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rafaelgalvezpallares_puertosantamariaRafael Gálvez Pallares, tiene 78 años de edad. Este hombre del mar, aficionado a los pájaros, nació con la Guerra Civil, en 1936, en el que El Puerto conoció varios alcaldes. Ramón García Llano accedió a la alcaldía de forma accidental el 3 de enero, sustituyendo a José Luis Macías Caro. En las elecciones municipales celebradas a mediados de febrero resultó elegido Francisco Veneroni Arcos, al frente de la coalición electoral de izquierdas denominada Frente Popular. Al mes siguiente tomó posesión de la alcaldía, el 18 de marzo, José Blandino Mitjes y al mes siguiente el 24 de abril, Manuel Fernández Moro, que es desalojado de la alcaldía tras la sublevación militar del 18 de julio, desapareciendo, sin que hayan sido hallados sus restos mortales. El día de la rebelión ejerció en funciones de alcalde el teniente Fernando Ristori; luego el 27 de julio, el capitán Ramón Iribarren Jiménez ocupa el sillón de primer edil y será el 23 de diciembre cuando, subiendo el escalafón en la graduación militar se hará cargo de la vara de alcalde el coronel Ángel Guinea de León Garavito.

Nacían también, ese año de 1936 Francisco del Castillo Tellería (ver nótula núm. 1.086 en GdP) y el que fuera director y Hermano del Colegio La Salle, Taudiano Prieto Palacios (ver nótula num. 1.794 en GdP).

Nuestro protagonista se embarcó por vez primera en un pesquero cuando contaba tan solo 12 años para ayudar a su padre, Manuel Gálvez García ‘Monteburra’ apodo por el que se conoce a la familia --muy querida y marinera--, jubilándose después de 40 años de duro trabajo, tras vivir todo tipo de peripecias y momentos difíciles, recogidos en su Cartilla de Navegación. Ha vivido siempre en la barriada de la Playa, primero de soltero y luego, ya de casado, con su mujer, Dolores Robles Cairón, también de familia marinera, hija de Francisco Robles, motorista, conocido como Paco ‘el Guiso’.

Rafael recuerda las largas y duras singladuras por las costas de África, que alcanzaban los 40 días con sus noches --como un pasaje de la Biblia-- de forma ininterrumpida. Y recuerda los distintos naufragios que ha protagonizado a lo largo de su vida, de los que ha salido ileso, o bien a perdido a algún familiar en el mar.

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La lonja y el cantil del muelle, atestados de barcos y de faena pesquera. /Foto: Colección V.G.L.

NAUFRAGIO DEL TORRE PAJARETE.
El primer naufragio que vivió se produjo a 15 millas mar adentro de las costa de Agadir (Marruecos). Era Contramaestre de Nevera del pesquero ’Torre Pajarete’, de los armadores Manolo Montero --Manuel Pérez Pichaco-- (con nótula num. xxx en GdP) y Antonio Crespo Blanquer, conocido como ‘Toni Pala’. Habían salido de El Puerto para ‘hacer una marea’ de 40 días frente a las costas del desierto de Sáhara, algo habitual en los años de esplendor del sector extractivo pesquero. “--Íbamos cargados de hielo y gasoil, había mucho temporal y un golpe de mar partió el barco por la mitad.” Eran las cinco de la mañana y consiguieron desplegar el material de salvamento, abrir las balsas y ponerse a salvo los 12 tripulantes del pesquero. Tras varias horas de incertidumbre, llegaron a las costas africanas donde estuvieron perdidos tres días en el desierto, hasta que un marroquí los encontró y llevó hasta Casablanca, la capital del reino alauita.

finoducal_osborne_puertosantamariaNAUFRAGIO DEL DUCAL.
En la desembocadura del río del Olvido, --el Guadalete-- se produjo el segundo de los naufragios de nuestro protagonista, en el que los bancos de arena, con la marea baja, cegaban el canal de entrada al río, al no estar construidos aún los espigones y no tener la famosa draga un mantenimiento permanente. El ‘Ducal’, nombre de un fino de El Puerto de la Casa Osborne, era un pesquero propiedad de Tomás Osborne que, al entrar cargado de pescado se quedó embarrancado en un bajo. Recuerda Rafael que “--Se partió a pedazos, aunque gracias a la interseción de la Virgen del Carmen, toda la tripulación pudo llegar a la playa de La Puntilla”.

NAUFRAGIO DEL CALPE QUINTANS.
Sin embargo Rafael recuerda como su experiencia mas dura perder a un familiar, a su cuñado Antonio Robles Cairón, en el trágico naufragio del pesquero ‘Calpe Quintans’, en 1987 (ver nótula núm. 1.344 en GdP), un motopesquero de madera, de cien toneladas de registro bruto, construido en 1972. Los armadores, Hermanos Morató Martínez, llevaban enrolado en la tripulación a Pedro Morató Blanquer, hijo de Francisco Morató Martinez, siendo el otro socio armador el patrón de Pesca, Miguel Navarro. Este es el rol de la embarcación:

Miguel Navarro Moran, “Fanguito”, patrón de Pesca
Pedro Morato Blanquer, técnico de Pesca
José Adán López, “Gordito”, segundo Mecánico
Antonio Robles Cairon, engrasador
Manuel Calatayud Ojeda, contramaestre
Eduardo Jiménez Ruiz, cocinero
José Borga Pérez, nevero
José Luis Lara Rodríguez, nevero
Ángel Anaya Pecho, nevero
Ramón Arana Pino, marinero

Supervivientes: El primer mecánico, Manuel Julián Sempere, “Santapolero” y el marinero Ángel Pedro García Serrano, que luego trabajaría como marinero en Puerto Sherry. Curiosamente los tripulantes de mayor y menor edad de la embarcación.

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Rafael Gálvez, entre Antonio Jesús Ruiz, a la sazón concejal de Pesca y David Romero, Hermano Mayor de la Hermandad del Carmen

HOMBRE DEL MAR 2009.
Muy vinculado a la hermandad de la Virgen del Carmen, el pasado 8 de septiembre iba en representación de la misma en el desfile procesional de la patrona, a sus 78 años de edad. Recuerda que en el puente de los pesqueros donde ha navegado iba siempre una hornacina con la imagen de la patrona de los marineros, con un candil encendido en su honor: “--Estoy convencido de que su intercesión fue decisiva en los dos naufragios a los que sobreviví, durante los cuales ella nos salvó a mí y a toda la tripulación”.

En noviembre de 2009 recibía el Homenaje al Hombre del Mar, ofrecido por la Hermandad de la Virgen del Carmen a la que está muy vinculado y a la que pertenece desde niño al igual que su padre quien, al fallecer, quiso que una imagen le acompañara en su último viaje. Contribuye a mantener iluminada la capilla de la Virgen del Carmen en la plaza de la Tradición, en la barriada donde siempre ha vivido.

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El Barrio de Guía era, por antonomasia, el barrio marinero de El Puerto, que se extiende en torno a la antigua Pescadería, hoy conocido como Avda. de la Bajamar, y en toda su extensión, antaño, la larga vía se denominaba Enrique Martínez, en honor del ingeniero de obras públicas que impulsó la canalización del río Guadalete...

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Portalón de la Ciudad al tráfico marítimo, a la explotación pesquera, a la aventura marina, a las pasadas tradiciones navales, la avenida de la Bajamar...

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Pescadores en torno a la taberna La Gaviota, uno de los pocos reductos con auténtico sabor marinero, donde unas pieles curtidas, unas voces ajadas, una mirada rota, una socarrona sonrisa, te pueden evocar que fue del puerto que no es.

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La orilla del río, hoy cantil del muelle, contempla como antaño, a quienes partieron a América, antes con el comercio de ultramar, hoy con embarcaciones deportivas. Y los marineros, que ya no tienen La Lucha, Los Cristalitos, Los Caballos, Adriano, los ven...

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Como no queriendo ver mas allá del decaimiento del sector pesquero, los pescadores artesanos, deportivos, ociosos, aburridos, son la luz en la Bajamar de este Puerto de Arrebatacapas. /Fotos: Adrián Morillo.

manuelperezpichaco_montero_puertosantamariaManuel Pérez Pichaco, conocido como Manolo Montero nacido en 1920, era natural del municipio serrano de Prado del Rey, desde donde se desplazaba a diario para proveerse de pescado que comercializaba en los municipios de la Sierra de Cádiz, hasta, hasta que se estableció en nuestra Ciudad con su familia, a finales de la década de los 30 del siglo pasado. Industrial mayorista de pescado y mariscos, además de armador de Pesca. Casado en El Puerto con Isabel Pérez --vivió primero en la plaza de Colón, junto al desaparecido cine del mismo nombre y, posteriormente, en la calle Federico Rubio-- tuvo dos hijas: Remedios y Ana María. Sus hermanos Diego y Pepe, trabajaron también en el negocio de la exportación de productos de la mar.

PESQUEROS.
Tuvo barcos en sociedad con Antonio Crespo Blanquer, conocido por Toni Pala, a quienes la fortuna les sonrió a medias, ya que si bien las tres embarcaciones dieron buenos dividendos a sus armadores, estas tuvieron la mala fortuna de  naufragar. Fueron tres pesqueros: "Torre Pajarete”, que naufragó 40 millas mar adentro frente a las costas de Agadir (Marruecos), "Montero Hermanos" y "Terol Casanova". El pesquero "Hermanos Montero" se hundió en junio de 1977. En este caso, ya era de otro armador, de Lepe (Huelva). Lo vendieron Montero y Toni Pala antes de comprar el "Terol Casanova", que desgracidamente también naufragó. Este último se hundió en las costas de Marruecos próximo a las Islas Canarias el Jueves Santo de 1984. La tripulación fue puesta a salvo por el pesquero de esta base "Giner y Garcia" de Antenor Barcía González y Emilio Soler Perez, llevándola al de Arrecife donde los pescadores fueron atendidos en la Casa del Mar. Afortunadamente, en ninguno de los tres casos hubo que lamentar desgracias personales. Tuvo también una sociedad empresarial dedicada a los textiles.

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En el Salón de Plenos del Ayuntamiento. De izquierda a derecha, Jaime Fernández Criado, Secretario General; Fernando T. de Terry, alcalde; y los concejales Diego Mora, Manuel Rebollo, Manuel Camacho, Eligio Pastor y Manuel Pérez Pichaco. /Foto: Archivo Municipal.

CONCEJAL.
Fue elegido concejal del ayuntamiento por el tercio de cabezas de familia, en 1973, ocupando la alcaldía Fernando T. de Terry Galarza, siendo delegado de Patrimonio Municipal, Expropiaciones, de Valdelagrana y de la Junta Pro-Vivienda.

IMPULSOR DE LA SALA DE SEGUNDAS VENTAS.
Montero fue impulsor en esta ciudad de la Sala de Segundas Ventas de Pescados, hoy Mercado de Mayoristas, siendo la única Lonja de Pescados de España que tiene a escasos metros una Sala de Mayoristas. Las gestiones se iniciaron en tiempos del ingeniero de la Junta de Obras del Puerto, José Antonio Español Caparros (ver nótula núm. 1.892 en GdP)

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En la antigua Lonja de Pescados, grupo de exportadores y minoristas de pescados y mariscos ante un lance de chocos. De izquierda a derecha:  Solamente distinguimos a Manuel Pérez Pichaco --Manolo Montero-- y Gravan al principio de la fotografía, al final de la misma Manuel Espinosa Morales, hermano de Eugenio del Restaurante “El Guadalete”; en el centro minoristas de Jerez, San Fernando y Cádiz.

lonja_activaLa familia Montero abastecía la Lonja de pescado azul, es decir, caballas, sardinas, boquerones, que no pescaba la flota de este puerto. Esto comenzó a mediados de lo años 60 del siglo pasado y en la Lonja de Pescados de esta margen del río, --la derecha--. En un principio se vendía el pescado azul de la familia Montero en las puertas del Garaje Aduana y Bar Guadalete. También la firma de Fermín Romero Abuelita comenzó a traer pescado azul. Existieron controversias con el Ingeniero Español Caparrós a cuenta de las tasas que tenía que pagar por el pescado la familia Montero y Abuelita. Una vez solventadas éstas, el pescado comenzó a venderse dentro de la Lonja. /En la fotografía de la izquierda, una ambientada imagen de la antigua Lonja del Pescado, en la margen derecha del Guadalete.

