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De izquierda a derecha los farmacéuticos Antonio Gil de Reboleño y Federico Romero Andicoberri, José Bustillo con gafas de sol y Agustín Fernández. Las chicas son Lucía, la mujer de Federico Isabel Gómez Giménez, María Sánchez Selma y Milagros. La atracción mecánica que se ve detrás es el recordado 'Carro de las Patás'.

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Hoy tengo que hacer una confesión: y es la sensación del tiempo perdido. Con lo escasa que es la vida, y lo efímero de su goce, he despilfarrado este don entre sueños no cumplidos, quimeras harto ambiciosas, rutinas alienantes y vacíos incomprensibles. He comido más chícharos que helados, y usado más el impermeable que caminar descalzo por el rocío que aún retiene la hierba.

Tres generaciones de memoria viva del Bar Vicente.

Hoy sentado en el velador del mejor rincón del Bar Vicente, el reservado para el patriarca de los Sordos; en el corazón del mentidero portuense, con la mirada perdida a través de los cristales, repaso algunas de mis incontables carencias. Tras cuarenta años de ‘paracaidista’ --expresión acuñada por Luis Suárez Ávila para calificar a los que no siendo porteños, abrazamos su bandera y decidimos adquirir el derecho y el honor de serlo-- lamentablemente, he llegado a conocer más su aspecto externo, que sus habitantes.

El año 2000 el Bar Vicente recibió el primer diploma del Centro Municipal de Patrimonio Histórico --obra exclusiva que año a año realiza Faelo Poullet--. En la imagen propietarios, familia, empleados y amigos delante del preciado galardón.

Nunca me he preguntado el por qué el Bar Vicente se matiene  impávido con el devenir de los tiempos; y no me refiero a su aspecto centenario y su merecida distinción como Diploma de Patrimonio Histórico, sino a las personas, al equipo humano, y a la dinastía de los Vicentes que son trasunto de las matrioskas, esas muñecas rusas, afines a la teoría cosmológica de que cada universo está anidado en otro mayor. La primera, Vicente Sordo el patriarca; dispuesto a cumplir el próximo decenio y llegar a la centuria. De su interior, más pequeño, otro Vicente Sordo: este, navega en esa indefinida edad en que se vuela inclinado, aferrando una mano a la juventud que se escapa, con la otra, rozando sin temor el tercio vital de la sabiduría, y en su vientre, el último de los clones, casi certificando el prosaico cambiable bancario de 30,60 y 90, con algún pequeño desajauste.

Sobre el letrero de 'Se reserva el derecho de admisión', la aljofifera (donde se guardaba la aljofifa, pedado de paño basto para limpiar las mesas) que permanece en el interior del local desde los comienzos de éste. A la derecha de la imagen, el Diploma de Patrimonio Histórico.

Aquí quería llegar cuando al comienzo de este artículo citaba mi tiempo perdido. No he podido beber de la experiencia del abuelo, y me queda lejos confraternizar con el nieto; pero he comenzado a disfrutar y seguir aprendiendo al descubrir, que en el interior del padre, el que gobierna el timón, hay una caja de sorpresas; como en casi todas las personas, pero este, es capaz de transformar al desconocido en cliente, al cliente en amigo y al amigo en hermano.

Una vista del Bar Vicente desde las cristaleras de la calle Sierpes.

Cuando alguien te estrecha la mano, unos te transmiten abulia, te la dan como si fuese un lenguado; otros por su posición, establecen distancia empujándola hacia ti; otros descargan, en una demostración de falso poder, toda la fuerza hasta convertir tu mano en un revoltillo crujiente de metacarpos, carpos y falanges… Otros al fin, como Vicente, transmiten calor, afecto, energía positiva, sentimientos sin aspavientos, con naturalidad, huero de hipocresía comercial, y a veces, te regala un fraternal ósculo. Este es mi amigo Vicente, el depositario del arcano de los Sordos. Y este es el bar Vicente al que siempre que puedo visito, y al que ya conozco por dentro. (Texto: Alberto Boutellier Caparrós). (Fotos: Colección Bar Vicente).

Más información del Bar Vicente en GdP.
014. BAR VICENTE. O Las Mellizas (el Rubio), o Los Pepes.
655. MANUEL GARCÍA GÓMEZ. El Tabique.
977. DOS SONETOS AL BAR VICENTE.

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EL SOLDADO DEL MIEDO EN EL MANICOMIO DEL ARTE.
Buen porte, gallardía, andares toreros, pinturería, valor sereno, y pasión desmedida por el toro. No caben dudas de que todas estas cualidades eran parte de la personalidad de Paco Cossío, un chaval espigado y apuesto, cuyas aspiraciones le hacían soñar con llegar a ser un gran torero.

Cuándo Paco cogía, a modo de muleta, cualquier trapo de la cocina de su madre, armaba el revuelo entre los chiquillos y todo aquel que se parara a mirarle. En esa época daba gloria ver a los chiquillos jugar al toro, «--Este chaval apunta maneras!» decían algunas voces. El chiquillo lo tuvo claro, ¡iba a ser Torero!

CUBA Y MÉJICO.
Francisco Cossío González, de origen cubano, nace el 22 de abril de 1928, en San Antonio de los Baños, municipio al suroeste de La Habana. Por circunstancias de la vida, su familia se traslada a México, cuándo el chiquillo recién cumplía su primer año de vida. En México se forma como hombre, pero lejos de olvidarse de la ‘locura del Toro’ comenzó a pensar y sentir en torero, no en vano llevaba el veneno del Toro, en sus adentros. Alentado por un banderillero lusitano, Paco Surco, ese mar de la ilusión, de la esperanza y ojalá de los éxitos, con un pequeño maco-hatillo-, lleno de optimismo, y con la firme convicción de abrirse camino, en este difícil mundo del toro.

 

Una instantánea del municipio cubano de San Antonio de Baños, donde nació nuestro protagonista en Cuba en 1928. /Foto: Robin Thom

1928.
En 1928, el año de su nacimiento, era alcalde de El Puerto, Alfonso Sancho y Mateos. Ese año era refundada la Hermandad del Nazareno, que empezó su desfile procesional a las 3 de la madrugada la noche del jueves al viernes. Pedro Muñoz Seca estrenaba ocho obras de teatro, entre ellas ‘El Teniente de Alcalde de Zalamea’. El 10 de febrero de dicho año se fundaba el Racing Football Club de El Puerto, celebrándose los primeros encuentros en la Plaza del Polvorista. El maestro Antonio de la Torre González era aquel año Secretario de la Sección Juvenil de la Cruz Roja de Medina Sidonia. El 2 de abril de ese año es nombrado Hijo Adoptivo el benefactor local Elías Ahuja y Andria. Antonio Cruzón Moreno, patrón del Vapor ‘Cádiz’ se cayó al agua desde el cantil del del muelle a primeros de junio.

PORTUGAL, SU PUERTA DE EUROPA.
La puerta a Europa de nuestro protagonista fue a través de Portugal. Allí se sorprende al comprobar la forma de banderillear de los toreros lusos. Al no picarse a los toros, estos envestían con más brío y, la suerte, resultaba muy espectacular. Como quiera que su meta era torear en España, abandona Portugal, para recorrer primero, nuestro campo charro: Salamanca. Las numerosas ganaderías allí existentes fueron vitales para su entrenamiento como novillero para, más tarde, pasar por Cáceres, Madrid. etc. La llegada a nuestra tierra se debió a su contratación como novillero por la empresa de la Plaza de Toros de San Fernando.

LLEGADA A EL PUERTO.
Respaldado por su compatriota Joselito Huertas decide instalarse primero en Jerez, y más tarde en El Puerto de Santa María. Sería en nuestra Ciudad cuando, en el año 1951, echaría definitivamente raíces. Durante su estancia en Jerez, Paco conoce a una guapa jerezana, con la que años más tarde se casaría y tendrían la alegría de traer al mundo dos hijos estupendos. Actuó como jefe de cuadrillas en pocas ocasiones, siendo una de ellas: el 12 de Junio de 1955, en Orense, realizando el paseíllo con Antonio Lizarazo y Ángel Teresa. /Recorte de ABC del 6 de septiembre de 1955, en el que señala la actuación del novillero Francisco Cossío en El Barco de Ávila (Ávila).

 ORO Y PLATA.
Tengo entendido, que por aquel entonces, España y México probablemente podrían haber firmado un acuerdo, por el que los novilleros sin caballos mexicanos, no podían torear en nuestro país. De la misma manera los españoles tampoco podían torear en nuestro país hermano. En el año 1956, sopesando las muchas dificultades para poder torear, decide cambiar el oro de los vestidos de torear, por la plata, aunque yo más bien diría, que esa ha sido una plata, que ha brillado tanto como el oro. /En la imagen de la izquierda cartel de la II Gran Fiesta benéfico-taurina a beneficio de la cabalgata de reyes, donde actuaba Francisco Cossio, anunciado como 'el Mejicajo de Oro'. 

BANDERILLERO.
Prácticamente, ha toreado con casi todos los maestros locales y de la zona, tanto a caballos, como sin ellos. Banderillero muy apreciado por todos los profesionales, especialmente por los locales, por su carisma y formas, pues en muchas ocasiones, fue esa voz de aliento entre barreras. «--Niño, tu por qué no coges los palos?» Y el niño ya lo creo que le hizo caso, y esa fue una de las suertes, en las que el niño brillo con luz propia. Gracias Paco por tus sabios consejos.

EL MEXICANO DE ORO.
A destacar la gran generosidad del Mexicano de Oro --así anunciado en los carteles-- siempre dispuesto a ayudar a los chavales, llevándolos en su propio vehículo a las tientas, y hasta los pueblos y ciudades, en donde se anunciaban. A Paco poco le importaba, volver a casa sin siquiera el sueldo, pues sabía de la precariedad de esos chavales. «--¿Por no tener un ‘ponedor’ estos torerillos se iban a quedar sin torear?. ¡Nada de eso!». Por él no iba a quedar echarles una mano. Todos y cada uno de ellos, han tenido en Paco ese ejemplo de pundonor, entrega, y esa voz de la experiencia, enseñándoles, el temple, las distancias, y como salir airoso de la cara del toro.

De izquierda a derecha, Paco Cossío en un festival junto a Miguel Ariza y Antonio Gutiérrez Navarro 'Paco Puerto'. Este último, de la Barriada de los Milagros, es además 'un cantaor de cuerpo entero'.

FESTIVAL DE BANDERILLEROS.
Sería muy largo nombrar a todos los toreros con los que el mejicano ha hecho el paseíllo pero a él le gusta destacar cuando fue con José Luís Galloso, o, con Fernando Heredia Romero, así como con : Cañitas, Cruz Vélez, Curro Luque, Celso Ortega, Marcos Cruz etc. Más de una vez ha toreado en festivales benéficos, en los que los matadores hacían las veces, de subalterno, y como consecuencia los banderilleros, eran los encargados de volver a coger la espada y la muleta. Ni que decir tiene que este tipo de espectáculos, siempre se han dado por una causa altruistas, bien para cubrir las necesidades de unos niños, colaborar con la cabalgata de los Reyes Magos, o para todo aquello, que los toreros hayan sido requeridos.

Igualmente largo sería explicar por qué se ha perdido esta tradición en El Puerto, ya que según creo esta idea inició en nuestra Ciudad y algunas poblaciones cercanas la han continuado como algo tradicional. Recuerdo como a Paquirri, le entusiasmó lo idea pero,  desgraciadamente, no pudo torear en El Puerto, en ese primer festival de los banderilleros. Seguro que hubiera disfrutado como un chiquillo y estoy segura de su colaboración con los organizadores. /En la imagen de la izquierda, Paco Cossío recibiendo en 2003 la distinción que le hacía la Tertulia Taurina 'La Garrocha' por su enterga a la Fiesta durante más de 40 años.

Como tantos otros toreros, desafortunadamente, nuestro mexicano, no ha podido vivir solo del toro, pues nada le hubiera hecho más feliz. A su llegada a El Puerto hizo lo que pudo, desde cargar sacos de cemento a realizar trabajos de escayola principalmente. Y aunque el paso del tiempo es inexorable y desde hace mucho peina canas, Paco siempre será ‘el eterno joven’. Hasta hace poco, daba su vuelta diaria, por nuestra Plaza Real, deseoso de enterarse de algún tentadero, para siquiera poder dar un pase. «--Niño, ¡un torero no puede estar mucho tiempo, sin estar en la cara del toro!». Certeras palabras, indiscutiblemente, de un torero. Y si el  toreo es un arte y por tanto el mexicano es un artista, tal vez la suerte no haya sido su compañera de viaje; puede que el público y los aficionados no le hayan reconocido, sus muchos méritos, aunque si lo han visto moverse, vivir, y sentir como lo que es ¡un gran torero! Sobre todo, Paco ha sabido ganarse el cariño y el reconocimiento y respeto de todos los profesionales. (Texto: María Jesús Vela Durán).

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Estrenando la motocicleta marca EGO en el Paseo de la Victoria el 6 de enero de 1958. Al fondo, el edificio de la Sericícola. De izquierda a derecha Vicente González Lechuga, Manuel García Sánchez, Manuel de la Rosa Vela y Juan Luís Bermudez Tejada

La imagen está tomada en la carretera de Sanlúcar, el mismo día: Manuel García Sánchez, Juan Luis Bermúdez Tejada y Vicente González Lechuga.

Garate, Anitua y Compañia, G.A.C. fue una empresa, eibarresa (Guipúzcoa)dedicada a la fabricación de bicicletas y motocicletas entre las que destacó la popular mobylette. La G.A.C. se fundó en Eibar a principios del siglo XX y como el resto de las fábricas de las de entonces, se dedicó a la fabricación de armas, en particular de pistolas. Una de las más populares de las que produjo fue el modelo Lira, conocida como La Lira que era una copia de la Manlincher de calibre 7,65 mm.

 La G.A.C. fue la primera de las empresas armeras que emprendieron el camino de la conversión a la bicicleta, pronto le seguirían otras como Orbea y BH. Para fomentar su uso y dar a conocer el producto en 1927 Eulogio Garate, Hermogenes Larrañaga y Eulogio Bustindui fundaron el Club Ciclista G.A.C. antecesor del Club Ciclista Eibarres, y comenzaron a organizar diferentes pruebas ciclitas por todo el país, de ellas saldrían las actuales competiciones como la bicicleta eibarresa, hoy conocida como euskal. A comienzos de la años 60 del siglo XX G.A.C. complementa su línea de productos con la fabricación, bajo licencia, de las motocicletas mobylette que rápidamente se popularizan en toda España.

 El crecimiento de la empresa hace que a principios de los años 70 decida abandonar las viejas instalaciones eibarresas, en el barrio de Txonta, y se traslade a unas modernas y amplias instalaciones de el barrio abadiñotarra de Matiena. Entonces la empresa contaba con una plantilla de cerca de medio millar de trabajadores. En este traslado del estrecho valle del Ego a las amplias campas del duranguesado la G.A.C. también fue de las pioneras. A ella y a otras empresas eibarresas de debe en nacimiento urbano de Matiena y la importancia industrial de Durango. /Fotos: Colección Vicente González Lechuga.

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José Contreras López, ‘Ochele’, nació el 6 de marzo de 1926 en la calle de la Arena, segundo hijo del matrimonio formado por José Contreras y Milagros; fueron sus hermanas Dolores, que hoy tiene 88 años, Milagros, José y Concepción así que se crió entre todas las mujeres. Su padre era encargado en una explotación agrícola de los Terry en la carretera de Fuenterrabía.

1926
El año de 1926, año de nacimiento de Ochele, Rafael Alberti publicaba su libro ‘La Amante’,  relato poético de un viaje en automóvil; Hipolito Sancho y Rafael Barris, publicaban su obra ‘El Puerto de Santa María en el Descubrimiento de América’; Pedro Muñoz Seca tiene un año muy prolífico, publica ‘Poca Cosa es un hombre’, ‘La Cabalgata de los Reyes’, ‘El espanto de Toledo’, La novela de Rosario’, María Fernández’, ‘El sonámbulo’, ‘Seguidilla Gitana’ y ‘La señorita Ángeles’. En 1926 existían en El Puerto, en los Jesuitas, las congregaciones religiosas de la Inmaculada, San Luis Gonzaga y San Estanislao de Kostka. En marzo se bendice la imagen del Cristo yacente perteneciente de la Hermandad de la Soledad; su autor, Juan Bottaro Palmer hizo una transformación de la imagen de crucificado a yacente. Nacen el zapatero Miguel Morales Augusto y el sacerdote Pepe Carmé Ramírez.

Fotografía en el colegio de Bellas Artes, antiguo Convento de Santo Domingo, poco antes de la Guerra Civil, en la etapa final de la Segunda Republica. El maestro de escuela don Salvador Adame Castro en el centro de la fotografía con todos sus alumnos: Salmerón, los hermanos Arniz, Gabriel Cuevas Flores, Carrasco de la Bandera, los hermanos Villarrubia, Luis Gago García, los hermanos Valiente… y los 23 seleccionados por el destino: Francisco Domínguez Ramos, Enrique Gago García, Francisco Ramírez Bermúdez, Benítez, José Contreras López, Contreras, José Molina Benítez, José Zerola, Sánchez, Benjamin Lora Atalaya, Guerrero, Rafael Sevilla López, José Buhigas Guilloto, Cobo, Chaparro, Antonio Domínguez Ramos, Antonio Gallardo Carvia, Esteban Caamaño Bernal, José Camacho Velazquez, Manuel Lora Atalaya, Cordero, Francisco Gutiérrez de Celis y Manuel Fernández. En la fila cuarta, de izquierda derecha, el niño cuarto con boina es Atienza, quien falleciera en la División Azul. En la fila de abajo, de izquierda a derecha, el penúltimo, flanqueado por Chaparro y Enrique Gago García, es Manuel Carrillo Lucero, con nótula en GdP.

De pequeño, Ochele --sobrenombre por el que también era conocido su padre-- estudió en el Colegio de Bellas Artes, situado en el antiguo Convento de Santo Domingo --hoy Instituto-- hasta que, con 13 años se salió para ayudar a su padre en las tareas del campo, continuando su formación por las noches, recibiendo clases particulares del Teniente de la Guardia Civil Juan de Miguel, en la casa donde hoy vive el abogado y colaborador de estas páginas Luis Suárez Ávila. Luego vendría el servicio militar que haría en la Base Aérea de La Parra donde tuvo, entre otros compañeros, al también porteño Eduardo Zamorano Lechuga. /En la imagen de la izquierda, Ochele el 13 de agosto de 1946, en el Servicio Militar en la Base Aérea de la Parra.

De izquierda a derecha, Ochele con guardapolvo y sombrero blancos, Joaquín, el Calé, Pedrusco, Fernando González Rivera, el de arriba desconocido, Ariza, Panete,  y Milagros la mujer de el Calé. Abajo con el palo Bartolo y desconocido, en la Plaza

LA RECOVA.
Con 27 años, en 1953 entrará a trabajar en el Mercado de Abastos con la Recova, primero en la nave de Pescado, donde tuvo de vecinos a Julio ‘el Pescadero’, ‘el Calé’, que vendía gandinga (mondongos o asaduras), y en frente a Juan Gago, hermano de Enrique Gago padre de los actuales dueños de el bar ‘El Pescaíto’. La recova, contrariamente a lo que se suele pensar, no comercia en exclusividad con pollos, gallinas y huevos y productos derivados de éstos, sino que también comprende la venta de pavos, conejos, cabritos y ovejas. Por 3.000 pesetas de 1953 consiguió un puesto de Gandiga que el adaptó para la venta de la Recova que compró a Miguel y, con la ayuda de Miguel Ortega quien le cedió la cámara para almacenar el género empezó con la aventura de emprendedor. /Ochele, a la derecha de la imagen, delante del Bar Vicente.

