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Me llamo Camila, vivo en Chaoyang, (Pekín, República Popular China). Me dedico al mundo del diseño gráfico y la publicidad, pero no voy a centrar ese tema en mi blog. Quiero compartir en mi blog mis vivencias y mis aventuras en Pekín dedicado a mi familia y amigos, en especial a mi madre. Desde hace mucho tiempo pensé que debía escribir las miles de historias y anécdotas y 99% de ellas surrealistas, y he pensado que debía compartirlo. Espero que lo disfrutéis, tanto como yo al contarlo. Un beso gigante!!!!!!

El viento de Levante forma parte de El Puerto de Santa María. que cuando viene, como mínimo después de 5 días no se va. En Pekín también tenemos ese viento de Levante, pero aquí en una mañana puede irse, y volver como 4 o 5 veces. Es como un viento de levante intermitente. En El Puerto de Zanta María, los xiquillos de la barriá juegan ar furbito, en  (mi barriá) los niños juegan a las artes marciales. En el Parque Calderón, está la famosa Pontona, aquí, en Ritan Park, tenemos también la pontona china. En el Puerto, las “maris” van con su bata y los rulos al chino; aquí, los chinos también lucen sus zapatillas y pijama de andar por casa por la calle. Y no sólo por la mañana. (Texto: Camila Power).

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A mediodía del pasado lunes 28 de mayo fallecía e los 89 años el ‘decano’ de la hostelería porteña, Vicente Sordo Díaz (ver nótula núm. 014 en GdP), propietario hasta la fecha del Bar Vicente, también conocido como ‘Los Pepes’ o, con anterioridad ‘El Rubio’ o ‘Las Mellizas’. Nacido en Camijanes (Cantabria), llegó a El Puerto con 15 años siendo un claro ejemplo de montañés afincado y emprendedor en nuestra Ciudad. Casado con Ascensión Gómez Recalde (de otra afamada familia cántabra, dedicada a los negocios de la alimentación) de la que era viudo, fue padre de Ciony, Lola y Vicente. Precisamente sus hijo y nieto  --los dos del mismo nombre que el desaparecido Vicente-- siguen al frente del negocio.

El pasado sábado 26 de mayo, cuando las rosas y  geranios de encaje declinan en su exuberante belleza primaveral, tras sublimar su esencia en un suspiro, sentí la necesidad de escribir unas notas premonitorias. Estuve sentado  ante un velador que sirve de puente entre la puerta de entrada y la ventana del Bar Vicente. No es un velador más, porque los demás no tienen una tapa de mármol veteado de sesenta por sesenta, de color café con leche, ni se asientan sobre un soporte de madera en palillería torneada y dos reposapiés, uno frente al otro, para acoger a un contertulio dispuesto a oír la voz de la experiencia además de la sabiduría.

Tres Vicente Sordo, tres.

El lado que da a la puerta de salida, es el que hasta hace muy poco estaba siempre reservado para el Patriarca. A la altura de su cabeza, un manifiesto que resalta los valores de la especie humana como objetivo y un banderín de enganche para el que sienta en su corazón los valores que destaca. Allí permanecía durante los últimos años la matriosca mayor, como centinela alerta para dar la bienvenida al que llegaba y el adiós al que partía. Casi siempre en silencio. Solo una sonrisa bondadosa sobre su rostro venerable. Dispuesto a contar si se le pedía. Pacientemente callado mientras escuchaba. Complacido, recreaba su vista sobre las otras matrioscas, sus dos Vicentes y sus fieles colaboradores que siguen acumulando trienios.

Nunca un gesto de desaprobación. Tampoco había motivos. Había sabido esculpir en el sistema límbico de su saga, las letras de oro de sus éxitos como persona y como profesional. Me tomé una copa. Me sirvió como siempre Vicente II. Pregunté por su padre y si mantenía aún la ilusión de ver por TV las corridas de toros. Sonriendo con un gesto de amargura y brillo en los ojos, me confesó que su padre ya estaba intimando con los querubines, que le había entregado los anillos suyo  y de su esposa mostrándomelos ensartados en una cadena colgada de su cuello. Sentí tristeza, pero también la admiración al comprobar la capacidad de abnegación ante el ineluctable hecho natural de la vida y su consecuencia final. El lunes 29 se consumó la crónica que me avanzó desde nuestro afecto mutuo Vicente II. Se rompió el cascarón de la matriosca y dejó huérfanos a los Vicentes y a tantos como recordaremos su patriarcal figura que ya va camino de las estrellas. (Texto: Alberto Boutellier Caparrós). (Fotos: Bar Vicente).

Al realizador rumano Valerio Lazarov, primer director general de Telecinco le sirvieron de inspiración El Puerto y alrededores  para una serie de especiales que preparaba para TVE en el otoño de 1971 y que se rodaron íntegramente en la provincia de Cádiz, hace ya 40 años. El programa se llamaba '360 grados en torno a Marisol'.

Este programa formaba parte de la estrategia de la televisión nacional de ofrecer unos contenidos que hicieran creer a la población que vivían en un país moderno y libre de censuras. El proyecto lo había firmado Adolfo Suárez, cuando era director general de RTVE, y el mediático Luis Ángel Delaviuda (fundador de Antena 3) como director de antena.

Unos años antes Lazarov, literalmente huyendo del régimen de Ceaucescu, había despuntado en la cadena española con el musical ‘El irreal Madrid’. Lazarov, precursor del ritmo del videoclip televisivo y obseso con las posibilidades del zoom, tenía barra libre para sus programas de entretenimiento: además de dar una presunta imagen de modernidad para el interior, sus programas, que eran adquiridos en muchos países de Europa y Suramérica, transmitían una imagen de España como país avanzado.

El desaparecido Varadero de Pastrana y el también desmontado puente de San Alejandro.

Aunque en los títulos de crédito de ‘360 grados en torno a Marisol’ no aparece nada sobre los lugares elegidos (incluso en la Wikipedia se habla de "la provincia de Málaga"), el programa emitido en 1972 en la Primera Cadena fue un escaparate turístico de El Puerto y Cádiz, a mayor gloria para el relanzamiento de la carrera de Marisol. Otro espacio de la serie musical, el dedicado a Carmen Sevilla, también se grabó en buena parte en la provincia.

Marisol y Tip y Coll en el Castillo de San Marcos

El castillo de San Marcos de El Puerto, a lo Polanski-Lazarov  quería emular a Polanski en 'El baile de los vampiros' y creó una versión carpetovetónica en el castillo de San Marcos, en El Puerto, para este programa de Marisol de 1972. La cantante junto a Tip y Coll y sus bailarines danzan por las almenas con vistas a la Bahía.

...continúa leyendo "1.300. VALERIO LAZAROV Y EL PUERTO. Hace 40 años."

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Grabado de Taylor & Cooker. El edificio de la izquierda es una mansión de un miembro de la familia Vizarrón y el de  la derecha, la casa propiedad de ‘los Giles’, donde estaban ‘Los Maera’ y en la actualidad está el Bar ‘La Garnacha’. La calle que nace es la calle Luna vista la perspectiva desde la Plaza de las Galeras.

Parece mentira que Cádiz y los Puertos que fueron los pilares fundacionales del flamenco, no se hayan percatado de que estamos en 2012 y que en 1812 ya bullían en Cádiz y los Puertos muchísimos gérmenes de cante, unos ultramarinos, otros de raíz propiamente gaditana, pero todos rodados por la tradición oral que venía desde antiguo. El llamado “cante de ida y vuelta”, no es cosa de un día. A los toreros, y galleros que han hecho las américas  en las postrimerías del siglo XIX y en el XX hay que sumar a las reales hembras, como Pepa de Oro que acompañó a su padre, Paco de Oro, en las campañas taurinas americanas y nos trajo su milonga.

AUSENTES EN LAS INDIAS.
Pero mucho antes, en el XVIII, no hay que olvidar a los gitanos censados en El Puerto de Santa María, en 1717 y 1783, como “ausentes en las Indias”, me imagino que como tripulación, porque no figuran en el Catálogo de Viajeros.  Y entre esos “ausentes en las Indias” están el padre y un hermano del herrero, hoy confirmado portorrealeño, nacido  en 1755, pero vecino de El Puerto, casado en  Jerez y nuevamente vecino de El Puerto,  Luis Fernández Morón, “el de la Juliana”. Y “ausentes en las Indias” son, en los documentos del XVIII, los gitanos portuenses Juan Bermúdez, Juan Francisco de Padilla y Pedro Cintado, que se “ejercitaban en navegar a Indias” y “pocos días después” del registro de 1717 hicieron  viaje  “en los navíos de Buenos Aires”. Volvieron “por carnestolendas” de 1721.  También,  en el registro de 1717, los gitanos portuenses Alonso Ramírez y Antonio Conde son “navegantes a Indias”. Gaspar de la Oliva ‘el Nene’, Agustín de Aranda  José Sierra, Diego Felipe Núñez, Domingo Francisco Díaz o Tomás Rivero, gitanos de El Puerto, figuran  como “ausentes en Indias”. Como se comprenderá, esta es una simple muestra documental muy sugerente, y, desde luego, es mucho mayor el número de los  gitanos  bajoandaluces embarcados a las Américas.

En muchos  cantes,  en las soleares apolás, en la caña –la caña dulce--, por ejemplo, o en ciertas bulerías de los Puertos y en los tangos se aprecia claramente la influencia americana. Ello sin contar con las peteneras, las milongas, las guajiras, las vidalitas...

Lugar desde el que las tropas francesas asediaron Cádiz entre 1810-1812

Toda la constelación de cantiñas que nacen en el cerco de Cádiz, al amparo del fervor popular, deben ser puestas al conocimiento del  pueblo gaditano en el 2012. Pero con rigor científico. Me temo que van a salir muchos marisabidillos que,  nos van querer sorprender, otra vez, con los “hallazgos” falsos, como siempre sucede, y se van a arrimar al poder para sacar tajada. ¡Mucho cuidado! Se impone un serio Congreso, con gente seria, que la hay, para que aflore todo el rico cante del Cádiz de 1812, fruto de trabajos de campo concienzudos y de rebuscos documentales serios. Veremos. (Texto: Luis Suárez Ávila).

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Hoy 18 de enero hace 234 años que el portuense Juan Ignacio de la Rocha fue consagrado Obispo de Michoacán en la bella catedral de la Arquidiócesis de Morelia, en una solemne ceremonia a la que asistieron personas de todos los estamentos sociales y gran número de autoridades clericales y civiles, entre ellas el virrey Bucarelli.  Estaba próximo a cumplir los 63 años y, de hecho, hacía año y medio –desde mediado agosto de 1776- que había sido asignado para este cargo por el rey, que era el que nombraba a los obispos, entre una amplia lista de nada menos que 73 candidatos. Aceptó la mitra el 27 de diciembre de ese mismo año,  jurando fidelidad a las normas de la corona y recibió las reales cédulas de su nombramiento. Sin embargo, las bulas pontificias que debían ratificarlo, pasaban los meses y no llegaban. Debieron extraviarse por el camino de Roma a la Valladolid mejicana, capital de la diócesis, tomando posesión sin ser consagrado, dadas las circunstancias, en abril de 1777. Finalmente, como si de un regalo de Reyes se tratase, las bulas llegaron a su destino el día de la Epifanía de 1778, celebrándose en la fecha antes citada su consagración, ocupando con todos los requisitos y trámites cubiertos la silla episcopal de una de las más grandes y prósperas ciudades de Nueva España. (Según el censo de Revillagigedo, superaba por poco las 17.000 almas).

LOS BIZARRONES.
Como era tradición y costumbre, algunos nuevos prelados solían hacer un regalo, generalmente suntuoso, a la iglesia en la que habían desempeñado sus labores anteriormente. Así, nuestro paisano, Juan Antonio Vizarrón, arcediano y canónigo de la catedral hispalense antes de ser nombrado arzobispo de Méjico, donó  media docena de gigantescos blandones,  de 1,85 m. de altura y  que tienen cada uno, nada de un baño de plata, sino 200 libras de la mejor plata mexicana, candelabros que son conocidos popularmente como “los bizarrones”. Desconozco si hoy en día pueden admirarse en la catedral de Sevilla, en el lugar en el que estaban instalado no hace muchos años, el presbiterio bajo de la Capilla Mayor,  probablemente desde que los donara en 1752 el arzobispo y virrey.  Su paje, discípulo y protegido, Juan Ignacio De la Rocha cuyo cargo anterior al nombramiento de obispo había sido el de Comisario de Cruzada del Arzobispado mejicano, siguiendo el ejemplo de su mentor, regaló a la catedral de México un incensario con la naveta de oro y dejó a la parroquia del Sagrario, que forma parte de la misma, un legado de cuatro mil pesos.

CEREMONIA.
Como no había obispos consagrados en 25 leguas a la redonda, asistieron con mitra, realizando la labor de obispos oficiantes dos doctores que ejercían de Chantre y Maestresala en dicha iglesia. Los antiguos ritos previstos se fueron sucediendo: Eucaristía, invocación al Espíritu Santo, lectura de la Bula Papal, homilía, enumeración de sus compromisos con la feligresía, letanía de los Santos… y a continuación, sus cansados huesos se extendieron sobre la alfombra que cubría el mármol del pavimento, repitiendo la sumisa postura, boca abajo, “besando el polvo” tal como lo hiciera el día en que fue consagrado sacerdote. En esta postura, que en cierto modo le aislaba de todo lo que le rodeaba no pudo por menos que evocar a su mentor y paisano, el arzobispo Juan Antonio Vizarrón, del que fue  capellán caudatorio. (Esta denominación, debido a su desuso, no aparece ya en los modernos diccionarios de la lengua. Se denominaba así –y también porta-cola- al eclesiástico doméstico del obispo o arzobispo destinado a llevarle alzada la cauda o cola de la capa consistorial).

...continúa leyendo "1.263. JUAN IGNACIO DE LA ROCHA. Obispo de Michoacan (Méjico)."

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La foto a la que ponemos este amplio pié es un recuerdo familiar de Juan Antonio Lores Palacios, biznieto de Antonio Rives Bret, alcalde de la ciudad, mejor dicho Presidente de la Comisión Gestora Municipal, como acredita su bastón de mando, en 1938.

Me ponen en el compromiso de citar algunos datos biográficos del personaje que acompaña al General Queipo de Llano, proclamado Hijo Predilecto y Adoptivo de la ciudad y a un grupo de autoridades militares en lo que parece el acto inaugural, en  1938, de la  plaza de Cristóbal Colón, en donde situaran un monumento a sus caídos los vencedores de la contienda civil. En este espacio, antigua plazoleta del carbón, nuestros abuelos asistían en las noches de verano a los folletines cinematográficos que se proyectaban por capítulos en los felices años veinte que luego, en la postguerra, tendría su prolongación en un solar existente en uno de sus laterales donde se ubicó un cine de verano que tomó su nombre del de la nueva plaza.

Hoy día parece fácil y sencillo documentarse sobre cualquier tema, gracias a esa impresionante y gigantesca enciclopedia que es la red. Y de hecho, en muchos casos y ocasiones, lo es. Pero no siempre. A veces, redactar unas pocas líneas que contengan datos fiables y contrastados suponen  horas de investigación en archivos y bibliotecas reales, no virtuales, en donde  pueden consultarse viejos legajos, documentos, y periódicos antiguos y así obtener los escasos datos que he podido reunir para  los lectores de GdP para poder al menos proporcionar algunas pinceladas biográficas de la personalidad y actividades de este paisano que fuera primera autoridad de los portuenses casi tres años, en años difíciles y comprometidos, desde febrero de 1937 hasta diciembre de 1939.

Según figura anotado en los padrones municipales, nació en El Puerto en 1862. Bien joven y recién casado con otra portuense, Lola Lobo Tera y conjuntamente con un hermano llamado Joaquín (que fallecería en La Habana en 1916) emigraron al continente americano, estableciéndose inicialmente en Cuba, pasando después a Uruguay, en cuya capital, Montevideo, nacieron dos hijos: un varón que falleció joven y Lola Rives Lobo, de la que desciende la familia portuense de los Lores Palacios. Pasada la primera década del siglo XX,  retornó a su ciudad natal con su familia, adquiriendo una casa en calle Santa Lucía número 21.

...continúa leyendo "1.257. ANTONIO RIVES BRET. El alcalde de la Plaza de Colón."

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EL SOLDADO DEL MIEDO EN EL MANICOMIO DEL ARTE.
Buen porte, gallardía, andares toreros, pinturería, valor sereno, y pasión desmedida por el toro. No caben dudas de que todas estas cualidades eran parte de la personalidad de Paco Cossío, un chaval espigado y apuesto, cuyas aspiraciones le hacían soñar con llegar a ser un gran torero.

Cuándo Paco cogía, a modo de muleta, cualquier trapo de la cocina de su madre, armaba el revuelo entre los chiquillos y todo aquel que se parara a mirarle. En esa época daba gloria ver a los chiquillos jugar al toro, «--Este chaval apunta maneras!» decían algunas voces. El chiquillo lo tuvo claro, ¡iba a ser Torero!

CUBA Y MÉJICO.
Francisco Cossío González, de origen cubano, nace el 22 de abril de 1928, en San Antonio de los Baños, municipio al suroeste de La Habana. Por circunstancias de la vida, su familia se traslada a México, cuándo el chiquillo recién cumplía su primer año de vida. En México se forma como hombre, pero lejos de olvidarse de la ‘locura del Toro’ comenzó a pensar y sentir en torero, no en vano llevaba el veneno del Toro, en sus adentros. Alentado por un banderillero lusitano, Paco Surco, ese mar de la ilusión, de la esperanza y ojalá de los éxitos, con un pequeño maco-hatillo-, lleno de optimismo, y con la firme convicción de abrirse camino, en este difícil mundo del toro.

 

Una instantánea del municipio cubano de San Antonio de Baños, donde nació nuestro protagonista en Cuba en 1928. /Foto: Robin Thom

1928.
En 1928, el año de su nacimiento, era alcalde de El Puerto, Alfonso Sancho y Mateos. Ese año era refundada la Hermandad del Nazareno, que empezó su desfile procesional a las 3 de la madrugada la noche del jueves al viernes. Pedro Muñoz Seca estrenaba ocho obras de teatro, entre ellas ‘El Teniente de Alcalde de Zalamea’. El 10 de febrero de dicho año se fundaba el Racing Football Club de El Puerto, celebrándose los primeros encuentros en la Plaza del Polvorista. El maestro Antonio de la Torre González era aquel año Secretario de la Sección Juvenil de la Cruz Roja de Medina Sidonia. El 2 de abril de ese año es nombrado Hijo Adoptivo el benefactor local Elías Ahuja y Andria. Antonio Cruzón Moreno, patrón del Vapor ‘Cádiz’ se cayó al agua desde el cantil del del muelle a primeros de junio.

