nada de esto es aplicable. Para eso había un cementerio contiguo, detrás, con un letrero de caracteres arábigos, en donde se enterraban, además del llamado cementerio de los ingleses, que estaba justo donde el "CARREFOUR" [antes PRYCA y mas antes HIPER)], que acogió a muchos de los primeros bodegueros que se instalaron en la zona.

Y, aunque lo que valen son las oraciones y sufragios por los difuntos, había quienes le encargaban coronas de flores a Antonio "Carabina", a Macías, el de la "Cerería" o a "Paco Teleras" que hacían verdaderas obras de arte y le añadían perifollos y cintas con letreros laudatorios y recordatorios del difunto.

Curioso enunciado en la esquela de Doña Petra XX XX.

Dije antes que por la calle Santa Clara pasaban todos los entierros. No he dicho que, inmediatamente detrás del féretro iba la cabecera de duelo. Pues lo digo. Y quiero recordar a aquel hijo doliente que, calle Santa Clara arriba, detrás del cadáver de su padre se quejaba: «Ya lo llevan a donde no se vive; ya lo llevan a donde no se come; ya lo llevan a donde no se bebe…» Y "Saldiguera" que, borracho, estaba apoyado en una ventana exclamó: «--Vamos, a que lo llevan a mi casa». (Texto: Luis Suárez Ávila).

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De izquierda a derecha: Salvador Navarro Marquina , Miguel Sibón Pantoja, Manuel Julbes Cuellar, Aurelio Sellés Nomdedeu, Juan Vargas (cantaor y propietario de la Venta de Vargas) y José Brea “Breíta”. Más a la derecha y al fondo está Rafael de Jerez (tocaor de guitarra).

Frente al número 7 de la calle Capillera -- mi casa--  conocida en aquel tiempo por ‘la Casa del Cabo Mulero’, tenía José Brea ‘Breíta’, una Gallera de pollos ingleses de peleas, que exportaba a Sudamérica. Este hombre, nacido en Cádiz, fue una enciclopedia viviente del flamenco; conocía todos  los cantes, bailes y artistas de este género. Era cuñado del insigne cantaor gaditano Manolo Vargas, contertulio de Agustín 'el Melu' en el gaditano Bar Andalucía y del bailaor Antonio Vargas, apodado ‘el Cojo Peroche’. De este simpático artista --se quejaba su cuñado ‘Breíta’--, cuando venía de Cádiz a El Puerto de visita, «ese día me quedaba sin habanos y sin whisky».

Era la calle Capillera una calle con mucho ambiente, junto a mi casa había una tonelería de dos socios: ‘El Torero’ y Agustín Álvarez, padre del que llegaría a ser alcalde comunista, Antonio Álvarez. En la esquina estaba la tienda de comestibles de Joselito ‘el Gallego’ que con el tiempo sería conocida como Bar Jamón y cuyo hijo Pepe Fernández ha levantado ese hermoso restaurante en la rotonda del Molino Platero.

Pero volviendo a esa gallera, en ella trabajaba un matrimonio de raza gitana, ‘la Jeroma’ y Curro Canales, gran entendedor en cuidar y poner a punto los pollos, para las peleas. Cuando tenían mucho trabajo venía Paco Gatica, persona conocedora en gallos de esta especie.

LOS FLAMENCOS DE ‘BREÍTA’.
Gran aficionado al flamenco y a los toros, 'Breíta' había sido novillero, por su casa pasaron: Antonio Ordoñez, Rafael Ortega, ‘Limeño’, Miguel Báez ‘Litri’, Juan Antonio Romero ‘Ciclón de Jerez’,  Manolo Caracol, Lola Flores, Pericón, ‘Beni de Cádiz’, ‘Paquera de Jerez’, Amor Rodríguez, Aurelio Sellés ‘el Tuerto’, Manolito Barrera ‘el Soldao’, Fernando ‘Terremoto’, ‘Sordera Jerez’, ‘Sernita , ‘La Perla de Cádiz’, Manuel Bermúdez Junquera ‘Anzonini’ (ver nótula núm. 524 en GdP), Manuel Parrilla, Fernando Gatica, Pepa Campos, Félix de Utrera y Roberto Iglesias, un buen guitarrista, portuense. /En la imagen de la izquierda, Manuel Bermúdez Junquera, 'Anzonini de El Puerto'.

