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De izquierda a derecha, Luis Ortega Infante, Genaro González, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Juanito Martín Vélez, Antonio Torres Santiago --gran secretario que tuvo el R.C. Portuense--, arriba, Pepín “el Barbero”, José del Cuvillo, Manuel Ojeda (padre de los Ojeda Lores), Mauricio León (padre de los León Ortega), Fernando Osborne y M. Zampaña.
Estamos en febrero de 1968. Bar La Liga, en la confluencia de las calles Luna y Nevería, próximo a la sede social del Racing. Se le tributa homenaje a José del Cuvillo Sancho, benefactor de la entidad rojiblanca, por sus simpatías con el equipo, su cariño y sus aportaciones económicas, tan necesarias en aquellos tiempos --¿y en estos?-- para sobrevivir un club modesto como el Portuense. José del Cuvillo sufría como propios los malos tragos del equipo de fútbol local, como si se tratara de algún mal acontecimiento familiar. El homenaje se celebró antes de perder la liguilla de ascenso a la Segunda División “A” de entonces, frente al Alavés en Vitoria primero y luego en el Campo de Fútbol Eduardo Dato, en El Puerto.

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De izquierda a derecha, desconocido, Manuel Jarque Martínez (estamos preparando una nótula sobre el desaparecido “Chicharito”), Pedro López, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Pepin "el Barbero", Manuel Serrano, Manuel Sánchez y Juan Cressi.

"Es cierto que siempre es mejor hacer los homenajes en vida… El generoso José del Cuvillo Sancho, mereció culminar meses después aquel más que merecido homenaje con el ascenso del equipo de su alma a la segunda división del futbol español. No pudo ser, si bien su trayectoria y entrega a los colores rojillos no quedarían empañadas por aquel desdichado partido jugado con el Alavés en el viejo Eduardo Dato en junio de 1968.

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De izquierda a derecha, Genaro González, Pepin "el Barbero", al fondo semioculto, Antonio Torres Santiago, Vicente Gutiérrez de la Rosa, José del Cuvillo Sancho, Mauricio León, Manuel Ojeda y Manolo Serrano.

La expectación que había levantado el Racing en aquella temporada 67/68, del siglo pasado, fue inusitada e hizo posible que varios centenares de aficionados se desplazaran a Vitoria para presencia el partido de ida en el Estadio de Mendizarroza, después de que se superara el primer escollo de la promoción, el Club Deportivo Baleares. Mientras se jugaba el partido de futbol, las calles de El Puerto totalmente vacías, sin tráfico de ningún tipo, los porteños y porteñas, en los bares de Apolo, La Liga, Puerto Bar, Central, Los tres Reyes… estaban pendiente de la voz de Agustín Merello del Cuvillo que a través de las ondas radiofónicas nos narraba magistralmente todas las incidencias del partido de fútbol. El empate a cero logrado en Vitoria abría las puertas al anhelado ascenso.

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De izquierda a derecha, Luis Ortega Infante, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Petete Tejada y José Antonio Osborne.

Un domingo después, con el viejo Dato a rebosar, entre los miles de aficionados, incluidos muchos de la Bahía, se encontraban también, Pedro Carrasco y Ángel de Andrés, que por aquellas fechas rodaban en San Fernando la película, El marino de los puños de oro, el Racing perdía estrepitosamente, si mal no recuerdo, por un cero a dos frente al equipo de Vitoria, el Alavés, esfumándose todas las esperanzas de ascenso en aquel aciago partido. Después del desastre futbolístico se especuló sobre la profesionalidad de los jugadores, así como del desinterés de la Junta Directiva por no subir a segunda división, convirtiéndose en leyenda negra que aún perdura lamentablemente en el mundillo del futbol local.

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De izquierda a dercha, Pepin "el Barbero", Antonio Torres, semioculto detrás, Fernando Osborne Vergara, Vicente Gutiérrez de la Rosa, José del Cuvillo Sancho, Mauricio León, Manuel Ojeda, Manolo Serrano y Petete Tejada.

Sí nunca dudé de la profesionalidad de la plantilla ni de su entrenador Ventura y tampoco de la Junta Directiva porque mi referencia siempre fue José del Cuvillo Sancho, excelente porteño y mejor persona al que nunca hubieran defraudados y menos venderse aquellos auténticos profesionales, como un Judas Iscariote cualquiera, hoy, después de lo que ha llovido desde entonces, todavía menos, reafirmándome, habida cuenta de los millonarios quinielísticos que ha dado el fútbol por impredecible y caprichoso que siempre ha sido y continuará siendo." Antonio Carbonell.

Nuestro agradecimiento a Vicente Gutiérrez de la Rosal, por habernos cedido, para su publicación en Gente del Puerto, las imágenes que ilustran esta nótula. Por cierto que Vicente tuvo la oportunidad de asistir a los encuentros que se celebraron en los dos campos, en los que el Rácing perdió frente al Alavés su posibilidad de ascenso a la Segunda División “A”.

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antonioelsacristan_puertosantamaria«En esta galería de conocidos, amigos, contemporáneos, raros y curiosos, tengo el honor de presentar a un especímen verdaderamente notable: Antonio Bernal Ortega. Antoñito el Sacristán de la Santa y Consagrada Iglesia Mayor Prioral de esta Ciudad, fue un santo varón  que sirvió a la parroquia, desde su más tierna infancia, con el Padre Cerezuela, bajo el mandato de su predecesor, Pepe Moreno, y terminó su carrera con el Cura Propio, Arcipreste y Párroco Don Manuel Salido Gutiérrez. Lo que Antoñito vio y trabajó en esos tiempos sólo él lo supo. Era la discreción y la prudencia personificadas. Era trabajador, cumplidor escrupuloso de su misión, devoto del Santísimo Sacramento y de la Patrona... (A la izquierda, fotografía de Antoñito, 'el Sacristán', durante una comida de sacristanes en Sevilla, perteneciente a la colección de Manuel Girón Ceballos. Debajo, en la fotografía en color, reja con velas pertenecientes a una capilla de la Iglesia Mayor Prioral,  obra de Terushka).

priroral_terushka_puertosantamariaSolícito servidor de la Iglesia, estaba siempre ocupado en reponer la cera de los altares, en mandar a lavar y rizar los manteles, las albas, los amitos, los corporales o los purificadores; en colocar sobre las cajoneras los ternos del día; en ir a todos los entierros bajo la manguilla con la cruz alzada; en acompañar, campañilla en mano, al cura semanero, con el Viático o con los Santos Óleos; en ayudar a la Comunión, cuando se daba fuera de la Misa, en asistir al celebrante en las misas, bodas, bautizos y entierros; en ayudar a arreglar los altares, los pasos...; en tocar las campanas, con su repique de fiesta, su doble en los entierros o en los funerales, o el diario toque del Ángelus o las Ánimas Benditas, los "cuartos" a misa, el toque de "fuego", o la matraca desde los oficios del Jueves Santo hasta el Sábado de Gloria...  Por aquellos entonces se cantaba eso de:

"La Iglesia Mayor Prioral
orgullosa debe estar
porque encierra en sus capillas
a Pepa, la de las sillas
y a Antoñito el Sacristán".

Y la verdad es que la Iglesia debía estar orgullosa de su santo sacristán, a quien no era raro ver, en oración, ante el Santísimo o rezando el diario Rosario a la Patrona. Antoñito tuvo que soportar con paciencia las flaquezas y caprichos de beatas y beatos, de los Párrocos y Coadjutores...  Y a padecer las diabluras de los monaguillos.

tiarasanpedro_puertosantamariaAyer, que fue día de San Pedro, me ha venido la memoria Antoñito, porque, todos los años sacaba de un armario a San Pedro descoyuntado, lo armaba, lo vestía y lo sentaba en su sillón, con capa pluvial, tiara, llaves y Cruz, para que luciera en su onomástica. Yo, que durante el año no veía a ese San Pedro, le pregunté una vez que dónde estaba guardado. Y me respondió: --Viene todos los años del cielo. Este año, al propio San Pedro descoyuntado lo ha preparado otro Antonio, Antonio Sánchez Cortés, y ha lucido el apóstol en el altar mayor de la Prioral, como en sus buenos tiempos. Y los restos de Antoñito el Sacristán, que yacen enterrados en la capilla de San Pedro, se estremecerán de gozo». Luis Suárez Avila

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A la izquierda, Antoñito con las llaves de la Capilla y del Camarín de la Patrona en las manos, en el centro, el párroco de la Prioral, Manuel Salido Gutiérrez y a su derecha el coadjutor, Carlos Román Ruiloba. Detrás de éste, el porteño Antonio Rives, quien con el tiempo se acabaría secularizando y ejerciendo como maestro de primaria en el Colegio de Don Antonio 'el Cojo'. (Colección de M.G.C.)

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Acceso a la Iglesia Mayor Prioral por la calle del Vicario. A la derecha se encontraba la vivienda de Antonio Bernal Ortega. (Foto F.Menesteo).

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El 25 de noviembre de 1969, en el desaparecido Club Taurino del Parque Calderón, contemplamos una instantánea del fotógrafo Rafa. En la presidencia del acto, sentados, de izquierda a derecha: el Dr. Venancio González, del que solo vemos la mitad de la cara; Luis Prieto, regente del Club Taurino; Juan Melgarejo Osborne, alcalde; Enrique Barrilaro, empresario taurino y Cayetano Román, Ayudante Militar de Marina. Entre el público se puede ver a la izquierda de la fotografía a Juman el fotógrafo; Antonio Márquez, dedicado a la compra-venta y alquiler de viviendas, conocido como Corredor por aquel entonces; Juanito Martín Vélez, secretario particular de la Alcaldía; Francisco Bernal Peregil, mozo de espadas del torero porteño,  ‘Galloso’, conocido por 'Paco Ragel';  Manuel García de Quirós Domínguez, el guardia Quirós y gran aficionado taurino. En el centro de la fotografía,  a la derecha de Juan Martín Vélez, Salvador Ortega,  policía de la secreta conocido por ‘El Patilla’, fue uno de los policías que en 1971 acompañaron al Arropiero en sus viajes por toda España para reconstruir los asesinatos… A la derecha de la fotografía, José Barrero, padre de Juan Barrero el carnicero; Muñoz el peluquero de la calle Cielo próxima a Ganado; Hugo Rodríguez Cortés, el fundador de la Peña ‘El Troncho’; Jiménez Lerdo de Tejada, conocido hermano de la Veracruz, propietario de Repuestos Dyja, que estuvo donde hoy se encuentra el Mesón del Asador en la calle Misericordia; Francisco Rodríguez Gordillo, ‘el Largo’ estibador de pescados en la Lonja del muelle pesquero y cuñado de Francisco García Gil, nieto del ‘Sabonés’; Juan José Lara Barea, hijo del pintor de la luz, fallecido prematuramente y Antonio Sánchez Cortés, sibarita y muy conocido por todos los porteños, hermano de Manolo, el de UGT, entre otros...

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"Existen en Gente del Puerto, nótulas relacionadas con los personajes que aparecen en la fotografía: Quirós el Guardia, Salvador Ortega, el policía de la secreta, tambien conocido con el ‘patilla’ por su vinculación con 'el Arropiero', el vagamundo dela muerte; Hugo Rodríguez Cortés, con la Peña ‘El Troncho’; Antonio Sánchez Cortes, con su hermano Manuel, de la UGT, y también sobre el Club Taurino. Al fondo hay un cartel dedicado a la Festividad de la Patrona de la ciudad, la Virgen de los Milagros, y apreciando que se celebraba una velada en el Paseo de la Victoria. Sin embargo, lo más llamativo, la Cucaña Marítima, por lo que deducimos que ese cartel es de 1948 y que se celebró en el Guadalete a la altura del Bar ‘El Chino’. La Cucaña Marítima volvería de nuevo a celebrase durante los años  1984 y 1985 en el río Guadalete frente al desaparecido Bar Restaurante Guadalete, donde hoy se encuentra el Pub Berebere. En estos dos eventos, con una margen derecha a rebosar, formaron parte del jurado  Basilio Rogado, y Juan Manuel Pedreño Cueto, periodistas de la SER en Madrid y Cádiz respectivamente y Lourdes Zuriaga de TVE..." Antonio Carbonell López.

luisprieto_puertosantamaria"Luis Prieto era  una persona entrañable. Buenísima persona y "restaurador". Tuvo el Restaurante de la rotonda de La Puntilla, Antigua de Cabo y Casa Luis, en El Puerto; "El Pájaro" en Chiclana, y el "Rincon Taurino" en la plaza del Pan, en Sevilla. Reunió una magnífica colección de carteles taurinos de El Puerto y una infinidad de objetos relativos a los toros.: trajes de luces, cabezas de toros famosos, etc. A su iniciativa, a la de Manolo Almagro y a la de Fernando Pasaje, concesionario del Kiosko de cristales de el Parque, se debe la creación del Club Taurino Portuense. ¿Dónde estarán hoy todas las cosas de Luis Prieto? Urge, antes de que sea tarde, la creación de un museo taurino, en los bodegones de la Plaza de toros. Hoy se inaugura uno en las Bodega El Cortijo un museo dedicado al diestro José Luis Galloso, pero el Ayuntamiento debe ir adquriendo colecciones antiguas de carteles y otros recuerdos taurinos de El Puerto, antes de que se dispersen y y se pierdan". Luis Suárez Ávila.

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Don Ramón, con Pepe Serrato, Coordinador de Cáritas Parroquiales de El Puerto, en uno de los paraderos donde hacía apostolado, también, con una copa de vino en la mano: el Bar La Ponderosa. Ramón, with Pepe Serrato, Coordinator of Cáritas Parroquiales (a charity) in El Puerto, in one of the places where he used to preach, also with a glass of wine in his hand:  La Ponderosa Bar.

En 1980,  Antonio fue sustituido en la Prioral, porque no se encontraba bien y pidió ser coadjutor de Ramón en la parroquia de Ntra. Sra. Del Carmen y San Marcos. Inmediatamente, creó el Catecumenado Permanente de Adultos y organizó la Cáritas parroquial con Ramón y Pepe Serrato. El nuevo destino no respondía, precisamente, al deseo que desde siempre habían tenido los dos hermanos de trabajar juntos. La causa fue la enfermedad que se le declaró siendo párroco de Fátima en Jerez. Esa enfermedad le limitaba, pero su fortaleza de espíritu le mantuvo en una actividad constante casi hasta el final. Nadie podía sospechar que tenía una enfermedad grave.

In 1980, Antonio was substituted in the Prioral Church because he wasn’t well and requested to be Ramón’s coadjutor in the Ntra. Sra. Del Carmen y San Marcos Parish Church (Our Lady of Carmen and Saint Mark). He immediately created the Continual Adult Catechism Class and organised the Cáritas charity base at the church with Ramón and Pepe Serrato. The new place didn’t exactly answer the two brothers’ wish of working together. The cause was the illness that he was diagnosed with when he was parish priest at the Fátima Church in Jerez. This illness restricted him, but his strength of spirit kept him in constant activity until almost the end of his days. Nobody suspected that he had a serious illness.

agm_puertosantamariaMUERTE DE ANTONIO.
Un día de San Antonio, ya no pudo más y Antonio se fue a Sevilla para que le hicieran un cateterismo. Ramón fue informado inmediatamente que Antonio estaba muy mal. Le quitaron los drenajes y tubos y lo trajeron en una ambulancia a El Puerto. Ramón lo tenía todo preparado para recibir al difunto y exponerlo en la capilla ardiente. La sorpresa fue mayúscula cuando llegó en la ambulancia y comprobaron que Antonio estaba vivo y saludaba a todos con plena conciencia. Toda la feligresía lo esperaba. El 9 de septiembre de 1986 murió a los 54 años de edad.

LAS RESPONSABILIDADES DE DON RAMÓN.
A partir de entonces, a don Ramón le llovieron los cargos y cargas. La primera fue la de miembro del Consejo del Presbiterio de Jerez el 17 de octubre de 1983. Era una tarea de la que ya tenía experiencia por su participación en el Consejo del Presbiterio de Sevilla en 1967. Al día siguiente, 18 de este mismo mes y año, fue nombrado profesor de Religión y Moral Católica de Bachillerato en el instituto Muñoz Seca del Puerto.

donramon1967_puertosantamariaLa parroquia se pudo inaugurar el 29 de agosto de 1970. Inmediatamente las actividades sociales y pastorales se multiplicaron: organizó los cursos del PPO, el Centro social parroquial, AFANAS,  el Círculo de Estudios, el Club de Fútbol San Marcos, las Cooperativas de viviendas, la Guardería social para 125 niños en el patio de la parroquia, la Banda de cornetas y tambores, el Grupo de Majorettes, la Hermandad de la Borriquita y un largo etcétera que sería prolijo enumerar. (En la fotografía, en la celebración de la Virgen del Carmen de 1967, a la izquierda Francisco Martín García; en el centro, pescador almeriense, 'el Rubio' y don Ramón. Ambos eran tripulantes del pesquero 'Magdalena Isabel' del armador Francisco Pineda Rosello, padre de María del Carmen Pineda Martí, Camarista mayor de la Virgen del Carmen durante la década de los años  60 y 70 y  Miguel Pineda Marti, armador del Pascual Baldo con nótula propia en gente del Puerto.).

Para colmo, el 5 de diciembre de 1983, fue designado arcipreste del Puerto de Santa María. El cargo de Arcipreste era elegido democráticamente por los sacerdotes de la ciudad y aprobado por el obispo. El 8 de marzo de 1988, fue nombrado delegado diocesano del Clero. Era, sin duda, el nombramiento de máxima responsabilidad que se le encomendaba. La diócesis de Jerez tenía por aquel entonces unos cien sacerdotes, de los cuales casi la mitad eran mayores de 65 años. Eso exigía una presencia especial en la vida de los sacerdotes y una vinculación constante con el obispo.
Dos años más tarde, el 11 de diciembre de 1991, Ramón fue nombrado Vicario Episcopal de Pastoral. Su parroquia del Carmen había logrado reunir los más diferentes movimientos, grupos y comunidades, en una convivencia más que aceptable y en unos tiempos difíciles tanto políticos como eclesiales. El obispo Rafael lo escogió para realizar una pastoral, a nivel diocesano.

gonzalezmontano_obispo_puertosantamariaLOS RECONOCIMIENTOS.
Si los cargos honoríficos sirven para algo, también Ramón tuvo la oportunidad de comprobarlo. No suelen añadir nada, sino reconocer los servicios prestados durante la vida. Siguiendo el orden cronológico, el primero fue el de Canónigo Honorario de la Catedral de Jerez de la Frontera. Este se le concedió el 5 de agosto de 2001.
En un comunicado que el Sr.Obispo dio a conocer, al concluir la celebración de la Misa Crismal en la catedral, el 10 de abril de 2001, decía lo siguiente: "JUAN PABLO II PONTÍFICE MÁXIMO" A SU AMADO HIJO: SALUD Y BENDICIÓN APOSTÓLICA. RAMÓN GONZÁLEZ MONTAÑO TE ELEGIMOS, HACEMOS Y DECLARAMOS NUESTRO PRELADO DE HONOR. Y POR ELLO TE CONCEDEMOS LOS PRIVILEGIOS, HONORES Y PRERROGATIVAS QUE POR LA INSTRUCCIÓN "UT SIVE" DE LA SECRETARÍA DE ESTADO PAPAL VAN ANEJAS CON ESTA DIGNIDAD."
Dado en Roma el 22 de marzo del año 2001. Hay un sello. Ángel, Cardenal Sodano.
El título venía a reconocer, desde las más altas esferas de la Iglesia, una labor que ya los portuenses hacía tiempo que habían reconocido, nombrándole "Hijo Adoptivo de la Ciudad", en un emotivo Pleno de 1998. Parece que el Señor estaba esperando que Ramón recibiera los justos homenajes a toda una vida de entrega a los demás, no sólo como sacerdote, sino como hermano de todos aquellos que se cruzaron en su camino..

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Visitando al Papa Juan Pablo II, quien le concediera el título de monseñor. A la derecha de  la fotografia, Antonio López Fernández, actual párroco de los 4 Evangelistas de Jerez.

