Saltar al contenido

1

Durante una convivencia de padres y colaboradores del Colegio La Salle, creemos que, en la Feria de Jerez en 1963. A la izquierda de la imagen el matrimonio formado por el que fuera sindicalista, diputado y eurodiputado socialista Esteban Caamaño Bernal y su mujer, Lola, a continuación el matrimonio Troncoso, él saludando.

A la derecha de la imagen, en primer término, Pepe Buhigas, conocido como el ‘Robert Taylor de El Puerto --que alguna aparición hizo en el cine--, el párroco de San Joaquín, el reverendo José María Rivas Rodríguez --gran persona, campechano, buena gente y un gran facilitador de ayudas a los mas necesitados; cierran la mesa el matrimonio Jaén Andrade. /Foto: González. Colección Francisco M. Arníz Sanz.

De izquierda a derecha, agachados, Manuel Ramos Añino ‘Arena’; José Ortega ‘Pepe el Bombero’; Remigio Andújar de la Rosa, Pepe Ortega, Ramón Arana, Antonio Letrán, Fernando Guilloto y Mariano de Iberconta.

Fila del centro, de izquierda a derecha, Eduardo Brea, Hortensia Renedo Varela, Antonio Ramírez ‘Peana’, Antonio Guerrero Aldana ‘Enero’, Asunción Poullet, Miguel Baena, José Blandino concejal de Aguas que luego sería el vicepresidente fundador de APEMSA; Francisco Lara Izquierdo, quien fuera jefe del negociado de Aguas en su etapa municipal, antes de ser empresa pública.

Fila de atrás, de izquierda a derecha: Chacón (cobrador); Antonio Campos, José María Delgado, Juan José Campos Guereta-León actual director gerente de APEMSA  y Juan García. La fotografía es de mediados de la década de los ochenta del siglo pasado. /Foto: Colección Antonio Ramírez ‘Peana’.

2

Los portuenses Rafael Troncoso, residente en EEUU y Francisco José Ramírez, residente en Valencia, han escrito al a limón y desde la distancia, un curioso libro ‘Microhistorias: anécdotas y curiosidades de la Informática’ que puede obtenerse pulsando aquí.

¿Sabía que Steve Jobs le llevó en persona un ordenador Macintosh a Yoko Ono y también a Mick Jagger? ¿O que Steve Wozniak, después de crear el mítico ordenador Apple II dejó su querida empresa Apple para crear otra que fabricaba mandos a distancia? ¿Y que Jay Miner, el genio que creó el Amiga 1000 tenía una perrita que tomaba parte en algunas de las decisiones de diseño de este ordenador? ¿O que Xenix fue el sistema Unix más usado en los 80s en ordenadores personales y que éste era propiedad de Microsoft? Estas son sólo algunas de las historias y anécdotas que encontrarás en este libro de Microhistorias.

FRANCISCO JOSÉ RAMÍREZ. ‘Cybercaronte’.
Es el fundador de www.cyberhades.com en 2007. Es en este blog donde comenzó a escribir junto a tuxotron el apartado “Microhistorias”, base de este libro. Actualmente trabaja como Administrador de Sistemas en una empresa multinacional española, con sede en Valencia. cybercaronte@cyberhades.com

El eje de la publicación lo han querido iniciar desde el “Big Bang” tecnológico que supuso la aparición del ordenador Altair y sobre todo del Home Brew Computer Club, grupo de grandes hackers que más tarde revolucionaron el mundo de la Informática, junto al nido de genios que salieron de Xerox y la revolución de sus inventos.

RAFAEL TRONCOSO. ‘Tuxotrón’.
Es Miembro y administrador, también, del blog www.cyberhades.com desde Enero del 2009. Actualmente trabaja como Arquitecto de Software para la FDA (Food and Drug Administration) en Norteamérica. tuxotron@cybernades.com

También encontrará en el libro historias que ocurrieron anteriormente, incluso mucho antes de la aparición del ordenador. Ada Lovelace, a la que muchos consideran la primera programadora de la historia, o Alan Turing y su trabajo en Bletchley Park descifrando la máquina Enigma durante la Segunda Guerra Mundial, son sólo un ejemplo ellas.

El IES Santo Domingo irradia magisterio y eclecticismo hacia las bellas artes desde casi su inauguración como centro de enseñanza. El teatro concebido como materia didáctica para los alumnos, cobra una vida inusitada en el añejo salón de actos del antiguo Convento de Santo Domingo que la orden religiosa de los Dominicos legó a la ciudad en la primera mitad del siglo XVIII.

Los protagonistas de estas fotografías formaron parte del Taller de Teatro impartido por el actor y monitor Paco Crespo durante el curso 2000-2001. La obra que se representó fue Los gemelos del autor latino Tito Maccio Plauto, basada en los equívocos de provoca la semejanza de dos hermanos gemelos.

Los dos Menechmos (los gemelos Lucas y Nicolás Morillo), imitada por William Shakespeare en su Comedia de los errores, es un enredo fundado en los malentendidos a que dan lugar dos gemelos que vivieron separados durante mucho tiempo y se vuelven a encontrar en una ciudad.

El elenco de jóvenes actores y actrices estuvo formado por: Adrián Morillo, Rafi Ruiz, Jesús M. Martínez, María Serpa, Patricia López, Maribel Crespo, Valentín Murillo, Regina Carbayo, Libertad Marín, Lorena Vaca, Cristina Fuentes, José Padilla y Lucas y Nicolás Morillo. El estreno fue en el salón Moderno de El Puerto de Santa María en Mayo del año 2001, aunque previamente se realizó preestreno en el salón de actos del propio Instituto.

‘Los Gondoleros de Venecia’ fueron en 1966 el Primer Premio de Chirigotas, en su modalidad de provincia, teniendo más valor si cabe dado que el jurado dejó desiertos los segundo y tercer premios.

Los Gondoleros de Venecia. /Foto Fariñas publicada en La Voz de la Bahía.

En aquellas ‘Fiestas Típicas Gaditanas’ (no se les podía llamar Carnaval, estaba prohibido’, tras cuatro meses de ensayos, los porteños consiguieron revalidar, con la letra de ‘La inundación de Chiclana’ original de Federico Rodríguez García ‘el Cote’.Para escuchar el audio de la copla, pulsar aquí. (Desde dicha página se pueden escuchar otras coplas antiguas de carnavaleros de El Puerto.

En años anteriores, en 1963 es cuando, ‘el Cote’ en colaboración con José Camacho Francés ‘Chusco’ obtiene el primer premio por la autoría de ‘El lazo del matrimonio’ interpretado por la agrupación ‘Los Maridos Modelos’. Y en 1965 con la agrupación ‘Los Amigos de la Capa’ obtendrá otro primer premio por la letra ‘Un recuerdo’

Ver más información de ‘El Chusco’, nótula núm. 933 en GdP
Ver más información de ‘El Cote’, nótula núm. 950 en GdP

1966
Ese año era alcalde de El Puerto Luis Portillo Ruiz. En España se votaba el 14 de diciembre el Referendum de aprobación de la Ley Orgánica del Estado, que era un referéndum a Franco, el dictador y anterior Jefe del Estado.
En 1966 el poeta José Luis Tejada será Lector de español y profesor de Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Nantes (Francia).

Regreso al Parque Calderón como es habitual cuando acudo a la ciudad. Lo he conocido como un oasis de palmeras canarias. Todas ellas perfectamente alineadas. Y también configurando frondoso vergel, como otrora lo fue el del Conde. Del que nació como prolongación.

Fue un personaje importante, aunque discutido, aquel conde. No sólo en la historia de El Puerto, sino en la del conjunto de la España carolina. Irlandés de origen humilde, pero creso por matrimonio, don Alejandro O’Reilly sirvió con inusitada eficacia a la España ilustrada, aunque sus enemigos no le perdonaron cierto desastre militar en Argel y la devoción que por él sentía el rey alarife. Mariscal de campo en Puerto Rico, gobernador de Luisiana y capitán general de Andalucía, o de la Mar Óceana, fortificó Cádiz. Y re-urbanizó algunos lugares de El Puerto, levantando un puente de barcas que se hundió el día de su inauguración y tintó el Guadalete de tragedia. /En la imagen de la izquierda, Alejandro O'Reillly, en 1722.

Pero después vinieron otros puentes, de madera, colgante y de hierro. Todos con el nombre de San Alejandro, en honor del irlandés, hasta que en los años sesenta se empezó a construir el carreteril de la actualidad que va emparejado a la vía férrea, quitándonos con el tiempo a los que viajábamos en automóvil desde Cádiz el privilegio de ser recibidos por El Corribolo.

El desaparecido puente de hierro de San Alejandro, en honor del conde irlandés.

Despertar ante el reclamo del brandy Centenario. Y sentir tan de cerca la cálida copla de amor que Pilar Paz Pasamar le regaló a la ciudad.

Yo supe que te quería,
cuando atravesé el silencio,
caliente de la Herrería.

Contemplo ahora un segundo puente luminoso de color azul para peatones que parece extraído del estante de un bazar chino. Es como replicar hasta la otra banda del río el blanco poder luminoso de Romerijo, laboriosa familia esta, pero adobado de reluciente y fresca pintura de barco.

Las viejas pilas del último puente de hierro conforman simetría con los estípetes talados de las palmeras dañadas por el picudo rojo. Unos y otros, en la imaginación, conforman el estilóbato de un templo griego, recién iniciada su construcción. O destruido por la historia. Dejemos a cada cual su interpretación. Aunque la tragedia helénica ya había llegado a El Puerto antes con Menesteo, hijo de Peteo y undécimo rey de Atenas. General de las tropas atenienses en la guerra de Troya, y uno de los guerreros que se ocultaron en el caballo burlón, éste monarca se estableció tras su huida, y al perder el trono, en estos márgenes del Guadalete, entonces llamado Criso. Fenicios de Cádiz y griegos de El Puerto guerrearon entre sí. Y siglos después cruzaban amistosamente sus barcos por la bahía repletos de mercaderías.

El río Guadalete 'río del Olvido', antes de su desembocadura, a su paso por El Puerto.

El nombre árabe de Guadalete casa hoy con el mal endémico que sufre desde hace tiempo la ciudad por mor de quienes no la sienten suya. Pues, no en vano, lete procede del griego clásico. Y significa olvido.

Del olvido escribió Cernuda:
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas,
sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Pero también Pablo Neruda:
¡Ay gran amor, pequeña amada!