Me comentó el guitarrista Félix de Utrera que cuando José ‘Breíta’ iba a Madrid, tenía asegurado dos meses de supervivencia, dada la cantidad de amistades y conocimientos que tenía en la capital, en aquellos años de los sesenta que fueron también muy duros. Le agradezco a José Brea, al que yo considero amigo,  la extensa  información  y datos que aportó al flamenco. (Texto: Antonio Cristo Ruiz).

 

 

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Manolo Figueroa, retratado delante del Mercado de Abastos en 2004.

Manuel Figueroa Rueda, nació en 1918 perteneciente a una familia con una larga raigambre en nuestra Ciudad, por mas de 10 generaciones. Muy conocido en los ambientes taurinos y cofrades, fue un trabajador incansable para sacar adelante a una familia muy prolífica con 12 hijos. Fue herido en la Guerra, que le cogió con 18 años y le dejó metralla en el cuerpo. Tenía los pies curtidos de trabajar en las Salinas, en la Fábrica de Harina, arrumbador en Bodegas Terry… y por afición o por religiosidad popular, arrimaba a su casa unas pesetas como capataz de pasos de Semana Santa cuando las cuadrillas de costaleros se ganaban un jornal llevando la carga de los pasos, entre copa y chicotá, por las calles de El Puerto.

Pero su afición estaba en el planeta de los toros. De todo hizo en la Plaza Real, responsable de la cuadra de caballos, aunque especialmente prestó sus servicios auxiliares ‘con la camisa roja’, como monosabio ayudando y socorriendo a los picadores o varilargueros, llegando a pertenecer a las cuadras de caballos de Belmonte, Romualdo y José Almodóvar y también a la de Antonio Peña. Colaboró con muchas figuras del toreo que pasaron por la Plaza, entre ellas el mítico Manuel Rodríguez ‘Manolete’. Preocupado por ‘sus’ caballos, llegó a pasar noches con ellos para no dejarlos solos o si alguno andaba enfermo. /En la imagen de la izquierda, estudio que hizo Arturo Michelena del monosabio para su pintura 'La Vara Rota'.

En el año 2000, la Tertulia Taurina ‘La Garrocha’ le tributó un mas que justo homenaje por su dilatada labor,  en el mundo del toro, setenta años ligado a la Plaza, donde su sabiduría de años, su intuición, y sus consejos eran bien recibidos de cuantos participaban en la Fiesta. En aquel homenaje el veterinario Antonio Ruiz le dedicó entre otras, estas cariñosas palabras: «Y gracias al final Manolo, de ‘Jardinero’ tordo vinoso, por aguantar a su lado cuando la vida se le escapaba durante cuatro días y cuatro noches de vela, insomnio y vigilia cuando Guardiola traicionero, de astas certeras y afiladas, le echó las tripas afuera. Nunca olvidaré la expresión de tu cara quebrada por el dolor y las lágrimas de los ojos agotados, cuando al final ‘Jardinero’ se te fue para siempre. Y gracias Don Manuel, de cinco generaciones de afición a los toros, porque sin ti la grandeza y emoción de la suerte de picar en esta Real Plaza, ya no será igual». /Junto al cronista taurino Manolo Herrera, de 'En el Albero'. 

 Manolo nos dejó con 84 años, el 18 octubre de 2002. Muchos recordamos su figura con su gorra y su puro. Previamente a su sepelio, la comitiva fúnebre pisó, con el féretro a hombros, el albero de la Real Plaza, en póstumo homenaje.

