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dionisio_perez_gutierrez_puertosantamariaEl periodista Dionisio Pérez, hijo del maestro Rafael Pérez Cruces, natural de Campillos (Málaga) y de Francisca Gutiérrez Álvarez, natural de Grazalema, donde nació en 1871, pasaría a vivir desde muy temprano en nuestra Ciudad: El Puerto de Santa María, hasta el punto que el propio Dionisio se consideraba hijo de El Puerto, donde residió con sus padres y hermanos. Fallecereía repentinamente en Madrid en 1935, llevándose una frustración este escritor y político, fue  diputado a Cortes: no conseguiría ingresar en la Real Academia de la Lengua Española. Obtuvo el Primer Premio de Periodismo 'Mariano de Cavia' insituido por ABC en 1929.

Los estudios los realizó en el Colegio de los Jesuitas, manifestándose desde sus inicios como un aventajado alumno  y muy inteligente. Siendo muy joven colaboró en el Diario de Cádiz y llegó a fundar la Revista Portuense (1889), y dirigir una publicación con el título La Dinastía, una hoja “febril y violenta, con la pretensión de combatir el caciquismo de El Puerto de Santa María”. Llevó adelante diferentes y sensacionalistas campañas contra el caciquismo imperante en la época en la provincia. Parocinó la candidatura política de Isaac Peral y se distinguió como orador político ardoroso y violento, hasta el punto de ser procesado.

En la fotografía de debajo, en el Colegio San Luis Gonzaga1. Juan Ramón Jiménez; 2. Pedro Muñoz Seca; 3. Fernando Villalón; 4. Dionisio Pérez.  Al lado de Villalón, a la derecha de la Virgen,  Francisco Ciria y Vergara de la Concha. En la fila de abajo, segundo por la derecha,  Juan Ávila González. (Foto Colección LSA).

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En 1891 se trasladó a Madrid. fue redactor de los más importantes periódicos de aquella época. Su labor periodística era inmensa. Hizo célebres, además de su nombre, sus seudónimos «Mínimo Español», «Amadeo de Castro» y «Martín Ávila» en El País, Heraldo de Madrid, El Globo, El Correo o La Iberia y  en las revistas de Prensa Gráfica y en las columnas de El Sol y La Voz.

ABC recogía en una hagiografía de la época: "Sus ideas republicanas le llevaron una larga etapa a El País, donde compartía con Ricardo Fuente la orientación del periódico. Pasó luego al Heraldo de Madrid, en la gran época del Heraldo, y fue el articulista predilecto de Canalejas. Madrugadores ambos, se reunían, a las seis de la mañana, y Canalejas le sugería el artículo, que luego iba a manos de Augusto Figueroa, único enterado de quién era el autor de las cuartillas. Aún le quedaba tiempo para sus colaboraciones de provincias y para aportar su ayuda a Mencheta. Como antes, y como siempre, en aquellos tiempos Dionisio Pérez trabajaba doce horas diarias. Del Heraldo pasó, con Figueroa, al Diario Universal. Poco después le llamaba a su lado Gasset, confiándole el primer puesto que había dejado vacante el insigne Troyano.

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DIPUTADO AL CONGRESO
Conservaba como reliquia de su mocedad la fobia contra la política caciquil El Puerto de SAnta María. Canalejas quiso satisfacerle con la mejor ocasión de desquite y le proporcionó el acta por aquel distrito. Su gestión fue tan popular y tan certera que en las Cortes siguientes obtenía la reelección, sin que él la trabajase ni la solicitara. Pero los bastidores de la política le habían decepcionado; comprendió que aisladamente nunca conseguiría emancipar a su tierra de la influencia de los primates de Madrid y renunció el acta. Ya no volvió a poner, un pie en el Congreso; para él fue la política en lo sucesivo una abstracción romántica. Su ilusión era la República federal y se afilió al partido de los sucesores de Pi, bien que platónicamente, sin exhibiciones ni apetencias."

Al mismo tiempo su capacidad de trabajo se desbordaba hacia Ultramar. Mandaba colaboraciones especiales a El País, de la Habana, y a El Diario Español de Buenos Aires., donde los porteños acogían con veneración su escritos. Siempre sus campañas aparecieron animadas por un fervoroso espíritu liberal al viejo uso. Su ofensiva contra la usura y su apología de Bolívar le situaron en el plano más destacado de la consideración pública.

lajuncalera_puertosantamariaAl mismo tiempo realizaba una brillante obra puramente literaria, entre la que figuran libros de valor tan estimable como la novela La Juncalera, con personajes y ambiente porteño. (En la imagen reproducción de la portada de "La Juncalera". Edición facsímil de la obra editada en Barcelona en 1902. Colección Biblioteca de novelistas del siglo XX. Estudio crítico de Manuel Pacheco. Academia de BB. AA. Santa Cecilia. Imprenta Bollullo. El Puerto de Santa María, 2006).

Otra novela fue 'Jesús' y el tomo de crónicas de viajes 'Por esas tierras'. En la última época publicó la novela El cendal de la vida, Guía del buen comer, Daniel Vierge, el príncipe y el renovador de la ilustración moderna, La Dictadura a través de las notas oficiosas y El enigma de Joaquín Costa.

Durante el año 1928 realizó una excursión por tierras cubanas, donde en conferencias y artículos desarrolló una meritorio labor de exaltación de los valores de España.

En 1930 fue propuesto para ocupar el sillón vacante en la Academia de la Lengua por la muerte de otro insigne periodista, «Andrenio». Cuando numerosos periódicos de provincias, en cuyas columnas diariamente colaboraba Dionisio Pérez, preparaban un homenaje en su honor, le ha sorprendido la muerte el 23 febrero de 1935.

PROLÍFICO AUTOR
En muchas ocasiones, cmo ya se ha señalado, Dionisio Pérez firmaría además con estos otros pseudónimos: Pedro Recio de Tirteafuera, ,Martín de Ávila, y Post-Thebussem, este último para sus obras de tema gastronómico, en homenaje y reconocimiento al gran polígrafo y gastrónomo Mariano Pardo de Figueroa, conocido por Doctor Thebussem, dando muestra del enorme ingenio y capacidad de trabajo que poseía. Los libros de Dionisio Pérez sobre cocina han sido reeditados y se pueden incluso comprar en la página Derecoquinaria.

cocinaclasicaespanolaPRESIDENTE DE LOS COCINEROS CATALANES.
También realizó la edición de El Libro de Guisados de Ruperto de Nola (siglo XV-XVI) en cuya introducción y anotaciones demuestra los enormes conocimientos que poseía en dicha materia. Fue publicada en 1929 en la Colección Los Clásicos Olvidados a requerimiento de su director,  Pedro Sáinz Rodríguez. Su relación con la gastronomía y cocinas españolas le procuraron no pocas relaciones y distinciones. Entre todas la que más apreciaba, además del homenaje que recibió junto a Teodoro Bardají y Alberto Insúa por el Sindicato Libre Profesional de Cocineros de Madrid, era la de Presidente Honorario de la Asociación Profesional de Cocineros de Cataluña. Algunas de sus numerosas colaboraciones de tema gastronómico o alimentario dieron lugar a una obra de carácter póstumo, La cocina clásica española (1936), editada por su viuda con la colaboración y prólogo de su amigo el novelista y también columnista Alberto Insúa, reeditada por La Val de Onsera.

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En la imagen, acto celebrado el 30 de abril de 1929 en el Hotel Florida (Madrid) con motivo de la entrega un homenaje  a Teodoro Bardají -recibe el cuadro en su derecha-, a Alberto Insúa, y a Dionisio Pérez quien aparece en el centro de la imagen con sus características gafas oscuras-. Dicho acto estaba promovido por el Sindicato Libre Profesional de Cocineros de Madrid.

Para otro estudioso de su obra, José María Pisa: «Fue un notable periodista, político (en dos ocasiones diputado) y escritor que probó diferentes géneros. Como periodista de información y opinión destacó pronto, y se hizo un hueco importante en Madrid. Como gastrónomo también sobresalió como pocos de su tiempo, pero el valor de sus escritos y de sus opiniones se fundaban en el reconocimiento que como periodista y escritor había adquirido, de modo que sus crónicas gastronómicas, sus artículos de fondo, sus ediciones de libros complementaban su labor de escritor y periodista en los diferentes medios para los que trabajó. Hay que tener en cuenta que sus crónicas se reproducían en muchos periódicos españoles y en los más importantes de Hispanoamérica, donde era muy conocido. Como ocurre hoy, sus “padrinos” no consiguieron que llegara a ocupar el deseado sillón en la Academia Española de Lengua. La “ suerte” declinó la balanza hacia otros con mejores apoyos.»

guiadelbuencomerespanolGUÍA DEL BUEN COMER ESPAÑOL.
En 1929, editada por el recién creado Patronato Nacional de Turismo, dio a la luz una obra, fruto de un laborioso trabajo de campo, a través de numerosos amigos periodistas, cocineros, o secretarios de ayuntamiento, etc. bajo el título ‘Guía del buen comer español: inventario y loa de la cocina clásica de España y sus regiones’, verdadero retrato de la España gastronómica, donde capítulo a capítulo, encabezados por las diferentes regiones españolas resume con pluma fina y cuidada lo mejor de la gastronomía de cada región, cuya suma constituye la gran cocina española. El índice de la obra no puede ser más completo: La cocina nacional española. La cocina arábigo-española. La cocina post-colombina. La cocina española moderna. La cocina extremeña. La cocina andaluza. Las cocinas de Sevilla y Huelva. La cocina gaditana. Las cocinas de Málaga y Granada. Las cocinas de Córdoba, Jaén y Almería. La cocina levantina. La cocina catalana. La cocina aragonesa. La cocina navarra. Las cocinas vasca y santanderina. La cocina leonesa. La cocina asturiana. La cocina gallega. Las cocinas de Castilla la Vieja. El garbanzo en el meridiano de Madrid. En un lugar de La Mancha. Las cocinas balear y canaria. (En la web de Re Coquinaria se encuentra una edicción facsímil).

LUTO Y DOLOR.
El diario 'El Sol' de Madrid, relata una última crónica de Dionisio Pérez, en su edición del 24 de febrero de 1935, con moivo de su fallecimiento: "Acaba de realizar el tránsito definitivo el que fue ilustre periodista D. Dionisio Pérez. Su cuerpo, en el que hace unos momentos alentaba el calor de la vida, aparece rígido y frío en la estancia, sobre el lecho familiar. Le rodean sus deudos afligidos, sus amigos íntimos y algún admirador a cuyos oídos ha llegado la triste noticia. —Alguna vez –nos informa uno de sus hijos– nos habló de la muerte. «Moriré, nos decía, sin ruidos ni molestias para nadie. Un día moriré trabajando.»
La predicción se ha cumplido. Ayer se levantó a la hora acostumbrada: las dos y media de la madrugada. Aquí en este despacho, modesto y casi pobre, se puso a trabajar. En el fondo, la estantería repleta de libros, en cuyo entrepaño más alto un busto de Galdós modelado por Victorio Macho sonríe con su sonrisa de hombre bueno y comprensivo. Montones de periódicos sobre estantes y mesas, dos máquinas de escribir. Los libros todos que rodean a D. Dionisio son de consulta.
dionisioperez_mortaja_puertosantamariaDesde primeras horas de la madrugada hasta las dos de la tarde el veterano periodista trabaja. Escribe con una letra clara y en tinta roja cuartillas y cuartillas. Su secretario nos dice. —Venía a escribir todos los días de cincuenta a sesenta cuartillas. Artículos para los periódicos de provincias; sus famosas «Informaciones comentadas», donde un espíritu eternamente joven se desbordaba en generosidades y exaltaciones de hombre que busca el bien de su patria.
Acababa de publicar la biografía de Isaac Peral. Una gran ilusión le embargaba: preparaba los materiales para ponerse a escribir la biografía de D. Benito Pérez Galdós. Sobre una mesa, un montón de ejemplares de su último libro, con las páginas húmedas aun de tinta de imprenta. —De este libro se mostraba muy satisfecho D. Dionisio. Pero lo que le entusiasmaba era la idea del otro libro sobre Galdós. Fueron grandes y entrañables amigos. Don Dionisio adoraba la genial obra galdosiana.

EL TRÁNSITO.
En la tarde de ayer, D. Dionisio Pérez cambió un poco el programa de su vida diaria. Las tardes las dedicaba a la peregrinación por las librerías, a visitar a algún amigo, a pasear. Pero en la tarde de ayer hubo de asistir a un bautizo. No era un hombre religioso, más si comprensivo y tolerante. Con su espíritu se apaga una antorcha más de aquel liberalismo generoso de los hombres preclaros del siglo XIX. Asistió al acto mencionado y se sintió repentinamente enfermo. Se dirigió a su casa. Y allí murió víctima de la acción fulminante de una angina de pecho. Momentos después la noticia de su óbito llegaba a los centros periodísticos. Luto y dolor."

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LA REVISTA PORTUENSE.
La Revista Portuense nace en 1889. Se le ha considerado de línea editorial conservadora, en su primera época liberal, acorde con la mentalidad de la clase media española y portuense de la época. En el Archivo Municipal se conservan las ediciones desde 1891 a 1938. Fue donada por Francisco Pérez Pastor en 1973 a la Biblioteca Pública. Ha sido digitalizada recientemente.

El 28 de octubre de 1889 se dio conocimiento a la alcaldía de la publicación de un periódico llamado Revista Portuense, que había de ver la luz los días 1, 8, 15 y 23 de cada mes, por lo tanto, tendría una periodicidad semanal, al principio. Se imprimiría en el almacén de los señores Pérez Hermanos, en calle Larga 116. Su fundador fue Dionisio Pérez Gutiérrez, que tenía entonces 18 años. Su interés por el periodismo le hizo ser redactor de Diario de Cádiz ese mismo año. El 23 de septiembre de 1890, casi un año después del nacimiento de la Revista, ésta se convierte de semanario en diario.

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La fotografía tiene 103 años. En ella aparece la redacción de la Revista Portuense, sentados de izquierda a derecha: Mariano López Muñoz, andalucista y socio fundador de Racing Club Portuense; Luís Pérez Gutiérrez, propietario de la publicación; Manolo Soto, Javier Caballero, Antonio Peñasco y de pie junto a éste, el comediógrafo Pedro Muñoz Seca. (La foto es del año 1907 y pertenece a la Colección Pérez Pastor).

Pocos años estuvo al frente de la revista pues en seguida marchó a Madrid. Desde 1891 ya estaba publicando artículos en El Heraldo, El País, La Iberia, Diario Español, El Correo u otros periódicos nacionales, muchos de esos artículos eran enviados a Revista Portuense y publicados en ella. Otros directores de Revista Portuense fueron: José Mª Moreno en 1890, en diciembre de este año toma el relevo Carlos Hernández hasta el 4 de febrero de 1891, le sucede entonces hasta el 17 de octubre de 1891 Manuel García Ramírez, le sigue José Carrajal García hasta el 18 de enero de 1893, fecha en que ocupará el cargo Luis Pérez Gutiérrez. Más tarde, ya en 1936 su director fue Francisco Pérez Pastor.

En 1891, en el primer número lleva la cabecera de Revista Portuense con la leyenda ‘Periódico Independiente y de intereses materiales y especiales’. En 1897 cambia a ‘Diario de la Mañana. Extensa Información Telegráfica’, con la variante de ‘Información Local y Telegráfica’ al inicio del siglo XX. En 1908 la leyenda del encabezamiento definía a la Revista Portuense como ‘Perioódico Político y Literario’, cambiando 3 años mas tarde, en 1911 a ‘Periódico Literario y de Intereses Generales’ para, definitivamente adoptar el escueto ‘Periódico de la Mañana’ a partir de la década de los años veinte del siglo pasado.

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En la imagen aparece Dionisio Pérez a la derecha, con sus gafas oscuras, con Alfredo Hornedo Suárez, personaje singular, dueño y director del diario El País de La Habana, a quien Dionisio Pérez reclamaba habitualmente sus honorarios, y que dada su súbita muerte dejó una importante cuenta por satisfacer el tal empresario. Dionisio Pérez viajó a La Habana, pero también se vieron en París, donde les obsequió con una comida en la que degustaron una garbure, según cuenta, con alguna retranca, en la Guía del Buen Comer Español. (Texto de la fotografía: José María Pisa).

Su periodicidad al principio era semanal, después diaria, excepto los lunes. En 1938 tuvo un periodo  trimestral. La tirada en sus inicios era de 200 ejemplares. Su precio de 10 céntimos ejemplar, suscripción al mes de 2 pesetas hasta 1920; 2,50 desde 1920 hasta 1938. Número de páginas, primero dos, luego cuatro. Su tamaño variaría con el tiempo. Cuando fue semanario: menor a 42 cms., después 42 cms. y de 48 a 50 cms. según las épocas. Las cabeceras también variaron según las circunstancias políticas. Ha tenido cuatro y cinco columnas.

Caricatura+tovarEn ella colaboraron importantes firmas como el propio Dionisio Pérez, José Navarrete, Pedro Muñoz Seca, Mariano López Muñoz, Rafael Alberti, Francisco Hohenleiter, Luis Suárez Rodríguez, Augusto Haupold, Hipólito Sancho Mayi, Blas Infante, Francisco y Luis Pérez Pastor, Luis de Lassaletta, etc.

El día 17 de abril de 1936, tras ser asaltada la redacción del periódico el día anterior, la revista interrumpió su edición. El 8 de septiembre del mismo año, festividad de la patrona, se reanudará la publicación. En 1938 cierran definitivamente los talleres y deja de publicarse. (En la ilustración, caricatura de Dionisio Pérez, realizada por Tovar).

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José Luis Galloso, Fernando T. de Terry, oyendo el acta del homenaje por boca del secretario del Ayuntamiento.

A primero de junio de 1971, año de la alternativa del diestro José Luis Galloso, el ayuntamiento le tributó un homenaje en la Casa Consistorial. Ese año, el 18 de julio tomaría la alternativa de manos de Antonio Bienvenida en la Plaza Real ante un fiero oponente: “Inclusero”. De testigo, Sebastián Palomo Linares, cortándole a los toros del lote de Heredero de Carlos Núñez dos orejas y rabo a cada uno. Al año siguiente confirma en Madrid la alternativa, siendo su padrino Paco Camino y de testigo actuó Curro Rivera.

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Con un grupo de amigos relacionados con el mundo del toro: De pie, de izquierda a derecha, el propietario el Bar ‘El Niño, en la calle zarza; su tío Antonio Fernández Galloso, Francisco Ragel, ¿Juan Luis de los Ríos?, José Luis Feria Fernández ‘Galloso’, 3 miembros, posiblemente, de la cuadrilla del diestro y Soriano. Agachados, Antonio Gil González, Juan Muñoz Aparicio y Jesús Vela.

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En la imagen, de izquierda a derecha, el presidente del desaparecido Club Taurino del Parque, Victor García a la sazón Comisario Jefe de Policía, Galloso, Fernando T. de Terry alcalde, desconocido, Antonio Rosales ‘don Puyazo’, el secretario del Ayuntamiento, Enrique Barrilaro y Antonio Fernández Galloso.