PORTUGAL, SU PUERTA DE EUROPA.
La puerta a Europa de nuestro protagonista fue a través de Portugal. Allí se sorprende al comprobar la forma de banderillear de los toreros lusos. Al no picarse a los toros, estos envestían con más brío y, la suerte, resultaba muy espectacular. Como quiera que su meta era torear en España, abandona Portugal, para recorrer primero, nuestro campo charro: Salamanca. Las numerosas ganaderías allí existentes fueron vitales para su entrenamiento como novillero para, más tarde, pasar por Cáceres, Madrid. etc. La llegada a nuestra tierra se debió a su contratación como novillero por la empresa de la Plaza de Toros de San Fernando.

LLEGADA A EL PUERTO.
Respaldado por su compatriota Joselito Huertas decide instalarse primero en Jerez, y más tarde en El Puerto de Santa María. Sería en nuestra Ciudad cuando, en el año 1951, echaría definitivamente raíces. Durante su estancia en Jerez, Paco conoce a una guapa jerezana, con la que años más tarde se casaría y tendrían la alegría de traer al mundo dos hijos estupendos. Actuó como jefe de cuadrillas en pocas ocasiones, siendo una de ellas: el 12 de Junio de 1955, en Orense, realizando el paseíllo con Antonio Lizarazo y Ángel Teresa. /Recorte de ABC del 6 de septiembre de 1955, en el que señala la actuación del novillero Francisco Cossío en El Barco de Ávila (Ávila).

 ORO Y PLATA.
Tengo entendido, que por aquel entonces, España y México probablemente podrían haber firmado un acuerdo, por el que los novilleros sin caballos mexicanos, no podían torear en nuestro país. De la misma manera los españoles tampoco podían torear en nuestro país hermano. En el año 1956, sopesando las muchas dificultades para poder torear, decide cambiar el oro de los vestidos de torear, por la plata, aunque yo más bien diría, que esa ha sido una plata, que ha brillado tanto como el oro. /En la imagen de la izquierda cartel de la II Gran Fiesta benéfico-taurina a beneficio de la cabalgata de reyes, donde actuaba Francisco Cossio, anunciado como 'el Mejicajo de Oro'. 

BANDERILLERO.
Prácticamente, ha toreado con casi todos los maestros locales y de la zona, tanto a caballos, como sin ellos. Banderillero muy apreciado por todos los profesionales, especialmente por los locales, por su carisma y formas, pues en muchas ocasiones, fue esa voz de aliento entre barreras. «--Niño, tu por qué no coges los palos?» Y el niño ya lo creo que le hizo caso, y esa fue una de las suertes, en las que el niño brillo con luz propia. Gracias Paco por tus sabios consejos.

EL MEXICANO DE ORO.
A destacar la gran generosidad del Mexicano de Oro --así anunciado en los carteles-- siempre dispuesto a ayudar a los chavales, llevándolos en su propio vehículo a las tientas, y hasta los pueblos y ciudades, en donde se anunciaban. A Paco poco le importaba, volver a casa sin siquiera el sueldo, pues sabía de la precariedad de esos chavales. «--¿Por no tener un ‘ponedor’ estos torerillos se iban a quedar sin torear?. ¡Nada de eso!». Por él no iba a quedar echarles una mano. Todos y cada uno de ellos, han tenido en Paco ese ejemplo de pundonor, entrega, y esa voz de la experiencia, enseñándoles, el temple, las distancias, y como salir airoso de la cara del toro.

De izquierda a derecha, Paco Cossío en un festival junto a Miguel Ariza y Antonio Gutiérrez Navarro 'Paco Puerto'. Este último, de la Barriada de los Milagros, es además 'un cantaor de cuerpo entero'.

FESTIVAL DE BANDERILLEROS.
Sería muy largo nombrar a todos los toreros con los que el mejicano ha hecho el paseíllo pero a él le gusta destacar cuando fue con José Luís Galloso, o, con Fernando Heredia Romero, así como con : Cañitas, Cruz Vélez, Curro Luque, Celso Ortega, Marcos Cruz etc. Más de una vez ha toreado en festivales benéficos, en los que los matadores hacían las veces, de subalterno, y como consecuencia los banderilleros, eran los encargados de volver a coger la espada y la muleta. Ni que decir tiene que este tipo de espectáculos, siempre se han dado por una causa altruistas, bien para cubrir las necesidades de unos niños, colaborar con la cabalgata de los Reyes Magos, o para todo aquello, que los toreros hayan sido requeridos.

Igualmente largo sería explicar por qué se ha perdido esta tradición en El Puerto, ya que según creo esta idea inició en nuestra Ciudad y algunas poblaciones cercanas la han continuado como algo tradicional. Recuerdo como a Paquirri, le entusiasmó lo idea pero,  desgraciadamente, no pudo torear en El Puerto, en ese primer festival de los banderilleros. Seguro que hubiera disfrutado como un chiquillo y estoy segura de su colaboración con los organizadores. /En la imagen de la izquierda, Paco Cossío recibiendo en 2003 la distinción que le hacía la Tertulia Taurina 'La Garrocha' por su enterga a la Fiesta durante más de 40 años.

Como tantos otros toreros, desafortunadamente, nuestro mexicano, no ha podido vivir solo del toro, pues nada le hubiera hecho más feliz. A su llegada a El Puerto hizo lo que pudo, desde cargar sacos de cemento a realizar trabajos de escayola principalmente. Y aunque el paso del tiempo es inexorable y desde hace mucho peina canas, Paco siempre será ‘el eterno joven’. Hasta hace poco, daba su vuelta diaria, por nuestra Plaza Real, deseoso de enterarse de algún tentadero, para siquiera poder dar un pase. «--Niño, ¡un torero no puede estar mucho tiempo, sin estar en la cara del toro!». Certeras palabras, indiscutiblemente, de un torero. Y si el  toreo es un arte y por tanto el mexicano es un artista, tal vez la suerte no haya sido su compañera de viaje; puede que el público y los aficionados no le hayan reconocido, sus muchos méritos, aunque si lo han visto moverse, vivir, y sentir como lo que es ¡un gran torero! Sobre todo, Paco ha sabido ganarse el cariño y el reconocimiento y respeto de todos los profesionales. (Texto: María Jesús Vela Durán).

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Decir ‘Kiliki’, es trasladarse al pasado ‘esplendoroso” de La Placilla. Desde que tengo conciencia --si es que alguna vez la he tenido-- me acostumbré a ver a muchos comerciantes, dejarse la piel día a día. Cada uno tiraba del carro de su vida, con uñas y dientes, sabedores de que en la vida pocas cosas hay gratis. A ellos desgraciadamente les toco luchar muy duro, por todo lo que con valentía y esfuerzo lograron. La familia Tejada Bautista, no iba a ser una excepción: desde las primeras luces del alba Francisco Tejada Torres ‘Kiliki’ natural de El Puerto, --nacido el 17 de Abril de 1911 y fallecido el 19 de Marzo del 1986-- se preparaba para su laboriosa jornada laboral. Vivieron en la plaza del Polvorista, en la calle Cantarería y en la nueva barriada de Crevillet.

KILIKI.
El origen de la palabra kiliki es desconocido, aunque algunos estudiosos apuntan a que proviene del euskera kili-kili, que se traduciría como, moscorra, curda… El Kiliki es un personaje que forma parte de la tradición navarra: la comparsa de gigantes y cabezudos de Pamplona aglutina a un conjunto de figuras de cartón piedra, que incluyen gigantes, cabezudos, kilikis y zaldikos, así como a quienes lo portan. Acaso nuestro Francisco Tejada Torres viajero y feriante infatigable por las Ferias y Fiestas del país recordara a alguien la fisonomía de estos personajes de ficción, tocados con un tricornio y… Kiliki se le quedó para siempre. /En la imagen de la izquierda, cartel las fiestas de San Fermín 1997, dedicado al Kiliki.

Kiliki y su mujer, junto a su padre y hermanos en la tómbola que tuvieron en Canarias.

CANARIAS.
Kiliki contaba con la inestimable ayuda de Juana Bautista Díaz- su esposa- y años más tarde de sus hijos Milagros y Salvador. Poco imaginaban Francisco Tejada y Milagros Torres padres de Kiliki que en el traslado para trabajar en la bonita Isla de La Palma, una canaria simpática y bonachona sería la fiel compañera de su niño. Juana fue una compañera infatigable, --las mujeres de su generación parecían estar hechas de otra pasta-- trabajadora constante y una luchadora nata.

La mujer de Kiliki, Juana Bautista Díaz en el puesto de la Placilla instalado delante de la puerta de los artistas del Teatro Principal.

ENTRE EL PARQUE Y LA PLACILLA.
Los derroteros de la vida llevó a los padres de Kiliki a trabajar en Tómbolas, casetas de Feria y venta ambulante. Una de estas casetas, concretamente de tiros, se montó en el Parque Calderón y la fatalidad quiso, que un cliente errara el tiro y para su desgracia un plomillo le diera de lleno en la cara. A consecuencia de este hecho perdió un ojo, pero afortunadamente no su alegría, ni sus geniales ocurrencias. De vuelta a El Puerto, sus padres por fin recalaron en La Placilla. Instalaron una Reolina en los alrededores de la Plaza de Abastos, el premio consistía en una pastilla de jabón, un paquete de galletas o de tabaco, la tirada era a 10 céntimos. ¿Curioso verdad?

Kiliki, en la Feria de Ganado en El Palmar de la Victoria sentado en el suelo, sobre él su hermana Pepa y a la derecha de ésta, la mujer del pintor Juan Lara. El niño de pié es Juan José Lara ya fallecido, hijo del pintor de la luz.

Kiliki, Antoñito Castilla (de la desaparecida imprenta y papelería Pérez Pastor que estaba en la calle Larga entre Luna y Palacios) y Manuel García, empleado municipal padre de Manolo García Campos, contertulios de Casa Lucas (ver nótula 037 en GdP).

Pasado el tiempo, los tres hermanos, pusieron sus puestos en la Placilla. Kiliki y Juana se instalaron junto a la puerta de los artistas, del desaparecido Teatro Principal. En aquellos momentos sus vecinos eran Carmen apodada ‘la Bigotona’, la señora Pepa, José Ramírez –alpargatero- y su genial hermana Pepa. Esta última junto a su bonachón y sonriente marido Manolo Bermúdez Riqué, comerciantes ya veteranos de La Placilla, les dieron la bienvenida no solo a Kiliki, sino también a Félix tercero de los hermanos Tejada Torres.

Pepa 'la de la Quincalla', la hermana de Kiliki, junto a Basti el carnicero y Eduardo, en el puesto de la plaza, frente al puesto de congelados.

SU HERMANA PEPA.
Si me permiten una pequeña licencia, querría destacar a la persona de su hermana Pepa, 'la de la Quincalla' . Para casi toda la Placilla ella y Pepe –el de los ultramarinos Los Dos Pepes- eran dos personas con un sentido del humor extraordinario y ambos dos con un corazón que no les cabía en el pecho. Afortunadamente Pepa goza hoy día de buena salud --vive en Jerez-- y atesora una memoria prodigiosa. Esperemos que nos siga alegrando por mucho tiempo con esa su preciosa y dorada sonrisa.

En la imagen, Miguel, de Plateria Iglesias, Pepa Tejada y Milagritos, niño desconocido, en la Placilla.

Pero volvamos al principio de su llegada a la Placilla. Desde ese día, era normal verlos en las labores de acarreo de la mercancía, con su pequeño carrillo daban mil y un viajes, siempre cargados, siempre infatigables una y otra vez. Pero… ¿que hacer?, eran tiempos duros, en los que ganarse el sustento no era tarea fácil para nadie. Vendían un poco de todo: unos sartenes, platos, vasos, lámparas, búcaros, macetas etc. Cuando llegaba la época navideña, era fácil encontrar entre sus artículos las desaparecidas matracas, así como las zambombas, panderetas etc. Había que adaptarse a todo, no quedaba otra.

Juana y su hija Milagros, en el atiborrado puesto de la Placilla.

MILAGROS Y SALVADOR.
Años más tarde, Milagros y Salvador dignos hijos de sus padres se incorporaron al negocio familiar. Con ellos llegaron nuevos ímpetus y renovadas ilusiones. Milagros era una trabajadora nata como su madre, desde muy jovencita, se tomó su trabajo con gran responsabilidad, deseosa de echarles una mano a sus padres. Despierta y con una sonrisa franca que hacía que fuera muy apreciada por todos. A menudo la veía pasar con su carrillo, y me admiraba de su gran fortaleza. El carro iba cargado de género y ella tiraba de él con gran presteza, sin perder ni el agrado ni su preciosa sonrisa. Milagros no solo es una gran trabajadora, también una mujer extraordinaria.

Milagritos y dos amigos en el puesto, frente a Calzados Heredia.

Poco después fue Salvador quien se incorporó a la empresa familiar. Salva tiene ese ‘pellizco’, de las geniales ocurrencias de su padre, buen trabajador, supo innovar el negocio familiar, con la venta de otro tipo de artículos. Ya ni el carrillo era el de antaño, mucho más apropiado, y provisto de un pequeño toldo, para esos momentos de apuro, en los que la lluvia hacía difícil la recogida de tanto género.  Me gustaría destacar la gran nobleza y honestidad de esta familia.  Mi amigo Paco Rodríguez Lores me recordaba lo buen amigo de sus amigos que era Kiliki y como la gracia natural y espontánea era una de sus rasgos más característicos. Y sí aunque yo añadiría la entrañabilidad de todos y cada uno de los Tejada. (Texto: María Jesús Vela Durán).

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«El Puerto es el pueblo más bonito de España», asegura este nieto de Felipe Fuentes, un comerciante que era representante de automóviles y que probó suerte por Barcelona allá por los 50, para buscar las oportunidades que por El Puerto no encontraba. Ese Puerto al que tantas veces ha visitado el periodista y presentador, Manel Fuentes, El Puerto que le hace brillar los recuerdos junto a la sonrisa. El nieto de Felipe es la voz matinal de la radio pública catalana, ‘El matí de Catalunya Radio’, encargo que recibió en 2009 y que de ser la tercera opción entre los oyentes catalanes se ha impuesto como liderazgo.

Manel, licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, fue conocido por el gran público por la faceta del entretenimiento, a raíz de sus imitaciones en ‘Crónicas marcianas’, formando parte de la primera tripulación del comandante Javier Sardá. El público lo descubrió como el alter ego del Rey, de Jordi Pujol o de Luis María Anson, entonces director de ABC. Se presentaba como El Hombre sin Personalidad. Precisamente, él, que le sobra personalidad y una voz de cantante de postín heredada de sus antepasados del Sur.  Alumno aventajado, aquel colaborador de Sardá tuvo su programa propio de entrevistas y humor en  TV3 y en Telecinco, La noche con Fuentes y Cía, que comenzó en 2001 y se extendió durante cuatro temporadas en las  nocturnidades del domingo, consiguiendo un premio Ondas. Manel ya contaba con otros dos caballos alados por su trayectoria radiofónica. Uno de ellos por ‘Problemes domèstics’, también en Catalunya Radio. En la televisión, en Telecinco, llegó a comandar un clásico como ‘Caiga quien caiga’. /En la imagen, ‘Los Encantes Viejos’, mercadillo de Barcelona. /Foto: Eugenio Forcano.

Barcelona en la década de los cincuenta del siglo pasado: Comedia, Avenida Palace y Coliseo.

Es barcelonés de segunda generación, pero su simpatía por El Puerto salta a la primera frase cuando se encuentra con un andaluz.  Su abuelo Felipe  --del que guarda un recuerdo muy especial ya que fue la primera muerte dura que recuerda, con tan solo 10 años-- después de los coches se dedicó a la representación de productos textiles, «y siempre se acordaba de su ciudad natal», como evoca con todo su cariño. Enarbola con orgullo el apellido «Fuentes, de los Fuentes venidos desde El Puerto». Manel tiene el día ocupado con sus mañanas radiofónicas, pero como le sobra algún ratillo, también presenta desde hace dos semanas el programa de imitadores-imitados ‘Tu cara me suena’, en las noches de los miércoles de Antena 3, siendo la pasada edición el programa más visto a nivel nacional.

La calle Larga de El Puerto en la década de los cincuenta del siglo pasado.

Su voz de imitaciones también se puede oír en el cine, lo pueden encontrar como Nígel, uno d elos pelícanos de 'Buscando a Nemo'; como el pingüino  Skipper en 'Madagascar' y aparece como camarero en 'Torrente 2'. He aquí la otra biografía del nieto de Felipe Fuentes, de Manel, cuando representaba en el teatro los monólogos de ‘El Club de la Comedia’…

«…Soy hijo de quien dicen ser mis padres, personas respetables cuyas profesiones nada tienen que ver con la actividad remunerada que realiza un servidor. Sigue siendo un misterio cómo he llegado a dedicarme a esto, y sobre todo, que alguien me pague por ello. Desde la infancia arrastro problemas de identidad. Hasta los 7 años no descubrí que no me llamaba 'Estátequieto', hasta los 10 que los Reyes no eran mis padres (...sino los de Felipe, Elena y Cristina) y hasta los 17 que iba a suspender matemáticas. Eran tantos los problemas de identidad, que en el carné la foto salió borrosa. Fui a la Universidad y estudié Periodismo, y claro, la cosa empeoró. Me refugié de mi inseguridad imitando las voces de otros, pero en vez de ayudarme, a mi costa iban medrando hasta convertirse en cantantes de éxito, futbolistas, alcaldes, presidentes ¡y hasta a Rey, ha llegado alguno! Ninguno me lo agradeció nunca y además, el orden protocolario hacía que para expresarme con mi propia voz tuviera que pasar, por lo menos, media hora.??

Manel Fuentes, con el equipo primigenio de Crónicas Marcianas.

Fue entonces cuando decidí cambiar mi vida. Sacar a la luz mi verdadero yo y relacionarme con todo el mundo. No me costó mucho. Debajo de casa hay un bar con espejos por cristales y con un timbre rojo en la entrada, que está lleno de señoritas muy simpáticas y comunicativas. De todos modos, sale caro.??

Manel en La Noche de Fuentes y Cía, con Santi Rodríguez y Ana Rosa Quintana.