Manolo Figueroa, flanqueado por dos picadores, Guillermo Rosales y Romualdo Almodóvar el día de su homenaje celebrado en Bodegas Osborne.

Su nieto, Jesús Ramírez Figueroa, portuense en la diáspora y director de una boutique de lujo en Londres, en la zona de Mayfair recuerda que «Mi abuelo era un porteño cabal, de los pies a la cabeza y reconocido en El Puerto por muchas cosas. De herencia no nos dejó ni una gorda, pero la sabiduría taurina, de nuestra Semana Santa, de trabajar a destajo, … era herencia vale mas para mí que todas las gordas y perras chicas que pueda cualquiera juntar. Recuerdo un caballo de las cuadras de Sevilla de nombre ‘Fregená’ con el que perdía el sentío; era un percheron cruzado de al menos 400 kilos con un pecho como un armario empotrado, pero tan dócil como un borrego. De muy chico me llevaba a La Burra (ver nótula núm. 489 en GdP) y entre aroma de puro habano, Ponche Caballero, coñac y vino porteño, yo absorbía la cultura de El Puerto».  El nieto de Figueroa, además de hablar castellano, inglés, griego, francés, portugués e italiano y defenderse en árabe, intenta con todo su afán conservar y defender el habla de El Puerto que practica siempre que puede.

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En un inocente ejercicio de política ficción, si los portuenses mañana se liaran la manta a la cabeza y, emulando al cantonalismo decimonónico, se proclamaran nación independiente, El Puerto ocuparía el puesto 183 en población y 191 en extensión de la clasificación mundial. Sería más grande que 17 países independientes y colonias del mundo y tendría más población que 31 naciones y territorios.

En esta “microgeografía” abundan los pararisos fiscales y muchos vecinos estarían encantados con la idea, haciendo la competencia a Andorra y Gibraltar, dos cercanos ejemplos de estos edenes del “duty free”, la evasión de divisas y el cartón piedra empresarial. En extensión, el término municipal portuense, con 159,4 kilómetros cuadrados, es casi similar al del principado centroeuropeo de Liechtenstein, cuna de Tatiana, frustada pretendiente del príncipe Felipe. En población con un enorme ascenso en el último quinquenio alcanzando los 88.000 habitantes, El Puerto está parejo con las índicas Seychelles, uno de los destinos más pujantes para las lunas de miel.

Los micropaises en general, o son reductos de la Historia o archipiélagos casi perdidos. En Europa encontramos San Marino, que fundaron unos eremitas en siglo IV; Andorra, superviviente feudal; o Mónaco, recuerdo de los enclaves piratas mediterráneos. El anacronismo colonial de Gibraltar lo tenemos presente los españoles. En Asia sólo se registra la colonia lusa de Macao, que pasó a China. El resto, en África, América y Oceanía, en la “microgeografía” se hallan simpáticos archipiélagos como las Marshall o las Marianas, de origen colonial español tomadas por Estados Unidos y Alemania en el siglo XIX, o islas que salpican al mapa como Naurú, todo un fortín de fosfatos, o la volcánica Montserrat. /En la imagen de la izquierda, Pendón de El Puerto de Santa María, reverso, que, propiedad de Don Guillermo Tirry, Marqués de la Cañada,  enarboló  a caballo, en las fiestas que se celebraron en esta Ciudad con motivo de la proclamación del Rey Fernando VI. Esta cara del pendón repite, en las cuatro esquinas, bordado, el escudo de El Puerto. El anverso tiene las Armas de la corona de España completas. Este pendón se quemó en el incendio que hubo en el palacio del Marqués de la Cañada en Madrid.

La independencia tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes en materia de defensa, representación diplomática o administración monetaria, que suponen un alto coste. Por eso, en 1955, los habitantes de las Islas Bermudas mediante referéndum rechazaron separarse de Gran Bretaña. Lo del estratégico islote de Pitcairn tiene su gracia, la Commonwealth británica lo tiene “catalogado” pomposamente como colonia, cuando alberga a 50 ciudadanos perdidos en el Pacífico.