LA MUERTE DE RAMÓN.
El 17 de diciembre de 2001, nueve meses después de haber recibido el título de Prelado Doméstico de Su Santidad, tras la celebración de la misa de la tarde, se sintió enfermo. Cuando bajó del presbiterio y entró en la sacristía, le atacó la insuficiencia respiratoria que le asaltaba con cierta frecuencia. Lo quisierono llevar al ambulatorio, pero se echó sobre el hombro de su hermana Rosario con total incapacidad. Lo pusieron en el suelo y ya no se levantó más. Eran las nueve de la noche. El desconcierto de los presentes fue total, pero Ramón se había marchado a la Casa del Padre tal como él había deseado, de puntillas, con 67 años.

gonzalezmontano_bardani_puertosantamaria El eco de su muerte se extendió por toda la ciudad como un reguero de pólvora. La Cofradía de pescadores y el sector pesquero quedó impactado por la noticia y acudieron a la parroquia para darle el último adios. El Consistorio decretó una jornada de luto por la pérdida de uno de sus hijos adoptivos más queridos. Las banderas del Consistorio y las de la Cofradía de Pescadores ondearon a media asta en señal de duelo. Los feligreses de la parroquia se volcaron con su párroco en el funeral y misa de "corpore insepulto". El obispo de la diócesis, don Juan del Río, el obispo emérito, don Rafael Bellido, y el presbiterio diocesano en pleno, así como muchos sacerdotes de Sevilla y otros puntos de España, vinieron a concelebrar la misa por su alma y rendirle el último homenaje.
Cuando la ciudad de Estepa conoció la noticia del fallecimiento de don Ramón, el Consistorio se apresuro a manifestar su condolencia y a concederle el homenaje póstumo de la "Medalla de Oro" de la ciudad. El acto se celebraría dos meses más tarde (el 22 de marzo de 2002) en la Casa de la Cultura "Miguel de Cervantes" del municipio estepeño. Juan Leiva. Autor del Libro: “Tres historias íntimas: Don Ramón, El Carmen y El Puerto”. Año 2003. (En la fotografia, D. Ramon flanqueado a la izquierda por Alfonso Muñoz y a la derecha, por Pedro Jimenez, padre de Constanza Jimenez Solis, con notula (113) propia en Gente del Puerto en un lugar que frecuentaba: el Bar Dani, frente a la Parroquia y junto a la Comisaria de Policia).

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En la Parroquia del Carmen en 1970. De izquierda a derecha, Manuel Buhigas Cala Antonio Ojeda, Domingo Renedo, José Adame, José Terrada, don Ramón y Rafael Tejada. (Foto Colección Hortensia Renedo Varela).

LA PASTORAL DE LOS HERMANOS GONZÁLEZ MONTAÑO.
Es obligado un recuerdo a los hombres de Acción Católica, Domingo Renedo,  José Luis Álvarez Sevilla 'Gavina', Manuel Buhigas Cala, Antonio Herrero Tello, Antonio Naranjo, Gerardo, Antonio Ojeda, José Adame Vázquez, Higinio Mercado, Antonio Chorro Peña, Faustino Navas, José Alonso Martin, Juan Mendoza y José Blandino, pero un autentico defensor de las causas sociales; José Terrada, Montero... Pescadores, arrumbadores, metalúrgicos, vidrieros. La gran amistad que les unía a Esteban Caamaño, Isidoro Gálvez, Elías. La juventud, los Jiménez Lavi, Humberto Jiménez, Paco Sánchez Matabuena, Cordero, Morro, Elías, Arniz, Conchita García Pinilla, Pilar Renedo, Bernardo Muñoz-Leiva, Juan Reina, Dueñas, Nimo, Gaspar, Puchi, Pepi Feria, Asumpti Poullet. Los Lobatos y los Boys Scouts, los campamentos de verano en Grazalema y Benamahoma. Las viviendas de los desfavorecidos, la de los pescadores, la de San Marcos, Afanas, los taxistas y Manolo Rebollo, las confrontaciones con los sacerdotes locales porque no entendía que el sacerdocio no fuera otra cosa que la Misa, los bautizos, las bodas y el 'cepillo'.

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En la fotografía de Rafa, de izquierda a derecha, en el Centro de Educación Especial 'Mercedes Carbó', Antonio Carbonell, José Luis Osborne Vázquez, don Ramón, Cipriano Pérez Barroso y Manuel Sánchez-Romate. 21 de diciembre de 1970(Foto Colección A.C.L.)

José Luis Osborne Vázquez ayudó económicamente en la construcción de la Parroquia y al Centro de Afanas 'Mercedes Carbó', junto con Manuel Delgado Almisas  y Juan Roselló Castell. Y José Antonio Español Caparrós, el ingeniero de Obras del Puerto, el de los espigones, el que dragaba el río,  son quiénes, junto a José Luis Álvarez Sevilla 'Gavina', redero y socialista en los tiempos de Franco, ayudaron a don Ramón a cumplir con la pastoral que se había propuesto.

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Presidiendo un acto en la Parroquia provisional, en los bajos del actual ayuntamiento, José Álvarez Sevilla 'Gavina', a su derecha Domingo Renedo, Antonio Ojeda y José Buhigas. A la izquierda, don Ramón. Año 1970.

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En 1969, conversando con Ángeles Domecq, ante la célebre 'Mamá del Millón' Mercedes Carbó, a la izquierda José Luis Osborne habla con Manuel Delgado Almisas, bienhechores de AFANAS.

Isa Lora, por cierto, hizo una magistral entrevista en Antena Bahía que llegó hasta el tuétano. Se documentó y su trabajó: fue un lujo. En breve espacio de tiempo nos mostró a Ramón, su familia, su entorno, su vida entre nosotros... Y Ramón habló de todo y de cada uno de sus amigos, de aquellos años de su Parroquia, la de los Baños Termales, la de la OJE, la de la Sierva de los Pobres, la del Polvorista y la actual, frente a Comisaría.

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Siempre con los pescadores, Don Ramón en un acto en el Día de los Hombres del Mar, en 1982. De izquierda a derecha, Encarnación Ruiz Chinea, esposa del homenajeado, don Ramón, el homenajeado Vicente Femenía Grimalt, Antonio Carbonell López, a la sazón Secretario de la Cofradía de Pescadores, y Manuel León Pérez, relaciones públicas y Vicepatrón Mayor Primero de la Cofradía de Pescadores de entonces.

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En el centro, Jose Luis Alvarez Sevilla, 'Gavina', redero y Presidente del Grupo de Viviendas "Estrella del Mar", llego a ser presidente de Acción Catolica. A su derecha, José Gonzalez Montaño, Gerente del Grupo de Viviendas. De izquierda a derecha, su Junta Directiva: Antonio García Bonmatti, redero de tierra; Emilio Martinez Puyana, práctico de pesca; José García Malvido, Patrón de Pesca; Lope Rodríguez Lopez, pescador; Antonio Cots Olmo, motorista y Juan Jose Gallardo Ares, redero de tierra. El acto en la plaza que lleva su nombre, la de Ramon Gonzalez Montaño. La práctica totalidad de los integrantes de esta Junta Directiva lo era también de la Hermandad del Carmen, siendo Jose Luis Alvarez Sevilla, 'Gavina', presidente desde 1965 hasta 1978

elcuraramon_puertosantamariaUN HOMBRE BUENO
"Se cumplen en estos días 25 años del conflicto marinero en El Puerto de Santa María. El tiempo transcurrido y las actuaciones lamentables de quienes estaban en aquellos días al mando de los agentes del Orden Público me hubieran evitado recordar el suceso, pero la figura del padre Ramón González Montaño, párroco del Carmen, fallecido el pasado día 17 de diciembre, bien merece este final de singladura de la Meridiana de 2001.
A principios de 1977, en plena transición española, 700 pescadores, portuenses y de otras localidades gaditanas, especialmente de Sanlúcar y Barbate, se concentraron en los locales de la Cofradía de Pescadores solicitando un socorro ante el amarre de los barcos, que llevaban un mes sin poder hacerse a la mar por el mal tiempo reinante.
La Cofradía portuense informó que las normas legales por las que se rige no permitían disponer de fondos para su reparto general entre los pescadores. Fue entonces cuando llegó la Guardia Civil indicando su capitán a los reunidos que abandonaron los locales; hubo negativa y se produjo una fuerte acción de dicha fuerza hasta lograr que todos se marcharan de las dependencias.
Los pescadores, después de ser arrollados brutalmente por el solo hecho de estar reunidos, se congregaron en la plaza del Polvorista ante el Ayuntamiento y rápidamente aparecieron de nuevo las fuerzas de la Guardia Civil, que rodearon la plaza y disolvieron a los manifestantes actuando con energía.
Ya por la noche, decidieron protegerse en la Parroquia del Carmen.
Allí se encontraba como párroco el cura Ramón, al que querían y respetaban por la labor social que venía desarrollando con la gente del mar desde su llegada a El Puerto.
Don Ramón se encontraba aquella noche del lunes 3 de enero de 1977 celebrando misa y celebraba complacido cómo cientos de pescadores y trabajadores de otros gremios solidarizados se agrupaban de forma silenciosa en la iglesia. No sólo proporcionó lo necesario para hacer llevadero el encierro, con la colaboración inestimable de sus feligreses, sino que además ofreció su apoyo para que los trabajadores de la pesca gozaran de los mismos derechos que los otros sectores.
Durante las 20 horas que duró el encierro, el padre Ramón desatendió las peticiones de los mandamases civiles y militares para que expulsara a los pescadores.
A las 4 de la tarde del día 4 de enero la Guardia Civil se instalaba en las puertas de la Parroquia ordenando el desalojo. Don Ramón no se amedrentó y le indicó al capitán que los marineros no hacían ningún daño por estar reunidos y que no veía motivos para que abandonaran la iglesia.
Los pescadores, percatados de las intenciones del capitán, convinieron salir no sin antes expresar su gratitud al padre Ramón.
El conflicto marinero en El Puerto duró 14 días. Hubo 8 detenciones y decenas de heridos.
Al final concedieron el socorro solicitado y felizmente los consensos alcanzados en la noche del encierro en la Parroquia de un hombre bueno hicieron emerger una frontera a partir de la cual la marinería fue un sector siempre a tener en cuenta.» Antonio Carbonell López. La Meridiana. Diario de Cádiz. 30 diciembre 2001.

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gonzalezmontano_01_puertosantamaria"Ramón Eduardo González Montaño fueron sus nombres y apellidos completos. Nació el 31 de agosto de 1934, en una casa de la calle Ancha del pueblo sevillano de Estepa, frente a la torre de la Victoria. Era la torre de la iglesia  del convento de los mínimos o victorios. La misma Orden monacal que existía en el Monasterio de la Victoria de El Puerto.
Sus padres fueron Antonio González Cornejo y Concepción Montaño Corrales. Ramón hacía el número 10 de los 11 hijos que tuvieron sus padres. Su pueblo es uno de los  más bellos de la provincia hispalense, no sólo por su geografía, sino porque sus calles, sus iglesias y sus casas palaciegas  son muestras de arte y de belleza. Cuando uno visita Estepa, le asalta el deseo de haber nacido allí.
Desde muy niño, Ramón fue acólito de la iglesia de San Francisco y asistía al colegio que tenían los padres franciscanos en la ciudad. Los religiosos pretendían que sus alumnos fueran buenos estudiantes, pero también que destacaran por su educación y su vida cristiana. Eso hacía que muchos se vieran atraídos por la vida religiosa. Por otra parte, los que sentían inclinación por el estudio tenían pocas opciones, porque centros de Enseñanza Media, por aquella zona, sólo había uno, el instituto de Osuna.

Ramón Eduardo González Montaño was his full name. He was born on 31st of August 1934, in a house on calle Ancha in the Seville town of Estepa, opposite the torre de la Victoria (Victoria tower). It was the Franciscan convent’s church tower, the mínimos or victorious. It was the same monastic Order as was present at the Monasterio de la Victoria (Victory Monastery) in El Puerto.
His parents were Antonio González Cornejo and Concepción Montaño Corrales. Ramón was the tenth of eleven children. His home town is one of the prettiest in the province of Seville, not only for its geography, but also because its streets, churches and palatial houses are a great show of art and beauty. When you visit Estepa, you are struck by the desire to have been born there.
From a young boy, Ramón was an acolyte at the San Francisco Church and attended the Franciscan Priests’ school in the town. The clerics hoped to turn out good students, but not just this, they also hoped to turn out students who were known for their good behaviour and Christian way of life. This attracted many to the religious way of life. Furthermore, those who would have liked to continue studying had few options open to them, since there was only one secondary school in that area, in Osuna.

MUERE SU PADRE
El 21 de abril de 1941, moría su padre. El hecho, siempre luctuoso para cualquier familia, significaba un auténtico problema para su madre con once hijos, muchos de ellos pequeños aún. A Ramón, con siete años, tuvo que producirle un fuerte impacto, ya que era el predilecto de su padre. Ramón manifestó a su madre el deseo de ser franciscano, pero no encontró beca y se decidió por el Seminario diocesano. Su madre le dijo: "Hijo, cuando me dijiste que querías ser religioso, me fui a dar gracias a Dios, aunque sabía que te perdería. Pero ahora que me dices que quieres ser sacerdote, he vuelto a darle gracias con gran alegría, porque no me dejarás." De sus diez hijos, dos fueron sacerdotes; dos religiosas; dos casados y dos solteros.

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Don Ramón y su hermano, el también sacerdote Don Antonio, con familiares y amigos. Écija, 1959.

Antonio, el padre, era un hombre culto. Fue secretario del Juzgado de Paz de Estepa y, más tarde, oficial mayor del Ayuntamiento con función de secretario. Concepción, era una mujer profundamente cristiana que supo infundir a sus hijos e hijas una educación y unos sentimientos acordes con sus convicciones cristianas. Era plena República y las esperanzas que habían puesto los españoles en el nuevo régimen, comenzaban a disiparse, por falta de moderación entre los principales partidos de izquierda. El panorama hacía presagiar un futuro oscuro. Desgraciadamente, dos años más tarde, estallaba la Guerra Civil.

seminariomenorsanlucar_puertosantamariaEn septiembre de 1946, Ramón decide marchar al Seminario Menor de la Archidiócesis de Sevilla en Sanlúcar de Barrameda. Hacía seis años que había terminado la Guerra Civil, y uno, la II Guerra Mundial. El fantasma de la hambruna aún no había desaparecido. La II Guerra Mundial terminó el año 1945. Ramón se distinguió entre los mejores estudiantes, como lo atestigua su certificado de estudios, extendido por la Secretaría del Seminario, con la nota media de Notable. (En la fotografía de la izquierda, el Seminario Menor de Sanlúcar de Barrameda).

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Puerta trasera del Palacio de San Telmo de Sevilla, o de 'Las Doce Estatuas', seminario de Sevilla y en la actualidad sede de la Junta de Andalucía.

RAMÓN, SACERDOTE.
El curso 1951-52, a sus diecisiete años, Ramón llegaba al Seminario Mayor de San Telmo. Era un formidable palacio barroco, con espléndido jardín y campos de juego. La Infanta Doña María Luisa lo había dejado a la Archidióces de Sevilla, para que albergara a los seminaristas y fuera el centro de estudios de los futuros sacerdotes. Hoy es la sede del presidente y del Gobierno de la Junta Andalucía. Allí estudió Ramón tres años de Filosofía (de 1951 a 1954) y cuatro de Teología (de 1954 a 1958). Con estos siete años, se completaba la carrera eclesiástica que, junto con las Humanidades, integraba los doce años de estudio. Aquí maduró en sus estudios y consiguió aún mejores calificaciones, como lo atestigua el certificado de la Secretaría del Seminario Mayor de Sevilla, con la nota media de Sobresaliente.

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Don Ramón, recién ordenado sacerdote con 23 años, en 1958.

El día 29 de junio de 1958, a sus veintitrés años, Ramón era ordenado sacerdote en la catedral de Sevilla, junto a los demás compañeros de curso. A los pocos días, el Cardenal Bueno Monreal le comunicó que su destino era el de coadjutor de Constantina, juntamente con otro compañero de la misma promoción. A los tres años, Ramón recibió un nuevo destino. El 3 de marzo de 1962, era enviado a Écija, como coadjutor de la parroquia de Santiago.

gonzalezmontano_chicos_puertosantamariaANTONIO, SU HERMANO.
La vida de Ramón no se puede concebir sin la de su hermano Antonio, también sacerdote. Era un año mayor que él, pero un curso menor, porque ingresó en el Seminario un año más tarde que Ramón. Eran dos vidas paralelas unidas no sólo por la sangre, sino por la amistad, la vocación  y el carisma sacerdotal. Antonio había nacido en Estepa el 8 de marzo de 1932. Ingresó en el Seminario a los quince años, fue ordenado sacerdote el 21 de junio de 1959 y cantó su primera misa el 27 de junio de este mismo año. Su primer destino fue el de coadjutor de Santa Cruz de Écija, siendo nombrado capellán de San Sebastián y del cementerio de la ciudad. Dos años más tarde, fue nombrado consiliario interparroquial del centro de Acción Católica de Écija. Así se explica el nombramiento de Ramón como coadjutor de la parroquia de Santiago de Écija. Ambos hermanos conseguían ir a la misma ciudad, donde podrían vivir juntos y desarrollar su tarea sacerdotal en esta histórica ciudad. La mayoría de los sacerdotes eran mayores y los jóvenes se decidieron por agruparse en torno a los dos hermanos. (En la fotografía, los pequeños Ramón y Antonio, con 6 y 8 años, en el Colegio de los Franciscanos de Estepa. Año 1940).

antoniogmontano_puertosantamariaAMBOS EN EL PUERTO.
En marzo de 1963, coincidiendo con que Antonio debía incorporarse a sus obligaciones castrenses, fue nombrado capellán de la base naval de Rota, consiliario interparroquial del Centro de Acción Católica de El Puerto y capellán del convento del Espíritu Santo de esta misma ciudad. Ramón, por su parte, recibió el nombramiento de cura ecónomo de la recién creada parroquia de San Marcos del Puerto de Santa María, profesor de formación religiosa en el centro de Enseñanza Media y Profesional de Santo Domingo y capellán de las Siervas de los Pobres.
Ramón no tenía templo para ejercer el ministerio y comenzó utilizando el archivo y el templo de  la Prioral. Poco después, don Luis Caballero ofrece la capilla del Castillo de San Marcos para que se utilice como parroquia, pero no llegó a utilizarla porque ya se había instalado en los baños termales. En 1967 se trasladó a la capilla de la Sierva de los Pobres de la calle Fernán Caballero. (En la fotografía don Antonio en 1959, en Écija).

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A la izquierda vemos a Don Ramón González Montaño, en la bendición de la primera piedra del templo, a su lado un joven reportero micrófono en mano, José Ignacio Buhigas Cabrera recoge las palabras del Obispo Auxiliar, Monseñor José María Cirarda Lachiondo; a la derecha de la fotografía podemos ver al Arcipreste de la Ciudad, Don Manuel Salido Gutiérrez, párroco de la Prioral. Está tomada en el lugar que hoy ocupa la Comisaría de la Policía Nacional.

En 1968, cuando ambos hermanos estaban empeñados en las tareas de la construcción de la nueva parroquia, un nuevo destino, esta vez en la persona de Antonio, vino a distorsionar los proyectos de ambos hermanos. En noviembre de 1968, Antonio fue nombrado párroco de Nuestra Señora de Fátima de Jerez, delegado diocesano de Misiones y, un año más tarde, director espiritual del Instituto Padre Luis Coloma.
Antonio aceptó con el optimismo y la entrega que le caracterizaban, pero Ramón veía que todo el peso de la nueva parroquia caía sobre él. Ramón quería que las obras se terminaran cuanto antes para que se pudieran albergar los grupos que iban surgiendo se instalaran en el nuevo complejo parroquial. Las actividades se multiplicaban por días y los locales eran insuficientes. El título definitivo fue el de Parroquia de Ntra.Sra.del Carmen y San Marcos.

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La Parroquia del Carmen y San Marcos, la nueva parroquia del ensanche portuense, marinera, moderna y modernista.

En 1975, de nuevo a Ramón se le acumulan los cargos, con el nombramiento de director espiritual,  profesor de la Escuela de Enfermeras y capellán de la Clínica del Dr.Frontela de El Puerto. Antonio estuvo en Jerez casi diez años. El 9 de septiembre de 1977 fue nombrado párroco de la Iglesia Prioral del Puerto. Sustituía a don Antonio Cabezas Moya que había sido destinado a la parroquia de San Gil de Sevilla.» (continuará). Juan Leiva. Autor del libro: “Tres historias íntimas: Don Ramón, El Carmen y El Puerto”. Año 2003.

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jesusmariaserrano_padre_puertosantamariaMi padre, Pedro Serrano Tey, aprendiz de sastre, llegó incluso a cortar chaquetas muy bien, tonelero, reconocido y respetado encargado de arrumbadores de las Bodegas de José de la Cuesta, me enseñó algo muy importante, mientras desde su altura, mi padre medía exactamente igual que yo 182cm, un gigante para los malos tiempos que le tocó vivir con su padre en el Penal por republicano y una gran familia, siempre sonreía y siempre trabajaba y me decía, cogidito de mi manita. Era el más pequeño, si bien 10 años después nacería mi hermana Begoña. --»Jesusmari hijo, siempre estás enfermo, eres débil: estudia.» (En la fotografía, Pedro Serrano Tey).