DIFÍCILES COMIENZOS.
Pero los comienzos fueron malos pues al principio de instalarse en la Plaza su mujer, Isabel Áspera Ganaza (con quien ha tenido tres hijos, los tres maestros: José Luis, Milagros y Miguel Angel) enfermó gravemente y estuvo mas de cuarenta días convaleciente en el Hospital de Mora de una grave enfermedad. Nuestro protagonista iba a diario a Cádiz en el Vapor; y eso que se mareaba, pero en aquellos días le desapareció el mareo como por ensalmo. Recuerda Ochele que el farmacéutico José Antonio Fernández-Prada le fiaba  los medicamentos, llegando a alcanzar el débito las 15.000 pesetas de la época, y le decía: «--Ochele, tranquilo, primero hay que curarla, luego ya vendrá cumplir con los pagos». Y Ochele, cuando se curó, cumplió. «--Tenía entonces más trampas que un pajarero, pero hice frente a mis compromisos y, felizmente, salimos adelante». Fue pagando escalonadamente y, de la bicicleta Ginzo pasó a una motocicleta Somato y de ahí a su primer coche, un Simca 1000, matrícula CA-504111. /En la imagen de la izquierda, Ochele en el puesto de la Plaza en 1972, atendiendo a una familia alemana.

El eslogan de la Recova de Ochele.

ALGO TIENE
El tiempo pasaba, el puesto de Ochele cambiaba de ubicación y pasaba a la parte de las carnes. La plaza se modernizaba y las vitrinas llegaban a Mercado de Abastos. Recuerda a un veterinario muy exigente, Don Bartolomé, pero necesario para garantizar el buen estado de los alimentos que se exponían a la venta, con quien tuvo una relación muy cordial, pero cada uno en su sitio. A lo largo del desempeño de su labor profesional hizo grandes amistades con todo el mundo, tiene don de gentes y ha sabido atender a abuelas, madres, hijas y nietas con el mismo agrado y todavía le buscan y saludan cuando lo encuentran a su paso. Ochele se jubiló con 66 años, en 1992 cediéndole el puesto a su amigo Juan Manuel Barrero Marchena, (con nótula núm. 244 en GdP), a quien estuvo ayudando algunos años mas durante los fines de semana. Ochele tiene en su poder varios reconocimientos como de la ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos) y la Asociación de Comerciantes ‘Puerto Centro’.

Ochele en el puesto de la Plaza, cuando el kilo de pollo costaba 72 pesetas.

PROVEEDOR AL POR MAYOR.
Ochele fue proveedor de establecimientos de hostelería al por mayor, entres estos el Cangrejo Rojo, el Club El Buzo en Vistahermosa y el Hotel Puertobahía. En estos sitios dio con buena gente y otra no tanto. Recuerda, aunque prefiere olvidarlo, a un cocinero de Lebrija que trabajó en uno de estos establecimientos que le exigía una comisión por servir los pollos. Ante la negativa de Ochele, éste le dijo «--Que poco vas a durar aquí»; tras diversas jugarretas por parte del citado cocinero, la dirección del establecimiento zanjó la complicada situación que se producía, conociendo la probidad de nuestro protagonista, poniendo al lebrijano de patitas en la carretera, momento que aprovechó Ochele para recordarle lo poco que él iba a durar en aquel trabajo. Y es que Ochele siempre se negó a dejar comisiones a los compradores, dado lo ajustado de los precios de las aves. En cierta ocasión un marinero que avituallaba un barco de pesca, ante la exigencia de pagarle la comisión, amenazó con irse a otro puesto donde si le atendían su demanda: «--Yo puedo invitarte de mi sueldo a unas cervezas, pero del dinero de la empresa no te voy a pagar comisión alguna», invitándolo a irse a la competencia.

Reunión de antiguos alumnos del Colegio de Bellas Artes en Abril de 1984. Más información en la nótula num. 259 en GdP. Ochele está en la fila superior, a la derecha, junto a Benjamín Lora.

Ochele vivió en la calle San Juan desde que se casó en la casa de imprenta Prado;  allí conoció los primeros pasos del torero José Luis Galloso que era vecino y después, en propiedad en la vivienda que construyó en frente en el número 27 de la misma calle, donde en la planta baja se encuentra la Peña Madridista, anteriormente la Peña Galloso, antes una casa de muebles y al principio un pequeño supermercado.

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Félix Tejada Prieto nació en la calle Nevería --en una casa ya inexistente-- el 19 de diciembre de 1933, segundo de los tres hijos (Pepe, Felix y Jesús) habidos en el matrimonio formado por Eduardo Tejada e Inés Prieto. Felix estudió en La Divina Pastora, con doña Lola, en el Colegio del Carmen  en el Colegio existentes en Santo Domingo, hoy Instituto, conocido como  ‘Bellas Artes’, al encontrarse allí también la Academia de ‘Santa Cecilia’ en aquel tiempo.

«Discurría el verano de 1946, eran tiempos difíciles y muy duros pues estábamos en la posguerra. Un día me encontraba jugando en la calle Santa María  con otros niños al boli --canicas--, cuando escuché a mi madre que me llamaba a voces desde la altura de El Cafetín. Me dijo había hablado con su tío José Gallego Peinado --el maestro Rubio--, dueño de un Taller de Fragua, para trabajar en sus dependencias donde ya trabajaba mi hermano mayor, Pepe. Con los bolis en el bolsillo, a las dos de la tarde, ya estaba en la puerta del taller para empezar mi aprendizaje en la cerrajería y en tareas de forja. Pensé con apenas 12 años cumplidos: ‘Ya soy otro, estoy trabajando’ y es que de pequeño quería trabajar de cerrajero al igual que mi hermano Pepe, quizás también influido por el recuerdo a mi abuelo materno, que había sido cerrajero».

Felix recuerda que no le dio tiempo a despedirse de su  maestro  D. Antonio de la Torre. Desde las ventanas del Taller que se encontraba frente al Colegio, se escuchaban los ruidos y el murmullo de una clase llena de niños, su antigua clase, desde el que era ya su trabajo.

EL APRENDIZ.
«Para mi este taller era un Templo de Arte, de buenos trabajos. Ver a mi maestro, al Maestro Rubio, trabajar era la perfección en la fragua». Las primeras faenas que hace un aprendiz son acarrear agua para el personal, recoger las herramientas, barrer el taller, partir el carbón de fragua puesto que venia en tacos muy grandes, llenar el pilón de agua sacada del pozo para mojar el carbon, templar la herramienta y ayudar a los oficiales.

Premio otorgado por Patrimonio Histórico en el año 2007

A primera hora se encendían las dos fraguas y allí se hacía de todo: cortar, taladrar, soldar, empalmar, machacar, pegar, … de todo. Luego ayudaban a los oficiales, sobre todo en la fragua y aprendió a machacar (que es quien usa el ‘macho’ gordo que acompaña al Oficial o ‘Bocafragua’. Existe un dialecto a base de martillazos entre el Bocafragua y el Machacador que te va marcando la pauta en la faena. Al finalizar la larga jornada el aprendiz recogía las herramientas, las colgaba en el tablero, barría los bancos de trabajo y el suelo del taller.

Con un año aproximado de taller, la faenas eran más duras pero mas gratificantes para el meritorio. Ya empezaba a hacer cosas, chapuzas: paletas para el carbón de la copa o brasero, tenacillas para la cocina de carbón, reparación de planchas de hierro, estañar los peroles, lo que le suponía un suplemento al sueldo de una peseta diaria que cobraba.

LA JORNADA DE TRABAJO.
Las jornadas de trabajo no eran intensivas, antes al contrario eran ‘extensivas’. Entraban a las 8:00 de la mañana hasta las 13:00 horas. Regresaban a las 14:00 hasta las 19:00 y una tercera franja entre las 20:00 y las 00:00 horas cuando había mucho trabajo. Osea, un mínimo de 10 horas diarias que a veces se convertían en 14 horas de jornada laboral. También se trabajaba los sábados y domingos, pero con horarios mas reducidos. «Era tan cruel como bonito. A los tres años de estar trabajando me dieron de alta y ya ganaba tres pesetas diarias», recuerda.

Luego vendrá el taller de José Gallego Huerta --hijo del Maestro Rubio-- en la calle de la Palma y un poco más adelante a la calle Puerto Escondido, en el Taller de Manuel Paz. «Recuerdo la primera faena, hacer unas anillas pegadas 'a fragua' para las vagonetas de la explotación de Las Salinas»

OTROS TALLERES.
Con posterioridad Felix entrará a trabajar en el Taller del primo de su madre: Domingo Prieto Cressi; también  en la Plaza de Toros, en el Taller de Altaraz y, cuando contrae matrimonio con Consuelo Pérez Ramírez se instala en Jerez pues prestará sus servicios profesionales en un taller en la calle Zaragoza, donde llevaban el servicio técnico de tractores Hanomag. De ese matrimonio Felix y Consuelo tienen cuatro hijos, Felix: Jesús, Consuelo y Pedro, llevando los tres varones en la actualidad el taller que se encuentra en la finca ‘El Martillo’ en el Pago de la Valenciana, siendo el taller mas antiguo que se encuentra en activo.

Jesús, Pedro, Felix padre y Felix hijo. Sus descendientes varones, los hermanos Tejada Pérez se han hecho cargo del taller tras la jubilación de nuestro protagonista, hace 12 años, aunque todavía visita y supervisa algún trabajo.

BASE DE ROTA.
Pero volviendo a la cronología de su vida laboral, Felix cambia de empleo y entrará a trabajar en la Compañía Pittsburgh para la Base de Rota, como soldador de autógena y eléctrica especializado en soldaduras de alta presión, donde acabará ocupando el cargo de Inspector, algo que no le satisface pues no hacía nada físicamente con sus manos --solo dirigir e inspeccionar-- y pide la cuenta y se marcha para establecerse por su cuenta y montar su propio taller.

Flotilla de helicópteros en la Base de Rota en 1961.

CALLE CONEJITOS.
Nos encontramos en 1964 cuando Felix, por mediación de Vicente Pérez de la Lastra alquila un corral en la calle Conejitos sin agua, sin luz, techo ni puertas y, por medio de la constructora de éste ‘El Látigo Negro’ acaba acondicionando para taller aquellas cuatro paredes. «Allí empezó mi primera y humilde empresa, ya vivían mis cuatro hijos y sin ingresos ninguno empecé a comprar las primeras herramientas, máquinas y acometer mis primeros trabajos como autónomo».  Hace 39 años, en  1972 se trasladaron a la Finca ‘El Martillo’, en La Valenciana, a una nave que fue propiedad del que fuera alcalde de El Puerto, Francisco Javier Merello Gaztelu donde éste tuvo una imprenta.

El Toro de Osborne en La Muela /Foto: Levijo.

EL TORO DE OSBORNE.
Como ya se ha dicho, Felix estaba acostumbrado a una larga jornada de vida laboral. Al finalizar su jornada durante su etapa en la Base de Rota ayudaba a su hermano Pepe en el Taller, que era quien recibió el encargo de parte de Rafael Osborne Macpherson e Ignacio Osborne Vázquez para realizar la figura del Toro en 1961. «El toro, como casi todas las cosas importantes, nacen casi de casualidad», afirma.

Antes, en 1954 la agencia de publicidad Azor realiza para Osborne un símbolo que serviría para representar al brandy Veterano, y que con el tiempo ha simbolizado al Grupo Osborne y a la imagen de España en el mundo. El artista local, Manolo Prieto, tío de Felix Tejada (con nótula núm. 863 en GdP) Director Artístico y Jefe de Estudio de aquella agencia será el autor de la figura del toro bravo «valla que no es aceptada con mucho entusiasmo por el cliente» según llegaría a afirmar el propio Manolo Prieto. En 1958 se empiezan a colocar las primeras figuras fabricadas en madera, que medían cuatro metros, tenían los cuernos pintado de blanco y un rótulo que anunciaban el producto. /En la imagen de la izquierda, uno de los bocetos primeros de Manolo Prieto.

En 1961, dado que la madera se estropeaba con frecuencia se empezará a hacer de metal midiendo ya siete metros y, al año siguiente, al cambiar la normativa, los 14 metros de altura actuales. Tienen que hacer los cálculos, el despiece, el estudio para el transporte y los camiones… El primer toro lo recortó a cincel, trazado en tres partes pues no cabía en el taller de su hermano en la calle San Bartolomé. Se colocó en la Cuesta de Matajaca, en la carretera de Jerez.

Vista parcial del taller donde se fabrican los elementos que conformarán la sobria figura del toro: diversas plantillas y formas.

En este ínterin, el hermano Pepe sufre una enfermedad que le obliga a abandonar los encargos, haciéndose cargo Felix de la realización y montaje de los mismos por la geografía española. En verano, iba con sus hijos en el camión quienes le acompañaban en unas improvisadas vacaciones, algo que, con el tiempo se convertiría en su propio trabajo.

Felix Tejada en su tallere contemplando una maqueta a escala del famoso toro.

EL TORO EN CIFRAS.
En el taller se realiza esta figura de peso y medidas excepcionales: 4.000 kilos de peso, una altura cercana a los 14 metros --algo así como un edificio de cuatro pisos--. Felix Tejada ha dado explicaciones en mas de una ocasión a ingenieros y arquitectos ya que su instalación viene a ser una obra de ingeniería y de ingenio: se prepara el anclaje de las 4 torretas metálicas que sostienen el toro con un basamento de 4 zapatas de 6 metros cúbicos de hormigón cada una, con un peso total de unos 50.000 kilos.

La familia Tejada en el montaje de uno de los Toros de Osborne.

El toro en su emplazamiento. Las condiciones de luz solar ponen de manifiesto el entramado de planchas que conforman la figura.

EL GANADERO DEL TORO DE HIERRO.
Para montar las piezas que conforman una superficie aproximada de 150 metros cuadros, compuesto por 70 chapas de 90x190 cms. y 2 mm. de espesor, se realizan más de 1.000 taladros para fijar tornillos de doble tuerca. La figura necesitará 50 kilos de pintura para que adopte el color negro característico del Toro de Osborne. Existen 91 toros distribuidos por España, todos realizados en el Taller de Felix Tejadas e Hijos, con una concentración especial en las provincias de Cádiz y Sevilla. Últimamente se ha instalado uno en el continente Africano, en la Ciudad Autónoma de Sevilla.

Felix con con su hijo Pedro, sujetando una de las piezas de la figura del cornúpeta.

Después de más de medio siglo realizándolos, existen toros de varias medidas y formatos: el gigante con 13,80 metros de alto, el novillo, con 6,50 y muchas medidas pequeñas, grandes y medianas. Como dato curioso, señalar que la inmensa mayoría de los toros que se encuentran en las carreteras están datados en 1957 por la Dirección General de Bienes Culturales, por el que se sometía a información pública el expediente para la inscripción específica, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, a favor de los Toros Osborne.

Felix Tejada en las escaleras del Palacio de Purullena.

RESTAURACIÓN
Félix Tejada e Hijos, se encarga también de la restauración de edificios antiguos. La fotografia inferior se corresponde, con los trabajos de restauración de la cerrajería del Palacio de Purullena, en El Puerto de Santa María (edificio que data del siglo XVIII).

En la imagen superior vemos es un arcón con cerradura de once puntos de seguridad. Data de la época de Juan de la Cosa (siglo XV aproximadamente). Fue restaurado en su totalidad y se exhibe en el Museo de Arquelogía y Bellas Artes de El Puerto de Santa María.

Otro de los señalados edificios en los que ha trabajado para su restauración, ha sido la Torre del Oro de Sevilla. En ella, entre otros trabajo, Felix y sus hijos restauraron las puertas, y los cañones. Y para estos últimos construyeron sus soportes.

Ojo de buey de Bodegas Lustau (Jerez), realizado por el Taller de Tejada e Hijos.

Felix Tejada, jubilado desde hace 12 años, está orgulloso del Taller de Fragua, del que afirma que «no se debe perder y recoger sus conocimientos; de ahí nacen muchas cosas del taller de hierro, la creatividad, donde el hombre hace y crea». No es de extrañar tanta sensibilidad pues nuestro protagonista es primo de los desaparecidos poeta José Luis Tejada y el escultor y pintor Javier Tejada.

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Luis Peinado Cabrera, atendiendo a una cliente.

Hace poco más de 10 años cerró el ‘Almacén de Suárez’, una típica tienda de montañés, en la confluencia de las calles Misericordia y Luna, cuando se jubiló el último de sus dependientes: Luis Peinado Cabrera, perteneciente a la familia de los Chaparro. Desde muy jóvenes entraron a trabajar en ese almacén de ultramarinos y coloniales, primero Alfonso Peinado Cabrera y, luego Luis su hermano, ambos ejemplo de laboriosidad y honradez. Llevaron el establecimiento como si les perteneciera, dado el interés y el tiempo que le dedicaban. Abrían antes que nadie y cerraban igual de tarde, incluso domingos y festivos.

La tienda de Ultramarinos en el año 2000 /Foto: Luis Serrano.

Alfonso, que había sido jugador del Victoria, ni lesionado y enfundado en escayola faltaba al trabajo, tal era la devoción por la tienda de Ultramarinos: abría y cerraba a la hora que quería, pero siempre ampliando el horario de la jornada laboral. De hecho, cuando se casó Alfonso, ese día fue a trabajar. Y al siguiente, también. Lo extraordinario es que este hombre no tuviera en su poder la Medalla al Mérito del Trabajo, con algún tipo de distintivo.

El Almacén de Suárez, en una foto de los sesenta, desde la casa de los Valimaña, en la calle Luna.

Lo cierto es que esta tienda permanecía abierta, en pleno centro de El Puerto, casi tanto o más que la de los Chinos actuales, mucho antes que estos hicieran su aparición por la que antes se conocía como la Ciudad de los Cien Palacios. La verdad es que la propiedad les requería para que guardaran el horario de comercio, pero todos los requerimientos eran imposibles.

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El almacén era propiedad de los Sucesores de Luis Suárez Cofiño (el fundador) los hermanos Suárez Ávila y los hermanos Moresco Suárez. En la actualidad  es un bar, la Trastienda de Concha,  que aprovecha parte de las  antiguas estanterías y anaqueles como  mobiliario del establecimiento de hostelería.

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Vicente González Lechuga nace a las 7 de la mañana en la calle Javier de Burgos, junto al Bar Manolo, el 7 de agosto de 1941, en plena posguerra, hijo mayor con su hermano José Ignacio, del matrimonio formado por los portuenses Vicente González Bruzón y Francisca Lechuga Camacho. Con muy pocos años la familia se fue a vivir a la calle Larga, 57 (antiguo) y a principio de la década de los cincuenta a Larga, 43 (hoy 39), hasta que se casó. Estudió en Inglaterra, trabajó en empresas del Grupo Rumasa y se jubiló en el Servicio de Recaudación de la Diputación Provincial. Fue miembro de la ejecutiva local de Alianza Popular.