El picudo rojo llegó hasta aquí por la ruta del té. Originario de Asia, caminó y voló hacia Egipto. Hizo allí estragos. Y la España del pelotazo lo trasladó a esta tierra de cante recio, vinos, toros y caballos, volantes y trajes de luces, dunas y pinos piñoneros, estacas y pesqueros abarbolados, como polizón troyano oculto en baratas palmeras destinadas a disimular con su estampado verde el impacto del ladrillo. Los científicos estiman que el ciclo reproductor de este coleóptero se completa hasta tres veces en un año. Y es tan dañino que cada larva neonata se zampa un metro de palmera. Comparado con lo que se están zampando otros en este país, el picudo rojo es sólo un insecto, aunque acorazado.

La voracidad del corrupto en España no tiene límites porque es mastodóntica. Y ahora, cuando el país se desnuda en los juzgados, comprobamos con rabia (y tristeza) la enorme suciedad que algunas conductas poco ejemplares llevaban dentro.

Muñoz Seca fue asesinado por la envidia y por recordar que España es también comedia. Y Alberti labró su mejor poesía en el exilio argentino, cuando sintió la nostalgia de su arboleda tras el trágico drama de la guerra civil.

En los años 70 conocí al mejor periodista que ha dado El Puerto en los últimos tiempos. Fue en el escritorio de Antonio Cologan. Entre albaranes de Ilsa Frigo, y una vieja velosolex Orbea allí aparcada, Agustín Merello, viejo cruzado e inolvidable amigo, escribía ruidos y nueces magistrales. Eran crónicas sanas que ayudaron a cambiar mentalidades. Y motivaron espacios para que entre todos nos entendiéramos mejor.

Entonces yo disfrutaba de una licencia de ocio que nos había otorgado un ministro de Educación de Franco que se llamaba Julio Rodríguez. Y que nos retrasó el inicio del curso universitario hasta después de Reyes. Me preparaba para empezar la carrera de Derecho en Jerez con mi amigo Eduardo Terry, hoy procurador de los Tribunales. Y desde un teléfono de pared de la casa familiar, la de la plaza de los Jazmines, mandaba yo crónicas deportivas a Radio Popular de Sevilla. Ante la irónica mirada de su hermano Nicolás, después cronista de la causa náutica, y la perplejidad de sus padres al escuchar la entonación que yo hacía de las alineaciones de los equipos de la bahía.

Manolín y Lolo, por el Racing. Baena y Carvallo, por el Cádiz. Galleguito, por el San Fernando. Cuarenta años ya. Eran tiempos hermosos. De felicidad y templanza, pese al dolor que en muchos causaba el régimen. Y su falta de libertades.

Etiqueta de Fernando A. de Terry. Imperio. Cognac (brandy) Español. (Exportado a Montevideo, Uruguay. Importador: Pesquera y Cía.).

Las etiquetas de los brandys del marco llevaban nombres suntuosos. De la regia historia. Y de la empresa colombina. Pero también de la mejor condición humana. Insuperable. Magno. Galante. Oxigenado. Soberano. Y Príncipe. Hoy son palabras en desuso, pero no porque estén vencidas. Si no porque son difíciles de aplicar. O de acompañar. Y es que este país no sólo padece tristeza sino que siente desconfianza.

Juan Ramón, viajero imaginario desde la ventana de un colegio de El Puerto, hace suyos estos latidos:
Han sonado las horas dormidas,
está sólo el inmenso paisaje,
ya se han ido los lentos rebaños,
Flota el humo en los pobres hogares.

El picudo ha sorteado la fuente de las Galeras Reales dejando al descubierto el azulejo de Los Afligidos en su feroz incursión hacia La Puntilla, pero confío en que será derrotado en retaguardia desde los matacanes y saeteras del Castillo de San Marcos por su guarnición de ballesteros sin que haya que emplear la caballería acuartelada en El Polvorista.

Palmeras desmochadas del Parque Calderón.

Hay lugares en El Puerto que sobreviven milagrosamente. Y otros que han traído a nuestros días (y pese a los tiempos) nombres hermosos. Echo de menos el vaporcito amarrado en el cantil del muelle. Y el murmullo, entre chiquitas, de La Burra después de una buena tarde de toros o la difícil captura aérea del pollo fuera de concurso que Manuel Moreno, siempre bajo bóveda, nos ofrecía entre sus apretadas paredes de recortes taurinos. El Ruedo. O Dígame. Ricardo Chibanga. Curro Girón. Bienvenida. Ordóñez. Y el conde de San Remy.

Pero me siento protegido al descubrir que el Liba sigue cobrando el café a un euro. Como protegida está la historia de El Puerto mientras otro cruzado de excelente pluma, mi querido José Ignacio Buhigas Cabrera, siga siendo el archivero de la ciudad desde la métrica soledad del vetusto casco de la bodega Cuvillo.

No hace mucho estuve aquí con un buen amigo: Jaime Paz Zamora, ex presidente de Bolivia. Convinimos tomar unos vinos finos mientras le explicaba los lugares que recorrió José Bonaparte en la ciudad durante el asedio de Cádiz. Quedó impresionado por la tala del palmeral urbano. Y se mostró interesado por esta ruta portuense a la que yo le añadía imaginación. Y escenarios posteriores. Paseamos por el Campo de Guía, antiguo ejido recordado en sus vinos por Gutiérrez Colosía. Y por la calle de los Moros, sede secular de las criaderas y solerajes de las Bodegas Osborne. Hasta alcanzar la Real plaza de toros, el colegio y contemplar tras la verja, cuan estricta observancia, el viejo drago de Caballero. San Francisco, Ordo fratrum minorum.

El Puerto es una ciudad en familia. Que no de familias. Aunque aquí la empresa familiar tiene dimensiones institucionales desde el siglo XVIII, cuando la ciudad se incorporó a la jurisdicción real. Y dejó de pertenecer al duque de Medinaceli. La familia es de lo poco que no se ha oxidado aún en España. También es el socorro de la mayor parte de los que se han quedado sin trabajo. Seis millones ya, acaudillados por el viejo emporio gaditano.

La poesía sosiega. Pero emerge con fuerza cuando tras ella se encuentra un gran poeta. El Puerto es tierra de excelentes poetas. Y este corto paseo sufriría también los efectos de la tala sin la emoción que supone el vivo recuerdo del lírico ingenio de un proel como Tejada:

Una fragata en la ría
y yo con diez bucaneros,
amor, de piratería.

Llegar a tu puerto un día.
Robarte, y hacerte mía...
 ¡Levad anclas, compañeros!

 Que suenan por la Caleta
 voces de carabineros.

Y en el lomo de una duna,
tu padre con la escopeta,
solo ya, frente a la luna.

(Texto original de Fernando Orgambides, leído por su autor en la presentación de su libro Viento de Palabras el 1 de febrero en la Galería Milagros Delicado de El Puerto de Santa María)

(viene de la nótula anterior núm. 1.643.)

Manolo Paz, el policía local y Mercedes Cruz Vélez, criaron a sus hijos Abraham, José Manuel, Hugo y Marta, en el Barrio Alto, y por entonces en esa zona del Puerto, la droga corría con demasiada asiduidad. Así que nada mejor para evitar problemas que fomentar el  amor al deporte. Manolo Paz, había militado en el Jerez Industrial, de la misma manera, su hermano Francis Paz, en el Cádiz, así que  era de esperar que alguno de sus cuatros hijos sintiera inclinación por el deporte del balonpié.

Sus dos hijos mayores, Abraham y José Manuel, desde pequeños  jugaban con los chiquillos de su barrio, y como no en el colegio Cristóbal Colón. Ambos dos, sentían pasión por el fútbol, comenzaron a entrenar en Safa San Luis, y era increíble verlos, como a pesar de ser unos chiquillos y  de estar de vacaciones escolares, llegado el mes de agosto, a la hora más taurina --las cinco de la tarde-- iban a sus entrenamientos, sin importarles,  ni el calor, ni dejar  ese mar azul invitándolos a zambullirse. Lo tenían claro ¿verdad? Pues sí, no cabe duda.

Abraham Paz y su hermana Marta, con la hija del primero, Valeria.

Los dos mayores, pasaron de Safa San Luis a las filas del  Cádiz B. Abraham,  no sin algún que otro problema, pero  a los chiquillos no se les puede cortar las alas,  hay que  dejarlos que vuelen y logren sus objetivos. Siempre fue un niño noble y muy sensato, sabía que si quería ser futbolista profesional, tenía que currárselo, y lo hizo, porque para él nunca  fue un juego de niños, sino  la firme promesa de una  futura profesión.

Abraham Paz cuando era jugadro del Hércules, temporadas 2008/2011.

Se podría decir  que se formo en este Club,  y tuvo la dicha de conseguir  en Las Palmas el ansiado ascenso de  Segunda B a Segunda división, tras nueve temporadas, en esta categoría. La felicidad fue  en aumento, pues dos años después,  en  el Estadio Chapín-Xerez-  logramos  cantar a tantos de Oli, y Abraham Paz, el ansiado ascenso a primera división. Que felicidad ¡por Dios! Cádiz era una fiesta, y su marea amarilla,  vibró como nunca con el  club de sus amores. Entre todos hicieron  que  saliera del pozo, y es que, ¿como no iba a salir con el arte que le echaron Yuyu y Manolito Santander?  Amén de lo que le pusieron los jugadores, ya ustedes me entiende ¿no?

Pues sí, He-Man, Abraham Paz, pudo vivirlo y disfrutarlo, y con él todos los suyos, entre quienes me encuentro. Más tarde pasó al Hércules, Cartagena, y actualmente se encuentra en el Sabadell. Ni que decir tiene que  lleva una más que  extraordinaria trayectoria  profesional, que  algún día colmará, como  entrenador, y que espero que a poco que la suerte le sonría, podamos verlo cosechar éxitos.  Se lo merece, no solo por ser un gran profesional, sino por el corazón y la entrega que pone en todo  lo que emprende y es que … de casta le viene al galgo.

José Manuel Paz, 'Chiqui', cuando era jugador del Racing Club Portuense.

JOSÉ MANUEL PAZ.
José Manuel --Chiqui--  se podría decir que es  de esas personas que se lleva a todo el mundo “de calle”  pues es la alegría de la vida. No le falta ni simpatía,  ni ingenio, ni gracia. Es un hombre feliz, que irradia felicidad a cada paso, así sin más, porque él es así de generoso. Como profesional, lo ha dado todo y más, pero no ha tenido la suerte de su lado en muchas ocasiones, y como no siempre del fútbol  vive el hombre, decidió, no sin pesar,  emprender nuevos horizontes.  Chiqui ha militado en equipos como: Menorca, Granada, Conil, Chiclana,  San Fernando,  y nuestro Racing Club Portuense, que ha sido donde se ha cortado la coleta --simil taurino-- Espero que todo le vaya tal y como merece ¡de lujo!