My father, Pedro Serrano Tey, a tailor’s apprentice, who even learnt to cut jackets very well; a cooper; and the well-known and respected foreman at the José de la Cuesta bodega, taught me something very important from his great height. My father was the exact same height as me, 182cm, a giant for the bad times he had to live in with his father in prison for being a Republican and part of a large family. He was always smiling and working and used to say to me, my hand in his, I was the youngest, even if 10 years later my sister Begoña was born: “Jesusmari, son, you’re always ill, you’re weak: study hard.” (In the photograph, Pedro Serrano Tey).

Perteneciente a una familia de bañeros los Tey y los Neto, tenían la exclusiva de explotar las playas de Rota, El Puerto de Santa María y Cádiz y la posibilidad de alquilar sus casetas y cubrir, como bañeros, la seguridad de los usuarios. Existen múltiples fotografías de estos hechos de Quico y Castroverde. Mi padre, que tenía los ojos verdes y la mirada clara siempre me decía: --»!Apenca hijo, apenca que no hay otra cosa!».  Mi padre era analfabeto, yo tuve la suerte de enseñarlo a leer y a escribir, años más tarde.

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Cuando se publica la carta del Profesor Bartolomé López-Somoza en el Cruzados, reproducida por Gente del Puerto en la nótula  '40 Aniversario del Cierre de la Revista Cruzados', él los denomina barqueros y, creo que es de justicia que se les denomine, como en realidad era su oficio: el de “bañeros”.

Bañero, marinero experimentado, conocedor de la costa, encargado de la seguridad de todos los bañistas, fuertes, capaces de bogar durante horas sin descanso, --por entonces los paterones no conocían los fuerabordas-- y los botes, no podían arrimarse a las playas ya que al no ser planos, al volcarse con las mareas quedaban inundados, aunque navegan mucho mejor y se les puede aplicar un tintero y una vela latina (al burro del la proa), para que descansen los remeros.

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Las pateras, son lanchas planas, bajas de borda, con dos o tres bancos de boga y sin timón, para facilitar acceder a la playa con facilidad y volver a la mar, colocando tres troncos, dos bajo la mínima quilla de menos 7 cms. y aquel que queda atrás pasarlo a proa. Don Enrique tenía razón en su artículo, esos hombres, y mi padre fue uno de ellos, de los muchos de su familia que se dedicó también a eso, salvaron muchas vidas.

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Recuerdo que en una noche de luna de 1962, sobre las 10 de la noche, --contaba yo nueve años-- a mis tíos José Luis, mi padre, Ramón y Manuel, el más pequeño de los cuatro hermanos varones. El hambre y la miseria mataron a dos de mis tías y dejaron a otras dos Lola y María del Carmen. Entre bromas, se adoraban, siempre estaban juntos, entre risas se impusieron una apuesta imposible con viento racheado de Poniente, navegar desde nuestro humilde kiosko de “Los Mellizos”, el paterón, por supuesto sobre la arena seca, al Faro de Las Puercas y volver en menos de hora y media. Una hora y cuarto después, reían y disfrutaban de un tinto con gaseosa de los Espumosos Valdelagrana fabricados por los Hermanos González que yo les serví muy orgulloso.

caseta_serrano_playa2_puertosantamariaAsí eran los bañeros y así eran los Tey, que aparte de ello tenían sus profesiones: José Luis y Manuel finísimos ebanistas, Ramón arrumbador de Bodegas José del Cuvillo y, mi padre de José de la Cuesta, hoy Grupo Caballero. Mi abuelo Ramón, capataz de la Bodega del Gavilán. Así se se escribe la historia de las personas sencillas que pasan por el mundo dejando una sombra fresca, esa brisa que tanto gusta en El Puerto, ese frescor que aquí llamamos “viento foreño”, la producen mujeres y hombres honrados y cabales que lo han dado todo sin exigir nunca nada." Jesús María Serrano. (En la fotografía, propiedad del autor, aparece éste con su hermana Begoña y su madre).

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En la fotografía, tomada en 1920, reunión en el desaparecido Hotel Vistalegre (ubicado en la calle Micaela Aramburu, donde en la actualidad se encuentra una tienda de tejidos, de nombre Zacatín). Es un almuerzo que ofrecieron los propietarios de la Bodega A. & A. Sancho (Alfonso y Antonio) a sus empleados. En el centro, Alfonso Sancho Mateos, quien años más tarde sería alcalde de la Ciudad, entre 1924 y 1930, al igual que lo hubiera sido su tío Juan de Mata Sancho Díez de Alda-Sopranis (1822-1886), entre 1867 y 1868. Con Alfonso se inició en su mandato, el dragado y encauzamiento del río Guadalete. También fue el primer presidente de la Academia de Bellas Artes, entre 1900 y 1901. Podemos ver en pié, el segundo a la izquierda, a Pablo Cerdá. El primero sentado a la izquierda, Manuel Gago Calderón, y su hijo, Manuel Gago Vélez, sentado en el suelo a la derecha. Entre las personas que aparecen en la imagen quizás alguien pueda identificar, según nos sugiere Bernardo Rodríguez Caparrini, a Rafael Muñoz, Manuel Vaca, Manuel Benítez, Juan Cordero, quienes fueron empleados de A & A Sancho.

The photograph, taken in 1920, shows a gathering in the no longer existent Hotel Vistalegre (situated in calle Micaela Aramburu, where there is currently a fabric shop called Zacatín). It’s a lunch which the owners of Bodega A. & A. Sancho (Alfonso and Antonio) organised for their employees. In the centre, Alfonso Sancho Mateos, who years later would become Mayor of the town, between 1924 and 1930, as was his uncle Juan de Mata Sancho Díez de Alda-Sopranis (1822-1886), between 1867 and 1868. The dredging and channelling of the River Guadalete began in Alfonso’s term. He was also the first president of the Fine Arts Academy, between 1900 and 1901. We can see Pablo Cerdá standing the second from the left. The first man sat on the left is Manuel Gago Calderón.

finosancho_puertosantamariaEl cartel publicitario de los productos de Alfonso & Antonio Sancho, nos habla del Amontillado SI y la Manzanilla J e, igualmente hacen referencia a las afamadas viñas de su propiedad “El Caribe” y “La Peña”. Otros productos de esta casa eran: el Amontillado Quijote el Amontillado Solera Majestad, y los Finos Caribe y El Abuelo, el Oloroso Único (especial para enfermos) el Tres Cortados Hércules, el Moscatel Fontanal, Jerez Quina Víncitor  y el Digestivo Pax. La bodega estaba situada donde hoy se encuentra Bodegas 501. Alfonso Sancho Mateos, fue uno de los precursores del Consejo Regulador de los vinos del Marco de Jerez y ferviente luchador para que los vinos de El Puerto se incluyeran en dicha denominación de origen. Dejamos para otra ocasión, acaso de la mano de su bisnieto por parte de padre, el Prof. Dr. Bernardo Rodríguez Caparrini, una nótula mejor documentada sobre la vida y obra de este porteño insigne.

alfonsosanchomateos_2_puertosantamaria«Alfonso Sancho Mateos era el hijo primogénito de Antonio Sancho Díez de Alda-Sopranis (1824-1903) y de María Antonia Mateos Valdés (1835-1899), naturales ambos de El Puerto de Santa María. Alfonso fue lo que podríamos llamar “un portuense no nacido en El Puerto”, pues tanto él como su hermana Josefa, tres años menor, nacieron en la cercana ciudad de Jerez de la Frontera, mientras que sus otro nueve hermanos (siete hembras y dos varones) vinieron a el mundo en El Puerto de Santa María». Del libro «Alfonso Sancho Mateos: los primeros años formativos de un bodeguero (1858-1879)» de Bernardo Rodríguez Caparrini. Biblioteca de Temas Portuenses.

Pueden ver más etiquetas de A. & A. Sancho, en la Sección de Vinos de Gente del Puerto.

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enriquebartolome_01_puertosantamariaD. Enrique Bartolomé López-Somoza nació, circunstancialmente, en Málaga el 29 de enero de 1926 y falleció el 16 de marzo de 1998, hace mañana lunes once años. Pero D. Enrique nace oficialmente para El Puerto en 1952, año en el que es nombrado Profesor Titular del Ciclo de Geografía e Historia en el Centro de Enseñanza Media y Profesional en nuestra Ciudad, aunque ya le era familiar El Puerto desde un tiempo anterior, cuando conoció a la que sería su mujer, Elisa, haciendo las milicias universitarias. Es aquí donde contrae  matrimonio con la porteña Elisa López-Quevedo con quien tuvo tres hijos, Enrique, Santiago y Juan Ignacio. A su llegada a El Puerto vivió en el Egido de San Juan,  junto a la finca del Manco Guindate, en la casa conocida como de Santa Ana, propiedad de D. Manuel Rubín de Celis -paralítico que usaba un carrito de madera de caoba y que tenía una gran biblioteca, donde por cierto vivió también a su llegada Manuel Martínez Alfonso-. Con posterioridad ocupó uno en los chalecitos de los profesores del Instituto de la Rotonda de La Puntilla, hasta su fallecimiento. El mayor de sus hijos, Enrique, abogado en ejercicio y colaborador habitual de Diario de Cádiz, está terminando la biografía que D. Enrique dejara inacabada por su triste desaparición. (En la fotografía, D. Enrique en un acto en el Colegio de Espíritu Santo, del que fue organizador y benefactor).

Enrique Bartolomé López-Somoza was born, circumstantially, in Malaga on the 29th of January 1926 and passed away on the 16th of March 1998, eleven years ago tomorrow. But Enrique was officially born for El Puerto in 1952, the year in which he was named Associate Teacher of the Cycle of Geography and History in the Centre for Secondary and Vocational Education in El Puerto. He was already familiar with the town from before, when he met his future wife, Elisa, while he was carrying out University Military Service (training as officers for university students). It is here where he married Elisa López-Quevedo, from El Puerto, with whom he had three sons: Enrique, Santiago and Juan Ignacio. When he arrived in El Puerto he lived in Egido de San Juan, next to Manco Guindate’s property, in the house known as Santa Ana, belonging to Manuel Ruiz de Celis. The latter was paralysed and used a mahogany trolley to get around and also had a great library. Manuel Martínez Alfonso also happened to live here on his arrival in town. Enrique later moved to one of the little secondary school teachers’ villas at the La Puntilla roundabout, until his death. The eldest of his sons, Enrique, lawyer and regular collaborator of the Diario de Cádiz (newspaper), is finishing the biography which his father Enrique left unfinished due to his sad departure.

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D. Enrique con sus padres, en una foto de estudio a principio de la década de los años 30 del siglo pasado.

Hiijo de Abelardo Bartolomé del Cerro y de Adela López-Somoza Álvarez, nació como hemos dicho de forma circunstancial en la capital malagueña, y fue así porque su madre padecía una enfermedad respiratoria y debía pasar los inviernos en el sur de España, donde el clima más seco permitía que el embarazo se desarrollase con normalidad. Según decía, su amigo Paco Viseras Alcolea --ginecólogo porteño fallecido recientemente-- en Málaga tenía su consulta uno de los mejores tocólogos de la época, el doctor Gálvez, que poseía clínica propia. En ella nació D. Enrique. Y el doctor Gálvez tiene un monumento erigido en su ciudad y sus discípulos continúan la labor médica en la capital andaluza.

institucion_libre_de_ensenanzaEL PADRE DE D. ENRIQUE Y LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA.
Su padre Abelardo Bartolomé nació en Madrid en 1874, estudió en la Institución Libre de Enseñanza, donde entre otros compañeros tuvo a Julián Besteiro, con el que cultivó siempre una gran amistad. Doctor en Ciencias Naturales, fue desde 1899, profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias de la Universidad Complutense de Madrid. En 1912 obtiene por oposición la Cátedra de Ciencias Naturales de la Universidad de Salamanca donde entabló amistad con el que fue su rector Miguel de Unamuno, hasta que fue depurado. En 1920 obtuvo la cátedra de Biología en la Universidad de Valladolid en la llegó a ser decano de la Facultad de Ciencias, falleciendo en esta ciudad castellana el 4 de febrero de 1.947, contando nuestro protagonista con 18 años de edad. La vida del abuelo de D. Enrique, de su padre y de sus ascendientes y familiares es interesantísima. Desde haber sido su abuelo, Eugenio secretario personal de la Reina Isabel II,  precursor de los Jardines de la Infancia (la Universidad de Alcalá ha publicado un libro sobre su vida) hasta tener un primo hermano: Rafael López-Somoza que fue el actor preferido de Pedro Muñoz Seca. (En la ilustración, el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza).

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Don Enrique, el segundo por la izquierda de la fila superiror, entre  un compañero con corbata y otro en camisa, en el Colegio de los Marianistas de Madrid donde estudió Bachillerato.  En la foto también aparece su compañero, expresidente de gobierno fallecido, Leopoldo Calvo Sotelo. ¿Adivinan cual es?

enriquebartolome_chico_puertosantamaria1En las memorias que D. Enrique dejó a medio escribir –y en las que su hijo Enrique está trabajando y recopilando, base importante de esta nótula-, describe sus primeros años estudiantiles aprendiendo a leer con su padre cuando le enseñaba con los periódicos ‘La Voz’ y El Sol’. Comenzó su andadura estudiantil en el Colegio de ‘Las Francesas’ de la Calle Santiago de Valladolid, cuando contaba cinco años de edad y con su madre recién fallecida. En ese colegio estuvo hasta los siete años, que se fue a vivir con su tía Eloisa (hermana de su madre) que ejercía de maestra en Madrid, y se matriculo en el colegio ‘Ruiz Zorrilla’ en la Ronda de Toledo. Un año después pasa al Instituto-Escuela en los Altos del Hipódromo, al final de La Castellana, donde hoy se encuentra el ‘Ramiro de Maeztu’. Con veinte años se matricula en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense, licenciándose en Geografía e Historia (Sección de Historia de América) en el año 1951.

Fue condiscípulo de otro enamorado de El Puerto, D. Diego Catalán Menéndez-Pidal; por cierto que entre D. Enrique y D. Diego hubo cruce de sables, de pequeños, por el amor de una dama pelirroja de 6 años llamada Tuti, resultando que la dicha Tuti dejó plantados a los dos por un Benlliure. En recuerdo de aquella rompecorazones una gata perteneciente a la familia de D. Diego Catalán, se llama Tuti.

En 1951 es contratado por un curso en el Instituto Laboral de Puertollano. (En la fotografía, D. Enrique con un año, la mañana de Reyes de 1927, en Madrid).

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D. Enrique, el primero por la derecha, en el Cuartel de la Granja de San Ildefonso, donde hizo las Milicias Universitarias, licenciándose como Alférez de Complemento.

SU LLEGADA A EL PUERTO EN 1952
Si bien su llegada oficial a El Puerto la podemos constatar en el año 1952, previamente ya le era familiar la Ciudad donde  había conocido a su novia, Elisa, cuando cumplía destino en una población cercana como Alférez de Complemento en las Milicias Universitarias;  algunos porteños recuerdan a D. Enrique vestido con el uniforme  de paseo de las milicias, con dos cordones, botas de caña alta y espolines de plata, paseando por las calles de El Puerto. en compañía de su novía, lo que determinaría que D. Enrique, una vez terminada la carrera, solicitara El Puerto como destino profesional.

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En la Feria de Ganado en 1956, con su novia Elisa López-Quevedo.

Como decimos es en 1952 cuando es nombrado Profesor Titular del Ciclo de Geografía e Historia en el Centro de Enseñanza Media y Profesional de El Puerto de Santa María, donde se afianza como Catedrático de Historia y se jubila, tras 39 años ejerciendo la docencia en los Institutos Santo Domingo y Muñoz Seca de nuestra Ciudad. Compaginó sus clases a los bachilleres con enseñanzas en el Colegio de las Hermanas Carmelitas y Colegio de ‘San Estanislao’ (La Pescadería) durante algunos años. Fue director del Instituto ‘Pedro Muñoz Seca’ desde 1977 hasta 1983. Era fumador de 'Bisontes'.

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D. Enrique, presentando a un pianista en el Instituto Santo Domingo.

También dirigió la Fundación Municipal de Cultura entre los años 1978 a 1981. Llegó a ser académico electo de la de Bellas Artes Santa Cecilia de nuestra Ciudad y ejerció durante más de 20 años como profesor tutor de Historia de América en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. El Obispo de Jerez, Rafael Bellido Caro lo nombra mediante decreto de 6 de julio de 1987 vocal de la Comisión Local del Patrimonio Artístico de la Iglesia Católica.

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Acto de la Academia de Bellas Artes, en el Salón de Actos del Instituto Santo Domingo. De izquierda a derecha, el poeta Guillermo Portillo Scharfhausen, el profesor Manuel Martínez Alfonso, el presidente de la Academia, a la sazón, Francisco Arníz Sanz, el Doctor Adolfo Vidal Benito y Enrique Bartolomé, quien actuó como conferenciante.

enriquebartolome_libro2_puertosantamariaPERIÓDICOS Y PUBLICACIONES.
Hasta su fallecimiento el 16 de marzo de 1998, colaboró con los medios de comunicación local, participando en las tertulias de Radio Puerto (Instituto Laboral) y SER Jerez y publicó numerosos artículos en los periódicos: Diario de Cádiz, ABC, La Voz del Sur, El Puerto Información, Diario de Extremadura, El Periódico del Guadalete y Cruz de Guía. Fue fundador y miembro de los Consejos de Redacción de los periódicos locales Cruzados, La Voz de la Bahía y de la revista Pliegos de la Academia. (A la izquierda, el libro 'El Viento de Levante en El Puerto', publicado por la Biblioteca de Temas Portuenses -BTP-).

"De ningún modo los alumnos de don Enrique podemos olvidar cómo analizaba el Levante en sus aspectos geográficos y físicos, la influencia del mismo sobre el paisaje y las actividades humanas, como por ejemplo las alteraciones y trastornos fisiológicos más o menos pasajeros que provocaba en las personas y, naturalmente, la disminución de la humedad atmosférica a causa de este viento. Por ello, a pesar del calor sofocante y de la ventolera que desata, apuntaba el profesor, es posible vivir en la costa atlántica de la provincia de Cádiz. Los hijos de pescadores que estudiábamos con don Enrique, disfrutábamos del trato cordial y educado, así como de las conversaciones amenas del profesor. Sin embargo podemos destacar que poníamos toda nuestra atención cuando explicaba la acción del Levante sobre el mar y la amplitud de estados que producía en el mismo, ni decir cabe que nos tocaba de lleno, porque sus consecuencias eran desfavorables para la economía familiar y muy peligroso para los barcos si salían a pescar." (Antonio Carbonell. La Meridiana. Diario de Cádiz. 19 marzo 2003).

cartapuebla_puertosantamariaEntre sus publicaciones se encuentran: ‘El viento de levante en el Puerto’, ‘Orígenes histórico legendarios de los núcleos de población de la Bahía de Cádiz’ y ‘La Carta Puebla de El Puerto de Santa María’, entre otros. En la Revista de Historia de El Puerto del Aula de Investigación Histórica 'Menesteo', publicó: “Diario del viaje del piloto mayor Diego Thomas de Andia y Varela a las costas de Patagonia (1745-1746)” y “Notas para una historia de El Puerto de Santa María en el siglo XIX” (El periodo 1800-1814),  “Documentos y libros relacionados con América (1560-1899) de los fondos del Archivo Municipal y de la Biblioteca Pública Municipal de El Puerto de Santa María”, «Apéndice a "Documentos y libros relacionados con América (1560-1899) de los fondos del Archivo Municipal y de la Biblioteca Pública de El Puerto de Santa María”», «Medidas higiénico-sanitarias de la administración municipal de El Puerto de Santa María en la prevención y tratamiento de la viruela (1805-1891)». Además tiene escritos numerosos textos inéditos sobre política, sociología, geografía e historia. (En la ilustración, Carta Puebla del Gran Puerto de Santa María.  D. Enrique hizo la transcripción de la copia del  S. XVI del privilegio rodado por el cual Alfonso X otorga a Santa María del Puerto carta-puebla fundacional, fechado en Sevilla, 16 de diciembre de 1281. Papel 310x210 mm. 2 folios completos y medio. Archivo Municipal de El Puerto de Santa María. Curiosidades nº 2.)

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La Plaza Enrique Bartolomé López-Somoza, en las inmediaciones de la Plaza de Toros.

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Rótulo de la Plaza, que en la actualidad comparte nombre también con dos de las tres calles que en ella confluyen: Golondrina y San Bartolomé. (Foto Vicente González Lechuga).

EL AYUNTAMIENTO, AGRADECIDO.
El Ayuntamiento de nuestra Ciudad rotuló en su homenaje el nombre de una plazoleta en las inmediaciones de la Plaza de Toros, en un lugar rehabilitado donde anteriormente había existido un bloque de infraviviendas habitado por gente muy pobre, denominado 'Patio Valdés', en la confluencia de las calles Golondrina, San Bartolomé y Valdés y le concedió la medalla de la Conmemoración de Centenario de la Plaza de Toros, como muestra de afecto y reconocimiento por su dilatada trayectoria profesional y humana en nuestra ciudad.

