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Hace 80 años España se levantó republicana, tras el  resultado electoral de las  municipales del 31 de mayo de 1931, donde las  formaciones de izquierda vencieron en los  grandes municipales. El  nuevo régimen apareció por sorpresa en El Puerto , donde un partido localista independiente, de carácter conservador, había ganado los  comicios. Al cabo de un mes se repitieron aquellas elecciones locales y los  independientes desaparecieron, dando paso al gobierno del PSOE.

Estamos hablando de historia, de hace poco más de tres cuartos de siglo. Al hallarse El Puerto  en la  periferia, la  confirmación de los  cambios del 14 de abril llegaron tarde, a la  hora de la  merienda. Sin globalización, los  acontecimientos políticos eran vividos de forma más distante, y la  efervescencia social era menor. En la  localidad, durante la  víspera ni siquiera se atisba sospecha alguna del cambio.

La  Revista Portuense, testigo histórico, se autofelicitaba en el  número del 14 de abril por el  resultado de la  Candidatura Popular Administrativa, a la  que apoyaba abiertamente, y de que la  candidatura comunista "no hubiera obtenido concejal alguno". El  15 de abril, en un editorial, no puede evitar su sorpresa ante la  noticia de la  instauración republicana.

DATOS ELECTORALES.
El Puerto  de entonces contaba con 19.714 habitantes.
De ellos, 273 se encontraban en el  paro.
3.341 vecinos, hombres mayores de 25 años, pudieron ejercer su derecho al voto.

Las  anteriores elecciones municipales databan de 1923 y los  candidatos se presentaban en algunos de los  cuatro distritos de las  dos circunscripciones en que se dividía la  población.

NO HABÍA JORNADA DE REFLEXIÓN.
La  Revista Portuense se permitió, incluso el  mismo día de elecciones del 12 de abril, sugerir el  voto con adagios como "da prueba de decencia el  que no vende su conciencia".

A los  portuenses les pilló de sorpresa la  proclamación republicana. Entrada la  tarde miembros de los  partidos de izquierda se presentan en el  Palacio Municipal con la  bandera tricolor que ondeó al atardecer en la  plaza Peral, ante el  júbilo de unos y el  estupor de otros. El  alcalde, Eduardo Ruiz Golluri, pese a la  victoria local, dimitió días después.

DE LOS POPULARES A LOS SOCIALISTAS.
El  programa de la  Candidatura Popular Administrativa, la  ganadora de los  comicios portuense del 31 de mayo y liderada por Ruiz-Golluri, establecía en su programa una serie de propuestas que mantenían la  línea de preocupación constante del pasado siglo en la  Bahía: solución al abastecimiento de agua, lucha contra el  paro y estimular el  protagonismo comercial del puerto  local. Las  dos fuerzas conservadoras, los  populares locales y la  candidatura de los  monárquicos, obtuvieron en abril todas las  plazas de concejales. Los  empresarios que dominaban la  vida la  ciudad, sobre todo bodegueros, fueron los  aspirantes que recibieron el  solícito apoyo. /En la imagen, Eduardo Ruiz Golluri.

La  escena cambiará ostensiblemente sólo un mes después, y la  tendencia oscilará hacia las  candidaturas de izquierda. El  12 de abril se repartieron los  24 escaños de concejales entre los  16 electos de la  candidatura popular y los  8 de la  Candidatura Monárquica, con Manuel Ruiz-Calderón al frente. /En la imagen, Francisco Cossi Ochoa.

En las  elecciones del 31 de mayo de 1931, Francisco  Cossi (el  gobernador civil en julio de 1936), quien ocupaba de forma interina la  Alcaldía desde la  dimisión de Ruiz-Golluri, venció con los  21 concejales de la  Conjunción Republicana (PSOE y Partido Republicano). (Texto: Francisco Andrés Gallardo).

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En la anterior nótula dedicada a este portuense de nacimiento, se informaba que vino al mundo la víspera del día de la Patrona, Ntra. Sra. de los Milagros, del año 1940, siendo sus padres Luis Ceballos Fernández de Córdoba y Magdalena Jiménez Sancho, haciéndose asimismo referencia a su parentesco con la familia bodeguera local de Jiménez Varela. En el extenso texto de la nótula se refieren numerosas facetas biográficas de su actividad profesional como ingeniero de montes y de la vocacional como "Mago Fauco". En esta segunda nótula, inspirada en las fotos que ha tenido la gentileza de remitir Rafael Ceballos a GdP, vamos a dar a conocer algunos datos de sus ascendientes maternos de los que, las tres generaciones anteriores: madre, abuelo y bisabuelo, nacieron y vivieron gran parte de su existencia en suelo portuense. Precisamente se publicó esa nótula en el 85 Aniversario de la Boda de sus padres.

Antigua fotografía de los números 7 y 9 de la calle Larga.

La casa en la que nació Fauco --mellizo y sietemesino--, el número 7 moderno de la calle Larga, cuyo interior  contiene un bello patio porticado, fue labrada en el siglo XVIII por un cargador gaditano de origen irlandés llamado Tomas Patricio Rian Harold, casado con Margarita Therry Macnamara, que la utilizó inicialmente como villa de recreo para pasar temporadas, pues estaba rodeada de huertas y naranjales. Algunos de sus descendientes vivieron en ella hasta el primer tercio del siglo XIX, pasando después la propiedad a manos de la familia Vergés López, cuyos herederos la arrendaban. Entre los inquilinos que tenemos detectados, citaremos a la familia Gª Polavieja Escribano, en el último cuarto del XIX y la familia Jiménez Sancho pasada la primera década del XX. Esta última la componian el matrimonio formado por Ernesto Jiménez González, (3º hijo de Ramón Jiménez Varela y Amalia González Urruela) y Rafaela Sancho Mateo y sus seis hijos: Ramón, Joaquín, María Josefa, Magdalena, Mercedes y Ernesto Jiménez Sancho, todos ellos  censados en dicho domicilio en los padrones municipales de 1920. Así pues, la madre de Rafael dio a luz en la casa en la que había vivido de soltera, en la que había pasado parte de su infancia y juventud, rodeada, además de sus tíos y numerosos primos que vivían todos ellos en la misma calle, entre la esquina de Espíritu Santo y la Plaza de los Jazmines.

Casa número 7 de la calle Larga, en la actualidad.

En la fotografía antigua, además de la casa natal de Rafael Ceballos, pueden observarse  la casa anterior, de una sola planta, que correspondería al nº 9. La que antecede y no se muestra en la foto antigua sería el nº 11, actualmente escoltada de andamios, a la que nos referimos en la nótula 756. /En la imagen inferior, lamentable estado en el que se encuentra el número 9 de la calle Larga, el número 11, escoltado de andamios, a continuación lleva cerca de 15 años en esa lamentable situación. Algún día contaremos la historia y quienes están detrás de ese lamentable estado que presenta lo que queda de inmueble.

Ambas mansiones formaban una sola y, en la fecha que estamos refiriendo -1920- era su propietaria y vivía en ella la familia Jiménez Guernica, que la integraban Eugenia Guernica Siloniz, viuda del hermano mayor de Ernesto, Ramón Jiménez González y sus cinco hijos: Amalia, Eduardo, Concepción, Pedro y Eugenia Jiménez Guernica. Y en el nº 9, en cuyo dintel pende una lápida de mármol, la única hembra de los Jiménez González, Amalia, viuda de Iribarren y su hija   Amalia Iribarren Jiménez. Los dos hijos varones, Ramón y Juan estaban en esa fecha en academias militares y la lápida que aludimos se colocaría años después en memoria de uno de ellos, Juan Iribarren, oficial del ejército de África, caído en la guerra con las cabilas marroquíes. Frente a ellos, en el nº 14 y 16 de esa misma calle, José, el hermano que le antecedía, casado con Nicolasa Loma Lavaggi y una extensa prole de diez hijos, los Jiménez Loma.

TOMA DE DICHOS.
Magdalena Jiménez Sancho celebró su primera comunión en la capilla del colegio de las Carmelitas, junto con otras nueve alumnas, en una estación del año que hoy es inusual: el 22 de noviembre de 1910 y celebró sus esponsales, una costumbre que precedía a la boda, equivalente a la denominada “toma de dichos” el 22 de mayo de 1926. El párroco de la cercana iglesia de San Joaquín, que se llamaba Salvador Martín, se desplazó al domicilio de la novia y le tomó la promesa matrimonial, levantando acta, en la que firmaron como testigos dos amigos de la familia: Emilio Morante y José Portillo. A su vez, el prometido hizo lo mismo en la parroquia de la villa de Coca, provincia de Segovia, en donde residía y trabajaba, ejerciendo de director de la fábrica que en dicha villa tenía  la “ Unión Resinera Española” (LURE).

La pareja nupcial, el 31 de mayo de 1926, hace 85 años. /Foto: González Ragel.

ESPONSALES.
Una vez identificados los progenitores, especialmente Magdalena Jiménez, nieta del creador del emporio bodeguero, pasemos a contarles la ceremonia nupcial, toda una boda de rumbo, con los pelos y señales con los que nos lo cuentan sus contemporáneos, en la crónica de sociedad de la Revista Portuense. Hacía unos meses que se había casado su hermana María Josefa, concretamente en septiembre de 1925, con José Arvilla Hernández, ingeniero industrial, quien llegaría a ser Director General de CAMPSA. Su hermano Joaquín había sido el padrino, ante la falta del padre y ahora también daría el brazo a Magdalena para conducirla al altar de la Patrona, donde se oficiaría la ceremonia a las doce de la mañana del 31 de mayo de 1926.  Para llegar hasta aquí, culminando el noviazgo y el paso previo de petición de mano, Magdalena y Luis tuvieron que conocerse y enamorarse y el primero de estos supuestos tuvo lugar en Madrid, en la casa del ingeniero agrónomo portuense Wistremundo Loma Lavaggi, cuya esposa era María Luisa Fernández de Córdoba. El tío de Magdalena, José Jimenez, estaba casado con una hermana de Wistremundo, Nicolasa Loma y, posiblemente, acompañando a algunas de sus primas Jimenez Loma, que eran nada menos que siete, pasaría una temporada en la capital del reino, coincidiendo con el hermano de la señora de la casa y… Cupido hizo el resto.

Invitados a la ceremonia nupcial. / Foto: González Ragel.

La boda se celebró con la iglesia a rebosar, llena de invitados y curiosos, la novia hizo la entrada en el templo a la hora en punto, cuando en el campanario se inició un sonoro revuelo. Vestía un rico traje “George” bordado en cristal blanco, sujetando el velo a su cabeza una diadema rusa de azahar. Como anticipamos, entró del brazo de su hermano y padrino de bodas, Joaquín Jiménez, sosteniéndole los extremos del manto sus primitos Isabelita y Juan Luis Jiménez Tamplin. El novio daba el brazo a su madre y madrina, la Sra, Viuda de Ceballos, siguiéndoles la madre de la novia, Rafaela Sancho, viuda de Jiménez a quien daba el brazo el conde de Gondomar, mientras interpretaba al órgano la tradicional marcha nupcial de Medhelsón el profesor La Rubiera.

Rafaela Sancho Mateo y tres de sus hijas:  María, Magdalena y Mercedes. La primera abuela y la última madre, espectivamente de Rafael Ceballos Jiménez. La fotografía está tomada en la Plaza de los Jazmines.

Bendijo la unión el arcipreste, doctor Núñez Galván. A la salida de la comitiva se interpretó la “Marcha Festiva” de Jauregui, trasladándose los invitados –que pasaban del centenar- a la casa de la novia donde Pepe Caballero, un prestigioso cocinero jerezano, había preparado el siguiente menú: de entremeses, jamón dulce, anchoas y olivas; consomé royal; huevos a la bohemia, en salsa Riche y los entrantes: filete de pescado a la Orly; suprema de pechuga y turnedós de ternera a la polonesa. Postres: helados, crema a la neva, frutas al kök, bizcocho de bodas y café. Vinos: Fino Javelín, Rioja Cepa Borgoña, Oloroso los 45, Pedro Ximenez Los 10, Moscatel XXX, Champan Continental, Coñac Varela y Crema Cacao Pico (el único superviviente 85 años después).

Anuncio del 'Gran Champagne Continental' de Hijos de Jiménez Varela.

El reportaje fotográfico lo realizaron los fotógrafos jerezanos Javier González y Alberto del Castillo, tras lo cual marcharon el automóvil hacia Algeciras, desde donde proseguirían viaje a diversas poblaciones del norte de África y después a otras capitales españolas y del extranjero, fijando su residencia en Coca (Segovia).

Castillo de Coca (Segovia).