1,4 PORTUENSES.
De cada 100.000 habitantes en el mundo, 1,4 son portuenses. Si distribuyéramos equitativamente en estadios como el Bernabéu la población mundial, cerca de 6.000 millones de almas, 21.000 espectadores serán chinos, 16.000 hindúes, y 760 españolaes, con un atestimonial representación de El Puerto. En el último censo la ciudad registra un total de 88.203 habitantes, repartidos casi por igual, entre hombre y mujeres, con un ligerísimo predominio de las féminas. La densidad del término municipal es de 454,57 habitantes por kilómetro cuadrado, que quintuplica la media española.


PAISES Y COLONIAS MAS PEQUEÑOS QUE EL PUERTO.
Lichtenstein (Europa) 159,9 Km² (sólo cinco hectáreas más grande). Islas Vírgenes Británicas (RU) (América) 152 km². Santa Elena (RU) (Africa) 121 Km². Islas Caimán (RU) (Am) 120  Km². Montserrat (RU) (Am) 102 Km². Anguila (Am) 96 Km². República de San Marino (Eu). Bermudas (RU) /Am) 53 Km². Niue (NZ) (Oceanía) 30Km². Tuvalu (Oc) 26 Km². Naurú (oc) 21 Km². Macao (P) (Asia) 16,9 Km². Tokelau (NZ) (Oceanía) 10,2 Km². Gibraltar (RU) (Eu) 6 Km². Pitcairn (RU) (Oc) 4,7 Km². Mónaco (Eu) 1,2 Km². Ciudad del Vaticano (Eu) 0,44 Km²


PAÍSES Y COLONIAS MENOS POBLADAS QUE EL PUERTO.
Rastreando la “microgeografía”, El Puerto tiene más habitantes que 31 países y colonias del orbe mundial. En Europa: Andorra 58.000 habitantes. Islas Feroe (D) 47.000. Gibraltar (RU) 31.000. Liechstenstein 28.000. Mónaco 27.000. San Marino 23.000. Vaticano 1.100. En África: Seychelles 70.000. Santa Elena (RU) 7.500. En América: Aruba (H) 62.000. Bermudas (RU) 60.000. Groenlandia (D) 57.000. San Cristóbal  y Nevis 42.000. Islas Caimán (RU) 29.000. Islas Vírgenes Británicas (RU) 17.000. Turcas y Caicos (RU) 13.000. Montserrat (RU) 11.000. Anguila 8.000. San Pedro y Miguelón (F) 6.000. Malvinas(RU) 2.000. En Oceanía: Samoa Americana (EU) 50.000. Islas Marshall 49.000. Marianas 47.000. Cook (NZ) 17.000. Palaos(EU) 16.000. Wallis y Futuna (F) 14.000. Tuvalu 12.000. Naurú 10.000. Niue (NZ) 2.000. Tokelau (NZ) 2.000. Pitcairn (RU) 50.

Pero, a fin de cuentas, esto sólo ha sido una suposición geográfica. El Puerto, con más de 700 años de fidelidad castellana, se siente orgulloso y feliz de ser andaluz y español. Aunque, a quién no le gustaría ver jugar la Liga de Campeones al Rácing Portuense. (Texto: Francisco Andrés Gallardo).

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Excelentemente dotado para el metro y la retórica, José Luis Tejada es poeta de un amor desarbolado y carnal, correlato de tormentas psíquicas y desgarrones existenciales. El clasicismo del verso endecasílabo (Lope al fondo) se combina con el popularismo del octosílabo, aflamencado y de raíz andalusí (al fondo Alberti). Ambas tendencias se conjuntan en la obra de un autor proteico, versátil, de varios tonos y diversas máscaras, en quien la poesía queda prendida en los encajes de un manierismo de asombrosa realización técnica. (B.V. Miguel de Cervantes).