Más información en la nótula 368 de Galloso en Gente del Puerto

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Meses antes de realizarse las obras de remodelación de las instalaciones industriales de la Compañía Lebón en sus locales de calle Diego Niño y Descalzos [que luego pertenecerían a la Fábrica de la Luz, o Electra Peral Portuense, hoy Caja Inmaculada] tuvo lugar un trágico accidente en la primitiva fábrica de gas de la compañía en el Campo de Guía,  en el que se vieron implicados cinco operarios de la misma, afectados todos ellos por inhalación de hidrógeno sulfurado según el diagnóstico oficial facilitado por el equipo médico que atendió a los accidentados, compuesto por los doctores Plácido Navas, Adolfo Barra, Luis Rouselet y Luis Lorite, este último médico forense

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Fábrica de Gas Lebón, donde hoy está ubicado el Polideportivo Cubierto.

placido_navas_psmEn la imagen el doctor Plácido Navas.

El accidente laboral se produjo el sábado 8 de febrero de 1919 en el interior de un profundo pozo situado entre los dos gasómetros existentes, que contenía en su fondo las válvulas de las cañerías de gas. Cada semana una cuadrilla formada por media docena de hombres procedía al achique del agua que se filtraba del cercano río, bajando uno de ellos hasta el piso encharcado y desde allí, situándose los demás de forma intercalada en la escala metálica adosada al muro, mediante esta cadena humana, eliminaban el agua acumulada en la lenta filtración. Esta operación, realizada puntualmente cada sábado, venía realizándose, prácticamente, desde la construcción de la fábrica, sin ningún incidente. Sin embargo, en esta ocasión, una concentración de hidrógeno sulfurado, formando una “bolsa” en el fondo de la oquedad, propició el desmayo inicial del obrero que bajó al fondo. En los primeros tramos de la escala estaba el encargado, José Péculo, que acudió en ayuda del accidentado, sufriendo el mismo efecto y así, sucesivamente, los otros tres compañeros que se encontraban situados en la escala, acumulándose en el fondo los cuerpos de cinco personas en pocos minutos. Los accidentados fueron: José Péculo Aparicio, de 55 años, casado y con 8 hijos; Joaquín Delgado Benítez, de 38 años, casado, con 5 hijos.; Manuel Moreno Paz, de 25 años, soltero; Manuel Naviero Delgado, de 28 años, casado, con 1 hijo y Manuel Garay Trinidad, de 30 años, casado, con 1 hijo.

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La Fábrica de Productos Químicos de Haupold estaba cerca y acudieron a auxiliarles.

El último miembro de la cuadrilla, que se ocupaba de vaciar los cubos, pudo dar aviso al encargado de la fábrica, Manuel Garcia Bastardin y este, a su vez, solicitar el auxilio de sus vecinos de la cercana fábrica de productos químicos Haupold.  Acudieron Augusto Haupold y su cuñado, Antonio Ordóñez, que era médico, organizándose la operación de salvamento y primeros auxilios de los accidentados.  Se pidió un voluntario para bajar al pozo, ofreciéndose uno de los obreros, Manuel Flores Lainez, al que ataron de una cuerda previsoramente. Descendió y se consiguió rescatar con su eficaz ayuda, uno a uno y con gran dificultad dado los rudimentarios medios con que contaban, a todos los accidentados, a los que se les practicaron la respiración artificial, logrando reanimar a cuatro de ellos, que fueron trasladados por la Cruz Roja al hospital municipal. El quinto accidentado, de mayor edad, José Péculo Aparicio, cuando fue rescatado era ya cadáver. El juez, Don Fernando Badía, ordenó el levantamiento del cadáver y autorizo el traslado del cuerpo a su domicilio –vivía muy cerca de la Electra Peral, en el nº 85 de calle Larga- para ser velado por la familia, señalando la obligada autopsia para la mañana siguiente, previa al entierro.

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Electra Peral Portuense, por su fachada de la calle Larga.

José Péculo era el empleado de mayor antigüedad en la empresa, --35 años de servicio-- en la que gozaba no solo de la confianza y estima de sus patronos que le habían distinguido con el premio “Constancia y Trabajo”, instituido por Lebón y Cia. entre sus empleados y obreros a nivel nacional tambien del respeto y aprecio de los demás componentes, sus compañeros de trabajo y sus conciudadanos en general, tal como refleja en su crónica del suceso la “Revista Portuense” que lo menciona “como modelo de laboriosidad y honradez”.

severiano_ruizcalderon_puertosantamariaFue él quien, en representación de la compañía Lebón, firmó las escrituras de compra de los solares en donde ahora se levanta la Sala Cultural de CAI, adquiridos en subasta pública, mientras que el otro firmante, el de la parte vendedora, sería otro ilustre personaje local, el alcalde del momento, Severiano Ruiz Calderón, cuyo nombre se ha perpetuado en el palmeral junto al río, el paseo y parque público que lleva su apellido y que aparece en la imagen de la izquierda.

El sepelio, al que acudieron numerosas personas, estuvo presidido por el alcalde la ciudad, Ernesto S. Piury, el Gerente de Lebón y Cia en Cádiz, el ingeniero Gatell Lomaña, Jefe de Personal de la empresa y el director de la misma, Manuel Ordóñez Garabito, aficionado a la fotografía, de quien en breve esperamos publicar una nótula. (Texto: Antonio Gutiérrez, A.C. Puertoguía).

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El Hermano Ignacio Javier, --en el mundo José Antonio Orbegozo Aizpuru-- con la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X 'el Sabio'.

Esta tarde a las 20:30 horas se celebra en el Monasterio de la Victoria,  el acto inaugural entre otros de los muchos programados, para conmemorar los 50 años de la llegada de los Hermanos de La Salle a El Puerto de Santa María. Este tipo de realidades concretas no son posibles sin el esfuerzo y la aportación de una serie de personas, que confluyen en un momento concreto de la historia de los pueblos dándole empellones hacia adelante.

Una de esas personas fue José Antonio Orbegozo Aizpuru, el Hermano Ignacio Javier, natural de Azpeitia (Guipúzcoa). Nació el 5 de agosto de 1878 y falleció en Griñón (Madrid) el 16 de diciembre de 1968. Tenía 90 años de edad, de los cuales, 73 de vida religiosa en la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle.

monasterio_bujedoA la edad de 16 años ingresa en el Noviciado Menor de la Casa de Formación que los Hermanos de La Salle tienen en Bujedo (Burgos). Ese mismo año toma el hábito y al siguiente, comienza sus estudios para graduarse como Maestro Nacional. (En la imagen de la izquierda, el Monasterio de Bujedo).

Es en 1912 cuando hace su primera incursión por tierras del sur, concretamente en la ciudad de Melilla. Y desde el año 1926 hasta finales de la década de los sesenta vuelca todo su esfuerzo en la provincia de Cádiz. Recorrió las Comunidades de Cádiz-Viña en dos ocasiones,  logrando reconstruirlas tras ser reducidas a cenizas en 1936; San Fernando  también en dos ocasiones; Jerez La Salle y Jerez Sagrado Corazón; Puerto Real y El Puerto de Santa María.

Resaltan los que le trataron que probablemente una de sus cualidades más sobresalientes fuera su total dedicación a la escuela. En su casi media lengua de vasco andaluzado solía decir: «--A mi entender, Hermano de las Escuelas Cristianas quiere decir que está para dar escuela y casi para nada más». Con esta máxima como referencia fija su cuartel de operaciones en las cercanías de El Puerto. Ya sea en Jerez, ya en Puerto Real, todos los días irá y volverá para estudiar aquella nueva fundación de la que había oído años atrás.

EL GERMEN DEL COLEGIO: DOÑA NATALIA.
Fue en 1911 cuando doña Natalia Pajares de Salgueiro, dejaba en su testamento, al morir, una cierta suma de dinero para la fundación de una escuela de carácter benéfico regentada por los Hermanos de las Escuelas Cristianas. El Hermano Seridón Isidoro, visitador de la Congregación, había estudiado el alcance de la manda testamentaria y estimándola insuficiente para abrir un centro de tres unidades al menos, espera a que otra oportunidad ofrezca posibilidades de llevar a efecto los deseos de la piadosa donante.

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Fachada lateral y frontal del Colegio San Luis Gonzaga, cuyas aulas fueron ofrecidas por la orden a La Salle.

Esta dificultad parecía que iba a superarse cuando los Padres Jesuitas ofrecieron un inmueble para habitación de los Hermanos; aulas por tiempo ilimitado en su Colegio de San Luis Gonzaga, y una cierta cantidad para gastos de instalación y complemento de la pensión anual de cada religioso. Pero, antes de entrar en vigor este convenio se cerró el Colegio para convertirse en Noviciado y las cosas quedaron como en un principio.

hermano_ig_javier_orbegozoCONDE DE OSBORNE.
Posteriormente el Conde de Osborne se adhirió al proyecto de doña Natalia y compró un terreno para  construir el edificio; pero, aun así, no bastaba. Fue el Hermano Ignacio el encargado de llevar a buen término los deseos de doña Natalia Pajares. Visto el estado del proyecto y el alcance del mismo, él, que nunca fue partidario de hacer las cosas a medias, ni realizar planes pequeños sin perspectiva de futuro ambicioso, concibió la idea de interesar a otras personas para dar a la obra la importancia requerida para una ciudad como El Puerto de Santa María.

Con la experiencia de Cádiz, comenzó nuevamente a peregrinar de puerta en puerta exponiendo el sueño de la creación de un importante centro escolar donde los niños más necesitados de la población pudieran recibir cristiana y gratuita educación.

(En la imagen de la izquierda, el hermano Ignacio, con un encargado de obra, durante una de sus constantes visitas de seguimiento a las mismas).

TERCERA CONFUNDADORA: ISABEL MERELLO.
Pronto esta idea encontró acogida en Doña. Isabel Merello, Viuda de F. Terry, que prometía ayuda si las escuelas se edificaban cerca de sus bodegas, donde estaba la barriada más populosa y necesitada de la población. Puesta de acuerdo con el Conde de Osborne, ambos se convierten en cierto modo cofundadores con doña Natalia, primera inspiradora de la benéfica Institución. El Hermano Ignacio logró también que el Ayuntamiento considerase la obra como de gran interés para la ciudad comprometiéndose a colaborar en su realización. Se vende el terreno adquirido por el Conde  y se compra otro mucho más extenso, cercano a las Bodegas Terry.

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En primer término, Isabel Merello Vda. de Terry, el cardenal arzobispo de Sevilla, José María Bueno Monreal, el Hermano Ignacio Javier, Luis Portillo Ruiz alcalde de El Puerto y el Conde de Osborne, durante la inauguración oficial del centro el 15 de diciembre de 1963. (Foto Rafa).

En diciembre de 1958 comienzan las obras. El 10 de abril del año siguiente  bendice la primera piedra el  Cardenal de Sevilla, Dr. Bueno Monreal; y apenas año y medio después, el 16 de octubre de 1960, ya estaba dispuesto para entrar en funciones el edificio de 4 plantas, 17 aulas, salón de actos y demás dependencias y servicios que requiere un Grupo Escolar completo. Aquel día, el Hno. Ignacio debió entonar con inmenso gozo el ‘Nunc dimittis’ del anciano Simeón.

hermano_ignacio_puertosantamariaLas calles de la ciudad cien veces recorridas a sus 80 años saben mucho de sus andanzas y fatigas, prodigiosamente superadas merced a su tesón y a su fortaleza física. «--Hay que trabajar a la velocidad de la luz», repetía «que la urgencia de hacer el bien no admite demora». Sus últimos recuerdos de El Puerto se confunden con el rumor del estudio en las clases y la algazara de los niños en los patios de juego de su Colegio. Ya estamos celebrando los 50 años de su fundación. (Texto: Manolo Morillo).

bartolomelaurel_puertosantamaria(1593-1627, martir franciscano beatificado el 7 de julio de 1867, fiesta: 17 de agosto).

Su nombre era Bartolomé Díaz y su apodo ‘Laurel’. Por ello no podemos saber cuál de los varios niños de idéntico nombre que se butizan en la Iglesia Mayor Prioral de El Puerto de Santa María es el mártir Laurel. Probablemente es el niño que nace el 19 de enero de 1593 (L.IV, fol. 125). Marcha a Méjico, como uno más de los innumerables españoles que emigran a las Indias, siendo niño, y por ello se le ha tenido y tiene por mejicano. Pero también, a raíz de su beatificación, la archidiócesis de Sevilla lo incluyó en el santoral propio.

Como consta en el libro de profesiones del convento de la ciudad mejicana de Morelia, hoy Valladolid, el joven Bartolomé Díaz, llamado también Laurel, profesó la  orden franciscana el 18 de octubre de 1617. Tenía 24 años y su profesión fue como hermano lego. Enseguida se ofreció para marchar a las misiones del Extremo Oriente, pero su ofrecimiento tardó unos años en ser aceptado. Por fin, en 1619, fue enviado a Filipinas, en cuyas islas estaría hasta 1623. Vivió en el convento de su orden en Manila, que tenía anejo un hospital donde se daba acogida a comerciantes y marineros japoneses. Destinado al hospital, aprovechó su trato con los mismos para aprender la lengua japonesa y para perfeccionar sus conocimientos de medicina.

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Cuadro de la Inmaculada Concepción, en la Capilla del Mercado Central, procedente del destruido Convento de Los Descalzos (con cuyas piedras se construiría el citado Mercado), que exisiía en la actual Plaza de Isaac Peral. A la derecha de la imagen, según Luis Suárez, aparece representado Bartolomé Díaz Laurel o Laural, aunque existen discrepancias al respecto. En la imagen superior izquierda, detalle del cuadro.

Se le asignó al beato Francisco de Santa María como enfermero y catequista, con el que trabaría sólida amistad espiritual y con el que sufriría el martirio. Pese a la rígida prohibición imperial de que los misioneros arribasen en Japón, los dos misioneros se lanzaron a la aventura. Lograron desembarcar en una playa cercana a Nagasaki. Su misión era itinerante: visitar las comunidades cristianas más desasistidas de atención misionera.

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Firma de Bartolomé Diaz Laurel o Laural.

[Ambos religiosos andarían por lugares secundarios, escondiéndose, realizando su labor, uniéndoseles un joven que también sería martirizado: el beato Antonio de San Francisco]

Como guía y vanguardia del sacerdote, Bartolomé realizó una intensa labor. Programaba las visitas a los pueblos y comunidades, llevaba sobre sus hombros el saco de los enseres litúrgicos y preparaba a los cristianos para la recepción de los sacramentos. Ejerció como enfermero. Visitaba las chozas con gran constancia llevando catecismos y medicinas. Preparó a numerosos niños a recibir su primera comunión.

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Cuadro que se conserva en la caja de escaleras de la zona de Sacristía y Curato de la Iglesia Mayor Prioral. Procede, posiblemente del desamortizado Convento de los Descalzos. Puede ser del Martirio de Japón, o como sostiene el investigador Antonio Gutiérrez, del martirio de San Pablo Miki y demás compañeros mártires, tamién en Japón en 1597.

DETENCIÓN Y MARTIRIO.
La detención de los misioneros se produjo durante una misa en casa de un cristiano con un grupo de fieles y todos fueron cogidos presos. Un apóstata los delató. Llevados a la cárcel allí continuaron su ministerio. Condenados a muerte, fueron llevados a Nagasaki, donde una parte del grupo fue martirizado por degollación y otra por cremación a fuego lento. Bartolomé fue uno de los quemados vivos. Era el 17 de agosto de 1627.

pionono_papa_de_romaImagen del Papa Pío IX, quien el 7 de julio de 1867 beatificaría a los 206 Mártires del Japón, entre el que se encontraba Bartolomé. Curioso este Papa, Pio IX quien promulgó, además, el dogma jesuítico de la ‘infalibilidad papal’, aceptando la declaración de los jesuitas de que el papa era el ‘rey del mundo’; también redactó el famoso "Syllabus errorum” condenando los principios democráticos de las naciones. Y en su honor, también y por haber instituido en 1858 el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, un pastelero de Santa Fé (Granada), decidió homenajear al pontífice bautizando con el nombre de ‘pionono’ (en italiano Pio IX) a un bizcocho cilíndrico de masa esponjosa que rellenó de dulce manjar y cubrió con crema en forma de tiara papal. Por último, hemos de señalar que este peculiar pontífice  padecía una supuesta epilepsia parcial compleja, según revela un interesante artículo de Sirven JI,  Drazkowski JF,  Noe KH. Seizures Among Public Figures: Lessons Learned From the Epilepsy of Pope Pius IX. Mayo Clinic Proceedings 2007;  82 (12): 1535-1540

BEATIFICACIÓN MASIVA: 206 MÁRTIRES.
Bartolomé fue beatificado con gran grupo de Mártires de Japón, cuya causa encabezaron Alfonso Mena y Alonso Navarrete. Los beatificados fueron 206. Decretada por Pío IX por breve del 7 de mayo de 1867, se celebró el 7 de julio del mismo año, centenario del martirio de los apóstoles Pedro y Pablo. Su memoria fue incluida en el propio de los santos del arzobispado de Sevilla e igualmente en el de la diócesis de Asidonia-Jerez, cuando se constituyó este obispado en 1980, dado que El Puerto de Santa María pertenece al obispado jerezano. Su memoria se celebra el 17 de agosto. (Texto: José Luis Repetto Betes).

Fuentes: ALONSO MORGADO A., Santoral hispalense. Sevilla 1867; ARZOBISPADO HISPALENSE, Officia Propia Archidiocesis Hispalensis, Sevilla 1942; MORAN J.M., Relación de la vida y gloriosa muerte de ciento diez santos…, Madrid 1867; REPETTO BETES J.L., Andalucía, tierra de santos. CSIC, Jerez de la Frontera.

bsartolome_laurel_toluca¿NATURAL DE ACAPULCO?
En Acapulco (Méjico), defienden que el Beato es natural de aquella población, y que nació en el vecindario y Puerto de Acapulco, pomposamente llamado ‘Ciudad de los Reyes’, en 1599. Tiene un culto bastante consolidado y sus promotores han publicado libros, realizado documentales y fomentado su nacimiento acapulcano. El 18 de agosto de 1989, el arzobispo de Acapulco, Rafael Bello Ruiz, lo proclamó patrón del catecismo. En 1992 le dedica una iglesia en el centro histórico, en el barrio de Petaquillas donde, anualmente celebran su fiesta. Imágenes del beato se conservan en la Casa Diocesana de Acapulco y otras que tienen culto en las iglesias de Petaquillas y en la del barrio de Unidad. (Imagen del Beato Fray Bartolomé Dias-Laurel (nombre oficial en Méjico), que recibe culto en la catedral de Toluca, estado de México).

SIN PRUEBAS DE SU ORÍGEN PORTEÑO.
El investigador Antonio Gutiérrez mantiene sus dudas en tanto que considera que no está suficientemente probada su naturaleza portuense. ¿Pudiera ser hijo de un emigrante de El Puerto? No encontró ninguna referencia  bautismal cierta ni de él ni de su padre en la Prioral, único templo allá por la fecha del nacimiento del Beato, tan solo una cita en un boletín del Obispado, basado en revistas de misiones que, al parecer, no estaban suficientemente documentadas.