HUGO .
Era lógico, que tal y como vive esta familia este deporte, los pequeños,  siguieron los pasos de los mayores, Hugo es un  gran chaval, que aspira a hacerse un sitio y un nombre en este deporte. Actualmente  convalece de una  difícil operación de rodilla, --ligamentos cruzados-- pero a poco que su rodilla se fortalezca, lo veremos de nuevo jugar con su equipo:  el Xerez B y seguro oiremos hablar mucho y bien de este  estupendo futbolista.

MARTA.
La pequeña Marta, no iba a ser menos,  tiene claro que este es su deporte favorito. Durante seis años, ha jugado  en el equipo mixto de  Safa San Luis, para pasar estos dos últimos años al equipo femenino de los Frailes sub 16.  Da gusto verla en el campo, por la pasión con que vive este deporte  y su visión de juego.

Marta Paz, en el equipo mixto de SAFA-San Luis.

Y es que no podía ser de otra forma, la familia que vive  con esta pasión el  fútbol,  y tiene las cualidades  de los Paz Cruz, está claro que  si puede vive de él. (Texto: María Jesús Vela Durán).

3

No sé si la memoria, es selectiva, o no, pero  a mí me pasa, que al  evocar a algunas personas me vienen flashes, de algunas  características  concretas suyas, es decir,  desde: su porte, su peinado, su sonrisa, sus manos, sus ojos, si estaba lozano, o su cara de enfado, ¡que se yo! Si pensara en los olores de mi niñez, el que prevalecería sería sin ninguna dudas  el olor a Heno de Pravia, y Lavanda. No solo porque eran los olores de mi madre, también porque,  no había prenda guardada, en las  cómodas o  en los roperos, que no estuvieran impregnadas de estos agradables aromas. De la misma manera, basta cerrar los ojos, para que la imagen que te venga de  una persona conocida o no, sea por un momento grato, o por todo lo contrario. En este caso  la imagen primera,  no puede ser más agradable, sin saber por qué he vuelto  a verla  correteando  por la calle, alegre y desenfadada.

No puedo precisar con certeza, en qué momento comencé a fijarme, en una chiquilla preciosa, que  de un día para otro, paseaba alegremente, a lomos de su bicicleta, por ese, mi rinconcito del alma, La Placilla. Me resultaba conocida,  pero  no  sabía por qué. Pronto comenzó a entrar en la tienda de mi familia, y  la verdad es  que  descubrí, que  Mercedes --Merchi--, era una niña encantadora. A todos nos conquistó, con su simpatía y desparpajo.. Parece que la estoy viendo, con su vestidito blanco con adornos rojos, y ese roetito, que siempre llevaba, a pesar de tener una melena  rubia preciosa. Como digo, era todo simpatía, y en su mirada se adivinada gran bondad, y con misericordia, con todos.

Me cuentan, que siendo muy pequeñita, de camino a casa, veía a un hombre  sentado en los escalones del Teatro Principal, y en su inocencia,  sentada a su lado, le preguntaba, porque estaba solito y si tenía hambre. A él le cayó en gracia, y aceptaba con agrado, el pan que a diario le  daba, pues sabia del cariño, con el que se lo entregaba. Este hombre, era Manuel Quintero García ‘El Chumi’ (ver nótula 1.11o en GdP). Con el paso de  los años, no perdió, ni un ápice de  sus muchas cualidades.

Pero… mejor hagamos las presentaciones: Mercedes Cruz Vélez, nació el 20 de Mayo de 1961, en la  actual Calle Luna nº38 en una preciosa casa mirador, --La casa de la Torre que fue sede de los Jesuitas en El Puerto-- en cuyos bajos se ubicaron el Bar La Liga y mas tarde el Bar Trevi.

CAMPO LUGAR.
Cuándo tenía aproximadamente la cuarentena, su familia se trasladó a Campo Lugar --Cáceres--. Su Padre: José María Cruz García --el Chico-- (ver nótula 771 en GdP) trabajaba con maquinarias pesadas,  para empresas como Cubiertas y Tejados o Dragados y Construcciones, haciendo carreteras, pantanos, etc. Su trabajo le llevó a permanecer durante cerca de un año, en este bonito pueblo. Los mayorcitos, alucinaban viendo corretear a los animales, por la calle,  creían que si podían coger algún,  cochino, u otro animal, se lo podían llevar a casa como premio. Lógico, si se piensa, que aquí, no se estaba acostumbrado a eso.

Estación de trenes de Montcada y Reixac.

MONTCADA Y REIXAC.
Pasados unos meses, la familia escolarizó a los mayores en El Puerto, y quedaron al cuidado de los abuelos maternos. Los padres y las dos pequeñas, Milagros  y Mercedes, se trasladaron a Cuenca. Nuevamente al cabo de unos meses, volvieron a casa. Pero, como ya he dicho, donde estaba el trabajo, debía estar la familia. Esta vez, se trasladaron a Torremolinos, para más tarde recalar en Montcada y Reixac. Esta es una ciudad dormitorio,  con muy buenas comunicaciones con Barcelona Capital. Ciertamente, en esta ciudad pasaron unos años inolvidables,  las dos pequeñas, estaban entregadas a la natación,  entrenaban cada día, y  consiguieron buen nivel, de hecho, en las competiciones, consiguieron  algunos trofeos. Los mayores,  enseguida  encontraron empleo.

Como digo fueron unos años muy felices. Aunque  aquí  no nació, su primera amistad, pues fue en Torremolinos,  donde conoció a una pequeñita  de nombre Esperanza,  a la que desafortunadamente, nunca  más volvió a ver, tras la itinerante vida que llevaron a causa del trabajo, del cabeza de familia. Fue definitivamente en Montcada, donde realmente encontró el verdadero sentido, de la palabra amistad. Debido a su carácter abierto y a su simpatía, de seguida se adaptó al  pulso de esta pequeña pero viva ciudad y a sus nuevos convecinos.   Los domingos, de mañana, eran obligados,  los paseos  por la calle mayor, y  hacer  una visita a Mallafré - no sé bien, si era confitería, heladería, o churrería-, y como no, por la tarde al infantil. Ciertamente la familia se adaptó perfectamente  a esta ciudad, pero la fatalidad, quiso que  Milagros Vélez Hidalgo- su madre- enfermara y decidieran volver de nuevo  a casa.

DE VUELTA A EL PUERTO.
La vuelta, sobre todo para las pequeñas, no fue fácil, pues echaban de menos, a los amigo(a)s, el colegio, los entrenamientos, en la piscina municipal, por cierto  que el entrenador para competiciones era MiKel  Pessarrodona, un conocido profesional de la natación española, en definitiva  añoraban todo lo que tuviera que ver con Montcada iReixac.

La calle Vicario, al atardecer, con la Prioral al fondo. /Foto: Victor Kaposi.

PLASTIMAR.
Pero a Merchi,  su simpatía y bondad, le abría puertas y corazones, así que pronto hizo amistades nuevas. Con  solo catorce años,  decidió, que  debía aportar algo a la familia, así que se arregló, de domingo y se encaminó a Plastimar- este era un comercio, dedicado  a múltiples artículos ubicado en la calle Vicario. A sus dueños, Carlos Campoy y Teresa  les gustó,  su  desenvoltura y  franqueza. Nunca nadie más diligente y dispuesto en su trabajo. Era una niña sí, pero  sabía lo que quería, y lo llevaba a cabo con diligencia y entrega. ¿Creíais que esta chiquilla de apenas catorce años se iba a conformar? Ya les digo yo que no, su espíritu inquieto, y sus ganas de ayudar, le llevo, a vender por catálogo. Los domingos,  montada en su bicicleta, recorría las casas de sus familiares y amigos invitándolos a comprar. ¿Se acuerdan del eslogan: ‘Avon llama a su puerta’? Pues nunca, podría encontrar esta firma una sonrisa más franca, que la de esta jovencita. Le  siguieron: Tupperware, Cristian Lay --con esta empresa ha estado años-- perfumes etc. Se podría decir, que  era una luchadora nata, y desde luego lo sigue siendo.

Y despertaron los primeros sentimientos.

Manolo Paz Muñoz y su mujer, Mercedes Cruz Vélez.

En este tiempo conoció, a quien años después sería su marido, Manolo Paz Muñoz. Se que mucho lo conoceréis por su etapa futbolista en el Jerez Industrial o por su profesión como funcionario municipal en la Policía Local, pero para los que no, solo os diré, que es un policía con mucho arte, y un hombre bueno. ¡No, esperen!  no es que sea solo buena persona, no, es que es un hombre tremendamente honesto y  con un corazón enorme y generoso. No solo lo parece, realmente es un tío genial.

Los hijos del matrimonio, de pie Chiqui y Hugo; sentados Marta y Abraham.

CUATRO HIJOS PARA EL FÚTBOL.
Con apenas veinte años ya tenían  a sus dos primeros hijos: Abraham y José Manuel --Chiqui--, pero no crean que era una niña jugando con muñecas, no, era una joven, valerosa y trabajadora, que saco con matricula, su doctorado como madre. Fue una década después cuándo vinieron al mundo: Hugo y Marta, los pequeños. (continuará) (Texto: María Jesús Vela Durán).

Sandra Rico Fernández nació en El Ferrol el 6 de mayo de 1973. Pertenece a la promoción de 1991 de la Escuela Turismo de Jerez de la Frontera. En 2011 ha comenzado a estudiar Criminología. Ha sido conductora de un reconocido programa de la desaparecida televisión local Tele Puerto.

--Su programa ‘Solos en la Noche, de la televisión local Tele Puerto tenía muchos seguidores. ¿Se acabó convertido en la voz mediática de los más necesitados?. --En lo que si se ha convirtió, sin realmente serlo, fue en el clavo ardiendo de esta pobre gente.

--¿Qué opinión le merece que a Bill Gates, fundador de Microsoft, se le haya quedado pequeña su mansión de 3.400 metros y haya gente que no tenga donde caerse  muerta?. --Lo peor es el sistema. Me preocupan los metros del Vaticano y cuanto contienen. Me preocupa el dineral usado para crear armamento y luego para destruirlo. Y así...

--Esto del machismo, el feminismo, las luchas de género...  ¿qué opinión le merece?. --No los mezclaría, aunque sea un dualismo. El machismo no tiene un fundamento coherente. El feminismo nace como necesidad para conseguir la igualdad. Me quedo con las personas no con su sexo.

Con Elena Aznar Espósito, Elena Álvarez, María Jesús Romero, amigas de Sandra Rico.

--¿Haber conocido el mapa de los problemas sociales en El Puerto, la deprimía o la convirtió  en una ONG unipersonal y televisiva? --Me conviertió en ONG, FBI y en clienta diaria de la gasolinera. Pero me enriquecía personalmente.