José Luis Tejada (El Puerto de Santa María, 1927-Cádiz, 1988) tuvo una aparición relativamente tardía, pues publicó su primer libro en 1962: Para andar conmigo (Homenaje a Lope de Vega).

Claro que el propio poeta advierte al inicio del mismo que "casi todos estos poemas, cuya sujeción a los metros y temas tradicionales el autor juzga hoy excesiva, fueron escritos entre 1945 y 1955".

Lope de Vega le brindaba alguna de sus máscaras para poetizar sobre esto o aquello, pero también el metro -Tejada demuestra ser un excepcional sonetista- y la retórica, aunque en según qué casos los motivos poetizados pudieran cuestionar el procedimiento elegido: en el poema "Receta para rellenar sonetos", o en "Pide el poeta perdón por tanta rima", avisa contra los peligros de una actitud mimética y neoclasicista a la que se había él abrazado.

Cinco años después de la publicación de ese primer libro, dio a las prensas Razón de ser (1967), una prueba de fuego para un escritor que había fiado todo al admirable artificio urdido a la sombra de los clásicos. El nuevo libro no descuidaba este aspecto -hay en él excelentes sonetos-, pero asomaba el verso libre, esta vez para dar curso a pasiones desarboladas y tormentas psíquicas que conectaban con la poesía tremendista de los años cuarenta, en poemas que por lo común bandeaban entre la sustancia amorosa y la expresión del desarraigo existencial. El poeta, que había velado sus armas en la tradición literaria, incorporaba en ese momento una tópica amorosa de carácter erótico, pasional y sensual hasta donde no es frecuente en la poesía de su tiempo. La compulsión de los cuerpos, los estertores expresivos y la zozobra erótica arrancaban de cuajo el poema de los encajes manieristas de su primer libro.

José Luis Tejada volvió decididamente a los sonetos en El cadáver del alba (1968), cuya primera parte es un compendio de situaciones amorosas donde el poeta alcanza una de sus cimas artísticas, toda vez que encuentra la mayor naturalidad en la estructura de ese soneto que para otros autores es una cárcel de la que no logran salir estéticamente indemnes.

En el libro, el amor pierde alguna vez el empaque de pasión desaforada, y agacha la cerviz para adaptarse a los humildes requerimientos de la vida de todos los días: una suerte de cotidianeísmo en que la grisura del mundo referido va de la mano de una alta intensidad expresiva.

Su siguiente libro, Prosa española (1977), sorprende por diversos conceptos, el primero de todos su adscripción, externa al menos, a la poesía social. Resulta curioso que su publicación se produjera en un momento en que se estaba asentando la democracia en España, y, desaparecida la censura, los testimonios sociales ya no necesitaban canalizarse a través de la poesía. Si su primer volumen planteaba la guerra contra la corriente comunicativa entonces dominante, ahora parecía que el autor se asimilaba a ella, a efectos al menos retóricos ya que no siempre temáticos, cuando se había cancelado su tiempo histórico. He aquí los contrapuestos márgenes a que es expulsado el poeta desde la centralidad de la poesía dominante: formalista neoclásico cuando estaba vigente la poesía social, poeta "social" (sólo o con preferencia en el lenguaje) cuando la poesía social ya había periclitado. Ello no era óbice, sin embargo, para que, utilizando el decir popularista que tantas veces le sirve de cauce expresivo, volviera a arremeter contra la identificación de la poesía -el canto- con la proclama insurgente. Si excluimos el territorio del lenguaje (comunicativo, transitivo, alejado de ensimismamientos), el tono del libro parece encubrir vacilaciones de lo que llamaríamos el lugar del sujeto, como lo muestra el ocasional repudio de los temas sociales y del decir "colectivo" ("un madrigal colectivo / no sirve de madrigal").