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Imagen del Nomenclator de la Ciudad, aprobado en sesión plenaria del Ayuntamiento el 15 de agosto de 1936. Como se puede apreciar en la línea segunda, la calle que se llamó durante un tiempo durante la república Bartolomé Laural, con 'a', retornando al antiguo de San Bartolomé después de la rebelión miliar del 18 de julio que dió origen a la Guerra Incivil.

ANCESTRO DE LOS DÍAZ CORTÉS.
Incluso existe una leyenda urbana, al atribuir el parentesco del mártir como ancestro de la conocida familia porteña de los Díaz Cortés,  como descendientes de Beato Bartolomé Laurel o Laural por la rama materna. Quizás fuera un mito familiar. Existe también la creencia de que el abuelo de los Díaz Cortés, de ideas políticas republicanas pero casado con una señora de fuerte convicciones religiosas, por complacer a su esposa, consiguió cambiar el nombre de la calle donde vivían, arriba del Cafetín, y ponerle San Bartolomé, en un periodo en el que estuvo como teniente de alcalde en el Ayuntamiento.

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fernandozamacolaabrisqueta_puertosantamaria_«Como Fernando Zamacola, hemos de ser en todo, los camaradas de la Falange. Ni vacilación ni desesperanza. Acción, Acción, Acción. Nada de pausas ni de rodeos con esa santa intransigencia de la verdad; adelante y arriba; elevación y progreso, no el progreso demócrata a que apestaban las promesas políticas, no el progreso material y grosero, solamente, sino el avance en espiritualidad, en poesía, en inmaterialidad; cualidades que tienen los gestos de los hombres de la Falange». Ramón Grosso. ‘Aguilas’ diario gaditano en su número extraordinario de 19 de julio de 1937.

Los hermanos Fernando, Domingo y Alejandro Zamacola Abrisqueta habían nacido en Galicia, Fernando en Cariño y sus dos hermanos menores en Coruña. El cabeza de familia, Domingo Zamacola Arancheta, se había establecido en El Puerto de Santa María, donde se ganaba la vida como contratista de material de cantería para la compañía Obrascon. De los tres hijos era Fernando quien tenía un pasado más turbio, pues la policía lo tenía fichado como autor de un atraco a mano armada, en 1935 había estado arrestado por borrachera, escándalo público y estafa y en febrero de 1936 fue denunciado por agredir a un guardia municipal que iba de paisano.

cnt_jovenpagÉl mismo reconocía haberse afiliado a la CNT en 1932; decía que tuvo que hacerlo para poder trabajar y ayudar a su padre en la empresa de transporte, pero que rompió el carné “en vista de las canalladas y atropellos que cometía dicha organización”. Según la policía del Puerto, se afilió a Falange al ver que los obreros “abusaban de su padre como patrono”. La consecuencia de abandonar la CNT fue el boicot por parte del sindicato para impedirle trabajar y –según sus propias palabras– “por defender el partido Nacional Sindicalista llegaron hasta a condenarlo sin pruebas e inicuamente a veintiocho meses y veintiún días por supuesta tenencia de armas”.

Sobre su conversión al falangismo decía que al conocer y estudiar la doctrina de José Antonio se convenció de que era la única verdadera y por eso decidió afiliarse y se entregó a la organización “en cuerpo y alma”. Alejandro perteneció al Partido Comunista y había sido detenido con motivo de una huelga en solidaridad con los arrumbadores de Jerez. Él decía que pasó a la Falange en 1934, pero según la policía se le vio con un grupo comunista que apoyaba la candidatura del Frente Popular y su integración en el partido fascista debió ser hacia el mes de abril de 1936. Domingo no estuvo en ninguna organización política antes de Falange y el único antecedente que constaba a la policía es que fue detenido en junio de 1936 por pegar carteles del partido en la plaza de toros; en julio, cuando se produjo el golpe, era jefe local del Puerto de Santa María y estaba detenido en el penal.

regulares_morosEl Puerto cayó en manos de los sublevados. Una sección de Regulares mandada por el teniente Pérez Calvo desembarcó el 19 de julio en un remolcador procedente de Cádiz e inmediatamente ocupó el Ayuntamiento. Detuvieron a los miembros de la corporación municipal, requisaron armas y luego se dirigieron a la Prisión Central para liberar a los detenidos de derechas. El capitán que mandaba las fuerzas de infantería que custodiaban la cárcel no opuso resistencia y rápidamente salieron Fernando, Domingo Zamacola, Luis Benvenuty y otros falangistas que estaban detenidos. Uno de los que salió con ellos y se convirtió en estrecho colaborador de Fernando en la organización de la centuria falangista era el cartero Manuel Almendro López; había sido expedientado varias veces en el trabajo, se le acusaba de apropiarse de fondos de la asociación benéfica Conferencias de San Vicente de Paúl y antes de afiliarse a Falange había pertenecido al partido monárquico Renovación Española; cuando salió del penal el 19 de julio iba como jefe de escuadra al mando del primer contingente de falangistas portuenses armados.(En la imagen, moros del ejército de Franco).

PENAL_2_puertosantamariaDurante aquel encarcelamiento en vísperas de la sublevación, Fernando Zamacola conoció en el penal a Rafael Antequera Martínez, un sevillano que había pertenecido a la CNT y que estaba detenido por hacer sin billete la travesía de Tánger a Cádiz; gestionó su liberación, se afilió a Falange y terminó convirtiéndose en uno de sus hombres de confianza. En torno a estos individuos y otros como Ramiro Blanco, antiguo ex militante de la CNT que según los informes policiales había robado fondos del sindicato en Badalona, los de un sindicato de marineros en Barbate y también los de la “Sociedad Filarmónica” portuense, se fue formando la Centuria de los Leones de Rota. En ella se mezclaron gente “de orden”, arribistas, matones y  ex militantes de organizaciones de izquierdas que voluntariamente se pusieron el salvavidas azul o que fueron obligados a alistarse, como tantos otros casos de lealtad geográfica. Marcharon al frente y en los pueblos de la sierra por donde pasaron todavía se recuerdan los excesos que cometieron, dejando a su paso un rastro de sangre y muerte. (En la imagen, interior de la Prisión Central de El Puerto, en la que estuvieron presos Zamacola y otros falangistas portuenses, que sería luego una de las más mortírferas prisiones del franquismo).

Fernando Zamacola no tardó en convertirse en el héroe de Grazalema, donde parte de la columna rebelde del comandante Salvador Arizón quedó cercada el 13 de septiembre de 1936. Él logró romper el cerco la noche del 14 al 15 y entrar con un convoy de municiones. Recibió recompensas militares por su actuación en Grazalema y en Casares (Málaga) el 9 de octubre. El 20 de febrero de 1937 Franco le concedió la Medalla Militar individual y el 6 marzo obtuvo el empleo de alférez honorario del arma de Infantería “por su brillante comportamiento en las acciones de guerra en que ha tomado parte”. Además el teniente coronel Manuel Coco lo propuso para la Cruz Laureada de San Fernando, la más preciada condecoración del Ejército español, por su intervención en la conquista de Estepona (Málaga) el 14 de enero de 1937.  Mientras el Comandante Gallo instruía el expediente, la prensa falangista daba publicidad a la propuesta de Coco de otorgar la Laureada para Zamacola, pero el instructor concluyó la información con un dictamen desfavorable.

cruzlaureadasanfernandoEn el expediente de la Laureada no constan las razones por las que el comandante Gallo informó negativamente, pero pudo interferir una denuncia que dio pie a la apertura de otro expediente informativo –esta vez de carácter judicial militar– que afectaba a Fernando Zamacola. Había llegado directamente al Cuartel del Generalísimo y en ella se exponía la irregular situación en la que se encontraba la Falange del Puerto de Santa María, controlada por los Zamacola y su camarilla que, con actitudes propias de una banda de matones, se habían hecho dueños de la ciudad. También salpicó, entre otros, al jefe local y al que había sido comandante militar de la plaza en 1936.  Entre los nueve investigados, podemos conocer el delicado informe sobre Fernando Zamacola.

PULSAR PARA VER EL INFORME

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Tropas italianas acuarteladas en El Puerto, recibiendo un homenaje en la Plaza de Isaac Peral el 1 de octubre de 1938.

Con informes como éste se iniciaba cada uno de los nueves expedientes que la Auditoría ordenó instruir separadamente y presentarlos luego unidos con cuerda floja. Al de Fernando Zamacola se añadió a continuación un certificado de las referencias a su conducta que constaban en la denuncia sobre el ex comandante militar del Puerto. Tales eran el hecho de haber sacado de la cárcel a gente como Rafael Antequera, uno llamado Paco y otro apodado El Portugués, a quienes se presentaba como pistoleros que estaban imponiendo una política de terror en El Puerto. De Antequera se decía que como jefe de centuria tenía una actitud brutal con sus subordinados, que en diciembre de 1936 envió al frente un contingente de falangistas sin prendas de abrigo mientras en el cuartel se despilfarraba el dinero en comilonas y que todo eso estaba provocando que las personas de orden que iniciaron la Falange hubiesen empezado a retirarse de la organización o a solicitar cambios de destino para no seguir bajo las órdenes de individuos como aquéllos.

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Estatutos de la Falange Española Tradicionalista.

También se decía que unos prisioneros que supuestamente había tomado el enemigo a la centuria en Villaharta, en el frente de Córdoba, no fueron tales, sino que hubo una deserción de los izquierdistas que formaban parte de ella. Y por si todo eso fuera poco, se rumoreaba que los Zamacola habían reunido una fortuna de unas 350.000 pesetas que habían obtenido en muchos casos sacando a la gente de noche y con fusiles y que Fernando había gastado cantidades desorbitadas alojando a su novia durante varios meses en un hotel de la ciudad.

Luego se fueron incorporando los informes sobre sus antecedentes y conducta solicitados por el comandante Chacón al Ayuntamiento, Policía Gubernativa y Guardia Civil del Puerto de Santa María, las declaraciones del propio Zamacola, de Rafael Antequera, de los dueños de los hoteles en los que podía haber estado alojada la novia de Fernando, del jefe provincial de Falange y certificados de las entidades bancarias de la ciudad sobre la existencia de cuentas a su nombre.

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Textos de homenaje a Zamacola, ilustrados con dibujos de Julio Pérez Palacios.

Las indagaciones del instructor dejaron en claro, por ejemplo, que en los bancos de El Puerto de Santa María no había cuentas a nombre de Fernando Zamacola y que no era su novia, sino la de Domingo, quien había estado viviendo en el hotel Vista Alegre, en la foto de abajo a la izquierda.

hotelvistalegre_puertosantamariaPero estoy convencido de que el instructor no se empleó a fondo para aclarar las acusaciones más graves que pesaban sobre él. No tiene sentido que le preguntase a él directamente si en los pueblos por los que pasó su centuria oyó decir que preferían a los rojos antes que a ellos, si había permitido el ingreso de pistoleros en su organización, si tuvo algún altercado con el comandante militar de la plaza, si se había manifestado contrario a la unificación o si hubo deserciones en su centuria, a todo lo cual respondió negativamente, cuando lo que tendría que haber hecho es solicitar informes sobre todo ello a las autoridades locales del Puerto, de los pueblos en los que actuó la centuria, a los mandos militares y al jefe provincial de Falange.

[Tras aquella denuncia se inició  una investigación de la que se dedujeron diferentes informes, tanto los del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María como los de la Policía de la Ciudad. En 1937 la Policía de El Puerto elabora un informe sobre Domingo Zamacola al que  acusa, entre otros cargos de secuestro y violación de las mujer de Daniel Ortega Martinez, con nótula núm. 734 en Gente del Puerto y también de extorsión a diferentes industriales de la localidad]

danielortegamartinez_puertodesantamaria“En cuanto a su actuación, [Domingo] era el Jefe Local de Falange en el momento de iniciarse el Movimiento, aunque estaba en la cárcel de donde fue liberado al llegar las fuerzas del Ejército. Es del dominio público que hallándose en los pueblos de la sierra, al principio del Movimiento, cometió muchas inmoralidades por ser juerguista y gastador. (Daniel Ortega  Martínez en la imagen de la izquierda):
En esta ciudad, en El Puerto, siendo Jefe de Milicias, sacó de la cárcel a Luisa Rendón Martel, la mujer del diputado comunista Daniel Ortega Martínez, y la llevó a su domicilio, teniéndola allí hasta que la misma madre del Domingo fue a la Comandancia Militar a suplicar que sacasen de su casa a dicha mujer.
Durante su actuación como jefe de Falange en esta ciudad, también se sabe que amenazó a varios industriales para que entregasen fuertes sumas de dinero, siendo algunos de ellos don Daniel Martínez, don Luis Suárez..., a los cuales amenazó, y ellos pueden aportar detalles directamente. A otro industrial, don José Dosal, también le exigió una fuerte suma, llegando a ponerle el cañón de la pistola en el pecho para obligarle.
En general, se comenta mucho que este individuo frecuenta mucho los cabarets y las casas de lenocinio, haciendo buen gasto sin que se le conozca propiedad ninguna...”

bandera_falangeEl Juez Instructor que llevaba a cabo la investigación la paralizó durante tres años, tras los cuales, el Auditor decide darle carpetazo al asunto, aduciendo que los cargos no estaban suficientemente probados. Así no se aireaban los trapos sucios. No es frecuente encontrar pruebas documentales de la violencia y excesos cometidos por las fuerzas sublevadas y las bandas de falangistas. Cuando los autores de los crímenes eran los rojos, la Justicia Militar se empleaba a fondo para castigar a los culpables, pero en el caso contrario se miraba para otro lado. Sin embargo hay excepciones, y una de ellas es el expediente abierto en 1940 contra el que había sido comandante de Puesto de la Guardia Civil de Benamahoma en 1936. A los falangistas no volvieron a molestarlos.  Al fin y al cabo no habían hecho más que cumplir con su deber: obedecer las órdenes de sus jefes y fusilar a quienes les mandaron. Algunos todavía hablaban abiertamente de todo aquello, pero otros preferían olvidar y echar tierra sobre lo que vieron y lo que hicieron. (A la izquierda, bandera de la Falange Española).

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Esquela de Fernando Zamacola publicada el 16 de junio de 1938 en la Revista Portuense.

Fernando Zamacola falleció en Los Blázquez (Córdoba), siendo alférez de Regulares, el 14 de junio de 1938. La Jefatura Provincial de Propaganda de Sevilla le tributó un homenaje desde Radio Sevilla y posteriormente publicó el folleto “Fernando Zamacola ¡Presente!” (Ediciones de la Jefatura Provincial de Propaganda de FET-JONS de Sevilla, 1938) con textos del jefe gaditano Joaquín Bernal (“Fernando Zamacola ¡Presente!”), Diego Romero (“No lloréis”), Julio Estefanía (“Romance de fernando_zamacola_puertosantamariaZamacola”) y Fernando Bruner Prieto (“Elogio de Fernando Zamacola”), ilustrado con ocho grabados en boj de Julio Pérez Palacios, como el que aparece en la imagen de la izquierda. El jefe de los Leones de Rota continuó siendo “el heroico falangista Fernando Zamacola”, a pesar de todo, para los vencedores.

Esa imagen del héroe, del noble, del poeta... se cae completamente por tierra cuando se aborda a la figura de este personaje con un criterio objetivo, con un criterio historiográfico; manejando, no la leyenda ni la propaganda, sino lo que nos dice la documentación que creemos que puede ser la más objetiva. Y es la documentación creada por la propia Administración franquista... se trata de una investigación que se hace desde el propio régimen sobre quiénes son sus servidores. La información encontrada procede de la propia documentación generada por la administración franquista y por el aparato jurídico militar de los golpistas sublevados en julio de 1936. (Texto: Fernando Romero Romero).

fernandoromeroromero_villamartinFernando Romero Romero es  miembro del Grupo de Investigación Patrimonio Documental y Bibliográfico de Andalucía y América, así como de la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía y del equipo técnico del proyecto 'Todos los Nombres'.

Fuentes: Fernando Romero Romero: “Represión por la Justicia Militar: Rota, 1937-1942”, en  M. Rodríguez Izquierdo y P. P. Santamaría Curtido (Coords.): Memoria rota. República, Guerra Civil y represión en Rota. Ayuntamiento de Rota, 2009, pp. 381-434.

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Antiguo taller situado en la calle Zarza. De izquierda a derecha, Francisco Bollullo,Antonio Graván, Enrique Domínguez, Juan Sánchez y Ramón Bollullo.

La Imprenta Bollullo, nació como consecuencia de una aventura empresarial de mi padre, Juan Luis Bollullo López y de un conocido, José Espinosa Temoret cajista de imprenta y antes policía municipal. José Espinosa, sabía de una imprenta en Cádiz que vendía parte de su maquinaria y utillaje.

enttintadoEn la imagen de la izquierda, entintando una galerada.

Mi padre, como persona emprendedora, se entusiasmó con la propuesta que el Sr. Espinosa le hizo de formar ambos una sociedad, en la que  éste sería el socio industrial y mi padre el socio capitalista. Con esta disposición nos presentamos un domingo por la mañana de finales de los años 1.959, en Cádiz en la Imprenta Atlántida, situada en la Calle Cánovas del Castillo, cuyo propietario era José Luis Sánchez Lassaleta, Rápidamente llegamos a un entendimiento y cargamos en un furgón todo el material, que relaciono a continuación:

Dos máquinas de imprimir de palanca marca ‘Boston’, una tamaño cuartilla y otra tamaño folio con tintero. Una guillotina marca ‘Krause’, de 61 cms. de corte, manual. Una perforadora de 40 cms. Una cosedora marca ‘El Casco’, mod. 65. Dos comodines de madera de 12 cajas. Comodín de madera de letras ‘versales’. Tipos de letras diversos, regletas, imposiciones, lingotes, capuchinas. Componedores, numeradores, etc…

chivalete_imprenta_puertosantamariaEn la imagen de la izquierda un Comodín de madera de letras versales o chivalete de 12 cajones, los cuales tienen  unos departamentos; en cada uno de ellos se colocan  letras mayúsculas,  llamadas versales, éstas letras que solían estar adornadas de orlas y arabescos, suelen emplarse a principio de versos o principio de capítulos.

Con todo esta maquinaria, algún material obsoleto, y una gran ilusión empezó la aventura empresarial de la Imprenta Bollullo a navegar en el mundo de las Artes Gráficas. Con idea de que los trabajos pudiesen salir con calidad, hubo que adquirir material nuevo, sobre todos tipos de letras, ya que los que teníamos estaban bastante deteriorados, dado que este material  se deteriora con el uso. La firma Richard Gans, S,A., una de las cuatro fundiciones tipográficas que existían en España en aquel entonces, nos proveyó de todo lo necesario para poder funcionar con la garantía de hacer un buen trabajo.

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Los comienzos de imprenta Bollullo, en la calle Zarza, 25.

MÉTODOS ARTESANALES.