Con el tiempo, he aprendido a negociar, y ahora por ejemplo, para contarles a ustedes mi historia en el teatro, he conseguido incluso ¡no tener que pagar! Eso sí, a cambio de limpiar el patio de butacas al final de cada función. En la actualidad subvenciono gimnasios, en donde no aparezco, me peleo con una guitarra eléctrica que no consigo dominar y comparto piso con el Banco Hipotecario, cosa que voy a seguir haciendo durante los próximos veinte años, porque el Banco ha demostrado tener interés muy alto conmigo, y a los amigos hay que cuidarlos, que tampoco hay tantos. De ustedes ¿Qué puedo decir? Que me fascina que tengan el tiempo libre suficiente para perderlo junto a mí. Quiero que me quieran y que me ayuden a dejar atrás mi timidez. Yo, sólo por escucharme ya les quiero a ustedes. ¡Muchas gracias amigos!». (Texto: Francisco Andrés Gallardo).

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El minúsculo enclave monegasco, uno de los países más antiguos de Europa, tan rico en ingresos como en historias extravagantes que lo rodean, tiene un vínculo concreto con El Puerto a través de un antepasado de los actuales miembros de la Casa Soberana. Isidoro de la Torre y Mier, descendiente de palestinos y nacido en El Puerto de Santa María a principios del siglo XIX, hizo fortuna en Méjico y su hija Susana de la Torre se desposó con un noble francés y que emparentarían con Luis II de Mónaco al casarse uno de sus hijos con la descendiente, ilegítima en principio, del príncipe. La conexión monegasca con El Puerto es una buena excusa para profundizar en las peculiaridades de Mónaco, la inminente boda mañana sábado entre el príncipe Alberto II (su nombre completo es Alberto Alejandro Luis Pedro Grimaldi Kelly, en posesión de los títulos de Príncipe de Mónaco, Marqués de Baux, Duque de Velentinois, Donde de Carladés y Baron de Saint-Ló) y su novia, la ex nadadora sudafricana Charlene Wittstock, con tres días de festejos, conciertos, bailes palaciegos y fiestas en las plazas y calles. Todo ello  a través de la narración de Francisco Andrés Gallardo, Jefe de Sociedad y Televisión del Grupo Joly.

GRACE KELLY.
Cuando Grace Kelly aparece en 1956 es una maniobra más calculada que el cuento de hadas que aparentaba en esencia aquel acontecimiento. El matrimonio de la angelical actriz, hija de un millonario irlandés, además de ser un perfecto escaparate, un icono de la mejor campaña de imagen que puede soñar un país, la aparición de Grace trajo rostros de Hollywood, pero en especial capital norteamericano al servicio y para el beneficio de Rainiero  Opereta. Matrimonio de conveniencia, muy rentable, aunque nadie está en su derecho de reprocharles que no hubiera amor, o fascinación entre  los dos. Se supone que fue un periodista de Paris-Match el que tuvo la ocurrencia de llevar a Grace a hacerse unas fotos a Mónaco, donde conoció a Rainiero. Ahí surgió la chispa de la idea de buscar un rumbo al país.

ONASSIS.
El problema del príncipe era la presencia de Aristóteles Onassis  que además de ser un poder paralelo en el rico enclave mediterráneo estaba protegido por la hermana de Rainiero, Antoniette. Rainiero mantuvo un constante enfrentamiento con su hermana. Ambos no se hablaban con sus padres y al final, como más o menos intuyen, el control de Mónaco quedó en manos del príncipe, tras quitar cualquier opción de derechos de sucesión a su hermana, y llevando al principado a uno de los grandes lugares del pelotazo urbanístico y bursátil del mundo.

MONACO NO ES CASA REAL SINO SOBERANA.
Mónaco, no casa real, sino Soberana. Desde hace seis años es príncipe Alberto II.  Por las venas  del príncipe corre lejana sangre portuense. Rastrear un poco la historia y a través de una anécdota, desde una investigación de pasatiempo, conocer algo más de Mónaco de lo que aparece en las revistas.

Partida de nacimiento de Isidoro de la Torre, ancestro de Alberto II de Mónaco, que se custodia en la Iglesia Mayor Prioral.

ANTECEDENTES PORTUENSES.
Por lo pronto les avanzo que el antepasado portuense de la familia soberana monegasca es Isidoro Fernando José Máximo de la Torre era hijo de Isidoro Francisco de la Torre y Teresa  Gil, casados en El Puerto en 1808, en plena guerra de la independencia y este antepasado nació el 1 de julio de 1814. Y aquí tenemos su partida de bautismo, que puede consultarse en el archivo de la Iglesia Mayor, donde fue bautizado por el entonces párroco Rafael Delgado. Ahora desvelaremos cómo un portuense acaba por vericuetos de la vida a emparentar con los Grimaldi.

Mónaco en 1890.

EL PEÑÓN DE MÓNACO.
Mónaco, procede del topónimo, monacal, monasterio. Peñón inaccesible, como el griego Monte Atos, ocupado por monjes. Gibraltar, el peñón de Mónaco.
En monegasco, el nombre de Mónaco es Monegu, de ahí el gentilicio monegasco.
Desde la invasión musulmana, reducto de piratas bereberes. A finales del siglo XII, por concesión del emperador Federico Barbarroja, los genoveses toman el promontorio como puerto clave en la costa provenzal y, por ejemplo, punto estratégico para las rutas a Tierra Santa. Pocos decenios después es cuando entra en acción el primer Grimaldi: Francisco o Fulco del Castello, que no es Grimaldi de apellido.  Los Grimaldi, también de Génova, es un estirpe de marinos y comerciantes que durante varios siglos fueron de los más influyentes en este ámbito

Francisco, el fundador del actual principado era un noble genovés güelfo, defensor del Papa, y cuando Génova se decanta por la opción gibelina, debe exiliarse. Elige un lugar de futuro, Mónaco. Aprovecha el control de la armada de Aragón en la costa Provenzal, ante el vacío de control de Génova y Francia, aprovecha para crear su país. El 8 de enero de 1297, 16 años después de la fundación de El Puerto, entra en la sacra fortaleza vestido de monje y derrota a los genoveses. Francisco, concede tierras, exención de impuestos, y crea un reducto pequeño pero cosmopolita y fuerte, pero la aventura le dura poco, hasta 1301, en que llegan de nuevo los genoveses. /En el escudo de Mónaco figuran dos monjes, en recuerdo de estos orígenes.

LOS GRIMALDI. CARLOS I DE ESPAÑA.
En 1525 deja de ser un lugar de influencia de la Corona de Francia y Agustín I se pliega a Carlos I de España y V de Alemania pasa a ser de control español. Guarniciones españoles estuvieron durante casi siglo y medio. Con el declive de España, Mónaco fiel al estilo de vista comercial, pasa de nuevo a Francia, además con malas artes.

Cardenal Richelieu,  al servicio de Luis XIII quien firmó el acuerdo de 1641.

EL PEOR MOMENTO, CON LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Durante la Revolución Francesa se expolian las casas de los nobles y Mónaco pasa a llamarse Fuerte Hércules, perdiendo el hombre de origen religioso.Mónaco desaparece como principado en la historia y durante más de un siglo no será país independiente. En una primera decisión del Tratado de París en 1814, se acepta. Pero en una revisión pasa al reino de Cerdeña.  Mónaco pierde su oportunidad de ser país el año en que nace el portuense Isidoro de la Torre.

El monarca español Carlos III.

CARLOS III  DA NOMBRE AL PEÑÓN.
Carlos III de España, CARLOS III el que da nombre a Montecarlo, es el que se mueve para lograr la independencia. Precio muy caro, prácticamente se deshace de casi todo su territorio, que lo entregan a Francia. Se quedan con una quinta parte,  1,5 kilómetros.

En 1861 se materializa la unión aduanera con Francia y se logra la  independencia. Todavía el turismo será algo muy remoto. Mónaco aspira a ser la atracción de la Riviera, de la Costa Azul, 1863 Se funda la Sociedad de Baños de Mar y se le concede a Francois Blanc, el casino

Imágenes antiguas de Montecarlo, con el Casino y el Museo Oceanográfico.

En 1881 creación de la bandera,  y además va creándose un país de hadas. En 1881 muere el portuense Isidoro de la Torre. Vamos a conocer que fue de este vecino de El Puerto y cómo se vinculó a la familia de ese país.

EL ANCESTRO PORTUENSE.
Isidoro de la Torre Gil, nacido el 1 de julio  de 1814. Años antes había nacido otro pariente gaditano de los Grimaldi, por la rama de Polignac. José Francisco Lenormand de Morand, en 1769. Isidoro Fernando José Máximo de la Torre era hijo de Isidoro Francisco de la Torre y Josefa Gil, casados en El Puerto en 1808.

El Puerto, en el siglo XIX, en esta litografía desde La Otra Banda.

El antepasado de Rainiero nació poco después de la guerra de la Independencia, un mal momento para El Puerto.  Se pierde la oportunidad del puerto franco, no hay apenas riqueza y esta ciudad vive una situación agónica. La familia de la Torre emigra a México, con la ebullición de las independencia de Nueva España, y dejan poco rastro en El Puerto. Hicieron las maletas y en México a Isidoros padre e hijo les va bien en los negocios mercantiles, de comercios en los puertos mejicanos. Isidoro de la Torre se desposó en México, cuando ya era un rico comerciante y tenía casi 40 años, con una joven, Luisa de Mier.

LUISA DE MIER.
Esta mujer nacida hacia 1830 e hija de un matrimonio procedente de la localidad palentina de Santa María de Redondo. Isidoro y Luisa tuvieron varios hijos. A Ignacio lo casaron con Amanda Díaz, hija del presidente Porfirio Díaz, y a Susana, en 1867, con el conde francés Majencio  de Polignac. que había acudido a hacer negocios a México aprovechando sus influencias en el gobierno del emperador Maximiliano de Austria.

Poco después se trasladaron a Francia  y Susana se llevó a sus padres poco después. El portuense Isidoro de la Torre falleció en Cherburgo en agosto de 1881 y en el cementerio de esta ciudad reposan sus restos. Isidoro no vería cómo se emparentaba con Mónaco. /En la imagen de la izquierda, antigua litografía de Cherburgo.

LA HIJA DE LA LAVANDERA.
El hijo de Susana de la Torre, Pierre, es el que enlaza con los monagescos, con la que ha pasado a la historia con el sobrenombre de la Hija de la Lavandera, ese era el sobrenombre de la madre de Rainiero.

El conde Pierre Polignac De la Torre se casó en 1920 con Charlotte de Valentinois, primogénita, y en principio hija ilegítima, del príncipe Luis II. El entonces heredero, que da nombre al estadio del principado, servía en Argelia  al ejército francés como teniente del Tercer Regimiento de Cazadores de África.  En Constantina se enamoró de la mujer que se encargaba de cuidar de los uniformes de los oficiales (de lavar los calzoncillos de los capitanes). María Julieta Louvet. De este amor detergente nació Charlotte en 1898. /En la imagen de la izquierda, el conde Pierre María de Polignac de la Torre

La niña, Carlota, Charlote, fue reconocida por Luis II en 1905, convirtiéndose en heredera del trono, pero abdicó en su hijo Rainiero en 1944,  quien sucedió al abuelo en su muerte en 1949. Luis II había llegado al trono en 1922 y en 1923 nació Rainiero. De las mayores sombras del periodo de Luis II se encuentra la ocupación nazi. Una actitud complaciente, de pura supervivencia, pero Mónaco además fue refugio de la evasión de capitales. /En la imagen de familia, Rainiero de Mónaco, el pequeño de la izquierda junto a su hermana Antonieta.

Pierre de Polignac, el descendiente de Isidoro, tenía pinta de ser un impresentable y tuvo un corto y tumultuoso matrimonio con la heredera monegasca, de la que se divorció en 1933. Fue denunciado por la hermana de Rainero, por Antoniette, Antonieta, por abusos sexuales. Pierre, el nieto de Isidoro, falleció en el más absoluto de los olvidos en 1964.

Es un cruce de vivencias de culebrón folletinesco, que marcó la infancia y juventud de Rainiero. Su madre, lo abandonó, Charlotte, Carlota, se enamoró de un individuo traficante de joyas, René Gigier.  Falleció en 1977 con apenas vínculos con el hijo, como ocurrió con la hija, con Antoniette, que además de denunciar a su padre por abusos, le hizo la vida imposible al hermano.  /En la imagen de la izquierda, un joven Rainiero de Mónaco.

DISPUTA POR MÓNACO.
Volvemos al principio,  los bisnietos del portuense Isidoro de la Torre se disputaban Mónaco. El príncipe buscaba refugio en los norteamericanos, mientras que la hermana era la protegida y la protectora de Onassis, el gran rival de Rainiero.

Pese a que Mónaco se regía por una monarquía constitucional en 1911, Rainiero se vio obligado a imponer casi un golpe de estado, para quitarse de en medio a la hermana y a Aristóteles Onassis. En 1965 Suprimió el Consejo Nacional (el parlamento del Principado donde había mayoría de partidarios de la hermana para atajar las influencias de su hermana) de esa forma neutralizó, con el apoyo del capital americano, el control inmobiliario de Onassis, que salió despedido.

Montegrimaldi.

NACIMIENTO DE ALBERTO.
Importante fue, con el nacimiento de Alberto, aquel 14 de marzo de 1958, que se aseguraba la sucesión. Sin heredero masculino, Mónaco podía volver a Francia. Cosa que ya no ocurrirá, pero en aquellos años 60 era importante.

Panorámica actual de Móncao y el puerto deportivo.

Otra panorámica con el Gran Premio de Automovilismo.

Grace Kelly  era la imagen amable de esa operación, de la cual más bien conocemos las portadas del Hola más que de sus auténticos escondrijos de inversiones, blanqueos y operaciones bursátiles de un país que hace poco más de 40 años sólo tenía 159 calles.   Ahora sólo tiene algunas más. Con la defenestración de los partidarios de su hermana, el bisnieto del portuense Isidoro fortaleció su posición, fue ganando hectáreas del minúsculo país añadiendo diques a la costa en el lugar donde el metro cuadrado.

Sepelio de Grace Kelly

Cuando en un estúpido accidente fallece Gracia de Mónaco en 1982, pasa a la historia. La historia rosa ya ustedes la conocen mejor, los tres hijos le dieron tormento a su padre, entre divorcios o todo lo contrario, una persistente soltería en el caso de Alberto hasta mañana sábado, la muerte de Stefano Casighari, que le había dado la estabilidad a Carolina o el continuo pendoneo de Estefanía. Detrás de las anécdotas hay mucha más historia de lo que parece.

El origen portuense de la actual familia soberana nos ha permitido conocer un poco más de esta curiosidad de la historia y geográfica que es Mónaco. /En la imagen Alberto II y su novia, la ex nadadora sudafricana Charlene Wittstock, con quien si, como está previsto, contraerá matrimonio mañana sábado. (Texto: Francisco Andrés Gallardo).

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Texto: José María Morillo

Francisco Rodríguez Lores nació el 13 de agosto de 1941, en plena posguerra civil, tercer hijo de los cinco que tuvo el matrimonio formado por Manuel Rodríguez Ceballos y Milagros Lores Pérez.

En 1941 fueron alcaldes de El Puerto un militar que ocupaba el despacho del palacio Municipal desde diciembre de 1939: Manuel Barba Ordóñez. Le relevó en septiembre de 1941 José María Pastor Moreno, por poco tiempo ya que al mes siguiente, en octubre tomará posesión de la alcaldía Fernando C. de Terry y del Cuvillo. El arqueólogo alemán Adolf Schulten visitó el Yacimiento de Doña Blanca, y pensó que podría tratarse del ‘Puerto de Menesteo’; no será hasta 38 años después, 1979, que empezarán las excavaciones sistemáticas dirigidas por el Catedrático Diego Ruiz Mata.

En 1941, también, su padre inauguraba el ‘Bar Paquito’ en la Plaza de Isaac Peral que, mas tarde y comprado por el Ayuntamiento, sería recordado como el Palomar, lugar de instalación de Belenes en dicha Plaza, y por último, antes de su demolición, como almacén improvisado de aperos de Vías y Obras, Parques y Jardines

El 'Bar Paquito' en la Plaza de Isaac Peral.

Hipólito Sancho de Sopranis publicaba su libro «Historia del Puerto de Santa María desde su incorporación a los dominios cristianos en 1257 hasta 1800». Rafael Alberti publicaba «Entre el clavel y la espada», naciendo su hija Aitana en Puerto de Santa María de los Buenos Aires (Argentina). Los jesuitas padres Guerrero  y Jorge Loring  ingresaban en el noviciado de la Compañía de Jesús de El Puerto.

La familia de Paco: sus padres, tías y primos, entre los que podemos ver detrás, en el centro a Baldomero Rodríguez, copropietario del Bar Casa-Paco, famoso por las pavías rebozadas.

Paco vivió de pequeño en la calle Larga y en la Bajamar y estudió en los Jesuitas. Al casarse  en 1967 viviría con  Ana Vega Repiso, natural de Marchena (Sevilla), se fueron a vivir a la calle Nevería. Allí nacerían dos de sus cuatro hijos, Mily y Ana María, José nacería en Cádiz y Eva María en Mallorca, a donde se trasladó la familia por razones de trabajo. Después de vivir un tiempo en Palma de Mallorca, se mudaron a Manacor viviendo, actualmente en Porto Cristo, un pueblo de pescadores de la parte este de Mallorca y, aunque allí pasa la mitad del año, la otra mitad la pasa en su casa de El Puerto. Es un portuense de ida y vuelta.

Los hijos de Paco y Ana.

INICIOS EN LA HOSTELERÍA.
Estamos en 1952 y desde muy joven, con apenas 11 años,  empezaría con su padre en el mundo de la hostelería, trabajando con su padre en la Taberna ‘La Gaviota’. Después vendrían Ultramarinos ‘Los Caballos’ en la calle Federico Rubio; seguidamente en el Bar ‘Los Tres Reyes’ en la calle Nevería --ojo, no confundir con ‘Los Dos Reyes’ en el Parque Calderón; de ahí pasaría a los servicios de hostelería del Club Náutico, regentado entonces por su padre.

Propaganda de 'La Placilla'.