Vicente, con sombrero de paja en la playa de La Puntilla, con su madre. La vestida de negro es su tata, Curra Herrera Morón, en julio de 1942.

Desde muy pequeño participó de una vida muy familiar ya que, debido al trabajo de su padre que tenía que viajar mucho, convivió mucho tiempo de su niñez con sus abuelos maternos, ya que los paternos  murieron muy jóvenes, e incluso al paterno ni lo conoció. Su abuelo le sacaba mucho a pasear, dándole largas caminatas desde su casa en Larga 57 hasta la de sus primos en Luna 15, los Valimaña Lechuga, Ignacio y Fosco, que además de primos, se podrían considerar como amigos y les llevaba hacia La Victoria, vía del tren de Rota, por aquél camino de los Enamorados, La Puntilla, ... hasta llegar a casa de sus primos.

Vicente, en 1944, en un coche de caballos, con su madre, su abuela Milagros Bruzón, su tata Milagros y su hermano José Ignacio. 1944.

Como casi todos los niños de aquella fecha el coleccionar cromos fue una de sus aficiones de pequeño, tanto de futbol, como de las películas infantiles de entonces, como Blanca Nieves, Pinocho, etc. Así como los cromos que traían las chocolatines de Nestlé. La que más recuerda fue una colección que salió de Editorial Bruguera que se llamaba “Historia de la Navegación” y que la conservó hasta muy de mayor.

En el Colegio de José María Gago, en la calle Larga, donde hoy está Hacienda. 1950.

ESTUDIOS, ESCUELAS Y COLEGIOS.
Con 2 o 3 años fue al Colegio de Alfonso Cárdenas Felices en la Calle Luna, luego al  de las Hermanas de la Caridad (Asilo de Huérfanas) en la calle Cielo hasta que hizo la primera comunión en 1949, pasando al colegio de José María Gago Puerto, en la Calle Larga donde hoy está la Delegación de Hacienda, cambiando de domicilio este colegio en el curso 1950-51 a donde estuvo telégrafos en la calle Ganado 12, que tomara nueva denominación: Colegio-Academia ‘Nuestra Señora de la Merced’, dado que Gago y su mujer eran de Jerez. Allí estudió hasta Ingreso, cuyo examen pasó en Jerez, en el Colegio San Ignacio, pues en aquella fecha había que ir a dicha ciudad a examinarse. El bachillerato lo inició en el Colegio San José y San Estanislao (Pescadería)  el primer curso, pasando luego interno al Colegio de San Juan Bautista de los Hermanos Marianistas en Jerez en la calle Marqués de Casa Arizón, donde estuvo hasta terminar 4º y Reválida.

La familia González Lechuga.

Muchos de sus amigos de la adolescencia han fallecido como Juan Lerdo, Benito Gago, Guillermo Benvenuty, Juan Luis Bermúdez, Agustín Niño, Rafael de los Santos, Agustín Merello del Cuvillo, así como compañeros de colegio muy queridos por él, José Badillo, Bartolomé Lliteras, un primo de Rafael de los Santos, que ahora no recuerda su nombre y algunos más. Además de estos son amigos Jesús Jiménez Alcazar (traumatólogo en Sevilla); Fernando León García (especialista en aparato digestivo en Córdoba); Alfonso del Cuvillo Jiménez (oncólogo en Sevilla); Juan Osborne Tosar (Ingeniero Técnico Naval), Antonio Lebrón Iturriaga (de este no ha vuelto saber de él ya que se fue de El Puerto y no han tenido contacto ninguno de la reunión, que al menos sepa él), Fernando Bootello Reyes (Igneniero Técnico Industrial), entre otros.

En la Plaza de Isaac Peral, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo: Vicente González, Juan Morató Payares, Fernando Bootello Reyes, Rafael de los Santos Rodríguez, Fernando Arjona González,  Enrique Esteban Poullet,  Agustín Niño Garrido y Francisco Javier Benjumeda Abreu.14 de abril de 1960.

ESTUDIANTE EN INGLATERRA.
Una vez terminó este periodo y al no querer seguir estudiando le instaron a estudiar inglés, siendo sus profesores Juan de Dios Franco, Francisco Pacheco, ambos de El Puerto y Gonzalo Marín de Jerez. En el curso 1959-60, cuando su padre trabajaba en Jerez como gerente de Williams y Humbert Ltd, se puso en contacto con unos de los ejecutivos de la bodega en Londres, marchando a estudiar el idioma a Inglaterra, donde estuvo desde septiembre hasta mayo de dichos años, en el Coombe House School, (Coombe Lane, New Malden, Surrey).

Vicente, el segundo por la derecha, sentado, miembro del equipo de Rugby del Coombe House School (Inglaterra). El entrenador erra Mr. Cherry quien, a su vez era su profesor de lengua inglesa en el Colegio.

En Londres, el día de la boda de la princesa Margarita de Inglaterra.

Allí estuvo viviendo con la familia Davidson, en la misma ciudad en 285 South Lane, coincidiendo en la misma con un estudiante finés llamado Peter Schoemaker. En el colegio coincidió con compañeros de varios países tales como Kuwait, Japón, Gales y Chile. Durante su estancia en Inglaterra, practicó además del fútbol y el tenis, el rugby deporte que allí era muy popular.

La bodeguita de González Rico, en la calle Misericordia, hoy adaptada en un bloque de viviendas propiedad de Basteiro Hermanos, S.L.

LA BODEGUITA: GONZÁLEZ RICO.
Desde muy pequeño, ayudaba en el negocio de su familia, durante los periodos de vacaciones, bien a cobrar facturas --que era lo que menos le gustaba--, hasta repartir vino a los distintos clientes que tenían. Recuerda que uno de los repartos que más le gustaba hacer era el de servir el vino al Tabernón de Sánchez en la calle Ganado de José Sánchez Aguilar, y posteriormente de sus hijos Antonio y Francisco, el Bar La Viña, de Antonio Aguilar Gutiérrez, porque después de terminar la descarga, los dueños le invitaban a un ‘carajillo’ (moscatel blanco con gaseosa). También era muy buen cliente José Fernández Rodríguez ‘Joselito’ del Bar Jamón en la calle Capillera, así como Tadeo Sánchez, y otros.

También iba al Penal de El Puerto, a suministrar vino para el economato que los reclusos tenían  dentro, y recuerda que cuando el camión llegaba a la puerta del recinto penitenciario, se les montaba un funcionario de prisiones y les acompañaba hasta el último patio y los mismos reclusos eran los que descargaban la mercancía.  Una vez que se dejó de vendimiar en la bodega de la Plaza Juan de la Cosa o Bizcocheros --en la actualidad propiedad de Bodegas Caballero y conocida como ‘la Bodega del Castillo’-- se empezó a hacer la vendimia en la Finca ‘La Josefa’ propiedad de sus tíos Matilde Gómez López y José González Bruzón, y por los años sesenta del siglo pasado, ayudaba a su tío en ella tanto pesando la uvas que los distintos proveedores llevaban como en las labores de bodega.

Acompañando a unos ingleses en una visita en Williams & Humbert, Ltd. 1961.

WILLIAMS & HUMBERT  Y RUMASA.
A su regreso de Inglaterra entró como meritorio en las Bodegas de Williams & Humbert Ltd., sin cobrar durante el periodo de aprendizaje que duró tres meses. En septiembre de 1960 se incorporó en la plantilla como auxiliar administrativo, en el departamento de extranjero, con el sueldo mínimo de aquella fecha: 1800 pesetas mensuales. Estando en dicho departamento ayudaba también en el de Relaciones Públicas, acompañando visitas, a los pocos años ascenderá a Oficial segunda. En 1972 dicha bodega fue adquirida por el grupo Rumasa y en 1977, le propusieron el cargo de Jefe de Compras, cargo que ejerció hasta 1979.

En el escritorio de la Bodega Williams & Humbert, Ltd. en 1965.

En este año le ofrecieron la jefatura del Departamento de Extranjero de Bodegas Misa, también del mismo Grupo, que posteriormente se uniría en lo que fue Bodegas Internacionales, conformada por las bodegas Hijos de Jiménez Varela, Bertola, Pemartín, Otaolarruchi, etc., estando allí hasta 1985, cuando vino la privatización de Rumasa. Recuerda a amigos de trabajo como Antonio Soto de la Calle y su hermano Juan, Manuel Amador Márquez, Bartolomé Morión Vega y otros tantos, que al mismo tiempo eran compañeros del equipo de futbol del Dry Sack C.F. del que formaba parte Vicente.

Con su mujer, Carlota Benjumeda, delante de la Torrre de Belem (Portugal). 1988.

RECAUDACIÓN.
En 1990, tras aprobar sendos exámenes, entrará a formar parte de la plantilla de la Diputación de Cádiz, en la Oficina de Recaudación, donde estuvo hasta su jubilación en 2006. En este periodo, empezó a trabajar es las oficinas que Recaudación tenía junto al Ayuntamiento en la plaza del Polvorista, hasta 1994, año en el que el Ayuntamiento crea su propio servicio de Recaudación y más adelante la empresa municipal SERECOP. Una vez cerrada la oficina de El Puerto, en 1995 lo destinaron a Benalup-Casas Viejas, donde estuvo, la mayor parte del tiempo sólo. Después de mucho solicitar un traslado más cerca de su ciudad natal, no será hasta 1999 cuando lo destinaron a Puerto Real, donde estuvo hasta el día de su jubilación.

Los hijos de Vicente y Carlota, María del Carmen, Vicente, Carlota y Fernando en 1992.

LA FAMILIA.
Contrajo matrimonio con Carlota Benjumeda Abreu el 16 de Octubre de 1967 en la Iglesia de San Joaquín, actuando de celebrante José María Rivas Rodríguez, gran amigo de la familia. Tienen cuatro hijos: Vicente, Carlota, Fernando y María del Carmen. Cuando se casó se fue a vivir a Jerez a la Barriada de ICOVESA, hoy calle Bulería, dado que en El Puerto no había entonces muchas construcciones y por su trabajo, que era de mañana y tarde. En 1971 volvería a vivir en El Puerto, donde actualmente reside.

Tuvo dos grandes amigos médicos ya fallecidos: Juan Fabra Fornos, médico de su familia desde soltero y el ginecólogo Francisco Viseras Alcolea, con quien alumbró sus cuatro hijos su mujer Carlota.

Los González. Imagen tomada en la casa de la Hermandad de Pilas, en la Aldea del Rocío, con motivo de la boda de su sobrina Inmaculada. De arriba hacía abajo: Rafael González Herrero; Rafael Sánchez González; Fernando Arjona González; Vicente González Lechuga; José Antonio González Herrero; Antonio Sánchez González; Antonio González Herrero; José Ignacio González Nieto; Manuel González Herrero; Milagros González Herrero; Agustín Fernández González; José María Arjona González; Vicente González Martín; Miguel Rodríguez González; José Ignacio González Lechuga. 17 de junio de 2006.

LOS DEPORTES.
El fútbol fue uno de sus deportes favoritos, practicándolo prácticamente toda su vida, en aquel desaparecido Campo de la Gimnástica, Escuelitas SAFA, Santa Fe en Jerez, etc., hasta 1985, ya que cuando estaba trabajando en la bodega se hacían campeonatos vinícolas, y siendo socio del Racing desde muy pequeño, yendo a múltiples desplazamientos, algunos de mas de 800 km., ida y vuelta en un día, por ejemplo a Jaen, Granada, Huelva, etc más los comprovincianos, Algeciras, La Línea Jerez, ….

El que más recuerda fue un desplazamiento que hizo a Cartagena, que aquel año era entrenador del Racing Isidro Sánchez, padre de Quique. Precisamente, él fue el técnico del Valencia cuando dicho conjunto jugó ante el Racing la eliminatoria de 1/16 de final de la Copa del Rey en la temporada 2006/2007, de camino que iba para ver a unos amigos en Barcelona, con tan mala suerte que el arbitro del encuentro no se presentó y tuvo que aplazarse el partido para el día siguiente --que por cierto llovió de forma torrencial-- y perdió el Racing por 4 a 0.

Equipo del Dry Sack. En esta ocasión jugaron contra el “Don Zoilo”, en el jerezano Campo de Deportes de Santa Fe, del Colegio de los Hermanos Marianistas de “El Pilar”. De izquierda a derecha:? Vicente González de portero; Juan Luís Rosado, que jugó en el Jerez Industrial y además fue entrenador de futbol; desconocido; Azurmendi; desconocido; Juan Luís Bretón Abrisqueta, gerente de Williams & Humbert  al que todos les llamaban jugando “Don Luís”. Agachados: Manuel Amador Márquez; Gutiérrez; desconocido; Asencio; Manuel Muñoz Cortijo. 25 de junio de 1972.

Como anécdota recuerda que en un partido de los campeonatos vinícolas les tocó jugar contra Palomino y Vergara, y tenían un delantero centro muy joven y muy grande que le decían “Mazinger Z”, y cada vez que se escapaba de la defensa, como él era el portero le parecía aun más grande. Mucho más tarde resultó ser el famoso cantante Bertín Osborne.

También hubo una época, cuando se hizo socio del Club Náutico, del cual formó parte de una de las juntas, practicaba el tenis bien en el mismo club o en casas de amigos que tenían pistas. Entre ellos los campeonatos que organizaban los Basallote en La Ponderosa, o bien en casa de los Cuvillo en la Calle Santa Lucía, cuya pista estaba donde hoy Mercadona, y alguna que otra vez en la casa de los Osborne Lena, en la finca ‘Wenceslao’.

Foto tomada en la puerta del Cine Macario por la Calle Luna. De izquierda a derecha: Fosco Valimaña Lechuga; María Isabel Domínguez de los Reyes; Macario Valimaña Lechuga; Carlota Benjumeda; Vicente González y Antonio Almagro Buhigas. Carnaval 1983.

LA FOTOGRAFÍA.
Desde muy joven e influenciado por su padre es muy aficionado a la fotografía siendo su primera cámara una “Micro” que se compró en Tánger.

En 1993, en el Museo de Cera de Londres, en un descanso cámara en mano.

Desde 2004, aproximadamente, y empujado por su amigo Indalecio Rábago --cabeza de lista de Alianza Popular en las elecciones municipales de 1987-- se compró un ordenador, y empezó a hacer sus pinitos informáticos, y en el trabajo los compañeros le llamaban el abuelo informático, más tarde se compró un escáner y se puso a escanear las fotos que tenía tanto de él como de su padre, y cuando se le acabaron se propuso recuperar fotos antiguas y gracias a la ayuda de sus amigos Miguel Sánchez Lobato, Luis Serrano Romero y Francisco Mata se fue haciendo de una colección de fotos antiguas. Recuerda que un día se encontró con José María Morillo, antes de empezar gentedelpuerto.com, y le preguntó si «--tenía fotos de cuando su padre se dedicaba a hacer obras de teatro y organizar las cabalgatas de reyes». Al poco tiempo le llamó y le facilitó las mismas y le propuso colaborar con él en una página que tenía en mente: Gente del Puerto, de la que es el Jefe de Fotografía, aportando, localizando y escaneando muchas de las imágenes que aparecen en esta página.

Carlota y Vicente, en Moscú, de viaje el pasado año 2010.

Otras de sus aficiones son los viajes, y si es conduciendo mejor, y el buen comer. A lo largo de su vida ha hecho infinidad de viajes: a Inglaterra, Checoslovaquia, Budapest, Viena, Portugal, Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Tánger, Rusia, Turquía, cruceros por el Báltico, Fiordos Noruegos y por el Mediterráneo. Y por supuesto la península ibérica, conociéndola casi toda.

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Manuel Gandarias Carmona nació en Madrid el 16 de agosto de 1944, hijo de Leopoldo y María Josefa, siendo el mayor de cuatro hermanos. Entre 1984 y 1987 fue director general del puerto deportivo Puerto Sherry realizando una importante campaña de impulsión y promoción del proyecto. Casado en 1969 con Elvira Cebrián Paradís, han tenido tres hijos.

LA EXPLOSIÓN DE CÁDIZ.
La vinculación de nuestro protagonista con Cádiz y su bahía viene de antiguo. Contaba apenas tres años de edad cuando fue testigo de la explosión de Cádiz en 1947 y la muerte de su abuela y tía Dolores, volando por la habitación, como plumas, hasta ser detenidas por muebles y paredes mientras el se agarraba con todas sus fuerzas a la pata de la mesa del comedor. Recuerda los veranos en la Playa Victoria y el antiguo hotel, los paseos por la capital con su abuelo Manuel, Fiscal Jefe de la Audiencia de Sevilla, … seguramente por estos motivos de vinculación infantil y juvenil aceptaría más adelante el proyecto que con mas entusiasmo dirigió: Puerto Sherry, crucial para la promoción turística, entonces y ahora, en la promoción de El Puerto.

ESTUDIOS Y TRABAJOS.
Manuel estudió en el Colegio Británico de Madrid, el Instituto Ramiro de Maeztu y pertenece a la promoción de 1969 de ETS Ingenieros Industriales de la capital de España. Entre 1969 y 70 trabajó en Pordedones (Italia) en la Industrie A. Zanussi, la segunda fábrica de electrodomésticos del mundo en ese momento. Entre 1970 y 1978 trabajará en el Grupo Fierro; entre 1979 a 1984 en la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) y a partir de ese año y hasta 1987 será el impulsor a nivel técnico de Puerto Sherry, para luego colaborar con el Area de Fomento del Ayuntamiento de El Puerto e impulsar el proyecto inmobiliario y turístico Costa Ballena (entre Rota y Chipiona) los años 1988 a 1997. A partir de ese año pondrás sus esfuerzos en la empresa  ‘Live in Spain’, cuyo objetivo será atraer extranjeros para que se conviertan en residentes españoles,  con proyectos inmobiliarios de diversa índole, siendo en la actualidad Presidente de Honor.

Vista aérea del Puerto Deportivo.

PUERTO SHERRY
A partir de 1984 --la primera piedra se pondría el 24 de diciembre de ese año-- será el director general del puerto deportivo más importante entre el Algarve (Portugal) y la Costa del Sol: Puerto Sherry. «Tuve la satisfacción de poner en pie, desde un agujero en el fondo del mar, uno de los mejores, si no el mejor puerto deportivo de España. Vencimos todo tipo de dificultades políticas, ecologistas y económicas --cogimos de lleno la penúltima crisis inmobiliaria--, y el último inversor que compró el proyecto, una compañía que cotizaba en la Bolsa de Londres, [Brent Walker] quebró en Inglaterra y, como consecuencia, dejó empantanado el proyecto. Yo no participé mas, desde que, siguiendo instrucciones de Aresbank, se lo vendí a la compañía británica».

Pueblo Marinero --Pueblo Sherry-- /Foto: D. Macías.