--¿Conoció entre sus entrevistados a alguno que tenga posibilidades de llegar a Director General de Carretera y Manta?. --A uno al que acusaron por teléfono de pegar a la madre; de tener un punto de venta de droga; de inducción a la prostitución... Se fue contentísimo de Tele Puerto porque había salido en pantalla. Increíble.

--Puso una sonrisa ante los problemas ajenos. ¿Cómo lo conseguía?.  --Era la sonrisa del apoyo y del cariño o de complicidad con sus problemas,  que ya había estudiado con ellos anteriormente al programa.

--La última vez que se mordió la lengua en una situación ‘de directo’ fue... --Pregunté a una entrevistada si prefería el blanco o el negro.  Me contestó que los negros tenían su corazoncito, pero que se fueran a Africa con las pateras. Me hice sangre en la lengua.

--Sinceramente, ¿Usted sabía que con su naturalidad, su complicidad con la cámara, y el saber hacer hablar a los entrevistados ofrecía un programa para ‘prime time’ en cualquier cadena nacional? --Era evidente que el programa era bueno, allí estaba la audiencia, pero... ¿Lo pensaban así esas cadenas?. (Texto: José María Morillo).

3

En la desparecida Lonja del Pescado, de izquierda a derecha, Mellizo de Rota, desconocido, Frasquito, Juani Jerez, José Cuevas Mateo, desconocido,José Pérez, Fernando Heredia, desconocido, Luis Fernández Chuliá, Salva, Botella (sobrino), Pipo de Cádiz, desconocido, Benítez, ‘La Barca’, Paco Figuereo y Juanito. /Foto: Rafa.

En la imagen, Buena parte de los colonos que actualmente cuentan con parcelas en el Coto de la Isleta examinando algunos de los documentos que corroboran los arrendamientos realizados por el Ayuntamiento en este asentamiento agrícola y ganadero

En 1942 el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María arrendó unas fincas en el Coto de la Isleta a unos ex combatientes de la Guerra Civil. Sus descendientes reclaman que se regularice su situación. «No somos usurpadores», afirman.

Sobre ellos pende cual espada de Damocles un expediente del Ayuntamiento que puede obligarles a abandonar los terrenos donde han vivido, la mayoría, toda su vida. Y, algunos, incluso, tienen que hacer frente a unas diligencias en el Juzgado de lo Penal por un delito contra la ordenación del territorio y otro por usurpación. Sin embargo, si hay algo que les indigna por encima de esto es que los acusen de "usurpadores".

Señaladas con la flecha roja, las parcelas del Coto de la Isleta objeto del litigio de ¡los úlitimos colonos'. /Foto: Google.

Este es el caso de los colonos de una decena de parcelas ubicadas en el Coto de la Isleta. Su situación ha trascendido en estos días nuevamente tras un comunicado hecho público en el último trimestre del pasado año por parte del colectivo Ecologistas en Acción que apunta que la Junta de Andalucía ha solicitado información al Ayuntamiento sobre los expedientes disciplinarios abiertos contra ellos. Las fincas se encuentran sobre un terreno de propiedad municipal que está catalogado en la actualidad como espacio protegido (es un sistema general de espacios libres). Sin embargo, en este singular caso hay un trasfondo de permisividad y dejadez institucional arrastrado durante décadas que ha provocado que estas familias se encuentren en una situación excepcional. No en vano, son la herencia de uno de los últimos vestigios de la política de colonización agraria en la ciudad llevada a cabo por el Régimen Franquista en la Posguerra, cuya enseña más conocida es el Poblado de Doña Blanca.

LOS INICIOS: AÑO 1941.
Era el año 1941 cuando el Ayuntamiento, que estaba dirigido por Manuel Barba Ordóñez, proponía la adquisición de una finca de 1.600 aranzadas en el Coto de la Isleta que era propiedad de Josefa Bolaños./En la imagen de la izquierda, el alcalde Manuel Barba Ordóñez.

Meses después se cerraba la operación, una transacción que le costó al Ayuntamiento 110.000 pesetas de entonces. Un año después, con el cabildo dirigido por Fernando de Terry y del Cuvillo, se decidía parcelar estos terrenos para darlos "a buenos trabajadores del campo, vecinos y domiciliados en la población" que, "por humilde y por sufrida, merece sobre todas las demás el decidido amparo de este Ayuntamiento", según reza en uno de los documentos de la época.

Los beneficiarios eran, en su mayoría, ex combatientes del Bando Nacional a los que se le aplicó un sistema de explotación similar al de Doña Blanca. Así, pagaban sus rentas anuales, en este caso al Ayuntamiento, tanto en efectivo como en especie. También estaban obligados a realizar su aportación a la Cámara Agraria como cualquier explotación agropecuaria de la época. Todos los que hoy siguen en estas tierras son hijos o familiares directos de aquellos beneficiarios originarios. /En la imagen de la izquierda, el alcalde Fernando C. de Terry y del Cuvillo, apodado 'el Levante', por su fuerte temperamento.

RECISIÓN DE LOS CONTRATOS: AÑO 1974.
Este sistema se mantuvo hasta principios de los setenta. Concretamente, en 1974 el Pleno municipal acordaba rescindir los contratos de arrendamiento que mantenía con los colonos que se habían asentado en una franja del Coto de la Isleta situada en paralelo a la vía del tren (hoy en día es una zona de aparcamientos para el pinar), a los que indemnizó económicamente.

Sin embargo, mantuvo las parcelas que hoy día siguen en una de las márgenes del Camino del Tiro Pichón. Eso sí, el Consistorio empezó a dejar de cobrar las rentas, aunque la Cámara Agraria siguió haciéndolo hasta su desaparición en la década de los ochenta.  /En la imagen de la izquierda, el alcalde Fernando T. de Terry Galarza.

Conforme los antiguos adjudicatarios envejecían o morían se fueron reduciendo las explotaciones agrícolas y ganaderas, aunque a ello se unió que los terrenos perdieron su fertilidad por su progresiva salinización debido al encauzamiento de un canal para la salina de La Tapa, que transcurre muy próxima a la finca. Eso sí, algunos de los hijos siguieron residiendo en ellas o manteniendo, aunque a pequeña escala, los huertos o las explotaciones ganaderas.

José Jiménez lo explica: "--Yo he nacido aquí. Tengo 65 años y esta es la única casa que he conocido. Pero ahora me acusan de que soy un okupa". Todas las viviendas cuentan con agua potable, una red que está conectada a la red general de Apemsa, quien autorizó los enganches. Incluso, algunos cuentan con permisos de luz concedidos por Hernán Díaz y Juan Carlos Rodríguez. Sin embargo, no pudieron contratar el suministro por lo que recurren a placas solares o a motores. Incluso, María asegura: "--A mí, Hernán me consiguió los materiales para hacerme mi casa". Acto seguido, Milagros apunta: "--Y a mí me dio permiso para hacer la valla de la mía". José Miguel Gómez Pedrosa, abogado del grupo de colonos, señala al respecto: "--A estas familias no se les puede acusar de ser usurpadores de un terreno público por la naturaleza y el recorrido histórico de este asentamiento ya que las mismas en su día contaban con contratos de arrendamiento, cuya posesión del terreno ha sido conocida, consentida y tolerada pacíficamente por el Ayuntamiento a lo largo de décadas".  /En la imagen, el alcalde Hernán Díaz Cortés.

EXPEDIENTES DISCIPLINARIOS: AÑO 2010.
Sin embargo, el Consistorio inició hace algo más de dos años un triple procedimiento disciplinario contra los colonos. Para empezar, abrió unos expedientes de restablecimiento de la legalidad contra las construcciones más recientes. Incluso, algunos de estos procedimientos han derivado en la vía penal iniciándose diligencias penales por un supuesto doble delito, la usurpación y contra la ordenación del territorio. Y, a esto se ha sumado que se ha abierto un expediente de extinción de la ocupación del dominio público.

Ante esto, el letrado de los afectados inició hace más de un año los contactos con el Ayuntamiento para tratar de buscar una solución amistosa. De hecho, se mantuvieron encuentros con el alcalde, Enrique Moresco, y con el concejal de Patrimonio, Francisco Aguilar. Este edil se comprometió con los colonos a buscar una solución pero, un año después, no se ha recibido una propuesta. Días atrás, volvieron a solicitar un nuevo encuentro con la primera autoridad de la ciudad. Sin embargo, los colonos critican que el Ayuntamiento, ni siquiera, les permita acceder al expediente completo de estas fincas./En la imagen, el actual alcalde, Enrique Moresco García.

Llevan meses solicitando consultar los legajos históricos donde aparecen recogidos los contratos de arrendamiento. "--Lo que queremos es que arreglen nuestra situación, que nos dejen seguir aquí porque es donde siempre hemos vivido, y pagando, como hemos hecho siempre", comenta una de las colonas cuando se le pregunta por el futuro. "--Pero que no nos digan más que somos unos usurpadores", apostilla Eduardo Gallardo. (Texto: Emilio M. Cañas).

6

Ana Mato Adrover, nació en Madrid el 24 de septiembre de 1959. Tiene casa en El Puerto de Santa María. Pocas personas hay en el PP que conozcan mejor su partido que la  ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, y posiblemente no hay nadie como ella para sentar en torno a una mesa a un grupo de dirigentes y ponerles a trabajar sin que se escape detalle o chirríe el mensaje. Es posiblemente la virtud más destacada de Ana Mato, su facilidad para coordinar equipos, campañas y mensajes, no en balde a eso se ha dedicado prácticamente desde que entró en política a principios de los 80 de la mano de Jorge Vestrynge.

Que es uno de los ojitos derechos de Rajoy --en ese cupo privilegiado también están Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores De Cospedal-- no lo duda nadie, y que el presidente del Gobierno admira de ella su entrega al trabajo, su discreción y su eficacia, tampoco. Por algo la puso a su lado en el Comité de Dirección del PP en 2008 como vicesecretaria de Organización, y por eso también la designó directora de las campañas más exitosas de la historia de los populares, las autonómicas y locales de mayo y las generales de noviembre de 2011 y luego como ministra del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Un departamento que tiene pendiente conseguir un pacto de Estado por la sanidad que asegure la cohesión y la equidad entre las comunidades autónomas y la sostenibilidad del sistema sanitario público en un contexto de crisis económica.

El pasado año, durante la presentación del cartel de la Feria de El Puerto en Madrid, dedicada a los países iberoamericanos, junto al alcalde de la Ciudad, Enrique Moresco.