RESTAURANTE ECONÓMICO ‘LA PLACILLA’.
Luego, su progenitor alquila un Freidor de Pescado en el que instala el restaurante económico ‘La Placilla’ situado en dicho emplazamiento; era económico porque el menú constaba de dos platos a elegir entre 8 primeros y 8 segundos, pan y postre, costando el cubierto 10 pesetas de la época. La clientela eran, sobre todo, trabajadores de todos los gremios: viajantes, profesores, estudiantes, ... Y, recuerda Paco “había que trabajar mucho parra subsistir con estos precios, teniendo en cuenta que muchos clientes vivían al día y pagaban a final de mes cuando cobraban sus salarios”. Todavía se recuerda aquella cafetera de agua caliente… y los primos de su padre que regentaban el restaurante del Hostal Loreto. Hoy se encuentra otro establecimiento con el nombre de ‘La Placilla’ que es una tienda de electrodomésticos.

En 1961 fue llamado a filas, haciendo el servicio militar en la Armada, estado destinado en El Ferrol en el ‘Minador Vulcano’, regresando a ‘La Placilla’, al finalizar el periodo militar.

Paco Rodríguez, al poco de llegar a Mallorca, en el Real Automóvil Club.

MALLORCA.
En 1971 su primo, Antonio Lores, le explica que en Mallorca existen buenas posibilidades para trabajar en la hostelería, poniéndolo en contacto con profesionales y empresarios del gremio, “algo por lo que le estaré siempre muy agradecido”, señala, y se marcha a trabajar a Mallorca.

A su llegada a las Islas Baleares entra a trabajar en el Real Automóvil Club, aunque aquello no le fue muy rentable por lo que entrará a trabajar en el servicio de bar del Aeropuerto Internacional de Son Sant Joan, a 8 kilómetros del centro de la capital de la isla. Será a partir de ese momento cuando su familia marchará a vivir con nuestro protagonista e iniciar una nueva vida.

De maitre, en la cafetería Chicago, en Manacor.

MANACOR.
Como gusta su forma de funcionar atendiendo en el aeropuerto, Paco recibe una visita de los propietarios de una cafetería de Manacor, de nombre ‘Chicago’ ofreciéndole la dirección de la misma; dado que las condiciones eran favorables, acepta y, por espacio de tres años permanecerá en la misma hasta su venta;

De maitre, en el Club Náutico de Porto Cristo.

PORTO CRISTO Y CALA BONA.
Dado que las nuevas condiciones que rigieron a partir de entonces en ‘Chicago’ no le interesaron, regresa de nuevo a Mallorca, a Porto Cristo,, donde le ofrecieron el puesto de Mâitre dirigiendo la hostelería en el Club Náutico de dicha población. Una vez allí, un amigo de Paco --y hay que reconocer que Paco goza de numerosas y buenas amistades-- le ofreció regentar por su cuenta una cafetería en una importante zona turística, Cala Bona, firmando un contrato por dos años que no renueva, dado que, durante la temporada baja apenas había trabajo y, dado que vivían en Manacor (a 16 kilómetros), era algo complicado para seguir la evolución de sus hijos en edad escolar. Como se puede comprobar, la profesión del hostelero es una profesión de mucho movimiento. Y aquí viene la anécdota: “Cuando le puse el nombre de ‘Cafetería Lores’, no me lo aceptaban en la Delegación Provincial de Turismo porque decían que ¡¡un español no podía poner un letrero en inglés!!”

Paco Rodríguez al principio del Bar San José

BAR SAN JOSÉ. ‘EL POBRE PACO’.
De nuevo en Porto Cristo, consigue el traspaso del Bar San José, que había pasado por varias manos y que no terminaba de arrancar. El matrimonio, Paco y Ana, una gran cocinera y sus hijos que también ayudaron lo suyo durante las vacaciones de verano y era cuando había mas trabajo, se especializaron en la dieta mediterránea y el ‘Pescaíto Frito’, el tapeo y comida para extranjeros (hamburguesas, perritos, etc... que era lo que estaba de moda). Paco recuerda que “un día hice pescado en sobreúsa para comer la familia, y unos holandeses lo probaron y les gustó y, como siempre, estábamos haciendo cosas nuevas, aquello gustó y tuvo éxito y lo servíamos en la misma sartén en la que lo hacíamos”.

Familia de holandeses, probando de la sartén el pescdo en sobreúsa.

Con el tiempo, empezaron a abrir más bares alrededor, en primera línea de playa y el Bar San José estaba en segunda línea, lo que hizo que se estimulara su oferta y creatividad, especializándose en productos que nadie tenía: gambas al ajillo San José, pulpitos picantes, pavías de merluza rebozada del Tío Paco, ... Explica el porqué del sobrenombre: “Resulta que cuando empezaron a abrir bares nuevos y nosotros teníamos gente los vecinos decían ‘Ay el pobre Paco’ se le va a venir el negocio abajo, demasiada competencia. Entonces puse un letrero luminoso que decía:’ Bar San José. EL POBRE PACO”.

Paco con unos clientes en el Bar San José de Porto Cristo. Observamos a la derecha un cartel de Feria de Juan Lara y arriba en las estanterías, botellas de Fino Quinta de Osborne.

PIZZERÍA Y MANTENIMIENTO.
En 1997 Paco, con 60 años,  sufre una angina de pecho lo que no le deja lugar a ninguna duda y tras 30 años en el Bar San José’, traspasa el establecimiento hostelero. Habían sido muchos años de vida laboral y llegaba la hora de cuidarse y, dado que aún faltaban cinco años para la jubilación entró en un hotel a trabajar de ‘pizzero’ durante dos años.

Y de ahí a llevar el mantenimiento de otro durante los tres años que restaban para la jubilosa jubilación cuando cumplió los sesenta y cinco.

Paco recuerda que en tantos años de profesión, “han sido tantas las personas que he conocido que, desde hace seis años que no tenemos el bar y aún siguen recibiendo postales y fotos. Tengo un álbum de fotos de muchísimos clientes y de vez en cuando me gusta mirarlo y recordar”.

EL PUERTO EN EL RECUERDO.
Desde Baleares recuerda El Puerto con mucho cariño, pero “siendo franco de franqueza, lo veo sucio, dejado, con lo bonito que es mi Puerto. Cuando voy, siempre digo igual: vamos para atrás, porque... no se este año, pero amigos que han estado me dicen: ‘Paco, que buena gente, pero el pueblo sucio con lo bonito que es. Supongo que esto es culpa del Ayuntamiento, y estoy seguro que la gente de mi edad se acuerda como yo, de Luis Caballero cuando era alcalde". /En la imagen, lista de tapas, muchas de El Puerto, con el escudo sobre impreso del Racing Club Portuense.

Comedor Sol y Vida, en la calle de las Cruces.

"Cuando estoy en El Puerto colaboro como voluntario en el comedor de Sol y Vida, donde también están, entre otros, mis amigos Faustino y Hortensia”.


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Rosa María Mayo Garrido nació en El Puerto el 6 de noviembre de 1956 y falleció el 24 de septiembre de 2003, a punto de cumplir 47 años. Era la segunda de los ocho hijos del matrimonio formado por Manuel Mayo y María Garrido Marván, quien junto a Marí Luz, Manolo, Milagros, Juan Domingo –Kiko-, Arturo, Amparo y Fito, estos dos mellizos, emigraron a Lyon (Francia) cuando Rosa contaba apenas seis años.

1956.
En 1956 era Alcalde de la Ciudad Luis Caballero Noguera. Precisamente la Bodega Luis Caballero rifaba entre los consumidores, clientes y camareros de toda España 102 vespas, en el ‘II Gran Sorteo del Coñac Decano’ celebrado ante Notario en Madrid, en marzo de 1956.

Se inauguraba el Restaurante Venta Millán. Se creaba el Poblado de Doña Blanca, con cuyos terrenos se compensa a los agricultores propietarios de los terrenos donde se construye la Base Naval de Rota, con el proyecto denominado ‘Plan de Transformación de las Marismas del Guadalete’, que comprendía 5.500 hectáreas, disgregadas en la actualidad entre  el Polígono de Las Salinas de El Puerto, el Poblado de Doña Blanca y el futuro Polígono Industrial Las Aletas (Puerto Real). A la vez, empieza a funcionar el aeropuerto de la base naval hispano estadounidense.

Vista aérea de Lyon, con una población cercana a los 2 millones de habitantes.

ESTUDIOS EN FRANCIA.
Rosa estudió, el resto de la primaria, al igual que sus hermanos en Lyon, y el bachillerato, así como en una Academia para secretaria de dirección, a la vez que perfeccionab los idiomas. Allí conoció al que sería su marido y padre de sus hijos –hoy regentando con la familia de Rosa el restaurante ‘El Castillito’ en La Puntilla— con quien tendrá dos hijos, Estefanía e Iván.

IFFA CREDO.
Rosa empieza a trabajar en el mundo de los transportes internacionales, precisamente entre España y Francia, en varias empresas, hasta que pasa a formar parte de la plantilla del laboratorio IFFA-Credo (Lyon-Francia) que también exportaba animales de laboratorio a nuestro país. Luego a través de una amiga del colegio, --Taqui— se le planteó la oportunidad de trabajar en nuestro país, y en concreto en El Puerto, en el lanzamiento del Hotel Yacht Club de Puerto Sherry, donde entró como secretaria de dirección y salió de Directora Comercial.

PUERTO SHERRY.
Rosa dejó a parte de la familia en Francia: su marido y Estefanía y se viene a su casa de El Puerto, a donde volvía cada verano, con su hijo Iván con apenas 10 meses, en 1987. Aquí empieza en labores administrativas y organizativas y poco  a poco va descubriendo, en el mundo del turismo, sus habilidades innatas para la actividad comercial. Así llegará a ocupar la dirección comercial del Hotel  y coorganiza la Regata Brent Walker Cup, en su etapa portuense, participando asimismo en la organización del Mundial de Vela de 1992.

Terraza del Hotel Yacth Club.

DE BARROS Y ARENAS A CCI.
Más adelante, Rosa necesita crecer, y crea junto a otros socios la empresa Barros y Arenas, mayorista de Viajes para promocionar esta zona. La sociedad dura poco y, al tiempo crea junto a otra socia, siendo accionista mayoritaria, la agencia CCI (Congresos, Convenciones e Incentivos) que pronto amplía su campo de acción a la Costa del Sol, Sevilla y otras zonas de la comunidad andaluza, pasando a ser una innovadora en el turismo activo y de congresos a nivel andaluz. La sede central estuvo y hoy permanece una oficina, frente al Hotel Monasterio de nuestra Ciudad, abriendo sucursal en el Palacio de Congresos de Torremolinos (Málaga). En la actualidad la oficina malagueña la tienen en Benalmádena.

CREATIVANDO.
Falleció prematuramente, a la edad de 47 años, el 24 de septiembre de 2003. Pero Rosa, tenía proyectos y los había dejado por escrito. Hoy su hija Estefanía, es la nueva directora de la oficina de Creativando en El Puerto y también responsable del Departamento de Calidad amén de una de las socias de la nueva compañía junto a su hermano Iván –resultado de la fusión en el año 2007 entre CCI y Viajes Teodosio de Sevilla—cumplió el objetivo que dejó programado nuestra protagonista: crecer en fusión, potencia y territorio. En la actualidad en Creativando crean y organizan proyectos a medida: Programas participativos, formativos, actividades orientadas a fomentar las relaciones personales, cohesionar equipos y motivar. Cuentan con Oficinas en Sevilla, Málaga, Cádiz, Huelva, Granada y Córdoba. | Textos: José María Morillo.

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En nuestras manos cayó para ser restaurada una pequeña Virgen, una más. No tendría mayor importancia ni significado, si no fuera por su procedencia y su pequeña historia.

Hablamos de “la Virgen de la Placilla”, o de “la Casa de los Leones”, o también la Virgen conocida como “de Escaldas”. Tanto esta pequeña imagen como el lugar donde fue colocada siempre han despertado curiosidad e interés en gran parte de los portuenses, que al pasar por la calle, camino del mercado, es inevitable volver la cara y echarle una mirada a su bella portada, hoy aún más, después de su reciente remozamiento. /En la imagen la Virgen a su llegada al taller de restauración.

Esta pequeña figura es de autor anónimo. Está realizada en terracota y policromada al óleo con adornos en oro. A primera vista despista un poco su vestimenta y sus atributos; sus ropas ricamente decoradas en líneas muy barrocas, con manto de motivos florales dorados en bajorrelieves, tanto  la Srª como el niño.  La Virgen con rostrillo de coronas circulares doradas porta al Niño Jesús en su mano izquierda, y sostiene en su mano derecha un corazón flameante; y,  ambos, sobre una bola mundi atravesada por una gran cruz dorada. Sobre los pies de la Virgen, la luna, flaqueada por siete angelitos. El niño con su mano derecha en actitud bendicente y en su mano izquierda sosteniendo la bola mundi con crucifijo sobre ella.

En la imagen se procede al estucado de la cara.

RESTAURACIÓN.
La figura, por las características del soporte, no presentaba grandes problemas estructurales; tan solo la unión de la bola mundi con la Virgen, que tenía tirantes de barro sin cocer que estaban muy pulverulentos y degradados.

La policromía estaba muy sucia y su color muy torcido, los dorados estaban verdes y oxidados. La bola mundi estaba totalmente repintada de azul intenso. Todos los bordes de la imágen estaban llenos de diferentes brochazos de cal y pinturas, de las que durante mucho tiempo se dieron a la fachada y a la hornacina.

Se realizó una limpieza superficial en profundidad, se consolidó y reforzó la estructura y la unión de la bola con la imagen. La policromía fue regenerada eliminando los repintes y los óxidos metálicos, quedando a la vista la rica decoración y su colorido. Al carecer de peana, se le añadió una amplia de hormigón muy fina, de color de la piedra de la portada y que queda oculta detrás del junquillo que porta el cristal que protege a la Virgen.

EL ENTORNO Y LOCALIZACIÓN.
La figura se encuentra en la hornacina que existe en el dintel de la fachada de la casa de la Placilla (San Bartolomé 6), conocida popularmente como la Casa de los Leones. Es de estilo barroco, con fachada tipo retablo y construida hacia 1.787 como consta un grabado en la misma. /Estado de la casa tras su restauración.

No queda constancia fehaciente documental, o al menos en un rastreo rápido no localizamos quién mando construir esta casa. Tan solo, según nos cuenta el Archivero Municipal J. Ignacio Buhígas, la habitó hasta 1797 la  familia Díaz de Celis, Jacinto, Benito, Juliana. Según Olga Lozano y Mercedes García Pazos en su Guía Histórico-Artística nos cuentan que fue mandada a construir por Pedro Montes. De todas formas no es la base de este artículo. Sí lo es la memoria popular que nos cuenta que la pequeña Virgen “de Escaldas” fue colocada allí por el gremio de “Los Montañeses”.

LOS MONTAÑESES EN EL PUERTO.
Durante el siglo XVIII, como es sabido, el Puerto contaba con un florecimiento económico importante gracias a las transacciones que se realizaban con América. Por aquí pasaban muchas mercancías y en determinados sectores económicos el dinero corría. /Vista del patio, desde la casapuerta.

A la llamada de esta bonanza hay zonas de España en que las migraciones hacia El Puerto de Santa María fueron más abundantes. Evidentemente las zonas mas cercanas fueron las mas numerosas como las de Cádiz, Jerez, Sevilla, Huelva etc. sin embargo desde zonas tan lejanas como Galicia con 842 hombres y 56 mujeres, o la cornisa Cantábrica con 354 hombres y 56 mujeres, y mas específicamente Santanderinos 152, y 142 Asturianos por ejemplo, según los datos de los registros parroquiales de matrimonios aportados por Juan José Iglesias en Una Ciudad Mercantil en el S. XVIII.

El gremio de los montañeses fue muy importante en nuestra ciudad y en las del entorno de la Bahía, llegando a ser un colectivo muy unido y organizado. Su campo de trabajo se encontraba repartido fundamentalmente en comercios de primera necesidad y en tabernas. Esta exclusividad en la actividad ha llegado hasta nuestros días, aún queda en la ciudad algún comerciante descendiente de los instalados en este siglo en el Puerto. La denominación de “el montañés” es sinónimo de tienda de ultramarinos.  “El montañés de la esquina” es el titulo de un curioso libro de Venancio González, publicado en 1995 por la Universidad de Cádiz que habla de la actividad en estas tiendas en Cádiz. /En la imagen, hornacina en la fachada donde permanece la reproducción del original.

En la ilustración podemos observar cada número y lugar correspondiente a los santanderinos que emigraron al Puerto.

EL PORQUÉ DE LA VIRGEN DE CALDAS.
Viendo el mapa de población,  vemos los lugares de donde proceden los Santanderinos asentados en el puerto y observamos  que gran parte de ellos procedían de las zonas próximas al cauce del río Besaya y de los alrededores de Torrelavega. En el cauce del río y muy cerca de Torrelavega, a siete Km. se encuentra la localidad de Caldas de Besaya. El cauce del río fue utilizado por los romanos como camino de entrada de la meseta castellana hasta el mar Cantábrico. Aún quedan algunos restos de la calzada que construyeron y ya desde esta época hay conocimiento de los manantiales termales de esta localización.

En estos lugares, en la última hoz del Besaya y entre el camino real que lleva a Castilla y el río,  existía muy cerca de éste un manantial de aguas calientes, y entre éstas y el camino, en un estrecho lugar, existía una ermita medieval con algunas dependencias. En esta ermita se adoraba ya a Ntrª Srª de Las Caldas, que según las noticias del propio monasterio es posiblemente desde la segunda mitad del S. XII. En ella los ermitaños cuidaban de los enfermos con el auxilio de las aguas y de la Virgen. /En la imagen Dñª María Ana Velarde, óleo 104 x 74 cm.

Los vecinos, en el intento de fortalecer el culto a la imagen, acudieron a principios del S. XVII al convento de los Dominicos de Regina Coeli de Santillana del Mar. En 1.611 los Dominicos tomaron posesión del convento.

El destino del santuario cambiaría con la llegada fortuita del padre Fray Juan Marfaz quien es nombrado Prior en 1.663 y junto con la ayuda espiritual y económica de Dñª María Ana Velarde trazan y comienzan la construcción de un nuevo Monasterio mas amplio y mas digno.  La imagen fue trasladada a su actual ubicación en Marzo de 1.683. Ninguno de los dos promotores llegaron a verla en el nuevo santuario,  pues Dñª María Ana muere cinco años antes en la hospedería del antiguo santuario, tras quedar viuda y tomar los hábitos Dominicos y el P. Marfaz tres años antes de los traslados. /Retrato del P. del Pozo, óleo 168 x 104.