Esta práctica no fue bien vista por los pescadores. Ya con el traslado de la Lonja de Pescados a la Otra Banda la actividad tomo proporciones mayores y comenzaron, tanto la familia Montero como otros vendedores,  a traer por vía terrestre no solamente pescado azul, sino de otras variedades que, según armadores y pescadores, sí creaba competencia desleal con los extraídos del mar y que llegaban a través de las embarcaciones a este puerto pesquero.

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De izquierda a derecha, Manuel Martínez Alfonso, José Alvarez Sevilla ‘Gavina’, Manuel Pérez Pichaco (Montero), Antonio Cólogan Osborne, desconocido, Comandante Jefe del Puesto de la Guardia Civil, José Nowel del Río segundo comandante de la Ayudantía de Marina de El Puerto, el Administrador de Aduanas, el ingeniero de Obras del Puerto José Antonio Español Caparrós y Manuel Sañé, Comandante de Ayudantía de Marina. Misa celebrada en la Lonja del Pescado con motivo de la festividad de la Virgen del Carmen. Año 1974.

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Barcos junto al cantil del muelle en la margen derecha: Playa de Valdelagrana, Nuevo Moruno luego Portus, Nuevo Río Guadalete y desconocido.

Lo cierto es que, lo que comenzó con cuatro camiones hoy es un Mercado de Mayoristas de Pescados con mayor capacidad de venta que la propia Lonja, como consecuencia de la perdida de la flota arrastre de este puerto. De las 132 embarcaciones de base de los años 70 del siglo pasado escasamente diez barcos de base subastan en la actualidad y otras tantas que vienen de los puertos de las costas onubenses.

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Esperando a Manolo Montero, en el restaurante 'El Resbaladero', a mediados de la década de los 70 del siglo pasado. De izquierda a derecha, su compañero en la Corporación Municipal, Manuel Camacho Aguilar, de Hierros Osca; Maximino Sordo Díaz, propietario del restaurante 'el Resbaladero'; de pie, Manuel Gutiérrez, Manolito ‘el Cochino’ (ver nótula núm. 284 en Gente del Puerto); Nicanor Gómez Recalde, de Ultramarinos ‘Los Caballos’ y Antonio Crespo Blanquer, de los alicantinos llegados a esta tierra, natural de Calpe, conocido por Toni Pala, excelente patrón de pesca y socio en las embarcaciones de nuestro protagonista.

Montero era muy amigo de Maximino Sordo del restaurante ‘El Resbaladero’, donde tenía establecido su paradero, celebrando allí distintas reuniones en su salones con los distintos estamentos sociales de la época. Manolo fue un hombre afectivo y cordial, muy participativo y querido por sus compañeros.

Entre los usos, modos y costumbres en faenas de arranchar los barcos de pesca, --cuando en El Puerto una buena parte de su población activa vivía de las faenas de la mar--, la tripulación de aquellas embarcaciones se tomaba unas cervezas, finos y bocadillos, como podemos apreciar en la siguiente fotografía de la colección de Vicente González Lechuga.

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En la imagen podemos ver a Pepe González Padilla, armador del barco, Antonio García Muñoz, Mora, pescador sordomudo, Agustín Triviño Iglesia, José Antonio Romero Pedrote, de la familia ‘Abuelita’; Anselmo Otero Díaz, Maneiro Antonio Valimaña Lavilla, Antonio García Muñoz 'el Boina' y Francisco Rosa. Mora, pescador sordomudo, que desde su infancia estuvo embarcado en pesqueros de la flota local, años después le dieron de baja por incapacidad permanente absoluta debido a la minusvalía que padecía ya que hacía peligrar su vida en alta mar.

La fotografía está tomada en la antigua Lonja de Pescados uno de los barcos de la familia González Padilla arranchando para salir a la mar. Se encuentra en el cantil del muelle suministrando hielo en la Fábrica de Hielo de la Compañía General de Carbones, S.A., donde estuvieron trabajando Javier Tosar Barrera y Manuel Alejo Mulero con nótula en Gente del Puerto, numero 063 y 1.565, respectivamente. La familia González Padilla fue armadora de los pesqueros 'Chapeglo', 'Elisa Padilla', 'Flopuerto Uno', 'Julia Noval’, 'Camijanes', 'Flopuerto Tres', 'Manuel María González', 'Carmen Mallach', y 'Teresa Ferrer' estos dos en sociedad con Pepe González Narváez, conocido como Pepe ‘El Panadero’ de la panadería ‘La Pajarita’, también conocida como ‘Antiguo Horno de las Cañas’ con nótula en Gente del Puerto, número 1.057.

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El armador de un barco, aquel naviero o empresa naviera que gestionaba los barcos de pesca cuando en El Puerto era una floreciente industria, solía encargar a los almacenes y panaderías del entorno de la zona de la Pescadería el aprovisionamiento, tanto de comestibles, como de piezas de recambio y combustible para el barco que iba a faenar por muchos días.

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En la imagen, Alberto Morejón López, empleado de ultramarinos 'Los Caballos' por la antigua Pescadería, transporta pan de la panadería La Pajarita --Antiguo Horno de las Cañas-- fundado por Felipe González de los Ríos, continuado por José González Narváez y hoy en activo llevado por algunos nietos del fundador (nótula 1.057 en Gente del Puerto)  así como el grueso de vituallas del Almacén ‘Los Caballos’ en el edificio que en su día fue Aduana, propiedad hasta su cierre en 2007, de José Manuel Garcia Gómez (nótula 1.889 en Gente del Puerto), situados ambos en los tramos finales de la calle Pozuelo. /Foto: Colección AP.

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Una vez el New York Times dijo que merecía la pena tomar un avión y lanzarse al peregrinaje gastronómico sólo para comer en esta cala española. Más allá de lo que digan en ultramar, está claro que Ángel León y su universo de orfebrería marina son punto y aparte.

Si Ángel León fuera un plato, sería una novedad constante. Mar en estado puro. Innovación casi de ciencia ficción. En un contexto de algas vivas y plancton fluorescente, sobre la mesa, en cerámica de la Cartuja de Jerez, aparece una tortilla de camarones estratosférica de las que sirven en Aponiente. Con esencias de sus pescas infantiles por Valdelagrana, y con la sutileza transparente propia de un cocinero sin ínfulas de pez espada. El plato iría mutando desprendiendo olores a fondo de mar hasta convertirse en pez vivo de la Cádiz universal. En el borde del plato, como una gota de Kandinski, un chorreón de sangre de gazpacho, con verdes de su juventud en Alcalá de los Gazules. Un plato completo, pero sencillo, que alimenta sobre todo la curiosidad por los sueños que se curran. Un carnaval de buen gusto, de alegría, de clase jerezana, de trabajo intenso de una tripulación de bandera. Claramente, otra cosa.

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Oliendo a sal y a pez, nos tomamos un rebujito andaluz con un revolucionario de los fogones con Estrella Michelín. Este Chef del Mar es top. No ha sido fácil conseguir este momento dentro de una agenda estresada. Pies al agua. Copa. Lanzamos la red.

--¿El que se maneja bajo el agua tiene más resistencia para combatir sobre la tierra?
--Al menos, ver la vida desde debajo del agua ofrece una visión más global del mundo y de la naturaleza.

--Mientras unos se hunden, usted exporta. ¿El secreto está en la raspa?
--El secreto está en la humildad, la constancia y en pensar en que me moriré sin saber absolutamente nada sobre a lo que me dedico: la cocina y el mar.

--¿Cuáles son los proyectos de expansión del 'Chef del Mar''?
--Actualmente lo más importante es empezar en octubre en el Hotel Mandarín Oriental, en Barcelona. Es uno de los proyectos más bonitos que me han pasado en mi vida. Que un hotel así cuente conmigo para ser el chef ejecutivo del hotel me hace muy feliz. Además, puede ser una ocasión de abrir mi cocina al mundo, si las cosas funcionan bien.

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--Los que este verano cogen coquinas en las playas y luego se las cocinan en casa, ¿tienen genes chef-del-mar?
--Todos tenemos esos genes. Son recuerdos de la infancia para muchos. Son de los pocos momentos en los que el ser humano se pone en contacto directo con el medio. Bienvenidos sean esos momentos, porque acercan a las personas a la verdad de los productos del mar.

--¿Qué valores sociales se encuentra cuando bucea por los mares buscando el mejor pescado?
--Hay muchísimos valores humanos que se han perdido y que hay que recuperar. El otro día me monté en un autobús y me tuve que pelear con unos chicos para que le dejaran un asiento a una señora de 65 años que iba cargada con bolsas. Son gestos sencillos, pero que hay que recuperar para que esta sociedad no pierda sus valores primarios.

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--¿Qué ha aprendido de su experiencia en 'Top Chef'?
--En Top Chef no perdí mi forma de ser y me mostré como soy. Ha sido un trabajo durísimo. No es nada de lo que vemos: hay muchas horas de curro detrás. Ha sido una experiencia muy positiva en mi vida.

--¿En la televisión quedan verdades?
--Pues sí. Fue una sorpresa ver que quedan verdades en la televisión. Cuando decidíamos quién se marchaba porque no cocinaba bien, respetaban nuestra elección. Nunca hubo guión para nuestra decisión. Y tengo que admitir que pensaba que todo eso estaba adulterado, pero no.

--¿Mucho pez plano en la caja tonta?
--Yo no los he visto en lo que he vivido, los veo más desde casa. Se ve desde fuera que se le da mucha importancia a todo el mundo rosa, y se observa que hay pocos programas que fomenten la formación cultural de la gente para que puedan llenar su cabeza de cosas buenas.

--Qué es lo que no haría nunca con Alberto Chicote?
--Llevármelo al desierto. Odia el sol.

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--Hijo Predilecto de Andalucía. ¿Andalucía, hasta dónde?
--Andalucía es parte de mi esencia, la forma de vivir mi vida, de expresar mi cultura, de ver mi cocina... Andalucía se vive de una forma que me entusiasma. Con lo que hay y los momentos que pasamos, en mi tierra sigue habiendo alegría, luz, música, carnaval... Superamos las dificultades de la Historia con una sonrisa, y eso me vale por encima de todo.

--¿Cuántos 'merluzos' se encuentra uno hasta lograr abrirse camino y emprender con acierto?
--Muchos, pero son etapas de la vida maravillosas que te hacen valorar lo que te pasa cada día, y aprender a vivir, gracias a Dios, con esos merluzos. En el mar hay muchas cosas interesantes, y también tiene que haber merluzos...

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--¿Hay mucho pulpo cuando se está en la cima?
--Mucho pulpo en la cima y fuera de la cima. El pulpo es un cefalópodo que me gusta congelar, para después cocinarlo. Y en la vida real, igual, congelo a los pulpos, y me quedo con el pescado fresco, que es la gente de verdad.