A sus 53 años, con tres hijos -dos de ellos alrededor de los 20-, a Ana Mato le ha tocado dejar las cocinas del PP y de cocer decisiones para otros y dar la cara para anunciar iniciativas propias. En eso su experiencia es menor, y hay quien en el seno del Partido Popular duda de que se pueda mostrar tan eficaz delante de los medios de comunicación. Pero Mato no es mujer que se arredre y si por algo se caracteriza, dicen sus allegados, es por enfrentarse a los retos dando la cara, sin aspavientos ni histrionismos, sino calladamente, estudiando muchos los pasos que dar. Uno repasa su trayectoria y queda claro, al fin y al cabo la suya es una carrera cuesta arriba que ha hecho despacio, pero sin desfallecer.

Primero en Alianza Popular al mando del departamento de Información, después como subdirectora de José María Aznar en la Presidencia de Castilla y León, donde continuó como asesora del sucesor, Juan José Lucas; luego regreso a Madrid, a la Asamblea autonómica para, por fin, en 1996, integrarse en la Ejecutiva del PP con el padrinazgo del propio Aznar. Desde entonces hasta ahora, y salvo un paréntesis como eurodiputada en Bruselas, destino que ella pidió para familiarizarse con la política europea y perfeccionar un idioma que ya maneja bien, el inglés, no se ha movido de las altas esferas del partido, pero sin asomar mucho por el escaparate, siempre a la espalda del líder:

Hasta procesos verdaderamente complejos ha tenido que gestionar en los reservados de los restaurantes, como aquellas comidas con Francisco Álvarez Cascos para abordar la candidatura a la Presidencia de Asturias. La única que pudo hablar con el exministro fue ella, pues entre sus talentos también está la facilidad para llevarse bien con todo el mundo y no pisar a nadie.

Durante una visita al CEEI (Centro Europeo de Empresas e Innovación) Bahía de Cádiz, en El Puerto, el año 2009.

Mato no es de cavilar ella sola sobre las decisiones que tomar, al contrario: piensa en un equipo, les pregunta, los designa y comienzan las reuniones; ella pone los asuntos sobre la mesa y alienta debates duraderos hasta que sale en claro cómo actuar. Se entrega a este sistema más por devoción que por responsabilidad, a veces ni descansa o se detiene para comer, y ya algunos miembros de su equipo bromean con lo hartos que están de almorzar entre envases de plástico. Ella misma ha reconocido que entraba a trabajar a primera hora y se iba a su casa cuando en Génova sólo quedaban los guardias de seguridad. Entonces, cogía su utilitario, se iba  a su casa de las afueras de Madrid, cena poco, procura charlar con sus hijos y se va a dormir, a veces con un libro entre las manos, a veces sin nada, agotada.

Le encanta perder el tiempo en su casa de El Puerto de Santa María, e incluso irse de viaje con sus hijos a alguna capital europea -antes de la campaña de las generales se reservó su primer fin de semana en meses para irse a París-.

De izquierda a derecha, Teófila Martínez, Ana Mato y Ana Rosa Quintana en un tendido en los Toros de El Puerto.

Quienes la conocen sólo pueden quererla: sus colaboradores, Juan Carlos Vera, José Antonio Bermúdez de Castro, Alfonso Serrano o María Ávila, sencillamente la adoran. Ahora en el Gobierno, sigue trabajando a destajo y pensando en que no ve a sus hijos lo suficiente. Pero lo hará en silencio, entregada, entre comidas de despacho y restos de ensaladas del "Rodilla".  (Texto: Ángel A. Giménez).

1

Antonio Ramírez Alejo, ‘el Peana’, nació en San Fernando el 28 de octubre de 1940, primer hijo del matrimonio formado por el también cañaílla Isaac Ramírez del Río y la chicanear María Alejo Rendón; tuvieron otras dos hijas, Carmen y Josefina.

El padre de Antonio era militar quien fallecería en 1945 a la edad de 29 años, por lo que la familia se traslada desde la La Isla a El Puerto con sus abuelos, viviendo en el núm. 98 la calle Cielos (entonces General Mola). Antonio tenía cinco años. Estudiaría, ya en El Puerto, en los colegios de Bellas Artes (actual Instituto de Santo Domingo), con don Juan ‘el Cojo’ (ver nótula núm. 138 en GdP) en la calle San Sebastián, y en el ‘Colegito’, actual SAFA-San Luis.

En el Colegito fue miembro del coro de cantores en las cuatro voces, dirigió por hermanos del Noviciado y Justo Pastor, a la vez profesor del colegio, que fue quien le puso el apodo de ‘el Peana’. Fue monaguillo y sacristán en la iglesia del Convento del Espíritu Santo, colaborando con el desaparecido convento de Las Salesas (en la calle Larga, donde hoy se encuentra la tienda Galsa decoración), también con el convento de las Capuchinas (hoy Hotel Monasterio) y con la parroquia de San Joaquín. En los momentos libres o durante las vacaciones estuvo como aprendiz de barbero en la Barbería de Barcala, en la calle Larga, con su tío Antonio Alejo que era oficial. Es hermano de la Cofradía del Nazareno, desde hace más de cuarenta y cinco años.

Antonio, sobre una bicicleta en la calle Ganado.

Pero su fuerte no eran los libros y sí la Formación Profesional: le gustaban los talleres de SAFA, aunque su madre no lo compartía aunque si entendía la necesidad imperiosa de tener que empezar a trabajar pronto, para ayudar algo en la economía de la casa de una familia sin el progenitor.

José López y Antonio Ramírez, en el Cine Moderno.

Es amigo de los que fueron propietarios de los cines Moderno y Victoria, los hermanos López, y como tal les ayudaba en los días de mucha afluencia de público en las tareas de acomodador, portero, taquillero o donde hiciera falta.

TEJIDOS REPULLO.
Con 17 años, Antonio se colocó como dependiente en Casa Repullo, una tienda de tejidos y confecciones en la calle Ganado 23. Su propietario, Pedro Repullo Dufort, natural de Lucena era una gran persona y su primer jefe. Pero hubo de marcharse, por razones de índole familiar a su pueblo y traspasó la tienda --con Antonio dentro, para que no perdiera la antigüedad-- a Rafael Martín Pérez, de calzados ‘Mi Tienda’ pasando de vendedor de telas a vendedor de zapatos, estableciéndose en el mismo lugar Calzados ‘La Infantil’.

En el Parque Calderón, de izquierda a derecha, José Gil Duran “Gilito”, Miguel Perez Sanchez, Franciasco Sordo de la Torre, Eduardo Clemente Rial Presidente de Aspodem Pm 40 del Puerto de Santa Maria, Antonio de la Torre Gonzalez y agachado, Antonio. /Foto: Bernal.

En el año 1967 dejó la zapatería cubriendo su puesto la esposa de su jefe, ejerciendo como comercial durante algunos meses en EDYCO, empresa de representaciones para la hostelería, representada por Antonio Cólogan Osborne y donde trabajaba el inolvidable Agustín Merello. La sede de la empresa estaba en un lateral donde hoy se ubica la actual plaza de Enrique Bartolomé, siendo pioneros en la venta de platos, vasos y cubiertos de plástico. Antonio vendía el vermut Calty.

En el Freidor de la calle Ganado: Miguel Pérez Sánchez; Antonio Ramírez Alejo; Sebastian Marroquin Gómez; Diego López Romero; y el propietario de la freiduría de pescado, Daniel Villar. 30 de marzo de 1963.

AGUAS DE EL PUERTO.
En 1967 Antonio paraba en el Bar La Solera, en la calle Ganado, donde coincidía con algunos funcionarios municipales a la salida de su jornada laboral, entre ellos Francisco Lara Izquierdo, Jefe del Servicio Municipal de Aguas hoy APEMSA, y quien fuera su jefe durante muchos años. «--Me comentó que si quería cubrir unas vacaciones de un cobrador domiciliario y acepté la propuesta y allí continuaría trabajando desde entonces hasta mi jubilación en 2005 como sub Jefe de Servicio, tras 38 años de trabajo en la institución municipal».

Personal de APEMSA, de izquierda a derecha, Antonio Camacho, Antonio Ramírez, Eduardo Brea, Miguel Baena, y sentadas Asunti Poullet y Hortensia Renedo.

Con la llegada de los ayuntamientos democráticos, en 1979, se produjeron algunos cambios en la ubicación de algunos negociados, entre ellos la Recaudación Municipal, destinándole con el primer Recaudador que tuvo el Ayuntamiento, José Manuel Martínez Machuca, de Cádiz, que se instaló en la calle Cielos en la antigua carbonería de Gonzalo, cambiando con los años de Recaudador.

En el homenaje de su jubilación, de izquierda a derecha, Juan Campos, Antonio Ramírez, su mujer, y de pié María Alba y Hortensia Renedo.

A Antonio le buscarán nueva ubicación en el organigrama municipal, y de nuevo regresa al Ayuntamiento, esta vez en Depositaría teniendo como jefe a José Ignacio Pérez Salas, regresando con posterioridad al servicio de aguas, a la ya entonces empresa municipal APEMSA (Aguas de El Puerto Empresa Municipal, S.A.)

En el desaparecido camo Eduardo Dato. De pie: Antonio Ramírez Alejo; Sebastián Marroquin Gómez; Miguel Casado González; Carlos Diaz Nieves; Miguel Pérez Sánchez; Antonio de la Torre González. Agachados: Javier Tosar Barrera; José Nogués Ropero; Mariano Serrano García “Nano”; Reina; Juan Antonio Gilabert Lopez; José Gil Durán “Gilito”. 06 de junio de 1958.

PORTERO DE FÚTBOL.
Pero hagamos un retroceso en el tiempo y volvamos a los años jóvenes. Con 17 años Antonio empezará a jugar de portero en el equipo del C.D. Frente de Juventudes, aunque casi siempre de suplente, formando un buen equipo, siendo entrenados durante algo más de una temporada por Ledesma, un portero que perteneció al primer equipo del Atlético de Madrid, quien fichó por el Portuense.

Antonio Ramírez Alejo y Agustín Merello del Cuvillo entrevistando a Bernardo Sancho Jimenez. Año 1968

REDACTOR DEPORTIVO.
Superando la adolescencia Antonio da un giro a su vida dedicándose a la prensa deportiva, en aquellos tiempos ‘Cruzados’ y ‘La Voz de la Bahía’, firmando como A. Ramírez, ARA, y ‘El Peana’ como redactor deportivo, entre otros. Le fue bien, viviendo momentos muy felices en la temporada 1965/66 con el C.D. San Javier, en una potente regional alzándose con el campeonato de liga. El San Javier llamaba poderosamente la atención por su forma de jugar y, porque eran muy pocos los equipos que, a nivel nacional, iban uniformados en sus desplazamientos, siendo su presidente Pedro López Romero.