Del río de mi olvido (1978) constituye una muestra de la entonación folclórica, de raíz popularista y albertiana, a la busca del núcleo de lo flamenco que ocuparía el aprendizaje del autor.

El conjunto que presentaba era, en realidad, anterior en la escritura a su primer libro, y bien podría considerarse como una manifestación de su prehistoria poética: útil sobre todo para registrar el proceso de aprendizaje, así como el de fusión entre lo heredado y lo adquirido.

Un último volumen exento -recopilaciones antológicas al margen- puede considerarse como el testamento poético del autor: Aprendiz de amante (1986).

José Luis Tejada es un poeta del amor, motivo éste al que se supeditan todos los otros. Pero frente a lo que sucedía en su primer libro, donde la tradición barroca era omnipresente, aquí el autor consigue poner la tradición al servicio de unas orientaciones temáticas propias. Abre así un amplio abanico de subtemas eróticos y de las respectivas actitudes psíquicas adecuadas a los mismos, entre las que predomina la simbiosis entre el amor, por lado, y la maceración y el desgaste existencial, por otro. Nos enfrentamos aquí a un amor menos literaturizado que en otras ocasiones, vinculado a los avatares de una determinada biografía, y que estilísticamente incorpora señales de una desvertebración lingüística extraña a los libros anteriores del poeta. Los poemas de expresión violenta y de quevediano desgarrón afectivo llaman la atención en razón de los inicios manieristas del poeta, pero los hay también acomodados a los efectos de la edad con la consiguiente declinación vital, en una hermosa actualización del ubi sunt? aplicado al envejecimiento de la amada.

Cuidemos este son (1997) se publicó años después de su muerte y responde a una vindicación de lo flamenco. Como sucediera con su admirado y estudiado Rafael Alberti, Tejada fue un poeta que osciló entre vertientes estéticas contrapuestas: la hiperculta (basada en el endecasílabo), por un lado, la neopopularista (basada en el octasílabo), por otro. Esta última es la que predomina aquí. El libro en cuestión cierra la imagen de un poeta versátil, irregular, retóricamente muy bien dotado, cuya voz quiso amoldarse a las pautas de una tradición poderosa, estrictamente literaria o de carácter oral, en la que nunca deja de escucharse, empero, lo singular de su timbre. (Texto: Ángel L. Prieto de Paula).

5

Ángel Lara ha editado una tirada limitada a 100 carpetas con 3 reproducciones de obras del artista portuense, numeradas y firmadas por el autor. La temática no puede estar mas de actualidad: una imagen del Castillito, en la playa de La Puntilla y dos del Vapor, una de ellas del cartel que anunció su reciente exposición en el Club Náutico. Precisamente de dicha exposición es la presentación que hicimos del pintor y que reproducimos a continuación.

EXPOSICIÓN VERANO 2011.
«A Ángel Lara lo conocía de referencias, por la amistad que tenían su padre y el mío. Admiré de siempre a Angelito –como le gustaba llamarlo a su padre— porque sabía comunicar muchas cosas con líneas, formas y colores. A Ángel lo que le gusta, lo que sabe hacer, de lo que vive, es de la ejecución  de esas líneas, formas y colores. No frecuentábamos los mismos ambientes pero en la distancia esa admiración crecía. Tuve el atrevimiento de acercarme a él con motivo de su cartel anunciador de la Feria de Primavera del pasado año, y ahí empecé a confirmar lo que ya imaginaba. Descubrí secretos de su obra, su pensamiento, su forma de entender la vida cuando accedió a ser inmortalizado en el lienzo efímero de Internet, a través de la web Gente del Puerto. Tuve ocasión de bucear en su obra, en unos casos lienzos y tablas, en otros fotografías y descubrí a un entusiasta amante de esta ciudad muchas veces ingrata. Ahí está la primera de las claves de su esencia de pintor: El Puerto.