El taller que montamos, en la calle Zarza 25, era de lo más modesto y artesanal. El trabajo y el esfuerzo físico que había que hacer con este tipo de maquinaria --si ustedes conocen algún taller de imprenta-- se lo pueden imaginar. Imprimíamos en máquinas de palanca a mano, el corte de papel se hacía en guillotina a volante, había que girar una rueda con un manubrio y entonces bajaba la cuchilla y cortaba el papel, con una precisión relativa. Empezamos haciendo pequeños encargos de tarjetas, facturas, cartas, octavillas publicitarias,  etc.,  que Espinosa aportaba por sus relaciones con determinadas personas, a las que fuimos haciendo nuestros  clientes.

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Galeradas. Una galerada en imprenta es el fragmento de composición que cabe en una galera. También es la prueba sacada de esta composición para hacer sobre ella las correcciones oportunas.

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Plancha dispusta para imprimir y caja de tipos.

DIFERENTES SOCIEDADES MERCANTILES.
Estuvimos aproximadamente dos años asociados con Espinosa, acuerdo que finalizamos nosotros, estableciéndose dicho señor, después, por su cuenta. Por aquellas fechas, compramos a Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, una máquina de impresión rotoplana, marca ‘Marinoni’, que empleaban los Jesuitas en hacer los boletines e impresos para el noviciado. Esta máquina procedía  de la imprenta del  colegio San Luis Gonzaga, regentada por Ramón Grabán Gré.  Creamos otra sociedad con Fernando Bustillo Carrillo, sociedad que  él deshizo al poco tiempo, al preferir este señor  establecerse  por su cuenta. Mientras tanto mi hermano Ramón se había incorporado también a la empresa y poco a poco fue conociendo como funcionaba un taller de Artes Gráficas, mientras yo simultaneaba el trabajo de la imprenta en una empresa constructora.

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En la primitiva imprenta de la calle Zarza, 65.

Por  otra parte la experiencia que habíamos tenido con otros socios, no fue lo satisfactoria, que hubiéramos deseado, así que dijimos: ‘no más socios’. Así que contratamos a un Oficial Cajista de Primera, más tarde algún Maquinista y Minervista, algunos aprendices hasta que conseguimos ir haciendo una plantilla de la cual siempre nos hemos sentido orgullosos. Poco a poco fuimos entrando en gremio y relacionándonos en el sector de los impresores. Nombraron a nuestra empresa vocal de la Asociación Provincial de Empresarios de Artes Gráficas y cambiamos el nombre de la sociedad "Tipografía Bollullo" dado que todos los trabajos que hacíamos eran a base de trabajar con tipos de letras de imprenta.

tiposdeletras_imprenta__puertosantamariaEn la imagen, Caja de Tipos y  Componedor. Esta caja en una de las que ocupa el comodín o chivalete, y se compraban la cantidad de letras adecuadas para componer uno o dos folios. Se compraban en tamaños distintos, desde el cuerpo (tamaño) 6 hasta el 48. De cada modelo de letra, cada impresor adquiría las que podía según sus posibilidades. A mas modelos, mas posibilidades se ofrecían a los clientes. Imprentas hubo en la provincia de Cádiz que tuvieron hasta 30 comodines por 12 cajas, un total de 360 porciones (pólizas) de letra. La componedora es una herramienta que se utiliza para ir componiendo líneas o texto seguido.

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Componiendo textos usando regletas y lingotes. Se utilizaban para separar líneas de texto, por ejemplo, si el cajista estima que unas líneas están muy unidas, empleará regletas, o lingotes para hacer las separaciones adecuadas.

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En la imagen una máquina Minerva, modelo Heidelberg, de la Imprena Bollullo, prensa de impresión tipográfica de pequeño formato, aunque existen algunas de doble folio. Minervistas se llama al trabajador que la maneja. Luego vendrían las Rotoplanas, máquinas, en general, para la impresión de formatos grandes, pues el pliego a imprimir se maneja, con más facilidad,  sobre una mesa inclinada, que llega a ser sujetado por unas uñas a un rodillo, en el cual se enrrolla el pliego, mientras la forma es la que se mueve y  "mancha " el papel.

LOS TIPOS DE IMPRENTA.
Para  que el visitador de esta página, que no conozca una imprenta a la antigua usanza, aclaramos que  los tipos de letras son barritas compuesta de plomo, estaño y antimonio. Cada barrita es una letra, número o espacio y de esta forma había que componer los textos. Existían tipos de letras desde el cuerpo 6 (aprx. 2,5 mms.) hasta el cuerpo 48 (aprx. 15 mms). Los tipos de letras mayores solían hacerse de madera. Estos materiales eran bastante costosos y de difícil amortización, por lo que la imprenta tradicional era un negocio de un resultado económico incierto.

CALLE CIELOS.
A primeros de Enero de 1.968, casi nueve años después de crear la primera imprenta, trasladamos no sin grandes esfuerzos el taller a la calle Cielos, 65. Adaptamos varias dependencia de esta finca para hacer unas instalaciones en un lugar mucho más operativo de las que disponíamos en calle Zarza.

alineaciondetiposEn la imagen   de la izquierda una composición de tipos. cuando el cajista compone una forma para imprimir: membrete de una carta, cartel o lo que fuera se coloca en una 'rama' --anillo rectangular de acero, que es la medida máxima de la máquina de imprimir--. Los espacios que se quedan libres sin tipos de letras se suplementan con las 'imposiciones' que fueron primero de aluminio y con el tiempo llegaron a ser de plástico. Tenían diferentes medidas parra poder ajustarlas al tamaño de la 'rama' y, a continuación, se apretaban con cuñas, todo perfectamente ajustado se colocaba en la máquina y... a imprimir. Artesanía pura. Otro artilugio son 'las capuchinas', unas guías que se colocaban en la 'cama' de la máquina  --cama es la parte de la máquina que llegaba hasta la forma--; se colocaban en ángulo recto, una en vertical y dos en horizontal. En ense ángulo, cuando el tímpano de la 'cama' se despegaba de la 'rama', el maquinista colocaba hábilmente el papel y... a imprimir.

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En la imagen , podemos contemplar una imagen de una máquiena de impresión a offset, en concreto la Roland 200, que se encuenra en Bollullo.

En 1.972 empezamos cambiar el sistema de impresión de tipografía a offset, proceso que fuimos haciendo de forma progresiva hasta conseguir que, al cabo de algunos años, nuestra industria funcionase casi al cien por cien con las técnicas más actuales. En 1.980 construimos un nuevo edificio en el lugar que ocuparon las primeras instalaciones de la calle Cielos, trasladándonos de forma provisional a un edificio contiguo, en Cielos 67, y al que volvimos para albergar las nuevas instalaciones a las que dotamos de mejores medios y maquinaria, de acuerdo con la demanda de nuestros clientes.

EL EQUIPO HUMANO.
Resulta del todo imprescindible nombrar a las personas que, en principio nos ayudaron al montaje físico de  nuestra industria y que han cumplido ya cincuenta años de actividad. Su ayuda fue inestimable y les tenemos un  agradecimiento especial: Antonio Albaiceta Revuelta, José Martínez Cabrera y Vicente Utrera Caro. Y un agradecimiento de todo corazón a nuestro personal, o mejor dicho nuestros amigos los trabajadores de Imprenta Bollullo, que han sido nuestro mejor activo. En parte gracias a ellos somos algo en el mundo de las Artes Gráfica: Antonio Grabán Gré, Enrique Dominguez González, Manuel Martín-Arroyo Bocanegra, Francisco Bollullo Altamirano, Juan Sánchez González, Antonio Bollullo Altamirano, Manuel Bollullo Alvarez, Miguel Rosso Riverola, José Luis Prado Galán, Emilio Jaén Domínguez y Juan Rosique Oviedo.

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Trabajadores ya jubilados de la Imprenta Bollullo, a excepción de Juan, tomada en los años 90, de izquierda a derecha Enrique Domínguez, Juan Sánchez, Antonio y Manuel Martín-Arroyo. Los dos primeros aparecen en la primera fotografía que ilustra esta nótula.

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Plantilla actual de la imprenta. De izquierda a derecha, Juan Sánchez González, Margarita Bollullo Díaz, Juan Manuel Bollullo Díaz, Ramón Bollullo Estepa, Manuel Bollullo Álvarez, Ramón Bollullo Díaz, Juan Manuel Campanario Cornejo.

49067_100001634400214_7435_nLA FAMILIA
A mi hermano Ramón le agradezco, la dedicación que ha tenido dirigiendo como regente el Taller de Imprenta, las horas que ha invertido en el  trabajo son impagables. Desde primero de Septiembre de 2004, Imprenta Bollullo depende exclusivamente de mi hermano Ramón.

A mi padre, desearía ponerle un pedestal especial en la memoria de mis recuerdos, hombre con una preparación escolar escasa, pero siempre ávido de leer el Quijote y la biografía de Cristóbal Colón, emprendedor, trabajador, valiente,  honrado y amasador de ilusiones, que nos enseñó tanto a mi hermano como a mí, que lo más importante es el trabajo.

tintadeimprentaHemos sido considerados por parte de algunos portuenses e investigadores como fuente de información --porque así lo puso en la prensa un portuense hace años, criticando nuestra postura al redactar impresos que poníamos en demasía El Puerto de Santa María-- entre su documentación sobre cual es el verdadero nombre de la Ciudad, si lleva o debe llevar el artículo ‘el’  y sea nombrado Puerto de Santa María,  El Puerto de Santa María ó  simplemente El Puerto. (A la izquierda tinta de imprenta disponiéndose para su uso).

EL PAPEL DE LA IMPRENTA.
La imprenta era algo especial, un lugar donde se redactaba cualquier panfleto, catálogo o cualquier  impreso que pudiese ser leído o difundido. Formábamos parte de los medios de comunicación. Hoy es distinto, pero entonces, las paredes de  nuestra  imprenta, de cualquier imprenta, se podían decorar con esta máxima:

juanluisbollullolopez_puertosantamaria'Esta es una imprenta
adelantada de la información
cuna de la Libertad
clarín incesante del comercio.
Desde este lugar,
vuelan al mundo las palabras.
No para desvanecerse
como las ondas del viento.
Ni para morir como las olas
a la orilla del mar.
Sino para quedar fijas eternamente.
Está Vd., amigo, en terreno sagrado.
Está Vd. en una Imprenta'.

En la imagen de la izquierda, Juan Luis Bollullo López, fundador, junto a José Espinossa Temoret de Imprenta Bollullo, a finales de los 50 del siglo pasado).

(Texto: Francisco Bollullo Estepa).


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Se acercan ya los actos de conmemoración del Cincuentenario del Colegio La Salle en El Puerto. El acto principal tendrá lugar en el Monasterio de la Victoria, el sábado 16 de octubre, en el Auditorio Monasterio de la Victoria, por la tarde a las 20:30 horas. Hasta entonces y durante este mes de octubre, publicaremos aleatóriamente imágenes del Centro que abrió sus puertas allá por 1960. El perímetro del centro está delimitado por las calles de la Rosa, Espíritu Santo, Zarza y San Francisco de Paula.

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Alzado de la edificación principal, visto desde la calle de la Rosa.

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Alzado del edificio principal, visto desde el campo de deportes.

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Plano del edificio principal y los pequeños edificios anexos, y los 4 campos de deportes. Los dos pequeños en semisótano para deportes de cancha pequeña y los dos mas grandes, de diferente tamaño en largo y ancho, para la práctica mayoritaria del futbol, gimnasia, juegos, etc... Hoy estos han sido reconvertidos.

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Solar donde se construyó el colegio, al fondo las bodegas de la calle San Francisco de Paula.

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Los pilares sobre los que está construído el colegio. Al fondo, los hermanos de la Salle, en una visita, casi diaria, de inspección.

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El Hermano Ignacio, al centro, con un grupo de operarios, visitando las obras, ya bastante avanzadas, por cierto.

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Con el colegio ya en funcionamiento, una tabla de gimnasia con exhibición, en una Fiesta de Fin de Curso.

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La Tuna, en una actuación en el antiguo Teatro -hoy está remozado- del Centro. Podemos distinguir, entre otros al primero de la izquierda es F. Vargas, el tercero es Fernando Arjona, el vocalista, con la pandereta delane del micrófono es Juan Arjona, a su lado Paco Rodríguez Rendón, con la bandurria que, aunque no etudió en La Salle, perteneció a la Tuna y luego a la Rondalla Portuense, el último por la derecha es Juan G. Conejo.

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Pulsar sobre la imagen para ampliar el tamaño de la fotografía.

Una clase con el colegio ya bastante rodado. De pié, el Hermano Gonzalo, tutor de uno de los  cursos de cuarto de primaria. Año 1969.  Fila superior, desconocido, desconocido, José Antonio Andrade, desconocido, Méndez, desconocido, Martínez de Murga, Juan Ramón Guardiola Crespo, Rafael Ángel Moreno Naval, Arana, Barcala, Escalante, Simón Blas Enríquez.
Fila segunda, Obregón, Juan Carlos Dueñas Redondo, sobrino de D. Vicente, Jerónimo Lara, Juan Carlos Neva Delgado, desconocido, desconocido, Jarque, Gregorio Cardellat Martí, desconocido, Valle, Manuel Girón Mesegué, desconocido.
Sentados en la silla, desconocido, Aguilar, Alejandro, Joselito González, desconocido, Graván, Contreras, Domínguez, José María Morillo, desconocido, desconocido, desconocido, Vicente Vela Terrada.
Sentados en el suelo, Guerrero, Manuel, Roselló Martí, Padilla, desconocido, Leiva, Murga, Feria y desconocido.

MAS INFORMACIÓN:

249. Primera Piedra del Colegio de La Salle: 50 años.
291. La Salle. Curso Inaugural. Orla 2ª Clase.
310. La Salle. Preparando el 50 aniversario.
339. Otro grupo de La Salle a mediados de los sesenta.
577. La Salle prepara el 50 aniversario.

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americamartinez8El pasado 30 de septiembre, a la edad de 88 años ha muerto en su domicilio de El Puerto la primera catedrática de guitarra de Andalucía y segunda de España, Pilar América Martínez Serrano. Vivía en casa de su hijo Juan de Mena, responsable diocesano de las Comunidades Neocatecumenales, en la calle Pajar.

América Martínez, como era conocida mundialmente, nació en 1922 en Madrid. Su madre, Matilde Serrano, le encomendó su educación musical cuando contaba apenas 9 años, junto a su hermana de 11, España, al maestro Daniel Fortea, recibiendo clases de guitarra. Con 10 años, un accidente doméstico con un cristal, que estuvo a punto de costarle un brazo, aconsejó que estudiara la mandolina lo que hizo que su recuperación fuera completa.

Se hicieron famosas las hermanas ,con pocos años, por los festivales que ofrecían, entre otros en el Círculo de Bellas Artes, Ateneo, Teatro María Guerrero, Coliseum España o el Teatro de la Zarzuela, emisoras de radio y de gira por otras capitales de provincia de nuestro país.

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Con 10 años América y su hermana España con 13, ofreciendo un concierto.

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Las hermanas América con mandolina y España, con guitarra española, continuaron de mayor con su actividad concertística.

En 1935 se crea la Cátedra de Guitarra en el Conservatorio de Madrid, a instancia, entre otras de la madre de nuestra protagonista, ya que no existía tal disciplina reglada en nuestro país. En el año 1938, tenía América 17 años y su hermana España reciben, tras el preceptivo examen, el nombramiento de Profesoras de Orquesta, que otorgaba la Asociación General de Profesores de Orquesta y Música de Madrid.

Durante la Guerra Incivil, recordaba América: «--En el piso donde vivía Fortea cayeron dos bombas que no llegaron a explotar pero que cortaron el edificio en dos, de tal forma que cuando se abría una de las puertas que daba al pasillo se veía el vacío. Mis padres ofrecieron entonces al maestro a que se alojase en nuestra casa, donde vivió con nosotros por espacio de varios meses. Durante ese tiempo, y para evitarle al maestro riesgos innecesarios, mi hermana y yo atendimos tanto a sus discípulos como su biblioteca».

america_martinez__A la finalización de la contienda, entre 1939 y 1943,  América cursa los estudios oficiales en el Real Conservatorio,  durante los que obtuvo el Diploma de Primera Clase ‘Fin de Carrera’, siendo becada a continuación y por dos años por el Gobierno Civil de Madrid en 1942 y 43. En 1944, al finalizar sus estudios de armonía, le es concedida la beca ‘Carmen del Río’, de la sevillana  Academia de Bellas Artes de San Fernando.

En el año 1945 llega a Sevilla y el Conservatorio Superior de Música de la capital hispalense creó la cátedra de guitarra que obtuvo por oposición con el número 1 en 1949, con 27 años. Su vinculación con la institución musical duró hasta 1987, con su jubilación, tras 43 años de ejercicio ininterrumpido de docencia.

americamartinez____En 1949 organizaría el Homenaje a 130 Año de Guitarra Clásica Española. Al año siguiente, en 1950, se casaría con el escritor José María de Mena, con quien tuvo dos hijos, Juan que vive en El Puerto y América, quien fallecería prematuramente en los 90 del siglo pasado. El matrimonio duró por espacio de cuatro años.

A partir de su jubilación en 1987, América continuaría con su emérito magisterio, formando parte de jurados de prestigiosos concursos y tribunales musicales, pronunciando conferencias, impartiendo cursos, atendiendo a cuantos se acercaban a ella, muchas veces --la mayoría-- lejos de España: Japón, Polonia, Francia o Italia. A lo largo de su vida acumuló importantes becas y premios. Un Festival de Guitarra lleva su nombre.

En el año 2002, tras una desgraciada intervención quirúrgica no volvería a andar, lo que le obligaría a vivir en silla de rueda los últimos ocho años de su vida. Fallecería en nuestra Ciudad el 30 de septiembre de 2010. Está enterrada en el sevillano cementerio de San Fernando.

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Con el maestro Joaquín Rodrigo.

americamartinez_discoGUITARRISTAS DE AYER Y HOY.
Nuestra protagonista se relacionó a lo largo de su vida profesional con los grandes maestros del siglo XX de la guitarra clásica española: Joaquín Rodrigo, Andrés Segovia, Manuel Castillo, Antonio Ruiz Pipó, Abel Carlevaro, Stephen Dodgson, Reginald Smith Brindle, entre otros. Será bajo su docto saber y siguiendo sus preceptos con los que se formaron grandes concertistas y profesores de prestigio, como son Serafín Arriaza, Juan Antonio Torres, Maribel Álvarez, Clementina Ruiz, María Esther Guzman, Juan Carlos Rivera, Claudio González, José María Pichardo, Valentín Villanueva, Julio Gimeno, Miguel Ángel Acosta y muchos más, pertenecientes a la escuela de guitarristas sevillanos «--Llevar la música a los colegios me llenó de satisfacción porque la música no admite la maldad y un niño que se eduque en la música nunca será violento», afirmaría.(En la imagen, portada de la recopilación efectuada por Rocío Macareno, con grabaciones que incluyen obras de Sor, Mudarra, Coste, Malats, Tárrega y el propio Daniel Fortea, su maestro. Año 2007).

Serenata Española, de Malats, interpretada por América Martínez, realizado por Sobrepunto.