RACING-ALAVÉS.
Otro momento aún mejor fue la temporada 1967/68, cuando el R.C. Portuense se proclamaba Campeón de Tercera División de su grupo XII. tras previas eliminatorias para subir a Segunda División, siendo eliminados por el C.D. Alavés. El partido de ida fue un divertimento: se desplazaron para cubrir la información a Vitoria, Agustín Merello de Cruzados, el recientemente desaparecido Antonio Pérez Sauci de Diario de Cádiz y el propio Antonio. Los dos primeros emitieron para Radio Jerez F.M. con el patrocinio de Bodegas Terry.

1967-68 Racing C.F. Esta foto fue la que se usó en el número extraordinario de Cruzados para su edición especial que se editó con motivo del fracasado ascenso a segunda división contra el Alavés. De pie: Jaime Ruiz Chinea; Manuel Gómez Barrera “Manolín”, Luis Soriano Gómez, : Mariano Serrano “Nano”, desconocido, Chares, Maza, Marcelino, Manuel Prado Gómez “Lolo”, Manuel Jarque “Chicharito”, “Nene, Iginio Obregón Agudo, Ventura (entrenador). Agachados: Feria, José Breval, Sebastian José Vera Palmer, desconocido, Jesús Bastián, Miguel Mata, Martínez Jaen, desconocido, desconocido.

Recuerda: «El Racing realizó un buen partido de contención, el resto creo que todos lo conocemos. Refrescando un poco la memoria, no os podéis imaginar lo que tuvimos que trabajar un grupo de personas para sacar el número especial extraordinario de Cruzados, y retransmitir para la Radio Jerez F.M., en aquella época con poca audiencia, ya que no conseguimos patrocinadores para la onda media. Fueron un buen equipo de periodistas aficionados: el incansable trabajador y admirado por todos Agustín Merello del Cuvillo (ver nótula núm. 262 en GdP), junto a José Ignacio Buhigas, Diego Utrera Sánchez (ver nótula núm. 1584 en GdP) y un servidor».

Antonio Ramírez, con Garrucho, en el Bar 'El Ermitaño'.

VARIEDADES.
En la calle Javier de Burgos, en el local social de esta institución, Antonio organizaba espectáculos de variedades con los artistas locales de la época: Luis ‘el de los Huevos’ (ver nótula núm. 203 en GdP), Manolo Carrillo (ver nótula núm. 076 en GdP), Luis Moreno, Manolo Astorga Morillo, Manuel Jarque Martínez 'Chicharito'  (ver nótula núm. 292 en GdP), Luis Aranda, Pepichi Nogués y su conjunto (ver nótula núm. 444 en GdP), entre otros y la verdad que con bastante éxito, repitiéndose las actuaciones.

LOS TOROS.
‘El Peana’ es también un gran aficionado a los toros y fue íntimo amigo del que fuera novillero sin picadores Miguel Paradela del Pino, su padre conserje del Matadero Municipal, acompañándole allí a los entrenamientos junto a los más íntimos para hacer, ora de toro, ora de torero. Así que, de salón, Antonio practicó también durante un tiempo el arte del toreo.

En la cantina del Cine Moderno, con Manuel Ojeda.

«--Me viene a la memoria que fui cómplice de Agustín Merello cuando, siendo corresponsal de ABC de Sevilla y, entre otras cosas tenía que cubrir las informaciones deportivas y taurinas y dado que no le hacía mucha gracia redactar esta última se la hacía yo, firmando él como corresponsal. Un día me hizo mucha ilusión cuando me dijo Agustín: ‘--Me han llamado de ABC para que entreviste a José Luis Galloso, para la contraportada, junto a su apoderado Jaime Osborne. Y en casa de este último en la calle Jesús Nazareno se hizo el trabajo, coincidiendo con la presentación de Galloso como becerrista o novillero sin caballos, cuando puso el cartel de ‘No hay billetes’, saliendo por la Puerta del Príncipe y, con el temor a equivocarme, me parece que, en ambas cosas, fue pionero».

Fue directivo de la Peña Flamenca ‘El Chumi’: entre 1994 a 2007 tesorero, y hasta 2011 Socio Colaborador, siendo en la actualidad socio numerario. Sigue siendo aficionado al fútbol y a los toros y al cine, pero en la televisión.

Casado con Carmen Sánchez Guerrero, natural de Ubrique, tienen tres hijos varones: Isaac, Daniel y Jesús.

4

En la desaparecida Lonja del Pescado, de izquierda a derecha, de uniforme Vicente Perea Gandulla, con gafas Pineda, al micrófono Crstobal Romero Raposo, desconocido, José Bootello, Juan Antonio Cuevas Flores ‘Mosco’, desconocido, Salvador Figuereo ‘Salva’, semiescondido con gorra y apoyado en el anterior Gabriel Cuevas Flores, Manuel Espinosa, Luis Soriano y Chicla de Cádiz. /Foto: Rafa.

«Existe en nuestro pueblo una herencia espiritual, pero no un patrimonio de raza. El Puerto no es la estirpe, no es la raíz o tronco de una familia. La ciudad tiene más de alambique y de molde, que de cuna. En cuanto corre por la sangre un miligramo de sal marina de la que satura el ambiente o una gota del vino sutil de estas soleras que sin embriagar adormece, El Puerto ha realizado su conquista. Un hijo de castellanos-cántabros, nacido aquí, dirá siempre que es portuense. Dirá lo mismo que el nieto del inglés o de otros extranjeros. El ambiente penetra, domina y caracteriza cuanto se le entrega.»

Quién así se expresaba, en los inicios del siglo pasado era el portuense Mariano López Muñoz, en un artículo publicado la ‘Revista Portuense’ bajo el título “Lo que Pío Baroja vio en la Ciudad” recopilado con posterioridad en su libro “Las Trovas del Guadalete. Predicaciones y Divagaciones”, editado en nuestra Ciudad en 1926 por la Tipolitografía Pérez Pastor. Que forma más lírica y más profunda, como podrán comprobar más adelante, de introducirse en la esencia del portuense.

Continúa López Muñoz: «La personalidad colectiva se forma por fusión de abolengos particulares bajo las influencias ponderadas de la luz y de las brisas. El pueblo en constante renovación representa una suma: un resultado sintético obtenido por mezcla. Esto nos explica la diversidad de matices, cuando se desasocian nuestros pensamientos individuales.  Habiendo todos cristalizado en igual forma –la naturaleza portuense- tenemos diferente composición química, procedente de asturianos, de gallegos, de sevillanos, de ingleses, de alemanes o vascos o de hombres de Castilla, que sostienen la tendencia a la disgregación.»

Lo que este portuense del siglo pasado vio en El Puerto es lo que cualquiera puede comprobar hoy, sigue vigente. Las procedencias de todavía más lejos y más variados rincones del mundo, como se comprueba en el padrón de habitantes. Las preferencias para escoger, amar y vivir El Puerto, de diversa índole. Y el que viene obligado por circunstancias, o por casualidades de la vida, acaba en un idilio de por vida con esta Ciudad. Idilio que se traduce en irregulares resultados para con este Puerto de arribada, de abrigo, de arrebatacapas, de claridad, franco y de Santa María.

Y es que se dan varias clases de portuenses (y ya se quien va a reprochar mañana lunes en el café que soy un xenófobo). Están los de nacimiento: y de éstos tenemos tres tipos: los involucrados por el engrandecimiento de su Ciudad, los que se aprovechan de ella y los que dejan que El Puerto pase por ellos porque ellos no pasan por El Puerto. Los que han venido por haber encontrado aquí su puesto de trabajo. Los que han escogido la ciudad para vivir en un acto de amor con la misma y luchan por ella mas que muchos nativos. Los que han aterrizado en El Puerto y puesto su objetivo en especular con los valores de todo tipo que aun conserva (a esos, mi vecino de la calle San Juan, Luís Suárez, los llama paracaidistas). Los que viven aquí pero igual podrían hacerlo en Beteta (Cuenca), sin preocuparse de nada más que no sea su supervivencia. Con una mijita de humor se podrían dividir a los que vienen del extranjero globalizado en dos: guiris y emigrantes. En fin.

Prosigue el intuitivo escritor hace cerca de 90 años: «Se vive en El Puerto paladeando amarguras, se sale de él con los desengaños agobiadores sobre los hombros; pero se le sigue amando, aunque los corazones destilen, gota a gota la desilusión. El Puerto, mezcla de almas individuales en el alma colectiva, no logró nunca someter los pensamientos de sus hijos a un ritmo concertado en las acciones: cada cual camina a su paso y con su opinión… o sin ninguna. ¡No sabremos nunca si los vuelos de las gaviotas representan una bella ilusión o una triste fatalidad a la entrada de la ría! El Puerto, cuyas riquezas llegan y se deshacen, como la espuma del oleaje en la playa, mientras los gatos del Resbalón (la lonja del pescado) van entrando con cautela y se llevan lo que pueden…». Otro amigo mío, ha llegado a llamar a El Puerto 'la Ciudad ingrata', pero me resisto a ello.

Amor a la Ciudad y desilusión, a partes iguales, parece que conjuga el escritor de antaño, como un dios Jano, el de las dos caras. Un certero texto del que se pueden entresacar, más allá de las figuras literarias, un cierto hartazgo de quien enamorado de la misma no terminaba de estar a gusto ante la desidia de sus paisanos. Y es que, entonces como ahora, participar en la vida de la Ciudad, implicarse en el desarrollo de la misma transforma a los residentes en vecinos. En ciudadanos. Vecinos y ciudadanos de El Puerto en la trimilenaria Bahía de Cádiz. Casi ná. (Texto: José María Morillo).

El segundo hijo de Gervasio Winthuysen La Haya y María Magdalena Garrasi sería bautizado como Tomás Felipe al día siguiente de su nacimiento, un miércoles 20 de diciembre de 1705, de manos de Don Tomás Antonio de Abreu y Brito, cura en la iglesia Mayor Prioral de El Puerto, y apadrinado por Juan Bautista Porro, de la familia política del tío de su padre, Mathias Winthuysen.

La primera referencia documental válida obtenida sobre Tomás Felipe corresponde a los padrones civiles o de vecindario del año 1734. Generalmente los que se conservan de este siglo, salvo dos o tres excepciones, están incompletos de ahí que resultase una sorpresa conocer su filiación en esa fecha: “Tomás Wintuisen, de oficio corredor, de hedad de veintiocho años, de estado casado, con dos hijos, el uno varón, de hedad de tres años.” Figura empadronado con su familia en una casa señalada en cuarto lugar de calle Santa Clara, actual Carmen Pérez Pascual, casa que se indica como propia del presbítero Don Juan del Clavo.