El Prior sucesor del P. Marfaz fue el Padre Alonso del Pozo, calificador e inquisidor del Santo Oficio, al que conoce en el Colegio de San Gregorio de Valladolid. Este, fue el primer Historiador de Ntrª Sra. de Caldas y biógrafo del P. Marfaz y Dñª María Ana Velarde que publico en 1700, junto con la tercera regla del Padre Santo Domingo que publico en otro tomo. Mas tarde construiría  el Santuario de Montes Claros.

ATRIBUTOS.
En el cuadro que representa al P. Alonso del Pozo que está en la camarín de la Virgen, se nos representa rezando el rosario a la Virgen que ya esta vestida con manto, y con los dos tomos, mencionados anteriormente, escritos por el, de fondo en la ventana al Hoz del Besaya, y los dos monasterios, el nuevo y el viejo. /En la imagen, grabado S. XVIII.

Gracias a la documentación facilitada por el Padre Alberto González Fuente, al que desde aquí damos las gracias por tan inestimable colaboración, conocemos datos interesantes en un articulo suyo publicado en el boletín del Santuario en Diciembre de 1.976 y titulado “Un corazón en la mano de la Virgen de Las Caldas”.

Hasta  el año 1.953 la imagen de la  Virgen estuvo vestida con el mismo aspecto que presenta la de la Placilla, hasta que, con motivo de la restauración de la Virgen por el artista madrileño José Lapayese, se decide eliminar los mantos y dejar la imágen en su estado primitivo con todo el aspecto de una imagen gótica. /En 1953 aún tenia el brazo prolongado.

HISTORIA.
En la Historia la Virgen de Las Caldas y biografía de los fundadores del P. Julián del Pozo (1.700) dice: “a quien con atención la mira, le arrebata el animo y le atrae el corazón, como la piedra imán al hierro, y hace maravillosos efectos en las almas de los que la miran...Tiene en la mano derecha un corazón, como indicio de que es el árbol sagrado que lleva por fruto corazones para ofrecer a su sagrado hijo... Sobre el brazo izquierdo tiene el Niño: es de la misma pieza de la talla, de suerte que no se puede quitar.”, “Y aunque la imagen de Nuestra Señora está sentada, como ahora se viste, parece estar de pie. Vistese al uso de Castilla, tiene su rostriño y corona con arco”. Es evidente que ya en esta fecha y no desde mucho tiempo atrás, la imagen gótica ya esta vestida.

En esta misma historia en páginas mas adelante el P. del Pozo relata que estando Dñª María Ana encomendando a la Virgen su director espiritual el P. Marfaz, escucho de su Ángel de la guarda la siguiente frase: “Ese tu confesor, por quien pides, ha puesto su corazón en buena mano. Y al mismo tiempo le pareció ver a María Santísima que traía en su mano el corazón de su devoto capellán y siervo y daba a su entender que era verdad lo que le había dicho su ángel; y que le tenia en su mano y por su cuenta”. Del mismo modo esta claro que en 1.700 la figura había sido amputada y estirada de la mano derecha y sustituido el atributo frutal de las imágenes románicas y góticas por el corazón que vio Dñª María Ana Velarde. /Estado actual de Ntra. Sra. de las Caldas.)

En el proceso de remozamiento efectuado por Lapayese en 1.953, se coloco la mano al modo de este tipo de imágenes y se coloco la fruta en ella. Al parecer la mano eliminada era de nogal y la figura es de madera de sicomoro, con lo que es probable que no fuera original.

CONCLUSIONES.
Es evidente pensar que los montañeses de que vivían en El Puerto a finales del S. XVIII, solo conocían su imagen venerada de Ntrª Srª de Las Caldas con el aspecto que presenta este grabado. Y sin entrar en si fue colocada en la casa de la Placilla por el gremio de montañeses o únicamente por el fervor del dueño de la casa, la imagen que nos legaron es la que afortunadamente y tras los avatares sufridos por la casa, hoy parece respirar tranquilidad tras convertirse, en un Aparta-Hotel. /Estado actual de la Virgen de la Placilla.

ISLA DE GUAM.

La advocación de la Virgen de Caldas o de Ntra.  de  las Caldas desde antiguo saltó el Atlántico y los Santanderinos la llevaron al nuevo mundo. La isla de Guam es llamada Guaján en español. El 6 de marzo de 1521, la descubrió  Magallanes durante la expedición española de circunnavegación del mundo. Hay referencias en el Archivo de General de Indias de un patache (embarcación de vela de dos palos, mezcla entre bergantín y goleta) llamado Ntra. Sra. de las Caldas, El 25 de agosto de 1734 se realizó un Mapa de la entrada y puerto de San Luis de Apra, (de dicha Isla de Guam que perdió España en la guerra hispano norteamericana), siendo su capitán y cabo Don Juan Antonio Jove y su piloto mayor Don Luis Duplesis, los cuales pilotos sondaron y demarcaron el dicho puerto y lo hallaron capaz de entrar en él cualquier navío o galeón de la carrera y Filipinas.

Se construyó un fuerte de piedra que se fabricó el año 1737 y tenía cabalgadas 6 piezas de cañón para defensa de dicho puerto. Su planta es de 35 varas de largo, su ancho 9 varas, su alto, hasta las troneras de 5 varas y está fabricado sobre cimiento firme de piedra viva.  /Mapa de la isla de Guam.

FILIPINAS, BUENOS AIRES.
También se menciona en la audiencia de Filipinas en 1735/ 1738/ 1740/ 1741/ 1782. Otra referencia americana, La polacra (Buque de dos o tres palos) Nuestra Señora de Caldas  matriculado en Buenos Aires comprada en diciembre de 1810 por el comandante de Marina y diputado ante la Junta Grande Francisco de Gurruchaga, fue convertida en bergantín y puesta al mando de Hipólito Bouchard, quien llevaba como segundo al mando a Ángel Hubac y contramaestre a Luis Rafia. La nave tenía 26 metros de eslora, 5,5 de manga, 3 de puntal, 2,3 de calado y un porte de 180 t.

EN MÉJICO.
Por otro lado, en México se encuentra la Ciudad Jiménez en Chihuahua, cuyo nombre anterior fue el de Santa María de las Caldas. Se cambió el 28 de octubre de 1826, en honor de José Mariano Jiménez, héroe de la independencia fusilado en Chihuahua en 1811. /Óleo de Ntrª Sra. de las Caldas, ciudad Jiménez, Mexico.

Fue poblado por los españoles a partir de 1643, reconquistada por los indios “Tobosos” en varias ocasiones, el 4 de enero de 1753 el capitán Bernardo Antonio Bustamante y Tagle fundó el presidio militar de Santa María de las Caldas del valle de Huejoquilla, población que se logró consolidar y que dio origen a la actual ciudad de Jiménez. De esta época se conserva en la ciudad el cuadro de la virgen de Santa Maria de las Caldas imagen que fue llevada en su fundación y que tenía en ese momento el aspecto como la de El Puerto

Hoy día la imagen que figura en la portada de la Casa de los Leones es una reproducción en resina que se realizó para preservar la original que se conserva en la recepción del hotel. (Texto: Javier M. de Lucas Almeida. Ldo. en Bellas Artes).

Entrevista publicada en Diario de Cádiz el 26 de septiembre de 1976.

De José Fernández Sanjuán, Pepe 'el del Vapor', se puede oír hablar en cualquier sitio, por muy alejado que esté de la Bahía de Cádiz. Ha conseguido que la mayoría de los que nos embarcamos en el 'Adriano' no podamos olvidar su imagen y el timón y el rato de tertulia en el puente... Porque salir con Pepe a hacer el viaje por la Bahía era, porque ya está retirado y tiene un patrón que lleva el barco "pero yo no puedo dejar esto porque me moriría", y aún sigue siendo --nuestra conversación fue un viaje de Cádiz a El Puerto y la vuelta apoyados sobre el puente-- como un rato de charla en uno de los viejos cafés de los puertos, pero con la luz a y el aire de la Bahía que e sol que mantiene a Pepe al pie del timón. Durante cincuenta años los 'Adriano', el que en la actualidad hace el viaje es el tercero, han estado yendo tres, cuatro o cinco veces al día de El Puerto a Cádiz. La Bahía encontró en estos barcos uno de sus motivos característicos. Y Pepe como fiel protagonista de todos los días. /Foto: Colección Andrés Ferández Valimaña.

El Vapor por aguas del río Guadalete.

EN LA BAHÍA DE LA CORUÑA.
Pero en él también existió otra bahía, la de la 'morriña'; su acento gallego no lo ha perdido a pesar de los cincuenta años en la mar andaluza. La Bahía de La Coruña fue para él el comienzo de su vida marinera, de toda su vida. En aquella, fueron los pioneros de los viajes en vapor. "--Fomentamos los paseos por la Bahía de La Coruña. Lo malo que tenía era que sólo podíamos salir en verano... Pero entonces había mucha gente de Madrid. El precio del viaje, que duraba cuarenta y cinco minutos era de treinta céntimos en el interior y cincuenta en la toldilla. Se hacía por el Castillo de San Antón, hasta la Torres de Hércules y a la Marola, que era un sitio muy peligroso a donde sólo o se podía ir cuando había buena mar porque tenía unos bajos donde era fácil tocar. Hay una canción que ha reflejado esto:
"El que pasa la Marola,
pasa la mar toda".

La Peña de la Marola.

De cuando en cuando, silencio. La mirada perdida en la mar para encontrar recuerdos.
"--Las excursiones que hacíamos de niños desde Ferrol hasta Betanzos. En una ocasión, ya en el barco salimos a esperar al Rey Alfonso XIII que llegaba con los barcos de la Escuadra española. Venían el 'Jaime', el 'España' y él en el 'Alfonso'."

EN SEVILLA EN LA EXPOSICIÓN DE 1929.
De aquel recuerdo de niño a la Exposición de Sevilla del año 1929. Y en ella de nuevo ve al Rey. "--La última vez que vi a Alfonso XIII fue en Sevilla; iba por el paseo de la Palmera en un coche de caballos con la reina, solos... Igual que ahora". Pepe había llegado a Sevilla para ver la Exposición. "--Yo llegué de 'turista' en el año veintinueve. Vinimos con el 'Adriano I' y yo soy el único que queda de aquella primera tripulación que formamos mi tío, un maquinista, un patrón y un capitán. El maquinista se quedó en Cádiz, pero después, al poco tiempo, se ahogó al entrar en Ferrol, junto al castillo de Coca". /Cartel Oficial de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de Gustavo Bacarisas.

Vapor Cádiz navegando por el Guadalete.

Y entonces les llegó la propuesta. Millán les ofreció la línea. --"Hacía un mes que estábamos en Sevilla y 'los Millanes', que formaban una empresa muy fuerte y tenía la línea [de vapores] del Puerto a Cádiz, nos la ofrecieron. 'Mercedes', Puerto de Santa María', 'Puerto Real' y 'Cádiz' eran barcos de esta empresa... Y una vez estando en El Puerto, en el año veintisiete al 'Cádiz' le reventó de noche una caldera porque se quedó sin agua. Hubo un muerto... El muelle donde atraca el Vapor era de Millán, desde la reja hasta el agua y tenía una caseta; pero entonces El Puerto no reunía las condiciones necesarias y no teníamos que salir con la marea alt. Cuando estábamos con media marea ya no podíamos salir. 'Los Millanes' fueron nuestros consignatarios hasta que murieron".

Antiguo muelle de San Ignacio, donde atracarían los primeros vapores, perteneciente a la empresa Millán. Al fondo la Plaza de las Galeras Reales.

AMANECER JUNTO AL MAR.
Y Pepe llega a El Puerto. Era El Puerto del Restorant de La Puntilla, de las veladas en la Victoria, la Fuentecilla, ... "--Cuando llegué había yerbas por las calles más céntricas y no se veía a nadie por la calle, sólo las 'comadres' que se asomaban por los ciertos. El público en el Teatro Principal estaba dividido. arriba iban las mujeres y los hombres en la parte de abajo. Y al que se atrevía a subir era considerado como un cara..."


En la imagen los Vapores Adriano I, atracado y Adriano II.

El 'ADRIANO I' COMIENZO DE SUS VIAJES.
"--Al principio, en El Puerto, no había muelle, ni entrada. Era muy peligrosa la salida; la barra suponía cada día el riesgo de pasarla con la incertidumbre de tocar o no Una vez que se toca, ya el barco se queda sin gobierno y el viento puede llevarlo a donde quiera". Todas las mañanas iban andando y veían amanecer junto al mar y sabían entonces si podían salir o no. "--A pesar de esto hubo veces que tuvimos que volvernos con el pasaje, lo mismo volver a Cádiz o a El Puerto porque no se podía entrar en el otro sitio".

¿Cuanto costaba el billete en el año veintinueve? "--Valía noventa y cinco céntimos y cincuenta los cosarios". ¿Y el Cádiz de aquella época? "--Entonces era cuando los Carnavales y el Corpus eran fiestas de verdad. En Carnavales la calle San Francisco tenía de serpentinas y papelillos como medio barco de este. Entonces había menos gamberristmo, la gente se divertía mejor".

Antiguo muelle de Cádiz.

LAS MEJORES OBRAS.
¿Como ve el Cádiz actual? "--La mejor obra que han podido hacer son los espigones del puerto, el de Levante y el de la Punta de San Felipe. Antes, cuando había Levante no se podía estar en el puerto. Muchos barcos se iban a Matagorda y los que sabían entrar se iban a El Puerto, donde también los espigones ha sido lo mejor que se ha hecho. Prueba de lo peligroso que era el puerto con Levante es que una vez se hundió un barco de los Prácticos [del Puerto]; se fue al fondo porque se le rompió un 'muerto'. Por otra parte, todo lo que es la parte de Puerta de Tierra se lo debe Cádiz a la explosión y si no fuera por las víctimas que hubo debería haber muchas más. El Cádiz del interior está abandonado. Está igual que hace 50 años".

En el Adriano II, sentados José Fernández Fernández (Padre de Pepe  ‘el del Vapor’), Asunción Posada (su esposa) con su hija Asunción en brazos, Pepe Fernández Sanjuán con su hijo Juani, en el centro su otra hija Socorro, ya fallecida. De pie detrás de izquierda a derecha: Antonio y Pepe. Año 1.955. (Foto Colección A.F.V.)

FALTA DE COMBUSTIBLE Y EXTRAPERLO.
Hasta 1940 estuvo funcionando el 'Adriano I', pero desde 1936 se encontraba ya en El Puerto el 'Adriano II'. Del primero aún queda algo de su esqueleto porque los gitanos y los niños se encargaron de irlo desguazando. Fue el barco que peores ratos les hizo pasar en la barra [del río]. Durante el Movimiento estos dos barcos tuvieron su papel. "--Estaban fondeados en la Bahía los barcos italianos y nacionales y me obligaron a traerlo a los soldados a Cádiz o al Puerto. Nunca estuvimos parados, estuvimos trabajando a pesar de todo, solo tuvimos que dejar de salir cuando cortaron el combustible, ya en el año treinta y nueve".

Era el momento del estraperlo y en el vapor ocurrió un hecho con el que Pepe pudo salir perjudicado. "--Los estraperlistas traían pan y patatas. La Fiscalía había fichado el barco y cuando llegaron, los estraperlistas lograron escaparse y dejaron la mercancía en el barco. Las culpas vinieron para mi y no me querían admitir un pliego de descargo hasta que al fin se solucionó todo".

NADANDO HASTA JEREZ.
En El Puerto, los días de toros cada vez que llegaba el Vapor, las 'Cuatro Esquinas se llenaban de gente que venía para ver la corrida. "--Estos viajes eran muy malos por las discusiones y las peleas y cuando un barco va tan abarrotado cualquier cosa de estas supone un disgusto muy grande. Una vez, uno de jerez que venía borracho se tiró al agua y decía que quería llegar nadando hasta Jerez. Tuvo la suerte de que estaba la Draga cerca y 'los ganguis' salieron pronto a recogerlo. Pero él seguía en sus trece y tuvieron que llevarlo hasta El Puerto tendido boca abajo en la cubierta. Allí lo estaba esperando la Guardia Civil. Era Comandante de Marina don Francisco Martel y lo dejaron libre porque la madre vino llorando y todo". /En la imagen, un desconocido Pepe sin su popular boina, aunque si, como siempre, de negro y con corbata. /Foto: Colección Andrés Ferández Valimaña.

La barra [del Guadalete] les dio una vez un susto. "--Nos quedamos varados porque tocamos con un ancla de la Draga. Gracias a que la mar estaba buena y el barco sólo se quedó encallado. El pasaje se transbordó a un remolcador y no pasó nada".

¡AUXILIO!
¿A que pasajeros recuerda con más cariño? "--A José León de Carranza, que venía casi todos los días (en la imagen de la izquierda), a Blázquez, Álvaro Picardo, Alfonso Sancho [bodegueros]. También a don Joaquín Vich, que fue el que mas malos ratos ha pasado con el problema de la barra. El fue mi gran maestro, venía todos los días con nosotros. Era el capitán más joven que tuvo la Comapñía Transmediterránea y vivía en una casa frente al muelle del Puerto y tenía un molino para el agua; a mi me consideraban como de la familia y aún le queda una hermana que tiene ochenta años. Después estuvo en Mecánica de la Marina de Guerra".

Y a sus recuerdos vienen también un pasajero llamado padre Alegría. Pepe sonríe antes de contarlo. "--Es la primera vez que he visto a una persona que, cayendo, grite ¡auxilios! Habíamos atracado en el muelle de El Puerto y cayó entre él y el barco. Le dio tiempo a gritar por el aire. Fue increíble porque, además, no le pasó nada".

RUMBO GARBOSO.
Desde hace unos doce años, el 'Adriano III' ha venido a cargar con el peso de los viajes diarios, dejándole al 'Adriano II' los momentos más solemnes de los paseos turísticos por la Bahía. "--El viejo es más alegre, pero este es más cómodo".

Paco Alba, en la imagen de la izquierda.

Lo que no cambia nada es la imagen de la blanca estela del vapor cruzando la Bahía que ha llegado a crear incluso una literatura no loo a nivel de escritores consagrados sino en el sentimiento popular Los pueblos que se asoman a las dos bahías que han enmarcado la vida de Pepe han dejado para siempre en sus cantes el recuerdo entrañable de este pequeño barco que sin dejarse intimidar por los grandes trasatlánticos ni por el tiempo, supo ser cada día una manifestación del espíritu de esa tierra. Y ella así lo reconoce. De la voz nostálgica gallega:

"Venimos de bordear la Bahía
en el Adriano.
Mi novio no quería
y yo le dije: anda pocho
que allí gozamos".

Pepe, con 'Los Hombres de la Mar' y junto al popular 'Sopa de Cádiz'. /Foto: Colección Andrés Ferández Valimaña.