 

Los interesados en la carpeta pueden obtenerla llamando a los teléfonos 669324546 o 606842363, o bien en el correo electrónico: pintorangellara@gmail.com

Decía su padre, que Dios iba repartiendo bolitas al azar sobre los hombres, con diferentes dones, talentos y habilidades. Y al que le tocaba le tocaba. A Angelito, le tocó la bolita del arte, del arte de los pinceles, de ser pintor. Sería en la casa del ‘pintor de la luz’ –del que poco pudo aprender por estar cumpliendo éste con sus compromisos profesionales en el extranjero—donde desde pequeño, empezó a sentirse embriagado por los olores de los óleos, aceites, disolventes, telas encoladas y maderas nobles que sirvieron para que muchas obras de su progenitor hayan pasado a la historia de la pintura no solo de El Puerto. Como él, gusta de enviar cartas manuscritas donde no se leen palabras, se perciben sentimientos muy profundos. Y como él, posiblemente se marche de El Puerto una temporada a mostrar su arte fuera del territorio patrio. Ahí tienen pues la segunda de las claves de este pintor: su padre.

Tengo la suerte, poco cultivada la verdad, de ser vecino en horario de trabajo de nuestro protagonista. En la plaza del Castillo, la ventana de mi despacho da frente por frente al balcón de su estudio. De por medio, la plaza y a un lado el edificio mas antiguo que se conserva en El Puerto: el Castillo. Desde una Casa de Cargadores a Indias construida en 1660, la de Aranibar, puedo divisar sin gafas ni anteojos el balcón siempre abierto de su sala de pintura. Instalado en la primera planta de una casa de vecinos más típica no la hay, Angelito se inspira, a veces con incienso, otras con un amontillado de la tierra y las más con el espíritu que impregna la historia vivida en esa Plaza, desde que El Puerto lo fundara como tal Alfonso X el Sabio hace 730 años. La tercera clave de su oficio, no me cabe la menor duda, es su gran sensibilidad.

Y quizás ese sea el rasgo más característico de la personalidad de nuestro pintor: la sensibilidad. Tiene una capacidad como muy pocos para percibir cosas que nos están negadas al común de los mortales. Hablar con él cuando está a gusto es escuchar a un poeta –y eso que él afirma que solo sabe pintar--.  Angelito escucha los colores como si fueran sinfonías y luego los plasma en un lienzo. Le habla a las paletas para que se organicen, se transformen en  una mezcla ordenada de colores y lugares de El Puerto. Los colores le hablan de tu, le conocen como si él fuera uno más de la caja de acrílicos. Siente el sabor punzante y acre de la arena cuando pinta algún rincón de la playa de la Muralla. Percibe el frío de las aguas del canal, cuando recrea la desembocadura del Guadalete y sabe pintarlo como lo siente, con la piel en carne de gallina. Tiembla cuando reproduce algún rincón de El Puerto porque está congelando, pincelada a pincelada, capa a capa, color tras color, una nueva dimensión cuántica en el espacio tiempo de nuestra Ciudad. Su mujer, su compañera vital, María José sabe de lo que hablo. 

Ángel Lara y José María Morillo, durante la presentación de la exposición en el Club Náutico de este verano, a cuyo acto pertenecen estas líneas.

Mientras, yo he recibido el don de poder emocionarme con Ángel y me apena que muchos paisanos o turistas accidentales no hayan visto aún lo que se pierden al no contemplar, ayudar, organizar o comprar alguna de sus creaciones, momentos llenos de vida de El Puerto. Aunque es una pena breve, fácilmente solucionable porque, a partir de esta noche, porteños y quienes nos visitan tienen la oportunidad de beneficiarse del bálsamo para el espíritu que supone su obra. Enhorabuena Ángel». (Texto: José María Morillo).

Más información de Ángel Lara en GdP.
615. Ángel Lara. El pintor figurativo.
753. Ángel Lara expone en el centro.

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