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Puesto de Rafael Moreno Porto, hoy Hermanos Moreno, en el Mercado de Abastos.

Hace muchos años, más que veinticinco, los Tosantos era una celebración importante en el Mercado de Abastos. Dicho acontecimiento festivo perdió protagonismo en dicho gremio, en beneficio de la Inmaculada Concepción, nombre que lleva el mercado central, celebrándo los tenderos su fiesta el 8 de diciembre. Por parte del Ayuntamiento se ha intentado recuperar la tradición de celebrar los Tosantos, como antaño los días 31 de octubre y 1 de noviembre, con desafortunado éxito: de los 65 puestos pocos son partidario de volver a aquel pasado en el que los puestos del Lengue, en carnicería, de Ochele en Recova y de destacados comerciantes de frutas y verduras engalanaban los mostradores con una estética que muchos recordarán, y de la que traemos hoy algún documento gráfico, algunas de ellas ya perteneciente a la etapa del 8 de diciembre.

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«La gastronomía, íntimamente ligada a cualquier fiesta, se transforma en huesos de santos y buñuelos de cidra y crema de boniato y pasarán de inequívoca manera a formar parte de las meriendas y postres  manteniendo la tradición y la batalla contra la muy ordinaria y anglosajona fiesta del halloween que por mas que bombardea a través de los medios de comunicación no corresponde con nuestra idiosincrasia.
La víspera de este señalado día, se celebra con la presentación de frutas y frutos que la tierra ofrece en estas fechas y que prácticamente, coincide con el climatológico fin del verano [!!] y comienzo del invierno. Es el tiempo de las nueces, las almendras, las avellanas, que aquí se llaman de los toros, por distinguirlas de los maníes, que reciben también el nombre de avellanas, diferenciándose las primeras por la tradicional ingesta de ellas las tardes de corridas taurinas, las acerolas o azofaifas, que solo se deben comer después de las primeras lluvias pues antes ocasionan fiebres, los seretes de higos secos que durante el verano han estado prensados y al sol para adquirir azúcares y forma de disco, los dátiles de berbería, las excelentes frutas de las tierras circundantes, como las naranjas de San Martín del Tesorillo, los peros, los manzanas para los foráneos, los boniatos y batatas, las chirimoyas y aguacates de tierras granadinas.

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Las aceitunas verdes de la sierra que serán partidas con una piedra y aliñadas con ajo, limón, orégano, comino y sal en abundancia, las piñas o ananá y cocos que vienen de Ultramar, los plátanos de las islas afortunadas y bastantes mas que olvido. Tiempo también de las carnes de volatería y caza, de retinto de la Janda, de ciervos y corzos de las primeras monterías, cordero y cabrito de la sierra de Grazalema, de Benaocaz y Villaluenga, cochino ibérico de las estribaciones de la sierra que servirán para confeccionar los excelentes chicharrones que  se degustan, conejo y gallos de Medina, quesos de Puerto Real y Alcalá de los Gazules , los innumerables productos de la huerta roteña y la invasión marina de todo tipo de pescado y marisco de nuestras costas y de los caladeros tradicionales de la flota artesanal de nuestro inacabable litoral». (Texto: Mariano del Río).

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El Primer Premio de Cuartetos del Carnaval de Cádiz de 1998, de José A. Vera Luque,  representando a unos periodistas retransmitiendo un acontecimiento, interpretaban el siguiente satírico cuplé:

Cuando llega la fiesta los Tosantos,
que gracia, en la Plaza
que me río mire usted.
Lo mismo te ves los pollos que las gallinas
con una bata de guatiné.
Ponen las caballas vestías gitanas
o si no el padre Apeles
que es un jurel con una sotana.
Yo es que allí me parto, porque es pa reírse
viendo a dos conejos con bañador puestos en la Caleta.
Pero con los bichos que más me río pa que lo sepas
son con los cochinos el Ayuntamiento
que todo el año van de chaqueta.

Las fotografías de Carnicería, pertenecen a la Colección de Hermanos Moreno. Las fotos de Recova y Verduras, al Archivo Municipal, siendo el fotógrafo Rafa.

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De pie, de izquierda a derecha, en la superior, José Bononato Sáez, Rafael Felices Morro, Pepe Morillo León, Jacinto Cossi Mora, Luís Jiménez González-Nandín, el Presbítero D. Luis Bellido Salguero, Francisco Rábago Vea, Antoñito Sampalo “El Aceitunero”, Pedro Crespo Blanquer, Andrés Alarcón Cañones, Luís Fernández-Sanz Blanco. Los tres de la fila de en medio: Francisco Basallote, José Luís López Franco, Antonio Pineda Crespo. Y en la fila de los que están sentados en el suelo Enrique Rodríguez primo de Juan Luís de los Santos, Antonio de la Torre González, Guillermo Benvenutty, Alarcón, Manuel Barba y Juan Luis de los Santos. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

Estamos en la década de los cincuenta del siglo pasado. En la casa de la Acción Católica sita en la calle Larga, cedida por su propietario Esteban Fernández Rosado. La puerta de la calle Larga era para los miembros de la Asociación y la de la calle Diego Niño para los aspirantes.  El cura consiliario -con sotana y bonete- Don Luis Bellido Salguero; le acompaña a su izquierda su buen amigo Pepe Morillo. Bellido era coadjutor de la Parroquia de San Joaquín, conocido como el ‘Padre Bicicleta’ por usar este ingenio para desplazarse y por lo breve de sus misas, de escasos 20 minutos. Era Consiliario de Acción Católica. Cuando el cura fue destinado a la parroquia de San Dionisio (Jerez), Bellido le regaló la bicicleta a Morillo.

Al parecer, entre Acción Católica y los Congregantes pertenecientes a las distintas asociaciones pías juveniles de los Jesuitas, siendo su consiliario el Padre Díaz Urmeneta, existía algún tipo de enfrentamiento, fomentado por uno de los curas y no alimentado por el otro. Con la salida de uno de estos dos se fraguó la paz jugando un partido de fútbol entre los equipos de ambas entidades. Y es que, en aquella Iglesia se fomentaba, al igual que cualquier asociación participada por los hombres, el enfrentamiento y la competencia. Paz a los ausentes.

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Los maestros del Colegio Sagrado Corazón, en el año 1968.  El primero de la izquierda en la fila superior es José Barrigón, en el centro, D. Rodrigo y el último a la derecha  Francisco Rodríguez Tallón (Koky) quien actuaba como sustituto o “idóneo”). También aparecen Marcial y Diego. El tercero agachado pudiera ser Juan José Hernández Gil. Rogamos a los lectores de Gente del Puerto nos ayuden a identificarlos. Podemos observar en el panel que se encuentra detrás de los docentes que con el título 'Expansión  Comercial de El Pto. Sta. María', muestra sobre un mapa mundi  unas líneas concéntricas que salen desde El Puerto a diversos lugares de el mundo, con productos de las bodegas locales, usando etiquetas de vinos y licores espirutuosos como significativos iconos. (Foto Colección F.R.T.)

El antiguo Colegio de “El Polvorista”, sería trasladado a la Rotonda de La Puntilla, tras su derribo a piqueta. Luego construirían un edificio de viviendas situando en los bajos comerciales la sede de Correos y Caja Postal; en la actualidad existe una entidad bancaria. En una nótula anterior, la 192, podemos conocer algunos datos más de este colegio, con los maestros de 1956, el comedor existente y el derribo de aquella majestuosa Casa-Palacio.

La Plaza del Polvorista, antes del derribo del Colegio del Sagrado Corazón, que aparece a la derecha de la foto, perteneciente a la colección de V.G.L. La plaza estaba recién inagurada, con las palmeras, adelfas y demás plantas sin desarrollar.

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AUTORRETRATO A CARBONCILLO.

1999. «De madrugada. La hora de los sentimientos, cuando son tristes, construye frases que no alcanzan la magnitud de un poema, pero que tampoco cabe encasillar en el recurso fácil. El 28 de octubre de 1999, día de la muerte del poeta, eran varios los amigos que como consuelo exclamaban: «Rafael ya está sobre los ángeles». Era un modo de situar en algún lugar al amigo perdido homenajeando además su obra recurriendo a uno de los títulos que más prestigio le dieron. «(Cervantes Virtual). Retrato a carboncillo del poeta Rafael Alberti | Manuel Ribera.

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ALBERTI REGRESA AL PUERTO.
1977. Era el 24 de mayo. El periodista Agustín Merello, con su tío Rafael Alberti Merello, en el Talgo procedende de Madrid en el que acompañó y entrevistó al poeta Rafael Alberti en su regreso a El Puerto, tras 46 años de ausencia.  La desparecida estación de trenes se encontraba a rebosar, entre militantes del PCE, curiosos y quien esto escribe. “Se nota se siente, Alberti está presenta” coreaban. Cerca de la estación pintadas con “Alberti asesino”. En la cantina, Antonio Cárdenas, ex secretario local del PCE en la clandestinidad con el líder sindical Antonio Álvarez Herrera. Pocos asistentes se sabían la letra de La Internacional que empezaron a cantar pero apenas se escuchó. El poeta al bajar del tren recitó los conocidos versos: «Portuenses, coquineros,/ después de cuarenta años/ me maravillo de veros. Besos, abrazos, tocar al poeta... El cordon de seguridad se rompe al saludar a Gómez Ojeda. Un señor mayor, gallego, le golpea la cara cariñosamente, mientras le decía “que bonito eres”. Se lo llevan en volandas al Caballo Blanco y allí lo esperan Ana Perea y Manolo Espinar. La transición democrática cerraba un círculo más en El Puerto, con la llegada del último representante de la Generación del 27. (Foto Diario de Cádiz).

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DIPUTADO EN MADRID Y SUSTO A LAS PUERTAS DEL CONGRESO.
1977. Era el día 13 de julio. Dolores Ibárruri, presidenta del Partido Comunista de España y Rafael Alberti bajan del brazo por las escaleras del Congreso de los Diputados para integrarse en la Mesa de Edad en la primera sesión de las Cortes constituyentes. (Foto El País. Marisa Florez).

La anécdota que contaba días atrás el corresponsal parlamentario de TVE Alberto Delgado es suculenta. Estaba Alberti en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, minutos antes de entrar para el acto constituyente, agachado amarrando los cordones de un zapato, cuando, de pronto se le acercó un policía nacional “un gris”. La mirada de Alberti, de susto, fue un poema por su expresividad, ante la llegada del agente de la autoridad quien, solícito se había acercado al diputado electo a ofrecerse por si le ocurría algo. Aquel policía ya pertenecía al periodo democrático.

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HOMENAJE POPULAR EN EL PUERTO.
1982. En la imagen tomada el 3 de febrero, de izquierda a derecha, el diputado socialista Esteban Caamaño, el alcalde de la Ciudad, Rafael Gómez, el poeta universal, Canogar, el Consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Rafael Román, el director del Museo Municipal, Francisco Giles, en la inauguración de la exposición.  (Foto Rafa).

En Febrero, una comisión montada por diversas instituciones culturales de la Ciudad, entre los que se encontraba quien suscribe, organizaron un Homenaje Popular al Poerta en El Puerto. Descubrimiento de placa de azulejos (rota por dos veces), actuaciones en el Teatro Principal, Exposición de obras de primeras figuras del arte, incluyendo obras de la pintura albertiana y una comida en el restaurante Guadebro fueron los actos.
Tales eran las ganas existentes de tocar al poeta, conseguir un autógrafo o un dibujo de Alberti que, ante este cronista y por la insistencia de un admirador, le dibujó una mujer de espaldas, con la siguiente leyenda: «Este culo para N.N».

«Pero, ¿qué es un genio?», se preguntaba. Y sin cavilaciones respondía: «Un pobre hombre al que se da la lata todos los días». Lo reclamaban tanto y para tantas cosas que acabó poniendo en la puerta de su domicilio romano y grabando en algún contestador automático unas palabras que ahuyentaran a algunos moscones: «No se hacen prólogos». Pero cuántas cosas atendió, a pesar de la aparente barrera que levantó para que no lo atosigaran en exceso.» (Cervantes Virtual). (Foto Rafa).

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UN PORTUENSE, PREMIO CERVANTES Y ¿NOBEL?
1983.
El poeta Rafael Alberti recibió el 23 de abril de manos del Rey don Juan Carlos el premio Cervantes, la máxima distinción de la lengua castellana, creada en 1976. Alberti sucedía a Luis Rosales.