Manuel Gandarias se siente orgulloso de la ambiciosa campaña de publicidad en prensa (los principales diarios y revistas al no existir internet) primera que se hizo en la España de la época de un proyecto turístico e inmobiliario placeado por los principales salones náuticos y ferias internacionales, consiguiendo financiación externa por importe de 1.500 millones de pesetas de entonces, hace 25 años. Dirigió la campaña de ventas de los apartamentos del inconcluso ‘Pueblo Marinero’, con un cualificado equipo, el mismo al que le tocó organizar regatas, encuentros con la prensa, recepciones a personalidades como en el caso de SAR el Conde de Barcelona, el Príncipe Felipe,…

De espaldas, Luis F. Terry, S.M. el Rey Don Juan Carlos, Antonio García Corona, relaciones públicas del compejo náutico, Manuel Gandarias, y Jordi Pujol, presidente de la Generalidad de Cataluña, en el Salón Náutico Internacional.

ECOLOGISTAS.
A bordo del vapor  Adriano III, hoy todavía bajo aguas del muelle gaditano, en el que Gandarias viajaba con el presidente de la Junta de Andalucía de aquel momento, José Rodriguez de la Borbolla, entraron en Puerto Sherry el día de su inauguración en agosto de 1990, después de que las fuerzas de seguridad lograran que se retiraran unos ecologistas que se encadenaron en la bocana del puerto con el fin de reventar la ceremonia de inauguración, entre ellos el conocido activista de la causa ecologista, Salvador Mateo. Por cierto que en el trayecto tuvieron la ocurrencia de ofrecer una copa de Cava  en lugar de Vino Fino,  idea que fue ampliamente criticada en los medios de comunicación al día siguiente.

BRENT WALKER LTD.
El último encargo que recibió por Aresbank, que por medio de Areservice gestionaba el puerto deportivo, el de interesar a George Walker, presidente y principal accionista de un grupo ingles que cotizaba en la Bolsa de Londres en la compra de Puerto Sherry, cosa que hizo y que hubiera sido favorable para el desarrollo del proyecto, al ser el Grupo Walker propietario de cines, casinos y del puerto deportivo de Brighton (Inglaterra), además de poseer un gran patrimonio inmobiliario. Pero al venirse encima la crisis inmobiliaria de los noventa, la compañía quebró en Inglaterra, dejando a Puerto Sherry en manos de los bancos. Manuel  Gandarias abandonó la compañía antes de que entrara Walker en la gestión. Poco ante de la quiebra se organizaría la Regata ‘Brent Walker Cup - European Challenge', que partiendo desde el puerto de Brighton llegó a El Puerto de Santa María, a Puerto Sherry en 1990.

CÁDIZ EN SEVILLA 92.
Pero a Gandarias se le ilumina la mirada cuando recuerda que consiguió abanderar una campaña de relaciones con los medios de comunicación, que incluyó la creación de ‘Cadiz en Sevilla 92’, que generó un fuerte apoyo social y político para la aportación, presencia y promoción de la la provincia de Cádiz en la Expo’92, siendo copresidida por Jesús Fernández de Mesas Sr. y él mismo.

COSTA BALLENA.
Pero volvamos al relato de su vida. Casi la siguiente década (entre 1988 y 1997) se la dedicó Gandarias primero a impulsar y posteriormente a desarrollar otro proyecto  señero para la provincia de Cádiz, Costa Ballena, en la inmensa y espectacular playa de  La Ballena, entre Rota y Chipiona, en este caso representando los intereses de la familia Orleans Borbón, propietaria de las 300 Ha sobre las que se construyó la urbanización. Este proyecto tuvo un componente de primicia: es el primero que se construyó colegiadamente entre la iniciativa privada y la Junta de Andalucía en el sector inmobiliario turístico. Con la lección aprendida de Puerto Sherry y gracias  a la financiación pública, se decidió construir la urbanización y el campo de golf durante los últimos años de crisis y se afrontó la comercialización en los momentos de arranque del último boom inmobiliario, vendiéndose las parcelas urbanizadas y listas para construir en un tiempo record. Lo que permitió a promotores y constructores a su vez comercializar rápidamente las viviendas, alcanzándose los objetivos de 5.000 viviendas y 36 hoyos de golf en plazos muy ajustados y acoplados a la fortísima demanda, que se ha sostenido hasta el año 2007, año de explosión de la "burbuja inmobiliaria" y ruptura y bloqueo de la demanda hasta el día de hoy.

LIVE IN SPAIN.
Después de dos años como consultor independiente, asesorando a promotores en el desarrollo de sus proyectos, Manuel Gandarias decidió sentar a 20 empresas en un almuerzo y proponer la creación de la asociación ‘Live in Spain’ que, como indica su nombre, se marcó el objetivo de atraer residentes extranjeros a España, objetivo que a fe que se consiguió, llegando a alcanzar porcentajes cercanos al 20% de las ventas totales de viviendas, a una nómina de 50 asociados y a impulsar la creación de ferias en el exterior como "Viva España" en Londres, exclusiva de productos españoles, sin la competencia de otros destinos. La ha presidido durante una década, decidiendo jubilarse y aceptando su presidencia de honor el pasado año 2010..   Para lograr los objetivos alcanzados, de indiscutible interés para el sector inmobiliario y para la economía española en su conjunto, ha supuesto una inestimable ayuda el apoyo inicial del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) y lo está siendo, en momentos de dificultad,  el de la Secretaría de Estado de la Vivienda, para despertar el interés de los países que son destino de nuestra demanda.

OPINA SOBRE ‘EL ALGARROBICO’.
«El proyecto inmobiliario turístico del Algarrobico (Almería) es la mas nítida expresión de lo que representa un proyecto horrendo y avaricioso para la costa española, en este caso virgen y de máxima protección. Personalmente he intervenido, dirigiéndolos, en dos proyectos singulares en Andalucía, en uno de ellos asociadamente con la propia junta de Andalucía --me refiero a Costa Ballena en Cádiz-- y el otro, Puerto Sherry, desde la iniciativa privada, en los que siempre a través de concursos, hemos desarrollado los mejores proyectos, rebajando incluso, los parámetros urbanísticos autorizados. Condición por la que yo muestro con orgullo ambos proyectos a mis nietos y a quienquiera que me lo pida, mientras que en el caso del Algarrobico o en La Manga (Murcia), de haber sido posible, me hubiera apuntado al primer pelotón de demolición».

Manuel Gandarias, en la actualidad, en Menorca.

EL PUERTO EN LA DISTANCIA.
«Desde 1992, en que regresé a Madrid, por motivos profesionales y familiares, no he dejado de ir a El Puerto, donde mantengo una casa, en la calle Larga, aunque reconozco que en la búsqueda de mi particular de Itaca --en la que coincido con el autor de esta página--, hace poco he encontrado Menorca, donde me construí una casa, tengo un barquito y, por ejemplo este año, si Dios quiere permaneceremos desde julio hasta el 30 de septiembre.  El Puerto lo veo con nostalgia y un poco saturado, pero sigo pensando lo mismo que hace 27 años, que Andalucía occidental y la provincia de Cádiz en particular, es la zona que considero con mas potencial de desarrollo de España en el sector inmobiliario - turístico. Y sigo emocionándome cuando cruzo el Carranza y recuerdo mis veraneos infantiles en Cadiz, donde fui testigo de la explosión en la que murió mi abuela Dolores.»

¿POR QUE GANDARIAS ES FELIZ?
Su receta particular: «Hasta los 60 años de edad era Superman y siempre encontré retos profesionales complejos, imaginativos y satisfactorios, con un horizonte de 10 años de mantenimiento de la actividad, hasta los 70. Pero tuve una visita inesperada, la de mi amigo Parkinson, que decidió quedarse. Durante un tiempo se instaló la duda:

El silencio entre una y otra ola
establece un suspenso peligroso.
Muere la vida, se aquieta la sangre.
Hasta que rompe el nuevo movimiento
y resuena la voz del infinito”

Entonces encontré la lectura, la música, el pensamiento sosegado pero, sobre todo, la poesía. Y mi admiración por la pintura y la escultura. «¡Y, como no, internet y Facebook!»

2

Los dos son caras conocidas de las calles de El Puerto. Ambos han tocado con los dedos el éxito y se han codeado con primeras figuras del arte. Los dos, para comer, han hecho de todo, pero en el fondo el artista que llevan dentro siempre sale a la luz. Saben mas que Briján (o Brian, el inglés), no les ha quedado otro remedio que saber. Y han sabido y saben desenvolverse, aún, en el filo de la jubilación que nunca llega. Uno es catedrático de la calle, el otro primer espada que se hizo el nombre a base de bollos y panecillos. Los dos, juntos, una explosión de conocimientos y retranca. Y un montón de risas con sus ocurrencias cuando hablan, ‘ex cátedra’ de las cosas de la vida. Son Gente del Puerto de largo recorrido. (Texto: José María Morillo).

Para saber más:
Francisco Pérez Bernal, ‘el Kako’, nótula núm. 004 en GdP.
Diego Simón Montes, ‘el Bimbo’, nótula núm. 358 en GdP.

1

El 18 de febrero de 1966 llegaba a El Puerto de Santa María la sexta etapa de la XIII edición de la Vuelta Ciclista a Andalucía que se disputó entre los días 13 y 20 de febrero de ese año, con un recorrido de 1267 kilómetros, divididos en ocho etapas, con inicio y final en Málaga. Participaron 48 corredores repartidos en cuatro equipos del que solo lograron finalizar la prueba 37 ciclistas.

En la imagen podemos ver en la fila superior de la tribuna instalada en la Plaza de Isaac Peral a la altura de calle Larga, el cuarto por la izquierda, a Rafael Sotelo, maestro nacional, director del Colegio del Hospitalito; tres más a su derecha, el escultor y autor de relojes de sol, Poullet. En el centro de la imagen, vemos a señoritas de la localidad, entre ellas a Aurora Muñoz Ávila junto a Antonio Romero Castro, jefe del negociado de Fiestas del Ayuntamiento. A su lado, José Luis Gómez, Jefe de Publicidad de Bodegas Osborne --cuyos vinos se pueden observar en la imagen, un poco más a la derecha, Juan Martín Vélez y, asomando la cabeza, Manuel Muñoz, de Papelera Portuense. Abajo el tercero por la izquierda el ordenanza del Ayuntamiento Juan Valiente Moreno y casi oculto a su lado, el maestro y ‘practicante’ Ciro Morata Torres. Con el ramo de flores, el ganador de la etapa, el belga Arthur Decabooter. /Foto: Colección Vicente González Lechuga.

El ganador de la etapa Sevilla-El Puerto, fue el belga Arthur Decabooter. Al día siguiente los corredores cubrieron la etapa El Puerto-La Línea. Ese año, el vencedor sería el español Jesús Aranzabal que cubrió la prueba a una velocidad media de 35,550 km/h. En la clasificación de la montaña y en las metas volantes se impusieron respectivamente los también ciclistas españoles Juan Fransico Granell y Domingo Perurena. /En la imagen, Decabooter, en su época de corredor en un cromo de coleccionista y en una fotografía reciente con 75 años.

La Vuelta Ciclista a Andalucía volvería al año siguiente, para no volver hasta la edición número 23ª en 1976. Y ya, de la Vuelta en El Puerto, nunca más se supo.

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Mi nombre es Antonio Cristo Ruiz; me dejé caer por este mundo el 30 de Junio de 1943, en El Puerto. Mis padres: Lino Cristo Charneco, y Carmen Ruiz Camacho; el primero nació en Portugal, en una aldea de pescadores llamada Alagoas, (Faro). Se vino a El Puerto, con quince años, era de profesión marinero y chatarrero, apodado “El Portugués”. Mis abuelos paternos, Carolina y Juan, del mismo pueblo que mi padre. Mi madre nació en Badalona, y se crió de pañales en esta Ciudad. Mis abuelos maternos, Carmen y Antonio, los dos de la vecina San Fernando. Hoy, por desgracia, mis padres no se encuentran entre nosotros, fallecieron con 93 y 89 años. Somos cinco hermanos, dos varones y tres hembras, por orden de edad: Antonio, Juan, María del Carmen, Lina y Consuelo, mis hermanas amas de casa. Mi hermano Juan, hoy jubilado, se dedicó a la compra y venta de chatarra, en la calle de La Rosa, donde siempre tuvimos el negocio.

El pequeño Antoniio, con apenas un año, en 1944.

AÑOS CUARENTA.
Los  años cuarenta  fueron  tiempos  de mucha escasez de  alimentos,  pasaron muchas necesidades las familias portuenses. Afloraron muchas enfermedades, como la tuberculosis pulmonar. Me contaba el hermano de mi madre, mi tío Pepe Ruiz Camacho, muy conocido en el Puerto por ‘El Landa’, (ver nótula núm. 001 en GdP), propietario del kiosco de prensa que había junto al Hospital Municipal en desuso en la calle Micaela Aramburu. Llegó a probar las cascaras de plátanos, como si fueran  berenjenas fritas; le pregunté si estaban buenas de comer, a lo que me contestó: «--Cuando hay hambre se come lo que haga falta».

Antonio, a la izquierda de la imagen, con sus padres y hermanos Carmen, Lina y Juan, en una imagen de la Feria de Ganado, delante de un puesto de atracciones. Año 1955

AMIGOS DE LA INFANCIA.
Nací en la calle Capillera 7, en la casa conocida en aquel tiempo, por la  del Cabo Mulero donde estuvimos hasta 1956. Tengo gratos recuerdo de esta zona alta de El Puerto, mis primeros amigos fueron: Benito Sacaluga, Juan ‘el de los Carros’, Juan ‘de Soledad’, Antonio Iñiguez Macías, padre e hijo, Luis Iñiguez Sanchez, ‘el Teniente’, Carmela y Francisco Iñiguez Sanchez ‘el Boli’, Pedro Gil, Manuel y  Diego González Garrucho ‘Diego Vichera’, que falleció muy joven.

Los conocidos de este equipo de chavales son: Mariano Serrano “Nano”,  Nogués, Antonio Gatica “El Cuca” (con gorra), José Serrano (3º por la derecha); Jesús Carmé (8º por la derecha), de los agachados el 3º por la izquierda su primo Juan Murga Ruiz, a su derecha, Antonio.

Nos íbamos a jugar a la pelota, junto a la pared de la bodega de Luis Caballero, en la calle San Sebastián. Recuerdo cuando oscurecía, brillaba el fuego fatuo, estas luminarias suelen salir donde hay cadáveres enterrados. En esta zona estuvo situado el hospital de San Sebastián donde, posiblemente, hubo un cementerio.

CALLE CAPILLERA.
En frente de mi casa, José Brea ‘Breíta’, gran aficionado al flamenco nacido en Cádiz, tenía una Gallera de pollos ingleses de peleas, que exportaba a Sudamérica. Junto a mi vivienda había una tonelería, de dos socios, ‘el Torero’ y Agustín Álvarez, padre de Antonio Álvarez Herrera, (con nótula núm. 362 en GdP) primer alcalde constitucional en el actual periodo democrático por el Partido Comunista. Había una tienda de comestibles de José Fernández ‘Casa Joselito’ (ver nótula núm. 123 en GdP), gallego, patriarca de una gran familia dedicada a los negocios de la restauración de estómagos.

Casa Joselito en 1948.

ESTUDIOS REGLADOS Y DE LA VIDA.
Con cinco años entre en los Jesuitas, y salí con diez y seis años, con la oficialía de Ajustador. Intenté sacar el bachiller superior pero lo tuve que dejar por los desplazamientos de mi  trabajo por la Península. Hay estudios que te enriquecen, como la universidad de la vida; te aportan datos, que no puedes tomar de los libros, porque hay que vivirlos. Cuarenta años recorriendo casi toda España, y varios países europeos, tratando con sus gentes y costumbres.

CALLE SIERPES.
Con mis abuelos paternos viví varios años --de los cuarenta y cincuenta-- en la calle Sierpes 5. Me vienen recuerdos de la Plaza de Abastos, la Posada de las Columnas, el Bar Milindri, Comestibles el Cañón,  Tienda de comestible de Eloy, Juanito Custodio, El Bar de Pancho, Bar de Juan Rábago, Bar Manolo, del nº 3, Bar Rueda, Bodegón Casa Sancho, ‘Los Dos Pepes’, bar y comestibles, el taller de Cristóbal, que arreglaba ollas y  paraguas, y la carpintería de los hermanos Lobo,  con nótula núm. 159 en GdP.

Personas que conocí en esta zona de aquella época: ‘el Calé’, Manuel Bermúdez Junquera ‘Anzonini’ (ver nótula núm. 523 en GdP), Rafael Moreno Porto ‘el Lengue’ (con nótula 443 en GdP), Ignacio del Bar Milindri, Antonio Jiménez Salguero ‘el Caneco’, Delfín ‘el Montañés’, José de Los Reyes ‘el Negro”, Alonso Suarez de La O ‘Tío Alonso el del Cepillo’, Julio ‘el del Ocaso’, yerno del Cepillo, Francisco Gallardo ‘Paquito’, Sebastián Ganaza Cañas, 'Ojito’ (con nótula 290 en GdP) y ‘el Chumi’, nombre de Manuel Quintero García que da nombre a una peña flamenca. /En la imagen de la izquierda, Antonio Jiménez Salguero, 'el Caneco', limpiabotas de profesión y bailaor que empezaba las bulerías al revés, él mismo se cantaba y jaleaba.

CÁNDIDA LA NEGRA.
Por estas fechas vivía una mujer de piel negra, Cándida Huelva Jiménez  “Candida La Negra”, nacida en Luanda el 22 de Enero 1851 y fallecida en El Puerto en 1951. Falleció a la edad de 110 años. Las madres en aquel tiempo asustaban a los niños cuando no querían comer o dormir, con Cándida, que por cierto era muy buena mujer y le gustaban mucho los niños. Cuando pasaba por la puerta de la casa de mis abuelos, se paraba y echaban un rato de charla con mi abuela la portuguesa, ya que las dos hablaban el mismo idioma. (Ver nótula núm. 214 en GdP). Me contó Maria Morón “La Mona”,  que la escuchó cantar a esta mujer en una ‘Toma de Dichos’. Recordaba que tenía una voz muy  bonita, hacía un cante muy raro, aflamencado, vivía en la parte alta de calle Lechería.

Antonio Cristo con María 'La Morona'. Año 1964.

CALLE CERVANTES.
En 1957, nos trasladamos a la calle Cervantes 4, casa que hizo mi padre con muchos  sacrificios, muy cerca del negoció donde tenía instalada la chatarrería, en la calle de la Rosa, en aquel tiempo conocido como el ‘Barrio de los Gitanos’. En esta zona de El Puerto, me crié y estoy orgulloso de ello.