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Saludando a la Infanta Cristina, en la inauguración de la Fundación Rafael Alberti.

Durante toda su vida se dedicó en cuerpo y alma a estudiar y divulgar el rico patrimonio cultural, e histórico de nuestra ciudad y a enseñar con su gran humanidad a multitud de generaciones, habiendo dejado una profunda huella del buen hacer profesional y de la generosidad y humildad a la hora de impartir sus sabios conocimientos, siendo muy apreciado y recordado por los porteños. Precisamente mañana día 16 de marzo hace ya once años de su fallecimiento. . Murió en el Hospital de Puerto Real a la hora que el sol se ponía por los esteros de San Fernando, desde la habitación 323, junto a la ventana desde donde se divisaba con claridad la última hora del día.

SU TESTAMENTO EN PALABRAS.

enriquebartolome_libro_puertosantamariaComo muestra de su ser de hombre de bien, estas fueron las últimas frases que pronunciara el día que fue homenajeado por su jubilación en 1991, hace ahora, 18 años, publicándose el libro que se muestra a la izquierda de este texto:

«…ahora, al doblar la última esquina de mi vida, advierto que la suerte, en la que creo, y la ayuda de Dios, en la que creo también me han acompañado, y a ellas les debo gran parte de lo que soy.
Por ello debo agradecer a la Providencia la familia que me asignó al nacer. A ella le debo, además de la vida corporal, el ejemplo de independencia, tolerancia y comprensión que he procurado seguir. Gracias a mis profesores y compañeros de estudios de los que aprendí y con los que aprendí. Gracias por la suerte de venir a El Puerto donde ha brotado mi nueva familia, esposa e hijos y nieto, cuyas cualidades de cariño y abnegación me han sido decisivas. Gracias por la suerte de mis compañeros de Instituto y de la UNED. Gracias por y para los alumnos antiguos y nuevos y por todos vosotros.
Tal vez pequé de ilusionado, pero creo vislumbrar a través de vuestra presencia y vuestro calor que mi vida no ha sido del todo inútil, y que cuando llegue el día en que la postrera sombra cierre mis ojos, acaso pueda pensar –como mi poeta más admirado- que ‘mis cenizas serán cenizas, más tendrán sentido
»

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Don Enrique en la Playa de El Manantial, con sus hijos: de pie Enrique, a la izquierda Chico (Juan Ignacio) y Santiago a la derecha, a finales de los sesenta del siglo pasado.

EMÉRITO PROFESOR.

enriquebartolomelopezsomoza_puertosantamaria"Recordar es volver a vivir. Recordar a D. Enrique es hacer que volvamos a tenerle presente, si es que en algún momento se nos fue de la memoria, siguiendo sus enseñanzas y su ejemplar proceder.
Es una constante que los discípulos valoren, de superior manera, a quienes tuvieron por tutores y docentes años después de la época de estudiante. La forma de enseñar, los conocimientos que nos transmitieron, la personalidad, la humanidad desprendida, son los valores que tintaron una relación positiva, que es echada ciertamente de menos en el caso de nuestro D. Enrique.
Asociado a otra época, en algún cajón de nuestra memoria, permanecen no sólo las materias que con tanta liberalidad impartía, sino el recuerdo intachable de una bondad que la adolescencia, inconsciente, no nos permitió valorar en su momento.
Las crónicas del cambio de siglo, no recogerán a un D. Enrique investigador, en el archivo municipal. Tampoco al alto profesor que publicaba artículos en medios locales o especializados. Ni siquiera al conferenciante que fue de múltiples foros y reuniones, por no mencionar la ausencia de este emérito profesor, en cualquier caso, hasta su partida. Que dos años han transcurrido ya desde que su cotidiana presencia se diluyera, como era él, humilde, hasta la evocación presente de su obra, el cariñoso saludo a sus hijos en ese recuerdo y el cotidiano pasar o pasear por la plaza Profesor Enrique Bartolomé.
La impronta de este educador forma parte del bagaje humano, cultural y social de quienes fuimos sus alumnos. No solo supo enseñar Historia intentando que la comprendiéramos, que la analizáramos, que extrajéramos moralejas de los hechos, sino que además le preocupaba inculcar el sentido de la justicia y la bonhomía que siempre iban con él.
En el amanecer de un siglo que D. Enrique no conoció, se perpetúan sin embargo, moléculas de sus conocimientos repartidas entre los habitantes de El Puerto; partículas de bondad en los caracteres de quienes fueron sus discípulos; átomos del sentido de la justicia anidando entre quienes fueron sus compañeros de profesión; y grandes dosis de una actitud positiva ante la vida, para aquellos que supieron valorar el escepticismo, la curiosidad y cierta capacidad de asombro que supo mantener hasta sus últimos momentos nuestro D. Enrique."
(J.M.M. Diario de Cádiz, jueves 16 de marzo de 2000, con motivo del segundo aniversario de su desaparición). En la fotografía, D. Enrique con su nieta Ana Bartolomé Pastor, en Las Lagunas de Ruidera en el verano de 1994.

Nuestro agradecimiento a Enrique Bartolomé (Jr), por la documentación que nos ha facilitado, tanto gráfica como por escrito, y que nos ha permitido recordar la gran dimensión humana de su progenitor a quienes tuvimos la suerte de ser sus discípulos. También, a los que no tuvieron ese privilegio, esperamos que les haya permitido poder conocer que un hombre de la gran envergadura humana de D. Enrique, enterró y fructificó en El Puerto la semilla de la bonhomía, la tolerancia y la curiosidad por el pasado porteño.

QUERIDOS PADRES.

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"A sólo unos días de la desgraciada y manipulada celebración del día del padre, no quiero sustraerme de la importancia que, estoy convencido que para todos, supone exteriorizar lo que sentimos por nuestros progenitores.
Hace justamente hoy tres años, que mi padre, sin que nos pidiera permiso, y de una manera callada, abandonaba este mundo. Una repentina enfermedad hizo irreversible lo que no nos parecía tal. Y en sólo unos meses, mis hermanos y yo, pasamos de tener padre a no tenerlo.
En sólo dos frases, y si me apuran en una, pudieran contarse el paso de una persona, por este mundo. Algo más difícil supone tratar de explicar la trayectoria humana de ese mismo ser, que ya no se encuentra entre nosotros. Y resulta imposible narrar, ni siquiera en un libro, que ha supuesto para cada uno, nuestro padre o nuestra madre.
Trato de dirigir estas líneas a aquellos que disfrutan aún de la compañía de sus padres. Sin que pase un día más, y sin que excusas peregrinas afloren al exterior, deberían acercar posturas y disfrutar, por los años que sean, de la inigualable y sincera compañía de sus ascendientes más directos.
Desde que perdí a mi padre, y sin que un solo día se despiste, recuerdo el tiempo que inutilicé en no tratarlo y conocerlo a fondo. Como será, que cuando supe de su enfermedad intenté exprimir mi relación con él hasta extremos insospechables. Acompañé sus últimos meses como si de su sombra se tratase, e intenté quedarme con lo que pudo dejarme de ese indeterminado equipaje con el que nos marchamos de este mundo.
Decía René Descartes que dos cosas contribuyen a avanzar: ‘ir más deprisa que los otros, o ir por el buen camino’. Yo me quedo con esta última. Y desde luego, que mejor sendero a seguir, que el que un buen día emprendieron nuestros padres. Aquellos seres humanos que en las difíciles y complicadas noches invernales, o en las tórridas estivales, supieron dar el consejo adecuado o aceptar de buen grado nuestros caprichos y nuestros desplantes." (Enrique Bartolomé (Jr). Diario de Cádiz. 16 de marzo de 2001, en el tercer aniversario de su desaparición).

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El 12 de diciembre e 1955, el Obispo de Cádiz-Ceuta, Doctor Tomás Gutiérrez Díez, bendijo el monumento a la Inmaculada Concepción ubicado en el centro de la Plaza de la Iglesia (Plaza de España). El templete había sido diseñado por el arquitecto Fernando Barquín y labrado por el escultor sevillano José Basallo. Podemos ver, en primer término la mesa de altar, el candelero con velas y el crucifijo con la reliquia de San Ignacio, así como el relicario con el cráneo de San Francisco Javier, patrono de la Ciudad. (Foto Colección Manuel Girón Ceballos).

iglesia_fachadaA la izquierda de la fotografía en blanco y negro, junto a la mesa de altar, podemos ver al monaguillo Jesús Bernal Prol, el Párroco y Cura Propio Antonio Cía Moreno, el Obispo de Cádiz-Ceuta, detrás del báculo del Obispo, el alcalde de la Ciudad, Luis Caballero Noguera, a su lado, semioculto, el párroco de San Joaquín y Arcipreste Manuel Salido Gutiérrez, detrás de éste vemos a con gabardina, a Eloy del Valle Bonichi y a Juan Martín Vélez, secretario particular de la alcaldía, al lado de Salido un poco detrás, el concejal José Merchante,  al lado del Obispo un jesuita que hacía de Diácono, y a continuación el jesuita, García Alonso. A la derecha de la imagen, de oscuro, concejales de la corporación municipal y otras representaciones entre las que vemos a Joaquín Fernández Prada con bigote, a continuación, Joaquín Calero Muñoz, a la sazón Jefe Local del Movimiento, Francisco Velarde, Práctico del Puerto, Juan Villar, calvo, de Obras Públicas, Blas Aranda y José Moresco Muñoz .  En la parte central izquierda de la fotografía podemos entrever a Fernando Arjona Cía y a Roberto Merello Reynolds. Dado el enfrentamiento que mantenía Antonio Cía, el párroco de la Prioral con el Cardenal Segura, Obispo de la Diócesis de Sevilla a la que pertenecía El Puerto, éste invitó para la inauguración del monumento al obispo gaditano, afrentando al cardenal sevillano. La primera piedra del monumento se había colocado un año antes, el 8 de diciembre de 1954, pudiendo verse una imagen de aquel momento pulsando sobre estas palabras.

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El 12 de marzo de 1969, hace cuarenta años, salía a la calle el número 3000 de Cruzados. Se celebraba con una edición extraordinaria su trigésimo aniversario. Nadie podía imaginar que el día 12 de marzo de 1969 quedara marcado para la historia de El Puerto por la desaparición de Cruzados. Su número 3001 de fecha 19 de marzo de  mencheta_cruzados_puertosantamaria1969, aunque se imprimió, nunca salió a la calle.  Fue secuestrado por la Delegación Provincial de Información y Turismo cuyo delegado aquel entonces en Cádiz era Rafael Landin Carrasco, a quién dos años mas tarde, la Corporación Municipal, por su colaboración en la campaña de solidaridad con los porteños desfavorecidos “Navidad con Amor”, le concedía la medalla de oro…

On the 12th of March 1969, forty years ago, edition number 3000 of Cruzados was published. It celebrated its three thousandth anniversary with an extraordinary edition. No-one imagined that the 12th of March 1969 would be etched forever in the history of El Puerto due to the disappearance of Cruzados. Its edition number 3001 on the 19th of March 1969, although it was printed, was never published. It was kidnapped by the Provincial Office for Information and Tourism whose delegate at that time in Cádiz was Rafael Landin Carrasco, who, two years later, would receive the gold medal for his collaboration in the solidarity campaign with less fortunate porteños “Navidad con Amor” (“Christmas with Love”), awarded by the Municipal Corporation…

La editorial de este último número empezaba así: "Treinta años y nuestro numero tres mil. ¡Cuantas sugerencias, cuántas consideraciones, lectores amigos, con tal motivo! En  esta ocasión, Cruzados ya ha cumplido esa treintena cargada de sacrificios, desconocidos, por la mayoría; pero que están pletóricos como en cortés desafío a los muchos inconvenientes de todo orden, de los que, bien es verdad, nunca estuvo exenta de publicación, dispuestos a servir de empuje o palanca tremenda que, una vez más, remonte al periódico, lo deje en su sitio y siga siendo acogido, conocida la benevolencia de los lectores, con la mejor simpatía y afecto." (Para leer el texto completo pulse en los comentarios de esta nótula).

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Dos importantes secciones de Cruzados: ‘El perfil de la semana’ crónica sobre  El Puerto, escrito por Manuel Sánchez, y Sánchez ‘Zutanito’  y ‘Por la calle de en medio’ de Juan Ignacio Varela Gilabert. (En la fotografía, Manolo Sánchez y Juan Ig. Varela, la primera perteneciente a la coleccion de Manuel Sánchez Cerdá y la segunda a la coleccion de Vicente Gonzalez Lechuga).

Cruzados fue una publicación de la Acción Católica, asociación pública de fieles que tiene su origen en el mismo seno de la Iglesia católica fundada por el Papa Pío XI en 1922. Estuvo durante el tiempo anterior a la Guerra Civil fuertemente vinculada con los cruzados1939_puertosantamariamovimientos de acción social, sin embargo, con la escalada de la Guerra, en claro contraste a su trayectoria anterior, toma otros derroteros de carácter exclusivamente espiritual, a pesar de que la idea no fuera compartida por muchos sacerdotes rurales y urbanos que convivían día a día en medio de un pueblo con las heridas recién abiertas.

Nace así, bajo esta consigna impuesta, Cruzados, cuya portada de su primer número de febrero de 1939 es prueba indiscutible de su temática,  mensaje y de devoción por las directrices de la Iglesia. Por ello de ninguna manera pudo ser la solución y ocupar el lugar de la desaparecida Revista Portuense, fundada por el periodista natural de Grazalema y porteño de adopción, Dionisio Pérez Gutiérrez. (En la ilustración, la portada del primer número de Cruzados, en 1939, hace setenta años justos).

Cruzados, de carácter mensual hasta que iniciados los años 40 se convirtió en bisemanal, circulando los miércoles y sábados, informaba sobre acontecimientos religiosos, ‘culturales’, cartelera de cine, farmacia de guardia, anuncios y edictos oficiales de la época así como de los bautizos, bodas, comuniones y óbitos de los suscriptores y familias relevantes de la ciudad.

UNA NUEVA ETAPA EN LA PUBLICACIÓN.

A principios de los años sesenta, las reformas provocadas en la Iglesia por el Concilio Vaticano II se hacen notar y Cruzados ante la necesidad de mejorar un servicio público y promover una comunicación de acción social da por concluida una etapa, comenzando a asomar lentamente otra nueva. No fue fácil sin duda publicar una más amplia información local, que ahora sí cogía el relevo de la Revista Portuense, ya que si complicado era conectar con todos y cada uno de los colaboradores, más difícil resultaba coordinar los pasos que cada día se iban dando. Me estoy refiriendo a que  gracias a la amistad el compañerismo e ilusión de un grupo de porteños con gran constancia y, sobre todo, la magnifica labor de un periodista excepcional como fue Agustín Merello del Cuvillo, permitieron hacer realidad lo que por aquellas fechas era impensable.

NUEVAS  SECCIONES

  • ‘Carta de Madrid’ sección de Francisco Pérez Pastor, embajador de El Puerto en la capital donde nos daba su opinión de los acontecimientos desde su óptica personal
  • ‘La Voz del Pobre’, sección que llevaba adelante los hombres de Acción Católica donde se daba cuenta de las situaciones mas necesitadas, solicitando la solidaridad de los porteños-
  • ‘En la grada y sin pasión’, parecidas a las fintas callejeras de Agustín, su autor, dedicadas al futbol. A las crónicas taurinas y deportivas, especialmente al futbol base, se les dio en los últimos años una gran cobertura.
  • 'Nuestros suscriptores opinan' Entrevistas a los más antiguos. (Para leer las entrevistas pulse en los comentarios de esta nótula).

joseignaciobuhigas_cruzados_puertosantamariaLa sección ‘Nosotros el mundo’ era conducida por José Ignacio Buhigas Cabrera. Se trataba de breves comentarios sobre información internacional que grababa de los distintos partes informativos de la radio y posteriormente tecleaba para su publicación. Años más tarde la recuperarían Agustín y Pepe Buhigas para Diario de Cádiz, permaneciendo dos años como sección en las páginas de Diario de Cádiz.  Las trágicas muertes de Martín Luther King y Robert Kennedy en abril y junio de 1968 respectivamente, fue el gran referente para crear la sección ‘Nosotros el mundo’. No les daría tiempo, por el cierre prematuro, del medio, de contar la llegada del hombre a la Luna. (En la fotografía, José Ignacio Buhigas Cabrera, en una fotografía perteneciente a la colección de T.S.C.)

AGUSTÍN MERELLO, EL ALMA DE LOS ÚLTIMOS CRUZADOS.

agustinmerello_cruzados_puertosantamariaSi bien es cierto que la Junta Interparroquial de Acción Católica del postconcilio compuesta por: Domingo Luis Renedo Fernández, José Adame Vázquez, Manuel Buhigas Cala, Rafael Caballero Bonald, José Luis Álvarez Sevilla, Antonio Ojeda, Rafael Tejada, Vicente Terrada, Manuel Lagares y Antonio del Cuvillo Jiménez, que figuraba como Director de la publicación por ser Presidente de Acción Católica, favoreció que un grupo de colaboradores formado por personas de distintas edades y de las más diversas condiciones sociales como estudiantes, trabajadores, profesionales y jubilados, capitaneados por el cariño y la entrega de un hombre como Agustín Merello, hicieron posible que una Hoja Parroquial se convirtiera en un medio de comunicación social. El cierre de Cruzados supuso para todos un duro golpe y de manera especial para Jesús María Serrano, que desde niño se impregnó del olor de la tinta y de los ajetreos de la imprenta pero cuya corta edad impidió ver sus versos y poemas en las páginas de Cruzados. (En la fotografía, Agustín Merello del Cuvillo, imagen  perteneciente a la colección de Kitty Pastor).

fintascallejeras_cruzados_puertosantamaria‘Fintas callejeras’ sección de Agustín Merello y que colaborara  también en su confección José González Montaño. Una de las secciones más temidas por los cargos públicos y religiosos de aquella época. Comentario con cierta acidez sobre las injusticias sociales y olvidos de los munícipes del Ayuntamiento.  Se daban prisa en solucionar desde la Corporación Municipal los desaguisados, como por ejemplo las Fintas Callejeras del último número: ‘Más que nuestra veterania, más que nuestra estadística, quisiéramos conmemorar nuestra eficacia’ ‘Y ahí le duele; o no conseguimos hacernos oír, o nuestra voz es tímida o… tal vez abunden mucho los sordos’ ‘Algunos, hasta pensarán que estamos de luto; pero no lo crean: las apariencias engañan.’  Esta última Finta Callejera, sin pretenderlo Agustín, fue una premonición de lo que iba a suceder una semana después.

PERSECUCIÓN.

antoniocarbonell_joven_puertosantamariaEl autor de esta nótula, Antonio Carbonell, recibió en su domicilio la visita de la ‘autoridad competente’ que por aquel entonces desde las altas esferas, locales y provinciales recibieron las oportunas consignas debido a que varios artículos, entre ellos, ‘Fintas callejeras’ ‘La Propiedad’ (Para leer el citado artículo pulse en los comentarios de esta nótula) y ‘La acción que se debe emprender’, no se ajustaba a las pretensiones de los mandamases. Además del susto para su familia no sucedió nada más que lamentar salvo que secuestraron el ejemplar que no vio la luz. Así que las Fintas callejeras de Agustín  y el artículo de opinión ‘La acción que se debe emprender’ nunca vieron la luz’. Pudo ser la gota junto a las Editoriales que puso fin a Cruzados. Tenia entonces 17 años y solo para escribirlos el autor se basó en los Principios Morales para una Deontología del Periodista, escrito  por Pablo VI y publicado en Cruzados el miércoles 26 de febrero de 1969, a las que se vinculó y siempre llevo a gala el recordado periodista Agustín. La opinión de los comentaristas en sus distintas secciones jamás fue censurada por Agustín. Todo lo contrario. Llegado a este punto también el bueno de José González Montaño, hermano de los sacerdotes Antonio y Ramón, ayudaba a Agustín en la corrección de cualquier descuido… (En la fotografía de la época, Antonio Carbonell López).