Pero lo que pocos porteños saben es que pocos años antes, Alberti había estado a las puertas de recibir el Premio Nobel. Es más ese había sido el acuerdo del Comité encargado de otorgarlo, empero, enterados éstos de unas declaraciones poco afortunadas que realizó el poeta, decidieron, sobre la marcha cambiar el curso de los acontecimientos, dejando sin efecto el acuerdo inicial.

«El gran poeta pagó el precio de un intento de rebajarle en el mercado de lo selecto que tuvo, entre otros efectos, que no se le diera el Nobel y sí se le diera a Aleixandre, como un recurso que ni Alberti ni Aleixandre se merecían». Manuel Vázquez Montalbán.

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CUMPLEAÑOS FELIZ.
1989.
16 de Diciembre. La Fundación Provincial de Cultura de la Diputación le organizaba al poeta los fastos de su cumpleaños, pero la fiesta se hizo en El Puerto por el Ayuntamiento en un casco bodeguero de propiedad municipal, frente a la piscina en la Avda. de Menesteo. La anécdota es que desde Cádiz dijeron que asístirían 300 personas y luego aparecerían 900, dando al traste con las previsiones y el lucimiento del acto, al no poderse atender convenientemente a los tuvieron el privilegio de estar allí. Un año más tarde, en 1990, estudiantes de la Universidad de Cádiz, en pleno crecimiento, arramplaron con las viandas que se iban a ofrecer al poeta y su comitiva, en esta ocasión, en la Fiesta de Cumpleaños que el Ayuntamiento ofreció en el Hotel Monasterio. Pasaron hambre... (En la imagen, acompaña en la mesa al poeta, el alcalde de la Ciudad, Juan Manuel Torres). (Foto Jorge Roa).

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LOS PERIODISTAS Y EL POETA, SOBRE LOS ÁNGELES.
1999.
Era el 29 de octubre. Hace 10 años,  nos dejaba el poeta. Y es que en la madrugada de ese fatal día, en la casa en cuya entrada figuraba la frase «Ora marítima», también en memoria de un poema albertiano, moría un hombre que, además, era un genio de las Letras, del Arte.
En la imagen, el Director Territorial de Canal Sur, Modesto Barragán, el Director de Diario de Cádiz, Rafael Navas, el Delegado de SER Puerto, Francisco José Román y el Director de Radio Puerto, Manuel Borne, atienden las explicaciones del alcalde de la Ciudad, a las puertas de la casa del poeta. Los informadores continúan hoy en sus puestos dando cumplida cuenta de cuanto acontece en la realidad, no solo de El Puerto, sino también de la provincia como es el caso de Barragán, Navas y Román. (Foto Fito Carreto. Diario de Cádiz).

alberti_urna_funeraria«En un documento facilitado por el Ayuntamiento de El Puerto se dio noticia de un documento suscrito el 15 de enero de l997 por el matrimonio Alberti y el alcalde de la ciudad. En sus páginas se establecía que los actos posteriores al fallecimiento del autor de Venus y Príapo se desarrollarían «con la mayor sencillez, dentro de la más estricta intimidad». Los actos deberían transcurrir en coherencia con lo que ha sido la trayectoria e ideario del escritor. «Cuando se produjere el luctuoso suceso, quedará su cuerpo en el depósito de cadáveres hasta el momento de su traslado al crematorio para su incineración». Se escribía, también, que las cenizas serían esparcidas en la Bahía de Cádiz. María Asunción Mateo, la viuda, manifestaba en el documento que no estaría presente en los actos oficiales de condolencia. En efecto, pasó el día en «Ora marítima», donde recibió algunas visitas. No sería ella, sino el alcalde de El Puerto, el encargado de recoger las cenizas del artista, tras la incineración de sus restos mortales. El alcalde las llevó hasta el Monasterio de la Victoria, lugar en el que se celebraría un acto solemne. Dos escolares recitaron poemas. Al terminar este acto de adiós público, el alcalde llevaría las cenizas del poeta a «Ora marítima». (Cervantes Virtual). (En la imagen, Aitana Alberti, la hija del poeta, portando la urna funeraria a la salida de las honras fúnebres que se realizaron en el Monasterio de la Victoria).

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isaacalbeniz_puertosantamariaSe cumple este año el centenario del fallecimiento del compositor Isaac Albéniz (1860-1909). Aunque el músico era catalán, se inspiró en temas lugares y costumbres andaluzas, siendo coetáneo de Manuel de Falla. Compuso una obra dedicada a nuestra Ciudad y no al puerto (o muelle) de Cádiz como erróneamente le atribuye el francés André Gauthier. (Albéniz. Traducción de F. Ximénez de Sandoval. Madrid: Espasa-Calpe, 1978. p. 103). Muy poco porteños conocen que dicha pieza, perteneciente al primer cuaderno de la “Suite Iberia” --considerada por los especialistas como la obra cumbre de la música española--, está dedicada a El Puerto de Santa María.

José S. Rodríguez, bailaor flamenco portuense, discípulo de “El Estampío” y de “Carito”, llevó El Puerto de Isaac Albéniz por todos los teatros del mundo. José S. Rodríguez es tío segundo de José Ignacio Delgado Poullet -Nani- técnico del Centro Municipal de Patrimonio Histórico. La madre de Nani es Maruja Poullet Rodríguez, hermana de Pepín, 'el Barbero'. Tiene nótula 100 en Gente del Puerto.

suite_iberia_puertosantamariaLA SUITE IBERIA.

Los últimos años de la vida de Isaac Albéniz transcurren en Francia donde compone la Suite Iberia: una colección de doce grandes piezas para piano que reflejan su  visión de la España recordada y añorada desde la Francia en que reside. Se compone de cuatro cuadernos, cada uno de tres piezas. Evocación, El Puerto, y El Corpus en Sevilla componen el primero. Es la evocación de un músico que vive entre París, Niza y San Juan de Luz pero piensa en lo español. Sigue con un recuerdo de escenas de la vida en El Puerto de Santa María, sus barcos, su espacio en la bahía de Cádiz...

La esencia de su composición es básicamente andaluza, ya que de las 12 piezas que tiene esta Suite, 10 de ellas están dedicadas a diferentes lugares de Andalucía, excepto Evocación o Preludio y Lavapiés. Muestra de sonido de piano

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EL PUERTO DE ALBÉNIZ.

«El Puerto es la segunda pieza del primer cuaderno de Iberia. El manuscrito del autor, conservado en la Biblioteca del Congreso de Washington,  se titula “Cadix” y está fechado en Paris, el 15 de Diciembre de 1905. Albeniz recuerda a El Puerto en un alegro imperioso, pensado para guitarra”. En efecto, de todas las piezas de Iberia, quizás sea ésta, junto con El Albaicín, la que más claramente  alude a la técnica guitarrística, aunque sublimada en una escritura pianística de altos vuelos. El aroma guitarrístico se percibe desde el mismo arranque de El Puerto. Transportada a Re desde el Re b Mayor original, resultan unos acordes arpegiados perfectamente naturales a las posiciones guitarrísticas. Esta fórmula de acompañamiento con su diseño rítmico característico de hemiolia, y el motivo melódico basado en la repetición de una nota, nos recuerdan, en cierta manera, a las Guajiras de Juan Parga (1843-1899), un guitarrista-compositor de los tiempos de Albéniz.» (Javier Riba). Muestra de Sonido de Guitarra.

elpuerto_albeniz_2_puertosantamaria"Esta adaptación para guitarra de El puerto de Albéniz fue realizada por el guitarrista Javier Riba. Aunque Albéniz no compuso música para guitarra sus composiciones han despertado el interés desde los guitarristas desde épocas tempranas. Las primeras adaptaciones de música de Albéniz para guitarra son prácticamente contemporáneas a las versiones originales para piano. Luego de las versiones más difundidas de Segovia sobre el repertorio Javier Riba presenta esta cuidadosa adaptación de El Puerto, segunda pieza de la suite Ibérica de Albéniz. Riba ha procurado mantener el estilo y los recursos de la guitarra de la época". (Tritó).

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juangavalalaborde_puertosantamaria| Texto: Juan José López Amador

No es fácil contar parte de la vida de una de las personas más ilustres, de todos los que están relacionados con nuestra ciudad. Una persona que no nació en ella, pero toda su vida estuvo vinculada a la misma. El Excelentísimo Señor D. Juan Gavala y Laborde, nació en Lebrija, Sevilla el 6 de julio de 1.885. Siendo aun muy joven se traslada con su familia a El Puerto de Santa María.

Durante varios años realiza sus estudios en el Colegio San Luis Gonzaga, recibió la ayuda del profesor Reverendo Padre Francisco Torres, quien no solo le enseña Griego y Latín, además, le dió el entusiasmo y aliento que a veces necesitó. Se Doctoró como Ingeniero de Minas, y pronto comenzó su larga investigación geológica, realizada por todo el territorio nacional, y principalmente desarrollada en la provincia de Cádiz. Al mismo tiempo, publicaba los resultados de sus estudios.

CALLE DE LA NARANJA Y PLAZA DE JUAN GAVALA.

Del primero que tenemos noticia data del año 1917, año en el cual soluciona graves desperfectos de la conducción de aguas del Tempul, y es declarado hijo adoptivo de Jerez de la Frontera, y a una calle (Naranja) se le llamará con su nombre hasta el año 1979, cuando de nuevo se le llamara Naranja. Actualmente grupos socioculturales de Jerez, piden de nuevo que la calle se llame de Juan Gavala y Laborde.

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En nuestra ciudad una pequeña, pero singular plaza lleva su nombre, esta situada en pleno centro histórico de la ciudad, junto a la Iglesia Mayor Prioral, y de donde parte una de las calles más carismáticas del centro, Luna.

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Foto familiar realizada en las primeras décadas del pasado siglo en los jardines de la Casa-Quinta de la Familia Ruiz López (actual Hotel Duques de Medinaceli). De pie, de izquierda a derecha, Tula Ruiz Golluri, María Ruiz Golluri, Joaquín Ruiz López, Joaquín Ruiz Golluri y Ana Ruiz Golluri. Sentados, de izquierda a derecha: María Jesús Ruiz Golluri, Emilia Morante Seytre, María Febrés Morante y Eduardo Ruiz Golluri. (Foto e identificación de Antonio Gutiérrez Ruiz, de su trabajo inédito ‘La Quinta de los Ruiz’). Más información en la nótula núm. 377 de Adriano García-Loygorri y Ruiz Golluri.

LA FAMILIA

Se casó D. Juan, en primeras nupcias, con Doña Ana Ruiz Golluri, nacida en nuestra ciudad en el seno de una familia ampliamente conocida, según creemos tuvo tres hijos. Queda viudo, y se casa en segundas nupcias con Doña Concepción Díaz. En su casa, al principio de la calle Cielos, donde los ventanales daban a la Plaza de los Jazmines, poseía una abundante biblioteca, así como una importantísima colección malacológica, con miles de ejemplares de todo el mundo, y con prácticamente todas las especies de la Bahía Gaditana, recogidas o adquiridas por él. Hoy por desgracia, esta colección se halla fuera de nuestra ciudad, adquirida por la Junta de Andalucía.

gavala_03_puertosantamariaPUBLICACIONES

Entre sus publicaciones destacamos las siguientes: Regiones petrolíferas de Andalucía, 1917. Descripción geográfica y geológica de la Serranía de Grazalema, 1918. Manchas Terciarias que rodean la Bahía de Cádiz-Mancha costera Pliocena del Puerto de Santa María, 1919. Mapa geológico de la provincia de Cádiz, 1924. Mapa geográfico de la provincia de Cádiz. Cádiz y su Bahía en el transcurso de los tiempos geológicos, 1927. Los filones argentíferos de Hiendelaencina, 1944. Memoria explicativa de la hoja numero 1.061-Cádiz, 1958. La geología de la costa y Bahía de Cádiz y el poema "Ora Marítima" de Rufo Festo Avieno 1959. El anclaje de las masas continentales. Discurso de ingreso. Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Madrid 1960. La geología, la gran impulsora del progreso. Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Madrid, 1968. Origen de las islas gaditanas. Instituto de Estudios Gaditanos. Cádiz,

pza_j_gavalaNo cabe duda que todos los trabajos causaron impacto entre los investigadores, pero entre estos destacaremos dos, la Hoja 1061, La geología de la costa y Bahía de Cádiz y el poema "Oda Marítima" de Avieno reeditado recientemente por la Diputación de Cádiz y ya agotado (por cierto que el original que se utilizó para realizar el facsímil es propiedad de Luis Suárez Ávila). El primero, porque hasta los últimos planos realizados por satélite, no ha sido mejorado, aunque aun es referencia obligada. El segundo es una obra de obligada lectura, no solo para la información geológica, sino también para la interpretación de la costa española en la antigüedad. La cartografía que acompaña este libro, reconstruye el área costera, especialmente de la Bahía de Cadiz y las marismas del Guadalquivir, en épocas antiguas, con una efectividad realmente asombrosa, como así han demostrado los trabajos dirigidos por las Universidades de Bremen y Sevilla, muy recientemente. (En la imagen, acuarela de Vicente Vega de la Plaza de Juan Gavala, en una vista desde la calle Vicario.).