--¿A qué sabe una estrella Michelín?
--Sabe a sentirte feliz de haber logrado retos profesionales bonitos, a estimular al equipo, y a seguir luchando por conseguir los sueños más grandes.

--¿Las estrellas Michelín son más de tierra que de mar?
--Espero que no...

--¿Lo han llamado ya de TVE para ser el Popeye del pescado?
--No. Todavía no me han llamado... /Texto: Álvaro Sánchez León.

El pasado día 22 de este mismo mes hizo 78 años del fallecimiento en Madrid de Adolfo Gómez Rube, Vicealmirante de la Armada. Este insigne militar había nacido en El Puerto de Santa María el 11 de noviembre de 1861, ingresando por oposición cuando contaba quince años en la Escuela Naval Militar, en la que finalizó sus estudios como aspirante dos años y medio después, con 18 años recién cumplidos.

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Emblemas de guardiamarinas.

Sus mediocres notas, excepto en la asignatura de Cálculo, actitud rebelde y comportamiento poco disciplinado durante ese corto periodo de estudios, según consta en su expediente académico, no hacían prever la brillante carrera que iniciaría poco después de Guardia Marina al madurar como persona,  potenciando virtudes castrenses tan apreciadas en la Armada como el valor, espíritu de servicio y sacrificio, y camaradería.

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Fotografía del acorazado Pelayo, de cuya dotación formó parte en 1888.

De carácter extrovertido, siendo estudiante era un empedernido bromista y, a pesar de su corta estatura (ingresó en la academia midiendo 1,53 cm. y salió de ella con 13 cm. más) era un líder estudiantil en esa primera etapa formativa.  Durante su formación como oficial, obtuvo diversas licencias por enfermedad. Acabados sus estudios y plenamente restablecido de sus dolencias escolares, en el verano de 1888, se le ordena trasladarse a Tolón, donde se encontraba el acorazado “Pelayo” para formar parte de su dotación. Los días de mar que figuran en su expediente son: 55 en barcos de vela y 223 en vapores.

mundonavalilustradoEn febrero de 1890 es promovido al grado de teniente de Navío. Una Real Orden de fecha 11 de abril de 1893 lo destina a Filipinas y se encarga de los Guardias Marinas que prestan servicios en las Escuadras de Instrucción destinados en dicho Apostadero. Meses después es nombrado comandante del “Albany”, cesando en marzo de 1894 para coger el mando del cañonero “Paraguay”. Y es en esta lejana colonia, sumergida en la guerra por su independencia, donde iniciaría el tramo más brillante de su carrera profesional. Allí obtiene tres condecoraciones casi seguidas: en julio de 1897, la Cruz de 1ª Clase al Mérito Militar, con distintivo rojo, por las operaciones de Mindanao; en noviembre de ese mismo año la Cruz de 1ª Clase de María Cristina por los méritos que contrajo en el rio Paombong y en octubre de 1898, terminada la guerra, Cruz de 1ª Clase del Mérito Militar, con distintivo blanco por servicios prestados a lo largo de toda la campaña de Filipinas.  /En la imagen, la revista El Mundo Naval Ilustrado que nace con los enfrentamientos con Cuba y Filipinas.

camarin_virgen_M_1916_puertosantamariaFue repatriado en los primeros días de 1899, embarcando el día de Reyes con destino a Cádiz. En esa fecha, tenía 36 años, graduado como teniente de Navío, consiguiendo una licencia de casi seis meses por enfermedad y repatriación, designándosele después como segundo comandante de la Ayudantía de Marina de Huelva. Tengo la impresión de que no le gustó nada ser segundo y, de hecho, no se incorporó hasta noviembre de 1900, pero ya como comandante de la Ayudantía.  Estaba aún soltero, aunque por poco tiempo, pues el 24 de  agosto de 1901 contrajo matrimonio en la iglesia Mayor Prioral con la hija del bodeguero local Ramón Jiménez Dávila, María del Carmen Jiménez Mateos, que tenía en esa fecha 25 años. La ceremonia, un tanto extraña, pues se celebró a las cinco de la mañana en la capilla de la Patrona, con la novia vestida de negro, fue oficiada por don Antonio Iñigo, en presencia del abogado Lorenzo González Villagrán, secretario del Juzgado, actuando de testigos Rafael Franco Gil y José Molares Delgado. /En la imagen de la izquierda, camarín de la Virgen de los Milagros, en cuya capilla se casó nuestro paisano en 1900. /Foto: Justino Castroverde de principios del S. XX.

De Huelva pasó a Almería y de allí, en mayo de 1905, a Cádiz, como Jefe de la Estación Torpedista y unos meses después es nombrado comandante de la misma, relevando a Juan Antonio Gener. (El título o enunciado completo de este cargo sería: Jefe del Ramo de Armamento, Artillería, Ingenieros, Comisario y Jefe de la Sanidad de dicho Arsenal). Continuaba siendo teniente de Navío en 1908 cuando ejercía como Jefe de Electricidad y Torpedos, siendo elogiado en su trabajo por sus superiores, valiéndole la concesión de  la Cruz del Mérito Naval y dos años después la placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

medallademarruecosEn 1912 asciende a capitán de Fragata y en 1914, con esta graduación ejerce como segundo comandante en los cruceros “Reina Regente”, Extremadura” y el cañonero “María de Molina”. En 1916 asciende nuevamente a capitán de Navío y en 1917 es nombrado comandante del acorazado “Pelayo” en el que inició su carrera militar.

A partir de esta responsabilidad, tras dos años al mando de tan emblemática embarcación, en el transcurso de la cual le fue concedida la Medalla Militar de Marruecos y dos meses de licencia que reparte entre Madrid y El Puerto  inicia una meteórica carrera que comienza siendo ascendido a contralmirante y nombrado General Jefe de la División de Instrucción, después General Jefe de Personal y Servicios Auxiliares del Estado Mayor Central y, en abril de 1923, Jefe de Estado Mayor del Departamento de El Ferrol. Antes de ser nombrado en noviembre de 1924, Comandante General del Arsenal de Cartagena, es ascendido a vicealmirante, puesto que desempeñó hasta su pase a situación de Reserva, el 16 de noviembre de 1927. /Medalla de Marruecos, concedida por Alfonso XIII.

Desde esa fecha, estando en dicha situación de Reserva,  hasta junio de 1931, ejerció como vocal del Tribunal Superior de Marina y Guerra, interviniendo en numerosos procesos, falleciendo en Madrid a la edad de 75 años el 22 de agosto de 1936.

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Capitanía General de El Ferrol, donde ejerció como Jefe de Estado Mayor del Departamento Marítimo del Ferrol, en 1923, coincidiendo ese año su ascenso a Vicealmirante. 

A pesar de ser uno de los que yo denomino “portuenses errantes” siempre ejerció como tal y no perdía ocasión para acercarse a su ciudad natal y la de su esposa, localizando en la “Revista Portuense” en sus notas de sociedad, numerosas citas anunciando su presencia, entre otras como acompañante junto a otras autoridades en la procesión de la Virgen de los Milagros. Con esta pequeña semblanza creo es de justicia recordar la memoria de este ilustre marino que une su figura y trayectoria a la de otros paisanos de igual arma como los Coig, Winthuysen o Piury. /Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. PUERTOGUÍA

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Dirigió en su penúltima etapa la gestión del Vapor Adriano III, heredero de la tradición de sus padres, tíos y abuelos. Antes, había formado parte de la plantilla del Casino Bahía de Cádiz. La sociedad que gestionaba el Adriano III quiso optar sin conseguirlo, a uno de los catamaranes que hoy cruzan la Bahía en base a su experiencia de 85 años. Recuerda que tiró al agua el teléfono móvil, harto de llamadas, aquel trágico 30 de agosto de 2011, el día que se hundió el Vapor. 

--¿Se acuerda de las palabras que le dijo Carmen Calvo, a la sazón Consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, cuando el Vapor fue declarado Bien Mueble de Interés Cultural (BMIC)?
--Que a partir de ese momento el Vapor quedaría homologado con las iglesias y palacios, como patrimonio de todos los andaluces. Y que ella se comprometía, personalmente, a gestionar subvenciones para que el Vapor no desaparezca nunca de la circulación marítima. Esperaba que, de ministra de Cultura, lo consiguiera...

--¿Se acuerda Vd. de los viajes panorámicos que hacía el Vapor cuando el Trofeo Carranza,, hace bastantes años?
--Y es ese espíritu el que quisimos rememorar en 2004, hace 10 años-- la Concentración Náutica del 75 Aniversario del Adriano. En esos viajes se inspiró Paco Alba para la composición de su famoso pasodoble, aunque nunca se montó en el Vapor, y escribió de oídas a través de su comparsa.

--Siempre se habló de Pepe el del Vapor, de Juan… ¿y de Eduardo, su padre?
--De mi padre en el Vapor, hace más de 30 años, y solo lo recuerdan las personas mayores. Al final, quedó al cuidado del Adriano II, allá por 1982, el año de los mundiales de fútbol españoles.

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Siendo los mas conocidos Pepe y Juan, su hermano Eduardo Fernández Sanjuán (1911-1987), a la derecha de la imagen, trabajó 55 años en los Adriano como marinero de proa, cobrador y durante más de 30 al frente de la empresa familiar. 

--Andrés, … ¿a Vd. le sacaron un pasodoble, o un cuplé también?
--¿A mi que caraj… me iban a sacar? (Se ríe) ¿Yo he hecho algo?

--Tengo entendido que el Vapor, además de servicio regular de transporte de viajeros, ha sido como un autobús de línea, con sus paradas…
--Con los Adrianos I y II se mantuvo durante un tiempo la ruta El Puerto-Puerto Real-Cádiz. Y hubo también quién, en verano se quería ahorrar el coche de Bootello, que era el transporte a La Puntilla: se montaba en el Vapor en bañador, y a la altura del Canal se tiraba al agua.

--¿Cómo era aquello de «Se ha ahogado otro jerezano en el Canal»?
--Como el pan de cada domingo en verano. Se bebía mucho y se producían cortes de digestión, o la corriente los arrastraba bahía adentro donde, algunas veces, el Vapor tuvo que ir a recoger los malogrados cuerpos.

75aniversariovaporlogo_puertosantamaria--¿Es cierto que la sociedad que gestionaba el Vapor nunca quiso subvenciones de organismos públicos?
---Antes, ni las pedíamos ni nos las ofrecían, salvo en una ocasión que el presidente Chaves, para nuestra sorpresa y sin pedirla nos ayudó con una cantidad cuando se contaba en pesetas. Luego, los ayuntamientos de El Puerto y Cádiz y la Diputación ayudaron con algo. Cuando se acabaron éstas subvenciones, el vapor tuvo que parar, al varios meses al año. No hacía falta hacer muchos números para entender la contabilidad, sino ver la cifra de pasajeros que se montaban el los viajes diarios de otoño/invierno, algunas veces hasta ninguno. /En la imagen de la izquierda, el logotipo de Juan José Delgado Aguilera realizado para la conmemoración de los 75 Años del Vapor en El Puerto.

--¿Y que me dice de los nuevos catamaranes del Consorcio de Transportes de la Bahía de Cádiz, para el trasiego de viajeros entre las poblaciones costeras?
--El Adriano fue un servicio regular de pasajeros con viajes diarios. Queríamos optar, en base a la experiencia de 85 años de servicio a uno de los barcos que sacó a concurso dicho Consorcio. Pero poco se pudo hacer… Y es que «Mucho te quiero perrito, pero de pan poquito»

¿Qué ilusión mantenían con el Vapor hasta su trágico final?
---Siguiendo con el legado de nuestros mayores, nuestra mayor satisfacción hubiera sido continuar con la saga de los Adriano, y haber seguido  su estela construyendo el Adriano IV. /Texto: José María Morillo.