A Cádiz, la voz de Paco Alba, en su comparsa de 1965 'Los Hombres de la Mar', (en la imagen superior) le dedicó estas coplas:

"¡Ay vaporcito del Puerto!
cuando en ti me embarco,
cuando en ti navego,
me contagias los recuerdos
de tus viejos sueños,
sueños marineros.

¡Ay vaporcito del Puerto!
Tú eres la alegría,
tú eres la alegría,
de este muelle tan hermoso
con ese rumbo garboso
con que cruzas la Bahía".

Pepe, dirigiendo el Vapor, desde la cabina del 'Adriano III'. /Foto: Colección Andrés Ferández Valimaña.

EL MAR, SU VIDA.
Y Pepe nos dice que le gustan mucho. ¿Cual fue la mejor época del Vapor? "--Los años mejores son ahora que se puede navegar tranquilo. Hay mucho más tráfico de barcos, pero salvo una vez que un bar o inglés nos dio un rozonazo al desatracar en El Puerto, nunca nos ha pasado nada. Otra vez quedamos en la Bahía porque había una niebla tan grande que no pudimos llegar al Puerto". ¿Y cuando descansa, Pepe? "--Nunca he descansado. Seguro que soy el que menos gasto ha hecho a la Seguridad Social".

Pepe Fernández, con la Medalla al Mérito Naval que le fue impuesta durante las Fiestas de la Hispanidad de 1966. En la fotografía, junto al alcalde, Luis Portillo Ruiz. Aparecen en la imagen, a la derecha, Juan Martín Vélez y Antonio Romero Castro. También le entregaron un gallardete de la Armada./Foto: Archivo Municipal.

Pepe le han llamado don José y casi se ha molestado, está retirado, pero a pesar de todo sigue faenando en el barco. "--No me acostumbro a estar en tierra" y desde su mundo nos ha ido hablando dejando a un lado su gran timidez, no como cuando le concedieron la Cruz del Mérito Naval y la Medalla de la Ciudad. "--Me hicieron pasar un mal rato... uno no está acostumbrado a eso". [y añade] "--Yo ya que voy a ambicionar, sólo quiero tener para poder pagar". Pepe querría mucho tiempo para seguir trabajando en el mar, que no sólo es su costumbre, que es su vida.  (Textos: Gabi Cañas y José Ignacio Buhigas).

18

Manuel Moreno Simeón, nació el 30 de octubre de 1938 en el Hotel ‘Vista Alegre’ propiedad de sus padres, asistido en el parto por el Dr. Francisco Muñoz Seca, siendo el tercer hijo del matrimonio formado por Manuel Moreno Moreno y Bella Simeón Rodríguez: Rosario (Charo), Bella (Belli) y Manuel (Lolo).

La abuela materna de Manolo, Rosario Rodríguez, madre de Bella Simeón, fue una notable empresaria, propietaria entre otros del Hotel Vista Alegre, Hotel París, Restaurante La Puntilla, Balneario de Fuente Amarga (Chiclana), Hotel Vista Alta (Córdoba) y Hotel Emperador (Sevilla).

Anuncio del Bar-Restaurant La Puntilla, a cargo del Hotel París, propiedad de la abuela materna de Manolo, Rosario Rodríguez. Almanaque de Verano 1927.

1938
Ese año nacían en Roma y Atenas, cunas de la civilización de occcidente, Don Juan Carlos I y Doña Sofía, reyes de España. Era alcalde  de El Puerto Antonio Rives Brest. Se estrenaban las películas ‘El barbero de Sevilla’ de Benito Perojo, ‘Carmen, la de Triana’ de Florián Rey. Rafael Alberti publica ‘El Burro Explosivo’ y ‘Poesías (1924-1937)’. Desaparece la Revista Portuense. Se remodela y crea la Plaza de Cristobal Colón. El primer gobierno ‘nacional’ de Burgos, reconocido por el Vaticano ese año, por medio del ministro del Interior, declaraba días festivos con carácter oficial en el territorio ‘nacional’, el jueves y viernes santo..

Anuncio de 'La Antigua de Cabo', en el Almanaque Comercial de 1930. 11 años mas tarde pasaría a ser propiedad de la famiia de Manolo Moreno.

CUATRO VIVIENDAS SINGULARES.
La familia Moreno Simeón vivió a lo largo de los años dentro de los diferentes negocios de hostelería que gestionaron, y que tan buen recuerdo han dejado en la memoria de los porteños (no es de extrañar, así, la vocación hostelera de Manolo): el Hotel ‘Vista Alegre’, que daba a las calles Micaela Aramburu, Guadalete y Bajamar. A partir de 1941 el hogar familiar sería en ‘La Antigua de Cabo’, en la calle Ganado, año en el que se hacen cargo de dicho establecimiento que estaba junto al comercio de Moresco y Salvatierra. Y en 1947, contando Manolo 9 años, en la ya desaparecida Venta ‘El Chorizo’ --hoy solo queda el pozo--, en la Avenida de Jerez, donde Bodegas Terry construiría unas modernas naves bodegueras y que, en la actualidad se ha reorganizado en calles para la construcción de la futura urbanización ‘Bahía Blanca’, junto a la casa del Pico San José. Por último, la familia viviría en la Ribera del Marisco, en la vivienda del primitivo ‘Échate Pa’yá’. /En la imagen, con su familia, de izquierda a derecha, Manolo, Lolita Gil de Reboleño, su padre Manuel Moreno, su madre Bella Simeón, la Tata María, sus hermanas Belli, Charo y la perra 'Linda'.

Avda de la Bajamar, el desaparecido Hotel Vista Alegre, hotel de toreros, donde hoy se encuentra el edificio del mismo nombre, que alberga en sus bajos de cara al río el ‘Bar del Puerto’ en la esquina con la calle Guadalete, que es la que se muestra. /Foto Colección Vicente González Lechuga.

LA COCINERA PIANISTA.
Un día, estando la madre de Manolo, Bella, en la cocina, llegó a comer una familia bastante pudiente. Nada más entrar vieron el piano, un Ronisch y preguntaron que a quien pertenecía. Cuando les contestaron que era de la cocinera, se echaron a reir y pasaron al comedor. Cuando la madre de nuestro protagonista terminó sus quehaceres en la cocina, salió a tocar el piano y, al escuchar la música, la familia salió del comedor a ver quien era el que tocaba tan magnífica pieza, el ‘Improntu’ de Chopin. No salían de su asombro al ver que era, en verdad, la cocinera la que, tan magistralmente operaba entre los dientes de marfil de aquel piano.

VENTA EL CHORIZO.
Nuestro protagonista recuerda, con nostalgia, a un caballo que le regaló su padre: ‘Chico’, de mediana estatura, hijo de un semental de las caballerizas de Terry llamado ‘Arnaig’. Era un potro muy listo, pero con mucha malas ideas. El pequeño Lolo iba todas las tardes de verano a montar con su caballo por la zona de Las Beatillas. Al llegar amarraba a ‘Chico’ con una cuerda y un clavo grande al suelo y disfrutaba de otra de sus pasiones: leer. Una tarde ‘Chico sacó el clavo del suelo con la boca y se marchó de vuelta a casa. Cuando Manolo se dio cuenta no le quedó otra que volver a la Venta El Chorizo andando. Al llegar a casa, allí estaba ‘Chico’, tan contento, en su cuadra. /Manolo y su entonces novia, Lolita Gil de Reboleño, a caballo en la Feria de Primavera.

ÉCHATE PA’YÁ.
Cuando el padre de nuestro protagonista, Manuel Moreno Moreno regentaba el ‘Échate Pa’yá’, una de las tapas estrellas, aparte del Txangurro, era la tortilla de camarones. Y siempre se producía el mismo rito cada vez que le pedían una: al entregarla al cliente decía: “Al que encuentre un camarón, le regalo un televisor en color”.

ESTUDIOS.
A los cinco años su madre lo inscribió en el colegio de las Carmelitas. Con ocho pasó a La Pescadería (San José y San Estanislao), donde permanecería hasta segundo año de Comercio. También, con ocho años, empezó los estudios de Solfeo y Violín en la Academia de Bellas Artes, recibiendo clases particulares de mano de Ramón Zarco, hijo de Doña Virginia Hernández. También estuvo en el Instituto Santo Domingo, hasta que dejaría los estudios.

LA MÚSICA.
Durante los veranos, sus padres regentaron en Rota un restaurante denominado Bar ‘Sur’, en el cual por las noches tocaba una orquesta de Sevilla dirigida por el conocido para la época  Maestro Navarro quien, al ver las dotes musicales de ‘Lolo’ --así era como lo llamaban en familia-- quiso darle clases de solfeo. Y es que Manolo llevaba la música muy adentro. En cierta ocasión le regalaron una armónica y, sin nociones previas, terminó tocándola como si llevara haciéndolo toda su vida. A los nueve años ofreció un concierto de violín en el Salón de la Academia de Bellas Artes, la primera parte solo y la segunda acompañado por Merche Valimaña ‘Macaria’, con nótula núm. 047 en GdP, al piano. /En la imagen de la izquierda, el profesor de música Ramón Zarco Hernández /Foto: Academia Bellas Artes.

Su afición y amor por la música le llevaron a estudiar por su cuenta piano, con los tomos de música de su madre quien, además de ser una magnífica cocinera, fue una gran pianista, licenciada en Solfeo por la Facultad de Cádiz. Poco a poco, Lolo fue soltándose hasta el punto que el piano se convirtió en su gran pasión. En la actualidad, toca a diario en su casa.

PRIMER TRABAJO Y SERVICIO MILITAR.
Con dieciséis años trabajó en el Banco Central de la calle Larga y, con gran pesar, tuvo que dejarlo por enfermedad. Con dieciocho ingresa como voluntario en la Escuela de Especialistas del Aire de Getafe(Madrid), en donde permaneció seis meses; el año siguiente lo pasó en el Cuartel de Tablada de Sevilla.

Manolo, con bigote, a la derecha de la imagen, en su taller de efímera vida en la calle Diego Niño.

TALLER DE MOTOS.
Con 21 años, en 1962, se embarcó en su primera aventura empresarial, montando un Taller de Motos en la calle Diego Niño.  El negoció se fue a pique debido a que aunque vendió muchísimas motos de las marcas Ossa y Lube-Ren, él mismo respondía de las operaciones a plazos con las fábricas y no pudo soportar el déficit con la banca, sumado a que algún que otro cliente le dejó a deber facturas, lo que le llevó a tener que cerrar el taller viéndose obligado a contemplar la posibilidad de irse de emigrante a Alemania.

EMIGRANTE EN ALEMANIA.
Ese mismo año, 1962, consiguió un contrato de trabajo con la fábrica Brown Bovery, en Alemania y se marchó. La jornada laboral en esta empresa era por las mañanas, en una cadena de montaje de frigoríficos y por las tardes trabajaba un par de horas en un taller de motos. Era un trabajo que le gustaba, pero en invierno era imposible manipular bien la mecánica debido a las bajas temperaturas.

Con la orquesta 'Suspiros de España'.

Manolo, al piano, con 'Suspiros de España'.

De su estancia en Alemania el mejor recuerdo que conserva Manolo es  de cuando en el ‘Club de Españoles’ organizaron una orquesta a la que denominaron ‘Suspiros de España’. La dirigía un valenciano llamado Rodolfo que tocaba la trompeta, y la integraban un gallego al contrabajo, otro gallego al clarinete y al acordeón, Ascanio un cordobés de Cabra a la batería, José Luis un onubense a la guitarra y Manolo al piano y al violín.  Actuaban todos los sábados en el Club de Españoles y en algunas fiestas como bodas, bautizos y otros eventos en la Base Americana de Hanau am Main, ubicada en la región de Hesse, una población equivalente a El Puerto, con 88.648 habitantes.

El órgano de la catedral de Frankfurt en el que Manolo, por responsabiliad, se negó a tocar.

EL ÓRGANO DE LA CATEDRAL DE FRANKFURT.
En el Club de Españoles había un sacerdote que se hizo muy amigo de Manuel. Este cura sabía de los conocimientos y de la gran afición a la música que tenía Manolo, así que un día le pidió que fuera a tocar el órgano de la Catedral de Franckfurt. Manuel le preguntó al sacerdote cuales eran las características del instrumento musical, a lo que éste le respondió que normal, mas o menos como el que él tocaba en el Club de Españoles. Con mucho respeto y miedo Manolo terminó accediendo.  Al llegar el día señalado, el sacerdote y él llegaron a la Catedral, quince minutos antes de la ceremonia. Manolo se encontró con el Coro de la Catedral presente ante un órgano de varios siglos, cuyos tubos alcanzaban casi el techo. Le pidió al cura si podía ensayar un poco antes de empezar y éste le dijo que no había tiempo, que no se preocupara, que todo saldría bien. Empero, como persona responsable y respetuosa, Manuel decidió no tocar, pues la ceremonia podía pasar de lo solemne a lo ridículo, pensó.  Así que, Manolo, cogió la puerta de la Catedral, camino de la estación, se subió al tren y se marchó para el pueblo donde residía.

Panorámica de Zurich con torres de aguja de las iglesias.

ZURICH.
Aproximadamente al año de su estancia en Alemania, salió ardiendo la fábrica quedando completamente destruida. Ante esta circunstancia, Manolo pidió ser destinado en Zurich (Suiza), donde por aquel entonces trabajaban sus hermanas Charo y Belli, junto a sus maridos Carlos y Pepe. Allí permanecería por espacio de seis meses. Un fin de semana regresó a Alemania para resolver unos asuntos y comprobó que la fábrica ya estaba de nuevo en funcionamiento e ingresaría de nuevo por seis meses más, luego un periodo de tres meses otra vez en Zurich hasta su regreso definitivo a España.

REGRESO A ESPAÑA
En la frontera española vivió un sorprendente episodio: un cabo de la Guardia Civil le confiscó dos revisas italianas del Festival de Eurovisión dado que, al no entender el idioma, creyó que era propaganda marxista y lo tuvo retenido mas de una hora, hasta que llegó un superior que entendía el idioma y se arregló el malentendido. En total, estaría fuera de España algo mas de dos años.

DE MAQUINISTA A JEFE DE CANTERA
Al poco tiempo de llegar a España, se colocó en una compañía constructora, SATO  (Sociedad Anónima de Trabajos y Obras) como maquinista de una grúa alemana. Gracias a que un proveedor de la empresa, Javier Paz, sabedor de que Manolo tenía estudios, habló para que lo pasaran a oficinas y allí trabajaría durante un año. Ya casado lo destinan a San José del Valle como administrador de la cantera. Allí se encontraban, tanto él como su esposa, muy contentos, pero la llegada de su primer hijo, en marzo de 1966, le impide aceptar el nuevo traslado que le habían propuesto (Bilbao o Almería), por diversos problemas de salud de su primogénito, Manolín, y regresan a El Puerto.

Construcción de la Base Naval de Rota.

DE PEÓN A JEFE DE PLANTA Y DE TRANSPORTES.
Encontró trabajo en la Base Naval de Rota con la empresa Dragados en calidad de peón, pero al revisar su trayectoria laboral lo pusieron de encargado en una Planta Asfáltica y de Jefe de Transportes a los dos meses de empezar.  A los dos años  la obra de la Base en la que estaba la empresa donde trabajaba Manolo finaliza su contrata y Manolo decide comprarse un camión de transportes de construcción.  En Dragados le ofrecen trabajar en la autopista de peaje Cádiz-Sevilla como encargado de una Planta de Hormigón y de los camiones hormigoneros que surtían los trabajaos de la nueva vía.

LA SOLERA.
Al término de la obra del moderno vial, Manolo decide vender el camión y coger el traspaso del bar ‘La Solera’ en la calle Ganado, que por aquel entonces y desde la década de los cincuenta del siglo pasado pertenecía a la familia de su esposa, inaugurándolo con una nueva impronta en Agosto de 1972. Ver nótula núm. 858, Taberna ‘Los 48’ en GdP.

Con su hijo Ramón --también le ayudó Juan Carlos-- en plena faena en 'La Solera'.

En sus comienzos el bar empezó con pocas tapas, pero debido a la gran aceptación que tuvieron fue incrementando la lista. El bar empezaba a ser un establecimiento moderno. Manolo, con su incansable trabajo, buen hacer  y con la ayuda incondicional de Lolita, su esposa y más tarde de sus hijos, consiguió hacer de una tasca un bar de familia, donde los clientes se convertían muchos de ellos en amigos. Estaba especializado en hamburguesas caseras, pepitos de lomo, cordón bleu, chipirones a la plancha, menudo de Bella, croquetas de Carmela y un sinfín de especialidades que hicieron de La Solera uno de los bares de la época más conocidos de El Puerto, cuando las tapas elaboradas empezaron a ponerse de moda.

La recordada y popular hamburguesa de 'La Solera'.

LA HAMBURGUESA.
La receta original de la ‘Hamburguesa Casera’ y las ‘Mini Hamburguesas’, y muchas otras tapas formaban parte del Libro de Recetas familiar. En el caso de las hamburguesas, que eran filetes rusos empanados, nada habitual en la zona, la receta se remonta a su abuela materna, Rosario Rodríguez, madre de Bella Simeón, modernizada con los complementos al uso: ketchup de Conservas Sur, Salsa Picante o mostaza, además de tomate y cebolla, en un panecillo de horno local, nada de bollería industrial. Pasarían los años con Manolo al frente de La Solera, siempre innovando la carta, pero sin dejar de lado las tapas que le dieron el reconocimiento de bar de familia.

TARTAS QUADRO’S.
A mediados de la década de los ochenta del siglo pasado y sin dejar La Solera, comienza una nueva aventura empresarial, haciéndose distribuidor de tartas Quadro’s y dado su tesón y constancia llegará a serlo a nivel provincial. El problema surgirá cuando comprueba que empieza a bajar la clientela del negocio matriz: La Solera, abandonando le distribución y regresando, para dedicarse de lleno, al bar de la calle Ganado. Además, Manolo abrió La Solera II, frente al Ambulatorio de la Seguridad Social ‘Virgen del Carmen’, de efímera vida y nada especialmente destacable.

En febrero de 1994 Manuel sufre un infarto de corazón; en marzo le hacen su primer cateterismo y en junio le operan en el hospital Reina Sofía de Córdoba, donde el equipo del Dr. Concha con éste a la cabeza, le implanta un bypass. Tras una lenta recuperación, Manuel continuará en el bar hasta la finalización de los estudios de sus hijos, dando por finalizada su vida laboral y la del propio establecimiento como bar de familia, en septiembre de 2000.