NOMBRAMIENTOS Y DISTINCIONES.

grancruz_alfonsoX_puertosantamariaEntre otros nombramientos, es requerido para el cargo de Director del Instituto Geológico y Minero de España durante los años 1954-55 así como Director General de Minas. Fue Director General de la Empresa Nacional ADARO, en Madrid, dedicada a la investigación y nuevas tecnologías de la época, donde procuraría empleo a muchos portuenses. Era miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y del Instituto de Estudios Gaditanos. También fue condecorado en varias ocasiones: Caballero de la Real Orden de Carlos III, Gran Cruz de las Órdenes del Mérito Agrícola, Mérito Civil, Alfonso X El Sabio, y Cardenal Cisneros.

Nos encontramos ante un gran hombre que merece todo nuestro reconocimiento, con méritos realmente extraordinarios, y una profesionalidad claramente expuesta en sus trabajos. Falleció el 8 de diciembre del año 1977 en El Puerto de Santa María. Hoy contamos en el edificio de Cultura, San Luis, donde estudio algunos años, con un retrato en la galería de portuenses-porteños ilustres, en la imagen inferior.

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ADDENDA

Addenda a la revisión del Poema de Avieno 'Ora Marítima' en la que Juan Gavala revisa la última edición de su obra, reeditada por la Diputación y de nuevo agotado: "El estudio que precede del poema «Ora Maritima» de Rufo Festo Avieno se imprimió en el verano de 1957 mientras preparaba el texto y las láminas de la Memoria geológica de la Hoja de Cádiz, trabajo que por circunstancias especiales hube de interrumpir entonces y no pude reanudar hasta el pasado otoño. En los dos años y medio transcurridos desde la impresión de «Ora Maritima» he dedicado muchos ratos, a recordar y repasar los relatos de Avieno, con el afán de lograr localizaciones exactas de los parajes que menciona, y para ello he aquilatado la traducción de frases de sentido no muy claro del texto latino, y que se prestan a torcidas interpreta- ciones si no se da a las palabras el significado justo y el valor exacto con que el autor las empleó. Ese continuo dar vueltas al asunto me ha hecho ver que algunas localizaciones, que por rutina venían considerándolas incuestionables los comentaristas de Avieno, no tienen realmente justificación, y es preciso, en consecuencia, modificar ideas y conceptos, que a su vez influyen en la interpretación de otros pasajes del poema." Para ver el texto completo, pulsar.

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preladomomificadoA esta galería de mis conocidos ilustres no puedo evitar traer a Don Juan Francisco de Enciso y Monzón (El Puerto de Santa María, 1657-1735). Fue hijo del Capitán Don Juan de Enciso y de Doña María Monzón, gente muy principal relacionada con las  galeras, la milicia, las Órdenes de Santiago y Calatrava y la clerecía.

Los Enciso tuvieron casa morada, de toda la vida, en la Plaza de la Iglesia, sin que yo pueda decir cuál era y, como personas de posibles, adquirieron arrimo y cañones propios en la "Capª. del Xpto. de la espiración" de la Prioral que no es otra que el antiguo sagrario de esa Iglesia, donde hoy recibe culto Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Don Juan Francisco de Enciso y Monzón fue bachiller y, aunque ordenado de menores, disfrutó de numerosas capellanías que le servían sacerdotes amigos. Se reveló como grandísimo poeta castellano y, al final de sus días, determinó ordenarse de presbítero.

eneida_puertosantamariaTradujo, en octavas reales, los doce libros de la "Eneida" de Virgilio, que dedicó a la Católica Majestad de Don Carlos II y aparecieron impresos por Cristóbal de Requena, en Cádiz, en 1698.  Compuso un poema épico, en diez cantos, llamado "La Christiada" que vio la luz en las prensas gaditanas en 1694. Tradujo cinco libros de Tertuliano  y escribió tener compuestas unas "Rimas latinas y castellanas", a más del libro "De la conveniencia de las letras humanas y divinas". (En la imagen, portada de la Eneida de Virgilio).

Gongorino rezagado, puso doce octavas al frente de la "Questión médico-moral..." del doctor Cristóbal Boleda, vecino de El Puerto, impresa en Sevilla en 1710. Al año siguiente, divulgó la imprenta su epinicio a la victoria de Felipe V sobre sus enemigos los Imperiales y a las fiestas que se hicieron en El Gran Puerto de Santa María con tan fausto motivo. Fue autor de muchas otras obras dispersas, peregrinas y curiosas. 

"La Eneida de Enciso, es una traducción poética, basada en el estilo de Góngora, del que toma construcciones sintácticas, léxico, metáforas, e incluso versos enteros. Dicha obra pertenece a la corriente de traducciones en las que el autor trata de adaptar un estilo poético a una traducción, corriente que tenía en esta época una gran vigencia". "La gongorización de Virgilio: análisis de una traducción de la Eneida del siglo XVII" José Antonio Izquierdo. Universidad de Valladolid. Para leer el artículo completo, pulsar.

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Capilla del Nazareno o de los Enciso, antiguo sagrario de la Iglesia Mayor Prioral, situado en la nave del Evangelio. De planta cuadrada y cubierta con una bóveda gótica de crucería, contiene en su testero principal un retablo neobarroco realizado en el primer tercio del siglo XX que alberga las imágenes del Nazareno y San Juan, realizadas por el escultor sevillano Pedro Roldán (año 1675).

enciso_lapida_puertosantamariaPues lo que digo: yo lo conocí, en 1959, bien que mermado de carnes, enjutísimo e impasible, tocado con bonete, revestido con casulla, estola, manípulo y alba muy deteriorados y sin color preciso, aunque oscuro terroso y en olor de humedad.

Ocurrió que los dos cañones que estaban a los pies del altar antiguo del Cristo de la Expiración, hoy del Sagrado Corazón, se trasladaron a los pies del altar del Nazareno con sus respectivas lápidas. Al levantarlas, aparecieron varios caballeros Enciso.

Pero en un ataúd, forrado de tela, en bastante buen estado, compareció el gran Don Juan Francisco. Y tuve el gusto de conocerlo, aunque, si digo la verdad, ni me cruzó palabra.  (Textos: Luis Suárez Ávila).

"Esta capilla y entieros es del Capitan Jvan de Encisso Regidor y Fe Executor de esa civdad y de Dª M.B. de Medina MonÇon sv mvger y hijos y svcesores. Año de 1660.".

Imagen y texto de la lápida que se encuentra en el suelo de la Capilla del Nazareno,  al pie del altar principal, antiguo sagrario de la Iglesia Mayor Prioral, que alberga los restos mortales de la Familia Enciso, entre ellos los de D. Juan Francisco de Enciso y Monzón.

«Sólo diré, que yo he traducido la Eneida, mas como Poeta, que como interprete, no solo porque la he traducido en versos, pero porque quanto cabe en mis fuerzas, he procurado que la traduccion compita con el original: á esto me ha ayudado mucho el estudio de veinte años en ambas erudiciones, y especialmente en las artes de Eloquencia y Poesía, con la frequente leccion de los Poetas Griegos y Latinos.» Juan Francisco Enciso

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La fachada lateral del Centro de SAFA, por la Bajada del Castillo, junto al edificio que albergó hasta hace escasas fechas los Jugados, y que en breve acogerá las instalaciones de Turismo y Fomento del Ayuntamiento, así como en un futuro, el Museo de Cargadores de Indias. En la actualidad, derrumbado el Colegio -que también albergó a la Agrupación Cultural Medusa, oficinas, viviendas y el Restaurante “La Abuela María’hoy «Bar Internacional», ocupan el espacio que tantos y tantos porteños guardan con buen sabor, entre sus recuerdos infantiles y de juventud. (Foto Colección Vicente González Lechuga).

‘El Centro’ era el lugar de encuentro de jóvenes y antiguos alumnos del Colegio de la Sagrada Familia (SAFA.) a principios de la década de los sesenta del siglo pasado. Estaba situado en el mismo edificio que fue anteriormente el Colegio de la Pescadería, (actual 'Bar Internacional' que hasta hace poco ha albergado ‘La Abuela María’, con nótulas anteriores núms. 107, 238, 239 y 324 en Gente del Puerto). Nosotros, los jóvenes de entonces vinculados con el mismo, le llamabamos "El Centro" a secas. Y es curioso, porque no se confundía con el centro de la ciudad; decir ‘nos vemos en el Centro’ era una convención que significaba que era "El Centro de la juventud de la SAFA".

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'Los Santos', ensasyando en una de las aulas vacías del Centro.

Las aulas ya vacías se habilitaron para ejercer distintas actividades, como teatro, música, deportes, etc… La música y el teatro eran las actividades mas frecuentadas. Algunos conjuntos como Los Radar’s y Los Santos estuvieron un tiempo ensayando alli. Aprovechando estos ensayos, se hacian “guateques” o bailes en el patio del Centro y también se presentó algunas obras de teatro, teniendo una gran aceptación entre los jóvenes de la época.

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'Los Santos' en una actuación sobre el escenario.

“Los Santos”, conjunto de principios de los años 60 del siglo pasado, estaba liderado por Federico Arjona, cantante destacado por su gran voz que le viene de familia, de sus hermanos Juan y Fernando. A la primera guitarra estaba Miguel Gatica, a la batería Juan, al bajo José Luis Macías que a la vez trabajaba en “Danone” de repartidor y que por desgracia nos dejó hace tiempo; a la segunda guitarra estaba Paco. Aunque el recorrido fue mas bien corto, entre 1961-1963, llegaron a actuar en El Puerto, Medina Sidonia, Puerto Real y varias ciudades de nuestro entorno obteniendo muchos éxitos.

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De izquierda a derecha, Federico Arjona, Miguel Gatica, José Luis Macías (bajista), Paco Teja, Paco (guitarra), Juan (batería) y agachado en el centro, Paco Lebrón, conocido cantante y músico de la época. El lugar, la caseta de Feria de la ‘Empresa Nacional Bazán’, en la Feria de Puerto Real. Año 1963.

En la actividad teatral, el encargado era nuestro inolvidable Paco Teja, fue el que influyó a muchos jóvenes en el mundo de la interpretación, además era un amante de la música, le encantaba ir a ver actuar a los conjuntos de El Puerto cuando tocaban fuera para aplaudirlos y animarlos.

tv_bn_puertosantamariaCuando estábamos en el centro, teníamos la diversión asegurada, aparte de ver los ensayos de los conjuntos y teatro, teniamos un televisor en blanco y negro, donde veíamos los programas musicales de la época, como “Noche del Sábado”, “Amigos del Lunes” e “Historias para no dormir” la noche de los viernes, a las doce de la noche, ya estabamos camino de casa. (Textos y Fotos: Francisco Ramírez Tallón).