Pasaron varios años en los que nada supimos de la vida y milagros de este interesante personaje. Decimos lo de interesante porque la siguiente noticia que de él tenemos nos la proporcionó el autor norteamericano Donald Chipman que  sitúa en la primavera de 1741 a Tomás Felipe Winthuysen  en Texas, enviado por el Virrey de Nueva España como gobernador del presidio de San Antonio de Bexar, sustituyendo a Prudencio de Orobio y Basterra.

Relación de gobernadores de Texas. Entre 1741 y 1743, estuvo nuestro protagonista, señalado en rojo.

Realmente, la primera noticia me la proporcionó la familia Winthuysen Aparici, residentes en EE.UU. que habían localizado un documento registrado como “Relato de la expedición a Texas y las Nuevas Philipinas” en la colección del “Center for American history”, en Austin (Texas), fechado el 19 de agosto de 1744, con la firma de Thomás Phelipe de Winthuysen, personaje que ellos, que conocían su genealogía familiar desde sus orígenes, no acertaban a encajar en la misma.

El documento proviene, según me informó la familia Winthuysen Aparici, de una donación que hizo un industrial norteamericano, dueño de la “American Smelting and Refining Company” en 1920. Al parecer, este millonario lo adquirió en una subasta de documentos supuestamente pirateados, como muchos otros del reino de España que se encuentran en los archivos norteamericanos, y después hizo la donación que atestigua una carta dirigida a Baker, en la Universidad de Tejas.  Parece que fue traducido al inglés al poco tiempo de su donación –continúa informando los Winthuysen Aparici- “por especialistas de la Historia de Texas que tanto empeño pusieron en demostrar la identidad única del estado con una bandera en la que campea una estrella sola. El caso es que el relato si proviene de una segunda expedición para verificar el problema que causaban los establecimientos de los franceses y como la población india vivían bajo protección de misiones y presidios, -huyendo de la violencia de los Apaches- que mantenían la corona española en las áreas de San Antonio, Brazos y madre de Dios, suena verídico, no como una copia amanuense. El tono que mantiene el relato es el de comprobar que en verdad existe la posibilidad de que esas nuevas provincias sean un día productoras de pingües rentas y de que convenga continuar sosteniendo las fuerzas militares en los presidios, más el servicio eclesiástico en las misiones.”

Estos documentos, conocidos como “relatorios” eran informes técnicos realizados por encargo de alguna autoridad. En este caso, parece que por encargo del Virrey, aunque en el encabezamiento del documento original, que consta de once pliegos, simplemente se enuncia como “Señor”. Reproducimos el primer y último párrafo de dicho documento, en el que puede apreciarse por su redacción el alto nivel de educación, conocimiento y observación del redactor del mismo.

Esto dice la página que reproducimos a la izquierda: “Señor: Para aver de informar a V.S. sobre el adelantamiento de la Provincia de Texas y Nuevas Philipinas. En virtud de su precepto tengo por conveniente exponer primero el estado actual de sus presidios y misiones, y sobre este el dictamen del remedio que a mi cortedad alcanza.

Primeramente desde el rio llamado de Medina, se da principio a la vasta Provincia de Texas y Nuevas Philipinas, y a distancia de él, como de seis leguas, está el Presidio de San Antonio de Béjar, y Villa de San Fernando, situado a orillas del rio de S. Antonio, por la vanda del Norte y por la del Sur a orillas del río de S. Pedro; este no es abundante de aguas como el río antecedente, el cual nace dos leguas Delante de dicho presidio, tan abundante de aguas, que no solo contribuye al riego de las labores de dicho presidio, villa y cinco misiones, sino que es capaz de contribuir a muchísima más poblazón, siendo al mismo tiempo sus aguas muy delgadas y saludables; y las tierras son sumamente fértiles, pues en ellas ay experiencia de darse todo género de semillas, plantas y frutas.”
…      …     …     …      …    …    …    …    …     …    …    …    …    …    …    …

Por tanto, atendidas las principales causas que me an parecido exponer las pongo en la alta comprehensión de V.S. para que vistos sus fundamentos y mi buen deseo en que se adelante Provincia tan (sic) dirija y ordene a conseguir el fin mediante la acertada conducta de V.S. por cuya vida le pido a Dios le guarde muchos años. México y Agosto 19 de 1744.  B.L.P.V.S. (Besa los pies de Vuestra Señoría)= Rúbrica

Con estos datos podemos llegar a la conclusión de que, a partir de 1735, abandonara su actividad mercantil y se iniciara en la militar, emigrando a las Indias, como soldado de fortuna, posiblemente sin su familia. En Nueva España debió mostrar aptitudes muy positivas para, en tan corto espacio de tiempo, gozar de la confianza del Virrey mexicano que le nombró jefe del presidio citado que, al ser el más importante de la colonia tejana, llevaba aparejado el cargo de gobernador

La sede del gobernador de Texas, el presidio de San Antonio de Bexar.

La denominación “presidio” en el contexto de la época nada tiene que ver con cárcel o confinamiento. Era un centro de defensa para proteger a los colonos instalados en tierras fronterizas, denominadas misiones, especialmente contra los nativos hostiles y también para controlar el robo de ganado y el contrabando. El presidio de San Antonio de Bexar fue fundado en 1718 en el lado oeste del río San Antonio (San Antonio River) aunque su puesta en funcionamiento no se consolidó hasta 1722, fecha en la que se instalaron cuatro familias de colonos, y se dotó con 54 soldados, la mayoría novatos, con solo una decena de  veteranos que hacían la labor de guarda  y escolta de diversas misiones cercanas, entre ellas la  de San Antonio Valero, San Antonio del Álamo y el asentamiento de “Los Adaes”. A este colectivo citado hay que añadir las familias de los soldados, totalizando unas doscientos españoles agrupados en torno al presidio.

Una década antes de la llegada de Winthuysen a San Antonio se amplió el número de colonos, agregándose quince nuevas familias procedentes de las islas canarias: de Lanzarote, Tenerife y Las Palmas, coincidiendo este movimiento migratorio con una época de grandes erupciones volcánicas en este archipiélago  (1731-1736).  A estos colonos canarios, a los que se les llamó “isleños” y que en años posteriores se mezclarían con los indios, se les consideran los fundadores de la ciudad de San Antonio, actual capital del estado de Texas. Sumaban 57 individuos, entre hombres, mujeres y niños. Llegaron a Veracruz y, en una penosa marcha de muchos meses, con sus propios medios debieron recorrer más de 1.500 kilómetros, pasando por Tampico, Monterrey y Nueva Laredo hasta llegar a su destino: el presidio de San Antonio de Bexar.

Debió ser un hombre audaz, además de poseer dotes de mando y organizativas, como queda reflejado en los comentarios de Chipman pues, acompañado de un fraile y un guía de la cercana misión de San Antonio Valero y una corta escolta, viajó a las orillas del río Trinidad (Trinity River) a los territorios de las tribus indias de los Atakapa y Tonkawa, contribuyendo a convencer a estos para que se integrasen en la comunidad de la misión.

Situación de San Antonio (Texas) y el río Trinidad.

Respetado  por los “Isleños”, a los que consentía se suministrasen de la colonia francesa de Luisiana de algunos productos básicos  como el poroto  o el maíz, desobedeciendo las órdenes del propio Virrey y también por los indios, por los que se tomó un gran interés, demostrado a las diversas etnias nativas en su relativamente corta estancia en aquellos parajes fronterizos. Puede ser que este humanismo que le atribuimos, sumado a su espíritu crítico con las autoridades, considerando la variedad de problemas que se presentaban en el desempeño de sus funciones contribuyesen a acortar su estancia en aquellas exóticas y lejanas tierras, aunque la presumible ausencia de su familia, aspecto este que no he podido constatar por lo que debo indicarlo como una mera suposición, forjaría en su espíritu la clásica morriña del emigrante y no vio con malos ojos su relevo en 1743 por Justo Boneo Morales, del que dice Chipman que “hizo muchos elogios de su antecesor”. No iba a ser menos. Este curtido militar, capitán de Granaderos, ¡con 38 años de servicio a la corona!, era paisano suyo. Un portuense, por segunda vez, Gobernados de Texas, el decimoctavo.

(Texto de Antonio Gutiérrez Ruiz. Fragmento de su último libro, IV volumen de la serie “Mansiones y Linajes de El Puerto de Santa María” editado hace unos días, titulado “Los Winthuysen” que puede adquirir las personas interesadas en las librerías locales o por correo electrónico: sedtel@hotmail.com)

La A.C. PUERTOGUÍA, editora de esta serie, invita a los seguidores de GdP a la lectura del IV volumen para conocer otros interesantes personajes de esta misma familia y, en general, un abanico de anécdotas, sucedidos, relatos, crónicas e incluso leyendas referidas a los personajes protagonistas y a la ciudad en la que, generalmente, nacieron, vivieron y murieron: El Puerto de Santa María. ¡VOSOTROS, LOS LECTORES, SOIS NUESTROS ÚNICOS PATROCINADORES!

Catalina Álvarez Moreno nació en Cádiz el 2 de enero de 1893. Tendría hoy 12o años. Con doce marchará a vivir con una tía a Jerez de la Frontera. Allí conocerá al que será su marido durante cuarenta y ocho años, viniéndose ambos a vivir a El Puerto de Santa María, primero en la calle Espíritu Santo y más tarde en la Sierra de San Cristobal, en una cueva cantera habilitada como vivienda, una de tantas como existieron. «Después de casarnos nos fuimos de viajes de novios a Cádiz en el tren».

En la cueva pasará Catalina sus años de matrimonio trabajando muy duro, tanto ella como su marido, en la Cantera de Pulido, «En aquel entonces todavía se trabajaba a pico y pala. Allí trabajábamos muchos. Recuerdo que iba a por agua todos los días a un pozo que estaba a una hora de camino y tenía que sacar el agua por cubas».

Es en El Puerto también, donde nacen sus ocho hijos, teniendo su última hija con 49 años: «Y todos en mi casa, jamás he dormido en ningún hospital. La única inyección me la pusieron al nacer una hija mía porque tuve un problema con la albúmina».

Durante tantos años Catalina vio y vivió grandes cambios y momentos trascendentales de nuestra historia. Recuerda emocionada los malos años de la Guerra Civil, en los que pasó miedo. «Yo vivía en la Cuesta de Matajaca, en la carretera de Jerez por la trocha. En la carretera había mucha sangre de criaturas que caían allí». Por eso Catalina considera que la vida es hoy mejor. «Yo no salía a ningún sitio, solamente trabajar y trabajar. Hoy, la vida es mucho más cómoda, aunque lo que no me gusta es todo eso que está pasando; la juventud con las drogas, eso es muy triste».