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De izquierda a derecha, Sergio Guallanone Heras y Borja Arza Tejero. /Fotos L.I.

Dentro de la nueva zona comercial en los bajos del Hotel Las Suites de Puerto Sherry, en el espacio denominado Julietta Puerto Sherry, se encuentra este acogedor local de restauración: L´Inspiration Gourmet. Borja Aza y Sergio Guallanone abrieron el pasado 11 de julio y  se ocupan del nuevo establecimiento abierto en Puerto Sherry. Borja, que ha estudiado en la Escuela de Gestión de Hostelería Heliopolis, atiende al público, mientras que Guallanone, alumno de la Taberna del Alabardero, también de Sevilla, dirige las cocinas. Ellos, junto a Verónica Fernández de Castro y Carlos Núñez forman la empresa L’Inspiration Gastrocatering, con sede en Sevilla.

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Espacio Julietta, el outlet de Puerto Sherry. /Foto: Paloma Romero.

Este singular espacio gastronómico se encuentra situado dentro de una zona dedicada a la venta de productos de firmas de prestigio, lo que se conoce como Concept Store, muy extendido en EEUU, en el que distintas marcas se abren mercado en otras ciudades a través esta tienda. Las marcas suelen vender solamente online y no suelen disponer de espacio físico por lo que de esta forma acercan al cliente final un producto que de otra forma no podría conocer físicamente. Además, aúnan en un mismo espacio la tienda, con el restaurante, galería de arte y zona para pequeños eventos. Los precios lo marcan las propias tiendas, y algunas tienen descuentos y rebajas, pero muchas de ellas marcan sus precios reales. Julietta ocupa un par de naves con parte de la pared de ladrillo visto y los techos también sin enlucir. Sobre la pared grandes cuadros muy coloristas. El suelo también sin enlosar y decorado con alfombras de colores. Hay una pequeña barra y mesas bajas para comer. Fuera una terraza con estupendas vistas sobre el puerto deportivo que también se ve desde el salón ya que está acristalado.

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El equipo de L'Inspiration Puerto Sherry, con el cocinero Ángel León.

CATAS.
Al fondo del establecimiento un segundo salón decorado con una gran mesa construida con palets reciclados y destinadas a realizar catas. En principio hacen una todos los jueves en colaboración con la empresa Cuatrogatos Wine Club, de Federico Ferrer, con sede en El Puerto de Santa María.

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Original presentación de la oferta, una carta corta pero con propuestas originales. /Foto: Virginia Miller.

En lo gastronómico la carta es corta pero con unas propuestas originales y de cocina innovadora. Está orientada más bien con platos para compartir. No hay tapas. Por el momento lo que más está saliendo son unas empanadillas goyzas de tradición oriental y rellenas de setas, zanahorias y gambas. Se hacen a la plancha. También funciona muy bien otra propuesta muy original, un steak tartar que realizan con taquitos de caña de lomo en vez de con carne. También tienen foie, raviolis de cola de toro, rosbif de presa ibérica, bacalao curado en miso negro o un taco de atún que sirven a la plancha con tomate asado y emulsión de anchoas. Un par de arroces y tres propuestas de postres caseros cierran la carta en la que también se cuida el apartado de vinos. /Texto: Pepe Monforte.

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la_galeona_1_puertosantamariaEl cuadro de la Virgen del Rosario  ‘La Galeona’ vuelve a su capillita 20 años después tras una larga y dificultosa restauración o podríamos decir mas bien ‘renacer’ dado su estado de conservación. Participaron amigos que ya nos dejaron, Clemente, Faelo Poullet y otros que felizmente pueden aun disfrutarla J. Luis Villar, Ángel Pantoja etc. Es una pena el cableado tercermundista que le acompaña ¿para cuando su ordenación? /Texto y foto: Julián Flores Vencelá.

La advocación mariana protectora de los marinos y demás hombres de la mar que duró más tiempo -hasta la proclamación patronal de la Virgen del Carmen en 1901- fue la del Rosario, que en su imagen denominada La Galeona fue, durante un largo tiempo, llamada Patrona de la carrera de Indias.

La devoción al rosario se extiende en Andalucía a finales del siglo XV y continúa en el siguiente con gran intensidad. A mediados del siglo XVI, tanto en Cádiz como en El Puerto de Santa María, era cosa popular y corriente a devoción al Rosario, en la que es muy posible tuviesen influencia las colonias de genoveses y flamencos, tan numerosas en ambas poblaciones.

El ser El Puerto de Santa María fondeadero de las galeras reales originó una afluencia de aventureros y galeones extraordinaria, y existiendo una precaria beneficencia pública en aquella época, la ciudad ofrecía un lastimoso estado con los enfermos abandonados muriendo por las calles.

la_galeona_2_puertosantamariaEl sacerdote don Diego de Ojeda fundó en 1512 un hospital donde se atendiese a los forzados, cuya capilla fue elevada a la categoría de basílica lateranense por Breve de León X en 1514. /En la imagen de la izquierda, el cuadro, antes de su restauración, en 1982. Foto: Fernando Vidal.1982. Guía Histórico Artística de El Puerto de Santa María. 

Fue precisamente en este hospital y capilla donde nació el patronato de la Virgen del Rosario sobre la flota de galeones. [...] Hay datos que confirman el patronato de la Virgen del Rosario sobre el tercio de galeones y de la carrera de Indias. Por ejemplo, la imagen venerada en el convento de Santo Domingo de Manila nos lleva a deducir que el patronato ha nacido por extensión de la devoción profesada a cada una de las imágenes protectoras de la ciudad donde se iniciaban y concluían aquellas navegaciones, y, por otra parte, que existía algún vínculo por el que los navegantes se consideraban ligados al título del Rosario. En esto pudo influir el recuerdo de la batalla de Lepanto.

Al ser la Virgen del Rosario Patrona de las flotas de galeones, indudablemente lo era de las comunicaciones regulares entre la metrópoli y sus posesiones ultramarinas.

la_galeona_4_puertosantamariaLos oficiales y tripulaciones de las galeras reales construyeron, hacia 1564, una Cofradía protegida por el comendador don Luis de Requeséns. Se tituló de la Piedad y de la Caridad, y fue confirmada por el Papa San Pío V quien, a petición del Generalísimo dc la Santa Liga, don Juan de Austria, concedió no solamente la confirmación de lo ya hecho, sino que lo amplió con la facultad singularísima de investir al capellán de la Hermandad con la prerrogativa de ser el Ordinario de la Armada, siempre que se fundasen cuatro hospitales, a lo menos, para forzados, que se intitulasen de la Santa Liga, como consta en el Breve de dicho Pontífice de 19 de marzo de 1569. /Cruce de las calles Pozuelo o Federico Rubio con Pagador Natera o Dr. Palou. Foto: J.F.V.

Como El Puerto de Santa María era el fondeadero de invernada de las galeras reales y en él existía un hospital de forzados, la Cofradía comenzó el ejercicio de su piadosa misión fundiéndose con el hospital lateranense ya indicado, el que hubo de ampliarse considerablemente, inaugurándose entre tanto la hospitalidad en una caja aneja a la ermita de Santa Lucía, donde, siglos más tarde, también se instalaron las Capuchinas e intentaron erigir un hospicio los Trinitarios Descalzos.

Nombrado capellán mayor de la Armada el Inquisidor don Jerónimo Manrique, y confirmado de hecho por nueva bula del Papa San Pío V, de 27 de enero de 1570, aún hubo de tardar bastante la terminación de las obras de los nuevos hospital y capilla, que inauguró en 1613 el capitán general del mar océano don Manuel Filiberto de Saboya, quien no pudo, sin embargo, establecer definitivamente los enfermos en éste, continuando en el de Santa Lucía hasta 1630, en que se trasladaron a él de un modo definitivo.

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Otra fotografía del cuadro restaurado en su emplazamiento. /Foto: J.F.V.

Sostenían el culto los galeotes, a quienes se mermaba su mísera ración de bizcocho para este fin, restándoseles también una parte de las presas que las galeras reales hacían. El hecho de haber donado don Juan de Austria a la Cofradía una efigie de Nuestra Señora del Rosario, a quien se atribuyó la gran victoria de Lepanto, determinó el patronato de esta advocación sobre la flota de galeras, pues siendo el asiento de la jurisdicción privativa de la Armada la basílica lateranense de El Puerto de Santa María, donde se veneraba como protectora de la Cofradía de la Piedad y Caridad la imagen del Rosario, ésta quedó tácitamente constituida como Patrona de las galeras reales.

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Pilón de San Juan, a la izquierda, terrenos donde se encontraba la Iglesia de San Juan de Letrán y posteriormente se edificarían los ‘Pisos de los Marinos’.

Abandonado más tarde el hospital por la resistencia de los galeotes a seguir contribuyendo al levantamiento de sus cargas, se pensó, en la segunda mitad del siglo XVI, restablece en él un hospital de mujeres, que se llamó de la Providencia, y cerrado definitivamente en 1819 por no tener razón de ser, dado que la pena de galeras estaba abolida desde principios del siglo, se trasladó la imagen a San Fernando, donde estuvo en el Arsenal de La Carraca nueve años -1840 a 1849- pasando después a la capilla del Panteón de Marinos Ilustres, donde permaneció durante muchos años.

Actualmente la imagen de La Galeona que llevó D. Juan de Austria en la batalla de Lepanto se haya en el Viso del Marqués (Ciudad Real), en la capilla del viejo palacio del que fue ferviente católico y mariano don Álvaro de Bazán, figura destacadísima en aquella histórica contienda. /Texto: José María Blanca Carlier.

 

 

JUANDEWHINTUYSENMDB_PUERTOSANTAMARIA2(continuación).

Por fin, el 10 de abril de 1844, después de este viaje que realizó enfermo, se presentó en el departamento de Cádiz y el 13 de mayo quedó asignado a la habilitación del navío Soberano,  nombrado mas tarde ayudante del capitán de fragata don Blas García de Quesada. Se encargó de la instrucción y disciplina de los Guardias Marinas que se encontraban en el Depósito del Arsenal y en otros buques fondeados en la zona. Esta tarea no le apartó de sus responsabilidades en el navío Soberano, aunque a finales de agosto cesaría su destino y asignación en este barco al ser nombrado Ayudante de esa Mayoría General (oficina del Mayor General). Se embarcó entonces en el Vapor Península, un vapor de ruedas construido en Inglaterra y adquirido en 1843 capaz de transportar 150 toneladas y armada de cuatro cañones. Uno de sus destinos fue el Ferrol, en cuyo departamento había servido de patrulla y  del que fue comandante dos meses y medio aproximadamente.

El 5 de noviembre de 1845, año en que se redactó una nueva constitución en la que se otorgaban mas poderes a la corona y al gobierno, tomó el mando de interino de un buque que le fue asignado por su entrada en balandra hasta que embarcó en el mítico Jacinto de la 1ª División de Guarda Costas en el que estuvo unos meses, tras los que, ya metidos en 1846, se le dio el nuevo destino que intentó cambiar con otro compañero (puede que también insatisfecho e interesado en el destino de Winthuysen), don Ángel Bello de Castro, homólogo suyo al que originalmente le correspondía el Apostadero de Filipinas, destino en el que puso sus miras Winthuysen. Finalmente y por Real Orden, se le concedió la permuta.