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albertoalcaraz_puertosantamariaAlberto Alcaraz Roca (1931-2009), natural de Roquetas (Almería) dejó huella en la Bahía de Cádiz. Murió en los primeros días de este mes de Octubre, tras una larga vida dedicada a la pesca. Con sus barcos, como el Roquetero, Enri, María la Belema, Rosa María Martí, Alver o Nuestra Señora de África, que faenaron en las costas del Mediterráneo y en Marruecos, 'en el moro', se dedicó en cuerpo y alma a su pasión.  Mecánico naval en los años 70 se incorpora como armador a la flota pesquera portuense proveniente de Alhucemas y, según recuerdos que me cuenta Antonio Carbonell, quien vivió junto a él como secretario muchas horas de faena en la Cofradía de Pescadores portuense, no escatimaba ningún medio para mejorar la seguridad de sus trabajadores y la bonanza económica de ese puerto pesquero. (En la imagen, Alberto Alcaraz Roca, dirigiéndose a los pensionistas del mundo del mar, días antes de la Navidad, en el restaurante El Resbaladero. Diciembre de 1982). (La foto es de la Colección de A.C.L.)

Es fácil, cuando alguien se ha ido, hablar bien de él pero es que todo el mundo lo hace. Alberto ha dejado un gran recuerdo en lo personal y en lo profesional. Desde su llegada a El Puerto, su afabilidad, sus buenas maneras, su talante dialogador le hacen ser querido y respetado, por la marinería y los demás armadores. En el año 1976, las agrupaciones de trabajadores y armadores, por unanimidad de todos sus miembros, lo eligen Patrón Mayor hasta el año 1984. Hay quien dice que pudo haber estado más tiempo pero razones personales se lo impidieron.

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Homenaje de reconocimiento del sector pesquero andaluz a Alberto Alcaraz Roca en el año 1984. Antonio Ruiz Junquera, kiko” Patrón Mayor que fue de la Cofradía de Pescadores de Barbate hace entrega de una placa a Alberto Alcaraz Roca que aparece acompañado de su esposa Flora Vera García  También se encuentran en la foto Manuel Montes Quirós, vocal de la Junta General de la Cofradía de Pescadores y  Enrique Flethes Scharfhausen, Comandante Militar de Marina de Cádiz. En el acto la labor y los esfuerzos de Alberto Alcaraz Roca por la actividad pesquera porteña, se relacionó con los  del presidente Adolfo Suárez, guardando las distancias, claro, sobre  todo en la época de transición. (La foto es de la  Colección de A.C.L.).

Durante los dos mandatos que estuvo como timonel de los destinos de los pescadores y armadores portuenses logró la mejor época de esplendor de la flota de El Puerto que llegó a tener 132 barcos más otras 100 unidades que venían a descargar. Convirtió a la Lonja de Pescados de El Puerto de Santa María en una de las principales en ventas de España, después de la de Vigo, y Cádiz. En su etapa, en 1978, se inaugura frente al Muelle del Vaporcito, en la margen izquierda del río Guadalete, una nueva Lonja de Pescados que se ha mantenido viva hasta noviembre de 2006. Formó parte de la mesa de elaboración de las Ordenanzas de Trabajadores del Mar.

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Fiestas del Carmen. Año 1978. Finalizada unas de las reuniones con el padre Ramón González Montaño y los hermanos de la Hermandad del Carmen donde se presentaba por parte de la Cofradía de Pescadores los actos y agasajos a los pensionistas del mar, podemos ver, de izquierda a derecha al corresponsal de Diario de Cádiz de la época, a la sazón  Antonio Femenia Maiquez, Antonio Carbonell López, Joaquín Bellido Vélez, patrón de primera clase de pesca de litoral y patrón mayor de la Cofradía de pescadores, (1991-1995); Alberto Alcaraz Roca, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores, (1976-1985): Vicente Sánchez Carbonell, practico de pesca mecánico naval; José Manuel Vélez Cortes, redero; José García Malvido, patrón de pesca y José Luis Ayala Naviero, redero. (La foto es de Rafa. Colección de A.C.L.).

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El río Guadalete, con barcos pesqueros en ambas márgenes de la desembocadura.

Llevó a cabo el adecentamiento y mejoras en el Edificio de la Cofradía de Pescadores en la Avenida de Bajamar. Nuevas oficinas, Salón de Actos, Sala de Juntas, Biblioteca; se hizo la construcción de la fábrica de Hielo y realzó la Festividad de la Patrona del Mar, con la procesión terrestre y marítima y la recuperación de los festejos populares de antaño, como la cucaña marítima, logrando a inicios de la década de los años 80 que la Fiestas del Carmen y del Mar alcanzara cotas insospechadas.

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En un acto despedida al Ayudante Militar de Marina de Marina de esta ciudad en el año 1986, aparecen en la fotografía Miguel Sibon Jiménez Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Cádiz, José María Millán Sevilla, Secretario de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Cádiz y Alberto Alcaraz Roca. (La foto es de la  Colección de A.C.L.).

En el mes de noviembre de 1982, tiene que asumir una gran responsabilidad y crear una vendeduría dentro del seno de la Cofradía de Pescadores para prestar los servicios a más de un centenar de embarcaciones que faenaban al norte y Sur de Marruecos. Su actitud y la defensa a ultranza de la institución que presidía durante la huelga de la marinería de 1977, propiciada por la situación que vivían también otro sectores productivos del país y la falta de tacto de los sindicatos y de las administraciones de aquella época que consideraban a las Cofradías de Pescadores como el ultimo reducto del franquismo, fue determinante para que a partir de ese momento las viejas instituciones pesqueras tuvieran el reconocimiento del Gobierno de España y como viene ocurriendo desde entonces pieza fundamental en la vertebración del sector pesquero de bajura.

albertoalzarazroca_puertosantamariaAlberto fue socio fundador de la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores, llegando a ser su Vicepresidente; fue Presidente de la Federación Provincial de Cofradias de Pescadores de Cádiz y vocal de de zona suratlántica en la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. Ahora, a sus 78 años presidía la compañía de seguros más prestigiosa del sector marítimo: Mutua de Riesgo Marítimo (Murimar) a la que reflotó y dotó de una nueva directiva, nuevos mercados e impulsó nuevos productos. (En la imagen, Alberto Alcaraz, en una fotografía tomada poco antes de su enfermedad).

Hasta aquí lo profesional; en lo personal, qué decir, sólo cosas buenas. A mi suegro lo conocí a mediados de los años noventa; desde entonces sólo he observado cariño por parte de él y de los demás hacia él. Estaba orgulloso de sus hijos, de sus nietos, de sus yernos y nuera. Era el pater familias siempre dispuesto a ayudar a quienquiera que se lo pidiese. Su opinión nos importaba y a él acudíamos a consultarle prácticamente todo. Su falta nos ha dejado a todos huérfanos; a la gente de la mar, por haber perdido a un profesional justo y riguroso; a su familia, por la falta de un padre, de un consejero, de un amigo. En su recuerdo, un agradecimiento a todos cuantos abarrotaron la Iglesia en su última despedida y que demostraron el cariño y respeto que le tenían.

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Textos:
Juan Luis Gutiérrez.
Abogado.

"Los pensionistas del mar, los de piel dura y el rostro arrugado se merecen esto y mucho más porque con su trabajo y su tesón elevan la profesión a la que representan más de lo que podemos alcanzar". Estas palabras fueron pronunciadas por Alberto Alcaraz Roca, Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores el día 16 de julio de 1978. (Leer más pulsando en la nótula 347. Homenaje a los Pensionistas del Mar, en Gente del Puerto).

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luiscolomaroldan_jerezA los pies de la sierra de San Cristóbal, al borde del antiguo estuario del Guadalete, donde los términos de Jerez y El Puerto de Santa María se confunden, se ofrecen a la vista del viajero las tierras de Sidueña. Estos hermosos parajes, escenario de nuestra historia desde hace casi treinta siglos, fueron “ganados” para la literatura por el Padre Coloma con la publicación de su obra Caín.

La primera edición de esta pequeña novela de juventud, vio la luz en 1873 y su acción se desenvuelve en distintos lugares de nuestro entorno cercano (Sidueña, El Puerto, Jerez) que sirven de marco a la historia de Miguel y Joaquina, campesinos que trabajan su huerta en Doña Banca, y de sus hijos Roque y Perico. Roque, de ideas republicanas, se unirá a la revuelta popular en Jerez y, junto a los amotinados, se enfrentará al ejército de cuyas tropas forma parte su hermano Perico, al que dará muerte. Su madre, Joaquina, será testigo directo del trágico desenlace. Como trasfondo histórico del relato, se adivinan los sucesos del “Motín de Quintas” de 1869. Y como uno de los escenarios principales de la acción, las tierras de Sidueña. Vamos a volver a visitarlas con el Padre Luis Coloma 140 años después, tomando como referencia los textos de la edición de la obra realizada por el profesor José López Romero.

2496ima119“A la caída de una hermosa tarde de mayo de 1869, caminaba por el arrecife que va de Jerez al Puerto de Santa María, un hombre ya entrado en años, que llevaba delante de si una burra”. Así da comienzo Caín, presentando a Miguel y a Joaquina, su mujer, que a lomos de la burra “Molinera”, recorren el “arrecife” (que sigue, aproximadamente el mismo trazado que la antigua carretera de El Puerto que hoy se conserva) en dirección a Doña Blanca. En su camino, tras encontrarse con Juan Pita, un hortelano que se dirige al mercado de Jerez a vender sus tomates, pasarán por el pequeño Puerto de las Cruces. (Dibujos de Apeles Mestres y Paciano Ross).

“Abismados Miguel y Joaquina en sus tristes pensamientos, pasaron en silencio los dos pilares que llaman Las Cruces, colocados a orillas del camino como dos centinelas que marcan la primera legua andada de Jerez al Puerto. Sale de allí una vereda que, obedeciendo a su propio instinto, tomo Molinera, y que trepa por un cerro, sin vegetación, cubierto de hierbas secas, que dejan asomar alguno que otro murallón negro, escueto y pelado, como asomarían por una sepultura excavada los huesos de un enorme esqueleto. Aquella es la tumba que el tiempo ha labrado al castillo de Sidueñas”.

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Las cruces, en la actualidad, en las inmediaciones del acceso a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. (Foto García Lázaro).

En un lamentable estado de abandono y deterioro, aún pueden verse hoy día los pilares de Las Cruces, en las proximidades de la entrada a los Depósitos de la C.H.G. de la Sierra de San Cristóbal. Las Cruces, entre las que discurría el viejo arrecife, marcaban la separación de los términos municipales de Jerez y El Puerto y, al llegar a este punto, los viajeros procedentes de Jerez tenían a la vista el hermoso paisaje de las tierras de Sidueña con la Bahía de Cádiz como telón de fondo. En las cercanías de Las Cruces, el Castillo de Doña Blanca, no podía faltar tampoco en el relato del Padre Coloma, en cuya descripción se aprecia, en palabras del profesor Lopez Romero, un marcado “retoricismo”.

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Torre de Doña Blanca, que da nombre al yacimiento. (Foto Sam Hardy).

"En aquel sitio se levanto esta importante fortaleza armada de ocho torres que la fortificaban. Es opinión fundadísima que la reina de Castilla doña Blanca de Borbón, vino a llorar entre aquellos muros los desdenes del rey don Pedro, y allí, por orden de éste, el ballestero Juan Pérez de Rebolledo le dio un tósigo, por haberse negado a este crimen, con gran valor y nobleza, Iñigo Ortiz de Zúñiga, primitivo guardador de la regia prisionera. Hoy, gracias a una mano cuidadosa que supo incrustar como en un relicario lo que el tiempo y el abandono habían dejado de aquellos muros, que tanto han visto y tanto saben, queda del castillo de Sidueñas una de sus ocho torres, la de Doña Blanca, que se alza sobre el cerro que cubre sus ruinas, como una cruz sobre una sepultura, como una corona sobre la tumba de un héroe. Encaramada sobre un alto pedestal, no tiene una flor que la adorne, ni siquiera una guirnalda de hierba que la abrace y la sostenga. Severa como cuadra a la guardiana de una tumba, altiva como corresponde a la última morada de una reina, se ciñe su corona de almenas y muestra en su frente un escudo, en que, bajo una corona de marqués, campea el león de Castilla y se destacan las tres barras de Aragón”.

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El barrio fenicio del Yacimiento de Doña Blanca, con el poblado de colonización en segundo término y, al fondo, El Puerto y la Bahía de Cádiz. (Foto: García Lázaro).