Luis Ceballos Fernández de Córdoba, que había nacido en San Lorenzo de El Escorial en 1896 falleció en Madrid en 1967 y su esposa, la portuense Magdalena Jiménez Sancho, murió a los 89 años de edad en Pozuelo de Alarcón, en 1991. Ella y su marido tenían  tratamiento de Excelentísimos Señores. Está enterrada en la cripta de la catedral de Nuestra Señora de la Almudena.  (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía)

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El Racing va camino de cumplir un siglo de existencia como entidad. Sin embargo, su presencia en categoría nacional cuenta con menos tiempo, y es que no fue hasta 1954 cuando el conjunto porteño alcanzó la Tercera División, por aquel entonces una competición potente, formada por equipos que actualmente podrían estar entre los puestos más altos de la Segunda División B.

El Racing Club Portuense en la Plaza del Polvorista, delante del actual Ayuntamiento. El tercer jugador por la izquierda es José González Noval y el quinto, Vicente González Bruzón. El portero es Manuel Conejo Velez, "Oño" o2.02.1930.

Anteriormente, desde la década de los treinta y hasta principios de la de los cincuenta, los racinguistas solo habían conocido la categoría regional, compartiendo grupo dentro del sector andaluz con otros históricos que siguen existiendo en la actualidad, como el Atlético Sanluqueño, Puerto Real, Rota, Mairena, Ayamonte, Coria o Alcalá.

1954 fue un año importante para el fútbol español, pues se produjo una reestructuración que afectó a toda la Tercera y a categorías inferiores, buscando solucionar la precariedad económica de los clubes y remodelar el número de competidores y los sistemas de ascenso y descenso. Esto afectó a históricos como el Cádiz o el Recreativo de Huelva, que se vieron obligados a militar una temporada más en la categoría, con equipos que consideraban de inferior entidad.


Jugadores, directivos y amigos del Racing, en la sede social del Club. Fila superior: desconocido, Gallardo Poullet, Domingo Prieto Ramos, Leopoldo 'Lupo', cuatro desconocidos. Sentados: dos desconocidos, Miguel Lobato, José Prieto Ramos, desconocidos. Agachados: José Trujillo, desconocido.

Al respecto, el 28 de julio de 1954, Diario de Cádiz titulaba: “Desaparece el profesionalismo en la Tercera División”. “Estará formada por 163 Clubs, divididos en 16 grupos de 10 equipos. El Cádiz estará integrado en el undécimo, dependiendo de la Federación Andaluza”.

Se abolía el profesionalismo en Tercera y categoría inferior, limitando las compensaciones de los clubes a sus futbolistas y reduciendo los desplazamientos para potenciar la rivalidades locales y el ambiente en los terrenos de juego. En Segunda División, la provincia contaba con tres representantes de alto nivel: La Real Balompédica Linense, el C.D. San Fernando (recién ascendido tras una exitosa temporada) y el Jerez C.D, clasificado entre los primeros puestos y con las miras puestas en la promoción de ascenso a Primera División.

Breval, desconocido, Ricardo, Francisco Parra García 'Parrita', Tadeo Sánchez, José Trujillo y Vicente González Rivera,  en el Campo del Dato.

PRIMEROS PASOS EN LA TEMPORADA
El equipo rojiblanco estaba entrenado por el Sr. Calleja, un conocido técnico de la época en la provincia, y disputaba sus encuentros como local en el Eduardo Dato.
El ascenso a Tercera, tras la reestructuración, se sintió con tremenda alegría entre los aficionados al fútbol de la ciudad, y así lo refleja Diario de Cádiz (30/07/1954) , a través de una columna de información del corresponsal portuense del periódico provincial:

Desconocido, Leopoldo Gómez 'Lupo', Lainez, Pedro Gil, Manuel Soriano Gómez, José Trujillo. Agachados, desconocido, Benítez, desconocido. Animamos a los lectores a que identfiquen a cuantos aparecen en las imágenes.

«Con la mayor alegría se conoció en la noche del martes en nuestra ciudad, la noticia de la inclusión en la Tercera División de Liga de nuestro equipo titular el Racing Club Portuense. En cuantos lugares se iba conociendo, el júbilo era grande y en toda la población se mantiene a la vez que en peñas y bares deportivos, se oyen los gritos de rigor de nuestra afición. La Real Federación Española de Fútbol ha sabido lograr su firme propósito de revalorizar el fútbol español con la reforma de su savia, la Tercera División y la Regional, hundidas hasta la fecha en graves problemas económicos que no conducían a nada provechoso, si bien en un principio ciertos Clubs se habrán de sacrificar algo en bien de este bello deporte, como les ocurre al “Cádiz”, “Huelva” y otros que no dudamos, recibirán pronta recompensa en próximas temporadas.
El Puerto se siente feliz en este aspecto, porque ha logrado sus justas aspiraciones, y felicita a la Federación, que ha sabido dar a nuestra ciudad por su historia, por su importancia y por su Club, que bien merecido lo tiene, el lugar que a ella corresponde, y que aquí trabajaremos por ostentar dignamente.
Así mismo no podemos dejar de manifestar nuestra acogida cordial a la nueva Directiva que comenzó su labor haciendo las gestiones legales y oportunas ante los Organismos superiores.
¡Ya estamos en Tercera! En Tercera y para bien del deporte y con los deseos de unir al resurgir portuense el progreso de nuestro fútbol, seguido de una afición entusiasta que ahora más que nunca, tiene que volcarse en defensa de nuestros colores de forma unánime.
Hoy nosotros queremos hacer un llamamiento innecesario, porque el Puerto entero está con su equipo, pero nunca está de más recordar que es necesario volcarse, que los Organismos oficiales, industrias, comercio, etc., presten su decidida y máxima colaboración al Club, en la seguridad de que El Puerto de Santa María se sentirá orgulloso de aquellos hijos que en todos los aspectos se sienten portuenses por encima de todas las cosas. Y aquí cerramos nuestro breve comentario, reflejo de cuanto nos alegra nuestro ascenso y con la frase de aliento de costumbre: “¡Adelante, Racing Portuense!” (El Corresponsal)»

Previo en Diario de Cádiz del Racing-Cádiz en el campo portuense 'Eduaro Dato'.

A tenor de los resultados, no se puede decir que la “pretemporada” fuera positiva y  el partido de presentación, que tuvo lugar en el Eduardo Dato ante el Real Betis Balompié (Segunda División) se saldó con goleada (0-4): “En el Campo de Eduardo Dato con buena entrada se celebró el domingo (22 de agosto) el encuentro de prueba y presentación de los equipos del Real Betis Balompié y Racing Club Portuense, que terminó con la victoria justa de los sevillanos por cuatro tantos a cero. Dirigió el encuentro con errores el colegiado puertorrealeño Eusebio, quien alineó a los equipos de la siguiente forma: BETIS BALOMPIÉ: Montes; Suñer, Gabilondo, Cifuentes; Oscar, Gómez; Cabrera, Barinaga, Villota, Félix y Flores. RACING PORTUENSE: Domingo; Jiménez, Maiño, Isidoro; Soriano, Moncho; Trujillo, Pedrusco, Silva, Martínez y Benítez. En el segundo tiempo: Lavalle; Maiño, Moncho, Gil; Salmerón, Laínez; Rafaelín, Calata, Silva, Martínez y Benítez. No podía pedírsele mucho al equipo local esta tarde; tenía por delante un once de valía cuajado de figuras. Villota, Oscar, Barinaga (2) anotaron los goles béticos".

TEMPORADA 1954/55. PERMANENCIA.
Pese a la irregularidad de la trayectoria rojiblanca, el equipo portuense consiguió la permanencia, obteniendo algunos resultados que pasaron a la historia, como la goleada al Recreativo de Huelva o la victoria ante el Córdoba en el Eduardo Dato portuense. Mucho tiempo tendría que transcurrir para que el Racing regresara a la categoría regional, tan solo una vez y de forma accidental, hace casi una década. Desde 1954, fueron algo más de veinte temporadas, las que los rojiblancos disputaron en Tercera, antes de subir a la recién constituida Segunda B, en la 77/78.

Algunas alineaciones también pasaron a la historia de la entidad octogenaria, como la formada por Arguelles en la portería, Peloti, Desiderio, Barbero, Salmerón, Lainez, Benítez, Morales, Nene, el goleador Yonete y León. (Texto:Diego Patrón Aguilera).

Agradecimiento a la Hemeroteca de la Biblioteca Provincial de Cádiz

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La presencia del galeón “Andalucía” en Puerto Sherry, atracado en su muelle, en las mismas aguas que bañan los restos del fuerte de Santa Catalina de El Puerto, cuya rada albergó en siglos precedentes navíos y tripulantes de significado protagonismo en nuestra historia. Además de generar una admiración mayúscula por la belleza y fidelidad de la réplica, produce una cierta nostalgia a los que nos gusta especialmente la historia, en el más amplio sentido de la palabra, incrementada con la presencia de otra excelente réplica, la de la nao o carabela “Santa María”, amarrada en un muelle paralelo al del galeón. Esta pequeña añoranza sentimental experimentada en el luminoso paseo por nuestro puerto deportivo, batido por el viento de Levante el pasado domingo de Feria, me anima e inspira la presente nótula, de la que es protagonista  una dama del siglo XVII, época de la que data el galeón “Andalucía”. /En la imagen, el pintor Diego Velázquez.

En la imagen, el galeón 'Andalucía' y la nao 'Victoria', atracados en el Puerto Deportivo.

El imponente lienzo de Velazquez con el que hemos iniciado el título de nuestra colaboración, que tiene más de nueve metros cuadrado de superficie y 375 años de antigüedad fue encargado por Felipe IV al genial artista sevillano para formar parte de la decoración, junto a otros lienzos encargado a Carducho, Maíno, Jusepe Leonardo y Antonio de Pereda del Salón del Reino del palacio del Buen Retiro, donde fue instalado originalmente.

"La rendición de Breda" o"Cuadro de las lanzas". Óleo sobre lienzo. 307 x 367 cms. Autor: Diego Velázquez. 1634-1635. Museo del Prado. Madrid.

El cuadro conmemora la conquista de la ciudad de Breda, en Flandes, en poder de la Casa de Orange desde 1590, retratando la escena del protocolo de su rendición. El acto inmortalizado en el cuadro tuvo lugar el 5 de junio de 1625, del que hoy se cumple el 386 Aniversario y los dos personajes centrales son: el que entrega las llaves de la ciudad, Justino  de Nissau y el que las recibe para la corona española, el general Ambrosio Spinola Doria, I marqués de los Balbases, Duque de Sesto, Caballero del Toisón y Gobernador de Milán y Flandes.

CONEXIÓN PORTUENSE.
Su biznieto Felipe Spínola Colónna –aquí entra la conexión portuense- casó en la iglesia de Santa María la Real de la Almudena con Isabel María de la Cerda y Aragón el 20 de noviembre de 1682, recién cumplidos 15 años, pues ella había nacido en El Puerto, en el palacio de Medinaceli, en la calle de los Oficiales, hoy Palacios o del Palacio, el 30 de octubre de 1667. El marido, tan solo uno o dos años mayor que ella, pues había nacido en Milán en 1665 o 1666, según indican biógrafos diferentes, poseyó los títulos de IV Marqués de los Balbases, fue Gentilhombre de Cámara de S.M. y Virrey y Capitán General de Sicilia, además de caballero de la Orden de Santiago y Comendador de la misma. Era hijo de Pablo Spínola, marqués de los Balbases, Comendador Mayor de León y del Consejo de Estado de S.M., nieto de Filippo Spínola, II marqués de los Balbases y duque de Sexto que fue el primogénito de Ambrosio Spínola. /En la imagen, Ambrosio Spínola Doria.

Nuestra protagonista, Isabel María de la Cerda y Aragón, era hija del VIII Duque de Medinaceli, VIII Conde del Puerto de Santa María y varios títulos más, Juan Francisco de la Cerda Enriquez de Ribera, del Consejo de Estado de S.M., Sumiller de Corps y Caballerizo Mayor de Carlos II, su Privado y Primer Ministro, Adelantado Mayor de Castilla y Condestable de Aragón,  descendiente por la rama paterna del Infante Fernando de la Cerda y, por tanto de su padre, Alfonso X El Sabio y de Luis IX de Francia, por la esposa de este, Blanca de Francia. Fue su madre, Catalina Folch de Cardona, Duquesa de Segorbe, Cardona, Lerma, Condesa de Ampurias y marquesa de Comares y por esta rama materna, descendiente de San Francisco de Borja, su sexto abuelo. /En la imagen, San Francisco de Borja.

Es bastante probable que el joven matrimonio se instalara en el Milanesado, donde nacerían sus cinco hijos: Juana, que casó con el marqués de Castel-Rodrigo; María Teresa, con el Duque de Mirandola; Jerónima que casó con su primo Nicolás Fernández de Córdoba y de la Cerda, X Duque de Medinaceli y Ana María, con el Duque de Arcos. El único varón, heredero del marquesado, Ambrosio Gaetano, enlazaría con otra pariente: Ana Catalina de la Cueva y de la Cerda, todos ellos con sucesión a excepción de María Teresa.

En 1707 residía en Palermo (Sicilia. Italia). En las fiestas navideñas de ese año enfermó, falleciendo poco tiempo después, en 1708. Tenía 40 años. /En la imagen, grabado de la catedral de Palermo

BAUTIZO EN LA PRIORAL.
En la página oficial de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli solamente se cita el año de su nacimiento, sin completar la fecha ni el lugar del mismo. Para que no quede duda del paisanaje de esta ilustre dama del siglo XVII, reproducimos el texto de su acta bautismal, tal como figura en el folio 219 del Libro nº 37 de Bautismos, conservado en la caja 77 del archivo parroquial de la iglesia Mayor:

«En la ciudad del Puerto de Santa María, el jueves diez de noviembre de mil seiscientos sesenta y siete, Yo, el Doctor Alonso Holguín, Vicario en ella y Cura más antiguo en la iglesia Mayor de esta ciudad, bauticé en la capilla del palacio del Excmo. Señor Duque de Medinaceli, marqués de Cogolludo, conde de esta ciudad y Gran Puerto de Santa María, Señor de las villas de Deza, Enciso y Lobón, de los Consejos de Estado y de Guerra, Capitán General de la Mar Océana, Costas y Ejércitos de Andalucía, a Isabel María, hija del Excmo. Señor Don Juan Francisco Thomás Lorenzo de la Cerda, Duque de Alcalá y Lerma,  marqués de Denia, Adelantado Mayor de Castilla, Conde de Santa Gadea y Buendía y de la Excma. Señora Doña Catalina, Antonia, Gabriela, Josefa, Benita María de Aragón y Sandoval,  Duquesa de Alcalá y Lerma, marquesa de Denia y condesa de Santa Gadea y Buendía, su legítima mujer. Fue su padrino el Señor Don Tomás Antonio de la Cerda, marqués de Laguna, Comendador de la Moraleja en el Orden de Alcántara y Mestre de Campo del Tercio provincial de Sevilla, encárguele el parentesco espiritual y la obligación que tiene en fee de lo cual lo firmé» . (Textos: Antonio Gutierrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

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Mientras el panorama de pactos en la provincia no deja de ser aún una incógnita a despejarse claramente en azul con algunos reflejos verdes, la ciudadanía se sigue preguntando ¿para cuando gobernará la lista más votada, éstas serán abiertas y los mandatos serán limitados a dos ejercicios? ¿estará ahí una de las claves abstencionistas de El Puerto?

Aurelio Sánchez, cabeza de lista del PP, en la inauguración de campaña electoral, en la tradicional pegada de carteles. Vemos a algunos que alcanzarían el acta de concejal, el exjugador del Racing, Carmelo Navarro, José Ig. González Nieto, Pilar Osborne. Entre otros aparecen el abogado Elías Martín, el funcionario de prisiones y ex concejal Arana o Eladio, de Eco Puerto.

Porque aquí el panorama, descartado el pacto a cuatro bandas, deja clara la revalidación de la alcaldía para los populares, pendientes de alcanzar una mayoría a través de pactos y repartos, que al final es de lo que se trata. Hay que recordar que en El Puerto no gobernó la lista más votada, UCD, en los primeros comicios democráticos, merced al pacto de la izquierda. Pero vayamos a la actualidad. Con el partido Independiente con un número de ediles suficientes para darle la mayoría absoluta a Moresco, se ha reducido la capacidad de maniobra (exigencias) de un partido Andalucista muy subido de moral y concejales, pero prudente ante el nuevo panorama dibujado el pasado 22 de mayo.


Pedro Pacheco, alcalde de Jerez y líder andalucista, vino a El Puerto a apoyar la candidatura andalucista, entonces dividida. Junto a él José Gabriel Campos y el número dos de la actual candidatura y concejal electo, Jesús González Beltrán y José María Fernández Oliván. La reunión se celebró en la Venta El Cepo.


El PSOE en la Feria. De izquierda a derecha, el ex concejal Paco Ferrer, el expresidente de la Diputación y actual Diputado, Rafael Román, el ex Delegado del Gobierno Andaluz y actual Viceconsejero de Gobernación, Francisco Menacho, el otrora hombre fuerte del PSOE --dudamos si ha dejado de serlo-- y exconsejero de Gobernación, Luis Pizarro, el Vicesecretario del Parlamento Andaluz  y ex consejero de Medio Ambiente, José Luis Blanco y el ex Primer Teniente de Alcalde, José Antonio Navarro Ortiz, actual gerente de la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir.

Para los populares, pactar con los Independientes --entregados como están-- además de darles la tranquilidad de la mayoría absoluta, puede resucitar fantasmas del pasado, dar oxígeno a un partido que ha ido en descenso en los dos últimos comicios y perjudicar la imagen del PP además de encrespar a su militancia, con el acercamiento a un partido cuyo presidente de honor está pendiente de un rosario de causas judiciales, amén de las imputaciones que pesan sobre miembros de sus antiguos gobiernos. Claro que esto se puede arreglar, en una hipótesis descabellada de gobierno, resolviendo el pacto con los números 2 y 3 de la lista, integrándolos en las filas populares y buscando ‘una solución’ a la número 1 de la candidatura, heredera natural de la política del fundador del partido independiente, Hernán Díaz, con quien ya ha tenido discrepancias.


Un cartel electoral de Independientes Portuense, rodeado de carteles indicadores.

Pero vayamos ahora con los andalucistas que han crecido de forma espectacular, a solo 5 papeletas del quinto concejal, lo que les crece para exigir en la mesa de negociación. El PP mira con recelo un nuevo pacto, porque si con 1 han sacado 4 ediles, con 4 ¿podrán sacar 16 en las elecciones de 2015? Dependerá del trabajo de unos y de otros, claro y de la capacidad de comunicación y venta de gestión además, de cada partido. Lo cierto es que los andalucistas han rebajado el nivel de exigencias para entrar en el gobierno y que con Ruiz Aguilar, en una hipótesis de trabajo liberado como diputado provincial, puede ser un verdadero azote opositor conocedor de las entrañas municipales, liderando sin duda la labor de control al gobierno como ya  hiciera, sin concejal alguno, algo que puede darles dolores de cabeza al PP. Queda la última opción, gobernar en minoría, algo complicado que ya ha vivido El Puerto en pasados gobiernos democráticos. Lo cierto es que todos los partidos, incluidos los que ejerzan desde la oposición, deberán hacer un esfuerzo extraordinario para sacar a El Puerto de la situación en la que se encuentra, frente a la crisis económica y de empleo. ¿Un pacto por El Puerto? (Texto: José María Morillo).


En la sede de Izquierda Unida, en la céntrica calle Larga, el parlamentario andaluz Ignacio García, ex coordinador de IU en El Puerto y ex concejal, leyendo a la militancia, entre los que podemos ver al concejal electo Julio Acale y al entonces secretario de CCOO, Francisco Ibáñez. (Fotos: Fito Carreto).

Este país, y El Puerto también, está pendiente --al menos una parte de la ciudadanía-- de los pactos que, a resultas de las elecciones del pasado día 22 de mayo se puedan producir de aquí a 8 días. Mientras los políticos pactan, nosotros recordamos.


Caseta de Feria del PP de hace… vemos en la fila superior a Mari Luz Peralta, Encarnita, Matilde, Aurelio Sánchez Ramos, Pilar Osborne, Jesús Mancha Cadenas, un joven Jorge Moreno. Agachados, el secretario del PP de Andalucía Antonio Sanz Cabello , Carlota Benjumeda y Vicente González Lechuga.


Caseta de Feria de los Andalucistas de hace… Vemos a un jovencísimo Antonio Jesús Ruiz Aguilar, el ex alcalde de San Fernando Antonio Moreno Olmedo, Diego Utrera, agachado Arturo Armario y otros responsables provinciales y locales de dicho partido.


El Partido Independiente con la Peña Los Bolaos de hace…, vemos al desaparecido concejal de la silla de ruedas, Juan Bocanegra Muñoz, al ex alcalde Enrique Pedregal Valenzuela, al ex concejal de Indpendientes Portuenses, Jaime Gutiérrez Perea y a directivos de la entidad afín al partido localista, entre ellos, con gafas, Antonio Mulero Baracho. (Fotos: Fito Carreto).

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Pehr Löfling o Pedro Loefling, nació en 31 de enero de 1729 en Valbo Gastrikeland (Suecia), hijo de Erik Löfling y Bárbara Standman. Estudia con un profesor privado hasta que, con 16 años se matricula en la Universidad de Upsala, en un principio para estudiar Teología empero, influido por el profesor Carlos Linneo se apasiona por la Botánica y acaba cursando estudios de Medicina. Tutor del hijo de Linneo y ayudante de sus profesor, presenta tu tesis escrita sobre ‘Yemas y Retoños de los Árboles’ e ingrea en la Real Academia de Ciencias Sueca. /A la izquierda, silueta del científico.

ESPAÑA Y VENEZUELA.
Con 21 años viajará a España recomendado por su mentor, a instancias del rey Fernando VI, donde permanecerá entre 1751 y 1754, realizando una serie de colecciones de zoología, --especialmente ictiología-- y botánica, que enviará a Carlos Linneo a Suecia, entre las que se encontraban especies nuevas. Publicará sus estudios en la Gaceta de Madrid en 1752 y, a título póstumo, su mentor dará a conocer su único artículo científico Iter Hispanicum, eller resa til Spanska Länderna uti Europa och America 1751 til 1756 (1758), pues falleció, prematuramente con 27 años, en la actual Venezuela, a orillas del río Caroní, en la Misión de San Antonio de Caroní (Bolívar, Venezuela), siendo enterrado al pié de un naranjo junto a la iglesia, en la Misión de Santa Eulalia de Merecuri.

Quizás fue este El Puerto que, 30 años antes, conoció Pedro Loefling, visto desde el Matadero Viejo, detrás de la actual estación de Ferrocarril. “Vista del Puerto de Santa María”, óleo sobre lienzo, 70 x 95 cm, 1781-1785 (propiedad del Museo del Prado, en depósito en el Museo Naval de Madrid) [P1151]. Autor: Sánchez, Mariano Ramón (Valencia, 1740-1822).

1753. EL PUERTO.
Pedro Loefling permaneció por espacio de algo mas de tres meses en nuestra Ciudad, en 1753, mientras esperaba partir en la expedición que le llevaría a los límites del Sur de América o del Orinoco (en el viaje  realizó descripciones de peces, moluscos, crustáceos y medusas, y ya en Venezuela realizaría una interesante descripción de flora y fauna) y elaboró durante aquel periodo de tiempo, con la ayuda de los pescadores de El Puerto, el Primer Tratado Español de Descripción de Peces.

La sueca Solveig Nordin recoge en un estudio sobre su compatriota que «En Iter Hispanicum se puede leer sobre los peces que Loefling preparaba para la Reina de Suecia y probablemente algunos todavía están en Estocolmo, Suecia en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (Naturhistoriska Riksmuséet). [algo que la autora no tiene aún contrastado durante la redacción de este texto]

Se reproducen las páginas 93 y 94 del Iter Hispánicum En la segunda página, hace referencia a los 50-60 peces de El Puerto de Santa María que fueron enviados a la Reina de Suecia.

Traducción libre del texto, escrito por Loefling el 18 de diciembre de 1753, del Iter Hispanicum. «El 20 de Octubre, la misma fecha de llegar a Madrid hace 2 años, resultó ser mi primer día de viaje en mi Viaje Americana, y el 2 de noviembre llegué aquí al Puerto de Santa María y el 5 de noviembre a Cádiz, donde me quedé un poco mas de 2 semanas antes de regresar de nuevo junto con mi compañía al Puerto de Santa María, como aquí se presentan más posibilidades de realizar estudios de la Naturaleza, mejor que en Cádiz que está cerrada. Por fin me he dedicado a los peces, y me he entrenado en la Ictiología, además de haber preparado entre 50 y 60 Especies de Peces en “Spiritu Vino” para Su Real Majestad La Reina, los cuales serán mandados con el primer barco a Suecia por el Sr. Cónsul BELLMAN (en Cádiz).» /Portada de Iter Hispanicum, eller resa til Spanska Länderna uti Europa och America 1751 til 1756 (1758)

Loefling partió de la Bahía de Cádiz  la madrugada el 15 de febrero de 1754 en dirección a la que sería la actual Venezuela. Ya no volvería, quedando allí para siempre.