Tuve grandes amigos como fueron: Alonso Jiménez ‘Churrasca’, Rafael Herrera Arana ‘El Jerezano’, Angustias Flores Suarez, José Antonio Garcia Bernal, Diego Cortes ‘el Alpiste’, Manuel de los Santos ‘el Viejo Agujeta’, Tomasa de los Santos 'Agujeta', Manuel y Antonio Robles Romero ‘Chiculi Hijo’, Antonio Gatica ‘el Cuca’, Rafael Luque ‘el Caga’, Soledad de Los Reyes ‘la Mona’, Manuel de Los Reyes  ‘el de la Monjita’, Rafael Luque de los Reyes ‘el Monstruo’, Diego ‘el Mijita’, Manolo ‘el Avellana’, la familia de ‘la Tormenta’,  Antonia Garcia Moreno ‘la Obispa’, Eduarda Núñez Garcia, Lorenzo Vargas Ortega, Juan Núñez Garcia,  Ramón Núñez ‘Orillo del Puerto’ (con nótula 519 en GdP), Luis Vargas Ortega, José Luque Reyes, Joselito ‘el de La Mona’, Ángela y Ana Martin Gordillo, la familia de ‘Los Sopas’ ‘el Loco Viejo’, la familia Villar, familia de los Linares, familia de los Canteros, Jeromo Morón y Bernardo Morón ‘el Pastillita”, Miguel Jarana, Francisco Suarez ‘el Cohete’, … /En la imagen de la izquierda, agachado, Antonio Cristo, de pié su hermano Juan y Manuel de los Reyes 'el de la Monjita'.

En la imagen, los abuelos de Ramón Nuñez 'Orillo del Puerto', Antonia García Moreno, “Antonia la Obispa” y Ramón Núñez Heredia, “El Obispo”

No me quiero olvidar de Miguel Jarana. Estaba casado con una hija de la ‘Bilili’, de nombre Maria de los Reyes. Este gitano, fue uno de los mejores cantaores y bailaores, que hayan salido de El Puerto. No lo digo yo, lo dicen gentes que todavía están entre nosotros y le conocieron. Para Anzonini, fue el mejor junto a Manolito ‘el Soldao’.

EL PINTOR DE LA LUZ.
Y Juan Lara, el pintor de la luz. De este hombre tengo grandes recuerdos, vivió en la calle Rueda. Bohemio donde los hubiese. Recuerdo una anécdota vivida con Juan y con José de los Reyes ‘el  Negro’. Estábamos tomando café con churros en la cafetería ‘La Vega’, de Jerez, situada junto a la Plaza de Abastos. Juan llevaba un traje blanco de color hueso. José “el Negro”, le  comentaba: «--Juan, cuando me vas pintar a mi solo». Juan le contestaba: «--Pronto Negrito». El Negro, le puso la mano en la rodilla y le dio las gracias. Cuando quitó la mano, tenía una mancha bastante grande y negra en el pantalón, ante lo que exclamó el pintor: «--¿Negrito me has dejado un Tapies, en el pantalón?», siendo la respuesta del Negro: «--Juan, qué coño dices de la tapia, ¿te has vuelto loco?». Juan  y yo nos revolcábamos de la risa. /En la imagen, Juan Lara y José de los Reyes 'el Negro', en la casa del primero en la calle Rueda. Año 1982.

CERVANTES, POR OTRO NOMBRE ‘LECHERÍA’.
Había una fragua en la calle Cervantes, por otro nombre Lechería, frente al Bar Barranco, propiedad del ‘Veneno. Cuando yo la conocí la tenía su hijo Paco Suarez ‘el Cohete”. /En la imagen de la izquierda 'El Veneno', de la familia de los Cepillo.

En el barrio formamos un equipo de fútbol, al que pusimos de nombre ‘Zíngaros’. Les puedo asegurar que en aquel tiempo nadie quería jugar contra nosotros. En el Bar de Paco Barranco, teníamos nuestra sede social, situado en el número 7 de la calle Lechería tuve la suerte de escuchar mucho y muy buen flamenco.  Pido disculpas por no acordarme de todas las familias que vivieron en esta zona de El Puerto, y de algunos apellidos. Han pasado tantos años… que es difícil acordase de todos, posiblemente me deje muchos en el tintero.

Recuerdo en el barrio, entre los años cincuenta y sesenta, estuvo de moda por las necesidades perentorias, los hábitos morados de Jesús el Nazareno. Algo que me impactó y se me viene una letrilla gitana, por ‘Soleá’ que cantó en muchas ocasiones José A. Díaz Fernández ‘Chaquetón’ con quien pasé muy buenos ratos de amistad, que dice como sigue:

Tres hábitos de color morao,
de nuestro Pare El Nazareno,
en mi cuerpo san quemao.

Antonio Cristo con la selección de futbol del Colegio San Luis Gonzaga.

Bonitos recuerdos se agolpan en mi mente de aquellos años, entre 1957 a 1963, con los amigos de la Peña ‘El Troncho’ y de otros equipos de fútbol en los que jugué: ‘El Casamata’, la selección del colegio de San Luis Gonzaga, y otros dirigidos por el ‘Gordo Gatica’, Juan ‘Chiqueté’, Morro, y Antonio ‘el Churra’.

Antonio Cristo, Antonio, Manuel Espinar Fernández, Antonio Bernal, Eduardo Muñoz Luqye, Tomás, en la Estación de FF.CC. con destino a Rota. Año 1969.

LA FAMILIA Y PORTEÑOS EN ROTA.
En 1963 me eché novia en Rota, María Dolores Calderón Ruiz-Mateos, la que sería madre de mis dos hijas. Estas fueron otras vivencias, y otra forma  de enfocar  la vida. Tomé contacto con nuevos amigos de El Puerto, que también tenían novia en la vecina Villa de Rota: Eduardo Muñoz Luque, Manuel Espinar Fernández, Tomas Párralo, Luis Espinar Fernández, Antonio Arévalo y Juan Martin. Un grupo de amigos muy bien cohesionados. Todos los años que podemos nos reunimos y lo celebramos con una comida. Tengo dos hijas y una nieta, Estefanía, Maria Dolores y Cayetana, las que ocupan parte de mi tiempo cuando estoy con ellas.

MUNDO LABORAL.
Los primeros pasos en el mundo del trabajo los realicé con mi padre en la droguería y perfumería que teníamos en la calle Cervantes, y también ayudando en la chatarrería.

En Madrid, en 1984, en su oficina en el Laboratorio Central de Dragados y Geotecnia Cimientos.

No sería hasta 1969 que trabajaría por cuenta ajena, con Dragados y Construcciones, en los accesos al Puente León de Carranza como vigilante de obra.  En 1970, pasamos a la utopista de Sevilla-Cádiz, en el laboratorio, terminando en 1972. En 1973, Autopista del Mediterráneo, tramo de Tarragona, Valencia y Alicante, terminando en 1980, en esta fecha fui trasladado a Madrid, al laboratorio central de Dragados, y Geotecnia  Cimientos, SA,  situado en el polígono Industrial de Coslada. Soy vecino de Alcalá de Henares, donde llevo habitando más de treinta años.

Quiero recodara a muchos amigos de El Puerto, que hemos trabajado en Dragados y Geocisa: José Flores, ayudante ingeniero; Manuel Reinado Ojeda, Técnico de Obras; Ramón Lobo Cortes, Topógrafo; Manuel Bernal, Topógrafo; Juan Mena Alonso (ver nótula 1032 en GdP), Topógrafo; Juan Feria, Topógrafo; Angel Fernández Valimaña, Topógrafo y Federico Arjona Acal, Topógrafo (ver nótula núm. 1.055 en GdP). Nos dejó recientemente, el pasado 13 de mayo. Le recuerdo a él y su mujer, vestidos con el atuendo árabe, en las fiestas de Moros y Cristianos, de Villajoyosa, (Alicante), año 1978.

MARISOL Y ANTONIO GADES.
En este tramo de la Autopista del Mediterráneo, en el de Alicante, conocí a dos grandes artistas de este país:  Pepa Flores ‘Marisol’, y Antonio Gades. Tenían un restaurante en Altea (Alicante) entre los años 1977 y 78. En este tiempo estaban retirados del mundo artístico. Pepa, y  Antonio, dos personas muy agradables, de gran calidad humana y de una sencillez exquisita. Me los presentó un gran aficionado flamenco, y un peso pesado de Dragados y Construcciones de aquellos tiempos.

Antonio, en el Tunel de Alberche (Madrid) en 1996.

OBRAS SON AMORES.
He trabajado en todo tipo de obras que se puedan construir, voy a mencionar algunas: Plataformas Petrolíferas. Paneles para el Puente de Noruega. Hormigonado en el Mar Cantábrico, tubos desagües de la empresa Isobel de Santander. Primer  tramo de de Ave a Sevilla, que se hizo en España, Getafe- Villa Seca. Túnel de Atocha, con calle Alberche, con destino Nueva Estación de Autobuses, de Madrid. Urbanización, Somosaguas,  reposición de tubos, calles, y aglomerado de las mismas, en esta obra como jefe de control de calidad, en las demás jefe de laboratorio. Mi última obra, Presa de Casares de Alba (León), como jefe de laboratorio, (control de calidad). Me jubilé el 30 de Junio del 2008, después de cuarenta años de servicios en la misma empresa. Hoy en día vivo a caballo, entre El Puerto de Santa Maria y Alcalá de Henares.

En el Laboratorio de Geocisa.

REVISTAS Y PUBLICACIONES.
Mi gran afición son el flamenco y las letrillas de este género. Soy socio fundador de la Tertulia Flamenca ‘Tomás el Nitri’. He dado varias conferencias y colaboro en revistas especializadas de flamenco: ‘La Caña’, Asociación Cultural Abierta (Ministerio de Cultura). ‘Revista de Flamencología’. (Cátedra de Flamencología de la Universidad Cádiz). ‘La Nueva Alboreá’. Revista de la Agencia Andaluza de Flamenco, (Consejería de Cultura). ‘El Candil’ Revista de la Peña El Candil (Jaén). ‘Pliegos de la Academia’. Academia de las Bellas Artes Santa Cecilia (El Puerto). Y con esta web ‘Gente del Puerto’.

Colaboro con algunos periodistas amigos en relación a artistas flamencos, actores, actrices, músicos, artistas de variedades, escritores, toreros y  de personajes públicos importantes, recogidos  en mis cuarenta años de investigación en Archivos Históricos, Eclesiásticos y Hemerotecas.

DICCIONARIO ENCICLÓPÉDICO FLAMENCO.
En la presentación del Diccionario Enciclopédico ilustrado Flamenco, con el que ha colaborado, en el Hotel ‘Los Galgos’  de Madrid, tuve el placer de conocer al poeta granadino Luis Rosales y a su esposa; me los presento Fernando Quiñones, del que conservo gratos recuerdos, de  gaditano tan ilustre.

Colaboré en la COPE en el programa de Pedro Sáez, en radio Madrid, durante los años noventa.  Me invitan a muchos eventos y, siempre que puedo participo: el último; ‘Los cien años del Niño Ricardo’, con el inolvidable Ramón de Algeciras.  Antonio Muñoz Cuenca me entrevistó en la desaparecida emisora de TV Tele Puerto, en un programa que hacía con gentes del Puerto. Colaboro con el periodista Fran Pereira, en la página www.jerezhondo.com

INVESTIGADOR.
Me dedico a la investigación de artistas flamencos, actores, actrices, escritores y pintores de los siglos XVII al XIX. Por la mañana me podéis encontrar en Archivos Históricos, dependiendo de la provincia en la que me encuentre. Desde aquí doy las gracias a los archiveros de Madrid, Cádiz, Jerez, Sevilla, y El Puerto, por lo que me aguantan.

Antonio Cristo, su esposa Mª Dolores Calderón y su hija Estefanía, en 1976.

En este magisterio como es el del Flamenco, tengo buenos amigos: Pepe Blas Vega, Luis Suarez Ávila, Félix de Utrera, Fernando Quiñones,  José Fernández ‘ell Chaquetón’, Manuela ‘la Bailaora’, Manolo Heras, Pericón de Cádiz, Antonio Barberán, Fran Pereira, Julio Flores, Antonio Núñez, Gregorio Menor, Antonio Garcia Vélez, Manuel Yerga Lancharos, Joaquín Albert, David Villar, José Manuel Barbadillo, Jesús Núñez, Ramón de Algeciras, Luis Maravilla. Que me perdonen  si me olvidó de algunos. De los mencionados hay algunos  que ya no están en el mundo de los vivos. Era mi obligación y deber sacarlos a la luz, por los buenos ratos pasados con ellos. Tengo la gran satisfacción de tener  amigos por muchos pueblos y ciudades de España. Desde aquí les mando un saludo.   (Texto: Antonio Cristo Ruiz).

Agradecemos el tratamiento infográfico de las fotografías que ilustran esta nótula a Vicente González Lechuga y Luis Serrano Romero su restauración.

Os invito a recordar mis tiempos mozos cuando yo formaba un revuelo en la playa de Valdelagrana de El Puerto de Santa María. Yo me arrancaba con arte y era un auténtico espectáculo porque yo tenía entonces una buena mata de pelo, mis bañadores meyba y una belleza internacional.

El retrato pertenece a otra época muy distinta, un franquismo lleno de prohibiciones y de censura pero el verano permitía "ciertas" licencias y la gente humilde y con arte sabía disfrutar del mariconeo y del compás en una playa de pueblo, que era los más fresquito que teniamos los jerezanos por aquel entonces.

Recuerdo a familias enteras de jerezanos en el ferrobus de Jerez a El Puerto con las ollas del puchero para pasar una larga y bonita jornada en la playa. Eran las vacaciones de entonces cuando no existía Cancun ni Cayo Coco pero había mucha dignidad y una gran calidad humana. (Texto: María Cala).


María Cala. O Manuel en su carné de identidad. /Foto Kiki.

María Cala de Jerez, jerezana del campillo, del Barrio de San Miguel, mariquita de toda la vida de Dios, de los que se sacaban los pechos con las chuponas del cuarto de baño. Fue ayudante de camerino en los comienzos de Lola Flores en el Teatro Villamarta de Jerez. La faraona es para María Cala su gran pasión. María fue emigrante en París, y trabajó y se educó como mayordomo en las mejores casa ricas de Madrid sirviendo a toda la nobleza decadente, lo que le ha valido saber más por lo que calla que por lo que cuenta. (Berasaluce)

MARÍA EN EL CORAZÓN.
La reina del Magazine Rosa. La actualidad del Corazón. Todos los jueves a las 13.00 horas en el Hoy por Hoy de Radio Jerez Cadena Ser (1026 AM). Escúchame, corazón…

Radio Jerez Cadena SER
El Blog de María Cala.

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Han pasado doce años desde que edité el último número de la guía turística PUERTOGUIA, en el verano de 1999. Fue un número diferente y antológico en el ocaso del siglo XX, fin de un ciclo que había durado 15 años. Con la colaboración impagable de la mayoría de las empresas y comerciantes que habían patrocinado y hecho posible la publicación de la guía en años precedentes, pusimos en las manos de nuestros visitantes aquel verano de 1999 un libreto de 75 páginas a todo color, sin una sola página de publicidad y un contenido generalista que intentaba recoger todos los aspectos culturales y lúdicos de la ciudad, en cualquier época del año:

Monumentos: (Tres retablos barrocos; Iglesias y conventos; Monasterio de la Victoria; Edificios desaparecidos; Colegio de San Luis Gonzaga; Casas palacios de los Cargadores a Indias; Castillo de San Marcos; Excavaciones arqueológicas; Plaza de Toros y estatuaria urbana definida como “Homenaje en bronce”), fiestas: (Calendario de fiestas locales; Carnavales; Semana Santa, hermandad por hermandad; Feria de Primavera; Corpus Christi; Virgen del Carmen y Fiestas Patronales), fichas de historia: (Alfonso X conquista El Puerto; La época del Descubrimiento; Felipe V, huésped ilustre; Vizarrón, virrey de Méjico; El Condado del Puerto de Santa María; La invasión anglo-holandesa de 1702 y la abolición de la Constitución) y una serie de páginas de interés para el visitante que incluimos en el índice de contenidos como “Peculiaridades”: (Bodegas visitables; el vaporcito de El Puerto a Cádiz; Un siglo de vocación turística; José Luis Tejada; Rafael Alberti; Museos y fundaciones; El toro de Osborne; Gastronomía local; Ocio y tiempo libre y nuestras playas.)

35 NÚMEROS.
En la presentación de este número final, que hacía el 35 de los editados desde el verano de 1985 tuve un emocionado recuerdo, que ahora repito, amplificándolo, para Antonio Pérez Ruiz, amigo y socio, que falleció en 1987, con el que realicé, conjuntamente, los PUERTOGUIA de 1985, 1986 y 1987. En 1988 cambié al formato que, con ligeras variaciones en 1991 y 1992, se mantendría hasta el final. Ahora, en la distancia, resulta agotador y un tanto nostálgico, recordar las innumerables horas dedicadas en mi tiempo libre y con tan modestos medios a diseñar páginas, recopilar información tanto literaria como gráfica, contactar con anunciantes y confeccionar sus anuncios en ocasiones, coordinar la impresión y realizar el reparto… hasta incluso, para ahorrar costes, realizar en casa con la ayuda de toda la familia en pleno, el montaje y grapado de los libretos.

COLABORACIONES.
Bien verdad que, en distintas épocas, he tenido el consejo y ayuda técnica de creativos portuenses como Javier Gandulla, Pepe Fernández Villegas y Josema Martínez, a los que reitero décadas después mi agradecimiento por su amistosa colaboración, así como a Antonio Jiménez, en su calidad de presidente de Acocén y a José María Morillo, gerente del entonces Patronato Municipal de Turismo, entidades que tuvieron gran importancia, con su patrocinio y ayuda económica, en la consolidación de la publicación, al igual que los numerosos anunciantes locales, 32 de los cuales cubrieron por iguales partes el coste de este número antológico final.

Los tres primeros años la guía se imprimió en la imprenta Jiménez Mena, de Cádiz y el resto, salvo algunas ediciones puntuales que se realizaron en una imprenta de Lloret de Mar, en la imprenta Bollullo de esta ciudad, a cuyo responsable, Ramón Bollullo Estepa y al personal de la misma quiero mostrar, igualmente, mi agradecimiento por el trato y amistad recibido en todos esos años.

LUCES Y SOMBRAS.
Aunque resulta evidente que la publicación alcanzó altas cotas de popularidad y aceptación, tuvo sus sombras en los primeros años. En 1988  fracasó un intento de ampliar el radio de actividad a la cercana ciudad de Rota. Edité una “Guía de Rota” en Puertograf,  con el anagrama diseñado por Jesús Suarez Ávila que resultó un fiasco económico ante la ausencia de apoyo por parte de los comerciantes, desistiendo de continuar. También, a modo de ensayo, se realizaron tiradas de primavera y otoño-invierno en los años 1988, 1989 y 1990, de las que igualmente desistimos para afianzar la publicación del verano, haciendo una especie de sustitución de las mismas con números extras de Feria y Semana Santa.

Me alegra comprobar que otras publicaciones han cubierto el hueco de la mía,  modesta continuadora de la tradición de otras anteriores y pionera en el último cuarto del pasado siglo en dar información útil y practica a cuantos nos visitaban cada verano en un formato digno y manejable.

ASOCIACIÓN CULTURAL ‘PUERTOGUÍA’.
Me quedó el ‘gusanillo’ y es por eso que creé una asociación cultural con este mismo nombre, con la única finalidad de difundir la historia, cultura y tradiciones de El Puerto y sus gentes, editora hasta el momento de tres libros, dos de ellos agotados y también colaboradora, a través de mi persona, en esta web, con más de una treintena de temas. (Texto: Antonio Gutiérrez Ruiz. A.C. Puertoguía).