LA FAMILIA.
Manolo se casa el 1 de mayo de 1965 --va  a hacer 46 años-- con su novia de siempre: 11 años estuvieron de novios, con María Dolores (Lolita) Gil de Reboleño Insúa; se conocía desde que él tenía 15 años y ella 13. Tienen tres hijos, dos de los cuales les han dado cuatro nietos.

Manolo y Lolita, con sus hijos con pocos años.

Tuvieron tres hijos varones, Manolín en 1966, que nació con Síndrome de Down, trastorno genético que por entonces --aunque la enfermedad estaba descrita en 1866, hasta 1958 no se descubrieron las causas que lo producían-- era poco conocido, así como su tratamiento. En la actualidad, el cambio de mentalidad de la sociedad han supuesto un cambio cualitativo positivo en sus expectativas vitales, aunque Manolín siempre ha sido la alegría de la casa y de toda la familia y amigos.

En una fotografía actual, el matrimonio con hijos y nietos.

Ramón Manuel fue su segundo hijo, nacido en 1969. Estudió Ciencias Empresariales y tiene Despacho como Asesor Contable, Fiscal, Mercantil y Tributario; tiene dos hijos, Ramón Manuel y Marina Victoria. Juan Carlos, su tercer hijo, nacido en 1974, estudió Medicina, estando especializado en Medicina Deportiva; tiene dos hijos: Juan Carlos y María Jesús.

Casa donde vivieron en la calle Luna hasta el año 2002. /Foto Mata. 2002.

Desde que tuvieron a su primer hijo vivieron en la calle Luna esquina con la Plaza de las Galeras, con unas vistas impresionantes del río Guadalete y el Parque Calderón, arriba del Bar La Garnacha, antes Bar Los Maera. En Diciembre de 2002 se mudaron a la urbanización El Ancla.   Allí viven Manolo y Lolita junto a su hijo Manolín. Como ya hemos señalado, Manuel toca el piano que tiene en el salón de su casa todas las tardes, lo que no se ha dicho es que lo hace por petición y para deleite de su hijo Manolín al que le encanta la música, toda la música, desde la clásica al pop, desde los carnavales a los villancicos, … de la mano de uno de los actores, de una parte importante de la reciente historia de la hostelería portuense.

Nuestro agradecimiento a Ramón Moreno Gil de Reboleño, quien con su inestimable concurso ha hecho posible la elaboración de esta nótula.

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María Josefa García Granados nació en El Puerto el 10 de julio de 1796 y falleció en Guatemala el 28 de julio de 1848. Desde su juventud llegó a tierras guatemaltecas alrededor de 1810-1811. Mejor conocida por sus amigos y conocidos como Pepita, casada con Ramón Saborío, de Nicaragua. Literata y poeta guatemalteca es una de los exponentes intelectuales de la independencia de Guatemala, primer referente de la poesía feminista de aquel país.

María Josefa era madre de seis hijos y se le conocía por su fuerte carácter y autoridad. Debido a dicho carácter, creó una amistad con los hombres más influyentes de su época, aun antes de 1821 (año de la independencia de Guatemala), ella concurría a las famosas tertulias efectuadas en casa del canónigo José Maria Castilla nacido en Madrid. [Interesante el ‘Sermón’, dedicado a este personaje y escrito junto a su gran amigo y poeta José Batres Montúfar, el mayor exponente de la literatura romántica guatemalteca. Este ‘Sermón’, es una apología del sexo sin remordimiento con la cual los poetas lanzan un reto frontal y una crítica descarnada a una sociedad que se esconde tras una infinidad de apariencias y una falsa moral].

Ciertamente el ingenio y cultura de esta ilustre dama le valió ser reconocida como una de los referentes de la literatura guatemalteca en su época. Fue amiga personal de Pedro Molina, José Cecilio del Valle, Mariano Gálvez, José Milla y de Rafael Carrera. Se dice que su mejor amigo fue José Batres Montúfar, de quien ella fue maestra de canto y guitarra. /Imagen de la izquierda, José Batres Montúfar.

Según Máximo Soto Hall, Pepita era atrevida y valiente. En los tiempos en que los hombres no salían a la calle de noche, ella visitaba a sus amigos sin atender la hora. Según las memorias de Miguel García Granados se sabe que doña María Josefa padecía de histeria, posible razón de su tendencia crítica y satírica, aunque no por ello menos valiosa. Por muchos años publicó el Boletín del Cólera, debido en que aquella época Guatemala estaba siendo atacada por el "cólera morbus"; con este entretenía a la población con sus boletines satíricos.

Como aficionada a la lectura, María Josefa García Granados se cultivó en la poesía, no solamente escribió sátira sino también cantaba poéticamente. Además de "A la ceiba de Amatitlán" otras de sus composiciones son: "Himno a la Luna" (1830), "La Resolución"; "A una hermosa joven -desgraciadamente enlazada con un achacoso viejo-"; "A una abeja"; "Plegaria"; "Despedida". Además tradujo algunos versos de Byron. También cultivó la oda histórica.

En el siglo XIX la mujer se dedicaba de ordinario a las labores de su casa. La sociedad de la época no admitía que el sexo femenino interviniera en asuntos políticos, mucho menos que pudiera exteriorizar sus ideas públicamente. Pero María Josefa García Granados se lanzó a actividades prohibidas rompió esquemas en su época; con el seudónimo de ‘Juan de las Viñas’ para no ser reconocida como mujer. Es sin duda, la primer referente de la poesía feminista en Guatemala. (Texto: Sonia Marroquín).

García Granados, María Josefa. Su poesía. (Poesía). Guatemala: Tipografía Nacional, febrero 2010, 1ra. edición. 184 págs. 12.2 X 18.2 cms. ISBN: 978-9929-8005-0-2. Rústica.

De la contraportada: “En su calidad de mujer se puede perfectamente definirla como el antecedente del feminismo. Su lenguaje desenfadado, desmitificante y procaz todavía escandaliza. Quizás por estas razones el conocimiento de su obra ha quedado restringido a una elite intelectual y a un reducido núcleo familiar. Este libro ofrece una visión distinta de la obra producida por María Josefa García Granados, porque, finalmente, es posible tener reunida y ordenada su obra poética (junto a la de algunos de sus amigos y enemigos), representativa de esos días álgidos de la historia guatemalteca del siglo XIX. También se incluyen escritos narrativos, documentos y testimonios de personas que tuvieron relación con ella”.

EL SERMÓN.
Para Aída Toledo, “Una de las piezas literarias que pasa a ser una lectura no recomendable en las escuelas privadas y públicas de Guatemala -de ayer y hoy- la constituye el recordado "Sermón", escrito en verso y dedicado al canónigo Castilla, y que constituye una pieza cruda y mordaz, y no pornográfica, como se encuentra clasificada. [obra de nuestra Pepita y de su amigo el también poeta José Batres]

La pieza aparece en el contexto de la política post-independencia de Guatemala; es un texto que ataca duramente los excesos del clero y la iglesia católica y que obviamente proviene de las ideas antirreligiosas de la primera mitad del siglo XIX en Centroamérica. Recordemos además que, en el "Sermón", Josefa García Granados transgrede también la normativa de la época, dado que ese tipo de discursos estaba en el campo de lo masculino. El sermón como forma literaria era abordado únicamente por hombres; de esa cuenta el texto, además de atacar fieramente las costumbres y los vicios de la iglesia de aquel momento, puede leerse también como el inicio de una línea imaginaria de tradición subversiva, en donde las apropiaciones del lenguaje masculino están en consonancia con aspectos de tipo formal e ideológico.

El texto en sí mantiene un tono contestatario, a la manera de las invectivas romanas, y se advierte un tono epigramático y sentencioso con el cual se emplaza a ese ‘otro’, masculino y conservador, a quien se dirige. La pieza remeda los sermones ofrecidos por los religiosos en los oficios de la misa, en donde Josefa García también participa de la parodia festiva que va a producir durante el siglo XX -durante el periodo de las vanguardias latinoamericanas de principio de siglo- una literatura mucho más popular en los temas, pero en donde también se advierten las tonalidades cultas de su educación”.

Sermón para el canónigo José María Castilla
(fragmentos)

"O joder o morir, ¡oh almo coño!
que un bello, tierno y virginal retoño,
vale más que la vida y que la gloria
que sólo sirven de adornar la historia".
Así un filósofo pagano,
Octavio Augusto, emperador romano;
¡Oh vosotros, muchachos negligentes
que servís de ludibrio a los vivientes
pasando el tiempo en ocio tan profundo
cual si no hubiera coños en el mundo!
… … … … … …

Y tú, sexo embustero y desaseado,
¿en qué empleas la flor que Dios te ha dado?
Vírgenes tontas, con vosotras hablo,
no sois ni para Dios ni para el Diablo.
Ahora, que inflamado de elocuencia
al predicar la fornicaria ciencia
más que Bossuet y Fenelón me siento,
hembras y machos, escuchad mi acento.
Mas para oír con fruto mis razones,
cada varón empuñe sus cojones
y las hembras su coño y sus dos tetas
que jalan más que doce mil carretas.
… … … … … …

Con carajos y coños juntamente:
¡tened piedad de la afligida gente
que ha escuchado devota mis palabras,
tened piedad que se me van las cabras!
Y entre tanto que el mundo se corrige
y que el carajo al coño se dirige,
sobre las aras de tu santo templo
les voy a predicar con el ejemplo.


Para leer al completo esta «pieza cruda, mordaz y no pornográfica», pulsar aquí.

5

Jesús Redondo Abuín, gallego de la Parroquia de Asados, Ayuntamiento de Rianxo, Partido de Padrón, (La Coruña), nació a las cinco de la madrugada de 12 de marzo de 1939. Dejó su casa con 17 años, siempre implicado en la lucha política obrera en la clandestinidad y luego abiertamente: emigrado a Francia, Bélgica, refugiado de la ONU y protegido en Moscú por el Partido Comunista, conoció España también a través de sus cárceles como preso político con sendas condenas de 3 y 8 años de privación de libertad, que no cumpliría completas: "Fueron 3.000 días y 3.000 noches entre recuento y recuento y entre traslado y traslado. Y estas las cárceles de mi peregrinaje: Barranco Seco, Cádiz, Puerto de Santa María, Córdoba, Jaén, Carabanchel, Calatayud, Soria, Segovia, Coruña y A Parda". En 1968, en los sucesos de Sardinas del Norte (Canarias), recibió un tiro en la pierna tras la dura represión de las fuerzas de seguridad de la dictadura.

En el Penal de El Puerto Jesús trabaría conocimiento con Marta Marroquín Travieso, militante comunista que llevaba alimentos, apoyo y conversación a los presos políticos, con quien acabaría formando una familia. No sería hasta 3 años después, en Segovia, donde se conocerían, antes solo se limitó en el Penal del Puerto a hacereles saber a la dirección, que Jesús era un ser con identidad propia, no un número. Ambos viven en Galicia, unieron sus vidas el 10 de marzo de 1975, tienen un hijo, aunque regresan a El Puerto en alguna ocasión. Este es su relato:

Jesús Redondo Abuín, Juanín y Gerardo Iglesias en la cárcel de Segovia. El día de la Merced, festividad de Institutciones Penitenciarias, se autorizaban hacer fotografías.

Esto viví en el viejo Penal del Puerto de Santa María entre el 30 de abril de 1970 y el 6 de diciembre de 1971.

Lo peor que puede pasarle a un pueblo es que le arrebaten la libertad. Fue lo que nos pasó aquí de aquella. Lo que no dejó de pasarnos en cuatro interminables décadas. Longa noite de pedra le llamó a aquello Celso Emilio Ferreiro. Y en cuatro palabras lo dijo todo enteramente. La humedad del mundo cabía en ellas. La humedad entera. Cuatro décadas de muerte, cárcel, destierro. O en el orden que lo dijera Rafael Alberti, el camarada Rafael: destierro cárcel, muerte. No es hora de vindicación. Lo sé. Tampoco de silencio. Hay que recordar. Recordar. Y recordar. Recordar sin ira. Pero recordar. Para que no se repita aquello jamás.

Antigua fachada principal del Penal de El Puerto.

Quedarse sin libertad es lo peor que a un pueblo le puede suceder. Lo peor que puede sucederle a una persona es que la empareden. Que eso es lo que eran los presidios de aquella: paredes, paredes, paredes. Paredes y aniquilamiento. El régimen franquista fue el más inmoral y despiadado de la historia. De toda la historia. Segó un millón de vidas para poder vencer. Pero no enterraron muertos sino simiente. Como Castelao dijera. No logró convencer. No podía ser. Don Miguel de Unamuno ya se lo advirtiera. La tortura estaba al orden del día. Sus penitenciarías eran la prolongación de sus comisarías. No hay más que recordar los nombres de los tres energúmenos que estaban de aquella al frente de cada uno de los tres argumentos fundamentales de la política del que decía que él no se metía en política para no meterse en líos: Camilo Alonso Vega, Ministro de Gobernación; Antonio de Uriol y Urquijo, Ministro de Justicia y Jesús González del Hierro, Director General de Prisiones.

MATADERO DE HOMBRES.
Y lo peor que podía pasarle de aquella a un preso era ir a dar con sus huesos al penal del Puerto. Al viejo y tristemente célebre penal del Puerto. Era un matadero de hombres. Todo allí estaba concebido para el exterminio físico y psíquico. Llegaba la conducción, la metían en un recinto lóbrego, y lo primero que se oía era un ¡firmes! intimidatorio, emitido a pleno pulmón por el Jefe de Servicios de Turno (el del 30 de abril de 1970 era uno que le llamaban La Calva) y acto seguido vociferaba con voz forzada: Llegaron ustedes al penal del Puerto, ¿entendido? Van a cruzar tres patios antes de llegar al celular y van a ir en fila india sin intercambiar ni una mirada ni una palabra con nadie, así vean a un hermano, ¿entendido? Pues, andando. Y la fila india cruzaba los tres patios flanqueada por funcionarios con cara de mármol. /En la imagen de la izquierda, galería de celdas.

DESNUDOS Y VIOLENTADOS.
Al llegar al celular estaba esperando la plantilla de aquel departamento, con su jefe al frente, quien recibía en posición disciplinada las órdenes que le daba el Jefe de Servicios, y éste regresaba a su despacho. Y el poder absoluto en aquel ámbito pasaba a residir en los funcionarios allí destinados, en este orden jerárquico: jefe del departamento, resto de funcionarios y el preso de confianza llamado cabo. Y en plan bárbaro el jefe de departamento ordenaba: ¡firmes!, desnúdense uno a uno y vayan pasando conforme les vayan llamando para ser cacheados. El cacheo consistía en dar botes en cuclillas y terminaba con una insoportable colonoscopia digital, practicada por el propio preso/cabo, por si se llevaba alojado en el colon algún objeto o sustancia ilegal. A continuación se chapaba a los cacheados en celdas intercaladas. Para aislar bien aislado.

Con Marcelino Camacho, en un encuentro sindical en Canarias.

NEGATIVA Y CELDA DE REDUCCIÓN.
Cuando me tocó el turno me negué a pasar por aquello con mis mejores maneras. De poco me sirvieron las buenas maneras. Tuve que terminar siendo tajante: para hacerme eso tienen que atarme, les dije. El funcionario jefe de departamento montó en cólera y me ordenó en el peor tono del despotismo desilustrado: pase inmediatamente a la cuatro. Era la celda de reducción, la cuatro. Era un auténtico potro de tormento. Cada vez que un funcionario le amenazaba a un preso con la cuatro, el preso se echaba a temblar. No pocos se auto lesionaban, preferían salir para el hospital de gravedad. La celda de reducción era el lugar adecuado para poner autoridad. Y al terminar con todos entró a por mí rodeado de los demás funcionarios y del preso de confianza como dispuesto a cualquier disparate. El diálogo entre él y yo duró nada y menos. El: está usted en el penal del Puerto. Yo: información superflua, bien lo veo. El: aquí cuando hay que apalear se apalea. Yo: el que me ponga la mano, tiene que estar dispuesto a llegar al asesinato. El: no se haga el valiente porque a los valientes los trasladamos de aquí en un santiamén en traje de madera y con los pies por delante. Yo: pues pásele mis medidas al carpintero. Vivía en Jerez, tenía una armería, le llamaban El Pistolas, sucedió hace treinta años. Lo digo sin ira. Pero lo digo. Se me hace bastante para pasarlo por alto.

Visitando el antiguo Penal de El Puerto, paseando por el claustro junto a su cuñado, Miguel Marroquín, el pasado verano de 2008.

VISITA DEL DIRECTOR.
Digo diálogo y fueron dos monólogos más bien. Pero le rompió los esquemas al jefe de departamento. A cuantos iban con él. Y no he vuelto a verlos. A la mañana siguiente vino a verme el Director del penal. No era usual. Y el despotismo ya fue ilustrado. Pero igual de brutal. «He visto su expediente» –me dijo-- «y trae usted seis faltas muy graves. Aún así creo que ha sido un error de la Dirección General haber autorizado este traslado. Pero aquí está. Y será uno más. Tengo a mi cargo 615 presos complejos y no pienso andar con distingos. De ningún signo. Este es un penal para presos con “exceso de condena”, “multirreincidentes” e “inadaptados”. No importa que en su caso no se dé ninguno de los tres supuestos. Aquí existen cuatro regímenes estrictos: Régimen General, Vida Mixta, Observación Disciplinaria y Celdas de Castigo. Celdas tiene usted para rato: los132 días que trae, y los que le sobrevengan. Que le sobrevendrán a la vista de su expediente. Y ya se lo advierto: aquí las sanciones se cumplen íntegramente. Ahora bien, mientras yo esté al frente del penal, ningún funcionario le pondrá la mano».

264 DÍAS EN CELDAS DE CASTIGO.
Vaya si me han sobrevenido castigos. Llegué a acumular 12 sanciones muy graves: 264 días consecutivos en celdas de castigo. Y, óiganlo bien, estos y no otros han sido los motivos: cuatro huelgas de hambre, tres colectivas --Las Palmas, Soria, Pontevedra-- y una sólo en El Puerto; llevar a juicio a un funcionario por abuso de autoridad (un tal Julio Cedrón, de Lugo); mirar con desacato a un funcionario; denunciar asesinatos y malos tratos, y exigir mediante escritos amnistía general y completa para todos los presos políticos. Eso que ni el Fuero de los Españoles prohibía el derecho de petición. Lo protegía.