PISCES GADITANA. OBSERVATA GADIBUS ET AD PORTUS Sª MARÍA. 1753. Mens. Nov. et Decemb.
La abreviatura Loefl. se utiliza en los géneros creados ó especies descritas por Pedro Loefling. Algunos de los nombres vernáculos y nombres científicos dados por Löfling a la fauna marina de la Bahía de Cádiz, durante su estancia en El Puerto de Santa María en el Primer Tratado Español de Descripción de Peces:

anchova: Clupea encrasicholus; anguilla: Muraena anguilla; araña: Trachinus draco; armado: Trigla coccyx; azedia: Pleuronectes; borracha: Trigla; borriquete: Perca marina; breja: Sparus; burel: Scomber trachurus; cadella: Galeus Glaucus; cazon: Squalus Galeus; chucho: Raya; dorada: Sparus aurata; faneca: Gadus; galera: Cancer; herrera: Sparus oblongus; lenguado: Pleuronectes; lisa: Mugil; morena: Muraena; perrillo: Gobius niger; pescada: Gadus; pintarroja: Squalus Canicula; rape: Lophius; robalo: Perca labrax; rubio: Trigla cuculus; sabalo: Clupea; safio: Muraena; sardina: Clupea sardina; tapaculo: Pleuronectes; vaca: Raya maxima; xibia: Sepia.

Placa situada en la esquina de la calle Guadalete esquina Avda. de la Bajamar, en agosto de 2010.

PLACA DE RECONOCIMIENTO.
En la calle Guadalete, en una esquina del antiguo Hospital Municipal, con la vista puesta al río, se descubrió el pasado 11 de agosto de 201o una placa en reconocimiento del científico sueco que vivió durante unos meses en nuestra Ciudad y del trabajo realizado. El alcalde de la Ciudad Enrique Moresco, el presidente de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia, Manuel Pico Ruiz Calderón y el presidente de la Asociación de Amigos de la Cultura Científica, Francisco González de Posada uno de los impulsores de la iniciativa, presidieron el acto. La Asociación Ecologista, en palabras de su Coordinador Local, Juan Clavero Salvador, valoraron positivamente esta distinción. También, en el Real Jardín Botánico de Madrid, se encuentra una placa a la memoria del joven sueco desaparecido prematuramente a causa de unas fiebres en la expedición a los Límites del Orinoco.

SOLVEIG NORDIN.
Solveig Nordin Zamano, compatriota sueca de Pedro Loefling (idealizado en el grabado de la izquierda) hizo en mayo del 2008 un recorrido por España, utilizando como guía de su periplo, el Diario de Viaje escrito por nuestro protagonista, en su viaje desde Madrid el 20 de octubre de 1753  hasta llegar a Cadiz el 5 de noviembre, que refleja en algunas entradas y comentarios en su blog: http://rutahistoria.blogspot.com/ (Texto: José María Morillo).

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El ambiente bullicioso de la Placilla. En el centro de la imagen, Isabel Oreni Mayi, esposa que fue de Antonio Álvarez Herrera. Al fondo, la tienda de Nicanor y el Bazar de Loza y Cristal, en la calle Ricardo Alcón, antigua calle Correo o Muro.

Añoro a la que fuiste; a esa, a la bulliciosa; a la que a las claritas del día me despertaba con el eco de los pregoneros. Puñeteros, no me dejaban dormir. Unos te ofrecían las mejores frutas;  otros las mejores lozas, las mejores macetas,  juguetes,  flores, 'tajaítas', churros y hasta bragas, etc... --¡Ya lo habían conseguido! --refunfuñaba-- ¡aquí no hay quien duerma! Pero qué alegría tenía mi Placilla, daba gloria  ver  como se esmeraban los comerciantes preparando su género.

Era un trasiego de mercancías, algunos como Paco 'el Jerezano', la acarreaban desde  la desaparecida Posada de la  Fruta en la calle Ganado. Era todo un espectáculo. Las señoras con sus canastos, las había que rebuscaban por todos los puestos; no eran buenos tiempos y había que apañarse bien con lo que se tenía pues  eran muchas las bocas que alimentar y había que hacer virguerías con los  escasos recursos de que se disponía. Otras, en cambio, eran fieles a sus proveedores, eso  les garantizaba un trato deferente.

El puesto de frutas y verduras de Manuel Raposo Ruso 'Carrizales' y su señora Manuela López, en la esquina de la fachada del Mercado de Abastos, frente al Bar Vicente.

Imangen la misma esquina, vemos que a la derecha, la puerta del Mercado es de rejas de madera.

La clientela, posando para el fotógrafo, ante unas frutas perfectamente alieadas, amén de las que penden de sendos clavos en la pared del Mercado de Abastos.


Otra visión del mismo espacio expositivo y de ventas. Los puestos tenían toldos para proteger las mercancías de las inclemencias del tiempo. Todas estas imágenes son del puesto de 'Carrizales'.

Los puestos de fruta ocupaban gran parte de la Placilla. Tenían una estructura de madera que les permitía exponer con armonía los diferentes artículos. Estaban Agustín Vela y Carmela Durán --mis padres--, Juan Malete y su esposa María, tenían una perrita --Estrella-- que me dejaban pasear y eso me encantaba. Tobálo, Santiago Martín-Arroyo, Manuel Raposo Ruso 'Carrizales' y su señora Manuela López; María y 'el Toto' cuñado de Antonio López 'Veneno' que tenía una Pescadería  junto a la Alpargatería de José Ramírez.

En la imagen, con delantal, Carmen, tenía su puesto de frutas junto al Alpargatero.

Junto a ellos tenía su puesto la señora Carmen --creo que tenía dos hijas: Carmelita, a la otra siento no recordarla--. No era la única Pescadería de la Placilla; estaba el puesto de Manolito 'el Cochino' que por las tardes lo abría su hermana Carmelita y que era muy graciosa, a la que más tarde reemplazó su esposa, Milagros, una gran señora.

Otros muchos comerciantes utilizaban una especie de tenderetes, que les resultaba fácil recoger cuando terminaba la jornada laboral. Así era mi Placilla, un hervidero de gente, cada uno a lo suyo, ganándose el pan como buenamente podían.

En la imagen, un isocarro con publicidad de Fino Quinta, en el que Juan Pérez, el repartidor, está dejando una caja de madera con botellas de cerveza de vidrio no retornable, vacías. Vemos los puestos del exterior del Mercado, plegados. La bicilceta era el vehículo por antonomasia de los pobres.

En esa época las bicicletas eran los vehículos de los pobres. Los hombres  hacían muchos kilómetros  para traer a El Puerto alguna caja de frutas ¿Se imaginan ir hasta Chiclana y, a la vuelta, venir cargados con una o dos cajas de Damascos? Pues eso era casi a diario y, conociendo a mi padre, seguro que traía una más, no por vanidad sino por su gran fortaleza. Había quien se ganaba la vida con aquellos inolvidables Isocarros, muy útiles para reparto.

En el Café Moderno, actual Cafetín, detrás de la barra Juan Pérez, repartidor de cervezas con Isocarro, Ángel Sordo propietario del establecimiento y Luis Jurado. Fuera del mostrador, a la izquierda, Luichi Alcántara Torrent y a la derecha, Enrique Gago, propietario del Bar ‘El Pescaíto’.

Si algo bueno tenía mi Placilla era la solidaridad ante algún contratiempo de uno de  los nuestros, que eso éramos: como una gran familia. No todo era perfecto, como no; había quien tenía más guasa... y los que refunfuñaban. Los había encantadores como  Ángel Sordo del bar Moderno: era como un tío para mi; aguantaba que le cantara y bailara y siempre tenía algún gesto de cariño para todos los niños del barrio. Vicente, su hermano del Bar los Dos Pepes. Remedios la portera del Teatro Principal que nos dejaba ver películas en un proscenio junto al escenario. La señora Pilar Lagunas, de 'los Maños', Fermin 'el Carbonero, 'el Boli' que era recadero, junto a Antoñito 'el del Penal', otro recadero; José y Lele, barberos; Enrique el del 'Refino de los Muertos'. Encarna su hermana, tenía una taberna 'Las 3 B', que si no me equivoco, hacía  la  mejor sangre encebollada de El Puerto; Miguel Salguero 'el Bollero', siempre amable y risueño. Bartolo, Pepín, María y Conchita y  Cuqui de Ultramarinos 'La Giralda'.


El trajín de la Plaza, con puestos, toldos, cajas y vendedores y mozos de todas las edades.

Los había con todo el salero del mundo  como María la del 'Toto'; Pepa, hermana de 'Kiliki' y 'Kunini', éste último casi nos dejaba sordos a todos con ese vozarrón que Dios le ha dado. Y Pepe 'el de los Dos Pepes' se paseaba en un seiscientos con una muñeca  hinchable; era todo un espectáculo por  su personalidad tan peculiar y esa gracia innata de la gente de Cádiz. Como no, los despistados como Leopoldo, que tenía la mejor carne membrillo de tres colores que yo haya probado nunca; los  preguntones como... mejor lo dejamos; los cocinillas como: Tete Ganaza que hacía un ajo caliente buenísimo a ojos de una niña de pocos años.

Juan González Herrera y sus hijos Juan y Ana González Borrás, en  el puesto de  carnicería del Mercado.

La Placilla se me antojaba enorme, era como un gran patio de vecinos, en los que todos estábamos bien avenidos o casi todos. Recuerdo como en ocasiones me llamaban Servando y José 'el Barbero': los dos me pedían que les barriera; uno me daba las mijitas de las galletas, el otro me  montaba en la silla de trabajo y me daba vueltas porque era giratoria. Lo hacían porque les encantaba los niños, no había ninguna maldad, José comenzó  a llamarme Marusela --decía que me parecía a una cantante de ese nombre-- y a día de hoy para él sigo siendo Marusela.

En la calle Sierpes, Dolores Dosal, Manolo Picazo, con pantalón de peto  y Manolo Martín-Arroyo, con sombrero blanco y mandil, delante del puesto de fruta y verduras.

Recuerdo  cómo íbamos a comprar  la leche con nuestras lecheras de aluminio, unas veces a la calle Luna, otras creo a la calle Vicario, a Santa María en casa Carmina. Y  lo mismo pasaba con el aceite: lo comprábamos a Genaro que tenía su almacén entre  Placilla y Luna. Y nada de un litro, un cuarto, o medio litro como mucho: había para más.  Era época de colas para la leche, el aceite, el picón, carbón, parar las sillas de la Iglesia Mayor; todavía recuerdo a la señora Juana, creo, repartiéndolas; ella sabía a quién  pertenecían y rara vez se equivocaba.

Paquito y Pedro Álvarez Herrera, hermano de Antonio Álvarez, primer alcalde constitucional del periodo de los ayuntamientos democráticos.

Y no digamos para en cine, sobre todo si  había algún espectáculo. Y de cambiar los tebeos en el Liberato en la calle Vicario. Por la tarde, los niños éramos los reyes de la Placilla; las niñas jugábamos a la china, al elástico, a la comba, a la pelota, al pañuelo, al  diábolo, al  coger, al esconder, etc. Los niños también jugaban con nosotras, pero  los juegos eran más en grupos. La mayoría de los niños éramos nacidos en la Placilla y alrededores. Muchas de las cancioncillas de la época todavía las recuerdo y, en ocasiones, me han servido para distraer a mis hijos y ahora a mi nieta.

En la desaparecida recientemente tienda de Genaro, vemos a su madre, Ramona Salas.

En mi adolescencia se reunían en la Placilla muchos jóvenes a los que se les llamó  'placilleros'; supongo que se hicieron  conocidos por el gran numero de ellos; yo lo que recuerdo es que, en una ocasión de apuro, eran los días de la fiesta del Mercado,  agradecí que vinieran en mi ayuda. Eran 'el Bestia', Eloy, los hermanos Rojas, los Crespo, los Ojeda, 'el Pesca', 'el Carlangas', Ernesto, etc.

De izquierda a derecha, con el micrófono, Antonio Romero Castro, Jefe de Negociado de Fiestas del Ayuntamiento, Miss Simpatía, Mariana, hija de Luchi Ganaza y nieta de Tete Ganaza; Miss Mercado, Dolores Moreno Figueras --esposa de ‘Lele el Pescaero’--, Manuel García funcionario municipal padre de Manolo García Campos, Carlos ‘Carlangas’ pescadero, asoma la cabeza el concejal Juan Ponce, la siguiente Miss, de la que no conseguimos leer su distinción, es hermana de de Antonio e hija de Angelito, quien tenía la frutería junto a la Carnicería Centro, en la calle Ganado y Calzados Ramírez, y Pedro Osborne Domecq. Fiesta del Mercado, el día de la Inmaculada, 8 de diciembre de 1972. /Foto: Rafa. Archivo Municipal.