Catalina, a punto de cumplir los 100 años, vivía con una hija en la barriada de Sudamérica, mimada por todos. «Estoy ahora como una marquesa --manifestaba en diciembre de 1992--, me cuidan mucho y vivo muy tranquila». Sus hijos le dieron 22 nietos y 23 bisnietos, que se ocupaban de darle todo el cariño que se merecía. «Y eso que me casé a los treinta años, si me llego a casar antes, hoy día tengo unos pocos de tataranietos también».

Restos de na vivienda en las cuevas canteras de San Cristóbal.

A Catalina le gustaba la evolución que había ido experimentando El Puerto a lo largo de su vida: «Veo El Puerto muy bonito, está mucho mejor que antes, con sus calles tan aseadas. Bajo poco al centro, pero cuando lo hago, me fijo como está todo y me gusta mucho. Veo la vida pasar, sin asombrarme de nada: ya he visto y pasado mucho».

El periodista gaditano, primer premio Agustín Merello, ha elegido la Galería Milagros Delicado para reunirse con sus amigos portuenses hoy viernes 1 de febrero, en su inicio en literatura tras 40 años de profesión. Fernando Orgambides ha elegido dos únicas presentaciones para Viento de Palabra, la celebrada el pasado 10 de enero en la Librería +Bernat de Barcelona y ésta de El Puerto de Santa María, lo que nos enorgullece.

Fernando Orgambides, muy relacionado con El Puerto nació en 1954 en Cádiz, aunque desde muy joven fijó su residencia en Madrid, con estancias temporales en Barcelona, Sevilla, Valencia, Rabat y Ciudad de México. Es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, con estudios ampliados de Relaciones Internacionales  en la Academia Weitz de Bonn, RFA. Tras ejercer como informador en los diarios Informaciones y El País durante los agitados años de la Transición, fue  corresponsal de este último en África del Norte y América Latina, fundador en México de la edición americana de ese periódico, la primera de un medio español en aquel continente, y director de la Cadena Ser en Valencia y de los periódicos El Correo de Andalucía, El Correo de Málaga y Odiel Información. En su juventud trabajó en Diario de Cádiz y en la edición sevillana de Abc. Ha sido también director editorial de GMI, holding de los medios impresos del Grupo Prisa. Es socio-fundador de la sección española de la Asociación de Periodistas Europeos y directivo del Club Internacional de Prensa, con sede en Madrid. En 1991 fue distinguido con el Premio Agustín Merello de Periodismo en su primera edición, galardón que otorga la Asociación de la Prensa de Cádiz, y en 2006 le fue concedida por el rey Juan Carlos la encomienda del Mérito Civil a propuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores.

VIENTOS DE PALABRAS.  
Esta noche se presenta, este viernes 1 de febrero, a las ocho de la tarde en la Galería Milagros Delicado (Calle Espíritu Santo, 6) Viento de Palabras (Inkthread Press, 2012), primer volumen de una colección de artículos descriptivos y literarios que el autor denomina Crónicas Consulares y en los que se recrea recorriendo, entre el pasado y el presente, los lugares que le han acompañado en su vida profesional,  especialmente en sus años de corresponsal y enviado especial fuera de España.

 

DIARIO DE CÁDIZ Y EL PAÍS.
Orgambides perteneció durante 17 años a la redacción del diario El País y ha sido director de la edición de este periódico en México y de El Correo de Andalucía, decano de la prensa sevillana, pero se inició en los años 70 en Diario de Cádiz, compartiendo generación con grandes profesionales portuenses del periodismo, entre ellos el inolvidable Agustín Merello del Cuvillo, Miguel Valdés Merello y José Ignacio Buhigas Cabrera

EL PUERTO, HACE 40 AÑOS.
Precisamente ha elegido El Puerto como recuerdo a sus comienzos en el periodismo, hace justamente 40 años, cuando enviaba sus primeras notas deportivas a Radio Popular de Sevilla desde la casa de sus amigos Nicolás y Eduardo Terry Martínez y compartía admiración hacia quién también fue su amigo y compañero Agustín Merello del Cuvillo por aquellas excelentes crónicas de los 70 tituladas El ruido y las nueces, piezas magistrales del periodismo de la época.

EL EX PRESIDENTE DE BOLIVIA, EN EL PUERTO.
Enamorado de El Puerto, donde residen sus hermanos Juan José y Curro Orgambides, cronista taurino de Diario de Cádiz, es frecuente visitante de nuestra ciudad, en donde se le ve pasear por el Parque Calderón, la mayoría de las veces con amigos españoles y extranjeros deseosos de conocerla. Como fue el caso hace unos meses del ex presidente de Bolivia, Jaime Paz Zamora, interesado en conocer los lugares que recorrió José Bonaparte durante su estancia aquí cuando el asedio de Cádiz. /En la imagen de la izquierda, el ex presidente de Bolivia, Jaime Paz Zamora.

Así lo contaba Orgambides: " Así que una tarde nos desplazamos en catamarán (transporte público) a El Puerto de Santa María. Para pasear por sus calles hasta llegar a su Real Plaza de Toros. Y alcanzar desde allí lo que queda del bosque litoral de pinos que separa el caserío del mar. Que era desde donde los franceses divisaban con más nitidez Cádiz. Para emplear desde sus fuertes la artillería. Alberti, poeta portuense, jamás escribió (que yo sepa) de estas historias napoleónicas que tanto gustan a los gaditanos, pero llama a aquellos pinos -en sus evocadoras memorias de infancia- La arboleda perdida. Y así se lo cuento a Jaime cuando acudimos después al Parque Calderón para observar la mortandad de sus palmeras como consecuencia de la terrible plaga del picudo rojo. Un insecto que llegó a España infecto en las palmeras baratas que adquirían los constructores en Egipto para dotar de vegetación los suelos urbanizados. Me desplazo a El Puerto de Santa María bastantes veces al año. Porque gozo allí de excelentes amigos".

PRIMER PREMIO AGUSTÍN MERELLO.
El libro, de lectura rápida y sencillo diseño, recoge las reflexiones de este veterano periodista, primer premio de periodismo Agustín Merello (1991), anotadas en su diario íntimo, creando un espacio universal de diversidad y contraste que salta de Bamako a Colliure, de Tánger a Barcelona, de Palermo a Ciudad de México o de Atenas a Túnez, con referencias históricas y actuales, reflexiones, recuerdos, nostalgias y sentimientos compartidos. /En la imagen de la izquierda, el malogrado periodista Agustín Merello del Cuvillo.

El libro sale al mercado al precio de 8 euros y la colección a la que pertenece tendrá continuación a comienzos de primavera con un segundo volumen, titulado Memoria Transitada. Los beneficios de autor que proporcione la colección irán destinados organizaciones solidarias y del voluntario, en el caso de este primer volumen a la Fundación Luca de Tena. Organización sin ánimo de lucro que desde 1930 socorre a familias de periodistas y empleados de prensa que sufren situación de vulnerabilidad, especialmente las que atraviesan procesos derivados de la pérdida del responsable familiar.

PERIODISTAS INVITADOS DE EXCEPCIÓN.
En la presentación en la Galería Milagros Delicado Orgambides se reunirá en conversación con tres reconocidos profesionales del periodismo y el cine:
•    Joaquín Rábago. Periodista residente en El Puerto. Ex corresponsal de la agencia Efe en Bonn, Ginebra y Londres, y hermano del viñetista de El País, Andrés Rábago, El Roto.
•    Carmen Enríquez. Periodista que vive a caballo entre El Puerto y Madrid. Especialista en Casa Real y presidenta del Club Internacional de Prensa.
•    Juan Lebrón. Cineasta. Director de Andalucía es de cine y productor de Flamenco y Sevillanas (Carlos Saura) y Semana Santa en Sevilla (Manuel Gutiérrez Aragón).

Terminada la presentación, interpretarán unas piezas de guitarra flamenca el dúo de concertistas Isaac Moreno y Davinia Ballesteros.

Reproducimos, por ser de actualidad a pesar de haber sido escrito hace 30 años, el artículos del malogrado periodista Agustín Merello del Cuvillo (ver nótula núm. 262 en GdP), que bien puede ilustrar la imagen reciente que lo acompaña.


El Palacio de Juan Vizarrón, Casa Palacio donde se hospedaran SS.MM. los Reyes de España en 1729 y 1730. la conocida popularmente como 'la Casa de las Cadenas' e está cayendo…  /Foto: Base de Datos de Patrimonio Inmueble. Consejería de Cultura y Deporte. Junta de Andalucía. Autora: Isabel Dugo Cobacho.

Tal como se han puesto las cosas, el suelo –esa cosa que se especula y sobre la que se construye--, viene a convertirse en el ciclo tal y como lo aprendimos en el Ripalda, aunque más modestito y al ras que ya se pueden imaginar. Hablamos así, no porque ahora vayamos a tocar el peliagudo asunto, sino porque en nombre de la necesidad de ese suelo celestial se cometen auténticas atrocidades contra el arte y el buen gusto.

Ejemplos, a montones. Edificios señeros, definidores de una época, han caído bajo la acción de la piqueta sin que apenas se hayan oído voces que impidieran el desafuero; y si alguna voz hemos oído, de muy poco sirvió; porque ése y aquél y el otro edificio cayeron con todo el estruendo propio y la polvareda correspondiente. En su lugar, el clásico “bloque”, muy funcional, muy práctico, eso sí; pero ambiguo, aséptico, rompiendo el conjunto arquitectónico, el contexto de una ciudad que, como la nuestra, contiene una armonía que en ningún caso podemos dejar mutilada.

El patio de la Casa de las Cadenas, cuando aún estaba abierto y mantenido por sus vecinos.

Sabemos de los esfuerzos de la Academia de Bellas Artes, que siempre tiene su voz aclarada para advertir las acciones piqueteriles. Sabemos también la preocupación de nuestras autoridades locales, con el muy reciente ejemplo al dotar a la Academia, precisamente, de una sede magnífica al tiempo que evitaba una demolición más; pero indudablemente falta conciencia de conservación, que no es caprichosa ni por mantener un pasado por las buenas; sino porque constituye para la ciudad un tesoro muy valioso, un legado del que somos administradores y debemos serlo muy celosos.

Por eso, ante un panorama que en otros momentos resultaba desolador, contamos con la preocupación de Bellas Artes, la Academia y las autoridades; pero también con el ejemplo de un particular que, a su costa, porque lo creyó un deber de ciudadanía y buen gusto, ante un inminente derrumbio, adquirió la fachada que piensa reconstruir en otro lugar del Puerto.

Valgan estos detalles para una toma de conciencia en esta materia, que tanto beneficiará a la población en general aunque pueda suponer un cierto quebranto concreto; pero merece el sacrificio una acción de tal calibre. (Agustín Merello del Cuvillo. Serie 'el ruido y las nueces'. Diario de Cádiz. 16 de noviembre de 1973)

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies