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Acerca de Gente del Puerto

Gentes y Habitantes de El Puerto de Santa María (España). Caras conocidas, caras anónimas, la savia del Rey Sabio.

El 'caldillo de perro' es una de esas recetas que siempre salen relacionadas con El Puerto de Santa María en cualquier guía o tratado sobre su gastronomía. Sin embargo comer este plato es tarea complicada ya que no se encuentra en ningún establecimiento. En El Faro de El Puerto están ahora tratando de recuperar este plato adaptándolo a los gustos actuales. Esta es la fórmula propuesta.

INGREDIENTES. (Para 4 personas)
•    2 Kilos de cebolla blanca
•    12 dientes de ajo
•    1 hoja de laurel
•    1 Pescada (pescadilla grande) de 1.250 gramos
•    2 litros de agua
•    2 Naranjas agrías (si no la tenemos se puede sustituir por una naranja y un limón)
•    2 Vasos de aceite de oliva virgen extra.
•    Costrones o láminas de pan de mollete frito

ELABORACIÓN.
“La receta originaria es un fondo de bastante cebolla y ajo fritos de forma que la primera quede completamente blanda y a la que se le añade agua y rodajas de pescada previamente sazonada. Una vez cocido el pescado en el caldo se adereza con unas gotas de naranja amarga o agria de esa que ahora empezamos a ver en nuestros parques”, señala Fernando Córdoba, gerente de El Faro de El Puerto. (ver nótula núm. 533 en GdP). /en la imagen de la izquierda, el cocinero Fernando Córdoba.

“Yo me he atrevido, -continúa el cocinero-  a triturar el caldo para hacerlo más untuoso y adaptándome a la actualidad. He fileteado también el pescado para que el comensal pueda disfrutar sin miedo a un pinchazo. Por lo demás la receta la mantengo como la fórmula tradicional. En primer lugar se le sacan los lomos al pescado. Se le puede encargar la labor al pescadero. Con las espinas hacemos un caldo, cociéndolas en agua y lo reducimos bastante. En una sartén freímos los ajos y la cebolla a fuego medio (para evitar que se quemen) hasta que nos quede bastante blanda. Una vez esté la verdura blanda añadimos el caldo y hervimos con la hoja de laurel. Apartamos la hoja de laurel y trituramos todo. Se pasa por un colador y  en el caldo resultante cocemos los trozos de pescadilla y hervimos 5 minutos. Lo serviremos en platos o cazuela de barro. Por último añadimos al caldo unas gotas de naranja amarga y ponemos encima unas láminas o costrones de pan frito. Se toma caliente".

La receta la sirven tanto en El Faro de El Puerto como en El Faro de Cádiz por encargo. Incluso el catering del establecimiento lo ha llevado como plato representativo de la provincia a muestras gastronómicas en el exterior. El Caldillo de perro según se señala en varios libros y páginas web puede tener su origen en el siglo XV. De hecho Carlos Spínola en su libro Gastronomía y Cocina Gaditana señala que este plato “se conoce de la Reconquista, cuando los cristianos traidos a Cádiz llamaban a “perros” a los musulmanes que no comían carne de cerdo”.

La barra de 'El Resbaladero' en 1960, prestigioso restaurante del pasado donde el caldillo de perro era una de sus señas de identidad.

La historia la cuentan con bastante detalle en el blog "Perol y Mortero". (verlo aquí) y también en el blog “Catandur” de Javier Fornell (consultar aquí). La historia contemporanea de este plato está ligada el restaurante El Resbaladero de El Puerto de Santa María que estuvo situado en la calle Micaela Aramburu. El plato se hizo famoso en este establecimiento que tenía también como especialidades los guisos de pescado a la marinera o el besugo a la puerca (con ajo, vinagre, aceite y sal).

En Gente del Puerto recogemos otra receta del caldillo de perros que publicó Mariano López Muñoz en la Revista Portuense en mayo de 1926. Narraba que la fórmula se la dió un pescador (ver la receta y el texto completo en la nótula núm. 1.105 en GdP). El restaurante “El Resbaladero” se hizo famoso en la época que estuvo regentado por Maximino Sordo. Este empresario, de origen montañés como muchos otros del ramo de la hostelería, se hizo con el establecimiento en 1936 (más información aquí). Ya antes el local era famoso porque había salido incluso en una obra de Pío Baroja, donde los protagonistas tomaron pescaito frito y el caldillo de perro en este establecimiento. Sordo llegó a regentar varios establecimientos en El Puerto e incluso una empresa de catering.

En la imagen de la izquierda, el hostelero Ángel Lozano.

Un sobrino de Maximino, Angel Lozano Sordo, regenta en la actualidad el Bar Santa María . El precisamente elabora, aunque sólo por encargo, la famosa receta de El Resbaladero que le transmitió su tío. El caldillo de perro es una receta muy similar al pescado en blanco, una receta muy habitual en la provincia de Cádiz, aunque se conoce con diferentes nombres como “enblanco” o incluso “matamario” un curioso nombre que se le da en la Sierra de Cádiz. La diferencia está en la utilización de naranja  amarga para aromatizarlo. (Texto: Pepe Monforte).

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Miguel Castro Merello fue un gran amante de la cultura y de lo exótico. Pertenecía a la generación que había ganado la Guerra Civil, en la que participó como alférez provisional, estando imbuido de ese espíritu imperialista al que eran tan propensos los de su época.

Presidió durante unos años la alcaldía local (1958-1960), siendo el promotor de los Juegos Florales de la Fiesta de la Hispanidad que durante toda una década se celebraron en el desaparecido Teatro Principal, y también el mecenas gracias al cual se creó una parroquia nueva, la de Ntra. Sra. del Carmen y San Marcos, en un barrio de familias marineras, habilitando para ello una antigua Casa de Cargadores, hoy Ayuntamiento.

Aquella Casa Palacio, la de Reinoso o Reynoso, situada en uno de los costados de la plaza del Polvorista, fue restaurada y habilitada en los años sesenta de este siglo último para albergar provisionalmente la parroquia, alojando a los numerosos vecinos en ella existente, en una casa, también de gran porte y antigüedad, de calle Cielo, próxima a la parroquia de San Joaquín.

Miguel Castro estaba casado con Margara Hernández Rodríguez de los Ríos, teniendo el matrimonio nueve hijos, muchos de los cuales nacieron en la casa palacio de Oneto, en la calle Larga. De ellos, solamente dos son varones. Miguel, el mayor, y Pedro, el sexto. Las siete hijas restantes se llaman: Margara, María José, Milagros, Mercedes, Ángeles, Begoña y Cristina Castro Hernández.

A la derecha, en primer término, la Casa Palacio Oneto, en la calle Larga.

Durante una época, vivieron con la familia Castro Hernández, en la casa palacio, una tía de don Miguel, Rosario Castro Naranjo y un cuñado, hermano de su espossa, Francisco Hernández Rodríguez de los Ríos. Los Castro Hernández fueron los últimos habitantes de esta casa palacio antes de su rehabilitación y venta por apartamentos, manteniendo durante el tiempo que en ella estuvieron la imagen de señorío que caracterizaba a dicha mansión, cuidando especialmente el exorno del patio, que causaba la admiración de propios y extraños, es decir, de nosotros los portuenses, que ya lo conocíamos y de aquellos visitantes ocasionales y de paso que se asomaban a verlo desde la casapuerta.

Galería de la planta superior del Palacio de Oneto.

METALÚRGICO Y GANADERO.
Miguel Castro Merello fue empresario en los años del despegue económico, fue accionista de la industria ‘Metalúrgica Portuense’ junto con Fernando T. de Terry Galarza y ganadero de reses bravas, poseyendo hasta tres diferentes. La primera de ellas la adquirió en 1966 a Luis Miguel Dominguín, vendiéndola años después a un señor de Bornos llamado Antonio Fernández Bernal. Tenía divisa roja y blanca y, aunque su ascendencia era de ganado de una ganadería tan prestigiosa como la de Samuel Flores, la rehizo con vacas del Marqués de Villamarta y sementales de Domecq. Solamente lidió novilladas. Pastaba en la finca “Las Navas” de Algodonales. /En la imagen de la izquierda, Luis Miguel Dominguín.

Poseyó una segunda ganadería, figurando como titular su mujer, que había comprado a Francisco Rincón Cañizares. La divisa era amarilla, verde y blanca, lidiándose especialmente en festejos menores de la sierra gaditana salvo un lote de reses lidiadas en Pontevedra, en una corrida de rejones. Tres años después la vendió a José Gutiérrez Mora y Hermanos, de Sevilla. Aún tuvo un tercer hierro, en este caso anunciado con el nombre de “Castro Hernández Hermanos”, con divisa caña y verde, lidiando en Rota cuatro becerros en 1970.

Vista desde el mirador de Las Redes, residencia de verano de Miguel Castro.

LAS REDES.
Asimismo fue propietario de varias haciendas rústicas y de recreo,  destacando la magnífica finca, mirador sobre la bahía, dominando la parte central de la playa de Santa Catalina también llamada "de los curas",  lindante con la casa de ejercicios de los jesuitas, en la que  construyó una soberbia mansión, decorada con el lujo más refinado, que es actualmente la sede del Club Social de la urbanización Las Redes, con una parcela de aproximadamente 20.000 metros cuadrados..

FARÁNDULA.
Por la casa-palacio en el tiempo que la habitó esta familia desfilaron numerosos personajes. Los mejores saeteros profesionales  cantaron desde su balcón a los pasos de la hermandad de la Misericordia; toreros míticos  en la historia de la tauromaquia como han sido Antonio Ordóñez, Luis Miguel Dominguín y El Cordobés estuvieron alojados como huéspedes de don Miguel.  Incluso doña Carmen Polo, la señora del Generalísimo Franco, el Jefe de Estado, estuvo una tarde,  en la década de los años cincuenta del siglo XX, merendando con la familia, acompañada de doña Isabel Merello, en cuya casa se alojaba, mientras los maridos realizaban jornadas de caza en la finca "El Pedroso".

El cuidado patio de la casa familiar en la calle Larga.

Podríamos decir que tuvo un esplendor fugaz, pero intenso, tanto en su trayectoria social y empresarial como humana, falleciendo en la casa-palacio, donde aún permanecieron algunos años más su viuda e hijos, cerrándose con ellos un ciclo vital, y dando comienzo otro con la segregación en apartamentos de la que fue Casa Palacio de Oneto.  Tiene una barriada puesta a su nombre: Alcalde Miguel Castro Merello. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

José Alonso Pajares estuvo casado con María de los Dolores Ruíz de Cortazar y Calderón y no tuvieron hijos. La Bodega estuvo situada en la calle del Postigo esquina y vuelta con Santa Fe, y a pesar de ser de pequeñas dimensiones, tenía mucho movimiento según se desprende de los inventarios anuales, exportando productos por casi todo el mundo.

Los productos de esta casa obtuvieron Medallas de Oro y Plata y varios Diplomas Honoríficos en diferentes Exposiciones en Europa y América. París, Barcelona, Madrid y Cádiz entre otras capitales. Fueron proveedores de varias Casas Reales.

A LOS CONSUMIDORES.
"Los vinos finos de mesa que tengo el gusto de ofrecer a mis favorecedores son legítimos de uva sin que contengan sustancias extrañas ni aumento de alcohol, razones por las que su consumo aumenta de día en día en los principales mercados de América; por ver confirmados los verdaderos inteligentes lo expuesto han dado preferencias a mis marcas J.ALONSO en los de barriles y JOSÉ ALONSO PAJARES, Puerto de Santa María en las etiquetas para los embotellados.
   Mis vinos tintos finos de mesa son ricos en fuerza natural alcohólica debida a las sustancias de los terrenos donde vegetan las vides y su clima, condiciones que solo la naturaleza concede".

La colección de etiquetas de Alonso y Pajares, compuesta por 90 unidades, tienen una gran belleza y ejecución, siendo impresas en París, Málaga y Jerez. Pertenecen a la colección de Camilo González Selma y han sido tratadas digitalmente para Gente del Puerto, por Miguel Sánchez Lobato. (continuará)

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Bar los Olivos está ubicado en una zona tranquila, en la Avenida de la Libertad, esquina con el Parque de Europa. Este establecimiento abrió sus puertas el 28 de Abril del 2000 un año lleno de ilusión por parte de los cinco socios. Por diversas circunstancias algunos de los socios abandonaron el negocio, quedando José María Sánchez y su mujer, Ana como únicos dueños del bar.

Tiene barra, con un salón adjunto y una agradable terraza junto a una plaza. En las paredes se suelen poner exposiciones de artistas locales. La gastronomía es de tipo  tradicional con una amplia carta tanto de tapas como de raciones y medias (pulsar aquí para verla completa). Cuentan tambien con menú del día. El establecimiento está especializado en desayunos con varios tipos de panes y amplio surtido de cositas para ponerle.  Tienen zumo de naranja natural y hasta huevos fritos para los que quieren algo contundente  y la estrella es el mollete con jamón ibérico, salmorejo y un poquito de aceite Cortijo Las Escuelas, un aceite sin filtrar que traen directamente desde Jaén.

Tras una reforma tanto en instalaciones como en plantilla en el año 2003 relanzaron el establecimiento, contando con un gran grupo de profesionales con muchos años de experiencia en el sector. Abre todos los días desde las siete y media de la mañana o las ocho, dependiendo de las jornadas, para ofrecer desayunos y ya continúa abierto hasta después de las cenas. Hacen una eficaz gestión en internet y redes sociales a través de los Comunity Manager Irene Berbel y Miguel A. Moreno. (Texto: Pepe Monforte. Fotos I.B.G.)

Isabel Navarro González, Beluca, tenía 16 años cuando comenzó a vender zapatos con su padre en la zapatería Rialto, la tienda de la calle Luna (entonces José Antonio) que después pasó a llevar su nombre. Ahora, 68 años después de la apertura de este conocido establecimiento, la tienda liquidaba sus existencias y echaba el cierre a finales del año 2012.

El hijo de Beluca, Millán Alegre, reconocía que ha sido una decisión "dolorosa" pero la situación económica y el descenso continuado de las ventas han obligado a la familia a tomar esta determinación, que según dice Millán "espero que no sea definitiva y que dentro de unos años, si la situación mejora, podamos iniciar una nueva etapa".

Beluca nació en Elda, la tierra de los zapatos, lo mismo que su padre, Antonio Navarro García, que desde tierras alicantinas marchó a Santander para montar su primera tienda de zapatos, un negocio que después trasladó a Cádiz y finalmente a El Puerto, donde abrió la zapatería Rialto en 1944, en un local alquilado propiedad de Ventura Ruiz Cortina, tras una breve etapa haciendo zapatos a medida en la calle Ganado.

La zapatería Beluca fue la primera de El Puerto en traer marcas de prestigio y durante muchos años ha sido considerada la "zapatería buena" de El Puerto, hasta que los cambios en las costumbres y la apertura de grandes superficies extendió enormemente el abanico de la oferta.

Beluca Navarro y Millán Alegre, en la zapatería en la década de los años 70.

Isabel Caamaño, Maribel, ha trabajado 43 años en la zapatería, hasta su jubilación, y recuerda cómo en los buenos tiempos había colas a las puertas del establecimiento para comprar zapatos en las fechas habituales de estreno, es decir, para el Corpus, el Jueves Santo o la Feria, o con motivo del comienzo de las clases, cuando muchas familias se surtían de los célebres 'Gorila' para el nuevo curso. También recuerda, antes de que se peatonalizara la calle Luna, cómo en más de una ocasión les tocaba salir a llevar las cajas de zapatos a los clientes, que pasaban con sus coches justo por delante del establecimiento y paraban un momento en segunda fila para recoger sus compras.

Y como no, Beluca también practicaba algo muy habitual en el pequeño comercio, la costumbre de 'apuntar' las compras en una libreta para que después los clientes habituales fueran liquidando los cargos por meses o por semanas, una costumbre que algunas personas siguen practicando incluso hoy en día. Famosos eran también los escaparates de Beluca, siempre muy cuidados todo el año pero especialmente en Navidad.

Una de las últimas imaégenes de la tienda abierta, a finales de 2012.

La zapatería dejó de llamarse Rialto en 1966 para tomar el nombre de su propietaria, que pasaría a regentarla con su marido, Millán Alegre Jimeno, funcionario de prisiones nacido en Morón al que conoció cuando lo trasladaron al penal portuense. Tras trabajar también muchos años en las bodegas Terry, Millán Alegre Jimeno se ocupó junto a su esposa de la zapatería hasta su fallecimiento, en 1998, fecha en la que su hijo comenzó a ocuparse del negocio hasta el año 2007, cuando fue elegido concejal con la lista del Partido Popular.

La zapatería ha sido sometida a dos remodelaciones, la primera en los años 70 y la segunda a principio de los 90, cuando el diseño se hizo mucho más clásico, con el mobiliario de madera que ha permanecido hasta nuestros días. También ha representado productos de la marca «El Ganso». (Texto: Teresa Almendros).

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Durante una convivencia de padres y colaboradores del Colegio La Salle, creemos que, en la Feria de Jerez en 1963. A la izquierda de la imagen el matrimonio formado por el que fuera sindicalista, diputado y eurodiputado socialista Esteban Caamaño Bernal y su mujer, Lola, a continuación el matrimonio Troncoso, él saludando.

A la derecha de la imagen, en primer término, Pepe Buhigas, conocido como el ‘Robert Taylor de El Puerto --que alguna aparición hizo en el cine--, el párroco de San Joaquín, el reverendo José María Rivas Rodríguez --gran persona, campechano, buena gente y un gran facilitador de ayudas a los mas necesitados; cierran la mesa el matrimonio Jaén Andrade. /Foto: González. Colección Francisco M. Arníz Sanz.

De izquierda a derecha, agachados, Manuel Ramos Añino ‘Arena’; José Ortega ‘Pepe el Bombero’; Remigio Andújar de la Rosa, Pepe Ortega, Ramón Arana, Antonio Letrán, Fernando Guilloto y Mariano de Iberconta.

Fila del centro, de izquierda a derecha, Eduardo Brea, Hortensia Renedo Varela, Antonio Ramírez ‘Peana’, Antonio Guerrero Aldana ‘Enero’, Asunción Poullet, Miguel Baena, José Blandino concejal de Aguas que luego sería el vicepresidente fundador de APEMSA; Francisco Lara Izquierdo, quien fuera jefe del negociado de Aguas en su etapa municipal, antes de ser empresa pública.

Fila de atrás, de izquierda a derecha: Chacón (cobrador); Antonio Campos, José María Delgado, Juan José Campos Guereta-León actual director gerente de APEMSA  y Juan García. La fotografía es de mediados de la década de los ochenta del siglo pasado. /Foto: Colección Antonio Ramírez ‘Peana’.

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Los portuenses Rafael Troncoso, residente en EEUU y Francisco José Ramírez, residente en Valencia, han escrito al a limón y desde la distancia, un curioso libro ‘Microhistorias: anécdotas y curiosidades de la Informática’ que puede obtenerse pulsando aquí.

¿Sabía que Steve Jobs le llevó en persona un ordenador Macintosh a Yoko Ono y también a Mick Jagger? ¿O que Steve Wozniak, después de crear el mítico ordenador Apple II dejó su querida empresa Apple para crear otra que fabricaba mandos a distancia? ¿Y que Jay Miner, el genio que creó el Amiga 1000 tenía una perrita que tomaba parte en algunas de las decisiones de diseño de este ordenador? ¿O que Xenix fue el sistema Unix más usado en los 80s en ordenadores personales y que éste era propiedad de Microsoft? Estas son sólo algunas de las historias y anécdotas que encontrarás en este libro de Microhistorias.

FRANCISCO JOSÉ RAMÍREZ. ‘Cybercaronte’.
Es el fundador de www.cyberhades.com en 2007. Es en este blog donde comenzó a escribir junto a tuxotron el apartado “Microhistorias”, base de este libro. Actualmente trabaja como Administrador de Sistemas en una empresa multinacional española, con sede en Valencia. cybercaronte@cyberhades.com

El eje de la publicación lo han querido iniciar desde el “Big Bang” tecnológico que supuso la aparición del ordenador Altair y sobre todo del Home Brew Computer Club, grupo de grandes hackers que más tarde revolucionaron el mundo de la Informática, junto al nido de genios que salieron de Xerox y la revolución de sus inventos.

RAFAEL TRONCOSO. ‘Tuxotrón’.
Es Miembro y administrador, también, del blog www.cyberhades.com desde Enero del 2009. Actualmente trabaja como Arquitecto de Software para la FDA (Food and Drug Administration) en Norteamérica. tuxotron@cybernades.com

También encontrará en el libro historias que ocurrieron anteriormente, incluso mucho antes de la aparición del ordenador. Ada Lovelace, a la que muchos consideran la primera programadora de la historia, o Alan Turing y su trabajo en Bletchley Park descifrando la máquina Enigma durante la Segunda Guerra Mundial, son sólo un ejemplo ellas.

El IES Santo Domingo irradia magisterio y eclecticismo hacia las bellas artes desde casi su inauguración como centro de enseñanza. El teatro concebido como materia didáctica para los alumnos, cobra una vida inusitada en el añejo salón de actos del antiguo Convento de Santo Domingo que la orden religiosa de los Dominicos legó a la ciudad en la primera mitad del siglo XVIII.

Los protagonistas de estas fotografías formaron parte del Taller de Teatro impartido por el actor y monitor Paco Crespo durante el curso 2000-2001. La obra que se representó fue Los gemelos del autor latino Tito Maccio Plauto, basada en los equívocos de provoca la semejanza de dos hermanos gemelos.

Los dos Menechmos (los gemelos Lucas y Nicolás Morillo), imitada por William Shakespeare en su Comedia de los errores, es un enredo fundado en los malentendidos a que dan lugar dos gemelos que vivieron separados durante mucho tiempo y se vuelven a encontrar en una ciudad.

El elenco de jóvenes actores y actrices estuvo formado por: Adrián Morillo, Rafi Ruiz, Jesús M. Martínez, María Serpa, Patricia López, Maribel Crespo, Valentín Murillo, Regina Carbayo, Libertad Marín, Lorena Vaca, Cristina Fuentes, José Padilla y Lucas y Nicolás Morillo. El estreno fue en el salón Moderno de El Puerto de Santa María en Mayo del año 2001, aunque previamente se realizó preestreno en el salón de actos del propio Instituto.

‘Los Gondoleros de Venecia’ fueron en 1966 el Primer Premio de Chirigotas, en su modalidad de provincia, teniendo más valor si cabe dado que el jurado dejó desiertos los segundo y tercer premios.

Los Gondoleros de Venecia. /Foto Fariñas publicada en La Voz de la Bahía.

En aquellas ‘Fiestas Típicas Gaditanas’ (no se les podía llamar Carnaval, estaba prohibido’, tras cuatro meses de ensayos, los porteños consiguieron revalidar, con la letra de ‘La inundación de Chiclana’ original de Federico Rodríguez García ‘el Cote’.Para escuchar el audio de la copla, pulsar aquí. (Desde dicha página se pueden escuchar otras coplas antiguas de carnavaleros de El Puerto.

En años anteriores, en 1963 es cuando, ‘el Cote’ en colaboración con José Camacho Francés ‘Chusco’ obtiene el primer premio por la autoría de ‘El lazo del matrimonio’ interpretado por la agrupación ‘Los Maridos Modelos’. Y en 1965 con la agrupación ‘Los Amigos de la Capa’ obtendrá otro primer premio por la letra ‘Un recuerdo’

Ver más información de ‘El Chusco’, nótula núm. 933 en GdP
Ver más información de ‘El Cote’, nótula núm. 950 en GdP

1966
Ese año era alcalde de El Puerto Luis Portillo Ruiz. En España se votaba el 14 de diciembre el Referendum de aprobación de la Ley Orgánica del Estado, que era un referéndum a Franco, el dictador y anterior Jefe del Estado.
En 1966 el poeta José Luis Tejada será Lector de español y profesor de Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Nantes (Francia).

Regreso al Parque Calderón como es habitual cuando acudo a la ciudad. Lo he conocido como un oasis de palmeras canarias. Todas ellas perfectamente alineadas. Y también configurando frondoso vergel, como otrora lo fue el del Conde. Del que nació como prolongación.

Fue un personaje importante, aunque discutido, aquel conde. No sólo en la historia de El Puerto, sino en la del conjunto de la España carolina. Irlandés de origen humilde, pero creso por matrimonio, don Alejandro O’Reilly sirvió con inusitada eficacia a la España ilustrada, aunque sus enemigos no le perdonaron cierto desastre militar en Argel y la devoción que por él sentía el rey alarife. Mariscal de campo en Puerto Rico, gobernador de Luisiana y capitán general de Andalucía, o de la Mar Óceana, fortificó Cádiz. Y re-urbanizó algunos lugares de El Puerto, levantando un puente de barcas que se hundió el día de su inauguración y tintó el Guadalete de tragedia. /En la imagen de la izquierda, Alejandro O'Reillly, en 1722.

Pero después vinieron otros puentes, de madera, colgante y de hierro. Todos con el nombre de San Alejandro, en honor del irlandés, hasta que en los años sesenta se empezó a construir el carreteril de la actualidad que va emparejado a la vía férrea, quitándonos con el tiempo a los que viajábamos en automóvil desde Cádiz el privilegio de ser recibidos por El Corribolo.

El desaparecido puente de hierro de San Alejandro, en honor del conde irlandés.

Despertar ante el reclamo del brandy Centenario. Y sentir tan de cerca la cálida copla de amor que Pilar Paz Pasamar le regaló a la ciudad.

Yo supe que te quería,
cuando atravesé el silencio,
caliente de la Herrería.

Contemplo ahora un segundo puente luminoso de color azul para peatones que parece extraído del estante de un bazar chino. Es como replicar hasta la otra banda del río el blanco poder luminoso de Romerijo, laboriosa familia esta, pero adobado de reluciente y fresca pintura de barco.

Las viejas pilas del último puente de hierro conforman simetría con los estípetes talados de las palmeras dañadas por el picudo rojo. Unos y otros, en la imaginación, conforman el estilóbato de un templo griego, recién iniciada su construcción. O destruido por la historia. Dejemos a cada cual su interpretación. Aunque la tragedia helénica ya había llegado a El Puerto antes con Menesteo, hijo de Peteo y undécimo rey de Atenas. General de las tropas atenienses en la guerra de Troya, y uno de los guerreros que se ocultaron en el caballo burlón, éste monarca se estableció tras su huida, y al perder el trono, en estos márgenes del Guadalete, entonces llamado Criso. Fenicios de Cádiz y griegos de El Puerto guerrearon entre sí. Y siglos después cruzaban amistosamente sus barcos por la bahía repletos de mercaderías.

El río Guadalete 'río del Olvido', antes de su desembocadura, a su paso por El Puerto.

El nombre árabe de Guadalete casa hoy con el mal endémico que sufre desde hace tiempo la ciudad por mor de quienes no la sienten suya. Pues, no en vano, lete procede del griego clásico. Y significa olvido.

Del olvido escribió Cernuda:
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas,
sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Pero también Pablo Neruda:
¡Ay gran amor, pequeña amada!

El picudo rojo llegó hasta aquí por la ruta del té. Originario de Asia, caminó y voló hacia Egipto. Hizo allí estragos. Y la España del pelotazo lo trasladó a esta tierra de cante recio, vinos, toros y caballos, volantes y trajes de luces, dunas y pinos piñoneros, estacas y pesqueros abarbolados, como polizón troyano oculto en baratas palmeras destinadas a disimular con su estampado verde el impacto del ladrillo. Los científicos estiman que el ciclo reproductor de este coleóptero se completa hasta tres veces en un año. Y es tan dañino que cada larva neonata se zampa un metro de palmera. Comparado con lo que se están zampando otros en este país, el picudo rojo es sólo un insecto, aunque acorazado.

La voracidad del corrupto en España no tiene límites porque es mastodóntica. Y ahora, cuando el país se desnuda en los juzgados, comprobamos con rabia (y tristeza) la enorme suciedad que algunas conductas poco ejemplares llevaban dentro.

Muñoz Seca fue asesinado por la envidia y por recordar que España es también comedia. Y Alberti labró su mejor poesía en el exilio argentino, cuando sintió la nostalgia de su arboleda tras el trágico drama de la guerra civil.

En los años 70 conocí al mejor periodista que ha dado El Puerto en los últimos tiempos. Fue en el escritorio de Antonio Cologan. Entre albaranes de Ilsa Frigo, y una vieja velosolex Orbea allí aparcada, Agustín Merello, viejo cruzado e inolvidable amigo, escribía ruidos y nueces magistrales. Eran crónicas sanas que ayudaron a cambiar mentalidades. Y motivaron espacios para que entre todos nos entendiéramos mejor.

Entonces yo disfrutaba de una licencia de ocio que nos había otorgado un ministro de Educación de Franco que se llamaba Julio Rodríguez. Y que nos retrasó el inicio del curso universitario hasta después de Reyes. Me preparaba para empezar la carrera de Derecho en Jerez con mi amigo Eduardo Terry, hoy procurador de los Tribunales. Y desde un teléfono de pared de la casa familiar, la de la plaza de los Jazmines, mandaba yo crónicas deportivas a Radio Popular de Sevilla. Ante la irónica mirada de su hermano Nicolás, después cronista de la causa náutica, y la perplejidad de sus padres al escuchar la entonación que yo hacía de las alineaciones de los equipos de la bahía.

Manolín y Lolo, por el Racing. Baena y Carvallo, por el Cádiz. Galleguito, por el San Fernando. Cuarenta años ya. Eran tiempos hermosos. De felicidad y templanza, pese al dolor que en muchos causaba el régimen. Y su falta de libertades.

Etiqueta de Fernando A. de Terry. Imperio. Cognac (brandy) Español. (Exportado a Montevideo, Uruguay. Importador: Pesquera y Cía.).

Las etiquetas de los brandys del marco llevaban nombres suntuosos. De la regia historia. Y de la empresa colombina. Pero también de la mejor condición humana. Insuperable. Magno. Galante. Oxigenado. Soberano. Y Príncipe. Hoy son palabras en desuso, pero no porque estén vencidas. Si no porque son difíciles de aplicar. O de acompañar. Y es que este país no sólo padece tristeza sino que siente desconfianza.

Juan Ramón, viajero imaginario desde la ventana de un colegio de El Puerto, hace suyos estos latidos:
Han sonado las horas dormidas,
está sólo el inmenso paisaje,
ya se han ido los lentos rebaños,
Flota el humo en los pobres hogares.

El picudo ha sorteado la fuente de las Galeras Reales dejando al descubierto el azulejo de Los Afligidos en su feroz incursión hacia La Puntilla, pero confío en que será derrotado en retaguardia desde los matacanes y saeteras del Castillo de San Marcos por su guarnición de ballesteros sin que haya que emplear la caballería acuartelada en El Polvorista.

Palmeras desmochadas del Parque Calderón.

Hay lugares en El Puerto que sobreviven milagrosamente. Y otros que han traído a nuestros días (y pese a los tiempos) nombres hermosos. Echo de menos el vaporcito amarrado en el cantil del muelle. Y el murmullo, entre chiquitas, de La Burra después de una buena tarde de toros o la difícil captura aérea del pollo fuera de concurso que Manuel Moreno, siempre bajo bóveda, nos ofrecía entre sus apretadas paredes de recortes taurinos. El Ruedo. O Dígame. Ricardo Chibanga. Curro Girón. Bienvenida. Ordóñez. Y el conde de San Remy.

Pero me siento protegido al descubrir que el Liba sigue cobrando el café a un euro. Como protegida está la historia de El Puerto mientras otro cruzado de excelente pluma, mi querido José Ignacio Buhigas Cabrera, siga siendo el archivero de la ciudad desde la métrica soledad del vetusto casco de la bodega Cuvillo.

No hace mucho estuve aquí con un buen amigo: Jaime Paz Zamora, ex presidente de Bolivia. Convinimos tomar unos vinos finos mientras le explicaba los lugares que recorrió José Bonaparte en la ciudad durante el asedio de Cádiz. Quedó impresionado por la tala del palmeral urbano. Y se mostró interesado por esta ruta portuense a la que yo le añadía imaginación. Y escenarios posteriores. Paseamos por el Campo de Guía, antiguo ejido recordado en sus vinos por Gutiérrez Colosía. Y por la calle de los Moros, sede secular de las criaderas y solerajes de las Bodegas Osborne. Hasta alcanzar la Real plaza de toros, el colegio y contemplar tras la verja, cuan estricta observancia, el viejo drago de Caballero. San Francisco, Ordo fratrum minorum.

El Puerto es una ciudad en familia. Que no de familias. Aunque aquí la empresa familiar tiene dimensiones institucionales desde el siglo XVIII, cuando la ciudad se incorporó a la jurisdicción real. Y dejó de pertenecer al duque de Medinaceli. La familia es de lo poco que no se ha oxidado aún en España. También es el socorro de la mayor parte de los que se han quedado sin trabajo. Seis millones ya, acaudillados por el viejo emporio gaditano.

La poesía sosiega. Pero emerge con fuerza cuando tras ella se encuentra un gran poeta. El Puerto es tierra de excelentes poetas. Y este corto paseo sufriría también los efectos de la tala sin la emoción que supone el vivo recuerdo del lírico ingenio de un proel como Tejada:

Una fragata en la ría
y yo con diez bucaneros,
amor, de piratería.

Llegar a tu puerto un día.
Robarte, y hacerte mía...
 ¡Levad anclas, compañeros!

 Que suenan por la Caleta
 voces de carabineros.

Y en el lomo de una duna,
tu padre con la escopeta,
solo ya, frente a la luna.

(Texto original de Fernando Orgambides, leído por su autor en la presentación de su libro Viento de Palabras el 1 de febrero en la Galería Milagros Delicado de El Puerto de Santa María)

(viene de la nótula anterior núm. 1.643.)

Manolo Paz, el policía local y Mercedes Cruz Vélez, criaron a sus hijos Abraham, José Manuel, Hugo y Marta, en el Barrio Alto, y por entonces en esa zona del Puerto, la droga corría con demasiada asiduidad. Así que nada mejor para evitar problemas que fomentar el  amor al deporte. Manolo Paz, había militado en el Jerez Industrial, de la misma manera, su hermano Francis Paz, en el Cádiz, así que  era de esperar que alguno de sus cuatros hijos sintiera inclinación por el deporte del balonpié.

Sus dos hijos mayores, Abraham y José Manuel, desde pequeños  jugaban con los chiquillos de su barrio, y como no en el colegio Cristóbal Colón. Ambos dos, sentían pasión por el fútbol, comenzaron a entrenar en Safa San Luis, y era increíble verlos, como a pesar de ser unos chiquillos y  de estar de vacaciones escolares, llegado el mes de agosto, a la hora más taurina --las cinco de la tarde-- iban a sus entrenamientos, sin importarles,  ni el calor, ni dejar  ese mar azul invitándolos a zambullirse. Lo tenían claro ¿verdad? Pues sí, no cabe duda.

Abraham Paz y su hermana Marta, con la hija del primero, Valeria.

Los dos mayores, pasaron de Safa San Luis a las filas del  Cádiz B. Abraham,  no sin algún que otro problema, pero  a los chiquillos no se les puede cortar las alas,  hay que  dejarlos que vuelen y logren sus objetivos. Siempre fue un niño noble y muy sensato, sabía que si quería ser futbolista profesional, tenía que currárselo, y lo hizo, porque para él nunca  fue un juego de niños, sino  la firme promesa de una  futura profesión.

Abraham Paz cuando era jugadro del Hércules, temporadas 2008/2011.

Se podría decir  que se formo en este Club,  y tuvo la dicha de conseguir  en Las Palmas el ansiado ascenso de  Segunda B a Segunda división, tras nueve temporadas, en esta categoría. La felicidad fue  en aumento, pues dos años después,  en  el Estadio Chapín-Xerez-  logramos  cantar a tantos de Oli, y Abraham Paz, el ansiado ascenso a primera división. Que felicidad ¡por Dios! Cádiz era una fiesta, y su marea amarilla,  vibró como nunca con el  club de sus amores. Entre todos hicieron  que  saliera del pozo, y es que, ¿como no iba a salir con el arte que le echaron Yuyu y Manolito Santander?  Amén de lo que le pusieron los jugadores, ya ustedes me entiende ¿no?

Pues sí, He-Man, Abraham Paz, pudo vivirlo y disfrutarlo, y con él todos los suyos, entre quienes me encuentro. Más tarde pasó al Hércules, Cartagena, y actualmente se encuentra en el Sabadell. Ni que decir tiene que  lleva una más que  extraordinaria trayectoria  profesional, que  algún día colmará, como  entrenador, y que espero que a poco que la suerte le sonría, podamos verlo cosechar éxitos.  Se lo merece, no solo por ser un gran profesional, sino por el corazón y la entrega que pone en todo  lo que emprende y es que … de casta le viene al galgo.

José Manuel Paz, 'Chiqui', cuando era jugador del Racing Club Portuense.

JOSÉ MANUEL PAZ.
José Manuel --Chiqui--  se podría decir que es  de esas personas que se lleva a todo el mundo “de calle”  pues es la alegría de la vida. No le falta ni simpatía,  ni ingenio, ni gracia. Es un hombre feliz, que irradia felicidad a cada paso, así sin más, porque él es así de generoso. Como profesional, lo ha dado todo y más, pero no ha tenido la suerte de su lado en muchas ocasiones, y como no siempre del fútbol  vive el hombre, decidió, no sin pesar,  emprender nuevos horizontes.  Chiqui ha militado en equipos como: Menorca, Granada, Conil, Chiclana,  San Fernando,  y nuestro Racing Club Portuense, que ha sido donde se ha cortado la coleta --simil taurino-- Espero que todo le vaya tal y como merece ¡de lujo!

HUGO .
Era lógico, que tal y como vive esta familia este deporte, los pequeños,  siguieron los pasos de los mayores, Hugo es un  gran chaval, que aspira a hacerse un sitio y un nombre en este deporte. Actualmente  convalece de una  difícil operación de rodilla, --ligamentos cruzados-- pero a poco que su rodilla se fortalezca, lo veremos de nuevo jugar con su equipo:  el Xerez B y seguro oiremos hablar mucho y bien de este  estupendo futbolista.

MARTA.
La pequeña Marta, no iba a ser menos,  tiene claro que este es su deporte favorito. Durante seis años, ha jugado  en el equipo mixto de  Safa San Luis, para pasar estos dos últimos años al equipo femenino de los Frailes sub 16.  Da gusto verla en el campo, por la pasión con que vive este deporte  y su visión de juego.

Marta Paz, en el equipo mixto de SAFA-San Luis.

Y es que no podía ser de otra forma, la familia que vive  con esta pasión el  fútbol,  y tiene las cualidades  de los Paz Cruz, está claro que  si puede vive de él. (Texto: María Jesús Vela Durán).

3

No sé si la memoria, es selectiva, o no, pero  a mí me pasa, que al  evocar a algunas personas me vienen flashes, de algunas  características  concretas suyas, es decir,  desde: su porte, su peinado, su sonrisa, sus manos, sus ojos, si estaba lozano, o su cara de enfado, ¡que se yo! Si pensara en los olores de mi niñez, el que prevalecería sería sin ninguna dudas  el olor a Heno de Pravia, y Lavanda. No solo porque eran los olores de mi madre, también porque,  no había prenda guardada, en las  cómodas o  en los roperos, que no estuvieran impregnadas de estos agradables aromas. De la misma manera, basta cerrar los ojos, para que la imagen que te venga de  una persona conocida o no, sea por un momento grato, o por todo lo contrario. En este caso  la imagen primera,  no puede ser más agradable, sin saber por qué he vuelto  a verla  correteando  por la calle, alegre y desenfadada.

No puedo precisar con certeza, en qué momento comencé a fijarme, en una chiquilla preciosa, que  de un día para otro, paseaba alegremente, a lomos de su bicicleta, por ese, mi rinconcito del alma, La Placilla. Me resultaba conocida,  pero  no  sabía por qué. Pronto comenzó a entrar en la tienda de mi familia, y  la verdad es  que  descubrí, que  Mercedes --Merchi--, era una niña encantadora. A todos nos conquistó, con su simpatía y desparpajo.. Parece que la estoy viendo, con su vestidito blanco con adornos rojos, y ese roetito, que siempre llevaba, a pesar de tener una melena  rubia preciosa. Como digo, era todo simpatía, y en su mirada se adivinada gran bondad, y con misericordia, con todos.

Me cuentan, que siendo muy pequeñita, de camino a casa, veía a un hombre  sentado en los escalones del Teatro Principal, y en su inocencia,  sentada a su lado, le preguntaba, porque estaba solito y si tenía hambre. A él le cayó en gracia, y aceptaba con agrado, el pan que a diario le  daba, pues sabia del cariño, con el que se lo entregaba. Este hombre, era Manuel Quintero García ‘El Chumi’ (ver nótula 1.11o en GdP). Con el paso de  los años, no perdió, ni un ápice de  sus muchas cualidades.

Pero… mejor hagamos las presentaciones: Mercedes Cruz Vélez, nació el 20 de Mayo de 1961, en la  actual Calle Luna nº38 en una preciosa casa mirador, --La casa de la Torre que fue sede de los Jesuitas en El Puerto-- en cuyos bajos se ubicaron el Bar La Liga y mas tarde el Bar Trevi.

CAMPO LUGAR.
Cuándo tenía aproximadamente la cuarentena, su familia se trasladó a Campo Lugar --Cáceres--. Su Padre: José María Cruz García --el Chico-- (ver nótula 771 en GdP) trabajaba con maquinarias pesadas,  para empresas como Cubiertas y Tejados o Dragados y Construcciones, haciendo carreteras, pantanos, etc. Su trabajo le llevó a permanecer durante cerca de un año, en este bonito pueblo. Los mayorcitos, alucinaban viendo corretear a los animales, por la calle,  creían que si podían coger algún,  cochino, u otro animal, se lo podían llevar a casa como premio. Lógico, si se piensa, que aquí, no se estaba acostumbrado a eso.

Estación de trenes de Montcada y Reixac.

MONTCADA Y REIXAC.
Pasados unos meses, la familia escolarizó a los mayores en El Puerto, y quedaron al cuidado de los abuelos maternos. Los padres y las dos pequeñas, Milagros  y Mercedes, se trasladaron a Cuenca. Nuevamente al cabo de unos meses, volvieron a casa. Pero, como ya he dicho, donde estaba el trabajo, debía estar la familia. Esta vez, se trasladaron a Torremolinos, para más tarde recalar en Montcada y Reixac. Esta es una ciudad dormitorio,  con muy buenas comunicaciones con Barcelona Capital. Ciertamente, en esta ciudad pasaron unos años inolvidables,  las dos pequeñas, estaban entregadas a la natación,  entrenaban cada día, y  consiguieron buen nivel, de hecho, en las competiciones, consiguieron  algunos trofeos. Los mayores,  enseguida  encontraron empleo.

Como digo fueron unos años muy felices. Aunque  aquí  no nació, su primera amistad, pues fue en Torremolinos,  donde conoció a una pequeñita  de nombre Esperanza,  a la que desafortunadamente, nunca  más volvió a ver, tras la itinerante vida que llevaron a causa del trabajo, del cabeza de familia. Fue definitivamente en Montcada, donde realmente encontró el verdadero sentido, de la palabra amistad. Debido a su carácter abierto y a su simpatía, de seguida se adaptó al  pulso de esta pequeña pero viva ciudad y a sus nuevos convecinos.   Los domingos, de mañana, eran obligados,  los paseos  por la calle mayor, y  hacer  una visita a Mallafré - no sé bien, si era confitería, heladería, o churrería-, y como no, por la tarde al infantil. Ciertamente la familia se adaptó perfectamente  a esta ciudad, pero la fatalidad, quiso que  Milagros Vélez Hidalgo- su madre- enfermara y decidieran volver de nuevo  a casa.

DE VUELTA A EL PUERTO.
La vuelta, sobre todo para las pequeñas, no fue fácil, pues echaban de menos, a los amigo(a)s, el colegio, los entrenamientos, en la piscina municipal, por cierto  que el entrenador para competiciones era MiKel  Pessarrodona, un conocido profesional de la natación española, en definitiva  añoraban todo lo que tuviera que ver con Montcada iReixac.

La calle Vicario, al atardecer, con la Prioral al fondo. /Foto: Victor Kaposi.

PLASTIMAR.
Pero a Merchi,  su simpatía y bondad, le abría puertas y corazones, así que pronto hizo amistades nuevas. Con  solo catorce años,  decidió, que  debía aportar algo a la familia, así que se arregló, de domingo y se encaminó a Plastimar- este era un comercio, dedicado  a múltiples artículos ubicado en la calle Vicario. A sus dueños, Carlos Campoy y Teresa  les gustó,  su  desenvoltura y  franqueza. Nunca nadie más diligente y dispuesto en su trabajo. Era una niña sí, pero  sabía lo que quería, y lo llevaba a cabo con diligencia y entrega. ¿Creíais que esta chiquilla de apenas catorce años se iba a conformar? Ya les digo yo que no, su espíritu inquieto, y sus ganas de ayudar, le llevo, a vender por catálogo. Los domingos,  montada en su bicicleta, recorría las casas de sus familiares y amigos invitándolos a comprar. ¿Se acuerdan del eslogan: ‘Avon llama a su puerta’? Pues nunca, podría encontrar esta firma una sonrisa más franca, que la de esta jovencita. Le  siguieron: Tupperware, Cristian Lay --con esta empresa ha estado años-- perfumes etc. Se podría decir, que  era una luchadora nata, y desde luego lo sigue siendo.

Y despertaron los primeros sentimientos.

Manolo Paz Muñoz y su mujer, Mercedes Cruz Vélez.

En este tiempo conoció, a quien años después sería su marido, Manolo Paz Muñoz. Se que mucho lo conoceréis por su etapa futbolista en el Jerez Industrial o por su profesión como funcionario municipal en la Policía Local, pero para los que no, solo os diré, que es un policía con mucho arte, y un hombre bueno. ¡No, esperen!  no es que sea solo buena persona, no, es que es un hombre tremendamente honesto y  con un corazón enorme y generoso. No solo lo parece, realmente es un tío genial.