Esta era  mi Placilla, la del olor a café  recién tostado, a pan tierno, a suspiros de La  Pastora, a fruta, a bollos, a huesos para el puchero, a pescado fresco, a carne de toro, a aceitunas, a aceite, a manteca colorá, a  flores, ...  En definitiva a vida, a sacrificios, a amistades sinceras y a mucho, mucho respeto. Gracias a todos,  siempre seréis mis buenas  y entrañables  gentes de La Placilla. (Texto: María Jesús Vela Durán). (Fotos: Colección A.F.G.).

Más nótulas de la Placilla en Gente del Puerto:
366. La Placilla en la década de 1950.
684. Motes en la Placilla.

6

En nuestras manos cayó para ser restaurada una pequeña Virgen, una más. No tendría mayor importancia ni significado, si no fuera por su procedencia y su pequeña historia.

Hablamos de “la Virgen de la Placilla”, o de “la Casa de los Leones”, o también la Virgen conocida como “de Escaldas”. Tanto esta pequeña imagen como el lugar donde fue colocada siempre han despertado curiosidad e interés en gran parte de los portuenses, que al pasar por la calle, camino del mercado, es inevitable volver la cara y echarle una mirada a su bella portada, hoy aún más, después de su reciente remozamiento. /En la imagen la Virgen a su llegada al taller de restauración.

Esta pequeña figura es de autor anónimo. Está realizada en terracota y policromada al óleo con adornos en oro. A primera vista despista un poco su vestimenta y sus atributos; sus ropas ricamente decoradas en líneas muy barrocas, con manto de motivos florales dorados en bajorrelieves, tanto  la Srª como el niño.  La Virgen con rostrillo de coronas circulares doradas porta al Niño Jesús en su mano izquierda, y sostiene en su mano derecha un corazón flameante; y,  ambos, sobre una bola mundi atravesada por una gran cruz dorada. Sobre los pies de la Virgen, la luna, flaqueada por siete angelitos. El niño con su mano derecha en actitud bendicente y en su mano izquierda sosteniendo la bola mundi con crucifijo sobre ella.

En la imagen se procede al estucado de la cara.

RESTAURACIÓN.
La figura, por las características del soporte, no presentaba grandes problemas estructurales; tan solo la unión de la bola mundi con la Virgen, que tenía tirantes de barro sin cocer que estaban muy pulverulentos y degradados.

La policromía estaba muy sucia y su color muy torcido, los dorados estaban verdes y oxidados. La bola mundi estaba totalmente repintada de azul intenso. Todos los bordes de la imágen estaban llenos de diferentes brochazos de cal y pinturas, de las que durante mucho tiempo se dieron a la fachada y a la hornacina.

Se realizó una limpieza superficial en profundidad, se consolidó y reforzó la estructura y la unión de la bola con la imagen. La policromía fue regenerada eliminando los repintes y los óxidos metálicos, quedando a la vista la rica decoración y su colorido. Al carecer de peana, se le añadió una amplia de hormigón muy fina, de color de la piedra de la portada y que queda oculta detrás del junquillo que porta el cristal que protege a la Virgen.

EL ENTORNO Y LOCALIZACIÓN.
La figura se encuentra en la hornacina que existe en el dintel de la fachada de la casa de la Placilla (San Bartolomé 6), conocida popularmente como la Casa de los Leones. Es de estilo barroco, con fachada tipo retablo y construida hacia 1.787 como consta un grabado en la misma. /Estado de la casa tras su restauración.

No queda constancia fehaciente documental, o al menos en un rastreo rápido no localizamos quién mando construir esta casa. Tan solo, según nos cuenta el Archivero Municipal J. Ignacio Buhígas, la habitó hasta 1797 la  familia Díaz de Celis, Jacinto, Benito, Juliana. Según Olga Lozano y Mercedes García Pazos en su Guía Histórico-Artística nos cuentan que fue mandada a construir por Pedro Montes. De todas formas no es la base de este artículo. Sí lo es la memoria popular que nos cuenta que la pequeña Virgen “de Escaldas” fue colocada allí por el gremio de “Los Montañeses”.

LOS MONTAÑESES EN EL PUERTO.
Durante el siglo XVIII, como es sabido, el Puerto contaba con un florecimiento económico importante gracias a las transacciones que se realizaban con América. Por aquí pasaban muchas mercancías y en determinados sectores económicos el dinero corría. /Vista del patio, desde la casapuerta.

A la llamada de esta bonanza hay zonas de España en que las migraciones hacia El Puerto de Santa María fueron más abundantes. Evidentemente las zonas mas cercanas fueron las mas numerosas como las de Cádiz, Jerez, Sevilla, Huelva etc. sin embargo desde zonas tan lejanas como Galicia con 842 hombres y 56 mujeres, o la cornisa Cantábrica con 354 hombres y 56 mujeres, y mas específicamente Santanderinos 152, y 142 Asturianos por ejemplo, según los datos de los registros parroquiales de matrimonios aportados por Juan José Iglesias en Una Ciudad Mercantil en el S. XVIII.

El gremio de los montañeses fue muy importante en nuestra ciudad y en las del entorno de la Bahía, llegando a ser un colectivo muy unido y organizado. Su campo de trabajo se encontraba repartido fundamentalmente en comercios de primera necesidad y en tabernas. Esta exclusividad en la actividad ha llegado hasta nuestros días, aún queda en la ciudad algún comerciante descendiente de los instalados en este siglo en el Puerto. La denominación de “el montañés” es sinónimo de tienda de ultramarinos.  “El montañés de la esquina” es el titulo de un curioso libro de Venancio González, publicado en 1995 por la Universidad de Cádiz que habla de la actividad en estas tiendas en Cádiz. /En la imagen, hornacina en la fachada donde permanece la reproducción del original.

En la ilustración podemos observar cada número y lugar correspondiente a los santanderinos que emigraron al Puerto.

EL PORQUÉ DE LA VIRGEN DE CALDAS.
Viendo el mapa de población,  vemos los lugares de donde proceden los Santanderinos asentados en el puerto y observamos  que gran parte de ellos procedían de las zonas próximas al cauce del río Besaya y de los alrededores de Torrelavega. En el cauce del río y muy cerca de Torrelavega, a siete Km. se encuentra la localidad de Caldas de Besaya. El cauce del río fue utilizado por los romanos como camino de entrada de la meseta castellana hasta el mar Cantábrico. Aún quedan algunos restos de la calzada que construyeron y ya desde esta época hay conocimiento de los manantiales termales de esta localización.

En estos lugares, en la última hoz del Besaya y entre el camino real que lleva a Castilla y el río,  existía muy cerca de éste un manantial de aguas calientes, y entre éstas y el camino, en un estrecho lugar, existía una ermita medieval con algunas dependencias. En esta ermita se adoraba ya a Ntrª Srª de Las Caldas, que según las noticias del propio monasterio es posiblemente desde la segunda mitad del S. XII. En ella los ermitaños cuidaban de los enfermos con el auxilio de las aguas y de la Virgen. /En la imagen Dñª María Ana Velarde, óleo 104 x 74 cm.

Los vecinos, en el intento de fortalecer el culto a la imagen, acudieron a principios del S. XVII al convento de los Dominicos de Regina Coeli de Santillana del Mar. En 1.611 los Dominicos tomaron posesión del convento.

El destino del santuario cambiaría con la llegada fortuita del padre Fray Juan Marfaz quien es nombrado Prior en 1.663 y junto con la ayuda espiritual y económica de Dñª María Ana Velarde trazan y comienzan la construcción de un nuevo Monasterio mas amplio y mas digno.  La imagen fue trasladada a su actual ubicación en Marzo de 1.683. Ninguno de los dos promotores llegaron a verla en el nuevo santuario,  pues Dñª María Ana muere cinco años antes en la hospedería del antiguo santuario, tras quedar viuda y tomar los hábitos Dominicos y el P. Marfaz tres años antes de los traslados. /Retrato del P. del Pozo, óleo 168 x 104.

El Prior sucesor del P. Marfaz fue el Padre Alonso del Pozo, calificador e inquisidor del Santo Oficio, al que conoce en el Colegio de San Gregorio de Valladolid. Este, fue el primer Historiador de Ntrª Sra. de Caldas y biógrafo del P. Marfaz y Dñª María Ana Velarde que publico en 1700, junto con la tercera regla del Padre Santo Domingo que publico en otro tomo. Mas tarde construiría  el Santuario de Montes Claros.

ATRIBUTOS.
En el cuadro que representa al P. Alonso del Pozo que está en la camarín de la Virgen, se nos representa rezando el rosario a la Virgen que ya esta vestida con manto, y con los dos tomos, mencionados anteriormente, escritos por el, de fondo en la ventana al Hoz del Besaya, y los dos monasterios, el nuevo y el viejo. /En la imagen, grabado S. XVIII.

Gracias a la documentación facilitada por el Padre Alberto González Fuente, al que desde aquí damos las gracias por tan inestimable colaboración, conocemos datos interesantes en un articulo suyo publicado en el boletín del Santuario en Diciembre de 1.976 y titulado “Un corazón en la mano de la Virgen de Las Caldas”.

Hasta  el año 1.953 la imagen de la  Virgen estuvo vestida con el mismo aspecto que presenta la de la Placilla, hasta que, con motivo de la restauración de la Virgen por el artista madrileño José Lapayese, se decide eliminar los mantos y dejar la imágen en su estado primitivo con todo el aspecto de una imagen gótica. /En 1953 aún tenia el brazo prolongado.

HISTORIA.
En la Historia la Virgen de Las Caldas y biografía de los fundadores del P. Julián del Pozo (1.700) dice: “a quien con atención la mira, le arrebata el animo y le atrae el corazón, como la piedra imán al hierro, y hace maravillosos efectos en las almas de los que la miran...Tiene en la mano derecha un corazón, como indicio de que es el árbol sagrado que lleva por fruto corazones para ofrecer a su sagrado hijo... Sobre el brazo izquierdo tiene el Niño: es de la misma pieza de la talla, de suerte que no se puede quitar.”, “Y aunque la imagen de Nuestra Señora está sentada, como ahora se viste, parece estar de pie. Vistese al uso de Castilla, tiene su rostriño y corona con arco”. Es evidente que ya en esta fecha y no desde mucho tiempo atrás, la imagen gótica ya esta vestida.

En esta misma historia en páginas mas adelante el P. del Pozo relata que estando Dñª María Ana encomendando a la Virgen su director espiritual el P. Marfaz, escucho de su Ángel de la guarda la siguiente frase: “Ese tu confesor, por quien pides, ha puesto su corazón en buena mano. Y al mismo tiempo le pareció ver a María Santísima que traía en su mano el corazón de su devoto capellán y siervo y daba a su entender que era verdad lo que le había dicho su ángel; y que le tenia en su mano y por su cuenta”. Del mismo modo esta claro que en 1.700 la figura había sido amputada y estirada de la mano derecha y sustituido el atributo frutal de las imágenes románicas y góticas por el corazón que vio Dñª María Ana Velarde. /Estado actual de Ntra. Sra. de las Caldas.)

En el proceso de remozamiento efectuado por Lapayese en 1.953, se coloco la mano al modo de este tipo de imágenes y se coloco la fruta en ella. Al parecer la mano eliminada era de nogal y la figura es de madera de sicomoro, con lo que es probable que no fuera original.

CONCLUSIONES.
Es evidente pensar que los montañeses de que vivían en El Puerto a finales del S. XVIII, solo conocían su imagen venerada de Ntrª Srª de Las Caldas con el aspecto que presenta este grabado. Y sin entrar en si fue colocada en la casa de la Placilla por el gremio de montañeses o únicamente por el fervor del dueño de la casa, la imagen que nos legaron es la que afortunadamente y tras los avatares sufridos por la casa, hoy parece respirar tranquilidad tras convertirse, en un Aparta-Hotel. /Estado actual de la Virgen de la Placilla.

ISLA DE GUAM.

La advocación de la Virgen de Caldas o de Ntra.  de  las Caldas desde antiguo saltó el Atlántico y los Santanderinos la llevaron al nuevo mundo. La isla de Guam es llamada Guaján en español. El 6 de marzo de 1521, la descubrió  Magallanes durante la expedición española de circunnavegación del mundo. Hay referencias en el Archivo de General de Indias de un patache (embarcación de vela de dos palos, mezcla entre bergantín y goleta) llamado Ntra. Sra. de las Caldas, El 25 de agosto de 1734 se realizó un Mapa de la entrada y puerto de San Luis de Apra, (de dicha Isla de Guam que perdió España en la guerra hispano norteamericana), siendo su capitán y cabo Don Juan Antonio Jove y su piloto mayor Don Luis Duplesis, los cuales pilotos sondaron y demarcaron el dicho puerto y lo hallaron capaz de entrar en él cualquier navío o galeón de la carrera y Filipinas.