Las descripciones que Coloma realiza en Caín sobre las ruinas que observa en el paraje del Castillo, son de gran interés para la arqueología y no pasaron desapercibidas en la revisión historiográfica que Diego Ruiz Mata realiza en su obra “El poblado Fenicio del castillo de Doña Blanca”, donde se ocupa de las referencias a las huellas de la muralla turdetana que pudo observar Coloma con algunos de sus restos todavía erguidos y a la vista. En relación a su alusión a la “…importante fortaleza, armada de ocho torres” que asigna a la época de Doña Blanca de Castilla, Ruiz Mata corrige así la interpretación de Coloma: “El castillo medieval, al que se refiere, no existió nunca, pero pudo advertir los restos de ocho torres pertenecientes a los siglos IV/III a.n.e. Las excavaciones de estos últimos años han exhumado restos de cuatro de ellas”. Estos vestigios serán visibles, al menos hasta 1923, cuando el presbítero jerezano Ventura F. López, en sus artículos del Diario del Guadalete sobre Tartessos, “también pudo ver erguidos restos de viviendas y de la muralla turdetana”.

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Granja de La Piedad. En su tiempo, colonia infantil para los veraneos, perteneciente al municipio de Cádiz. También era el centro de control de la traída de aguas a la capital. (Foto García Lázaro).

casademaquinas_puertosantamariaEn Caín, no faltan tampoco las descripciones de las huertas de tomates, melones y frutales que se cultivaban (y aún se cultivan) junto al arrecife, en el Valle de Sidueña, mencionándose, a modo de ejemplo el “cojumbral” de Juan Pita. Se hace referencia también a otros caminos y veredas de estos parajes como el que en cierta ocasión toma Juan Pita, quien se aparta del arrecife y “…por un atajo que llaman La Trocha retrocedió hacia Jerez donde pensaba vender su canasta de tomates”. Aún se conserva todavía La Trocha y esta misma vereda fue trágico escenario de no pocos fusilamientos en 1936. Junto a todo ello, el relato ofrece valiosas referencias a los manantiales de Sidueña, en las proximidades del Castillo de Doña Blanca.

lapiedad_02_puertosantamaria(En la imagen superior, lápida de 1887, indicando la Sala de Máquinas de las Aguas de La Piedad. Podemos ver la lápida en la imagen anterior, sobre el dintel de la puerta. En la imagen de la izquierda, monolito de acceso a la Granja de La Piedad. Fotos JMM).

"Rodean aquel cerro triste y pelado, a la manera que para disimular el horror de la muerte circundan un sepulcro de jardines, cuatro frondosas huertas: la Martela, la de los Nogales, la del Algarrobo y la del Alcaide. Nace en esta última, al abrigo de una porción de álamos blancos, un manantial que lleva el dulce nombre de La Piedad y que, pródigo y compasivo con su nombre, manda uno de sus caños a fertilizar las huertas, mientras el otro sigue el camino del Puerto de Santa María, se detiene ante una ermita arruinada, para acatar la majestad caída…”

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Los pozos de La Piedad. Al fondo, la Sierra de San Cristóbal. (Foto García Lázaro).

Algunos de estos manantiales, como los de La Piedad (de los que nos ocuparemos en próximas entradas) cuentan con una historia de siglos si bien, los registros de sus pozos de captación de agua y sus conducciones, sufren hoy día un lamentable abandono.

Volveremos a las tierras de Sidueña, a esos parajes en los que el profesor e investigador Miguel Angel Borrego sitúa la Shiduna árabe, aquella que, al decir del historiador Ahmad al-Razi (m. 955) fue “muy grande a maravilla” con un monte sobre ella “de muchas fuentes que dan muchas aguas”. Estos lugares que el Padre Luis Coloma quiso también dejar para siempre en las páginas de sus libros. (Textos: García Lázaro).

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Luis Aguilé, el porteño de Buenos Aires (Argentina), afincado en España desde hacía más de 40 años, ha pasado a mejor vida. Compositor de éxito, cantante peculiar, presentador televisivo, autor prolífico con más de 800 canciones, lo vemos en la fotografía con otra porteña (de El Puerto de Santa María - Cádiz), nuestra paisana Merche Macaria (con nótula núm 047 en Gente del Puerto, junto a las otras dos integrantes del Trío La La La: María Jesús Aguirre y María Dolores Arenas. Luis María Aguilera, nombre verdadero del cantante, actuó en 1964 en el desaparecido Teatro Principal. La fotografía es del año 1970.

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Locución 'PORTEÑO' reproducida de una diccionario de la Academia de principios del siglo XX.

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juanmiguelsanchez_2_puertosantamariaNació en El Puerto el 17 de agosto de 1899, y murió en Sevilla el 28 de julio de 1973. Su vocación por el dibujo y la pintura despiertan en él siendo muy joven, por lo que es matriculado antes de cumplir nueve años en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, de El Puerto: "La vocación por la pintura se despierta en mí desde muy pequeño. Una caja de colores fue siempre mi juguete favorito'. 'Convencidos mis padres de que nada me interesaba tanto como la pintura, sin cumplir aún los nueve años, ingresé en la Escuela de Bellas Artes de Santa Cecilia de mi pueblo, El Puerto de Santa María, donde al mismo tiempo que el dibujo y la pintura estudié un poco de música'. 'Con las mejores notas y algunos premios, terminé mi primera etapa de aspirante a pintor con una preparación suficiente para pasar a completada en ambiente más propicio".

En 1918 marcha a la capital hispalense, donde estudia por libre en la Escuela de Artes y Oficios, y donde tendría por maestro a Virgilio Mattoni. Posteriormente ingresa, gracias a un brillante ejercicio, en la sección de Bellas Artes del Ateneo sevillano, donde conoce a Gustavo Bacarisas, pintor consagrado. Por los años veinte estaba en pleno apogeo el cartel, y a él se dedicó Juan Miguel Sánchez con gran entusiasmo. (En la imagen, cartel de la Feria de Primavera de El Puerto del año 1952).

juanmiguelsanchez1_puertosantamariaEn el cartel de Semana Santa y Feria de Sevilla de 1925, "Juan Miguel Sánchez nos muestra a su Eva flamenca erguida y solemne con la mantilla al viento, un amplio abanico en la mano y una Sevilla estrellada al fondo..."Obtuvo gran cantidad de galardones como el primer premio en el concurso nacional para carteles anunciadores de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1926. Participó asimismo, por primera vez, en dicha exposición, con dos obras, consiguiendo una medalla de tercera clase, en Arte Decorativo, con un cartel titulado "Aurora sevillana", que fue adquirido por el Estado. Participó en la Exposición Nacional, en la sección de Arte Decorativo, en 1932, año en el que también participó otro artista portuense, Serny.
En la Exposición de 1934 participó en la sección de Pintura con una obra. En 1936 participó en la sección de Pintura, con dos obras. Exposición que coincidió con el inicio de la guerra civil, lo que no hizo posible que se concedieran premios. En 1938 pintó unos murales para la capilla de la barriada cordobesa de la Electromecánica. Su primera gran exposición tuvo lugar en San Sebastián en 1939. (En la imagen, cartel promocional de las exposiciones universales celebradas en España en Sevilla y Barcelona, en el año de 1929).

juanmiguelsanchez_5_puertosantamariaEn la Muestra Nacional de 1941 volvió a concurrir con dos obras. Ese mismo año realiza los murales en el vestíbulo de la estación de autobuses de Sevilla. Un año después, en 1942, expuso en Barcelona en la célebre Sala Gaspar, un total de 34 cuadros, entre ellos los siguientes: "Cal y luna", "La cacharrera", "Callejón de la parra", "La fuente del patio", "Salida al mercado del jueves", "En el Rocío", "La fuente del mercado", "Por alegrías", "Bailaora y guitarrista", "Pase de seguidillas", "Chaval con naranjas", "Perfil gitano", "Blandas negras" y "La del clavel rosa". Estos cuadros de composición figurativa se completaban con tres retratos, un paisaje de Alcalá de Guadaira, siete bodegones y nueve "vasos con flores".

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1943 participó con una obra.
También en ese año, y por oposición, obtiene la Cátedra de "Procedimientos pictóricos", para la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. y en 1945 es nombrado académico numerario de la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla, cuyo discurso de ingreso se tituló de "Actualidad y enseñanzas de la pintura al fresco". El discurso de contestación corrió a cargo del académico José Hernández Díaz. (En la imagen, cartel promocional de España, con Sevilla como reclamo).

juanmiguelsanchez_4_puertosantamariaEn la Exposición Nacional de 1945, concurrió con dos obras: "La Novia" y el formidable "Retrato del profesor doctor Urra", obra esta última con la que obtuvo medalla de segunda clase.
En la Exposición Nacional de 1948 se presentó con dos obras: "Retrato de mi mujer" y "La lección de los seises", con esta segunda obtendría, al fin, medalla de primera clase. A propósito de esta obra escribió Bernardino de Pantorba: "Nos parece un óleo de empuje, bien pintado y dentro de un tema evidentemente muy comprometido, con dificultades que el diestro pincel de Juan Miguel ha sabido vencer gallardamente" .

En Sevilla consiguió varios premios en los concursos de carteles de las fiestas de primavera (1925, 1929, 1931, 1942, 1944) Y el de Semana Santa (1948). Es premiado asimismo en un concurso nacional convocado por la casa Ibarra. Artista completo y bien dotado, cultivó otros géneros como la cerámica, con grandes aciertos. Posteriormente se dedicó a la decoración mural, sin abandonar por ello la pintura de caballete. En 1952 realizó el cartel para la Feria de Primavera de El Puerto de Santa María. Entre sus obras cabe destacar un autorretrato, en actitud de pintar, al que hace referencia Juan Antonio Gaya Nuño en su obra Autorretratos de artistas españoles. (En la imagen, cartel de la Semana Santa de Sevilla, en 1948).

juanmiguelsanchez_3_puertosantamariaEn nuestra ciudad, y por parte de la Administración, apenas si se le recuerda, pues a los veinte años de su muerte aún espera un homenaje, una exposición de sus obras... Por otra parte, tampoco se conserva ninguna obra suya en el museo local, más atentos al tema arqueológico que al de las artes plásticas.
En el nomenclátor callejero sí tenemos huella de su nombre, ya que por un acuerdo de pleno del 7 de diciembre de 1979, y a propuesta de quien esto firma, se le asignó una calle en el barrio de Pinar Hondo.. Recientemente hemos podido comprobar que se ha duplicado su nombre en otra vía portuense, prueba de la poca sensibilidad municipal ante estos temas, que esperamos se corrija en breve. (En la imagen, cartel anunciador de la Feria de Primavera y Semana Santa de Sevilla de 1929, el mismo año de la Exposición Iberoamericana. Pulsando sobre la imagen se hace mayor).

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En los frescos existentes en el vestíbulo de la  antigua Estación de Autobuses de Sevilla, Juan Miguel Sánchez  Fernández,  pintó una serie de escenas costumbristas, pero dotadas de una singular modernidad. (Foto Jaclo).

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Otra imagen de la antigua Estación de Autobuses. De este mismo autor, hasta hace poco tiempo, podían admirarse en algunos locales comerciales de Sevilla, numerosas obras, todas ellas con este inconfundible estilo. Lamentablemente, casi todas ellas, a causa de obras, modernizaciones o cambios en la decoración, han desaparecido. (Foto Jaclo).

A los pocos días de su muerte escribía Manuel Olmedo en ABC: "Discípulo predilecto de Gustavo Bacarisas, Juan Miguel ha producido una pintura cálida y vibrante, dechado de elegancia, vivo reflejo de una profunda distinción espiritual, exaltad ora de la trascendente dimensión decorativa de una obra que no ha sido creada para producir inmersiones en las esferas del subconsciente ni para promover inquietudes existenciales, sino para deleite de los ojos y gozo del alma" . (Textos: Francisco M. Arniz Sanz).

Más información:
355. JUAN MIGUEL SÁNCHEZ. El pintor que fue a Sevilla...

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mercedesalvarado_puertosantamariaA Mercedes la llamaban “la Jerezana” en un tiempo en que Jerez parecía el extranjero y Bolivia o Ecuador eran remotos nombres de los libros de Historia y de Geografía.   Bautizada en San Pedro y vecina del barrio de San Miguel, muy cerca de la casa donde nació Lola Flores, llegó veinteañera a El Puerto en 1958, cuando su marido, el mecánico Juan Gallardo, vino a trabajar en aquella Base que comenzaba montarse y que trajo un buen puñado de norteamericanos con Mr. Marshall. La familia contaba con dos pequeños y un montón de ilusiones por cumplir. Mercedes no terminó de cumplir una de esas esperanzas que se llevan en el corazón, convertirse en una artista profesional del cante, aunque nunca le faltaron sus cualidades heredadas de su padre, Antonio Alvarado, de Arcos de la Frontera, y uno de los nombres del flamenco arcense de principios del pasado siglo. (En la imagen, Mercedes durante una intervención saetera en la peña El Chumi).