Los hijos del matrimonio, de pie Chiqui y Hugo; sentados Marta y Abraham.

CUATRO HIJOS PARA EL FÚTBOL.
Con apenas veinte años ya tenían  a sus dos primeros hijos: Abraham y José Manuel --Chiqui--, pero no crean que era una niña jugando con muñecas, no, era una joven, valerosa y trabajadora, que saco con matricula, su doctorado como madre. Fue una década después cuándo vinieron al mundo: Hugo y Marta, los pequeños. (continuará) (Texto: María Jesús Vela Durán).

Sandra Rico Fernández nació en El Ferrol el 6 de mayo de 1973. Pertenece a la promoción de 1991 de la Escuela Turismo de Jerez de la Frontera. En 2011 ha comenzado a estudiar Criminología. Ha sido conductora de un reconocido programa de la desaparecida televisión local Tele Puerto.

--Su programa ‘Solos en la Noche, de la televisión local Tele Puerto tenía muchos seguidores. ¿Se acabó convertido en la voz mediática de los más necesitados?. --En lo que si se ha convirtió, sin realmente serlo, fue en el clavo ardiendo de esta pobre gente.

--¿Qué opinión le merece que a Bill Gates, fundador de Microsoft, se le haya quedado pequeña su mansión de 3.400 metros y haya gente que no tenga donde caerse  muerta?. --Lo peor es el sistema. Me preocupan los metros del Vaticano y cuanto contienen. Me preocupa el dineral usado para crear armamento y luego para destruirlo. Y así...

--Esto del machismo, el feminismo, las luchas de género...  ¿qué opinión le merece?. --No los mezclaría, aunque sea un dualismo. El machismo no tiene un fundamento coherente. El feminismo nace como necesidad para conseguir la igualdad. Me quedo con las personas no con su sexo.

Con Elena Aznar Espósito, Elena Álvarez, María Jesús Romero, amigas de Sandra Rico.

--¿Haber conocido el mapa de los problemas sociales en El Puerto, la deprimía o la convirtió  en una ONG unipersonal y televisiva? --Me conviertió en ONG, FBI y en clienta diaria de la gasolinera. Pero me enriquecía personalmente.

--¿Conoció entre sus entrevistados a alguno que tenga posibilidades de llegar a Director General de Carretera y Manta?. --A uno al que acusaron por teléfono de pegar a la madre; de tener un punto de venta de droga; de inducción a la prostitución... Se fue contentísimo de Tele Puerto porque había salido en pantalla. Increíble.

--Puso una sonrisa ante los problemas ajenos. ¿Cómo lo conseguía?.  --Era la sonrisa del apoyo y del cariño o de complicidad con sus problemas,  que ya había estudiado con ellos anteriormente al programa.

--La última vez que se mordió la lengua en una situación ‘de directo’ fue... --Pregunté a una entrevistada si prefería el blanco o el negro.  Me contestó que los negros tenían su corazoncito, pero que se fueran a Africa con las pateras. Me hice sangre en la lengua.

--Sinceramente, ¿Usted sabía que con su naturalidad, su complicidad con la cámara, y el saber hacer hablar a los entrevistados ofrecía un programa para ‘prime time’ en cualquier cadena nacional? --Era evidente que el programa era bueno, allí estaba la audiencia, pero... ¿Lo pensaban así esas cadenas?. (Texto: José María Morillo).

3

En la desparecida Lonja del Pescado, de izquierda a derecha, Mellizo de Rota, desconocido, Frasquito, Juani Jerez, José Cuevas Mateo, desconocido,José Pérez, Fernando Heredia, desconocido, Luis Fernández Chuliá, Salva, Botella (sobrino), Pipo de Cádiz, desconocido, Benítez, ‘La Barca’, Paco Figuereo y Juanito. /Foto: Rafa.

En la imagen, Buena parte de los colonos que actualmente cuentan con parcelas en el Coto de la Isleta examinando algunos de los documentos que corroboran los arrendamientos realizados por el Ayuntamiento en este asentamiento agrícola y ganadero

En 1942 el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María arrendó unas fincas en el Coto de la Isleta a unos ex combatientes de la Guerra Civil. Sus descendientes reclaman que se regularice su situación. «No somos usurpadores», afirman.

Sobre ellos pende cual espada de Damocles un expediente del Ayuntamiento que puede obligarles a abandonar los terrenos donde han vivido, la mayoría, toda su vida. Y, algunos, incluso, tienen que hacer frente a unas diligencias en el Juzgado de lo Penal por un delito contra la ordenación del territorio y otro por usurpación. Sin embargo, si hay algo que les indigna por encima de esto es que los acusen de "usurpadores".

Señaladas con la flecha roja, las parcelas del Coto de la Isleta objeto del litigio de ¡los úlitimos colonos'. /Foto: Google.

Este es el caso de los colonos de una decena de parcelas ubicadas en el Coto de la Isleta. Su situación ha trascendido en estos días nuevamente tras un comunicado hecho público en el último trimestre del pasado año por parte del colectivo Ecologistas en Acción que apunta que la Junta de Andalucía ha solicitado información al Ayuntamiento sobre los expedientes disciplinarios abiertos contra ellos. Las fincas se encuentran sobre un terreno de propiedad municipal que está catalogado en la actualidad como espacio protegido (es un sistema general de espacios libres). Sin embargo, en este singular caso hay un trasfondo de permisividad y dejadez institucional arrastrado durante décadas que ha provocado que estas familias se encuentren en una situación excepcional. No en vano, son la herencia de uno de los últimos vestigios de la política de colonización agraria en la ciudad llevada a cabo por el Régimen Franquista en la Posguerra, cuya enseña más conocida es el Poblado de Doña Blanca.

LOS INICIOS: AÑO 1941.
Era el año 1941 cuando el Ayuntamiento, que estaba dirigido por Manuel Barba Ordóñez, proponía la adquisición de una finca de 1.600 aranzadas en el Coto de la Isleta que era propiedad de Josefa Bolaños./En la imagen de la izquierda, el alcalde Manuel Barba Ordóñez.

Meses después se cerraba la operación, una transacción que le costó al Ayuntamiento 110.000 pesetas de entonces. Un año después, con el cabildo dirigido por Fernando de Terry y del Cuvillo, se decidía parcelar estos terrenos para darlos "a buenos trabajadores del campo, vecinos y domiciliados en la población" que, "por humilde y por sufrida, merece sobre todas las demás el decidido amparo de este Ayuntamiento", según reza en uno de los documentos de la época.

Los beneficiarios eran, en su mayoría, ex combatientes del Bando Nacional a los que se le aplicó un sistema de explotación similar al de Doña Blanca. Así, pagaban sus rentas anuales, en este caso al Ayuntamiento, tanto en efectivo como en especie. También estaban obligados a realizar su aportación a la Cámara Agraria como cualquier explotación agropecuaria de la época. Todos los que hoy siguen en estas tierras son hijos o familiares directos de aquellos beneficiarios originarios. /En la imagen de la izquierda, el alcalde Fernando C. de Terry y del Cuvillo, apodado 'el Levante', por su fuerte temperamento.

RECISIÓN DE LOS CONTRATOS: AÑO 1974.
Este sistema se mantuvo hasta principios de los setenta. Concretamente, en 1974 el Pleno municipal acordaba rescindir los contratos de arrendamiento que mantenía con los colonos que se habían asentado en una franja del Coto de la Isleta situada en paralelo a la vía del tren (hoy en día es una zona de aparcamientos para el pinar), a los que indemnizó económicamente.

Sin embargo, mantuvo las parcelas que hoy día siguen en una de las márgenes del Camino del Tiro Pichón. Eso sí, el Consistorio empezó a dejar de cobrar las rentas, aunque la Cámara Agraria siguió haciéndolo hasta su desaparición en la década de los ochenta.  /En la imagen de la izquierda, el alcalde Fernando T. de Terry Galarza.

Conforme los antiguos adjudicatarios envejecían o morían se fueron reduciendo las explotaciones agrícolas y ganaderas, aunque a ello se unió que los terrenos perdieron su fertilidad por su progresiva salinización debido al encauzamiento de un canal para la salina de La Tapa, que transcurre muy próxima a la finca. Eso sí, algunos de los hijos siguieron residiendo en ellas o manteniendo, aunque a pequeña escala, los huertos o las explotaciones ganaderas.

José Jiménez lo explica: "--Yo he nacido aquí. Tengo 65 años y esta es la única casa que he conocido. Pero ahora me acusan de que soy un okupa". Todas las viviendas cuentan con agua potable, una red que está conectada a la red general de Apemsa, quien autorizó los enganches. Incluso, algunos cuentan con permisos de luz concedidos por Hernán Díaz y Juan Carlos Rodríguez. Sin embargo, no pudieron contratar el suministro por lo que recurren a placas solares o a motores. Incluso, María asegura: "--A mí, Hernán me consiguió los materiales para hacerme mi casa". Acto seguido, Milagros apunta: "--Y a mí me dio permiso para hacer la valla de la mía". José Miguel Gómez Pedrosa, abogado del grupo de colonos, señala al respecto: "--A estas familias no se les puede acusar de ser usurpadores de un terreno público por la naturaleza y el recorrido histórico de este asentamiento ya que las mismas en su día contaban con contratos de arrendamiento, cuya posesión del terreno ha sido conocida, consentida y tolerada pacíficamente por el Ayuntamiento a lo largo de décadas".  /En la imagen, el alcalde Hernán Díaz Cortés.