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manuelbejarano_armario_puertosantamariaEn Mayo de 1979 un grupo de amigos le dedicó un homenaje de respeto a Manolo Bejarano, publicando un librito, con prólogo de Alfredo Bootello Reyes, que ha llegado a nuestras manos, donde se recogía en la dedicatoria «A tí Manuel Bejarano Armario, nuestro gran amigo, que ha destacado, no solo en la Historia del Arte, sino en la historia de esta bella ciudad del Puerto de Santa María, con trazos indelebles».

Cuando la estación invernal está acabándose, nace en una calle portuense, la calle Zarza en el número 53, Manuel Bejarano Armario. Esto ocurría un 12 de marzo e 1920. Como niño de aquella época no estudia, no porque sea indolente, sino simplemente porque detesta los libros de texto. Su familia poco acomodada tampoco le permitía ese lujo.

En algunos colegios donde permaneció, por poco tiempo, “Casa Pinto”, “Doña Conchita Romero” y “Hospitalito”, ya trabajaba, realizaba infatigablemente una labor que absorbía todos sus sentidos, toda su inteligencia, y toda su alma. Este muchacho enjuto, pero fuerte y ancho de espaldas, cantaba, pintaba, toreaba, no con la torpeza y la inconsciencia que es propia de un muchacho de su edad, sino con la seriedad, el tesón y la pericia del que está llamado a ser un Gran Artista del lápiz o del pincel, del cante o del toreo. No hace garabatos como los niños de su edad, sino verdaderas obras de arte.

unartistaparaelpuebloBOTONES EN EL RACING
A los diez años, es botones del Racing Club Portuense. Su equipo de su alma ¡Cuántos recuerdos! ¡Cuántas alegrías! Durante su permanencia, fueron nueve años, en sus horas libres se dedicaba a pintar, a cantar, a recitar, a torear. Acudía a los homenajes de los necesitados. Era conocido en su ciudad natal. (En la imagen de la izquierda, portda del libreto homenaje a Bejarano. Año 1979).

Llega la hora de incorporarse a los deberes militares. Málaga es su destino. El servicio Militar no le impide desarrollar sus facetas y en la primera oportunidad que se le presenta canta, pinta y torea en un festival dedicado al regimiento. Triunfa y el público le rinde homenaje. Manuel Bejarano Armario llora y puesto de rodillas besa la arena del coso malagueño. Era su primer gran triunfo en tierras lejanas.

…Y SEVILLA.
Cuando en 1940 se licencia, Sevilla es su meta. Ciudad de grandes artistas. Una noche del mes de mayo, un pintor portuense le invita a que  asista a un homenaje que se da a una primera figura del Cante. Era en la Campana de Sevilla. Allí acudió nuestro artista acompañado del pintor. Se encuentra con grandes toreros, con empresarios, en resumidas cuentas, con la élite del Arte en aquella fecha. Manuel Bejarano solicita poder unirse al homenaje y la dirección le concede su participación. Su actuación es colosal. El homenajeado se fija en él y le dice:

autobus_1950ytantos«--Eres artista. Eres soberano artista, un hombre de alma superior y vida llena de interés. Sigan los jóvenes el ejemplo de su gran voluntad y de su actividad sin precedentes. Eres original, prodigiosamente original, desde que naciste hasta la fecha, la historia del Arte no registra un caso ni igual ni siquiera semejante». Así fue como recibió la alternativa. (En la imagen, autobús en el que Manolo viajaría a Sevilla).

Manuel Bejarano Armario es el creador, el artista por temperamento, el que hubiera creado el Arte de no existir ya cuando él naciera. Veinte años permaneció en Sevilla. Triunfo tras triunfos. Las Peñas Trianeras y Rocieras le rinden homenaje. Ha nacido un gran pintor, un gran torero de Salón, un formidable saetero, un incomparable cantaor. Ha nacido un artista…

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Poniendo un par de banderillas. De la producción del año 1981. "Se difumina en un mundo alegre y sin complicaciones. Su pintura vuelve al tema taurino una y otra vez. En un mundo, el de los toros, que le atrae desde muy niño, su combinación de colores llama poderosamente la atención" Alfredo Bootello, del prólogo.

ALICAÍDO.
Año de 1960. Una enfermedad, no física sino moral, le impiden nuevos triunfos en tierras sevillanas. Regresa a su ciudad natal, a su Puerto de Santa María. Sucedía un 16 de julio, festividad de la Patrona del Mar. El Puerto estaba en fiesta. Los barcos engalanados. Nuestro artista alicaído cruza la ciudad, no quiere saber nada de fiesta, ni de Sevilla, ni de triunfos. Quiere descansar, reponerse de los disgustos y sinsabores recibidos.

ENCUENTRO CON DURÁN.
Pasan los días, las semanas, los meses. Estamos en el mes de septiembre, hace tres meses que está en su ciudad natal. Su salud es excelente. Está fuerte moralmente. Es una mañana del mes de septiembre, soleada y alegre. Manuel Bejarano acaba de salir de su casa y camina al azar, sin rumbo fijo, con intención solo de aprovechar el cálido y alegre sol de la mañana. De pronto un transeúnte llama su atención y le obliga a detenerse ¿Será posible? ¿Será Durán, un amigo de la infancia, u otro que sea el vivo retrato de él? No, no, es Durán, el mismo Durán. Y para acabar de cerciorarse, se va hacia él y le corta el paso.

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La plaza del Castillo, en 1960, durante unas Fiestas de la Hispanidad.

«--¡Durán!». «--¡Bejarano!» En la mente de ambos se produce una nostálgica evocación. Esto ocurría en los alegres jardines de su Plaza del Castillo de San Marcos. Como siempre van hablando de Arte.  «--Yo – dice Bejarano- lo que con más empeño he de procurar ha de ser conseguir el relieve».  Andando, andando, habían llegado a la Rotonda de la Puntilla.

Varios años estuvieron Manuel Bejarano y su amigo coleccionando obras.  Para despedirse Durán ante una obra pintada por el maestro, tiene estas frases de elogio:  «--¡Oh! ¿Qué es esto que mis ojos ven y mi alma rechaza?  Esas líneas, ese color, ese brío, ese armonioso conjunto. Por favor, Bejarano, dame la prueba de que no he enloquecido».  «--Es arte», le responde Durán es hoy pintor consagrado. Reside en Madrid. Es otro artista. Con palabras entrecortadas Manuel Bejarano se acuerda de su fiel amigo. Fue para él su otro gran descubridor. Su compañía le hizo mucho bien.

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'En el albero'. Obra correspondiente a finales de la década de los ochenta del siglo pasado. "Se le ha querido encasillar como pintor 'naif'. Disiento. Aunque su pintura no está exenta de infantilismo, si nos fijamos bien en su cromatismo y en su línea, se sale del mundo 'naif' para volverse a encontrar con él mismo". Del prólogo de Alfredo Bootello.

EL AMOR Y EL CASAMIENTO.
Durante los siguientes años, Manuel Bejarano se afianza dentro de ese difícil mundo del arte. Era su bahía gaditana testigo de sus quehaceres. Su alma desolada como un desierto nocturno, en que parece solo puede erguirse la voluntad rebelde a modo de pirámide agresiva, se oye, sin embargo, como el murmullo de una palmera la tierna voz del amor. Era su amor, si su amor, no lo podía abandonar… En vano había luchado contra esa pasión, que aún en él exigía el nombre de amor. Sí, ¡aquello era amor, tiernos sentimientos!, sí, nuestro artista se había enamorado. Pero un artista ha de saber también otras muchas cosas que le distinguían de un analfabeto. Y él las conocía y sus sentimientos se iban perfeccionando. El día 1 de enero de 1969 se casa. Tiene esposa, una esposa que le dedica toda su atención y que no hubiera podido ser superada en buenas cualidades por mujer alguna. Para nuestra artista es su reina, su gran compañera, su alegría, sus sufrimientos, es todo…

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Una faena con el capote. 7 de mayo de 1979. "No se le entiende bien si no se le conoce bien, por encima de cualquier técnica, la pintura de Manolo Bejarano es, sin duda, la ilusión hecha arte". Del prólogo de Alfredo Bootello.

VUELTA A SEVILLA.
Y vuelve a Sevilla, ciudad de grandes recuerdos para nuestro artista. Y triunfa nuevamente. Sevilla se rinde ante el arte de Manuel Bejarano Armario, canta, pinta y torea de salón y sus incondicionales lo pasean a hombro, aquellos que años atrás habían sentido la marcha del siempre querido Bejarano.

MADRID Y DE GIRA POR ESPAÑA.
Por fin, Madrid. Sí, Manuel Bejarano Armario como otros grandes de su época quiere consagrarse en la capital y allí acude. Sus triunfos son apoteósicos. El Escorial, la Bilbaína, son testigos de sus actuaciones. Un diario madrileño días después de su brillante actuación en la Bilbaína, decía: «--En sus obras hay algo terriblemente que cautiva». Ocurría esto en el año 1976.

Después, actuaciones tras actuaciones. Málaga, Sevilla, nuevamente Madrid, Jerez de la Frontera, Grazalema, Bornos, Villamartín, Marbella, Campillo de Llerena, Cáceres, Sanlúcar de Barrameda, Rota, Chipiona, Trebujena, Arcos de la Frontera, Sanlúcar la Mayor, Coria del Río, Écija y Córdoba, fueron testigos de sus grandes Éxitos, sí, Éxitos con mayúscula, porque lo realizado por Manuel Bejarano Armario fue muy difícil de llegar a superar.

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Exposición en la Casa de la Cultura en 1978.

PROFETA EN SU TIERRA.
Su ciudad natal lo reclama, y el día 14 de julio de 1977 actúa para los productores del Mar en la “Noche Marinera”. El triunfo es extraordinario. Nuevos contratos para otras actuaciones le sale. El aficionado al Arte está entregado.

En octubre de 1978, la Casa de la Cultura Portuense le abre sus puertas y Manuel Bejarano Armario expone 30 artísticos cuadros que son visitados por una masa de personas. La Cadena Ser a través de su programa en Radio Jerez, le dedica media hora y le entrevista; el Artista se emociona y llora de alegría. Y a través de la emisora manifiesta que su ilusión sería exponer en el Sanatorio de Santa Rosalía. Así se lo concedieron y en un detalle digno de hombre superior regala 30 cuadros al Sanatorio.

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Cartel de la Exposición en la que se anuncia de la donación al Sanatorio jerezano de Santa Rosalía. El propio artista se encargaría de rectificarlo añadiendo que fueron 30 las obras donadas. Y recordando que Juan Luis de los Santos acuñó la frase que le adjudicaría: 'Soy pobre pero rico en arte'.

Año 1978. Nuevos triunfos en Jerez y El Puerto. La Feria de Primavera son sus metas. En Jerez de la Frontera actúa en la “Solera del Arte” y en El Puerto, en la Caseta de su Racing Club Portuense. Canta, pinta, torea de salón, recita, el éxito es majestuoso.  Y por último, la actuación que ha llevado a cabo el día 30 de marzo de 1979, en la Peña “Buena Gente” de Jerez de la Frontera. Le concedieron Diploma de Honor por su actuación en el Concurso de Saetas.

Si hubiera que copiar aquí las alabanzas que la crítica ha hecho del gigante del arte, habría que quintuplicar lo dicho. Manuel Bejarano Armario ha estallado como una tempestad, es todo un Artista. (Texto: Boga. Año 1979).

(Los cuadros que aparecen en esta nótula pertenecen a una colección de 25 obras que fueron regalados hace 20 años por su autor a José María Morillo, quien consciente del valor del legado pictórico de Bejarano los custodia y admira como corrresponde y tiene intención de hacer una exposición retrospectiva con los mismos, en homenaje al pintor y vate porteño).

Más información en nótula 492 ‘El Puerto dijo sí’.

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javiertejadaprieto_cuadro_puertosantamariaJavier Tejada Prieto nació en El Puerto con la  Exposición Universal de Sevilla en  1929 y nos dejó el pasado el pasado 2009 con 80 años de edad también en su ciudad natal. Fue alumno aventajado de la Academia de Bellas Artes ‘Santa Cecilia’. Ejecutó distintos monumentos en diversos municipios de la provincia de Cádiz, entre los que destacan Diego Reguera y Emilio Santamaría en Ubrique o las esculturas en la iglesia de la Divina Pastora, en Chipiona. (En la imagen, autorretrato de Javier Tejada, recordando el estilo y técnicas de Van Gogh).

Parte de  su legado artístico se encuentra en El Puerto: monumento a Fernán Caballero, La Virgen del Carmen, El Puerto allmarinero, el Toro situado frente a la Plaza Real, a Rafael Alberti en dos versiones de medio y de cuerpo entero, el desafortunado arreglo del de Muñoz Seca en la Plaza de Isaac Peral, añadiéndole dos piernas y él último encargo municipal, el busto de Alfonso X, ‘el Sabio’ en un lateral del Castillo. También el retrato en bronce del poeta José Luis Tejada, su primo.

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El estudio de Javier Tejada, con un autoretrato en barro inacabado y algunos bocetos de obras ya realizadas o por realizar.

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El caballete donde pintaba, junto al cierro de la calle Larga. A la derecha, réplica del busto de Alfonso X que está erigido en un lateral del Castillo de San Marcos.

Javier era el quinto hijo de una familia de diez hermanos. Era frecuente verlo por las calles de El Puerto, en compañía de su hoy viuda, María Luis García Castellano.

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Existe en el estudio una extensa colección de toros en bronce y barro, además de otras esculturas de pequeño formato de Alberti, Federico Rubio, la Patrona, picadores, grupos escultóricos...

OBRAS TERMINADAS EN EL TALLER.
En la calle Larga, donde vivían y donde hoy continúa haciéndolo su viuda, permanece intacto su estudio, sus herramientas, sus obras, cuadros, esculturas, pinturas, apuntes, bocetos, obras en barro terminadas, otras esbozadas… Desde un cuadro con una vista romántica de El Puerto desde la Otra Banda, pasando por la iglesia del Espíritu Santo, acaso en el XIX, la ermita de Santa Clara, la desparecida portada de la finca El Caracol o la ya inexistente casa de campo de La Angelita, son algunos ejemplos de su obra pictórica. Una réplica del Alfonso X del lateral del castillo, esculturas religiosas en barro cocido, un busto de Federico Rubio y otro del propio artista, una patrona, el boceto en barro de Alberti. Y toros, muchos toros en las mas diversas posturas, revelando en el escultor un maestro en la recreación de esa anatomía en movimiento.

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María Luisa García Castellano, viuda de Javier Tejada, delante de cuadros, esculturas, bocetos y apuntes del artista que se encuentran a la venta.

OBRAS EN VENTA.
Hoy, María Luisa, su viuda se deshace con pena de sus obras, expuestas por última vez en el que fue su estudio de la calle Larga. Allí permanecerán hasta que porteños y visitantes, ciudadanos de la Bahía se lleven a su casa las que fueron últimas producciones de un artista digno que, ni vivió sobrado de dinero ni dejó nadando en la abundancia a su viuda,  y que contribuirán adquiriendo escudo_tejada_puertosantamariaalgunos de estos cuadros y objetos de bulto redondo a perpetuar en sus hogares la obra de Javier Tejada, el escultor que cuenta con más obras expuestas en las vías públicas de El Puerto. (Texto: José María Morillo). (En la imagen de la izquierda, escudo de la familia Tejada, el original es un cuadro de grandes dimensiones).

Ver nótula núm. 20 de Javier Tejada en Gente del Puerto.

SELECCIÓN DE CUADROS EN EXPOSICIÓN Y VENTA EN EL ESTUDIO.

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El Puerto de Santa María, desde la Otra Banda.

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El Convento del Espíritu Santo desde el meandro del Guadalete.

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De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Desaparecida portada de la Finca El Caracol. Desaparecido cortijo de la Finca La Angelita. Capilla de Santa Clara. El Corribolo.

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jose_candido_puertosantamariaJosé Cándido Expósito fue un mulato abandonado frente al Orfanato Casa de Expósitos de Santa María del Mar de Cádiz el 30 de noviembre de 1734  --y del que aún se cuenta que fue hijo de una dama de alcurnia de Cádiz y de su criado antillano--, y que más adelante fue adoptado por un matrimonio de Chiclana donde vivió desde niño. Desde muy joven, se dedica al arte del toreo y se convierte en alumno de 'Lorencillo'.  Toma la alternativa a los 22 años de edad en Madrid el 25 de mayo de 1756 de manos de Diego de Álamo “El Malagueño”.  José Cándido fue uno de los más famosos toreros de su tiempo, antes de 'Costillares', 'Pepe Hillo' y Pedro Romero.

Desventuradamente fue cogido por un toro de nombre  'Coriano' de una de las ganaderías de Bornos  --refieren algunos cronistas que probablemente era la de don Francisco Martínez Salido-- en la plaza de toros de madera de El Puerto de Santa María en el Ejido de San Francisco, frente a la calle de Santa Lucía, el 23 de junio de 1771.

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Grabado de la época donde se refleja la muerte del torero a los 36 años.

Cuentan los enterados,  que salió el quinto toro, bravo y seco con los picadores. Uno de ellos, apodado también 'Coriano', c omo el toro asesino, se adelantó para picarle, siendo derribado y cayendo al suelo a descubierto. Hizo el quite el banderillero Juan Barranco 'Chiqulín', a quien persiguió el toro, librándole de una cogida segura José Cándido. Tuvo éste la desgracia de resbalar y caer en el quite por cosa de haber pisado la sangre de un caballo, y bien fuera que por el golpe en la cabeza perdiera el sentido, o bien fuera estudiado el quedarse inmóvil como difunto, el caso es que el toro pasó sobre su humanidad, arrollándole, y al revolverse presto, para desgracia del torero, le recogió con las astas, enganchándole por los riñones, pasándole de cuerno, suspendiéndole por un muslo y arrojándole ya herido de muerte como un muñeco, a grande distancia y sin sentido. Murió diez horas después de sufrir estas dos horribles cornadas, en el fatídico número 5 de la portuense calle de San Francisco, a la 1 de la madrugada del siguiente día. Uno de sus dos hijos, Jerónimo José, también será matador,  y uno de los más famosos de finales del siglo XVIII al ser considerado  el creador de la Escuela Chiclanera.

mortuorio_josecandido_puertosantamariaFue el primer matador de toros fallecido en España, en una plaza edificada ex profeso para el desarrollo de la lidia. Está enterrado en la Iglesia Mayor  Prioral del Puerto de Santa María. (En la imagen de la izquierda, anotación de su fallecimiento). Dios le tenga en su Santa Gloria, por ser buen hombre, y gente de trabajo. Don Juan José de Bonifaz, el ilustre cronista,  refiere de este personaje, que fue "Figura cimera del toreo de segunda mitad del siglo XVIII, José Cándido Expósito, gaditano y mulato, fue contratado para torear en el Puerto de Santa María (Cádiz), localidad en que por entonces residía el 23 de junio de 1771. Se corrieron en tal fecha reses de un ganadero de Bornos (Cádiz) y el lidiado en sexto lugar propinó dos gravísimas cornadas a Cándido al realizar un quite al banderillero Juan Barranco (Chiquilín). Las heridas recibidas, en riñón y muslo, determinaron el óbito del espada a la una de la madrugada del siguiente día. " (Texto: Juan Carlos Villegas).