Se construyó un fuerte de piedra que se fabricó el año 1737 y tenía cabalgadas 6 piezas de cañón para defensa de dicho puerto. Su planta es de 35 varas de largo, su ancho 9 varas, su alto, hasta las troneras de 5 varas y está fabricado sobre cimiento firme de piedra viva.  /Mapa de la isla de Guam.

FILIPINAS, BUENOS AIRES.
También se menciona en la audiencia de Filipinas en 1735/ 1738/ 1740/ 1741/ 1782. Otra referencia americana, La polacra (Buque de dos o tres palos) Nuestra Señora de Caldas  matriculado en Buenos Aires comprada en diciembre de 1810 por el comandante de Marina y diputado ante la Junta Grande Francisco de Gurruchaga, fue convertida en bergantín y puesta al mando de Hipólito Bouchard, quien llevaba como segundo al mando a Ángel Hubac y contramaestre a Luis Rafia. La nave tenía 26 metros de eslora, 5,5 de manga, 3 de puntal, 2,3 de calado y un porte de 180 t.

EN MÉJICO.
Por otro lado, en México se encuentra la Ciudad Jiménez en Chihuahua, cuyo nombre anterior fue el de Santa María de las Caldas. Se cambió el 28 de octubre de 1826, en honor de José Mariano Jiménez, héroe de la independencia fusilado en Chihuahua en 1811. /Óleo de Ntrª Sra. de las Caldas, ciudad Jiménez, Mexico.

Fue poblado por los españoles a partir de 1643, reconquistada por los indios “Tobosos” en varias ocasiones, el 4 de enero de 1753 el capitán Bernardo Antonio Bustamante y Tagle fundó el presidio militar de Santa María de las Caldas del valle de Huejoquilla, población que se logró consolidar y que dio origen a la actual ciudad de Jiménez. De esta época se conserva en la ciudad el cuadro de la virgen de Santa Maria de las Caldas imagen que fue llevada en su fundación y que tenía en ese momento el aspecto como la de El Puerto

Hoy día la imagen que figura en la portada de la Casa de los Leones es una reproducción en resina que se realizó para preservar la original que se conserva en la recepción del hotel. (Texto: Javier M. de Lucas Almeida. Ldo. en Bellas Artes).

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Llegaban contratados por algún noble o monarca, moro o cristiano, para ayudar en las batallas y poner su fiereza al servicio del mejor postor. En aquellas guerras civiles castellanas del siglo XIV (que nos gusta una guerra civil), Enrique II contó con las tropas mercenarias del condestable francés Du Guesclin, quien por su intervención directa pudo asesinar al hermano, Pedro I, el que siempre andaba liado con el pago de los servicios de su sicario favorito, el inglés Eduardo de Woodstock, príncipe de Gales y conocido en la Historia como el Príncipe Negro. A cambio de una buena soldada y un pellizco en botines o saqueos, escapando de las hambrunas, ingleses, franceses o alemanes venían aquí a quitar y poner reyes o a ayudar a los señores. Cogían el gusto a esto de guerrear y vaguear y terminaban por quedarse y echarse al monte.

Varios siglos antes de Curro Jiménez los bandoleros alemanes y de otros territorios europeos se refugiaban por las serranías castellanas y andaluzas, viviendo de la extorsión y del pillaje. Eran un número apreciable para que se convirtieran en la pesadilla de muchos de nuestros pueblos (con historias que darían para una serie más interesante que Bandolera). Para acrecentar el temor y su leyenda, estos alemanes se autodenominaban "wolfs", los "lobos". Con el colmillo a punto para robar, violar o matar. Los niños se acostaban con la amenaza de que se iban a presentar los "golfs".

Durante un buen tiempo los "golfs" formaron parte del paisaje porteño y de la Bahía de Cádiz y la actitud desalmada y campante que tenían de la vida terminó por acuñar el término de "golfos" para cualquier parásito social. Y así nos ha llegado la palabra, mientras que el golfo geográfico, como el Golfo de Cádiz, procede del "golfus" latino, nada que ver con el título simplón de Golfus de Roma.   (Texto: Francisco Andrés Gallardo).

Ayer se cumplía el 190 aniversario de su nacimiento.

Cuando sublevó Juan Bautista Topete Carballo la flota a su mando, el 17 de septiembre de 1868, estando a bordo de la fragata acorazada “Zaragoza”, fondeada en aguas de la Bahía de Cádiz, secundaba un movimiento revolucionario militar que encabezaba el General Prim, al que acompañaban media docena de camaradas sediciosos o, tal vez, suene mejor la expresión disconforme con la política regia. Era, por aquellos tiempos ya tan lejanos, a sus 47 años, un veterano de la Armada de Guerra, condecorado por numerosas acciones militares, algunas de ellas, como el bombardeo del puerto de El Callao, calificadas de heroicas por sus contemporáneos y con varias cicatrices en su cuerpo, incluida la que le infringiera el poeta Campoamor en el duelo de honor que sostuvo en 1862, a sablazo limpio, por una crítica que hizo a sus compañeros de armas en el periódico “La Época”. Entonces ejercía como segundo comandante en La Carraca. Ahora, en el momento de iniciar nuestro relato, Topete era Brigadier y capitán del puerto de Cádiz.

Prim, Serrano y Topete subastan los atributos del trono español, publicado en la publicación 'La Flaca', abril de 1869. Posterior a 'La Gloriosa' o Revolución de 1868. Las caricaturas marcaron época, fijando el estilo y el tipo de caricaturismo político español del siglo XIX. 'La Flaca' está considerada por diversos historiadores como la publicación más incisiva y crítica de la realidad de su tiempo. Poseía buenos colaboradores; los textos aparecían sin firmar o con pseudónimo, pero lo más destacable es la calidad de sus ilustraciones, realizadas en cuatricromía por Tomás Padró.

MINISTRO.

La revolución triunfó, como es bien sabido, marchando al exilio la reina Isabel II. Nuestro personaje ocuparía, a raíz de estos acontecimientos, diversas carteras ministeriales, presidiendo el Consejo de Ministros con carácter interino en tres ocasiones y, finalmente, el 29 de octubre de 1885 fallecería en Madrid, donde residía, ostentando la graduación de Vicealmirante de la Real Armada.

Gobierno Provisional, 1869. Figuerola, Sagasta, Ruiz Zorrilla, Prim, Serrano, Topete, López Ayala, Romero Ortiz y Lorenzana. Foto: J. Laurent (1816-1886).

ASCENDENTES PORTUENSES.
Juan Bautista Topete Carballo, con un destacado protagonismo en la Historia de España, había nacido en Méjico, en uno de los parajes más bellos y visitados del estado de Veracruz: San Andrés de Tuxtla, el 24 de mayo de 1821. Fueron sus padres Juan Bautista Topete Viaña, capitán de fragata, destinado en el apostadero de Veracruz. y María Clara Carballo, miembro de una destacada familia criolla. Este ilustre marino había nacido en Cartagena (Murcia). Su hermano Francisco de Paula Topete --tío de nuestro protagonista--, capitán de fragata, igualmente, fue portuense de nacimiento, al igual que la madre y la abuela de ambos. A Francisco de Paula, lo bautizó en la pila de la Iglesia Mayor Prioral el párroco castrense de la Isla de León el 20 de junio de 1782. Al igual que su padre, fue admitido como Caballero Pensionista de la Real Orden de Carlos III.. No conocemos mucho más de su vida, salvo que en la fecha del nacimiento de su sobrino estaba soltero y destinado en el apostadero de La Habana.

LA ABUELA MATERNA PORTUENSE.
De casta le venía al popular brigadier Topete, pues aparte su progenitor y su tío, estimados miembros de la Armada, el padre de estos, su abuelo paterno, Ramón Topete Fuentes, un bragado marino, natural de la villa de Morón (Sevilla), que ostentó el cargo de Jefe de Escuadra y estuvo en todos los fregados náuticos, que no fueron pocos, de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX. Entre misión y misión, plagada de escaramuzas con los tradicionales enemigos, la armada inglesa, navegando de Cartagena a El Ferrol, pasando por Cádiz y viceversa, tuvo lances amorosos con una dama portuense, con la que casó por poderes, tal como se indica en el acta de su boda que figura en el libro de casamientos secretos de la Iglesia Parroquial y Mayor de El Puerto de fecha 16 de diciembre de 1780.

La contrayente era una adinerada dama portuense: Francisca de Paula Viaña Sánchez de Sanz, hija de un hidalgo montañés, oriundo de Lorio, asentado en El Puerto, José Enrique Viaña Fernández, Regidor del Cabildo local y Diputado del Común en el último tercio del siglo XVIII. Este caballero, cuya ejecutoria de hidalguía se conserva en el Archivo Histórico Municipal, contrajo matrimonio con María Pilar Sánchez de Sanz en el verano de 1759,contando la novia 22 años de edad, pues había sido bautizada en la iglesia Mayor, de manos del cura beneficiado de la misma, Juan Gaspar de Cañas Trujillo, el 21 de marzo de 1737. Diez meses y medio después nacería la abuela de Juan Bautista Topete, Francisca de Paula Viaña, que fue bautizada por su tío Juan de Viaña, Lector de Teología en el convento franciscano de Cádiz, el 7 de julio de 1760 en las varias veces mencionada Iglesia Mayor de nuestra Ciudad.

Esta boda en El Puerto, la del bizarro marino, de prestigiosa carrera aunque de escasos recursos, con la primogénita de los Viaña Sanchez de Sanz, de hidalga ascendencia y desahogada posición, idealizaba la pareja pues introducía en la mejor sociedad, la elitista de la Armada, a ella, actualizando y modernizando su rancia estirpe y a él, que dependía de su soldada, escasa y llena de atrasos como era habitual en la hacienda real, la dote nupcial le garantizaba una vida digna y desahogada en los años iniciales de su vida en común. La dote ascendió a 12.000 ducados, que podemos estimar en unos 150.000 reales de vellón, entregados en moneda y frutos del campo, percibidos en distintas partidas. Fueron decisivos para la educación de la prole, especialmente para sostener los estudios de guardia marina de sus hijos Juan Bautista, padre de nuestro protagonista y Francisco de Paula.

RETIRADO EN EL PUERTO.
Retirado en nuestra ciudad después de ejercer cono Jefe de Escuadra, Ramón Topete abuelo de nuestro protagonista, que en realidad debía apellidarse “García” o “García Topete” pues era hijo de José García Topete y María Ventura Fuentes, estando ya viudo, cayó enfermo en el verano de 1821. En esa fecha, dos de los cuatro hijos habido en su matrimonio, José y Ramona Topete Viaña, al igual que su esposa, habían fallecido. Los otros dos se encontraban al otro lado del atlántico y no nos consta que retornasen. Durante los 15 meses que duraron sus dolencias, con mejoras y recaídas, tuvo el consuelo de dos viejos camaradas, el brigadier Cosme Carranza y el que fuera Comandante General del Cuerpo de Pilotos, Joaquín Rodríguez de Rivera que hicieron. compañía a su soledad con sus visitas.

Falleció, creemos que en una casa de la calle Durango, dato este sin confirmar, el 12 de diciembre de 1822, con lo puesto, prácticamente, según el mismo declara en sus últimas voluntades. Refiriéndose a la dote recibida, en diferentes partidas, como antes indicamos, dice: “…, las cuales se consumieron en varias atenciones de la casa y familia, educación de los hijos y otras urgencias para las que no alcanzaban los sueldos del empleo en unas ocasiones y en otras los atrasos que he experimentado en mi carrera militar, falta de pago y otras causas que son bien notorias a mis hijos.” Con este dato finalizamos la pequeña historia de la familia portuense del militar que realizó la primera proclama de la Revolución de 1868, dirigida a los gaditanos, de donde eran algunos de sus ancestros. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. Asociación Cultural Puertoguía).

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Despacho y Exposición de productos de la firma Cervezas Tosar.

A principios del siglo XX existían en El Puerto hasta siete fábricas de cerveza, más una que estuvo funcionando a finales del XIX, cuya relación es como sigue:

  • Benigno Quevedo, Fábrica de cerveza 1890-1895
  • José María Barreiro, Fábrica de cerveza 1900
  • A.J. Bensusa, Fábrica de cerveza 1900
  • Ramón Giménez, Fábrica de cerveza 1900
  • Tosar y Cia. Fábrica de cerveza 1901.
  • Cervecera Portuense. 1904.
  • Antonio Dozal, Fábrica de cerveza 1905
  • Leyras Jose Pérez, Fábrica de cerveza 1905

Original propaganda de la época (1905), impresa en Tipografía L. Pérez, donde se afirma que ‘Es la Cerveza de menos circulación en España’.

Al final no prosperaron ninguna, salvo las de Antonio Dosal y la de Tosar y Cía, durante un tiempo. Según el investigador Antonio Gutiérrez, fue una moda, al igual que las Cooperativas de Compras o los Telares, que tampoco se consolidaron en aquel Puerto entrambos siglos. En las fábricas de medias y telas pintadas, como curiosidad, trabajaban más personas que en las bodegas en sus mejores tiempos.

30

Pedro Cairón Calatayud nació en la calle Aurora, muy cerca de la Plaza del Polvorista el 2 de febrero de 1921. Tiene 90 años. Sus padres fueron Josefa y Buenaventura de ahí que sea conocido como ‘Pedro Ventura’. Con dos años, al fallecer su madre, lo mandaron a vivir junto a su hermana Francisca, a Cádiz, donde estudiaría Primaria en el Colegio de Antonio Fazán, durante seis años.

...continúa leyendo "1.018. PEDRO CAIRÓN CALATAYUD. Pedro Ventura."

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Manuel Ruiz-Cetrino Pérez de la Campa es un matemático y maestro que, aunque nacido en Córdoba en el año 1935, estuvo relacionado con nuestra Ciudad donde impartió clases entre 1955 y 1960, apenas con 20 años hasta los 25. Sus padres, Emiliano y Josefina, solo tuvieron ese hijo, al principio de la Guerra Civil, cuyo matrimonio se vio truncado por la contienda, lo que daría como consecuencia una infancia dura. Su inclinación por las matemáticas se manifestó a los 7 años de edad, ocupando en la escuela siempre el primer puesto en dicha materia, derivando su vocación por la enseñanza, en la cordobesa Escuela Normal de Magisterio, al no poder continuar estudios de licenciatura, aunque las matemáticas serían siempre su devoción.

Manuel tiene escrita una novela costumbrista cuya acción transcurre en El Puerto de Santa María, así como ensayos de matemáticas y un nuevo método para las reglas fundamentales: sumar, restar, multiplicar y dividir. Es miembro de la Real Sociedad Matemática Española. Jubilado, vive en la actualidad en Peñafiel (Valladolid).

El año del nacimiento de nuestro protagonista, 1935, fue enterrado en El Puerto Tomás  Osborne y Guezala, Conde de Osborne quien se encontraba en posesión de este título pontificio desde junio de 1900. Estaba casado con Felícitas [sic] Vázquez, de cuyo matrimonio fueron sus hijos, Elisa, casada en abril de 1917 con el  Marqués de la Candia;  Enriqueta, María, casada en febrero de 1915 con José Gamero Cívico, Ignacio casado en abril de 1921 con Ana María Vázquez Torres), José Luis, casado con Ángeles Domecq, hija de la Marquesa viuda de Casa Domecq  y Antonio.

Manuel Ruiz Cetrino, a la derecha, durante una interpretacion de 'El Divino Impaciente'

UNA NOVELA DE EL PUERTO.
El año de su nacimiento moría uno de los propietarios de Bodegas Osborne y quizás, casualidades de la vida, fue lo que le inspiró a escribir una novela cuya acción transcurre en El Puerto de Santa María, en el entorno del marco de producción de los vinos del Jerez-Xérès-Sherry.

LA VENDIMIA DE LA NAVAJA.
La trama de «La Vendimia de la Navaja» era de época, en la que podemos reconocer calles y paisajes de El Puerto. Una prostituta había sido brutalmente asesinada y sus restos abandonados. El maestro Tomás Alameda se interesará por este sobrecogedor caso que estremece a la población y que viene a unirse a la desaparición en extrañas circunstancias de un padre de familia al que se le imputa un importante robo. Con la España rural y las relaciones en una bodega al fondo, esta inédita novela escrita en 1960 por  Manuel Ruiz-Cetrino transcurre en El Puerto de Santa María, ejemplo de una ciudad española que se despierta al desarrollismo con todos los fantasmas del pasado como guardianes. Ruiz-Cetrino era una joven promesa literaria a finales de los 50 pero su osadía creativa en unos tiempos muy complicados ahogaron su producción.

HISTORIA DE AMOR.
Además de en El Puerto, impartió clases en Málaga, Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), Lugo y Peñafiel (Valladolid), donde reside ya jubilado. En nuestra Ciudad vivió una relación de amor imposible, que todavía recuerda, --permanece soltero-- y que le hizo abandonar El Puerto al que ha viajado, muchos años, después en varias ocasiones. Además estuvo un tiempo apartado de la docencia oficial, impartiendo clases particulares en su vivienda, en la calle Diego Niño. De aquel amor, prefiere que, aunque su otra protagonista ya no vive, la apasionada historia que vivieron permanezca en el anonimato.

AMIGO DE MIGUEL DELIBES.
Amigo del  vallisoletano, Miguel Delibes, director del periódico El Norte de Castilla, con el que coincidió y con quien se carteaba, leyó un fragmento de ese manuscrito y le recomendó entonces que retocara algunos párrafos, demasiados duros para la época. Otro amigo censor, madrileño, que se guarda en el anonimato, incluso le aconsejó que ni siquiera se atreviera a hacerlo público. «La vendimia de la navaja» era una novela demasiado arriesgada para 1960, porque habla de la corrupción del régimen y su vinculación con las empresas más poderosas de cada comarca.  Una pena, porque la vocación literaria de Ruiz Cetrino desapareció ante la frustración vivida entonces. Eso sí, Ruiz Cetrino colaboró con su nombre y con seudónimo en El Norte de Castilla y La Voz del Sur.

Faena de estiba de botas a un camión.

FRAGMENTO  DE LA NOVELA.
«--Maestro ¿hace un chica?-- le espetó Pastrana, despertándole de sus pensamientos por la plaza de España.
Pastrana, el guardia municipal, iba de paisano y le llamaba desde la puerta de la Taberna Buhigas, en la calle Pagador.

--Ahora mismo se me hace tarde-, se disculpaba Tomás.
--Todavía tiene noche para meterse en su casa. Todo no va a ser leer y escuchar el parte, hombre-- invitaba el agente, con la mano en el ademán de pedirle que se acercara.
--Venga esa copa--, aceptó el maestro, aún aturdido por la narración del abogado desatado.
El sol se estaba emborronando por los perfiles de la Iglesia Prioral y una cigüeña planeaba por el cielo rojizo. Una primavera radiante se apoderaba del Puerto de Santa María, un vaho de los dioses africanos que churruscaba la piel de la ciudad. Una perezosa melancolía se acomodaba en el atardecer. La estampa de aquel cadáver en el melonar se agigantaba en los recuerdos del maestro cuando franqueaba la puerta del local de Buhigas».
/A la izquierda un joven Manuel, en su etapa porteña.

Para leer más de 'La Vendimia de la Navaja' pulsar aquí.

Esta obra narrativa, inédita hasta enero pasado, ha visto la luz en una tirada corta. Y es que Manuel, a sus 76 años, no ha querido que aquellos recuerdos novelados, pasaran al olvido.

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En la Feria de Ganado en El Palmar, jugadores, aficionados, directivo. Chicharito aparece en la última fila, en el centro de la imagen a la izquierda y justo a la derecha suya, Parrita, posiblemente el mejor aficionado del Racing a lo largo de toda la historia del Portuense. Llegó a formar parte de la Junta Directiva con José del Cuvillo y Bernardo Sancho. El sexto por la derecha de la úlitma fila, Agustín Vela Mariscal, Laínez y Bernardo (el del taller de coches d ela calle Diego Niño). El que está entre la niña de Amazona y la del traje de gitana, es Pedro Gil. Agachado, el tercero por la derecha, Lupo, con la cuchara en la mano delante del lebrillo, por aquello de ‘cucharón y paso atrás’ y detrás de él, Trujillo. El tercero por la izquierda es Baltasar y a su izquierda, alguien relacionado con los González Noval (almacén de Genaro).


De izquierda a derecha, Nina Gutiérrez de la Rosa, su padre Antonio Gutiérrez González, Mari Gutiérrez de la Rosa, su madre Carmen de la Rosa Ramirez y su amiga Rosario Fariñas "Pia" y Vicente Gutiérrez de la Rosa. Sobre 1950 en la Feria de Ganado.

El Carro de las Patás.


Los hermanos Moreno Simeón y sus cuñados. De izquierda a derecha Charo, Carlos González Orihuela, Bella, Lolita Gil de Reboleño y Manolo Moreno Simeón.


Antonio Nogués Ropero y Enrique Pedregal, arropan a sus mujeres que están cuidando un rebaño de bambis de peluche, en la Feria. Al fondo en la parte superior de la caseta se lee la publicidad de Fino Quinta y Amontillado Coquinero.


Organillero en la Feria de Ganado.

De izquierda a derecha, Antonio Pérez Brea, su tío Antonio Brea Vila, su prima Ana María Brea Ramírez y una amiga de ésta, Lolichi, paseando por la Feria de Ganado.

Reparto de Premios en la Feria de Ganado; de izquierda a derecha, Juan Melgarejo Osborne concejal de la Corporación Municipal, Anastasio Pérez Andrés Capellán del Hospital y del Penal, José Caveda, Ramón Insúa, el Comisario de Policía y Enero, encargado de Aguas.


Elisa Muñoz Manzanera, Mery Nuchera, Celia Insúa Lavín, Daniel Otero Rascón, Ana María Insúa, Magdalena Nuchera, Manolo Lores y Lalo Muñoz. Feria 1963.


Velada de la Victoria, delante de la fuente desaparecida que, en su interior reproducía la Giralda sevillana. Una sombrilla, la cola de un caballo (el de carton del fotografo), uno de Medina Sidonia, Luisma Hoyo, Paco Rascón, Juan Carrasco, Luis Gutierrez, Manuel Almagro, Juan Miguel Fernández Izquierdo. Y de fondo La Giralda --¿seria tambien del fotografo? -- y la fuente de entrada a la Victoria.

| Texto: José María Morillo.

En este video, Antonio cuenta de viva voz, su historia, con todo lujo de detalles, haciendo gala de una memoria prodigiosa a sus 95 años.

Hoy tiene 95 años y una memoria prodigiosa. En abril del pasado año 2010 traíamos a Gente del Puerto a Antonio González Morillo, ‘Antonio Guindate’ que nos contaba una interesante historia en relación a la antigüedad de la Feria, en su origen como Feria de Ganado, tras el lapso de 1916 ante la decadencia y falta de negocio de la misma y después de la Guerra Civil.

...continúa leyendo "1.013. CONTROVERSIA: ¿EXISTIÓ FERIA EN 1942?"

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La fuente, hoy desaparecida tras la última remodelación, a la entrada del Paseo de la Victoria.

La Velada de la Victoria, era una prolongación de la Feria. Comenzaba a las seis de tarde, se solía ir vestido los hombres de traje y camisa blanca  sin corbata y clavel en la solapa, mujeres vestidas con bastante elegancia. El Paseo de la Victoria, tenía y tiene dos puertas; entrando te encontrabas la fuente, --que pena de fuente que ya no está--; el vivero del Ayuntamiento que se encontraba en la parte derecha, donde está parte del IES Pedro Muñoz Seca, prácticamente el tramo de carretera comprendido entre las glorietas que están el frente al antiguo Penal y la que está en frente de la Estación también eran parte del Paseo.

Caseta de los empleados de Bodegas Caballero.

A la izquierda donde está lugar para la banda de música se solían colocar algunas casetas. Recuerdo la caseta del Club Náutico y la de empleados de Bodegas Caballero. La Victoria se convertía por tres días en una  pequeña y efímera ciudad, una explosión de colorido y belleza, el pavimento  de albero de Alcalá bien apisonado con algo de cal y regado todas las tardes, por el camión de riego,  cómodos bancos de piedras y las cuatro estatuas de entrada felizmente incorporadas a su sitio, como debe ser. La Caseta El Cortijo con su estanque, ¡que recuerdos me traen  los bailes del Cortijo!; la gruta iluminada al fondo y... que se yo…

Fachada de la caseta 'El Cortijo'.

De las atracciones, recuerdo una muy especial que le decían ‘las Carmelas’, que colocaban por detrás del Cortijo: era una atracción que me encantaba; el látigo, el tobogán, la ola, el tren de los escobazos, los caballitos de la reina, con sintonía que casi siempre era el Vals de las Olas o  Danubio Azul; los coches de choque.