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(A la izquierda, cantando con su hermano Domingo Alvarado a la guitarra).

En el lavadero de la azotea de su casa en la calle Alquiladores, en la misma casa donde nació el pequeño del matrimonio,  el practicante Felipe Lamadrid, entre otros vecinos de la manzana, apuraba el oído para escuchar los arranques flamencos y de copla de la hermana de Domingo Alvarado, un cantaor jerezano que triunfaba a finales de los 50 cuando las canciones del verano eran sinceras rumbas y boleros. Domingo se  embarcó entonces en la gira de Carmen Amaya, el valor más internacional de la escena española cuando este país aún estaba enroscado en su autarquía y enfrentado al resto del mundo.

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El hermano de Mercedes se quedó en Nueva York y allí formó su familia. Domingo Alvarado no pierde por cierto su vínculo con su tierra. Es padre de Domingo Javier Alvarado, entrenador en varias etapas del Racing Portuense (la primera de ellas en el primer ascenso deportivo del club, a Segunda B, en la temporada 90-91) y que ahora está al frente del Xerez B. Como de casta le viene al galgo de esta estirpe, una hija de Domingo es la actriz Trini Alvarado, la protagonista de películas como la última versión de ‘Mujercitas’, en 1994; ‘Mrs. Soffel’, con Mel Gibson, 1989;  ‘Agárrame esos fantasmas’, 1995, con Michael J. Fox; ‘Paulie’, 1998; y más recientemente en la televisión, varios capítulos de la serie ‘Fringe’. (En la imagen, cartel de la película ‘Stella’, protagonizada por Bette Midler y Trini Alvarado. La bufanda que luce en el cartel Trini fue confeccionada por su tía Mercedes. La lana, por cierto, fue adquirido en el establecimiento de Pingouin-Esmeralda en La  Placilla).

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Mercedes Alvarado y su marido Juan Gallardo, en una fotografía de junio de 1999

Trini, que desde los seis años ya estaba en los escenarios de Broadway, al menos vino a compensar las ilusiones de su tía portuense. En una de aquellas visitas de Trini, Mercedes le regaló una bufanda amarilla que había realizado ese invierno. Trini Alvarado luce esa prenda, precisamente, en el cartel promocional de la película ‘Stella’,  protagonizada por la insuperable cantante Bette Midler. Es una pequeña y artesana aportación de El Puerto a la intrahistoria de Hollywood.

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Una estampa familiar, con su marido, Juan Gallardo, sus hijos y varios sobrinos, en la playa de la Colorá

La devoción de Mercedes por la Semana Santa (varios de sus nietos son costaleros y capataces en la Semana Mayor porteña) se traducía en una intensa interpretación de sus saetas, al estilo arqueño, como le había enseñado su padre, prematuramente fallecido.  Mercedes, que durante muchos Viernes Santos cantó por promesa a su Cristo, el Cristo de la Expiración jerezano, recordaba siempre con cariño que cantó a la Virgen de Gracia y Esperanza, la titular de la Oración en el Huerto, en su primera salida, cuando pasaba por la calle Jesús de los Milagros. El Nazareno o Jesús de los Afligidos fueron otras de las imágenes a las que rezó Mercedes con su sello saetero.

mercedesalvarado_joven_puertosantamariaEntre los años 80 y 90, formando parte de la peña El Chumi, Mercedes intervino en diversos recitales organizados por la veterana entidad flamenca.
Vecina durante muchos años en el barrio de Palmar de la Victoria, su voz nos dejó hace año y medio, apenas unos años después de que fallecieran su marido y su hija, María, hechos que le rompieron el corazón. Para su familia es como si todos estuvieran aquí, compartiendo la alegría que caracterizaba a Mercedes. (En la imagen, Mercedes Alvarado en 1954, con 20 años, poco antes de llegar a El Puerto).

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diegoanguloiniguez_puertosantamariaDe los devotos y enamorados de esta Ciudad de El Gran Puerto de Santa María, debo traer hoy aquí a don Diego Angulo Iñiguez. ¿Quién no ha estudiado en su “Manual de Historia del Arte”, en dos tomos? Pues sencillamente el que no haya estudiado Historia del Arte, pero era texto obligatorio en Escuelas de Arquitectura, en Facultades de Bellas Artes, en Facultades de Filosofía, y en cualquier centro donde se cursara algo relativo a las artes.

Don Diego Angulo, Catedrático de Historia del Arte, Director que fue del Museo del Prado, Director de la Academia de la Historia, Académico de la de Bellas Artes de San Fernando, etc. etc., el especialista más notable de Murillo, en el verano en que yo cumplí quince años comenzó a hablarme de Vd. con la excusa de que yo ya era bachiller. El tratamiento, pese a mis múltiples requerimientos, no me lo apeó nunca. Así que todos los veranos, cuando venía a casa de mis padres, me usteaba, mientras yo, por mandato paterno, lo acompañaba a todos sitios. Así pude ver cosas que poca gente ha visto, mientras ayudaba a Don Diego a medir, a pesar, a reseñar, objetos artísticos, cuadros, esculturas, edificios, artesonados, etc., etc. para su Catálogo Histórico-Artístico de Andalucía que dejó muy terminado, pero sin acabar.

diegoangulo_manual_puertosantamariaCuando saqué mi carnet de conducir, me convertí en su chofer y seguí llevándolo a donde quiso, mientras yo me iba empapando de la riqueza artística de Andalucía. (En la imagen de la izquierda, tres ilustraciones del Manual de Historia del Arte" de D. Diego Angulo).

EL SEÑOR AL QUE NO LE GUSTABA EL POLLO.
Cuando murió mi padre, en 1977, Don Diego siguió frecuentando mi casa y proseguimos la misma labor. Pero es el caso que, mientras yo seguía siendo tratado de Vd., Don Diego Angulo se convirtió --y él nunca lo supo--, por un chiste que contaron a mis hijas en el colegio, en "el Sr. al que no le gusta el pollo". En cuanto aparecía por mi casa, mis hijas decían: “Papá, ahí está el Señor al que no le gusta el pollo” Y yo ya sabía que había comenzado el veraneo de Don Diego.

murillo_diegoangulo_sevillaA mis hijas le contaron este chiste y fue suficiente para que lo relacionaran: Se trataba de un banquete en que era preciso repartir un pollo guisado en pepitoria y el que lo repartía decidió adjudicar cada parte del animal a un comensal según su nombre: "Bengala, para ti las alas; Lechuga, para ti la pechuga; Cantueso, para ti el pescuezo; Paullata, para ti las patas; Angulo, para ti..." Y Angulo, viéndolas venir, dijo que no le gustaba el pollo. La verdad es que yo le reñía a mis hijas con la boquita cerrada aquella maldad para con el maestro, a quien seguía respetando y venerando. Don Diego me dedicó de su mano el "Murillo", "La arquitectura mudéjar sevillana", su "Manual" famoso e infinidad de separatas que conservo con verdadero cariño. (En la imagen superior, la portada del ejemplar de 'Murillo' y en la imagen inferior, la dedicatoria que realizó de dicho ejemplar al autor de este reportaje).

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"A D. Luis Suárez, deseándole muchos éxitos en sus empresas culturales en favor del Puerto de Santa María. Diego Angulo Íñiguez". Dedicatoria del "Murillo"

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Instalaciones del desaparecido Hotel Meliá Caballo Blanco, donde Don Diego Angulo pasaba una temporada todos los veranos.

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Lienzos de muralla almohadillada del yacimiento arqueológico de Doña Blanca

DOÑA BLANCA Y EL CABALLO BLANCO.
Particular interés tenía don Diego por cómo iban apareciendo materiales en el yacimiento de Doña Blanca y, en la ultima visita que hicimos, el Profesor Ruiz Mata estaba  excavando y salieron los impresionantes lienzos de muralla almohadillada, lo que le produjo una gran alegría. Pero al día siguiente, estando conmigo, Don Diego se puso a morir. Juan Luis Ortega Rosillo, [ya desaparecido] entonces Director del Hotel Caballo Blanco y yo mismo, tuvimos que llevar a Don Diego, desde El Puerto a la Clínica de la Cruz Roja de Sevilla, donde fue asistido por su amigo el Dr. Eloy Domínquez Rodiño. En sus últimos días, postrado en la cama, moribundo, me preguntaba, interesado, por la muralla de Doña Blanca y yo, exagerando y por darle alguna alegría le decía: "Don Diego, lo de Micenas y Tirinto, una porquería, al lado de la muralla de Doña Blanca". Y se reía y nos reíamos.

UN ENTIERRO COMO EL DE MURILLO.
Dejó dicho que su entierro y funeral fueran como los de Murillo. Y así lo organizamos, en la Santa Caridad de Sevilla, con el muñidor, el crucero, los faroleros, los doce pobres con hachones, la tumbilla con los porteadores, todos vestidos con hopas azules y tocados con sombreros negros y borlas de seda, a más de muchos curas y frailes, capilla de música y sochantres. Tal como Murillo. (Textos: Luis Suárez Ávila).

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Hermanos de la Santa Caridad a su paso por el empedrado que lleva a la Iglesia de San Jorge, llevando la tumbilla cubierta por el paño fúnebre de dicha Hermandad. Recibido de hermano de la Caridad poco antes de su muerte, fue enterrado con el rito de la Santa Hermandad del Venerable Mañara.

El ABC de Sevilla recogía la siguiente información sobre el entierro: «Al funeral acudieron sus discípulos, amigos y compañeros académicos, entre los que se encontraban Jesús Aguirre, duque de Alba; el teniende alcalde Manuel Fernández Floranes; el director del Museo del Prado, Alfonso Pérez Sánchez, y el presidente de la Academia de Bellas Artes, José Hernández Díaz, que acompañaron a la viuda, doña Pilar Romero Galé, hasta el panteón familiar del cementerio de San Fernando donde fue enterrado el primer especialista mundial en Murillo. Don Diego Angulo residía habitualmente en Madrid, desde donde se trasladó hasta El Puerto de Santa María --lugar de su veranero habitual-- el pasado verano en compañía de su esposa para pasar las vacaciones.  El 10 de agosto de 1986, el profesor fue trasladado a Sevilla, donde empeoró, falleció y fue enterrado el 9 de octubre del mismo año».

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En la cena de gala que se ofreció a las aspirantes a Miss España, estuvieron presentes, entro otros Julio Iglesias (a la izquierda) que formaba parte del jurado y el porteño Tomás Terry (a la derecha).

El 24 de Septiembre de 1970, Juan de la Lastra y Terry escribía en el ABC de Sevilla que «el Puerto de Santa María se está engalanando para homenajear a las guapas que concurrirán en Cádiz con el título de Miss España. Homenajearlas. Son seis casas vinateras, Osborne, Fernando A. de Terry, Luis Caballero, Carlos y Javier de Terry, Miguel M. Gómez y Duff Gordon quienes, en definitiva colaboran con el Ayuntamiento portuense en lo que va a ser esplendorosa antesala de la gran final de Cádiz».

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En primer plano, las aspirantes a Miss España, detrás las cabeceras de las botas con las marcas de las bodegas participantes.

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Otra imagen con las 24 aspirantes a Miss España y Miss España 1969 y a su vez Miss Europa, Noelia Alfonso, todas juntas, en una kilométrica mesa.

Efectivamente en El Puerto se celebró en 1970 una gran fiesta en las instalaciones del Club “El Buzo” de Vistahermosa con recepción previa en el Castillo de San Marcos, formando parte del “circo promocional” de la elección de Miss España que en 1970 se celebraba en la capital de Cádiz. El Puerto jugó su papel y supo estar a la altura de las circunstancias. La prensa de la época y las revistas cardíacas así lo atestiguaron, por medio de los representantes de radio, prensa y televisión. Aquello supuso un revulsivo para la promoción turística de El Puerto, y al principio de los setenta se acuñaría el lema de “Ciudad de Historia y Turismo” que supuso un fuerte empujón para el desarrollo de dicha actividad económica y social, en nuestra Ciudad.