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Las aficiones de Andrés Pérles Velázquez han sido varias, desde muy temprana edad: los barcos de pesca, la navegación a vela, los materiales náuticos de las embarcaciones pesqueras, la restauración de los metales sobre todos los que procedían de los barcos, las maquetas y otras pero, también, en su juventud, fueron muy importantes la motocicletas, que es a lo que nos vamos a referir en la presente nótula de Gente del Puerto.

Veloxolex. Año 1955, la primera moto de Andrés Perles.

SU PRIMERA MOTO.

Su afición comenzó cuando casi era un niño, con una ‘Velosolex’ que le compró  en 1955 a  Gilito, Maestro Zapatero que tenía su taller frente a la casa familiar, en la calle Nevería. Este velomotor lo tuvo escaso tiempo ya que poco funcionaba. Había que pedalear bastante, sobre todo si cogía una pequeña cuesta. Es por eso que se hizo  con una ‘Mobylette’, que compró en la calle Larga, a un mecánico que tenia su taller a la altura de  donde tienen hoy su taller de reparación los hermanos Monis. Este mecánico se apodaba Antonio Rodriguez Cortes 'Piqui'. Aquel ciclomotor duró mas tiempo en su poder.

Andrés Perles, en 1960, con la Ducati matrícula CA-25267.

DUCATI.
Y cuando le comunicaron que tendría que realizar el servicio militar en la vecina población de San Fernando, intuyó que necesitaría un mejor medio de transporte por lo que vendiendo la ‘Mobylette’ adquiere una ‘Ducati 160’. Pero resultó que no le daba el rendimiento que el pretendía ya que tenía complicaciones de puesta a punto así como problemas con la batería, que se descargaba inmediatamente "--En estas condiciones no arrancaba ni empujándola".

Con la Vespa matrícula CA-35281 por la Avda. de la Bajamar,  a mediados de los sesenta del siglo pasado.

LA PRIMERA VESPA.
Y dado que esta motocicleta le gustaba mucho a Paco Gurrea  hicieron un trueque, cambiándola por una ‘Vespa’, "no recuerdo si nueva o de segunda mano". Lo cierto que es que le fue estupendamente, y esta afición por las Vespas se ha prolongado hasta hace un año, fecha en la que decide vender una ‘Vespa 200 PX’, en muy buen estado de conservación.

Andrés Perles, en Lebrija, durante una concentración de motos.

CARCOMA
En el año 1997 el mundo de la pesca empieza a resentirse y Andrés tendrá  menos carga de trabajo, por lo que decide salir con el Club de Motos y Coches Antiguos de El Puerto, en las salidas denominadas 'Carcoma', que organizaba dicho club cin motos antiguas, coincidiendo con el Gran Premio de Motociclismo de Jerez.  Ese año condujo una ‘Vespa’ restaurada que le prestó Fernando Marín, --"estupenda por cierto", recuerda Andrés-- y, ese mismo año, en noviembre, por San Andrés el club organizó una salida a Lebrija, a casa de un socio y amigo, Andrés Arjona, quien le ayudó mucho en el mundillo de la restauración de motos antiguas.

MV Augusta, antes de su restauración. Año 1997.

MV AUGUSTA.
La ayuda la recibió de su tocayo y amigo Andrés especialmente con el modelo ‘MV Augusta’ ya que, gracias a su intervención, le desaparecieron todos los problemas técnicos que esta motocicleta presentaba. Precisamente con esta moto fue cuando comenzó su afición por  la restauración de estos vehículos, al disponer de más tiempo por haber participado en estas salidas. La moto se la regaló Pedro. "--Cuando la vi por primera vez, me desmoralizó  totalmente y  le comenté  que no la quería", recuerda, a lo que le respondió éste irónicamente "--Que la tirara al río". Prosigue Andrés su relato: "--Cuando me tranquilicé, vi la marca y pensé que podría ser todo un reto, 'si fuésemos capaz de terminarla'. Y digo si fuésemos en plural  ya que contaba con un magnifico amigo, Rafael Soriano Valiente, su segundo apellido se le queda muy corto no es por nada, porque le mete mano a lo que haga falta, Así comencé junto con Rafael, esta gran aventura de la restauración, en un mundo que no conocíamos del todo".

La moto MV Carcoma, CA-10110, una vez restaurada. Año 1997.

PRIMER PREMIO.
“--Este  año salimos en 'Carcoma', con muchos problemas de motor y  con una gran satisfacción, nos dieron el primer premio de la mejor restauración, la verdad es que restaurar y poder salir con esa moto ya era muy difícil: el presidente y la directiva del club sabían las condiciones en que se encontraba dicha motocicleta”. Pero, además resultó que aquella moto se quedó bloqueada en la Salida y no terminó la prueba de ‘Carcoma’ de ese año. Con el tiempo y gracias a Andrés Arjona se podría solucionar el problema de aquella moto y salir a cualquier prueba,

Montesa Impala 250 cc. Año 1998.

MONTESA Y OSSA.
Como quiera que las dificultades que suponían aquella moto, cuya solución no se veía de inmediato y, en vista de los problemas que presentaba Andrés se puso a buscar otros modelos mas modernos dentro de la afición. Encontró, gracias a Gapar, hijo de  Sebastián Lloret Galiana, motorista y patrón de barcos de pesca vinculado a su familia, dos motos en Villajoyosa (Alicante). Le envió una ‘Montesa Impala 250 cc’. y una ‘Ossa 175 cc. Sport’.

Ossa Sport 175 cc. Año 1998.

Empezaron con la ‘Montesa’. Y empezaron a llegar al cuarto de redes donde las trabajaban los aficionados a la restauración: Rafael Gomez García ‘Fali’ y Valerio Camacho Marin. Pasaban los días y con éstos pasaban más aficionados por el improvisado taller, todos ayudando, y todos poniendo muchas ilusiones. “--Yo me quedé asombrado por que la ilusión era muy compartida”. La terminación de estos modelos no podían tener el más mínimo fallo. La restauración de ambos ciclomotores fueron modélicas.

Rafael Gómez ayudó mucho a Andrés en la ‘Montessa’ y cuando le llegó el turno a la ‘Ossa’ --que a nuestro protagonista no le gustaba el estado en el que venía, era pura chatarra-- fue con su buen amigo Ángel Pantoja del Puerto con quien volvió a poner en valor la máquina “--Quizás la mejor moto restaurada que he tenido”.

La Guzzi cuando llegó al taller de Andrés Perles. Año 1999.

GUZZI.
Andrés es informado por Rafael Soriano que su hermano Luis ‘Boyna’, tenía dos motocicletas de la marca ‘Guzzi’ y que se las regalaba- Fueron a por ellas y cuando las vio el estado de conservación era aún peor que la MV Augusta. Pero Rafael Soriano asumió el reto junto a Andrés y salieron en la siguiente prueba de ‘Carcoma’. En la restauración de este modelo se implicaron un buen número de personas entendidas: Paco Marín, Fosco, Roja, Valerio, Rafael Gómez, Celu, Pantoja, Montero, Mariano y otros muchos buenos amigos de nuestro protagonista.

La Guzzi restaurada CA-8695. Año 1999.

CHATARRA FINA DEL PUERTO, S.L.
Todos al verla en el estado en el que llegó al Cuarto de Redes convertido en improvisado taller de restauración, esclamaban: “¡Chatarra!”, y tanto se usó este nombre que Andrés a la palabra ‘Chatarra’ le añadió ‘Fina de El Puerto, S.L.’ Lo de limitada era porque ya sumaban veinte amigos en el taller donde ya casi no cabían.

Bultaco 'Mercurio' 155cc. Año 2000.

BULTACO.
Luego le tocaría el turno a una ‘Bultaco 155 cc. Mercurio’ que parecía una 200 cc. magnífica, sin ningún problema. Al final la cadena de distribución se le quedó larga y el motor sonaba muy mal y ya, con tiempo y restaurada la cortó Francisco Marín de Taller ‘La Rinconada’. Más adelante vendría otra ‘Montessa’ que encontró en Lebrija gracias a otro amigo apodado ‘Tigre’ quien la encontró en dicha ciudad, era una moto disfrazada de ‘Montessa Comando’ que resultó ser, también, una ‘Montessa 175 Sport’.

Andrés, a la derecha de la imagen con unos amigos, Roberto Rendrón Gómez y Manuel Fernández Lobo, en los eucaliptales que existían en la playa de La Puntilla, con la primera vespa que tuvo.

VESPA.
Mención especial merece la ‘Vespa’. Unas cuantas se restauraron en ‘Chatarra Fina del Puerto, S.L.’, con mucha colaboración de los integrantes de aquel improvisado club, a los que no puede dejar de mencionar Andrés: Soriano, Fali, Valerio, Taller La Rinconada, Celu, Taller Durango Pepe y Ramón, en Lebrija Taller Antonio Repatriado, terminando todos aquellos modelos. Entremedio arreglaron algunos detalles a motocicletas de los amigos de estos aficionados portuenses. Una ‘NSU’, de Sergio Castilla; una ‘Montessa Texas’, de Ángel Povedano; sendas ‘Vespa’ y ‘Lambretta’ de Gaspar Perea y otras mas.

CONSTITUCIÓN DEL CLUB.

En el año 2002 se constituyó como tal el Club ‘Chatarra Fina del Puerto, S.L.’, en su acta fundacional constan como presidente de honor, José Luis Alarcos; presidente perpetuo, Andrés Perles; vicepresidente ‘con llave’, Rafael Soriano; secretario, Miguel Ángel Pantoja; departamento de mecánica y ajuste, Francisco Marín, Valerio Camacho, Antonio Rojas, Rafael Gomez y Rafael Soriano; departamento de chapa y pintura, Fosco Valimaña y Rafael Gómez; departamento de adquisiciones, Sergio Castilla; departamento de terminaciones y pegatinas, Ángel Pantoja; departamento de soldaduras especiales, Fernando Marín; departamento de relaciones públicas Fosquito Valimaña; departamento de tráfico y Ayuntamiento, Alfonso Candón; experto en desgracias en rutas, Miguel Ángel Povedano; experto en antigüedades diversas, Manuel Clemente; experto en transporte y bultaco inconclusa, Eloy Montero; experto en rutas de pantanos y ríos: Mariano Ramírez, siendo el secretario Miguel Ángel Pantoja del Puerto. /En la imagen de la izquierda, un grupo de amigos con Andrés, en el Taller-Cuarto de Redes.

Cafetería Milord. Exposición de motos restauradas. Año 2004.

Con tal motivo organizó Andrés una exposición de todas las motocicletas restauradas por Chatarra Fina del Puerto en la cafetería Milord y organizaron un par de salidas con aquellas motos milagrosamente recuperadas. Las reuniones se celebraban los sábados y domingos.

No todo en el taller era reconstruir motos. En la imagen una convivencia en torno a unas buenas viandas.

“--En febrero del año 2.005 sufrí una mala enfermedad que me prohibió montar en moto terminando con miactividad motera. Este año he salido un rato en el Carcoma, y ya estoy pensando en salir el próximo año, incluso me encantaría organizar una nueva salida de “Chatarra Fina del Puerto,  S.L.” alegraría mucho la afición que está casi desaparecida. La colección de motos al no poderlas atender: arrancar, limpiar, pasar ITV, etc. y ver que poco a poco, se deterioraban, la pasé a otro buen aficionado”.

VER VIDEOS SOBRE CHATARRA FINA DE EL PUERTO.

Chatarra Fina de El Puerto. Parte 1

Chatarra Fina de El Puerto. Parte 2

4

Roberto Carmé Ramírez nace el domingo 27 de Mayo de 1934 en la Calle Vicario 20. Sus padres, Juan Carmé de los Ríos quien tuvo una droguería junto a la casa donde nació Roberto y María Ramírez Delgado tuvieron nueve hijos, ocupando Roberto el quinto lugar en venir a este mundo: Juan, María del Carmen “Luchi”, José el cura, con nótula núm. 948 en GdP, Cosme, Roberto nuestro protagonista, Ernesto, Jesús y Eloisa. Tiene en la actualidad 77 años.

1934

En 1934, el Ayuntamiento estuvo presidido ese año por tres alcaldes, desde junio del año anterior hasta marzo, por Francisco Cossi Ochoa; de marzo a Octubre, por Francisco Tomeu Navarro y, desde octubre hasta enero de 1936 por José Luis Macías Caro, padre de Luis Macías Rubio. Se crea el ‘Pósito Marítimo y de Pescadores’, siendo su primer presidente José Poquet Cabrera, entidad antecesora de la Cofradía de Pescadores. Aquel año de 1934 Hipólito Sancho publica «La Iglesia Prioral del Puerto de Santa María y Antón Martín Calafate».  La vía pecuaria ‘Colada del Cementerio’ fue deslindada y amojonada los días 14 y 15 de marzo de 1934.

Miguel Caro Gómez y Roberto Carmé, en la Feria de Ganado.

El Maestro Dueñas es destinado a hacer el servicio militar en El Puerto. La primera pata concedida como trofeo taurino fue entregada en 1934 a Vicente Barrera que cortó, además dos orejas y rabo y toreó junto a Rafael ‘el Gallo’ y Juan Belmonte. El Teatro Principal, cerró sus puertas durante la Semana Santa, reabriéndolas el sábado de Gloria, con la película ‘Melodías de Arrabal’, en la que intervenía Carlos Gardel junto a Imperio Argentina. En 1934, España, participa en su primer Mundial de Fútbol, jugando el primer partido en Genova contra Brasil y que arbitró el alemán, Birlem, llegando a cuartos de final tras perder contra el anfitrión, Italia.

Francisco Garrucho 'Paquito el del Bar El Chico' y Roberto Carmé.

ESTUDIOS Y PRIMERAS AMISTADES.
Roberto estudió en el colegio de Alfonso Cárdenas Felices, en la calle Luna; en el de Juan Díaz, en la Calle San Sebastian y en el Hospitalito, cuyo director en aquellas fechas era Diego Pérez Vélez. Fuero sus amigos de la infancia y de época de colegios, José Álvarez quien tuvo una relojería en la  Calle Los Descalzos y su hermano Ramón; Miguel Caro Gómez; los hermanos José y Domingo Prieto Ramos; Antonio Gil González de Quevedo; Rafael Gómez Ojeda ex alcalde de El Puerto, con nótula núm. 488 en GdP, Diego Fernández Rodríguez, Eduardo Chaparro y Manuel Martínez Mel, entre otros.

De izquierda a derecha, el sacerdote José Carmé Ramírez, José Arjona Cía, Roberto Carmé, Josefa Arjona Acá 'Pepita' y Carmen Carmé Ramírez, el 8 de diciembre de 1962, en la Boda que se celebró en la Iglesia Mayor Prioral.

LAS CASAS
Roberto vivió, como ya se ha indicado en la calle Vicario 20, donde nació, pasando en 1947 a vivir a la Calle La Fuente 8, hasta que se casó con Josefa Arjoja Acá, el 8 de diciembre de 1962 en la Iglesia Mayor Prioral, oficiando la ceremonia su hermano Pepe. El nuevo matrimonio se fue a vivir a la calle Cielo 11, junto a la barbería de Muñoz y la Taberna 'La Burra', con nótula núm. 489 en GdP y, posteriormente cuando fueron ya viniendo los hijos: Juan Bautista, José Luis y Roberto --que falleció recién nacido-- se compró la casa de la Calle Ganado 42, donde vivió durante 25 años.  Su afición principal es la lectura.

Ultramarinos 'El Carmen', el 1 de febrerero de 1960

DEL ALMACÉN AL AUTOSERVICIO.
Desde muy pequeño, con 12 años, Roberto empezó a trabajar como dependiente en el almacén, hoy Ultramarinos, que era de Vicente Jiménez Salmerón y estaba situado en la esquina de la Calle Vicario y Ganado, y que se le conocía como “El Cañón”. Se acuerda de cuando existían las cartillas de racionamiento y una de sus clientas asiduas era Cristobalina Delgado Sánchez. En dicho negocio se preparaban muchos costos para barcos pesqueros, y recuerda que el día de la explosión de Cádiz, el 18 de agosto de 1947, estaba preparando el avituallamiento para un pesquero que pertenecía al primo de Vicente, el dueño del “El Cañón”.

Roberto Carmé Ramírez durante el servicio militar

En 1956 fue llamado a filas para hacer el servicio militar tocándole el sorteo el Ejército de Tierra y recibiendo como destino Santa Cruz de Tenerife en la sección de automovilismo.

Roberto Carmé, en el interior del almacén de la calle Ganado con Cruces, el 27 de enero de 1960.

De regreso a casa, en 1959, se estableció como industrial en el ramo de alimentación en la esquina de la calle Ganado y Cruces, en el almacén o ultramarinos que tenía Julia Eizaguirre, junto a lo que fue la Peña de Los Majaras, al que le puso el nombre  'Ultramarinos Carmen'.

Roberto Carmé, haciendo el uso de la palabra tras serle impuesta la 'A de Oro' de la Alimentación, durante la jornada que se celebró en el Casino Bahía de Cádiz entre Eduardo Alcina Parodi, secretario de la Asociación Provincial de Detallistas de la Alimentación de Cádiz y Fernando Alcaraz Marco, Jefe Provincial de Promoción y Desarrollo de Comercio de la Junta de Andalucía, el 27 de marzo de 1984.

PRESIDENTE DEL GREMIO Y MEDALLA.
En 1970 fue nombrado por los comerciantes del gremio de la alimentación presidente, cargo que ostentó durante 7 años. En 1984 la revista mensual nacional del ramo de alimentación “El Comestible”, celebró, en el Casino Bahía de Cádiz, la 59 reunión anual, contando con la asistencia de unas 800 personas, entre autoridades, periodistas, televisión y comerciantes. En dicho acto se le impuso a Roberto la insignia de oro “A de Oro” del gremio de alimentación de manos de Francisco Alcaraz Marcos, jefe provincial de Promoción y Desarrollo del Comercio de la Junta de Andalucía.

En 1981, Juan de Dios entregándole un premio conseguido por una empresa de productos de limpieza. Ana María PInto Fernández, Juan Bautista y José Luis Carmé Arjona, Antonia Tapia de la Torre, Roberto Carmé y Pepita Arjona. 27 de mayo de 1981.

Autoservicio Roberto, la evolución de aquellos Ultramarinos 'El Carmen', el 31 de mayo de 1984.

CADENA DE SUPERMERCADOS.
En el año 1984 modernizó el negocio transformándolo en autoservicio, montando una mini cadena, que estuvieron en El Camino de los Enamorados y el la Calle Cruces esquina a Calle Espelete, además del original, llamándoles a todos ellos Autoservicios Roberto.

EL ARROPIERO.
Durante mucho tiempo, en la puerta de su negocio, solía haber un hombre llamado Manuel Delgado Villegas, que vendía arropías, al que diariamente le preparaba varios bocadillos, quien resultó ser, años más tarde, el trístemente celebre 'Arropiero'. Parece ser que el día de su detención fue en el establecimiento de nuestro protagonista. /En la imagen de la izquierda, una información del periodista Ramón Sánchez Ocaña sobre 'el Arropiero'.

Recorte de prensa de uno de los atracos que sufrió. En esta ocasión en marzo de 1998.