Reclamo publicitario del Teatro Chino 'Manolita Chen', que durante tantos años pasó por la Feria de El Puerto.

El Teatro Chino: «--Oiga, es el Teatro Chino de Manolita Chen, adquieran sus localidades, etc.”»; La Tómbola del Cubo, vendedores de algodón, de patatas fritas; los coches de choque, el Palacio de Cristal, adivinadores, charlatanes, espejos que te deformaban la imagen, casetas para probar la puntería con armas trucadas; vendedores de tabaco, limpiabotas, vendedores de helados y turrones. Nuevamente Don Francisco Dueñas Piñero con la incansable banda de música interpretaba, sevillanas, pasodobles y algunas romanzas de zarzuela.

En la imagen, tocados con sombrero delante de un puesto de mariscos instalado en la Velada de la Victoria, el marisquero Joaquín Miguel Lara, Luis Soriano, Nano, Castro y Pepe, jugadores del Racing Club Portuense. Año 1960.

En la imagen, una fotografía tomada delante de un teloncillo, en la Feria de la Victoria en 1947, de nuestro colaborador fotográfico, Vicente González Lechuga, su hermano y la Tata Milagros.

Mercedes Camacho Delgado e Ignacio Lechuga Sánchez y sus nietos Ignacio y Fosco Valimaña Lechuga y José Ignacio y Vicente González Lechuga, en la desaparecida fuente de la Victoria. Año 1948.

Recuerdo, con nostalgia, el día siguiente después de terminar la feria, la ciudad que por tres días nos había llenado de alegría e ilusiones, permanecía desmontada, deshecha, rota y los restos de farolillos, serpentinas, eran arrinconados por el viento de Levante en la esquina de la Vapilla de los Caminantes. (Texto: Francisco Bollullo Estepa).

En la imagen de la izquierda,  unas pequeñas hermanas Emi y Ada Vázquez, vestidas de faralá para la ocasión: la Feria de Primavera.

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Esta noche, con la prueba del alumbrado, se inaugura en nuestra Ciudad la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino. Nos gusta, a mí al menos contemplar viejas fotografías, carteles y folletos, y se nos vienen a la mente los recuerdos de ferias pasadas. Entiendo que este  tema igual que la Semana Santa, ha sido muy bien difundido en GdP; pero sé que esta página siempre trata de entretener y que cada portuense o porteño o quien sea, cuente experiencias, anécdotas, vivencias, etc. y siempre en tono cordial, al final lo que tratamos  de difundir,  es lo nuestro. Al contemplar alguna que otra  fotografía, aparece en mí memoria el acontecimiento que motivó aquella 'foto' y con las personas que estás  y se dibuja en tu interior la sonrisa agradable del recuerdo. /En la imagen, María del Carmen García y Garcia de Cossío y María J. Nogués, en 1955.

Entrada a la Feria: portada.

La feria como tal, era la Feria de Primavera, feria de ganado, situada en la margen derecha de la carretera que va hacia Jerez, frente a lo que fue el cementerio de los ingleses o cementerio protestante [donde hoy está Carrefour El Paseo], la entrada a la misma estaba formada por dos estructuras de fábrica de ladrillo separadas entre sí unos diez metros, que servía para la entrada de vehículos y carruajes, las estructuras de fábrica de ladrillo tenían un hueco de entrada, en forma de arco de medio punto y estaban coronadas con un tejadillo de teja árabe.

Casetas en la Feria de 1964.

LAS CASETAS.
El plano, la planta de la feria, era un anillo rectangular que servía de paseo. Si entrabas por la puerta de la derecha, todas las casetas quedaban a la derecha del paseo. La primera era la sucursal del bar La Viña; a continuación bar Caza y Pesca, la caseta del Resbaladero quedaba frente a éstas. Eran muy rudimentarias: estructuras de palos de eucalipto y una techumbre de hojas de palmeras, hojas de hiedra de adorno y algún que otro farolillo; los servicios sanitarios eran escasos, cuando había aglomeraciones, había que ir por detrás de la vía del tren si tenías una emergencia, o traer los deberes hecho desde casa.

El 'carro de las patás' en la Feria de Ganado. Año 1958.  /Foto: Rasero.

ATRACCIONES Y TENDERETES.
Algún que otro tenderete o puesto donde vendían lechugas aderezadas con sal y vinagre, recuerdo la tómbola que instalaba una asociación de caridad que comandaba Valentina empleada de Imprenta y Papelería Perezpastor.

Atracciones en la Feria de Ganado.

Más tómbolas, tiovivos, cunitas, atracciones manuales, colocados de forma más o menos ordenadas; sombrajos y especies de chozos vendiendo vinos, cervezas y refrescos,  puestos de turrones y golosinas. Charlatanes, trileros, mangantes, carteristas, pedigüeños, que venían «a hacer la Feria» y que diligentemente eran controlados por la Policía Local. Al fondo y en paralelo a la vía del tren, se encontraban los abrevaderos para que el ganado pudiese beber.

Exposición de caballos en la Feria de Ganado de 1964.

EXPOSICIÓN DE GANADO.
La exposición de ganado estaba en la parte izquierda de la feria, detrás de las casetas era una serie de habitáculos hechos con palos de eucalipto y una techumbre de hojas de palmera, en estos pequeños establos eran colocados de forma ordenadas el ganado caballar, mular, asnar, bovino, ovino, caprino y porcino; alguna camada de conejos y gallinas inglesas con sus polluelos.. Era bonito ver aquel panorama campestre, los olores de la hierba de primavera pisada y ganado al calor de medio día. Cada ganadero enviada lo mejor que tenía.

Semental en la Feria de Ganado del año 1963. /Foto: Archivo Municipal.

Eran espectaculares las vacas lecheras y el toro padre de la Granja Misericordia. Los tratantes queriendo vender o comprar una pareja de mulos burreños, o aquella piara de cochinos cortos negros o ‘coloraos’. Aquellas yeguas recién paridas con sus crías , cochinas con diez u once cochinillos recién nacidos, una parejas de carneros con cuernos retorcidos, temibles y lo más bonito era ver los caballos de Terry, ¡que preciosidad!

Sobre el tablao de la Banda de Música, vemos al Maestro Dueñas y a su banda interpretando sevillanas y bailando a las hermanas Cellia y Ana María Insúa Lavín, Elisa Muñoz Manzanera, Meri Nuchera, Benito Gago García y Fernando Merchante Gutiérrez.

LA BANDA DE MÚSICA.
En el centro,  estaba colocado el tablado de la banda de municipal de música con el maestro Dueñas al frente que interpretaban sevillanas y pasodobles toreros. La feria empezaba en sábado con el izado de la bandera y se clausuraba el lunes con la asistencia de autoridades e invitados con la interpretación del himno nacional y recogida de bandera.

Entrada a la Feria de Ganado en coche de caballos.

COMER EN LA FERIA.
En casa, cuando éramos pequeños, solíamos ir a la Feria de ganado el domingo, para ello mis padres alquilaban un coche de caballos que nos llevaba hasta la caseta de la sucursal bar La Viña. Mis padres escogían una mesa adecuada donde pudieran ver todos los paseantes y mi madre extendía sobre la mesa un mantel que previamente había sacado de un gran cesto de palma, además de servilletas a juego y allí dábamos cuenta de una buena comida,  mientras nos dedicábamos a mirar a caballistas, coches de caballos y paseantes.

En aquellas fechas los bares no solían tener comidas, tal vez por encargos, las pocas casetas existentes no reunían las condiciones adecuadas para prepararlas, quizás algunos tuviesen algunas tapas o algún guiso que ya llevaban preparado o marisco; recuerdo el olor tan especial que tenía las botellas de cervezas Cruz Blanca al ser abiertas.

En la imagen tomada en la década de los cincuenta en la Feria de Ganado, de izquierda a derecha Luis Soriano Gómez, Josefa Soriano Gómez, Cayetano Campos Natera (+) Dolores Soriano Gómez, y Carmen Soriano Gómez.

Muchas familias solías extender manteles en el suelo detrás de las casetas y comían así, como si fuese un día de romería.

A caballo, el ganadero Luis Sánchez. A pie, el alcalde, Luis Portillo Ruíz.

CABALLISTAS Y FOTÓGRAFOS.
Las jóvenes solían ir vestidas de flamenca, caballistas como los hermanos José y Servando Sánchez Gallego,  el ganadero José Luis Sánchez, Patín Sancho, los coches de caballos de Terry, con sus atalajes de lujo y el mayoral con ropa de fiesta; un placer para los sentidos.

De izquierda a derecha, Paco Bollullo, Milagros Prado, Pepe 'el Escocés', Teresa Crespo y Francisco Dueñas. Feria de Ganado de 1964.

Te quedabas extasiado observando aquel espectáculo de colorido, los fotógrafos de turno hacían su agosto, todo el mundo quería inmortalizar los momentos de feria, unos montados a caballo, otros toreando un toro de cartón, otras bailando con Pepe el Escocés; parejas de novios y matrimonios, amigos,  familias, etc.. Cada mirada era un cartel.

Caseta del Rocío. El pitero y tamboril, Pepe de Sanlúcar. Feria de Mayo de 1961.

Más tarde empezaron a poner casetas de hermandades: la de la Oración en el Huerto, El Rocío, … Recuerdo que siendo Rafael Sevilla López hermano mayor de la Hermandad del Rocío, traía todos los años un tamborilero de Sanlúcar, se llamaba Pepe, era incansable. (Texto: Francisco Bollullo Estepa).

(continuará)

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La historia de este Gran Puerto de Santa María está hecha a base de montañeses. Si no, repase Vd. el Libro del Repartimiento de Alfonso X, por cierto publicado hace escasas fecha en una edición escrupulosa del Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla Manuel González Jiménez.

Habrán habido, en el tiempo avalanchas de genoveses, de flamencos, de franceses, de irlandeses... pero el germen de la demografía portuense ha sido siempre montañesa. Aquello es Castilla pura, es la mar de Castilla. En todas las épocas esta Baja Andalucía ha sido un atractivo para los montañeses y ya sea de chicucos, ya sea de comerciantes, cualquiera de ellos, escarbando un poco tenían unas ejemplares y claras ejecutorias de hidalguía, cuando no de nobleza. Todos.

Maximino era montañés. Maximino Sordo Díaz (Trescudia, Camijanes, 1912-El Puerto, 1982) no se llamaba Maximino, sino Luis-Maximino. La verdad es que poca gente lo sabía. Entre ellos mi padre, Luis, yo, Luis, ambos de San Luis IX, Rey de Francia, el 25 de agosto, felicitábamos a Maximino en su día y a una señora, Luisa , Aquino Arnosa, viuda de Quijano, que también celebraba ese raro santo de agosto.

El restaurante 'El Resbaladero' o 'Resbalón', a la izquierda, en la década de los 30 del siglo pasado, con el castillo de San Marcos sin la  restauración a la que lo sometió Hipólito Sancho.

El abuelo de Maximino, Mateos Sordo, ya recaló por aquí en el último tercio del XIX y trabajó en "La Vega", en Jerez. El padre, Francisco Sordo también, aunque luego se fue a la Montaña para casarse y no volvió sino para ver a sus hijos Maximino, Ángel y Cosme que se vinieron a El Puerto, a "Las Mellizas". Maximino tomó "El Resbaladero" en el 36, un restaurante que tenía una honda tradición marinera, andaba en boca de todo el mundo e incluso en páginas escritas por Pío Baroja o José Navarrete.

Bar 'Las Mellizas', actual Bar Vicente.

En el 37, Maximino marchó a El Arrudo y se casó en Vielba con su novia Feliciana de la Torre y se volvieron a El Puerto. En el 41 amplió su negocio con "La Fuentecilla" y algo más tarde tomó el "Bar Central".  Su imperio fue ampliándose con el Tiro de Pichón, con el Club "El Buzo" y el Club Naútico, en El Puerto o con la caseta del Casino Nacional en Jerez. Además tuvo un catering acreditadísimo para bautizos, primeras comuniones, bodas y cualquier otra celebración.

Fachada del Restaurante El Resbaladero, con toldos y mobiliario antiguo. /Foto: Neto Anelo.

Barra y estanterías bien provistas de El Resbaladero.

Cuadro de 'El Resbaladero', pintado por Juan Lara. La polémica de aquel cuadro la hemos contado en GdP en la nótula núm. 670.

Imagen del comedor nuevo del Resbaladero.

En los sesenta, El Puerto comenzó a expandirse y se establecieron otros, de modo que el casi monopolio de Maximino empezó a resentirse. Se decía por aquellos entonces:"El Caballo Blanco, el Cangrejo Rojo, El Candil Verde y... Maximino Negro". (Texto: Luis Suárez Ávila).

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