"En er Puerto murió er Cándido
y ayi remató su fin;
le mató un toro de Bornos
por librá a Chiquilin....

Al otro día siguiente
salieron toos los toreros
vestíos de negro luto
por la muerte e su maestro"

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De izquierda a derecha, Juan Hernández Navarro, Antonio Serrano, el Comandante Francisco Martel Viniegra Ayudante  de Marina en el Puerto, Severo Ruiz Calderón, José López, el pintor Juan Lara Izquierdo que a la sazón trabajaba en la Auudantía de Marina y Gumersinda López, Vda. de Garrán. La foto está tomada a finales de los 40 a principios de los 50 del siglo pasado, ya que Martel dejaría de ser Ayudante de Marína por esas fechas.

Gumersinda López vivió toda su vida en la Casa de las Cadenas, enviudó y tuvo que afrontar una difícil situación como en otras tantas casas de viudas de pescadores. Sus hijos siguieron el ejemplo paterno y también se embarcaron. Uno de ellos, Vicente Garrán López, vive en la calle Nevería, regente que fue del Bar La Dorada, antes de sus actuales inquilinos. Otro, Guillermo, fue muy querido en la Parroquia del Carmen, el más pequeño, Miguel, debe de andar por los 60 años.

La instantánea del  acto donde están representados la autoridad de la Marina, --a la que en El Puerto los hombres del mar, por una cuestión de respeto llaman Comandante o Comandancia en lugar de Ayudante de Marína o Ayudantía--, así como representantes de la Cofradía de Pescadores, recoge el momento de la entrega de un donativo, algo que ya se estilaba por aquellas fechas en casos de naufragio o prematuro fallecimiento por el accidente o enfermedad del pescador. Una gran señora Gumersinda.  (Textos: Antonio Carbonell López. Foto: Rasero. Colección:  Vicente González Lechuga).

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pacoteja_1971_puertosantamariaMientras los aliados desplegaban la mayor operación de invasión por mar de la historia en las costas de Normandía anunciando el más que próximo final de la Segunda Guerra Mundial, en la casa de sus abuelos maternos, en la calle San Juan núm. 30 actual nacía circunstancialmente el seis del seis de 1944 Francisco Teja García de Quirós; ese fue a la par, el día D de un porteño recordado y querido por sus paisanos. Curiosamente en la misma casa del Barrio Alto nació nueve años más tarde el torero portuense José Luis Galloso. El arte de Talía primero y más tarde el de Cúchares, revolucionaron la ciudad durante un periodo concreto de su tiempo rozando con sus tirsos mágicos a dos de sus hijos más queridos.

(En la imagen, Paco Teja, con 27 años, en 1971).

Primogénito del capataz del 501 Eduardo Teja Huerta gran aficionado a la caza y socio del Reñidero de la calle Santa Clara, junto a Miguel Ortega, el carnicero. Cuentan que les proporcionaban para las peleas  pollos ingleses  procedentes de Caracas, él los preparaba y entrenaba para las peleas. Paco era nieto de José Luis ‘el Pollo’.

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Con sus padres, en 1947, con apenas 3 años de edad.

Su madre era la incansable luchadora Lolita Quirós, que divorciada en el año 1962 (todo un hito para la época) y para sacar adelante a su prole (Paco, Loli y Eduardo), lo mismo alquilaba habitaciones de su casa familiar, como vendía agua o impartía clases de labores y costura, criaba gallinas y vendía huevos, fabricaba jabón y los vendía a los Ultramarinos, lavaba y planchaba para la calle, incluso compró un televisor y las tardes de toros  cobraba una entrada simbólica para que la vecindad disfrutara de la corrida. «--Yo sacaba un duro de una peseta», solía decir.

En la calle Zarza núm. 35, -donde naciera el dramaturgo portuense Pedro Muñoz Seca, y fuera lugar de encuentro más tarde en la taberna ‘El Níspero’ de personajes tan entrañables como ‘El Chumi’, los hermanos ‘Guarigua’, ‘La India’…- creció rodeado del cariño de los suyos, el director teatral Paco Teja.

pacoteja_escolaridad_puertosantamariaSAFA, EL SEMINARIO Y 501.
A los cinco años comenzó sus estudios en los Jesuitas bajo el hálito protector del padre Martínez. Allí comenzaron también sus primeros escarceos con el mundo del teatro, participando en las adaptaciones teatrales exclusivas para varones muy propias de la época. Tras un breve paso por el seminario de Sanlúcar en donde comprendió que ese no era su camino, con 20 años entró como administrativo en las Bodegas de Carlos y Javier de Terry (501) junto a su padre y a su hermano pequeño, empleo que mantuvo hasta que a principios de los 80 un despido masivo de personal truncó su vida laboral en la bodega.Tras unos años de incertidumbre logró formar parte de la plantilla de la extinta Fundación Municipal de Cultura y Juventud, donde tomó el pulso a la vida cultural de la ciudad y pudo a la vez desarrollar su verdadera vocación teatral que compaginaba con su otras devociones: la lectura, la pesca, la caza y su familia. (Imagen del Libro de Escolaridad de Paco Teja).

AFICIONES.
Era socio de varios cotos de Chiclana, caza menor siempre, conejos y pajaritos que hacían pasar algún que otro disgustillo a su mujer y a sus niñas… Le gustaba ir a cazar con su padre, siempre. También pescaba y le encantaba todo lo relacionado con la Naturaleza (se veía una y otra vez la famosa serie “El hombre y la tierra” de Félix Rodríguez de la Fuente). Amaba la lectura, pasaba horas y horas junto a montones de libros de novela y teatro. Para Paco, un libro y un cigarro, eran todo un placer.

pacoteja_ana_montecorto_puertosantamariaLA FAMILIA.
Paco era un buen amigo de Pepe Valle, hijo de Rafalito, el Barbero del Callejón Espelete. En el año 70, Pepe invitó a Paco a visitar el pueblo de sus padres, Montecorto, por aquel entonces una pedanía de Ronda de unos 500 habitantes. Y allí conoció a Ana García Orellana, a quien visitaría en su Lambretta que vemos en la imagen de la izquierda, durante los dos años que duró el noviazgo. (La imagen de la pareja está tomada en Montecorto).

Se casarían en 1970 en Montecorto. Allí nuestro protagonista exprimía las horas que pasaba en contacto directo con esa naturaleza a la que tanto amaba. Fruto de su matrimonio nacieron Ana Belén y María José, en la calle Santa Clara, 23, junto a las carnicerías de ‘El Lengue’. Si viviera ahora a sus 66 años, sería abuelo de tres preciosas nietas: Ana, Natalia y Berta.

labecerradaGRUPO DE TEATRO BELLAS ARTES.
Su relación con el teatro como ya hemos dicho se remonta a los primeros años de colegio, pero fue en 1964 cuando decide dar un paso al frente para convertirse en el director del Grupo de Teatro de Bellas Artes. Antes, en 1963, tendría la oportunidad de participar en el rodaje de ‘La Becerrada’ con Fernando Fernán Gómez y algunos personajes populares de El Puerto, entre otros, el Chato Guarigua. Paco aparece en la entrada de los toreros en la Plaza Real.

El nombre de Paco Teja comienza a hacerse habitual por los corrillos culturales y de aficionados al teatro de la ciudad. Con un grupo de amigos, entre los que se encontraban sus dos hermanos, Eduardo y Lola, comienza a dirigir a un buen número de jóvenes actrices y actores aficionados portuenses bajo el nombre de “Grupo de Teatro de la Academia de Bellas Artes y Santa Cecilia”.

Entre todos conseguían llevar a escena trabajos realmente complicados para un grupo de esas características; las mujeres realizaban el vestuario mientras ellos ideaban unos decorados imposibles; hacían aportaciones económicas de sus propios bolsillos para las compras de última hora; desvalijaban sus casas y las de sus familias para disponer del atrezzo exacto que Paco necesitaba; trasladaban los enseres en sus propios coches de un lado para otro, y al final de todo actuaban para un público expectante que los esperaba un año detrás de otro.

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En 1968, posando delante del cartelón que anunciaba la obra, en el Teatro Principal.

MUÑOZ SECA, IMPRESCINDIBLE.
El autor de cabecera del grupo –Muñoz Seca- alimentó el repertorio como director teatral durante toda su trayectoria, salvo alguna incursión con Arniches, Darío Fo y Mª Clara Machado que pusieron el contrapunto a su peculiar forma de dirigir. Quiso representar teatro de otros autores para acallar las bocas que le encasillaban con el dramaturgo portuense. Teja mantenía que «--Es Muñoz Seca el que se ha empeñado en que yo sea el que dirigiera sus obras para el pueblo que le vio nacer». Lo tenía claro.

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En 1966, Paco en el Teatro Principal, durante la representación de La Plasmatoria.

Sus estrenos tuvieron lugar en el Teatro Principal hasta que el fuego lo hizo desaparecer, trasladándose con posterioridad al salón de actos de la Casa de la Cultura, lugares ambos que se habituaron a colgar el cartel de ‘agotadas las localidades’ cuando del grupo de Paco se trataba.

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En 1984, durante la interpretación de 'La Mueca del Miedo' de Darío Fo, quien con el tiempo sería Premio Nobel. Fue censurada -curiosamente- por la administración comunista que regía entonces los destinos de El Puerto. El motivo, un programa de mano, que en su contracubierta llevaba estos versos de Meyerhold: “Puedes burlarte de un león.../puede que hasta te pague con una carcajada,/pero no ironices jamás sobre un político:/son como monos, que si están solos huyen,/pero si tienen a sus espaldas al león, protegiéndoles,/de un  arañazo te sacan los ojos.”

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En su despacho de la Fundación Municipal de Cutlura.

El paso del tiempo y las ocupaciones familiares de los componentes de Bellas Artes disuelve a esa gran familia de teatro, que posteriormente volvería a las tablas pero ya con la ausencia de su director. No obstante, su inquietud y amor por el arte dramático no le permite estar mucho tiempo ocioso y crea el Teatro Estable Juvenil Andaluz (TEJA), germen de las actuales Escuelas Municipales de Teatro de las cuales han salido actores que llevan el nombre de El Puerto y el recuerdo de Paco Teja por los escenarios del mundo.

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En 1988, tras la representación de 'Pluft el Fantasmita', Joaquín Perles, Paco Crespo y Manolo Morillo, entre otros.

HOMENAJE.
El verano de 1988, con motivo de sus 25 años de dedicación al Teatro, los actores del Grupo Bellas Artes y Teja se unieron para ofrecerle un homenaje, a un Paco que ya estaba enfermo, en el Salón Moderno. Interpretaron ‘El Diluvio’ de Muñoz Seca, que habían ensayado con el mayor de los secretos en atención a Paco. Su temprana desaparición con apenas 44 años, ese año de 1988, dejó un hueco difícil de llenar, pero cada vez que alguno de sus compañeros sale a escena rara es la vez que no tienen un recuerdo para su maestro y amigo.

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En el madrileño Teatro de la Latina, en 1987, con los actores de 'Los Caciques. De izquierda a derecha, Paco Teja, Manolo Serrano, Antonio Garisa y el director de la obra.

En 1996 el actor y productor Joaquín Perles intervino como ponente en el ‘I Congreso de Historia y Crítica del Teatro’ celebrado en nuestra ciudad, dando título a un acertadísimo discurso: “Paco Teja y Pedro Muñoz Seca: 25 años de complicidad en el teatro portuense”. Diez años después de su muerte, el 13 de junio de 1998, la ciudad de El Puerto de Santa María reconoció su dedicación al teatro inaugurando una plazoleta con el nombre de Paco Teja, junto a la Asociación de Vecinos ‘La Gobernaora’. (Texto:  Manolo Morillo).

pacoteja_dibujo1_puertosantamariaEn una próxima entrega, haremos una semblanza de los dos grupos que dirigió Paco Teja 'Grupo de Teatro de la Academia de Bellas Artes y Santa Cecilia” y el 'Teatro Estable Juvenil Andaluz (TEJA)', con sus obras de teatro, así como las que se representarían después de su desaparición. Nuestro agradecimiento a su familia,: Mariajo y Ana Belén y a su hermana Loli por la documentación y el material gráfico facilitado para la confección de esta nótula.


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La Granja San Javier la conocí cuando fue de don Félix Tejada y cuando vivieron en la casa principal José Luis (de soltero), Mari Pepa, Felisa y Antonia Tejada Peluffo, en la parte de la fachada que da a la carretera.  Aunque yo era muy pequeño, lo recuerdo. Luego, recuerdo, ya algo mayor, pero con once años, a Lalo Tejada, casada con Juan Bermúdez Jaén, nótula 458 en GdP, y a sus hijos Lalote, Juan Luis, Javier y Mamue, en el lateral, bajo, cuando se fueron a la Granja desde la casa Ribera del Río, creo que 14.

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Los Tejada en la Granja San Javier. De izquierda a derecha, Felisa, Mari Pepa y Lalo Tejada, debajo una amiga, Tisca, Lalote y Juan Luis Bermúdez Tejada.

En la otra casa, que había sido oficina de la Explotación Avícola, vivió Mari Pepa Tejada, cuando se casó con Juan Fortes.  En aquella época Juan Bermúdez tenía un Fiat Balilla negro, en el que nos subíamos diez u once niños para las excursiones a Valdelagrana o a otros sitios. Juan Forte tenía un coche de marca Lloyd muy raro, porque no he visto otro igual nunca. Más atrás de la casa principal estaba una casa de la huerta y muchos como búnkeres,  unas bóvedas donde estaban las gallinas. Esos edificios estaban rodeados de vallas de tela metálica sostenida por postes de hierro.  Se contaba que Franco,  cuando venía a cazar a casa de don Fernando Terry, una vez que pasó por la carretera y vio esas bóvedas creyó que eran instalaciones militares, pues eran muy parecidas a los pabellones que había en los campamentos y en los cuarteles.

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La casa principal de la Granja San Javier.

Frente por frente a la casa principal, tirando hacia las oficinas estaba la alberca que tenía una baranda de hierro y una escalerita. En la alberca nos bañábamos y, una vez, metimos en ella, con muchísimo trabajo, una artesa de madera que tenían los albañiles para hacer mezcla. La utilizábamos como barca. La artesa terminó hundida en el fondo de la alberca.

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La niña Reyes, en 1958, delante de la alberca. La familia Ollado Lapeña, procedente del norte, alquiló durante un año la casa a la Familia Tejada.

Recuerdo en la Granja un tonneau, pintado de amarillo y marrón rojizo, que fue de José Luis Tejada, cuando niño. No lo recuerdo enganchado por él, pero me contaban que lo tiraba una jaquita gallega. El tonneau terminó en las cuadras de Terry.

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Juan Luis Bermudez Tejada, con su hermana Lalote, con Javier en los brazos, sobre una mula, en la Granja, dispuestos salir para la Feria de Ganados.

Una Feria de Ganados, Juan Luis Bermúdez montó una mulita de la que recuerdo un atacola color blanco con rayas verdes y rojas y los madroños esos colores.  Lalote iba a la grupa. El traje corto de Juan Luis y el de flamenca de Lalote se los hicieron en Sevilla. Su abuelo los tuvo escondidos toda la mañana “para que no se los copiaran”, según decía.

felixtejadamayo_PUERTOSANTAMARIATuvieron que nominarlos como primer premio de pareja infantil a la grupa, aunque no figuraban en la convocatoria, según me contaba Lalote.  Son recuerdos que no se me borran.  Acaso como José Luis Tejada iba despuntando como poeta, Martínez Montenegro, por agradar, en la tribuna de la Feria de Ganados, proclamando los premios  dijo, en verso: «Tres gallinas y un gallo,/ Don Félix Tejada Mayo». Pero peor parados quedaron otros como cuando Martínez Montenegro decía: “Primer premio al conejo de doña…”, o “Primer premio, don…, un toro”. (En la imagen de la izquierda, Felix Tejada Mayo, en la fachada de la Granja).

La Granja comenzaba en lo que hoy es calle de los Toneleros, donde estaba la portada pequeña. La portada principal estaba a la altura de lo que hoy es la rotonda al final de la Victoria. Esta portada, tenía, entre los dos pilares, rematados por bolas de piedra artificial, un arco de hierro calado con el primitivo nombre de las Granja: “Nuestra Señora de los Dolores. 1896”. En cada uno de los pilares, sin embargo estaba el nombre moderno.

san_javier_puertosantamariaEn dos murales de cerámica Mensaque, había un letrero, en cada pilar:”Explotación Avícola/ San Javier”. Ese nombre se lo pusieron porque Javier Bermúdez Tejada estuvo muy  malo de recién nacido y lo encomendaron al patrono de El Puerto, San Francisco Javier. Tan grave estuvo Javier, que el párroco de San Joaquín tuvo que ir a la Granja, al día siguiente de su nacimiento a bautizarlo de urgencia.

En los años 50 0 53 se hizo una carretera, en diagonal, que dividió la Granja,  para unir la carretera de Jerez, que discurría desde la Plaza de los Jazmines por delante de la Granja. Esa nueva carretera que dividió a la Granja conectaba la de Jerez a la ronda, a la altura de la Huerta de Buhigas, para unirla con la que va al cementerio y con la finalidad de poder cruzar la carretera del Ejido y unirla a  la nueva carretera de Rota (asfaltada cuando la Base), que antes se llamaba Camino de Mazzantini o Camino de Fuenterrabía. Lo que hoy es Parque del Vino Fino formaba parte de la Granja. La Granja llegaba por el fondo hasta lo que hoy es Avenida de la Diputación y, por la carretera de Jerez, hasta lo que hoy es el Instituto José Luis Tejada (que ocupa parte de la Granja). Por cierto que José Luis Tejada, en la solapa de su libro “Para andar conmigo”, pone que es avicultor y óptico.  El poeta gaditano Guillermo Portillo Sharfaussen rememora, con mucho detalle, esa etapa de José Luis en la Granja.

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Francisco Vela Mariscal y José Benítez Díaz 'el Pili', trabajando en la Granja, detrás las estructuras abovedadas típicas de la Granja.

Recuerdo que en la Granja trabajaba José Benítez Díaz, “El Pili”, (hijo de José Benítez y de Fermina Díaz, la de los dientes largos, que eran los guardeses del “Recreo de los Trapos”, conocido también como “Recreo de Nuestra Señora de los Dolores” de Don Francisco Muñoz Seca, luego “El Oasis” y ahora Restaurante “El Faro”) y,  a veces,  vi por allí—por la Granja San Javier--, a un hermano de Agustín Vela Mariscal, que después trabajó en el Garaje Aduana.