COLABORADORES

En esas tres décadas de Cruzados, colaboramos: Luis Suárez Rodríguez, Francisco Pérez Pastor, Enrique Moresco Muñoz, José Luis Péculo Utrera, Manuel María Pérez Sánchez, Joaquín Valdés Sancho, Juan Ignacio Varela Gilabert, Manolo Sánchez, ‘Zutanito’; Domingo Roa Duvige, ANFENOL Eloy Fernández Lobo, Antonio Chamorro, Antonio Pérez Ruiz, Antonio Rodríguez, ‘ANROLO’; Antonio Ramírez, Javier y Jaime Renedo Varela, Francisco Gálvez Renedo, Diego Utrera Sánchez, José Ignacio Buhigas Cabrera, José González Montaño, Rafael Morro, Manuel Nimo Gutiérrez, R. Martínez, Javier Camacho, Juan María Ramírez Cuenca, M.C.M e Inés Monguíó y además José Luis Tejada, Augusto Haupold, Sebastian Castillo Gúelfo, Hipólito Sancho, Juan Lastra, Manuel Martínez Alfonso, Enrique Bartolomé, José María García Máiquez, Luis Suárez Ávila, Juan Bermúdez Tejada, Caballero Bonald, Agustín Merello del Cuvillo…

LA IMPRENTA DE DOMINGO RENEDO: IGDAG.

domingorenedofernandez_puertosantamariaPero sobre todo gratitud, sin ningún género de duda, de la misma manera que lo hubiera hecho Agustín Merello,  a IGDAG, la imprenta donde se editaba Cruzados, de Domingo Luis Renedo Fernández, a quien en mas de una ocasión le costó el dinero que Cruzados saliera a la calle. Y como no, a José Fernández, Eduardo Maza Carmona, Vicente Utrera Caro, Antonio Albaiceta Revuelta José Cabrera, Antonio Pérez, Antonio Rodríguez López y los Gravan, padre e hijo, cajistas, maquinistas y personal de IGDAG que hicieron también posible ‘Treinta años y nuestro número tres mil’.

Merece también mención especial la labor realizada por la Emisora Radio Puerto. Emisora del Instituto Laboral que, como primer vinculo de comunicación social de El Puerto a través de las ondas, fue un referente para el conjunto de colaboradores de Cruzados. Vaya desde aquí nuestro reconocimiento a María Pepa Nogues, Juani Briceño, Juanita Salas, Hortensia Renedo, Joaquín Calero Muñoz, Luis Sánchez Pérez y a José Lucas Morillo León, el primer locutor de la Emisora. (En la fotografia: Domingo Luis Renedo Fernandez, fotografiado unos días antes de su fallecimiento, poco antes de cumplir los 68 años de edad. Pertenece a la coleccion de Hortensia Renedo).  

APOYOS PUBLICITARIOS.

publicidad_cruzados_02_puertosantamariaAdemás de los colaboradores, articulistas y reporteros, Cruzados contaba con una reducida cartera de clientes que se anunciaban en aquella década de los años sesenta. Se superaban en los suplementos dedicados a la Patrona que gracias a ellos se financiaban. ‘Muebles metálicos García Aspera’, ‘Fernández Prada-Seguros Generales’, ‘Frutería Casa Lolete’,  ‘Cuvillo, Fino C, Oloroso Sangre y Trabajadero’, Salvatierra Radio’, ‘Osborne’, ‘Asesoria General de Empresas Jiménez’ ‘Transportes Viuda de Requejo’…  Antonio Carbonell Lopez.

UN ARTÍCULO DE ENRIQUE BARTOLOMÉ: A LOS BARQUEROS.

enriquebartolome2_cruzados_puertosantamariaEl pasado jueves, cerca del mediodía, tuve ocasión de presenciar como, un muchacho en trance de ahogarse en el Canal, era salvado por la rápida y eficaz intervención de unos barqueros. El hecho no es nuevo. Diríamos que es algo que se repite con frecuencia todos los veranos. Diríase también que la cosa carece de importancia, que cualquiera es capaz de auxiliar a un semejante que esté en peligro. Tal vez. Pero el caso es que, providencialmente, los barqueros ‘estaban allí’, como están en otras muchas ocasiones. Y es que por ‘estar allí’ una persona salvó su vida. Sin pensamos un poco, la cosa nos parecerá mas importante de lo que habitualmente nos creemos. Invito a los lectores a que lo hagan. (30 de julio de 1965). (Para leer el texto completo pulse en los comentarios de esta nótula). (En la fotografía, Enrique Bartolomé  Colección E.B.L.)

EL CRUZADOS QUE NO VIO LA LUZ.

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Portada de Cruzados del día 19 de marzo de 1969, que fue secuestrado por la Delegación Provincial de Información y Turismo y no llegó a ver la luz. A partir de ahí la publicación dejaría de existir, tras treinta años de cita con los lectores, en su número 3.000.

El autor del artículo y la dirección de Gente del Puerto quieren agradecer la inestimable colaboración prestada por José Ignacio Buhigas Cabrera, Archivero Municipal del Ayuntamiento y colaborador de la Revista Cruzados, así como a Manuel Sánchez Cerdá, Kitty Pastor, Hortensia Renedo y Enrique Bartolomé Jr., quienes nos han facilitado el material gráfico que ilustran esta nótula.

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joaquinbarbarocafull_puertosantamaria1«Se trata de Don Joaquín Barba Rocafull, músico, tengo entendido que proveniente del Ejército, que ocupó la dirección de la Banda Municipal de Música de El Puerto en tres ocasiones: una, entre 1916 y 1921; otra, entre 1924 y 1933 y la última entre 1937 y 1949. Era un gran músico, compositor y director, aunque la maledicencia de la gente chusca decía: --»Por ahí viene Rocafull perseguido por su banda»; --»Se llama "Roca" por el padre y "fú" por la música», haciendo ademán de soplar. Se decía que todo lo solucionaba con un pasodoble... Tan es así que, se contaba que a la entrada del paso de San Pedro, en sus negaciones, por la angosta puerta de la Capilla de la Aurora, acompañado por un gallo sobre una columna, la gente que presenciaba la entrada, gritó alarmada: ¡El gallo! ¡El gallo!, porque peligraba el gallo de San Pedro que rozaba con una jamba de la puerta. Y a los gritos del gentío: ¡El gallo! ¡El gallo!, se cuenta que Rocafull mandó a la banda interpretar el pasodoble de Rafael El Gallo, a petición del público.

milagrosbarbaramirez_puertosantamaria“It’s about Joaquin Barba Rocafull, a musician, I understand that he was in the Army, and held the position of conductor of the Municipal Band of El Puerto on three occasions: the first, between 1916 and 1921; the second, between 1924 and 1933 and the last between 1937 and 1949. He was a great musician, composer and conductor, although the common townspeople used to badmouth him saying: “Here comes Rocafull pursued by his band”. “He’s called ‘Roca’ after his father and ‘fú’ after the blowing action involved in playing wind instruments”. It was said that he solved everything with a pasodoble… So true was this that people claimed that when the San Pedro procession left the Aurora Chapel through its narrow door, accompanied by a cockerel on a column, those who were watching the procession leave the chapel shouted out in alarm: “The cockerel, the cockerel!”, as the San Pedro cockerel was at risk of being squashed against the door jamb. And it is said that on hearing the peoples’ cries of “The cockerel, the cockerel!” Rocafull ordered the band to play the Rafael El Gallo (Rafael the Cockerel) pasodoble, at the request of the public. (En la imagen de la izquierda, Milagros Barba Ramírez, hija de nuestro protagonista. En la actualidad reside en Valencia y y cumplirá 87 años el 15 de enero de 2011. Aún recuerda cuando su padre, el maestro Rocafull, subía con su banda tocando por la calle Luna, y paraba bajo el nº 47, para tocar para su mujer y sus hijas que estaban en el balcón. Aún recuerda eso. Saludar a su padre desde el balcón. Foto: Colección María Jesús Alberni Barba).

En la imagen de la izquierda, María Victoria Ramírez Delgado y su esposo, José Joaquín Barba Rocafull. Fotografías que se conservan en el domicilio familiar de Valencia de la hija del músico, cedida por su nieta, María Jesús Alberni Barba, para su publicación en Gente del Puerto.

La banda de música del Maestro Rocafull, cerrando una procesión. Detrás, la Corporación Municipal, bajo mazas.

Pero, fuera como fuese, Don Joaquín Barba Rocafull era un excelente músico y compositor de cuya carrera se ha ocupado mi amigo el historiador Enrique Pérez Fernández. Cada año, Don Joaquín estrenaba una serie de composiciones. que interpretaba la banda, no sólo en el quiosco de la música del Parque, sino en la Plaza de Toros, en las procesiones, en las veladas... En 1918, estrenó su pasodoble "Saludo a mi tierra" y en el año 1924 los pasodobles "Deportivo Portuense", "Amontillado Fino Coquinero" y "El Rempujo", dedicado este último a Francisco Díaz Leal, dueño de esa taberna que todavía existe en la Plaza del Polvorista.

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Si hablo hoy de Don Joaquín Barba Rocafull, no es por él mismo, sino por la indignación que me causaba, de chico, oír a la gente hablar de él siempre en plan de mofa. Mi padre, en cambio, decía que era un gran músico y que era descendiente, nada menos, que de un escribano de Alfonso X El Sabio, Don Reimondo de Rocafull, citado en una de las Cantigas de Santa María do Porto, la número 382, que estuvo aquí, con el Rey, en pleno siglo XIII, era originario de Montpellier y emparentado con los Reyes de Aragón. También era descendiente de un Don Guilhen de Rocafull, Adelantado Mayor del Rey Jaime I El Conquistador. Yo no me había parado a comprobarlo hasta que eso mismo que decía mi padre lo he visto escrito por el Profesor Jesús Montoya. Y todo esto lo digo a raíz de que Curro Orgambides haya publicado en Diario de Cádiz una fotografía de Don Joaquín con su banda, reproducción de la que está colgada en el almacén de ultramarinos y coloniales "La Diana", en la calle Palacios, para que el que no lo supo, lo sepa.» Luis Suárez Ávila. (Fotografía Colección M.G.G.)

«En la fotografía, la Banda de Rocafull en el crucero de las calles Larga y Luna al comienzo de los años 20. El original kiosko de música, construido en 1905, se instaló frecuentemente en el límite del Vergel y el Parque, el marco tradicional donde las bandas portuenses ofrecieron sus conciertos durante más de un siglo. También fue tradicional durante décadas que los músicos se reunieran en el crucero para dirigirse, al son de pasodobles, a ofrecer los conciertos». Enrique Pérez Fernández.

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El templete de la música que aparece en la fotografía de más arriba,  es el que se ponía, también para la Banda de Música, en la Rotonda de La Puntilla, justo al lado del otro monumental templete del Restaurante. Así figura en varias fotografías antiguas como la que presentamos, en la que se puede apreciarlo a la izquierda de la imagen. En un templete de inspiración chinesca, muy de la época, en las postrimerías del XIX y principios del XX). (Foto Colección JMM).

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"Bebiendo de las fuentes del prestigioso historiador local Enrique Pérez Fernández y, de la prodigiosa memoria del abogado y articulista de Diario de Cádiz, Luís Suárez Ávila, sabemos que la fundación de la Banda Municipal de Música de El Puerto de Santa María, se remonta al 4 de febrero de 1853 a instancias de Don Juan Rufoni –primer director-, al que siguieron Pantaleón Mendoza, Domingo Veneroni, y José Joaquín Barba Rocafull entre otros. Fue precisamente Rocafull, músico militar, al que tocó valga la expresión, lidiar con la dirección de la Banda en una época en que la sociedad española vivía momentos convulsos y de cambio. (Fotografía Colección de José Joaquín Sánchez Sena. Ultramarinos La Diana).

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A nadie se le escapan las complejidades de una empresa de esta índole, sobre todo, cuando sabemos que el Sr. Rocafull –militar republicano-, admirable músico y compositor, tuvo el empuje necesario, mezcla de romanticismo y verdadera vocación musical, para en plena guerra civil, y a pesar de las dificultades incluso personales del momento, reorganizar la Banda de Música Municipal." Manolo Morillo.

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pepebigote2_puertosantamariaOtro embajador porteño en Madrid. Pepe Jiménez Vázquez, “Bigote”, nació en pleno verano canicular,  probablemente en la calle Durango en El Puerto el 3 de agosto de 1922.  Su padre se llamaba Cristóbal y su madre Catalina, siendo el menor de cuatro hermanos: Alfonso 'el Nino', guardacampo, que era un cuerpo de vigilancia de los campos que estuvieron en activo en nuestra Ciudad, al menos hasta el final de la década de los sesenta del siglo pasado; Ana, que casó con un Sancho, estableciéndose en Sevilla tras el casorio; y Cristóbal, que murió durante la Guerra Incivil  en Madrid -a Bigote le cogería con 14 años-, adonde marchó con un Zamacola.

Fue una persona hábil desde muy joven pero que tuvo que salir de El Puerto y encontrar acomodo en Sevilla en casa de su hermana, tratando de buscar un trabajo que le permitiera buscarse la vida en aquellos tiempos tan difíciles. Como afirma Manolo de la Torre, «Bigote era un lector empedernido. Y su cara no aparentaba que estaba cultivado hasta extremos insospechados. Parecía más bien un campesino que acaba de dejar su pueblo y que se había instalado en Madrid porque una hija se le había casado con un cargo ministerial. Durante las cuchipandas parecía estar ausente. Sin embargo, sus ojos camaleónicos no perdían el menor detalle de cuanto acontecía a su alrededor.»

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Pepe Bigote, en el centro de la fotografía con, entre otros, El Beni de Cádiz, en Madrid.

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Pepe Bigote, en una reunión madrileña entre los que se encontraban Lola Flores y Antonio 'el Pescaílla'.

Estando en Sevilla conoció a los artistas Benito Rodríguez Rey, ‘Beni de Cádiz’ y a Ramón Vélez González cuando actuaban en el Teatro de San Fernando con la compañía de Manolo El Caracol y Lola Flores “La Faraona”. También con ellos intervenía, Rita Ortega, la sobrina de Manolo “El Caracol” a quién llego a conocer también Bigote. Era amigo del sevillano Vicente Pantoja, Picoco, de quien el escritor Antonio Burgos significó con motivo de su obituario: “Se puede hacer un arte del mangazo, y Picoco lo hacía”. Así titula el escritor sevillano de quien solía decir de si mismo lo siguiente: “Es que yo me veo por las mañanas en el espejo y me pido mil duros”. Meses después, a raíz de que el trabajo que realizaba no satisfacía ni daba los ingresos suficientes partió para Madrid. Corrían los años 1950 y el hambre campaba por España, cosa que en su caso se hizo patente en el momento que fue recibido por el Beni de Cádiz y Ramón Vélez. Cuenta Ramón Vélez, su amigo, que Bigote «era capaz de llevarse cinco días sin comer y no se lo decía nadie hasta extremo de comerse un pieza de caña de lomo a bocados y diez huevos fritos» que fue lo que ocurrió cuando llego por primera vez a Madrid.

AVA GADNER.

avagadner_puertosantamariaRamón Vélez que vive en la actualidad en la calle Molinete y tiene 82 años, cuenta que Bigote acompañaba al Beni y a él en las noches madrileñas ya que Pepe Bigote llevaba bastante bien el compás, incluso a veces se permitía dar sus pasitos de bailes y cantar. Eso le hizo estar durante un tiempo con el cantaor flamenco Rafael Farina.Refiere Ramón que «una noche los tres, Beni, Bigote y yo mismo, fuimos contratados para que actuaran para Ava Gardner. A la actriz, famosa por aquella época en las noches madrileñas ,desde un principio no le cayó nada bien a Bigote y llegó a decir que Bigote era un chico muy feo. A raíz del ‘incidente’ Bigote tuvo que abandonar la fiesta no sin antes tomarse un respiro y dar buena cuenta, a su manera, de la Diva… Al terminar la noche, Beni y nos dirigíamos a la pensión donde se encontraba Pepe y quisimos, como buenos amigos, compartir el dinero que habíamos recibido de la actriz norteamericana: unas quinientas pesetas de la época. En ese momento Bigote puso otras quinientas encima y quedamos los dos extrañados. Claro, después el cachondeo fue mayúsculo cuando Bigote nos dijo, que se había tomado el atrevimiento de coger del bolso de la actriz la cantidad que el consideraba que podía saldar la ofensa que le había hecho la actriz americana.» Ramón refiere que en una época de su vida ya estando Bigote ‘mejor situado” necesito de su colaboración pues un mal asunto le había llevado a una situación nada deseable y que le había dejado sin trabajo durante tres meses. Bigote, no solo le presto lo que necesitaba, sino que además le ofreció la cama de la pensión donde dormía.

CASA LUCIO  Y CASA ESTEBAN, EN MADRID.

lucioblazquez_puertosantamaria1Es a partir de 1963 cuando Bigote conoce a Lucio que lo convierte en relaciones Públicas del más afamado restaurante de Madrid, Casa Lucio en la Cava Baja Madrileña. Allí con su universidad labrada en la calle, talento innato descubre una nueva vida a la que jamás pudo haber soñado, Ministros, artistas, futbolistas, entrenadores, personalidades de cualquier rango y condición trataba con exquisita educación comentando que lo mejor de España era El Puerto. Años mas tarde, otro restaurador, Esteban que había sido compañero de Lucio, abre a escasos metros de Casa Lucio un restaurante, Casa Esteban, también afamado por los madrileños y Bigote comparte sus relaciones publicas en ambos lugares. (En la fotografía, Lucio Blázquez, de Restaurante Casa Lucio).

casaesteban_madrid_puertosantamariaPor otra parte cuando el sector pesquero porteño estaba en todo su apogeo, era Bigote quien atendía en Madrid a los exportadores y vendedores, caso de José Agarrado, Juan Crespo y un largo etcétera. Aquí cabe destacar a Pepe Romerijo pues la amistad con Pepe Bigote es la que posibilita en Madrid la presencia de Romerijo en numerosísimas ocasiones tanto en Casa Esteban como en Casa Lucio, al igual que le ocurrió a ‘El Cochino’. (En la fotografía, Esteban López Mariscal, del madrileño Restaurante Casa Esteban).

Las visitas a El Puerto de Pepe Bigote, llegada la época de verano, las hacía todos los años durante los meses de julio y agosto. Fueron veranos importantes en los setenta y principios de los ochenta del siglo pasado, y casi todos los veranos los repartía en la terraza de Romerijo, Restaurante Guadalete o Casa Flores. La casa donde residía Pepe en El Puerto era propiedad de Pepe Romerijo y quien la pagaba mensualmente las 1000 pesetas era su ‘banquero’, Manolito 'el Cochino', como mas adelante vamos a explicar.

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La Terraza de Romerijo en la década de los setenta del siglo pasado. (Foto Rafa. Colección JMM).

manolitocochino_elpuerto Manuel Gutiérrez Morillo, Manolito ‘El Cochino’ era el administrador de nuestro protagonista. Resulta que Bigote llegado a El Puerto, entregaba una importante cantidad de dinero a ‘El Cochino’ para que hiciera de Banco ya que se fiaba poco de los banqueros y así de esa manera además de ser su estancia más agradable siempre tenía a la mano la ayuda indispensable de su gran amigo y banquero particular Manolito ‘El Cochino’.  Tuvo una excelente vinculación con el Racing de aquellos años, con jugadores, directivos y entrenadores. (En la fotografía de la izquierda, Manolito 'el Cochino').

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Pepe Bigote, con bigote, a la izquierda, en el homenaje que le tributó el Racing Club Portuense en agosto de 1980, durante el Trofeo Ciudad de El Puerto, recibiendo la placa de manos del entrenador, Manolo de la Torre; podemos ver en el centro a los presidentes del Rácing C.P. y del Cádiz C.F., Paco Ferrer Palacios y Manuel de Irigoyen Roldán, respectivamente y a la derecha, conduciendo el acto, a Antonio Carbonell, directivo y relaciones públicas, a la sazón del primer equipo local; de espaldas José Luis Pellicer Salas, cuñado de Rafa el fotógrafo, que por aquel entonces comentaba para la SER los eventos deportivos. El acto, presidido por el alcalde de la Ciudad, Antonio Álvarez Herrera, que aparece en semipenumbra entre Pepe Bigote y Paco Ferrer, fue en el Bingo del Racing, en la zona de Crevillet.

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Pepe Bigote, a la derecha, junto a Camarón de la Isla y María Jiménez, en un local madrileño.

Bigote, enfermo, vivió sus últimos años convaleciente de una dura enfermedad, aunque el tránsito final fue en el Hospital Santa María, donde permanecería hasta su muerte… Durante su dolencia lo vieron en ocasiones en el Hotel Campomar, convaleciendo en silla de ruedas, donde se hospedaban los jugadores del Racing y vivía tambien Manolo de la Torre, su amigo, que fuera entrenador del R.C. Portuense en las temporadas 79/80, 80/81 y que en la actualidad vive en Ceuta y escribe artículos de opinión en El Pueblo de Ceuta. Otro gran amigo suyo, Paco Villaescusa, natural de Yecla (Murcía) que conoció en Madrid en Casa de Lucio, acudió al funeral de Bigote.. Villaescusa era representante de Muebles a nivel nacional con participación en la empresa. Paco se encontró con un filón de sabiduría, la de Bigote y no se separó de él hasta la hora de su fallecimiento.

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Pepe Bigote, con el torero Diego Puerta, entre otros, en la noche madrileña.

NO SOLO DE LAS FIESTAS VIVÍA BIGOTE.