EXPEDIENTES DISCIPLINARIOS: AÑO 2010.
Sin embargo, el Consistorio inició hace algo más de dos años un triple procedimiento disciplinario contra los colonos. Para empezar, abrió unos expedientes de restablecimiento de la legalidad contra las construcciones más recientes. Incluso, algunos de estos procedimientos han derivado en la vía penal iniciándose diligencias penales por un supuesto doble delito, la usurpación y contra la ordenación del territorio. Y, a esto se ha sumado que se ha abierto un expediente de extinción de la ocupación del dominio público.

Ante esto, el letrado de los afectados inició hace más de un año los contactos con el Ayuntamiento para tratar de buscar una solución amistosa. De hecho, se mantuvieron encuentros con el alcalde, Enrique Moresco, y con el concejal de Patrimonio, Francisco Aguilar. Este edil se comprometió con los colonos a buscar una solución pero, un año después, no se ha recibido una propuesta. Días atrás, volvieron a solicitar un nuevo encuentro con la primera autoridad de la ciudad. Sin embargo, los colonos critican que el Ayuntamiento, ni siquiera, les permita acceder al expediente completo de estas fincas./En la imagen, el actual alcalde, Enrique Moresco García.

Llevan meses solicitando consultar los legajos históricos donde aparecen recogidos los contratos de arrendamiento. "--Lo que queremos es que arreglen nuestra situación, que nos dejen seguir aquí porque es donde siempre hemos vivido, y pagando, como hemos hecho siempre", comenta una de las colonas cuando se le pregunta por el futuro. "--Pero que no nos digan más que somos unos usurpadores", apostilla Eduardo Gallardo. (Texto: Emilio M. Cañas).

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Ana Mato Adrover, nació en Madrid el 24 de septiembre de 1959. Tiene casa en El Puerto de Santa María. Pocas personas hay en el PP que conozcan mejor su partido que la  ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, y posiblemente no hay nadie como ella para sentar en torno a una mesa a un grupo de dirigentes y ponerles a trabajar sin que se escape detalle o chirríe el mensaje. Es posiblemente la virtud más destacada de Ana Mato, su facilidad para coordinar equipos, campañas y mensajes, no en balde a eso se ha dedicado prácticamente desde que entró en política a principios de los 80 de la mano de Jorge Vestrynge.

Que es uno de los ojitos derechos de Rajoy --en ese cupo privilegiado también están Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores De Cospedal-- no lo duda nadie, y que el presidente del Gobierno admira de ella su entrega al trabajo, su discreción y su eficacia, tampoco. Por algo la puso a su lado en el Comité de Dirección del PP en 2008 como vicesecretaria de Organización, y por eso también la designó directora de las campañas más exitosas de la historia de los populares, las autonómicas y locales de mayo y las generales de noviembre de 2011 y luego como ministra del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Un departamento que tiene pendiente conseguir un pacto de Estado por la sanidad que asegure la cohesión y la equidad entre las comunidades autónomas y la sostenibilidad del sistema sanitario público en un contexto de crisis económica.

El pasado año, durante la presentación del cartel de la Feria de El Puerto en Madrid, dedicada a los países iberoamericanos, junto al alcalde de la Ciudad, Enrique Moresco.

A sus 53 años, con tres hijos -dos de ellos alrededor de los 20-, a Ana Mato le ha tocado dejar las cocinas del PP y de cocer decisiones para otros y dar la cara para anunciar iniciativas propias. En eso su experiencia es menor, y hay quien en el seno del Partido Popular duda de que se pueda mostrar tan eficaz delante de los medios de comunicación. Pero Mato no es mujer que se arredre y si por algo se caracteriza, dicen sus allegados, es por enfrentarse a los retos dando la cara, sin aspavientos ni histrionismos, sino calladamente, estudiando muchos los pasos que dar. Uno repasa su trayectoria y queda claro, al fin y al cabo la suya es una carrera cuesta arriba que ha hecho despacio, pero sin desfallecer.

Primero en Alianza Popular al mando del departamento de Información, después como subdirectora de José María Aznar en la Presidencia de Castilla y León, donde continuó como asesora del sucesor, Juan José Lucas; luego regreso a Madrid, a la Asamblea autonómica para, por fin, en 1996, integrarse en la Ejecutiva del PP con el padrinazgo del propio Aznar. Desde entonces hasta ahora, y salvo un paréntesis como eurodiputada en Bruselas, destino que ella pidió para familiarizarse con la política europea y perfeccionar un idioma que ya maneja bien, el inglés, no se ha movido de las altas esferas del partido, pero sin asomar mucho por el escaparate, siempre a la espalda del líder:

Hasta procesos verdaderamente complejos ha tenido que gestionar en los reservados de los restaurantes, como aquellas comidas con Francisco Álvarez Cascos para abordar la candidatura a la Presidencia de Asturias. La única que pudo hablar con el exministro fue ella, pues entre sus talentos también está la facilidad para llevarse bien con todo el mundo y no pisar a nadie.

Durante una visita al CEEI (Centro Europeo de Empresas e Innovación) Bahía de Cádiz, en El Puerto, el año 2009.

Mato no es de cavilar ella sola sobre las decisiones que tomar, al contrario: piensa en un equipo, les pregunta, los designa y comienzan las reuniones; ella pone los asuntos sobre la mesa y alienta debates duraderos hasta que sale en claro cómo actuar. Se entrega a este sistema más por devoción que por responsabilidad, a veces ni descansa o se detiene para comer, y ya algunos miembros de su equipo bromean con lo hartos que están de almorzar entre envases de plástico. Ella misma ha reconocido que entraba a trabajar a primera hora y se iba a su casa cuando en Génova sólo quedaban los guardias de seguridad. Entonces, cogía su utilitario, se iba  a su casa de las afueras de Madrid, cena poco, procura charlar con sus hijos y se va a dormir, a veces con un libro entre las manos, a veces sin nada, agotada.

Le encanta perder el tiempo en su casa de El Puerto de Santa María, e incluso irse de viaje con sus hijos a alguna capital europea -antes de la campaña de las generales se reservó su primer fin de semana en meses para irse a París-.

De izquierda a derecha, Teófila Martínez, Ana Mato y Ana Rosa Quintana en un tendido en los Toros de El Puerto.

Quienes la conocen sólo pueden quererla: sus colaboradores, Juan Carlos Vera, José Antonio Bermúdez de Castro, Alfonso Serrano o María Ávila, sencillamente la adoran. Ahora en el Gobierno, sigue trabajando a destajo y pensando en que no ve a sus hijos lo suficiente. Pero lo hará en silencio, entregada, entre comidas de despacho y restos de ensaladas del "Rodilla".  (Texto: Ángel A. Giménez).

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Antonio Ramírez Alejo, ‘el Peana’, nació en San Fernando el 28 de octubre de 1940, primer hijo del matrimonio formado por el también cañaílla Isaac Ramírez del Río y la chicanear María Alejo Rendón; tuvieron otras dos hijas, Carmen y Josefina.

El padre de Antonio era militar quien fallecería en 1945 a la edad de 29 años, por lo que la familia se traslada desde la La Isla a El Puerto con sus abuelos, viviendo en el núm. 98 la calle Cielos (entonces General Mola). Antonio tenía cinco años. Estudiaría, ya en El Puerto, en los colegios de Bellas Artes (actual Instituto de Santo Domingo), con don Juan ‘el Cojo’ (ver nótula núm. 138 en GdP) en la calle San Sebastián, y en el ‘Colegito’, actual SAFA-San Luis.

En el Colegito fue miembro del coro de cantores en las cuatro voces, dirigió por hermanos del Noviciado y Justo Pastor, a la vez profesor del colegio, que fue quien le puso el apodo de ‘el Peana’. Fue monaguillo y sacristán en la iglesia del Convento del Espíritu Santo, colaborando con el desaparecido convento de Las Salesas (en la calle Larga, donde hoy se encuentra la tienda Galsa decoración), también con el convento de las Capuchinas (hoy Hotel Monasterio) y con la parroquia de San Joaquín. En los momentos libres o durante las vacaciones estuvo como aprendiz de barbero en la Barbería de Barcala, en la calle Larga, con su tío Antonio Alejo que era oficial. Es hermano de la Cofradía del Nazareno, desde hace más de cuarenta y cinco años.

Antonio, sobre una bicicleta en la calle Ganado.

Pero su fuerte no eran los libros y sí la Formación Profesional: le gustaban los talleres de SAFA, aunque su madre no lo compartía aunque si entendía la necesidad imperiosa de tener que empezar a trabajar pronto, para ayudar algo en la economía de la casa de una familia sin el progenitor.

José López y Antonio Ramírez, en el Cine Moderno.

Es amigo de los que fueron propietarios de los cines Moderno y Victoria, los hermanos López, y como tal les ayudaba en los días de mucha afluencia de público en las tareas de acomodador, portero, taquillero o donde hiciera falta.

TEJIDOS REPULLO.
Con 17 años, Antonio se colocó como dependiente en Casa Repullo, una tienda de tejidos y confecciones en la calle Ganado 23. Su propietario, Pedro Repullo Dufort, natural de Lucena era una gran persona y su primer jefe. Pero hubo de marcharse, por razones de índole familiar a su pueblo y traspasó la tienda --con Antonio dentro, para que no perdiera la antigüedad-- a Rafael Martín Pérez, de calzados ‘Mi Tienda’ pasando de vendedor de telas a vendedor de zapatos, estableciéndose en el mismo lugar Calzados ‘La Infantil’.