Este año de 1846 fue el comienzo en Cataluña de la segunda guerra carlista iniciada por los partidarios de Carlos Luis de Borbón y de Braganza, hijo de Carlos María Isidro.

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Crucero "Reina Cristina", buque insignia de la flota del Apostadero de Filipinas

Pasaron unos meses y Winthuysen seguía prestando sus servicios en Filipinas, en donde fue ascendido en el verano de 1847 a teniente de navío, cargo que desempeñaría durante doce años y medio.

En junio de 1848 se le concedieron cuatro meses de licencia para tomar baños minerales y a continuación embarcó a su regreso en la corbeta Venus como comandante. Esta nave fue adquirida en 1843 por la Armada como corbeta y dotada con un armamento de 16 a 20 cañones; fue  construida en el astillero particular de la Cabana, Ferrol, en 1842 como una fragata mercante de 500 toneladas. Obtuvo, además Winthuysen pasaporte para Tánger en donde pasaría un tiempo hasta que en febrero de 1849 y desembarcado de la Corbeta Venus, viajó a Cartagena para hacerse cargo del mando del falucho Saeta con el que estuvo también como comandante unos seis meses, tras los que pidió un descanso de 9 días para luego embarcar en la corbeta Ferrolana. Esta corbeta fue botada el 20 de febrero de 1848 y fue la última corbeta de vela botada en el arsenal del Ferrol. Por aquel entonces, se encontraba la Ferrolana bajo el mando del capitán de navío Jose María de Quesada y Bardalonga que por Real Orden de 7 de julio de 1849 dispuso un viaje de circunnavegación y zarpó el 5 de Octubre de 1849 del puerto de Cádiz, en donde se incorporó Winthuysen, rumbo  al cabo de Buena Esperanza para pasar al Índico en dirección a Manila. Hizo escala en varios puertos de India, China e Indonesia y  regresó a España por el océano Pacífico, recalando en Australia, Callao, Guayaquil y Valparaíso,  para entrar, por último,  en el puerto de Montevideo antes de llegar a Cádiz. Pero en este viaje de regreso ya no contarían con la presencia de Winthuysen, ya que el 20 de abril de 1850 tuvo que desembarcar de nuevo por enfermedad y esperar la primera oportunidad para regresar a la península en algún buque particular.

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Corbeta 'Ferrolana'.

En febrero de 1851  pasó a Tercios Navales y en septiembre se encargó interinamente de la Ayudantía del distrito de Puerto Real, ya que el propietario se encontraba enfermo y el Director General de la Armada  concedió a Winthuysen ese destino en el que permaneció casi dos meses.

Fue en octubre de este mismo año de 1851 cuando se casó con la joven gaditana doña Inés de Urruela y Barreda en la Iglesia Prioral de El Puerto de Santa María y con la que tuvo tres hijos: Pastora, Elena y Felipe de Winthuyssen y Urruela que criaría y educaría junto a su esposa puesto que su labor en estos años se centró principalmente y diría que únicamente, en la provincia de Cádiz salvo un corto periodo de tiempo que estuvo como comandante en Huelva,   de cuyo puerto y río elaboró un plano a principios de 1861 en el que hace advertencia de la calidad del fondo de la ría, la elevación de las aguas, la fuerza de la corriente, la variación magnética, el alcance de los faros y la situación astronómica de algunos puntos de la costa, entre otras observaciones.

En 1852 empezó a desempeñar el cargo de Ayudante de la Comandancia del Tercio de Navío de Cádiz; cargo del que fue nombrado a finales de octubre del año anterior y del que se ocuparía durante año y medio para luego, en agosto de 1853 encargarse, interinamente, de la Ayudantía del distrito de Puerto Real, previa obtención de la propiedad en este destino. En este puesto estaría casi cuatro años, hasta finales de septiembre de 1856, fecha en la que solicitó licencia para asuntos particulares y para los que le concedieron dos meses por Real Orden.

cruzdesanhermenegildoAYUDANTE DE MARINA EN EL PUERTO.

Nueve meses más tarde, el 29 de junio de 1857, fue nombrado Ayudante de Marina de El Puerto de Santa María hasta finales del mes siguiente y en octubre de 1858,  2º comandante de Marina de la provincia de Algeciras. /Estaba en posesión de la Cruz de San Hermenegildo.

A finales de 1859 solicita la Cruz de San Hermenegildo y pocos meses después se la conceden. Esta cruz es una distinción militar creada por Fernando VII al terminar la guerra de la independencia en 1814 y que se concedía como una de las mas importantes  recompensas a esos militares ejemplares que sirvieron a los ejércitos. Fue puesta por el rey  bajo la advocación de un santo, ya que éste quería que fuera distinción de alto rango y por ello decidió que fuese San Hermenegildo que había sido rey de Sevilla y mártir en defensa de la fe.

El 27 de marzo de 1865, a los 47 años de edad, se retira con el rango de capitán de fragata que desde hacía cinco años venía ocupando. A partir de entonces comienza una nueva etapa para él en El Puerto de Santa María en donde, nada mas lejos de quedarse sin tareas, se embarca en otros proyectos que le integrarían tanto política como socialmente en la ciudad que lo vio nacer, proyectos que tan bien describe Antonio Gutiérrez  en la segunda parte de su libro “los Winthuysen” al que remito para saber de esos últimos años de vida de este ilustre portuense. (ver rótula 1.987 en Gente del Puerto)

En octubre de 1884 la desgracia llegaría a su familia: su hijo Felipe, el mas pequeño y único varón, fallece pocos meses antes de  cumplir los 30 años de edad. El duro golpe deja desolada a la familia. Unos años mas tarde, el 26 de noviembre de 1899 a las ocho de la tarde fallecía su esposa Inés a los 78 años de edad y así recogió el suceso la “Revista Portuense”:

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“Ayer á las 4 y media de la tarde fue conducido al Cementerio Católico de esta ciudad, el cadáver de la Sra. D.ª Inés Urruela y Barreda de Winthuyssen, (q.s.g.g.) Era llevado a hombros por varios sirvientes de la casa. El acompañamiento, que era muy numeroso lo formaban distinguidas personas, y el duelo los Sres. Tosar(D.J.), Palacios(D.M.). Pico y Lobo, González Urruela, Ruíz de Cortázar, Figueroa (D.A.), Oneto(D.F.), Sancho (D.M.A.), Ruíz y López (D.J.), Martínez Colón (don J.A ), Cuesta (D.J.L.), Felices (D A.), Barreda (Presbítero), Luna (D.R.) y García Ruíz (D.J.L.) Presidían el Director Espiritual de la finada y los Sres. D. José Jiménez González y don Eduardo Urruela.”

Tan solo tres años después, el 27 de marzo de 1902, moriría Juan de Winthuysen en la casa número 21 de la calle Larga, donde vivió con su hija Pastora desde que enviudó, según relata la Revista Portuense:

“Falleció ayer y fue conducido al Cementerio Católico, el Sr. D. Juan Winthuyssen antiguo y respetable convecino nuestro, de ilustre apellido en la Marina española y perteneciente a una familia distinguidísima. Era Capitán de Navío graduado de 1ª clase. Reciba su apreciada familia la expresión de nuestro más sentido pésame. El sepelio se verificó ayer tarde a las cinco. La fúnebre comitiva formabanla el clero parroquial con cruz alzada, el cadáver colocado en el féretro que era conducido á hombros por dependientes de la familia, cuatro Hermanitas de los Pobres y el acompañamiento en el que figuraban muchas conocidas personas. De la caja pendían cuatro cintas que llevaban los señores D. Guillermo Pattersson, D. Antonio Peñasco, D. Manuel García Valdeavellano y D. José Jiménez González. El duelo presidíanlo el Alcalde, el capellán don Ricardo Luna y don Miguel Palacios hijo político del finado.”

Mi especial agradecimiento al Archivo General de la Administración y al Museo Naval de Madrid por haberme permitido consultar sus archivos y haberme facilitado ciertos documentos sin los cuales no habría podido escribir esta nótula. /Texto: Juan Manuel Rodríguez Gay-Palacios. Juan de Winthuyssen.

2

JUANDEWHINTUYSENMDB_PUERTOSANTAMARIAEl 18 de agosto de 1818 --en una semana se cumplirán 196 años de su alumbramiento-- nació en El Puerto de Santa María Juan de Winthuysen Martínez de Baños, hijo de don Pedro de Winthuysen y Bustillo y de doña Felipa Martínez de Baños. Por aquel entonces se encontraba España en pleno Sexenio Absolutista. Tras aceptar el rey Fernando VII la propuesta para la restauración de la monarquía absoluta y con el apoyo de los antiliberales y del ejército, sometió al país a seis años en los que dominarían los sectores más reaccionarios de la sociedad. /En la imagen de la izquierda, retrato deJuan de Winthuysen a los 30 años de edad, siendo entonces teniente de navío.

Además, desde 1808 hasta  1820 comienza en las colonias americanas una etapa de rebeldía que buscaba la independencia. Las insurrecciones no tardaron en aparecer y desde España, se enviaron tropas que consiguieron neutralizar, al principio, estos alzamientos rebeldes. Pero a partir de 1818, año en el que, como antes dije, nació Winthuysen, en algunos países americanos como Venezuela, Chile, Argentina y Perú se optó por la guerra y pronto  la mayoría de ellos consiguieron su independencia. En 1824, España tan solo contaba en su poder con Cuba, Puerto Rico y las islas Filipinas y Marianas.

Unos años mas tarde, en 1837, mientras España se encontraba en el ecuador de la primera guerra carlista, Winthuysen, con tan solo 18 años de edad y tras examinarse de sus estudios elementales, sentó plaza de Guardia Marina el 19 de Junio. Por la absoluta falta de buques fue destinado al arsenal de La Carraca y poco después, el 18 de agosto, día en que cumplió los 19 años, fue agregado al armamento de la fragata Esperanza en la que quedó de dotación al mes siguiente.

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Arsenal de la Carraca (San Fernando). Grabado: Ministerio de Defensa.

En este año aun se notaba la decadencia que desde 1833 sufría la Marina Española y que se observaba, entre otras cosas, por el estado de los barcos, que dejaban mucho que desear, la escasez de los mismos y el descontento de la tripulación, por la sencilla razón de que no se les pagaba a tiempo y se les debía bastante dinero. Tal como describió Vázquez de Figueroa en 1834 y recogió el capitán de corbeta Antonio de la Vega en su estudio “De la vela al vapor”:

“Almacenes vacíos; los diques destruidos, los caños, balsas y ensenadas ciegos por falta de maquinaria, no hay juegos de madera para poder carenar los barcos, no hay fábricas de lona, no existe una sola braza de jarcia, habiendo tenido que salir a la mar buques sin la precisa, los edificios que quedan en pie están en ruina, habiendo sido preciso demoler alguno, en ningún Arsenal hay medios para carenar e incluso para efectuar obras de conservación.”

Diez años después la situación no había cambiado demasiado como puede comprobarse en la siguiente declaración del ministro Portillo:

“Guardan los barcos una infantería sufrida, desnuda y mal pagada, dirige la construcción de buques un Cuerpo de Prácticos que no aprenden nada de los adelantos técnicos, forman parte del Cuerpo de Artillería sujetos dignos, pero sin conocimientos suficientes, los alimentos que se dan a la marinería y tropas son escasos y generalmente se les dan adulterados.”

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Entrada al puerto de La Habana (Cuba), 1839. Frédéric Mialhe, interpretación.