Veamos como describe las habilidades de Bigote, el que fuera su amigo en vida,  Manolo de la Torre: «Bigote vivía de las fiestas y de algo más, de ser observador, intuitivo y licenciado en fisiognomía por la universidad de la calle. ¡Qué de veces vi yo a El Bigote advertir de las funestas consecuencias que podría acarrearle a Fulano si se metía en negocios con Mengano! Y de qué manera olía a distancia una traición. En ocasiones, y en vista de la amistad que nos unía, yo me oponía a sus predicciones. Y casi siempre terminaba por tener que darle la razón. Ya que acertaba en un porcentaje elevadísimo. El Bigote, además, incluso cuando se ponía frívolo, desprendía un halo de seriedad que respaldaba la insustancialidad de unas salidas de tono que no eran frecuentes en él. Y hasta me atrevería a asegurar que éstas salían de su boca, intencionadamente, para confundir al personal o acceder a ciertos conocimientos que le interesaban.»

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En la fotografía, Pepe Bigote agachado antes de presenciar un partido del Atlético de Madrid; arriba a la derecha, Lucio Blázquez.

EL PSICÓLOGO DE LA CALLE

«A mí me tocó vivir a la vera de Bigote situaciones donde él emitía su opinión, aparentemente descabellada, y que luego se cumplía tal y como había previsto quien fuera un hombre de confianza de Lucio Blázquez, propietario de Casa Lucio; restaurante famoso, situado en la popular Cava Baja madrileña. Tales eran sus aciertos en adelantar acontecimientos, que durante mucho tiempo fue reclamado por algunos hombres de negocios para que asistiera con ellos a reuniones donde iban a tratar de alianzas comerciales. Con el fin de asegurarse si los posibles socios eran de fiar para Bigote. Y en vista de que se había cundido por Madrid que éste acertaba mucho más que erraba en sus predicciones, nunca le faltó tarea.

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Pepe Bigote, con bigote, junto a Los del Río, en la Plaza de las Ventas de Madrid. Sentados, Sebastián Retamal  (natural de Morón) y señora, durante su etapa madrileña y que en la actualidad están afincados en El Puerto.

ANTONIO ARRIBAS, “EL CHORI”.

romerozarazaga5_puertosantamariaUn día, del verano de 1979, estábamos sentados en la terraza de Romerijo, cuando apareció de repente Antonio Arribas; conocido por ser uno de los “choris” más famoso de Marbella. Antonio y Pepe se fundieron en un abrazo. Y Arribas fue al grano: “Pepe, necesito medio millón de pesetas ya mismo”. Y Bigote se fue derecho a Pepe Romero, dueño del establecimiento... Media hora más tarde Arribas nos decía adiós con mucha prisa. Romero, que había adelantado la pasta, tenía sus dudas. Y Bigote le decía: Antonio Arribas no sólo volverá con el dinero en la fecha prevista sino que, además, repartirá ganancias. Y así fue. Hombres así, con ese don, son necesarios en muchos sitios. Al menos para evitar que siga habiendo timadores de cuello duro, y traidores por sistema.»   (En la fotografía Pepe Romero, quien auxilió a Antonio Arribas, el cual formó parte con Luis Ortiz, ex marido de Gunilla von Bismark, Rogelio Llagostera y Jorge Morán, el grupo Los Choris, animador de las fiestas de la jet marbellí.) Manolo de la Torre.

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Pepe Bigote, a la izquierda, con Peret y su hermano.

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Pepe Bigote, con un joven Paco de Lucía, en Madrid.

Nuestro agradecimiento a Antonio Carbonell y a Manuel Mengual, propietario este último de las fotografías

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candidalanegra_puertosantamariaCándida Jiménez Huelva, Cándida “la Negra” nacida esclava en Luanda (colonia portuguesa) el 2 de mayo de 1845 y muerta libre en El Puerto el 22 de enero de 1951, con 110 años de vida, es la última esclava que vivió en El Puerto, ya libre y a la  que todavía muchos recuerdan pues la conocieron de pequeños. Llegó a El Puerto por un naufragio algo mediado el siglo XIX, a la playa de Valdelagrana, viajando como mercancía presumiblemente para ser vendida en Ultramar, procedente de Huelva donde existía un mercado en el que se traficaba con esclavos. Vivió desde su llegada a El Puerto en la calle Lechería, número 5, actual Cervantes.

El investigador Manuel Pacheco Albalate ha estudiado en profundidad la historia de este personaje, y ha publicado un interesante trabajo, profusamente documentado en relación al fenómeno de la esclavitud y ha preguntado a quienes la conocieron e investigado en torno al personaje que nos ocupa, en el número 8 de Pliegos de la Academia de Bellas Artes: “Una cara de la esclavitud: la apasionante historia de Cándida La Negra”.

En la fotografia, Candida 'la Negra'  con Juan Durán, 'Juanito Malete', quien era encargado general de las subastas de frutas y verduras, en el Palenque de La Placilla,; es el padre del actual propietario de Electródomésticos 'La Placilla', según información que nos facilita el propio Pacheco. (Foto Colección C.P.A.)

ciudadmercantilxviii_puertosantamariaEn dicho trabajo afirma «Mi apreciado y buen amigo, profesor Juan José Iglesias, quien en su tesis doctoral Una ciudad mercantil en el siglo XVIII: El Puerto de Santa María, nos ofrece un estudio de los esclavos de El Puerto en dicho siglo, contándose sólo 80, y de ellos el reducido número de 11 en los últimos 50 años. Sin embargo, desde mediados del XIX y durante algo más de cien años, nos vamos a encontrar con un caso singular, con una esclava que nadie le dio la libertad, pero las contrariedades se la dieron, viviendo entre nosotros y siendo reconocido como un personaje singular y popular.» [...] de pequeño, «cada vez que me cruzaba con Cándida analizaba su figura palmo a palmo. Tenía para mi un encanto especial. Me quedaba ensimismado viéndola. Pensemos en El Puerto por aquellos años, finales de los cuarenta, podría tener unos veintitantos mil habitantes y Cándida era la única mujer de este color de piel.

carimba_puertosantamariaPacheco estudió los padrones municipales del Archivo Municipal de El Puerto y averiguó fechas y procedencias, así como su estado en la vivienda que ocupa -en Lechería, 5- desde que llega hasta su muerte: como “huesped”, casada, o incluso como único habitante del habitáculo que le servía de hogar. Continúa el autor del trabajo, «Cándida, por los años cincuenta del siglo XIX, siendo una esclava muleque, como se le llamaba en Cuba a los comprendidos entre los seis y los catorce años, viajaba como “mercancía” en un navío próximo a nuestras costas. Al estilo que solían hacer cuando se les conducía a los enclaves de trata, iba con sus manos y pies aprisonados por grilletes. Sus tiernas carnes no habían sido marcadas a fuego, ni con la “R” en la espalda de la mornarquía, signo de que era mercancía legal y no de contrabando, ni en el pecho con otra clase de carimba (*) que dijera quién era su propietario, o quien el asentista que la transportaba; sin embargo si portaba las marcas que dejaron los grilletes en sus muñecas y tobillos desde muy joven, huellas que ella escondió siempre celosamente, y que denostaban sus orígenes.» Refiere a continuación Pacheco como pudiera haber sido el naufragio frente a nuestras costas y como pudo haber sido la arribada a la playa de Valdelagrana donde la encontraron. «Recordaba como acertó a pasar por allí un hombre ya mayor, antiguo campesino, que recogía madera y retama para hacer el picón con que se ganaba el sustento en su madurez. Al piconero, por su parte, semejante hallazgo le conmocionó; no eran los restos de la madera que un naufragio los que arrojaba el mar, como otras veces, sino una linda y joven negrita. La tomó con delicadeza, se compadeció de ella, le dio el calor que pudo, compartieron sus escasas ropas, y lentamente caminaron hacia la calle Lechería donde él vivía. A pesar de sus pocas posibilidades económicas, la prohijó y, ya adolescente la tomó por compañera hasta su muerte». (*) En  la ilustación la Carimba de  la Compañía Gaditana de Negros, nombre de la sociedad mercantil española dedicada al tráfico de esclavos entre África y la América española en la segunda mitad del siglo XVIII. Estaba ubicada en Cádiz, sede de la Casa de Contratación.

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La calle de la Rosa próxima a la esquina con la calle Lechería, en el siglo pasado. (Foto: Archivo Municipal).

No cambiará de residencia, pues dentro del mismo inmueble vivía un gitano con el que se juntaría y se acabaría casando -legalizarían la situación casi al final de su vida, por mor de la moral jesuítica que se puso a ello- con un antiguo viticultor, ya mayor pero bastante más joven que ella, poseedor de una carbonería en la misma calle Lechería esquina y vuelta con la calle de la Rosa. Los apellidos Jiménez y Huelva los tomaría, probabemente, el primero del padrino del bautizo y el segundo, de la 'negrería' de procedencia cuando el naufragio, de Huelva, según apunta Pacheco Albalate.

En el ensayo "Jaleos, gilianas versus bulerías", Luis Suárez Ávila, premiado en Jerez en 2004, escribió sobre nuestra protagonista:  «De pequeño, conocí a una anciana de color, que se decía bisnieta de rvflam20esclavos, llamada Cándida La Negra,  Cándida Jiménez Huelva, vecina de “El Cohete”, un gitano fragüero de la calle de la Rosa, con quien convivirá o se casaría. Cándida daba sus vueltecitas por bulerías, mientras, sin ningún rubor, pero aceptándolo ella, le cantaban aquello de:

Al pasar por un barranco
dijo un negro con afán:
¡Dios mío, quién fuera blanco
aunque fuera catalán!
¡Vaya que voy,
y pataditas
en el culo te doy!»

La muerte de Cándida, una lenta agonía de 19 días, la documenta Pacheco Albalate a través de la publicación Cruzados, que el cinco de enero de 1951 informaba: «En el Hospital de San Juan de Dios fue asistida la anciana Cándida Huelva de 110 años, conocida como “la Negra” que cuando estaba en las faenas propias de la casa se le prendió fuego a las ropas, apreciándosele importantes quemaduras de ambas regiones glúteas y pierna derecha, quedando hospitalizada».  Pacheco incluso aventura que la muerte se hubiera producido por el monóxido de carbono producto de la combustión de un brasero o “copa”, que le hizo perder el conocimiento y caer inconsciente sobre las brasas. El libro cinco de defunciones de San Joaquín da fe de su sepultura eclesiástica el 22 de enero de 1951. Pero la historia y la leyenda de Cándida todavía se mantiene en la ls conversaciones de quienes la conocieron y ha pasado ya a formar parte del acervo de la tradición oral.

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juanjosebottaropalmer_puertosantamaria«Fue un pintoresco personaje que apareció, ya treintón, por los años veinte de este siglo pasado, en nuestra Ciudad. Llegó acompañado de su señora madre, de la que era hijo unigénito, nacido en Puerto Real y se decía que habido con un canónigo de la Catedral de Cádiz. Y es que, de toda la vida de Dios, a Puerto Real se le llamó "reffugium peccatorum". Las primeras noticias que tengo de él están en el libro "Recuerdos gaditanos" (Cádiz, 1897) del Canónigo Don José María León Domínguez: con motivo de las fiestas de la Beatificación de Fray Diego José, en abril de 1895, se organizó en el Seminario una Velada poética en la que recitó una poesía "con sin igual gracejo, cautivando a los oyentes, el niño Juan José Bottaro y Pálmer". Ilustración: Óleo de Frei Miguel Güedes de Sousa, Hermano Cartujo, portugués, que estuvo en las cartujas de Miraflores, Jerez y Évora, donde murió. Pintó de diversas maneras y técnicas a Bottaro, siendo ésta una imagen de la colección de tres. (Cedidas para Gente del Puerto por Juan Mayo Escudero).

canonigo_josemarialeonydominguez_puertosantamariaSu vida posterior transcurre entre Córdoba y Roma, ciudades donde estudia humanidades, ciencias exactas, dibujo, pintura, escultura y toda una serie de artes y oficios artísticos que lo hacen un imprescindible consultor y maestro. Su educación era exquisita, pero, a veces, era maniático e incluso mordaz.
Ya en El Puerto, en 1922, comienza a dar clases de dibujo y pintura en el Colegio de San Luis Gonzaga, el colegio grande de los Jesuitas. Imparte clases de pintura y escultura en la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia y aun da clases particulares de estas disciplinas. Sus alumnos predilectos llegan a formar el llamado "grupo de El Puerto": Juan Ávila Gutiérrez, el mejor, y, luego, Luis Suárez Rodríguez, Luis Rousselet, Manolo Rioja, Isabelita Perdigones... Mención aparte merecen sus discípulos Manolo Prieto, cartelista y medallista, Carlos García Gil, caricaturista, y el más pequeño de todos, en edad, Juan Lara Izquierdo, pintor, que se dedicaron profesionalmente --y con notable éxito-- al arte. En la fotografía el canónigo citado, dos veces,en este texto, José María León y Domínguez. (Foto Colección L.S.A.)

juanjosebottaropalmer_01_puertosantamariaEn el año 1928, Don Juan desapareció, de pronto, para irse, novicio cartujo, al Monasterio de Aula Dei, en Zaragoza, donde, por cierto, perseveró poco. De nuevo en El Puerto, la familia Terry lo acoge como preceptor y profesor de equitación, y, en las Bodegas de su propiedad, realiza obras de escultura, arquitectura, forja, pintura, mobiliario, tapices, etc. Fue, además, un magnífico fotógrafo y cámara de cine aficionado.

En los años 60 se marcha, como laico acogido, a la Cartuja de Jerez, donde intervino, certera y cuidadosamente, en la restauración del monumento. En la Cartuja lo traté, en 1961, cuando yo estudiaba Preuniversitario en Jerez, y allí me enseñó a modelar en barro y en cera, a sacar de punto, a hacer escultura en madera y a repujar en metales. Allí murió, en 1968, y allí está enterrado. A sus exequias, con el rito cartujo, asistieron Javier Terry, José Ignacio Merello, Juan Lara y mi padre. En la fotografía, Bottaro a caballo, maestro de equitación, entre otras disciplinas  de las que fue bottaro_avila_puertosantamariapreceptor de los hermanos Terry Merello. (Hemos de lamentar que no exista una buena y nítida fotografía de Bottaro; al menos nosotros no la hemos conseguido. ¿Hará posible Gente del Puerto que podamos encontrarla? En la pequeña fotografía a caballo que pertenece a la Colección José Antonio Castro Cortegana, no se aprecia con nitidez las facciones de nuestro protagonista).

Don Juan sabía, sorprendentemente, de todo. Era enciclopédico, un hombre transportado de otra época, posiblemente del Renacimiento. Fue una caja de sorpresas. Así lo caricaturizó mi tío Juan Ávila, saliendo su cabeza, despedida por un muelle, de una caja abierta. Y yo conservo su recuerdo, sus enseñanzas y su caricatura». Luis Suárez Ávila.

juanbottaropalmer_f03_puertosantamaria«Don Juan tenía amplísimos conocimientos de la “cocina del artista” y se autoabastecía de pigmentos naturales pulverizaba y batía, bien con aceite de linaza para el óleo, bien con goma arábiga para hacer colores de acuarela o témperas. Se fabricaba, en una fragua que tenía en la Cartuja, los cinceles para tallar la piedra y algunas gubias complicadas que afilaba en una piedra de agua y asentaba con la piedra de aceite. Sabía “fórmulas magistrales” de toda clase de productos para restaurar, dorar, o pintar. Yo conservo muchas notas manuscritas de él con esas fórmulas que me daba. Lo mismo hacía hacía, con madera de boj, sus propios palillos para modelar el barro o la cera, que hacía el bastidor para un lienzo y lo montaba con su lino. Con muy pocos medios lo realizaba todo.
También le ayudé a reponer un brazo que faltaba al altorrelieve de Adan en el muro de entrecoros de la Cartuja. Le faltaba al dichoso Adán el brazo desde el hombro hasta la mano. Don Juan con piedra “crema Sevilla” pulverizada hacía una pasta con pegamento “Imedio” y poco a poco iba haciendo el volumen para después modelarlo e incluso cincelarlo, escofinarlo o lijarlo. Ahí está todavía Adán con su brazo imperceptiblemente arreglado.» (Ilustración: Bottaro visto por Frei Miguel Guëdes de Sousa). Puede leer el resto del comentario pulsando aquí.

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Virgen del Carmen en el Río Guadalete, obra de Bottaro. (Foto Paco Serrano)

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Caligrafía de Bottaro. Año 1963. Felicitación manuscrita a Ezequiel Cortines García, propietario del Bar la Lucha -donde a diario se tomaba nuestro personaje su copa de vino fino- con motivo de las fiestas navideñas. (Colección Vicente González Lechuga).

EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍAS ANTIGUAS.

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El viernes 7 de marzo se inaugura en el Centro Cultural Alfonxo X 'el Sabio',  organizada por el Centro Municipal de Patrimonio Histórico, una exposición sobre fotografías antiguas de Bottaro Pálmer, propiedad de José Antonio Castro Cortegana, a quien queremos agradecer las faciliades que nos prestó para acceder a diverso material que perteneció en vida a nuestro personaje y que fue abandonado por los Padres Cartujos al dejar la Casa de Jerez, hará ya unos años, siendo su actual propietario tras su reglamentaria adquisición, el citado Castro Cortegana. El San Bruno inacabado que mostramos en la fotografía fue utillizado por Botaro para dar clases de escultura, entre otros a Luis Suárez Ávila, en la propia Cartuja de la Defensión de Jerez.

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Obra de construcción del Monumento al Sagrado Corazón, en el interior de Bodegas Terry.

bottaro_corazondejesus_2_puertosantamariaEste monumento está ubicado en el patio de las Bodegas Fernando A. de Terry, y se comenzó a construir en 1952, esculpido por Juan José Bottaro Pálmer, ademas autor de la foto en Blanco y Negro. Los canteros, marmolistas, carpinteros y ayudantes, fueron: Manuel Mulero Baracho, Antonio Sánchez Cortés, José Santilario Álvarez, Francisco Martínez Selma, José Infante Tardío, Manuel Vidal, Manuel Ortega, Gonzalo Gambín García, José Ganaza, Rafael Moreno Carmona. En la actualidad sólo viven Manuel Mulero Baracho, propietario de la fotografía y actualmente lapidario y escultor, y Antonio Sánchez Cortés.  En Terry, construyó, ademas el arco de entrada y la sala de consejo o de degustación, que consta de obras en piedra, marquetería y paneles de azulejos y óleos con escenas vinícolas. (En la fotografía a color, el monumento ya terminado. Ambas fotografías pertenecen a la colección de V.G.L.)

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Bottaro tiene calle en El Puerto, a la espalda del Hospital Santa María del Puerto.

Otra faceta controvertida de la personalidad de nuestro protagonista es su ambiguedad sexual. Determinadas mujeres querían posar desnudas para el pintor para presumir de haber estado con él, empero  además, la leyenda urbana afirma que no le hacía ascos a congéneres de su propio género. Tuvo una vida tumultuosa y atormentada entre el mundo de las artes, el demonio de la buena vida, la carne y la vida contemplativa.

jjbottaropalmer_2_puertosantamaria"Destacó en seguida entre nosotros por su discrección, prudencia y austeridad de vida. No se metía en nada, salía muy poco, leía bastante y trabajaba mucho (pintaba, restauraba, esculpía..) a horas libres, pues naturalmente no se le exigía nada ni entró con ningún compromiso formal en este punto. También edificaba a todos por su recogimiento y devoción en el coro. Pero en nuestras recreaciones, a las que a veces le invitaba el P. Prior, (también a algún paseo prioral), se mostaba siempre muy comunicativo, ameno y chispeante; sabía y contaba muchísimas anécdotas e historietas, y se convertía así, sin pretenderlo (dada su natural modestia y humildad) en centro de atención, pues todos le apreciábamos mucho". (Ilustración: Bottaro visto por Frei Miguel Guëdes de Sousa).

cementeriocartujojerezEl texto pertenece a un "Vademecum" de personas que ingresaban o pasaban por la Casa. Ahí están reflejados todos los que estuvieron en la Cartuja de la Defensión desde que se reabrió en 1949. Suele ser el Padre Procurador (Administrador), u otro monje que le guste historiar, el que escribe en ese libro datos como: nombre civil y nombre eclesiástico, fechas de ingreso, datos personales, datos importantes de los monjes, hermanos o postulantes... y cuando mueren, también: datos de la muerte, lugar exacto donde está enterrado (pues en la cruz del cementerio no pone dato alguno), pequeña semblanza del fallecido...  Bottaro murió con 84 años el 15-09-1970 y está enterrado en el cementerio de la Cartuja, en la fosa del rincón derecho del fondo, según consta en el croquis de situación. (En la fotografía, Cementerio de la Cartuja de Jerez. A la sombra de la cruz, cruces de madera anuncian que se encuentran enterramientos, entre ellos el de Bottaro).