En el Parque Calderón, de izquierda a derecha, José Gil Duran “Gilito”, Miguel Perez Sanchez, Franciasco Sordo de la Torre, Eduardo Clemente Rial Presidente de Aspodem Pm 40 del Puerto de Santa Maria, Antonio de la Torre Gonzalez y agachado, Antonio. /Foto: Bernal.

En el año 1967 dejó la zapatería cubriendo su puesto la esposa de su jefe, ejerciendo como comercial durante algunos meses en EDYCO, empresa de representaciones para la hostelería, representada por Antonio Cólogan Osborne y donde trabajaba el inolvidable Agustín Merello. La sede de la empresa estaba en un lateral donde hoy se ubica la actual plaza de Enrique Bartolomé, siendo pioneros en la venta de platos, vasos y cubiertos de plástico. Antonio vendía el vermut Calty.

En el Freidor de la calle Ganado: Miguel Pérez Sánchez; Antonio Ramírez Alejo; Sebastian Marroquin Gómez; Diego López Romero; y el propietario de la freiduría de pescado, Daniel Villar. 30 de marzo de 1963.

AGUAS DE EL PUERTO.
En 1967 Antonio paraba en el Bar La Solera, en la calle Ganado, donde coincidía con algunos funcionarios municipales a la salida de su jornada laboral, entre ellos Francisco Lara Izquierdo, Jefe del Servicio Municipal de Aguas hoy APEMSA, y quien fuera su jefe durante muchos años. «--Me comentó que si quería cubrir unas vacaciones de un cobrador domiciliario y acepté la propuesta y allí continuaría trabajando desde entonces hasta mi jubilación en 2005 como sub Jefe de Servicio, tras 38 años de trabajo en la institución municipal».

Personal de APEMSA, de izquierda a derecha, Antonio Camacho, Antonio Ramírez, Eduardo Brea, Miguel Baena, y sentadas Asunti Poullet y Hortensia Renedo.

Con la llegada de los ayuntamientos democráticos, en 1979, se produjeron algunos cambios en la ubicación de algunos negociados, entre ellos la Recaudación Municipal, destinándole con el primer Recaudador que tuvo el Ayuntamiento, José Manuel Martínez Machuca, de Cádiz, que se instaló en la calle Cielos en la antigua carbonería de Gonzalo, cambiando con los años de Recaudador.

En el homenaje de su jubilación, de izquierda a derecha, Juan Campos, Antonio Ramírez, su mujer, y de pié María Alba y Hortensia Renedo.

A Antonio le buscarán nueva ubicación en el organigrama municipal, y de nuevo regresa al Ayuntamiento, esta vez en Depositaría teniendo como jefe a José Ignacio Pérez Salas, regresando con posterioridad al servicio de aguas, a la ya entonces empresa municipal APEMSA (Aguas de El Puerto Empresa Municipal, S.A.)

En el desaparecido camo Eduardo Dato. De pie: Antonio Ramírez Alejo; Sebastián Marroquin Gómez; Miguel Casado González; Carlos Diaz Nieves; Miguel Pérez Sánchez; Antonio de la Torre González. Agachados: Javier Tosar Barrera; José Nogués Ropero; Mariano Serrano García “Nano”; Reina; Juan Antonio Gilabert Lopez; José Gil Durán “Gilito”. 06 de junio de 1958.

PORTERO DE FÚTBOL.
Pero hagamos un retroceso en el tiempo y volvamos a los años jóvenes. Con 17 años Antonio empezará a jugar de portero en el equipo del C.D. Frente de Juventudes, aunque casi siempre de suplente, formando un buen equipo, siendo entrenados durante algo más de una temporada por Ledesma, un portero que perteneció al primer equipo del Atlético de Madrid, quien fichó por el Portuense.

Antonio Ramírez Alejo y Agustín Merello del Cuvillo entrevistando a Bernardo Sancho Jimenez. Año 1968

REDACTOR DEPORTIVO.
Superando la adolescencia Antonio da un giro a su vida dedicándose a la prensa deportiva, en aquellos tiempos ‘Cruzados’ y ‘La Voz de la Bahía’, firmando como A. Ramírez, ARA, y ‘El Peana’ como redactor deportivo, entre otros. Le fue bien, viviendo momentos muy felices en la temporada 1965/66 con el C.D. San Javier, en una potente regional alzándose con el campeonato de liga. El San Javier llamaba poderosamente la atención por su forma de jugar y, porque eran muy pocos los equipos que, a nivel nacional, iban uniformados en sus desplazamientos, siendo su presidente Pedro López Romero.

RACING-ALAVÉS.
Otro momento aún mejor fue la temporada 1967/68, cuando el R.C. Portuense se proclamaba Campeón de Tercera División de su grupo XII. tras previas eliminatorias para subir a Segunda División, siendo eliminados por el C.D. Alavés. El partido de ida fue un divertimento: se desplazaron para cubrir la información a Vitoria, Agustín Merello de Cruzados, el recientemente desaparecido Antonio Pérez Sauci de Diario de Cádiz y el propio Antonio. Los dos primeros emitieron para Radio Jerez F.M. con el patrocinio de Bodegas Terry.

1967-68 Racing C.F. Esta foto fue la que se usó en el número extraordinario de Cruzados para su edición especial que se editó con motivo del fracasado ascenso a segunda división contra el Alavés. De pie: Jaime Ruiz Chinea; Manuel Gómez Barrera “Manolín”, Luis Soriano Gómez, : Mariano Serrano “Nano”, desconocido, Chares, Maza, Marcelino, Manuel Prado Gómez “Lolo”, Manuel Jarque “Chicharito”, “Nene, Iginio Obregón Agudo, Ventura (entrenador). Agachados: Feria, José Breval, Sebastian José Vera Palmer, desconocido, Jesús Bastián, Miguel Mata, Martínez Jaen, desconocido, desconocido.

Recuerda: «El Racing realizó un buen partido de contención, el resto creo que todos lo conocemos. Refrescando un poco la memoria, no os podéis imaginar lo que tuvimos que trabajar un grupo de personas para sacar el número especial extraordinario de Cruzados, y retransmitir para la Radio Jerez F.M., en aquella época con poca audiencia, ya que no conseguimos patrocinadores para la onda media. Fueron un buen equipo de periodistas aficionados: el incansable trabajador y admirado por todos Agustín Merello del Cuvillo (ver nótula núm. 262 en GdP), junto a José Ignacio Buhigas, Diego Utrera Sánchez (ver nótula núm. 1584 en GdP) y un servidor».

Antonio Ramírez, con Garrucho, en el Bar 'El Ermitaño'.

VARIEDADES.
En la calle Javier de Burgos, en el local social de esta institución, Antonio organizaba espectáculos de variedades con los artistas locales de la época: Luis ‘el de los Huevos’ (ver nótula núm. 203 en GdP), Manolo Carrillo (ver nótula núm. 076 en GdP), Luis Moreno, Manolo Astorga Morillo, Manuel Jarque Martínez 'Chicharito'  (ver nótula núm. 292 en GdP), Luis Aranda, Pepichi Nogués y su conjunto (ver nótula núm. 444 en GdP), entre otros y la verdad que con bastante éxito, repitiéndose las actuaciones.

LOS TOROS.
‘El Peana’ es también un gran aficionado a los toros y fue íntimo amigo del que fuera novillero sin picadores Miguel Paradela del Pino, su padre conserje del Matadero Municipal, acompañándole allí a los entrenamientos junto a los más íntimos para hacer, ora de toro, ora de torero. Así que, de salón, Antonio practicó también durante un tiempo el arte del toreo.

En la cantina del Cine Moderno, con Manuel Ojeda.

«--Me viene a la memoria que fui cómplice de Agustín Merello cuando, siendo corresponsal de ABC de Sevilla y, entre otras cosas tenía que cubrir las informaciones deportivas y taurinas y dado que no le hacía mucha gracia redactar esta última se la hacía yo, firmando él como corresponsal. Un día me hizo mucha ilusión cuando me dijo Agustín: ‘--Me han llamado de ABC para que entreviste a José Luis Galloso, para la contraportada, junto a su apoderado Jaime Osborne. Y en casa de este último en la calle Jesús Nazareno se hizo el trabajo, coincidiendo con la presentación de Galloso como becerrista o novillero sin caballos, cuando puso el cartel de ‘No hay billetes’, saliendo por la Puerta del Príncipe y, con el temor a equivocarme, me parece que, en ambas cosas, fue pionero».

Fue directivo de la Peña Flamenca ‘El Chumi’: entre 1994 a 2007 tesorero, y hasta 2011 Socio Colaborador, siendo en la actualidad socio numerario. Sigue siendo aficionado al fútbol y a los toros y al cine, pero en la televisión.

Casado con Carmen Sánchez Guerrero, natural de Ubrique, tienen tres hijos varones: Isaac, Daniel y Jesús.

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En la desaparecida Lonja del Pescado, de izquierda a derecha, de uniforme Vicente Perea Gandulla, con gafas Pineda, al micrófono Crstobal Romero Raposo, desconocido, José Bootello, Juan Antonio Cuevas Flores ‘Mosco’, desconocido, Salvador Figuereo ‘Salva’, semiescondido con gorra y apoyado en el anterior Gabriel Cuevas Flores, Manuel Espinosa, Luis Soriano y Chicla de Cádiz. /Foto: Rafa.

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