EL ESTABLECIMIENTO Y LOS CACOS.
Desde que se estableció como comerciante por su cuenta hasta que cerró, por jubilación, fue víctima de frecuentes robos en su local. De hecho guarda un álbum de recortes de diversos medios donde se cuentan los diferentes robos y atracos que ha sufrido en sus carnes... y en su tienda.

MEDALLAS PARA ROBERTO.
El 16 de octubre del año 2000, el exalcalde Rafael Gómez Ojeda, publicaba en su columna de opinión de Diario de Cádiz el siguiente artículo, bastante ilustrativo de las circunstancias por las que pasó Roberto años antes de su jubilación: "Roberto Carmé es el dueño de un almacén de ultramarinos sito en la populosa y otrora alegre calle Ganado. Roberto y yo, fuimos discípulos de Don Diego Pérez Vélez en la escuela de El Hospitalito. Ya entonces, Roberto destacaba por ser un niño despierto e inteligente. Reunía todas las características literarias del prototipo del "primero de la clase". Era, por méritos propios, el brazo derecho de D. Diego. Ya de mayor, decidió trabajar por cuenta propia y abrió el comercio anteriormente descrito.

Dicho establecimiento ha sido atracado varias veces; tantas, que ni Roberto sabe cuántas han sido. Le han robado por la ventana, por la puerta, y hasta por el techo. A pesar de todo eso, Roberto no grita, no maldice, no patalea, seguramente recordando la buena educación que recibimos de D. Diego. A Roberto no le ayudan ni las autoridades, ni la policía, ni los jueces, ni siquiera el mismo cielo. Está solo ante el peligro como Gary Cooper en las películas.

(En la imagen de la izquierda, Maruja López Romero, Julia y Carmen Izaguirre, Antonio Rodríguez 'el Bicho', Roberto Carmé, los niños José María y una hermana de Maruja. 27 de enero de 1967. Foto Rafa).

Ahora que en Australia se han repartido tantas medallas (y tan pocas han venido a España), a Roberto habría que concederle una, no por ser el comerciante más robado, sino por haber soportado tantos robos. Qué pensará Roberto cuando oye a algún político decir que "España va bien", o a algún comisario de policía asegurar que "El Puerto es una ciudad con bajo nivel de delincuencia".

Roberto con sus cuñados Pepón y Juan Arjona Acá.

Le dicen que sus asaltantes son Víctimas. Roberto se preguntará: ¿y quién puñeta es el culpable? En su establecimiento Roberto es el dueño, el dependiente, el chicuco y últimamente, el Guarda Jurado. Hay quien para consolarlo, le aconsejan que haga como su tocayo Roberto Alcázar y Pedrín: que intente dar caza a los ladrones, a lo que Roberto se niega porque, aunque parezca extraño, el sigue confiando en la justicia. Díganme, a ver, si no se merece este hombre una medalla".

Agradecemos la inestimable colaboración de Vicente González Lechuga en la elaboracion de esta nótula, tanto en la búsqueda de datos como en el tratamiento infográfico de las imágenes.

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Se denominan ‘tiendas de ultramarinos’, al establecimiento comercial que vende especialmente productos alimenticios, tanto envasados como a granel, al peso, abarcando un sinfín  de productos de nuestra gastronomía.

'Casa Joselito', de José Fernández, el 25 de noviembre de 1958./ Foto: Rafa.

El vocablo ‘ultramarino’, proviene de que los productos que antiguamente se vendían en estas tiendas procedían de territorios de Ultramar, eran artículos de importación; actualmente es una palabra en desuso y estos establecimientos han quedado en ‘tiendas de alimentación’, en  El Puerto ‘almacén’. Al propietario del almacén se le solía decir ‘almacenero’. Quiero referirme a los años de mil novecientos cincuenta del siglo pasado en El Puerto, en la zona comprendida dentro del casco antiguo.

EL ALMACÉN.
El Almacén, era un local de medidas de determinadas, curiosamente, las tiendas hacían esquina, perspicacia comercial del comerciante de entonces; el suelo solía ser de losas de Tarifa, mostrador de madera o fábrica de ladrillo con frente que podía estar forrado de azulejos y la parte interior de cajones que podía servir para guardar los pequeños artículos que, previamente, se habían envasado en pequeñas porciones en papel de estraza, tales como el café, pimiento molido, ... Algún cajón podía servir de caja registradora, balanza de la marca Berkel, encima del mostrador, como garantía de una pesada justa. La fábrica de balanzas Berkel, inventó más tarde las rebanadoras para chacinas que tanto éxito tuvieron en los años de mil novecientos sesenta. Además se solía colocar un artístico molinillo de café, el aparato para medir aceite y una guillotina para cortar bacalao, quizás también un recipiente con garbanzos “remojaos” y alguna bandeja con “carne membrillo”, cubierta adecuadamente para evitar las moscas. /En la imagen, estanterías del 'Almacén Casa Nicanor', en la esquina de Ricardo Alcón con Placilla. (Fotografía tomada el 15 de octubre de 2008).

Instantánea de Martín Peris Felices en 1990, padre de Vicente Peris Tey. (Foto: Carmelo Ciria Pino).

LAS ESTANTERÍAS.
El frente de la tienda lo conformaban estanterías de madera donde se colocaban, cantidades de conservas de pescado y vegetales. Recuerdo las tiendas de entonces con los productos de Conservas Sur, cajas de galletas María, grandes bolsas de paquetes de café, paquetes de Malta, leche condensada, cajas metálicas bellamente policromadas de pimentón murciano, azafrán El Aeroplano, especias de todo tipo, licorería, con vinos quinados, anises y vinos de nuestra zona, caldos Potax, --eran unos dados de un extracto de carne, que las amas de casa ponían un cazo con agua hirviendo y ya estaba el puchero hecho--.

Cajas de pimentón murciano.

Una chirigota de Cádiz, llamada “Los tontos de pueblo” sacó un cuplé al respecto,  que decía:

Con ezo de las comías
paecen cozas de medicina
con una pastilla jervía
ya er puchero jabe a gallina
con unos porvos amarillos
a los ciquillos le hazen flan
que igan lo que quieran
lo mas güeno en una telera
una buena jolla berza
y ju pringá.

PRODUCTOS CON PREMIO.
Como les decía y siguiendo con los caldos Potax, que eran unos dados del tamaño aproximado de un centímetro y medio envuelto en un papel que por el anverso venía la publicidad de Potax  y por el reverso la relación de premios que esta firma obsequiaba a los clientes por el consumo de los famosos cubitos del concentrado, recuerdo que el primer premio: “Un balón de reglamento con bomba y vejiga de recambio”, segunda premio: “Una pluma atómica” –consistía en un bolígrafo dorado con dos puntas una escribía rojo y otro azul, que no escribía nada bien, ya que fueron los comienzos de los bolígrafos– . El chocolate Elgorriaga también regalaba un balón de reglamento (de cuero), con la compra de un determinado número de tabletas de chocolate. Hubo casas en las que se llegó a aborrecer tan, entonces como ahora, apreciado producto.

CARAMELOS Y TAQUILLAS.
En lugar de la estantería, bastante visibles, existían algunos recipientes con caramelos. Había un espacio para colgar la chacina, una tabla para cortar ‘los avíos del puchero’, chacinas, ... La parte baja de las estanterías eran unas taquillas, donde se colocaban las legumbres para venderlas a granel; ver un a almacenero envolver en papel de estraza medio kilo, de alubias, garbanzos, arroz, dos reales de pimiento molido, una peseta de café o un octavo de ‘mantequilla de reino’,  era un primor. Por fuera del mostrador se solían colocar sacos de alubias del Barco, garbanzos y garbanzas, arroz, harina de trigo, lentejas, azúcar, harina de garbanzo para hacer las famosas “panizas”, que después se cocinaban aliñadas o fritas; alguna caja de frutas, alguna barrica de sardinas arenques como la de la imagen de la izquierda...

El Almacén de Nicanor en 1948.

LA TRASTIENDA.
El interior  de almacén o trastienda, era utilizado como almacén propiamente dicho, en donde se ubicaba en algún rincón o, colgada del techo, una balanza romana para pesar sacos y todo envase que pudiese pesar más de veinte o veinticinco kilos; un barril de buen vino fino, jamones colgados del techo. Quizás era el sitio adecuado para que el almacenero pudiese hablar con representantes o amigos, después de la jornada de trabajo. La contabilidad era bien simple, dos clavos en la pared, en uno facturas pagadas y en otro facturas pendientes de pago.

EL ALMACENERO.
La indumentaria del almacenero, solía ser un babi color beige o gris. Nuestro protagonista, salvo excepciones, era una persona amable y educada, con gran visión comercial, desde que entraba un cliente por su establecimiento, sabía en un alto porcentaje sus posibilidades de compra. Recuerdo una frase de Miguel Caro Beato, que tuvo sus comercio en la esquina de calle Larga y Chanca donde se encuentra hoy la Caja de Galicia, que decía: “--Un comerciante al que le entra un posible cliente y lo recibe con una sonrisa amable, tiene el cincuenta por ciento de la venta hecha”. Los clientes llevaban el control de turno a la hora de ser atendidos, preguntando: ”--¿Quién es la última/ o el último?”. Recuerdo, también, que había una forma de dirigirse al almacenero, que puede parecer hoy un tanto pintoresca; era utilizada por los niños que, poniendo en el mostrador  una cantidad de dinero aproximada de lo que iba a compra, decía: “--Pepe, me ha dicho mi madre que dé un cuarto y ortavo de aceite y la vuerta.”. / En la imagen, papel encerado de 'La Giralda'.

MIXTURA DE OLORES.
Las cantidades de artículos tan dispares que existían en estos comercios, producían una  la mezcla del olores nada desagradable, que hoy han desaparecido: el olor del bacalao, sardinas arenques, legumbres, aceite, café, chacinas, especias, el olor de los garbanzos ‘remojaos’, galletas... En Navidades estos olores se acentuaban ostensiblemente con la matalahúva, ajonjolí, anís, miel que se vendía a granel, además de los dulces propios de esta fecha como polvorones, alfajores, turrones, y las botellas de anís Periquito tan solicitadas, de las Destilerías Morphy dirigida por los Benventuy. Habían tiendas que adornaban sus escaparates en Navidades, con luces de colores, virutas de papel celofán, cajas de bombones, tarros de frutas escarchada, fiambres envueltos en bonitos papeles de colores, cajas de mazapanes y cajas familiares de cinco kilos de polvorones y alfajores de Estepa, Medina y Antequera./En la imagen, papel encerado de 'La Diana'.

El almacenero Diego Utrera Sánchez y Ramón Matiola Gutiérrez, empleado del Banco Hispano Americano.

Recuerdo algunas  tiendas que en aquellas fechas navideñas hacían un  alarde de buen gusto e incitaban al cliente a comprar, arreglando sus escaparates: La Argentina, La Giralda, Las Campanillas y el almacén de Diego Utrera. En algunas tiendas se ponía una cartel “Hay pavo trufado”.

La Argentina, en la esquina de la calle Luna con Nevería, cuando era propiedad de López Terán.

AUTOEXPLOTACIÓN POR DECRETO.
Por reconocimiento hacía estos profesionales que se autoexplotaban, con jornadas de trabajo interminables, vendiendo artículos casi al coste por prescripción gubernativa, siempre con el ánimo de servir al cliente, quisiera recordar algunos establecimientos emblemáticos que de alguna forma marcaron una época y que fuero la antesala de lo que después fueron economatos, supermercados e hipermercados:

En la imagen, José Sánchez Berrocal, desaparecido hace pocos años, propietario de La Argentina.

En la plaza de la Herrería, Casa Serafín. En calle Misericordia; esquina con Luna Almacén de Suárez. En calle Larga; esquina con Chanca,  Miguel Caro Beato; esquina con Federico Rubio, José Gómez Recalde. En calle Nevería; esquina con Ganado, Almacén de José Montes Enriquez --hoy Droguería de Roque Morales Augusto--; esquina con Luna, La Argentina de José Sánchez Berrocal (Ver más en nótula núm. 008 en GdP); esquina con Santo Domingo, Almacén de Cañadilla. Dentro del Mercado de Abastos estaba el almacén de Manuel Carrasco de la Bandera.

José Joaquín Sánchez Sena, en 1969, en Ultramarinos 'La Diana' que continúa abierto en la confluencia de Palacios con San Bartolomé.

En calle de San Bartolomé; esquina con calle Palacios, ‘Ultramarinos La Diana’, hoy de José Joaquín Sánchez Sena, (antes de Isidro Gómez Recalde y antes de Antonio Camacho Caballero), comercio tradicional de El Puerto --así fue distinguido por el Ayuntamiento-- que tiene el coraje y mérito de continuar en la brecha (Ver más en nótula 090 en GdP); esquina con calle Luna, ‘La Giralda’ de la familia Ruiz, almacén de siempre en nuestra ciudad, continua su actividad que además de los productos tradicionales, ha incrementado su oferta a productos de macrobiótica  y delicatessens (Ver más en nótula núm. 043 en GdP). Esquina con Luna, almacén de los hermanos Genaro y José González Noval; esquina con calle Luna y la Placilla, Almacén de Leopoldo. El almacén de ‘Los Dos Pepes’, esquina con Ricardo Alcón el almacén de Nicanor Gómez Soto y terminamos esquina con Ganado el almacén de Antonio del Valle.

Concha y Angelita, en Ultramarinos 'La Giralda'.

En calle Cielo esquina con Espíritu Santo, almacén y bar de Manuel Gatica; en el número, 54 se encontraba el almacén de Luciano Vázquez y junto a éste haciendo esquina con calle Chanca estuvo el ‘Almacén de Coloniales’, suministrador de casi todas las tiendas de El Puerto de José Velarde Díaz-Munio; en la esquina con calle Santa Clara estuvo el almacén y estanco de la familia de Ricardo Velarde Sánchez de Cos y esquina con Ganado, estuvo el ‘Almacén de las Campanillas’ de Juan Custodio.

La imagen muestra la tienda de Ultramarinos de calle Cielos esquina con Espíritu Santo en 1989, poco antes de su cierre. A ella vino de chicuco Nicanor Gómez Soto y de la que se hizo cargo allá por 1920. Luego pasaría, en la década de los cuarenta del siglo pasado a manos de Manuel Gatica, quien la tuvo abierto con una tienda de bebidas separada por una mampara, tal y como que se puede apreciar en la foto, hasta finales de la década de los ochenta del siglo pasado. (Foto José Ignacio Delgado Poullet. Centro Municipal de Patrimonio Histórico).

El Almacén de Joselito Verde, en la confluencia de las calles Ganado y Cantarería.

En calle Ganado, frente a lo qué fue la antigua droguería de Roque, estuvo el Almacén de Diego Utrera; en la esquina con Cantarería (también se llamó la calle Pedro de Villa) estuvo el Almacén de José Verde, que más tarde fue regentado hasta hace poco tiempo por sus hijos Manuel y José, fallecido el primero y felizmente jubilado el segundo. En calle Vicario, esquina con Ganado estuvo ‘El Cañon’; esquina con Sierpes estuvo el almacén de Eloy Fernández Moro (ver nótula núm 087 en GdP), a su jubilación  lo regentaron sus hijos Manuel y Eloy; en la esquina con calle San Juan el almacén ‘La Puerta del Sol’ de Federico, después pasó a Isidro Gómez Recalde.

Eloy Fernández Moro y su hijo Eloy Fernández Lobo, en el almacén situado en la confluencia de las calles Vicario y Sierpes, frente al Mercado de Abastos. Eloy Fernánez Moro, había nacido en 1906 en el municipio onubense de Cumbres Mayores. Era marchante, viajante o representante de Ultramarinos y se acabó estableciendo en El Puerto con su padre y hermanos, abriendo un almacén de ultramarinos que, fíjense que curioso,  no era gestionado ni por gallegos ni por montañeses.

En la imagen de la izquierda, Manuel Leveque Delgado, que regentó un almacén de comestibles en la confluencia de las calles San Juan y Cruces, frente al desaparecido Almacén de Rafael y el Bar 'El Golpe'.

En calle Santa Lucía esquina con Federico Rubio el almacén-estanco-taberna de Martín Peris Felices y después su hijo Vicente Peris Tey (ver nótula núm. 714 en GdP).  En calle Cruces, esquina con calle Ganado estuvo el almacén taberna de Eloy Eizaguirre, después lo llevó su hija Julia, a continuación el hijo de ésta Eloy Bayard Eizaguirre y después fue adquirido por Roberto Carmé Ramírez; esquina con Arena, estuvo el almacén de Antonio Rodríguez; en la esquina con San Juan estuvo el almacén de Manuel Leveque Delgado (ver nótula núm 097 en GdP) y en la esquina con San Sebastián estuvo el almacén de González Heredero.

Ultramarinos 'El Carmen', almacén de Eloy Eizaguirre, luego gestionado por Eloy Bayard Eizaguirre y más tarde adquirido por Roberto Carmé Ramírez, en calle Ganado esquina con Cruces. En la imagen, el establecimiento a principios del año 1960.

El Almacén de Nicanor, en la calle Ricardo Alcón, esquina con Placilla. 1948.

En calle Federico Rubio, esquina con Micaela de Aramburu estuvo el almacén ‘Los Caballos’ propiedad de Nicanor Gómez Recalde (ver nótula núm. 080 en GdP), después hasta su cierre lo arrendó José Manuel García Gómez; esquina con calle Cañas, estuvo el almacén de Nicanor Gómez Recalde; en la esquina con plaza Juan de la Cosa, estuvo el Almacén de Julián, que después paso a manos de José Montes Enriquez;  en la esquina con calle Gatona estuvo el Almacén y Taberna de Panseco.

Solar del almacén y vivienda de Victoriano García Linares, derribado el pasado año, en la confluencia de las calles San Juan, 5  y Postigo.

En calle San Juan esquina con calle Postigo estuvo el Almacén de Victoriano García Linares, (en la imagen de la izquierda) natural de El Puerto, pero hijo de santanderino de La Montaña (Cabanzón) (Ver nótula núm. 848 en GdP). En la esquina con Santa Fe estuvo y sigue estando el Almacén de Manila, hoy regentado por Manuel Rodríguez Tey. En calle Postigo; en el número 24 estuvo el almacén de José Fernández Rodríguez, “Casa Joselito” (Ver nótula 122 en GdP). En calle Zarza  esquina con Arenas estuvo el almacén de Benito; frente al Colegio Hospitalito estuvo el Almacén de Fernando Güelfo; en la esquina de Santa Clara estuvo el almacén de Ramona y Máximo Fernández Lobo y en la acera opuesta haciendo esquina también con calle Santa Clara estuvo el Almacén de Noriega.

Casa Joselito, con José Fernández Sánchez en los comienzos en calle Postigo.

Probablemente puede que alguna tienda se me haya quedado involuntariamente olvidada, pero creo que el colectivo de ultramarinos o almacenes de alimentación está suficientemente representado en el casco antiguo. Sé que había otras tiendas que, además, vendían otros artículos que tenían más rotación que en el centro como, hortalizas, frutas, verduras, refrescos, pan, etc.; pero estas al igual que la mayoría de los almacenes  fueron absorbidas, por lo que son supermercados de barrios y  los  grandes espacios comerciales, donde se vende de casi todo y se compra cosas que no necesitamos. Puede ser que hayamos ganado con esto algunos ochavos con estos cambios; pero se ha perdido un colectivo importante de trabajadores autónomos y el contacto humano que existían entre  cliente y almacenero. (Texto: Francisco Bollullos Estepa. Fotos: Colección J.M.M.)