En octubre, Su Majestad concedió a Winthuysen seguir sus servicios en el apostadero de la Habana hacia donde partió en la antes mencionada fragata Esperanza el 4 de Diciembre de 1837.

Tras cerca de 4 meses, llegó a la Habana el 23 de Marzo de 1838, pero el largo viaje hizo mella en su salud y por ello tuvo que solicitar una baja temporal para reponerse. Le concedieron un mes: del 9 de Abril al 10 de Mayo, fecha en la que tuvo que ser prorrogado por seguir aún enfermo,  hasta el 22 de ese mismo mes, fecha en la que se presentó ya restablecido.

A mediados de junio transbordó al bergantín General Laborde, construido en la Habana en 1829, armado con 12 cañones y dado por perdido en 1846 al ser sorprendido por un huracán que arrasó con el puerto de la capital cubana. En este bergantín estuvo casi un año y medio y en el mismo regresó a España, concretamente a la costa Cantábrica desde donde salió para Santander, esta vez a bordo de la fragata mercante Nuestra Señora del Carmen.

Según oficio del Mayor General del Departamento del Ferrol, el 20 de noviembre de 1839 fondeó en Santander, tras haber hecho el viaje en buque particular destinado a las Fuerzas Navales de la costa de Cantabria. Fue embarcado, a continuación, de transporte en el vapor Isabel II para pasar al ya mencionado departamento al que llegó 3 días después, momento en el que se puso a las órdenes del comandante del arsenal del Ferrol.

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El vapor de ruedas Isabel II, cabeza de una serie de 4 buques iguales construidos en dos astilleros londinenses para la Armada Española; pintura de Rafael Monleón

Este vapor Isabel II fue construido en Ferrol en 1836, aunque se llevó varios años en el apostadero de la Habana, en donde tenía base establecida. Hay otra versión que sostiene que se fabricó en 1831 en Quebec por George Black y John Saxton Campbell y que en 1834 fue alquilado por el gobierno español para usarlo como buque de guerra contra los carlistas. Pero también puede que se tratase de dos barcos diferentes y con el mismo nombre como sucedió con el Hernán Cortés, que pasó a ser Cortés por la aparición de otro llamada igual.

El 17 de enero de 1840, llegó Winthuysen a costas gaditanas a bordo de una fragata mercante, donde se presentó en el departamento de Cádiz y se le destinó al arsenal permaneciendo allí poco más de un mes. Mas tarde embarcó en el vapor Mazeppa,  que era un remolcador adquirido en 1835 y que fue el primer vapor mandado por un oficial español. Poco después se le daría nuevo destino a Winthuysen: las Fuerzas Navales de Cataluña y Valencia para donde se le fue expedido pasaporte saliendo de Cádiz sobre el místico (buque de vela de dos o tres palos) español Dominguito. Llegó al Puerto de Alfaques el 16 de abril y se presentó al comandante general de aquellas fuerzas al día siguiente. Tras este encuentro se embarcó en el bergantín Patriota que salió rumbo al puerto de Cartagena en 20 y fondeó en 23 de abril.

nu2713foto101Al mes siguiente, salió con la escolta de una bombarda y un falucho cargados de pólvora para el Ejército de Cataluña y otro falucho que transportaba a Valencia cuatro cañones de a 24. Cinco días después, el 17 de mayo, entró en Barcelona donde permaneció unos días. El 22 entró en los Alfaques, donde el bergantín de su destino se situaría el día 26 frente a la Rápita para proteger su ocupación  que se produciría  la noche del 31, en el momento en que   hicieron fuego desde las casas de la Rápita al Castillo de San Carlos y a las embarcaciones apostadas sobre el muelle; habiéndosele encomendado a Winthuysen la labor de encargarse del primer bote de la fragata Cortés, que allí se encontraba, con el que les hizo fuego para ahuyentarlos. /Nuestro protagonista estaba en posesión de la Cruz de la Marina.

Por otro lado, el 15 de mayo de 1840 fue sin duda un día que seguramente no olvidaría ya que declaró Su Majestad su satisfacción por la eficaz cooperación del Guardia Marina Juan de Winthuysen  por el buen resultado de sus operaciones.

El 5 de Junio salió para cruzar el Cabo de Barcelona hasta Cabo Creus y el 16 fondeó de regreso en la rada de Barcelona. El 18 salió para el mismo crucero y el 26 regresó a la misma rada para entrar en puerto en 27 de junio. Ese mismo día fue transbordado a la fragata Cortés. Esta fragata, también construida en Ferrol en 1836 y botada el 27 de julio del mismo, fue asignada al departamento marítimo del Ferrol y dos años mas tarde  acudiría a Barcelona a apoyar a las tropas del general Van Halen a causa de una insurrección que tuvo lugar en la ciudad condal. Regresó a finales de ese año a aguas gaditanas.

De nuevo, el 19 de junio, Su Majestad comunicó su contento por el comportamiento del Guardia Marina y el 14 de octubre le fue concedida la Cruz de la Marina.

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El bergantín 'Héroe'.

El 20 de agosto de 1840 se dispuso a cruzar de Peñíscola a Oropesa y Golfo de Valencia mientras se trasladaba a Su Majestad a otra ciudad. Tras varios días fondeó en la rada de Valencia y después trasbordó al bergantín Héroe anclado en la misma para partir de noche, ya que debía presentarse en el departamento de Cádiz por Real Orden. El 12 de septiembre regresó a Cádiz embarcado en dicho bergantín.

maria-cristina-borbonLa Regente, María Cristina, había estado un tiempo en Barcelona con su hija Isabel con la intención de sanar en lo posible una alergia dermatológica que sufría la futura reina,  Allí mismo se entrevistó con Espartero aunque poco después tuvo lugar una serie de altercados entre los partidarios de Maria Cristina y los de Espartero que obligaron a la Regente a trasladarse a Valencia. /En la imagen de la izquierda, la regente, María Cristina de Borbón.

A primeros de enero de 1841 trasbordó Winthuysen al bergantín Patriota, que llevaba meses frente a las costas de Cataluña y Levante transportando tropas, municiones de pólvora y expatriaciones de personas, incluso; además de intervenir junto a la fragata Cortés y el Bergantín Héroe en octubre de 1840 con la ocupación de los carlistas en san Carlos de la Rápita y con este último llegó a la Habana el día 20 del mismo mes.

El 21 de Junio de 1841, ya llevaba Winthuysen meses en Cuba y fue declarado de 1ª clase por el Excelentísimo Señor Comandante General del apostadero de la Habana, pues fue calificado de sobresaliente en un examen que hizo a mediados de mayo. El 30 de septiembre fue declarado Guardia Marina de 1ª clase y así quedaría casi año y medio.

El 22 de junio de 1842 regresó a la Habana. Al mes siguiente, el 9 de julio, trasbordó a la corbeta Liberal y el 29 de agosto a la fragata Isabel II sobre la que salió a la mar en 18 de noviembre. En este tan constante cambio de buques podemos darnos cuenta de la falta de oficiales de entonces.

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Louis Pellegrin: Goleta Victoria. Propiedad de D. Jaime Bosch y Vives. 1852

El 3 de abril de 1843, año en que Isabel II es considerada mayor de edad, tan solo con 13 años, y proclamada reina, fue ascendido Winthuysen a alférez de navío por Real Orden del 4 de marzo de 1843,  puesto que desarrollaría en los próximos cuatro años y pocos meses más. El 26 de agosto transbordó a la goleta Criolla, de la que estaba al cargo el teniente de navío Patricio Montojo y con la que salió Winthuysen a la mar en varias ocasiones hasta que transbordó al depósito de la escuadra con un mes de licencia por enfermo, tras el cual, el 7 de enero de 1844 se reincorporó, aunque casi dos meses después tuvo que desembarcar y ser dado de baja en el apostadero por otra recaída en su salud. Por ello se le envió a restituirse a la península como transporte en una fragata mercante tras habérsele concedido pasaporte. Gracias a esta recaída se libró de un desagradable accidente que sufrió la Criolla en una noche de febrero, pues  mientras estaba anclada en Punta Morantes y  a la espera de un práctico para poder acceder al puerto de Kingston, en Jamaica, embarrancó de madrugada en unas rocas a causa de las fuertes corrientes, aunque gracias a los prácticos del puerto y a una embarcación británica pudieron, tras largas horas nocturnas, rescatar tanto a la tripulación como a la carga que transportaban.  /Texto: Juan Manuel Rodríguez Gay-Palacios. Juan de Winthuyssen. (continuará)

 

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De pie, de izquierda a derecha, Juan Miguel Selma, Javier Cobos, Manolo Lechuga, Jesús Bejarano, desconocido, desconocido, Juan Luis Morillo y Juan Carlos Jiménez Lavi. Sentados, Vicente Vela, Juan Cebrián, Juan Alejo, Javier Bejarano y Juan Poquet. Abajo, Javier Dandy. La foto está tomada al final de la temporada del verano de 1979 u 80.

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Son los socorristas voluntarios de la Cruz Roja del Mar, que por aquel entonces cubrían la vigilancia en playas entre el 15 de junio y el 15 de septiembre. A diario, salían desde el Real Club Náutico, donde dormían las embarcaciones --lanchas neumáticas zodiak con motor fuera de borda-- y se dirigían a las playas para dar servicio entre las 11:00 y las 20:00 horas. En todas las playas con el servicio, existía como mínimo una lancha con patrón y socorrista y un vigía. En Valdelagrana, dada su extensión y número de asistentes, la dotación era doble.

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De izquierda a derecha, Ceferino Gómez Verano y José Luis Padilla Mendoza, en la plaza de las Galeras esquina con Micaela Aramburu, delante de la oficina de Antonio Ruiz de Cortázar, Consignatario de Buques, Agente de Aduanas y Cosario. En la actualidad es el Bar La Venencia y, con anterioridad y por muchos años, el Bar La Galera. La fotografía es de 1957.

La oficina de Cortazar fue consignataria del yate ‘Punta Umbría’ que sustituyó al Vapor ‘Cadiz’ tras la explosión en el muelle porteño en 1929, y también lo sería del Adriano I, cuando llegó a El Puerto tras la Exposición Iberoamericana de Sevilla en dicho año.

El pescador Manuel Lechuga Núñez, ‘el Picha’ --dicen quienes le conocieron que estaba bien dotado-- a la izquierda y Antonio Romero García, 'Antoñón’, fallecido a los 61 años a finales de la década de los ochenta del siglo pasado.

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La imagen está tomada a finales de los años 40 del siglo pasado, en las proximidades del Edificio donde estaba ubicado el Sindicato, hoy Edificio Vista Alegre, calle Micaela Aramburu, próximo a la Capilla de Los Afligidos, en lo que fue el antiguo Hospital Municipal. En aquellos años la Cofradía de Pescadores conocida también por el  Pósito de Pescadores se encontraba situada en las dependencias del Sindicato y además de las oficinas y comedor para los hijos de pescadores, se encontraba el consultorio médico, atendido por los doctores Antonio García Sánchez, Agustín Fernández Rodríguez y José Joaquín Muñoz Bela y la del practicante Felipe Lamadrid Muñoz.  /Foto: Colección Uchi Romero García para Gente del Puerto.

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Una vista de barcos abarloados  en el río Guadalete en los años ochenta. /Foto Michael Reckling.