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El matrimonio formado por Max Ollado y Amparo Lapeña, en 1958, su hija Reyes y su hijo Maxi,, recién nacido y llegado del Hospital y dos primos, Carlos y Javier, delante de la fachada principal de La Granja. En primer término el enrejado de la alberca.

reyesolladolapeña_3En la parte  de la casa que habitaban Felisa y Antonia Tejada Peluffo vi y oí, por primera vez, tocar un piano.  Felisa y Lalo Tejada habían cursado la carrera de piano y hacían alarde de sus cualidades. Tenían muebles, cuadros y objetos antiguos muy interesantes. En la casa de Mari Pepa, en una esquina, sobre un pedestal, estaba la famosa Inmaculada de talla, estofada, con los pendientes de oro y brillantes, del siglo XVII, que tanto nos admiraba a los niños. En  la casa de Lalo recuerdo el reloj de pared en cuya esfera había un paisaje alemán pintado al óleo. En el paisaje, un edificio con una torre y, en la torre, un reloj. Pues bien, la verdadera esfera del reloj con sus manillas era el que estaba en la torre. (En la imagen, Luis Lapeña, Amparo Lapeña y Max ollado, delante de la puerta de acceso al edificio principal de la Granja).

Al fondo de la Granja, por lo que hoy es Avda. de la Diputación había un depósito de la empresa constructora “Cubiertas y Tejados” donde encerraban los camiones y tenían neumáticos amontonados. Un día, recuerdo, ardió todo aquello incrementándose el fuego con los neumáticos almacenados. Acudieron los bomberos de Jerez, con unos extintores de polvo blanco y, como estaba allí, porque acudió, como alcalde, don Luis Caballero, vestido de negro por el luto de su madre, Doña Carmen Noguera Jiménez (prima hermana de Juan Ramón Jiménez el poeta), los bomberos, sin darse cuenta, pusieron a don Luis todo blanco de espuma. Lo recuerdo como si fuera hoy.

Era interesantísimo, en la Granja, el sistema de regadío mediante acequias, cuando se abría la compuerta de la alberca.

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En el porche de la casa, Amparo Lapeña, Carlitos y su madre, Teresa Lapeña en 1958.

Desde la Granja se oían las “alertas” de los Guardias Civiles que ocupaban las garitas del muro del Penal. Recuerdo a los Morchón (Olegario y Antonio, éste disminuido psíquico, que vivían en la casa calle San Sebastián, 3), a Luis Aranda (que cantaba rancheras), hijo del Director del Penal y a otros hijos de funcionarios del Penal que frecuentaban la Granja.  Enfrente de la Granja, pegada al Penal había una casita –de la que se conservan todavía algunos muros, entre ellos el que ostenta el grafitti con el retrato de Manolo “El Polvorón”--, donde vivía una  joven a la que llamaban “Tísca”,  nombre rarísimo que me llamaba la atención, de la que no he vuelto a saber nada. Creo que era hija del Director del Penal y amiga de Felisa y Antonia Tejada.

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Grafitti con el restrato de Manolo “El Polvorón”

De aquellas fechas data la famosa fuga de dos presos que, a punto de terminar sus condenas, tenían un régimen más flexible. Resultó que el Director del Penal tenía un SEAT 600 y, como los dos presos eran mecánicos, les encargó revisar el coche. Una vez que lo hicieron y lo pusieron a punto, como eran presos “de confianza”, le dijeron al Guardia de puerta que iban a probarlo. Así salieron tan tranquilamente por la puerta del Penal y hasta el día de hoy. Al cabo de una semana encontraron el SEAT 600 abandonado en un campo.

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Edificio de viviendas existente en la actualidad, donde se encontraba la Granja San Javier.

Al final de la Victoria, frente al Penal y hasta, por lo menos, la gasolinera que hoy hay, existió una finca llamada “La Sericícola” con grandes líneos de moreras, una portada roja y blanca y una reja en la fachada. Al fondo del camino de moreras había una casa roja, que parecía de la época victoriana inglesa. Allí vivieron los Sancho.

[LA SERICÍCOLA O SERICÍCULA. Referente a la casa de ladrillos rojos que cita Luis Suarez en la finca conocida como “La Sericícula”, a la que acudíamos todos los niños de la década de los cincuenta a coger hojas de morera para alimentar a los gusanos de seda, fue en su día -desde 1912, concretamente- una Estación Agrícola estatal que recogía y publicaba diariamente datos meteorológicos e hidrológicos y realizaba cultivos experimentales. Ocupaba el cargo de director Felix Sancho Peñasco, que vivía en el pabellón que se cita, junto a su esposa francesa, Germaine Faraud. AGR.]

Más adelante, frente a la Granja, por la carretera de Jerez, estaba la Huerta de Enrique Romero Ortiz, Romerito el Gordo. Recuerdo, en El Puerto, otras huertas, con sus albercas y sus norias tiradas por un burrito al que le tapaban los ojos para que no se mareara. Recuerdo la Huerta de Quijano, frontera con la hoy Venta Millán, al otro lado de la vía, con sus dos albercas y la estancia con los terneritos a los que toreábamos. Y, a partir de la calle Valdés, las Huertas de Cuesta, del Granado, de Malacara, de Alcántara, de Ramón Vinagre, la de Susana, hasta llegar a Crevillet, por detrás de las bodegas y de Conservas Sur, donde estaba la Huerta de don Pantaleón Sánchez Robledo, esposo de Anastasia Sánchez-Cossío y Leal del Ojo, el Recreo de Don Rafael Fernández de Haro, el campo de fútbol y la fábrica de vidrio.

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Dibujo realizado por Juan Jesús Nimo Ruiz-Herrera.

Me gustaría que Lalote Bermúdez Tejada, con nótula 419 en GdP,  asidua lectora de esta página, aumentara con sus recuerdos muchas noticias de la Granja San Javier, donde vivió los años más felices de su vida.  (Texto: Luis Suárez Ávila)

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Francisco Vela Mariscal y José Benítez Díaz 'el Pili', en la Granja San Javier, para ellos, la Granja de Antonio Vela, durante el periodo de su explotación.

LOS VELA Y LA GRANJA.
Todos los que conocieron a mi abuelo Antonio Vela Aragón, dicen que desde ese 29 de mayo de 1944,  ya no era el mismo. La pérdida de su esposa, María Mariscal Muñoz lo sumió en una amargura, que no podía ni quería superar. Al parecer apenas iba por La Huerta (así la nombraba mi padre). Ese día 29 de junio de 1945, decidió recorrer esa tierra que tanto le había dado, pero que a la vez tanto le había arrebatado. Solo Dios sabe cuales fueron sus últimos pensamientos. Puede  que se despidiera de  la sonrisa de su mujer, de las risas de sus hijos al corretear por su querida huerta.

antoniovelaaragon_puertosantamaria(En la imagen de la izquierda, Antonio Vela Aragón, padre de Agustín Vela Mariscal, con nótula núm. 326 en GdP). De su pequeño José Luis, ese niño simpático  y travieso al que un mal día le regalaron esos peces de colores, que tanto le gustaban.  Y  por que no, de su Antoñito ese niño que quería ser mayor, y  que  afanosamente cuidaba  su propio huerto, que mostraba orgulloso, esperando la aprobación de su padre.  Ese pequeño huerto en el que mi abuelo  se postraba sin consuelo  y  que convirtió en su  Santuario. Tal vez pensó en  su obra, en ese día en que tomó la decisión de dejar su tierra --Chiclana-- y el  amparo de los suyos, para  construir su propio porvenir  y el de su recién estrenada familia. Supongo que  pensó en  el día  en que el Sr Hervias  y el se dieron ese apretón de manos, que sellaba el acuerdo. Hervias  conocía la integridad de Antonio Vela Aragón al ofrecerle,  que rentara la Huerta.  Mi abuelo asumió sus responsabilidades,  levanto y mantuvo la huerta con trabajo, sudor y lágrimas. La amistad  con el propietario  perduró  a través de los años,  De eso  doy fe. Tuvo que sentir un dolor muy agudo,  que le dejo sin voz para pedir ayuda.  Lo buscaron sin descanso  hasta que su hija Loreto, sintió un gemido. Estaba caído en esa tierra que tanto amó  y que hasta el último día de su vida consagró.  (Texto: María Jesús Vela Durán).

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Josefa Gallego Vega y Juan Ruiz-Herrera Martín-Niño, en la Granja.

LOS RUIZ-HERRERA Y LA GRANJA.
El 7 de mayo de 1.962, Juan Ruiz-Herrera Martín-Niño, hortelano y Josefa Gallego Vega, regente de un puesto de verduras en la Plaza, compran a Antonia y Felisa Tejada Peluffo, en escritura ante el notario Castor Montoto de Sedas  la finca Granja o Recreo Nuestra Señora de los Dolores, en las inmediaciones del Paseo de la Victoria, con huerta, arbolado, caserío, pozo, que antes fue noria, con una portada a la carretera general y otra, al Egido, cercada en parte de vallados, tunas y rosales, y en otra alambrada de espino.

Estos datos se desprenden en las escrituras de aquellas fechas, donde se habla de los linderos, la carretera, camino del Hato de la Carne, Palmar de la Victoria, …  Ruiz-Herrera compra desde la carretera que atraviesa la finca matriz hasta el cuartel de la Guardia Civil, no incluyéndose lo que fue la Venta del Molino.

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Exterior de las estructuras abovedadas.

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Interior de las estructuras, arreglándola para un club juvenil musical 'El Panteón'.

Tanto Juan como sus hermanos los Ruiz-Herrera Martin-Niño, nacidos en la Villa de Rota, llegaron a El Puerto y comenzaron la explotación de la Huerta El Granado, con lo que hoy llamaríamos ‘nuevas tecnologías’. Aplicaban además un enfoque distinto, cultivaban ellos mismos de forma diferente,  pagando  sueldos superiores al resto, lo que hizo tener los mejores colaboradores --permítasenos utilizar terminología actual--. A ello se unió la apertura de puestos de verduras en la Plaza, con lo que consiguieron llevar lo que producían, directamente a las manos del consumidor, sin intermediarios.  Así fue como Juan Ruiz-Herrera y su mujer  consiguieron los medios suficientes para adquirir la Granja San Javier, que éste comenzó a explotar, incorporando una explotación de ganado vacuno  así como otras actividades complementarias.

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manolodelpino_puertosantamariaManuel del Pino, El Niño del Matadero, fue un artista polifacético. Aparte de un grandísimo torero, fue pintor y escultor. Según creo hay personas que todavía conservan algunas esculturas. La familia de Juan Barrero y, quizás, la de Jose Luis Osborne  Vázquez, --según mis noticias--, podrían tener algunas. Es una lástima  que  no se conozca su obra. Quienes  han tenido el privilegio de verlas, me cuentan el realismo con que plasmaba, la  impresionante  pelea  de dos toros bravos.

Conocedor del toro, sabía como nadie el comportamiento de éste en el campo y en los diferentes tercios de la lidia. Lo plasmaba con la sensibilidad, y la torería  del gran Maestro que era, a pesar de no haber tomado la alternativa.

Lástima que El Niño del Matadero no gozara de buena salud, ¡quien sabe hasta donde habría llevado el nombre de El Puerto! Lástima, también, que mi gran amiga Pastora (q.e.p.d.), prima de los hermanos Del Pino, y que se crió con ellos en el Matadero, ya no esté entre nosotros. Me contaba muchas de sus vivencias y anécdotas en aquel Matadero. Disfrutaba viendo a Manolo y a Miguel torear, y hasta ella se atrevía a coger la pañosa, pues era buena aficionada, además de una valiente mujer

Alguien dijo: ‘Se torea como se es’. El Niño del Matadero,  tenía la sensibilidad, la torería  y el buen gusto de ser Torero. (Texto: María Jesús Vela).

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«Para un excelente amigo que se llama José conocido como Josetele y como mañana es tu Santo no he encontrado otro presente que te alague [sic] tanto, Estos modestos dibujos son patente de una época caduca en mi vida; pero grande en amistad. En otro tiempo te hubiera regalado el símbolo de mi noble coraje, tu en el tendido y yo en la arena con la montera el alto. Confórmate hoy con estos malos dibujos y con la verdadera amistad del verdadero amigo». Manolo del Pino, ‘Niño del Matadero’. Puerto de Santa María, 19-marzo-1963. Dibujo collage dedicatoria a su amigo Joselete. (Colección de 15 plumillas con diversos momentos de la vida del toro y suertes en la Plaza, reproducciones propiedad de Gregorio Cruz Vélez).

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El Gallo cuando se confiaba era un torero genial

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Conducción de una manada de toros bravos.

ESCULTURAS.
Como escribe Manuel Martínez Alfonso, en su libro ‘Plaza Real’, «Más  [Manolo] prefería andar con carbones y con barro. Buscaba los rincones apartados, y allí, sin otro instrumental que sus propias manos, modelaba figurillas de arcilla que representaban mil objetos diferentes. Hasta un nacimiento completo llegó a fabricar, con ovejas, pastores y camellos de Oriente.

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Dos esculturas taurinas en barro, originales de Manuel del Pino. (Fotos: Rafa. Del Libro 'Plaza Real').

manueldelpino_escultura1_puertosantamariaCuando no el barro, el papel; o el cartón; o las mismas paredes encaladas del Matadero; en uno de cuyos muros llegó a pintar a carboncillo un tren completo y bien trazado, que a la hora de dar nueva cal a las paredes, respetaron los brochistas aquella infantil obra de arte, que perduró hasta que el tiempo acabó con ellas. El dibujo y el modelado erean su verdaderas aficiones.

Y cuantas perrillas caían en sus manos eran cuidadosamente guardadas para ser invertidas, cuando había reunido las suficientes, en lápices de colores, acuarelas o tubitos de óleo, con que poder dar forma y color a sus infantiles creaciones. Nunca tuvo escuela ni estudios artísticos. Y sin embargo, esa maravillosa intuición, propia exclusivamente del artista, le llevaría con el tiempo a la creación de obras de notable interés. Sus apuntes toreros tienen un nervio y una agilidad que ya quisieran muchos artistas de escuela. Sus toros modelados en barro poseen un algo especial, furto de esa intuición creadora, resultado indudable de un auténtico temperamento artístico, al que sólo faltó educación y mano directora".

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hipolitosanchodesopranis_puertosantamariaHipólito Sancho Mayi Díez de Aux-Sopranis (Sancho de Sopranis) nació en el número 21 de la calle Palma de nuestra ciudad, el 2 de marzo de 1893falleciendo el 17 de agosto de 1964 en su casa del número 26 de la calle Luna. Combinando los apellidos de sus ascendientess utilizó con frecuencia seudónimos y criptónimos, por los que ha sido ampliamente reconocido, siendo el más habitual entre todos ellos el de Sancho de Sopranis, aunque usaría los de Rafael de Ayraldo, Sancho de Melgar, Sopranis, Senex, Pedro Hisam, Cibo de Sopranis, Cibo d'ria... Con unos y otros firmaría casi medio millar de trabajos de investigación entre libros, artículos, colaboraciones en revistas y periódicos, etc.

Como una gran mayoría de niños portuenses de la época –algunos de los cuales son hoy recordados como hombres ilustres- estudió sus primeros años como interno con los Jesuitas, obteniendo el título de bachiller en el Instituto de Jerez en 1909 y más tarde el de Teología en el seminario sevillano.

De sólida formación humanística, se licenció con las máximas calificaciones en Derecho y Filosofía, haciéndolo después en Historia, la que sería su verdadera vocación, en las universidades de Deusto y Salamanca. Esta materia y el Arte se constituirían en ejes principales de su faceta investigadora, influyendo en todos los estudios históricos sobre la comarca ya que todos los investigadores posteriores han recurrido en uno u otro momento a su extensa obra.

elpuertoyamerica_sancho_puertosantamariaÉsta abarca amplios y variados temas, entre ellos los religiosos –él conocía como nadie la orden dominica y su historia-, las épocas medieval y moderna, la historia comarcal, sobre todo la de las ciudades de Jerez y El Puerto en las que acometió trabajos tan ingentes como la elaboración de una historia de las mismas; y también artísticos, aspectos este ultimo en el que destaca la organización de la muestra del museo de la catedral gaditana y su vinculación a la restauración del Castillo de San Marcos portuense, que él realizó junto a extensos estudios del edificio. También fue quién gestó y desarrolló las visitas a los monumentos jerezanos, tan populares y célebres por su contribución al acercamiento de la ciudad a sus habitantes y a los que otorgó un reconocido merito. (En la imagen de la izquierda, portada del libro de 'El Puerto de Santa María y el Descubrimiento de América, escrito con Rafael Barris y publicado en 1926. En la fotografía, facsímil publicado por la Academia de Bellas Artes 'Ssanta Cecilia' en 1992. Hubo que pedir un ejemplar a la Biblioteca Nacional de Madrid, al no existir ninguno en las de la zona. Fue un homenaje y la recuperación de un libro para los lectores de hogaño).

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Acto organizado por Bellas Artes en el Castillo de San Marcos, durante la presentacion del facsímil del libro 'El Puerto y América'. De izquierda a derecha, el académico y abogado Luis Suárez Ávila, el Dr. en Historia Juan José Iglesias, Lourdes Sancho Mayi, Francisco Arníz Sanz presidente de la Academia, el Profesor Enrique Bartolomé López-Somoza y la Profesora María del Carmen Cebrián, que prologó la reedición de la obra. 1992. (Foto Colección: Francisco M. Arniz).

alfonso_X_y_el_puertosantamariaA lo largo de su trayectoria profesional recibió Hipólito diversos premios, nombramientos y condecoraciones. Entre otros, le fue concedida la Medalla de Oro de la Ciudad de Melilla y obtuvo el nombramiento de miembro de la Orden de Mehdauía en Marruecos, etc… Igualmente fue miembro de Academias como la Real Hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz o la Real de Historia de las Bellas Artes de Sevilla, y tuvo una intensa y activa participación en la fundación y desarrollo del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, tarea esta en la que colaboró estrechamente con su fundador  Tomás García Figueras. Con este investigador jerezano le unían también temas de investigación, como los trabajos realizados en el Archivo de Jerez, su etapa africana y la publicación de sus trabajos en revistas como África o Mauritania, etc… Se relacionó asimismo con otros estudiosos como Rafael Barris, Juan de la Lastra Terry o Fernando Monguió Betcher, colaborando en ocasiones con alguno de ellos. (En la imagen de la izquierda portada del libro 'Alfonso X el Sabio y El Puerto de Santa María', editado en 1984, que recoge artículos dispersos de Sancho y que fue presentado por el invetigador y hoy director del Centro Municipal de Patrimonio Histórico, Javier Maldonado Rosso y la historiadora Mercedes García Pazos. Como afirmó Maldonado, 'A Hipólito Sancho le debemos el que sentase el conocimiento de este periodo de la historia de El Puerto sobre bases científicas).

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Hipólito Sancho en su despacho de trabajo.