3

Julio Bernardo Fuentes Bobo nació en Zamora el 2 de julio de 1930, --hace 81 años-- hijo de Bernardo Fuentes e Isabel Bobo, siendo el mayor de tres hermanos. Llegó a nuestra Ciudad destinado al Instituto Laboral --hoy de Santo Domingo-- en el Curso 1960-61, donde impartiría clases de inglés y donde, dos años mas tarde se casaría con Carmen Oñoro López, el 22 de diciembre de 1963, con quien tuvo tres hijos: Raúl, Raquel y Elsa y ya, dos nietas. Vive en Salamanca desde 1979.

1930
El año de su nacimiento, el rey Alfonso XIII visita las cuevas cantera de la Sierra de San Cristóbal. Se crea el Instituto Colombino de El Puerto. El Castillo de San Marcos es declarado Monumento Nacional. Rafael Alberti publica su libro de poesías 'Sermones y Moradas'. Ese año se casa con María Teresa León.  Se produce relevo de alcaldes, siendo elegido el 26 de febrero José Luis de la Cuesta Aldaz y el 18 de marzo, Eduardo Ruiz Golluri. El 6 de junio se desborda el río Guadalete por el temporal de lluvias, arrastrando millares de haces de trigo y cebada y muchos animales muertos. El restaurador Juan Botaro da a conocer ese año la autoría, por parte de Juan de Mesa, de la imagen del San Francisco Javier, custodiada en la iglesia de San Francisco. Se funda la Hermandad de la Misericordia y Ntra. Sra. de la Piedad. Nacen ese año, también,  José Luis Mediana Gutiérrez, 'Peligro', conocido dependiente de la tienda de la calle Cruces 'Casa del Curita' y Juan Carreto Aparicio, canónigo magistral que fue de la Colegial de Jerez.

Es larga y compleja la relación de centros docentes en los que estudió a lo largo de su vida. Las Escuelas de Náuticas de Cádiz y La Coruña, entre 1949 y 1958. Entre 1970 y 1986 en las Universidades de Barcelona  y Oviedo.

Visita que hicieron los hermanos fundadores de la Hermandad del Dolor y Sacrificio a la Base Naval de Rota en 1960. De izquierda a derecha y desde atrás hacia delante: Angel Ferrer Zamacola; desconocido; desconocido; Felipe Bononato Sáez; José Jacinto Cossi Mora; desconocido; desconocido; desconocido; desconocido; José Manuel Pico Tosar; Manuel Pico Ruiz Calderón; desconocido. Fila siguiente: Tomás Osborne Domecq; desconocido; Julio B. Fuentes Bobo; Vicente González Lechuga; desconocido; Francisco Acosta Higueras; Fernando Gago García; Guillermo Romero Rivas. En primer plano, Francisco Javier Osborne Domecq, como hermano Mayor de la Hermandad, haciendo entrega de de un obsequio a un militar americano.

DOCTOR EN FILOSOFÍA Y LETRAS.
Es Doctor en Filosofía y Letras y Piloto de la Marina Mercante. Ha ejercido la docencia del Inglés regularmente en institutos de enseñanza media de diversas poblaciones españolas, --en El Puerto estuvo entre 1960 y 1967, año en el que es destinado a (Sabadell), Barcelona, así como en organismos universitarios --Instituto Universitario de Ciencias de la Educación, y Escuela Universitaria de Estudios Empresariales-, alternando en su juventud dicha actividad con la navegación, siempre que surgía la ocasión y no existía incompatibilidad. Se jubiló en el I.E.S. "Lucía de Medrano" de Salamanca como catedrático de inglés, donde vive en la actualidad.

De izquierda a derecha, Juan Carlos Benjumeda, Isabel Fuentes, Julio Fuentes, Aguilar --era Jefe de la Comisión del Carbón en El Puerto) y de espaldas, Tomás Copano, Práctico del puerto, en junio de 1963, frente al porche del chalé de nuestro protagonista que le correspondía como profesor del Instittuo Laboral.

LLEGADA A EL PUERTO.
En El Puerto vivió, --entre 1960 y 1967-- primero en la calle Luna, en la pensión existente en la casa que hace esquina con la calle Nevería y, posteriormente, ya casado con Carmen Oñoro, en la entonces calle Rodríguez de Valcárcel --hoy Giner e los Ríos--, uno de aquellos chalés pareados que ocuparon durante años los profesores del Instituto Laboral. Rememora: «Aquella fue una época no solo importante, sino fundamental en mi existencia. Son tantas las personas de las que me gustaría saber… Comprenderéis mi ‘disgusto’ al saber que se había hecho en 1999 un homenaje al profesorado de mi Instituto, pero nadie me lo había comunicado».

Imagen del Instituto Laboral, hoy Santo Domingo, visto desde la planta superior.

INSTITUTO LABORAL.
En el Instituto Laboral, emprenderá una lucha constante para «asimilar unos programas y metodología del Inglés disparatados, procurando enseñar lo mejor posible a excelentes muchachos, muy  motivados». Imparte, además, clases además en el Colegio de las HH Carmelitas. Y, no menos importante, clases bisemanales en Radio Puerto, la emisora del Instituto Laborl, donde por ello coincidía con Pepe Morillo y Hortensia Renedo.

De izquierda a derecha, Angelines Ayuso, Fernando Gago y Juio Fuentes en una escena de 'La del Manojo de Rosas', representada a beneficio del Comedor de Ancianos de Acción Católica, con el que también colaboraba nuestro protagonista. Mayo de 1961

‘LA DEL MANOJO DE ROSAS’.
Pronto se integró en la vida cultural de El Puerto: «Con mi rápida incorporación a la zarzuela “La del manojo de rosas” devolví la tranquilidad a su director, el Maestro Francisco Dueñas, algo de lo que me siento orgulloso. El papel de Espasa era clave entre los “no cantantes”, y cierto actor había abandonado los ensayos y la obra cuando todo iba muy adelantado».

CRUZADOS.
Colaboró con la revista local ‘Cruzados’: «Entre mis colaboraciones destaca una en clave de humor, poco después de cuya publicación –coincidencia, o no-  el Ayuntamiento se encargó directamente del servicio de recogida de basuras. Se titulaba “Historieta con aroma», tema y título sugeridos por mi compañero de Instituto  y amigo Enrique Bartolomé Y mi colaboración con el periódico llegó más allá: me propusieron que me encargara de la publicidad a comisión, acepté y --para sorpresa de algunos, incluido yo mismo, pues aunque desciendo de una amplia familia de comerciantes nunca había tenido ninguna actividad comercial--, en vista de los resultados me ‘fichó’ una agenciapublicitaria portuense, “Survallas”.

Miembros de la directiva de Medusa para 1964, de la que formaba parte Julio Fuentes.

MEDUSA.
Siguiendo con el Teatro, recuerda que en una obra que se representó organizada por la Agrupación Cultural ‘Medusa’ que «Siendo yo director-actor de la lectura de ‘La visita que no tocó el timbre’, cuando tenía que entrar una voz grabada se retrasó más de lo conveniente (en el magnetófono estaba Rafael Esteban Poullet),  conseguí salvar la situación con mis ‘dotes’ de ventrílocuo  sin que el público se diera cuenta del cambio».

ESCRITOR Y TRADUCTOR.
Su afición a la escritura raras veces lo ha mantenido inactivo, como lo prueban las numerosas colaboraciones en diversas publicaciones nacionales y locales y la traducción de varios libros. Ha obtenido premios y distinciones en algunos certámenes.

Libros de autoría propia:
‘La novela del mar en Occidente’, Salamanca 1999, Plaza Universitaria Ediciones.
‘Memorias de un soñador’, Salamanca 2003 (patrocinado por) Caja Duero.
‘La lupa en el ojo ajeno’ (comedia con mensaje), representada -que no publicada- por el grupo "Audacia" en Salamanca y provincia en 2009.

Traducciones:
‘El fútbol’ y ‘Las carreras de automóviles’, Barcelona 1976, Ed. Plaza & Janés.
‘La Compañía’ de John Ehrlichman, Barcelona 1976, Ed. Argos Vergara.

OTRAS AFICIONES.
Aficionado a los idiomas, senderismo, la grafología, el teatro, la música clásica, lectura, ... participa en una tertulia en Salamanca que se viene reuniendo desde 1995, primero como Tertulia ‘Escudos IV’ y en la actualidad bajo el nombre de ‘Rona Dalba’ nombre del hotel que les da cobijo.

En la imagen, Julio B. Fuentes, a la izquierda durante la charla que ofreció en la veterana tertulia salmantina 'Rona Dalba', que versó sobre 'Las tribulaciones de un escritor novel'. A la derecha, Luis Gutiérrez, moderador de la tertulia.

3

Francisco Gómez Ortega, 'Pacoli' es el segundo de cuatro hermanos, del matrimonio formado por el gaditano Francisco Gómez y Petra Ortega natural de Ciudad Real, que nació en la calle Cielos, 59 el 11 de noviembre de 1946.

1946.
El mismo año de su nacimiento lo es también del de José Cortés Jiménez 'Pansequito de El Puerto'. Se funda el Bar Casa Paco Ceballos, donde se degustan las famosas pavías o merluzas rebozadas. Llegaba a nuestra Ciudad el Circo Europa en cuya troupe estuvo algunos meses Manuel Carrillo Lucero. El jesuita Jorge Loring, conocido por su libro de la Sábana Santa, finaliza su noviciado en El Puerto, al que regresaría en 2008, donde vive. Se celebra la única procesión magna que ha vivido la Semana Santa Portuense: el Santo Entierro Magno. Rafael Alberti publicaba ‘El Trébol Florido’. Se estrenaba en Madrid la obra de Muñoz Seca ‘El Crimen de Pepe Conde’. Moría el artesano Ángel Martínez, fabricante de figuras de nacimiento que se introdujeron en toda Andalucía en la primera mitad del siglo XX. La revista ‘Arte Comercial’ le dedicaba al escultor Manolo Prieto varias de sus páginas.

Pacoli, a la izquierda de la imagen, con un compañero de SAFA.

Pero volvamos a Pacoli, que estudió en el Colegio del Hospitalito y en SAFA. Su familia se trasladaría a la Barriada José Antonio y, ya de casado, a la Barriada Sudamérica, donde vive actualmente. Es aficionado a la pesca con caña, al Carnaval todo el año y distingue a los amigos de verdad.

Depósitos de alcoholes, todavía en pié de lo que queda de la Alcoholera de El Puerto, tras la deflagración y posterior incendio en el que perdieron la vida varias personas el 23 de agosto de 1988.

DE TONELERO Y BODEGAS.
Pacoli, un hombre robusto, trabajó como tonelero realizando vasijas para los caldos de nuestra tierra, reconvirtiéndose en trabajador de bodegas cuando decrece la demanda de botas; de ahí pasará a trabajar en la desaparecida tras un incendio fábrica de alcoholes, Alcoholera de El Puerto el 3 de agosto de 1988, en el Pago 'El Madrugador', finalizando su vida laboral en la empresa concesionaria de limpieza pública MPLA, donde alcanzó su jubilación.

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Los Pillos de Bagdag' en 1962, primera agrupación con la que Pacoli participa en el Gran Teatro Falla.

INICIOS EN EL CARNAVAL.
Nuestro protagonista comienza su andadura en el mundo del Carnaval en 1959, con agrupaciones de El Puerto y para El Puerto, con los hijos de 'Papá Suano' y 'el Rubio', padre de José Rodríguez 'el Cote’. En 1962 entrará a formar parte de una agrupación que concursa, por primera vez, en el Gran Teatro Falla de la capital gaditana: 'Los Pillos de Bagdag' con la que conseguirían el Primer Premio Juvenil Provincial, con letra y música de José Rodríguez.

Con Los Sénecas, una de las primeras agrupaciones carnavalescas en la que actuó Pacoli, al que vemos muy joven a la izquierda de la imagen.

Los Beatles de Cádiz, durante su estancia en Alicante, en 1965.

LOS BEATLES DE CÁDIZ.
Hizo el servicio militar, durante su efervescencia carnavalesca, en 1966, en El Ferrol. Una vez finalizado éste le llama Enrique Villegas para que se incorpore a la comparsa 'Los Beatles de Cádiz', de gira por España, a la que se agregó otro portuense, José Luis Arniz, directamente en Alicante que es donde estaban en ese momento actuando para días mas tarde, marchar a Madrid actuando en la sala de fiestas 'Los Canasteros', compartiendo escenario con el cuadro de Manolo Caracol y la artista principal Luisa Ortega, hija de éste.

Con 'Alegría de Cádiz', (1975) Pacoli luce una gorra blanca en el centro de la imagen. Vemos entre otros a Pedrigo García agachado junto al bombo, a la derecha a Robertito Rodríguez, al Pelahigo en la misma fila, a la izquierda, ... entre otros.

En 1985, con el Grupo 'Arbolea', de izquierda a derecha, Luis Gatíca, José María Núñez, Pacoli y Manolo Albaiceta.

El noviazgo, también con el Carnaval de por medio, desemboca en boda casándose el 19 de noviembre de 1972 con Rosario, con quien tiene dos hijos, Carmen y Francisco, marchando a vivir, como se ha dicho, a la barriada de Sudamérica.

A principios de los noventa, con el Grupo 'Bordao'. De izquierda a derecha, José María Núñez, Javier Benítez, Pacoli, Manolo Albaiceta y Luis Gatica.

'ARBOLEA' Y 'BORDAO'.
Esta experiencia le hace entrar ya de forma intensa en el Carnaval, donde se involucra al máximo hasta el año 1985, con la comparsa 'Gigantes' apartándose ligeramente del mismo. Es en esa fecha cuando crea, con un grupo de amigos y comparsistas el grupo rociero 'Arbolea': Manolo Albaiceta, Luis Gatica, José María Núñez y el propio Pacoli. Unos años después se incorporó Javier Benítez, formando el grupo 'Bordao'.

En el Carnaval de 1989, junto a la locutora de SER PUERTO, Isabel Flores.

La Comparsa 'Los Fantasmas de la Ópera', a la que se reincorpora Pacoli, el quinto por la izquierda.

VUELTA A 'LOS MAJARA'
En 1994, se reincorpora a la comparsa de la peña 'Los Majaras, con la agrupación 'El Fantasma de la Ópera'; a continuación crean una antología que les permite rememorar éxitos y composiciones que han hecho época en el mundo del Carnaval. En el año 2000 se animan y crean 'El Marinero en Tierra' con letra de Luis Galán, retirándose en el 2005 con la comparsa 'La Boira'.


'El Marinero en Tierra', comparsa escrita por Luis Galán a quien vemos en el centro de la imagen, junto a Pacoli, cuarto por la izquierda. Año 2000.

HISTORIAL CARNAVALERO.
Echando la vista atrás Pacoli recuerda que ha actuado en las siguientes agrupaciones: Los Pillos de Badgad, Los Vampiros, Los Beatles de Cádiz, Los Sénecas, Los Hindúes, Los Galanes, Los Rederos, Alegrías de Cádiz, Apaches de París, Raza Mora, Cantares, Los Simios, Gibraltareños, Del Puerto a Cai, Leche y Picón, Israel Gigantes. Pausa entre 1985 a 1994 con el grupo rociero para regresar con El Marinero en Tierra, La Cruz Verde, El Regreso, Copleros de pueblo, La Verde Luna y La Boira.

En 1978, con la Comparsa Raza Mora, en la que 'el Moro Pacoli', siempre el cuarto por la izquierda, era protagonista de uno de los cuplés con letra de Diego Caraballo Blanco: "Cuando en el desierto se muere un camello..." en el que al Moro Pacoli se le morían dos en una semana. ¿Os acordáis de la letra?

Estribillo de Raza Mora:

¡Ay Mahoma!
¡Ay Mahoma !
Dejate de bromas
por que al moro Musa
vendiendo babuchas
y al moro Pelufo
comiendo jalufo
no les paso na.
¡Ay Mahoma!
Dejate de bromas
por que a la Moncloa
te voy a llevar.

En 1980, con la Comparsa 'Los Simios', Pacoli cuarto por la izquierda. ¡Lo juramos!

ANECDOTARIO.
"Son muchas las anécdotas que he vivido, alguna graciosas y otras menos, pero sobre todo, los humanos, no reímos más de las menos graciosa. Una de nuestra forma de hablar, es usar el término femenino al llamarnos, por ejemplo, cuando llamamos a algún compañero, le decimos “quilla ven p'cá”, esto nos ocurrió en Valladolid, cuando en el hotel llamo a Tali y le digo, “quilla ven p'cá", el camarero nos miró desconfiado, y no volvió a aparecer; ha de tenerse en cuenta que eran los años 70.

Durante una cena, en Archidona, con 'Los Galanes'. De izquierda a derecha, Pelahigo, Diego Caraballo, Pacoli, Pedro, Robertito Romero... A la derecha, en primer plano el desaparecido Paco Soto. 1972.

Actuación de 'Los Galanes'.

Otra vez, en Burgos, a la hora del desayuno, le pido al camarero una viena 'pa juntarle manteca' y el camarero, después de un rato intentando aclarar que es lo que era una viena y, ante las risas contenidas llegó a enfadarse no sin aclararnos que eso no era una viena era un bollo de pan…. Más risas.

Pacoli, primero por la izquierda, durante un ensayo en 'Los Majara'.

En cierta ocasión en un hotel de Sotogrande, donde un café valía medio sueldo, nos indican el camerino y nos acompaña un empleado de formas amaneradas.. Risas… Nos pregunta si queremos algo para picar antes de cantar y le decimos que si, que nos traiga un poco de jamón mismo. Minutos más tarde, se presenta con una pata de jamón, pero nos dice que esperemos que vendría el cortador con unos platos y sobre todo el cuchillo. Se marcha y claro, atacamos la vianda como los valientes: con uñas y dientes. Cuando se presenta al rato el Sr. Cortador, ataviado pomposamente, sólo acierta en llevarse las manos a la cabeza, y decir 'es imposible, es imposible'. Ya solo quedaba el hueso..."

Juan Mena, el gaditano Subiela y Pacoli, durante unos carnavales.

De nuevo Juan Mena buen amigo de nuestro protagonista, Martínez Ares, Pacoli, Pedro y Manolito Albaiceta.

CARNAVAL, ARTISTAS, AMIGOS...
Durante su trayectoria carnavalesca ha tenido oportunidad de conocer a mucha gente, importante y menos importante y con todas mantiene amistad. "--Desde 1962 ha llovido mucho, incluso tuve grandes problemas laborales debido a esta afición, a la que me entregué en cuerpo y alma".

Un joven Pacoli, con otro  no menos joven Victor Manuel, el cantante que no tiene problemas con la SGAE.

Pacoli considera su aventura del carnaval como 'una bendita locura' que le ha llevado a los escenarios de toda España, actuando con importantes artistas tales como Victor Manuel, Rocío Jurado, Los Romero de la Puebla, Manolo Escobar, Paco Gandía, ... de todos ellos guarda inolvidable recuerdo, porque todos eran o son amantes del Carnaval.

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