Hubo un tiempo donde la pesca fue unos de los pilares de nuestra economía, desde la llegada de la colonia alicantina, principio de los años 30, hasta final de los años noventa del siglo pasado. Aquella fue la época de esplendor: la década de los años setenta y ochenta, cuando la flota llegó a tener 132 unidades que, sumadas a la foránea provenientes de los puertos de Huelva, Isla Cristina, Punta Umbría, Ayamonte, Algeciras y Málaga, que vendían sus capturas en la lonja de pescados de El Puerto.

lalonja_activa_puertosantamariaLlegó a ser considerada por ello como una de las principales en ventas de España, después de la de Vigo, y Cádiz.

Tenía el sector extractivo pesquero un censo de 1,500 trabajadores, entre pescadores (1.400)  y rederos (100). El caso es que de estos 1.500 trabajadores de la actividad extractiva se crearon casi 10.000 puestos indirectos e inducidos proporcionados por la actividad de la pesca, entre ellos los trabajadores de los Efectos Navales que se dedicaba a la venta de suministros y repuestos  para las embarcaciones. Eran la ferretería del mar, tenían de todo, difícilmente se quedaba un barco en puerto sin poder salir a la mar: pintura, redes, cuerdas, hilos, grilletes, repuesto de toca clase de marcas para los motores pesqueros, cables, tornillos, en definitiva, los llamados suministros navales. /En la imagen de la izquierda, la Lonja del pescado, en plena actividad.

LA LLAVE.
En las décadas de esplendor, en la Avenida Enrique Martínez (próximamente hablaremos sobre este personaje vinculado a la vida de El Puerto del primer tercio de siglo), hoy de la Bajamar, frente a la Ayudantía Militar de Marina, donde hoy se encuentra la Sala Milwaukee, estaba Efectos Navales ‘La Llave’ de José Agarrado Macías, teniendo por socio a Luis Márquez que era quien estaba al frente del negocio y, entre sus empleados, a Gandulla.

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Imagen de unos Efectos Navales, posiblemente de Cádiz.

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Anuncio de la casa central de Paulino Freire en Vigo.

PAULINO FREIRE Y LA COFRADÍA.
Junto al Bar Liba se encontraban loa Efectos Navales de ‘Paulino Freire’ y, entre sus empleados se encontraba Bohórquez. La familia de Paulino, procedente de Galicia, era propietaria de los Efectos Navales. Aquí en El Puerto, atendía más a los barcos mercantes que descargaban en la Otra Banda y al desaparecer estos también se dedicaron a la flota pesquera y al publico en general.

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En la imagen podemos ver detrás el edificio donde se encontraba los Efectos Navales de Paulino Freire, donde hoy se encuentra el restaurante Alavera, en la Avda. de la Bajamar. Se aprecia el desaparecido depósito de agua en la plaza de las Galeras Reales.

Junto a los Efectos Navales de Freire había varias oficinas de Consignatarios de Buques Mercantes, por ejemplo la Miguel Lobato Quintero (ver nótula 539 en GdP),  donde se dice: "Luego vendría el Puerto Comercial, la frontera natural marítima de El Puerto con el exterior. Miguel Lobato trabajó en diversas empresas consignatarias de buques, primero con Vicente Prego, continuando con Emilio Huart y hasta su jubilación en LOPAMAR, S.L. Es, precisamente en ese tiempo, cuando colabora para que en El Puerto se cree un cuerpo de trabajadores portuarios, independientes de los de Cádiz. En aquellos tiempos se vivieron los mejores tiempos de actividad portuaria en nuestro puerto, pujanza hoy tristemente desaparecida".

A mediados de los 80, dentro de la Antigua Lonja de esta Banda, lindando con la Avenida de la Bajamar, la Cofradía de  Pescadores tuvo Efectos Navales con los empleados José Galán Venegas y José María Requena Olmo.

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Rederos trabajando en esta Banda, donde hoy se encuentran uno de los aparcamientos gestionados por Impulsa.

EN LA OTRA BANDA.
Posteriormente en los años 90, en la Otra Banda, José Luis Reyes Albaiceta y sus hijos, abrieron unos Efectos Navales en la zona de los cuartos de los rederos, próximo a la Fábrica de Hielo y a las nuevas instalaciones pesqueras.

OTROS SUMINISTRADORES.
Aparte de los Efectos Navales, siempre alrededor de la flota han existido comerciantes que también han suministrado efectos navales a los barcos, como Simeón Nogueroles Verdú que tenia un establecimiento de redes y baterías junto al Bar la Gaviota, Vicente Moreno que suministraba malletas y cables, ‘Pepin Ragel’, hilos y redes, o Náutica Banderas, en el núm. 15 de la Avda. Micaela Aramburu, frente a l Resbaladero, entre otros.

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Una imagen de unos efectos navales.

En la actualidad debido al decaimiento de la flota y a las pérdidas de unidades pesqueras no quedan tiendas de Efectos Navales. De los armadores que quedan, aprovisionan sus barcos en Efectos Navales de Sanlucar de Barrameda y en la Costa de Huelva.

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josepoquetcabreraJosé Poquet Cabrera nació en Calpe (Alicante), ciudad con la que está hermanado El Puerto de Santa María, por medio de la pesca y los hombres de la mar, donde se repiten apellidos --en ambas poblaciones-- desde antiguo. Fue bautizado en la parroquia de Ntra. Sra. de las Nieves. Su infancia transcurrió en ambientes marineros calpinos.

Ya hecho un joven fuerte y decidido, puso rumbo a América del Norte, trabajando en las obras del tendido de la línea del ferrocarril Pensylvania Express, que unió el norte con el sur de los Estados Unidos. Allí vivió con los emigrantes por antonomasia en dicho país, con una familia irlandesa, empero, regresaría a España y poco después, siguiendo con su espíritu aventurero, conocerá nuevas tierras, esta vez en el continente europeo. Francia, Alemania, Rusia y... vuelta a América, trabajando en los Altos Hornos americanos que, aunque debilitan su forma física, le proporciona buenos ingresos, regresando, definitivamente a España, a su Calpe natal.

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Un tren de pasajeros en la línea Pensylvania Express.

LLEGADA A EL PUERTO: 1931.
Allí se hace armador de barcos de pesca y su sueño se convierte en realidad, con el barco Melchora que sale de los astilleros levantinos. Ya por aquella época una importante colonia alicantina residía en El Puerto: los Roselló, los Perles, los Morató y otros muchos  apellidos de ‘la mejor tierra del mundo’ estaban asentado en nuestra Ciudad, a donde arribará con su embarcación en diciembre de 1931, ya con unos años y soltero. Le acompañaban dos hermanas y un sobrino, residiendo en el número 102 de la calle Larga.

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El 12 de abril se celebraron elecciones municipales. El 31 de mayo, ya con la II República, se volvieron a celebrar los comicios locales. Fueron alcaldes ese año Eduardo Ruiz Golluri por los conservadores y Francisco Cossi Ochoa, por los progresistas. 

Supo integrase en la sociedad portuense y se ganó el respeto de todos, tanto del sector pesquero como de otras actividades en el ámbito local.  Era un hombre bueno y honrado, querido y admirado por sus convecinos, que desbordaba sencillez y humildad. Una persona que no solo ayudó a las familias de pescadores, sino que contribuyó a la época de máximo esplendor de la pesca en El Puerto. Tenía mucha mano izquierda.

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Una foto de la vivienda de Tio Pé, arriba del desaparecido Casa Lucas, con la familia.

Tio Pé se trasladaría al número 110 de la calle Larga --arriba del famoso bar Casa Lucas--, al contraer matrimonio con Francisca Beltrán, con la que tuvo cuatro hijos, dos niños y dos niñas, que hoy viven en Calpe, llegando a ser representante de dicha colonia en nuestra población.

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El 'Melchora' y el 'Nueva Melchora', construido este último en alicante en el astillero de Vda. de Manuel Ripoll.

EL NUEVA MELCHORA Y LAS REDES.
Su barco, la Melchora, naufraga en aguas de Marruecos a consecuencia de una avería y, en cuanto pudo, puso en astilleros la quilla de la Nueva Melchora, continuando así su actividad pesquera en los caladeros marroquíes. Al mismo tiempo, simultaneaba dicha actividad con un taller de entintado de redes, en el mismo edificio donde guardaba los enseres propios de la embarcación. Fue armador, además, del Melchora y Nueva Melchora, de otras embarcaciones a lo largo de su trayectoria profesional: La República, Belimar, Monte Olta. Y Fabian, en honor de su hijo quien, entre las décadas de los sesenta a los ochenta estuvo embarcado como pescador y posteriormente como patrón de los barcos de su padre, marchando con posterioridad a Calpe en los años noventa, donde llegaría a ser Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores durante el mandato 2007-2011

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Unos rederos en plena actividad en el muelle.

EL PÓSITO DE PESCADORES.
“Tio Pé” fue un excelente pescador que cimentaba la amistad en condiciones de igualdad, en todas las esferas económicas y sociales que se daban cita en la desaparecida Casa Lucas, siendo el primer Presidente del antiguo Pósito Marítimo y de Pescadores --luego Cofradía de Pescadores--, que se constituyó el día 5 de mayo de 1934, sobre las cenizas de otro anterior en la década de los años veinte, sien su primer presidente el ex alcalde Ramón Varela Campos (ver nótula núm. 2.030 en Gente del Puerto) que desapareció por diversas razones en fecha incierta. En su refundación intervinieron apellidos de ascendencia alicantina, llegando a tener, en el primer año de funcionamiento, 56 afiliados, permaneciendo en su presidencia hasta 1941.

Bajo su mandato, se dotaron al muelle pesquero de nuevas infraestructuras: una lonja moderna para la época para la subasta del pescado, con fábrica de hielo y depósitos de carburante junto al mismo cantil del muelle. En el edificio del Pósito se creó una clínica ambulatoria para la asistencia quirúrgica de sus afiliados, antes de  existir la Seguridad Social y una cooperativa para el suministro de enseres de las embarcaciones.

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ACTIVIDAD POLÍTICA: PARLAMENTARIO Y CONCEJAL.
El 1 de noviembre de 1942, re reunieron en la sede de los Sindicatos Nacionales las Juntas Sindicales Centrales, para proceder a la elección de los representantes sindicales en las Cortes Españolas del régimen franquista. Como obrero del Sindicato Nacional de Pesca, fue elegido en representación de dicho sindicato vertical , como Procurador en Cortes, para la legislatura de 1943-1946.

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Tomando posesión como concejal, ante el alcalde Eduardo Ciria Pérez (ver nótula núm. 1313 en GdP). 

Debido a su entrega e interés, no solo por los hombres de la mar, sino por la Ciudad de adopción que lo acogió, llegaría a ser concejal de la Corporación entre el 3 de febrero de 1952 y el 21 de mayo de 1958, con los alcaldes, Eduardo Ciria Pérez, Luis Caballero Noguera y Miguel Castro Merello (ver nótula núm. 1.654 en Gente del Puerto).

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El número 110 de la calle Larga, casa Lucas, donde hoy se encuentra Copistería HIVA.

EL RAPE PERDIDO.
Relata Manuel Lojo Espinosa en su libro Casa Lucas, la siguiente anécdota: «Para el acceso a su vivienda, el Tío Pé utilizaba una escalera situada en el patio del local de Casa Lucas, por lo que en muchas ocasiones también le servía para dar o recibir recados de su familia. En esta ocasión, había llegado de turno de pesca la Melchora y el dueño llevó a casa un extraordinario rape de más de 5 kilos de peso. La familia colgó esta hermosa pieza en la escalera que daba al citado patio, pero seguramente a causas del peso del pescado o, a que no estuviera bien atado, lo cierto fue que el rape cayó al patio y rápidamente, desapareció.