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Las guapas entrando en el Castillo de San Marcos, donde eran escoltadas por la Guardia Municipal, con uniforme de gala. Procedían de Sevilla de visitar la fábrica de cervezas Estrella del Sur.

En 1970 acabaría resultando elegida Miss España María García García, por nombre artístico Bárbara Rey. Aunque realmente fue elegida primera dama (representando a Madrid) y acabaría recibiendo el título como segunda opción porque la elegida, la chiclanera Fina Román renunció al título para casarse. En el certamen de Miss Mundo, celebrado también en 1970, Bárbara quedo semifinalista e, igualmente semifinalista en Miss Internacional 1971.

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A la izquierda, la representante de Madrid, Bárbara Rey -en su carnet María García García-, quien resultaría elegida Primera Dama y luego Miss, por la renuncia de la titular. A su lado Sara Montiel, en el Castillo de San Marcos.

Al parecer, y sin conocer en profundidad el sucedido, un travestido de la época participó en el certamen y fueron varios los munícipes que, sin advertirlo, estuvieron bailando con él. Cuando se descubrió el pastel, hubo comentarios para todos los gustos.

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El periodista gaditano De la Viesca, el alcalde en 1970, Juan Melgarejo Osborne y el Director del Certamen de Miss España, Paco Amores.

La primera Miss España fue Carmen Cervera en 1961, antes de esa fecha se había realizado el certamen con mas o menos continuidad, pero el título no era el de Miss, sino el de Señorita de España. De 1936 a 1959 no se realizó el concurso debido a razones evidentes relativas a la “moral y las buenas costumbres”: el régimen político de la época no quiso que se celebrara. (Fotos: Archivo Municipal).

Más información de la estancia de las Misses en Cádiz y la elección, en la página hermana Gente de Cádiz.

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En la imagen tomada delante del Bar Santa María, en el Parque Calderón y de izquierda a derecha, Leopoldo Jiménez Ruiz “Polo”, Jaimen Gutiérrez Perea, Miguel Roselló Tarrio, Vicente Gutiérrez de la Rosa, Toto Zaragoza y su hermano Pepín Zaragoza. Década de los sesenta del siglo pasado. (Foto Cuellar. Colección VGR)

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La calle Luna y la Ribera del Marisco, a la derecha el Parque Calderón sin el Kiosko del Bar Santa María. (Foto Colección Mata)

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El mismo sitio, en 2002, con la instalación del Kiosko. (Foto Mata).

"En noviembre de 1948, Angel Lozano García, una vez que finalizó el contrato de arrendamiento que tenía suscrito con Guillero Rivas, propietario del Bar Buenavista, solicitó al Ayuntamiento construir en un terreno de 68 metros cuadrados situado dentro del Parque Calderón y esquina a la Plaza de las Galeras, un nuevo bar. Y así fue. Con un bello y acertado diseño de Francisco Ameneiro, el arquitecto Fernando de la Cuadra concluyó la obra a mediados de 1949" Enrique Pérez Fernández. Bares y Tabernas con Solera.

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joselopeznavarrete_tiriri_puertosantamariaJosé López Navarrete, “el Tiriri” nació en nuestra Ciudad el 1 de abril de 1918. Hijo de Antonio y Milagros, fue bautizado como José Joaquín de la Santa Trinidad. Su madre, Milagros, fallece en 1922, cuando José tiene 4 años, quedando solo con su hermano mayor, Antonio, y su padre, del que tampoco disfrutaría muchos años, ya que al poco tiempo falleció, quedando los niños al cuidado de su tía, Carmelita General, y de Ana, que en el futuro sería su suegra. (En la imagen, Tiriri, en una instantánea de finales de la década de los sesenta del siglo pasado).

Su vida infantil y juvenil resultó ser muy breve. A la edad de 5 años ya merodeaba por el muelle pesquero, y a los 7 años se empezó a fraguar su futuro entorno a la pesca, donde se buscaría la vida. Todo esto lo compaginaba con unos estudios que le proporcionaron saber leer, tener una estupenda escritura y los conocimientos que le facilitaron obtener un nombramiento profesional. Creemos que no fue hasta los 12 años de edad cuando embarca como marinero, pero será cuatro años después cuando consta por primera vez en la cartilla de embarque.

LA PRIMERA CARTILLA DE EMBARQUE.
La vida laboral de José está bastante bien documentada, al menos con respecto a su relación con el mar. Por las cartillas de embarque sabemos los nombres de los barcos y la fecha que estuvo embarcado. En la primera de estas cartillas sabemos que la obtuvo en 1932, con la edad de 14 años, aunque no consta su primer embarque hasta 1934, cuando ya había cumplido los 16.

lopeznavarrete_tiriri_2_puertosantamariaRespecto a la relación laboral que mantiene en las embarcaciones, sabemos que son generalmente cortas, cambiando constantemente de barco. Repite en varios de ellos muchos años después, incluso en algún barco se enrola 22 años después de haberlo hecho la primera vez, como es el caso del “Victoria”, pero no el único de los 85 barcos en los que estuvo embarcado. (En la imagen 'Tiriri' a comienzos de la década de 1940).

LA GUERRA CIVIL.
Durante la Guerra Civil Española, y más concretamente el 24 de octubre de 1936, José desembarca, según consta en una nota de la 1ª cartilla, “Por ser delegado de La Naval” -aun no sabemos a que se refiere esta nota. Es enviado al frente de guerra, donde resulta herido en la sien izquierda -le roza una bala- y en la pierna, donde le hieren restos de metralla. Permanece en el frente hasta el 1 de enero del año 1938, cuando por su quinta, “ingresa en la situación activa de la Armada”, como también consta en la 1ª y 2ª cartilla (imagen inferior).

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Sabemos que realizó la instrucción militar, al menos durante siete meses, en el Buque Escuela Juan Sebastián Elcano, aunque desgraciadamente no hemos localizado documentación alguna ya que, al parecer, parte del archivo histórico de este buque se perdió en un incendio.

DE VUELTA A LA VIDA CIVIL.

De nuevo vuelve a aparecer José, en un asiento en la cartilla 1ª, el 12 de septiembre de 1938, como Marinero, aunque no había acabado la guerra. José ya no está en ella desde primeros de este mismo año. A partir de entonces, parece que comienza su formación, lo que mejorará sensiblemente en su nivel laboral. Durante su embarque en el “Natividad”, que se produce por primera vez el 15 de junio de 1939, la plaza que ocupa es de marinero, pasando rápidamente a Ayudante Motorista.

lopeznavarrete_tiriri4_puertosantamaria85 BARCOS Y 136 EMBARQUES.
Según consta en los registros de las cartillas, fueron 136 las ocasiones en las que embarcó, y otras tantas las que desembarcó y, como se ha comentado anteriormente, fueron 85 los barcos en los que realizó su labor el “Tiriri”,  siendo muy distintas las plazas que ocupa. Los motivos en los cambios de embarcaciones son muy diferentes, pero en su mayoría lo fueron por su propia voluntad. Lo cierto es que no estuvo mucho tiempo en un mismo barco, aunque en el “Paco Nuis” estuvo de 2º Mecánico casi dos años seguidos, del 9 de mayo de 1951 al 16 de marzo de 1953. Durante la construcción de la base Hispano-Americana de Rota, José probó a trabajar cerca de tierra, y estuvo contratado para labores realizadas con maquinaria pesada. No tenemos constancia de cuándo y de cuánto tiempo duró esta aventura, pero no debió ser mucho. Según los datos de embarque y la época de construcción de la base, debió tener lugar entre finales de 1957 y principios de 1958, periodo de 5 meses en los que no estuvo embarcado. (En el cuadro adjunto, relación de oficios desempeñados y motivos por los que desembarcó).

milagrosamadorperez_puertosantamariaLA FAMILIA DE JOSÉ
Se casó “el Tiriri” cuando tenía 22 años, el día 13 de febrero de 1941, con Milagros Amador Pérez, natural de El Puerto de Santa María. Tenía Milagros 20 años (fotografía de la izquierda a principios de 1940). A partir de entonces, las vecinas conocían a Milagros por “La Pescadera”, ya que la parte del rancho que le pertenecía al “Tiriri” como marinero, no sólo servía para mejorar algunas comidas durante unos días, si no que además, la parte que no se podía conservar se la daba a los vecinos.

Tuvo siete hijos con Milagros. El último, José Joaquín, en 1959. Ninguno quiso o pudo ser marinero. Antonio, el mayor de los varones, hizo el intento en el verano de 1961, en un barco que pescaba durante 3 o 4 días, el “Paquita Marti”, con tan mala fortuna que en el primer viaje, a la vuelta, el barco embarrancó en la Bahía de Cádiz, y más concretamente a la entrada del río Guadalete, donde se formaba una barra. Una fuerte “levantera” los condujo hasta allí, lo que motivó una rápida intervención de barcos de Obras de Puerto dirigidos por el ingeniero, no produciéndose ninguna baja. Antonio, que con 11 años iba de forma ilegal, pues había que tener 14 años para poder embarcar, se salvó de cometer infracción alguna. Su sueldo consistió en un Cuartón, un cuarto de la parte de un marinero. De vuelta a su casa, no volvería a salir nunca más a la mar, aunque continuó ayudando en algunas faenas en el muelle.

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Pescado seco.

No fue fácil la vida de este marino. Durante muchos años, excepto los tres últimos, ya estando enfermo, tenía una dependencia absoluta del alcohol. La economía funcionaba gracias a que antes de partir a alta mar, a echar el turno, los armadores ofrecían a los contratados la posibilidad de recibir un anticipo, que se le restaba del sueldo al cobrarlo, acción que se llamaba safar. En la parte del pescado capturado que pertenecía al marinero, entraba alguna de la pesca que durante el periodo de embarque realizaba el propio pescador, para uso propio, y que durante la travesía secaba al sol o salaba. Así hemos podido comer salado o seco, atún, bonito, pulpo, safio, marrajo, tapaculo y voladores (en la imagen inferior). Cuando era una cantidad importante, se colgaban con los alfileres de los tendederos del patio, al que llamábamos corral.

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El corral donde se ponían a secar los pescados, colgados en los tendederos.

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Viviendas de la Barriada del 18 de Julio, construida en las huertas próximas a la Plaza de Toros.

EL CORRAL.
El corral era el patio que pertenecía a la casa que el Ayuntamiento, a través del Estado, construyó en las huertas próximas a la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María; casa que en principio (1956) alquilaron y después vendieron al matrimonio López, que lo había solicitado desde hacía bastante tiempo. Al barrio le llamaron “18 de julio”, y en la calle D nº 11 vivían José, Milagros y su familia. Casas adosadas, amplias y de una sola planta, patio, tres habitaciones, cocina, cuarto de baño y salón. Un palacio respecto a los cuartos que tenían alquilados en una casa de vecinos en la Plaza Juan de Austria “Casa la Lenga”. Situada en una esquina del barrio, la casa del “18 de julio” lindaba con el campo, aunque con el tiempo quedó inmersa en el entramado urbano, y cuando los vecinos de más edad la abandonaron, incluida la familia del “Tiriri”, el barrio pasó sus peores momentos, siendo derribado y construido uno nuevo.

huesodecorvina_puertosantamariaAMULETOS DE CORVINA.