Personalmente, y por referencia de quienes tuvieron la fortuna de compartir su amistad, Hipólito Sancho era un hombre profundamente religioso, de carácter silencioso y modesto. Tan solo poseía una única ambición, investigar y escribir, a lo que dedicaría con ahínco toda su vida recopilando cuidadosamente documentación para sus trabajos. Muchos de ellos quedaron reducidos a simples apuntes y meticulosas notas que no tuvo tiempo de desarrollar a pesar de su fecunda e incansable carrera.

hipolitosancho_amontillado_puertosantamariaImpartió clases entre otros centros, en la Academia Poullet en la calle Cruces,  en el Instituto de Jerez y en el colegio los Marianistas de dicha ciudad; trabajó en el Archivo y Biblioteca Pública Municipal. Fue secretario General del alcalde de El Puerto, Antonio Rives Brest, en 1939. Cronista Oficial de El Puerto, por nombramiento de 13 de febrero de 1939, finalizando su vinculación con la instiución municiapl en enero de 1941. Fue el responsable de la imagen actual que presenta el Castillo de San Marcos y de su restauracion y hemos de señalar, además, que estuvo en los negocios de la vinatería, tan propios de El Puerto, en una aventura empresarial familiar, una de cuyas etiquetas mostramos en la imagen de la izquierda.

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Tras su muerte en 1964, fue nombrado por el Ayuntamiento Hijo Predilecto de la Ciudad, a título póstumo --en El Puerto, como casi siempre, todo ocurre después-- como reconocimiento a toda una vida de laborioso trabajo. Algunas de sus investigaciones serían superadas o sujetas a nuevas interpretaciones pero no que fuese quien sentase las bases para muchos estudiosos que vendrían después.

En 1981, siendo concejal de cultura del Ayuntamiento Antonio Muñoz Cuenca, se le tributó un reconocimiento público, colocando una placa en la casa de la calle Luna donde murió, dentro de los Actos Conmemorativos del Séptimo Centenario de la Carta Puebla. Al acto asistieron sus hermanas, Lourdes y María Teresa Sancho

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Casa número 26 de la calle Luna, donde vivió sus últimos años el investigador Hipólito Sancho.

En 1982 la Fundación Municipal de Cultura de El Puerto convocó el 'I Premio de Investigación Hipólito Sancho' para niños y jóvenes sobre temática local. Los premiados recibirían los reconocimientos en la Feria del Libro del mismo año decicada al erudito desaparecido.

En 1989, a los 25 años del fallecimiento del investigador, la Academia de Bellas Artes 'Santa Cecilia' recibió los derechos de propiedad intelectual de toda la obra de Sancho.

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En 1992, la Academia de Bellas Artes 'Santa Cecilia' le dedicó, el 23 de abril, el Día del Libro

En 1993, el Ayuntamiento de la Ciudad, a instancias de quien fuera su concejal de cultura en aquellas fechas, Juan Gómez Fernández, le tributó un homenaje con motivo del centenario de su nacimiento en forma de exposición conmemorativa. Fueron muchas las entidades y personas que se sumaron y colaboraron con aquella muestra. Podemos citar entre otras a su hermana Lourdes Sancho, Pablo Antón Solé, Ramón Bayo, Valerio Marín, la familia Poullet Ramírez, Gonzalo Zaragoza.

En cuanto a instituciones colaboraron el Ayuntamiento de Jerez, el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, el Archivo de la Iglesia Mayor Prioral, el Archivo Municipal, la Biblioteca Municipal de El Puerto y el de la de Jerez, Safa San Luis, Centro de Estudios Históricos Jerezanos, Comunidad de Jesuitas de El Puerto, el Instituto Padre Luis Coloma de Jerez, el Museo de la Catedral de Cádiz, el Instituto de Estudios Canarios, el Museo Histórico Municipal de Cádiz, la Academia Hispanoamericana de Cádiz de Ciencias y Artes, Academia de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, Academia de San Dionisio de Jerez, el Seminario de San Telmo de Sevilla y la Unversidad de Deusto.

historiadelpuerto_sancho_puertosantamariaHISTORIA DEL PUERTO DE SANTA MARÍA. Desde su incorporación a los dominios cristianos en 1259 hasta el año mil ochocientos. Ensayo de una síntesis.

(En la imagen de la izquierda, portada de la edición de 1943).

El mérito de Sancho de Sopranis fue haber sido el primero en ilustrar los orígenes del Puerto de Santa María a partir de la riquísima información contenida en algunas de las hermosas cantigas de Alfonso X el Sabio. En el capítulo segundo, analiza la primera repoblación del Puerto, así como la carta - puebla otorgada por Alfonso X el 13 de diciembre de 1281. En el capítulo tercero, Sancho de Sopranis, vuelve a echar mano de las Cantigas para referir la predilección de Alfonso X hacia el Puerto de Santa María. En los capítulos IV y V se pasa revista a un breve etapa durante la cual el Puerto fue señorío de la Orden de Santa María de España (1272 - 1280). El capítulo VI se dedica con un gran lujo de detalles, a las relaciones entre Colón y el Puerto. Los cuatro últimos capítulos de la I Parte los dedica Sancho de Sopranis a la organización municipal y eclesiástica de la villa, para concluir con una reconstrucción de la vida y fisonomía de la villa en torno a 1498. A la Edad Moderna, Hipólito Sancho dedica los libros II, III y IV. El primero se centra en el siglo XVI, dentro de la que destaca su vinculación con el mundo atlántico. En el libro III aborda una dilatada etapa que tiene su comienzo en los albores del XVII y concluye en 1729.

LHP-5-1El libro IV, El Iluminismo, quizás el título menos afortunado tiene su inicio en la incorporación del Puerto a la Corona, coincidente con la estancia en la ciudad de la familia real de Felipe V, cuyos pormenores relata Sancho. No olvida Sancho en las páginas que dedica al siglo XVIII, efectuar un repaso a la vida religiosa de la ciudad. Parcas son en cambio las páginas dedicadas a la vida económica local, con las que remata la obra y que ofrecen un sumario testimonio de la roturación de alrededor de doscientas aranzadas de arenales para viñas, la ruina de las salinas y el desarrollo comercial. La síntesis de Hipólito Sancho se completa con unos nutridos apéndices dedicados a las magistraturas portuenses durante la Edad Moderna, que vienen acompañados de sendos índices onomástico y toponímico. (En la imagen, portada del libro, edición 2007).

Del libro “Bibliografía y recuerdo de Hipólito Sancho de Sopranis”, de Fernando Toscano de Puelles, editado por aquellas fechas y del catálogo de la exposición de 1993 se extrajeron los datos que conforman esta nótula.

Vídeo con imágenes históricas del Racing Club Portuense, realizaco por el Canal Racing Portuense Tv, con imágenes de Gente del Puerto y la web eseracingoe.com.

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Con motivo de la renovación de la Plaza de España, popularmente conocida como de la Iglesia, y su entorno, se están realizando una serie de trabajos que podrán gustar mas o menos. Entre éstos, encontramos una serie de grabados en las losas de la plaza que representan la silueta muy esquemática de varios barcos o navíos. Lo que pretendemos en este pequeño trabajo que hoy presentamos, es precisamente dar a conocer de donde proceden y que representan.

dibujo_barco_prioral_puertosantamariaCuando los redactores del proyecto arquitectónico de la plaza nos presentaron la idea nos pareció estupendo, y sin dudarlo estuvimos de acuerdo. Nuestra ciudad y el mar es una unión natural salpicada por la intervención  humana, de las que estos grabados forman parte de su Historia, pues ellos mismos son parte del Castillo o Fortaleza de Santa Catalina, conocido por la Gente del Puerto como Las Murallas.

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Panorámica de Fuerte Ciudad. (Foto: Javier de Lucas Almeida).

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Otra vista de la edificación. (Foto Javier de Lucas Almeida).

DESDE 1737
Los grabados fueron realizados en su mayoría por soldados españoles o franceses. El tiempo de aislamiento en el castillo, las largas guardias, la soledad o el recuerdo, dejar nuestra huella, o simplemente la distracción, alentó a las personas presentes en los distintos momentos históricos a plasmar en las paredes del castillo aquello que veían, vivían, recordaban, o testimoniaban su paso. Así, podemos encontrar decenas, tal vez centenares de grafitos. Los más antiguos hasta el momento están fechados en el año 1737. Aunque los más abundantes, y a la vez menos interesantes, son los realizados a finales del siglo pasado, y lo que llevamos de éste, en gran parte pintados, que están solapando los más viejos.

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Otra vista de la edificación frente al mar, podemos observar los bloques de piedra ostionera que conforman el dintel de una de las puertas. (Foto Javier de Lucas Almeida).

HACE 25 AÑOS.
Sobre estos grabados, ya hemos realizado varios trabajos, el aquí firmante Juan José López Amador,  junto a nuestros compañeros y amigos José Antonio Ruiz Gil, y Enrique Pérez Fernández. En el año 1985, realizamos un importante trabajo de recopilación “in situ” de los grabados donde también participo nuestro amigo José Ignacio Delgado Poullet, se calcaron sobre plásticos todos aquellos que estaban visibles, transportándolos luego al papel, decidimos llevarlo a cabo debido al mal estado que presentaba el Castillo, hoy 25 años después, muchos de estos grabados están mas dañados o han desaparecido.

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Plano de Fuerte Ciudad de 1801. Archivo Militar de Segovia.

SISTEMA DEFENSIVO.
A raíz del descubrimiento de América se desarrolla en todo el entorno de la Bahía un sistema defensivo, básicamente diseñado en la defensa de ataques provenientes del mar, convirtiendo desde el siglo XVI la entrada a la Bahía de Cádiz en una encerrona para las flotas enemigas. Un sistema de guardas a caballo, avisos de ahumadas en el día, y almenaras por la noche, se pone en marcha. Pero, sobre todo, serán unas pequeñas baterías, al menos una veintena, situadas estratégicamente por toda la costa, las que formen el cerrojo de la ciudad de Cádiz y su Bahía. Apoyadas por grandes fortificaciones, hacia el mar las de Cádiz, y una en el interior del seno de la bahía, el Castillo de Santa Catalina, tendrán un papel fundamental en desarrollo militar de Cádiz.

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Vista aérea del Castillo de Santa Catalina. Destaca el 'hornabeque' (Del al. Hornwerk, de Horn, cuerno, y Werk, obra). Es la fortificación exterior que se compone de dos medios baluartes trabados con una cortina. Sirve para lo mismo que las tenazas, pero es más fuerte, por defender los flancos mutuamente sus caras y la cortina. (Foto: Google Maps).

CASTILLO DE SANTA CATALINA.
El Castillo o Fortaleza de Santa Catalina, esta ubicado en un pequeño cabo en el interior de la bahía, siendo el castillo de mayor tamaño construido. El espacio ocupado por las construcciones defensivas sobrepasaban los 15.000 metros cuadrados. Un cordón de murallas con baterías hacia el mar, y murallas a tierra con figura de hornabeque configuraban su perímetro.

En el solar que ocupa el castillo sabemos que hay una villa romana, con su alfar. También se encontraba la Ermita de Santa Catalina, de la cual no podemos establecer la fecha de fundación, si bien hay documentos que la mencionan en el año 1525.

juandelacosa_puerto_de_santa_mariaPARTIDA DE JUAN DE LA COSA.
La primera vez que tenemos constancia de este lugar en la Historia, fue por la partida de sus playas en el año de 1499 de la expedición que Juan de la Cosa, quien en el año 1500 realizara el primer Mapa Mundi en esta misma ciudad. Alonso de Hojeda y Américo Vespucio, completaban el mando de esta expedición, en la que se descubrieron las costas de Venezuela.

DEFENSA DE EL PUERTO Y CÁDIZ.
En el año de 1540 el rey Carlos I ordenó al Duque de Medinaceli la construcción de una torre. Y comienza la historia militar. El 25 de mayo del año 1562 trece navíos turcos intentan saquear Cádiz, al no conseguirlo desembarcan en Santa Catalina siendo repelidos por el socorro de las milicias de Jerez. En año de 1577 Luis Bravo de Laguna envía un memorial al rey Felipe II, donde le expone la situación defensiva tan caótica que tienen las ciudades de El Puerto y Cádiz, así como la necesidad de levantar una fortaleza. Así mismo, la ciudad de Cádiz en el año de  1586 le pide al rey que se finalice el fuerte de Santa Catalina. Hay un documento fechado el 27 de agosto del año 1587, mandando restituir al colegio de Santo Tomas de Aquino de Sevilla 112 reales que se le repartió para la fábrica de la torre de Santa Catalina. Por tanto podemos fechar la construcción militar entre el decenio de 1577 a 1587.

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Plano de José Antonio Calderón Quijano. (1730-40).

Como se puede ver en el plano de J. A. Calderón Quijano, de entre los años 1730-40, hay construcciones de importancia, almacenes, cocinas, iglesia, y otras estancias. En el año 1765 la artillería era la siguiente: seis piezas de a doce, ocho de a treinta, seis montadas y un pequeño destacamento de artillería e infantería. Además de alojamiento para el gobernador, el oficial de artillería y su tropa con cincuenta soldados y doce caballos con un almacén de pólvora, dos de pertrechos y un tinglado para enseres. Esta distribución pertenece a las ruinas que hoy se pueden ver.

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Cuartel de la Guardia Civil en Fuerte Ciudad, poco antes de su desmantelación hacia 1970. (Foto: Archivo Municipal).

HACE 200 AÑOS.
En enero de 1810 el Capitán General de Andalucía, Francisco Javier Venegas, autoriza al almirante inglés Pervis a volar Santa Catalina, para impedir que el ejército napoleónico encuentre un lugar cómodo desde el que situar sus cañones. Una vez que llegan al Castillo las tropas imperiales francesas, comienzan con la reparación de las baterías, hasta el 18 de febrero día en la que se produce un golpe de mano español sobre el Castillo. Por lo tanto, este fue el momento en el que la fortaleza decimonónica fue arruinada. En el siglo XIX junto al fuerte se construye un importante cuartel de la benemérita, hoy desaparecido, que funciona hasta los años setenta del siglo pasado.

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Grabado y dibujo a calco, hayado en la tronera 2-2, y dibujo a calco.

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Réplica del grabado anterior en una de las losas de la Plaza de España.

LOS GRABADOS.
Estos grabados se realizaron en los lienzos de murallas construidas básicamente con una piedra local denominada ‘piedra ostionera’. Las canteras de esta piedra están situadas al pie del castillo, en la zona intermareal. Con el tiempo, en el espacio que ocuparon las canteras, se construyeron grandes corrales de pesca y marisqueo que se mantuvieron hasta los años setenta del siglo pasado.

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Sobre estas murallas se aplica un mortero de cal hidráulica y arena con un grosor de entre los 1 a 3 centímetros; el fratasado o repellado es de gran calidad, con la superficie cristalizada por la acción caliza, manteniendo un enlucido pintado de rojo y amarillo.

CONSERVACIÓN.
La conservación del castillo en un análisis general es bastante mala, casi todo el frente del mar ha desaparecido, gran parte a consecuencia de las voladuras realizadas, excepto grandes paredones del lienzo de muralla del frente del mar en la actual playa de La Muralla. De la torre solo se conserva el 30% de la construcción, mientras que del resto de la edificación interior sólo quedan los cimientos. Sin embargo, el muro de tierra se conserva prácticamente completo; eso si, con grandes perdidas del enlucido donde se realizan los grabados, y grietas estructurales que lo ponen en peligro, muchas de ellas producidas por la acción de la vegetación, a veces de tamaño arbustivo.

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Pero, sin duda, tras el factor natural, quien más incide en la pérdida y destrucción de los grabados antiguos es el humano, técnicas de picado, rayado y  pintado con espray.

FIGURAS Y DIBUJOS.
El trazado de las figuras suele ser muy esquemáticas y con ausencia muchas veces de detalles. La gran mayoría está, a veces, agrupados; sobre todo en las troneras y su entorno, así como en el muro del frente de tierra, lógico si tenemos en cuenta que gran parte del castillo ha desaparecido.

A pesar de la simplicidad en los dibujos, en algunos se pueden atisbar los cascos y los aparejos de los barcos, representados estos en una gran variedad de modelos. Podemos ver navíos de velas cuadras, con los puentes de los cañones. Tartanas remolcando fragatas, un buque de dos palos, que bien puede ser un bergantín. En algunos casos se les puede apreciar enarbolando banderas en cruz. Faluchos, tal vez cañoneros, con aparejo latino, alcázar en popa y cofa. Otras embarcaciones veleras con marcados timones, pertenecientes a pequeños pesqueros, también hay un buen numero de buques de la Guerra Civil Española.

fuerteciudad_incripciones_puertosantamariaINSCRIPCIONES.
Tras los barcos el mayor número de grabados pertenecen a las inscripciones. Muchas de estas se encuentran muy deterioradas y sólo se aprecian palabras y, a veces, letras sueltas. Pocas se han conservado que puedan ser legibles, las que lo son proporcionan una serie de datos que, a veces, pueden ser de interés. Al menos en dos de los grabados tenemos la fecha de 1737, ambas realizadas en el mes de junio. Esto nos lleva a fechar en termino post quem la construcción del lienzo de muralla del Frente de Tierra. Otras inscripciones recogen los nombres o cargos, hay varias que corresponden  a soldados del ejército francés, dos del Regimiento numero 13 de Cazadores (Chasseur). El primero, A. Berner, que es sargento. El segundo Humbert Lezociourre (posiblemente un voluntario polaco), es lancero como el anterior, y pertenece a los chasseur-a-cheud (cazadores montados). La fecha debe corresponder con el bienio 1823-24, cuando se produce la ocupación francesa por el Duque de Agulema y los “Cien mil Hijos de San Luis”. Las tropas anticonstitucionales arribaron a El Puerto el 23 de junio de 1823, y mantuvieron el control de Cádiz y sus fortificaciones hasta el año 1828.

fuerteciudad_signos_puertosantamariaMARCAS Y SIGNOS.
Un gran numero de grabados pertenecen a marcas y signos, la mayoría de los cuales nos son desconocidos o ilegibles. Otros pertenecen a marcas, que nosotros relacionamos con distintos blasones familiares, una heráldica popular poco estudiada en la zona. Son marcas que se grafía sobre objetos personales o de uso domestico, e incluso en las casas. Algo similar a estas marcas lo hemos encontrado en El Puerto de Santa María; en los siglos XVI-XVII, en las botijas para la exportación, aparecen marcas con una, dos o tres palabras, a veces con un signo, indican su propietario. Se trata de gentes ligadas al mar, con la diferencia de que en este último caso pertenecen a comerciantes con América. (En la imagen, grabado de marcas personales).

BLASONES FAMILIARES.
Los grabados que hemos recopilado del castillo de Santa Catalina debemos entenderlos como representaciones de blasones familiares tradicionales, semejantes a los registrados en otras zonas de la Península Ibérica. Según esta tradición el padre detenta la marca del tronco de su blasón, a la que su descendencia añade sucesivamente un signo complementario, hasta que el hijo menor vuelve a recuperar la marca original, y que de la misma forma transmitirá a sus descendientes. Estas marcas están presentes en La Guardia, Galicia, y en Póvoa de Varzim, Portugal, donde sí están bien estudiadas.

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Lienzos de las murallas de Santa Catalina o Fuerte Ciudad. (Foto: González Lechuga).

Por todo esto creo que aunque no sean muy conocidos, estos grabados si son algo nuestro que nos representa, son muestras de gentes sencillas desconocidas en su mayoría, pero que ya forman parte de la historia de nuestro Gran Puerto de Santa María. (Textos: Juan José López Amador).

Pulsar para saber más sobre los grabados del Castillo o Fortaleza de Santa Catalina

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