PAPEL Y BOLÍGRAFO=SANCIÓN.
Pues cada vez que pedía papel y bolígrafo era indefectiblemente sanción sobrevenida. Pero papel y bolígrafo era lo único que podía esgrimir. Y lo esgrimía. No hacerlo no era posible. Uno no puede llamarse andana cuando escucha que están matando a palos a un hombre atado de pies y manos. Aun cuando fuese un delincuente. Aun siendo en el viejo penal del Puerto. Porque sean cuales sean sus circunstancias, cada hombre es en sí un hecho único e irrepetible.

Encabezamiento de una de las denuncias

SIETE SANCIONES.
He visto entrar allí hombres como castillos y a la vuelta de unos meses no eran ya ni la sombra de lo que habían sido. Los he oído agonizar a palizas. Me quejaba por escrito a la Dirección General, sanción al canto. He visto a un preso de la celda de enfrente a la mía (un tal Perogil) subirse al techo de la jaula y calcular el salto para dar exactamente con la cabeza en la esquina del camastro de hierro y poner fin a su martirio. Lo ha conseguido. Puse denuncia al Juzgado por asesinato inducido. Sanción suma y sigue. El Pistolas llegó a trincarle el pene a un preso con el gozne de la jaula y aporreárselo hasta partírselo. Me han impuesto siete sanciones muy graves en los veinte meses que estuve allí. Todas por lo mismo. Los partes los daba el funcionario de turno y las sanciones las ratificaba por unanimidad la Junta de Régimen: Director, Subdirector, Médico, Maestro y Cura. Cinco rangos distintos y un mismo objetivo: que el preso se adapte y no rechiste. Uno no se imagina a individuos así gastar gestos de cariño ni en familia.

Explicando a unos amigos y a su cuñado, Miguel Marroquín, las condiciones de vida en las galería.

HUELGA DE HAMBRE.
Me costó lo mío salir vivo de allí. Catorce días de huelga de hambre inclusive. Pero salí. Salí porque el zorro no pierde las mañas pero las fuerzas sí. Estaban prohibidas las huelgas, y se hacían más que en los países en que no estaban prohibidas. Estaban prohibidas las manifestaciones, y se hacían más que en los países en que no estaban prohibidas. Lo cual que por primera vez en 32 años la Bestia Parda tuvo que ocuparse en Consejo de Ministros de los pros y los contras de que se le muriese en el penal del Puerto un preso político --que tampoco existíamos-- y prevaleció lo segundo por fin. A eso debo el poder contarlo, y de chiripa. El sustituto del ultra Jesús González del Hierro se desplazó adrede a comunicarme que habían decidido retornarme a Segovia en cuanto estuviese en condiciones físicas. Y así ha sido.

Por última vez, tras las rejas del antiguo Penal de El Puerto.

CONDICIONES MEDIAVALES.
Supe lo que era el infierno sin necesidad de morirme. Además de un régimen penitenciario medieval, eran medievales las dependencias, los métodos de los carceleros y las condiciones de vida. La comida era insana y exigua: la tuberculosis y la desnutrición eran extendidas e intensivas. Entrar en celdas suponía perder los derechos subjetivos y tener que atenerse al rancho estricto. Durante nueve meses seguidos mi dieta fue: un plato de malta y un chusco, un plato de rancho y un chusco, un plato de líquido con un huevo duro y un chusco. Las celdas eran nichos de dos metros de ancho por 2,60 de largo por tres de alto; estaban dos metros por debajo del rasante del recinto y tenían un tragaluz de unos 50 centímetros; las camas consistían en una plancha de hierro empotrada en la muralla y en el suelo; tenían un lavabo y una taza de water (la de reducción un simple orificio) y un blindaje de barrotes de hierro o jaula entre la puerta y el catre de 1,40 de ancho por 1,30 de fondo para dejar fuera del alcance de un brazo la puerta al abrirla.

Con su mujer, Marta, delante de Nuestra Señora de París, en Francia. Año 2010.

COMPENSACIONES ECONÓMICAS.
Comprenderán que lo diga. No hay dinero que compense lo pasado por los presos en los presidios franquistas. No sería sufrible tanto suplicio si no fuese por la fe del carbonero que teníamos y por el sacrificio de nuestros camaradas y de nuestras familias. Hay tratadistas que dicen que el dolor es subjetivo. Los que eso dicen se enterarían de lo que vale un peine si tuviesen que soportar ser diestramente torturados  día y noche o nueve meses seguidos sin ver la luz del día en uno de los nichos de castigo del viejo penal del Puerto de Santa María. /Con su mujer, Marta Marroquin Travieso.

El millón y medio máximo ese sería un insulto de no ser que es un mero símbolo. Aún así, lo gratificante hubiese sido que las nuevas autoridades tomasen como primera medida darnos las gracias por los servicios prestados desde el papel del Boletín Oficial del Estado. Ese sí que hubiese sido un detalle. Pero no se hizo. Se ha tardado quince años. Y los que no tenían 65 años cumplidos o no llegaron a los tres de presidio han quedado ignominiosamente excluidos. Qué gran injusticia. Como injusticia ha sido haber hecho apechar a los heroicos guerrilleros antifranquistas veinticinco años con el estigma de bandoleros. Qué enorme injusticia. Quizá sea que las nuevas autoridades no sepan lo que es tener sitiada la vida o tenerla pendiente de un hilo o pisar un penal o pasar por un cuartelillo. Quizá sea que se piensen que la transición empezó en los Pactos de la Moncloa. Acaso esa fuese su bicoca. Acaso. Pero es la bicoca de muy pocos. Que conste. (Textos: Xesús Redondo Abuín. Julio 2001).

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Tadea González de Frago,  marquesa de San Jorge nació en El Puerto de Santa María,  el 9 de diciembre de 1736. Es precisamente por esta época cuando comenzó a implementarse el régimen virreinal borbónico en Santafé de Bogotá (Colombia). Su ciudad natal había sido recientemente incorporada (1729) a la corona borbónica. Esto nos hace pensar que tanto en España como en Nueva Granada, Tadea González se encontraba en un medio inmerso en el proceso de incorporación no solo de las políticas sino también de la cultura borbónica.

Retrato de La Señora Doña María Thadea Gonzáles Manrique del Frago Bonis, Natural del puerto de santa María, Ilustrísima Marquesa de San Jorge de Bogotá. Óleo sobre tela. Autor: Joaquín Gutiérrez. Fecha: 1775. Museo de Arte Colonial. (Bogotá. Colombia).

El retrato de la Marquesa de San Jorge forma un díptico con el retrato del Marqués de San Jorge, serie que el mismo Marqués encargó a Joaquín Gutiérrez. […]

Exhibir el escudo de armas, el lujo que adorna un cuerpo femenino a través del peinado, el vestuario, los colores, las texturas y el brillo del metal dorado y de las esmeraldas, asociados a los objetos religiosos, y la cartela que aclara su origen de casta, la marquesa era española de nacimiento, y su título nobiliario, además de demostrar el buen gusto, permitía a las familias de la élite neogranadina afirmar no solo la nobleza sino también la virtud, considerada esencial en el ideal de la mujer. /Portada de 'Historia de El Puerto de Santa María, desde su incorporación a los dominios cristianos en 1259 hasta el año 1800', de Hipólito Sancho.

Se sabe que la marquesa era hija de Doña Rosa del Frago y Bonis y del presidente de la Real Audiencia, Francisco González Manrique, oriundo de la villa de El Pedroso, jurisdicción de Nájera (La Rioja), y quien había sido antes capitán del regimiento de Córdoba y castellano (encargado del castillo) en el castillo de San Luis de Bocachica en Cartagena de Indias (Colombia).

El padre de la marquesa ocupaba el cargo de Presidente de la Real Audiencia de Santafé en 1740 cuando se levantó la suspensión del virreinato de Nueva Granada y se nombró a Sebastián de Eslava como nuevo virrey. Al morir en 1747, Francisco González se había casado por segunda vez y, radicado en Santafé, se dedicaba al comercio de tabaco. /Escudo de los Medinaceli.

Se dice que a la muerte de Francisco González Manrique la situación económica de la familia no era muy buena y que el futuro marido de Tadea González, Jorge Lozano, marqués de San Jorge de Bogotá,  proporcionó la dote de la novia al contraer matrimonio, sin la aprobación de los Lozano, en la capilla de indios de El Novillero. El yerno además concedió las tierras de Támara y Morcote, en el Casanare, a la familia de la novia para que sus parientes la administraran. /Estandarte de Carlos III.

El cuadro de la marquesa portuense, fechado en 1775 y el segundo matrimonio de Jorge Lozano con Magdalena Cabrera en 1778 sugieren una muerte temprana, después de haber dado a luz nueve hijos, entre ellos, Jorge Tadeo Lozano.

EL MARQUÉS DE SAN JORGE.
Retrato de El Señor Don Jorge Miguel Lozano de Peralta, y Varaes, Maldonado de Mendoza, y Olaya, Ilustrísimo Marqués de San Jorge de Bogotá. Octavo poseedor del mayorasgo de este nombre. Ha servido los empleos de Sargento Mayor Alferes Real y otros varios de República en esta corte de Santafé, su Patria. Óleo sobre tela. Autor: Joaquín Gutiérrez. Fecha: 1775. Museo de Arte Colonial. (Bogotá. Colombia).

'Don' Jorge Miguel Lozano, mínima fórmula de respeto con que podría ser interpelado en vida, además de 'Señor', 'Ilustrísimo' o de la enumeración de sus apellidos, fundamentales para su denominación como 'Marqués de San Jorge', junto con sus riquezas y sus "servicios a la Corona", nació en Santafé de Bogotá el 13 de diciembre de 1731 y murió el 11 de agosto de 1793 en el convento de la recolección de San Diego de Cartagena de Indias. Considerado uno de los hombres más acaudalados y poderosos del Nuevo Reino de Granada.

JORGE TADEO LOZANO.
Padres de Jorge Tadeo Lozano, su familia conforma quizá uno de los ejemplos más fascinantes para acercarse a los cambios y permanencias que se sucedieron entre las dos últimas generaciones de la época colonial especialmente desde el punto de vista de una antropología política atenta a la devoción de las élites neogranadinas, tanto criollas como peninsulares, por los signos asociados a la monarquía española y a su nobleza civil, militar y religiosa. /En la imagen, Jorge Tadeo Lozano de Peralta y González Manrique, vizconde de Pastrana (Bogotá, 30 de enero de 1771 - Bogotá, 6 de julio de 1816) fue militar, médico, intelectual y estadista colombiano que presidió el Colegio Electoral de Cundinamarca y fue presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada durante la Independencia.

En la imagen de la izquierda, logotipo del Museo Colonial de Bogotá (Colombia).

Su hijo, Jorge Tadeo Lozano, quien fue el principal impulsor de la "Sociedad Patriótica" de Santafé -cuyo propósito era implementar la modernización económica y social de Nueva Granada bajo el espíritu del despotismo ilustrado-, emprendería, en tiempos independentistas, la malograda creación de una monarquía constitucional cundinamarquesa que respetara el poder de la nobleza española tanto como los principios de una república federalista; y tras años de disputas civiles sería encarcelado y condenado a la pena capital según los principios jurídicos del estado monárquico que defendía. (Textos: Carlos Rojas Coccoma,  por cortesía de José Luis Chacón).

Museo de Arte Colonial. Bogotá. Colombia.

Casa del Marqués de San Jorge

El 13 de agosto de 1937 nace Federico Rodríguez García, ‘el Cote’ a la corta edad de cero años, en Sanlúcar de Barrameda, en el seno de una modesta familia que por aquel entonces ya contaba con tres hijos, pero que no había hecho nada más que empezar a ‘producir’, pues lo intentaron como unas 10 veces más. Nació el mismo años que otros casi tan famosos como él, tales como Lina Morgan, Amparo Baró, Robert Redford o Jane Fonda.

Si bien es cierto que ‘el Cote’ no niega haber nacido en Sanlúcar, al igual que Dolores, su madre, no lo es menos e insiste en ello que se crió y se considera de El Puerto. ¿Acaso por un pique con su padre, Antonio Rodríguez Tello, ‘el Rubio’? Su padre, figura carnavalesca portuense, procedente del mismísimo Cádiz y bautizado en Sevilla –y por lo tanto un poco señorito, suponemos--. O será porque no aguantó ni cuatro días de vida en Sanlúcar antes de que se lo llevaran a El Puerto. Los hay flojos.

En 1937, ajenos a semejante evento, tropas de japoneses un poco siesos atacan con gas a chinos en Shanghai, impidiendo con bastante antelación la apertura de unas dos millones de tiendas en España, de las cuales un buen puñado abrirían en El Puerto. Y luego nos quejamos de la crisis, como si fuera sólo culpa de nuestros gobernantes. El 14 de enero fallecía en El Puerto, José A. Ruiz de Cortázar y Sanginés, Interventor de Fondos del Ayuntamiento, casado con Luisa Tosar y Zurututza, apellidos de mucho ringo rango en nuestra Ciudad. Fueron alcaldes de El Puerto, Francisco Quijano Rosende y Antonio Rives Brest.

Los Burros Inteligentes. 1961.

Fantasía Bandolera. 1962.

CURRÍCULÁ CARNAVALERA.
Desde pequeñito, como el arbolito, se mete en el mundo del Carnaval y ya muy joven, con 24 años empieza a cosechar éxitos en el Gran Teatro Falla, como autor. En 1961 obtiene el segundo premio por su letra ‘A las provincias andaluzas’ interpretada por la agrupación ‘Los Burros Inteligentes’, ese año en fuerte disputa con ‘Los Quasimodos’ de Manuel Camacho Francés, ‘el Chusco’, con la que hubo una fuerte y sana competencia. Al Año siguiente, 1962, obtiene el primer premio por la presentación de la agrupación ‘Fantasía bandolera’. Será en 1963 cuando, en colaboración con el citado ‘Chusco’ revalida el primer premio por la autoría de ‘El lazo del matrimonio’ interpretado por la agrupación ‘Los Maridos Modelos’. Ya en 1965 con la agrupación ‘Los Amigos de la Capa’ revalidará otro primer premio por la letra ‘Un recuerdo’ y, al año siguiente, en 1966 otro primero por la letra de ‘La inundación de Chiclana’, con la agrupación ‘Los Gondoleros de Venecia’. /En la imagen de la izquierda, busto de José Camacho Francés, 'el Chusco', existente en la calle Guadalete. (Foto: Col. José Luis Sara).

LLEGA A MADRID.
Estamos en 1967. ¿Qué se le habría perdido en Madrid, que estaba por entonces repleto de madrileños, aunque mucho menos devastado que cuando nació? La respuesta básica la podemos encontrar en su amor al Carnaval, que le lleva de gira por toda España con la Peña ‘Los Majara’,  de la que es coautor habitual junto con Manuel Camacho Francés, 'el Chusco'. Intervienen en la grabación del especial de Nochevieja de TVE caracterizados como The Beatles. /En la imagen de la izquierda, 'el Cote' con su entonces novia el 30 de octubre de 1967.

En 1969 perpetra matrimonio en Madrid. Una respuesta más profunda y definitiva a  ¿Que se le había perdido en Madrid?, o más bien a lo que había encontrado en Madrid, lo que le retuvo algo lejos de su querido Puerto de Santa María. De por vida, en lo sucesivo y hasta la fecha, es el amor de su vida y a la que continúa considerando un bombonazo, Gloria Llorente Fernández, con la que posa en esta foto.

Después de muchas horas extras, en pastelerías varias, y trabajos alternativos, alguno muy sospechoso porque los desempeñaba de noche, nace su hijo Enrique el 2 de marzo de 1974. A pesar de lo guapísimo que era y sigue siendo, nadie se atreve a dudar que es suyo. La prueba de que le salió tan bien está en que no le hizo falta tener más.

HOMENAJE EN CHICLANA.
En 1985 es homenajeado en Chiclana de la Frontera, en la ‘V Noche grande del Carnaval’, por la letra de su pasodoble ‘La inundación de Chiclana’, relativa a una espectacular riada que había tenido lugar en la ciudad años atrás, y que resultó premiada en 1966 por el jurado del Concurso de Agrupaciones. El protagonista del texto de la canción, "un niño con una pala, quitando barro con ganas", que de niño había ayudado a pulso a superar la tragedia, le hizo entrega en persona de un cuadro con una escultura de Ignacio Felgueras, que ahora decora su salón comedor, junto a las pinturas que él mismo ha ido ‘plagiando’ de artistas como el mismísimo Velázquez. Comparte auditorio con su familia y con el entonces vicepresidente del gobierno, Alfonso Guerra, apodado en vivo y en directo "borrico" en una de las actuaciones. Con ‘doh cohone’..
Para escuchar el pasodoble, pulsar aquí.

PREGONERO EN EL PUERTO.
En 1993, siendo concejal de Fiestas el independiente Jaime Gutiérrez Perea, es elegido para pronunciar el Pregón de Carnaval de El Puerto. La emoción le embarga en el tablao instalado al efecto en la Plaza de las Galeras Reales, al que llegó en un coche de época del amigo Fosco Valimaña, siendo presentado por el desaparecido Paco Soto. El embargo emocional, la capa española que lució en recuerdo de aquellos 'Amigos de la Capa', y las copas de vino fino de El Puerto consiguieron que el Pregón fuera, realmente, embargado.  (No comment). Tampoco nos consta que tuviera más embargos. Actuaron tres comparsas: 'Los Griposos' con el ex alcalde Gómez Ojeda como integrante, 'Los Bartolos Vagos' y una tercera cuyo nombre  era 'Los reyes de la paciencia' relacionada con la pesca y los pescadores.  /Foto: Col. José Luis Sara.

El año 2001 asiste a la lectura del Proyecto de Fin de Carrera de su hijo, Ingeniero de Telecomunicaciones por la UPM (“las siglas, las abreviaturas y los cuernos solo los conoce el que los pone”). En el fondo, nunca le ha gustado mucho la fama que le precede,o. Cuentan que declaró: "--Hoy vengo como 'padre de', y no como yo mismo. La estrella es él. Por favor, respetadlo".

El 10 de agosto de 2010 adelanta la celebración de su 73 cumpleaños, en compañía de sus seres queridos que se encuentran lo bastante cerca como para hacerle el favor de ir a degustar sus tartas. Por falta de existencia de velas suficientes, que hubieran hecho parecer este cumpleaños una procesión, se recurre a 7 velas de un color, y 3 de otro. Aqui podemos observarle soplando... las velas, claro. En la actualidad permanece en Madrid, jubilosamente jubilado, pendiente del Carnaval en la distancia. (Texto: Enrique R. Llorente).

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