Uno de los ritos o creencias marineras de José consistía en llevar en los bolsillos de los pantalones unos huesecillos que, misteriosamente, le quitaba, según el marinero, el dolor de cabeza que tenía a menudo. Con el tiempo, hemos estudiado estos huesos que pertenecen a otolitos que lleva en la cabeza la corvina, un pez muy relacionado con el Golfo de Cádiz. Esta tradición de llevar amuletos es muy antigua; en excavaciones de tumbas gaditanas de época fenicia han aparecido los restos óseos del difunto, con un hueso de corvina alrededor. (En la imagen, un otolito o hueso de corvina, engarzado para colgante con la Cruz de Caravaca).

gaviota_argentea_puertosantamariaUNA GAVIOTA POR MASCOTA.
La historia que vamos a contar, si uno en persona no lo hubiese vivido, seguro que sería difícil de creer. José López Navarrete “Tiriri” había criado una gaviota Argentea -no sabemos bien si desde que era una cría o que se enredó en algún arte del barco- a la que llamó “Juanillo”. La cuestión es que el pájaro seguía al “Tiriri” allá donde éste iba, incluido los viajes a las áreas pesqueras, la más sonada, la del "Moro", zona geográfica que comprende la banda atlántica de Marruecos y el norte de las islas Canarias.
Aquél pájaro, “Juanillo”, comía junto a José, y en su mismo plato. Lo curioso era ver cómo el animal, cuando escuchaba a Milagros poner los platos, era el primero en acudir a la mesa. No se dejaba tocar por nadie excepto por José. Le seguía por el pasillo o la calle andando tras él, igual que un perrito. Muchas de las veces se posaba en los hombros del marinero y, cuando alguien se acercaba, echaba a volar. Cuando el marino entraba en las tascas o bares, se quedaba fuera, sobre una cornisa, para seguirlo de nuevo a la salida.

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Pesquero entrando en la Bahía de Cádiz.

HUNDIMIENTO DEL “JOSÉ MIGUEL PERLES”
Hay una historia real que trata de la relación entre el marinero y el ave. El día 10 de mayo de 1969, el barco pesquero “José Miguel Perles” se hunde en las aguas de La Guera, en la Guinea Española. Durante algunos días los familiares no tienen claro qué ha ocurrido con la tripulación. Durante esos días la gaviota “Juanillo” apareció por los techos y el patio de la casa de José y Milagros. En cuanto la vio, Milagros supo que a su marido no le había ocurrido nada. Efectivamente, al poco tiempo se le comunicó la localización de su marido y, en pocos días, José estaba en su casa. Desgraciadamente “Juanillo” murió atropellado por uno de los pocos vehículos que había en la ciudad. Le atropelló en una calle junto al muelle pesquero de entonces, cuando seguía al “Tiriri”. En los años finales de su vida crió otro pájaro, en este caso un canario, al  que llamó “El Cordobés”.

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Tiriri y un amigo de la familia, en una instantánea tomada a principio de los 70 del siglo pasado.

ÚLTIMA ANOTACIÓN EN SU CARTILLA.
Sin duda la anotación más importante en la vida de José fue la del 3 de abril de 1974: En la 4ª cartilla consta cómo es desembarcado en Tarifa (Cádiz) por enfermedad. Ésta sería la ultima anotación, pues no volvería a embarcar. Una enfermedad que le duró hasta su fallecimiento, el 11 de enero de 1977. Casi tres años que pasó en tierra junto a su familia, el mayor periodo junto a ellos. Hoy sus cenizas descansan, junto a las de su esposa, en las aguas que tanto adoró: la Bahía de Cádiz.

VIDA DE UN MARINERO.
Excepción hecha de los grandes personajes de la Historia, la mayoría de los relatos de vidas que son contadas nos llegan a través de la documentación  escrita, generalmente generada según el poder adquisitivo del que ha disfrutado en vida y que queda reflejada en los archivos. Rastrear la vida de alguien que sólo ha desempeñado su oficio, sin hechos destacables ni posesiones resulta algo más complicado, aunque no imposible. En el caso de un marinero, sí se acumula suficiente información como para saber muchas cosas de su vida, y ello gracias a los registros del Instituto Social de la Marina y de la Marina Mercante, entre otros. (Textos: Juan José López Amador).

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En los años 50 yo tenía ocho o nueve años y mi abuelo tres burros y un arriero llamado el Paquiro, el cual llevaba los burros a la playa para cargarlos de arena, la cual se vendía a la calería. Todas las semanas mi abuelo le vendía unos cuantos metros cúbicos de arena y la calería la vendía para la construcción. Yo aprovechaba todas las coyunturas posibles para irme a la playa con los burros y el Paquiro.
De los tres burros que iban a la playa el de delante se llamaba Liviano, era el más listo, el más ligerillo, el más vivaracho y el más apuesto, ¡lo que sabía Liviano!. Lo que me quería a mi y yo a él. Cuando veníamos de la playa cargados de arena yo me ponía delante de él y este dejaba caer sus hocicos sobre mi hombro, a la altura de mi oreja, para que yo escuchara sus resoplidos y entre los dos les marcábamos el paso a los demás.? A la ida para la playa, Liviano iba descargado y sin peso, pero como yo lo quería tanto, cogido del bozal le llevaba andando. Pero cuando llevábamos un buen trecho yo me cansaba y entonces le decía a Paquiro que me montase en el lomo de Liviano. Cuando Liviano sentía que yo estaba sentado sobre él se le cambiaban los andares. Del paso monótono y cansino pasaba a un braceo chulesco y altanero, engallaba el pescuezo, estiraba las orejas y levantaba el rabo para tirarse dos pedos trompeteros y a renglón seguido sonaba la voz del Paquiro: «--¡Liviano, con las pamplinas!». Estos actos estaban marcados como un reloj. Montarme yo, los dos pedos de Liviano y la voz del Paquiro. Estábamos tan acostumbrados a esta trilogía que una vez me monté sin llamar a nadie, sonaron los pedos de Liviano y al no escuchar la voz del Paquiro, los dos volvimos la cabeza extrañados buscando al arriero y él venía distraído con el último burro.
Un día por el callejón estrechito de Jesús Cautivo, íbamos mi abuelo y yo camino a casa, él iba hablando fuerte y no sé si lo hacía para que yo me enterara o estaba pensando en voz alta: «--A Liviano voy a tener que venderlo. El señorito Don Juan se ha enamorado de él y se lo voy a tener que vender. Le he dicho que no lo vendo y él me ha contestado que le ponga precio, que me lo puede pagar como un borrico, como un potro o como un pura sangre inglés. Así es que no voy a tener mas remedio que vendérselo. Aunque por otro lado estoy contento porque sé que estará en buenas manos, Don Juan le cuidará como es costumbre en él».
A los dos o tres días por la mañana me dijo mi abuelo que me arreglara para ir al trato con Liviano. Yo mas que arreglarme me peiné el flequillo, y los dos juntos nos fuimos para la posada de la fruta que está enfrente de mi casa, junto a la barbería y la tienda Rueda.

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Parroquianos en la tienda de Rueda, con nótula propia en Gente del Puerto núm. 308.

Sacamos a Liviano de la cuadra y nos pusimos en la puerta de la tienda Rueda donde nos estaba esperando Don Juan. Los dos hombres se saludan, charlan, miran el borrico y se meten dentro de la tienda, se beben una chiquita (copa de vino) y salen para ver el borrico. Don Juan se acerca al cuello, lo palmea y le toca el pelo. Mi abuelo se queda en los cuartos traseros acariciándole la culata. Don Juan dice un precio y mi abuelo otro. Los dos hombres se meten en la tienda y otra chiquita. Al rato salen los dos más contentos y sonrientes. Don Juan para la cara del burro y mi abuelo para la culata. Don Juan le abre la boca a Liviano y le mira los dientes. Como ha quedado contento con lo que ha visto le da una palmadita en el cuello. Mi abuelo sin moverse de la culata no hace mas que acariciarle los cuartos traseros y tiene su explicación.

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Arrieros con sus burros en la Playa de La Puntilla.

Todos los meses viene a El Puerto un pelador de borricos y los pela a todos menos a Liviano. A este lo pela mi abuelo, él tiene unas tijerillas de pelar muy buenas por lo suave que es para adaptarse a lo que él quiere. Mi abuelo después de pelar a Liviano se esmera en hacerle unos dibujos arabescos en la culata, imitando a los mosaicos de la fábrica Pitman de Sevilla, formando unos cuadrados y círculos concéntricos los cuales dan vistosidad y es pura artesanía, de lo cual él se siente muy ufano.? Don Juan dejó de mirarle la boca y los dientes a Liviano y se fue junto a mi abuelo, los dos miraron los dibujos arabescos y hablaron de dinero. uno sube a más lo que ofrece y el otro baja a menos lo que pide, acercándose los dos al precio deseado.? «--¡Pero mire usted Don Juan, si es dócil y obediente como un perro faldero!», dijo esto mi abuelo dándole una palmada en los cuartos traseros levantándole el jopo y metiéndole la mano por los corbejones para tocarle la barriga.?Yo tenía la mano puesta en los hocicos de Liviano y cuando vi la operación de mi abuelo levantándole el rabo, me eché a temblar pensando: aquí se acabó el trato. Liviano se pegará sus dos pedos trompeteros y se quedará solo, de aquí nos vamos a tener que ir los tres. Pero no, Liviano era andaluz y filósofo como Séneca, así que adormeció su instinto burriquil para fortalecer su postura ferial.
Los dos hombres quedaron contentos. Subieron la oferta y bajaron el precio para llegar al acuerdo. Cuando el precio y la oferta coincidieron, los dos hombres alargaron el brazo y se estrecharon la mano, el trato estaba cerrado. Ese apretón de manos es un cheque al portador, vale más y es más serio que la firma del Banco de España, la honra de los dos hombres está sellada en sus manos.? Don Juan recoge el burro, mi abuelo y yo en la puerta de Rueda vemos como los dos se van alejando. Mi abuelo feliz por el precio alcanzado. Don Juan contento por la joya comprada.

salvadorcortes_chigui_2_puertosantamariaPero el más feliz es Liviano, pavoneándose como una bailarina de cabaret. Camina en busca de nuevas aventuras, con el cambio de vida alcanzará nuevos horizontes.? Cuando se han alejado un trecho, Don Juan se para y le dice a mi abuelo: "--Diego …". Mi abuelo le responde. En ese momento vuelve la cabeza Liviano y me mira, yo le miro a él y los dos salimos llorando. (Textos: Salvador Cortés  Nuñez “El Chigüi). Nótula propia núm 307. en Gente del Puerto.

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lalotetejadapeluffo_puertosantamariaLalo Tejada era entrañable. Lalo Tejada Peluffo, amiga de mi madre desde el colegio, hermana mayor de José Luis y madre de mi amigo de la niñez y de toda la vida, Juan Luis Bermúdez Tejada, –emulando a mi padre, que a nosotros y a nuestros amigos, los domingos, nos ponía a hacer comentarios de texto–, quiso aumentar nuestros conocimientos de francés. Y, en su casa de la “Granja de San Javier” y, luego, en la calle Cervantes, 1, nos daba clase. En el Colegio de San Estanislao, donde estábamos, el profesor de francés era Don Áureo Sanz Hernangil, al que Lalo le tenía cierta manía, porque, sostenía que Don Áureo tenía la pronunciación “du Midi”, vamos, “del Sur”, que era incorrecta; que había que tener la pronunciación de las personas distinguidas de París. Lalo, empeñada en que hasta respiráramos en francés, nos regaló a José Mari García Máiquez, a su hijo y a mí, unos misales de Lefebre, en latín-francés. El mío, lo conservo.?De los comentarios de texto que nos ponía mi padre recuerdo que, un día, leyó unos versos del Poema del Mío Cid entre los que estaban estos:

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Estas palabras dichas, la tienda es cogida.
Mío Çid e sus conpañas cavalgan tan aina.
La cara de su caballo tornó a Santa María,
Alçó su mano diestra, la cara se santigua.

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En la imagen, Lalote Bermúdez Tejada y Lalo Tejada Peluffo, hija y madre, respectivamente.

Mi padre había explicado los versos en castellano moderno para que los comprendiéramos. Pero, de pronto, se masticó la tragedia: “Lalote,  (hija de Lalo Tejada) –le preguntó mi padre– "¿--quién se santigua?”" Y Lalote le respondió: “--El caballo”. Mi padre perdió los papeles: “--Lalote, hija, ¿tú has visto alguna vez a un caballo santiguarse?” Y Lalote, por no dar su brazo a torcer, dijo: “--Don Luis, en la Granja de mi abuelo Félix, El Pili (el guarda) tiene un caballo que levanta las manos y, además, se arrodilla, porque es muy devoto”. Aquello terminó como la comedia de Ubrique.: “ --¡¡¡Lalo, Lalo, mira lo que dice tu hija…!!!” Pero Lalo, para colmo, le dijo que era verdad, que El Pili, en la Granja, tenía un caballo que levantaba las manos haciendo el paso español y que lo había enseñado a arrodillarse. (Textos: Luis Suárez Ávila).

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