Nueva información sobre Juan José Bottaro y sus alumnos y discípulos, en Gente del Puerto, pulsando sobre estas líneas

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josemiguelvicentenavarro_03_puertosantamariaEl periodista porteño José Miguel Vicente Navarro nos dejaba silenciosamente, de noche, en la madrugada del miércoles 3 de febrero de 2009 -hace un mes-  en su domicilio, después de sufrir una recaída en la delicada enfermedad que lo aquejaba desde hacía ya tiempo. La última vez que le vi fue justo antes de las pasadas Navidades: --«Aquí estamos luchando contra la enfermedad, echándole valor». --»Venga, José Miguel, que tu puedes». Y él sonreía, siempre sonreía... José Miguel Vicente era un profesional al que querían en El Puerto y su último trabajo lo desempeñó en el periódico de Internet Espacio Digital Cádiz!, tras haber pasado por otros medios escritos, el desaparecido El Puerto Información y Diario de Cádiz, en cuya delegación porteña inició su carrera y en la que se curtió como periodista desde 1999 hasta el año 2001. (Foto EDC!)

The porteño journalist José Miguel Vicente Navarro left us silently, at dawn on Wednesday 3rd of February 2009, a month ago, at his home, after experiencing a relapse in the delicate illness which he had suffered from for some time. The last time I saw him was last Christmas, --“I’m fighting back against the illness, being brave.” “José Miguel, you know you can do it.” And he smiled, he was always smiling… José Miguel Vicente was a much loved professional El Puerto, his last job was for the on-line newspaper Espacio Digital Cádiz, after having worked in other written media entities, the no-longer existent El Puerto Información and Diario de Cádiz. He started his career in the latter’s El Puerto office and this is where he matured as a journalist from 1999 until 2001.

josemiguelvicentenavarro_30122000_puertosantamariaEsto escribía, al enterarse de la noticia, el Jefe de Televisión del Grupo Joly, Francisco Andrés Gallardo, en su blog “El Sofalícola": «Me desayuné ayer miércoles a primera hora con la noticia del fallecimiento de un buen compañero, José Miguel Vicente. Qué injusticia. Se nos ha ido con 29 años, después de un puñado de meses de fatigas, sin renunciar hasta el último momento ser el buen amigo, el buen hijo, que siempre fue y el excelente periodista que llevaba dentro.

Hoy he salido del plasma para recuperar los recuerdos al lado de este joven profesional. Con José Miguel tuve la suerte de compartir más de un año de trabajo en la delegación de El Puerto de Santa María en Diario de Cádiz.  Y con él tuve la suerte, la coincidencia, de compartir la jornada del 30 de diciembre de 2000, la última del siglo. La última que compartimos. Juntos le dimos al interruptor para marcharnos de vacaciones y en mi caso era para dirigirme días después a la redacción de Cádiz. Para el último periódico del siglo XX esta fue la columna firmada al alimón que publicamos. Hoy se me hace un nudo en la garganta al releerla…» (José Miguel, el 30 de diciembre de 2000. Foto J.M.M.)

LOS ÚLTIMOS. VOY A APAGAR LA LUZ.
«Se derrama la última gota de tiempo, se evapora el presente y todo acabará en pasado, archivado en un tomo de historia, con las historias de cada cual. El almanaque no da más de sí y llegamos al balcón del futuro, con un vértigo de tantos años por llegar. Hemos alcanzado el finisterre del ayer. Nos queda un más allá en el tiempo. La Nochevieja no es sólo un columpio balanceado por burbujas de cava peleón, también se guarda una rebanada de existencialismo de andar por casa. A quienes firman esta columna nos correspondía ayer apagar la luz del siglo en esta delegación. Con la bajada del interruptor, amarillento de humo tabaquero, entre el color de la noche con pilotos de emergencia, se acomodaba el alma de este Diario de Cádiz en El Puerto paladeando recuerdos. Y las noticias trabajadas por Diego Mora, Agustín Merello, Tily, Antonio, Rafa, Bezares o Enrique se revolcaban entre los archivos jugando a los recuerdos, mientras los ordenadores se apostaban no sé qué sobre lo que nos espera contar. Se apaga la luz, para pensar mejor, para que aterricen en nuestras pieles la sana nostalgia de todo aquello que fue y de todo lo vivido.Nace un nuevo tiempo. Salud y un brindis para todos.» José Miguel Vicente/Francisco Andrés Gallardo. 30 diciembre 2000.

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José Miguel Vicente y Francisco Andrés Gallardo, apagando la luz tras realizar la edición de El Puerto, la última noche de trabajo del siglo XX en la Delegación de Diario de Cádiz, el 30 de diciembre de 2000. (Foto J.M.M.)

LA CONSTITUCIÓN DE 1812 Y LA LIBERTAD DE PRENSA. (I)

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Grabados originales de la época en una edición de 'La Pepa'.

«Es realmente interesante ver como la libertad de prensa, anteriormente llamada libertad de imprenta, ha ido evolucionando en las diferentes constituciones proclamadas a lo largo de la historia de España. Igualmente resulta relevante esa distinción entre imprenta y prensa; ya el mismo sustantivo indica que en un principio la libertad de prensa ni siquiera era tenida en cuenta, puesto que la preocupación de los poderes era, sobre todo, el papel impreso, independientemente del género que contuviera.
Ciertamente, los reyes en España han tenido siempre un interés muy acentuado en el control de la prensa y las imprentas, ya que incluso hace varios cientos de años era evidente que mediante los ‘papeles’ se podía dominar a una masa. Ese dominio fue creciendo conforme el número de personas analfabetas fue decreciendo, con lo que podemos ver en ese mismo parámetro la evolución desde los primeros libelos hasta los posteriores diarios o más bien revistas, como el Mercurio Histórico Político o la Gaceta de Madrid.
La proliferación de las gacetas desde el siglo XV hasta la Constitución de la que hablamos fue imparable. Con o sin la aquiescencia de los monarcas, el número de papeles aumentó sin freno, dejándose llevar por las tendencias políticas de cada momento, bien a favor, cuando contaban con subvenciones estatales, o bien en contra, que era casi siempre y que además era una actitud perseguida con gran fiereza por parte de los gobernantes y de sus armas en esta lucha, los censores.
A través de los años, la prensa en España se fue afrancesando, sobre todo en los años de la Ilustración, que acabaron desembocando en la ya sobradamente conocida Guerra de la Independencia de 1808. Realmente, cuando se declara la guerra a Francia, cualquier decreto represor de prensa queda directamente anulado, con lo cual entramos de lleno en lo que muchos autores y estudiosos de la historia del periodismo español han dado en llamar un siglo de libertad de prensa total. Finalmente en febrero de 1812 se empieza a preparar el camino de lo que será el artículo 371 de la futura Constitución. Esto se traduce en la creación de algunos decretos y censuras para evitar el descontrol en las publicaciones.
Aún así, el crecimiento fue veloz, aunque de baja calidad por supuesto, ya que surgen periódicos en zonas en las que incluso ni siquiera había habido antes un movimiento de pasquines o libelos ilegales. Pero de todo esto interesa principalmente la distinción de dos vertientes ideológicas que nacen: la prensa liberal y la prensa política absolutista. Al mismo tiempo, los investigadores, o al menos algunos de ellos, hablan igualmente de una Prensa Nacional, ya sea de una tendencia ideológica o de otra, que engloba todo lo existente en este siglo XIX. Este tipo de periodismo masivo aportó cosas buenas, como por ejemplo el nivel de compromiso de los participantes en estos ‘papeles’. La difusión de la literatura o de las innovaciones científicas también fue muy importante. Pero por otra parte, el mismo descontrol del nacimiento de más y más periódicos generó un periodismo de mala calidad, ya que los creadores, en muchos casos, fueron muy extremos en sus planteamientos, con lo que como redactores dejaban mucho que desear.
Todas estas evoluciones, producidas a toda velocidad a lo largo de este “siglo por excelencia del periodismo español” (Mª Cruz Seoane), han seguido elevando la importancia de la libertad de prensa en las diferentes constituciones, decretos y reformas, hasta el día de hoy, en el que, en la mayoría de los países del mundo, se goza de unas libertades casi totales, aunque, como en todo, siempre hay excepciones. En algunos casos cercanos, dolorosas excepciones, acompañando a la censura actos tan viles como la incautación de materiales, el secuestro de publicaciones o incluso agresiones físicas a los periodistas enviados a zonas en conflicto.
A pesar de estos puntos negros en algunos países, lo cierto es que el periodismo en la actualidad goza de unos privilegios que tienen su origen en las primeras revoluciones de la prensa del siglo XIX y, sobre todo, en las primeras proclamas de la Constitución de 1812, que si bien no fue excesivamente liberal, dado el poco acompañamiento que tuvo por parte de la España absolutista en general, sí que sentó el precedente para futuras revisiones y posteriores aboliciones de censuras y jueces de imprenta»
José Miguel Vicente. 08 Junio 2008. Espacio Digital Cádiz!

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In memoriam.

JM.

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escuelamarinera_01_puertosantamariaDesde los años 30 y sobre todo a partir de la década del 40 del siglo pasado las necesidades familiares obligaban  a los menores con edades comprendidas entre los 12 y 14 años a zarpar para faenar en alta mar y emprender una trayectoria que no abandonaban durante su vida. Sus conocimientos tan solo eran él haber permanecido en el cantil del muelle observando las descargas del pescado y el avituallamiento de los barcos, pero la voluntad y la vocación marinera que poseían eran suficientes para superar las múltiples dificultades que en los primeros viajes sucedían. La continuidad en el puesto consolidaba sus conocimientos pesqueros y permitía la especialización en faenas de neveros, engrasadores, cocineros, rederos, contramaestres y marineros, motivando a algunos de ellos que optaban por prepararse para obtener el título de patrón y motorista, volviendo posteriormente a la dirección de las embarcaciones. Dos enseñantes, dos capitanes de la Marina Mercante José Luis Poullet y Francisco Sánchez-Romate Sambruno fueron los preparadores de tantos y tantos hijos y padres de la mar. (En la ilustración Nombramiento de Jaime Devesa Maño de Patrón de Pesca para la comprensión de esta provincia marítima de Cádiz, Septiembre de 1935).

Ever since the 30’s and especially since the 40’s of last century family needs forced children between 12 and 14 years old to set sail to fish in high seas and embark on a career which they would never leave. Their qualifications that made them worthy of the job were only having observed from the edge of the quay the unloading of fish and provisioning of the boats, but their will and vocation was such that they were able to overcome the many difficulties which occurred on the first trips. Their fishing knowledge was consolidated through constant on-the-job exposure to the fishing world over many years and allowed them to specialise as ice watchers, oilers, cooks, net makers, boatswain and sailors, motivating jlpoullet_01_puertosantamariasome of them who opted to study to obtain the qualification of skipper and boat driver, subsequently returning to the management of vessels. Two teachers, two captains of the merchant navy José Luis Poullet and Francisco Sánchez-Romate Sambruno trained so many children and fathers of the sea. (En la fotografía, José Luis Poullet en 1950).

LAS ENSEÑANZAS DE JOSÉ LUIS POULLET.

Algunos hijos de estas familias marineras, especialmente las alicantinas, que desde finales de la década de los años 20 del siglo pasado se establecieron en El Puerto, acudían a la Academia de don José Luis Poullet, que no solamente daba clase de cultura general, sino que además enseñaba náutica a los futuros lobos de mar, siendo la Comandancia Militar de Marina de juanitocarrion_puertosantamCádiz la que examinaba y habilitaba para el cargo. Entre aquellos alumnos Juan Devesa Cabrera, Juanito ‘Carrión’, y José Roselló Castell.

Juan Devesa Cabrera, Juanito ‘Carrión’, años mas tarde sería armador y patrón del pesquero “Monte Gibalbín”. Cuando llegó a El Puerto con su familia, procedente de Denia, residió en una de las viviendas del edificio de la Casa de la Aduana, donde se encontraba el Bar ‘La Lucha’. A Juan, por sus conocimientos y competencia adquirida en la mar, le fue concedido el diploma que acreditaba su título de Mecánico Naval. (En la fotografía, Juan Devesa Cabrera, Juanito 'Carrión'. Foto propiedad de A.M.D.S.)

joselete_elchopa_puertosantamariaLa familia de José Roselló Castell, procedía de Calpe. Su prematuro fallecimiento que causó un hondo pensar en toda la marinería le impidió continuar gobernando los barcos de su familia, la de los Rosello Castell: José, Juan, Jaime y Guillermo, conocidos en la jerga marinera porteña como ‘los de la Perla’,  como derivación del segundo apellido de su padre, Perles, y fueron armadores de los pesqueros: “Dos Hermanos’’, “José Rosello”, “Juan y Jaime”, “Juan y Ángeles”, “Jaime y Angelita” y “Matilde Castell.

Paralelamente a estas enseñanzas para ejercer de patrón de la Bahía, así como de motorista de una embarcación pesquera de pequeño calado hubo un tiempo que la Comandancia Militar de Marina de Cádiz y de Sevilla preparaba y examinaba. De aquellas hornadas salieron Francisco García Ríos, ‘Chicuelo’, Eduardo Aguilocho Rodríguez, Vicente, Rafael y Manuel Sánchez Carbonell, Isidoro Jerez Artillo y José León Pérez, Joselete ‘El Chopa’  a quien Francisco García Ríos ‘Chicuelo’, en julio de 1947, salvó su vida cuando el naufragio del “Francisca Martínez”, conocido como el pesquero “La Blanca Paloma”. (En la fotografía, José León Pérez, Joselete ‘El Chopa’. Hizo el servicio militar en el Juan Sebastian Elcano, año 1954. Colección Antonio Leveque).

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Francisco García Ríos, ‘Chicuelo’, izquierda de la fotografía  y José Molina Benítez, en el centro,  pescador que iba enrolado de cocinero en los barcos pesqueros. Personaje también muy querido por la marinería por sus buenos guisos. Vivía en la calle Santa Fe en el Barrio Alto. Cantaor flamenco de categoría. Uno de sus hijos regenta en la actualidad el Bar “La Mezquita”. A la derecha el autor del reportaje. La fotografía es de 1985, excursión de los pensionistas del mar como Acción de Gracias por los supervivientes del pesquero “Pascual Baldó” con nótula propia en Gente del Puerto. (Foto de Rafa.  Colección de A.C.L.)

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Fiestas del Carmen. Año 1978. En la fotografía podemos ver, de izquierda a derecha al corresponsal de Diario de Cádiz de la época, a la sazón  Antonio Femenia Maiquez, Antonio Carbonell López, Joaquín Bellido Vélez, patrón de primera clase de pesca de litoral y patrón mayor de la Cofradía de pescadores, mandato 1991-1995; Alberto Alcaraz Roca, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores 1976-1984: Vicente Sánchez Carbonell, practico de pesca y mecánico naval; José Manuel Vélez Cortes, redero; José García Malvido, patrón de pesca y José Luis Ayala Naviero, redero. (La foto es de Rafa. Colección de A.C.L.)

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La casa de la calle Larga, esquina y vuelta con Luja. (Foto Colección J.M.M.)

franciscosanchezromatesambruno_puertosantamariaLAS ENSEÑANZAS DE SÁNCHEZ-ROMATE.
Tras el fallecimiento de José Luis Poullet, en noviembre de 1956, toma el relevo en las enseñanzas marítimas el Capitán de la Marina Mercante, don Francisco Sánchez-Romate Sambruno que tenía una amplia experiencia y que al igual que sus hermanos Manuel y Juan fueron alumnos de la Academia de don José Luis Poullet. En su casa, situada entre la Luja y Larga, continuó la labor, formando y preparando a pescadores que debido a la exigencia de la propia normativa ante la envergadura de las nuevas embarcaciones tenían que ampliar los conocimientos para poder ingresar  y permanecer durante dos años en la Escuela Media de Pesca de Cádiz, situada en la calle Beato Diego, que como Escuela oficial examinaba y concedía los títulos de Patrón de Altura y Mecánico Naval de Primera Clase. (En la Fotografía, Francisco Sánchez-Romate, en 1937. Foto Colección Manuel Sánchez-Romate García).

andresdevesamolina_puertosantamariaA esta Escuela, en la que impartían clases, entre otros profesores, don Mario Vallejo Guerrero y don José María Carrascosa, acudían becarios y pescadores de El Puerto que al realizar el servicio militar en  el Instituto Hidrográfico de la Marina de Cádiz contaba con licencia para asistir a clases y alcanzar la titulación de Patrón de Altura. De aquellos cursos, entre otros marineros, consiguieron el título Juan de Dios Pérez Álvarez, Andrés Devesa Molina, Simeón Mollá Llorca, Bartolomé Sendra Palma, Manuel Grado Hidalgo, ‘Cagalo’; Cristóbal Guzmán Martí, José Tur Tur, Antonio Crespo Blanquer, ‘Toni pala’; Manuel Manga García, Francisco y José Perles Bordes. Andrés Devesa Molina, durante el servicio militar en el  Instituto Hidrográfico de la Marina. Cádiz, año 1956. (Fotografía Colección de José Devesa Molina)

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Pesquero “Ballena Blanca”, quien gobernara, entre otros patrones, Simeón Mollá Llorca y José Devesa Molina, siendo sus armadores Juan Antonio García Sánchez, ‘Antoñito ‘el de la Comandancia’ y Rafael Sánchez Carbonell, Fue construido en los Astilleros de Vicente Belliure de Calpe (Alicante), en el año 1971 y desguazado en 1994, como la practica totalidad de la flota porteña debido, entre otras razones, a la problemática pesquera de la Unión Europea con el reino de Marruecos. (Fotografía Colección J.D.M.)

LA NUEVA NORMATIVA PESQUERA

Estamos en el año 1965: una nueva normativa sobre pesca sustituye el nombramiento de Patrón de Altura de aquel entonces por el de Patrón de Primera Clase de Pesca de Litoral, que tenía menor TRB (Toneladas de registro bruto) y mayor cobertura geográfica que los anteriores  nombramientos. Obtienen el título con esta nueva denominación, Miguel Oviedo Pérez, José Cabrera Ordines y José Galán Venegas, nieto de ‘Patesca’ con nótula propia en Gente del Puerto 129. En el curso 1967/68, la Escuela Náutico Pesquera de Cádiz viene a sustituir a la Escuela Medía de Pesca de Cádiz, siendo los primeros pescadores en lograr en esta Escuela el nuevo título Francisco Crespo Llorca, Juan Luis Rueda Alonso, Basilio Lloret Llinares y José Llinares Más,  Pepe ‘Vilero’. En 1975, José Devesa Molina, hermano de Andrés, obtiene el título de Patrón de Primera Clase de Pesca de Litoral y de Cabotaje. Su padre, Jaime Devesa Mañó, llegaría a El Puerto procedente de Calpe en el año 1931 junto a José Poquet Cabrera, ‘Tío Pe’.

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A la izquierda de la fotografía, José Devesa Molina con Antonio Pomares Manzano, Práctico de Pesca del pesquero Bahía de la Fustera y personaje entrañable para la marinería de El Puerto, en la actualidad ambos están jubilados. (Fotografía Colección J.D.M.)

De lo que no cabe la menor duda es que los conocimientos docentes y náuticos  de don José Luis Poullet, en una época difícil, sirvieron de base para que los pescadores pudieran dirigir sus embarcaciones pesqueras.  Posteriormente, de la misma manera, también valieron los de don Francisco Sánchez-Romate Sambruno que durante dos décadas ayudó y colaboró en la formación de los patrones porteños. Por cierto, los hermanos de don Francisco Sánchez-Romate Sambruno, Manuel y Juan también estuvieron ligados a la mar aunque con distinta suerte. Manuel fue bastantes años Comandante Militar de Marina en la localidad de Barbate y Juan, aunque estudió náutica. tuvo que abandonar la carrera ejerciendo otra profesión

libreta_juanmanuel_s_r_s_puertosantamaria1Libreta de inscripción martítima de Juan Sanchez-Romate Sambruno, igual a la de marinería, la libreta de los pescadores de aquella época. Año 1928. (Foto Colección M. S-R.G.)

LA ESCUELA DE ORIENTACIÓN MARÍTIMO PESQUERA.
Mención especial merece también la Escuela de Orientación Marítimo Pesquera, situada en la avenida de la Bajamar, en el edificio de la desaparecida Cofradía de Pescadores, que bajo la dirección de don Antonio Márquez Toledo dio comienzo, iniciados los años 60, una nueva etapa de formación para los hijos de marineros que con el correspondiente certificado de escolaridad facilitaba el camino para acceder posteriormente a la Escuela Náutico Pesquera y gobernar un barco de pesca sin complicaciones.

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En la fotografía, la Cofradía de Pescadores, en cuyo edificio estuvo la Escuela de Orientación Marítimo Pesquera, sobre principios de la década de los sesenta del siglo pasado. (Fotografía Mata. Año 2000).