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Tio Pé y su esposa, Francisca Beltrán.

El dueño no sabía explicar a su esposa lo sucedido, o a lo mejor, fue el mismo el que autorizó a un buen amigo para que se lo llevara a su casa». Don Manuel Lojo, siempre tan discreto, seguro que sabía quien era ese buen amigo, pero el secreto como otros tantos, se lo llevó consigo a la tumba.

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Tio Pé, toma la palabra en el homenaje que recibió el 27 de diciembre de 1956, en El Resbaladero.

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Otra vista de los asistentes al homenaje.

HOMENAJE.
Por toda su trayectoria, recibió un homenaje de sus amigos de Casa Lucas, el 27 de septiembre de 1956, al cumplir sus bodas de plata de su llegada a El Puerto, que tuvo lugar en el restaurante El Resbaladero, con asistencia de muchos amigos porteños y de la colonia alicantina afincada en nuestra Ciudad. Le obsequiaron, entre otras sorpresas con el Himno a la Melchora, entonado por los asistentes, con letra del tasquero de Casa Lucas y música de la marcha Valencia. Francisco Lara Izquierdo, a la sazón presidente de la peña Casa Lucas, pronunció un emotivo discurso que llegó a emocionar al homenajeado, y que finalizaba con unos versos: Viva el Cristo del Sudor/ Viva el Peñón de Ifach/ Viva la Villa de Calpe/ Y viva este lobo de mar.

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Una imagen de Tio Pé, retirado, con la familia y el Peñón de Ifach al fondo, en Calpe.

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Da cosa cerrar el paréntesis de arriba, porque es triste dar por cerrada la última página de la historia de la saga de los Adriano. Así lo es al día de hoy al encontrarse el Adriano III, después de dos años y medio de hundirse, abandonado a su suerte en el abandonado varadero del abandonado río del Olvido (al que El Puerto de Santa María le debe su propia existencia, su antiguo esplendor y que hoy es la viva imagen y el espejo de su decadencia).

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El Adriano III en el astillero de San Adrián de Cobres, en 1955. Posando, su propietaria, Socorro Sanjuán Dopico y su hijo Antonio Somorrostro, quien fuera el último Administrador, desde 2003, de Motonaves Adriano S.L. / Foto, colección Andrés Fernández Valimaña, último Gestor del vapor.

El Tercero de los Adriano fue el único que no se construyó en el astillero que Antonio Fernández ‘el Adriano’ (fallecido en 1946) tenía en la ferrolana playa de Maniños, sino al interior de otra ría gallega, la de Vigo, en el astillero (1919-1998) que los Sucesores de Francisco González García mantenían en la parroquia de San Adrián de Cobres, en el municipio pontevedrés de Vilaboa. Se construyó en 1955 a iniciativa de los hermanos José, Juan y Eduardo Fernández Sanjuán, sobrinos de ‘el Adriano’, y de inmediato llegó al Guadalete, en aquella primera travesía al mando del mecánico Francisco Artola, para sustituir en las travesías al Adriano II, que entonces se varó después de un cuarto de siglo cubriendo las travesías entre El Puerto y Cádiz.

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Una instantánea histórica: la botadura del Adriano III en San Adrián de Cobres.

LAS TRIPAS 
El Adriano III se compuso ‘a la antigua’, con madera de roble para el armazón, tablones de pino gallego de 8 cm de espesor para el casco y acacia brava de 6 cm para las cubiertas y los camarotes. Sus dimensiones, 25’25 metros de eslora, 5’76 m de manga y 2’80 m de puntal. Su peso, 117 toneladas. El costo, 2 millones de pesetas y capacidad para 200 pasajeros: 65 en la cubierta del puente y 135 en la principal (26 en popa, 44 en los bancos de popa y 65 en los de proa). En esta cubierta se instalaron dos sanitarios, dos cisternas de agua dulce y un compartimento con el guardacalor de protección del motor (220 caballos) situado debajo, en la cámara de máquinas de la cubierta baja, que se dividió en dos pañoles de popa y otro de proa, cargados con 40 toneladas de adoquines como lastre.

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Siendo los mas conocidos Pepe y Juan, su hermano Eduardo Fernández Sanjuán (1911-1987), a la derecha de la imagen, trabajó 55 años en los Adriano como marinero de proa, cobrador y durante más de 30 al frente de la empresa familiar. 

Y en la cubierta del puente, el sanctasanctórum donde Pepe ‘el del Vapor’ gobernó el nuevo barco de la saga con sus hermanos Juan y Eduardo y los demás trabajadores que con los años se fueron sucediendo.

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El Adriano III abarloado a cuatro pesqueros.

El viejo motor fue remplazado en 1991 por un diésel ‘Guascor’ de 360 caballos, que alcanzaba una velocidad punta de ocho nudos y medio. La travesía entre El Puerto y Cádiz se hacía, en condiciones climáticas normales y a la velocidad establecida a la entrada y salida de los puertos, en 35-40 minutos (cuando el motor se puso a prueba la distancia se cubrió en 20’). El arranque se efectuaba por aire comprimido, con motor auxiliar. El timón contaba con ayuda mecánica, moviéndose el engranaje mediante cadenas y varillas de acero. Los medios de seguridad de la navegación, los reglamentarios: radar de superficie, compás, emisora de radio y luces de situación.

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El vapor, reluciente, en el varadero Guadalete durante una de sus revisiones anuales. / Foto, col. Andrés Fdez. Valimaña.

Los años en que los Adriano II y III compartieron tiempo y travesías (1955-1982), lo acostumbrado  era que el III cargase con  los viajes diarios y el II se dedicara  a dar paseos turísticos a Cádiz y por la bahía, a veces con paradas en Puerto Real, Matagorda, La Carraca y la Zona Franca. En diciembre y enero, cuando el Adriano III varaba para su limpieza y mantenimiento, el II lo sustituía en las travesías diarias, en el día a día que los Adriano mantuvieron desde 1930.

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El vapor pasando por La Puntilla, aún sin espigón. / Foto, Centro Municipal de Patrimonio Histórico.

...continúa leyendo "2.042. LOS ADRIANO. La herencia de una tradición. Y 6: Adriano III (1955-2011)"

ramon_varela_campos_puertosantamariaRamón Varela Campos nació en El Puerto de Santa María el 6 de diciembre de 1879 y murió el 30 de julio de 1939 a los 60 años de edad. Contrajo matrimonio en dos ocasiones a lo largo de su vida. Su primera mujer fue María Josefa Verges Herrera, nacida el 6 de junio de 1879 en la misma ciudad. Se casaron el día 16 de julio de 1907, festividad de la Virgen del Carmen, patrona de la Marina y de los marineros. El matrimonio residió en la calle Santo Domingo [la calle donde han nacido más alcaldes de El Puerto] de esta ciudad. De esta unión, al parecer, no hubo descendencia. Entre 1930 y 1935 Varela enviudó de su primera mujer, y contrajo nuevas nupcias con Manuela Barreda Bonmati, nacida en 1875, hermana de Adelaida Barreda, casada con un notable cirujano, Rafael de Rioja Pineda. Tampoco tuvo descendencia con ella, ni hemos encontrado que Manuela Barreda tuviera hijos antes de su matrimonio con Varela. /En la imagen, Ramón Varela Campos. Foto: Academia de BBAA Santa Cecilia.

ALCALDE

En 1910, había sido puesto en la alcaldía por orden del Gobernador Civil de la provincia al ser cesado José María Heredia Ferrer, que ostentaba el cargo de regidor. Varela ocupa la alcaldía portuense de marzo de 1910 hasta el 12 de noviembre de 1912. Un segundo periodo en la alcaldía lo obtuvo en el bienio 1916-1917. Es por ello un experimentado político, de familia ligada a la producción de vino de Jerez. (Ver nótula 1.100 en GdP).

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El alcalde, Ramón Varela, flanqueado por los maceros municipales, descubriendo la placa conmemorativa que inauguraba el Hospital Municipal, el 7 de septiembre de 1916, puso de manifiesto la grandiosidad de la obra y el agradecimiento que El Puerto sentía por Micaela Aramburu de Mora, terminando con un ¡Viva! a la caritativa bienhechora gaditana, que fue contestado con el entusiasmo de los presentes. (Ver nótula núm. 1.181 en Gente del Puerto)

PROCURADOR

Papel destacado que protagonizó Ramón Varela y Campos en enero de 1920 en la defensa de la protesta con manifestación popular surgida a causa de una prohibición ministerial del uso de las artes denominadas sabaleras. Profesionalmente ejercía como procurador y el hecho de tener intereses ligados a la pesca le convirtieron en hombre ideal para el político Ramón de Carranza y su camarilla, que pensaron en él para ocupar el relevante cargo de primer presidente del Pósito de Pescadores en el delicado momento político que atravesaba el país. Meses antes de ocupar la presidencia del Pósito, Varela medió en el conflicto antes reseñado defendiendo los intereses de la “clase pescadora”. Contaba Varela con 42 años al desempeñar el cargo de presidencia, y asumía la responsabilidad civil de la iniciativa sindical del ministerio, pero era ya un político de derechas acreditado.

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Callejón de Puerto Escondido.

EL PÓSITO DE PESCADORES

El Pósito de Pescadores es una institución que se constituye en El Puerto de Santa María, de manera simultánea a otras poblaciones cuya economía dependía en buena medida de la pesca, entonces en crisis por la coyuntura de postguerra internacional y la por la falta de inversiones para obtener la renovación industrial pesquera (motores, combustión interna, fábricas de hielo, etc.). La burguesía pesquera de la ciudad se acogió al sistema de la subvención y se asoció siguiendo las pautas impuestas desde Madrid. En cambio, las clases bajas generaron una reticencia natural, pues además de trabajar en la pesca, ahora se veían obligadas a pagar cuotas para su afiliación y obtención de beneficios que en sus diversas secciones podía proporcionarles dicha entidad.

EN PUERTO ESCONDIDO

La inauguración del nuevo Pósito de Pescadores tuvo lugar el domingo 19 de junio de 1921 a las dos de la tarde en un edificio de la calle Puerto Escondido, callejón de tradicional raigambre marinera, que todavía existe en la actualidad perpendicular al Parque Calderón. No obstante, ya desde el mes de marzo de 1921 encontramos alguna referencia en la prensa local sobre la gestación de esta institución, como veremos en el siguiente apartado sobre la organización del pósito. Según informaba dicha prensa la creación del Pósito se debió al ex alcalde don Ramón Varela y Campos y a su gestación y desarrollo contribuyó de manera eficaz y decisiva, el ayudante de Marina Manuel Sánchez Ruiz.

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Celebración de Primavera en la Academia de Bellas Artes, entonces en el antiguo Salón de Actos del Convento de Santo Domingo, hoy Instituto de Enseñanza Secundaria. Curso 1927/28. 

PRESIDENTE DE BELLAS ARTES

Desde 1929 hasta su muerte diez años después, Ramón Varela sufrió dos duros golpes en su vida profesional [uno fue el triste suceso del ‘Crimen del Saboné’ --ver nótula núm. 147 en Gente del Puerto-- del que fue testigo], y su carrera política fue en decadencia. Solamente la presidencia de la Academia de Bellas Artes de la ciudad, cargo que ocupó desde el 15 de septiembre de 1930 al 20 de septiembre de 1938, le aportó relevancia dentro de la burguesía portuense en este turbulento periodo de la historia española. Varela había sido nombrado Presidente de honor de la citada Academia el 2 de julio de 1922. Este fue, quizá, el momento culminante de su vida pública. /Texto: José Ferrer Andrade.

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