En la actualidad el poco atractivo que ofrece la pesca para las nuevas generaciones, no sólo está creando en el sector una situación alarmante, sino que además origina serias dificultades para completar sus tripulaciones ya que ningún padre permite que sus hijos embarquen porque la bonanza que se vive en otros sectores productivos, a pesar de la crisis reinante, atrae infinitamente más que el trabajo en la mar. Desgraciadamente, del mismo modo, es uno de los motivos principales de la ausencia de hijos de marineros en las Escuelas Náuticas Pesqueras.   Antonio Carbonell López.

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¿Que estaba Vd. haciendo el día que Tejero nos quiso sojuzgar con la intentona golpista? ¿Que hacían nuestros representantes políticos en el Ayuntamiento? ¿Como lo vivió la gente de a pie?. Aquella tarde de lunes se convulsionó el país, mientras no toda la ciudadanía era consciente de la que se nos podía venir encima. Así, unos siguieron sus actividades con normalidad, otros evocaron tiempos del pasado y se preparaban para lo peor. Unos dieron la cara hasta el final como el alcalde Antonio Álvarez y otros, inconscientes, se pasaban por delante del Cuartel de la Guardia Civil a intentar vislumbrar que pasaba; desde dentro del Cuartel algún número estaba mas asustado que los que andábamos por fuera. Unos cuantos concejales estaban preparados para irse a Portugal. Otros pasaron la noche en un barco en la Bahía. Un falangista amigo se ofreció a esconder en su casa al sindicalista Pepe Marroquín, pero al final no fue necesario. Un excomisario de policía que vivía en la calle Santa Lucía se frotaba las manos. Alguien de la trama golpista -un hotelero local ya desaparecido- contactó con el Jefe Provincial de la Falange por si éstos se sumaban al desafuero, obteniendo un no rotundo por respuesta «--Era una locura participar en aquello; yo estaba seguro que el rey no iba formar parte de la intentona». Un policía municipal se fue para el Cuartel del Instituto Armado a ponerse a las órdenes del comandante de puesto; nuestro informante afirma desconocer de que parte estaba. Los radioaficionados que esa noche se encontraban en vela, recibían esta expedita orden: «--Pasen a banda comercial». Estas son algunas de las historias que se vivieron aquella noche, hace 28 años, del aciago 23 de febrero de 1981.

antonioalvarez_23f_puertosantamariaAntonio Álvarez Herrera, el primer alcalde del actual periodo democrático le tocó lidiar con la situación. No se movió de su despacho hasta que el discurso del Rey lo tranquilizó como al resto de españoles. Allí estaba con algunos concejales que iban y venían, y a los que aconsejó que se fueran a su casa, cosa que hicieron, pero el permaneció en su despacho. Curiosamente el comandante de la Policía Local, Manuel López Romero (acompañado por el guardia Manuel García de Quirós Domínguez), estuvo con el alcalde hasta el final: «--La suerte que Vd. corra, la correremos los demás». Y es que en el pasado predemocrático Manuel López y Antonio Álvarez vivieron una situación difícil cuando el primero apresó al segundo; pero esa es otra historia que un día contaremos en Gente del Puerto. Mario Peluffo Rojas, Teniente de Alcalde de la Policía estuvo durante una buena parte de la tarde a la puerta del Ayuntamiento, controlando los accesos a la Casa Consistorial, vigilante de cuanto pudiera acontecer en las afueras del primer edificio público.

estebancaamano_23f_puertosantamariaEsteban Caamaño Bernal. Diputado en Cortes. Era, además de concejal socialista, diputado a Cortes Constituyentes en Madrid y la asonada le cogió en la votación en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo. Estos comentarios nos hacía en marzo de 2005, evocando aquel día: «Yo me río mucho de eso. ¿Cómo era posible que, cuando estábamos saliendo de la dictadura, camino de Europa, nos quisieran llevar otra vez atrás?. Gracias a que el Rey lo cortó de momento… Sentí vergüenza de ser de mi país, y del espectáculo que estábamos dando. Recuerdo que la única vez que me levanté de mi escaño, camino de los servicios, Fraga le estaba diciendo con voz aturrullada y alta a Tejero que dudaba que Milans estuviera metido en aquello. Tejero lo mandó a su sitio con cajas destempladas. Y yo quise ir a comprar tabaco a la calle, ver el ambiente y volver, pero me mandaron para el escaño, junto al diputado Vargas Machuca. El sabe que no pasé miedo. No acepté ni agua, ni tabaco: no quería nada de esa gente.»

pacolara_23f_puertosantamariaFrancisco Lara Fernández, era el portavoz del PSOE y socio en el gobierno local. Estaba en casa escuchando la radio por si había algún cambio en el sentido de la votación que se estaba celebrando en el Congreso. Al ver que no hay cambios salió a hacer un recado y a su regreso se encontró con su mujer que bajaba las escaleras muy alterada diciendo que: «--Han habido tiros en el Congreso». Al comprobar por la radio lo que pasaba empezó a llamar a compañeros para contrastar la información. Recibió una llamada de su padre: un amigo suyo, representante de una marca de cava le ofrecía cruzar la frontera con Portugal a través de una finca de su propiedad que poseía en Badajoz, algo que Paco agradeció pero declinó. Se fue para el Ayuntamiento y allí permaneció junto a Antonio Álvarez y otros concejales que no recuerda hasta después de las ocho de la tarde, aunque permanecieron en contacto telefónico a lo largo de la noche Los ficheros del Partido Socialista los escondió Rafael Valera Rey. Y en Madrid, según supo Paco por su amigo Lito, secretario de Luis Fajardo, los ficheros del PSOE a nivel nacional pasaron la noche en el depóstio de la grúa municipal, pues en el coche del primero se encontraban escondidos cuando la grua lo retiró por mal aparcamiento. Estaban en un lugar seguro.

munozcuenca_23f_puertosantamariaAntonio Muñoz Cuenca, era portavoz del Partido Andalucista, el tercer socio de gobierno del pacto de las izquierdas. Muñoli estaba llevando a su hijo Daniel al médico, concretamente a Manuel Pérez Blanco a la consulta de la calle Cielos. Se enteró de lo sucedido por el médico y se fue para su casa con su hijo donde estuvo escuchando la radio. Luego al Ayuntamiento y allí se encuentra con Antonio Álvarez quien le conmina para que se vaya para su casa, a lo que le preguntó: «--¿Te vas a quedar solo? y desoyéndolo estuvo acompañando al alcalde junto con otras personas que no recuerda, algo más de una hora. Como era lunes, el jesuita Diego Casares, no entendiendo la gravedad de la situación, prosiguió con los ensayos del Orfeón Portuense, del que era su director. Antonio no ensayó. De vuelta para su casa estuvo hablando por teléfono con José María Simón y con Carmelo Ciria, en aquella época en el PA, quienes le tranquilizaron tras el discurso del rey. Se acostó a las tres de la mañana. Al día siguiente, en el colegio, unos adolescentes pertenecientes a Fuerza Nueva le increparon junto a los profesores José María Simón y Manolo Sierra, respondiédoles éstos con unos significativos cortes de manga.

enriquemiranda_23f_puertosantamariaEnrique Miranda García, concejal de Unión de Centro Democrático. El más joven, quizás por eso “el más inconsciente” según sus propias palabras. A la hora de los tiros en el Congreso estaba en un consultorio médico protagonizando pacientemente una operación de cirugía menor. Cuando se enteró se quedó tan pancho «¡que inconsciencia la mía!» se reitera. No supo calibrar la importancia y gravedad del momento. En la sede del partido a la que acudió había gente con miedo y gente que estaba contenta por lo que estaba sucediendo. Algunos se quitaron de en medio. Él se fue para su casa. Según sus propias palabras lo quisieron expedientar en UCD dos veces por “confraternizar con el enemigo” y es que Chelique se llevaba bien con todo el mundo, independientemente de sus ideas, independientemente de su militancia.

manuelmoreno_23f_puertosantamariaManuel Moreno Romero, portavoz y único concejal de Coalición Democrática, de la “minoría absoluta”, como a él le gustaba autodenominarse. Estaba en su casa regando el jardín cuando se produce el asalto al Palacio de la Carrera de San Jerónimo. Al principio no sabía si se trataba de un bulo o era la realidad lo que le estaban contando. Cuando confirma la asonada, llamó al alcalde, Antonio Álvarez, con el que le unía un cordial relación de amistad y le ofreció su casa para que se escondiera por si fuera necesario, a lo que éste le respondió que «--yo me quedo en el Ayuntamiento; no me marcho de la Alcaldía». Otros concejales si saldrían de El Puerto. Según Moreno, aquella intentona no tenía porvenir. El portavoz de la derecha, único concejal de esta tendencia política en el ayuntamiento presume de su buen trato con el alcalde Álvarez y, como prueba de ello, recuerda que fue el primer concejal que representó al Ayuntamiento fuera de El Puerto, en el primer viaje oficial que se realizó en el actual periodo una vez restaurados los ayuntamientos democráticos.

manuellopezromero_23f_puertosantamariaAl día siguiente, con la radio y los medios de comunicación anunciando en grandes titulares el fracaso del golpe, se reunieron en la alcaldía desde muy temprano políticos, sindicalistas y otras representaciones que abarrotaban la alcaldía: mas de cincuenta personas. Todos se felicitaban y tomaron el propósito de estar vigilantes ante una democracia tan frágil. Felicitaban a Álvarez por su valentía y recordaban los momentos pasados. Mas tarde se celebró un Pleno Extraordinario para reafirmarse en la vocación democrática de este país, en el que acordaron defender la democracia y -que ilusión la de entonces- ser mas leales entre los partidos y no llegar a confrontaciones que pusieran en peligro la democracia. En la fotografía de la izquierda, el Comandante de la Policía Local, Manuel López Romero, excaballero legionario, tenía la Medalla Militar individual y una Cruz Laureada de San Fernando colectiva (obtenida durante la Guerra Incivil; al ser la máxima condecoración militar concedida, empleos militares de mayor graduación se cuadraban en su presencia. Siempre la llevaba puesta ). El militar retirado y jefe de los guardias tuvo un papel destacado aquella noche, defendiendo con su presencia la soberanía popular en la persona del alcalde Antonio Álvarez, con quien permaneció hasta el final. Su frase «--La suerte que Vd. corra, la correremos los demás» ya no la olvidaría nunca.

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elarropiero_2_puertosantamariaManuel Delgado Villegas, “el Arropiero” debía su apodo a que su padre vendía arropías o arrope, un dulce elaborado con higos,  a la puerta de los colegios, concretamente a la puerta del Colegio de La Salle donde tuve la oportunidad de verle de pequeño. Las arropías tenían tres colores: frecuentemente rosa, pero también traía en el canasto de mimbre las de color amarillo y verde claro. El pregón que lanzaba el padre era: «¡Arropía de Turquía! / ¡Las llevo largas y retorcías! / ¡Que ricas y que buenas, / llevo mis arropías!». Y en función del público oyente, agregaba nuevos versos: «¡Largas, largas, / como las malas lenguas!». O este otro: «¡Qué larrrrrrrga la tengooooooooooo!». La colaboración de dos policías locales, uno de ellos vecino de la novia del hijo del arropiero, Juan Barrios Quirós y su compañero Manuel García de Quirós, fue decisiva para la detención del personaje a manos del Cuerpo Superior de Policía.

«Primero fue "el hijo del arropiero" y luego se quedó con el mote. Manuel Delgado Villegas nació en Sevilla el 25 de enero de 1943. Su madre, que contaba entonces 24 años, murió al dar a luz, por lo que él y su única hermana, Joaquina, fueron criados por su abuela. Fue detenido el 18 de enero de 1971 en el Puerto, por la muerte de Antonia Rodríguez Relinque, con la que mantenía relaciones sentimentales.

El Arropiero presentaba entonces un aspecto muy singular: corpulento y atlético, caracterizaba su rostro con un inconfundible bigote a lo "Cantinflas", en homenaje al que era su personaje más admirado. Salía con Antonia Rodríguez, una mujer subnormal, soltera, de 38 años, mucho mayor que él, a la infligía malos tratos. El día del crimen la llevó en moto a un lugar del campo, solitario, en Galvecito, donde mantuvieron relaciones sexuales. Movido por el impulso irrefrenable que le hizo cometer tantos crímenes, rodeó el cuello de Antonia con los leotardos que le había quitado y la estranguló mientras hacían el amor. Fue detenido tras haber vuelto tres noches seguidas a poseer el cuerpo, ya cadáver, de Toñi en el mismo lugar donde la había asesinado.» (F.P.A.)

elarropiero_4_puertosantamaria«En septiembre de 1970 decidió trasladarse a vivir al puerto de Santa María con su padre, para ayudarle en la fabricación de arropías y vender golosinas en un carrito por las calles. Pronto hizo amistad con un homosexual, con el que mantuvo secretas relaciones. "Fuimos a dar un paseo en moto y cuando íbamos a salir a la carretera general, me acarició. Le dije que se estuviera quieto, pero no me hizo caso. Enfadado, paré y le di un golpe en el cuello, despacio, pero era tan flojo que se cayó y se rompió las gafas. No respiraba bien y me dijo que lo llevara al fresco, junto al río. Allí intentó otra vez tocarme y, sin pensarlo, le solté un golpe más fuerte y cayó al fango, boca abajo e inmóvil". El cadáver fue localizado flotando a 12 kilómetros del lugar del crimen...» Margarita Bernal.

EL CROMOSOMA LOMBROSO.
Este es el relato que hace Pedro Ingelmo de nuestro personaje: "El Arropiero se llevaba con él su arma homicida, un arma genética conocida como el cromosoma Lombroso en honor al positivista que afirmaba que el asesino es incorregible, que su impulso de matar está en el código genético. El criminal nace, no se hace, defendía Cesare Lombroso a finales del siglo XIX. Los asesinos y violadores en serie no son XX ni XY en el cromosoma que define la sexualidad humana. Son XYY. El Arropiero tenía esa anomalía genética. El Arropiero era violador y asesino, violento en toda circunstancia, no tenía una sexualidad definida. El Arropiero parecía haber sido puesto en el mundo por Cesare Lombroso en persona.

elarropiero_5_puertosantamariaCuando fue detenido, confesó 47 crímenes más además del de Paqui, entre ellos el de Francisco Marín, un vecino suyo de El Puerto que apareció ahogado en el Guadalete, una hippie francesa ciega de LSD en Ibiza, un millonario barcelonés que había solicitado sus servicios de chapero, un publicista al que dejó seco de un golpe de karate... De 1964 a 1971, El Arropiero regaba muerte en su vagabundeo. La policía pudo comprobar ocho de esos crímenes, dio verosimilitud a otros 22 y no siguió investigando los demás. Cuando iba en el coche policial, escucharon por la radio el caso de un mexicano al que se le atribuían 49 crímenes. "Este te gana", bromeó el policía. "Señor inspector" -contestó El Arropiero- "déjeme libre tres días más. No deje que ese mexicano me gane".

Pero al Arropiero no se le juzgó por ninguno de esos crímenes. El Arropiero dio con sus huesos en el manicomio sin más, escondiéndolo del sistema, eliminándolo en su celda de psicópata. Y así el bigotillo se transformó en una larga barba. En la Navidad de 1997 un esqueleto de larga barba, sin sombra de parecido con Papá Noel, se refugiaba en las esquinas de Mataró escupiendo sangre. Tenía 58 años, pero aparentaba mil. No quería pisar albergue alguno, no quería volver a estar entre cuatro paredes. Había tenido bastantes paredes de psiquiátrico en psiquiátrico, de Carabanchel a Fontcalent, de Fontcalent a Santa Coloma, el Robinson de los loqueros, como le llamaban los demás locos. Loco, loco... Estaba libre porque iba a morir. Ya no era un asesino peligroso, sino un mendigo moribundo. Y moriría días después, en febrero. En las calles reventarían sus pulmones podridos de nicotina. Acababa de morir el mayor serial killer de la historia de este país. Tendido en el suelo de una calle de Mataró, El Arropiero parecía poca cosa. Un muerto poco vistoso para una biografía con tantos muertos a las espaldas.

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En la fotografía, el Hospital Psiquiátrico de Miraflores (Sevilla) donde estuvo 'el Arropiero' antes de su traslado a los psiquiátricos catalanes.

Investigadores publicaron en la revista American Journal of Medical Genetics un estudio en el que encontraron el 'cromosoma criminal' en el 1,8 por ciento de los agresores sexuales que examinaron. Pero el autor de la investigación, Peer Briken, del Instituto de Investigación Sexual y Psiquiatría Forense de la Universidad de Hamburgo, matiza que "los factores genéticos sólo son importantes cuando concurren con otros de tipo ambiental. Realmente, la presencia de XYY es rara y no debería preocuparnos como un gran comportamiento antisocial, pero hay que estar atentos a su presencia en los agresores sexuales".

Los individuos con un cromosoma Y duplicado suelen presentar una serie de patrones comunes. Según el instituto de Investigación en Enfermedades Raras del Instituto de Salud Carlos III, los afectados suelen ser altos y delgados, la mayoría presenta un acné severo en la adolescencia y el espermiograma revela generalmente falta o ausencia de espermatozoides. Todo ello coincide con El Arropiero, el mayor criminal de la historia de España, un bruto, un Robinson de los psiquiátricos, un hombre solo, un vagabundo sin infancia, un salvaje que, como el monstruo de Frankenstein, acariciaba con cariño el cadáver de la mujer que había asesinado. Un esqueleto del invierno de Mataró.»  Pedro Ingelmo.

elarropiero_amigo_puertosantamariaBERNARDO SÁNCHEZ.
A raíz del reportaje que VISTA PÚBLICA emitió acerca de este peligroso y peculiar personaje, un espectador de El Puerto, residiendo en el Asilo de Anciano se puso en contacto con el  programa para contarles  su personal y peculiar experiencia con  Manuel Delgado Villegas, asesino confeso de 48 personas, la Policía le atribuyó 22. Bernardo Sánchez, que lógicamente desconocía la faceta criminal de éste, describe cómo el azar lo salvó de morir, en dos ocasiones, a manos del mayor asesino en serie de la historia de España.

elarropiero_peliculaARROPIERO, EL VAGABUNDO DE LA MUERTE.
Título original: “Arropiero, el vagabundo de la muerte”.
Productor: Carles Balagué.
Productora: Diafragma P.C.., S.L.
Directora de Producción: Susana Batalla.
Coproducción: Producción Ejecutiva TVC: Jordi Ambrós. Producción Delegada TVC: Rosa Bosch.
Guión y Dirección: Carles Balagué.
Duración: 80 min.
Versión original: Castellano y catalán.
País: España.
Año: 2008.
Montaje: Carmen M. Guzmán.
Director de fotografía: Josep Gusi (AEC).

Carles Balagué:
Ensayista y crítico de cine, ha escrito seis libros, el último de ellos, “Las mejores películas del cine negro”. Desde hace 12 años programa las Salas Meliès de Barcelona, dedicadas a la recuperación del cine clásico y a la difusión del cine europeo, y galardonadas con el Premio Sant Jordi en 1996.

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Los alumnos de la Academia de Bellas Artes en 1951, cuando se encontraba situada en el antiguo Convento de Santo Domingo, hoy Institiuto de Bachillerato. Podemos observar las palmeras existentes, donde hoy hay naranjos y la fuente original que en la actualidad  está situada –mutilada- en el Parque Calderón. Atrás en alto, Antonio Poullet y José Antonio Sánchez. Fila siguiente de izquierda a derecha:  Ramón Querol Llerandi, Ramóncito Zarco, dos desconocidos, Francisco González Delgado, Manuel Monge, Manuel Girón Ceballos, Joaquín Lojo Rodríguez, Luis Ortega García, Antonio Pérez Ruiz. Fila siguiente, de izquierda a derecha, José Marchena Rodríguez, Manuel Guerrero, desconocido, José González Padilla, desconocido, Rafael Rivas Acal, Eduardo Cáravae, Antonio Gandulla López, Miguel Ángel Pantoja del Puerto, Pedro Vidal. Fila siguiente, agachados de izquierda a derecha, Luis Poullet, Francisco Dueñas Redondo, Quique, Antonio de la Torre González, Eloy Fernández Lobo, Javier Renedo Varela, Esteban Matute, Juan Luis Rodríguez, Abadía e Ignacio Sordo. (Foto colección Eloy Fernández Lobo).

logobellasartes2_puertosantamaria«Más de 20.000 alumnos han pasado a lo largo de siglo y pico de existencia de la Academia por sus aulas. La exposición de los trabajos realizados, la entrega de diplomas y las visitas de personalidades a las clases han sido tónica permanente de todos los tiempos. Muchos alumnos encontraron en las enseñanzas de la Academia la orientación hacia su futuro profesional como arquitectos, pintores, músicos y oficios artesanos.» (Del catálogo de la exposición: Un siglo de Actividad e Historia).

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